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35 6 3 o I .. ENTREVISTA A LA SE&ORA CARMEN ROURE CANOSA REALIZADA POR CONCEPCION RUIZ-FUNES EN BARCELONA, ESPA&A, EL DIA 24 DE ABRIL DE 1979, Y ANEXO POR ENRIQUETA TU&ON EL DIA 9 DE DICIEMBRE DE 1981 EN HEX1:C9, PaF. &:«-''J._..v.-, · Dirección de Estudios Históricos. Subdirección de Información y Biblioteca. •Manuel Orozco y Berra". Instituto Nacional de Antro pología e Historia. México. PHQ/10/33. Dirección de Archivos Estatales. Centro de Información Documental de Archivos. Ministerio de Cultura. España.

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35 6 3 o

I

.. ENTREVISTA A LA SE&ORA CARMEN ROURE CANOSA REALIZADA

POR CONCEPCION RUIZ-FUNES EN BARCELONA, ESPA&A, EL

DIA 24 DE ABRIL DE 1979, Y ANEXO POR ENRIQUETA TU&ON

EL DIA 9 DE DICIEMBRE DE 1981 EN HEX1:C9, PaF. &:«-''J._..v.-,

· Dirección de Estudios Históricos.

Subdirección de Información y Biblioteca. •Manuel Orozco y Berra".

Instituto Nacional de Antro pología e Historia.

México.

PHQ/10/33.

Dirección de Archivos Estatales.

Centro de Información Documental de Archivos.

Ministerio de Cultura.

España.

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COMENTARIO DE HISTORIADOR A HISTORIADOR. PH0/10/33

La entrevista se realizó en Barcelona, España, en mi

cuarto de hotel porque la casa de la entrevistada no reu­

nía las condiciones necesarias. Vive con su hermana, cu­

ñado, sobrinos y sobrinos nietos. Se realizaron dos sesio

nes de grabación el mismo día, la primera de 10:30 a 14:00

y la segunda de 16:30 a 20:30 horas.

Su posición económica es muy mala, es por esto que ti~

ne que vivir con la familia. Recibe una jubilación de once

mil pesetas mensuales que le da la empresa soviética Export

Film de México, donde ella trabajó varios años. Está en es

pera de que el Ministerio de Educación de España la reincor

pore al puesto que dejó al estallar la guerra como maestra

de educación primaria. Ella tiene esperanza de que la man­

den a un pueblo y le den un grupo de párvulos (kinder),

piensa que todavía es capaz de dar clase, que sus conocimien

tos pedagógicos son sólidos, que aprendió mucho en la URSS

como maestra de las colonias de niños españoles.

bajo le permitirá vivir sola y después tendrá una

ción mayor.

Este tra­

jubila-

Su estado físico es muy bueno, aunque en la cara ref le­

ja cansancio y tristeza.

La entrevista le interesó, aunque como todos dijo que

su vida no tenía interés para nadie.

interesarle le sirvió de desahogo al

Pienso que además de

hablar con alguien,

por fin desde que está en España que se interesaba por ella

y por su vida.

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2

Es una mujer con un ánimo y un empeño dignos de admira­

ción, al mismo tiempo mantiene una disciplina personal hacia

su partido (Partido Socialista Unificado de Cataluña) que

ya no es usual; y creo que en difinitiva lo que le ha hecho

volver a España es precisamente esta disciplina aunada a la

ilusión de la mayoría de refugiados de poder volver para con

tinuar la lucha que iniciaron en el año '36. Ella segurame_g_

te se da cuenta de que la realidad de los que vuelven es otra,

al no ser admitidos como uno más en los núcleos del partido

y esto lo deja entrever levemente en la entrevista, pero no

quiso profundizar en el tema.

Como todos los que han vuelto no se siente totalmente

adaptada. Echa de menos su vida en México y sobre todos sus

amigos, allí ya no los tiene y probablemente ya nunca pueda

hacer amistades como las que dejó aquí.

Durante la grabación se le saltaron las lágrimas muchas

veces, pero se controló enseguida.

Creo que es una entrevista interesante, no sólo por la

historia de vida de esta mujer, sino porque posiblemente

de las entrevistas realizadas en España ~sta sea la que más

refleje la triste inadaptación de todos los refugiados a

cualquier país, pero es más triste aún seguir sintiendo es­

ta inadaptación habiendo vuelto a España, como esta mujer,

con una gran ilusión por volver a incorporarse a la vida es­

pañola y a la lucha política y en definitiva ser una extran­

jera. La informante comprendió perfectamente bien lo que es

la Historia Oral y estuvo siempre centrada en la pregunta

que se le hacía, tomando en cuenta que el tiempo que teníamos

era muy corto y preocupada de hablar con orden.

Concepción Ruiz-Funes.

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MARIA DEL CARMEN ROURE CANOSA PH0/10/33

Datos biográficos: l

Estudios Elementales, Bachillerato y Magisterio en Lérida:

2 - 5, 14 - 16

Formación religiosa: 3

Primeras lecturas: 4, 5

Proclamación de la República: 5, 15

Militancia política: 6-9, 13

Composición de fuerzas políticas en Lérida: 6

Participación en el Socorro Rojo Internacional: 7-10, 16

Consideraciones sobre el Frente Popular: 10, 12, 17

Simpatías familiares por la URSS: 10, 11, 163

Ingreso a las Juventudes Comunistas: 12

Sentimiento catalanista familiar: 14, 15

La Guerra Civil: 17, 18, 23

Actuación de los Anarquistas en Lérida: 18

Participación en las Juventudes Socialistas Unificadas: 20

Trabaja como maestra de Educación Primaria: 21

Influencia política de la izquierda en Lérida: 22

Milita con las mujeres del PSUC y escribe en el periódico

UHP: 23, 2 4

Formación política en Barcelona: 24-27

Enferma su padre y abandona su casa: 26-28

Experiencia durante los bombardeos de Lérida: 29-36

Trabajo político en Catalufia: 37, 39, 41, 45, 46

Muerte de su padre: 37

Fin de la Guerra en Tárrega y organización de la evacuación:

38-40

Vida cotidiana durante la Guerra Civil: 40-41, 43

Salida a Francia: 46-50

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Llegada y estancia en los refugios

cesas: 51-53

de las Landas fran-

Espectativa de desenlace de la Guerra Civil: 54-55, 67

Cambio de refugio y vida dentro del mismo: 55, 59, 60-62

Política franquista hacia los refugiados en Francia: 56-57

El PSUC la envía a la URSS: 58, 62-65, 163

El Servicio de Evacuación de Republicanos Españoles: 53,

59, 64, 65

Trayecto París-El Havre-Leningrado: 65-68

Llegada a la URSS: 68-70, 163

Trabajo en la Colonia Infantil Nº 2: 70-75, 164

Experiencia durante la Segunda Guerra Mundial: 75-77, 78-79

Composición por edad y lugar de origen de los niños españo­

les de las colonias en la URSS: 81-82

Opiniones sobre su trabajo con los niños en la URSS: 83,

154-155

Regreso a Moscú en el año '44: 85

Formación política en la URSS: 86

Contrae matrimonio: 86

trabaja en el Instituto de Relaciones Exteriores: 87-88

Explica su relación con 'el PCUS: 88-89

Adopta la nacionalidad soviética: 89, 91

Opina sobre la supervivencia del franquismo: 80, 90

Salida de la URSS: 92-94, 164, 207

Llegada a México y primeros trabajos: 94-95, 162, 171-173,

187-189

Travesía hacia México: 96-99

Trabaja para la Sov Export Film: 98, 103-105, 168-170, 173-175

Primeras impresiones de la ciudad de México: 100-103, 166-168

Reflexiones sobre su estancia en la URSS: 101, 158-162

Viaja a la URSS desde México: 102

Vida partidista en México: 105-111, 120, 182-187

Vida personal y social en México: 111-113, 176-179

Primer regreso a España: 113-115, 173, 189-196

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Impresiones de la España franquista: 196-197

La muerte de Franco: 116-117, 147

Situación laboral personal en México y España: 117-120

Xenofobia en México: 121-123, 170-171

Regreso definitivo y readaptación a la realidad españo­

la: 123-128, 151-153, 198-205, 207-210

Reinserción política a su regreso: 128-131, 141-146, 151

Consideraciones y significado personal de la República

Española: 120, 131-132, 157-159

Emigración y exilio en perspectiva: 132-149, 155-157, 181-182,

206, 210-211, 213-214

Añoranza de España en el exilio: 164-165, 180-181

Importancia del exilio español para México: 212-213

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ENTREVISTA REALIZADA A LA SEÑORA CARMEN ROURE. EL 24 DE ABRIL DE 1979, POR CONCEPCION RUIZ-FUNES, EN BARCELONA, ESPAÑA. ARCHIVO DE LA PALABRA. PH0/10/33.

Concepción Ruiz-Funes.- Bueno, ¿me puede decir su nombre

completo por favor?

carmen Roure.- María del carmen Roure Canosa.

C.RF.- Eh ... ¿en qué año naciste?

C.R.- En 1915.

C.RF.- ¿Y dónde?

C.R.- En Lérida, capital.

C.RF.- En Lérida Capital, Cataluña.

C.R.- Cataluña.

C.RF.- Muy bien. Eh ... háblame un poquito de tus padres.

C.R.- Pues mi padre tenía una imprenta ... Imprenta Pagés.

C.RF.- ¿Cómo se llamaba tu padre?

C.R.- Manuel Roure Blanc, y mi madre era hija de campe­

sinos de un pueblecito de la provincia de Lérida,

cerca de Cervera: Granyanella. Y se casó muy jo­

ven con mi padre.

C.RF.- ¿Y cuántos hermanos teníais?

C.R.- Dos, una her ..• otra hermana y yo; no habíamos si­

do más.

C.RF.- La situación económica de tus padres ¿cómo era?

C.R.- Buena, bien. Vivíamos bien; nos podíamos permitir

el lujo de ir de vacaciones algunos años, y nunca

nos dijeron: "Esto no se puede comprar". Bien,

pequeña burguesía.

C.RF.- Acomodada.

C.R.- Acomodada.

C.RF.- Eh •.• ¿dónde realizaste tus estudios?

C.R.- En Lérida

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2.

C.RF.- En Lérida. Y ¿qué estudios realizaste?

C.R.- Pues desde los nueve años yo quería ser maestra,

siempre quise moderar almas. Era, no sé, era una

cosa que a mí me agradaba mucho; y entonces hice

tres años de bachillerato y, después de los tres

años de bachillerato, no quise seguir y me fui al

Magisterio. En el Magisterio hice los cuatro años,

todo con la intención de poder trabajar rápido y

prestar un servicio a, a la gente. Y entonces,

después de los cuatro años ingresé en el Magiste­

rio otra vez y realicé el p~an profesional que ' era de cuatro años. Y entonces ya salíamos con

plaza en propiedad,

República.

que era un plan hecho por la \ \

C.RF.- ¿O sea, tú .•. tu carrera de' Magisterio ya la hi-

ciste durante la República?

C.R.- Durante ... Yo empecé el Magisterio el año, el año

'30, yo terminé en el año '37, estuve todos ese •..

estos años en el Magisterio estudiando.

C.RF.- Esto quiere decir que para estudiar en el Magiste­

rio no hacía falta estudiar el bachillerato.

C.R.- Antes de la República, no; podías salir de la es­

cuela a los catorce años, que era cuando se termi­

naba, hacías unos ingresos, un ingreso, unos exá­

menes de ingreso y después entrabas en el Magiste­

rio y a los •.. Hacían cuatro años en el Magiste­

rio, a los dieciocho años salías con la carrera,

pero salías no con propiedad, tenías que ir de in­

terina donde te mandaba el Ministerio. Dos meses

en un pueblo, tres meses en otro; hasta que no se

le ocurría al Ministerio convocar oposiciones, que

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3.

eran exámenes muy fuertes. Tenían que ir de toda

España a esas oposiciones y ganarlas, y si las peE

días quedabas otra vez en plan de interino, hasta

que, que se volvían a convocar otras oposiciones.

C.RF.- Oposiciones, en plan de interino, pero trabajando.

C.R.- Trabajando de interino. Pero tenías la desgracia

de que cuando se nombraba el maestro propietario

tenías que irte tú y dejar este sitio a un propie­

tario; tú quedarte mientras, si no querías, sin

trabajo o ir a pedir otra, otra plaza interina.

Y te podían mandar a Galicia, te podían mandar

donde se quisiera, donde hubiera plaza.

C.RF.- Oye, ¿tú recibiste en el colegio y en tu casa edu­

cación religiosa?

C.R.- Pues mi padre era anticlerical, se casó por la

iglesia por mi madre, por la familia de mi madre,

pero él no ... Nos bautizaron porque también, por­

que vivían los abuelos ¿no?. Pero después ya nun

ca, nunca más ni fuimos a la iglesia ni recibimos

la, la primera comunión, nunca.

C.RF.- ¿Y en el colegio tampoco? ,

C.R.- En el colegio no, porque íbamos al colegio tipo

laico, el Liceo escolar en Lérida, y ahí ya no ...

tipo de Ferrer, entonces ya no ..• no nos daban

la enseñanza, era voluntario, el que quisiera ¿co~

prendes?. Ya no.

C.RF.- ¿Y recibiste algún tipo de educación política con-

creta en esos años de juventud?

C.RF.- En esos años ...

C.RF.- ¿Antes de entrar al Magisterio?

C.R.- Antes de entrar al Magisterio no, yo lo único que

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C.RF.-

C.R.-

4.

hice fue leer en casa a, una novela, siempre me

acordaré, La Primera Muchacha, soviética; y de~

pués una, la biografía de la hija de un general

que era muy lista •.. siempre me acordaré, que

después hicieron, posteriormente, se ve, una pe­

lícula ... Sofía Fedorvskaya. Y me acuerdo de esa

muchacha que había participado en un complot, en

un atentado contra el Zar. Y esa muchacha decía

que era tan buena que cuando iba por el patio de

de la cárcel, en San Petesburgo, no pisaba el sue

lo cuando veía ~na hormiga. Es decir, el sentido '

ese tan humano de los verdaderos revolucionarios,

y después leí La Madre de Gorki, y esto me hizo

mucha mella. ~oda esa cosa ... . \

No, no, sigue, muy bien.

Política, y después ya leí Los Hermanos Karamasov;

otras noveles soviéticas. Y veíamos ya un ambie~

te después de la proclamación de la República, el

primer año, pues mucho muy conveniente para esas

aspiraciones de libertad.

C.RF.- Entonces, ¿qué significó para tí la proclamación

de la República? ¿Participaste de alguna manera en

esto?

C-. R. - No, porque éramos jóvenes; yo sólo me acuerdo que

en el bachillerato, fíjate éramos chicos sólo chi­

cas. Me acuerdo en el Liceo, los chicos iban apa!:

te, pero en el bachillerato no, y no, no sé, era

muy simpático; salíamos con los chicos muy bien.

Y de repente entramos en el Magisterio, ya había

escuela normal de hombres y escuela normal de mu­

jeres, y a mí eso me decepcionó mucho; eso era el

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5.

año '30. Pero en abril se proclamaba la República,

en el año '31, antes de terminar el primer año del

Magisterio, y eso me animó mucho, y entonces ya hi

cieron de una ... de dos normales hicieron una, y

esto influyó, era mucho mejor estar con muchachos,

porque había muchachos. Entonces oíamos hablar

de las derechas, de las izquierdas, ya eh .•. Todo

ese fue el año de la proclamación de la República,

era una locura que ya en las elecciones de, del

'31, mi padre, todos como locos, locos, era una

verdadera euforia republicana, verdaderamente.

C.RF.- Entonces ahí ya te empezó a preocupar la política.

C.R.- Pues la política después de aquellas lecturas, sin

ton ni son, si tu quieres; porque a mí me encanta­

ban las biografías, había leído la de Napoleón, la

de María Antonieta, María Estuardo, la de Pasteur.

Es decir era una lectura sin, sin ninguna guía,

sin, mira, lo que a mí me gustaba y lo que me ape­

tecía. Bueno, a mí, novelas rosas, no me decían

nada; pero estas cosas serias sí, me gustaban y

decía: "Pues esos hombres cómo han hecho", ¿No?.

No sé, y entonces después sí, después ya empezó

el Magisterio, ya empezaron con los muchachos.

Después teníamos una profesora Josefa Hurí, esa

era una profesora creo que era, era vasca. Josefa

Hurí que había estado discriminada, incluso la ha

bían querido echar de, no sé si la llegaron a echar

la de, o expulsarla de la docencia, ¿comprendes?.

Josefa Hurí nos enseñaba una asignatura de derecho

¿comprendes?. Pero ella nos daba clase más que de

derecho, eran clases de política, en realidad; y

\ \

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ahí, yo empecé a tener noción de lo que eran las

clases sociales.

6.

C.RF.- ¿Esta mujer tenía una ideología política determi­

nada?

C.R.- Esta mujer era comunista, y era una mujer encanta

dora y atraía mucho a los estudiantes, en este ...

En Lérida había mucho poum y había entre la gente

bastante •.. en Lérida generalmente triunfaba la iz

quierda republicana, era fuerte, había Estat Cata­

lá; y había mucha derecha también, pero la gente

de i,zquierda era bastante fuerte, sobre todo el ,. POUM tenía mucha juventud. Había mucho anarquis­

ta también; y había también un pequeño grupo de

comdnistas, era fuerte la UGT como sindicato; y \

después el Partido Socialista Obrero Español ha-

bía; y el Partido Comunista pues era muy poquito,

poca gente. Esta señora, podríamos decir, o cama

rada ahora la llamaríamos, era una mujer que se

interesaba por la política, y generalmente sus

clases eran todas dirigidas a politizar, en ese

sentido, a, a los jóvenes maest~os, futuros jóve­

nes maestros. Es tanto, que yo le hablé a mi ma­

dre tanto de ella que un día dice mi madre: "Yo

quiero conocer a esa mujer, que Primo de Rivera

la ... todo el mundo en Lérida habla mal de ella

y que nadie la puede ver". Y entonces yo, un día,

le dije a ella en clase: "Mire", eh ••• No sé cómo

la llamábamos, doña Josefa, yo no me acuerdo ya

cómo la llamábamos; otras: "doña Josefina", en fin.

Dije: "Mi madre quiere conocerla". Dice: "Pues

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7.

que venga mafiana por la tarde". Y efectivamente,

las dos fuimos a ver a esta sefiora y muy bien; y

después ya de aquella entrevista me dijo ami ell~

esto era en el afio '35, después de, en tiempo de

el Bienio Negro ya, en el afio '35, me dijo, dice:

"¿Quieres ayudarme?" Digo: "Pues sí". Dice: "Pues

si quieres yo te daré unos, unos carnéts y unos

cupones -dice- y son del Socorro Rojo Internacio-

nal . .. "

C.RF.- Entonces ...

C.R.- Era clandestino esto, y entonces yo era la,cajera •

del Socorro Rojo Internacional de Lérida, sí.

C.RF.- Y esta mujer tenía algo que ver, o sea era repre-'

sentante de •.• " \

C.R.- Ella sí, ella se ve que manipulaba, hacía todos

esos •.. es decir ella nos iba a atrayendo ¿compreg

des?, hacia esos trabajos; y entonces, dice: "Veg

drá otro chico que te ayudará". Y me acuerdo muy

bien que entonces yo tenía una libreta, a mí me

impresionaba mucho aquellos folletos del Socorro

Rojo Internacional, porque había una reja y un pa­

fiuelo que salía blanco, una mano y era ... estaban

pues muy mal hechos desde el ppnto de vista de im

prenta ¿no? y, y hasta te imponían, era un poco ...

Qué te diré yo, terroríficos en este sentido.

C.RF.- ¿Qué edad tenías entonces?

C.R.- Pues mira, yo tendría ••. que esto era en el '35,

pues yo nací en el '15 pues mira ...

C.RF.- Diecisiete afios.

C.R.- Diecisiete anos, y ...

C.RF.- No, veinte, veinte.

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C.R.- Veinte, y entonces este ...

quedamos. ¡Ah!, bueno, yo

8.

con un muchacho, y nos

hac·Ía las libretas y

ponía, no, no ponía ... Ella me dijo: "Hágalo to­

do porque si viene la policía algún día a tu casa

que no te descubra nada, tú lo tienes bien guard~

do todo eso, el dinero y todo". Y entonces hasta

mi madre, se lo dije a mi madre yo, dije: "Fijate

eso,-digo7 no se puede hacer así todos los nombres

y todo de la gente que cotiza -digo- y del dinero

que me dan". Dice: "Pues mira -mi madre dice- sa

bes qué, pondremos huevos y gallinas". Y sí, y

así lo hicimos, tantos huevos, tantas gallinas, la

cantidad de dinero; la que daban, la que repartía.

Y mi madre me ayudó en eso y y yo no se lo dije a

mi padre; mi madre lo sabía [risa]. Y bueno, y p~

só el verano. ¡Ah!, y Josefa Hurí nos dejó a es­

te Llurnét y a mi. Y, y dijimos: "Para, si nos

persiguen o algo, haremos ver que somos novios".

Y nos íbamos por la calle y nos reuníamos, así me­

dio a escondidas, y pasó un tiempo, y Josefa Hurí

llegó un buen día. Se nos pres~nta y acababa de

ir a la URSS. Nos habló de su viaje a la URSS,

muy contenta y bueno, seguimos haciendo. Yo me

acuerdo que me tuve que ir, fui a hablar por Pe­

dro Ardiaca por cierto a la cárcel al director de

la cárcel, que iba algún abogado. Porque Pedro

Ardiaca era del Socorro Rojo también, lo habían

detenido en Lérida, y me dijo Pepita:"Oye, fija

te, acaban de detener a Ardiaca, y lo han deteni­

do con toda la cartera y los documentos -dice- y

tienes que ir a la cárcel". Digo: "A hablar con

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9.

el director para decirle que dentro de dos días se

presentará un abogado célebre de España". Yo no

recuerdo ahora quién era, pero era muy conocido.

Dice: "Para hablar sobre Ardiaca". SÍ, sí, yo me

fui a la cárcel, hablé con el director y dije -no

sé si me hizo caso o no me hizo- pero yo me fui y

hablé con él. Bueno, en esto pues que seguíamos

trabajando con este muchacho, y un buen día pues

nos avisa una amiga nuestra que la Guardia Civil

quería venir a mi casa. Dice: "Está abajo la Guar

dia Civil, -dice- y va a subir". Y entonces, por­

que habían ido a casa de una amiga mía también, y

de mi hermana y ya le habían hecho un registro.

Y entonces mi madre y

sé que eh ... cogimos

teníamos, subimos al

tejas del tejado, por

nos encontraba algo.

yo, muy espantadas

todo lo del Socorro

tejado y lo metimos

si venía la Guardia

La Guardia Civil no

las dos,

Rojo que

bajo las

Civil y

subió,

no subió, porque nosotros vivíamos en una casa

donde vi v,ían tres curas; éramos los únicos que te­

níamos cura en casa. Y uno de ~sos curas era pro­

fesor del Instituto y había sido profesor mío, nos

saludábamos: "Buenos días", y nada más. Y me da­

ba sobresaliente porque yo estudiaba, porque sabía

que si no ... sabía él cómo éramos nosotros y cómo

pensábamos. Y yo me acuerdo que tenía nueve o

diez años, mi madre nos había enseñado una canción:

"La Iglesia es un comercio, los curas unos comer­

ciantes, al toque de campana acuden los ignoran­

tes". Yo me ponía en el patio y a voz en grito

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10.

cantaba esa canción y ... salían las damas de los cu

ras: "Sinvergüenza, quián te enseña eso". A mi na­

die me lo enseñaba, era yo que instintivamente can­

taba esa canción [risa]; entonces nosotros éramos

matacuras y entonces, en ese sentido, no nos podían

ver, sí.

C.RF.- Entonces la policía no llegó a subir.

C.R.- No, la Guardia Civil no llegó a subir. Bueno, en

eso llegan las elecciones del 16 de febrero.

C.RF.- Del año '36.

C.R.- '36.

C.RF.- De el Frente Popular.

C.R.- De el Frente Popular, y ...

C.RF.- Perdón, un momentito.

C.R.- Si.

C.R.F.- El Socorro Rojo, entonces, de hecho funcionó un

poco ... Clandestinamente.

C.R.- Clandestinamente. Si, siempre, de ayuda a los pr.§_

sos.

C.RF.- Eso quiero decir, si. C.R.- Y de ayuda a todos ...

C.RF.- Entonces sJ, estoy bien (inaudible) en Barcelona.

C.R.- Y para otros fines que nosotros desconocíamos. Mi

ra, como yo entré en todas esas cosas sin saber

verdaderamente cómo, pero como era mi instinto de

irme para la revolución, ¿comprendes?, para los CQ

munistas. Es decir, yo me acuerdo, con mi padre

todas las noches oJamos Radio Moscú en el año '32,

en el año '32, por las noches, y ... Porque hablaba

un argentino entonces, por la Radio Moscú, que des

pués yo llegué a conocerlo personalmente al ir a

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11.

Moscú y tuve de alumnas a sus hijas, y era un argeD_

tino. Y, y todas las noches nos quedábamos mi pa­

dre y yo a escuchar Radio Moscú, y mi' padre ... su

ilusión era hacer un viaje a, a la URSS; pobre, ha

bría querido ir a la URSS.

C.RF.- ¿Y tu padre militó en algún partido?

C. R. - No, nunca; .fue en su juventud de Lerroux.

C.RF.- ¡Ah!

C.R.- Si, s·Í, fue; es más, en la imprenta de mi padre

mientras vivió un tío que era padrastro a la vez de

mi padre, eh .•. publicaban para el clero de Lérida

un periódico gratis. Al morir ese tío padrastro,

mi padre, que quedó como el dueño ahí de la impreD_

ta, les dijo a los curas que se había terminado,

que si querían que lo pagaran y que si no, que gr.§o

tis nada, y ya. Entonces, mi padre no ... votó siem

pre por la república, pero yo creo que mi padre ...

quizá no le gustaba mucho la izquierda republicana,

por quizá ser muy catalanista, no lo sé; pero mili­

tar no. El, cuando lleg.ó, cuando ya nuestra gue­

rra, me dijo a mí: "Carmen, ¿poqr,ía entrar en el

partido?''. Y yo le dije a mi padre: "No". Digo:

"No entre padre, no es para usted el Partido Comu­

nista; no, no llegar.ía a comprendernos muy bien y

quizá para usted sería mucho". Y le dije que no;

en cambio a mi madre sí, mi madre era mucho más re­

volucionaria que mi padre.

C.RF.- Es curioso ¿verdad?

C.R.- Es curioso.

C.RF.- Bueno ...

C.R.- Y mi madre ape ... sabía leer y escribir y nada más,

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pero mi madre ...

C.RF.- Pero era instintivo en ella.

C.R.- Era instintivo en ella, sí.

12.

C.RF.- Entonces en el año '36, cuando triunfa el Frente Po

pular, tú ya realizas una labor polJtica concreta

en esas elecciones.

C.R.- En esas elecciones no ... porque no podía votar.

C.RF.- Claro, no tenJas ...

C.R.- No tenía vo .•. yo, porque como la ••• cumplía los

años, los veintiuno los cumplía en julio, yo no P2

día votar; no, no tenía derecho a votar. Y como,

lo, la Hurí ... ya no nos dijeron nada porque esta­

ban ellos metidos en eso, pues yo no participé en

las elecciones. Lo que vimos era la, el gran en-

tusiasmo que la gente ¿ves? ..• hacia esas eleccio­

nes; ahora, yo participé en, en dos o tres mítines

con Hurí, y el primer mítin que yo di era un mítin

de comunistas.

C.RF.- ¿TÚ ya pertenecías al partido?

C.R.- Yo ya ... Juventudes Comunistas.

C.RF.- Eh •.. ¿cuándo ingresas?

C.R.- En el '35, antes del '36.

C.RF.- Una vez que ya empiezas a ser miembro del Socorro

Rojo.

C.R.- Eso, ya empiezo, sí. Lo del Socorro Rojo pues ...

Un día me dice Hurí, dice: "¡Hombre!, vamos a las

Juventudes", como era comunista. Digo: "Pue.s S·Í".

Porque mi hermana y otras amigas se decantaron por

los socialistas. Yo dije: ''Yo no, yo por lo últi-

mo, a mí no me gustan los intermedios; ¿comunistas?

pues comunistas". Me ... no sé, me fui yo sola, me ...

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13.

no sé, me fui yo sola, me ••• las demás amigas ..• yo

me fui sola, con Josefa Hurí, y ya ... Qué te dire

yo, medio ... no de una manera continua ni nada pero

ya; entonces me dice Hurí un día, dice: "Vamos a ha

cer un mítin 11• Que esto era en el '35, ante ..• cuan

do había los treinta mil presos, y digo: "Sí, sí".

Dice: "Pues preparate que mafiana por la tarde ire-

mos a buscar a casa, y vamos". Bueno, entonces yo

me, me acuerdo que me hice una blusa roja, eso sí

que me acuerdo muy bien; me puse a hacer el discu~

so, me lo escribí y todo: los treinta mil presos,

Asturias, los mineros, todo ahí, muy bien, muy

bien. Y se lo le·Í a mi madre, me puse delante del

espejo a ver cómo lo decía y me lo había aprendido

de memoria y muy bien. Llega aquel día, yo con mi

blusa roja, y me llaman y a un pueblo; no sé el nom

bre del pueblo, se me ha olvidado, era un pueblo

de campesinos, de Lérida, no era la ciudad ni mucho

menos. Y ¡ah!, venía ese muchacho Llurnét que era

del Socorro Rojo y yo, Pepita Hur·Í, Vilá Cetr·Ú ( *)

y ... y nadie más quizá, o alguien más, no recuerdo.

Era un cochecito, y nos fuimos a ese pueblo, era

por la noche ya, y estaba ... Y sé que se bajaban

unos escalones, era un local ... debía ser el teatro

del pueblo. Yo me acuerdo que había en el escena­

rio, pues, la mesa, después había abajo eh ..• el,

la platea y después había un primer piso, todo 11~

no, lleno, y subimos a ... Yo era la primera vez

que tenía que hablar en, en público, nunca lo ha­

bía hecho. Y ... Josefa Hurí dice: "Primero habla-

(*) Así se escucha.

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14.

rá Llurnét, después tú Carmen" -dice-. Después ella,

creo, y después Vilá Cetrú; no S1é el orden. Bueno,

sale el Llurnét, se pone de pie y dice: "¡Visea la

revolució social!". y no dijo nada más. Yo, dije:

"Pues S·Í 11• ¡Ay! , me subía y me bajaba, ya no sabía

el discurso, no sabía nada. Y dice Josefa Hurí:

"Anda, ahora tú''. Digo: "Bueno". Yo no sé si hablé

en castellano, no sé si hablé en catalán, ahora no

lo sé; yo creo que hablarla en catalan, ¿comprendes?,

porque eran campesinos. Yo sé que hablé pero lo me~

clé todo, lo de arriba para abajo, lo de abajo para

arriba, pero hablé. Lo importante era hablar, yo me

sentí satisfecha; después no sabía ni c:Ómo terminar,

pero yo terminé. Y ya, aquel fue mi bautismo de fue

go, ¿sabes?

C.RF.- ¿Tuviste mucho éxito?

C.R.- Sí, me aplaudieron mucho. Después yo sé que fue la

policía por allá a decir que no se podía decir algo,

yo sé de que dije algo, yo no sé lo que dije, pero

me... Y me lancé as.í, me lancé yo; y me di jo Jose­

fa: "Carmen, ¡muy bien!, lo impo,rtante es no calla!:

se -dice-, como éste". A Llurnét ya no lo pudimos

llevar nunca más, porque ya no, no, no se atrevió,

se cort:Ó el chico ya.

C.RF.- Y entonces ya en el, en el ... una pregunta ...

C.R.F- Sí.

C.RF.- ¿Tus estudios los hiciste en catalán o los hiciste

en castella.no?

C.R.- No, en castellano.

C.RF.- No estaba, no estaba ...

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15.

C.R.- No esta ... mira, toda nuestra primera enseñanza, co

mo era la dictadura de Primo de Rdvera .••

C.RF.- Debía ser en castellano.

C.R.- Castellano, hablábamos catalán en casa, eh ... mis

padres catalanes. Mi madre había hecho un tapete

de la mesa con la bandera catalana; eso sí me acuer

do muy bien, con la bandera catalana. Y no éramos

en casa nunca, ni mi padre ni mi madre ni yo, ni mi

her ... yo no, nunca hemos sido separatistas, ¿eh?.

Eramos catalanes pero no separatistas; mi padre ja­

más habló de una Cataluña separada, independiente,

pero éramos catalanes.

C.RF.- Y cuando triunfa la República, en las escuelas de

Cataluña y eso empiezan ...

C.R.- Empieza a hablarse el catalán, y nosotros en el Ma

gisterio tuvimos ya un profesor catalán que nos da­

ba las lecciones en catalán, de pedagogía y así, de

fisíca en catalán. Los que eran catalanes, porque

la mayoría eran castellanos.

C.RF.- Claro, pero si el profesor era catalán ••.

C.R.- Si el profesor era catalán daba,las clases ya en ca

talán.

C.RF.- O sea que se suponía que todos los chicos hablaban

catalán.

C.R.- Había, ya era una enseñanza más o menos bilingüe

¿comprendes?

C.RF.- Claro.

C.R.- En este plan, porque la República hizo mucho para

la enseñanza y en Cataluña yo ya tuve profesores

que nos daban las clases en catalán. Y pod,ías coQ

testar en catalán y podías contestar el castella-

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16.

no. Ahora, los que no sabían castellano, ¡ay!, c~

talán, pues mira, se tenían que molestar un poqui­

to. Pero, generalmente, en el Magisterio nosotras

éramos, todo era un grupo, todo de catalanes, no

había ning,ún castellano ¿comprendes?

C.RF.- SÍ. Bueno, entonces triunfa el Frente Popular ...

C.R.- Triunfa el Frente Popular y entonces eh ... hay un

carnaval poco después, y yo me disfracé, que no me

disfrazaba nunca, con mi hermana y mis amigas, y

nos fuimos a un baile, con careta y todo, a bai­

lar. A mí, el baile no, no me ha gustado nunca,

no bailaba; bueno, y nos fuimos. Y empezamos ahí

a bromear con los chicos, y vino a buscarme, a sa­

carme a bailar un chico que después yo conocí; pe­

ro el me conoció -dice- "por mi risa'', que había­

mos sido compañeros de bachillerato, en los tres

años de bachillerato. Que era hijo de uno, de un

teniente o no sé qué de la Guardia Civil, esto sí

que yo lo sabía. Y me dijo: "De buena te has sal­

vado Carmen". Digo: "¿De qué?" Dice: "Habéis

triunfado, porque si no, a tí te¡ seguíamos los pa­

sos, habrías ido a parar a la cárcel". Y esto yo

lo supe; ese día ese chico me, me lo dijo.

C.RF.- Todo eso por el mítin, claro.

C.R.- No, por el mítin y por el Socorro Rojo.

C.RF.- Por tu participación en el Socorro Rojo.

C.R.- Claro, dice: ''Suerte habéis tenido que habéis ga­

nado, porque si no ibas a parar a la cárcel, por­

que os seguíamos, -dice-, "¿Creías vosotros que

lo hacíasis tan bien?", pues sabíamos cuando os

reuníais en los Campos Elíseos, todo, todo, vues­

tros pasos los sabíamos".

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17.

C.RF. Entonces, ¿td ya podías percibir entonces, ya es­

ta, esta oposición que hubo hacia el Frente Popu­

lar por parte de la derecha?, ¿o ••• ?

C.R.- Por parte de las derechas, mira, en Lérida había

mucho republicanismo. Es decir, las izquierdas dQ

minaban, y después el Frente Popular, al triunfar

el Frente Popular, eh ... la derecha se quedó un

poco .•. qué te diré yo, no espa~tada ni asustada,

pero quizá replegada un poquito ¿ves?, para des­

pués claro a ver qué pasaba. Y en Cataluña pues

eh ... el Frente Popular triunfó rotundamente ¿com­

prendes? Era una euforia, era una gran alegría y

verdaderamente se veía después ... como ya teníamos

diputados en el parlamento, o de comunistas, y ha­

bía la prensa pues veías ... y en Cataluña había .••

y en Lérida sobre todo pues éramos nosotros.

C.RF.- Claro.

C.R.- Realidad.

C.RF.- No había tanto problema.

