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nopolio de la Compañía Fluvial y Costanera de Venezuela, ratifi- cándose en-1912 el contrato de exclusividad en la navegación. En 1916 el contrato fue demandado y se cerró la Compañía, pagando un ínfimo 17 por ciento de su valor. Y se formó otra, la Compañía Venezolana de Navegación, que subió sus tarifas en un 25 por cien- to, aduciendo la ocurrencia de la Primera Guerra Mundial. Un año después, volvió a reorganizarse, pero con muchos barcos menos de- bido a averías o a venta de algunas unidades (UNCEIN T AMA YO, 1986, LXIX, 275: 762). Años después, los efectos de la depresión mundial que prosi- guió a la Primera Guerra Mundial se hicieron sentir sobre todos los países productores yexportadores de productos agropecuarios. Ha- biéndose reducido la demanda mundial, los precios de estos pro- ductos cayeron dramáticamente. Así, disminuyeron los precios del ganado vacuno venezolano, resintiéndose la zona de los llanos oc- cidentales, particularmente Apure y Barinas. Puerto Nutrias acusó de lleno el impacto de la crisis, que venía desarrollándose desde 1919 y que se intensificóen 1921, desapareciendo varias de sus ca- sas comerciales, porque su campo de acción era el Estado Apure y el ganado vacuno, y sus pieles, su principal objeto de intercambio. 4. Un jinete para un "potro de tormento" Tras la cruenta guerra de independencia, la disolución de la Gran Colombia y la muerte de Bolívar, el líder-símbolo de la Patria, Venezuela quedó en una situación política inestable que tendía ala anarquía, contenida sólo por la enérgica presencia militar y política de José Antonio Paéz. Tras bastidores pugnaban los caudillos, enarbolando principios, doctrinas y banderas para el consumo de la galería. Sin embargo, lo que principalmente los movía, por encima del interés supremo de la Patria, era la búsqueda del provecho per- sonal y la sed maníaca de poder. El poderpolftico resultaba una vía expedita para el enriquecimiento. la satisfacción de vanidades per- sonales y para el acrecentamiento del sentimiento de superioridad frente a los demás, empequeñecidos o eliminados los defectos indi- - 117

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nopolio de la Compañía Fluvial y Costanera de Venezuela, ratifi­cándose en-1912 el contrato de exclusividad en la navegación. En1916 el contrato fue demandado y se cerró la Compañía, pagandoun ínfimo 17 por ciento de su valor. Y se formó otra, la CompañíaVenezolana de Navegación, que subió sus tarifas en un 25 por cien­to, aduciendo la ocurrencia de la Primera Guerra Mundial. Un añodespués, volvió a reorganizarse, pero con muchos barcos menos de­bido a averías o a venta de algunas unidades (UNCEIN TAMAYO,1986, LXIX, 275: 762).

Años después, los efectos de la depresión mundial que prosi­guió a la Primera Guerra Mundial se hicieron sentir sobre todos lospaíses productores y exportadores de productos agropecuarios. Ha­biéndose reducido la demanda mundial, los precios de estos pro­ductos cayeron dramáticamente. Así, disminuyeron los precios delganado vacuno venezolano, resintiéndose la zona de los llanos oc­cidentales, particularmente Apure y Barinas. Puerto Nutrias acusóde lleno el impacto de la crisis, que venía desarrollándose desde1919 y que se intensificó en 1921, desapareciendo varias de sus ca­sas comerciales, porque su campo de acción era el Estado Apure yel ganado vacuno, y sus pieles, su principal objeto de intercambio.

4. Un jinete para un "potro de tormento"

Tras la cruenta guerra de independencia, la disolución de laGran Colombia y la muerte de Bolívar, el líder-símbolo de la Patria,Venezuela quedó en una situación política inestable que tendía alaanarquía, contenida sólo por la enérgica presencia militar y políticade José Antonio Paéz. Tras bastidores pugnaban los caudillos,enarbolando principios, doctrinas y banderas para el consumo de lagalería. Sin embargo, lo que principalmente los movía, por encimadel interés supremo de la Patria, era la búsqueda del provecho per­sonal y la sed maníaca de poder. El poderpolftico resultaba una víaexpedita para el enriquecimiento. la satisfacción de vanidades per­sonales y para el acrecentamiento del sentimiento de superioridadfrente a los demás, empequeñecidos o eliminados los defectos indi-

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viduales. En una sociedad de clases, el individuo es medido por loque posee y por la influencia de que hace gala. En una sociedad demarcada desigualdad social, el individuo es calificado por lo queostenta. En una sociedad de profunda desigualdad sexual, el líderes el macho, que fundamenta su carisma sobre su valor personal, suhabilidad política y su capacidad para distribuir canonjías, favoresy dádivas.

Además.Ia Venezuela del siglo XIX era una nación desar­ticulada política y económicamente.

Cada región formaba como una pequeña Venezuela, con supropio mercado, su propio puerto y su propio ámbito de influenciacomercial. Ese puerto, además, vinculaba la región con el exterior.Humboldt, con su perspicacia habitual, lo había advertido ya a prin­cipios del siglo XIX:

Como la gran población de Venezuela se encuentra próximaa las costas y la región más cultivada le es paralela diri­giéndose de Este a Oeste, Caracas, no es un centro de co­mercio como México, Bogotá o Quito. Cada una de las sie­te provincias reunidas hoy en una Capitanía General, poseeun puerto particular por el cual da salida a sus productos(VALENILLA LANZ, 1930: 19).

Cada parte de ese cuerpo que era el país, también estaba ato­mizada políticamente. En realidad, la "nación" era una ficción, yexistía más que todo en el papel. En cada región o pequeño país, uncaudillo o varios caudillos reinaban, imponiendo su voluntad yes­perando la ocasión para ampliar su área de influencia al país entero.Esa disgregación la habíamos heredado, al parecer, del abandonohistórico a que la metrópoli español a nos condenó hasta 1777,cuando fue creada la Capitanía General de Venezuela. Hasta esemomento habíamos sido tratados como cuerpos independientes eincomunicados (VELASQUEZ, 1980: 10-11; VALLENILLALANZ, 1930: XXXIII-XXXIV y 4). Así pasó en 1810, y luego en1830. y así también ocurrió a finales del siglo XIX.

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Caracas no se convirtió en el centro comercial por excelenciadel país, pero si alcanzó relevancia como el mayor centro políticoy administrativo, sobre todo a partirde la época de Guzmán Blanco,cuando éste embelleció a la ciudad capital, la dotó de bellas edifi­caciones y de servicios públicos, y la convirtió en la base de ope­raciones de una grande y fuerte burocracia.

Los más importantes caudillos regionales, frustrados por sumarginalidad geográfica, económica y política, siempre tuvieronconciencia de la necesidad de conquistarel poder político nacional,y buscaron tal propósito obsesivamente.

Esa sensaciónde frustración, producto de tan marcada margina­lidad, debió ser un factor de enorme importancia entonces. Desgra­ciadamente, ha sido poco estudiada por nuestros investigadores.Amitai ETZIONI (1965: 29) sostiene que "la dificultad en el trans­porte de personas y de servicios obstruye la integración de las uni­dades sociales y la interacción cultural, modificando las relacionessociales y comerciales". La certeza de tal proposición es indudable,y Venezuela es un buen ejem plo de ello. Por otra parte, Daniel LER­NER (1966: 264) afirma que la distancia geográfica está asociadacon la capacidad que tiene la periferia para responder a la informa­ción que le viene del centro. Así, mientras mayorsea la distancia en­tre la periferia y el centro, menor será el interés que tendrá la gentede la periferia por lo que el centro dice. De esta manera, la periferia,además de estar desarticulada económica y socialmente del centro,se siente al margen de las grandes decisiones políticas y busca ma­yor figuración por el medio que fuere.

Los caudillos regionales aspiraban a ser oídos y a comandar. el país. Para ello, para reforzar su ascendencia, alimentaban el re­gionalismo y se interesaban por la prosperidad de sus allegados. sularga corte de familiares, amigos. protegidos y conterráneos.

El regionalismo era muy fuerte en aquellos tiempos. y lo con­tinuó siendo hasta avanzado el siglo xx. Para muchos. el senti­miento de pertenencia a una región era más intenso que el de iden-

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tidad nacional Este último sentimiento no surgió como por arte demagia en 1777, o en 1810, oen 1811, o en 1830, sino que se fuecreando lentamente, inducidos las más de las veces por el podercentral. Poco a poco nos fuímos sintiendo venezolanos. Además,eso era vital para la sobrevivencia del gobernante y para sus planesde centralización política, económica y administrativa. No fue em­peno inútil ni gratuito el de Guzmán Blanco para crear una unidadmonetaria nacional y unificar el sistema de pesos y medidas, esta­blecer un himno y un escudo nacional, erigir un Panteón Nacionaly plazas Bolívarpor doquier, y ensenar al venezolano a rendir cultoa los héroes de la Patria. El regionalismo del tachirense, del cuma­nés, del coreano, del guayanés, del zuliano, del llanero, era prover­bial. y esa adscripción regional estaba vinculada a la pasión polí­tica, "una industria más productiva que toda otra ocupación perso­nal" (LAOPINIONNACIONAL: 05.05.1881), y ala simpatía poruna fuerte personalidad política (paecismo, monaguismo, guzman­cismo, crespismo, mochismo, castrismo, gomecismo). Así se cons­truyó el liderazgo y la conciencia del ser venezolano, entre el cul­tivo de la tierra, la atención al rebano de ganado, la lucha de clases,y su participación directa en las luchas armadas, apoyados en lasideologías y en los programas elaborados por los "doctores" enoposiciones de circunstancia. En esas condiciones, prevaleció elcapricho individual o el sueno personal de un dirigente, más que latesis o un programa de gobierno como norte de la actuación políticao administrativa (VELASQUEZ, 1980: 13-14).

En sus intentos de tomar el poder, los caudillos organizabanejércitos personales o fuerzas militares irregulares. Eran tropasanárquicas, sin adscripción a un código disciplinario y doctrinario,sostenidas por el saqueo, abigeato, el robo sistemático, LOM­BARDI (1985: 201) caracterizó muy bien la vinculación de las as­piraciones caudillescas con el fortalecimiento del sentimiento re­gionalista:

Forzosamente, la mecánicadel reclutamiento, organizaciónymantenimientode estas fuerzas irregulares entrañabaunabase de operaciones local o a lo sumo regional. Sin síste-

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mas de comunicaciones, sin transportes rápidos y sin orga­nizaciones políticas, el bloque regional definido geográfi­camente formaba las subdivisiones naturales controladasefectivamente por los caudillos. A escala nacional los cau­dillos luchaban por controlar Caracas y sus recursos. Conestos recursos podrían mantener el ejército regional duran­te el tiempo suficiente para derrotar a los rivales de otras re­giones; al mismo tiempo, los recursos del gobierno centralles permitirían reclutar el ejército regional cuando hicierafalta.

El caudillismo, propio de una sociedad rural y de una econo­mía agropecuaria, caracterizada por una de desarticulación geográ­fica, económica y política entre las regiones, estaba también indi­solublemente ligado a la estructura de la propiedad de la tierra y auna relación compleja con el peonaje, que actuaba en tiempos deguerra como ejército irregular bajo el mando de un caudillo.

Las revoluciones, conmociones internas e insurgencias,han transferido la propiedad de la tierra de unos hombresa otros. Los jefes victoriosos, sin fortuna al comenzarla ca­rrera política, al correr de los años se tomaron poderososlatifundistas. Por encima de todos, el más fuerte de todos,el máximo caudillo nacional a la cabeza del gobierno cen­tral. Ese ha sido, entre otros, el caso de Paéz, Monagas,Guzmán, Castro y también el caso de Juan Vicente Górnez.Mientras tanto, en el interior, en las diferentes divisionesadministrativas, Provincias o Estados, el poder era contro­lado y detentado directamente por los caudillos regionales,propietarios también de las mejores tierras de la región.Hasta hace muy poco tiempo en nuestro país, cada entidadprovincial era un feudo de una o más pocas familias dueñasde la riqueza agraria y usufructuarias del poder público adespecho de las revoluciones y cambios de personal de lacapital. El caudillo máximo se apoya en los caciques re­gionales para sostenerse en el poder (IRAZABAL, 1974:203-204).

