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YOROKOBU / TAKE A WALK ON THE SLOW SIDE / Nº 35 - 2012

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YOROKOBU / TAKE A WALK ON THE SLOW SIDE / Nº 35 - 2012

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Nº35-2012 / YOROKOBU / 1

LA PORTADALas leyes del Universo han dispuesto que entre tus manos pueda estar ocurriendo, ahora mismo, uno de estos dos acontecimientos.

–Uno. Que estés leyendo una revista con una porta-da de papel.–Dos. Que estés leyendo una revista con una porta-da de pizarra.

Si te identificas con la primera frase (es decir, no estás suscrito a la revista), tuyo es el texto titulado Papelero. Si te identificas con el enunciado del nú-mero dos (es decir, eres suscriptor), salta al titular que dice Pizarrero.

PapeleroNo hay más norma que la libertad para diseñar una portada de Yorokobu. Esta vez, sin embargo, la ley se quebrantó. Había una imposición: una pizarra. El ilustrador y calígrafo Joluvian tenía una pizarra limpia en una pared donde tenía que escribir la palabra Yorokobu.

Empezó el boceto en un papel. Utilizó rotuladores y dejó las tizas para el momento final. Usó una mesa de luz para mejorar las letras y decidió añadir una ilustración. “Quería recordar a los antiguos calí-

grafos que creaban bellos textos partiendo de una pluma y un bote de tinta. Así surgió la idea de esta portada”, cuenta el ilustrador, rotulista y calígrafo venezolano. “Dediqué unas 7 horas al boceto y unas 8 horas a trasladarlo a la pared-pizarra”.

La tiza no es su herramienta habitual pero, llevadas las retículas a la pizarra para volcar ahí el boceto, la cosa no fue difícil. Según Joluvian, “lo más com-plejo fue el acabado de las letras porque el polvo de la tiza se cae y a veces es difícil conseguir un color sólido”. Pero la tiza resistió a la foto y la foto se convirtió en la portada que tienes ahora mismo entre manos.www.joluvian.com

PizarreroEsta portada es también una pizarra que espera a que seas tú quien dibuje la palabra Yorokobu. Hazlo como quieras. Tienes cinco tizas de colores. Es nuestra invitación a que escribas Yorokobu como más te guste y tantas veces como desees.

Esta pizarra es una celebración de cumpleaños. Nuestro tercer cumpleaños. Queremos celebrarlo contigo y con tus dibujos. Gracias por estar con nosotros.

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DIRECTORJuanjo [email protected] REDACTORA JEFEMar [email protected] COMMUNITY MANAGERMarcus [email protected] DIRECCIÓN DE [email protected] REDACCIÓNDavid García [email protected] Gema [email protected] Ximena [email protected]é Luis Colomina [email protected]

DIRECTOR COMERCIALFermín [email protected]

JEFA DE PUBLICIDADRocío Martí[email protected]

DEPARTAMENTO COMERCIALLaura [email protected] Marisa [email protected] Monzó[email protected] [email protected] DELEGACIÓN BARCELONAAlbert [email protected] [email protected] SUSCRIPCIONESCarmen [email protected] DIRECTOR DE PRODUCCIÓNJosé María [email protected]

Antonio DyazEscritor y director de cinewww.antoniodyaz.com

BlasttoDiseñador gráficowww.blastto.es

Brian WalkerFotógrafobrianwalker.es

Daniel MartorellPeriodista y fotógrafowww.dmartorell.com

David GonzálezRumberowww.behance.net/Dglez

Francesc Beltri GebratSocio Mediterráneo Consultoreswww.beltri.com

Iñaki BerazalucePeriodistaiñ[email protected]

Javi CreusCEO de Ideas for [email protected]

Juan Díaz-FaesIlustradorcargocollective.com/juandiazfaes

Pípor SuárezButanero

Rafa GoicoecheaDiseñadorwww.rafagoicoechea.info

Ricardo LlavadorArqueólogo de YouTubewww.lallavadora.com

Sergio C. [email protected]

Sixto AriasManaging director mobile marketing de [email protected]

Velkro ArtworkReggaetonerowww.velkroartwork.com

Ximo VillalbaCreativo senior en Double [email protected]

C/Acebo, 13 - 28016 Madrid t. 914 157 283

www.yorokobu.estwitter: @yorokobumag

Periodo de Control: Abril 2011 / Diciembre 2011

Tirada media 30.741

Edita: Brands & Roses, S.L.Impresión: Rivadeneyra

www.rivadeneyra.com.Depósito legal: M42701-2009

N Ú M E R O

D I C I E M B R E

YOROKOBU

HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO

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Una auténtica agencia de ‘rating’

76De las élites de los átomos

a las élites de los bits

52Fanfunding

26

Copenhague en versión infantil

70Gabriel Corbera

84

El sanador de bicicletas

60

Coachingdemia

22

Ideas de limón

24

Numerografía

96

Agenda

94

Portadas 2012

34

¿Somos buenos o malos?

30

Smart cities: ¿ciudadanos, administrados, usuarios o vecinos?

20Los spin-offs de la ciencia

66

Made in China

6

El hombre que solo encuentra letras donde otros ven basura

80La cuadratura del hula hoop

18

Intocable

16

Apps

58

Le Raul

68

No leas, ¡dibuja!

92

ÍNDICEmedidor de concentración

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por Mar Abad (@marabad)

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Dicen que debajo del suelo chino hay búnkeres donde viven cientos de personas. Ocurre en muchas ciudades. Albert Bonsfills salió en busca de estas viviendas subterráneas cuando dejó Barcelona con destino a Beijing. Quería encontrarlas y fotografiarlas. No halló nada. Pero sus paseos no fueron en balde. En el distrito de Chaoyang, en la capital del país, descubrió las imágenes de esa cara de China que los medios han convertido en literatura de masas. La explotación laboral y el trabajo a destajo.

“Estuve viviendo con algunos de estos trabajadores una semana. Viven en unas condiciones horribles. No tienen ni un día de vacaciones, sus contratos son mensuales y duermen en habitaciones con seis o siete personas más”, cuenta el fotógrafo.

Ese viaje fue en mayo de 2011. Bonsfills volvió a España y las fotografías que había traído fueron reconocidas con un premio y una beca para regresar al país asiático. Esta vez su misión era profundizar en las condiciones de vida de muchos de los ciudadanos chinos. Y esa vez se fue a Henan, una provincia situada en el centro del país, durante dos meses.

Quería visitar las zonas rurales. Esas áreas cada vez más desoladas a causa del poder de seducción del sueldo de los trabajos de la ciudad. “Hasta siete veces mayor que los empleos del campo”, especifica Bonsfills. “Esas localidades rurales están siendo despobladas. Las personas en edad de trabajar se van a la ciudad. No hay jóvenes. Solo hay niños y abuelos. Los padres se van a la capital y vuelven una vez al año para ver a

su familia. A veces tienen que esperar hasta una semana en la estación para asegurarse de que encontrarán sitio en el tren que los lleve a casa”.

La migración a las ciudades es impa-rable porque allí siempre hay trabajo, según el fotógrafo. Cantidad, sí. Las condiciones de esos empleos es otro asunto. Calidad, no. “Están muy mal pagados y no tienen seguridad social ni pensiones. Las personas de mediana edad tienen que mantener a sus hijos y a sus padres”.

Muchos de ellos forman un nutrido grupo social denominado ‘wai mi min gong’ o ‘trabajadores migrantes’. “Trabajan en fábricas, construcción, limpieza... Se juntan en los mismos bares y forman guetos. Pero no están mal vistos porque

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todos tienen algún familiar wai mi min gong”.

Bonsfills terminó en el campo y se fue a la ciudad. Viajó a Guangzhou. “Es una de las ciudades más industrializadas del mundo. Está llena de fábricas textiles ilegales en los subterráneos de la ciudad y entre los empleados hay niños. Hay muchos talleres sin luz, desordenados y en malas condiciones”. Aunque, al me-nos, según Bonsfills, “la jornada laboral es de 10 horas y descansan un día a la semana. Otros, como los trabajadores de la construcción en Beijing, no tienen descanso”.

El fotógrafo descubrió que China hace de la construcción una forma masiva de crear empleo y de aumentar su producto interior bruto, independientemente de que tenga o no sentido levantar edifi-

cios. “En China hay muchas ciudades fantasmas. Construyen urbes fantasmas solo por dar trabajo. Hay 64 millones de pisos vacíos. Pasear por ahí es como estar en una película”, indica.

A Bonsfills le fascina un dato. “En China se fabrican 10 ciudades nuevas al año”, dice. “Sí, se fabrican. Esa es la pala-bra”, remacha. “Son viviendas que se construyen entre dos semanas y un mes. Hay un rascacielos de 40 pisos que fue levantado en una noche por más de 500 trabajadores”.

¿En solo una noche? ¿Es posible? “Utili-zan nuevas tecnologías y materiales de alta tecnología que les permite montar un edificio como si fuesen piezas de puzzle”, especifica. “Los chinos quieren dejar de ser la mano de obra del mundo y pretenden ser punteros en ese campo”.

Bonsfills salió de Barcelona con la intención de “contar la historia de China”. Las tarjetas de su cámara iban vacías pero su cabeza iba repleta. Tenía mil ideas preconcebidas sobre el país y sus ciudadanos. A la vuelta, las tarjetas venían llenas y sus pensamientos, radi-calmente cambiados. “Me fui con la idea de que era un pueblo hostil pero no es así. Son muy vergonzosos, pero se abren muy fácilmente”.

Me di cuenta de que el chino es una persona. Le gusta tomar cervezas, hablar con sus amigos... Te abren las puertas de su casa. Son muy distintos a lo que yo pensaba. Antes de ir, un amigo que vive en Beijing me dijo: Albert, cambia el chip, porque aquí nadie hace kung-fu por la calle”.

albertbonsfills.com

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¿A que sabes de qué va esto? ¿A que la has visto?

Buenísima. La película de habla no inglesa más rentable de la historia. Si fuese un automóvil sería cómodo y preciso como un Rolls, potente como un Lamborghini y seguro como un Volvo. Si se tratase de un canapé, estaría formado por caviar Beluga, tiras de Kobe y regado con Dom Perignon. A mi me la recomendaron, y menos mal. No creo que jamás hubiese pagado por ver una película con semejante feo cartel y con un argumento tan poco sugerente. No recuerdo quién me la recomendó, pero quiero darle desde aquí, efusivamente, las gracias. Cuando algo es tan sumamente bueno, no necesita publicidad.

Por eso los publicitarios somos prescindibles. El caso es que hay muy poco bueno, en la cartelera y en el supermercado. Los actores, los guionistas, la dirección, la fotografía, todos buenos, salvo los responsables de la promoción. Yo no sé si tan siquiera existieron. Por lo menos, los promotores a la antigua, los de toda la vida. Eso sí, la voz, los consejos, las recomendaciones humanas que ahora las denominan viralidad, sí funcionaron. ¡Y cómo! Un millón setecientos cincuenta mil fans en su perfil de Face-book. Pues un buen viaje o un buen yate estarán disfrutando los que tan bien trabajaron, los que tanto me hicieron reír, y que bien merecido lo tenían. @sixtoarias

iNTOCABLE

Por sixto arias

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La vieja maldición china que dice ‘ojalá te toquen vivir tiempos interesantes’ se ha cumplido. Son interesantes, sí, pero también indescifrables. No transcurre un solo día sin que la extrañeza se apodere de nuestros sentidos y sin que nos preguntemos: “Pero esto... ¿realmente está pasando?”. Y no podemos compartir con nadie nuestra sospecha porque la mayoría de los pequeños incidentes no son demostrables.

Vamos al salón a bajar el volumen de la música, regresamos a la cocina y el cuchillo está ligeramente más a la izquierda que la última vez. Y quizá la luz es un poco menos intensa. Y en vez de un gajo de mandarina sobre la encimera... hay dos. No podemos jurarlo, pero lo sabemos. ¿Hay fantasmas en casa? No, algo mucho peor: una realidad inestable.

El sueño de plástico de los felices años 50 americanos, tan preñados de sonrisas, publicidad de colores, grandes Ca-dillacs con tapicería de cuero, camareras escotadas en los diners, tupés con gomina, muchachas con estética retro y mirada limpia, autocines en los suburbios y chavales mus-culosos con sueños de taller..., se ha terminado de manera abrupta al borde de un acantilado. Nos ha mostrado su reverso tenebroso, donde la locura acecha en cada minuto de nuestros días, silenciosa y paciente como un insecto letal.

¿Y si un día, tras entrar en el cuarto de baño después de levantarnos, descubrimos que el interruptor de la luz está en otro lugar? ¿A quién convenceríamos de esa inesperada migración? La idea no es mía, pero la sensación de irreali-dad sí. Moverse en un territorio fronterizo entre la vigilia, el

sueño y el creer que ya estamos despiertos provoca incur-siones furtivas en una zona prohibida, donde las reglas son otras, donde no estamos seguros, y donde no sabemos cómo funciona el mundo. Algunas drogas producen este efecto de manera colateral e inesperado durante un período de tiempo para después regresar al mundo estable..., o no del todo.