C.R.- No había tanto problema.

C.RF.- Entonces td ya a partir del '36 fiigues trabajando

en, como, corno maestra.

C.R.- No, porque yo estudiaba todav,ía.

C.RF.- Todavía estudiabas.

C.RF.- Yo terminé de ... Y en el '36, yo voy a, a un pue­

blo cuando termino el curso, voy a un pueblo, el

primero ... Nosotros terminábamos en mayo, junio,

hasta e1 15 de julio me voy a un pueblo a susti­

tuir a mi hermana; para que mi hermana fuera a

Lérida para prepararse para los cursillos. Yo

llegué a Lérida el 16 de julio, el 17 de julio o

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18.

18 de julio salía yo con un primo mío, con unos prl

mos míos para Seu d'Urgell, y en Pons nos enteramos

de que se había sublevado Africa, bueno, dijimos

Africa, y llegamos a ... a un pueblo de cerca de Seu

d'Urgell y allí nos cogió ya el levantamiento.

C.RF.- En Seu d'Urgell.

C.R.- En un pueblo de los alrededores de Seu d'Urgell.

Yo ... queríamos volver a Lérida, pero en Seu d'Ur­

gell se apoderó ... fueron los amos los anarquistas

enseguida, y se desplegaban con una violencia espa~

tosa, dejaron escapar a todos los reaccionarios.

Seu d'Urgell, de Andorra estaría a un paso, y ver­

daderamente yo que viví eso en un pueblo de por

allí ... Llegaban camiones con unas enormes bande­

ras rojas y negras; la gente se encerraba en sus c~

sas; un miedo horrible; los pueblos ¿comprendes?,

eh ... Y recogían los cerdos, se llevaban todo los

anarquistas ...

C.RF.- Para las colectividades

C.R.- Para las colectividades; matando a gente, encontr~

ban un cura por la carretera ... ,. ¿comprendes?. Toda

la gente asustada; yo quería irme a Lérida, yo en

Lérida no, no vi, Lérida no vi nada en Lérida por­

que yo estaba ahí en ese pueblo, ¿comprendes?

C.RF.- ¿Cu.ánto tiempo estuviste en ese pueblo?

C.R.- Pues hasta agosto.

C.RF.- Un mes.

C.R.- Un mes ¿comprendes?, no podía irme, y además no me

daban el salvoconducto los anarquistas para irme

a Lérida.

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19.

C.RF.- O sea que los anarquistas habían tomado ...

C.R.- Habían tomado aquel pueblo, eran ellos los amos, y

tenías que pedirles el salvoconducto a ellos para

irte a tomar el autobús o que te dejaran ir¡ no

circulaban autobuses los primeros días, ¿compren­

des?¡ era un, una, aquello un desbarajuste, ¿com­

prendes?¡ y mi primo se fue a Seu d'Urgell, como

era médico se fue a Seu d'Urgell y él se ha visto

con los anarquistas, se ha visto. Y mi primo no

era anarquista ni era nada, era más bien de dere­

cha, pero mira, el miedo lo hizo hacerse de la

FAI o de la CNT, qué sé yo. Y mi primo y yo nos

quedamos ahí en el pueblo y nos queríamos ir, pero

no había transporte, no había nada y todo lo te­

nían en la CNT, y era la CNT la que mandaba. En­

tonces a mí me llamaban la roja, la roja porque

sabían que yo era ... porque no era de ellos, yo

era comunista ¿comprendes?. Porque yo estaba en

contra de todo eso y hablaba algunas veces, ahí

con ellos. Y por fin, logré, logramos salir de

ahí ¿comprendes?, y llegar a Lé:t;:ida. Y llegamos a

Lérida y, pues mira, yo llegué a Lérida el día que

llegaba a Lérida una columna de la CNT y de la FAI

que prendieron fuego a la catedral de Lérida ellos.

Daba miedo el paso de los anarquistas por Lérida.

Yo acababa de llegar, había ido a la imprenta a

decir a mi padre que había llegado y, y entonces,

a, quemaron, incendiaron la catedral¡ se fueron a

la cárcel a sacaron unos cuantos presos ahí, sobre

todo gente de derecha y algún cura y los fusilaron,

los llevaron a un paredón y ahí los fusilaron pero

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2 o.

sin ton ni son, ¿comprendes?. Los anarquistas que

se iban al frente de Aragón, en ese plan ¿no?. Y

un museo que había; la catedral de Lérida tenía to

dos los altares con una lámina de oro, todo se qu~

mó, no había por qué quemar la catedral, incendiar

la catedral. Yo vi después una, un museo que era

de Lérida, que era un Hospitalet de Santa María,

prendieron fuego. Pasaban por las calles así, co­

mo si fueran hordas ¿comprendes?, con las banderas

rojas y negras. Y yo ya estaba de anarquistas de

Seu d'Urgell, de por allá, y se fueron al, al fren

te de Aragón.

C.RF.- Y tú ya cuando llegaste a Lérida ¿te incorporaste

a algún trabajo concreto?

C.R.- Ah, cuando llegué a Lérida, inmediatamente yo fui

al partido y allá se, había constituido el PSUC.

Yo fui al partido, y me presenté allí enseguida;

fui y me dijeron, me, me encargaron del trabajo de

las mujeres del partido, ¿comprendes?, las mujeres

del partido y como ... y después yo me, seguí sien­

do de las Juventudes Socialista9 Unificadas, eh ...

Nos, incluso, nos hicieron un uniforme y todo, fal

da pantalón azul marino, blusa azul eléctrico ¿co~

prendes?. Juventudes Socialistas Unificadas en el

bolsillo y así desfilábamos. Y también al empezar

las clases en septiembre, como no empezaba todavía

nuestra carrera, el curso del Magisterio se había

interrumpido ¿comprendes?. Entonces, me dieron pl~

za de maestra en una escuela.

C.RF.- Esto todavía en el '36.

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21.

C.R.- No, '36 ya ... una vez ya había, ya en guerra, es en

guerra en el '36 y era en una escuela y ahí di cla

ses en esa escuela.

C.RF.- ¿Y al mismo tiempo que dabas clases seguías tu tra

bajo político?

C.R.- Ya, pol,ítico con las mujeres; yo, con las mujeres

no me gustaba trabajar.

C.RF.- ¿Y qué tipo de trabajo realizabas?

C.R.- Pues era reuniones, además eran mujeres recién lle­

gadas a, al partido, ¿comprendes? Yo no tenía tam

poco experiencia de trabajo de mujeres, a mí me gu~

taba trabajo de mujeres y hombres, todos juntos;

yo no lo comprendía eso de separarnos mujeres y ho!!!

bres ¿comprendes?, en aquel momento. Y yo, enton­

ces, le dije que no quería hacerlo; dice: "¿Sí?,

pues entonces escribe una carta diciendo que por ne

gligencia dejas el trabajo". Yo: "Si, sí". Yo es-

cribi esa carta y dije que renunciaba a ese traba­

jo; y si, sí, me aceptaron la renuncia y dejé de

trabajar con las mujeres [risa], por yo, no me gu~

taba, no lo hacía bien. Y despqés me fui a las Ju­

ventudes y participé en el comité de las Juventudes

¿comprendes?. Ahí con los muchachos, y había mu­

chos muchachos y así iban al frente voluntarios.

El comité nos quedábamos ya poca gente, y cada vez

también las juventudes eran menos y siempre gente

nueva ¿comprendes?. Claro, los muchachos iban al

frente, las muchachas, muchas, pues después de re­

cibir el uniforme pues dejaron de ir; porque había ...

no había ninguna, qué te diré yo, politizaci6n.

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22.

Era toda una cosa hecha as.í de repente ¿no?, la av~

lancha. En Lérida había triunfado la izquierda,

era ... pertenecíamos a la república ¿comprendes?

Habíamos quedado en esa zona y, pues mira, mucha

gente ... ¿qué ibas a hacer? ¿no?

C.RF.- ¿Y tenía fuerza el PSUC en Lérida?

C.R.- El PSUC se hizo el partido más fuerte de Lérida, el

el PSUC. Fue un partido fuerte porque después se

hizo verdaderamente eh ... co ... La UGT, mucha UGT

era del partido, y logramos, eh, conquistar muchos

sindicatos que fueran a la UGT ¿comprendes?; y el

partido fuert~Lérida, el PSUC. Ahí era muy fuer­

te el Bloque Obrero y Campesino.

C.RF.- Claro.

C.R.- ¿Comprendes?

C.RF.- S,í.

C.R.- Y los socialistas pues, eh ... decayeron. En reali

dad era la UGT, que en la UGT entrábamos los comu­

nistas ¿comprendes? y también los anarquistas. La

CNT era fuerte ¿eh?; y los, el POUM, el POUM también era

fuerte porque tenía alg.ún. . . el, sindicato, y hacía

bastante oposición, ellos tenían muy buena gente

en Lérida.

C.RF.- El POUM.

C.R.- El POUM, tenía muchos maestros, y yo conocí a mu­

cha gente muy fuerte, a mí me quisieron conquistar

ya, ellos también para que fuera allí con ellos

¿comprendes?. Yo no quise, porque ellos tenían un

local y al lado de mi casa teníamos un vecino que

era del POUM, que fue después 'un dirigente, y yo

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23.

no, no me gustaba ¿comprendes?. Eso era un poqui­

to antes, que ellos se reunían clandestinamente y

todo, y yo no, yo dije que no y me buscaban, inclu­

so decían ... por qué no iba con ellos, a mí no me

gustó, no me gustaron.

C.RF.- Claro, td tenías tu ideal.

C. R. - Yo tenía ya mi idea, sí, mi ideolog,ía, no formada

porque nadie me enseñ.ó nada en este sentido ¿com­

prendes?, pero a mí, no sé... prefer·Ía el nombre

de comunista, no sé por qué ... eso del POUM ¿com­

prendes?

C.RF.- Y cuando td ingresas a las Juventudes Comunistas,

¿ya has leído, o lees durante tu ... ?

C.R.- Nada.

C.RF.- Tu trayectoria. ¿Nada teórico sobre ... ?

C.R.- Teórico nada.

C.RF.- Sobre el partido.

C.R.- Nada, ¿sabes cuándo yo e ... empecé a leer algo so­

bre el partido? Cuando me mandaron a la escuela PQ

lítica en Barcelona, había en Barcelona ...

C.RF.- A ver, vamos por partes. Tu ...

C.R.- En la calle de Clarís , en el '37, yo te hablo en

plena guerra ¿eh?

C.RF.- Sí, por eso, o sea ... durante la guerra entonces ...

C.R.- SÍ.

C.RF.- Yo trabajé ahí, yo era, éramos de células, entonces

todavía el partido estaba formado en células, tenÍ5!

mos la célula. Yo trabajaba ahí, yo iba a los míti

nes, mema ... el trabajo que me mandara al partido

¿eh?. Yo era una de las mujeres que, mira, hacía

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24.

mítines, publicaba incluso alg.ún artículo en UHP,

que era el periódico del PSUC.

C.RF.- ¿UHP?

C.R.- UHP_, Uníos Hermanos Proletarios, ese era el perió:­

dico del partido en Lérida ¿comprenaes?. Yo escri

bía algún articulito en, en el periódico y me man­

daban a mítines pues iba a los mítines, me manda­

ban en ese trabajo, yo hacía ese trabajo, después

empe ... empe •.• se, sigui.ó el Magisterio, se abrie­

ron las clases, ¿comprendes?. Y seguimos estudia~

do, en ese sentido, y trabajando en el partido lo

que hiciera falta.

C.RF.- Y entonces ¿en qué afios vas a Barcelona?

C.R.- Y en el '37 eh ... fui a, vine a Barcelona a una es­

cuela política, escuela de cuadros, que era de dos

meses el curso. Y, y en ese escuela es cuando em­

pecé a ver claramente, yo tenía un concepto muy di,'.'

fuso de lo que podía ser la Unión Soviética, ¿com­

prendes?, el comunismo .•• ¡Hombre!, había leído al­

go pero no con profundidad, era una cosa pues foll~

tos, de esos pues que te decían ,un poquito, pero el

Manifiesto Comunista, nada.

C.RF.- ¿Y quién te manda a Barcelona?

C.R.- El partido, el partido me mandó ahí.

C.RF.- A la escuela política.

C.R.- A la escuela política y estuve dos meses y ahí pues

eh ••. empezamos verdaderamente. Yo ahí empecé a

ver claramente lo que eran las clases sociales, la

lucha de clases, qué era el capitalismo. Es decir,

me empapé un poquito de lo que era la, claramente,

qué era el comunismo.

C.RF.- La teoría.

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25.

C.R.- La teoría, porque hasta entonces eh •.. había sido,

una cosa pr,áctica, una cosa impulsiva si tu quie­

res, una cosa instintiva, que me llevaba a eh ..•

por ese lado, como me podía haber llevado por el

otro, pero me llevó por ese ¿comprendes?, y •••

C.RF.­

C.R.-

¿Cuánto tiempo estés en esa escuela política?

Dos meses, dos meses, una

calle Clarís, dos meses.

escuela política en la

Y después tenía que ha-

ber ido otro, otros dos meses ...

C.RF.- ¿Y qué vida, perdón, qué vida hac-ias cuando, cuan-

do ... ?

C.R.- Ahí estábamos internados.

C.RF.- Internados.

C.R.- Internados.

C.RF.- O sea todo el d-ia en la escuela.

C.R.- Todo el día ahí, ahí comíamos, ahí dormíamos, éra

mos chicos y chicas; chicos eh ... muchas veces pr2

cedentes del frente, que estaban en el cursillo

¿comprendes?, o de ... Es decir, cuadros del parti

do de provincia, de toda Cataluña, ¿comprendes?

De Sabadell, de Mataró, de Vend~ell, de Gerona,

¿comprendes?

C.RF.- Y estas escuelas políticas ¿cuándo las forma el PªE

ti do?

C.R.- Las forma pues tan pronto como ... Yo fui a ese cur

sillo pero hab-Ía otros, hab,ía habido otros anterio

res ¿comprendes? Ahora, en qué año, no te lo 'puedo

decir.

C.RF.- ¿Pero qué las forma? Posiblemente al estallar la

guerra y darse cuenta de que le fa .•. le faltaban

cuadros.

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26.

C.R.- Pues faltaban cuadros, los cuadros no, los cuadros

eran cuadros muy buenos pero muy poco •..

C. RF. - S'í, preparación.

C.R.- Sin preparación, poco preparados teóricamente, ne-

ce si taban ... Yo, la primera vez

de clase como clase, el concepto

que, el concepto

de que cada clase

tenía que tener su partido, eso no lo supe hasta

que llegué, ¿comprendes? Yo, mira, la Esquerra

Republicana era, pues, un partido, sí; pero allí

¿qué había? Campesinos, había clase media, había

intelectuales, había todo. Ahora, como la cancel?.

ción de clase como clase, y la concepción de cla

se antagónica, esto yo lo supe; y que cada clase

tenía su partido, lo supe en la escuela. Entonces

cuando sal.í de la escuela tenía un concepto mucho

mejor de lo que era nuestra lucha y de lo que podía

ser en adelante, en caso de triunfar en ese senti­

do. Pero, y yo tenía que haber ido a otro curso,

me mandaban ahí ¿comprendes?. Tenía yo que haber

vuelto a la escuela política porque se ve que ha­

bían dado resultado los exámene¡;¡ ¿comprendes? pero

mi .•. Yo tuve que irme porque mi padre se había

puesto ... estaba en el hospital aquí en Barcelona,

lo tuve que sacar del hospital, lo tuve que llevar

al pueblo donde mi hermana estaba de, de maestra

¿comprendes?. Y tuve que ir ahí, y ahí me tuve

que quedar con €1 ¿comprendes?, unos días. Estaba

muy grave, yo, yo era la dnica que podía ir •.. tu­

ve que venir a Barcelona a buscar morfina para mi

padre ¿comprendes?, para las inyecciones porque no

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27.

encontrábamos. Todo eso lo tenía que hacer yo pof:

que mi hermana tenía la nena muy chiquita, de me­

ses, ahí.

C.RF.- Tu hermana ya se había casado.

C.R.- Ya se había casado ¿comprendes?. Bueno, y era yo

la que podía moverme de un lado para otro; mi pa­

dre quiso incluso que fuera a ver un curandero, P2

bre hombre, porque tenía cáncer en el pulmón. Y

yo era ... pues tuve que ir a Manresa a ver a un c~

randero para ... yo ya sabía que no, pero en fin.

C.RF.- Todo en el año '37.

C.R.- '37, '38, ¿comprendes?

C.RF.- ¿Y tu madre segu,ía en Lérida?

C.R.- No, mi madre estaba con mi padre.

C.RF.- Con tu padre.

C.R.- En el pueblo, ya habíamos dejado Lérida ¿compren­

des? Y estando en el pueblo, un buen dia leo el

periódico, claro, no me habia presentado en la es­

cuela pol,ítica, no había dicho nada, no había ido

a Lérida, al partido. Entonces la escuela políti­

ca se ve que preguntó a Lérida: ,"¿Qué pasa con Car­

men Roure, ha desaparecido, dónde est,á?" Y un buen

día yo que leía UHP el peri,ódico de Lérida, que se

recibía en el pueblo de vez en cuando, pues mira,

le,í que me buscaban a mi, "¿qué había sido de mí,

qué había sido de mi?". Entonces yo, ni corta ni

perezosa, le dije a mi madre: "Me voy a Lérida, me,

el partido me llama, me voy a Lérida".

C.RF.- Oye, y tu puesto del Magisterio que ya te lo ha­

bían dado ...

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28.

C.R.- No, porque ya habíamos terminado, estabamos espera.!:lc

do las prácticas. Era un periodo muy irregular, h~

bíamos terminado en diciembre el Magisterio ya ¿ves?

y estabamos esperando plaza, ya nos habían dado el

título.

C.RF.- ¿Ajá?

C.R.- Bueno, porque era guerra y en vez de un año trabaj~

mas medio año solamente. Bueno, entonces ni corta

ni perezosa, le dije a mi padre que me iba al pue­

blo, a Lérida, entonces mi padre me maldijo, me di­

jo: "Quieres más al partido que a mí". Y me, y yo

le dije: "Sí, sí". Y me fui. Y me dice: "No eres

hija mía". Y él, y, y bajé por la mañana, me fui a,

a la carretera, al autobús, y el autobús iba lleno,

no quer:ía cogerme, entonces yo di je que sí, que me

llevara, y llegué a Lérida. Eso era el 28 de mar­

zo, llegué a Lérida, subí a casa ...

C.RF.- En treinta y ...

C.R.- 28 de marzo del '38

C.RF.- Y ... subí arriba, había ya alarma en Lérida. Toda

la mañana ya habían dado la ala:r;ma, y entonces su­

bí arriba, y había sacado mis cositas, cuatro co­

sas que llevaba comida ... y me llaman las, las amas

esas de los curas: "Carmeta, Carmeta, estás aqui''.

Digo: "Sí, estoy aqu.í". Dice: "Baja", vente con

nosotras". Ellas se veía que tenían miedo de que

avanzaban eh ... los, los de ellos, pero por si

acaso habia alguna represi6n antes de salir de Lé­

rida, ellos querían tener en casa a alguien de los

nuestros, ¿comprendes?, para que no les hicieran na

da a ellos. Los curas habían, se habían escondi-

do los tres, no habia ninguno de ellos, pero esta ..•

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29.

las mujeres quedaban todas. Yo me quedé abajo un

poco con ellas y dije: "¿Yo aquí qué hago?, si yo

no puedo estar aquí". Dicen: "¡No te salgas!, que

allá abajo, en Lérida van a venir los aviones".

Digo: "Me voy".

al partido, qué

Yo pensé: "Voy al partido, me voy

hago aquí". Y me fui dando al Pª.!:

tido, yo vivía en un extremo, se puede decir, casi

de la ciudad, y el partido estaba en otro; pero CQ

mo Lérida era muy chiquita entonces, era muy corto

el trayecto. Y me fui andando, y al llegar al

puente, un puente de, de transeuntes y de coches

porque el puente del ferrocarril estaba más lejos.

Ah, junto al puente tenía una amiga mía del magis­

terio, pero eran anarquistas, y me dijo: "¿Cómo a_g

das sola?". No había nadie por las calles de Lé­

rida. Lérida estaba casi abandonada. Se había

ido todo mundo.

C.RF.- Ya había emigrado todo mundo.

C.R.- Había, se había, como había alarma ¿comprendes?, el

frente se acercaba y todo eso, entonces dice: "Ven­

te". Yo no vi nadie por la calle, no había nadie,

eran las tres y pico de la tarde. Dice: "Vente

Carmen". Y me quedé un rato y dije: "¿Qué haces

tú aquí? Ya el partido quedaba cerca, digo:.~Mi­

ra, me voy María". Dice: "Pero ¿a dónde vas?" Di­

go: "Me voy". dice: "bueno, pues" ... Bueno, y me

fui andando y poco antes de llegar al partido oí

los aviones, oí los aviones.

C.RF.- Los aviones fascistas, claro.

C.R.- Fascistas, y ahí estaba la estación, cerca del par

tido del ferrocarril, estaba el Estado Mayor de

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30.

Aviación.

C.RF.- Republicano.

C.R.- Sí, claro, republicano. Era un foco pues estaba

todo el depósito de máquinas de la estación,

¿comprendes? Y entonces yo vi los aviones y dije:

"Tarde; ya estan aquí ellos". Y, y vi la, la ame­

tralladora y dije: "Ya están las bombas, van a ti

rar las bombas''. oí como disparaban para que ellos

cayeran, entonces no me dio tiempo de llegar al pa~

tido. Había una casa antes, una iglesia, la Igle­

sia del Carme, yo me metí en la casa antes de la

iglesia y era un taller; en la casa no había ya n.§c

die, estaba vacía y me metí como decía en las ins

trucciones pues de cara, a la calle y tumbada; de­

jé el bolso, los guantes, la chaqueta encima de

una mesa que estaba al interior. Y entró otra chi-

ca y le dije: "Ahora van a tirar, van a disparar,

van a tirar las bombas". Y efectivamente rrummm ...

yo vi, yo vi la bomba y bambacera y dije: "Ya está,

la peor muerte que te ha podido tocar Carmen, ente­

rtrada viva". Yo, yo me di cueQta, y sí, sí,

rrrummm ... la casa cayó.

C.RF.- ¿Y perdiste el sentido?

C.R.- Entonces ya, oimos el bombardeo, yo lo oí y perdí

el conocimiento, yo. Antes de perder el conoci­

miento dije: "Mis padres no sabrán dcSnde has muer­

to y no verás terminada la guerra". Fueron las

dos dnicas cosas en que pens¿ y perdí el conoci­

miento; y al recobrarlo ya estábamos, nada, ente­

rradas, enterradas.

C.RF.- ¿Y la otra chica?

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31.

C.R.- La otra igual, y me dice: "Gritemos". Yo le dije:

"No, no gritemos, porque nadie nos oirá, están bo!!!

bardeando". Se fue, se ve que fue muy corto el mo

mento en que yo perdí el conocimiento, pero vi to­

da mi vida, lo vi todo, de chiquita, todo lo ví.

Y, entonces, el, la teoría antagónica al marxismo.

¡Piensas, vives! [risa]. Si, y entonces recobré

el conocimiento y al cabo de un rato empezamos a

gritar el grito que sabía: ¡Mame, mame! No padre,

madre. ¡Madre, madre!, y entonces al cabo de un

rato oimos unos chicos: "¿Cónde estáis?, dónde es-

táis?" ''Aquí'' ''Os sacarémos, os sacarémos 1'.

C.RF.- Es que estabais totalmente ...

C.R.- Totalmente ...

C.RF.- Sepultadas.

C.R.- Sepultadas, ya, el olor a tierra. Y hoy no puedo

meterme nada en la boca, todavía tengo ese trauma.

Ahora sí ya, no puedo, ni taparme la boca, ya pue­

de hacer frío, yo taparme toda no puedo, a veces

hasta huelo aquel olor a tierra, a cal, ¿compren-

des?. Y estábamos allí, al cabq de, no sé, decían:

"Dónde estáis, no os hacemos daño". "No, nosotras,

¡no!" Y por fin nos sacaron, nos había salvado la

mesa aquella que estaba al fondo se había puesto

encima de nosotras, por la expulsión, del impácto,

y yo estaba de cara totalmente al revés, de cara

adentro ... La bomba, la, la ¿comprendes?, y nos

sacaron. Yo tenía aquí una herida de, aquí.

C.RF.- En la frente.

C.R.- En la frente, que se ve alguna cosa que me rozó;

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32.

suerte que nos quedamos así, si no, si quedamos así

nos matan. La chica la sacaron y a mí también me

sacaron, y me decían los chicos: "Habéis nacido, hoy

es tu día de nacimiento". Yo les decía: "¡Sí, sí!

¿Y el partido, qué le ha psado al partido?'' Y ellos

me decían: "¿Qué partido?" ''Y al partido ¿no le ha

pasado nada?" "Bueno, bueno" dije. Y ellos mismos

se encargaron de llevarnos, era de, de aviación y

nos habían visto entrar esos chicos, y nos salvaron

ellos. Estuvimos pues qué te diré yo, tres o cuatro

horas, o cinco; no sé cuántas horas estaríamos, yo

cuando vi la luz de nuevo lloré, lloré de alegría

de ver que ya ... Y nos llevaron, a mí me llevaron

a un hospital, a la otra chica, yo no conocía a la

chica, no sabía ni quién era ni nunca supe más de

ella, ella no me conocía a mí, ni yo tampoco a

ella. Y me llevaron a un hospital, en aquél hospi­

tal estaban unos heridos asustadísimos. A mi me

dieron la antitetánica, me dieron unas cuantas in­

yecciones ...

C.RF.- ¿Y no tenías ningún golpe muy se-rio?, ¿no ... o sea

no tenías?

C.R'.- No, no sé, no sé, si lo tendría serio o no, pero ...

C.RF.- ¿No tuviste que quedarte hospitalizada?

C.R.- Sí, me dejaron, me vendaron; eso, me cortaron pelo,

¿comprendes? Yo estaba llena de, de tierra y de,

y de cal y de pintura, yo qué sé; yo llevaba un ves

tido azul marino ¡iba blanco!; el pelo blanco como

ahora, ¡blanco lo tenía! Y yo llevaba trenzas, pe­

lo largo y me llevaron a un hospital, no me dieron

de comer nada, nada, yo eh ... Me acosté vestida,

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33.

los zapatos me los quit~, no tenía ni bolso, ni 11~

ves, nada, no te ... , ni dinero, no tenía, todo se

me quedó ahí, todo, todos los documentos, todo ahí

enterrado. Y a las dos de la noche me dice una en­

fermera que era del partido, dice: "Carmen, evacua­

mos el hospital". Dice: ''Unos van a Vallfugona de ' d · b(*) d' 1 • ria, e Riucor - ice- y otros a Barce ona .

Dije: "Yo me quedo, pues". Dice: "bueno, haz lo que

quieras". Y entonces yo me vestí, rompí el vesti­

do ... Porque con la venda ... y estaba, se ve que

estaba un poco hinchada ¿ves?. Yo no me acuerdo

de eso. Pero la cabeza me dolía; la herida me la

habían curado y entonces me, me fui andando, pasé

por delante de mi casa, pero no pude subir. Tenía

frío, debí ... quizá tenía temperatura, yo qué sé,

iba con un vestidito así, azul marino, de entre­

tiempo.

C.RF.- ¿Qué mes era ese?

C.R.- En marzo, 28 de marzo. En Lérida hace frío por las

noches. Y entonces me fui andando y detrás de mí

un chico, iba un, un muchacho, y,o no sabía y no

había nadie por las calles. Lérida estaba vacía,

no había nadie y dije: "Mira que no poder subir y

tomar un abrigo, coger algo. Na ... no tenía las

llaves, no pude subir; mi casa quedó entera, y me

fui. Llegué al partido, llegué abajo, y me dice

Pascual, que hoy están en Costa Rica ...

C.RF.- ¿Pascual, qué?

(*) Así se escucha.

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34.

C.R.- Pascual, un chico, se apellidaba Pascual. Dice:

"¿Quién eres?". Nadie me conocía, yo iba, pues fí

jate, salida de, pues mira, de abajo tierra. Di­

ce: 11 ¿Quién es?" "Soy Carmen". Dice: "¡Carmen! 11

Dice: "Oye, ¿qué te ha pasado?" Digo: "Pu .•.

¡Ah!"; entonces el chico ese iba al partido tam­

bién, dice: "Yo te seguía y decía ¿a dónde va esa

mujer a estas horas, y c6mo va ella?" Era del PªE tido este chico, y entonces él, ese chico me dio

su cazadora de cuero, me la dio él para que yo me

abrigara en el partido. Entonces, arriba, en el PªE tido~estaba Salvadores, mi cufiado; estaba Ron; es­

taba García Lago, que estaban reunidos todos ahí.

Me dieron una copita de cognac, porque yo se ve

que temblaba, yo no había comido, f{jate, desde

por la mafiana y que, pues debía, no sé si tendría

temperatura o no tendría, no sé. Y me dicen: "Aho

ra te llevamos en un coche a Cervera". Y me lle­

varon en un coche a •.. Cervera, en Cervera al hos

pital, pero yo al día siguiente ..• en aquel hospi­

tal había monjas ...

C.RF.- Porque a Cervera era donde evacuaban a, a la gen-

te •.•

C.R.- No, yo fui sola .al partido, yo •••

C.RF.- No, no, pero digo Cervera por qué porque era un

pueblo más .•.

C.R~- Un .pueblo más, más lejos. Más lejos.

C.RF.- Más o menos normal, donde todavía no llegaban los ...

C.R.- No llegaban. Más hacia Barcelona ¿comprendes?, no

llegaban ellos. Y Lérida todavía estaba en manos

de, nuestras. Lérida, Lérida cayó a los ocho días

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35.

¿comprendes? Bueno, me llevan a, a Cervera y de

Cervera yo ya, digo, digo, por la noche, digo:

"SÍ". Digo: "No, por la mafiana. Digo: "Me voy".

Y me salí. Como no había vigilancia, no había n~

da, las mujeres les importaba un bledo, sí quedá­

bamos o no quedábamos, yo me fui. En Lérida .•• en

Cervera yo tengo, tenía tíos, no me fui a ver a

ver a los tíos, me fui a, al pueblo, que el pue­

blo\,quedaha a unos veinte kilómetros de Cervera

donde estaba mi madre, para decirles que estaba

viv~. Ellos se enterarían del terremoto, ¿compreQ

des?, yo tenía que decirles que vivía; y entonces

yo me fui andando, y hacia ..• Y en un pueblo me ' encdntré unos de Lérida que se habían ido ya de \

Lérida, del partido, y me dieron un aventón, como

decimos en México ¿no?, me dieron un aventón. Me

dicen: "Nosotros vamos ya ...... para la frontera";

se iban ellos se escapaban, y me dejaron ahí. Di

go: "bueno, pues yo ya seguiré el camino a ... "

C.RF.- Hasta Barcelona.

C.R.- A Barcelona, ellá no, al pueblo, a Ventoses.

C.RF.- ¡Ah!

C.R.- Bueno, y llegué pues mira, al frente; había habi­

do ya el corte de Balaguer. Ya estaban ellos en

ese Lado de la carretera. Y decidí, yo me iba al

frente para el frente, para el frente, cara al

frente ¿comprendes? Y los nuestros retrocedían,

retrocedían, y mi pueblo, pues el pueblo de donde

estaba mi padre quedó a unos seis kilómetros del

frente después. Yo mira, para que los soldados

no me hicieran retroceder a mí, porque ellos bus-

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36.

caban nuevas líneas, posiciones; entonces yo no

iba por la carretera, me quité la venda, porque

la venda es muy blanca, se veía mucho. Iba pues

debajo de la carretera para que no me vieran y

llegué a las tantas de la noche al pueblo, me

fui por detrás, vi la cocina y vi a mi madre, a

mi hermana. Entonces yo entré, bajé por la mon­

tañita otra vez y llamé a la puerta y me vio mi

madre, me vio pues fijate, con el vestido como,·,

iba y todo, dice: " ¡TÚ, Carmen! " Digo: "Sí" .

Dice: ¡Los ojos!" Porque llevaba la venda. Dir

go: "Los tengo los ojos". Y entonces inmediata:..

mente se lo dijo a mi padre que había llegado yoí ' y mi hermana me ha dicho después, cuando yo la 1vi

en México, que dice que cua ... a las cuatro de 11a

tarde cuando yo estaba gritando, ella me vio que

yo les gritaba a ellos, me vio, la telepatía

¿ves? De que sí, dice: "A Carmen le ha pasado

algo, nos está llamando". Y allí pasé unos días,

¿comprendes? Ya Lérida ya se había perdido, ¿co~

prendes? Yo no estuve en la pérdida de Lérida,

en la pérdida de Lérida yo ya no estuve. Enton­

ces fui, salimos con mi hermana y la nena para,

porque ya se acercaba el frente; mi padre no lo

podíamos sacar se estaba muriendo, y mi madre di­

ce: "Iros vosotras dos, porque yo no puedo con

vuestro padre". Dice: "Y én caso de que se pieE

da ese pueblo ya os buscaré en Barcelona, voso­

tras iros, iros, yo ya os buscaré". Y así queda­

mos, en, salir así ¿comprendes? a la deriva ¿no?

Y salimos con el maestro del pueblo que era tam-

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,.

\

37.

bién del partido, pero al llegar a unos kilómetros

yo le dije a mi hermana, y ella también dice: "Vol

vamos al pueblo". Digo: "Pues si, volvamos". Y

mira, volvimos al pueblo otra vez y nos fue a bus

car Salvadores aquella tarde.

C.RF.- Se reunió tu cuñado ahí.

C.R.- Y se ..• con nosotros él se volvió al frente, pero

con un coche nos llevó a Barcelona ¿sabes?

C.RF.- A tu padre también.

C.R.- No, mi padre no podía salir, mi madre y mi padre

se quedaron allí. Yo vine a Barcelona, me fui a

las Juventudes, cuando estuve un poquito ya me-

jor y un poco de ropa que me había, que tenía ¿no?

... Nada porque entre lo que yo dejé, lo que me

llevé no tenia francamente ... Bueno, y me fui a

las Juventudes a trabajar, y entonces trabajé con

Gregorio López Raimundo, en la radio. Me iba a

la diagonal que tenia una radio las Juventudes y

trabajaba por las Juventudes, y así. Y después,

el lº de mayo había una conferencia de Juventudes,

yo estaba en la conferencia; cuando llegó a casa

mi hermana me dice: "Carmen, un telegrama de mi

madre, nuestro padre ha muerto, tenemos que ir a

buscarla". Entonces mi padre murió el 26 de

abril; eso era el 1° de mayo. Llegó el telegrama,

y entonces dejé de ya la conferencia, me cogí un

poquito de comida, me fui a la diagonal a· ver si

encontraba coches que se iban para Cervera ¿ves?.

Eso era para Cervera, cerca de Agramunt, y nadie,

nadie me quería llevar,·nadie era del partido, n~

die tenia coche. Fui a las Juventudes, nadie te-

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38.

nía coche, fui a las Mujeres, Unión de Mujeres,

no tenía nadie de Catalufta. Y bueno, dije: "Pues

un día". Después fui a segundo día, nadie me 11~

vaba, ¿comprendes?. Y andar eran mucho kilóme­

tros, eran ciento y pico de kilómetros, ¿cómo ha­

cerlos?. Y un día me fui a la Comisión Política

Militar, porque Salvadores estaba en el frente, y

me dijeron: "Sí, hoy sale para Cervera un coche,

Almendros, un jefe". Y me, me, él me llevó a

Cervera ...

C.RF.- ¿Almendros el que está ahora en ... ?

C.R.- Jefe políti ... no. Es un Almendros que estaba en

Chile o no se dónde. Y entonces me llevó a Tá­

rrega, en Tárrega estaba ya el partido nuestro

¿comprendes?. Estaba García Lago. Me dieron

ellos un coche para que me fuera al pueblo y al

día siguiente me fuera con ellos a trabajar, ¿co~

prendes?. Y yo fui a buscar a mi madre, me que­

dé una noche con ella; no fuimos ni al cementerio,

la fosa común donde estaba enterrado mi padre; no

quise

había

que fuera mi madre otra vez, me contó cómo , muerto, ¿comprendes?, mi padre. Al día si-

guiente yo me ... vino el coche, yo la llevé a Cer

vera, en Cervera la dejé en casa de una tía mía y

hermana de ella, y ahí, y de ahí ya eh ... Ella se

fue para Barcelona, yo ya me quedé en Tárrega a

trabajar con el partido de Lérida, ¿comprendes?.