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Los caudillos se adscribían a partidos,'aún sin conocerexacta­mente el significado de los términos conservadoro liberal, y menosaún su contenido doctrinario. Pero eran conservadores o liberalesde corazón. Y se vinculaban incondicionalmente con los que pro­pugnaban esas ideologías desde Caracas. En uno de los diálogoscontenidos en las "Memorias de Mano Lobo", de Domingo B.CASTILLO (1962: 93-94) aparece este texto, satírico pero justo:

Esas agrupaciones se llamaban partido conservador y li­beral, porque era indispensable que tuvieran un distintivopara disputarse el poder... En realidad, esas agrupacionesson dos grandes jaurías: la que está en el gobierno, y la queladra porque quiere el poder para ella. Sería candidez im­perdonable creer que los que ladran aspiran otra cosa. Has­ta ahora esas jaurías viven atacándose y defendiéndose, se­gún la posición que ocupan alrededor del presupuesto, paramorder al país con fiereza.

La incesante rivalidad entre caudillos era, en realidad, comola definió E. D. Culver, un diplomático estadounidense en carta alSecretario de Estado, desde Caracas el primero de septiembre de1864 (DESPATCHES, 1864, FM, 79, Roll 15), "simplemente unapugna entre los de adentro y los de afuera", entre los "ins" y los"outs", los que controlaban el poder y los que lo ambicionaban.

4.1. Generales como monte ...

EÍl Barinas, como en toda Venezuela, abundaban los genera­les, algunos actuando como poderosos caudillos.

Un periódico de Obispos, EL CHINCHE (4: 10.06.1886), sepreguntaba: "¿Qué es lo que más abunda en la República?", y serespondía: los generales:

Pues-aquí los tenemos de á tres por cuartillo y uno de napa.Prógimos que solo han peleado con los mogotes y chiribi­tales ... , son generales. Muérganos que no saben mandar

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una escolta, son generales. Vagamundos que no saben otracosa que arrasar las propiedades agenas, son generales.Hombres que jamás han oido el silbido de una bala, son ge­nerales. Y así, ... , y así. .. y así. .. Todos somos generales yde cada quinientos habrá uno. Basta una cartita en cuyo so­bre diga: Señor general; y asunto conclufdo, está expedidoel título ... Este es un abuso tan arraigado en Venezuela,principalmente en Zamora, que mejor sería que el Con­gresodiera una resolución, mandando que todo los ciudada­nos de diez y ocho años en adelante sean tenidos como ge­nerales de la República.

Gobernar a Barinas no resultaba una tarea fácil. Muchos delos designados para encargarse del gobierno del Estado Zamora lesacaban el cuerpo al cargo:

por ser éste un potro de tormento y en el cual se necesita unaenergía y una fuerza de voluntad superiores para resistir elembate de las intrigas y pasiones políticas (LA OPINIONNACIONAL, 1804: 17.04.1875).

y además el carácter dfscolo del zamorano no ayudaba mu­cho. Un influyente barinés, Benjamín Tapia Baldó, dijo en 1889:

El Estado Zamora es uno de los Estados más belicosos dela República, el zamorano no acepta las imposiciones, estan libre, como libres son sus pampas dilatadas y extensas(EL ECO DE LAS PAMPAS, 17: 15.08.1889).

La ley que imperaba era la del más fuerte. Repetidos testimo­nios nos enseflan que allí cualquiera de los poderosos hacfa lo quele venía en gana. Un dato aislado nos informa sobre el clima de vio­lencia ciudadana imperante en 1907: Zamora figuraba entre los cin­co Estados conmayorfndice de homicidios del pafs (MINISTERIODE FOMENTO. DEMOGRAAA VENEZOLANA, 1909: 30). LaLey de Policía del Estado habfa prohibido el porte de armas, peronadie la acataba, y era costumbre "andar calle abajo y calle arriba

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con sendos garrotones ...• cuchillos. dagas y revólveres al cinto"(EL HERALDO. 1: 14.09.1891). El garrote era un recurso muyusado. En 1891.un maestro del garrote. Jorge Mikailowick, ensenabasu "arte" en Barinas por 100 pesos (EL HERALDO. 2: 19.10.1891).

Así. entre todos. se imponía el más fuerte. el más hábil y el quegozaba de la protección de los grandes caudillos nacionales.

4.2. Abren y su gente

El más conocido entre los caudillos zamoranos fue el generalOvidio María Abreu, natural de Portuguesa. muy ligado a GuzmánBlanco. y quien se desempeñó como Presidente del Gran EstadoZamora (1886-1887); Secretario del Estado (1884-1885); Jefe.Centro y Director de las "Mayorías Zamoranas". y hasta fue can­didato a la Presidencia de la República en dos oportunidades: en1887 y en 1890.

La figura de Abreu es interesante. porque fue uno de los pocoscaudillos barineses. y el último. con pretensiones de convertirse enun caudillo nacional. Detrás de él. surgirían en el escenario políticobarinés solamente caciques de poca monta y de ascendencia muylimitada al ámbito local.

Abreu fue para Zamora lo que Guzmán Blanco para toda Ve­nezuela. como afirmó un periódico del Tinaco. EL COJEDEÑ0(9:08.02.1890), pues dominó la política regional durante la quinta par­te de un siglo (LA CIUDADANIA, 3: 15.04.1891). por sí mismoo por personas interpuestas, como su cunado el general FranciscoBatalla, natural de Puerto Rico. Presidente del Estado en 1878 yen1888-1889. su sobrino Francisco de Paula Abreu, Presidente delEstado en 1872, o sus partidarios más allegados como BenjamínTapia Baldó.

El general Francisco Batalla gozó de una gran popularidad enla Sección Barinas. Entre los adherentes a su postulación para Pre­sidente del Estado Zamora, en acto celebrado en casa de Manuel

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Contreras Camacho, en Obispos, el 26 de abril de 1887, figuraronIsidro Contreras, Nicolás Reimí, Carlos Pavolini, Rafael A. Contre­ras, Rafael M. Reimí, Jesús Ariza, Teresio Vale ro, Atilio Balestriniy Manuel A. Cartay (LA JUVENTUD, 91: 20.06.1887).

Cuando el general Ovidio María Abreu competía por la Pre­sidencia del Estado o de la República, lo apoyaban muchos periódi­cos, como se acostumbraba entonces. Entre ellos podemos citar:

Barinas:Obispos:

Arismendi:Guanare:

Acarigua:Araure:

La Renovación, El Eco de las PampasLa Juventud, El Amanecer, El Tábano,El Heraldo, La Voz del PuebloEl Manuscrito, La TribunaEl Eco Juvenil, El Portugueseño, El Zamorano,El Sur de Occidente.El Popular, El Aguila RealLa Acción de Araure.

y muchos otros más en Tinaquillo, El Baúl, Pfritu, La Trini­dad, Valencia, Cojedes, San Carlos. La Guaira, Qufbor, Siquisique,Barquisimeto, La Victoria, Chivacoa, Maiquetía y Caracas.

Otros periódicos se le oponían frontalmente a Abreu. Este fueel caso de LA CIUDADANIA, de Nutrias, quincenario liberal diri­gido por el Dr. Alejandro de 1.,. y Hevia, que criticaba insistente­mente el abuso de poder de Abreu en todos su actos públicos (LACIUDADANIA. 3: 15.04.1891). En la edición número 5(01.06.1891) volvió a censurar a Abreu como Jefe de las Mayoríaszamoranas, por su práctica de "imponerse y hacer ley aquello quees su voluntad". Al parecer, hacia 1890 ya la familia Abreu habíacaído en desgracia, y se le vilipendiaba con frecuencia: "Del árbolcaído ..;". Uno de sus partidarios, Benjamín Tapia Baldó, se quejóamargamente en 1890 (EL DISTRITO, 1: 15.09.1890) de tal vili­pendio, cuando antes habían sido tan laudados.

Al parecer, el más temido de los Abreu fue el general Fran­cisco de Paula Abreu. E!11877 insurgió, apoyado presuntamente

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por su tío, contra el gobierno zamorano, dejando a la Sección Bari­nas en una situación muy precaria:

pues la agricultura en su mayor parte ha sido destruida, losganados casi acabados (mandados para el Portuguesa), elcomercio sin dinero de que disponer, pues con el que con­taba para sus transacciones mercantiles, fue exigido por elJefe de la Regeneradora. El orden constitucional se ha re­constituido, pero con perjuicios incalculables que han su­frido los habitantes de esta Sección (LA OPINION NA­CIONAL, 2.581: 15.12.1877).

El general Ovidio M. Abreu había sido acusado de apoyar asu sobrino en la insurrección zamorana. Este, sin embargo, ni cortoni perezoso, envió una carta al Presidente del Estado, fechada el 15de noviembre de 1877, donde se refirió a la "opresora dominaciónde los revolucionarios" que asoló a Barinas durante varios días, enun esfuerzo evidente por desligarse de la acción subversiva de susobrino (LA OPINION NACIONAL, 2.580: 14.12.1877).

En 1879 Francisco de Paula Abreu volvió a atemorizar a Ba­rinas. Un periódico de San Cristóbal, EL PORVENIR (236:18.05.1879), señaló que la situación en el Estado Zamora era "alar­mante y asaz aflictiva", y denunciaba que personas notables "sevieron forzadas a huir de noche y á abandonar sus familias é inte­reses para escaparde la ira exaltada del moderno Aguirre", es decir,de Francisco Paula Abreu. Valido de un parque que pasaba de losmil fusiles, "con el cual pretende perpetuar su dominación en aque­lla tierra", Francisco de Paula hacía de las suyas sin contemplacio­nes.

En 1890-1891 habían dos agrupaciones políticas antagónicasen el Estado Zamora: una de ellas era el partido de Abreu o las "Ma­yorías Zamoranas". De ese partido dijo Pedro Encinoso, ideólogodel quincenario barinés EL DISTRITO (3: 15.10.1890):

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¿Cuáles son las doctrinas de ese Partido: liberales, pero leentran por un oido, y le salen por el otro. En la práctica sonoligárquicas: peor que oligárquicas: personalistas.

La otra agrupación fue el Partido Independiente de Zamora,que también se proclamaba de la doctrina liberal. Entre sus miem­bros figuraban: el general Francisco Guédez, Bartolomé Heredia,Escolástico Flores, F. Jordán Pérez, Juan Antonio Francis, DelfínA. Aguilera, D. Zamora, Manuel S. Merlo, Carlos Jiménez Rebo­lledo, Senen Yustis, Vicente López, Severo Castellano, Pedro Ga­llardo, Basilio Barrera, Anselmo García, Pedro Manuel Rojas, Pe­dro L. Lémus, Tomás Ayala Heredia, Pedro Briceño, Pablo E. Blas­co, Luis Felipe Noya y los generales Ezequiel Gómez Leal y Joa­quín Muñoz (LA CIUDADANIA, 9: 15.09.1891). Algunos de elloshabían sido, o serían luego, Presidentes del Estado, como Pedro M.Rojas, Francisco Guédez y Carlos Jiménez Rebolledo (quien tam­bién ocupó el cargo de Ministro de Guerra y Marina).

4.3. Los gobernantes de Barinas

El poder no se circunscribió a Abreu y a sus allegados, sinoque fue el resultado de un complicado tejido de relaciones de unaintrincada red de parentelas, alianzas y rancios abolengos.

. La influencia de los caudillos era asfixiante, avasallante. Pe­dro EnCinoso escribió un artículo: "Semejanza", en EL DISTRITO(2: 30.09.1890), parodiando el primer editorial escrito por AntonioLeocadio Guzmán para El Venezolano, en 1840. Encinoso, refi­riéndose al Estado Zamora de 1890, escribió que:

Los pueblos de Zamora, y los hombres pensadores de den­tro y fuera, ven claro que existe en el Estado Zamora un in­flujo, una potencia que desnaturaliza la constitución gene­ral y la regional; y que no solamente desnivela los poderespúblicos, sino que desequilibra.

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y al final de su artículo, Encinoso clama, en clara alusión a loscaudillos estatales como Ovidio M. Abreu:

No más Jefes, Centros ni Directores.

