43 años che

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Las ideas y el accionar de Ernesto Guevara,como un conjunto inseparable, es la únicaprueba fehaciente de lo que pensaba el Che.La construcción del socialismo, la importancia delPartido para el desarrollo de la revolución y dela guerra revolucionaria como vía excluyentepara la toma del poder, la denuncia del capita-lismo como sistema explotador del hombre porel hombre, la lucha interna de cada hombre ymujer que forma parte de las filas revoluciona-rias contra sus propios resabios de individua-lismo introducidos por la cultura de la sociedadcapitalista, el internacionalismo puesto en prác-tica y no solamente declamado, son algunos delos rasgos principales que definen a ese gran re-volucionario americano.En ese cuerpo de ideas guevaristas, sosteni-das y fundamentadas con la práctica con-creta hasta su captura en combate yposterior asesinato el 8 de octubre de 1967,Ernesto Guevara puso el acento en la cues-tión de los métodos de lucha y la vía para latoma del poder por parte de los trabajadoresy el pueblo.En ese contexto, las expresiones del Chefueron coherentes con su aplicación con-creta en cuanto a un tema central que toda-vía hoy es motivo de debate en la izquierdalatinoamericana: el sistema electoral burguéscomo elemento hegemónico de la dominaciónpolítica por parte de las burguesías latinoameri-canas y del imperialismo yanqui.Precisamente en ese punto, el de los métodosnecesarios para llevar un proceso revolucionarioa la victoria, aún hoy se dividen las aguas en elcampo popular, separando al reformismo de laopción revolucionaria.Hay dos maneras de encarar la historia del Che:una, haciendo una interpretación libre de susideas de acuerdo a los intereses políticos delsector que lo interpreta; la otra, leyendo o escu-chando al Che tal como el Che escribió o habló,

y uniendo a esas formulaciones teóricas de Gue-vara los hechos que objetivamente fueron prota-gonizados por el Comandante de América.Nosotros optamos por ésta última forma de en-tender el guevarismo.Para eso, no hace falta más que dejar que hableel Che.

“¿Podría concebirse esta nueva etapa de laemancipación deAmérica como el cotejo de dosfuerzas locales luchando por el poder en un te-rritorio dado? Evidentemente no, la lucha será amuerte entre todas las fuerzas populares y todaslas fuerzas represivas. Los yanquis interven-drán, por solidaridad de intereses y porque la

lucha en América es decisiva. Lo harán contodas sus fuerzas, además; castigarán a lasfuerzas populares con todas las armas de des-trucción a su alcance; no dejarán consolidarseal poder revolucionario y, si alguno llegara a ha-cerlo, volverán a atacar, no lo reconocerán, tra-taran de dividir las fuerzas revolucionarias,introducirán saboteadores de todo tipo, intenta-ran ahogar económicamente al nuevo Estado,aniquilarlo, en una palabra”.“Dado este panorama americano, consideramosdifícil que la victoria se logre en un país aislado.A la unión de las fuerzas represivas debe con-testarse con la unión de las fuerzas populares.

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En todos los países en que la opresión llega a ni-veles insostenibles, debe alzarse la bandera dela rebelión y esta bandera tendrá, par necesidadhistórica, carácter continental. La Cordillera delos Andes está llamada a ser la Sierra Maestrade América, como dijera Fidel, y todos los in-mensos territorios que abarca este continenteestán llamados a ser escenarios de la lucha amuerte contra el poder imperialista. No podemosdecir cuando alcanzara estas característicascontinentales, ni cuanto tiempo durara la lucha,pero podemos predecir su advenimiento porquees hija de circunstancias históricas, económicas,políticas, y su rumbo no se puede torcer.Frente a esta táctica y estrategia continentales,

se lanzan algunas formulas limitadas: luchaselectorales de menor cuantía, algún avanceelectoral, por aquí; dos diputados, un senador,cuatro alcaldías; una gran manifestación popu-lar que es disuelta a tiros; una elección que sepierde por menos votos que la anterior; unahuelga que se gana, diez que se pierden; unpaso que se avanza, diez que se retroceden;una victoria sectorial por aquí, diez derrotas porallá. Y, en el momento preciso, se cambian lasreglas del juego y hay que volver a empezar.¿Por qué estos planteamientos? ¿Por qué estadilapidación de las energías populares? Por unasola razón: en las fuerzas progresistas de algu-