Hay personas que un día abandonan su domicilio como cada mañana para acudir al trabajo y, súbitamente, se hallan en el despacho, sin recordar ni un solo fotograma de su trayec-to. ¿Quién va a creer en esa sensación? No es demostrable. Vivimos asidos a las certezas cotidianas y nada produce más pánico que perder el sustento racional de lo que nos rodea. Si vivimos solos, es aún más difícil buscar explicacio-nes racionales a pequeños y casi imperceptibles cambios que tienen lugar en nuestra casa… sin nuestro concurso. ¿Cómo probarlo? ¿Cómo evitarlo? Pero, sobre todo, ¿de qué realidades paralelas nos hablan esas sutiles alteraciones?

Iremos a un McDonald’s y descubriremos que todos los logotipos son verdes y, aunque creamos recordar aquella ‘M’ amarilla sobre fondo rojo, no la hallaremos en ningún sitio.

Y una soleada mañana de domingo, mientras ordena-mos el cuarto trastero, encontraremos el hula hoop con el que jugábamos cuando éramos niños..., y el hula hoop mantendrá su color rosa chicle imperturbable, con su plás-tico estriado..., pero será insultantemente cuadrado. @AntonioDyaz

LA CUADRATURA DEL HULA HOOP

Por aNtoNio DYaZ

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Por JaVi CrEUs

Las ciudades inteligentes necesitan —para serlo— de ciudada-nos inteligentes que sepan alimentarla de datos, interpretar sus informaciones y participar activamente en el diseño y uso de sus servicios. Hasta aquí hay un acuerdo unánime entre gobier-nos, ciudades, empresas y ciudadanos. Después, la situación se complica: ‘ciudadano’ no significa exactamente lo mismo para cada uno. Con razón.

Ciudadano es el titular de derechos políticos, el miembro de una comunidad política sometido a sus leyes.Una vez fue la ciudad para unas cuestiones, hoy es el Estado y la Unión Euro-pea -gracias-, para otras. El ciudadano inteligente es, desde este punto de vista, el coreano, cuyo gobierno provee de conectivi-dad y dispositivos inteligentes a sus menores como si de un derecho se tratara. Vaya país más raro.

Muchos nos llaman ciudadanos pero, en realidad, quieren decir ‘administrados’, que suena peor. En las ciudades somos muchos y cada uno quiere hacer lo que necesita o le place en cada momento. Alguien ha de hacerse cargo de tanto espontáneo y garantizar que las cosas funcionen. Para que la ciudad sea inteligente hay que organizarse. Hay que planificar, investigar, diseñar, vender y comprar, pagar y cobrar; y también hay que financiar. Además, para ahorrar, hay que invertir.

A otros lo que de verdad les interesa es cómo usamos la ciudad (seríamos sus usuarios). La gente de Gehl Architects ha acome-tido proyectos de transformación urbana como la humanización del tráfico en Times Square, en Nueva York. Su metodología se basa en la observación y en la introducción permanente de me-joras en pruebas hasta dar con la solución. La interacción entre la forma y la vida: carriles bici sin atropellos, por ejemplo.

Y luego están los vecinos, los de toda la vida, los que generan energía colectiva para engalanar sus calles en las fiestas, sacar a la virgen en Semana Santa o lanzar una campaña en Kick-starter para poner una estatua de Robocop en la plaza, como han hecho en Detroit. La contigüidad, el roce diario, la comu-nidad, los recursos compartidos. Los mismos vecinos, distintas tradiciones.

Charles Landry habló en la Smart City Expo de la ciudad cola-borativa, de optimizar más que de maximizar, de la creatividad como precondición a la inteligencia, del descubrimiento, de la combinación de criterios y visiones, del proyecto de un nuevo civismo urbano que concilie intereses y converja en mejoras colectivas. Creadores de ciudad.

¿Simplemente cívicos?

SMART CiTiES: ¿CiUDADANOS, ADMiNiSTRADOS, USUARiOS

O vECiNOS?

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Por FraNCEsC BEltri GEBrat

En la salud comunitaria, la epidemia se describe como una enfermedad que afecta a un número de individuos superior al esperado en una población durante un periodo de tiempo. Para evitar el sensacionalismo que conlleva esta palabra, en ocasio-nes, se utiliza el sinónimo de brote epidémico. Ciertamente en el caso que nos atañe, la contaminación es generalizada y corre el peligro de convertirse en una pandemia real.

El ‘coaching’, y su extensión desmedida, cumple todos los requisitos de virulenta pandemia. Inicialmente, el término hacía referencia a una práctica profesional centrada, según la ICF (International Coach Federation) en descubrir, aclarar y definir lo que el cliente quiere alcanzar, estimular el autodes-cubrimiento, suscitar soluciones y estrategias generadas por uno mismo y mantener una actitud responsable y consecuente. Si bien, durante algunos años, esta acepción se ha mantenido en contextos empresariales, constatamos que ha roto fronte-ras desperdigándose sin medida por nuestras vidas en forma pandémica.

Para nuestra sorpresa, nos aparecen al paso y han llegado a nuestros buzones usos de lo más variopinto. Veamos algunos: coaching idiomático infantil que, convenientemente explorado el término, acaba tratándose de clases de idiomas para niños; coaching estético, que no es otra cosa que un tratamiento de belleza integral; coaching dietético, régímen para perder peso; coaching de marca, original revisión de la imagen de un profe-sional o empresa; coaching fitness, en este caso no es necesario aclarar qué hacen; coaching de interiores, decoración o interio-rismo..., y así un largo etc. Sería divertido si no conllevara cierta dosis de maquillaje (por no llamar engaño). Parece que se trata

de los trabajos de siempre que, con el moderno anglicismo que le precede, se presenta renovado y, por qué no decirlo, se intuye más caro.

La pandemia avanza con proporciones de huracán. Debemos estar preparados para oír en breve cómo se infectan otras actividades profesionales y aparece el coaching culinario para las clases de cocina, coaching coreográfico para aprender a bailar, o coaching automovilístico, que sustituirá a la anticuada autoescuela. Coaching y más coaching que, ante la imposibili-dad de cambiar algunas prácticas convencionales, aspira con el mero cambio de nombre a mejorar su presentación.

Algunos viejos profesionales, entre los que me cuento, obser-vamos sorprendidos y, a la vez, divertidos cómo el no traducido o intraducible término prospera y hace fortuna explorando y colonizando nuevos mundos. Aunque empatizo con quienes estudiamos, nos formamos y, con esfuerzo, llegamos a certi-ficarnos como coach, le reconozco beneficios. Esta pandemia tiene algunas ventajas: todo el mundo conoce el término y no es necesario repetir varias veces la palabra (una liberación). El inconveniente reside en poder explicar al cliente en qué va a consistir exactamente el trabajo en nuestro caso. Ciertamente, hay que entender a los colegas que se rasgan las vestiduras viviéndolo como invasión o vulgarización.

Las palabras no son patrimonio de nadie y, si bien en algún momento podríamos hablar de desvirtualización entendida como pérdida de las esencias o valores, no olvidemos que los vocablos son ante todo un regalo para la comunicación, aun-que sean en inglés. Que siga la pandemia.

COACHiNgDEMiA

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FLASH DigiTAL: ¿qUé HAY DE NUEvO?

En el mundo se producen 400M de Tweets al día. De la asociación

de Twitter con Nielsen nace

TwitterSurveys, una herramienta

para que las marcas puedan

conocer la opinión de los cibernautas,

mejorar en engagement

y monitorizar el impacto de

sus acciones en Twitter.

LinkedIn cuenta con una red de 3M de usuarios en España, 175M en el mundo. La red social profesional ha lanzado LinkedIn Ads en 17 nuevos idiomas, incluido el castellano. Uno de los servicios de publicidad es el easy-to-use que permite enviar anuncios personalizados según el cargo, la empresa, o la antigüedad.

Google, Sterling Brands e Ipsos, han realizado un estudio para analizar el fenómeno

creciente del consumo multi-pantalla. Las actividades online suelen empezar con los

Smartphones, si son complejas se inician en el PC y en el caso de que estén relacionadas

con compras y planificación de viajes, suelen ser las Tablets el punto de partida.

El desarrollo de campañas en entorno móvil basadas en mensajes formato Rich Media ha

crecido un 13% aprox. en el 2º trimestre del año. Estos formatos incrementan la intención de compra de un producto o servicio hasta un 30% y multiplican hasta 7 veces el interés del

consumidor por el producto en cuestión.

Según un informe de McCann, dos tercios de las madres se desenvuelven con soltura en el campo tecnológico y son

grandes prescriptoras de ideas y consejos. En Reino Unido o EEUU, donde el fenómeno de las madres blogueras está

en una fase más avanzada, se han profesionalizado y han llegado a convertir su afición en un trabajo

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24 / YOROKOBU / Nº35-2012

Hace unos días me llamó poderosamente la atención el siguiente titular: “Un ladrón intenta hacerse invisible con zumo de limón para robar un banco”. El contenido de esta noticia reproducía lo siguiente: “McArthur Wheeler estaba a punto de dar su último golpe a plena luz del día en un banco de Pittsburgh. Para no ser visto por el ojo humano, ni por el objetivo de la cámara, Wheeler utilizó una fórmula mágica: se recubrió el rostro con zumo de limón. En el momento de la detención, el delincuente se mostró sorprendido. No comprendía cómo podía ser reco-nocido si se había embadurnado de zumo toda la cara”.

—Vaya loco, ¿no?—Pues no, señora, de loco nada.—Pues entonces es una mala idea.—Pues, mire, tampoco. En todo caso será una idea que no le ha permitido cumplir con su objetivo, como muchas otras, pero ya me gustaría a mí ver en mi sector más ideas como esas y menos ladrones con pasamontañas y alunizajes.—No le entiendo, joven.—Mire, le explico. Yo me dedico al mundo de la publicidad y, en cierto modo, somos como una gran banda de atracadores muy listos y bien organizados. Lo que pasa es que hay muchos que se empeñan en seguir pensando que el mejor método para robar a alguien es con un pasamontañas, pegando un tirón, rompiendo escaparates, con el timo de la estampita o seduciéndote en un bar para luego quitarte la cartera.

El caso es que la gente está harta de los ladrones de toda la vida, señora. Incluso de los de guante blan-co, y ahora, con este tema de la crisis, pues, claro, los ladrones son cada vez más brutos, no piensan con lu-cidez. Y la gente… ha aprendido a huir de ellos.

Por eso es cada vez más necesario inventar nuevas fórmu-las, nuevas ideas, cosas que nunca antes se han hecho.Piense en este hombre que se ha rociado con zumo de limón para hacerse invisible, ¿no le parece brillante? Le ha salido mal la jugada, vale, pero sin gente como él, no hay futuro. Viviríamos estancados en un mundo que se conforma con unos ladrones chapados a la antigua.

Piense en el primer hombre que decidió beber la leche de una vaca para alimentarse o en el que decidió que un langostino se podía comer. Seguro que muchos otros comieron cosas horribles antes, pero solo con que uno de ellos acertase, el paso hacia adelante estaba dado, ya no había marcha atrás.

Las leyendas griegas cuentan que Ícaro y su padre, Dé-dalo, construyeron unas alas con cera y plumas para escapar de una prisión. Acabaron pegándosela, como Leonardo da Vinci con su ornitóptero, pero lo intenta-ron. ¿Eran locos? Para muchos, sí, pero a ellos les de-bemos que hoy el ser humano sea capaz de volar.

En el mundo de la publicidad necesitamos gente arriesgada, que se unte el cuerpo de zumo de limón para hacerse invisible, que falle, que otro pruebe otro tipo de cítrico, y así hasta que, algún día, uno de ellos consiga el mejor atraco de la historia. Entonces ya no será un loco, será un pionero, un referente.Ha llegado la hora de cambiar el chip, el pasamonta-ñas y la navaja por el laboratorio y la imaginación.

—¿Lo entiende, señora?—Explicado así, sí lo comprendo, joven. Mire, me cae usted bien. Le deseo toda la suerte del mundo a usted y a su banda.—Gracias, señora.—¡Eh, mi bolso! ¡Al ladrón!

iDEAS DE LiMóN

Por ximo VillalBa

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26 / YOROKOBU / Nº35-2012

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Bandtastic es una startup mexicana que permite a personas con intereses musicales similares hacer colectas para traer grupos de música independientes a México. La web es una especie de

Kickstarter orientada a los melómanos para hacer ‘fanfunding’, tal y como lo definen los fundadores de la web, hecho que ya se ha utilizado para organizar varios conciertos y festivales de música.

Por Marcus Hurst (@marcushurst) IlustracIón David González

FanFunding

Los tiempos en los que aspirar a ver un concierto de un grupo de culto era algo lejano, si no vivías en una gran capi-tal como Londres, Nueva York o Tokio, se han acabado. Los músicos, cada vez más, viven de hacer audiciones en directo. En consecuencia, sus giras son más largas y exhaustivas. Sin embargo, fuera de los circuitos más establecidos de EE. UU. y el norte y centro de Europa, no siempre es fácil. Pongamos un ejemplo: ver a una banda de post punk rusa en una ciudad como México DF. Pocos promotores tienen las agallas ni las ganas de jugársela para traer un grupo minoritario que, con suerte, tocará delante de 150 o 200 personas. Pero los fans no se mueven por el dinero, se mueven por el corazón y los sentimientos.