Una ojeada a la lista de gobernantes del Estado nos dará unaidea más precisa sobre la estructura del poder prevaleciente, dondecon frecuencia los apellidos se repiten y se vinculan, y se correspon­den con grados militares;

Gobernantes de Barinas. Período 1830·1939

Años

1830-341834-381838-421842-461846-471848-49

1849-52185218531854-55

. 18561857-58185818591859-601861-63

1863186418651866-67186718681869

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Gobernantes (y Secretarios)

Juan José PulidoCmdte. Juan Pablo OsarioMiguel M. Pumar (Gral. Napoleón S. Arteaga)Cnel. José 1. Pulido (Sebastián Torrealba)Cnel. Agustín Codazzi (Eduardo Espelozín)Gral Napoleón S. Arteaga (Lucio Pulido;Cmdte, Juan Bruno Delgado)Guillermo Ten Villegas (Víctor Urquiola)Gral. Napoleón S. Arteaga (José María Betancourt)Rafael A. RinconesCnel. José Encarnación MoralesJuan V. GonzálezGral. Juan José IllasJuan José UrdanetaRafael Ramos (Cmdte. Hipólito de la Cueva)Gral. Carlos J. Colón (Daniel Angula)Grales. Pedro Aranguren (Prudencia Vázquez)Pedro Manuel Rojas.Gral. Napoléon S. Arteaga (Gral. Julián Sosa)Gral. Quintín Aguilera (Gral. Pedro Manuel Rojas)Gral Pedro Felipe SosaGral. Pedro M. RojasGral Juan Bruno DelgadoGral. Juan Pablo GarcíaRafael Gorrín

1870-721872

1873-7418741875-7618761877-78

1879

18801881

1882-831884-851886-871888-8918891889-19031903-09

1909-101911-141914-241924-271927-301930-321932-3519361937-39

Fuente:

Gral Basilio Sosa (Gral. Eladio Delgado)Gral. Francisco de P. Abreu(Raimundo Andueza Palacio)Gral. Juan José Canales (Gral. Ignacio M. Rojas)Gral. Pedro M. Inchauspe (Remigio Vargas)Gral Pedro Felipe Sosa (Rudccindo A. Dorantes)Gral. Ignacio M. Rojas (Gral. Juan Bruno Delgado)Grales. Juan Navarrete Romero - Juan M. CasalSeveriano Ovalles - Francisco BatallaGrales. Marcos Rodríguez -Francisco J. Fontainés - Jesus A. RamírczGrales. Marcos Rodríguez (Julián Ramos)Gral. Juan José Canales (José María Tapia)Gral. José T. Roldán - Feliciano AcevedoGral. Bemardino MirabalGral. Juan José Canales (Gral. Ovidio M. Abreu)Gral. Ovidio M. Abreu (Gral. Juan José del Castillo)Gral. Francisco Batalla (Gral. Ovidio M. Abreu)Grales. Jesús María Romero - Francisco GuédezGral. Francisco Parra PachecoGrales, Isidro Contreras - Isilio Febres CorderoCarlos Manuel CárdenasGral. Isilio Febres CorderoGral. Carlos Jiménez RebolledoGral. Isilio Febres CorderoGral. Ismael ArclIanoGral. Sálvano de Jesús UzcátcguiGral Aulio Urdaneta ChuccosCnel. José Vicente Rangel CárdenasCamilo BetancourtGral. 'Carlos Jordán Falcón

LANDAETA ROSALES. 1963: I. RUIZ GUEVA­RA. J.E. (NOBLE TIERRA. 5: 1964).

En la larga lista anterior, destacan varios caudillos de largatrayectoria. con actuación directa como gobernantes de la Provin­cia (o Estado) de Barinas (o Zamora): los generales Napoleón S.Arteaga (1838-1863); Pedro Manuel Rojas (1861-1867); Juan José

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Canales (I 873-1885); Francisco Batalla (1887 -1889); Juan BrunoDelgado (1867-1876); Ovidio Maria Abreu (1884-1889) e IsilioFebres Cordero (1903-1924).

4.4. Sobre la Autonomía y el Situado

La formacióndel Estado Barinas fue algo así como un "partode los montes", donde se anunciaba clamorosamente algo grande,y lo que salía era una cosa sin gran significación. Se adelantaba yretrocedía inútilmente. Porpuro capricho o en la búsqueda de ven­tajas circunstanciales, el Estado era agrandado o empequeñecido;le cambiaban un nombre por otro, y luego se lo restituían; le quita­ban o le ponían Partidos, Cantones, Municipios o Distritos. Al final,después de tantos cambios, las cosas volvían a ser lo que antes fue­ron. La técnica del Gatopardo: cambiar las cosas para que no cam­bien.

Los gobernantes hacían y deshacfan la suerte del Estado. Losciudadanos, sobre todo los que vivían en las ciudades más pobladas, si percibían claramente los cambios, porque cuando la capitaldel Estado o de la Sección era transferida de una ciudad a otra, lascosas cambiaban notablemente. La ciudad despojada de su condi­ción de capital era presa del abandono en poco tiempo, y comenza­ba ·a languidecer. Por el contrario, la ciudad beneficiada por el ré­gimen capitalino comenzaba a florecer, al menos en su apariencia:se le abrían calles y plazas, se le construían edificios públicos, se ledotaba de ciertos servicios y era sometida a un proceso de desinfec­ción y de limpieza. No más, pero era mucho para la época. La ca­pitalidad atraía nueva población, dinamizaba el comercio, invitabaal crecimiento de la pequeña industria y de la artesanía y, especial­mente, creaba las condiciones para un mayor número de empleos.Con la capitalidad venían también los servicios públicos básicos(educación y salud) que atraen y arraigan a nuevos pobladores, y seconstituían centros de esparcimiento que hacían más grata la vidade la comunidad. Por todas estas razones, cada ciudad importanteluchaba por convertirse en capital.

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Algo parecido sucedía con el Estado. No era lo mismo paraBarinas, por ejemplo, gozar de la condición de Estado que de Sec­ción, pues la Sección resultaba preterida en el momento de la dis­tribución interna del Situado Constitucional. Ante tanta desigual­dad, se establecieron algunas normas más equitativas para la repar­tición interna de los ingresos, pero siempre resultaba más benefi­ciada la Sección donde estaba ubicada la capital del Estado.

Prevalecían, entonces, dos tendencias: la de obtener la capitaldel Estado o la de la Sección, y la de lograr autonomía, desmem­brándose cada parte para constituirse en Estado. Esas eran vías paraobtener una suma mayor del Situado Constitucional.

4.5. Los intentos autonémicos

El 27 de abril de 1881 los veinte Estados de la República fue­ron reducidos a nueve. Uno de ellos era el Estado Sur de Occidente,integrado por las Secciones Barinas, Portuguesa y Cojedes, conGuanare como capital. En 1891 el Estado Sur de Occidente cambióde nombre por Zamora, y Barinas se convirtió en capital. El 22 denoviembre de 1899 se restablecieron los veinte Estados. El 3 deagosto de 1900 los veinte Estados fueron reducidos a quince. El 27de abril de 1904 los Estados pasaron a ser trece. Uno de ellos era elEstado Zamora, formado por las Secciones Barinas, Portuguesa yCojedes. San Carlos actuaba como capital. Finalmente, el 5 deagosto de 1909 se restablecieron los veinte Estados de la Federa­ción. Zamora recuperó su autonomía, y la ciudad de Barinas volvióa ser capital.

La Sección Zamora (o Barinas) siempre estuvo echando demenos, a baja voz, su anterior condición de Estado autónomo. Loquería, pero nostálgicamente y, al parecer, no hacía de ello un puntode honor. Los pobladores de la ciudad de Barinas, en cambio, si re­clamaban insistentemente el régimen capitalino. En 1891, cuandoera inminente la conversión de la Sección Zamora en Estado y deBarinas en capital, hubo una alegría general. EL AUTONOMISTA(3: 30.06.1891) celebró la reconquista de la "autonomía arrebatada

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en mala hora, a los pueblos de los antiguos Estados". GuillermoGarcía, en la misma edición del periódico citado, se quejaba de quesiendo Barinas "una ciudad tan patriota y tan benemérita y por milrazones digna y muy digna de otra suerte se le ha mirado con tantodesdén? Hay cosas que no se pueden explicar". La sola noticia delprobable traslado de la capital a Barinas había elevado considera­blemente los valores de las casas de tejas en la ciudad. EL AUTO­NOMISTA(S: 31.08.1891)exigíalaconstrucciónde nuevasvivien­das. El Concejo Municipal, por su parte, discutía un proyecto de de­creto para otorgarle privilegios a quienes construyesen casas dehierro y tejas.

De todas las secciones del Estado Zamora, la que más bregabapor su autonomía era Cojedes. En sus alegatos, los cojedefios de­cían que la constitución del Estado Zamora en 1881, integrando ar­bitrariamente Cojedes, Portuguesa y Zamora, se había hecho sinbase alguna. Tal fusión se hizo, según Jorge Pereyra:

por contemporizaciones criminales á fuerza de ser débiles,con la política del que se hizo llamar Regenerador. Ningúnnexo une a las tres Secciones entre sí, ni sociales, ni políti­cos, ni comerciales. Intereses, costumbres, todo es distinto,y sin embargo la voluntaria mano del Hombre de las fa­cultades discrecionales pretendió formar un todo de tantaheterogeneidad reunida. (EL COJEDEÑO, 3: 28.12.] 889).

EL COJEDEÑO, en su número 11 (22.02.1890), volvió a to­car el tema en extenso, y así lo hizo otras veces.

Rebuscando periódicos nos encontramosque. en 1887, Cojedespresionaba por lograr su autonomía dentro de la unión zamorana.En aquella ocasión, uno de los más aguerridos autonomistas fue elgeneral Pablo José Pérez, quien había sido nombrado Jefe yCentro­director del Partido Liberal Guzmancista de Cojedes (EL ECO DELAS PAMPAS, 12: 31.10.1887).

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El5 de octubre de 1889 un nutrido grupo de habitantes del Ti­naco solicitaron a la Asamblea Legislativa del Estado Zamora la se­paración de la Sección Cojedes, así como la restauración de la au­tonomía del antiguo Estado Cojedes, puesto que "han sido perjudi­cados económica y políticamente por la actual división territo­rial...... (EL IRIS REPUBLICANO. 9: 15.11.1889).

EL FEDERALISTA (2: 27.02.1891), un semanario políticopro-autonomía. editado en Caracas. criticaba la excesiva centrali­zación política y administrativa del país. y concluía expresandoque:

los cojedeños, apureños, guariqueños, margariteños, matu­rinenses, cumaneses, yaracuyanos, etc., están bien persua-

.didos de que ningún progreso puede esperarse para sus res­pectivas Secciones. en tanto que cada una de estas no ad­ministre por sí misma su propia renta o la parte que justa­mente le corresponde en la equitativa distribución de larenta nacional.

4.6. La manzana de la discordia

La manzana de la discordia era el Situado Constitucional. que"es un subsidio del gobierno central a los gobiernos de los Estadosmiembros de la Unión Federal" (SUAREZ, 1965: 10)

Hagamos un poco de historia para comprender su significa­ción.

La Constitución de 23 de marzo de 1864 estableció veinte Es­tados. reconociéndoles "la libre administración de sus productosnaturales". Las salinas. por ejemplo. un recurso muy importante.serían administradas "con entera independencia del Gobierno ge­neral". Para los Estados que no tuvieran minas en explotación. elgobierno central adjudicaba. de las rentas nacionales, la suma de20.000 pesos fijada cn el presupuesto de gastos públicos y que de-

.bería ser entregada por trimestres anticipados. Así nació el SituadoConstitucional.

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El 19 de julio de 1865 fue dictada una Resolución que esta­blecía la forma de pagar el Situado a los Estados sin minas en ex­plotación. De esta manera, se reservó un 5 por ciento de la renta deimportación para darle cumplimiento al Situado. La Aduana de LaGuaira lo pagaba a los Estados Bolívar y Aragua; la de Puerto Ca­bello a Caracas, Guárico y Cojedes; la de Maracaibo a Mérida, Tru­jillo, Barquisimeto y Yaracuy; la del Táchira al Táchira; la de Bar­celona a Barcelona, y la de Ciudad Bolívar a Guayana, Apure, Za­mora y Portuguesa. Cada Estado obtenía sus recursos de las con­tribuciones resultantes de los Departamentos (después Distritos),de las rentas obtenidas directamente y del aporte correspondientedel Situado. En la práctica, cada Estado funcionaba como una "re­publiquita", con su derecho a gobernarse a sí misma, a usufructuarel Situado, con sus propios presidentes, sus parlamentos, sus tribu­nales de justicia, ejército y administración, sin tener que rendircuenta al Gobierno central (GONZALEZ GUlNAN, 1954: VIII,360-361).

Pero los recursos presupuestarios no alcanzaban, la entregadel Situado era irregulary la cantidad insuficiente. De allf se generóuna tendencia a la reagrupación estatal. En 1864 Cumaná y Ma­turín formaron el Estado de Nueva Andalucía. En 1865 Cojedcs seunió a Carabobo. En 1866 Zamora y Portuguesa formaron Zamora.y así pasó con otras entidades. Tal reagrupación respondía a la ne­cesidad de enfrentar el grave problema que representaba la situa­ción deficitaria del Tesoro Nacional, que distrafa gran parte de susrecursos para cubrir los enormes gastos ocasionados por una guerraque no cesaba.

Algunos Estados apenas sobrevivían. Uno de ellos era Zamo­ra. En 1874, disponfa como renta sólo al escasísimo Situado y el m­fimo impuesto del papel sellado, y materialmente no tenía cómo vi­vir(GONZALEZGUlNAN, 1954: X, 241-242).

