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IES “BENEDICTO NIETO” – La Pola (Concejo de Lena) Módulo de “Conducción de grupos en bicicleta” DPTO. DE FAMILIA PROFESIONAL DE AA. FF. y DD. (UD1) 3.5 LOS CAMBIOS Profesor: Raúl Afonso Losada 52 3.5 L OS CAMBIOS. Los cambios son los mecanismos que permiten engranar las diferentes “marchas” de la bicicleta, combinando platos y piñones al desviar lateralmente la cadena tanto a la altura de unos como de otros . Incluyen los mecanismos del desviador delantero o de la cadena (para cambiar de plato) y del cambio trasero (para cambiar de piñón), además de los correspondientes mandos o palancas del cambio, que colocadas a ambos lados del manillar permiten el control de los mencionados mecanismos. Dichos mandos se unen por un cable de acero hasta el desviador correspondiente (el mando izquierdo al desviador de la cadena y el derecho al cambio trasero). 3.5.1 EL MECANISMO DEL DESVIADOR DELANTERO. El desviador delantero es un componente sencillo, a pesar de que su misión y funcionamiento serían la pesadilla de un ingeniero: debe empujar lateralmente la cadena de un plato a otro. Opera sobre la parte superior de la cadena (el desviador trasero lo hace sobre la parte inferior), mediante una palanca o mando situado en el manillar y conectado por un cable de acero al propio desviador. Cuando se pulsa la palanca correspondiente o se gira el mando de puño, según el caso (ver el apartado “3.5.3 Palancas y mandos”), el cable se tensa o destensa y el desviador modifica su posición empujando la cadena lateralmente (o cediendo a su empuje) . Debemos estar pedaleando para cambiar de marcha, con lo que la acción de mover hacia un lado (acercándose o alejándose del cuadro) el desviador tiene el efecto de desplazar la cadena de su raíl —el plato— hacia el siguiente. Ilustración 57. Mecanismo del desviador delantero. Nótense los dos tornillos de reglaje y que el tornillo de blocaje del cable proveniente del mando es de tiro superior, aunque otros f abricantes hacen pasar previamente el cable por debajo de todo el mecanismo a través de unas guías. No todas las “jaulas” presentan el tornillo que permite liberar la cadena sin abrirla. Debido a que opera sobre la parte superior de la cadena y a que debemos estar pedaleando para que nuestra pulsación en la palanca (o el giro del mando) tenga el efecto descrito sobre la cadena, se genera una enorme tensión sobre ésta en el momento del cambio de plato (sobre todo al “subir” a uno mayor), por lo que es importante no pedalear con una fuerza excesiva (en casos extremos podríamos incluso llegar a romper la cadena, al intentar cambiar en cuestas con mucha pendiente) para que el cambio funcione correctamente. De hecho, los cambios de marcha deben ser siempre escalonados y no demasiado brus cos: hay que anticiparse y cambiar justo antes de que sea necesario. Ilustración 58. Desviador delantero de distintos fabricantes. Nótese que las diferencias son menores (anchura, longitud y f orma de la jaula, principalmente).

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IES “BENEDICTO NIETO” – La Pola (Concejo de Lena)  Módulo de “Conducción de grupos en bicicleta” DPTO. DE FAMILIA PROFESIONAL DE AA. FF. y DD.  (UD1) 3.5 LOS CAMBIOS 

Profesor: Raúl Afonso Losada  52 

3.5  LOS CAMBIOS. 

Los  cambios  son  los mecanismos  que permiten  engranar  las diferentes  “marchas” de  la bicicleta, combinando platos y piñones al desviar  lateralmente  la cadena tanto a  la altura de unos como de otros. Incluyen  los mecanismos  del  desviador  delantero  o  de  la  cadena  (para  cambiar  de  plato)  y  del  cambio trasero  (para cambiar de piñón), además de  los correspondientes mandos o palancas del cambio, que co‐locadas a ambos  lados del manillar permiten el control de  los mencionados mecanismos. Dichos mandos se unen  por  un  cable  de  acero  hasta  el  desviador  correspondiente  (el mando  izquierdo  al  desviador  de  la cadena y el derecho al cambio trasero). 