Los pasados 21 y 22 de septiembre, la situación, apenas des-crita, se produjo en la vida real gracias a Bandtastic. Motora-ma, una banda rusa que bebe de Joy Division, interpretó dos conciertos, en Guadalajara y en la capital de México, delante de centenares de fans mexicanos coreando sus canciones. “Todo el mundo sabía la letra de su canciones. No se lo po-dían creer”, explica Luis López, cofundador de la startup. El concierto se consiguió gracias a una petición de ‘fanfunding’ en la web, que logró reunir parte del dinero necesario para que el grupo pudiera visitar el país. Los fans compraron las entradas por adelantado con la posibilidad de contribuir un poco más a cambio de camisetas y discos.

“Habrá que echarle la culpa —una vez más— al Sr. Internet. ¿De qué otra manera, una banda originaria de Rostov-na-Donu (eso está en Rusia) habría podido llegar a ejecutar su función en el tradicional y cotidiano Caradura de Roma-Condesa (un barrio de México D.F)? Gracias al esquema antijerárquico de la red, una serie de usuarios mexicanos pudieron, accidentalmente, encontrar la música de Motora-

ma”, escribía, sorprendida, la periodista Cecilia Villaverde en una reseña del concierto publicado en Ibero 90.9.

Tras la interpretación, los responsables de Bandtastic crearon una recopilación de las reacciones de la gente en Instagram, Facebook y Twitter antes, durante y después del concierto con el programa Storify. En él se puede apreciar la sensación de relato compartido que significó la sesión para muchos de los que participaron con su dinero en hacerlo posible. Una experiencia que el tuitero Pisittitas Rey, que asistió a otro evento organizado también por Bandtastic, resumió así: “por primera vez me sentí persona y no dinero en un concierto”.

La falta de oferta cultural alternativa e independiente es lo que llevó a los creadores de la web a crear Bandtastic. Ambos se definen como personas que “siempre buscan música nueva. Escuchamos 10 bandas al día y pocas veces tenemos la oportunidad de verlos porque solo las propuestas más mainstream suelen acabar en México”, explica López, un joven emprendedor que dejó una carrera de diseño gráfico para montar este proyecto.

La startup tiene apenas un año y medio de vida, pero ya ha conseguido ser seleccionada para Wayra, el programa de aceleración que Movistar opera en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, México, Perú, Venezuela y Reino Unido. La multinacional ofrece espacio de oficina, asesoramiento y financiación a cambio de un 10% de participación en las startups concurrentes. “Cuando se nos ocurrió, estábamos a mitad de nuestra carrera universitaria y no teníamos ni idea de emprender, ni de conseguir financiación, ni nada de nada”, añade López. “Llamamos al único programador que conocíamos y se incorporó al proyecto”.

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A medida que este evolucionaba, el cometido de la plata-forma ha ido cambiando. Al principio, pensaban limitarse, simplemente, a ser un intermediario como Kickstarter, pero han visto también una oportunidad en la organización de conciertos. “Cada vez más, intentamos involucramos en todas las partes: en la venta de entradas, concertar entrevistas para el grupo que viene, la mercancía, preparar discos, hacer serigrafías... No es el típico concierto. Cuidamos mucho la experiencia. Cuando compras el boleto recibes un código QR para no tener que ir con una entrada de papel. Si has adquirido un póster o una camiseta por adelantado, se te informa automáticamente de cómo recogerlo a la entrada del concierto. Hemos desarrollado también una app para iPhone a fin de que la gente pueda gestionar sus boletos”. La web se lleva una comisión por cada transacción y, también, se lleva las ganancias de los conciertos en caso de ser ellos mismos quiénes los organicen.

Precisamente, en la gestión de billetes es donde los responsa-bles de la web ven una oportunidad de crecimiento. Un seg-mento muy copado por Ticketmaster y con muchas posibili-dades de crear alternativas. “Es algo que nos planteamos y en lo que estamos trabajando. Pero, primero, queremos hacer que le experiencia sea lo mejor posible antes de entrar en otros negocios o plantearnos montar la plataforma en otros países”.

La independencia que proporciona el crowdfunding también se empleó recientemente para pedir cambios sociales en Mé-xico. La organización YoSoy132, un movimiento juvenil que reclama otra forma de hacer política y que guarda algunas similitudes con el 15M, logró reunir a miles de personas en el Zócalo de Ciudad de México unos días antes de las eleccio-nes presidenciales. Un evento musical financiado en parte a través de Bandtastic sin necesidad de contar con el apoyo de una marca comercial o gubernamental que comprometiera su independencia. “Todas las revoluciones van acompaña-das de arte, porque es un lenguaje que lleva los mensajes de conciencia a los oídos del espíritu y, cuando el sentir y los pensamientos de un pueblo se unen por un cambio, la trans-formación es inevitable”, rezó el cometido del festival.

¿Qué hubiera pasado si los ramones hubieran usado bandtastic?Llegaron los años 90 y los Ramones seguían pateándose los locales más sucios y minoritarios de EE. UU. A pesar de llevar más de 2.000 conciertos, 14 discos y empezar a ser reconocidos como los padrinos del punk, el grupo nunca llegó a tener un seguimiento importante en su país natal mientras estuvieron en activo. Sufrieron, en cierto modo, el síndrome de los precursores. Cogieron la ola muy al principio, la misma que otros supieron coger con más fuerza más adelante. Nada que ver con lo que vivía la banda cuando visitaba Argentina. En el país sudamerica-no eran recibidos por miles de personas que rodeaban su hotel cada vez que pisaban la capital. En su última gira de despedida, en 1996, tocaron delante de más de 40.000 per-sonas en Buenos Aires. Pero el grupo ni siquiera ejecutó su música en Argentina hasta el año 87, catorce años después de haber echado a andar. Si hubiera existido una plata-forma como Bandtastic, quién sabe si hubiera ocurrido lo mismo. Es probable, incluso, que un grupo de fans argenti-nos hubiera podido organizar una colecta digital para traer al conjunto en los primeros años de su existencia.

También abre otras posibilidades para los melómanos atrapados en países o ciudades olvidadas por las bandas: la oportunidad de ver a un grupo cuando realmente, estás escuchando y conectando con su música, en vez de 20 años más tarde, cuando sus componentes, ahogados por la deudas, deciden dejar atrás sus diferencias para recrear una nostalgia forzada motivados, principalmente, por el dinero.

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‘The Key to a taste of Tradition’

La llave que abre los secretos contenidos en cada botella de la ginebra Nº3 London Dry Gin es una réplica exacta de la que abre la puerta de The Parlour, la más emblemática estancia del número 3 de St James´s Street, en Londres. Esta es la dirección de Berry Bros & Rudd, el establecimiento de vinos y destilados más antiguo de Inglaterra que, además de ser el proveedor de la casa real británica, fue el escenario en el que durante los últimos tres siglos personajes como Lord Byron o Napoleón III disfrutaron de apasionantes veladas.

La tradición y la vanguardia se dan la mano hoy con un clásico como el Dry Martini. Una exigente prueba de calidad que pocas ginebras superan y en la que Nº3 London Dry Gin saca pecho, elevando al Dry Martini al primer puesto en el podium de los cócteles Premium. Y es que, lo creas o no, hay vida después del Gin Tonic.

Descubre más sobre su historia, recetas y las últimas novedades en www.no3gin.com

– 6 cl de Nº3 London Dry Gin– 1,5 cl de vermouth extra seco– Piel de limón

Perfuma primero los hielos con el vermouth y añade la ginebra en un vaso mezclador. Agita a buen ritmo, sin estridencias. Recuerda al mismísimo James Bond pidiendo su dry martini: “shaken, not stirred”. Tras el ritual de preparación, sirve la mezcla bien fría en una copa de Martini perfumada con la piel de limón.

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¿SOMOS BUENOS O MALOS? LA NEUROCiENCiARESPONDE LAS PREgUNTAS

DE LA FiLOSOFíA“Y yo que soy de los malos, quisiera

volverme bueno” (El Bicho)Por Iñaki Berazaluce

IlustracIón Juan Díaz-Faes

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Los filósofos llevan milenios intentando determinar si el hombre (y la mujer, claro) es bueno por naturaleza —como creían Rousseau, Sócrates o Montaigne— o más malo que un nublado —opinión representada por Hobbes, Maquiavelo o la teología cristiana, pecado original mediante—. El debate sigue en tablas, pero ahora hay una nueva voz a tener en cuenta: la neurociencia, que está en camino de estimar cuantitativamente la bondad humana.

¿Somos buenos o malos? A grandes rasgos, hay un pequeño porcentaje (en torno a un 20%) de personas que siempre actúa de un modo compasivo y respetuoso con las normas. En el otro extremo, otra porción más pequeña (un 4%) que, sistemáticamente, actúa de modo antisocial y desleal. Pero lo más interesante sucede en tierra de nadie, donde nos movemos la mayoría de los mortales, ese 60-80% de personas que actúa bien o mal en función de cómo sople el viento. Esto es, del comportamiento del resto, de quien esté mirando o de las normas punitivas que imperen en el espacio-tiempo en el que se hallen.

La criminalidad en Nueva York se redujo de forma espectacular entre la década de los 80 (cuando los Warriors dominaban las calles) y el final del siglo XX, cuando se convirtió en una de las megaurbes más seguras del continente americano. Uno de los motivos aducidos para explicar el cambio de tendencia es la llamada ‘teoría de las ventanas rotas’, aplicada por el alcalde Rudolph Giuliani durante los 90 (amén de una política de ‘tolerancia cero’ con los delincuentes).

Según esta teoría, la gente es más propensa a comportarse de un modo incívico cuando el entorno está degradado: edificios sucios, cristales rotos, paredes repletas de pintadas... Giuliani decidió luchar con fiereza en ese frente: ordenó que cada vagón que entrara en cocheras lleno de grafitis fuera limpiado instantáneamente y devuelto a la red. Tras meses de duro pulso, los grafiteros acabaron desmoralizados y los trenes volvieron

a circular impolutos por el Subway, tal y como relata Malcolm Gladwell en su libro The Tipping point.

Receloso de la hipótesis de los cristales rotos, el sociólogo holandés Kees Keizer decidió llevar a cabo un experimento en la vida real, concretamente en la ciudad de Groningen, tan prolija y cívica como el resto del país. Para ello dejó folletos publicitarios en todas las bicicletas de un aparcamiento próximo a un supermercado y tomó nota de cuántos de los ciclistas tiraron el papel al suelo al retirar su bici: un 20%. A continuación, procedió a ‘degradar’ el aparcamiento, llenando las paredes de pintadas, y volvió a efectuar el experimento. En esta ocasión, el porcentaje de personas que tiraron el papel al suelo creció hasta el 50%.

Triker realizó varios experimentos más de la misma índole y en todos obtuvo resultados parejos: dejó un sobre con un billete a la vista en la boca de un buzón y, dependiendo de si este estaba limpio o sucio, o rodeado de basura, el comportamiento de la gente variaba…, salvo el del 20% ‘intachable’ y el del otro 20, siempre dispuesto a subvertir la norma.

Es uno de los muchos ejemplos que pone Adolf Tobeña, catedrático de Psiquiatría en la UAB y estudioso del tema. ¿Qué conclusión podemos sacar de estos experimentos? ¿Somos buenos o malos? “No podemos hablar de porcentajes precisos, pero sí clarificadores. En torno a un 20% de las personas demuestra desde muy pequeñitos una tendencia a la compasión y la ayuda, mientras que, en el otro extremo, se encuentran los sinvergüenzas, desleales e incluso predadores peligrosos, los cuales no suelen pasar del 4%, porcentaje que se eleva hasta el 20% cuando se trata de conductas más suaves [como las descritas en el ejemplo anterior]”.

¿Y el resto? “El 60% que está en medio —responde Tobeña— se mueve en función del marco normativo predominante”. En otras palabras, la mayoría silenciosa actúa según sople el viento: si el entorno tiende a la

colaboración, será más cooperativo; si impera la represión, moderará su tendencia a delinquir, a ensuciar o a mentir.

Los resultados obtenidos por el experimento holandés son coherentes con los ensayos realizados por Stanley Milgram en 1963, mundialmente famosos gracias a la película El experimento. En ellos se pedía a los voluntarios que aplicaran descargas eléctricas a otros individuos (que simulaban los calambrazos). En aquel caso, el 15% abandonó el experimento, prefiriendo desafiar la autoridad del científico a pervertir sus propios principios morales. Sin embargo, un preocupante 65% siguió adelante con las electrocuciones (450 voltios, suficientes para freír a cualquiera), a pesar de los elocuentes signos de dolor de sus víctimas.