Trabajar otra vez, allí ...

C.RF.- Y entonces ¿dónde te coge el fin de la guerra?

C.R.- El fin de la guerra me coge en Tárrega; hicimos

Tárrega, hicimos eh ... Era muy triste ¿eh?, por-

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39.

que nos tocó a nosotros avisar a los frentes po­

pulares de que no ... dejamos toda la, esa parte

de Cervera, Tárrega, sin un tiro ¿comprendes?; no

hubo, no hubo ... lucha.

C.RF.- No hubo batalla.

C.R.- No hubo batalla. Y íbamos a los frentes popula~

res a ver si alguien se quería quedar para seguir

un trabajo clandestino, pero ...

C.RF.- ¿Y qué trabajo realizabas en el partido aparte de

eso?

C.R.- Pues iba a los pueblos a hablar, a hablar con los

comités, con los comités; ha hablar con los cam­

pesinos ¿comprendes?. Hablarles de la guerra; qué

era lo que hacia falta, si era época de la siem­

bra, ¿comprendes?. Convencerlos de que había que

ayudar al frente, todo ese trabajo que era nece­

sario, con las mujeres; que ellas que hicieran,

pues, cosas para el frente; que guantes, qu~aué­

teres, recoger ropa, todas esas cosas que eran

obligatorias y hacerlas. Y pues ir a un pueblo

y levantar la moral ¿comprendes?. En el sentido

de la retaguardia, porque los c~mpesinos veían que

el frente se iba acercando, se iba acercando y

cada d.ía perdíamos nosotros. Y la gente era muy

buena, y la gente respondía, ¿comprendes?, sobre

todo aquí en Catalufia, ¿pero qué hacer?. Y tuvi­

mos ... y dejamos todo aquello, pues, sin batalla

que era muy triste, un silencio enorme en aque­

llos campos; los pueblos ¿comprendes?. La gente

se quedaba, muchos ya habían salido, era muy tri§_

te, daban ganas de llorar aquello, ver que aban­

donabas tu tierra ¿comprendes?. Y después mira,

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40.

de Tárrega fuimos a Igualada, en Igualada eh ...

fuímos a ... Ahí en Igualada organizamos la eva­

cuación con Josefa Hurí que la volví a encontrar.

C.RF.- En Igualada había muchos anarquistas ¿no?

C.R.- Sí, pero era ya la guerra, ya era el final casi

¿comprendes?. Era todo eso ya, era enero.

C.RF.- Ya era enero del '39

C.R.- Del '39 ¿comprendes? Sí. Era enero del '39, era

terrible.

C.RF.- Háblame un poquito de •.. o sea eh ••. La labor

del partido durante la guerra queda clara; pero

por ejemplo, la gente del partido ¿cómo vivía?.

Como ... un poquito de la vida cotidiana de la ge~

te, del partido, en esta labor.

C.R.- Mira, yo te puedo hablar de la gente del partido.

Primero que todo, por ejemplo, yo, ¿no?. Yo lo

había perdido todo; no tenía dinero, no tenía c~

sa, eh ... mi hermana estaba en

madre ... yo no vivía con

ti do ... Vivíamos en una

hitaciones.

C.RF.- ¿En qué pueblo era esto?

C.R.- En Tárrega.

C.RF.- ¿En Tárrega?

ella.

casa

Barcelona, y mi

Entonces, el paf_

que había varias ha

C.R.- En ... en una casa donde había varias habitaciones

y en ... en una habitación, pues, dormíamos cuatro

o cinco compañeras. En otra dormían cuatro o cin

co compañeros. Teníamos una muchacha que nos ha

cía la comida para todos, lavaba la ropa de to­

dos; era una comunidad y después, pues, mira he ...

Nos daban vales del ejército y comprábamos ..• los

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41 .

que tenían dinero. Yo cobraba del Magisterio sin

trabajar; me daban e iba a Barcelona ..• vine a

Barcelona y cobraba ¿comprendes?. Poco lo que

cobraba y, mira, todo eso. Si podías te compra­

bas alguna cosita, ya faltaban muchas cosas, no

encontrabas muchas cosas, había gran carestía

¿comprendes?

c.RF.- ¿Y la comida ya escaseaba?

C.R.- La comida, mientras nosotras estuvimos en los pu~

blos, no; no escaseaba todavía en los pueblos.

Ahora, cuando ya llegamos aquí a Barcelona, sí.

Yo me acuerdo cuando vivía con mi hermana aquí en

Barcelona, antes de ... en el '37 yo te hablo ¿eh?.

Del '37 cuando yo eh ... estuve un mes aquí en BaE

celona, después del bombardeo de Lérida, cuando

perdimos Lérida. Yo me acuerdo que yo me levan-

taba a las cinco de la mañana a la cola, para ha­

cer cola, para hacer cola, para carne ¿compren­

des?. Y, y pasaba por ahí al mercado, a ver si

compraba cualquier verdura, lo que encontrara; y

todas las tardes me iba a una cqllecita, de esas

de la Plaza de Cataluña, yo no sé qué calle era,

donde había una tienda, donde había huevo en pal

vo. Yo compraba ese huevo en polvo para mi ma­

dre, para mi hermana ¿comprendes? para nosotras.

Porque Salvadores no estaba con nosotras, y co­

míamos lo que se podía y como eh ... faltaban mu­

chas cosas, no comíamos bien ... diarreas ... y co

las para mucho, y cosa de vestir y eso, pues, ya

no encontrábamos mucho.

c.RF.- Entonces, el final de la guerra ¿dónde te coge a

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42.

C.R.- El final de la guerra nos, me coge a mí cuando es

tábamos ... bueno, perdimos Barcelona, el 26 de

enero yo salía de Barcelona. Estábamos en la Dia

gonal; que nos dijo el partido que fuéramos a la

Diagonal para parar a los soldados que ya dejaban

el frente.

C.RF.- Venían en retirada.

C.R.- Venían en retirada. El 26 de enero se pierde ya

~Barcelona. Entonces veíamos la Diagonal; vimos

pasar un avión de ellos de reconocimiento para

1 ver cómo estaba Barcelona ya. ''·

C.RF.-

C.R.-

De los fascistas.

De los fascistas, ya. Por la mañana yo salí de, ' "de casa, de Barcelona, de la avenida Gaudí, don-\ de estaba mi hermana, ya se había ido, y mi ma-

dre ... Yo a mi madre la vi por última vez en el

Comité Central, que fueron a despedirse de mí,

eh ... para el 22 ó 23 de enero. Ya no volví a ver

nunca más a mi madre, yo ya no la volví a ver más.

C.RF.- Tu madre porque se quedó aquí.

C.R.- No, mi madre se fue a México, cuando yo llegué a

México ya había muerto mi madre. Ya no la vi.

Y me fueron a llevar un poco de ropa en una bolsa

de estas, una bolsa de estas, toda la ropa. Y me

la llevaron ahí. Y dicen: "Ya nos vamos". Me de

jaron las llaves; yo me iba a dormir mientras es­

tuvimos en Barcelona, en casa, solita ahí. En­

tonces por la mañana cuando yo me iba ...

C.RF.- Perdón, un momentito. Porque tu madre y tu her­

mana ya se iban hacia Francia.

C.RF.- Se fueron a Camprodón a refugiarse ahí, porque to

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4 3.

davía no se había perdido Cataluña. Todavía, BaE

celona, todavía no estaba en manos de ellos, pe­

ro a los tres días o cuatro caían ¿comprendes?

C.RF.- Pero ellas evacuaron antes.

C.R.- Ellas evacuaron antes con otras mujeres del parti

do, porque los hom •.• los maridos los tenían en el

frente ¿comprendes?. Y como eran cuadros del PªE tido pues los evacuaban. Yo en todo eso me con­

sideraron como cuadro del partido ¿ves?; cuadro"

medio del partido.

C.RF.- ¿O sea no tenían ningún cargo de dirigente?

C.R.- No, yo no tenía ningún cargo de dirigente en

esa .•• era del comité de Lérida seguíamos siendo

del comité de Lérida, pero en la evacuación ya,\

¿comprendes? \

C.RF.- Ajá.

C.R.- Entonces el partido nos dice, con otra muchacha

que no sé quién es tampoco; fíjate, la memoria te

falla ya mucho o no lo recuerdas nunca eso. Pues,

nos, nos dijo: ¡a la Diagonal!, pero yo a •.• ¡Ah!

lo que te quería decir por la mañana, cuando yo

salí de casa para irme al Comité Central, a Paseo

de Gracia, que estaba ahí; para que nos dieran t~

rea, vi que la gente se aglomeraba a las, a los

almacenes, los saqueaban, la gente que se quedaba

en Barcelona ¿comprendes?. Y venías que se llev~

ban sacos de esto y de lo otro, eso la mañana del

26 de enero.

C.RF.- Porque ya se daba por perdida Barcelona.

C.R.- Ya se daba por perdida Barcelona ¿comprendes?.

La gente que se quedaba ya, pues, o que quería

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44.

marcharse pues mira ...

C.RF.- Buscaba cosas.

C.R.- Buscaba cosas, comida, productos, víveres que no

había ¿comprendes?. No los tenían y daba mucha

pena. Entonces nos dijeron en el comité que fué

ramos a la Diagonal. Bueno, fuimos a la Diago­

nal y oíamos, ya de vez en cuando oíamos eh •..

que llamaban entonces "pacos", gente que dispara­

ba desde las ventanas a los que pasaban por abajo.

C.RF.- Fascistas.

,. C.R.- Fascistas ¿comprendes?, ya, y dijimos: "¡Uy, es-

to se pone muy mal!" Y nadie nos venía a relevar

¿comprendes?. Y dijimos: "nos vamos, qué hacemos

aquí". Un silencio absoluto; el avión de ellos

que pasaba por ahí, y dijimos: "nos vamos". Y

nos fuimos, nos fuimos andando y llegamos a una,

a una, a un sitio donde había Juventudes del PªE tido que estaban ya saliendo y nos juntamos con

ellos y salimos de Barcelona, ¿comprendes?, en un

camión, y eso. Un camión lleno, lleno, eh ••.

aquello era el éxodo para, para Gerona; td sabes,

aquella carretera cómo estaba de gente; ¡llena!

Nosotros en los ca ... en el camión, arriba, los

chicos dicen: "Escondéros". Porque ellos con ame

tralladoras •.. porque desde los balcones dispar~

ban los "pacos", a la gente que huía.

C.RF.- Los "pacos" les llaman.

C.R.- Sí, eran los fascistas ¿comprendes?, que dispara­

ban.

C.RF.- ¿Y por qué se les llamaba los "pacos"?

C.R.- No sé, decían: "Mira un 'paco'. Yo qué sé". No,

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45.

no sé por qué, pero los llamábamos así nosotros,

pero yo no sé. Bueno, y, y fuimos .•• llegamos a

Gerona, to ... tardamos muchas horas, porque es

que la gente a pie; todo un éxodo, salía la gen­

te de Barcelona ¿comprendes?, mucha gente, y sol­

dados y ... todo. Y llegamos a Gerona, nos lleva­

ron a Gerona a una iglesia que yo creo que sería

la catedral, muy arriba, ahí estuvimos unos días

ahí todos, yo no, no sé cómo •.. ''· Alguien nos daba

de ·comer, yo no lo sé ¡chica! Eran aquellos mo­

mentos; yo con mi bolso, lo úniqo que llevábamos, •. allí, no sé ni cuándo nos lavábamos eh •.. na ...

no sé. No, todas esas cosas no las recuerdo, fran ' camente. Pero de, de hambre no 1nos moríamos, co 1

roíamos, nos daban de comer; hasta que, por fin,

nos dijo una camarada del partido que fuéramos a

su casa, nos reuníamos ¿comprendes?, nos daban

alojamiento, camaradas del partido de Gerona.

Nos decían: "Vosotros aquí, vosotros allá", ¿com­

prendes?. Y estuvimos ahí unos días de Gerona;

nos llevaron, el partido nos llevó a Figueras,

en Figueras estuvimos allí unos días, haciendo el

trabajo que se podía porque era ya la retirada,

¿comprendes?

C.RF.- ¿Y en qué consistía ese trabajo?

C.R.- Pues el trabajo, pues mira a veces a ..• a toda­

vía a dar moralidad; a decir calma que todavía g~

narémos ¿comprendes?; no se ha perdido todo [ri­

sa], eh .•• Pues sí, en este sentido, y animarnos

nosotras mismas, porque ya, ¿comprendes?, veía­

mos... Nosotros siempre est'ábamos animadas, siem

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46.

pre, teníamos trabajo ¿comprendes? "Pues vete a

tal sitio, vete a tal otro, que hay que hacer es

to, que hay que ir al hospital", ¿comprendes?

"Que hay que mandar esa comida¡ mandar, ir a tal

pueblo, a llevar algo ¿no?". Siempre había algo

que hacer, ningún trabajo concreto ¿comprendes?,

porque era, si estábamos en plena retirada¡ había

mucha gente del partido, más gente de la que en

tiempo normal estaríamos ¿comprendes? Porque, mi

ra, de toda Cataluña íbamos juntándonos ¿no?, los

comités y comités y muchachas, a muchas las des­

tinaban a los frentes para las tropas, ¿compren­

des?. Mira, Mercedes París, una amiga mía, fue

al, a una .•. a una división. A mí no, a mí no me

llamaron, yo me quedé siempre con el comité ¿com­

prendes?¡ y allí pues ya era el comité central

de, Cataluña, ya, unas cuantas muchachas.

C.RF.- Entonces tú saliste a Francia.

C.R.- Y salimos de, después de Gerona fuimos a Figueras

y en Figueras nos tocaron todos aquellos horri­

bles bombardeos ¿comprendes?. De Figueras sali­

mos una mañana a pues, hasta Viure, que era un

pueblecito. En Viure estuvimos dos o tres días,

ahí estábamos pues ya parte en un comité central,

mucha otra gente ¿comprendes? Y de ahí de Viure

ya nos fuimos a La Jonquera. En La Jonquera pa­

samos una noche, y en La Jonquera ya fue ••. ya

ahí ya nos dijo, ahí no ... vimos a Pedro Ardiaca.

C.RF.- La Jonquera ya es lo, lo último de .••

C.R.- El último pueblo.

C.RF.- El último pueblo.

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47.

C.R.- Sí, y en La Jonquera ahí nos dijo, dejamos, aba~

donamos ya Cataluña. Dice: "Entregadme vuestros

documentos". A mí me habían hecho de FETE otro

carnet, del partido otro carnet .•.

C.RF.- ¿De la qué, perdón?

C.R.- De la FETE.

C.RF.- FETE. ¿Qué era la FETE?

C.R.- FETE es: Federación Española ... FETE, de Trabaj~

dores de la Enseñanza.

C.RF.- Que esto no, no dependía del partido, esto .•.

C.R.- No, no, no, eso, la1 FETE ahora la tienen los so-'·

cialistas, la han vuelto a reorganizar la FETE.

C.RF.- Era de los socialistas de la

C.R.- De la UGT pues sí, ~e la UGT. \

C.RF.- O sea era una rama del sindicato.

C.R.- Era, era el sindicato de los maestros, ¿compren­

des?, en este sentido.

C.RF.- Federación Española de Trabajadores.

C.R.- De Trabajadores de la Enseñanza, FETE, yo era de

la FETE.

C.RF.- Entonces en, en la Jonquera te recogieron todos

tus papeles.

C.R.- Pedro Ardiaca nos dijo: "Dadme todos vuestros car

nets". Y ahí lo entregamos todo, para .•• y sali

mos a Francia ya sin ninguna documentación.

C.RF.- Y con algo de dinero.

C.R.- Con algo de dinéro, yo no sé si llevábamos dinero

o si no llevamos, te lo juro; y yo creo que no,

yo llevaba unas cuantas pesetas españolas, bille­

tes, billetes españoles, nada de francos.

C.RF.~ ¿Y cuál fue la, la orientación del partido ••.

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48.

cuando tu entregaste toda tu documentación, la

orientación de Ardiaca cuál fue?, ¿salir a Fran­

cia y presentarse en algún sitio?, ¿o nada más

salir?

C.R.- Ellos nos dijeron: "vosotros, ahora nos toca ya

llegar a Francia; en Francia ya conseguirémos PQ

nernos en contacto con vosotras y ya". ¿compren­

des?. Es decir, que, que yo, yo salía con una

hermana de, de Aurelia Pijoán que ha muerto, Ade­

lina; salía con Mercedes París, que ella llegó

del frente aquella noche misma; salía con otras

compañeras conocidas mías que después quedamos tQ

das en Francia, juntas. Y como estas chicas eh •..

tenían ... sus compañeros eran del partido y eran

de la dirección, pues tenían contacto con ellos,

¿comprendes?

C.RF.- TÚ estabas soltera.

C.R.- Yo soltera, sí, y Mercedes París soltera. Y, y,

es decir teníamos, sabíamos con quiénes podíamos

ya contactar ¿comprendes?, en este sentido, tener

contacto, y llegamos a, salimos en un camión. Al

llegar a la frontera bajamos del camión, a pie

cruzamos la frontera, a pie. En la frontera, ya

en el lado de Francia, estaba Negrín que despedía

a un grupo de soldados.

C.RF.- ¿En dónde era?

C.R.- En la frontera ya en Francia.

C.RF.- ¿Pero qué pueblo era?

C.R.- Por el Le Boulou - Le Perthus, por ahí.

C.RF.- Ya este ...

C.R.- Boulou-le Perthus. Por La Jonquera, nosotros sa-

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49.

la frontera por La Jonquera, en el primer pueblo,

yo no sé cuál seguía. Le Boulou-le Perthus fue

el pueblo donde nosotros queríamos tomar el tren

¿comprendes?, que había tren. Y en ese pueblo ...

¡Ah! y, y entonces empezamos a ... vimos a Negrín

que despedía, yo es la primera vez que he visto a

Negrín ¿sabes?, en ... Francia o en la frontera,

en los puestos fronterizos, España-Francia, ¡de­

mon~os!. Y ahí salían los soldados; parte de in

ternacionales eran, pobrecitos.

C.RF.- Eraµ brigadas. '

C.R.- Las brigadas, ¿comprendes? parte de ellos, y jun-

tos, y, y despidiendo, y después población civil.

Y, bira, nos dejaban entrar a Francia pero nos fo \

tografiaban los franceses, era muy des •.. era

muy triste aquello, ellos muy elegantes, muy bien

vestidos, y nosotros ¡imaginate! llorando, veía­

mos los Pirineos ahí, dejando nuestra tierra, to­

das las carreteras y todos los barrancos llenos

de coches, de caballos, de, de perros que ladra­

ban, sacos de azucar rotos ¿com~rendes?; que to­

do dejaba la gente, lo iba dejando, maletas por

todas partes antes de pasar la frontera.

C.RF.- ¿Y por qué dejaban todo esto?

C.R.- Cansados ya, la gente, y no los dejaban entrar a

Francia con todo esto.

C.RF.- ¿No les permitían ... ?

C.R.- Claro, les permitían llevarte algo de cosas, pero

un saco; si llevabna carros todo eso lo tenías que

dejar.

C.RF.- Lo tenían que dejar.

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50.

C.R.- Era muy triste dejar todo aquello, y veías las ca

rreteras llenas, los caminos, de cosas, muy tris­

te. Nosotras llorábamos, y después nos querían

fotografiar todavía los franceses ¿comprendes?

C.RF.- ¿Y con qué intención querían fotografiarlos?

C.R.- Para el cuadro de, del éxodo español, yo, vete a

saber qué gente sería aquella, yo no sé, si era

de derecha, si era de izquierda; hasta vimos un

cura en bicileta que nos extrañó mucho, las muje- ,.

res todas con sombrero, las francesas llevan to-

das sombrero.

C.RF.- Todo mundo acudía a ese pueblo para ver el espec­

táculo, de Francia.

C.R.- La frontera pues debía haber algún pueblo ahí, yo

no lo sé, ¿ves?. Ahora, no, no tengo ni noción

de todo lo que ••• aquello. Y de ahí ya fuimos,

ya nos dejaron entrar ¿comprendes?, eso si no sé,

nosotros nos lleva .•. yo no llevaba un documento

nada, sólo yo, la persona ¿comprendes?. Dinero,

pues, unos cuantos billetes de español que se ter

minó.

C.RF.- ¿Y de ahí a dónde os fuísteis?

C.R.- De ahí nosotros quisimos ir a la esta~ión, a Per­

piñán. queríamos ir. Porque una amiga mía, una

compañera nuestra tenía dinero, y Perpiñán se ve

que era el punto de concentración de, del comité

y de gente ¿comprendes?. Y quisimos comprar unos

billetes y no, no nos dejaron; pero (inaudible)

no nos dejó. Y bueno, dice: "Ahora saldrá un

tren, -dice-, pa ... de españoles para allá". Y

dice que, en per ... en ese Le Boulou-le Perthus

' •\

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51.

estaba mi madre y mi hermana, y dice que me vió ...

Después yo lo he sabido, al llegar a México, que

un vecino nuestro, Pepe, que había sido vecino

nuestro de la casa, de una sastrería que había

abajo, que estaba herido de una pierna, dice que

me vio a mí en la estación.

C.RF.- ¿Y tú no sabías que tu madre estaba en (inaudible).

C.R.- No sabía yo. Ellos llevaban ya unos días ahí, y

ellas, en el campo, en ese refugio fr~ncés. Y

nosotros no pasamos por ese refugio, nos fuimos

directamente a la estación ¿comprende~?. Y dice '· que fue al refugio y dijo: "He visto a Carmen en

la estación". Y entonces dice que mi hermana de-, jó a mi madre, estaba enferma de pulm6nía, muy

1

grave; dejó mi hermana la Aidita ahí con mi madre,

y ella corriendo se fue a la estación. Pero cuan

do llegó es ... vio el último vagón de nuestro

tren. Yo ya, ya estaba metida en el tren aquel

de refugiados. Ya no nos vimos; si no, me quedo

con ellas.

C.RF.- Y entonces tu de ahí ¿hacia dónge te fuiste?

C.R.- De ahí nos fuimos, eh ... nos llevaron a Mont-de­

Marsan, a los Pirineos franceses vascos ¿compren­

des?. Al otro extremo de Francia, al Atlántico,

en un tren de refugiados.

C.RF.- ¿Y ahí cuánto tiempo estuviste?

C.R.- Allí en el, en el tren los franceses nos dieron

pan blanco y foie gras, eso es verdad. Bien,

¿eh?, comimos, dieron este servicio. Y en Mont­

de-Marsan bajamos y nos distribuyeron ya por refu

gios.

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52.

C.RF.- ¿Por refugios o por campos de concentración?

C.R.- No, por refugios, éramos población civil. No era,

no había soldados ¿eh?, nosotros éramos población

civil.

C.RF.- ¿Y en qué refugio estuviste?

C.R.- Nosotros estuvimos en el refugio de Labouheyre,

se llamaba, en las, en las Landas francesas. En

el Atlántico estábamos nosotros, donde había mu­

chos vascos franceses, y tal, vascos franceses.

C.RF.- Y en el refugio ¿que tenéis?, ¿atención ••• ?

C.R.- En el refugio nosotros éramos mil y pico, mucha

gente, era, ahí ... en las Landas, es una región

de arena ¿ves?. Son las Landas francesas, y nos

dieron un refugio muy grande y nos pusieron paja

¿comprendes? Y sobre la paja pues dormíamos to­

da ..• éramos mujeres, niños, ancianos.

C.RF.- ¿Y de comida?

C.R.- De comida nos daban tres veces al día de comida.

C.RF.- ¿Y quién ... ?

C.R.- De comida nos daban, en la cocina había gente fran

cesa y españolas, nosotras ...

C.RF.- ¡Ah!, franceses también.

C.R.- Sí, algunas francesas. Las que distribuían la co

mida ¿comprendes?

C.RF.- Eso te iba a decir. ¿La comida de dónde salía,

del gobierno de Francia?

C.R.- Los franceses, del gobierno francés salía; nos

daba. Pero la cocina •.. nosotras metimos a Mere~

des París, una comunista, la metimos nosotros, y

enseguida pues.se exigieron comités, ¿comprendes?

Y quisimos meter .•. para que se distribuyera bien

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53.

la leche, para que todos los niños tuvieran leche

¿comprendes?; que no hubiera martingalas. Y ella

era muy buena para eso, era una mujer alta, fuer­

te, enérgica ¿comrpendes?. Y dirigi •.• y a ella

le gustaba mucho hacer las distribuciones, las PªE ticiones, y ahí había mujeres cocineras españolas,

pero la comida nos la deban los franceses. Y ha­

bía, y había el, administraban el refugio los fran

ceses, y habían un médicQ ¿comprendes?

C.RF.- Y para entone es, dices que tú viste a Negrín,

¿ya se había formado el 8i!'RE? C.R.- El SERE quizá ya estaba formado.

C.RF.- Pero tú no tuviste nada que ver con el SERE. ' C.R.- Pero nosotros nada con e.i SERE. Si él mandaba di 1

ne ro al refugio, yo esto ' no te lo puedo decir, no

lo sé ¿eh?, yo no era de la dirección, de quien .•.

ahora, nos daban a nosotros, es posible que el g2

bierno francés recibiera dinero de la república e.§_

pañola, es posible. Yo no lo niego, ni lo puedo

afirmar, no lo sé. Lo ignoro.

C.RF.- ¿Y cuánto tiempo permaneciste en, el refugio?

C.R.- En el refugio, bueno, en esta ...

C.RF.- Perdona un momentito. Para este entonces ¿qué

era?- ¿febrero ya del '39?

C.R.- Era eh ... febrero. nosotros salimos de, de Espa­

ña el 8 de febrero. El 8 de febrero cruzábamos

nosotros la frontera, del .'39.

C.RF.- ¿Y en el refugio cuánto tiempo estuviste?

C.R.- En ese refugio estuvimos febrero, marzo .•. ¡Ah!,

bueno, entonces empezamos ahí a tener correspon­

dencia de los campos de concentración de los hom­

bres que hab ..• Empezaron a través de amigos y

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54.

así empezamos a cono ... a saber unos de otros

¿comprendes?. Porque la, el gobierno francés de

jaba que ••. eran unas cartas triangulares, en

triángulo, así, en triángulo y eran sin franqueo

y entonces teníamos correspondencia, podíamos caE

tearnos con nuestros familiares, el correo fun­

cionaba ¿comprendes?. Y recibíamos periódicos de

refugiados y, y unos a otros empezamos a, a cone~

tar con la gente. Yo pronto supe dónde estaba mi

familia, que ellos estaban en, en ... ¡Ay!, dónde

me dicen .•. ¡uy, quemo lo hablan ••. ! Ellos se

quedaron cerca de ... por la parte oriental. Así

como nosotros estuvimos en el occidente, ellos

se quedaron por ahí por ... No por Perpiñán, si­

no por esta zona ¿comprendes?. Por Carbonne,

Carbonne se llamaba el pueblo de mi madre. Y

ellos supieron de Salvadores ¿comprendes? Noso­

tros pusimos en contacto otra gente, y poco a P.2

co, pues, fuimos relacionándonos y teniendo co­

rrespondencia.

C.RF.- Bueno, y la idea entonces que tú tenías, así un

poco general de la situación ¿cuál era? ¿volve­

rías, no volverías .•. ?

C.R.- qLa idea era •.. ¡ah!. La idea era de que todavía

mucha gente podría volver; no se había perdido el

centro, Madrid todavía seguía luchando ¿compren­

des?. De que mucha gente podría volver al cen­

tro a luchar; nuestra idea era de éxito; de que

todavía no habríamos perdido la guerra y que qui

zá no la perderíamos todavía. Eramos optimistas

cien por cien.

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55.

C.RF.- O sea que en realidad vosotros esperábais un poco

a que se ganara la, la batalla de Madrid.

C.R.- De Madrid, para regresar ..•

C.RF.- Para volver.

C.R.- Claro, ¿comprendes?. Ese era el plan, de que qui

zá todavía las potencias nos ayudarían, que al­

guien se apiadaría del pueblo español y nos permi

tiria el regreso. De que la balanza podría vol­

verse al nevés ¿comprendes?; a favor nuestro en

vez de a favor de ellos. Esa era nuestra impre­

sión, y qur aquéllo era momentáneo, una cosa tem-' poral de que •..

C.RF.- O sea que en realidad había en el ambiente, ha-' bía optimi'smo. 1

C.R.- Había optimismo, éramos jóvenes, con muchas ganas

de luchar, de combatir y pensábamos que nuestra

causa era justa, de que luchábamos por algo que

rera justo y que tenía que triunfar. Esa era

nuestra idea ¿comprendes?

C.RF.- Y bueno tú ¿cuánto tiempo estuviste ahí?

C.R.- Estuvimos, pues mira, de aquel ~efugio Adelina

Pijoán se comunicó con su hermana que vivía en

el norte, eh. Cerca de Limoges, en el Macizo cen

tral francés. Bellac se llamaba el pueblecito, y

yo no fui con mi hermana ni mi madre, yo ya sabía

dónde estaban ellas, yo ya veía que ellas eran m_l:!

chas ¿comprendes?. Y yo dije: "Yo me voy, pues,

con mis amigas". De la ... y temporal, como ya s~

bíamos dónde estábamos ¿comprendes?. Ellos eran

una familia, yo era otra ¿no?. Ya yo me fui con

las solteras [risa]. En ese plan, con las amigas

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56.

del partido, independiente; y nos fuimos a otro

refugio: Bellac, que era un refugio muy chiquito

ese. ¡Ah!, en el trabajo nuestro en el refugio,

en el otro, en el anterior, era eh •.. tranquili­

zar a las mujeres, ver si podíamos tener contacto

y escribir a nuestros compañeros; si en esos cam­

pos de concentración estaba el marido de fulana,

el marido, ¿comprendes?, todo eso. Después, que

la leche se distribuyera bien a los niños; que no ~

hubiera ningún lío; que no hubiera escándalos;

que a ver si se podía dar clases a los niños,

¿comprendes?. Todo ese problema nuestro de norma

!izar la vida. Y, después, si la gente quería

volver a España les decíamos que se volvieran si

ellas querían volverse. "Nosotras no hemos hecho

nada, hemos salido por miedo". "¿No teneis ningún

miedo?" "No, no tenemos miedo". "Pues regresa­

ras, ¿qué hacéis aquí?, ¿para qué todas esas cala

midades? Iros" -les decíamos-. Y entonces ya

empezaban... Y después fuimos a este otro refu­

gio. Allí empezaron a pedir la~ listas para las

intenciones de regresar a España por parte de,

del franquismo ¿comprendes?, sí ...

C .RF. - ¡Ah!

C.R.- Y nos enviaban cartas diciendo ... El gobierno

francés, ¿Comprendes?, y el gobierno franquista,

yo qué se, cartas eh... Una's encuestas dicien­

do: "¿A dónde piensa usted ir?, ¿qué quiere ha­

cer?, ¿quiere volver a España?, ¿a qué país quie­

re ir?" ¿comprendes?. Y nosotras contestábamos •..

C.RF.- O sea, ahí hubo una campaña del gobienro franqui~

ta, porque la g·ente •..

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57.

C.R.- Para recoger gente, para regresar, que no les pa-

saría nada ¿comprendes? ...

C.RF.- O sea ellos daban ...

C.R.- Que se formaban trenes.

C.RF.- Les daban garantía.

C.R.- Ellos les decían que les daban garantías de que

no les pasaría nada. Y mucha gente se fue del re

fugio; se iban, regresaban ¿comprendes? Y noso-

'' tros decíamos que no, que ... que nos queríamos qu§_

dar en Francia o ir a la URSS. A cualquier país

\; menos a España ...

C.RF.- ¿Y .•. ?

C.R.- Que no queríamos regresar. 1

C.RF~- ¿Y allí recibías alguna orientación concreta del

comité del partido?

C.R.- Nada.

C.RF.- ¿De no regresar?, nada.

C.R.- No decíamos nada, del partido nada, no teníamos .••

C.RF.- No tenían contacto.

C.R.- No teníamos.

C.RF.- Entonces tu idea ya en, en ese ~efugio, era irte

a la URSS.

C.R.- Caso ... no, no, era Francia o la URSS, América,

cualquier país menos España ¿eh?. Quedarnos en

Francia, en donde fuera, menos regresar, porque

ya veíamos la campaña, ¿comprendes?

C.RF.- La campaña del gobierno ·franquista.

C.R.- De los franquistas. Eso es, de que quería llevar­

se a la gente, que no pasaría nada, de que serían

muy bien recibidos, que los trenes los estaban

esperando en la frontera ¿comprendes?. Y noso-

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58.

tras decíamos que no y siempre contestábamos que

a cualquier país menos a Francia, cualquier país

menos la Francia.

c.RF.- Menos a España.

c.R.- ¡Ay!, menos a España ¿comprendes?

c.RF.- Entonces ... ¿cuánto tiempo permaneciste en el re

fugio?

C.RF.- Y, y entonces en mayo, a mediados de mayo, nos •••

recibimos una carta del partido, del PSUC~1 que S!!

bían ellos dónde estábamos, diciendo

ba, que me mandaban a mí a la URSS.

C.RF.- ¿Por qué?

C.R.- Por orden del partido.

c.RF.- Pero ¿por qué, por qué a la URSS?

C.R.- A la URSS, el partido me mandaba a mí

que nos manda

\• \1

1 a la'URSS.

C.RF.- Sí, ¿pero qué explicación te daban?. Nada, nada

más que te mandaban ...

c.R.- Como cuadro del partido, en este sentido, que me

mandaban a la URSS. Y a otra amiga mía, Mercedes

París, que estaba en un mismo refugio que yo, me

mandaba, nos mandaban a las dos ,a la URSS. Enton

ces, con esa carta noso~ros fuimos al jefe del re

fugio, a Monsieur Giuseppe, y le dimos esa carta

de .•. que teníamos que salir en el tren de aquella

tarde, porque la expedición salía del Havre el día

tal ... nos ponía, ¿comprendes?

c.RF.- O sea, esto era una expeQ.i:ción, que había .arregl~

do el comité del partido con el gobierno de la

URSS.

c.R.- Con el gobierno de la URSS y con el gobierno fran

cés, con el partido francés, para sacarnos.

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59.

C.RF.- ¡Ah!, o sea, aquí también intervenía el gobierno,

el partido francés.

C.R.- El partido francés ¿comprendes? ¿Quién, quien da­

ba el dinero si no?. SÍ ... yo no sé quién daba el

dinero para sacarnos a nosotros, si Francia •..

no lo sé chica, yo eso. Yo no estaba en las al­

tas esferas, no te lo puedo decir quién pagaba

eso, porque nosotras no pa ... no teníamos francos,

no pagábamos nada, esto no te lo puedo decir. Si

el SERE, no lo sé, ¿comprendes?. El SERE funcio­

naba en París, yo no lo sé. bueno, pero esa car­

ta era del partido, del PSUC, la carta, yo por

desgracia la dejé en la URSS, no, no me la traje,

la llevé consigo, conmigo siempre, bueno, en fin,

la dejé. Y entonces teníamos que salir ese día

de, del refugio, entonces fuimos a ver al jefe.

El jefe cuando leyó esa carta se creyó que noso­

tras dos éramos unas jefazas ¿comprendes?; una

gente de mucha categoría. Nos invitó a comer a

su casa, no era malo, se portaba bien ese sefior,

era muy, .. Eramos muy pocos y comíamos relativa­

mente bien en ese refugio, no nos daba libertad p~

ra salir porque nos la quitó el prefecto; antes

sí que podíamos salir. Ibamos a ver al prefecto

de policía, le dábamos nuestras cartas para man­

dar a las familias ¿comprendes?, porque él se en­

cargaba de ellos, de recoger las ••• en Francia.

C.RF.- ¿Entonces mientras estaban en el refugio no po­

díais salir a la calle, era ...

C.R.- Nos lo cerraron. Después, sí .•. nos lo prohibie­

ron, y lo prohibieron a muchos refugios; no pedí~

mas salir ni tener contacto con los franceses.

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60.

C.RF.- Los refugios ¿qué eran?, ¿casas muy grandes?

C.R.- Eran, pues mira, lo que ..• La primera era como

una fábrica de cerv ... de, cerrada en madera, a­

bandonada, como unos almacenes.

C.RF.- Debía hacer frio ¿no?