3.5.1  EL MECANISMO DEL DESVIADOR DELANTERO. 

El desviador delantero es un componente sencillo, a pesar de que su misión y funcionamiento serían la pesadilla de un ingeniero: debe empujar lateralmente la cadena de un plato a otro. Opera sobre la parte superior de la cadena (el desviador trasero lo hace sobre la parte inferior), mediante una palanca o mando situado en el manillar y conectado por un cable de acero al propio desviador. Cuando se pulsa  la palanca correspondiente o se gira el mando de puño, según el caso (ver el apartado “3.5.3 Palancas y mandos”), el cable  se  tensa o destensa  y el desviador modifica  su posición empujando  la  cadena  lateralmente  (o  ce‐diendo a  su empuje). Debemos estar pedaleando para cambiar de marcha, con  lo que  la acción de mover hacia un  lado (acercándose o alejándose del cuadro) el desviador tiene el efecto de desplazar  la cadena de su raíl —el plato— hacia el siguiente. 

Ilustración  57.  Mecanismodel  desviador  delantero.Nótense  los  dos  tornillosde  reglaje  y  que  el  tornillode blocaje del  cable prove‐niente del mando es de tirosuperior,  aunque  otrosfabricantes  hacen  pasarpreviamente  el  cable  pordebajo  de  todo  el  meca‐nismo  a  través  de  unasguías.  No  todas  las  “jau‐las”  presentan  el  tornilloque  permite  liberar  lacadena sin abrirla. 

Debido a que opera  sobre  la parte  superior de  la cadena y a que debemos estar pedaleando para que nuestra pulsación en  la palanca (o el giro del mando) tenga el efecto descrito sobre  la cadena, se ge‐nera una enorme tensión sobre ésta en el momento del cambio de plato (sobre todo al “subir” a uno ma‐yor), por  lo que es  importante no pedalear con una fuerza excesiva (en casos extremos podríamos  incluso llegar a romper la cadena, al intentar cambiar en cuestas con mucha pendiente) para que el cambio funcio‐ne correctamente. De hecho,  los cambios de marcha deben ser siempre escalonados y no demasiado brus‐cos: hay que anticiparse y cambiar justo antes de que sea necesario. 

 

Ilustración 58. Desviador delantero de distintos  fabricantes. Nótese que  las diferencias son menores (anchura,  longitud y forma de la jaula, principalmente). 

IES “BENEDICTO NIETO” – La Pola (Concejo de Lena)  Módulo de “Conducción de grupos en bicicleta” DPTO. DE FAMILIA PROFESIONAL DE AA. FF. y DD.  (UD1) 3.5 LOS CAMBIOS 

Profesor: Raúl Afonso Losada  53 

Aunque  cada  fabricante  presenta  ciertas  variaciones menores,  todos  los mecanismos  funcionan igual:  el  desviador  tiene  una  abrazadera  que  lo  sujeta  firmemente  al  cuadro  (normalmente  al  tubo  del sillín),  un  perno  para  aprisionar  el  cable  de  acero  que  llega  desde  la  palanca  o  el mando  giratorio,  un cuerpo central del que parten  los correspondientes pivotes  (cuyo “juego” es el que permite el desplaza‐miento  lateral) y una zona denominada “jaula”. Dicha  jaula está compuesta por dos placas  laterales pla‐nas y alargadas, que se cierran completamente por delante y por detrás encerrando en su  interior  la ca‐dena,  que  siempre  debe  girar  atravesando  longitudinalmente  la  jaula. De  hecho,  el  ajuste  del  desviador delantero (que veremos con detalle en  la “UD3. Preparación, mantenimiento y reparación de  la bicicleta” y cuyo esquema puede consultarse en  la  Ilustración 59) consiste básicamente en colocarlo de tal forma que la cadena no  roce con  las placas  laterales ni con  los cierres anterior o posterior de  la  jaula, al menos en las marchas más habituales. 

 

Ilustración  59.  Esquema  en  el  que  se muestra  el sistema  de  ajuste  del  desviador  delantero:  des‐pués de  fijarlo  correctamente al  cuadro  (el  siste‐ma  de  ajuste  de  los  cambios  se  estudiará  con detalle en la “UD3. Preparación, mantenimiento y reparación de  la bicicleta”),  (a) el tornillo marca‐do  con  “interior”  afina  la  separación  entre  la cadena y la jaula del desviador cuando la primera está  en  el  plato  pequeño  y  el  piñón más  grande; (b)  el  tornillo  marcado  con  “exterior”  afina  la separación  entre  la  cadena  y  la  jaula  del  desvia‐dor cuando la primera está en el plato grande y el piñón más pequeño;  (c) el tensor del cable, situa‐do  en  el  mando  del  manillar,  permite  afinar  la separación  entre  la  cadena  y  la  jaula  del  desvia‐dor cuando  la primera está en el plato mediano y el piñón más grande. 