Buenos, malos o tibios, lo cierto es que cada vez somos un poco más empáticos y un poco menos violentos, como pone de manifiesto el monumental estudio llevado a cabo por el neurocientífico Steven Pinker —Los ángeles que llevamos dentro—-, recién publicado en España. Las muertes violentas y agresiones no hacen más que descender en todo el mundo desde la Antigüedad hasta nuestros días.

El psiquiatra Tobeña no puede estar más de acuerdo con las conclusiones de Pinker: “Los datos que aporta son apoteósicos: es indiscutible la tendencia a la baja en todas las formas de violencia, incluidas las guerras y el mismo siglo XX, donde, a pesar de que la tecnología hace las contiendas más letales, hay una disminución de las bajas totales”. El volumen de Pinker (1.100 páginas y 46 euros tienen la culpa) “debería ser de lectura obligatoria en todas las facultades”, concluye Tobeña.

Fuentes:-Neurobiología de la conducta amoral, conferencia de Adolf Tobeña.-The spreading of disorder, por Kees Keizer-Los ángeles que llevamos dentro, de Steven Pinker.

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1724 / ENJOY THE COVERS / 2012

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DiCiEMBRE 2011

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ENERO 2012

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FEBRERO 2012

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MARZO 2012

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ABRiL 2012

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MAYO 2012

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JUNiO 2012

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JULiO/AgOSTO 2012

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SEPTiEMBRE 2012

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OCTUBRE 2012

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NOviEMBRE 2012

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DiCiEMBRE 2012

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DiCiEMBRE 2011 . “La historia de esta portada es sencilla”, dijo mDonada. “Me vino a la cabeza la sensación que tuve al tener la revista por primera vez. Me impactó. Saboreé algo delicioso que te apetece a todas horas y te aisla plácidamente de la realidad. Podríamos decir que una revista de diseño, tendencias... más, como cualquier otro helado o perrito caliente de un carrito callejero. Pero no. Este te hace distinto. Te convierte en un ser asombroso y excepcional. Te lleva a otros mundos donde puedes encontrarte con mil-lones de seres extraordinarios. Vosotros elegís el destino y tú preparas el viaje. Todo vale. Experimentas sensaciones soprendentes”. www.mdonada.com

ENERO 2012. El lunes, patatas. El martes, patatas. El miércoles, patatas. Y así, hasta el domingo. La casa de Blastto fue el paraíso de la patata cocida durante el mes de diciembre de hace un año. Las utilizaba para experimentar, moldearlas y recortarlas. Si sobraba algo, que siempre sobraba, iba a la mesa. Blastto recordó que, de pequeño, hacía estampaciones con los tubérculos. “Yo he cogido las patatas y las he transformado en letras. Eso de la estampación es jugar y combinar formas. Y ahí es donde entran esas figuras de un juguete que tiene ese mismo planteamiento: combinar y jugar”. La asociación de ideas con Mr. Potato hizo el resto. www.blastto.es

FEBRERO 2012. La portada del mes de febrero tuvo muchas historias. Por un lado, la convocatoria de talento que Yorokobu hizo a través de sus páginas para diseñar tanto la portada como la contraportada de esta edición. Por el otro, la que Ricardo Cavolo, el ganador del concurso Hazlo Tú, plasmó en forma de tatuaje en el cuerpo del personaje de su ilustración. “Personifiqué a Yorokobu como un pequeño niño japonés con un padre marinero de otro continente. A partir de ahí, dejo a la imaginación de cada uno que reconstruya la historia de un marinero de barba pelirroja que termina teniendo un hijo en Japón”, cuenta Cavolo.www.ricardocavolo.com

MARZO 2012. El ordenado caos de un banco de peces esconde la forma de hacer las cosas de Iris, Inti y Dani, los integrantes de Wanda. La memoria de un pez es volátil, tiene el inconveniente —o la ventaja— de esfumarse en poco tiempo. Así es también una parte importante de su trabajo. “Somos especialistas en arquitectura efímera y nuestros materiales son papeles, cartones, espumas y telas”, dicen. El hecho de que sean carpas es un guiño a la influencia nipona de la palabra Yorokobu. Así fue como crearon un mar de carpas de papel de manera artesanal. www.wandabarcelona.com

ABRiL 2012. Que se sepa, nadie tiene asociado el concepto de piñata a algo negativo. Por eso, cuando Valistika y Rafael Cano se juntaron para darle vueltas a esta portada pensaron que sería una buena idea. Le pusieron un color chillón y la sonriente cara de un acid y la llenaron de todo lo que una persona cabal puede desear: tirachinas, gominolas, caramelos, confeti y, claro, las letras que forman la palabra Yorokobu. Esa explosión de felicidad elevada al máximo nivel fue la portada del mes de abril. www.valistika.com

MAYO 2012. Seguimos con la duda. Cuando Nico Ordozgoiti hizo su portada para Yorokobu, representó a todos los agentes necesarios para sacar la revista adelante. Los hizo (nos hizo) caracterizados como cerdos. ¿Es una indirecta, Nico? J “Empecé a pensar en reconstruir las letras y sin saber muy bien cómo llegué al cuento de los tres cerditos”. Así, haciendo pruebas hizo cosas que, según él mismo, no sabía que pudiera hacer. Se puso límites, como una paleta de tres o cuatro colores básicos y no usar líneas negras de trazado. El resultado es la portada más cerda que hemos tenido nunca en Yorokobu. www.nicord.com

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JUNiO 2012. Óscar Llorens mide su existencia como el periodo que vive entre sus recurrentes migrañas. Su día a día es complicado, pero prefiere quedarse con lo bueno. “SI no piensas demasiado en los dolores, puedes conseguir momentos de felicidad”, explica. Los personajes de la portada que ideó (y que poco después dibujó en directo en la tienda Lacoste Live de Madrid) tienen un rasgo en común: tienen los ojos huecos. No piensan en sus problemas, están felices. Como Llorens cuando en su cabeza tiene cualquier otra cosa que no sea dolor. www.ollorens.com

JULiO / AgOSTO 2012. Para Santiago Morilla, la libertad brota de uno mismo y en ella reside la esencia de la felicidad. “Lo que hacemos con nuestra libertad y cómo la gestionamos responsablemente es lo que modela nuestra felicidad”, dice. Por eso, la palabra Yorokobu brota directamente de la espalda de este ser mitológico y adopta el papel de unas metafóricas alas. Además, el artista se echó a la calle en compañía del fotógrafo Brian Walker para encontrar el mejor sitio donde dejar al ser alado pasar el verano. “Y así conseguí que la pieza viviera en la portada, en la calle, en el tiempo de su degradación o desaparición, en internet...”. www.santiagomorilla.com

SEPTiEMBRE 2012. ¿Se puede encontrar el paraíso con 19 años de edad? Sin duda. Lo demuestra Adrián Visión en su utópica Tropicalia, una isla que se sostiene en la nada. En la mente de este estudiante de Gráfica Publicitaria, lo ideal tiene clima cálido, palmeras y sol. Aderezan la propuesta una gran manzana azul, alusiones a la cultura skate, alguna bicicleta y las letras que componen la palabra Yorokobu circu-lando por la escena como les viene en gana. Así es el mundo perfecto para el ilustrador bilbaíno.www.hellovision.net

OCTUBRE 2012. Para la portada de este mes, el estudio barcelonés Hungry Castle se dispuso a mirar al cielo en busca de un rayo de inspiración. El sistema solar. Ocho planetas. Ocho letras que componen la palabra Yorokobu. Y decidido el concepto se pusieron a construir la portada con sus propias manos. Crearon un sistema planetario móvil con tacos de madera y un sol con ocho discos amarillos apilados. Movieron todo hasta que compuso la palabra Yorokobu y lo denominaron ‘El sistema Yoro’. Roc Canals se ocupó de tomar la instantánea que daba fe de la conjunción astral.www.hungrycastle.com

NOviEMBRE 2012. Este es el mes en que nos hemos hecho cornudos. A nadie le gusta que se los pongan, pero cuando vimos la propuesta de Alejandro Jarne nos liberamos de prejuicios. “Significan fuerza y cre-cimiento”, dice el ilustrador. Para él, el hecho de ver ciervos es algo cotidiano. Vive en el pirineo aragonés, en Jaca (Huesca), y la imponente imagen de estos animales se ha convertido en una obsesión para él. Les quiso rendir su particular tributo con la cabeza de uno los ciervos, en concreto uno al que cada vez le crecen más las astas porque cada vez es más maduro y está más consolidado, como Yorokobu”, explica.www.cargocollective.com/allaboutmyjob

DiCiEMBRE 2012. Esta vez había una imposición: una pizarra. El ilustrador y calígrafo Joluvian tenía una pizarra limpia en una pared donde tenía que escribir la palabra Yorokobu. Empezó el boceto en un papel. Utilizó rotuladores y dejó las tizas para el momento final. Usó una mesa de luz para mejorar las letras y decidió añadir una ilustración. “Quería recordar a los antiguos calígrafos que creaban bellos textos par-tiendo de una pluma y un bote de tinta. Así surgió la idea de esta portada”, cuenta el ilustrador, rotulista y calígrafo venezolano. www. joluvian.com

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Por Mar Abad (@marabad)

De las élites De

los átomos

a las élites De los bits

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Esa es la historia que cuenta, detalladamente, Ciberactivismo. Un libro que escribieron de forma conjunta Mario Tascón y Yolanda Quintana. Una obra que se redactó a la vez que se iba escribiendo la historia del ciberactivismo en los últimos dos años. La idea inicial era contar la historia de internet. Fue en enero de 2011. Pero la cosa cambió... “Aún no se había producido la primavera árabe. Anonymous apenas era conoci-do. Nadie preveía el 15M...”, indica Quintana. “De pronto, estalló la primavera árabe y Mario [Tascón] dijo: ‘Esto va a ir a más y cambiamos el marco de trabajo’. Nuestra hipótesis se basó a partir de entonces en que, como dice David de Ugarte, cualquier persona es potencialmente ciberactivista. Después llegó el 15M, los movimientos Occupy... A partir de ahí, empe-zamos a investigar sobre el uso de las redes sociales y cómo los políticos, la policía y los poderes tradicionales se estaban quedando descolocados”.

Todos estos acontecimientos son la constatación de la “lucha actual entre las antiguas élites y los que pretenden serlo”, indica Mario Tascón. “El poder establecido teme a las nuevas élites y estas se sienten rabiosas porque no tienen la influen-cia de las antiguas en sus áreas de poder. A grupos como el 15M les molesta no salir en la portada de El País. Pero esos periódicos pertenecen a las antiguas élites. Sus espacios de comunicación son distintos y no los necesitan, aunque toda-vía no lo saben”.

El nuevo escenario no ha llegado mediante una transición. Nace tras “una ruptura que da paso de un modelo a otro”, ex-

plica la periodista. El modelo actual se basa en “líneas ideoló-gicas que tienen que ver con la informática. Esos valores que, en principio, estaban solo entre las élites de los ingenieros y programadores”, según Tascón.

En la actualidad, conviven en un mismo escenario unos “intermediarios establecidos (políticos, banqueros y perio-distas)” que se van desvaneciendo y un inmenso grupo de ciudadanos, vinculados por internet, que han hecho suyos, sin saberlo, los valores de la ética hacker (defensores de la distribución de un conocimiento científico abierto, com-partido, revisable y jerarquizado por meritocracia), y que quizá acaben originando una “sociedad de los individuos”, como lo llamó, en 1987, Norbert Elías.

El camino intentó ser dinamitado desde el principio por la aristocracia que veía amenazado su poder. No ha sido solo la Ley Sinde. Las leyes que intentaban reprimir la libertad de la Red se han ido sucediendo desde finales del siglo XX. Lo hizo, por ejemplo, la Ley de Decencia en las Tele-comunicaciones, en EE. UU., con el propósito de poner barreras a la libre circulación de contenidos en internet.

La respuesta fue tan lírica como contundente. El poeta, ganadero y fundador de la Electronic Frontier Foundation (EFF), John Perry Barlow, presentó la Declaración de Independencia del Ciberespacio para mostrar el desacuer-do de la comunidad hacker, en el foro de Davos, en 1996. Decía así...

“¡Quieto todo el mundo! ¡Tengo 140 caracteres y no dudaré en usarlos!” (@microversos). La amenaza no es nimia. En el planeta Tierra conviven hoy dos mundos paralelos e irreconciliables. Uno se gestó cuando la sociedad era industrial y la historia se escribía al dictado exclusivo de unas pocas voces oficiales y

unos pocos grupos de comunicación. Otro nació por el efecto del vuelo de una mariposa que revoloteaba por la mesa de trabajo de algún hacker. La filosofía de los informáticos se extendió como una pólvora

cultural que está dinamitando la era industrial para dar paso a un escenario digital. Los primeros forman

hoy las viejas élites. Los segundos, las nuevas.