C.R.- Pues era febrero y me ... alguien teníamos ... Mi­

ra, nos tapábamos con lo que podíamos ¿comprendes?

Mantas no sé si nos dieron, no me acuerdo ¿ves? .En

el otro.refugio nos dieron,unos eh ... especies de

sábanas, que metimos dentro las ••• la paja.

C.RF.- La paja. '\

C.R.- Y después una amiga mía tenia una manta y nos ta-

pábamos con aquella manta, porque ahí nos nevó.

Era un macizo central en fJbrero, en marzo nevó y 1

hacía bastante frío ¿sabes?~ Y llevábamos abri-

go, nosotras, suéteres, algun cosita.

C.RF.- ¿Y había alguna estufa o algo que calentara?

C.R.- No, no, no, aquello eran caballerizas, donde ...

estábamos.

C.RF.- Entonces no permitían salir del .refugio porque no

querían ...

C.R.- No.

C.RF.- ..• que tuvieran contacto con los franceses.

C.R.- Con los franceses, o no, lo, lo ••. al principio

sí que salíamos, después nos lo prohibieron ¿ves?

Tener •.. porque nosotros íbamos a ver a france­

sas, a. una, y hablábamos, como hablábamos un po­

quito francés nosotras, pues, nos entendíamos muy

bien, y nos invitaban incluso a.comer. Y fuimos

a una reunión de comunistas francesas nosotras

les dimos hasta una pistola que habíamos sacado-

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61.

y fuimos a una reunión de franceses, de comunis­

tas franceses vascos, cuando estábamos en el otro

refugio.

C.RF.- Después ya no.

C.R.- Y después nos prohibieron ya salir.

C.RF.- Entonces .•.

C.R.- La gente francesa nos .•• Venía al refugio y nos

daba comida y nos daban ropa. Sí, nos ayudaban,

quería ayudarnos, pero después ya lo prohibieron.

Mandaban ropa.

C.RF.- El gobierno francés.

C.R.~ El gobierno francés.

C.RF.- Claro.

C.R.- Pero la población •.•

C.RF.- Ayudaba.

C.R.- Ayudaba, y nosotros tuvimos contacto con Renée,

una mujere que era franc .•• vasca-francesa, est~

penda, que era del Partido Comunista Francés,

que nos dijo que nos llevarían comida especial.

Le dijimos que no, que no queríamos nada de eso,

que nosotras comeríamos la comida de todos los de . . -más, que no queríamos ••• Y nos escapamos una vez

del refugio, a las tantas de la noche, y fuimos a

una reunión con ellas, los comunistas franceses,.

para explicarles lo que había pasado, ¿comprendes?

C.RF.- ¿Y en el refugio había vigilancia policiaca?

C.R.- No, no, no, no había: nada.

C.RF.- Nada más el jefe del refugio y ya.

C.R.- Nada, cerraba; era unas cuadras, ¿comprendes?. Ha

bía un jardín, eran cuadras con una tapia, y ce­

rraba él la puerta y ya no salías, no podías, no

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62.

tenías tú la llave.

C.RF.- Claro.

C.R.- Y tampoco para qué saltar y escaparnos, a dónde

ibas, no habría cogido la gendarmería también ...

Y salimos, salimos aquella tarde, nos llevó él.

Le dijimos si nos dejaba salir a las chicas, a

la estación, para despedirnos ahí. Y dijo que

no, no las dejó salir a las amigas que se queda­

ban ahí. Salimos nosotras dos, nos llevó a la

estación; en la estación esperamos el tren, y

ahí ya nos vigilaba la gen ... los gendarmes ya

estaban con nosotras. Eso si vigiladas: íbamos

al water, y a la salida del water estaba el gen­

darme. Estábamos controladas en la estación, ya.

C.RF.- Y entonces de ahí os fuiste al Havre.

C.R.- Y de ahí, de ahí fuimos a Limoges, porque eso

era un pueblecito ¿ves?. En Limoges estuvimos

ahí unas horas, esperando el tren que iba para

París ¿comprendes?. Y ahí estuvimos unas horas

esperando el expreso o no sé qué tren sería aquel;

y ahí ya los gendarmes ya no ... po nos dejaron,

los teníamos ahí. Y a un gendarme yo le dije:

"Mire, -en francés le dije- tengan mucho cuidado,

ustedes estan muy contentos, no quisieron ayudar­

nos a nosotros, muy pronto se los verén ustedes

aquí". "Ja, ja, ja, ja". Digo: "Mire, una ad­

vertencia, hemos perdido la guerra nosotros, pe­

ro ustedes tambián la van a tener aquí y muy

pronto".

C.RF.- Y tu idea ya de la invasión nazi, ¿ya tenías una

idea?

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63.

C.R.- No, no, nada. Lo que pasa, que yo de ... Noso­

tros dijimos: "Hemos perdido la guerra, pero aho

ra perderá también Francia, ahora caerán los

otros paises. Va de largo".

c.RF.- O sea, os imaginábais, que podía pasar algo.

C.R.-

C.RF.-

C.R.-

Que el fascismo podía venir ¿comprendes?, ya.

Sin tener una idea concreta.

Sin tener una idea concreta, pero yo se lo dije

al gendarme: "Ustedes van a tener guerra 11• "·CÓ-1

mo guerra!" Digo: "La van a tener ustedes la gu§_

rra, y nosotros la hemos perdido, pero ustedes

la van a tener muy pronto 11•

1'1Qu~ va! 11 11 Bueno ... ''

Y en Fran ... Ahí cogimos un tren, donde nos me­

tieron en un vagón, donde había ya, en otros va­

gones, españoles que salían de, del fuerte de Co

lliure, de los campos de concentración, solda­

dos nuestros.

C.RF.- ¿Y a dónde los llevaban?

C.R.- A París también, a la URSS. Venían con nosotros

ya, en el mismo tren ¿comprendes?. Y nosotras

todavía íbamos mezcladas con los, franceses, pero

los gendarmes estaba en los pasillos, y hablába­

mos. Y yo hablé con un parisino y todo, que éra­

mos refugiadas, que íbamos a la URSS.

C.RF.- Oye, y tú, cuando ya te mandan a la URSS ¿tú ya

sabes qué va a ser de tu madre, de tu hermana y

de tu cuñado o ... ? ¿tú piensas que se quedan en

Francia?

C.R.- Ellas me escribieron. Dicen: "Nosotras quizá nos

váyamos a la URSS, porque hemos tenido una carta

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64.

de Salvadores que nos dice que vamos a la URSS."

Yo les escribí: "Yo voy a la URSS, salgo en tal,

en tal día", ¿comprendes?. Dice: "Quizá vayamos

también nosotras", ¿comprendes?. Entonces llega­

mos a París. En París, en la estación, nos con­

centran de otras estaciones ... hay otros trenes,

y nos llevaron a la embajada soviética. Eso de­

bía de ser ... Quién, no lo sé, pero eran franc.§_

ses los que anosotras nos llevaban ¿comprendes?,

porque nosotras no sabíamos en dónde era, en un

autocar.

C.RF.- Y en la embajada soviética ...

C.R.- En la embajada soviética nos recibieron, se

abrían las puertas esas automáticas; ya en Par,ís,

entrábamos ahí, los soviéticos muy simpáticos,

nos hicieron que fui ... fuéramos a sacarnos una

foto para un pasaporte colectivo ¿comprendes?.

Ahí nos llevó a, a las catalanas, nos llevó, por

que ahí estaba el PSUC, miembros del PSUC ¿com­

prendes?. A recibirnos, a los catalanes. Enton

ces la Dolores Piera, que era la, secretaria de

las mujeres del PSUC, -Piera, Dolores Piera-.

Yo la conocía de Lérida, y de las mujeres de aquí

de Cataluña ¿comprendes?. Pues nos llevó en un

taxi a sacarnos una fotografía, y el taxista di­

ce: ''¿Son refugiados españoles?". Dice: "SÍ". 11 ¿Son comunistas?". Dice: 11 SÍ 11

• "Yo también lo

soy". Y no nos quiso cobrar, no le quiso cobrar

a ella, nosotros no teníamos francos, no le qui­

so cobrar nada y nos llevó otra vez a la embaja­

da. Ahí nos dieron manzanas y peras. A los hom

bres, la embajada, el SERE los visitó, a los que

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65.

salían de los campos de concentración porque ve­

nían de soldados. Pobrecitos, fíjate cómo ven­

drían, ¿no?, los vistió, les dio ropa a los hom­

bres; a las mujeres no nos dio ¿eh?

C.RF.- ¿El SERE?

C.R.- Eh .•. Nuestra expedición, yo no sé de las demás,

yo te hablo de la mía, no nos dio el SERE; a

ellos si, a los hombres, fueron a París. Bueno,

a París, al centro yo no sé a dónde y los vistió,

y creo que era el SERE que les dio vestido, tra-

jes y todo, y abrigos, bien los vistió.

de los campos.

Porque

Y des-salían horribles, ¿no?,

pués, por la noche, era del comité •.. eran comu-

nistas franceses, porque no, nos llamaron y fui­

mos en el tren de París al Havre. Ahí nos despe­

dimos y subimos ya al barco, que nos estaba espe

rando el barco soviético. María Ulianova se lla

maba el barco.

C.RF.- ¿María ... ?

C.R.- Ulianova.

C.RF.- Ulianova.

C.R.- María Ulianova, una hermana de Lenin, María Ulia-

nova. El era Vladimir Ulianov, es su nombre.

C.RF.- Entonces ya subisteis al barco.

C.R.- Subimos al barco ...

C.RF.- ¿Y como cuántos érais?

C.R.- En el barco, pues, más de trescientos, cuatro­

cientos ... Yo qué sé, éramos muchos.

C.RF.- ¿Jóvenes todos?

C. R. - Todos, no, había algún viejo, pero la mayor,ía éra

mos gente joven. Muchos en nuestra expedición

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66.

iban ... estuvimos esperando, esto fue un sábado,

había marea baja, no podíamos salir, estuvimos

todo un domingo.

C.RF.- Esto era en el Havre.

C.R.- En el Havre, sí, sí, en el Havre, tuvimos todo

un domingo allí, en el Havre. Y entonces, ve-

n·Ían gentes, gente que salía de los campos de

centración y vino, los últimos fueron todo un

con

gr!:!

po de aviadores jóvenes, de la república. Bueno

es que habían estudiado muchos en la URSS de

avia ...

C.RF.- De Aviación.

C.R.- Aviación. Y salimos del Havre el día 28 ó 29,

porque el día 3 llegábamos a Leningrado. En el

barco nos atendieron ...

C.RF.- ¿El tres de qué, perdón?

C.R.- De julio. Nos atendían estupendamente los sovié

tices.

C.RF. ¿El barco de qué era?

C.R.- Soviético.

C.RF.- Sí, pero de carga o ... ?

C.R.- No, no, de pasajeros.

C.RF.- De pasajeros.

C.R.- Con camarotes, eran, eran cuatro literas; nos d~

ban cuatro literas y todas las mañanas teníamos

un paquete de Camel para cada una.

C.RF.- ¿De qué?

C.R.- De tabaco Camel.

C.RF.- ¡Ah!, Camel.

C.R.- De cigarrillos Camel. Barco soviético; y el, el

camarero decía: ''¡Sefioras, a comer!, ¡A cenar!,

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67.

¡a desayunar!". Lo dnico que sabían en espafiol.

C.RF.- ¿Y vosotras no hablábais nada de ruso?

C.R.- Nada, de ruso nada. Estuvimos en el barco, la co

mida estupenda, magnifica, la gen ... Los chicos

de los campos de concentración engordaron, claro,

se comían, se comían doce huevos duros ¡horrores!,

el prime ... La primera noche, primera cena, baj~

mos al barco ya, dijimos: "¡Qué mesa! Llena de

todo". Dijimos: "Será para la tripulación". ¡Qué

va!, era para nosotros, una mesa estupenda, nos

daban mucha comida, comimos muy bien. Llegamos a

Leningrado el 3 de julio. En Leningrado era un

día lluvioso, nos causó una impresión muy triste

porque llovía. Y hacía frío y vimos a mujeres

trabajando en, ahí, en los muelles ¿comprendes?,

vestidas pues, de trabajo. Y Leningrado pues no

vimos Leningrado. A las cinco de la mafiana nos

despertó un sefior, porque le dijimos al sefior, al

camarero, que nos llamara para ver Kronstadt.

Pero no nos llamó; pero nos dormimos, no quisimos

levantarnos porque además estaba,lloviendo, no

lo habríamos visto. Queríamos ver la Fortaleza

de Kronstadt, nos, los marinos, bueno. Y ...

C.RF.- ¿Y cuándo ... ? ¿Qué idea tenías td de, cuando

ibas en el barco de por qué ibas a la URSS? ¿td

a qué pensabas que ibas a la URSS?

C.R.- ¡Ah!, porque nosotros ya, ya se había perdido la

guerra, nosotros ya el ... Madrid ya había caido,

habíamos perdido la guerra.

C.RF.- O sea que td ya ibas ...

C.R.- Y allí ibamos en el plan de que tendríamos que qu~

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68.

darnos una temporada, ¿cuánto? ... Pero ya estaba

la guerra perdida, que ahí ya íbamos a quedarnos,

¿cuánto tiempo? no lo sabíamos, porque la idea

nuestra era siempre de que con las maletas he­

chas ... Siempre estábamos dispuestos a regresar

en cualquier momento ¿comprendes?, a Espafia.

C.RF.- ¿Sí, pero ya ibas con la idea de que la guerra se

había perdido?

C.R.- La guerra ya estaba perdida.

C.RF.- Y que había que esperar un tiempo ...

C.R.- Había que esperar un tiempo hasta que el partido

te dijera: "Vas a trabajar a Espafta clandestina­

mente o lo que fuera". Esa era nuestra idea, mi

idea era esa. Yo estaba esperando en la URSS,

todos los afios que estuve en la URSS, un telegr~

ma diciendo: "Carmen, te vas a trabajar clandes­

tinamente a Espafia". Esa ya era nuestra idea,

¿comprendes? Trabajar clandestinamente ... ya no,

porque la guerra ya estaba perdida.

C.RF.-

C.R.-

Entonces llegaste a Leningrado; tú para ese en ton

ces no te casabas todavía. >

No, no, llegamos a Leningrado ... ya ... En Lenin-

grado nos esperaba un tren especial, era un tren,

no sé cuántos iríamos entonces, no sé cuántos va

gones, bastantes vagones, con literas también,

para dormir. Porque estuvimos dos noches, o dos

días y una noche, nos llevaron a Ucrania, a una

casa de reposo, los soviéticos, a descansar.

C.RF.- A todos.

C.R.- A todo el tren.

C.RF.- Hombres y mujeres.

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69.

C.R.- Hombres y mujeres ¿comprendes?. Nos llevaron ...

había niños, había madres con niños ¿comprendes?.

Y nos llevaron a una casa de reposo, ahí nos hi­

cieron revisar por los médicos, todos pasamos por

todos los médicos. Y nos dieron, y ahí nos die­

ron alojamiento, y cada mes recibíamos setenta y

cinco rublos.

C.RF.- ¿Y cuánto tiempo estuvisteis en la ... ?

C.R.- Estuvimos ... pues yo estuve desde el 5 de junio,

dos días estuvimos internos. El 5 de junio lle­

gamos a Jarkov; de Jarkov tomamos otro tren para

llegar, para llevarnos a la casa de reposo, que

era una casa de mineros ¿comprendes? Que la ha­

bían dejado para los refugiados españoles, ya,

para la emigración española. Y ahí éramos mil y

pico, de españoles.

C.RF.- De españoles ...

C.R.- Sólo españoles, no había ...

C.RF.- ... que habíais ido todos en el mismo barco.

C.R.- No.

C.RF.- En diferentes barcos.

C.R.- En diferentes barcos, porque desde abril o marzo

salían ya expediciones para la URSS, ¿comprendes?

C.RF.- ¿Y cuánto tiempo estuviste en la casa de reposo?

C.R.- Pues, unos salían el 24 de julio, los primeros,

celebramos ahí un 18 de julio, ¿comprendes?. La

fiesta del 18 de julio la celebramos como si hu­

biéramos triunfado nosotros ¿no?. Y nos vesti ...

Nosotros, yo bailé bailes catalanes, estaba con

Comorera ahí. Había gente de la Dirección y, y

celebramos la fiesta del 18 de julio; y el 24 de

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70.

julio salían las primeras expediciones para ir a

trabajar a Jarkov y a Rostov, a las fábricas ya,

¿comprendes?, de españoles.

C.RF.- ¿Y la vida en el refugio cómo era?

C.R.- ¿En qué refugio?

C.RF.- No, perdón, en la casa de reposo.

C.R.- ¡Ah! , estupenda, la casa de reposo muy bien. Nos

pusieron enseguida maestros de ruso, ¿comprendes?.

Nos dieron la historia del partido traducida al

español, teníamos nuestras reuniones y teníamos

por las mañanas una hora clase de ruso para ...

que eran, eh ... Muchos habían estado de traduc­

tores en nuestra guerra ¿comprendes? Y teníamos

clases de ruso. Y nosotras, Mercedes y yo, dába­

mos clases a los chicos españoles, de español, p~

ra entretenerles un poquito en la casa de reposo.

Los reuníamos y, pues, recordar la tabla de mul­

tiplicar, ¿comprendes?, la geografía para que no

perdieran ... y entretenerles un poquito.

C.RF.- Y de ahí, ¿tú a dónde saliste?

C.R.- Y de ... Y entonces nos llamó un delegado de los

sindicatos soviéticos a cada persona, eh ... San­

tos se llamaba, que había estado en España. Sa­

bía muy bien español y a mí me preguntó: "¿Qué

eres?" Digo: "Yo soy maestra". Dice: "¿A dónde

quieres ir?" Digo: "Yo quiero a la fábrica".

Dice: "¿Cómo vas a ir a la fábrica si eres maes­

tra?'' Digo: "A la fábrica, proletarizarme". Di

ce: "No mujer, no -dice- hay colonias de niños

españoles; hacen falta maestros y tú vas a ir a

él, a una de las colonias". 11 Bueno, pues si no

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queda más remedio, pues a la colonia".

C.RF.- ¿Y a qué colonia fuiste?

C.R.- Fui a la colonia número 2, de Krasnovídovo.

C.RF.- Krasnovídovo.

C.R.- SÍ.

C.RF.- ¿Y ahí?

71.

C.R.- Muy cerca del campo de batalla de Borodino, ¿ves?

La carretera de Smolensko. Y ahí fuimos y de

nuestra casa de reposo fuimos Gasa(*), Prados y

su esposa ... ¡Pafios!, Pafios y su esposa, eh .•.

María Luisa González; eh ... después Leonardo Gar­

cía y yo, como maestros.

C.RF.- A la colonia.

C.R.- A la colonia número 2, en esa colonia los chicos

eran todos asturianos.

C.RF.- ¿Y cuántos había?

C.R.- Había unos trescientos.

C.RF.- ¿Y qu4 eran? ¿nada más nifios?, ¿eran de los ni­

fios ... ?

C.R.- Nifios evacuados, nifios evacuados a la URSS, y ha

bía ya educadoras y maestras ast~rianas; pero

faltaba gente.

C.RF.- ¿Cuántos nifios había dices?

C.R.- Trescientos. Y yo ... a mí me hicieron, me die­

ron... Dice: "Maestra de segundo grado". Y, de§_

pués, daba zoología y botánica a quinta y sexta

clases. Y ahí estuvimos hasta que vino la guerra.

C.RF.- Y a esos nifios, y a los otros, ¿se les ensefiaba

en ruso o no?

(*) Probablemente.

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72.

C.R.- A estos chicos, en ... el gobierno soviético no

quiso dar a los niños españoles a particulares.

Porque muchas familias habrían recogido a niños

españoles, se los habrían llevado a sus casas.

Como hicimos nosotros con los niños asturianos

¿comprendes?, en Cataluña, en otras regiones.

Que se recogió niños asturianos cuando lo del

'34. Los soviéticos dijeron que no, que estos ni

ños los entregaba la república española y tenían

que volver a España, y tenían que saber español,

y no tenían que perder sus costumbres de, de ori-

gen.

nias.

Y por eso los reunió y los agrupó en colo

C.RF.- ¿Y la colonia cómo era?

C.R.- La colonia ... un internado.

C.RF.- ¿Un edificio ... ?

C.R.- Edificios, comedor, baño, ¿comprendes? eh ... Los

dormitorios, la escuela, eran anti ... eran ... Ca

sas, casas para nosotros ¿comprendes?, para los

empleados. Nosotros estábamos en un sovjÓs.

Aquello era un sovjós del Minist~rio de Educa­

ción, de Instrucción.

C.RF.- ¿Qué es un sovjos?

C.R.- ¿Sovjos?. Es una fábrica agrícola, como si dije­

ramos, es del Estado ¿ves?. Hay koljós y sovjds.

Y el sovjos nos abastecía de carne, de comida y

todo.

C.RF.- ¿Y quién trabajaba en el sovjos?

C.R.- Los, los sovjosianos, los campesinos soviéticos,

era un pueblo, era como si fuera un pueblo. Ha­

bía tienda y el único cine, máquina de cine, es-

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73.

taba en nuestra ... En la casa de niños españo­

les, se llamaba Casa de Niños Españoles, ¿ves?,

Iev Dom(*) número 2, era un ruso, ¿comprendes?.

Era una colonia de niños, casa de niños, y los

trabajadores de la colonia, la cocinera y algu­

nas empleadas pues eran kovjo ... sovjosianas,

campesinas; tenían ese trabajo. Y era un pueblo,

y había la escuela de los niños soviéticos del

pueblo, ¿comprendes?, también.

C.RF.- ¿Y los niños españoles llevaban relación con los

niños del pueblo?

C.R.- Los niños españoles no, no tenían relación por­

que eran, noi, no tenían eh... No sabían ruso

¿comprendes?, y entonces estaban aparte. Ahora,

los chicos rusos venían al cine, los sábados y

domingos, a esta colonia ¿comprendes?. Y ahí se

juntaban; pero verdaderamente estábamos un poco

aislados por el desconocimiento de la lengua al

principio del idioma.

C.RF.- Pero a ellos daban clases de ruso.

C.R.- Ellos tenían clase de ruso, pero,todos los li­

bros, hasta la séptima clases el gobierno sovié­

tico ... El mismo programa de los soviéticos, los

tradujo al español.

C.RF.- ¿O sea que tenías libros de texto y todo?

C.R.- Libros de texto en español.

C.RF.- Y la comida era abundante.

C.R.- La comida era abundante y teníamos incluso, al fi

(*) Así se escucha.

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74.

nal, un Dimitrov se llamaba. Un bulgaro que ha­

cía comida española patatas a la española, por­

que ellos no sabían hacerlas, ¿comprendes?, los

soviéticos, los cocineros. Y eran patatas hervi

das, después pasadas por la sartén, y los chicos

no las querían, decían que eran patatas viudas,

¿comprendes? Y los chicos eh ••• Y después te­

nían un ... se hizo una orquesta, que teníamos un

maestro de orquesta, después había círculo de di

bujo, de bailes, sí, sí, era ... y de ropa, ropa

toda.

C.RF.- ¿Y eso? ¿qué-llevaban uniformes todos?

C.R.- No, no, no.

c.RF.- No.

C.R.- Eran ... era ropa, los chicos llevaban pantalón

larguito, de azul marino; el pelo cortado a rapa,

como en las escuelas soviéticas; y las niñas no

iban de uniforme, las nuestras.

c.RF.- Iban al col ...

C.R.- Después ... ésto hasta séptimo grado ¿comprendes?.

Y después, ya a partir del sépti~o grado, ya se

juntaban con lo chicos soviéticos, ya.

C.RF.- De lugar.

C.R.- Del lugar, de la escuela donde estuvieran; eso lo

impidió muchas veces la guerra, porque ya ... no,

cuando yo llegué sólo había sexto grado, en mi co

lonia, ¿comprendes?

c.RF.- Llegaba hasta sexto grado.

C.R.- Hasta sexto grado, los chicos mayores eran sexto.

C.RF.- Ya.

C.R.- ¿Comprendes?

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75.

C.RF.- Oye •.. y, entonces, cuando, cuando ya estalla la

guerra mundial ..•

C.R.- Cuando estalla la guerra mundial, nosotros no ...

La guerra mundial no porque estalló en el '39 con

Polonia y todo eso, eh ... Cuando los nazis inva

den la URSS ...

C.RF.- Pero cuando los nazis invaden la URSS.

C.R.- ... era en el año '41, el 22 de junio.

C.RF.- SÍ.

C.R.- Nosotros estábamos aquí, en ese pueblo. Ahí es­

taba otra colonia de españoles que venían de Mos

cú a descansar con nosotros, y vivía en la escue

la rusa. Que como estaban de vacaciones no iban

los niños; entonces, vivían, vivían allí. Y el

Ministerio de Educación soviético mandaba esa co

lonia, dándoles de comer ahí, a nuestra colonia,

¿comprendes?. Los sovjos pues daban de comer a

nuestras colonias ¿comprendes?. Y cuando vino

la guerra, cuando ya el 22 nos enteramos de la

guerra, teníamos que abril aquel día el campamen

to de pioneros, que se llaman. , C.RF.- Porque dentro de los niños españoles se había he

cho también la ...

C.R.- Eran pioneros naturalmente. Llevaban su pañueli

to, habia, había prestado el juramento de pione­

ro y todo y: "Yo juro ..• " Y todo, todo ... eran

pioneros. Los niños, llevaban su pañuelito rojo,

su uniforme .• Y se hacía, abría, abríamos el

campamento de pioneros; que era muy bonita, una

ceremonia. Y habíamos invitado a André Marty, CQ

munista francés; que habíamos ido a Moscú, noso-

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76.

tros, del día antes. Y yo, con otro compañero,

habíamos ido a invitarles; y Dolores Ibárruri te

nía que venir a nuestra colonia.

C.RF.- Entonces, este, esta colonia estaba cerca de Mos

cú.

C.R.- A cien kilómetros de Moscú estaba, y pico. Era,

era de la más lejanas la nuestra.

C.RF.- ¡Ah!, ¿sí?

C.R.- Pues sí, porque había otras que estaban en el me­

ro Moscú, y otras a treinta kilómetros de Moscú

¿comprendes?. Y, ese, ese mismo día ten·Ías que

llegar ... abríamos nosotros el campamento 22 de

junio. Ya no vinieron, ya no, ya se cortó con

Moscú ... Ya, nos dijeron, la guerra, la guerra,

los alemanes han invadido la URSS, han invadido

la URSS. Y empezó la guerra, y en agosto ya eva

cuábamos nosotros de aquella colonia. Sal.íamos

de Moscú.

C.RF.- ¿Hacia dónde?

C.R.- Hacia Stalingrado.

Hacia Stalingrado. C.RF.­

C.R.­

C.RF.­

C.R.-

Para Jartchik(*), Stalingrado.

¿Con todos los niños?

Con todos los niños y las dos colonias.

C.RF.- ¿Cuántas personas españolas estábais trabajando?

el número.

C.R.- ¿El número?, pues, unas cuarenta.

C.RF.- Entonces eran como cuarenta refugiados.

C.R.- Unos cuarenta refugiados. Bueno, no refugiados,

(*) Así se escucha.

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77.

porque había maestras y educadoras que habían ido

con los chicos en el '37. Esas colonias eran del

año '37, de octubre.

C.RF.- Sí, sí.

C.R.- Del '37

C.RF.- Bueno, pero hay españoles que ...

C.R.- Españoles. Y, después, había educadoras soviéti­

cas; maestros que enseñaban ruso ¿comprendes?;

que eran soviéticos, el director era soviético,

la jefe de estudios era soviético.

C.RF.- ¿Y todos jóvenes?

c.R.- No. Bueno, el personal nuestro más o menos éra­

mos jóvenes. Pero de los soviéticos pues no.

El maestro de orquesta era un señor ya de cin­

cuenta años, que formó una orquesta de trompetas

y ..• sí, sí.

c.RF.- Entonces, evacuásteis ya esta colonia a Lenin ..•

a Stalingrado.

C.R.- Ah .•. cerca de Stalingrado, al otro lado del Vol

ga • Pleven, se llamaba la ciudad. Bueno,

una, un pueblo. Pero en StalingFado, después,

llegó una orden a lasco .•. a las colonias y a

todas las escuelas soviéticas, de que todos los

chicos mayores de catorce años que no tuvieran

aptitud para el estudio, se les debía mandar a

las escuelas de aprendizaje.

C.RF.- ¿Qué eran las escuelas de aprendizaje?

C.R.- Pues , como escuelas para aprender un oficio, un

oficio ¿comprendes?. Porque hacía falta mano de

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78.

obra ya para la guerra ¿comprendes?. Y nosotros

tuvimos que mandar los chicos que no eran muy in­

teligentes para el estudio o no querían estudiar,

porque había de todo, ¿comprendes?. Cumpliendo

esa orden. Además, tuvimos una orden también de

Dolores en ese sentido, de que se mandaran esos

muchachos a las escuelas de aprendizaje como los

demás soviéticos.

C.RF.- ¿Y cuántos mandásteis, no te acuerdas?

C.R.- Mandamos, pues, a ... fueron a Stalingrado esos

chicos, unos cuantos, bastantes, porque ••• Y man

damos nosotros un educador español con ellos.

Dos españoles mandamos, a veces dos, a veces uno,

¿comprendes? Para que estudiaran con ellos.

C.RF.- Para no dejarlos.

C.R.- Para no dejarlos solos, sin ningún ... la colonia

mandó a ese educador ... lo llamábamos ahí, ¿com­

prendes? Para que tuvieran un mayor, para hablar

con el director de la fábrica, para todo ... si

ese chico no podía aprender ese oficio ¿compren­

des? Para que, en las condicion~s, no se sintie

ran abandonados por nosotros, ¿comprendes?

C.RF.- Vosotros, con estos chicos, habíais establecido

una relación muy especial o •••

C.R.- Pues relación de maestro y de camaradas, y ... PºE que, mira, lo éramos todo en el fondo; no tenían

madre los pobres, las habían dejado en España;

eran chicos de doce, trece años, catorce años, de

ocho, de siete.

C.RF.- ¿Y ellos tenían algún contacto?, ¿sabían dónde es

taban sus padres ya para entonces, o ... ?

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7 9.

C.R.- Ellos los habían dejado ..• hasta la guerra habían

tenido contacto con ellos. Después, perdimos

contacto, durante cuatro anos no supimos nada de

nadie.

C.RF.- o sea que esos chicos en realidad se sentían huér

fanos.

C.R.- Pues huérfanos, pues sí.

e. RF. - Bueno, y entonces s 0ígueme contando, entonces •..

C.R.- Y estuvimos en esa colonia, evacuamos.,, nosotros

fuimos a Stalingrado en barco, de Moscú fuimos

en barco ¿comprendes? Todo el Volga, hasta Sta­

lingrado. En Stalingrado nos embarcamos otra

vez. Bueno, no embarcamos, cruzamos el río y lle

gamos a esa colonia y ahí estuvimos, pues ... ha~

ta que tenía que perd ... se perdía Rostov. Te­

níamos que evacuar, teníamos que evacuar en ple­

no invierno, en camiones.

C.RF.- ¿En qué año era esto?, en el cuarenta y •••

C.R.- '42

C.RF.- '42.

C.R.- En '41 empezó la guerra, en '42 ellos entraron

en Stalingrado.

C.RF.- En Stalingrado.

C.R.- Por el '42, en diciembre teníamos ... se perdió

Rostov. Entonces pensábamos que nos podían co­

ger así, ¿comprendes?, entre dos pueblos, Stalin­

grado y subir ellos por Rostov. Entonces nos co

gían a nosotros y dieron la orden de evacuar, pe­

ro después reconquistó Rostov, otra vez, y no

evacuamos hasta el verano. Tuvimos un período

de, todavía de respiración, y nosotros pudimos ...

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80.

Evacuamos, ya no en invierno, porque fíjate eva­

cuar en pleno invierno en diciembre, con aquel

frío, en camiones descubiertos nos hubiéramos h~

lado la mitad. Estuvimos trabajando dos y tres

noches cosiendo manoplas de mantas para los chi­

cos, ¿comprendes?. Para que pudieran ••• Y los

mayores no teníamos nada ..• preparando todo el

equipaje.

C.RF.- ¿Y para ese entonces, cuántos chicos os quedaban

en la colonia?

C.R.- Nos quedaban unos cuantos todavía, porque los de

Stalingrado ... Los de Stalingrado no venían con

nosotros, iban por otro conducto ¿comprendes?.

Eh ... entonces nos quedaban unos cuantos todavía

porque éramos en realidad dos colonias juntas,

¿comprendes?. Bastantes, bastantes nos quedaban.

Y no evacuamos, lleva ... Y en, en ese tiempo no-

sotros, en noviembre nos tocó el siete de noviem

bre, construyendo una vía férrea, uri ramal. Y

por ese ramal salimos ya en tren ... que no lo t~

níamos ¿comprendes?. Hasta Vlad~mir. Y ese ra­

mal lo construimos, la población de la ciudad,

¿comp rendes? y nosotras, fuimos a construir.

C.RF.- Vosotros mismos.

C.R.- Claro, nosotros mismos, la población; hicimos e~

tas vías. ¿Sabes qué fr.ío pasamos por ... pasa­

mos nosotras?

C.RF.~ ¿Y los niños participaban?

C.R.- No, éramos los mayores los que íbamos ¿compren­

des?, personas mayores.

C.RF.- ¿Y los niños, entre qué edad y qué edad estaban!,

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81.

¿hasta qué edad ••• ?

C.R.- Pues mira eh ... yo, qué tenía de edad ..• pues mi~

ra, de unos 7 u 8 años, hasta quince, quince, die

ciséis años. De esa edad los chicos, y el pers2

nal. ..

C.RF.- ¿O sea que sí tenías niños de siete años enton-

ces . ..

C.R.- Habían ido de 5, y habían ido ..• hasta habían ido

de tres .•.

C.RF.- Claro.

C.R.- ... la URSS. De 3, y había niños casi de 2 años y

pico, casi, los más chiquitos, chiquitos.

C.RF.- Y td, cuando hubo la evacuación de estos niños,

ya cuando ... Los padres, cuando este llamado de

la Unión Soviética de que los padres que quisie­

ran mandaran a sus ...

C.R.- Esos los ma ... Pero estaban, esos ean de Astu-

rias -esos chicos- y de Vasconia.

C.RF.- Eso te iba a decir. ¿Eran nada más asturianos?

C.R.- Asturianos y vascos.

C.RF.- Todo eso fue provocado por el problema de la huel

ga de los mineros; de la represión asturiana.

C.R.- No, la, no, ¡no!. Esto fue cuando en, cuando se

perdió Asturias; cuando se iba perdiendo ya Astu­

rias, que quedaba aislada.

C.RF.- Durante la guerra.

C.R.- Durante la guerra, sí, sí, fue durante la guerra.

C.RF.- En '37.

C.R.- En '37, claro. Los niños asturianos recogidos en

Cataluña fueron en el '34, cuando las huelgas; en

el '34, cuando la revolución del '34 en Asturias.

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C.RF.- sí, pero esos volvieron hacia España.

C.R.- Esos volvieron a sus casas después.

C.RF.- Claro.

82.

C.R.- Al, al ganar el Frente Popular, ¿comprendes?, se

fueron.

C.RF.- Y tú, cuando mandan todos esos niños a la URSS ya

conoces el problema, o sea, tú ya sabías ...

C.R.- Yo no sabía que hubiera colonias españolas. Yo

sabía, ¿sabes por qué?. Porque en el año '38, e§_

tando en Tárrega, me dice el partido, dice: "Car

men" me llaman de Barcelona. Dice: "¿quieres ir

a la URSS de maestra?". Porque salía un grupo

de avia .•. de chicos de aviadores de aquí de Ca­

taluña, refugiados para la URSS. Y salieron de

aquí algunos maestros Y para estas colonias, en

el '38, en verano. Yo estaba en Tárrega, ¿com­

prendes?, y habíamos perdido Lérida. Y me dije­

ron: "preparate''. Yo, incluso, me acuerdo para

el pasaporte, me acuerdo que saqué foto¡ me hice

fotografiar. Y todo para, si era necesario, ha­

cer pasaporte para la URSS; pero,después me dijo

el partido que no iba, que me ••. Que preferían

que me quedara, y me quedé y no fui ya. Y ¿ves?,

tenía que ir a la URSS porque después ... Ah, así

que se ve que estaba predestinada para ir a la

URSS.