3.5.2  EL MECANISMO DEL CAMBIO TRASERO. 

La función del desviador trasero o cambio trasero es, precisamente, desviar la cadena lateralmente empujándola de un piñón a otro. Al  contrario que el desviador delantero, en este  caso  se actúa  sobre el recorrido inferior de la cadena, bajo los piñones, donde la tensión de aquélla es mucho menor y, por ello, los cambios son normalmente más suaves (además de porque  la secuenciación de dientes entre piñones es mucho menor —entre 1 y 4 dientes, normalmente); en  realidad,  la  tensión de  la cadena en ese punto es, sobre  todo,  la que  se ejerce  con el propio desviador al  cambiar, puesto que va equipado  con un muelle que elimina el exceso de holgura de  la cadena: el mecanismo garantiza que  la cadena se mantenga siem‐pre  alrededor  de  los piñones  cuando  se  cambia de uno  a  otro.  En  la  Ilustración  64 puede  observarse  la disposición de la cadena en relación con los piñones y con las poleas del desviador trasero. 

 

Ilustración 60. Despiece del mecanismo del cambio o desviador  trasero. Nótese el  complejo  sistema  de  ajuste:  tornillo B  para  el  ángulo,  tornillos  de  reglaje (interior  y  exterior)  y  regulador  de  la tensión del cable. 

IES “BENEDICTO NIETO” – La Pola (Concejo de Lena)  Módulo de “Conducción de grupos en bicicleta” DPTO. DE FAMILIA PROFESIONAL DE AA. FF. y DD.  (UD1) 3.5 LOS CAMBIOS 

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El cuerpo principal del desviador tiene  forma de paralelogramo y va equipado con un muelle, para moverlo  en  una  dirección,  y  un  cable,  que  tira  de  él  en  sentido  opuesto.  El muelle  ejerce  una  presión constante sobre el desviador, de tal modo que cuando no existe tensión en el cable la cadena es empuja‐da alrededor del piñón más pequeño. El cable de  transmisión y  la palanca de cambio deben ser capaces de oponer una resistencia al muelle suficiente como para desplazar la cadena hacia los piñones más gran‐des, de un modo similar a como ocurre con el desviador delantero. 

  

Ilustración 61. Desviador trasero de distintos fabricantes (izquierda) y los desviadores con distinto tipo de balancín: corto y largo (derecha).  

Existen dos sistemas para fijar el mecanismo del cambio al cuadro: mediante un soporte atornillado o con un soporte integrado, que forma parte del mismo cuadro. El soporte atornillado es el más económico y viene de fábrica con  la mayor parte de  las bicicletas con un precio  inferior a  los 250 euros; se fija con un pequeño tornillo de alineado al propio buje de la rueda trasera. El llamado soporte integrado se encuentra en casi todas las bicicletas de gama alta o media; en este caso, el mecanismo del desviador se sujeta a un soporte que es en  realidad una extensión  (patilla del cambio) de  la puntera  trasera derecha del cuadro. Este sistema se ha  revelado más  resistente que el anterior y, por ello,  se prefiere para aumentar  la preci‐sión del cambio, aunque hay que tener en cuenta que el soporte en cuestión suele ser una pieza en  la que se encaja por un lado el propio desviador y por otro la puntera del cuadro, pudiendo variar en función del mismo, por  lo que debe  instalarse  junto con el cuadro. Las punteras de algunos cuadros cuentan con ra‐nuras casi horizontales (en  lugar de verticales) que permiten adelantar o retrasar la posición del eje de  la rueda en  las vainas  (los mecanismos de cambio sincronizados  tienden a aumentar su rendimiento si el eje se sitúa algo más adelantado que en las punteras con ranuras verticales, es decir, cerca del extremo abierto de la puntera), bien fijándolo directamente o mediante un tornillo de avance (ver Ilustración 63). 