nos países de América existe una confusión te-rrible entre objetivos tácticos y estratégicos; enpequeñas posiciones tácticas se ha querido vergrandes objetivos estratégicos. Hay que atribuira la inteligencia de la reacción el que haya lo-grado hacer de estas mínimas posiciones de-fensivas el objetivo fundamental de su enemigode clase”.“En los lugares donde ocurren estas equivoca-ciones tan graves, el pueblo apronta sus legio-nes año tras año para conquistas que le cuestaninmensos sacrificios y que no tienen el más mí-nimo valor. Son pequeñas colinas dominadaspor el fuego de la artillería enemiga. La colinaparlamento, la colina legalidad, la colina huelgaeconómica legal, la colina aumento de salarios,

la colina constitución burguesa, la colina li-beración de un héroe popular... Y lo peor detodo es que para ganar estar posiciones hayque intervenir en el juego político del estadoburgués y para lograr el permiso de actuaren este peligroso juego, hay que demostrarque se puede estar dentro de la legalidadburguesa. Hay que demostrar que se esbueno, que no se es peligroso, que no se leocurrirá a nadie asaltar cuarteles, ni trenes,

ni destruir puentes, ni ajusticiar esbirros, ni tor-turadores, ni alzarse en las montañas, ni levan-tar con puño fuerte y definitivo la única y violentaafirmación de América: la lucha final por su re-dención. nContradictorio cuadro el deAmérica; dirigenciasde fuerzas progresistas que no están a la alturade los dirigidos; pueblos que alcanzan alturasdesconocidas; pueblos que hierven en deseosde hacer y dirigencias que frenan sus deseos.La hecatombe asomada a estos territorios deAmérica y el pueblo sin miedo, tratando de avan-zar hacia la hecatombe, que significará, sin em-bargo, la redención definitiva. Los inteligentes,los sensatos, aplicando los frenos a su alcance

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al ímpetu de las masas, desviando su inconte-nible afán de lograr las grandes conquistas es-tratégicas: la toma del poder político, elaniquilamiento del ejército, del sistema de ex-plotación del hombre por el hombre”.

Comandante Ernesto Guevara

“NO HAY VIDAPOR FUERA DE LA REVOLUCIÓN” Che

Desacralizar al Che, paradigma del hombrenuevo, es una tarea impostergable si es quequeremos superar los límites en el que todavíase encuentran las luchas populares en el en-frentamiento contra el sistema. Esa desacrali-zación significa entre otras cosas renunciar a latentación de ver al hombre nuevo como una uto-pía inalcanzable para los hombres y las mujeresdel pueblo.

El hombre nuevo se forja en la acción cotidiana,en la lucha, en el trabajo, en el estudio. Pero noes un proceso individual de superación de obs-táculos, de autosuperación, de alcanzar indivi-dualmente la libertad para después multiplicarlaen otros o con otros; esa es la utopía que nosofrece el sistema. El hombre nuevo, la mujernueva, nacen día a día producto del trabajo co-lectivo, de la organización. Y la práctica coti-diana, la organización, el estudio, cada uno delos aspectos en que los hombres y mujeres delpueblo vamos construyendo nuestra historia,deben darse sobre nuevos valores, revolucio-narios, que confronten con los que nos imponeel sistema capitalista. No habrá hombres ni mu-jeres verdaderamente libres, nuevas como decíael che, despojadas de los valores, las ideas y lasprácticas de las clases dominantes. Por eso nopodemos desprender esta idea del hombrenuevo de la pelea cotidiana, de sumar más y

más pueblo a la lucha, de una práctica revolu-cionaria consecuente, que se exprese en las ac-ciones políticas como en cualquier otro aspectode nuestras vidas. “No hay vida fuera de la re-volución” escribió el Che.

Los que nos decimos o nos pretendemos revo-lucionarios, no podemos utilizar como herra-mientas para nuestra acción política las mismasque el sistema nos ofrece al alcance de la mano,con las que nos tienta día a día y con la su-puesta intensión de adelantar pasos. Que sonpasos falsos, que no se dan con firmeza, por-que arrastran consigo la lógica del sistema quepretendemos derribar, porque no confrontan conese sistema y por lo tanto no construyen poderen el camino de la construcción de una socie-dad nueva sentada sobre nuevas bases. Los re-volucionarios, los hombres y mujeres nuevas,también debemos dotarnos de nuevos métodos.

En este hombre nuevo, luchador, con concienciade clase, con sentimiento antiimperialista y anti-capitalista, con voluntad de aprender y enseñar,con sensibilidad para sentir en lo más hondocualquier injusticia cometida contra cualquieraen cualquier parte del mundo, con coraje paraenfrentar a un enemigo hoy superior, con deci-sión de persistir a pesar de los golpes y de losretrocesos que eventualmente sucedan, radicala posibilidad de construir todas las herramientasorganizativas capaces de vencer a los enemi-gos del pueblo.

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