C.RF.- ¿Bueno, entonces, os movilisásteis a Rostov?

C.R.- No, Rostov se perdió en aquel verano cuando la ...

Y entonces nosotros salimos para Ufá, para Bashki . { *)

ria, para los Ura ..• Cara a los Urales ¿ves?.

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8 3.

Para Bashkiria, una república autónoma; a Ufá. En

Ufá estaba la Comintern, ¿comprendes?, en Ufá.

Y nuestro partido, la dirección de nuestro parti­

do; Dolores, estaba. Nosotros fuimos a un puebli

to que se llamaba Bisk, que estaba a unos kilóme

tros de, de ésta, de Ufá, ¿comprendes? Y ahí es­

tuvimos evacuados también con los chicos, los ni­

ños, ¿comprendes? Y de ahí, ya a mi me mandaron

fuera de la colonia. Me mandaron a Amiat, cerca

de Chelíabinsk. Ya pasados ..• en los Urales,

eh ... De maestra, a una colonia que había ido

ahí de los niños de Leningrado, ¿comprendes?

C.RF.- ¿Y para entonces, tú ya hablabas ruso?

C.R.- Ya hablábamos ruso, claro. ¿Qué remedio te toe~

ba?. Más o menos lo hablábamos. Yo lo primero

que hice, al llegar a la URSS~ es pretender leer

el periódico. Y dije: ''El periódico es una len­

gua internacional, habrá muchas palabras interna

cionales conocidas y, por lo menos, si no lees li

teratura a leer el periódico, enterarte de algo.

Y me puse a leer el periódico cou diccionario.

Después teníamos clases de ruso ¿comprendes?. Y

mira, empézamos, y me lancé antes que a hablar,

pues, a leer.

C.RF.- ¿Y tú cómo te sentías?, ¿sentías que la labor que

desempeñabas era una labor reconocida?

C.R.- Una ... una colonia. Pues mira, eran chicos nues­

tros. Sentía que eran chicos españoles y que es­

tábamos en la URSS, y que teníamos, pues qué te

diré yo que formarnos para nuestra tierra, para

volver. Siempre pensando en el regreso, eso es

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84.

verdad.

C.RF.- Y siempre pensando en el regreso, entonces, a es

tos chicos les inculcábais siempre ...

C.R.- Y, el amor a España, el tener que regresar. Y,

tan pronto como terminó la guerra, les empezamos

a decir que escribieran a los padres otra vez;

que se reanudara la correspondencia, porque ellos

sabían dónde vivían, tenían las direcciones.

C.RF.- ¿Y tú ya sabías algo de tu familia entonces?

C.R.- Yo, entonces, yo en el año '40, antes de la inva

sión de la URSS, tuve una carta de mi familia

que tardó nueve meses en llegar a mí. Se fue por

Indonesia esa carta.

c.RF.- ¿Tu familia dónde estaba?

C.R.- Y estaba, mi familia estaba, me decía en aquella

carta, que por fin estaban todos juntos en Santo

Domingo; mi hermana salió con Salvadores y Aidi­

ta, y dejaron a mi madre sola en París. No la de

jaron subir al barco, no había gente, no había cu

po, quiero decir no había sitio, dije. Y se qu§l_

dó mi madre sola, esperando la otra expedición.

C.RF.- Que también iba a Santo Domingo.

C.R.- Que también tenía que ir a Santo Domingo. Y gra­

cias a ... Esto me lo ha contado mi hermana.

Gracias a una, a un matrimonio que, que fueron a

ver al cónsul de Santo ••. dominicano en Paris,

con una carta que había escrito mi hermana de SaQ

to Domingo diciendo: "Te ne ce si to madre con l,ágri_

mas en la carta, dice: "No querían que ... embar­

carla a mi madre, y ella se había tenido que que­

dar solita en Francia sin saber francés, sin na-

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85.

die y habría muerto.

C.RF.- Pues de la pena.

C.R.- Y con la ... ¿comprendes?. Y, por fin, ese matri

monio fue al cónsul con esa carta llena de lágri

mas. Dice: "Esa madre hay que unirla a su hija,

¿se da cuenta?, c.ónsul". Y dice: "S·Í, sí". Y

embarcó y pudieron reunirse, y esa carta la tuve

yo, diciendo: "Por fin estamos todos juntos aquí

en Santo Domingo". Y ya vino la invasión de la

URSS, y ya no tuve nada más, ninguna otra carta,

hasta el '45, en diciembre del '45 cuando terminó

la guerra ya.

C.RF.- Entonces tu la guerra la pasaste, la guerra, en

la URSS; la pasaste de una colonia ...

C.R.- ... a otra. Pues sí, evacuando, como lo hacía­

mos, y pensando que no se abriera ... Que los ja­

poneses no invadieran la URSS, era ese problema.

C.RF.- ¿Y para esta ápoca te habías casado o no?

C.R.- No, yo me casá después de la guerra, seguíasolte-

ra en la colonia.

C.RF.- Bueno, entonces sigueme contando.

C.R.- Entonces, eh ...

C.RF.- Terminó la guerra.

C.R.- En el año '44, en agosto, salíamos ya, las colo­

nias españolas de niños españoles para Moscú. Pa

ra que los chicos ya pudieran ingresar en las

universidades, los institutos. Hacer una vida

normal, es decir, no había terminado la guerra

todavía. En agosto regresamos a Moscú.

C.RF.- Ya con la idea de incorporar a estos niños a la

vida ...

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86.

C.R.- Normal más o mensa.

C.RF.- normal del, del país.

C.R.- Del país, ¿comprendes?. Y regresaron ya muchos

españoles, pues fueron¡ fuimos ya concentrados

en Moscú. Porque estábamos desperdigadas las C.Q

lonias, unas estaban en un sitio, otras estaban

en otro. Y en Moscú a mí me ... me volví a esa

misma colonia, a ot ... a un sitio, a Godovskovo.

Muy cerca de Sovietnogorsk, por la estación

de ... ¡Ay!, ¿cómo se llama a, hacia Leningrado

¿ves?. No, donde hay un museo de Tchaikovski,

¡hombre!. Bueno, es igual.

C.RF.- Da igual.

C.R.- Es de un pueblecito. Y ahí, y en esta colonia,

yo seguía ahí en esa colonia, '44, '45, '46, en

el año '46, en verano, recibí una carta del par­

tido, que me mandaban a la escuela política.

C.RF.- A Moscú.

C.R.- No, fuera de Moscú; esa escuela política, era una

escuela política donde iban muchos españoles pa­

ra ... Ahí estuví ... estuve un año y allí conocí

a mi marido. Al que fue después mi marido; en la

escuela.

C.RF.-

C.R.-

¿Cómo se llamaba?

Agustín Vilella, catalán.

en la escuela política.

Y, y ahí nos casarnos,

Esa escuela, pues, prep~

raba gente, pues para salir.

C.RF.- Para volver a España.

C.R.- Para volver a España o a Francia, a donde fuera.

C.RF.- Ya terminada la guerra.

C.R.- Terminada la guerra, s.í. Para hacer, ya, traba-

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8 7.

jos, ¿comprendes?. Para regresar como regresaban

de otros sitios, como habían regresado siempre.

Pero nosotros no salimos ya, por eso te he dicho

que yo siempre he estado esperando un telegra-

ma ... que me mandaran para España a trabajar clan

destinamente.

C.RF.- Pero no saliste porque el partido nunca os mandó ...

C.R.- No, no. Ya no.

C.RF.- Para Francia.

C.R.- No, ya no salieron. La gente ya no salió, porque

se ve que a, algun enlace había fallado o algo

¿comprendes?. Y no daba resultado.

C.RF.- ¿Y entonces tú qué vida llevabas en Moscú en •••

(inaudible) durante la guerra?

C.R.- Entonces en Moscú, cuando terminé esto, me mandó

el partido nuestro, el español, me mandó a trab~

jara una, a un técnico ... que había un grupo de

muchachas y chicos españoles, de educadora.

C.RF.- ¿Qué es un técnico?

C.R.- Un técnico, es una escuela técnica. Era, salían

técnicos de ferrocarril ¿ves?. ~o es un institu­

to, pero es .•. son peritos.

C.RF.- ¿Y tu marido qué hacía?

C.R.- Mi marido, lo pusieron de educador en una escuela

de aprendizaje, de chicos españoles, donde había

un grupo de chicos españoles.

C.RF.- Tu marido era maestro.

C.R.- Educador, mi marido era maestro. El había estado

en, en el ejército, ¡vaya!

C.RF.- Y ... y ¿tuviste hijos?

C.R.- No, no tuvimos.

C.RF.- No tuviste hijos.

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88.

C.R.- Por desgracia no.

C.RF.- Entonces, tú ya seguiste trabajando en la escue­

la.

c.R.- Entonces cuando, eh ... ese técnico.este, no, en­

tonces, este, cerró este técnico, quedamos sin

trabajo ¿comprendes?. Y, ya entonces eh ••• me

llamó una amiga mía, que habíamos trabajado jun­

tos en la colonia, para que fuera a trabajar en

el Instituto de Relaciones Exteriores como maes­

tra de español.

C.RF.- Eh, de Moscú, ya ...

C.R.- De Moscú.

C.RF.- Del gobierno, del gobierno soviético.

c.R.- sí, sí, sí, soviético. soviético ya.

C.RF.- ¿Y tú militabas en el partido soviético?

C.R.- No. Para, para ingresar, primero que todo, para

ingresar en, en el partido comunista de la URSS

necesitabas dos avales, de dos personas que fue­

ran miembros del partido de antes del '17. NOSQ

tros, como extrajeros, no conocíamos a miembros

del Comité Central. Los miembros, del Comité Co­

munista, que entonces todavía era Bolchevique,

¿no?, Que fueran del año '17. Después, en el So

corro Rojo de Moscú trabajaba una soviética que

nos podía haber dado el aval; pero sólo teníamos

uno que era de antes del año '17.

C.RF.- Pero tu intensión sí hubiera sido la de ingresar

al partido al partido soviético.

C.R.- Hubiera sido ingresar al partido soviético, pero

eh ... Se ve que por aquel entonces admi ... el

partido soviético, comunista o soviético, admitía

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89.

a los muchachos, a los jóvenes, porque eran JOV~

nes españoles ¿comprendes?. Nosotros necesitaba

mos ... porque veníamos de otro partido en este

sentido ¿ves?, extranjero. Y nos pedían ese re­

quisito, que era el requisito de allá también,

porque es muy difícil ingresar. Y además, estar

no sé cuanto tiempo de, de candidato, ¿eh?, al

partido ... Dificilísimo.

C.RF.- Haciendo méritos.

C.R.- Haciendo méritos ¿ves?

C.RF.- Oye y, y, y ...

C.R.- Pretendimos ingresar al partido, no fue posible.

Yo ya lo dije, ¿eh?, por las buenas. Así, que

ya no, ya no ...

C.RF.- Pero sí llevabas una vida militante en el parti­

do español.

C.R.- En el partido español. Y después, en el año '51,

dio el partido la orientaci6n de que nos hiciera

mos ciudadanos soviéticos; nosotros seguíamos sin

tener ...

C.RF.- En el '51.

C.R.- '51. Al ver que ya lo de España era para muy

largo, porque después de la guerra, al terminar

la guerra, pensábamos que en seguida iríamos a Es

paña. Y no fue así ¿comprendes?, volveríamos,

pues ...

C.RF.- Tú, en algún momento tuviste la idea de que cuag

do, cuando pierden los, los nazis su, su posi-

ción ... O sea, cuando, cuando sacan a los na-

zis de la Unión Soviética, ¿tuviste la idea en al

gún momento de que Stalin se seguiría y entrar.ía

a España?

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90.

C.R.- De que seguiría, yo ... ¿sabes por qué año no?

Yo tuve un sueño, y se lo dije ••• esto fue el

año '43 ó '44, tuve un sueño. No, no, ya termin~

da la guerra, en el año '45, así. Y se lo dije

a una amiga mía, digo: "¡Uy, qué sueflo he tenidot

Un sueño que, fíjate, me decepcionó". Yo tuve un

sueño y vi la ... una gran mesa, y vi a Stalin, a

Churchill, a todos ellos, eh ••• El mapa de Eur2

pa, esto liberado, esto liberado, esto liberado.

Y yo le decía a Stalin: "Stalin ¿y España, y Esp~

ña?". Y Stalin no me contestaba nada, no me con

testaba nada, y, fijate, me desperte, me desper­

te ... llorando. Porque dije: "No se preocupa".

Yo no tenía ninguna idea, ¿eh?. Y este sueño lo

recuerdo muy bien.

C.RF.- O sea, tu no tenías en definitiva ninguna espe­

ranza de que la Unión soviética .•.

C.R.- No, no. Ni la Unión soviética ...

C.RF.- Ni nadie.

C.R.- Que ve,ía que Franco, pues, ahí había quedado ·com G -

prendes?. Yo cuando vi que, por,ejemplo que in­

cluso yo había tenido este sueño antes. Y cuando

terminó la guerra, y dijimos: "Ahora a España, a

España". Y vimos, pues, que no. Que Franco que­

daba allí. Pues, bueno, ¿qué hacer? Si ya que­

daba allí, ya no lo sacarían. Una vez terminada,

Franco, una vez terminados los reg,ímenes fascis­

tas, los otros, el nuestro quedaba. ¿Cuándo po­

día salir? Era una tonteria pensar que saldría

por las fuerzas de dentro de España. Si no ha­

bía sido posible, después de toda una guerra con

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91.

tra el fascismo, cuándo iba a salir el nuestro si

no lo empujaban antes, ¿comprendes?. No lo ha­

bían empujado.

C.RF.- Y entonces, tú, ya en el año cuarenta y tantos,

ya te quedas en Moscú pensando que •••

C.R.- Pues sí, que, pensando que a ver cuándo ya de deQ

tro de España ... el trabajo clandestino ahí, las

fuerzas interiores de España, cuándo, pues den,

dan el golpe. Por eso nuestra intenci6n era ver

si podemos ingresar, entrar en España y trabajar

desde dentro. A ver cuándo, ahí está y el pro­

blema, ya nuestro. Las maletas las tuvimos he­

chas desde terminada la guerra, decíamos: "Ahora

ya, se terminó, nos vamos a España". No fue así.

Pues ya nos quedamos, ¿hasta cuándo?, no lo sab~

mos. Y, en el año '51, dio el partido la orien­

taci.ón de que nos podíamos hacer ciudadanos sovié

ticos, y nos hicimos ciudadanos soviéticos.

C.RF.- ¡Ah!, tú te hiciste ciudadana soviética,

C.R.- Claro, yo, yo me hice soviética. Ciudadana sovié

tica.

C.RF.- ¿Y hasta qué año viviste en la Uni6n Soviética?

C.R.- Hasta '57

C.RF.- ¿Trabajando en Moscú?

C.R.- Trabajando, en, en, de maestra de Español.

C.RF.- En el Instituto.

C.R.- En el Instituto de Lenguas extranjeras, después,

sí.

C.RF.- ¿Quieres que lo dejemos aquí?

C.R.- Como quieras.

C.RF.- Ya.

C.R.- SÍ.

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92.

SEGUNDA ENTREVISTA REALIZADA A LA SRA. CARMEN ROURE. PH0/10/33.

C.RF.- Bueno Carmen, entonces vamos a seguir. Eh, me de

cías que estuviste en la Unión Soviética hasta el

'57. ¿Y por qué decides salir de la Unión Sovié

ti ca?

C.R.- Decidí salir por motivos personales. Ningún moti_

vo político me indujo a salir de la URSS, eh ...

Fue una cosa netamente particular. Estábamos a

punto de separarnos mi marido y yo. Como traba­

jábamos juntos, como yo le quer,ía y. . . Y era muy

doloroso para mí encontrarme en la URSS, sola,

sin ninguna familia, familiar cercano; pues deci_

dí irme a México que era donde estaba mi hermana.

Mejor dicho, empezaban a irse a España las prim~

ras, los primeros grupos de españoles.

C.RF.- A España ya.

C.R.- A españa ya, en el '56 empezaron. Entonces yo es

cribí a mi familia ...

C.RF.- Perdón, un momentito. Estos grupos de españoles

que vuelven a España, en el '56, ¿vuelven manda­

dos por el partido, o ya ... ?

C.R.- No, son voluntarios.

C.RF.- Voluntarios.

C.R.- son muchachos que, unos terminada la carrera,

otros obreros, y mayores, que deciden, pues, re­

gresar a su tierra cuando ya tienen facilidad pa­

ra ello. Entonces yo escribí a mi familia de Mé­

xico, y les dije: "Me voy a España". Entonces mi

familia me escribió: "¿Y a qué vas a España si no

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93.

tienes a nadie allí?. Vente aquí a México, y de§_

pués nos irémos a España; te gustará conocer Amé­

rica un poco, y vente". Entonces dije: "Bueno,

pues quizá tengan razón". Y decidí irme a México.

C.RF.- ¿Y tuviste dificultad para conseguir tu, tu sali­

da para México? ¿O te fue todo fácil?

C.R.- No, porque mi familia mandó mi acta de nacimien­

to al consulado, eh ... mexicano, en Moscú. Enton

ces yo tremité, a través de la Cruz Roja Soviéti­

ca también, la salida. Me puse en contacto con

el consulado, con la embajada de México en Moscú.

Ahí estaba la documentación enviada de México, de

mi familia, pidiéndome que ellos se hacían cargo

de mí, como familiar. Había, ellos habían puesto

la fianza de diez mil pesos que se pedía y que,

durante cinco años, mientras se hacían los ref ren

dos, ellos, pues cuidaban de mí; que eran perso­

nas solventes para poder mantenerme. Fui ahí.

Por parte de los soviéticos no tuve ningún pro­

blema; fui 2, 3 veces a la embajada mexicana.

Arreglé las cosas y, como yo era,ciudadana sovié­

tica, un día, 2 ó 3 días antes de salir para Mé­

xico vinieron unos, unos funcionarios soviéticos

a pedirme que les entregara el pasaporte soviéti

co.

C.RF.- ¿Y entonces con qué viajabas?

C.R.- Yo viajé con unos papeles que me dieron también

las, las autoridades soviéticas conforme salía

de ... "La ciudadana Carmen Roure, española, re-

gresa •.. va a México". ¿comprendes?

C.RF.- O sea, que tu al salir de la Unión Soviética per

diste la nacionalidad.

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94.

C.R.- Perdí la nacionalidad soviética, sí •.. la perdí.

No me dieron opción a ... ni me preguntaron si la

quería seguir o no. Es decir, vinieron los seña

res, me dijeron al ... Aquel domingo que yo me

iba ... el día después tenía que haber elecciones,

no sé si eran para, para el Soviets ¿comprendes'?,

o tiputados, no lo sé. Y entonces me dijeron

pues que les entregara la documentación. Y yo

les entregué el pasaporte. Entonces ya tenía,

eh ... Entre la embajada mexicana, me dieron tam

bién, y la Cruz Roja una documentación y con

esos papeles salí.

C.RF.- Y tú llegaste a México como de nacionalidad esp~

ñola.

C.R.- Yo llegué a México como española. ¡claro! Y tuve

que dar los 5 refrendos para tener la forma M-2,

FM-2 ¿comprendes'? Y a los cinco años, para dar­

me ya, eh ... quedar legalizada en el país mexic~

no.

C.RF.- ¿Y te nacionalisaste mexicana?

C.R.- No, nunca.

C.RF.- Quedaste como española.

C.R.- Quedé como .española ya. Ya no, no tuve, no sé,

muchas ganas de perder y adquirir ciudadanía, así

que ...

C.RF.- Ya eran muchas.

C.R.- Ya eran muchas [risa]. Y me quedé con la españ.2_

la.

C.RF.- Entonces llegas a México en el año ...

C.R.- '57.

C.RF.- '57. ?Y qué haces?

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95.

C.R.- El 7 de marzo.

C.RF.- ¿Qué haces cuando llegas a México?

C.R.- Llego a México y entonces claro, yo ••• Mi herma

na me había dicho que habría sitio en el Luis

Vives para trabajar de maestra ¿ves?. Pero había

llegado Lucía Ruíz y se lo habían dado a ella, y

había empezado el curso. Yo llegué en marzo del

'57 y, entonces, pues mira, empecé a dar unas cla

ses pues de matemáticas, de espafiol. A algunos

hijos de amigos que mi hermana me buscó, ¿compreg

des?. Después me llamó Grijalbo para ver si po­

día hacer alguna traducción y fui así ... Después

fui a una casa ... y lo tenía en la punta de la

lengua, un pro ... De Gortari, el profesor De Gor

tari.

C.RF.- Eli de Gortari.

C.R.- Eli de Gortari, eso es, que sabía que yo acababa

llegar y me dijo si quería dar clases de ruso en

la Universidad, facultativa, de México. Enton­

~es yo le dije que si, y di un afio clases de ru

so.

C.RF.- ¿En dónde?

C.R.- En la, en la Universidad, en la ...

C.RF.- ¿En qué Facultad de Filosofía y Letras?

C.R.- Pues no me acuerdo qué era. Debía ser de Filoso

fía y Letras porque él era de, de Filosofía y L~

tras, creo, ¿ves?. Y ahí di yo clases de ruso a

unos alumnos. Como eran optativas, ¿comprendes?,

empezaron muchos, después terminaron pocos. Y

después, al afio siguiente ... yo hubiera continu_!'!

do con las clases, pero una amiga mía, también,

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96.

que acababa de llegar como yo de la URSS, dice:

"Yo voy, tengo un trabajo en la Universidad(*)

-dice- si quieres cambiamos, tú me das tus cla­

ses de ruso en la Universidad", Porque ella tra

bajaba en la biblioteca, no sé dónde ¿ves?. Di­

ce: "Yo te doy mis clases que tengo de ruso en

la embajada de, de espanol, en la embajada sovié

tica". Como era 2 días a la semana eso de la

Universidad, pues dije: "Bueno", Yo quizi fui

tonta, porque podía haber seguido en la Univers!

dad, podía haber revalidado mis títulos, podía

haber seguido; pero mira, lo dejé pasar. Cosas

que no se piensan ¿comprendes?. En fin,

C.RF.- Y cuando llegaste a México, dijiste anteriormente

que tu madre ya había muerto.

C.R.- sí, mi madre murió en el '52, en México.

C.RF.- ¿Y tú con quién vivías en México?, ¿con tus her ...

con tu hermana?

C.R.-

C.RF.-

C.R.-

Con mi hermano, con mi hermana y mi cuñado; y des

pués, ya cuando al año y pico tenía que nacer

otro niño de ellos, entonces yo lile fui. y me fui

a vivir a una pensión, sola. Dejé la casa de mi

hermana y me fui. y cuando tu llegaste a México, ¿ya sabías algo de

México o para t,í era todo nuevo?

Nada, no sabía nada en absoluto. Yo, la primera.

noticia que tuve, más o menos, de México ••. Des

de la URSS, algunos amigos míos que tenían herm~

nos y parientes, habían ido a México. Amparo Be

(*) Universidad Nacional Autónoma de México.

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97.

nilla, por ejemplo, sabía que iba a México; Pablo

Alvarez sabía que se iba a México; otros los te ...

Messeguer quería ir a México; algunos querían ir

a México. Pero, fíjate, a mí México, como México,

no me llamaba la atención. As·Í, a pesar de que

estuviera mi familia, si hubiera estado mi madre,

pero ya hacía 5 años que había muerto mi madre.

Ella murió en el '52, yo fui en el '57. Y, cla­

ro, pues dije: "Bueno, iré a México". Y en el

avión, cuando ya íbamos para México, en la Air

France, yo iba de primera; porque me pagué yo el

viaje, yo tenía dinero. Dije: "SÍ, pues me voy

de primera". tomé en la Air France y el ... Y

junto a mí pues había un señor norteamericano mi­

llonario que venía de dar la vuelta al mundo y s~

bía un poquito de español. Dice: "¿Qué sabe us-

ted de México? 11 Digo: "De México pues yo sólo sé

que allí está mi familia -dije-". u i Uy ! ' -dice-

ahí de México -dice- es el mayor ladrón del mun-

do". Digo: ''¿Y quién es ese?" Dice: "Pues es­

te ... ¿cómo se llama?".

C.RF.- Alemán.

C.R.- "Ese Miguel Aleman -dice- que ha sido presidente".

Dije: "¡Ah!" Dice: "Pues s.í, dice ahí se lo en­

contrará usted".

C.RF.- ¿Y t~ habías oido hablar de Lázaro Cárdenas?

C.R.- De Lázaro cárdenas pues eh ... en la URSS no se ha

blaba mucho; porque ... sabíamos que en México ha

bía ido una gran cantidad de españoles refugiados.

De los ... quizá el país después de Francia que

a ... Francia los tuvo que aceptar muchos a la

fuerza, porque mira entramos ¿no?, el éxodo.

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98.

Pues, que M¿xico era uno de los países donde ha­

bía más español, emigrados, en ese sentido.

C.RF.- Entonces tú te pusiste a trabajar en la embajada

soviética.

C.R.- Sovi¿tica ... y después ya dando clases ahí de es

pañol, eh ... un día Sonia, otra compañera de •..

Sonia o Luisita Arredondo, no sé quien fue de

ellas, me dijo: "Carmen, -dice-, ha quedado la

oficina de Sov Export Film vacía, no tiene secre

taria, ¿quieres ir tú?

C.RF.- ¿De qué, perdón?

C.R.- De, de la oficina de Sov Export Film.

C.RF.- ¡Ah!, ¿y eso qué es?

C.R.- Representación, representantes del cine soviéti­

co en México. Dice: "¿Y quieres ir tú?, -dice-,

porque se les casa ... " Que era una chica de la

URSS también ¿ves?. Una Josefina Popedell(*)

(Sigue en México). Se casaba, y entonces pues

fui yo. Hablé con el representante y me quedé. Y

Ahí seguí trabajando hasta que me vine a España,

en esa oficina.

C.RF.- ¿Y tú cómo te sentías en México?

C.R.- Mira, en México, bueno, el choque con el mundo ca

pitalista fue horrible. Cuando yo llegué a Nueva

York, de Moscú, pues era en invierno todavía. Y

nos paramos en el aeropuerto, eh, de Nueva York;

y cruzamos, se ve, el oceáno con dos horas de

adelanto y estuvimos tres o cuatro horas. Ahí

nos dieron de comer con el vale de Air France, en

el aeropuerto, y me encontré pues no sé, aquel

mundo; aquellas señoras vestidas de pieles, eh ...

(*) probablemente.

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99.

después, llevaban una cadenita ahí de oro en el

tobillo, no sé; los negros trabajando en el aero­

puerto, mira me, me hubiera querido volver a la

URSS, sólo ver esto, eh. Me causó muy mala impr.§_

sión. Después, unas señoras que, claro, yo iba

de primera, que iban a México. Yo creo que eran

españolas, si no refugiadas, eran de la inmigra­

ción, gachupines ¿no?. No sé quiénes serían, di­

ce: "Ah,¡ Ay ... ! " Dice: "¿De dónde viene usted?"

Digo: •pues de la URSS". "¡Ay!'' "¡Ay! ¿No se mu­

rió de hambre?" Digo: "Mire, si me hubiera mue~

to no estaría aquí; aquí estoy viva". Dice: "¡Ay!,

pues fijese, con todo lo que se dice de la URSS".

Digo: "Pues se dirá mucho, pero mire yo aquí es­

toy, llevo un abrigo de pieles, llevo botas, lle

vo un gorro de piel, viajo en primera y vengo de

la Unión Soviética''. Y entonces tuvimos ese diá­

logo al llegar a Nueva York. Yo sabía, por al­

gunas otras que habían ido después me enteré que

les· habían hecho jurar por, con, con la biblia de

que si no eran comunistas; en Nu~va York a mí no

me hicieron nada de eso. En Nueva York, lo que

S·Í hicieron, fue retenerme los documentos que 11.§_

vaba. Fui la última en subir al avión. Yo no

sabía nada de inglés, francés lo entendía un poco.

y pensaba: "Bueno ... " Después, cuando subí al

avión, toda la gente me miraba porque se había

atrasado el avión, yo qué sé. Y me miraban como

si fuera un bicho raro. Y llegué a México.

C.RF.- ¿Y cuál fue tu primera impresión?

C.R.- Pues mira, la primera impresión, aquella noche no

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100.

vi nada, era de noche, vi a mi familia. Mis her

d.. (*')

manos 1Jeron a Amparo que fuera con ellos por-

que ella me había visto mucho después que ellos.

Ellos llevaban ya dieciocho años, o casi, sin

vernos ¿comprendes?. Dice: "Tú la conocerás". Y

bueno, yo llego al aeropuerto de México de noche,

en la aduana eso s,í que me acuerdo muy bien yo

llevaba una colcha china de un, muy bonita, boni­

ta, con un pavorreal. Muy bonita, que la había

comprado en Moscú, de regalo para mi familia, y

se la quería quedar el vista. El vista quer,ía

quedarse aquella, aquella eh ... compra ¿compren­

des?. Bueno, y: "¿Esto es suyo?" "Pues si, es

mía, y mía". Y suerte que entró Salvadores, le

dio dólares ¿comprendes?, y conseguí sacarla.

Esa fue la impresión ... así, que yo entonces no

me di mucha cuenta de la mordida, nada todavía,

¿comprendes?. Bueno, y llegamos a casa, y a los

pocos días mis sobrinos me empezaron a enseñar

México, ¿compredes?. Y entonces vi México, me

llevaron al Paseo de la Reforma,,a la catedral la

única vez que he entrado en la catedral, no he

vuelto a entrar nunca más, a la catedral a la

iglesia de al lado, el zócalo, el ... 5 de Mayo,

todo, todo el centro. Y a mí lo que me extraña­

ba era ver la gente tan mal vestida, y descalza,

y los niños vendiendo los periódicos. Cuando era

la hora de ir a la escuela ¿comprendes?. Eso me

causó una impresión terrible, porque en la URSS

no ves esto. Todos los niños están en la escue­

la, todos tienen escuela y tienen hogar. Yo los

(*) Amparo Bonilla.

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101.

veía a veces, cuando llegábamos tarde en la noche,

los veía salir acurrucaditos, tapados con papel,

¿comprendes?. Me caus,ó una impresión horrible, ho

rrible.

C.RF.- ¿Y en aquellos momentos te arrepentiste de haber

salido de la URSS?

C.R.- Al llegar a Nueva York me habría vuelto a la URSS,

ya.

C.RF.- ¿Yen México?

C.R.- Y en México ... de lo único que me arrepiento en

mi vida es de haber salido de la URSS. No por

problemas políticos, ¿ves?, por una cosa personal.

Me arrepiento de esto. De lo único que en mi vi­

da me arrepiento. Después ya ha pasado el tiempo,

han pasado los años, pero eso s'í que lo siento;

ahora habr,ía podido volver de la URSS tranquila­

mente aquí a España. Y yo all.í estaba a gusto, ·

si a mí me gustaba; era ya el año '57, vi v,íamos

bien, teníamos trabajo, esta •.. bien. Lo quepa­

sa es que quizá me habr,ía también dado eh. . . la

manía de irme cuando se iba yendo, la gente para

España ¿comprendes?. Y, claro, como yo tenía el

problema personal, mío, pues ésto hizo de que hi-'

ciera el viaje para México. Una vez en México,

pues ya. bien, me costó mucho adaptarme porque

al, a los ocho meses me fui a la embajada españo­

la. Bueno, a la embajada, a la representación de

España en México, para pedir la entrada a España

por si acaso ¿ves?. Y para ver ... porque como en

tonces necesitábamos todos nosotros el permiso

autorizado de entrada, si tenían algo en contra

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102.

de nosotros ¿no?. Y la pedí .•. y a los pocos me­

ses de estar en México quería otra vez volver a

la URSS ya. Lo que pasa es que no me contestaron,

y no, no me fui.

C.RF.- Pediste volver a la URSS.

C.R.- A la URSS.

C.RF.- ¿Por qué te querías volver?

C.R.- Quería volverme, pero después me escribieron mis

amigos: "No vuelvas Carmen, los problemas los se­

guiras aqu.í teniendo; quédate en México aunque no

te guste, quédate".

C.RF.- Tus problemas personales.

C. R. - Personal, sí, S·Í, quería decir ¿comprendes?. Y

entonces ya no lo volv.í a pedir más, y ahí quedó

enterrado el asunto.

C.RF.- Y, ¿y a tu marido lo volviste a ver después? Bue

no, a tu exmarido?

C.R.- No, a mi exmarido no ... Fui en el año '69, me in­

vitó Sov Export Film a un festival de cine, a Mos

c.ú. Y fui, fui a Moseú. Y vi a muchos amigos, es

tuve en el centro español que est;,á en Moscú. Y

había una reunión, por cierto (*) y 'l l . res. , y, y a e no o vi.

que allí iba Dolo­

Me dijeron que

fuera, que ellos me recibirían bien. Como él es­

tá casado con una rusa, a dónde iba yo a ir, no

quise ir, no fui a verlo. En el '64 me llamaron

de Cuba, los amigos: "Ven a Cuba, ven a vernos".

Muchos soviéticos, hispano-soviéticos como los

llaman en Cuba ¿no?. "Vente, vente aqu·Í a Cuba".

Y me fui. Pero tardé mucho en ir pensando que qui

z.á podría estar por allí ¿ves?. Y ya decidí ir

de visita. Estuve un mes y pico en La Habana, y ...

( *) Ibárruri.

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103.

quer.ían que me quedara ahí. Y dice: "Ya te encon

trarémos trabajo, no vuelvas a México, vente aquí".

Dije: "Pues otro cambio de ambiente, ya de cambiar

a España ya". Porque cuestan muchos las adapta­

ciones ... Fue terrible. A mí la adaptación de

la URSS a México me costó mucho. Mucho, de un

mundo a otro mundo, totalmente distinto. Aún te­

niendo la familia; mucho me costó. Y después, yo

creo que me ayudó mucho el encontrar el trabajo

con los soviéticos; que hizo que me encontrara en

la URSS estando en México ¿ves?. Porque no fuera

tanta la distancia.

C.RF.- ¿Y en qué consistía tu trabajo en México?

C.R.- Mi trabajo, pues mira, mi trabajo era ... yo era

secretaria y traductora a la vez. Yo traducía

cuando, por ejemplo, me llamaba la embajada que

había una reunión de, de diplomáticos ¿no?, y qu§_

rían una, pasar una película soviética, y es, es­

taba en ruso. Entonces yo la traducía al español,

así directamente, ¿comprendes?, con un alta voz y

un micrófono. Y ellos estaban d~trás; yo la tra­

duc.ía. Después en mi trabajo venían mexicanos,

distribuidoras o de América Latina, y querían ver

alguna película -nos las enviaban en ruso- enton­

ces yo las traducía. Después veíamos películas

mexicanas para comprarlas, se las traducía al ru­

so, a mi jefe.

e. RF. - O sea, traducías todos los guiones de las pel.ícu­

las.

C.R.- sí, no, no. Las traducía mientras las veíamos.

C.RF.- s.í, por eso, todo el di,álogo. Todo.

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C.R.- Sí, si, el diálogo.

C.RF.- Era un trabajo pesado.

104.

C.R.- Un trabajo pesado; y después, incluso, algunas v~

ces a traducirlas para doblarlas en México ¿com­

prendes?. Bueno, no doblarlas ... subtituladas;

esto hacíamos, era un trabajo pues interesante,

porque no era netamente de oficina. Porque íba­

mos al aeropuerto, íbamos a hablar con el, el di­

rector de cinematograf•Ía, que íbamos a hablar con

Películas Mexicanas, con Películas Nacionales, con

otras distribuidoras, ¿comprendes?. Invitábamos

a periodistas que vinieran a ver películas nues­

tras, cuando ya estaban traducidas al español; y

entonces pues ahí hac1Íamos, pues mira, de ..• anfi

triones mi jefe y yo.

C.RF.- ¿Y qué, trabajabas todo el dJa?

C.R.- Yo traba ... yo quise trabajar mañana, y por la

tarde me iba a comer a casa, porque tantas horas

seguidas a ... Yo en el año '70 empecé ... ya del

est6mago, la gastritis, y me sentía mal porque yo

era sola en la oficina. No tení.11-mos a nadie más

que yo y una cajera ¿ves?. Eramos dos, la cajera

soviética, mi jefe se iba a comer, yo me tenía

que haber quedado ahí; pues yo me iba también a

casa, vi v.ía muy cerquita, andando pod.ía ir al tra

bajo, pues en hora y media, o dos horas; pues co­

mía y me volvía al trabajo hasta las cinco y media

de la tarde, seis de la tarde, y si ...