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Gobiernos del Mundo Industrial, vosotros, cansados gigantes de carne y acero, vengo del Ciberespacio, el nuevo hogar de la Mente. En nombre del futuro, os pido en el pasado que nos dejéis en paz. No sois bienvenidos entre nosotros. No ejercéis ninguna soberanía sobre el lugar donde nos reunimos. No hemos elegido ningún gobierno, ni pretendemos tenerlo, así que me dirijo a vosotros sin más autoridad que aquella con la que la libertad siempre habla.(...)No nos conocéis, ni conocéis nuestro mundo. El Ciberes-pacio no se halla dentro de vuestras fronteras. No pen-séis que podéis construirlo, como si fuera un proyecto público de construcción. No podéis. Es un acto natural que crece de nuestras acciones colectivas.(...) Estamos creando un mundo en el que todos pueden entrar, sin privilegios o prejuicios debidos a la raza, el poder económico, la fuerza militar, o el lugar de naci-miento. Estamos creando un mundo donde cualquiera, en cualquier sitio, puede expresar sus creencias, sin importar lo singulares que sean, sin miedo a ser coac-cionado al silencio o al conformismo.Vuestros conceptos legales sobre propiedad, expresión, identidad, movimiento y contexto no se aplican a noso-tros. Se basan en la materia.(...)Os atemorizan vuestros propios hijos, ya que ellos son nativos en un mundo donde vosotros siempre seréis inmigrantes. Como les teméis, encomendáis a vuestra burocracia las responsabilidades paternas a las que cobardemente no podéis enfrentaros. En nuestro mun-do, todos los sentimientos y expresiones de humanidad,

de las más viles a las más angelicales, son parte de un todo único, la conversación global de bits. No podemos separar el aire que asfixia de aquel sobre el que las alas baten.(...)Crearemos una civilización de la Mente en el Ciberes-pacio. Que sea más humana y hermosa que el mundo que vuestros gobiernos han creado antes.

El texto resultó “premonitorio”, según el periodista y fun-dador de Prodigioso Volcán. Muchas de las claves para entender los movimientos políticos y sociales actuales se leen ya ahí. “La Red se creó para compartir, cooperar y crear conocimiento de manera colaborativa a partir del libre acceso a la información”. Internet era el instrumento que resultó de “una filosofía común que parecía ligada a la lógica de los ordenadores” y que tenía como fin “mejo-rar las máquinas y el mundo” desde la perspectiva de la ética hacker. “Estos principios son los mismos que rigen las movilizaciones sociales actuales”.

Los mismos que han redefinido también el concepto de autor. Tascón y Quintana lo explican en su libro con una cita del colectivo Wu Ming (Copyright y maremoto, 2002): “Estamos abandonando la cultura de masas de la era industrial (centralizada, estandarizada, unívoca, obsesio-nada por la atribución del autor, regulada por incontables sofismas y quisquillosidades) para adentrarnos en una dimensión productiva que, a un nivel de desarrollo más alto, presenta no pocas afinidades con la de la cultura popular (excéntrica, deforme, horizontal, basada en el plagio, regulada por el menor número de leyes posible)”.

“¡Quieto! No des ni un paso en falso y suelta esa Blackberry muy despacito. ¡DES-PA-CI-TO!” (Pablo Soto MP2P)

Un ciberactivista es “alguien que utiliza internet (...) para difundir un discurso y poner a disposición pública herramientas que devuelvan a las personas el poder y la visibilidad que hoy monopolizan las instituciones” (David de Ugarte)

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He ahí una de las grandes brechas entre las dos élites. Muchos políticos y medios de comunicación no entien-den la dinámica de funcionamiento del mundo que está construyendo internet. El sistema vertical procedente de la era industrial desacredita la horizontalidad del digital. No comprende que no haya líderes ni que surjan movimientos y protestas por agregación espontánea en internet.

Pero no todo es tan nuevo. Las turbulencias se producen bajo las leyes de siempre. “El nuevo discurso es muy inde-finido. En mayo del 68 decían lo mismo. Todas las revolu-ciones empiezan del mismo modo. Comienzan con un no. No se sabe exactamente qué se quiere, pero sí se conoce perfectamente qué no se quiere. La dinámica es la conven-cional. Lo distinto es el elemento nuevo de la tecnología, y la tecnología, como pasó con la imprenta, suele dar lugar a la nueva élite”, explica el periodista. “La historia del poder se explica mediante el dominio de las nuevas tecnologías”, añade Quintana.

El poder establecido se asombra de que sus mensajes unidireccionales ya no funcionen. La comunicación en una sociedad en red se construye creando conexiones. El asun-to ahora es, según el experto en marketing Seth Godin, “contar historias” que “conecten a la tribu” (personas que comparten los mismos intereses).

Esa es una de claves que entendió el equipo de campaña de Barack Obama en las elecciones de 2008 y 2012 en EE. UU. The New York Times llegó a llamar al demócrata el ‘wiki-candidato’ porque, según explica Ciberactivis-mo, “adoptaba el papel de facilitador más que de líder”. Su equipo electoral creó la plataforma MyBarakObama.

com para que cualquier persona pudiera participar en la campaña. Los usuarios podían publicar un blog, descargar listas de votantes para hacer llamadas “vecino a vecino”, unirse a grupos de discusión, organizar eventos, crear ‘redes de amigos’... Era la primera vez que una campaña electoral se hacía de forma conjunta con los simpatizantes de ese partido.

En las siguientes elecciones al congreso de EE. UU. la estrategia demócrata siguió otorgando un papel primor-dial al ciberespacio. “Las elecciones de 2012 han sido las primeras en las que los discursos estaban escritos para ser retransmitidos en Twitter. La charla de Michelle Oba-ma al principio de la campaña estaba repleta de frases cortas y efectistas que funcionan muy bien en Twitter y permiten ir contando el mitin en directo”, apunta Yolanda Quintana.

Las viejas élites tampoco entienden la meritocracia que impera en el ciberespacio. “Les descoloca. Antes, los evaluadores eran los medios de comunicación y ahora es la comunidad”, especifica la periodista. Nadie puede proclamarse líder ni nadie puede designarlos. El papel de cada sujeto se va definiendo por el valor que los demás le conceden en un “proceso de revisión colectiva”.

Esto asusta a los grandes grupos de comunicación y a los periodistas nostálgicos y tecnófobos acostumbrados a ‘construir la realidad’. Así lo describía la Teoría de la Comunicación de Masas, de Dennis McQuail: “Los mass media producen, reproducen y distribuyen conocimiento que nos permite dar una sentido al mundo y modelar nuestra percepción del mismo”.

“Twitter es la nueva plaza del pueblo, decían sonrientes, sin recordar que en ese punto es donde se hacían las ejecuciones públicas” (Nacho Vigalondo)

“El ciberespacio no es una herramienta, no es una infraestructura. Es un determinado modo de utilizar las infraestructuras existentes. (...) Es un tipo particular de relación entre personas” (Sindominio.net)

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Pero esto se acabó. El poder se les escurre de las manos. “Internet cambió los valores y las reglas. A la hora de cons-truir la realidad ya no solo entra en juego la capacidad de filtro, jerarquización e imposición de valores de los medios. La arquitectura de red en internet y la cultura colaborativa que le es propia permiten que todos seamos productores de contenido”, especifica el libro.

Y en su temor, los que fueron los medios que reproducían la agenda informativa que dictaban sus amos (los políticos y los banqueros) “ocultan nuevas realidades que están ocurriendo porque saben que aceleran su caída”, comenta Tascón. “Hay una dejación de funciones convencionales de la prensa porque están sosteniendo el status quo. Los medios no atacan al poder porque, a la vez, le están pidien-do que les ayude frente a Google. Esto se ve muy claro en Simiocracia”.

Las viejas élites se niegan también a asumir que las formas de protesta se rigen por otras dinámicas. Les quitan vali-dez porque son distintas. Porque no se presentan como un producto cerrado. Porque forman parte de esta sociedad de beta permanente. El abogado Carlos Almeida lo cuenta así en Ciberactivismo: “El proceso en red es inverso. Se va construyendo a medida que avanza. Lo que interesa saber es qué piensa la gente, y esto es un movimiento de abajo hacia arriba. Y no sabemos adónde vamos hasta que no lo hayamos construido”. Es lo que propuso el jurista Javier

de la Cueva en el Manifiesto, un documento que escribie-ron varios expertos contra la Ley Sinde: “Esto lo vamos a descentralizar. No hay una élite que dirija. Es decir, no propongas, haz. Que se creen células autónomas en toda España y que cada una haga lo que quiera”.

El antiguo mundo se viene abajo. Guste a quien guste y disguste a quien disguste. Yolanda Quintana dice que con este libro han pretendido “detallar dónde van a estar los campos de batalla y el resultado va a depender de hacia qué lado se inclinen las pugnas por el poder”. Para Tascón ya está escrito cómo será la nueva sociedad. “Lo más difícil es prever la velocidad a la que se producirá el cambio. No sabemos si se parecerá más a una revolución o a una transición. La democracia tiene que ser más rápida y los ciudadanos, a la vez, tienen que formarse mejor. Vamos a asistir a una lucha porque la resistencia es muy fuerte. Hay muchas personas interesadas en que nada cambie”.

Los programadores están derrocando, uno a uno, los modelos de negocio que nacieron con la industrializa-ción. Esto es solo el principio. Quedan piezas clave que se resisten. “Internet ha sido capaz de acabar en casi todas las industrias con los intermediarios y... ¿no son los políticos (al menos los que conocemos ahora) unos intermedia-rios?”, pregunta el libro. “¿Será la política otra industria, como la de la música o la de los medios, que empieza una reconversión?”.

“Tanto los científicos como los hackers saben por experiencia que la ausencia de estructuras rígidas es una de las razones por las cuales su modelo es tan poderoso” (Pekka Himanen, La ética del hacker)

Los políticos deben comprender que están en lo sucesivo bajo el control de los mercados financieros y no solo de sus electores”, (Hans Tietmeyer, presidente del Bundesbank, en 1996)

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APPS qUE HACEN DEL MUNDO UN LUgAR MEJOR

Por David García (@SrGarcia)

Puede que sean ustedes unos ‘viva la vida’ con menos memoria que Mariano Rajoy en relación a su programa electoral. O puede que tengan sixtillizos y que, en términos de organización, su vida sea ese círculo del infierno que Dante dejó sin escribir. Con Baby Connect, que además está disponible para iOS y Android, podrá llevar al dedillo toda actividad que realiza su bebé: biberones, cambios de pañal, gases y pedos varios, siestas y citas con el médico. Así no tendrá que mentir al pediatra cuando le pregunte

por todo esto. Eso sí, prepare 4.49 €.

La culpa de todo es de Ricardo. Él, mujeriego de pro, fue el que eligió la temática de este mes, pero como en Yorokobu no somos patriarcalistas ni

sexistas, las apps chachis de este número pueden ser usadas por personas de ambos sexos. Si supieran lo que sale en Google cuando tratan de buscar apps

para mujeres...

Si no entiendes a la parienta, háblale en otro idioma. Si nuestro sistema educativo no te preparó para ello, búscate las habichuelas, alma de cántaro. uSpeak es una app gratuita disponible para iPhone y iPad que facilita el aprendizaje de idiomas por la vía lúdica. La app utiliza un algoritmo que ajusta la metodología al ritmo de cada usuario, personalizando así cada experiencia. personalizada para cada persona. Además, uSpeak consigue los contenidos a través de colaboradores, escritores, músicos y fotógrafos de todo el planeta para ofrecer ejemplos, imágenes y sonidos auténticos del

mundo real.

No es un secreto que las mujeres son objeto de agresión y de todo tipo de violencia por parte de aquellos que creen que ellas son físicamente más débiles. Mantener una defensa activa y efectiva contra estas agresiones es complicado, pero Circle of 6 propone que podamos tener un círculo de confianza al que se pueda acceder rápidamente para asuntos tan variopintos como solicitar que te recojan en algún sitio, pedir consejo sobre relaciones o incluso para avisar de que te encuentras en peligro de asalto. Aún no permite consultar qué ropa ponerse antes de salir, pero todo

se andará.

Baby Connect uSpeak Circle of 6

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APPS qUE DEJAN EL MUNDO

EXACTAMENTE igUALPor Ricardo Llavador (@RicardoLlavador)

Es por todos sabido que Steve Jobs era un enamorado de la meditación. Yo, por el contrario, soy más de mujeres que de chacras. Tanto que hoy les dedicamos nuestra evitable sección mensual con tres apps creadas, según la App Store,

por y para ellas.

La zafiedad es una virtud principalmen-te masculina, es un hecho probado. Sin embargo, y lo digo con cierto sonrojo, produce también sus buenas dosis de serotonina porque yo, por ejemplo, siendo un varón que odia el fútbol y los coches, no puedo evitar erizarme al gri-tar una vulgaridad a una mujer por la calle (bien es cierto que antes me pon-go un casco de obrero). Pues gracias a ‘Piropeator’, ahora las mujeres también pueden disfrutar de este exquisito pla-cer, porque de eso va la app, de toda cla-se de piropos de mujeres para hombres. Es gratis, pero el casco no va incluido.