Para agravar aún más las cosas, en 1874 se decidió rebajarleel monto del Situado a los Estados sin minas en explotación. Y de20.000 pesos, lasuma asignada pasó a 16.000. El Gobierno central,

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por otra parte, comenzó a despojar a los Estados del derecho a ad­ministrar libremente sus minas. Desde 1873 el Gobierno había co­menzado a negociar contratos con los Estados para la explotaciónde las salinas y las salinetas, ofreciéndoles, a cambio, pagar a loscedentes los 16.000 pesos trimestrales convenidos en el Situado(SUAREZ, 1965: 19).

El decreto ejecutivo de 27 de enero de 1873 quitó a los Estadosotra fuente de recursos: el pago de peajes o de tránsito.

La Constitución Nacional de 27 de abril de 1881, que fijó ennueve el número de entidades federales, ordenó asignarles a los Es­tados "como renta propia las dos terceras partes del total que pro­duzca en todas las Aduanas de la República el impuesto que se co­bra como contribución de tránsito; las dos terceras partes de lo queproduzcan las minas, terrenos baldíos y salinas administradas porel Poder Federal", disponiendo que tal renta se distribuiría entre losEstados de acuerdo con su población (SUAREZ, 1965= 23). EstaConstitución, además, obligó a los Estados a ceder al Gobierno Fe­deral la administración de las minas, salinas y terrenos baldíos.

El Estado Zamora no resultaba muy perjudicado entonces.Como no tenía minas ni salinas que administrar, pero si terrenosbaldíos, no tenía mucho de qué lamentarse. Atendiendo a la po­blación, Zamora obtuvo el 12,33 por ciento del Situado correspon­diente al ejercicio económico de 1882-1883. Su participación por­centual fue inferior a la obtenida por los Estados Guzmán Blanco(25,78), Los Andes (15,19) y Bermúdez (13,46), es cierto, pero su­perior a la alcanzada por Carabobo (8,34), Lara (12,20), Falcón­Zulia (9,70) y Bolívar (2,84) (SUAREZ, 1965: 29).

No olvidemos, sin embargo, que el Situado no se pagaba conregularidad. Tal incumplimiento despertaba frecuentes críticas delos Estados. El 16 de septiembre de 1885, por ejemplo, el Ministe­rio de Hacienda envió una comunicación a los Presidentes de Es­tado señalándoles que, debido a los gastos acarreados por la suble­vación de Pulgar, se había decidido reducir los gastos públicos,

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suspendiéndose las cuotas correspondientes al Situado (COL­MENTER V., 1983: 108). Tal decisión representó, como es fáciladivinar, una tragedia para la administración estatal.

La Constitución de 16 de abril de 1891 fijó como renta propiade los Estados el total del impuesto de tránsito y el total del pro­ducto de las minas, baldíos y salinas. La Constitución de 29 de ma­yo de 1901 estableció como renta estatal el total del impuesto detránsito o territorial de todas las Aduanas de la República; el totalde las minas, salinas y tierras baldías; el producto del papel selladoy los impuestos de los otros productos naturales de los Estados, noprovenientes de baldíos. El Código Político de 1904 agregó a lasrentas la cuota parte de la renta de tabaco y de aguardiente. LaConstitución de 5 de junio de 1925 estableció el Si tuado en 10 mi­llones de bolívares al afio a distribuirse entre los Estados proporcio­nalmente a su población, en compensación de la renta provenientede sus tierras baldías y de los demás conceptos que integraban ante­riormente el Situado. La Constitución de 23 de mayo de ]928 su­primió la disposición de los 10 millones de bolívares y establecióque el Situado. ahora aumentado, se distribuyera entre los Estados,el Distrito Federal y los Territorios Federales. El Situado pasó asfde Bs. 10.132.824 en el año fiscal de 1927-]928 a Bs. 21.002.8] 8en el afio fiscal de 1928-]929 (SUAREZ, 1965: 31-58).

El Situado se fue conviniendo de esta manera en casi la únicafuente de ingresos de los Estados.

Para 1896, el total de ingresos del Estado Zamora fue de Bs.986.751, correspondiéndoles al Situado Bs, 920.008. es decir, un93,2 por ciento del total (MENSAJE DEL PRESIDENTE DE ZA­MORA, 1897).

Para 1907 los ingresos del Estado Zamora alcanzaron a Bs.90.990, de los cuales 67.200, un 73,8 porciento ,provinieron del Si­tuado (MENSAJE DEL PRESIDENTE DE ZAMORA, 1907). Deltotal recibido por Zamora en ]907, a San Carlos, la capital, le co­rrespondieron Bs. 16.559, un 18 por ciento. mientras que a cada

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uno de los Distritos del Estado, Barinas entre ellos, le fueron asig­nados solamente Bs.4.135, un 4,5 porciento del total. Este ejemploilustra claramente sobre el por qué era tan importante para una ciu­dad convertirse en capital del Estado.

Para 1938 la dependencia con respecto al Situado había au­mentado, llegando a representar el 97.08 por ciento de los ingresosdel Estado Barinas. Apenas un magro 2,92 por ciento figuraba enel presupuesto estatal como renta propia.

y esto sucedía no solamente en el Estado Barinas, sino quemás o menos se repetía en los otros Estados. no estando el Situadoen ningún caso por debajo del 83 por ciento de los ingresos estatales(SUAREZ, 1965: 64).

El Gobierno central había encontrado en el Situado Constitu­cional una vía legal para controlar las apetencias estatales y parafrenar las ambiciones de los caudillos del interior del país con unbozal de hierro. Esa vía administrativa y financiera. unida a la víapoI ítíca (consti tución de Consejos de Gobierno, repartos selectivosde cuotas de poder y de privilegios. y represión sin piedad). ter­minaron por debilitar la imponente presencia del caudillo regional.

5. Un angel fatal nos cubrió con su sombra

La Venezuela del siglo XIX era un país predominantementeagrícola y rural. irregularmente poblado, sin casi médicos ni hos­pitales. y con pocos y deficientes servicios públicos. Casi no exis­tían acueductos. Las pocas ciudades con población superior a los10.000 habitantes se abastecían de agua proveniente de fuentes pú­blicas, alimentadas por acequias. hasta 1870. Poco antes, y princi­palmente durante la gestión presidencial de Guzmán Blanco, sehabía iniciado la construcción de los modernos acueductos de pre­sión en algunas ciudades: Coro (1866), Caracas (1874). Valencia(1878) YPuerto Cabello (1890) (ARCILA FARIAS, ]961: 11, 360).No había ningún sistema de cloacas. pues hasta finales del siglo

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ninguna ciudadvenezolana contócon un sistema general de cloacas(ARCILA FARIAS, 1961: 11, 433). En todas partes la pobreza con­vidaba al hambre, y ésta resultaba un excelente caldo de cultivo pa­ra el desarrollo de innumerables enfermedades, algunas de ellas en­démicas. En tales condiciones, prosperaban las enfermedades in­fecto-contagiosas que arrasaban sin piedad a los más pobres, prin­cipalmente a la población infantil menesterosa.

Para teneruna idea más apropiada de la situación tan críticaque en materia sanitaria atravesaba el país, sólo nos bastaría con re­cordar algunos de los "males" del siglo XIX.

En 1854 una epidemia de cólera morbus azotó a Margarita,y luego a La Guaira y a Caracas, hasta extenderse por todo el terri­torio nacional (VELOZ, 1945: 106). En 1818-19, 1843, 1854-55,1864, 1876 Y 1897, epidemias de viruela aquejaron a la nación(LANDAETA ROSALES, 1963: 11, 231; VELOZ, 1945: 244). En1852,1862,1865,1885, 1888y 1889,sepresentaronepidemiasdesarampión. En 1854, 1870, 1880 Y 1885, de tosferina. La fiebreamarilla azotó a Caracas en 1844, a Trujillo en 1853, al centro delpaís en 1862, a toda Venezuela en 1884-85, a Guarenas en 1880, alTáchira en 1887, a Trujillo en 1888, y a los Andes y al centro delpaís en 1889 (LANDAETA ROSALES, 1963: 11, 231). El paludis­mo asoló sistemáticamente al país desde mediados del siglo XIX.Los Estados llaneros, donde se desarrollaba mayormente la gana­dería, fueron los más afectados. BARRETO MENDEZ (I921) yARCILA(1941), ambos citados por TOSTA (1972: 46-47), relata­ron cómo el paludismo se introdujo en el Estado Cojedes por la po­blación de El Baúl, y desde allí se difundió al centro del país, lle­vado por los combatientes en las guerras civiles que estremecieroncontinuamente la república.

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5.1 El incontrolable paludismo

Barinas no fue una excepción.

En la Memoria presentada por el gobernador CODAZZI(1960: 11, 190-194) a la Diputación Provincial de Barinas en 1846,al hacerel inventario de los principales problemas confrontados porla Provincia, señaló que los males de Barinas se agravaban por:

las calenturas que afligen anualmente con más o menosfuerza a la capital y a otros varios puntos, produciendo unaperturbación inmensa en el trabajo, en los intereses yen lapoblación, e influyendo poderosamente en la pública pros- .peridad.

Las calenturas no eran cosa del pasado. Codazzi considerabaque no siempre se presentaron tales calenturas, porque si no Barinasno podía haber prosperado entre 1786 y 1810. Por tal razón, debe­rían averiguarse las causas que producían las fiebres, para extir­parlas y mejorar la salubridad en la ciudad de Barinas. Si Barinasantes fue sana, eso quería decir que la humedad y el calor que allíexistían, no eran las causas de las fiebres en Barinas, porque la ciu­dad no había variado últimamente de posición, y la humedad y elcalorhabían sido más o menos los mismos desde hacía mucho tiem­po. Además, proseguía Codazzi, se sabe por experiencia que las ca­lenturas aparecían y se intensificaban a la salida de las aguas ya laentrada del verano, y a medida que se va secando la tierra. 5 El malno estaba, entonces, concluía Codazzi, ni en el suelo de Barinas, ni

5 El Or. Félix R. PAEZ (J888: 90-91) sostuvo. en el caso de Ciudad Bolívar.que las inundaciones provocadas por los ríos en la estación lluviosa, con­vierten al paludismo"en la constitución médica reinante"siendo las fiebreslas que suministran al prácticomédico el mayornúmero deenfennos. En losmeses de abril y mayo se observaba una forma particular de fiebre. que elpueblo llamaba "tifus". presentándose en una forma simple o complicada.La forma simple se caracterizaba por un aumento de temperatura en el en­fermo. "que se exacerba por la tarde y que alcanza en el fastigium á 40 ó 41.y dura dos. tres o más septenarios". Esta forma fue llamada por Rísquez "fie­bre remitente prolongada". En las formas complicadas "se observa la con­gestión o la flegmasía de una víscera", apareciendo la hemingitis.Ia bron­quitis,la congestión pulmonar. la enteritis, las congestiones del hígado, delbazo y de los riñones.

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en su clima: el mal radicaba en un territorio situado a barlovento deBarinas, en un paralelogramo de más de diez leguas cuadradas(30.155 hectáreas), comprendido entre los ríos Boconó, Masparroy otros dos más, uno que va desde Agua Negra y otro que corre enlínea opuesta. Allí, en esa selva, las aguas se estancaban y corrom­pían, convirtiéndose en la fuente de mismas pútridas, 6 que luegoeran empujadas por el viento con dirección ENE, que las llevabahasta las poblaciones de Obispos, Barinas, La Yuca, Boconó, Mas­parro y Sabaneta. Codazzi proponía el desarrollo de la agricultura,que llevaría a desmontar esas zonas pútridas, recobrándose la salu­bridad perdida, por los cambios de los cursos de los ríos, dejandoen seco madres viejas e inundando tierras bajas.

Barinas, en aquella época, estaba infectada de paludismo.Los dirigentes, inducidos por intereses poltticos, intentaban, sinembargo, ocultar la verdad o disminuir su crudeza. J.1. Pulido, Go­bernador de Barinas, en la Memoria presentada en 1845, había a fi r­mado, un afio antes que Codazzi, que:

No ha reinado enfermedad alguna el presente año conse­cuencia necesaria de la Iimpicza de poblaciones, que conpoca ó mucha exactitud sigue haciéndose anualmente. Enalgunas poblaciones se sufre dc calenturas, no de mal ca­rácter sino las estacionales que se experimentan todos losaños, y esto no generalmente pues se puede asegurar quesólo una centésima parte de los habitantes las padecen y

son de fácil curación (IRIBARREN, 1847: 44).