 Ilustración 62.  Esquema en el que se muestra el sistema de ajuste del cambio o desviador trasero: después de fijarlo correctamente al cuadro (el sistema de ajuste de los cambios se estudiará con detalle en la “UD3. Preparación, mantenimiento y reparación de la bicicleta”), (a) el tornillo marcado con “exterior” permite la alineación de las poleas con el piñón más pequeño cuando la cadena está engranada en éste; (b) el tornillo marcado con “interior” permite la alineación de las poleas con el piñón más grande cuando la cadena está engranada en éste; (c) el tensor delcable, situado tanto en el propio desviador como en el mando del manillar (sólo en algunos modelos), permite ajustar el sincronizado del cambio para que con cada clic de la palanca (o mando giratorio) del manillar la cadena se deslice de un piñón a otro. El llamado tornillo “B” o de ajuste de ángulo (sólo en algunos modelos) permite ajustar el ángulo del desviador para alejar el desviador lo suficiente como para que la polea guía no toque a los piñones con el giro de la cadena (lo que provocaría pequeños saltitos en el balancín y la polea tensora). 

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El ajuste del cambio o desviador trasero  (que veremos con detalle en  la “UD3. Preparación, mante‐nimiento y  reparación de  la bicicleta” y  cuyo esquema puede consultarse en  la  Ilustración 62)  consiste —una vez que se ha fijado convenientemente al cuadro y nos hemos asegurado de que la longitud de la cade‐na es la adecuada a la combinación de desviador, platos y conjunto de piñones que se vayan a emplear— en colocarlo de tal forma que la cadena no se salga más allá del piñón pequeño ni del piñón más grande, así como que  la polea guía no esté encajada sobre el piñón  (aunque sí muy cerca) en ninguna combinación y que el sincronizado  (si se  trata de un desviador sincronizado, como  los del  tipo Shimano y otros  fabrican‐tes, muy habitual desde hace unos años) permita que con cada clic de  la palanca de cambio  (o del mando giratorio) situada en el manillar la cadena se deslice de un piñón al siguiente. 

 

Ilustración  63.  Antes  de  ajustar  el  desviador trasero,  hay  que  cerciorarse  de que  la  rueda está  debidamente  situada  con  respecto  al cuadro. Existen cuadros cuyas punteras están dispuestas  en  posición  horizontal  o  casi horizontal  (en  lugar de vertical), permitiendo variar el avance del eje de  la rueda y mejorar así  el  rendimiento  del  cambio.  Algunas  bici‐cletas  poseen  incluso  un  tornillo  de  ajuste que permite  fijar el eje cuando  se halla en  la posición correcta. 

En realidad, el desviador trasero es el componente de  la bicicleta de montaña que se utiliza con ma‐yor  frecuencia  (se estima que un ciclista profesional puede cambiar de marcha más de 100.000 veces en un mismo año): aunque conlleve cierto peligro, uno puede arreglárselas con unos frenos mal ajustados; si el des‐viador delantero cambia de marcha con dificultad, siempre se puede  rodar con el plato pequeño; pero si no podemos emplear la gama de marchas que se ubican en la rueda trasera, probablemente tengamos que volver andando. Afortunadamente,  la mayor parte de  los desviadores que se montan desde hace unos años están más que preparados para cambiar con suavidad sobre un conjunto de siete a nueve piñones, y una vez que se han llevado a cabo los ajustes iniciales —cuando se cambia el sistema de piñones, el cable, el cuadro de la bicicleta o el propio desviador trasero—, normalmente sólo se requiere algún pequeño ajuste de sincroniza‐ción de vez en cuando (sobre todo si le hemos dado mucha “caña” a la bici sobre terrenos irregulares). 

 

Ilustración 64. Esquema del mecanismo del cambio  o  desviador  trasero,  en  el  que  se observa  su    relación con  la posición de  los piñones y el recorrido de la cadena. 

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Los desviadores para bicicletas de carretera se caracterizan sobre todo por  la rapidez del mecanismo al cambiar. En el caso de las bicicletas de montaña se busca sobre todo que tengan capacidad para manejar una  amplia  gama  de marchas,  en  particular  las marchas  cortas,  de modo  que  nos  permitan  subir  por  las pendientes más empinadas con  la velocidad deseada y el menor esfuerzo posible  (aunque,  lógicamente, el estado de  forma del ciclista  resulta determinante a  la hora de superar ciertos desniveles). También es  im‐portante tener en cuenta que muchos fabricantes diseñan sus componentes para que trabajen de un modo óptimo combinándolos entre sí, de manera que en ocasiones un desviador delantero y un cambio  trasero de marcas o modelos diferentes pueden no ser completamente compatibles entre sí; en general, es mejor comprar y utilizar al mismo tiempo los componentes que han sido diseñados en conjunto. 