Es necesario recordar en este momen-to que no soy yo quien clasifica las apli-caciones dentro de la App Store, sino que es la gente que contrató Mr. Man-tra. Así que para cualquier queja, por favor, envíen un burofax a Palo Alto. Y digo esto porque esta app ha llegado a ofenderme incluso a mí, a pesar de que la autora es mujer. La app contie-ne unas sencillas frases que cuentan, supuestamente, el comportamiento de las mujeres respecto a los hombres, como, por ejemplo, “decís que no le vas a hablar por Msn, y siempre terminás hablándole”. Es algo así como ‘Sexo en

Buenos Aires’, ¿no?Por cierto... ¡¡¿Msn?!!

Quizá pueda parecer que con el título ya tiene usted la descripción de la app, pero se equivoca porque no se trata de una aplicación que entrena glúteos, sino que ha de ser usted, señora, la que ha de entrenar para —así sí— endurecer los glúteos y, ya de paso, el culete, que, no estoy del todo seguro, creo que es lo mismo. Y no espere endurecer nada más porque esta es, probablemente, la app más táctica de toda la appsfera. Funciona a base de unos vídeos increíblemente bien interpretados por una señorita modelada en 3D, de atractivo regular, pero muy limpia. Además, cuenta con todo un plan de

endurecimiento ‘glutar’. Sí, es verdad, en esta reseña me he

inventado tres palabras.

Piropeator Típico De Nosotras Entrenamiento Glúteos

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S A N A D O R D EB i C i C L E T A S

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No hace falta ser mago para realizar juegos de manos, para crear objetos. Solo es indispensable sentirse atraído por el proceso de creación, por la necesidad de fabricar algo, de dar vida a lo inútil. Reid Chambers es mecánico de bicicletas. En su taller monta a diario bicicletas desde cero, restaura armatostes que yacían en algún garaje polvoriento o repara máquinas castigadas por el pedaleo y los baches.

El curandero de bicis habla reposadamente, con un acento es-tadounidense mucho menos marcado que el que atribuimos de manera casi caricaturizada a sus compatriotas. Sus movi-mientos son pausados y no mira el reloj, no siente ninguna necesidad de tener prisa.

“Comencé de una manera natural y sencilla. Tras salir del instituto, no tenía ni puta idea de qué hacer”, explica Cham-bers. Comenzó una ingeniería pero le echaron al final del primer año por sus malas notas. Tras el consiguiente aviso paterno, que le instaba a aprovechar su tiempo en el campus o a ganarse el pan con su propio empleo, empezó de mensa-jero en bici. A pesar del frío invernal de Washington, eso era mejor que cortar césped. “Era un trabajo muy duro pero es el mejor que he tenido”. Su relación con las bicicletas, que ha terminado en matrimonio sin previsión de disolución, daba sus primeras pedaladas.

La mensajería no siempre daba para vivir decentemente, así que comenzó a trabajar en talleres y a aprender cómo funcio-naban las bicicletas en las que cabalgaba. “Empecé sin saber cómo usar una llave Allen”. No tardó, sin embargo, en cogerle el tranquillo al asunto y le hicieron corresponsable del taller donde trabajaba. Pasó también por equipos ciclistas profe-sionales, con lo que se completaba el ciclo. Conocía cómo funcionaban las bicicletas y aprendió de qué pie cojeaban los ciclistas. “Son como niños”, dice sonriendo. Se dio cuenta también de algo muy excitante en relación a este deporte. “En el ciclismo, el usuario normal puede tener acceso a la tecno-logía que usan los mejores profesionales del mundo y puede armarla con sus propias manos”.

La vida, que para el propósito de esta historia sustituiremos por el eufemismo ‘amor’, le trajo en 2008 a Madrid sin saber

una palabra de español. Pasó por grandes cadenas de material deportivo y por tiendas de bicis de toda la vida, pero nada era como lo que conocía en Washington. Todos los procesos en esas empresas eran inquebrantables, la actividad era tremen-damente monótona y todos sus jefes y compañeros de trabajo eran inasequibles a la innovación. “Llegados a este punto, solo me quedaban dos opciones: volver a Estados Unidos o montar yo mismo lo que no encontraba”.

Según cuenta, su mentalidad comercial es cercana a lo inexis-tente aunque no le queda más remedio que ir aprendiendo. Lo que de verdad le impulsa es “lo técnico, las soluciones aportadas por un buen diseño, y el aprovechamiento de pie-zas deshechas o conceptos olvidados que todavía valen. Odio el vender por vender, y no creo que pueda vender algo en lo que no creo”.

Cuando llegó a España se dio cuenta de que, con esto de las bicis, era el raro. Eso le chocó. “Luego me di cuenta de que podría ser una opción para traducir mi pasión a un negocio válido y auténtico”. Así nació Daily Bicycle Co., su tienda-taller. “Podría haber ocurrido cualquier otra cosa pero la bici siempre fue mi única opción como medio de transporte y he acabado trabajando con ellas. Creo que he tenido mucha suerte. Me encanta trabajar con mis manos”, dice el norteame-ricano.

Desde un punto de vista casi existencial, la relación de Cham-bers con toda esta cultura tiene algo de amor y odio, aunque, por fortuna, es mucho de amor y poco de un odio que está más relación con el mal uso que se puede dar a cualquier cosa que con el propio ciclismo. “Todo lo bonito se usa por algún motivo mentiroso, volviendo últimamente a la necesidad de consumo. Cuando te metes muy adentro en un mundillo así siempre vas a encontrar diseños, cosas, y gente que vienen con poca pasión. Eso, en ocasiones, frustra”, recalca.

Lo que más le gusta de esta cultura es lo básico y esencial que es todo. El logo de Daily Bicycle Co. está formado por la reducción a la mínima expresión de la idea de la bicicleta: dos triángulos que simbolizan un cuadro y dos circunferencias que hacen las veces de rueda. A grandes rasgos, una bici ha

No es necesario comprar todo lo que adquirimos. No es imprescindible renovar lo que tenemos con tanta frecuencia.

Lo que posee más valor no es lo más caro, sino lo que se hace con las propias manos. Comenzamos una serie

dedicada a los makers y a la cultura del hazlo tú mismo con Reid Thomas Chambers, un estadounidense que usa

sus manos para que las bicicletas no mueran nunca.Por David García (@SrGarcia) Fotos Brian Walker

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sido así desde que se inventó. “El cuadro es la base y sobre eso se montan los diferentes componentes. Dependiendo de la elección de esos componentes, el montaje se hace más o menos complicado”, explica sentando las bases.

Cada mecánico de bicicletas –en realidad, cada profesional, sea del ámbito que sea- tiene que encontrar algo que lo haga especial. No hay nadie que no tenga la capacidad de destacar en algo y Chambers siente devoción por las ruedas. “Aquí se pueden elegir unas ruedas completamente a la carta. Según las necesidades de cada persona, me entreten-go en estudiar y encontrar la combinación de buje, radios, y llanta que más le conviene”, relata de manera didáctica. “Luego las monto enteras a mano”. Era tal su pasión por las ruedas que, justo antes de empezar la aventura de Daily Bicycle Co., alimentaba La Ruedería, un blog dedicado exclusivamente a esta práctica que, según él, está un poco olvidada.

Cree que el encanto reside en esos componentes que consti-tuyen el alma de una bicicleta. “No hay nada realmente que sobra en lo que es lo básico y, para mí, los diseñadores fallan cuando intentan poner elementos “, explica el mecánico de Washington.

El estadounidense disfruta con cada estructura que repara, pero califica como increíble la sensación que experimentó cuando montó su primera bicicleta y comprobó de manera fehaciente que funcionaba correctamente. “Compré una vieja Panasonic en Craiglist por 10 dólares”. Las herramien-tas que tuvo que comprar para montarla costaban más, claro, que la propia bicicleta vieja. “Era un sábado. Me tiré todo el día y acabé a medianoche. La vi y me di cuenta de que no es-taba muy bien ‘currada’. Pero la saqué a la calle”, explica casi emocionado. Con el asfalto vacío, el aire fresco dándole en la cara y la grasa fresca impregnando los engranajes de aquella renovada Panasonic, Chambers comenzó a sentirse feliz.

Le ocurre lo mismo con la bicicleta que tiene ahora. “Ésta es un poco Frankenstein”, dice ante ella. La ha montado a partir de restos que otras personas tenían como inservibles. No hizo falta la energía de una tormenta para darle vida pero, al igual que el monstruo esbozado por Mary Shelley, tiene una pinta tosca y auténtica.

Chambers insiste en que no es complicado restaurar una bicicleta. “Si la bici es tuya, si vas a ser tú el usuario, no es difícil arreglarla lo suficiente como para poder usarla”. Hay una parte de obligación moral hacia un objeto que ha estado asociado a la felicidad de la mayor parte de las per-sonas de este mundo desde que tienen uso de conciencia. Se queja de que en España, tenemos mucha facilidad para aconsejar que tiremos al contenedor las bicicletas viejas que tenemos en los trasteros. Más allá de reivindicaciones anticonsumistas, el mecánico afirma que la vida de esos objetos es mucho más larga de lo que creemos normal por aquí.

“Lo bueno de la bici es que una persona no experta puede empezar con ello aunque requiere de mucho trabajo reducir una bicicleta a sus piezas básicas y repararlas y limpiarlas de manera minuciosa”. Se convierte en una tarea que reta a la paciencia y a la propia exigencia por hacer cada tarea con rigor. Además, “es algo que no está suficientemente bien pagado”, explica. Lamenta además que no se valora lo suficiente, ni siquiera en términos de esfuerzo, un trabajo de restauración.

La idea de Reid Chambers es convertir en inmortales a las bicis cotidianas, a las que se usan para cualquier cosa y no solo para el paseo dominical por el parque de turno. “Lo que sí sería genial sería conseguir lotes de bicis antiguas muy baratas, arreglarlas poco a poco y ponerlas de nuevo en circulación a precios asequibles”. La evangelización, amigos, a partir de objetos útiles, bellos y personales.

Si, además, se utilizan las manos para rescatar del olvido la chatarra abandonada, miel sobre hojuelas.

Cuando Chambers vino de Washington no lo hizo con la intención de reinventar ningún concepto en la profesión a la que se dedica. Está convencido de que lo más valio-so que tiene que aportar es la atención a los detalles. Lo demuestra con una concienzuda mirada a cada pequeña pieza, a cada gesto de lijado o decapado, a cada tuerca apre-tada. Consigue que el tiempo transcurra más lentamente en su taller y acaba provocando que, con sus manos, la magia aparezca.Lo bueno de esta historia es que cualquiera puede ser mago.

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El aspecto de la bici puede ser tan complejo o tan sencillo como quieras pero, al final.

sigue siendo la misma forma fundamental.

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En una ciudad como Madrid, las bicicletas no requieren de mucho mantenimiento. Chambers advierte: 1) El lubricante sobra casi siempre. No engrases nunca sobre algo sucio. 2) Si suenan los frenos, lima la zapata del freno y limpia con agua y jabón las llantas.

Consejos para evitar que tu bici desaparezca: 1) Compra un candado bueno. 2) ¡COMPRA UN CANDADO BUENO!

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Sé feliz en tu bici: empieza lento y nunca superes su propia zona de confort.

La única manera de mantenerse derecho es seguir en movimiento.

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¿Por qué ha invertido la Humanidad tanto dinero en la investigación espacial? ¿Qué utilidad tiene pisar la Luna, llegar a Marte? ¿Para qué demonios sirve el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), en el que los científicos juegan a chocar protones a grandes velocidades?

Si aparece el elusivo bosón de Higgs, ¿qué nos importa?

Por Sergio C. Fanjul IlustracIón Velckro Artwork

Los spin-offs

de La ciencia

En una ocasión le preguntaron a Bob Wilson, director del Fermilab, un gran laboratorio de experimentación con partículas elementales cercano a Chicago, si sus actividades contribuían en algo a la defensa de los Estados Unidos de América. “No”, contestó Wilson, “pero contribuyen a que merezca la pena defenderlos”. Aunque, como quería decir Wilson, el objetivo de la ciencia es lograr el conocimiento sobre el mundo y no necesariamente las aplicaciones de ese conocimiento, se comprende que, muchas veces, el contri-buyente de a pie se pregunte por qué motivo se destinan recursos a la investigación básica, aquella que se concibe sin ninguna aplicación inmediata, cuando se puede dedicar a otras cosas. Entre la ciencia aplicada, la que sí busca aplica-ción, se encuentra, por ejemplo, la investigación de nuevos fármacos, de la vacuna de la malaria o de nuevos materiales, como los nanotubos de carbono, para la industria tecnológica. El mundo está lleno de necesidades muy urgentes, de crisis, de enfermedad y de hambre.