C .RF. - SÍ.

C.R.- ... y si hacía falta ir por la noche porque ven.fa

alguien o invitaba alguien, pues yo iba, volvía.

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105.

C.RF.- ¿Y qué tal t~ pagaban?

C.R.- Pues me pagaban pues para vivir, mode ... unos suel

dos discretos ¿comprendes?. No para hacerse ri­

co ni mucho menos, me bastaba para vivir. Ahora,

si quer,ía1 pues qué te diré yo, hacer un viaje co­

mo hacía a España pues entonces tenía que trabajar.

Y lo que hacía era dar clases en la embajada, de

español .. .

e . RF . - Ah , a .. .

C.R.- Y esas horas extras ...

C.RF.- A la gente de la embajada.

C.R.- Diplomáticos, a los que estaban ... a las mujeres,

¿comprendes?

C.RF.- ¿Y a qué hora hac;Ías esto?

C.R.- Pues antes del trabajo y después del trabajo.

C.RF.-

C.R.-

C.RF.-

Por la mañana de ocho a nueve, y de seis a siete

de la tarde.

Era pesado.

Era pesado; y a veces de tres a cuatro de la tar-

de, eh ..• Comía de prisa y corriendo y me iba a

dar clases. >

Oye Carmen, y tú cuando llegaste a México, ¿te in

tegraste al partido?

C.R.- Enseguida, el partido de la URSS, el nuestro, el,

la delegaci6n. La representaci6n española en la

URSS me dio una carta para Santiago Alvarez, en­

tonces estaba Santiago Alvarez, una carta rec •..

Bueno, diciendo quién era yo. Porque yo no dije

al partido de ... español en la URSS, porque me

iba, no, yo no lo expliqué a nadie, que quería ir

me a, a México. Que la única hermana que tenía

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106.

estaba en México, caso de estar en Espafta habría

ido a Espafta, ya que no estaba me iba a México.

Yo creo que ellos sabían el problema pero yo no

lo podía explicar en aquel entonces, porque me dQ

lía, lo sentía mucho, y me fui. Y como había ha­

bido algunos problemas, de que mucha gente se iba

y te consideraban desertora porque te ibas de la

URSS, ésto en el '47, '48, ¿comprendes?. Hubo to

do ese problema. Entonces yo dije: "Yo no tengo

nada, no es cosa política, ni muchos menos, una

cosa netamente personal, y me voy y vos ... y la

gente también se va a España pues yo me voy a Mé­

xico, no hago ningún daño a nadie y me voy". En­

tonces me dieron una carta, la presenté aquí y ya,

me incorporé inmediatamente el partido, no tuve

ningún inconveniente.

C.RF.- Entonces los medios que frecuentaste en México

eran, por un lado la embajada soviética ...

C.R.- Soviética.

C.RF.- Y por otro lado el espa ... el grupo del partido.

C.R.- El grupo del partido y de las mujeres, que enton-

ces todavía existían las mujeres de Cataluña, que

eran aparte.

C.RF.- La Unión de Mujeres Catalanas.

c.R.- De Mujeres Catalanas, sí, antifascistas. Y des­

pués estaba el PSUC que estaba también aparte;

no estábamos unidos como ahora. En la URSS sí,

en la URSS sí estábamos PSUC y PC juntos todos.

C.RF.- Oye Carmen, ¿y qué labor realizabas dentro de las

mujeres?, ¿de la Unión de Mujeres?

C.R.- ¿En .•. ?

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107.

C.RF.- En México.

C.R.- En México yo podía realizar muy poca porque yo es­

taba trab ... yo trabajaba ¿comprendes?. A mí cuan

do me mandaban a alguna cosa yo la hacía. Pero

qué te diré, reuniones, íbamos a las reuniones,

porque el trabajo, trabajo era cosa de vender nú­

meros de rifas ¿comprendes?. Hacer pues cualquier

otra, una reunión, recoger dinero, ¿comprendes?,

ropa ... era esas cositas así, ayudarlas a hace ...

Ah, que tenían también los paquetes ... Allí venía

Sil"es, Espresate. . . Y algunas cosíamos paquetes;

yo poco, no las podía ayudar mucho ...

C.RF.- ¿Para qué los paquetes?

C.R.- Para enviarlos a España, de ropa buena que daba la

gente ¿comprendes?. Para enviarlos a España.

C.RF.- ¿Esa ropa a quién iba dirigida?

C.R.- Iba dirigida a mujeres, que recibíamos ya de Esp~

ña direcciones, ¿comprendes?. Y me decían: "Pues

tú manda este cheque a fulana de tal, ten corres­

pondencia con ella". ¿Comprendes?. Después a

mí el PSUC también me lo mandaba.., en nombre del

partido, y también yo mandaba dinero a nombre ...

Y recibía correspondencia de familiares de presos

y de mujeres, cartas muy simpáticas, muy buenas

¿comprendes?. Corno si fuéramos primas. Nos po­

níamos: "Querida prima, te escribo desde México,

tal, tal, tal ... hace años que no sabrás de mí,

te mando ese cheque, rnandarne ... eh, dime cómo van". ¿Comprendes?. Me decía Siles: "Pues tiene un hi­

jo, tiene esto ... " ¿comprendes?. Así, y el pri­

mer viaje que hice a España.

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108.

C.RF.- ¿Fue, en qué año fue?

C.R.- En el '66. Me dieron una dirección en Madrid,

era una calle, para ver unos eh ... un matrimonio

viejito. Yo les tenía que dar dos mil pesetas p~

ra ellos, de, en nombre de, de la, de la U ... sí,

de la Uni.ón de Mujeres ¿comprendes?. Y, pues no

los encontré, yo fui a esa calle, fue a ese núme­

ro, eh ... era una calle de detras del Museo Del

Prado, muy lujosa. Me extrañó que ahí hubiera

unos familiares de un preso ¿comprendes?. No sé,

una dirección ..• yo pregunté por el señor, no me

atreví mucho porque los porteros no me dejaron c~

si ni entrar. Fui con mi hermana, perdimos t6da

una tarde porque no encontraba en esa calle. Por

fin estaba detrás del Museo Del Prado, y, y ~ran­

camente, pues no, me dijeron que no vivía ahí na­

die de ese nombre. Y tuve un disgusto porque yo

llevaba esa misión y no la pude cumplir, y me fui

a México ... No, las pesetas no las devolví, por-

que las tenía que dar de las m·Ías, y después me

las daban ¿comprendes?. Era el problema ese. Pe-

ro no pude ver a esa, a esos camaradas o, que te-

níán al hijo en la cárcel ¿comprendes?. No los

pude de ...

C.RF.- Oye, ¿y en el partido qué labor realizabas?

C.R.- En el partido pues mira, primero ... cuando yo lle

gué de la URSS di una conferencia a los del PSUC:

cómo era la Unión Soviética. Porque resultó que

de todos los que habían ido a México de la Uni,ón

Soviética nadie se acercó al partido más que yo.

C.RF.- ¿Por qué?

C.R.- Porque los muchachos que llegaron de la Unión So

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109.

viética, los hijos de Castellote y otros, y Rosa­

do y la hija de Roses y todos estos chicos; no,

jamás hicieron acto de presencia, ni hicieron na­

da.

C.RF.- No quisieron seguir.

C.R.- No quisieron seguir, no, no quisieron seguir, na­

da, no, no, nada, en absoluto. Amparo, pues no

era del partido ¿comprendes? ... No, no militaba

en el partido. Otros que yo conozco que fueron a

México salieron renegando de la URSS, no tenían

por qué trabajar. Es más, se ofrecieron incluso,

cómo te diré yo ... diciendo: "Escribirémos un li­

bro contra la URSS". En ese plan, ¿ves?, de ofre

cerse como verdaderamente traidores ¿no?, en ese

sentido. Lucía Ruiz que era la dnica que estaba

en México no hacía vida del partido, activa.

dnica que, que me incorporé fui yo, de todo

po más o menos chico procedente de la URSS.

La

un gr):!

Fui

yo la excepción en ese sentido. Amparo en la

Unión de Mujeres trabajó siempre ¿comprendes?,

porque ella tuvo problemas con el partido, yo no , lo sé. Pero yo no, yo no tuve ning.dn problema, me

incorporé; entonces di una conferencia sobre lo

que era la URSS. Cómo habíamos llegado, cómo nos

habían tratado a todos nosotros, el trabajo, bien,

después me. . . Hicimos un, al.. . Me dijeron: "Ha_§_

te cargo de las mujeres del PSUC". Trabajé con

ellas una temporada, pero resultó que al princi­

pio iban a las reuniones, después dejaron de ir.

Todas decían que tenían tareas en casa, tenían

los chicos pequeños ¿comprendes? Y dije: "Pues

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110.

yo ya no las reúno más a las mujeres. No quieren

tampoco hacer nada digo: A mí dejarme reunir con

los hombres del partido porque si no yo no sé na­

da". Y entonces ya me incorporé al partido; pero

sí, porque mujeres iban pocas al partido, ¿com­

prendes?, al PSUC. Yo hablo del PSUC, no del PC,

del PSUC. Y entonces me incorporé a la vida del

partido y, en el año '58, hubo una conferencia de

nuestro partido y me eligieron del comité local

de ahí, de México. Yo no pude trabajar mucho po:i::_

que me dieron relaciones, este, sociales, ¿com­

prendes?. Yo, con quién, si yo no conocía a la

migración española. Yo llegué en el '57, yo, la

vieja emigración, la emigraci.ón no la conocía co­

mo tal. Entonces, mi trabajo pues no, no hice

gran cosa; eh,iba a las reuniones del partido, lo

que me hacían(*) lo hacía ¿comprendes?. Y las ri

fas, las campañas, todo eso. Después en los fina­

les de año, todas las fiestas, pues yo, si, me

prestaba y me ofrecía a hacer lo que se ..• me p~

dían.

C.RF.- ¿Y nunca pensaste en ingresar al Partido Comunis­

ta Mexicano?

C.R.- No.

C.RF.- ¿Por qué?

C.R.- No, porque veía que estaban ahí los españoles, po:i::_

que no ingresaron los españoles. Porque no ingr~

saron los españoles que habían ido antes al parti­

do mexicano. No sé qué problema habría ¿compren­

des?, porque eh ... Estaba ... Nosotros eh, tenía ...

(*) Decían

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111.

es nuestro local. Las autoridades mexicanas ¿co~

prendes?, dejaban la actuación del partido, siem­

pre y cuando no nos metiéramos en asuntos interio

res del país mexicano. Entonces ... yo ir a, al

partido mexicano si todavía conocía menos gente.

C.RF.- Claro. Oye ¿y tú sentiste integrada realmente a

tu familia?, ¿o tuviste problemas con tu familia?

C.R.- Con mi familia, pues problemas siempre los hay,

eh ... primero que todo también ... yo siempre cuan

do pude me fui ya a vivir sola ¿comprendes?, a in

dependizarme. Cuando ya pude cobrar un poquito,

para poderme mantener yo misma ¿comprendes? ... sen

tirme, eh, bien. Porque estando en casa de mi

hermana, pues mira, los problemas de los matrimo­

nios que se arreglen ellos; si había discusión,

si yo apoyaba a mi hermana podían pensar que era

porque mi hermana, si apoyaba a mi cuñado porque

era mi cuñado ¿no?. Entonces mira, yo pensé, pues

salir cuanto antes de, de esto. Ya que has deja­

do tu casa, pues mira, por lo menos ... en no me­

terte en asuntos de otra familiaj y decidí esto,

independizarme, cuando ...

C.RF.- ¿Te independizaste con, con, tenían, mantenías

buena relación con tu familia?

C.R.- Sí, sí, iba todos los domingos, iba a comer, ahí.

Me pasaba un domingo con ellos. Después mi cuña­

do me llevaba a la pensión que era relativamente

cerca, ¿comprendes? Bien, bien, en ese sentido

muy bien.

C.RF.- ¿Y en la pensión qué había?, ¿más gente?

c.R.- En la pensión, sí, era una pensión de refugiados,

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112.

tambi¿n era gente refugiada, de Asturias. Y ha­

bía, pues, muchachos mexicanos, yo me llevaba muy

bien con ellos, eran estudiantes, ¿comprendes?

Despu¿s hubo a veces una pareja de muchachos de

El Salvador, un guatemalteco. Yo hablaba con

ellos sobre la URSS; hablándoles de la URSS. Lo

que había si eran estudiantes, c6mo era la juven­

tud soviética ... Es decir, yo he defendido la

Unión Soviética donde me encontraba, ¿comprendes?,

hablándoles de la diferencia. Y en México cuando

venían a mi oficina los estudiantes, ahora, todos

estos afios hablándome de la Facultad de Medicina,

del Politécnico. Y yo les decía: "Bueno, y voso­

tros ¿qu¿?; cuando termináis la carrera enseguida

queréis hacer dinero, dinero, lo dnico que os in­

teresa''. ''Pues sí, es que ... '' ''Si, sí, yo de­

cía, nada más que eso; a la obrera no quiere ir

nadie. Todos a la capital a abrir un despachito,

a abrir esto, a abrir lo otro". Y ellos se re·Ían

¿ves?, yo les decía: "Ese no es el problema, hay

que sacrificarse un poco, yo les decía, no querer , tenerlo todo en la juventud". Decían "Sí, ya se

ve que usted es revolucionaria y tal". ¿Sabes?,

los chicos, sí ••• yo tenía buenas relaciones con

los. chicos que venían a ... por películas ¿compre~

des?. A veces nos, me decía mi jefe: "Nos aplica ' 1 ' 1 (*) h ' [ ' l -ran e articu o y nos ec aran risa .

C.RF.- ¿Nunca perteneciste al OrfeÓ Catalá , siendo cata

lana?

(*) Artículo 33 Constitucional.

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113.

C.R.- Mi familia lo era, del Orfeó; yo estuve con mi f~

milia cinco años, en el '62 se fueron ellos, íba­

mos al Orfe.ó, los finales de, de año. Allí mi cu

ñado era socio, íbamos al Orfeó, pero ... y mis so­

brinas bailaban La Sardana, eran, S·Í... Y .íbamos

muchos días al Orfeó ¿comprendes? Pero después,

al irse ellos, pues yo ya dejé. Porque en el Or­

feo pues tampoco había mucho ambiente, era un am­

biente muy de derecha, ¿comprendes?. Era, la, la

emigración, pues qué te dire yo, de dinero. Y

yo no me sentía muy bien ahí, mi cuñado me llevó

una vez para que hablara yo de la URSS en una reu

nión de hombres que había en el Orfeó, que le lla­

maban el salón La ONU, ¿sabes?. Allí se reunían

y yo ahí hablé unos ... un día me llevó y yo dije:

"¡Uy!, esa gente". Pues era gente, pues que,

siempre renegando, que de la URSS ésto, de la

URSS lo otro. Y francamente a mí, aquellas seño­

ras tan elegantes, con aquellas pulseras de oro,

que yo veía a todo el mundo ¿comprendes?. Me de­

cepcionó un poquito el ambiente aquel y ya no , fui. Verdaderamente no me encontraba a gusto

¿ves?. Esa es la verdad.

C.RF.- ¿Y cuándo vuelves por primera vez a España dices?

C.R.- En el '66, en invierno.

C.RF.- ¿Y qué impresión recibes?

C.R.-

C.RF.-

C.R.-

Pues vengo

llevaba ya

Tu seguías

a España y me encuentro ... mi familia

cuatro años, aquí.

viviendo en México.

Yo seguía viviendo en México. Acababa de llegar

Aidita, y Antonio, que ellos se vinieron en el '66

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114.

en verano, y me dijeron: "Tia, en invierno para

que no celebres sola, el primero de año te vienes

a España". Digo: "Pues si". Entonces yo me vine

a España. Y estuve aquí; fui a ver a la gente de,

soviética, de los que estaban en la URSS. Enton

ces vivían, pues, bastante mal. La gente estaba,

eh ... Se les veía económicamente mal, fui a ver

a gente de la URSS en Bilbao, que había un ... dos

cientas familias de la URSS. Hablé con muchachas,

médicos, a muchos no les querían reconocer los ti

tules, ¿comprendes? Y los pasaban muy mal; a mu­

chos los habían echado ya de España. Y la gente

dice: "Y nosotros dice aquí, dice nos hemos agua!!

tado porque hemos dicho no salimos de España, es­

ta es nuestra patria y aquí nos quedamos". ¿Com­

prendes?. Y vi a mucha gente de la URSS, más que

nada, porque yo eh ... Después vi a mi amiga, a

Lérida, fui a Lérida. Esa amiga, Mercedes París,

estaba totalmente sola en Lérida, no había nadie

de la URSS, le hicieron la vida imposible, eh ...

Puso un pequeño colegio en su casa y, hasta los

padres de los niños ... iba a ese colegio que era,

pues, primaria ¿comprendes?.

ludaban cuando pasaba por la

Pues no, ni la sa­

calle ella; la dis-

criminaban totalmente, era un ambiente hostil.

C.RF.- Duro.

C.R.- Duro.

C.RF.- Y cuando tu familia de México, bueno, los que lle

garon a México ...

C.R.- Si, si.

C.RF.- ... se plantearon venirse a España, ¿tá no te lo

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115.

planteas?

C.R.- Yo no.

C.RF.- Tu decides quedarte.

C.R.- Yo decidí quedarme porque, primero, dije ... Ellos

me dijeron: "Sí". Y hasta me dijo mi cuñado: "Te

pagamos el viaje, vente a España". Entonces yo

pensé: "Yo voy a España, ellos al principio no

tienen nada. Tenían el piso pero sin muebles, sin

nada, ellos eran cuatro, una familia ¿comprendes?,

yo era una quinta, para qué". Digo: "Irán a ver

a la familia de Salvadores, quizá tengan que vi­

vir una temporada en un hotel, yo seré una carga

para ellos, yo no les puedo ayudar, yo no tengo di

nero tampoco". ¿Comprendes?. Qué iba a hacer en

España, si yo no tenía nada1 en México por lo me­

nos tenía trabajo, tenía casa, pero no tenía dine

ro para venirme a España e independizarme. Yo sa

bía lo que era, lo que eso era ya al llegar de la

URSS, que me vine, fui a México sin dinero también

de la URSS. Entonces para mí representaba, ¿qué?

volver a cargar, a estar yo a expensas, a expensas

de una familia, que quizá se las podía ver negras

en España, ¿comprendes?. Y no quise, después yo

sabía, llevaba cinco años en México, me había cos

tado la adaptación en México. A los cinco años:

¡Vuelve otra vez a adaptarse a España! A mí se me

hizo una montaña esto, enorme.

C.RF.- ¿Y a los cinco años de vivir en México te sentías

adaptada a México?

C.R.- Pues no me sentía bien, bien todavía. Yo te digo

que me, me, me unió a México el estar con los de

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116.

La Unión Sov~ética ¿ves?. No me sentía tan sola.

(Interrupción).

C.RF.- Bueno, me decías que no te sentías muy adaptada,

pero que, en definitiva, algo te habías adaptado

a México. Eh ... cuando muere Franco ¿cuál es tu

reacción?

C.R.- La reacción de, de la muerte de Franco, pues fue

pensar: "bueno, ya ha muerto. Ya se puede volver

a una España en que sea más f.ácil vivir". Yo sa­

bía lo que había pasado mi familia aquí; que si

querías trabajar politicamente era muy duro. Y

mi familia se vino a España, pues, sin dinero se

puede decir. No con el dinero suficiente pára de­

cir: ¡Ah!. Y trabajaban políticamente todos en­

tonces, 'el trabajo ese político. Yo vine aqui an­

tes de morir Franco. Vine en el '66, vine en el

'68, vine a la boda de mi sobrina, que se hizo por

lo civil. En el '68, fuimos al registro, por lo

civil, yo fui su madrina, testigo ¡vaya!. Y fue,

pues era uno de los primeros matrimonios por lo

civil que se hacían. ¿sabes?. 'n esos juzgados

de aquí, de cerca del Arco del Triunfo. Yo sabía

lo que estaba pasando mi familia, desde el punto

de vista de pol·í tices, por la represión, por las

detenciones que hubo, los registros en casa ¿com­

prendes?. Despu4s vine a, a España, en el '69.

Sólo estuve quince días porque estuve de paso.

Fui a la URSS, de la URSS fui a B4lgica, a Bruse­

las, de Bruselas me vine a España, pasé aquí quin­

ce d.ías, eran en verano; y estuve casi los quince

días en una casa de campo. Así que ni vine a Bar

celona se puede decir, nada, después vine en el ...

'71, vine, y vine en el '75 en abril, mayo, junio,

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C.RF.-

C.R.-

117.

antes de morirse Franco, que ya era otra cosa.

Verdaderamente, ya en el '75, yo ya vi a España

de otra manera.

¿Y tu entonces pensabas en venirte a vivir aquí?

¿o no?

Yo pensaba venirme aquí, caso de que tuviera yo

una jubilación, algo, una base, para poder empe-

zar, ¿comprendes? Y, después, caso de que ... si

de no morir Franco yo no hubiera podido vivir si

no me reingresaban en el Magisterio. y como nues-

tro, eh ... Los que habíamos estudiado el, el pr2

fesional, estábamos castigados, nos habían discri

minado del Magisterio.

C.RF.- ¿Por qué?

C.R.- Porque era el plan de la república, y no nos re­

conocían ning,ún derecho ni nada. Algunas compa­

ñeras empezaron a trabajar en el año '73, '74;

cuando ya había cambiado la si tuaci.ón. Entonces

yo, eh ... Me dijeron: "Vente Carmen, y arreglas

lo del magisterio". Pero entonces yo no tenía

nada, eh ... en México tampoco. ~o, por trabajar

en una empesa peteneciente al extranjero, pues

no, po ... Entonces no nos daba México derecho

a pertenecer al Seguro Social todavía ¿comprendes?

Porque nos consideraban que trabaj,ábamos en emba­

jadas, aunque no trabajábamos en embajadas, pero

no, no tenías ... Entonces yo no era del Seguro

Social Mexicano. Entonces, yo, resultaba que ha-

bía trabajado un montón de años, y llegaba que a

la vejéz no tenía nada de nada. Entonces, yo

no quise tampoco, eh. No tenía yo dinero; no,

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118.

no ganaba lo suficiente para ver al ... para aho­

rrar. Entonces de dónde, cómo podía yo vivir si

aquí, aquí llegaba yo en el '73, me admitían en

el magisterio, pero me daban el sueldo como si

empezara entonces, ¿comprendes?. Y dije: "Pues,

francamente con esas perspectivas, pues, no voy

a España". Y, incluso, amigas y amigos me decían

esta amiga mía de Lérida que había sufrido tanto:

"Piénsatelo Carmen, en venir a Espafta, piénsate­

lo, no vengas así como así, es un gran cambio".

Otra amiga que tengo en Jaen, de la URSS: "Car­

men, la vida es muy dura, piénsatelo un poco. Tu

ahí estás bien, trabajas, estás a gusto en el tra

bajo, piénsatelo". Me decían, ¿ves?, mi familia

me decBa: "Pues haf lo que quieras, claro, si

quieres venir/vente". Entonces bueno ... y en eso,

en el año '73, yo empecé a pedir a la URSS la ju­

bilación ¿comprendes? En el año '73, muere Fran­

co en el '75, yo en el '75 todavía no tenía jubi­

lación de la URSS, no la había conseguido toda­

vía, no la conseguí hasta el '76.

C.RF.- ¿Y por qué tanto tiempo?

C.R.- Porque no, no me la daban, primero me la denega­

ron. No me la querían dar. La Cruz Roja Suiza

me escribió diciendo que la Cruz Roja Soviética

les había escrito, diciendo que me denegaban la

pensi.ón.

C.RF.- Pero tú mientras estu ... viviste en la URSS, eras

una empleada del gobierno soviético.

C.R.- Del gobierno, pues sí, yo trabajé.

C.RF.- Claro.

C.R.- Era ... pertenecíamos al Ministerio de, de, de Ins

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119.

trucción.

C.RF.- ¿Y cuando, y cuando vas a México no sigues sien­

do empleada del gobierno soviético?

C.R.- No, porque dejo de ser ciudadana soviética. Yo

no voy con un empleo de la Unión Soviética a Mé­

xico; yo me voy voluntaria.

C.RF.- Ya.

C.R.- Lo que pasa es que yo, eh ..• inmediatamente traba

jé en la embajada dando clases y después en este

sitio, en ... entonces, es como si hubiera traba­

jado diecisiéte años más viente, en una empresa

soviética.

C.RF.- Y esa era la jubilación que tú pedías.

C.R.- Y esa era la jubilación que yo pedía, ¿compren­

des?. Porque en realidad no dejé casi de traba­

jar para ellos, por eso yo la pedía. De haber

trabajado en una empresa mexicana yo no la ha­

bría pedido, la jubilación. en todo caso la ha­

bría pedido sí, eh, sí, ¡vaya!, sí, que te diré

yo, al llegar aquí a España me hubieran dicho:

''Fíjate, ahora la Unión SovikticJ da pensiones,

pequeñas aunque sean, para todos aquellos que

han trabajado diecisiete años allá''. Pero yo,

de haber trabajado por una empre ... para una em­

presa mexicana me habrían hecho del Seguro y ya

estaba.

C.RF.- Claro.

C.R.- Y si hubiera sido quince años, veinte, porque los

cinco primeros no podías trabajar ¿comprendes?.

Pues mira, los, si hubieran sido quince pues ya,

ya tenía lo suficiente para retirarme. Y no me

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120.

habría ido hasta que no hubiera tenido una jubil~

ción de México. O, si hacía pan, en todo caso;

porque yo de rentas no puedo vivir, no las tengo

¿comprendes?

C.RF.- Oye Carmen, y, y ... entonces estuviste en México

eh ... después de la muerte de Franco todavía per­

maneces en México.

C.R.- SÍ, es la ... cuando murió Franco pues la alegría

fue inmensa de todos. Porque dijimos: "Ya se ha

terminado, son cuarenta años de sufrimiento del

pueblo español, y más que de nosotros, del pueblo

español, de los que se quedaron aquí. Porque yo

he dicho siempre que nosotros tuvimos la gran

suerte de salir de España, porque aunque la pas~ ' bamos mal y ... días eh ... de hambre y de la gue-

rra y todo eso; no teníamos la policía ni la

guardia civil detrás de nosotros, y siguiéndonos

los pasos ¿comprendes?. Como los tenían aquí,

todos los que se quedaron y quisieron seguir tra­

bajando, salvo aquella gente que ya dijo: "Yo, mi_

ra, ahí me las den todas y me meto en casa y no

hago nada''. Pero los que siguieron trabajando y

que ... la gente sabía quiénes eran, pues ... las

delaciones, la desconfianza ¿comprendes?. El,

eso de decirte: "T6 eres o has sido un rojo y lo

sigues siendo". Nosotros no, de esto estábamos

libres, estábamos en libertad. En el país que

fuera, pero éramos absolutamente libre, no tenia

mos la guardia civil ahí pisándonos los talones.

C.RF.- ¿Sentías que en México gozabas de esta libertad?

C.R.- Yo en México, sí, yo jamás me he sentido oprimi-

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121.

da en México. En México me sentía pues como en

la URSS, en este sentido, libre, independiente,

me sentía perfectamente bien. Y con la, toda la

gente que yo había conocido mexicana, que he co­

nocido, pues fijate en Películas Nacionales, Peli

culas Mexicanas, artistas, ¿comprendes?. Ibamos

a la casa de Emilio Fernández; y bien, yo me en­

contraba muy a gusto con todas estas personas.

C.RF.- ¿Y llegaste a hacer amistad, amistad fuerte con

algunos?

C.R.- Amistad, pues mira, hasta hoy, ahora me escribo

yo con unas mexicanas que me las encontré en las

reseñas. Nos estábamos juntas, hicimos amistad

y me escribo con ellas, hasta hoy, y nos seguimos

escribiendo. Y, y bien, después con Salvador Ame

lio, Sonia Amelio, éramos muy amigos, muy bien

nos portábamos, y en cinematografía, con todos

los empleados, incluso con el que, ah, nos sacaba

las películas del coche ¿comprendes?, bien. Yo

no he encontrado, quiero decir, ninguna cosa de

repelente, ¿comprendes?, ni mucho menos.

C.RF.- ¿Nunca te sentiste rechazada en México como espa-

ñola?

C.R.- En México me sentí como española ...

C.RF.- Rechazada.

C.R.- Me he sentido rechazada, por ejemplo, en alguna

cola de camión, que yo las hacía, y una vez que­

rían colarse y yo metí las manos y dije: "Aquí

no''. Dice: ''¡Ah! Porque con la 'ce' ¿no?'' ''¡Ah!

es española". Digo: "Y con mucha honra. "¡Ah!

¿y dónde está el oro de Moctezuma que nos robas­

te?". Y pum, pum, y pim, pam; y dentro del ca-

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122.

mión, y yo: "Pues mucha honra, y soy española y yo

no he robado ningún oro, y trabajo dignamente y

honradamente". Y en la cola otro día, del cine,

que querían que yo les comprara, yo estaba en una

cola, en el cine de ... que está en la plaza Espa­

ña, que es de Alatriste. Allí, y estaba yo ahí,

pues eran las cuatro de la tarde¡ yo solía ir al

cine, si iba sola pues iba a la primera función.

Yo estaba pues en la cola, esperando, y se me

acerca una señora y me dice: "Quiere, el favor

de comprarme dos entradas". Digo: "Fíjese que no", 11 ¿no?" Digo: "No". Dice: 11 ¿Y por qué?" Digo:

"porque no me da la gana; yo no lo hago nunca eso

digo mire la cola, si todos hiciéramos lo mismo".

Dice: "Española ¿verdad?'' Digo: "SÍ, española".

"¡Claro, española tenía que ser!" Bueno, me ca­

llé, ella ahí hablando, hablando y ya está. Sen­

tía, en algunos sitios notaba este rechazo ¿com­

prendes?, algún taxista que te maldecía, sentías.

Ahora, en la gente ya de cultura, gente culta, y

no sentías esto, ¿comprendes?. ~ra el pueblo,

era gente pues que eso, nos veían blancos hablá­

bamos con la "ce", y nos veían bien vestidos, eh ...

que nos defendíamos ¿comprendes? trabajábamos y

sentías ese rechazo, eso sí, yo lo he sentido mu­

chas veces. Ya te digo en algún camión, eso, y:

"¡Ay!, qué golpeado hablan ustedes; son españolas

¿verdad?" "Pues sí, españolas". Y te miraban con

un retintín, pero con la ... otras personas ya te

digo, en cinematografía, con la gente que te tra­

taba: "Carmelita aquí, Carmelita allá". Y ya,

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bien, ¿comprendes?

C.RF.- Te sentías a gusto.

C.R.- Me sentía bien, sí.

123.

C.RF.- Bueno, entonces tú ¿cuándo decides volver a Espa­

ña?

C.R.- Yo decido volver a EspaBa, te diré, eh ••• cuando

me dan la pensión de la URSS.

C.RF.- Después de muerto Franco.

C.R.- Pero la pensión me la dieron en el '76, a mí. En­

tonces yo pensé que era de muy mala cortesía el

dejar el trabajo inmediatamente después de, de que

me ofrecieran la pensión ¿ves?

C.RF.- Y la pensión esta, la jubilación, ¿te la dan con

el sueldo completo que recibías?

C.R.- No, ni mucho menos. Ellos me, me dieron una pen­

sión que en pesos mexicanos debe ser unos dos mil

y pico de pesos.

C.RF.- Y tu ganabas más, claro.

C.R.- Yo ganaba pues casi siete mil; no, ni mucho me­

nos ... una tercera parte del sueldo.

C.RF.- Entonces tú sigues trabajando un tiempo en Sov

Export Film.

C.R.- Dos años, pero justos.

C.RF.- Recibiendo tu sueldo completo.

C.R.- Recibo mi sueldo y recibo la pensión, porque ellos

no querían que me fuera ¿ves?. Porque Export Film

no quería, ellos querían que siguiera trabajando

allí. Y hoy/.p. venido esa Juana Perujo que tiene

mucho contacto con el jefe, que ahora estt: y él

dice: "¡Uy!, si estuviera aquí Carmen)dice, díga­

le que se vuelva, que venga a México, que yo pro-

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124.

curaré darle trabajo". Querrían, ellos no hubie­

ran querido que yo me hubiera ido ¿ves?. Incluso,

yo les dije, les planteé en el '76 digo: "Dentro

de dos años me voy a Es pafia" • " ¡ Uy 1 Carmen, no

se vaya a Espafia, qué harrroos sin usted". Porque

yo les resolvía, pues, muchos problemas. Y, y eg

tonces yo ya decidí. Porque me eecribi6 mi herma

na, y una amiga me dice: "Mira Carme~ ei no vie­

nes¡ se están terminando loe plazos para presentar

lo del Magisterio".

C.RF.- Para presentarte ...

C.R.- Para presentar el reingreso mío ¿comprendes?. Y

después yo, con, con lo que me da la Unión Sovié­

tica yo no puedo vivir en España, con esa pensión.

Yo dinero, fortuna yo no hice en México ¿compren­

des?, ¡hombre yo no puedo! Entonces decidí venir

me, en el año '78, pensando que lo del Magisterio

pues sería, qué te diré, medio año, así. Pero mi

ra, ya se va retrasando, ya llevo un año.

C.RF.- Todavía no te dan la pensión.

C.R.- Y no me dan ... el reingreso al Magisterio, esta­

mos ... ahora ha salido, ya en mayo salió una ley,

la amnistía laboral para todos, ya estamos amnis­

tiados ¿no?. Después, nuestro plan profesional

ha sido ya perdonado en este sentido, y ahora ac~

ban ... Ahora hace un mes o dos salió un decreto,

en febrero o en marzo fue, en el que se nos dan los

mismos trienios como si hubiéramos trabajado des­

de el año '36 y '37 y '38. Es decir, que nos con

sideran ingresando al Magisterio, pero no como si

empezaramos, sino ah ... Es decir, como si hubie-

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125.

ramos trabajado estos cuarenta años.

C.RF.- O sea que la jubilación es mayor.

C.R.- La jubilación es mayor; es decir, corresponde a

todos aquellos que han trabajado en Magisterio,

que llevan trabajando cuarenta años ¿comprendes?,

O cuarenta y dos, los que sean, desde '37, '36.

C.RF.- Y entonces ahora sí, si te reincorporan así a tu

puesto, ¿qué sueldo tendrías?

C.R.- Pues, el sueldo que tienen las que trabajan. Yo

pregunté a una que estaba en Madrid, creo que son

de cuarenta a cincuenta mil pesetas.

C.RF.- Con eso ya podrías vivir.

C.R.- Con eso ya puedo vivir ahora, claro que sí. Y des

pués, al jubilarme, yo lo sé por otras compañeras

que están jubiladas, cobran unas treinta y siete

mil, así, ya, de jubilación. De, que creo que es

de un setenta y cinco, un ochenta por ciento del

que, del sueldo.

C.RF.- ¿Entonces cuanto tiempo llevas en España, un año?

C.R.- En España llevo ... hoy hace exactamente un año.

C.RF.- Y tu impresión al volver a España, de, de México,

ya para quedarte en España ¿cuál fue?

C.R.- Bien, a mí me ... yo vi que la gente ... claro, hay

muchos problemas, porque cuando hablas con la ge~

te, la, las cosas han encarecido mucho en este

año que yo llevo aquí, han subido. Mira, nada

más los cines, cuando yo llegué costaban unos ...

ciento cincuenta pesetas, hoy ciento ochenta, des

de enero ¿comprendes?. Pero la ropa, todo ha su­

bido, pero mucho ¿comprendes?. Y uno se da cuen­

ta que hay descontento en la gente, hay paro, y

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126.

notas un ambiente ... Hay am-Oiente de reconcilia­

ci6n si tu quieres, la gente pues habla. Hay ese,

qué te diré yo, el destape todo este ¿ves? Pero

en el fondo hay muchas cosas de raíz que hay que

arreglar.

C.RF.- ¿Y tú te sientes identificada con ...

C.R.- Yo pues sí, yo ahora ya me siento bien. Si yo tu

viera el trabajo, que tuviera el trabajo, pues

bien ... me siento ya.

C.RF.- Eh ... cuando tú llegaste aquí a Espafta, ¿no sen-

tiste algún rechazo por parte de la gente?