6 La mayoría de las teorías de la época atribuían la causa de la enfermedad aemanaciones malas de los pantanos, es decir, a miasmas, efluvios malignosdesprendidos de materias corruptas. De allí el nombre de malaria, malaireo paludismo, o enfermedad de los pantanos. La explicación de Codazzi eraerrónea, error muy comprensible entonces, y se correspondía con la teoríade las emanaciones predominante hasta el siglo XIX, a pesarde que en 1806John Crawford sostuvo que las epidemias, entre ellas el paludismo, eranproducidas por gusanos microscópicos, y Rasori, en 1846, había afínnadoque "las fiebres intermitentes eran producidas por parásitos". Y en 1853 elvenezolano Daniel Beaupcnhuy afirmó que los mosquitos eran los transmi­sores del paludismo y de la fiebre amarilla (MENDOZA MONTANl, 1986,12,48: 154-156; LAIN ENTRALGO, 1974 :VI. 364).

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Barinas tenía unos 3.000habitantes, pcroestaba prácticamentedesguarnecida en materia hospitalaria. Hacia 1851 habían s610dosmédicos establecidos en la ciudad: los doctores Daniel Quintana yJuan Vicente González Delgado. EllO de junio de 1851 fue nom­brado Quintana como Médico de Ciudad, y prestaba asistencia mé­dica gratuita a los pobres, todo los días desde las lOa las 11 de lamañana (TOSTA, 1968: 138).

Las otras partes de la Provincia no estaban en mejor condi­ción. En 1876 se había designado un Médico de Ciudad en Nutrias(APUNTES ESTADlSTICOS DEL ESTADO ZAMORA, 1876:173). Enjulio de 1888 había sido creada una medicatura de ciudaden Guanare (LA JUVENTUD, 100: 26.07.1888). Dos años anteshabía abierto en Guanare la Botica Tovar, de Guillermo Tovar, quevendía, además de medicinas frescas, otras de la propia invenciónde Tovar o patentadas, como las píldoras febrífugas de William,que eran píldoras emenagogas correctivas del aparato genital e in­dianas purgantes, Rob depurativo y el tónico Amargo Indiano (LAJUVENTUD, 75: 10.02.1886).

En Barinas se había establecido una farmacia regentada porFernando Valbuena hacia finales de siglo. Muerto Valbuena, las ca­sas mercantiles se ocuparon de vender mercancías, hasta que en .1909 el Dr. Rafael Medina Jimcnez fundó un pequeño botiquín paradespachar las fórmulas requeridas por su clientela (CENTROFARMACEUTICO VENEZOLANO, 78: 15.12.1915).

El específico utilizado para el combate del paludismo era laquinina. Desde mediados del siglo XVII se utilizaban los polvos ex­traídos de la maceración de la corteza de un Arbol peruano descritobotánicamente en 1737 por La Condamine como Quinaquina, ymás tarde como Cinchona por Linneo. En 1820 José Pelletier y Bie­naime Caventou aislaron su principio activo, la quinina, que se uti­lizó ampliamente para el tratamiento eficaz del paludismo hasta eldescubrimiento de las drogas antimaláricas sintéticas (MENDOZAMONTANI, 1986, 12,48 : 154-155).

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En las condicionesantes descritas, el paludismo prosiguió sumarcha incontenible en Barinas, estimulado por la correntía de lasacequias entre las calles de la ciudad, las ruinas, los charcos y losexcrementos del ganado que andaba libremente en el poblado.Existía una Ley de Policía que ordenaba el encierro de las reses, de­jando sólo sueltas las vacas del patio con la condición dc que suspropietarios las amarraran de noche. Pero nadie hacía caso de talley, y el ganado ensuciaba las calles y causaba daño en los sem­brados (EL IDEAL, 23: 15.06.1886).

El 8 de noviembre de 1903, el sabio Lisandro ALVARADO(1938: VIII, 412-413), escribió una dramática carta a Lcopoldo S.Landaeta sobre las condiciones sanitarias existentes en Barinas:

La mortalidad es considerable. Pensaren combatircon éxi­to completo el paludismo es pensar en lo excusado. Fuerade la mortalidad, se ve languidecer la población de los cam­pos con el paludismo crónico, las úlceras tórpidas de laspiernas, la anemia persistente. La consecuencia es la des­población y la falta de brazos para el trabajo. A este cuadropoco halagüeño deben añadirse las enfermedades epidémi­cas' que afectan lo mismo al hombre que a los demás ani­males. Entre las que son características, pueden señalarsela fiebre remitente biliosa y la fiebre hematúrica, la tifoma­laria y la disenteria ... En cuanto a los animales, las enfer­medades epidémicas que más se ceban en ellos son la de­rrengadera y varias afecciones conocidas con el nombregenérico de peste. Los estragos que estas dolencias causanen el ganado caballar son motivo para que la cría no dé tangrandes resultados. como podrían esperarse, siendo ella labase de la riqueza del llano.

La ciudad de Barinas se surtfa de acequias que acarreaban a­gua para el consumo de la población desde el cercano río Santo Do­mingo. La primera acequia fue construfda en 1761. Después se hi­cieron otras, de tal manera que para el año de 1900 la ciudad estabaprácticamente atravesada, de norte a sur, por varias acequias. Las

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dos más importantes.eran las que pasaban, la una, por la hoy callePlaza, y la otra, por la calle Arzobispo Méndez, Para ese entoncesla población de la ciudad había disminuido considerablemente,pues apenas contaba con un poco más de 1.000 habitantes, residen­tes en 163 viviendas: 117 con techos de palma, 44 de tejas y 2 dezinc. Y sin embargo, la mortalidad por paludismo continuaba. Enel afio de 1908, el gobierno decidió cerrar las dos acequias principa­les en un intento, coronado medianamente por el éxito, por acabarcon los criaderos de zancudos, transmisores del paludismo (TOS­TA, 1968: 162; 1977: 32-33).

5.2 El cólera, un visitante indeseable

Pero no era el paludismo la única enfermedad que diezmabaa los barineses. pues causaron grandes estragos los ataques del có­lera morbus, la viruela y el vómito prieto durante los años 1855 y1856 (APUNTES EST ADISTICOS DEL ESTADO ZAMORA,1876:.173).

La historia del cólera morbus es particularmente aterradora.

El cólera es diseminado por un microorganismo llamado Vi­brio cholcrae, identificado en 1883 por Robert Koch, que se pro­paga únicamente en el sistema intestinal. La infección siempre esoral, y la enfermedad es difundida por la ingestión de excreciones.El microorganismo se elimina con desinfectantes carbólicos o por .c1oronización del agua filtrada. Difundido desde la India, pasó aRusia, y por el Medio Oriente a Europa, y de allf a América. El có­1cra atacaba a los pobres de una manera despiadada, por lo que fueconsiderada una enfermedad social, que prosperaba de acuerdo alas condiciones de vida de la población. Durante el siglo XIX sepresentó muchas veces en Europa, ocurriendo los mayores brotesen los años 1848-1850 y 1853-1866 (BRIGGS, 1977, 17: 65-79).

El mayor ataque de cólera se registró en Venezuela entre sep­tiembre de 1854 y fines de 1856. La epidemia penetró al país porel puerto orinoqueflo de Barrancas y se extendió porParia, Margari-

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ta, Barlovento y otras regiones. En Caracas murieron 2.250 perso­nas entre el 26 de agosto de 1855 y el 24 de junio de 1856. En Va­lencia fallecieron 1.500; en Turmero 1.281; en La Victoria 600; enLa Guaira 336; en Los Guayos 288; en Maiquetía 225; en Guacara205; en San.Joaquín 104. Sólo en c\ cuartel de la ciudad de Cumanámurieron 200 hombres y la ciudad quedó despoblada por el pánico(RODRIGUEZ, 1973: 158-159).

El 7 de octubre de 1855 apareció en Guanare un enfermo decólera, que murió 24 horas más tarde. Meses más tarde, en enero de1856, la epidemia invadió el cantón Guanarito. Para el 26 de esemes habían 299 casos reportados, registrándose 183 muertos. En clcantón Araure se habían producido, para el 16 de enero, 14 de­funciones. En marzo de 1856 la epidemia reapareció en Guanare:entreel9yel27 de ese mes se produjeron 44 muertes. En mayo mu­rieron 36 personas en Guanarito y 35 en Ospino. Solamente en Gua­nare, entre el28 de mayo y el9 de julio de 1856, ocurrieron 80 muer­tos (RODRIGUEZ RIVERO, 1929: 137:138).

El 3 de noviembre de 1855 le tocó el tumo a San Fernando deApure. En apenas 26 días el cólera diezmó a 300 habitantes. A fi­nales de 1855 fueron reportados 20 muertes por ese mal en Pal­marito (RODRIGUEZ RlVERO, 1929: 139).

El primero de diciembre de 1855 el cólera penetró en la pro­vincia de Barinas por el Puerto de Nutrias, matando a 180 personasen sólo 18 día". Entre el 13 y el 18 de diciembre de 1855 murieronallí 100 personas. El pánico corrió como pólvora. En la ciudad deBarinas se había reunido, el6 de octubre de 1855, la Junta Supremade Sanidad, compuesta por el Gobernador, dos concejales, el Mé­dico de Ciudad y dos facultativos libres. El objetivo de la reuniónera enfrentar la epidemia y tomar las providencias del caso. Trecedías más tarde, el19 de octubre, se distribuyó profusamente una ho­ja impresa titulada "Método higiénico y curativo contra el cóleramorbus", y se tomaron algunas medidas: improvisar una residen­cia privada como hospital; limpieza de montes y basuras de la po­blación; eliminación de animales del poblado, así como de los de-

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pósitos de cueros y las curtiembres; cavado de un foso a sotaventode la ciudad, de 20 varas de longitud, 20 de ancho y 20 de profun­didad para enterrar los cuerpos de los muertos porel cólera; adquirir100 quintales de cal y construir dos carros para el transporte de loscadáveres. Ese instructivo recomendaba también a los habitantesque asearan sus casas, se abstuvieran de consumir alimentos de di­fícil digestión, evitaran los resfriados, no sé trasnocharan, filtraranel agua de las acequias, no se alimentara a las personas violentas deánimo y no durmieran muchas personas en una sola habitación. A­demás se aconsejaba como preventivo tomar por las noches un"menjurgue", con los siguientes ingredientes, mezclados y expues­tos al sol durante dos o tres días: infusión de té o guarapo de azúcarhervido, brandy o aguardiente, zumo de guaco y carbón de cocopulverizado (ROORIGUEZ RIVERO, 1929: 140).

Tal "menjurgue", menjurje, o más propiamente mejunje, co­rrespondía, en realidad, a una receta del Or. Amitesarove, de ampliadifusión en Barinas, yque se tomaba como preventivo: una cuchara­dita todas las noches con una taza de té o guarapo. La receta exactaera la siguiente: una botella de brandy o de aguardiente fuerte, unaonza de zumo de guaco y una onza de carbón de coco pulverizado.La mezcla se ponía al sol durante dos o tres días. Pero una vez quela enfermedad se presentaba, se le recomendaba al enfermo guardarcama, arroparse con cobertores de lana calientes, colocarse ladri­llos bajo los pies, y tomar cada dos horas una taza de jenjibre, té,manzanilla, yerbabuena, con una cucharada de la siguiente prepara­ción: una botella de brandy o de aguardiente fuerte y 3 onzas de raízde mato pulverizada. Esa mezcla se debía exponer al sol dc 5 a 8días. Para fricciones, se empleaba la fórmula del Dr. José MaríaVargas, compuesta por media libra de brandy fuerte, 6 onzas de vi­nagre fuerte y media dragma de mostaza en polvo (LA GACETADE MERIDA, 4: 15.02.1856).