Pero lo cierto es que esa distinción entre lo que es pura búsqueda de conocimiento y búsqueda de utilidad no es tan clara. Por poner un ejemplo: a principios del siglo XX, algunos científicos, como Albert Einstein, Max Planck o Niels Bohr, comenzaron sus investigaciones en la naturaleza de los átomos, en lo que acabó siendo la Mecánica Cuántica, una de las teorías más sorprendentes y poderosas que explica el

mundo a pequeña escala. En principio, estas investigaciones no tenían ningún otro fin más que ensanchar el conocimiento humano, desentrañar los misterios que se escondían en el fondo de la materia. Pero la ciencia se amontona generación tras generación y, gracias a los descubrimientos de la Física Cuántica, se pudo desarrollar la ciencia de los semiconduc-tores; y de ahí, la disciplina de la Electrónica; y de ahí, las te-lecomunicaciones, los ordenadores, Internet y los iPhones. Si en aquel momento no se hubiera investigado sin más motivo que la búsqueda del saber, no se hubieran recogido más tarde los frutos que cambiaron, y aún cambian, el mundo cada día. Por eso, la investigación básica es una inversión, una inver-sión rentable a largo plazo que, muchas veces, no entienden los políticos (de naturaleza, generalmente, cortoplacista). Pero una inversión, al fin y al cabo.

Además, de investigaciones como la espacial o la de las partí-culas elementales, incluso de la militar, aparecen con mucha frecuencia descubrimientos o inventos que, inesperadamente, encuentran su utilidad en la industria o en la vida cotidiana. Se llaman spin-offs científicos, de igual manera que una serie televisiva basada en un personaje salido de otra serie se llama spin-off (pensemos en Frasier, que salió de Cheers, o, en España, Aída, que surgió de 7 vidas). El mismo anglicismo se utiliza para el caso de pequeñas empresas que se desmigajan del núcleo de otra más grande o de la universidad.

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A las instituciones científicas les gusta sacar pecho y jus-tificarse por medio de los spin-offs. La NASA publica una memoria anual, Spinoff, Nasa benefits society, donde enumera todos sus aportes a la sociedad. “Así como la Nasa ha dado al mundo un conocimiento extraordinario sobre nuestro planeta y el Universo, también ha cambiado la vida sobre la Tierra”, explica el administrador de la organización, Charles F. Bolden Jr., en el prólogo. La agencia espacial ha conseguido, de ma-nera colateral, descubrimientos en todos los campos, desde la medicina, la cirugía y el transporte hasta el medio ambiente o el ámbito doméstico. El programa Apollo aceleró la evolución de los microchips y permitió el desarrollo de los ordenadores, smartphones y demás gadgets. Los trajes de baño LZR Racer de la marca Speedo, que permite ir más rápido a los nadado-res, fueron un resultado inesperado de la exploración espa-cial. También un material cinco veces más resistente que el acero, fabricado por Goodyear para el paracaídas de la sonda Viking, acabó sirviendo para mejorar la calidad de las ruedas para automóvil. Las lentes de contacto Paragon CRT moldean la córnea mientras el usuario duerme para corregir la miopía. El polvo PRP es la solución definitiva para las manchas de grasa. Algunas zapatillas deportivas están basadas en la tecnología de las botas lunares. La lista está bien nutrida. Aunque se piense que inventos como el velcro, el código de barras, el teflón y el refresco soluble Tang son spin-offs de la Nasa, esto no es cierto. Eso sí, han sido utilizados ampliamen-te en misiones espaciales. La agencia ofrece datos concretos:

desde 2000, los spin-offs han salvado al menos 12.000 vidas, ahorrado 6.200 millones de dólares, creado 9.200 puestos de trabajo y generado 1.200 millones de dólares de beneficio.

Tal vez el caso más célebre sea el de Internet. En 1989, Tim Berners-Lee, que trabajaba en el CERN de Ginebra, le envió a su jefe un proyecto de lo que sería la World Wide Web. Era necesario facilitar las comunicaciones en un enorme labora-torio de partículas en el que trabajaban miles de científicos. Un año después, la www unía solo a dos ordenadores dentro de las instalaciones ginebrinas; hoy internet es la espina dorsal que vertebra la realidad. Además, según cuenta el CERN en su web, cada euro invertido en la investigación en física nuclear y de partículas en sus instalaciones genera tres euros de beneficio en sectores industriales asociados.

Hasta un campo tan abstracto como la Teoría General de la Relatividad, que desarrolló Albert Einstein, ha tenido finalmente sus aplicaciones: nada menos que en la red de posicionamiento global GPS que usamos para saber dónde estamos al instante y guiarnos cuando vamos al volante. Seguro que Einstein jamás imaginó que estaría implica-do en tal ingenio, ni tampoco, por sus contribuciones a la Física Cuántica, en el origen de las tecnologías que hicie-ron posibles los computadores. ¿Tendría Einstein perfil de Facebook? ¿Colgaría su foto con los pelos espantados y la lengua fuera?

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NUEvOS TEóRiCOS

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Creativos, diseñadores, artistas, ilustradores, arquitectos, fotógrafos... Cada mes pedimos a una persona distinta que juegue con la palabra Y-O-R-O-K-O-B-U para

ilustrar la portada. Son profesionales que aportan su particular visión de la revista. Pero sabemos que también hay mucho talento ahí fuera. Por eso, una vez al año,

ponemos la portada y la contraportada a vuestra disposición para que os luzcáis y demostréis vuestra creatividad.

En colaboración con Volkswagen, volvemos a convocar el concurso ‘Hazlo tú’. Queremos que seas el que diseñe la portada de Yorokobu y la contraportada de Volkswagen del número de febrero de 2013. En esta segunda edición, hay una

novedad importante: ambas piezas deberán guardar relación.

El año pasado, una parte de las más de 600 personas que se presentaron ya lo hicieron así. Y el resultado nos encantó. Pero habíamos anunciado que las piezas

serían juzgadas de forma independiente y así lo hicimos. Este año hemos cambiado ese punto en las bases del concurso y el jurado valorará tanto la creatividad como la

relación entre portada y contraportada.

¿Y qué significa todo esto? Que este año solo habrá un ganador y será quien firme la portada de Yorokobu y la contraportada de Volkswagen del número de febrero de 2013, además de recibir un premio de 2.000 euros. Los 10 trabajos finalistas serán

publicados en un cuadernillo especial dentro de la misma publicación.

Ya tenéis toda la información y bases en yorokobu.es/hazlotu

yorokobu.es/hazlotu

La portada y la contraportadalas diseñas tú

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No hace mucho, fue apodada como la ciudad del diseño, y Copenhague está empeñada en ejercer de ello en

cada proyecto que emprende. El de su futura ciudad de los niños y jóvenes no es una excepción.

Por Gema Lozano (@glozanoft) Fotos COBE, NORD Architects, PK3 and Grontmij

Copenhague en versión

infantil

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Las cifras siguen en guerra con nuestro país. A las que hacen referencia a valores económicos se han unido reciente-mente las demográficas. Las últimas dicen que la población española mengua y envejece. Se calcula que, para 2052, Espa-ña habrá perdido una décima parte de su censo y que el 37% de sus habitantes tendrá más de 65 años. Y mientras, en otros lugares, el fenómeno se invierte. Es el caso de Copenhague. Los pronósticos apuntan a que la capi-tal danesa contará con 90.000 habitantes más en 2025 que los que hoy acoge. De ellos, más de un tercio (33.000) tendrán entre 18 y 29 años. Y unos 22.000 estarán entre 0 y 18 años. Aún queda más de una década para comprobar si las pre-dicciones estadísticas se cumplen o no, pero la ciudad ya ha

comenzado a prepararse para su más que posible devenir demográfico. La inminente construcción de una suerte de ‘macroguardería’ lo demuestra. Se situará en una parcela triangular de Prinsessegade, justo enfrente de Christiania, la ciudad libre habitada y autorregida por hippies y alternativos. Más de 4.200 metros cuadrados pensados para acoger cada jornada a más de 600 niños y jóvenes. El mayor centro de día infantil y juvenil de la ciudad. Tanto es así que en Copenhague ya hablan del centro de Prinssesegade como la Ciudad de los Niños. Y quizá no tanto por el tamaño como por la propia estructura del espacio.

Los estudios de arquitectura COBE, NORD Architects, PK3 y Grontmij, responsables del proyecto, lo han concebido

Copenhague en versión

infantil

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precisamente así: como una ciudad (para niños y jóvenes) dentro de otra (Copenhague). De ahí que se haya descartado la edificación de una única y mastodóntica construcción. En su lugar, la ciudad de los niños de Prinsessegade contará con pequeños grupos de edificios. Estos harán las veces de barrios, al igual que los de la capital danesa; cada vecindario será distinto y estará equipado en función de las necesidades e idiosincrasia de sus residentes. En este caso, en función de las de cada grupo de edad y de los gustos de cada niño. Ayuntamiento, una fábrica en la que los niños de entre 7 y 13 años podrán desarrollar diversas actividades, estadio, estación de bomberos, restaurante donde los peques podrán ayudar a los cocineros y plantar su propio huerto en la parte superior, una torre, un garaje para aparcar y, en caso de ser

necesario, arreglar las bicis… A la ciudad de los niños de Copenhague no le faltará de nada. Tampoco la ciudad matriz tendrá que prescindir de ningún elemento para erigir este centro de día infantil. Todo en la futura Kids City se ha planificado a partir de un cuidadoso análisis del entorno con el fin de respetar su aspecto actual lo máximo posible. Los edificios se dispondrán de tal manera que no sea necesario prescindir de un solo árbol ni de nin-gún otro elemento paisajístico.

El objetivo: que los nuevos espacios verdes de la miniciu-dad se unan a los ya existentes en la zona y contribuyan a ampliar y diversificar las actividades de ocio al aire libre de Copenhague.

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Por C.Carabaña IlustracIón Blastto

Una aUténticaagencia de

‘rating’Mr. Sean J. Egan —espigado, rubio y CEO de la agencia de calificación de riesgos Egan-Jones— se levantó ante el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamen-tal del Congreso de EE. UU. el 22 de octubre de 2008. La caída de Lehman Brothers un mes antes acababa de dar el pistoletazo de salida a la llamada Gran Recesión y el tema de la audiencia era las agencias de calificación y la crisis financiera. Frente al presidente Henry Waxman —orejas grandes y un poco cara de rata— y otros 16 congresistas, Egan comenzó:

“El actual sistema de calificación de riesgos esta diseñado para fallar. Las calificaciones de las tres compañías que comparecieron antes en este comité, Moody’s, Standars & Poors y Fitch [las agencias que controlan el 90% del millonario mercado del rating], fueron una de las causas más importantes en la más extensa, y posiblemente cara, calamidad financiera en la historia reciente de EE. UU. (1995)”.

Con la seguridad de saber que su empresa sí había avisado —AIG, Fannie Mae, Freddie Mac—, pasó a enumerar varias de las compañías —como Bear Stearns, Lehman Brothers— que las grandes del mercado y la mayoría de las medianas —algunas llamadas Countrywide, IndyMac, MBIA— habían juzgado con nota alta y luego habían acabado bastante mal —a lo WorldCom, Enron—. Y parece ser, gracias a que Egan-Young, con su veintena de trabajadores, es la única, junto con LACE Financial Corp, en ser reconocida por la U.S. Securities and Exchange (SEC) como Nationally Recognized Statistical Rating Organization y que, en lugar de recibir sus beneficios de las empresas y bancos que evalúan —emisores—, lo hace de los inversores que quieren mover su dinero —suscriptores—. Este segundo modelo

era precisamente el que seguían las tres grandes hasta finales de los años 70, cuando abrazaron el dinero de los emisores, y el vacío de agencias pagadas por los inversores llevó a Egan, junto con su socio Bruce Jones, a fundar en 1995 la firma que lleva el nombre de ambos.

Bill Hassiepen , segundo de Egan y que tiene la posición única de haber trabajado tanto en las agencias pagadas por emisores como en Egan-Young, explica por teléfono desde Filadelfia, EE. UU., que la diferencia principal entre los dos modelos de obtener beneficios es que uno de ellos lleva implícito un “conflicto de intereses, ya que responde ante los emisores y no ante los usuarios de las calificacio-nes”. En este mismo sentido apunta un reciente estudio titulado Bank ratings, What determines their quality?, divulgado por el Banco Central Europeo. Tras analizar 38.753 calificaciones de Moody’s, S&P y Fitch a bancos de Estados Unidos y Europa entre 1990 y 2011, concluye que “las agencias de calificación dan puntuaciones sistemá-ticamente mejores a los bancos que proporcionan a la agencia una gran cantidad de negocio por calificar bonos de titulización de activos”.

Para hacerse una idea, Moody’s cuadriplicó sus beneficios entre 2000 y 2007 y fue la empresa del índice bursátil S&P 500 que logró el mayor margen de beneficios durante cin-co años seguidos, todo esto mientras daba calificaciones de máxima solvencia a paquetes de deuda colateralizada (CDO), que luego estallaron a sus inversores. Y Frank L. Raiter, antiguo cabeza de la calificación de hipotecas en S&P entre 1995 y 2005, reconocía en dicha comparecencia ante el Congreso, en 2008, que “para 2001, el estrés por los beneficios y el deseo de mantener los costes bajos nos impidieron, de hecho, desenvolver e implementar la

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metodología apropiada para seguir el rastro de los nuevos productos”.