3.5.3  LAS PALANCAS (O MANDOS GIRATORIOS) DEL CAMBIO. 

Las palancas del cambio conectan con los desviadores mediante un cable de acero, permitiendo en‐granar  las marchas.  En  las bicicletas de montaña  se montan  en  los manillares,  lo bastante  cerca de  los puños  como para que  se puedan  cambiar  las marchas  con  el pulgar  sólo o en  combinación  con  el dedo índice, sin retirar las manos del manillar en ningún momento. 

 

Ilustración  65.  A  la  izquierda  pueden  verse  (arriba)  un  mando  delpulgar con palanca única de  la empresa especializada SUNTOUR,  (enel medio) un mando de pulgar con palanca doble de la empresa espe‐cializada  SHIMANO  y  distintos modelos  de mandos  giratorios  de  lasempresas especializadas (de arriba abajo) GRIP SHIFT, SACHS y CAM‐PAGNOLO. A la derecha pueden verse (arriba) un mando de pulgar depalanca doble moderno y  (abajo) el mismo mando  con el  freno  inte‐grado; ambos modelos son de gama media‐alta (SHIMANO Deore XT).

En realidad, existen dos sistemas: el cambio de pulgar con palanca simple o doble  (tipo Shimano) y el cambio de puño (tipo Grip Shift), pero todos tienen un funcionamiento básicamente similar: cuando se mueve la palanca correspondiente (puede haber una sola que suba o baje de marcha o dos, una para subir y otra para bajar) o el mando giratorio  (en uno u otro sentido), el cable que  los une con el desviador co‐rrespondiente se tensa y provoca  la correspondiente desviación  lateral de  la cadena sobre platos o piño‐nes, o bien se destensa y provoca que los desviadores pasen a la posición que requiere una tensión inme‐diatamente  inferior  en  el  cable,  según  un  escalonamiento  previamente  establecido  (el  indexado  de  los cambios  o  sistema  index,  introducido  en  1990  por  la  empresa  especializada  Shimano).  El  cable  tiene  un tope, que se encastra en el  interior de  la palanca o el mando giratorio y permite mantener  la tensión en 

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todo momento, al estar aprisionado en el desviador correspondiente. Los mecanismos cuentan con piezas dentadas  que  se  encajan  en  otras  y  permiten mantener  la  posición  o marcha  engranada  hasta  que  se vuelve a tensar o destensar el cable. 

3.5.4  LAS “MARCHAS” Y LOS “DESARROLLOS”. 

La bicicleta es un vehículo hecho a  la medida del cuerpo humano y  se convierte en una extensión suya, de forma que su función principal (o al menos la original) es proporcionarnos una mayor flexibilidad de desplazamiento para  llegar donde el cuerpo humano no  llegaría, o al menos para hacerlo de un modo más económico  (economizando energía  corporal). Para ello  se  ideó el  sistema de marchas, para adaptar nuestra pedalada al terreno o a las dificultades de forma que podamos llegar a nuestro destino más rápi‐do y con menor esfuerzo. 

 

Ilustración  66.  Combinaciones  adecuadas de plato y piñón para un sistema con siete velocidades  (=piñones).  En  los  sistemas con ocho  o  con  nueve piñones ocurriría  lo mismo:  la marcha más corta es aquella en la que  la  cadena une el piñón más peque‐ño  con  el plato más grande, mientras que la  más  larga  es  la  que  une  el  plato  más grande  con  el  piñón más  pequeño. Nunca se deben emplear  los extremos que crucen excesivamente  la cadena: plato pequeño y el  piñón  o  los  dos  piñones más  pequeños; plato  grande  y  el  piñón  o  los  dos  piñones más grandes; plato mediano  y  los piñones más grande o más pequeño. De este modo, nuestro  pedaleo  será  más  eficiente  y  el sistema de marchas durará más. 

En este sentido, las marchas bajas o cortas (=con cada pedalada recorremos una distancia más corta) permiten  subir  cuestas muy  empinadas;  las marchas  altas o  largas  (=con  cada pedalada  recorremos una distancia más larga) permiten acelerar en superficies planas o incluso en las bajadas y circular a gran velo‐cidad. De hecho, cuantas más marchas tenga  la bicicleta mayor es  la variedad de terrenos por  los que se puede circular con ellas y también aumenta el placer al permitir concentrarnos en conducir sin esfuerzos agotadores. Sin embargo y aunque el número de personas que circulan habitualmente en bicicleta es enor‐me, no todos saben sacar partido de  las marchas de su vehículo para aumentar su disfrute y economizar esfuerzos, lo que suele provocar en gran medida que se pierda la afición por andar en bici. 