En el cantón de Nutrias se reunió también la Junta de Sanidad,ordenando medidas públicas similares, tales como la apertura delfoso y la calcificación de los cadáveres. Todos los buques proce­dentes de Guayana o de San Fernando que arribaban al Puerto de

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Nutrias eran puestos en cuarentena. Aparte de la inminente llegadadel cólera. la situación era dramática porque el poblado sufría tam­bién un ataque de viruelas. El 16 de noviembre cundió el miedo enel Puerto porque un viajero recién llegado de San Fernando relatólos estragos del mal en esa ciudad: en algunos días la epidemia cau­só más de 40 víctimas. Ante tan malas noticias. comenzó el éxodoen el cantón de Nutrias. Para el 13 de diciembre de 1855 casi todaslas autoridades y los habitantes del Puerto se habían refugiado enla cercana ciudad de Nutrias. El Puerto. abandonado. cayó en poderde bandidos qué se dedicaron al saqueo de los almacenes y de lascasas. La intervención casi solitaria del valeroso Pedro Sader­strong, que detuvo a muchos malhechores. impidió mayores daños.Sin embargo. aún no se había propagado la enfermedad. Pedro Ma­ría Travieso. Jefe Político del cantón. trasladó su despacho a Cha­parrito, a una legua de la ciudad. Allí también se reunió la temerosaAsamblea Municipal. El Administrador de las Rentas Internas hu­yó a Caracas. llevándose las llaves de su oficina. El Dr. Oriach, Se­cretario de Gobierno. ordenó "detenerlos por cobardes. reempla­zándolos con personas que supieran llenar debidamente las obliga­ciones que contraían". Por fin. ell7 de diciembre de 1855, llegó laenfermedad a Ciudad de Nutrias. cobrando 50 víctimas en apenascuatro días. Curiosamente. el mal tardó en propagarse 17 días entreel Puerto y la Ciudad de Nutrias, distantes entre sí poco más de unkilómetro. Para el 19 de diciembre la enfermedad comenzó a ceder.La atención a los enfermos desplegada por Antonio Marenco fuedigna de alabanza. Luego. el mal pasó a Santa Lucía. donde en sólodoce días mató a 80 personas. En Santa Rosa. entre el9 de diciem­bre de 1855 y el 9 de enero de 1856 murieron 27 personas. El 5 deenero cayó la población de La Cruz. El 30 de junio invadió los can­tones de Obispos y de Pedraza. A principios de julio apareció en Ba­rinas. En agosto azotó los cantones de Obispos. Libertad y Nutrias.las parroquias de Santa Lucía y Santa Inés del cantón Barinas y lade Canaguá del cantón Pedraza. Para evitar el contagio de Mérida,el gobierno dispuso el establecimiento de cordones sanitarios en elcamino de Los Callejones y en las vías de Calderas y Curbatí (RO­DRIGUEZ RIVERO. 1929: 141-146).

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El cólera apareció a principios de julio en la ciudad de Barinascon una furia asesina, pero ya a finales de septiembre había cesadosu intensidad. En tan corto lapso, ocasionó unas 7.000 víctimas.Las calles de la ciudad eran recorridas continuamente por carretastiradas por bestias recogiendo los cadáveres y los moribundos parallevarlos a Chupa Chupa, al fmal de la calle Real, donde eran arro­jados a una fosa común. De tan macabro transporte en tan desoladoescenario, surgió la leyenda de la "Carreta del Cólera" (ACOSTA,1962: 62-63). Esa carreta, que se oía según algunos recorriendo amedianoche la calle Real de Barinas, espantaba a los barineses, consu carga de muertos, los ayes desesperanzados de los moribundosy los chirridos de los oxidados goznes de la lenta carreta sobre lascalles de tierra del poblado.

5.3 Las estadísticas vitales

Resulta bastante difícil hacer una relación pormenorizada dela situación sanitaria del Estado Zamora, porque no se disponen deseries estadísticas largas y confiables sobre la materia. Pero, al me­nos, utilizando comparativamente algunas de las escasas cifras dis­ponibles. es posible dar al lector una idea de la profunda crisis sa­nitaria que se vivía en las postrimerías del siglo XIX e inicios delXX. -

Consideremos primero el período 1886-1888:

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Matrimonios, nacimientos y defuncionesocurridos en el Estado Zamoradurante el período 1886-1888.

Añoy (1) (2) (3) (4=2-3)Trimestre Matrimonios Nacímlentos Defunciones Variación

1886 (a) 337 6.554 5.359 495I 201 2.352 1.257 39511 (b) (b) (b) (b)1lI 58 1.676 2.092 - 416IV 78 2.526 2.010 516

1887 761 7.015 6.735 288I 209 2.200 2.079 12911 276 2.096 1.385 7111lI 119 1.183 1.370 -187IV 157 1.536 \.901 ·365

1888 (a) 474 6.729 5.644 1.085I 236 2.752 2.067 6R5Il (h) (h) (b) (h)111 108 1.(0) 1.676 229IV 130 2.072 \.901 171

Notas: (a) Sólo tres trimestres del año(b) lnformación no disponible

Fuente: LA ESPERANZA (Guanarc): 76: 07.06.1886; 106: 21.01.1887; 112: 14.03.1887; 124: 14.07.1887; 138: 22.101887; 156: 11.02.1888; 159: 03.03.1888; lJ7: 09.061888; 204: 15.12.1888; 212: 09.02.1889.

En el cuadro anterior se presentan los datos correspondientesal período 1886-188~,del cual sólo 1887 aparece con informacióncompleta para los cuatro trimestres. Sin embargo, puede verse cla­ramente que para 1888 la población estaba en vías de recuperación.El año más crítico fue el de 1887, cuando la población apenas creció .en 288 habitantes.

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Las cifras para 1907 en el Estado Zamora fueron las siguien-tes:

Matrimonios Nacimientos Defunciones Variación

Zamora

Venezuela

31R

6.052

3.2R3

74.324

3.742

52.160

-459

22.164

Fuente: Ministerio de Fomento. Dcmografía Venezolana,1Q09:18. Cálculos dcl autor.

En 1907 las defunciones en el Estado Zamora superaron a losnacimientos, por 10que la población decreció en 459 habitantes, alcontrario de lo que estaba sucediendo en la nación.

Las causas de defunciones en el Estado Zamora difieren unpoco de las establecidas para todo el país,

Dcl toial de defunciones ocurridas en Venezuela (52.1ÓO), un47,6% correspondieron a enfermedades generales; 12,7% a cnfcrmedades del sistema nervioso y órganos de los' sentidos; 10,4% aenfermedades del sistema digestivo: 8,8% a enfermedades del a­parato respiratorio y 20,4% a otras causas (MINISTERIO DE FO­MENTO. DEMOGRAFIA VENEZOLANA, 1909: 18).

Del total de defunciones acaecidas en el Estado Zamora en]907 (3.472); 48,4% correspondieron a enfermedades generales;18,6% a enfermedades mal definidas; 12,5% a enfermedades dcl a­parato respiratorio: 10,1% a enfermedades del sistema nervioso yórganos de los sentidos, y 10,4% a otras causas. (MINISTERIO DEFOMENTO. DEMOGRAFIA VENEZOLANA. 1909: 30).

La causa más importante de mortalidad en 1907 fue el pa­ludismo, con 984 defunciones, que representaron un 26,3% del to­tal de muertes del Estado Zamora. Luego le siguieron, en orden de­creciente de importancia: ncumonfa (428), hidropesfa (376), disen­tería (241), tuberculosis (238), tétanos (234), anemia clorosis

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(128), convulsiones (67), accidentes departo (58), angina de pecho(47), congestión y hemorragias cerebrales (38), tosferina (37), a­fecciones del hígado (37), fiebre recurrente (25), sarampión (24),eclampsia no pucrperal (24), fiebre tifoidea (20), gangrena (19) Ysífilis (12).

En 1907 fallecieron en Venezuela 390 personas víctimas dehomicidio. Entre los cinco Estados con mayor cantidad de homici­dios estaba Barinas, con 33 muertes, sólo superado por Lara (60),Táchira (56), Trujillo (43) y Falcón (35).

Al referimos exclusivamente a la ciudad de Barinas, de a­cuerdo a la información aparecida en los libros del Registro de laJefatura Civil del Municipio. encontramos lo siguiente:

Nacimientos y defunciones de la ciudad de Barlnas. durante el período 1905-1911.

Año Naclmíentos Defunciones Variación

1905 46 96 ·50

1906 28 71 - 43

1907 32 63 -31

1908 25 74 -49

1909 ND ND ND

1910 65 55 10

1911 66 44 22

Fuente: EL RENACIMIENTO, 30: 01.10.1912

Los comentarios son obvios: al menos, entre 1905 y 1908, lasituación demográfica en Barinas era alarmante. Empero, profun­dicemos. Tomemos el año de 1907, para el cual disponemos demayor información procedente de otra fuente (MINISTERIO DEFOMENTO. DEMOGRAFIA VENEZOLANA, 1909: 110, ss.).

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En 1907 ocurrieron en la ciudad de Barinas 63 defunciones.Las causas de mayor mortalidad le correspondieron al paludismo(16) y a la disentería (10), que, en conjunto, fueron responsables del41 por ciento de las muertes. Las otras causas fueron, en orden de­creciente de importancia: neumonía (6), enfermedades especialesde la primera infancia (6), sarampión (3), hidropesía (3), convulsio­nes en niños (3), enfermedades mal definidas (3), septicemia pucr­peral (2), y luego, con una defunción por concepto: tuberculosis,diarrea y enteritis, afecciones del hígado, accidentes del parto, de­bilidad senil, anemia, tétanos, angina de pecho, bronquitis aguda,causas exteriores y otras enfermedades generales.

Al comparar las estadísticas de nacimientos y defunciones dela ciudad de Barinas, con otras ciudades de la región, para 1907, en­contramos:

Nacimientos y defunciones en las ciudadesmás importantes del Estado Zamora. 1907.

PoblaciónCiudad Nacimientos Defunciones Variacl6n Censo 1891

Barinas 32 63 - 31 5.354San Carlos 250 258 - 8 10.159El Tinaco 266 223 43 11.048Guanare 88 118 - 30 9.051Acarigua 117 95 22 7.587El Baúl 121 72 49 6.751

Fuente: MINISTERIO DE FOMENTO.

DEMOGRAFIA VENEZOLANA. 1909: 110, ss.Cálculos del autor.

De todas estas poblaciones, El Baúl y Barinas son las que re­gistran menor cantidad de defunciones por 1.000 habitantes: 10.7y 11,8, respectivamente. Estas cifras resultan bajas cn comparacióncon las registradas en El Tinaco y San Carlos, con 20,2 y 25,4 res­pectivamcnte.

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No obstante, vistas las cifras de otra manera, de las seis ciu­dades más pobladas del Estado, tres (El Tinaco, Acarigua y El Baúl)tuvieron saldos positivos de población.mientras que las otras tres(Barinas, San Carlos y Guanare) registraron saldos negativos, co­rrespondiendo a Barinas el saldo negativo mayor.

Al considerar las tasas de mortalidad por 1.000 habitantes envarias ciudades de Venezuel a para 1907, encontramos que Barinasestaba, sin embargo, entre las que acusaron menor coeficiente:

Tasa de mortalidad por 1.000 habitantespara varias ciudades venezolanas. 1907.

Villa de Cura'Puerto CabelloOcumare del TuyMaracaiboLa AsunciónCaracasBoconó

La VictoriaLos Tequcs

38,4

38,235,634,4

34,3

33,6

33,231,430,6

San CarlosCalabozoCiudad BolívarSan FernandoAragua de BarcelonaGuanareBarinasMaiurín

25,421,S

20,216,1

16,0

13,0

11,8

\0,6

Fuente: MINISTERIO DE FOMENTO.DEMOGRAFIA VENEZOLANA, 1909: 143

Obsérvese que los datos anteriores contradicen lo aceptadocorrientemente: que las regiones, o ciudades, de mayor desarrollorelativo tienen menor tasa de mortalidad que las más atrasadas ydistantes del centro político administrativo.

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5.4 La invasión de las langostas

Muchas otras calamidades. aparte de las enfermedades, se ce­baron sobre la región zamorana. Sequías e inundaciones consti­tuían. y aún constituyen. un verdadero vía crucispara el llano, cau­sando innumerables pérdidas materiales y humanas.

y por sí aún tanto martirio no bastase. aparecieron ejércitosde langostas en el cielo de Venezuela. arrasando los cultivos que en­contraban a su paso y distrayendo muchos recursos para su COtTl­

bate.

Las primeras informaciones sobre langostas en la década de1880 fueron registradas en el Estado Zulia, cuando. hacia 1881. in­vadieron la Península de la Goagira, procedentes de las Provinciasde Cartagena y de Santa María. pertenecientes a la vecina Colom­bia. En mayo de ese año las encontramos en Maracaibo, donde ensólo tres días destruyeron todos íos árboles y jardines de la ciudad(LA OPIN10N NACIONAL. 13.06.1881). En ] 88] -82 la alarmavino de VilJa de Cura. donde destruyeron sementeras y sembrados(BOTELLO. 1971: 220). Jchu Bakcr, cónsul estadounidense enCaracas. en carta al Secretario de Estado fechada en Caracas el 26de junio de 1883.1as reportó volando sobre Caracas ese día. en unacantidad tal que oscurecieron clcielo desde las 9 de la mañana hastalas 5 de la tarde (DESPATCHES. June ] 883, Roll 33).