Técnicamente, las calificaciones crediticias deberían servir para mejorar la información sobre un producto o la deuda de un país, anticipando los momentos de peligro. Y es esto, justo, donde han fallado, desde Enron hasta la crisis fiscal europea, pasando por las subprime de EE. UU., la quiebra de Lehman Brothers, AIG y demás asuntos. Las agencias han ido con la lengua fuera detrás de los acontecimientos, rebajando notas a entidades y países ya en medio de crisis viciosas para lograr financiación, que no hacen más que acentuarse con la bajada de rating.

“Creo que lo que pasa”, continúa Hassiepen , “es que en ese modelo te vuelves complaciente con tu cliente, que es el que te paga; te vuelves demasiado familiar y, cuando empiezas a ver dificultades, determinados detonantes que indican que algo va mal, como cuando Enron comen-zó a usar los special purpose vehicles [asociaciones de inversores para operaciones de adquisición financiadas a través de deuda bancaria], los dejas pasar. Esto no ocurre con Egan-Jones, donde podemos afirmar que no tenemos conflictos de intereses”, explica, “ya que nosotros respon-demos ante los inversores, que nos pagan por ser lo más certeros posibles”.

Cuando finalmente puede ponerse al teléfono Mr. Sean J. Egan, resume el argumento anterior con un “tenemos que ayudar a los inversores a que su dinero crezca y esté prote-gido, lo que hace que nuestro objetivo sea muy diferente al que tendrá una firma pagada por los emisores, que quieren

tener las notas más altas y la mejor clase de emisión de deuda”. Sobre España, Egan apuntó hace unas semanas en la agencia Bloomberg que el país, al que le haría falta una quita del 50% de la deuda, no crecerá hasta dentro de cinco o diez años, y en su último análisis apuntaba que “Catalu-ña, Valencia y otras regiones necesitarán, probablemente, 20.000 millones de dólares, y que los bancos débiles deberán asumir pérdidas, las cuales podría compartir todo el sistema bancario”.

“El mayor asunto en España es si el país o las regiones po-drán controlar la deuda que llevan sobre sus hombros y, si tienen dificultades con esto, cuál sería el resultado para el inversor”, explica al otro lado de la línea, “y aunque el Ban-co Central Europeo le ha dado soporte facilitando crédito, España tiene problemas subyacentes, como una economía que no crece de manera crónica, un difícil presupuesto federal [sic] deficitario, un desempleo que está llegando a niveles catastróficos, problemas con pérdidas de valor de los bienes raíces sobrevalorados... que no se atajan”. Con todo esto, Egan-Jones tiene a España en CC, lo que, hablando en plata se denomina default técnico.

Algunos respirarán aliviados al oírle afirmar, pese a la anterior suposición educada, que “afortunadamente, Grecia no parece indicativo del futuro de España”. Al fin y al cabo —General Motors, Bank of America—, Egan lidera una agencia que ha sabido anticiparse —Merrill Lynch, Lehman Brothers— al resto. Como dice —Fannie Mae, Freddie Mac— sin pizca de orgullo en la voz: “Nadie nos ha acusado nunca [WorldCom, Enron] de no llegar a tiempo en nuestros juicios.

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Por Daniel Martorell

EL HOMBRE qUE ENCUENTRA LETRAS DONDE

OTROS vEN BASURAComo el hidalgo caballero, pero sin Rocinante ni yelmo, Fabio de Minicis pasea por Barcelona obsesionado en ver cosas que solo sus ojos parecen observar. Letras. Y lo cierto es que, por loco que parezca, su instinto no le engaña. Están ahí. Perdidas en un mercadillo, o en el carro desvencijado del chatarrero que deambula frente a su estudio, o apoyadas junto a un árbol, o en el contenedor de deshechos de una obra, en cualquier rincón de la ciudad. Este artista argentino (Bahía Blanca, Buenos Aires) ha desarrollado con los años una inusual capacidad para mirar descifrando y encontrar así las piezas de un puzzle que, ya terminado, ha bautizado con el nombre de Trash.

La pieza, un mural de 2x3 metros montado sobre cuatro pane-les de madera, aglutina 27 letras y 9 números. Todos, objetos de deshecho encontrados al azar, abandonados en la calle y desposeídos de su función original, pero no de su capacidad comunicativa. De eso se ha encargado su creador. La mayoría de los elementos han sido colocados en el mural tal cual fue-ron hallados, sin variar su morfología original. Juntos forman un extravagante alfabeto, donde una canasta oxidada se vuelve ‘Q’, un rodillo de pintor es el ‘7’, el respaldo de una silla hace de ‘W’ y un viejo extractor de humos vuelve a la vida en forma de ‘O’ ¡Et voilà! La chatarra renace con una capacidad comunicativa casi infinita. “Lo bonito de este tipo de alfabetos es que demuestran que no solo los seres vivos comunican cosas”, explica De Minicis. “También lo hacen las sillas, los marcos, las tuberías, ¡la basura! La gente que interioriza este concepto de comunicación de objetos inanimados luego me comenta que va viendo letras por ahí, en cada esquina. Lo verdaderamente apasionante para mí es que en una misma realidad cada ser humano ve cosas diferentes. Sé que puede sonar quijotesco, pero yo estoy convencido de que tiene que ver con la realidad que cada uno quiera ver”.

Y la realidad por donde cabalga De Minicis tiene grandes do-sis de reciclaje. Fabio lleva años dejándose las uñas, clavándo-se astillas en los dedos y tiznándose de arriba abajo –de hecho, los cristales de sus gafas están decorados perpetuamente con motas de pintura blanca– para darle un nuevo uso a lo que al-guien ya no quiere utilizar. “Lo de juntar trastos por la calle ya

lo hacía en Argentina. Lo mejor aquí es que la gente se desha-ce de lo que no quiere de forma más organizada. Y esos días la calle se convierte en un bosque”. En ese terreno fértil para los deshechos, Fabio otea las esquinas como el hombre de campo las nubes. “Veo el objeto y pienso: ¿para qué demonios quiero eso? Luego me digo: ¿qué me transmite? ¿en qué puedo recon-vertirlo? Y al final veo claramente cómo quiero reciclarlo. ¡De lo contrario solo sería un Diógenes!”. En la práctica, todo este diálogo mental se traduce, básicamente, en el típico ¿lo cojo o no lo cojo? Y en lo que dura ese ‘impasse’ todo es posible. “Me vuelvo un tanto obsesivo. Por mi culpa se han cancelado sesio-nes de cine con los amigos porque he encontrado de camino alguna joya abandonada”. El primero de esos ‘objet trouvé’ y génesis del Trash fue un brazo de un perchero Thonet abandonado: la letra ‘S’. “Fue la que me empujó a comenzar todo el alfabeto, pero cada letra es importante. Son como hijos. Sé dónde las encontré y la histo-ria que tengo con ellas”. Algunas, incluso, se transformaron en letra o número sin que el artista supiera a ciencia cierta cuáles eran sus usos originales. Es el caso de la ‘T’ o el ‘9’. Curiosos que pasan por el Espai Ku –el estudio-galería donde trabaja Fabio– le fueron ayudando a descifrar la historia de ambos objetos. “El primero es una perforadora de toneles de vino; y parece ser que el ‘9’ es un antiguo calentador de agua, o al menos eso comentaron dos empleados de Correos que vieron la obra”.

Es, precisamente, esa reacción que el mural despierta en el espectador lo que más emociona al caza-letras. Lo de que el mural sea considerado una pieza artística le trae más bien sin cuidado. “Yo trabajo en reformas como obrero haciendo baños, cocinas... y me apasiona. Pero también tengo mi parte de diseñador gráfico, de arquitecto, algo de artista, supongo. Imagínate, pues, el follón que suponen todas estas influencias. Para mí, que tú te encuentres una ‘H’ por la calle y me llames para decírmelo... ¡eso es arte! Porque tiene que ver con esos pequeños detalles insignificantes de la vida”. Juntar piezas de deshecho, agruparlas, darles sentido, exponerlas y que sucedan cosas alrededor de la obra es ya, en sí mismo quizás, un acto artístico. “Y si no, es igualmente fascinante”.

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gABRiEL CORBERApor Pípor Suárez

Cuando preguntas las razones por las que alguien acaba dedicándose a la ilustración o el diseño, las respuestas suelen ser previsibles. “Mi padre era dibujante”, o “desde pequeño, siempre me han fascinado las tipografías”. En el caso de Gabriel Corbera, su respuesta es algo más dramáti-ca. “Odiaba mi vida”.

Corbera había pasado por multitud de trabajos. Se ganó el pan en fábricas y obras, pero el cómic jamás le abandonó. “Hasta los 20 años de edad era una parte importantísima de mi vida, pero fui cayendo en la trampa laboral”. En 2007, repuso fuerzas para dar el salto y, en cierto modo, volver a los orígenes.

El ilustrador barcelonés se considera un admirador del có-mic como medio de expresión, pero, a la vez, un obseso con las formas del diseño gráfico. “Siempre he sentido especial aprecio al trabajo de personas como Art Spiegelman y a esos ilustradores de los años 80 que trabajaban mucho el cómic

como un medio de expresión visual, y no solo para contar historias”. Su labor es un puente entre las dos disciplinas. En la web Sunday on Mars, el ilustrador cuelga viñetas que sirven de desahogo existencial para el teñirlo de “un humor salvaje, un humor que, más que negro, llamaría cruel; un humor que reivindica la violencia como un sano código de conducta pública injustamente postergado”, según el blog Mandorla.

El creador ha trabajado para compañías como American Airlines, Easyjet, The Believer, The Building o the Running Press, pero en su portfolio digital no encontrarás ni rastro de esta faceta más comercial de su quehacer. “Allí cuelgo mis trabajos personales. Aquellos de los que me siento más or-gulloso”. Entre ellos, se encuentran cuatro portadas ficticias dedicadas al escritor Kurt Vonnegut. “Es una lectura muy personal sobre este escritor que tanto me ha aportado. Me fascina destilar el significado de un libro en una imagen”, concluye.

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“Somos lo que pretendemos ser, así que debemos tener cuidado con lo que pretendemos ser”. – Kurt Vonnegut.

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No LEAS. ¡DIbuJA!

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No LEAS. ¡DIbuJA!

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YOROKOBUAgendaPhenomena on tour

El programa doble de clásicos de los ochenta llega a Bilbao.

Cinesa Max OcioBilbao

06.12.2012El Paral-lel más

espectacularUna muestra sobre el Paral-lel que hasta

1939 era comparable al Montmartre parisino o al Broadway neoyorquino.

CCCBBarcelona hasta el

24.02.2013Ciberrealismo

Una serie de debates que buscan rebajar la euforia digital con la presencia del conocido escéptico de internet Evgeny

Mozorov.Círculo de Bellas Artes

Madrid

03-04.12.2012Jeremy Jay

PopSala Hoboken

Sant Cugat del Vallès

16.12.2012

Tecnociudadanía y procomún II

Sesión de trabajo que explora la penetración de la cultura de los

prototipos en el espacio e imaginario urbano.

Medialab PradoMadrid

04.12.2012El Raval de Consuelo

BautistaMás de 50 fotos que retratan el barrio

barcelonés.Sala d’Exposicions - Arxiu Fotogràfic de

BarcelonaBarcelona hasta el

26.01.2013Bienal Iberoamericana

de DiseñoUna exposición que une trabajos de

diseñadores de Latinoamérica, España y Portugal.Matadero

Madrid hasta el

28.02.2013Música colaborativa y

autosuficienciaEncuentros abiertos y participativos en

torno a la producción musical.Laboral

Gijón

15-16.12.2012

A Vintage New Year’s Eve

Fiesta de fin de año de los organizadores del Vintage Festival.

Southbank CentreLondres

31.12.2012Encuentros con los

años 30Una exposición que aborda este periodo turbulento en el que el arte y el poder se aliaron y confrontaron y que, a muchos

niveles, resulta clave para entender nuestro propio presente.

Museo Reina SofíaMadrid hasta el

07.01.2013Torres y rascacielos, de

Babel a DubaiUn recorrido por la historia de la

construcción de torres y rascacielos partiendo del mito de la torre de Babel hasta los rascacielos proyectados en el

siglo XXI.Caixa Forum

Madrid hasta el

05.01.2013Mobile World Congress

El evento más importante de la industria de los móviles vuelve con una nueva

sede.Fira Gran Vía

Barcelona

23-28.02.2013

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NUMEROgRAFíA#35Autor: Rafa Goicoechea Número favorito: 7 www.rafagoicoechea.info

Dígitos que recuerdan a figuras poliédricas. Los ha diseñado Rafa Goicoechea. Recibida la misión de crear unos números desde la nada, el diseñador gráfico, residente en Barcelona, pensó al momento en “hurgar en los orígenes de los números”. “La primera referencia fueron las inscripciones talladas en piedra”, explica. “Partiendo de ahí, decidí hacer unos números basados en una construcción geométrica, al igual que en las capitales romanas, y tratarlos como si fuesen una escultura más que un dibujo”. Pero el diseño final tenía que ser plano, como una tipografía digital, y eso lo llevó a intentar “ser lo más sintético posible, manteniendo la esencia de un objeto tallado en sus diferentes caras”.

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