C.R.- Pues, eh ... mira, primero que todo yo estuve, lle

gué en abril, estuve en la manifestaci6n del 1°

de mayo, vi la manifestación, participé en ella,

vi la alegría del pueblo ¿comprendes?. Y vi lo

que había cambiado Espafta, el pueblo, hablaba

¿comprendes?, de todo. Y no era eso que a las

otras visitas, que veías a la gente pues muy cerr~

da, no hablaba, no sabías c6mo pensaba; veía, y

después los peri6dicos de ahora ¿comprendes?. No

sé, vi otro ... se paseaba mejor, y se estaba mejor

en Espafta, francamente te lo digo. Después me fui

a las Canarias, después .•. a no, primero me fui a

Lérida, y vi a mi amiga no sé, contenta, alegre,

esperando que la rehabilitaran también de maestra,

y vi un ambiente ... A casa de mis primos que antes

nos recibían, no sé, con hostilidad, podías hablar

de la URSS, podías hablar de todo y la gente te r~

cibía bien. No, no, yo no sentía ningún rechazo.

C.RF.- ¿Y notas que hay diferencia entre el medio espa­

ftol que te rode6 en México, los espaftoles en Mé-

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127.

xico, y los espafioles que tó te encuentras ahora

en Espafia.

C.R.- ¿En qué sentido?

C.RF.- En la forma de ser, en la forma de disfrutar la

vida ...

C.R.- Pues somos ...

C.RF.- ... en los valores.

C.R.- Pues es que, ¿sabes qué pasa?, es que nosotros eh ...

quizá veamos la vida distin; .. de distinta manera.

Quizá el haber viajado, el haber permanecido en

otros países, pues te hacer ver las cosas de modo

distinto. Lo que pasa ahora es que en esos dos

afias o tres, que ha muerto Franco, la gente ha

viajado, también ha salido. Yo veo por la juven­

tud que ha estado en Italia, que ha estado en Fran

cia ¿comprendes?. Es decir, ya ha salido del cas

caron este en que estaba encerrada y habla, y ha­

bla, viendo, habiendo visto otras cosas. No Esp~

fia; porque antes te decían: "¡Uy! como Espafia ...

Espafia tenemos esto, tenemos lo otro''. Ahora se

dan ellos cuenta de que verdader~mente en Espafia

está todo por hacer todavía; estan empezando, y

eso es muy importante. Y diferencias, pues, qui

zá digamos algunas cosas ... Yo lo que noto es

que la juventud querría hacerlo todo muy de pri­

sa, que la juventud tiene grandes períodos de de­

presiónes, tiene depresio'nes. No sé si la juven­

tud de todo el mundo, o la juventud espafiola es­

ta ... A veces tiene depresiones y, no sé, unas,

unos altos y bajos ¿ves?, altibajos, no sé lo que

les produce eso. Después, eh ... eso de no tener

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128.

trabajo, terminar las carreras, hacer ... una, eh,

pedagoga que haga de, de, como la llaman aquí, de

"canguros". Muchachas que tienen que dar clases

¿comprendes?, buscar otro trabajo. Todo eso hace

que la juventud pues no, no tenga esa vitalidad y

ese optimismo que debería tener. Tampoco, a ve­

ces no ven salida, ¿verdad? no ven el porvenir.

Y hablando con los muchachos de la Juventud que

yo he visto en a agrupación, pues ...

C.RF.- ¿En qué agrupación?

C.R.- Es la de la "Sagrada Familia", del partido.

C.RF.- Del Partido Comunista.

C.R.- Que ven los jóvenes, pue ... viéndolos en esos mo­

mentos de las campañas electorales da gusto cómo

trabjan, cómo los ves, con qué entusiasmo, para

cambiar esa España, para cambiarla, para echar

fuera todo, todo lo que hay de malo. Y ves a los

muchachos sanos, salen de excursión, y, y se jun­

tan ellos, quieren vivir; lo que pasa es que eco­

nómicamente España está mal, hay una gran crisis,

y, sobre todo, no hay trabajo para los jóvenes.

Hay que encontrar una solución a todo esto.

C.RF.- Claro. ¿Y tú cuando vuelves a, aquí a España in­

mediatamente te integras a tu partido?

C.R.- Yo sí.

C.RF.- ¿Y encuentras trabajo en tu partido? ¿Trabajo Le­

ninista, al que me refiero?

C.R.- Trabajo de militante, primero, pues, eh ... Cuan-

do uno ya tiene cierta edad, pues muchas cosas ya

no las puedes hacer. Primero que todo, porque

''te cantreu"(*) ir por las calles. Y a las doce

(*) Asi se escucha.

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129.

de la noche, pues, francamente qué quieres que te

diga. Yo un día fui a pegar carteles con otro

grupo, porque había brigadas ¿comprendes?, y pues

el trabajo del partido que ... Pues, las reuniones,

que vamos ahí. Yo voy a algo algunas tardes, que

si hace falta pues, qué te diré yo, trabajar. Y,

hay alguna cosa, se hace. Lo que yo querría es

tener ya un domicilio más o menos, qué te diré yo,

fijo, para ir a la agrupación, para ir a una so­

ciedad de vecinos que son muy importantes, sentir­

me como una ciudadana ya, completa ¿comprendes?

C.RF.- ¿Y dentro de la agrupación se desarrolla algún tr-ª

bajo de tipo político de discusión de temas ... ?

C.R.- De discusión de temas no hay nada, ni se ha podi­

do discutir. Porque primero, yo llevo un año

aquí; hemos tenido reuniones. Hay tantos proble­

mas en la vecindad, que las asociaciones de veci­

nos, que ... Están los partidos allí, que los

problemas de que si hay las escuelas ... Proble­

mas vitales, de la vida, de d,ía, de la vida cuot •••

cotidiana que no tiene caso plan~earse, y estu­

diar los problemas teóricos. Y las cosas van tan

rápidas que, mira, ha habido el referendum. Des­

pués hay que que, haber, hablar de referendums,

qué mitines, que aquí, que allá, que ... Verdade­

ramente la gente no, no ha podido, sólo trabajo

práctico. La base, la que yo digo, yo que soy una

base noto eso de que no hay un estudio teórico.

Los planteamientos que se hacen, de todo el plan­

teamiento te,órico que hay sobre el Eurocomunismo,

,todos estos problemas han tenido que dejarse a un

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130.

lado. Las campañas, las dos campañas de las ele~

ciones, con dos meses de diferencia es terrible

esto. Agota a la gente, la gente sale agotada de

esas campañas. Entonces verdaderamente no hay

tiempo, material, porque la gente trabaja; y la

vida aquí es muy intensa, en España, es una vida

totalmente distinta a la de México.

C.RF.- ¿Por qué?

C.R.- Es un ritmo muy distinto.

C.RF.- ¿Cómo es el ritmo?

C.R.- Mira, la gente se acuesta muy tarde, le gusta cha~

lar, y llega a los cafés, ¿eh? Verdaderamente es

otra vida ... pasear ... tú te vas por las Ramblas

y siempre hay gente ahí paseando, la gente habla,

las vecinas hablan, eh ... Se pierde tiempo ¿com­

prendes?. Todas esas cosas, y no sé ... Hay qui­

zá ..• es otra vida. Yo veo que es otra vida, dis­

tinta a la de México, no sé; pero tengo la idea

de que es distinta.

C.RF.- ¿Y cuál te gusta más?

C.R.- Pues a mí me gusta más esta, en otra vida. Pero , una vida eh ... es otra vida, qué quieres que te

diga, co ... La que yo hacía en México, yo iba al

trabajo, me iba a la pensión, me iba al cine, iba

a las reuniones del partido, que gracias a esto

yo he vivido en México también bien. Porque te­

nía algo, ¿comprendes?, que hacer. Las mujeres,

todo esto, pues te da vida. Ver si haces algo,

aunque sea económicamente nada más; discutíamos

los problemas. Allí sí tenía tiempo para discu­

tir teoricamente, pero aquí la vida va tan rápi-

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131.

da, y a esos ritmos, que no te da tiempo de, de

estudiar nada. Lees los periódicos, lees los pe­

riódicos, las revistas. Pero todo es, qué te di­

ré yo, darle, echarles una hojeada, sentarte y

plantearte el problema, y decir: "Bueno, ¡ale!,

ahora a ver qué plantea el partido comunista ita­

liano; ahora ha habido congreso, ver qué te pla~

teará el congreso de los franceses". Y esas co­

sas, nuestro partido mismo, las discrepancias, lo

que hay ... Uno opina de una manera, otro de otra,

todavía hay esas tendencias, y no se han resuelto.

No, todavía existen, todo esto.

C.RF.- Claro.

C.R.- Y, y no, no ha habido, no hay tiempo, no ha habi­

do tiempo material; y hay que plantearlo, a ver

ahora, ya no habrá elecciones ¿comprendes? Si es

posible ya normalizar ...

C.RF.- Oye Carmen ¿y para ti qué significó la República

j;;spañola?

C. R. - ¿La Rep.ública Española? Mira, primero que todo,

yo conocía muy poco de la monarqnía; yo sólo re­

cordaba que en casa hablaban mal de Primo de Ri­

vera, de los Reyes ... Mi padre era antimonárqui­

co porque era republicano, sin ser del partido,

era republicano mi padre. Y para nosotros la re­

pública pues era un paso adelante, en este senti­

do. Y para mi la república fue verdaderamente

un período que en España se dio un gran paso ade­

lante en todos los aspectos, sobre todo en educa­

ción. Nos pusimos casi a la cabeza de Europa, en

este sentido. Todas las reformas, esos planes,

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en ... educativos, la,

nomías a los pueblos.

132.

los, después dar las auto­

¿TÚ sabes lo que esto sig

nificaba para nuestra patria, todo?. El, la re­

conciliación de los españoles, el sacar toda esa,

el feudalismo, que claro, no lo sacamos del to­

do ... Lo que pasa es que la burguesía española

fue cobarde, ¿comprendes?

C.RF.- ¿Y qué opinas precisamente de esta burguesía es-

pañola que ...

C.R.- Cobarde.

C.RF.- ... que gobernó la república.

C.R.- Pues cobarde, lo hubi ..• Tenía que haber sido la

de la francesa ¿comprendes?, la revolución fran­

cesa. El Tercer Estado verdaderamente. No, eran

grandes personas, desde el punto de vista humano,

los republicanos. Y unos grandes hombres de cien

cia. Porque teníamos gente buenísima, era lo me­

jor de España, en realidá, los republicanos. Pe­

ro, grandes oradores, pensadores ... pero al lle­

gar a la acción ahí terminaba ya, ¿comprendes?.

En la acción es donde falló, fallaron ellos, no

dejaron, no, no, realizaron la revolución democrá­

tica burguesa, no, no la hicimos en España. No

está hecha, ¡vaya!. Ese es el problema de nues­

tra burguesía republicana y avanzada ¿comprendes?

del capital. No, no, no estuvo a la altura de lo

que debía haber estado allí. Por eso nos encon­

tramos así, ¿comprendes?

C.RF.- ¿Y qué significó para tí el exilio? ¿qué, qué

sientes como exiliada tú?

C.R.- Como exiliada, pues que es muy duro, el sacarte,

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133.

el tener que salir de tu tierra de esa manera es

muy duro. Porque si sales por cuestiones econórni

cas, yo no sé, los de antes. Yo no hablo de esos

pobres que han tenido, con Franco, tener que sa­

lir, de España por no encontrar trabajo, ¿cornpreg

des?. Pero los de antes, los que se iban a "ha-

cer las Américas", que decíamos, ¿no?; los india­

nos, pues creo que esos, pues mira ahí iban a

eso, a hacer dinero. La emigración española no

salió por el mundo a hacer dinero, la emigración

política española, el año '39. Y, además, no

eran millonarios los que salieron, era, eran int~

lectuales, eran médicos, eran gentes que empeza­

ban a vivir muchos, y muchachos que no tenían na­

da, que tenían, que se estaban formando en aquel

entonces, esa fue nuestra emigración. Una ernigr~

ción arrancada de cuajo, de sus raíces; y tuvi­

mos que crecer en otro país, y en otros ambientes,

a veces muy hostiles, ¿comprendes?, a veces muy

buenos; pero arrancados, y llorábamos y añorába­

mos España; era un grito, el quer~r ... volver a

esa tierra, en serio. En la URSS llorábamos siem­

pre. El aniversario decíamos: "El año que viene

a España, el año que viene a España". Y siempre.

Yo recuerdo, a los doce años de estar en la URSS,

vimos una película en español, de Lolita Torres,

una argentina, cantando eh ... El Fado, no Fados,

Los Fados, cantando canciones españolas ... mira,

yo lloraba, lloraba corno una tonta; doce años sin

oir una película, ver una película hablada en es­

pañol, pues era, no sé, una cosa de, de añoranza,

era una añoranza terrible a nuestra tierra.

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134.

Quizá los de México la añoraron menos porque se

encontraron con una lengua, unas costumbres, un

clima. . . más ...

C.RF.- TÚ cuando llegaste a México ...

C.R.- ¡Ah ••• ! sí.

C.RF.- ... una vez que te pudiste adaptar, eh, ¿conside-

raste que tu exilio en México fue ... ?

C.R.- Pues se, se echaba de menos a España.

C.RF.- ¿Igual?

C.R.- No, no tanto.

C.RF.- Menos.

C.R.- Menos. Era más suave el exilio ¿comprendes?.

Porque oías tu idioma, pues eh ... el clima más o

menos, después eh ... Y, no sé, te daba la sensa

ción de que ya no, no estabas tan lejos de España,

no sé. Yo en México no notaba tanto el exilio, es

que en la URSS lo notabas mucho más.

C.RF.- Claro.

C.R.- Estando bien y compenetrados con los soviéticos,

pero es que eh ... todo, el clima ¿comprendes?.

Después, éramos pocos, relativamente éramos pocos

en la URSS, españoles; si éramos mil quinientos

éramos muchos. Eramos ... mayores quiero decir,

en este sentido.

C.RF.- Y ahora por ejemplo, si no se te solucionara aquí

tu problema económico, vamos a suponer, esperemos

que no, ¿volverías a México?

C.R.- Primero que todo no podría volver.

C.RF.- ¿Por qué?

C.R.- Porque el plazo de la FM-2 termina en un año, as·Í

que ...

C.RF.- TÚ has perdido tu derecho a entrar a la URSS.

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135.

C.R.- Yo he perdido ese ... no, porque lo renové en mar­

zo, este año; pero si no regreso dentro de un año,

quiero decir u once meses, pues lo pierdo.

C.RF.- Bueno, pero suponiendo que no lo perdieras.

C.R.- ¡Hombre! Si no encontrara trabajo aquí, a México

yo estoy pensando yo vuelvo a México en caso de

que tuviera que volver ¿no?, eh ... El trabajo no

me lo guardarían, a mi edad quién me daba trabajo

en México; a mi edad, ¿dónde podria yo trabajar?,

¡ah! También es todo un problema, no es tan fá­

cil, entonces, pues mira, de lo malo, malo, ten­

drás que pensar de que se tiene uno que quedar

aquí.

C.RF.- ¿Y hechas de menos México?

C.R.- Pues a vece,s se hecha de menos México; como en

México hechabas de menos la URSS. Siempre se h~

cha de menos algo cuando uno ha estado en tantas

partes. Porque quisieras tener todo lo bueno de

los tres países en tu mano, y eso no lo puedes te

ner. Lo malo se olvida, de todo,· ¿comprendes? Y

te queda lo bueno, quisieras tener las amistades

de México y los amigos de México, el trabajo de

México pero en España. Y, todo eso, pues corno no

puedes ser, pues hay que contentarse con lo que se

tiene, ese es el problema. Nosotros somos una

gente que no estarérnos bien, quizá, en ninguna

parte ya. Nos va a costar en todas partes estar

bien, y siempre añorarérnos algo ...

C • RF . - S.Í , s.í .

C.R.- Hasta que nos muramos, ¿comprendes?

C.RF.- Yo pienso que S·Í. Por eso pienso que en definiti

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136.

va la guerra, y aunque en un principio los que se

quedaron sufrieron más ...

C.R.- Ahora están mucho mejor ellos que nosotros ...

C.RF.- Pero en definitiva todos los exiliados estan mar­

cados.

C.R.- Todos. Yo con las amistades que dejé de la infa~

cia no ten ... no puedo tener ningún contacto con

ellas. No, no hay nada de común, aunque hayámos

estudiado seis, siete años juntas, nada. No me

liga nada a ellas; yo voy con mis amigos de Méxi­

co, con mis amigos de la URSS, no con los que de­

jé en España. No voy, no voy, porque ellos son ...

no han cambiado, o soy yo la que he cambiado mucho

y a ellos los encuentro, qué te diré yo, egoístas.

Los encuentro sobre todo los mayores, yo no ha­

blo de la juventud, de los hijos, ni de los nie­

tos, yo no hablo, de ellos los encuentro muy ce-

rrados, muy egoístas, no sé. Todavía con una men

talidad que parece, pues, una mentalidad pues de,

no del año '36; ellos creo que se han ido a la

mentalidad de los años '20 ¿compr~ndes?. Muchos

años de diferencia con respecto a nosotros. Yo

he, yo he venido aquí a España, he ido a ver al­

gunas amigas mías de, compañeras de, del Magiste­

rio, y no sé, no puedo, no puedo. "¡Hola!, qué

tal c6mo estáis". "bien, bien". Ya no, ya, nunca

más. Digo yo: "para qué volver a hablar con es­

tas chicas". No, no me ata nada a ellas, y son

de la misma Lérida y todo lo que tu quieras.

C.RF.- Entonces tu dices a que, que aquí buscas a tus

amigos ...

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137.

C.R.- SÍ.

C.RF.- Que han venido de México y de la URSS.

C.R.- Sí, a los amigos que he hecho en México y, más

que los que hecho en México, los que he hecho en

la URSS. Porque eran los años más duros y éra­

mos verdaderos hermanos y to ... Lo que teníamos,

lo poco que teníamos, nos lo dábamos unos a otros.

También hay diferencia entre la migración que ha

estado en la URSS.

C.RF.- ¿Qué diferencia encuentras?

C.R.- Pues, primero la que yo conozco, de la que está

aquí en España. Es gente, la mayoría, que tiene

dinero.

C.RF.- Los de México.

C.R.- Los de México, han venido con dinero, entonces ya

tienen, no sé, es un ambiente ... Yo me llevo muy

bien con ellos, pero tampoco yo era tan amiga en

México con ellos, ¿comprendes?. Para decir: "Si­

go siendo tan amiga". Porque yo los verdaderos

amigos, que yo considero amigos, amigos, amigos,

amigos, son los de la URSS.

C.RF.- Vinieron en otro plan, los de la URSS.

C.R.- Y fuimos allá, de otro plan, all,í nadie se hizo

rico; porque quizá fue una migración que fue al

revés, nos proletarizamos en parte, y no sé, no,

no ... tenemos otra mentalidad también, fijaté.

C.RF.- Y al tener otra mentalidad ¿tú no chocabas en Mé­

xico, con la emigración de México, con los refu­

giados.

C.R.- Yo con los refugiados ... primero que todo, los r~

fugiados ... primero que todo, los refugiados míos

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138.

han sido los del partido y como me uní al partido

con ellos. Y, y, por ejemplo, pues los del PSUC,

pues estaba mi cuñado ... y entonces, ¿comprendes?

... estaba Anglada que eran de, que era, lo había

conocido en España todavía, durante la guerra.

Estaba García Lago, estaba Aurelia, no sé, Amparo,

en ese plan ¿comprendes?, pues me encontré bien

con ellos. Y, fuera de la migraci.ón que no fue­

ran del partido, sí he conocido otras personas p~

ro no ya tan amigas. Iba algunas veces de visi­

ta, después iba a casa de amigas de Lérida que

habíamos estudiado juntas. Y como han emigrado,

pues, nos une eso, los momentos esos dolorosos de

haber emigrado y haber salido de la tierra, de ha

berla perdido, y de hablar: "Fijate, en Es~aña

pues yo acabo de estar ahí'', ¿comprendes?. Y ha

blas con los que se quedaron aqu·Í y es otra cosa;

ya no, no, no te une nada con ellos.

C.RF.- ¿Ni aunque luchárais juntos en la guerra, tampo­

co?

C.R.- Aunque lucháramos juntos. Pero ";S que yo no los

he encontrado esos; yo no he encontrado gente que

haya luchado, porque los conocídos ... Yo busqué

a Mercedes •.. estaba en la URSS conmigo ¿compren­

des? Que éramos muy amigas, salimos de la fron­

tera juntas, todo. Después con las Pijoán, pues

alguna estaba en, también en México, ¿comprendes?

Es decir, que yo aquí, ya de los que he luchado,

con las mías de, del Magisterio no he luchao con

ellas, porque unas eran del POUM otras eran anar

quistas, ¿comprendes?, republicanas .•.

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c. RF. - ¿Y ni aún ... ?

C.R.- Ni nada.

C.RF.- O sea, pertenecíais a partidos diferentes.

C.R.- Si, diferentes.

139.

C.RF.- Pero en definitiva luchásteis por la misma causa,

¿eso tampoco os une?

C.R.- Por la misma causa, pero es que estas ... estas mu

jeres hoy pues ya, han dejado la lucha, qué quie­

res que te diga.

C.RF.- ¿No siguen incorporadas?

C.R.- No siguen.

C.RF.- A su partido ...

C.R.- Pues ... se casaron, las apartaron del magisterio

¿comprendes?. Fueron represaliadas, muchas se en

cerraron en su casa, con su familia, y no han, no

han seguido luchando.

C.RF.- Entonces es curioso, pero realmente el exiliado ...

C.R.- Ha seguido ...

C.RF.- Ha seguido combatiendo, y el que se quedó dentro

·no.

C.R.- ... ha seguido combatiendo. No, P?rque ha habido

mucho exilio que ha dejado de combatir y sigue

exiliado.

C.RF.- Entonces éstos es más individual.

C.R.- ¿Comprendes?. Claro, depende ¿eh?. Porque fíja­

te si de los exiliados que viven en México, que

muchos fueron del partido, hoy, hubieran seguido

en el partido, habría mucha más gente en el par­

tido, y de mujeres antifascistas. Ahí tienes la

prueba, ¿dónde están, todas aquellas mujeres? Mu

chas viven todavía. Se han alejado totalmente de

la lucha también.

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140.

C.RF.- ¿Y tú crees que, eh ... es lógico que se hayan ale

jado de la lucha viviendo en México o piensas que

deberían haber seguido?

C.R.- ¡Ay!, yo no ... para mí, yo creo que deberían ha­

ber seguido. España seguía siendo franquista y

había que ayudarla. Yo sólo te digo una cosa¡ yo,

por ejemplo, puede haber muchas discrepancias con

el partido y con todo, pero creo que dejaría de

ser Carmen Roure si hubiera dejado el partido.

¿Que para qué me servía a mí haber salido de Es­

paña y haber luchado en la guerra, comprendes, h~

ber combatido, y después irme a casita tranquila­

mente? Y bueno, ahí me da todo, voy a mi trabaji

to, y ya, no sé.

C.RF.- Tú, durante tu estancia en México, ¿pensaste alg~

na vez en ya quedarte siempre en México, en que­

darte ya siempre en México?

C.R.- No, yo no pensé eso.

C.RF.- ¿Tú siempre pensaste que volverías?

C.R.- Yo siempre pensé que volvería, siempre yo decía:

"Hay que cerrar el ciclo, URSS, España; URSS, Méxi

co, España. Hoy tengo ya cerrado el ciclo, no es

por la, por la cosa esa de morir en España; a mí

el morir me tiene sin cuidado, morir donde se mue

ra ... no es eso, es volver a, a tu tierra, volver.

Porque a nosotros eh ... salimos por la fuerza, no

salimos voluntarios. "¡Va, vamos! Salgo, a ver

si hacemos dinero, vamos a ese país, vamos a ver

cómo se va por allá". Pues no, porque salimos

por un ideal, y por ese ideal pues hay que salir

luchando. Y, como española, ese ideal no se ha,

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141.

todavía no está conseguido, pues, hay que seguir

luchando por él. A ver si con nuestro pequeño

esfuerzo y nuestro granito de arena, pues, se

puede hacer algo más para hacer el camino y la es

pera más corta, es eso.

C.RF.- Y en tu grupo de partido de aquí, ¿cómo se les

llama?

C.R.- Agrupación.

C.RF.- En tu agrupación de partido de aquí, ¿encuentras

que hay mucha diferencia entre tu formación polí­

tica que se debe fundamentalmente a la URSS, aug

que ya a la URSS llegaste con mucha conciencia,

pero en tu formación política que se debe funda­

mentalmente a la URSS, y la poquita formación po­

lítica o el, el, o el mucho contacto que tuviste

en México con, con todos los problemas, fundameg

talmente con el partido encuentras, te sientes di

ferente a la gente de tu agrupación?

C.R.- A mí me falta lo que a ellos les sobra, trabajo

práctico. Y los problemas de España los ven mu­

cho mejor ellos que yo; porque nosotros los veía­

mos desde lejos, y una cosa es verlos de lejos y

otra cosa es estar aquí ¿comprendes?, y vivirlos.

A mí me falta ese ... ese enlace del pasado con la

realidad actual que ellos la han ido viviendo pa­

so a paso ¿comprendes?, hasta de estos últimos

años. Entonces, yo creo que nosotros pensábamos

en una España un poco idealizada, y en las mismas

personas ¿comprendes? Y claro, el franquismo ha

hecho mucho daño ... a las personas, y las ha cam­

biado mucho, y todo eso también tienes que tene~

lo en cuenta. Y la, la preparación teórica mía

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142.

de poco les puede servir ahora cuando ellos están

mucho más bregados en la cosa práctica del día,

lo que hay que hacer, y los problemas. Y no es

momento de teorizar, es momento de actuar ¿com­

prendes? Ahora, en ese plan.

C.RF.- ¿Pero tú sientes que no puedes actuar?

C.R.- Yo siento, me siento desligada ... yo primero que

todo yo no tengo un trab ... ahora trabajo, yo e~

toy en casa, no trabajo, entonces que puedo ...

yo no, no veo el trabajo de una empresa, de un

colegio ¿comprendes?

C.RF.- Bueno, pero antes hablabas de las asociaciones de

vecinos, ¿ahí estas haciendo ... ?

C.R.- Pero no voy, porque allí han nombrado gente que

va al trabajo, que lo lleva años haciéndolo ¿com-

prendes? Y yo, yo no voy, yo soy

conozco los problemas del barrio.

nueva, yo no

¿Por qué me

tiene que nombrar a mi? Si yo no los conozco,

yo no sé nada.

C.RF.- No, bueno, no nombrarte, pero sí ayudar al traba­

jo.

C.R.- Ayudar al trabajo ... es que todavía te cuesta un

poco todo eso, no es tan fácil la adaptación. El

encontrar a la gente, y ahora voy conociendo geB

te de la agrupación, que antes no conocía a na­

die. Ibas ahí, te encontrabas un poco, ¿compreB

des?, gente que, que nunca la habías visto, que

es del partido. Y, yo, un día me presenté: "Aquí

estoy, vengo de México". Y con el carnet ¿com­

prendes? "Dadme el carnet nuevo". "¡Ah!, bueno,

¿de México?, muy bien". 1'¿Cuándo teneis reuni6n? 11

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143.

"Pues tal día, tal otro". Pero ahí toda la gen-

te trabaja. Los estudiantes, porque van al Ins­

tituto, saben los problemas del Instituto; los

otros, porque en el trabajo, en la empresa, ¿com­

prendes?; la otra porque es portera, la otra por­

que es de transportes, y todos tienen problemas

qué plantear. Yo no tengo ninguno porque no los

vivo, no sé, los desconozco. Entonces te encuen

tras un vacío, hay que ... no, no llegas, venimos

de otro mundo ¿comprendes? En este plan nosotros,

teóricamente: "¡Ah!, sí, el problema de los muni­

cipios, el problema éste". Pero hay que verlos,

hay que tocarlos y hay que trabajar. Puedo me­

terme en una asociación de vecinos, pero yo tam­

poco sé los problemas y los tendría, me los ten-

drían que

formado.

explicar. Cómo han venido, cómo se han

Hay allí otras gentes de otros partidos,

de todos los partidos ¿comprendes?. Yo no conoz-

co a nadie, ellos los conocen ya, llevan años tr~

bajando. Entonces, yo allí qué, ayudar a qué.

¿A escribir?, es lo único que podría hacer, ha­

cer cualquier tontería, de, de trabajo de ese

¿comprendes?. Ese es el problema, no es tan fá­

cil ... incorporarte a la vida activa. Ahora,

si a mí me dieran una escuela, pues yo entonces

sí; porque conoces a los maestros, vas a las reu­

niones, hablas con los padres, tienes un contac­

to con la gente, la tienes. ¿Y ahora con quién

puedo relacionarme?, si no trabajo ... No puedo.

Qué problema puedo plantear a la agrupación, no

puedo plantear ninguno .. Este, ahí está, que

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144.

nosotros esta ... Son cuarenta años que no esta-

mos en España. Es eso, y de muy buena gana, pero

yo qué puedo hablar, si yo no lo sé. Cada agru-

pación ... No conozco a los camaradas, no los co-

nazco, no sé cómo pueden reaccionar; los carteles

ellos saben cómo hacerlos porque, claro, lo han

estado haciendo todo eso. Yo me limito a escuchar

¿sabes?; ver lo que hacen. Cuando las campañas:

"Vamos, hay que hacer esto".

hacer". Yo amaba vivir con la

des? Con la, con las mujeres,

"Muy bien, hay que

gente, ¿compren­

ah, explicando

pues esto, lo otro, y escuchándoles a ellos más

que hablar yo. Todo un problema. Son muchos

años de alejamiento. O si yo me hubiera incorpo-

rada, qué te diré yo, a Hacienda ¿eh?, como te

digo, a una empresa pues sí; conoces los proble­

mas, pero yo ahora no estoy, no estoy.

C.RF.- ¿Y tú crees que llegaras a incorporarte?

C.R.- Pues yo creo que sí, tengo que, todos ya están in

gresando, la gente ... pero se resolverá ¿compren­

des?. Claro, el problema y nada,,ahora eh, falta

eso, de que me mandan de Lérida las ... el certi­

ficado de estudios, mandarlo a Madrid. Y en Ma­

drid, mis documentos están en Madrid, en el Minis

terio. Porque yo he recibido una carta del Minis

terio, así que están ahí, y es cuestión pues mi­

ra ... Lo malo de esperar, lo malo de todo eso es

que en los ministerios sigue la misma gente de an

tes; es que no ha cambiado nada, es que en España

no ha habido la ruptura, no la ha habido. Siguen

los ministros, siguen los mismos, y es su sede la

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145.

que manda. Y en los ministerios sigue el mismo

personal, no ha salido nadie de esa gente; era

como los municipios "que ahora sí, que va a salir

la gente", pero hasta ahora no, eran los mismos.

Allí está la contradicción ¿comprendes?, de, de

la democracia española que no es tal democracia.

Entonces nos encontramos con ese problema, dicen:

"Bueno, que esté ... bueno". Y pues tiene que

ser ... personas; lo que nos ha explicado esta se­

ñora que nos lleva los asuntos, que es una habi­

litada, dice: ''Antes a mí me los resolvía en Ma­

drid, porque tenia un amigo en el Ministerio, y

este amigo pues mira, era de, de, de derecha, y

le untabas dinero y te lo hac,ía". Y así están

las cosas, todo está podrido, los ministerios si­

guen los mismos, los ministros ya ves hoy, ya na­

da ma ... Bien, todos los ministros son de UCD.

Ahora tienes la contradicción en España tan enor-

me, municipios socialistas-comunistas y tienes el

gobierno de UCD.

C.RF.- ¿Y no piensas que esta situación es la misma que

se dio en el '34?

C.R.- Claro que no.

C.RF.- ¿No?

C.R.- Es muy distinta, yo no la veo igual, no se repi­

te la historia.

C.RF.- No se repite.

C.R.- Identicamente no se ha repetido jamás; y no pue-

de repetirse en nuestra tierra.

ser.

Nada, no puede

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146.

C.RF.- No. Me estoy refiriendo al, a la situación polí­

tica completa, o sea ..•

C.R.- La situación política de España.

C.RF.- El gobierno de derecha y municipios y consejales

de izquierda.

C.R.- Pero es que han pasado muchos años ¿comprendes?.

Y el problema consistirá en, en que dar prisas a

que el gobierno este ... claro, a la izquierda no

querrá ir, el gobierno, porque se ha inclinado

más a la derecha. Pero ahora todo consistirá en

que los municipios hagan valer ¿comprendes? Y

los diputados de la oposición, se trabaje. Por­

que lo que aquí hay que evitar es que haya, como

dicen, eso, el bipartidismo, ¿sabes? Que se vuel

va a hacer dos Españas. Ese es el problema, evi­

tar eso, que es lo que se intenta ¿comprendes?

Otra vez, las dos Españas, la roja y la otra, ¿s~

bes?

C.RF.- Oye Carmen, ¿y en México nunca te planteaste el

nacionalizarte mexicana?

C.R.- No. No, porque cuando yo llegué,era el último

año que estaba Ruiz Cortinez, y después ya no me

lo planteé, cuando me dieron ya .•. Había termi­

nado el ref erendum. Como yo trabajaba en una em

presa soviética, ¿comprendes?, pues no, no me hi

zo falta el, el hacerme ciudadana o como se lla­

ma, nacionalizarme mexicana. Y como yo sabía

que no dejaban, que decían: "No, el último año

del presidente no dejan. Y después, ya hace fal

ta mucho dinero y cuesta mucho". Digo: "Pues pa­

ra qué". No, no.

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147.

C.RF.- Eh, te preguntaba si te adaptaste a la comida me­

xicana.

C.R.-

C.RF.-

¡Hombre!, a mí me gustaba, sobre todo el chile,

eh, la salsa mexicana, hasta las tortillas. Lo

que pasa, que cuando en los '70s empecé a tener

gastritis, pues mira, ya se terminó la comida me-

xicana. Lo único que no me gustó nunca fue el

atole. i Ay! , el, el mole, fíjate no.

Bueno, entonces piensas que como, que para tí el

exilio realmente ha sido una marca en tu vida.

C.R.- Pues sí, lo ha sido. Lo ha sido porque, primero

que todo, nuestra juventud ya nos la estropeó.

Eramos, teníamos veintitres años, por ejemplo, yo,

cuando salí ya de España, y, y nuestra vejez tam­

bién. Es decir, y la madurez pues sí, eh, ha si­

do ... nos ha marcado para siempre. Hemos sido

una generación que nos ha tocado mucho sufrir. Y,

resultados, afortunadamente quizá podamos ver al­

gunos; bueno, estamos viendo en parte y eso pues

siempre te da ánimos. Y, sobre todo, piensas en

todos aquellos miles y miles de españoles que hu­

bieran querido ver la muerte de Franco y no la

vieron ya. Franco murió veinte años tarde; bueno,

mejor no hubiera •.• mejor hubiera sido que no hu­

biera nacido, pero en fin. Porque estropeó la vi­

da ..• muchos españoles hoy querrían volver a Es­

paña, y ¿cómo vuelven?, tienen los hijos ~asados,

ya con en ... gente del país donde han estado re­

fugiados; donde han sido acogidos; nietos; que

tienen la vida partida ya. Querrían volver a Es­

paña pero están pensando en que tienen, que ahí

lo tienen todo. Y está muy duro todo eso, de pe~

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148.

sar. En cambio, veinte años antes, pues muchos

jóvenes habrían ... la familia entera habría podi

do regresar, ahora no regresa la familia entera.

Ahí está el problema. Y hacer viajes, como dije

ra: "Bueno, pues sí, pues mira, una temporadita

en México, una temporadita en España". Como aho­

ra mucha gente piensa: "SÍ, pero los años pesan,

y las alturas, y el corazón, y ... Todo". Y ya

no se puede hacer eso, tampoco.

C.RF.- Y es más, hace falta un buen respaldo económico.

C.R.- Económico, hay quién podría hacer eso¿comprendes?

Pero tampoco están con, satisfechos, porque:

"¡Ay!, qué les pasará. ¡Ay!, el nieto, ahora es

su cumpleaños, yo no estaré". Sobre todo los pr2

blemas familiares que también atan mucho, y unen

a las familias. Todo, todos estos.

C.RF.- Oye, y tú ahora que has vuelto, y que seguiste mi

litando en el partido en México, ¿piensas que hoy

en día los partidos en México tienen razón de ser

en México? Los partidos españoles, claro.