En 1884 las langostas se dirigieron hacia el Estado Zamora.El 20 de octubre de ese año el Presidente del Estado. Juan José Ca­nales. expidió desde Guanare un decreto ordenando su combate(GACETA OFICIAL DEL ESTADO ZAMORA. 80: ] 884). Cana­les. considerando "que es inmensa la cantidad de langostas que hoyasolan el territorio del Estado". y ante la necesidad de exterminar­las. decretó que los Jefes Civiles de los Distritos impondrán a loshabitantes de sus jurisdicciones el deber de destinar dos horas dia­rias para la destrucción de la langosta. exceptuándose sólo los me­nores de edad. los ancianos y los enfermos. El periódico obispcñoLA JUVENTUD (72: 10.11.1885) señaló que el ataque de lan-

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gostas en el Estado había aumentado y recomendaba, para sucombate, exterminarlas en tierra, en estado de larva o saltona, por­que de esta manera resulLaba mucho más fácil la operación quecuando volaban. El mismo periódico (LA JUVENTUD, 77:04.03.1886) informaba que las langostas continuaban haciendo es­tragos a los agricultores, aunque parecía que los danos iban dismi­nuyendo, porque "tiene menos a quien comerle... ". En mayo con­tinuaba la población luchando contra los ortópteros, pues las autori­dades habían librado órdenes para perseguir y extirpar todos los en­jam bres de langostas (BRISAS DEL LLANO, 6: 31.05.1886). Enjunio se decía que muchos huevos de langostas se habían converti­do en un gusano que en el campo llamaban "jiguá" (EL IDEAL, 23:15.06.1886). Para octubre, al parecer, se habían acabado las lan­gostas, que sucumbieron ante el ataque de pájaros negros y amari­llos (EL IDEAL, 25: 31.10.1886). Las langostas se habían ido yMérida era ahora la víctima (EL LAPIZ: 27.05.1886).

Desgraciadamente, las langostas regresaron en 1887 y en1891.

En junio de 1887, el periódico de Libertad EL IDEAL (31:15.06.1887) informó que "han vuelto las langostas á invadir estascomarcas. Son nubes lasque han pasado en estos días i ya han hechoalgunos daños en las sementeras".

En octubre de 1891, el periódico obispcño EL HERALDO (2:19.10.1891) reportó otra invasión dc langostas en el Municipio,"que no ha dejado nada en las sementeras, especialmente en losmaíces veraneros".

El paso de la langosta arruinaba los cul tivos, ocasionaba gran­des pérdidas a los productores y desalentaba la actividad agrícola.Reducida la oferta de productos, sobre todo los dc primera necesi­dad, sobrevenía el hambre, especialmente para la gente de menoresrecursos.

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6. No sólo de pan ...

Desde 1825 se comenzó a gestionar la introducción de unaimprenta en Barinas, así como la edición del primer periódico (ELARCOS, 01.08.1825; TOSTA, 1968: 114). Sin embargo. los inten­tos resultaron infructuosos, y no fue sino hasta cuatro años despuésen 1829. cuando llegó la primera imprenta, introducida por elgobierno provincial (LAS ESTADISTICAS DE LAS PROVIN­CIAS ...• 1973: XXIX), y se creó el primer periódico: El LlaneroLibre (LA IDEA FELIZ. 37: 10.11.1886; LAS ESTADISTlCASDE LAS PROVINCIAS ... , 1973: XXIX) 7

La imprenta era vista entonces como un heraldo de la cultura.Donde llegaba, se inauguraba la luz del saber, y se abría la posibili­dad de la comunicación entre los pueblos. En los periódicos se es­cribía sobre política local y se ventilaban los problemas de la co­munidad, constituyendo una tribuna relativamente abierta a la ex­presión ciudadana. particularmente de los letrados locales.

Comparativamente con otras ciudades. la imprenta llegó ternpranarnente a la ciudad de Barinas, lo cual nos da alguna idea de laimportancia que la ciudad tenía aquel tiempo. Antes que en Bari­nas, encontramos la imprenta en Caracas (en 1808, llevada por Mi­randa), en Valencia (1811). en Cumaná (1812). en Angostura(1818). en Guanare (1826) 1, en Puerto Cabello (1820), en Barquisi­meto (1827) y en Maracaibo (1828). Después de Barinas, la halla­mos en Barcelona (1835), en Coro (1842), en Mérida (1844), en LaGuaira y San Cristóbal (1845), en La Victoria (1848). en Maturín(1854), en San Fernando de Apure y Yaracuy (1856), en San Car­los, Guárico y Nueva Esparta (1850), en Trujillo (1864). en Petare

7 Persisten algunas dudas al respecto, Julio FEBRES CORDERO (1974: 117)sostiene que El Llanero Libre circuló en Guanare y no en Barinas, Por otraparte, TOSTA (1968: 120) señaló que el periódico más antiguo de Barinasfue La Antorcha Barinesa, editado en 1840 por Napoléon Sebastián Anea­ga, a la sazón Secretario de la Gobernación.

8 Para FEBRES CORDERO (1974: 116} la imprenta fue introducida enGuanarc en 1824.

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(1874). en Carora (l 875) yen Quíbor(l879) (LA IDEA FELIZ, 37:10.11.1886; LAS ESTADISTICAS DE LAS PROVINCIAS...•1973: XXIX).

Algo similar sucedió con los periódicos. El primero fue LaGaceta de Caracas (en Caracas, 1808). Después vinieron: EL Co­rreo del Orinoco (en Angostura. 1818). El Correo del Zulia (en Ma­racaibo), Aurora de Apure (en Guanare, 1825), El Llanero Libre (enBarinas, 1829). El Venezolano (en Valencia. 1830) y El Guanareño(en Guanare, 1830) (LAS ESTADISTICAS DE LAS PROVIN­CIAS ... , 1973 : XXIX; FEBRES CORDERO. 1974: 116).

En ese tiempo, la instrucción pública estaba muy restringidaen la Provincia de Barinas. LAS ESTADISTICAS DE LAS PRO­VINCIAS ... (1973: 44 y 46-47) apenas menciona la existencia dedos escuelas de primeras letras en 1831 en Obispos. en el Cantónde Obispos (uno de los ocho cantones en que se dividía la Provin­cia): una pública. con 40 alumnos. y la otra protegida. con 12 alum­nos. Hace referencia a que en el Cantón Pedraza no había ningunapor falta de preceptores, y calla la información con respecto alCantón Barinas, que era la capital, yen la cual debería haber habidoforzosamente alguna actividad educativa.

CODAZZI (1940: 11.98-99) señaló que hacia 1841 habían enla Provincia de Barinas 20 escuelas que atendían a 730 alumnos.Entonces, según el mismo Codazzi.Ia población barinesa con eda­des comprendidas entre 7 y 14 añosalcanzaba a 20.093 individuos.lo que nos indica que sólo una ínfima parte de la población en edadescolar era atendida: apenas un 7,2%. No obstante. esta proporciónera mayor que la estimada para todo el país: cerca de un 5%.

El 28 de octubre de 1840 fueron inauguradas en la ciudad deBarinas dos cátedras: la de Gramática Castellana y la de Latinidad,ambas a cargo del maestro Francisco Rivas (TOSTA. 1968: 123).Tres años después, en 1843, la Diputación Provincial, preocupadapor impulsar el desarrollo de la instrucción, acordó destinar el pro­ducto de las tierras de sus "Propios" (compradas por el Cabildo ba­rinés al Rey de España en 1656). y que medían unas 74lcguas cua-

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dradas, para el sostenimiento de un colegio de Barinas. Esas tierrasestaban dedicadas a la agricultura, pero sus ocupantes no pagabanarrendamiento alguno, yeso representó un problema para la recau­dación de las rentas correspondientes. Sin embargo, al fin, el co­legio logró establecerse, pero, a los pocos aflos de funcionar, debiócerrarse debido a los malestares provocados por la Guerra Federal.La Diputación había hecho reedificar la casa que servía de almace­nes de tabaco, y allí se estableció el colegio. A éste también se le ad­judicaron las ruinas del Palacio del Marqués de Boconó, compradoporla Diputación a Miguel María Pumar, hijo del Marqués (APUN­TES ESTADISTlCOS DEL ESTADO ZAMORA, 1876: 78).

El colegio al cual hacemos referencia fue el Colegio Bolívar.Desde la fecha en que se decidió fundarlo, el 2 de septiembre de1843, fueron tantos los contratiempos que surgieron, que no se con­virtió en realidad sino casi diez aflos después: el primero de enerode 1852. Y se abrió con el dictado de diez clases: educación prima­ria, gramática castellana, gramática latina, inglés o francés, dibujo,música, aritmética razonada, teneduría de libros, geografía univer­sal y filosofía (ACOSTA, 1958: 42). Este colegio fue el primerplantel de educación media en Barinas, y estuvo regido por J.V:González Delgado (TOSTA, 1968: 143).

Según la Memoria presentada porel Gobernadorde la Provin­cia de Barinas en 1845,1.1. Pulido (lRIBARREN, 1847: 46), en laProvincia funcionaban 28 escuelas públicas de primeras letras, con930 alumnos. De ellas, 23 eran de varones con 800 alumnos, y 5 dehembras (o de "niñas", como se decía), con 122 alumnas. Para eseafio, la Provincia de Barinas tenía 30.872 jóvenes entre 5 y 14 aflosde edad, por lo que se deduce que sólo el 4,6% de la población enedad escolar recibía alguna clase de educación primaria.

El 2 de diciembre de 1850 fue creada en Barinas una EscuelaNormal, que comenzó sus actividades el 2 de agosto de 1851 con80 alumnos, dirigidos por Carolino Colmenares y Elías IgnacioHuizzi, pero debió cerrarmeses después, según dispuso la ordenan­za de la Diputación Provincial del 5 de diciembre de 1851.

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Después vino la Guerra Federal, COI) su secuela de males, delos que Barinas fue una de las principales víctimas. La instrucción,que tenía muchos problemas, quedó aún más desasistida, por faltade recursos y porque no existían condiciones adecuadas para im­partirla.

En 1868 el Concejo Municipal asestó otro golpe a la escasaactividad que restaba. El 31 de enero de 1868 los concejales de­cidieron suprimir la clase de Gramática Latina y la Coadjutoría dela Escuela de Primeras Letras, aduciendo escasez de las rentas per­cibidas por el organismo. El Presbítero Henrique María CASTRO(1868: 11), cura y vicario de la ciudad, y Directorde la Escuela Nor­mal de Barinas, fundada el 1ºdejuliode 1867,escribi6,satíricamente,al referirse a tal medida restrictiva:

¡Viva el progreso!

Se dictaban en aquella escuela clases de Gramática Castella­na, Gramática Latina (suprimida. como dijimos). Escuela de Prime­ras Letras (que consistía en lectura y escritura), Aritmética, Doctri­na Cristiana e Historia Sagrada. Allf cursaban 73 estudiantes. em­parentados con prominentes familias barinesas: Cermcño, Tapia.Nieves, Matos. Pulido. Barazarte, Palacio. Briccño, Padrón, Arve­lo. Figucrcdo, Gavidia, Urquíola, Rarnfrez, etc.

El 27 de junio de 1870 el Presidente Guzmán Blanco, conMartín J. Sanabria en el Ministerio de Fomento, promulgó el de­creto de Instrucción Pública. Gratuita y Obligatoria. que cambió unpoco las cosas en materia educativa en todo el país.

Antes de ese decreto, la educación primaria casi había desapa­recido en el Estado Zamora, e igualmente la secundaria. En virtuddel decreto, se comenzaron a establecer Colegios Nacionales en to­dos los Estados de la Unión. Para el añade 1875 el esfuerzo ya habíadado algunos frutos. y existían en Venezuela 654 escuelas que aten­dían a 22.269 alumnos (GONZALEZ BAQUERO. ]962: 23). Za­mora también resultó beneficiada, yel 1º de enero de 1875 un Co­legio Nacional fue establecido en Barinas.

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En el Estado Zamora funcionaban para esa fecha 18 escuelasdiurnas para varones y 2 escuelas para hembras, que atendían. enconjunto, a 820 alumnos: 740 varones y 80 hembras. El gasto men­sual era de 624 venezolanos y la inversión en mobiliario alcanzabaa 780 venezol anos. Todas 1as escuelas del Est ado tenfan 40 alum nos,a excepción de la de varones, que funcionaba en Barinas, con 60 es­tudiantes. En esta ciudad, habfa una escuela de varones y otra dehembras, para un total de 100 alumnos, con un gasto mensual de 74venezolanos y una inversión similar en mobiliario. La otra escuelade hembras funcionaba en Nutrias (APUNTES ESTADlSTICOSDEL ESTADO ZAMORA, 1876: 71-72).

El esfuerzo de instrucción pública se habla concentrado en laeducación primaria. Para 1887 en la Sección Zamora sólo funcio­naban escuelas primarias. y la educación secundaria se habfa para­lizado. El Colegio Federal de Barinas, regido por el Dr. FranciscoJavier Machado, tenfa dos aflos inactivo, debido a que no contabacon alumnos (LA JUVENTUD, 91: 20.05.1887). Meses más tarde,ese Colegio se reactivó. ofreciendo los cursos correspondientes alprimer año de ciencias filosóficas: Psicología, Lógica, Moral yTeodicea, Aritmética Razonada y Álgebra. Además, anunciaba laapertura de la cIase de Latín (EL ECO DE LAS PAMPAS. lO:15'c)9.1887).