Los primeros velocípedos, en  los que  los pedales se situaban sobre el eje de  la rueda delantera, eran tanto más rápidos cuanto mayor era el diámetro de  la rueda delantera  (ya que con cada pedalada se daba siempre una  vuelta  completa),  aunque  también  costaba más  esfuerzo  y, por ello, no  resultaban prácticos para  los terrenos que no fueran  llanos. Aunque  las bicicletas han evolucionado mucho desde entonces, co‐mo ya estudiamos en el apartado “1. Origen y evolución de la bicicleta”, con el término “desarrollo” hoy en día seguimos refiriéndonos en realidad a la distancia recorrida por la rueda con cada revolución completa del pedal; teniendo en cuenta  las múltiples combinaciones de platos y piñones que pueden montarse en una bicicleta, dicha distancia es variable en función del tamaño de aquéllos —que se mide en dientes— y del diámetro de  la propia rueda. El término “marcha” representa  la combinación de plato y piñón engra‐nados en un momento dado y, aunque ambos  términos están evidentemente  relacionados,  su  significado no es el mismo: varias marchas ofrecen un mismo desarrollo. 

Las  bicicletas  de montaña  tienen  tres  platos  y  una  combinación  de  siete,  ocho  o  nueve  piñones normalmente.  Los  platos  suelen  presentarse  en  combinaciones  de  —por  ejemplo—  22‐32‐44  dientes, mientras que para los piñones se indica sólo el tamaño del más bajo y el del más alto: 11‐32 (para un sis‐tema de nueve piñones con 11‐12‐14‐16‐19‐22‐24‐28‐32, por ejemplo). El desarrollo que se  lleva en cada momento se indica con los dos números de la marcha, como por ejemplo 32/16 (un piñón de 16 dientes en un plato de 32), pero la distancia recorrida por la rueda con cada pedalada completa dependerá, además, del diámetro de la propia rueda y de la constante pí (л=3,1416) según la fórmula siguiente: 

DISTANCIA RECORRIDA = л x Diámetro de la rueda x  nº de dientes del plato nº de dientes del piñón 

IES “BENEDICTO NIETO” – La Pola (Concejo de Lena)  Módulo de “Conducción de grupos en bicicleta” DPTO. DE FAMILIA PROFESIONAL DE AA. FF. y DD.  (UD1) 3.5 LOS CAMBIOS 

Profesor: Raúl Afonso Losada  58 

No  es  conveniente  emplear  todas  las  combinaciones posibles,  ya  que  en  los  extremos de  plato  y piñón  la  cadena  que  los  une  traza  un  ángulo  demasiado  elevado  para  un  funcionamiento  óptimo,  tal  y como  puede  observarse  en  la  Ilustración  66.  Tampoco  es  conveniente  abusar  de  los  extremos  de  piñón para   el plato mediano, especialmente si se trata de  los nuevos sistemas de 8 ó 9 velocidades (=piñones). Además, debe tenerse en cuenta que entre  las 21, 24 ó 27 posibles combinaciones de plato y piñón (según si el  sistema cuanta con 7, 8 ó 9 piñones), algunas  se  repiten, como puede  comprobarse en  la  tabla de  la Ilustración 67. 

Ilustración 67.  Tabla de desarrollos  (en metros) para una bicicleta de 26 pulgadas  (26x2,54  = 66  cm. ó 0,660 m.). Nótese quemuchas  combinaciones  se  repiten  (p.ej.: 27/13, 28/14, 30/15, 32/16, 37/17, etc.), por  lo que  siempre podremos encontrar una marcha que nos permita mantener el desarrollo adecuado y no fuerce la cadena en exceso). 

En el ciclismo de montaña se emplean habitualmente  las marchas cortas con preferencia sobre  las largas (más aptas para circular por carretera o terrenos rápidos), salvo que la facilidad del terreno (en ba‐jadas, por ejemplo) nos permita engranarlas y mantener una cadencia de pedaleo óptima. La máxima es circular  realizando un  esfuerzo  físico óptimo  en  todo momento,  lo que  resulta  complicado  a  los princi‐piantes.  Comentaremos  con mayor  detalle  estos  aspectos  en  el  apartado  “6.  Principios  de  conducción: cómo se conduce la Mountain Bike”.