A principios de siglo. en 1903. cuando los recursos cconómicos dedicados a la educación eran muy modestos, y el presupuestodel Colegio Nacional de Varones de Barinas alcanzaba a 800 bolí­vares mensuales, y un maestro de escuela devengaba 80 bolívaresal mes, destacaron algunos educadores como los bachilleres SimónA. Jiménez y Elías Cordero, y la señora Zara de Morales. Di rectoradel Colegio Nacional de Niñas de Barinas (EL RESTAURADOR,4: 01.08.1903;9: 07.10.1903).

La vida social barinesa transcurría, en aquellos tiempos, demanera simple, regular y monótona. Yel tiempo pasaba entre las vi­sitas domiciliarias de todos los días; la asistencia a misa; las fiestaspatrias; las festividades de Carnaval y Nochebuena; la frugalidad

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de la Semana Santa y la alegría popular de las ferias patronales. Yse vivía a la espera del riguroso estreno anual de vestimenta, de lafiesta de la gente "chic" (fiesta que la gente pobre o no invitada, pre­senciaba agolpándose en las ventanas, del lado de la calle) y de lasconcentraciones populares en los días solemnes de la Patria o de losgobernantes, en la Plazoleta 5 de Mayo o en la Plaza Bolívar, reu­nidos todos para la ofrenda, la retreta de la Banda Municipal. sa­turada de pasodobles, y la lectura de discursos retóricos e intermi­nables, seguidos de los poemas patrióticos leídos por los poetas desiempre.

Sólo en los días de la feria de Nuestra Señora del Pilar, cen­trada en el 12 de octubre de cada año, la ciudad entera se vestía defiesta. Y después de los actos religiosos y oficiales, venían las fies­tas "profanas": peleas de gallos. toros coleados, cabalgatas, "sin­tas", piñatas, terneras y bailes por toda la ciudad, bajo el estruendode los infaltables fuegos artificiales (EL AUTONOMISTA, 10:24.10.1891; EL RESTAURADOR, 9: 07.10.1903).

Pero. a pesar de la monotonía de aquel ambiente, y de la me­diocridad que anunciaba, allí actuaban ode allí salieron intelectua­les de valía. En una lista de escritores vcnczol anos que el infatigablccompilador Manuel Landaeta Rosales ofreció en EL COJO ILUS­TRADO (69: 01.11.1894), aparecieron los siguientes escritores ba­rineses: el ensayista general Napoléon S. Arteaga; el poeta AmandoBarazarte; el historiador Pbro. Henrique María Castro; el diplo­mático Dr. Lucio Pulido; el periodista Carlos Pumar; el poeta Fran­cisco Pimentel, hijo; el literato Dr. Antonio Parejo; el ensayista Ma­nuel A. Pulido y Pulido; el literato Dr. Benjamín Qüenza; el poetaVicente Emilio Rondón; el periodista y abogado Guillermo TellVillcgas Pulido, quien llegó a ser Presidente interino de la República;y el literato José Gregario Villafañe.

Barinitas, nostálgica población al pie de la serranía, cuna dela música y de la poesía, emprendió tardíamente su marcha hacia lacultura oficial. La imprenta arribó tarde a Barinitas, en t 903. gra­cias a las gestiones del Presbítero Felipe Santiago Vidal y del co-

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merciante Nemecio Lozano, presto siempre a todas las iniciativasque engrandecieran a Barinitas. De esa imprenta salió el primerperiódico bariniteño: EL BIEN (l: 23.08.1903), muy ligado desdesu inicio a la Iglesia y redactado por los miembros de la Junta de Fo­mento Popular. Más tarde, a partir del número 14 (13.06.11905), elperiódico fue administrado por el poeta A. Lisímaco Quintero y J.Anacleto Ramírez. Sin embargo, fue de allí, de esa poblaciónpiedemontaña, de donde salieron los poetas mayores: los hermanosAlfredo y Enriqueta Arvelo Larriva, emparentados con los barine­ses Atilia de Arvelo,la dulce "Alondra del Santo Domingo", y suhijo Alberto Arvelo Torrealba, el poeta del llano barinés ..

El más grande de todos fue Alfredo, desde cuyo nacimientocuriosamente le predijeron con certeza su destino (LA JUVEN­TUD,96 : 05.07.1888). Cuando contaba quince anos de edad, erallamado "turpial de nuestra selva", y considerado "un niño por la e­dad, un jóven por las aspiraciones y todo un hombre por el racio­cinio" (EL BIEN, 4: 10.10.1903).

Eran los tiempos románticos, de estilo afrancesado, introdu­cido en los altisonantes discursos de la parvada escolar en las fechasmemorables de la entrega de premios al final del curso. El 15 deagosto de 1891, una muchachita, Gertrudis Cárdenas, de la Escuelade Niñas del Municipio de La Luz, pronunció uno de esos discur­sos, de mayor estatura seguramente que la cándida oradora (ELHERALDO, 2: 19.10.1891):

Señores: ¡Cuán sabrosos son los frutos del saber!Es que apenas se pisa el dintel de las cienciascuando ya el alma siente sus agradables fruiciones.Con razón Pascal y Balmes murieron consumidos enel estudio. .El hombre se embriaga en el cultivo de las ciencias,siendo ésta una embriaguez honesta, delicada, queen lugar de degradar enaltece, y que, st podemos decir,sublima el espíritu.

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7. Harinas entre dos siglos

La ciudad de Barinas en las postrimerías del siglo XIX ofrecíaun aspecto ruinoso y deprimente. Muchos de sus suntuosos edifi­cios de antaño, aún estaban en pie, pero aparecían despojados de to­da pátina de gloria: la desidia les había roto el corazón, y convertidoen una caricaturade 10que fueron. El Palacio del Marqués, 1a CárcelPública y el Templo se veían desvencijados, dominados por el a­bandono.

En los discursos del círculo del poderlocal, lo que se oían eranpuras lamentaciones de un pasado próspero. El Br. J. Rafael Cana­les en un discurso de homenaje, en julio de 1899, al general Fran­cisco Guédez, que se posesionaba provisionalmente de la Presiden­cia del Estado, se derritió en loas exageradas para Barinas, y la lla­mó:

Infortunada Cartago, la moderna Atenas,la Numancia de América.

y no solamente el bachiller incunía en tales desafueros dellenguaje: esa era la costumbre. Mientras tanto, la ciudad langui­decía. Por todas parles cundía el monte. Los animales pastaban li­bremente por las calles. Las acequias estaban sucias y obstruidas.Lisandro Alvarado, el gran sabio, vio desolada a la ciudad en 1900(EL COJO ILUSTRADO, 217: 01.01.1901). La Iglesia mostraba"una fachada ennegrecida, muy mediana, á la que no realza torre al­guna. El edificio es bajo y tosco", yen su interior los murciélagosrecorrían las cumbreras y nudillos del techo. Las calles estaban so­litarias. La Casa del Marqués estaba en ruinas.

La ciudad daba lástima, y poco se hacía para rescatarla de lainopia. En 1891 el Presidente de la República, Raimundo AnduezaPalacio, que era zamorano, asignó 8.000 bolívares para la refaccióndel antiguo templo barinés, yestaban en las arcas de la firma Blohm& Cía., de Ciudad Bolívar (EL AUTONOMISTA, 3: 30.06.1891).Ese mismo afio se solicitaron fondos para el arreglo de la históricaCárcel Pública (EL AUTONOMISTA, 9: 10.10.1891). Afias más

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tarde, en 1904, se comenzó a reedificar el Palacio del Marqués, alimpiarlo y pintarlo para convertirlo en la sede de una Escuela deArtes y Oficios. Y se limpió la Acequia Honda, obstruída por elmonte y la basura, y se sacaron los marranos de las calles, pues "es­tán arrogando con el hocico todo cuanto encuentran". Por iniciativadel Jefe Civil del Distrito se inició una campana de limpieza de laciudad, y ahora sí:

Da gusto salir á la calle, porque nó tropieza uno, ni conmonte seco, ni con rocío en las yerbas. El fraguero,la esco­ba y la escardilla han hecho de las suyas (EL BARINES, 6:24.09.1904).

Para el aseo de las poblaciones, la limpieza y la construcciónde caminos se recurrió a una Ley de Policía, por la cual todo ciuda­dano estaba obligado a prestar dos días anuales de trabajo, o pagarel. equivalente de dos días de salario (LA CIUDADANIA,1:15.03.1891).

El Concejo Municipal había dictado en 1891 un decreto porel cual se otorgaba privilegio para los que fabricaran casas con tejase hierro, en reemplazo de las viejas casas de palma. Cécrope Hen­ríquez había inaugurado una alfarería en la ciudad. Y con el estí­mulo de los altos precios de los alquileres, acicateados por una po­sible vuelta a la autonomía política del Estado, se inició la construc­ción de nuevas viviendas. (EL AUTONOMISTA, 5: 31.08 ..1891).Pero con todo yeso, Barinas contaba en 1900 apenas con 163 vi­viendas: 44 de tejas, 117 de palmas y 2 de zinc, habitadas por pocomás de 1.000 residentes (TOSTA, 1977: 32).

Se estaba terminando de instalar el telégrafo en Barinas, Li­bertad y Nutrias, las poblaciones más importantes del Estado. ElConcejo Municipal del Distrito Barinas, en una sesión del 28 de a­gosto de 189t ,acordó destinar una suma de dinero para la inaugura­ci6n de la Oficina de Telégrafo en la ciudad (EL AUTONOMISTA,5: 31.08.1891).

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El3 de septiembre de 1891, a las 11 de la mañana, se inauguróel telégrafo. Un disparo de cañón comenzó el acto, seguido de mú­sica con aires marciales y de por lo menos quince discursos (EL HE­RALDO, 1: 14.09.1891; EL OCCIDENTAL, 27: 23.09.1891).

En 1896 el Concejo Municipal decretó la construcción de unedificio para la Pesa Pública de ganado vacuno en Barinas (ELTORNEO, 6: 07.08.1896).

Algunas cosas también se estaban haciendo para mejorar elaspecto de otras poblaciones del Estado.

A Obispos, porejemplo, el Presidente Andueza Palacio enviódesde Caracas, en 1890,60 quintales de alambre para cercar al pue­blo y los terrenos agrícolas inmediatos, ya que las reses sueltas des­trozaban los cultivos y convertían las calles del poblado en "verda­deros estercoleros" (EL OCCIDENTAL, 16: 20.12.1890). El 12 demarzo de 1896 se dictó un decreto para conducir aguas del río Cal­deras a la población de Obispos (MENSAJE DEL PRESIDENTEDEL ESTADO, 1897).

Pero todo este progreso fue como una luz de bengala en la os­curidad: simples destellos, luz efímera que se prende y se apaga. Elaspecto de la ciudad de Barinas mejoró un poco, pero los grandesproblemas continuaron intocados: la escasez de población; la pro­ducción agropecuaria deprimida, la escasa actividad artesanal; lasvías de comunicación abandonadas o inexistentes, y las enormesdeficiencias en la prestación de la asistencia médica y educativa. Yeso sin referimos a la extrema pobreza en que vivían la mayoría delos barineses.

En aquellos tiempos, ir de Barinas a Guanare resultaba un ver­dadero albur. Al viajero, los periódicos le deseaban "felicidad en suviaje a la capital del Estado y que retorne sin novedad al seno de sufamilia", como se lo deseó EL OCCIDENTAL (11: 25.10.1890) aAlfredo Arvelo en 1890.

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En medio de aquel ambiente de inercia, de escasa iniciativaparticular, resulta extraño conseguir unas avanzadas palabras delPresidente de Zamora, Angel Díaz Arana, en una exposición hechaante la Legislatura en 1897 (MENSAJE DEL PRESIDENTE DELESTADO, 1897: 1):

Los que creen que el progreso puede y debe ser la obra ex­clusiva del Gobierno, tienen una idea errónea de la natura­leza y fm del poder público, 6 se forman una idea en ex­tremo inexacta y estrecha dc los que es el progreso. Siendo,como es, el progreso genuino de un pueblo, su marcha gra­dual yconstante haciael perfeccionamiento moral, intelec­tual, físico, económico y político del gran cuerpo social yde todos sus miembros, es indudable que él no puede ser si­no el efecto de los esfuerzos simultáneos de todos los in­dividuos, de todas las familias, de todos los municipios, detodos los gremios yde todos los órganos regulares de la ac­tividad social, uno de los cuales es el Gobierno.

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