C.R.- ¿Españoles?

C.RF.- O sea el partido comunista, el partido socialis­

ta fundamentalmente, que son los dos que siguen

n1ás • ••

C.R.- Pues fijate, yo, soy de la opinión que, para los

que están allí, para ellos es un desahogo el ir

a las reuniones. Y las hacen, normalmente y reg~

larmente ..• el recordar España. Para ellos es

una satisfacción, se sienten todavía con algo

que les une a España desde el punto de vista po­

lítico. Esto les obliga a leer los periódicos,

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149.

a tener incluso, qué te dire, correspondencia con

algunas personas de aquí eh. Sentirse vinculados,

más unidos y quizá no decir: "Bueno, ya, ya se ha

terminado, ya no tenemos ningún lazo político con

España". Que, que lo llamen partido o lo llamen,

eh .•. delegación; que lo llamen de otra manera si

tu quieres ¿comprendes?. Pero yo, me parece que

para ellos también es un, un medio de, de alta s~

tisfacción de ellos, de no sentirse ya totalmente

marginados, de lo que pasa en España, en este se~

tido. Yo qu e lo he vivido, en México sobre todo,

ese problema pues me parece que ... mira, ya sabes

que no haces nada, que no ayudas a España, que la

ayuda hay que hacerla aquí dentro, en España.

Pero ... mira, tienes, es decir, tienes un, el com­

promiso ese moral ya de, de ir a, decir: "bueno,

hoy me toca reunión, ya". Y sabes que ese día ya

no, no, no te comprometes a nada más, a la reunión.

Y te encuentras con los tuyos, porque es la única

manera en una ciudad tan enorme como México, de

encontrar a gente y de verse, taJJ1bién, una vez a

la semana. Para mí el perder un día de reunión

significaba mucho; fíjate, me hacía el efecto que

ya no veía aquella gente, que estar una semana,

aunque los llamaras por teléfono. Una cosa es

llamarles por teléfono y otra cosa es verlos.

"¡Hombre!, ¿como está tu mujer? ¿cómo están los

nietos?, ¿qué tal? Y, y el salir, y el despedir­

te y el hablar ahí un rato, y, eso, pues, es co­

mo, te diré yo, como un club, mira; en ese senti­

do, en serio.

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150.

C.RF.- Si, sí, si, estoy de acuerdo.

C.R.- Es sentirse ligado, no perder el contacto espiri­

tual ¿comprendes?, hasta físico si tu quieres.

El recibir la prensa, el comentar, el hablar, SeQ

tirse todavía en ese ambiente, tan lejos de la

patria. Yo no considero que sea una cosa mal he­

cha, hay quien opina que si. bueno, yo creo que

no, y si la gente quiere ir a la reunión, ¡demo­

nio!; y se siente con ánimos y quiere hablar y

quiere escuchar pues que lo haga, no hace daño a

nadie.

C.RF.- Oye Carmen y ahora que te repongan en tu puesto

de ...

C.R.- Si, de Magisterio.

C.RF.- De Magisterio, ¿tu te sientes con ánimos de vol­

ver a coger un curso de chicos?

C.R.- ¡Pues hombre!, me siento y no me siento. Por lo

que yo he oído hablar de muchos maestros que ver­

daderamente siempre dicen que, o los padres, y

que la escuela pública, que es tan mala, y que

no hacen nada los maestros. Yo creo que me sen-

tiria, yo no te diré con muchachos ya de doce y

trece años, entonces yo tendría que empezar tam­

bién a estudiar yo, porque muchas cosas se han

olvidado. Y, como te decía antes, sobre todo ma­

temáticas y ciencias exactas, pues todo eso ya,

pues hay muchas cosas nuevas. Yo, mira, litera-

tura si tu quieres, que más conservador ¿no?. La

geografía, historia, estas asignaturas pues toda­

vía me sentiría capaz de darlas, no me daría mie­

do. Es más, incluso, quizá me gustaría dar clase

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151.

a esos chicos y más que nada, claro, ¿no?, ya se

sabe que no escuchan, pero poder hablar con los

maestros. Cómo son los maestros hoy, espafioles

¿comprendes?, ¿qué piensan?, ¿qué opinan?, ¿qué

formación les ha dado el franquismo? ¡demonio!

¿Qué es lo que ha hecho con nuestra pedagogía?

¿comprendes? Con los pedagogos, con los que es­

tán encargados de formar a las nuevas generacio­

nes, y ver dónde están los defectos, y si han,

si están tan arraigados esos defectos ¿comprendes?

¿Cómo hay que corregirlos? Esto también es muy

importante, pero para eso tienes que estar con

ellos, hablar con ellos, y, y trabajar ¡vaya!

C.RF.- Oye, ¿y cómo habiendo un paro tan grande en el

país, paro de profesionistas fundamentalmente, có­

como puede el, el gobierno reponernos a vosotros

en estos puestos?

C.R.- Nos reponen, primero que todo, mira, ya ... mucho,

la raíz de, de cómo están los colegios. Yo te di

ré, que hay muchos colegios particulares que admi

ten estudiantes y gente que no tiene ninguna ca­

rrera del Magisterio, y están trabajando, están • supliendo a gentes del Magisterio. Les admiten

porque les pagan menos, en una palabra, y no los

tienen asegurados ni nada. (Interrupción).

C.RF.- Bueno, entonces volviendo a lo que te estaba pr~

guntando, me estabas diciendo del ... cómo era com

patible el que repusieran a mucha gente en su tra

bajo de hace ,cuarenta afio s y, al mismo tiempo,

hubiera este, este paro de profesionistas.

C.R.- El paro, te lo explicaba, en parte es debido a

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152.

que muchas veces no admiten a profesores con ca­

rrera y en cambio admiten a muchachas que no han

terminado, y que se ponen ahí a trabajar. Tie­

nen un medio de vida. Y no les faltan, pues ya

te digo, les ... se ahorran dinero, en este senti­

do. Ahora, cómo puedes tú ... hay, es que hay so­

bra de, de muchas, no sólo del Magisterio, sobra·

mucha gente en muchos sitios. También lo que

ocurre es que a los que nos puedan colocar ahora

no somos tampoco tanta gente ya; quedamos pocos,

somos ya viejos. La mayoría pues ya tienen más

de sesenta y cinco años, lo que hacen es ya dar

jubilaciones, más que nada. Así que nosotros no

somos los culpables de que pueda haber ese paro

tan grande ...

C.RF.- No, claro, no.

C.R.- En, en el Ministerio de Educación, yo te hablo.

C.RF.- No, no, yo no lo veo como que séais los culpables.

O sea, lo que preguntaba era cómo, cómo han com­

partido el problema ¿no?

C.R.- sí. Es esto, si tienen que reponer a todos los

que se han ido, no sólo es en nuestro ramo ...

C.RF.- No, claro.

C.R.- Dijéramos, es en todos, si ha habido la amnistía

laboral, tienen que admitir a toda la gente.

Ahora, yo sé por ejemplo de muchos compañeros

nuestros que no han pedido, ni lo pedirán ya, PºE que tiene otros medios de vida y ya se han alej~

do totalmente del Magisterio. Lo piede, más o

menos, la gente, pues qué te diré yo, la gente pues

que no tiene casi otro medio de vida. Muchos no,

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153.

no lo piden; yo sí porque lo tengo que pedir y

tengo que ser readmitida. Después, hay compañe­

ras mías pues que han quedado viudas, que no les

ha quedado casi nada del marido, y pues lo están

pidiendo ... y a la vez la ley, pues tienen que

admitirte.

C.RF.- Claro, claro, ¿no?. Esto es un hecho.

C.R.- Ellos tienen que pensar, el gobierno, pues que

toda la, el personal amnistiado le tienen que dar

un medio de vida. Y nosotras estábamos en el Ma

gisterio, yo había ingresado, ya era, mi, mi plaza

la tenía. No es que yo la dejara y la abandona­

ra, me vi obligada a ello. Porque fuimos a Léri­

da y vimos unos boletines oficiales, y uno de

ellos del año '38, de abril, decía: ''Después de

la reconcon ... a medida que se vayan reconquistag

do las cuatro provincias catalanas eh, los maes­

tros si a los quince días no se presentan, auto­

máticamente serán retirados de su trabajo". Noso

tras no nos peresentábamos al trabajo, entonces

eh ... hemos, nos separaron del Ma9isterio. Y

colocaban en el Magisterio, porque nos ... lo oí­

mos, a los heróicos combatientes del ejército n~

cional. Suplían estos heróicos combatientes a

los maestros, porque les faltaba personal. Y así

se ha ido haciendo todas esas trampas, todo esto

lo han permitido ¿comprendes? Y las escuelas PªE ticulares pues dicen: ''Para qué pagar a una que

tenga, que sea del Magisterio, pues si podemos v~

lernos en un, en este año pues con dos o tres que

no lo sean; las demás que lo sean, si viene un

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154.

inspector pues ya nos las arreglaremos". Porque

no enseñas el título, cada momento. Pues ya, p~

sa y va naciendo; todo esto es triquiñuelas del

régimen, heredadas del régimen que permitía esto.

C.RF.- Claro. Bueno Carmen, pues yo ya no tengo más que

preguntarte.

C.R.- Bueno pues ...

C.RF.- Si tú tienes algo más que decir ...

C.R.- Yo, ¿sabes lo único que querría decirte respecto

a la Unión Soviética, sobre los niños españoles?

C.RF.- ¡Mjh!

C.R.- Durante la guerra, en lo que respecta a mi colo­

nia yo no te hablaré de las demás la nuestra,

nuestros chicos españoles no les faltó ningún día

los cinco, eh, gramos de mantequilla que les toe~

ba. O los diez, lo que les tocaba; el azúcar y

seiscientos gramos de pan. Los niños soviéticos,

en guerra, recibían cuatrocientos; los niños esp~

ñoles recibían seiscientos. Esto toda la guerra

no les faltó. Siempre comieron caliente nuestros

chicos.

C.RF,- ¿Y por qué esta diferencia?

C.R.- Porque eran chicos, ellos ... Se daba cuenta el

gobierno que eran chicos huérfanos, que estaban

en una colonia ¿comprendes?. No tenían ayuda

pues de los familiares y así, y hubo esa atención

y yo ... nosotras, que repartíamos la comida y

veíamos su terrón de azúcar al niño, su trocito

de mantequilla chiquita; pero eso no les faltó

nunca, ni un día, a nuestra colonia. A los may2

res nos faltaba, pero a ellos no, ¿comprendes?

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155.

Y ya, yo creo que ya, ya no hay nada más que añ~

dirse. Podrías decir muchas cosas, pero lo im­

portante es que el exilio no es bueno nunca ...

salir. Y yo creo que deberíamos habernos queda­

do, de haber podido ¿comprendes? Dentro, no ha­

ber salido, como ..• los demás pueblos que han s~

frido el fascismo, nosotros fuimos los primeros

¿no?, que hicimos un éxodo, los demás pueblos han

sufrido el fascismo y se han quedado dentro. Y

nosotros no, y dejamos al pueblo español desarm~

do políticamente ... salió la, lo mejor ¿compren­

des? Y dejamos esto ... ahí, la cultura, y todo,

lo dejamos vacío.

C.RF.- Pero, ¿tu crees que había la posibilidad de esco­

ger?

C.R.- Había ... no sé si había la posibilidad, quizá nos

habrían no ... yo me he incluido, quizá a mí no me

habrían matado, habrían quizá matado a muchos, no

sé, muchas veces lo estás pensando, pero .•. por­

que salió lo mejor de España en ese éxodo, ¿com­

prendes? Pero dejamos España vad'Ía, la dejamos

totalmente descuartizada, en manos de, de la caro~

rilla militar, sólo quedaron ellos, los milita­

res. Y tenían cuatro nombres ahí, de intelectua­

les que no eran nada, no sé. Puestos ... además,

el pueblo español es el pueblo español ¿eh?. Taro

bién, hay que tener en cuenta que somos, todos

los pueblos somos distintos, pero nosotros nos ca

racterizamos por nuestros impulsos ¿comprendes?

En nuestras rabietas y nuestro ... Después de que

todos creemos que somos reyes, y todos, eh, tú,

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156.

"yo sé más que tú", en serio. Tenernos ... todos

somos quijotes y somos Sancho Panza a la vez,

así.

rnos.

Somos un pueblo especial, es verdad, lo so­

a veces somos muy quijotescos, otras veces

somos muy Sancho Panzas; a veces lo mezclarnos

las dos y no sabes cuál pesa más que una, que la

otra y, en fin. A nosotros nos tocó el ser los

primeros, y corno los primeros hicimos lo que pudi­

mos con todo lo que ... los defectos y los errores

y equivocaciones. Pero creo que de manera honra

da fuimos eh ... Honrados nosotros también en

nuestra lucha, esa es la verdad, lo dimos todo

por ella, todo, todo ... Y muchos dieron la vida

¿comprendes?. Y los que quedamos pues mira tam­

bién la dimos, la vida. Porque en realidad, pues

mira, eso de estar en una parte, estar otra ...

Y, es lo que te decía, salimos de nuestra raíz.

¿no? Y los árboles cuando se transplantan muchas

veces mueren, nosotros morimos viviendo ¿sabes?

Y ya, porque nos faltaba la savia, eso es, y así.

Ojalá no les toque a los pueblos.exilio, ¿sabes?

de esa categoría, como el nuestro. Cuando pien­

sas en estas repúblicas de América Latina que sa­

len ... claro, allí ya, claro, nosotros también t~

vimos, eh ... la cuestión de la Guerra Civil que

nos hizo y, nos hizo y nos obligó a salir. Por­

que esos pueblos no han tenido, en realidad, la

guerra civil. Nosotros nos enfrentamos con las

armas, unos contra otros, y eso también motivó

el que nos eh ... se deslindaran muy bien las dos

Españas. Y eso obligó a ese éxodo también. Por

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157.

que, no ... todos nos habíamos, eh ... determinado

y fijado nuestra posición, a ese lado o a ese

¿comprendes? En las familias, en los hogares,

en las naciones, en los pueblos y en Espafta, y

así quedamos, eh¡ quiénes éramos mejores, peores,

pero así fue. Ahora, nuestra guerra, hasta hoy

creo que la gente la recuerda y la recuerda con

carifto. Lo que ha sufrido el pueblo espaftol, y

nuestra gente, todavía hoy: esas brigadas inter­

nacionales, los supervivientes todavía, cómo re­

cuerdan Espafta, cómo se acuerdan de aquellas joE

nadas. Y así somos, mira, nos partieron por la

mitad y se terminó. Y, ahora bien, mira ... rotan

do por el mundo, y unos por aquí, otros por all,á

y dejando muertos por todas partes ¿sabes?, así

es ...

C.RF.- ... pues muy bien.

C.R.- Ya.

C.RF.- ¿No se te ocurre nada más?

C.R.- No, no se me ocurre nada más, y córtalo ya, ya

está bien.

C.RF.- A ver, se me ocurre otra pregunta con lo que de­

cías antes, eh ... si se te volviera a presentar

la misma situación ¿volverías a hacer lo mismo?

C.R.- Yo en lo fundamental volvería a hacer lo mismo.

Me, es decir, seguiría el mismo camino, el comu­

nista ¿ves?. No renunciaría a él, ahora procu­

rando, eso, eh ... no equivocarme. Quizá porque

viéndolo ya así, a lo lejos, pues te das cuenta

de que has cometido algunas equivocaciones en tu

vida, pero hemos procurado superarnos desde el

punto de vista, hasta ... Desde el punto de vis-

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158.

ta intelectual. En la URSS estudiábamos, yo leía

por lo menos una novela a la semana; me leí todos

los clásicos rusos en su idioma, eh, en ruso.

Así los clásicos todos, la literatura francesa

en francés, la leí en la URSS. Y en los momen­

tos de mayor abatimiento, cuando los frentes es­

taban mal, mal¡ cuando oíamos los partes de gue­

rra: "Se ha tomado el ejército soviético .•• des­

pués de grandes combates, ha tenido que dejar la

ciudad tal, tal, tal". Yo por la noche me iba a

la cama y cogia El Quijote, fíjate. Y era el l!

bro, El Quijote el que me daba ánimos. Y decía:

"Si Don Quijote luchaba por el bien, por ese

ideal de hombre, por qué ten ... tiene que perder

se, por qué tenemos que perder nosotros que lucha

mas por lo bueno, por lo más justo de la humani­

dad". Y me daba ánimos, y decía: "Pues hay que

seguir, y hay que ser optimista y tenemos que ven

cer nosotros". Y trabajábamos, fíjate trabajába­

mos pero leíamos, y hacíamos trabajo, hablábamos

con los estudiantes soviéticos, ~es hablábamos

de nuestra vida, de nuestra experiencia, lo, lo

poco que sabíamos después ... Hacíamos, por ejem

plo, cursillos. Yo me examiné para candidata a

ciencias filológicas. No lo terminé; y di todos

los exámenes, en latín, di la filología, di el

francés, me examiné.

C.RF.- ¿Y por qué no terminaste?

C.R.- Porque se cerró la facultad española. Cerraron ·

la facultad de español y entonces sólo quedó una

parte de maestros, y los otros, pues tuvimos que

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C.RF.-

C.R.-

C.RF.-

159.

salir y buscar otro trabajo; que nos diera otro

se cerró la facultad trabajo, ¿comprendes?.

de español porque hubo

Pero

padres de niños que en las

escuelas aprendían español, y los padres se que­

jaron porque decían que el español para qué les

serviría a los chicos, que mejor que estudiar in­

glés, alemán ¿comprendes?, y lo cerraron. Yo ya

estaba, ya había escogido el profesor que sería el

encargado de mi tesis. Ya tenía yo la tesis, ya

que, que haría, que sería la traducción al ruso,

de, de palabras del español ¿comprendes?, ya todo,

ya lo tenía todo preparado, pero tuve ya que de-

jar.

¡Lástima!

¡Lástima!

y cuando

volver a

pues sí,

volviste

estudiar

iba a hacer la tesis, en ruso.

a México, ¿no te planteaste el

otra carrera?

C.R.- Pues yo creo que, ya te digo, otra equivocación

que cometí el haber salido de la universidad; si

me hubiera quedado en aquel ambiente ¿comprendes?

C.RF.-

C.R.-

En la universidad ...

¿En la

No, en

que me

URSS?

México,

hubiera

cuando di clase de, de ruso ahí,

seguido ahí, que me hubiera rela-

cionado ¿no? Que le hubiera planteado a De Gor­

tari: "Pues fijate a mí me gustaría hacer otra ·

carrera". ¿Comprendes? Algo hubiera sido posi­

ble, pero ya dejé pasar ese momento, y ya lo dejé.

C.RF.- ¿Y de tu marido te llegaste a divorciar? ¿o nun- ·

ca te divorciaste?

C.R.- ¿De mi marido? Pues yo salí de la URSS con el

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160.

pasaporte de soltera, para no tener ningún probl~

ma ¿sabes?, y como no me preguntaron si era casa

da o no, salí de soltera. Yo tenía el acta de,

de enlace, del Registro Civil de la URSS, en Mos­

cú. Y si el se divorció yo no me divorcié. Qui

zá el se divorciara después, más tarde, por aban

dono de hogar, porque yo abandoné el hogar ¿no?.

No lo sé si lo hizo o no lo hizo, nunca lo he sa­

bido.

C.RF.- ¿Y el siguió viviendo en la URSS?

C.R.- .El sigue en la URSS, viviendo, en Moscú. Y él

también era, daba clases, maestro también de es­

pañol, en un instituto; y él terminó, hizo la te­

sis en pedagogía, él Candidato a ... que llamaban

a ciencias, ¿ves?, pedagógicas o a ciencias filo­

lógicas. Yo escogí filologí~, y estudié el la­

tín vulgar, el latín clásico, todo ahí; estudía­

bamos mucho. Después la escuela, eh, unos cursos

de escuela de Marxismo-leninismo, nocturnos, des­

pués del trabájo. Ibamos, y nos examinábamos dos

años, estudiando. El trabajo con,los chicos, el

trabajo del partido, el trabajo social, todo. Y

dabámos abasto a todos.

C.RF.- Claro.

C.R.- Teníamos muy bien organizado ya el horario. Tra­

bajábamos mucho, a veces domingos. Yo había eh ...

Veranos que me pasaba, veranos, en la biblioteca

de lenguas extranjeras, escogiendo textos para

el español. Yo era la encargada del cuarto curso,

del l~xico, lexicología, del instituto, era el úl

timo curso, y a mí me tocaba hacerlo todo. Por-

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161.

que bajo mi, eh, dirección tenía a otros maestros

¿comprendes? Yo era la jefa, y tenía yo que bus­

car el material, prepararlo todo, eso lo hacíamos.

Y yo lo hacía muy a gusto. Así que ahí leí todo,

ya te digo, en francés, en ruso y en español; to­

do lo que caía a la biblioteca. Ahí iba todas

las semanas a buscar libros de América Latina;

ahí leí algunos libros de América Latina, de auto

res que los había.

C.RF.- ¿Y aquí sigues practicando el ruso o no?

C.R.- Pues aquí en España, pues no, ya no lo practico.

¿Con quién? Los que han venido de la URSS pues

ya hablan español. Yo lo he practicado más que

ellos porque yo he estado trabajando con los so­

viéticos en México, y ellos en cambio desde el

año '56, '57, que están aquí.

C.RF.- ¿Y aquí no te has planteado dar clases de ruso en

algún instituto?

C.R.- ¿Dar clases de ruso en algún instituto?

C.RF.- De lenguas.

C.R.- De lenguas, pero yo, las clases 7a están ahí mu ...

muchachas de nuestra, de las que eran chiquillas

en la Unión Soviética, que están aquí, que se han

colocado en institutos y han abierto ellas in­

cluso alguna academia y están dando clases ...

C.RF.- Y no tienes oportunidad .•.

C.R.- De ruso. Pues no porque tampoco hay tantos alum­

nos de ruso ¿comprendes?, en este sentido. Que

para mucho que haya, mucha demanda ¿comprendes?

de profesorado, en este sentido. Y después mira,

yo tampoco puedo. • . Fonética no la podr.ía dar

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162.

porque cuando uno es mayor cuesta mucho perder el

acento ¿comprendes? Y cuando hablas una lengua

que no es la tuya, y has llegado allí de más de

veinte afias, ya el acento no lo pierdes nunca.

Yo podría, qué te diré yo, hacer de traductora,

¿comprendes? en este sentido.. En una academia

de, los chicos ya mayores para hablar, es ... ¿co~

prendes? Pero para darles las primeras clases no

me he atrevido, porque les daría una pronunciación

mala ¿comprendes? deficiente y tampoco ... Sería

engafiarlos, sí.

C.RF.- Bueno, pues yo creo que la damos ya por termina-

da.

C.R.- Por terminada.

C.RF.- Muy bien Carmen, pues muchas gracias.

C.R.- De nada, ¿comprendes?

ANEXO A LA ENTREVISTA DE LA SEÑORA CARMEN ROURE, REALIZA­DA POR ENRIQUETA TUÑON, EN SU DOMICILIO PARTICULAR DE BARCELONA, ESPAÑA, EL DIA 9 DE DICIEMBRE DE 1981. ARCHIVO DE LA PALABRA. PH0/10/33.

Enriqueta Tuftón.- ¿Cuándo llegó usted a México?

Carmen Roure.- ¿A México?. En abril del sesen ... del cin

cuenta y ... siete.

E.T.- En abril del cincuenta y siete.

C.R.- Ajá.

E.T.- Y, ¿de dónde venía?

C.R.- De ... de la URSS ...

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E.T.- Al salir de la guerra, ¿usted fue a la URSS?

C.R.- Al terminar la guerra ...

E. T. - Perdón ...

163.

C.R.- ... en el '39, yo fui a, bueno, pasé por Francia, y

estuvimos allí unos meses desde febrero y hasta úl

timos de mayo, y en mayo embarcamos ya para la

URSS.

E.T.- ¿Y por qué decidió ir a la URSS?

C.R.- No, no es que decidiera, nos mandaban una, unos

cuestionarios y nos decían, eh ... para dónde que­

ríamos ir, y nosotros decíamos, pues para ... Méxi­

co, para América, para Francia, para la URSS, me­

nos para España.

E.T.- Y usted, quiso la URSS ...

C.R.- Entonces, puse la URSS. Y un buen día recibí una

carta, seguramente debía ser del partido, del Par­

tido Socialista Unificado en Cataluña, y salí para

la URSS.

E.T.- Y, ¿por qué quiso usted ir ... La URSS, le intere­

saba ir a la URSS?

C.R.- A mí la URSS me interesaba, no porgue hubiéramos

perdido la guerra, sino ya desde mucho antes. Ya

cuando, en el año '32, pues, ya con mi padre, es­

cuchabámos radio Moscú en castellano, en Lérida.

Y luego durante los ... un día a la semana ... Mi

padre escribió a la URSS y tenía mucho interés en

visitar la URSS. Yo leí a Gorki, algunos libros ...

Dostoyevsky, los ... y, no sé, me gustaba la URSS.

E.T.- Mhj.

C.R.- En plan ya de conocer la URSS.

E.T.- Ajá.

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164.

C.R.- Y este, pues, después, en el '38 tenía que haber

ido a la URSS, ya, antes de terminar nuestra gue­

rra, seguramente acompañando a algunos niños espa­

ñoles a las colonias. Pero se, se me dijo primero

que sí, después se me dijo que no iba, y, y ... Mi

destino era, seguramente que tenía que ir a la

URSS otro día.

E.T.- [Risa]

C.R.- Y así fue.

E.T.- Ajá. Bien y ... ¿por qué sale de la URSS a México?

C.R.- Yo salgo a, a México por cuestiones sentimentales.

Me separé de mi marido, y por esa sencilla razón,

no por ninguna cuestión po~ítica, ni muchos menos.

Y dije, pues: "Ojos que no ven, corazón que no

siente''. Y decidí irme a México, porque en Espa­

ña no me quedaba nadie directamente, sino tenía

una tía y primos hermanos. Y decidí irme a México,

donde estaba mi única hermana.

E.T.- Ajá. Usted, viviendo en la URSS, ¿sentía nostal­

gia por España?

C.R.- Viviendo en la URSS mucha, mucha ~ostalgia •..

E.T.- Y, ¿viviendo en México?

C.R. ... v~viendo en México, no. No se siente tanto, eh,

la lejanía de España, porque tienes el idioma, cos­

tumbres, eh ... El habla, la comida, el paisaje,

si usted quiere, aunque sea medio tropical. Pero,

hay muchas más cosas afines de México con España,

que de la URSS a España.

E.T.- Y entonces en la URSS sí sentía nostalgia.

C.R.- En la URSS todos sentíamos nostalgia por España.

E.T.- Ajá.

..

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165.

C.R.- Sobre todo cuando venían esas fiestas, navidad no,

porque allí no se celebra, pero final de afio, pues,

todos los afios, pensando que sería el último que pa

saríamos allí.

E.T.- Ajá. Y usted vivía feliz en la URSS.

C.R.- En la URSS, sí. Yo en la URSS estaba contenta .••

[suena el teléfono]

E.T.- Usted me decía que los fines de afio se acordaba de

Espafia.

C.R.- Sí, de Espafia y en todo momento. Era una afioranza,

pues, que llevábamos más que nada, quizá también,

como no habíamos salido por cuestiones comerciales,

ni esas emigraciones que salen para hacer dinero,

era eh ... La pérdida de la guerra, de estar fuera

de Espafia, de encontrarnos con compafieros que ...

Encontrándonos con nuevas familias que se habían

formado, pues era una afioranza completa ...

E.T.- Mmmh; ajá. Y cuando ...

C.R.- Lo sentíamos en el alma.

C.T.- Cuando llega a México, ¿no siente esa nostalgia?

C.R.- Pues la siento ... sí se siente. P~rque allí se

había dejado ... También... Estar en México, no

la sientes tanto, porque primero, vas por la ca­

lle pues oyes tu lengua, y .•. y las tiendas y ha­

blas y te contestan. Hay otro ambiente, ver que

es un país latino.

E.T.- Ajá.

C.R.- ... que tiene mucho de afín con el que tú has naci­

do.

E.T.- Ajá.

C.R.- Y naturalmente, después, amigos y la familia y to

do eso; te hace sentir, pues, menos alejada del

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166.

país ..• donde has ido a parar. Es esto.

E.T.- Ajá. Bien, entonces, usted llega a México en el

'5 7.

C.R.- En el cincuenta y siete.

E.T.- ¿Cuál fue su primera impresión de México?

C.R.- Mala.

E.T.- ¿Qué impresión recuerda?

C.R.- Mi impresión de México fue mala, y también fue ...

Bueno, eso del día siguiente, ver por las calles

a los niños, eh, los boleritos, eh, vendiendo pe­

riódicos, eh ... Veías eh, me ... mendigos, y en •

la URSS, pues esto, no sé. En la URSS todos los

niños van a la escuela, y no ves estos niños pi­

diendo limosna, o vendiendo, o haciendo otros tra

bajos, o vendiendo chicles o cacahuates o lo que

fuera, y fue muy deprimente. El contraste, pues •..

E.T.- El contraste ...

C.R.- ... el contraste fue enorme.

E.T.- Y, ¿en qué otro aspecto sintió usted este contras

te?

C.R.- Pues, eh ... también este contraste pe sentía visi

tando los paseos, las calles; sobre todo esas zo­

nas residenciales donde había dos y tres coches.

Esa enorme diferencia entre la miseria y la gran

riqueza. Ese contraste, eh ... esas ciudades tam­

bién perdidas, que las hay en muchas ciudades del

capitalismo. Y en la URSS, esto, pues no lo ves,

no, no, no existe ...

E.T.- Mhj.

C.R.- ... ese contraste. Allí todos tienen lo mismo. Y

no sufres, moralmente no sufres. Yo no sufría,

porque sabía que si yo comía, habían comido.

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167.

E.T.- Ajá.

c.R.- Y no como en México, que sabia que había muchos, ' 11 • ( *) 11 pues que se ... aque as Marias y con aque os

niños, ¿comprendes~. Sentía que, que no, que no,

aquello no podía ser. En ese sentido.

E.T.- ¿Cómo era la vida de los españoles en Espa .•. en

México, comparándola con la, la de los españoles

de Ru ... , de la URSS?

c.R.- Eh ... los españoles en la URSS, primero que todo

eramos muchos menos. Yo no conozco la vida de ...

de todos, porque yo conozco los que vivían en Mos­

cú, y no de todos. Todos trabajábamos, teníamos

nuestro pequeño rincón ¿no?, bueno o malo, pero

teníamos; teníamos nuestro trabajo y, y ganábamos

lo suficiente para comer y para vivir, y para ir a

conciertos. Y, y yo no quiero decir que hubiera

algunos otros que no lo tuvieran esto, en esta

cantidad de ... no de comida, sino en la cosa qui­

zá espiritual, la cosa de que tuvieran algun sport,

deleite, ya, ¿comprendes? Yo, eso ya no lo conoz­

co, ni lo puedo decir, porque lo ~gnoro. Y, eh,

los de México, pués, del ambiente en que yo esta­

ba, o que conozco ¿no? pues la gente vivía bien,

muchos se habían situado, algunos tenían ya mucho

dinero. Algunos también habían perdido, ¿qué le

diré yo?, toda su ... metas hacia un porvenir socia

lista; que lo habían tenido aquí en España y que

en México ya se les había olvidado ...

E.T.- Ajá. Se habían aburguesado.

C.R.- Se habían aburguesado.

(*) Mujeres indígenas, vendedoras ambulantes en la ciu dad de México.

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• 168.

E.T.- Ajá.

C.R.- Es todo el, lo que ... en pocas líneas, ¿ves? No di

ré todos, ni mucho menos. Pero sería el hablar de

una España para luchar por ella y así, pues ya no

lo sentían tanto.

E.T.- Ajá. ¿Qué otra cosa le impresionó de México cuan­

do llegó?

C.R.- De México. Pues eh ... la capital, como capital ...

eh, tiene muchos contrastes, no me gustó mucho.

E.T.- Ajá.

C.R.- Eh ... veía una, una ciudad hecha anárquicamente

¿no? desde el punto arquitectónico, ni hablar. No

sé, una casa chica a un lado de un rascacielos

¿no? Una ciudad que crecía ¿eh? pero que crecía,

quizás de un modo anárquico.

E.T.- Ajá.

C.R.- La avalancha de población era tanta que no daba

abasto, no sé, a una planificación. Y, no sé. Al

go que le faltaba, organización ...

E.T.- Ajá.

C.R.- ... esos países que crecen de esta ~anera tan atroz,

¿no? y tan de prisa, que no, no da tiempo a dar s~

tisfacción a, a las necesidades de los muchos que

van a parar allá.

E.T.- Ajá. ¿Y los mexicanos que le parecieron?

C.R.- A los mexicanos yo los he tratado poco, porque yo

no he trabajado verdaderamente con mexicanos. Pe­

ro todos los que yo he conocido eran, ¿qué le diré

yo? personas sobre todo del campo del cine ¿ve?

E.T.- Mmm.

C.R.- Porque yo trabajaba como representante del cine so

vi ético ...

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169.

E.T.- Mmm.

C.R.- ... en México. Y entonces, pues yo conocía, pues

los, eh ... artistas de cine ¿comprendes? eh ...

La Dirección de Cinematografía, y íbamos a Gober­

nación.

E.T.- Un ambiente (inaudible)

C.R.- Un ambiente, sí, de intelectual ¿comprende usted?

De empleados, funcionarios del estado. Es decir,

que yo, contacto con el pueblo-pueblo, se puede de

cir que no lo he tenido.

E.T.- No lo ... no lo tuvo.

C.R.- (Inaudible)

E.T.- Estas, estas amistades mexicanas que usted hizo

por medio de su trabajo, ¿tenía relación con ellas

fuera de las horas de trabajo?

C.R.- SÍ, linda. Incluso íbamos a cenar, éramos amigos,

eh, nos felicitábamos, y por navidad me mandaban

regalos. Gente muy cariñosa, muy atenta de quien

yo guardo un grato recuerdo de ellos.

E.T.- SÍ, pero ¿usted se podía identificar con ellos?

Podía, eh ...

C.R.- ¿Decir quién era yo?

E.T.- No, no, no ...

C.R.- Ah.

E.T.- Eh ... tener una plática abierta ...

C.R.- Ah, sí, ellos ... Esta gente, éstas personas ya

eran personas abiertas, habían viajado, primero

que todo. Después, eh, conocían el mundo.

E.T.- Ajá.

C.R.- Habían estado muchos de ellos ya en la URSS. Co­

mentábamos, venían, veían películas ¿comprendes?

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170.

Además, eran críticos de cine, periodistas; es de­

cir, que eran gente de unos horizontes amplios, en

este sentido.

E.T.- ¿Y, con gente del pueblo, gente de clase media, nun

ca (inaudible) ... ?

C.R.- Con gente del pueblo, yo no, he ... puedo ... con muy

pocos. Los veía, pero no he trabajado con ellos,

no puedo ...

E.T.- Y ... ¿usted sintió algún tipo de rechazo de la geQ

te del ueblo? no sé, algún día en la calle o en ...

C.R.- Eso sí, en todo he sentido y, y duele.

E.T.- SÍ sentía el rechazo por parte de ...

C.R.- Algunas veces. Al pronunciar la C, sí, alguna

vez: "Española debía ser". Eso sí, y el tesoro de

Cuauhtémoc, también alguna vez. Algún chofer tam­

bién ¿no? taxistas es verdad, y al subir al camión

y ... y decir: "bueno, por qué a usted que le pasa,

hay cola, pues va ... " ¿comprende? Y en el cine ha

ciendo cola, y yo no quererles comprar también.

Que hicieran cola. Y, "española tenía que ser".

Eso oí alguna vez.

E.T.- Le decían: "Española tenía que ser"

C.R.- Ajá. Eso es verdad, eh. Ahora por parte de, de

esas capas ya un poco más elevadas, de ninguna ma-

nera.

E.T.- No sintió este rechazo ... mhj.

C.R.- Debe ser gente atrasada ¿comprende usted? Y gente

qui.zá con una cultura, yo no lo niego, ¿comprendes?

E.T.- SÍ.

C.R.- Pero ... ya, ¿qué le diré yo? había este rechazo ha

cía lo español, no sé.

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171.

E.T.- Ajá.

C.R.- Alguna vez, eh. No, no continuamente, es verdad,

tres o cuatro veces y ya.

E.T.- Bien, ¿usted se naturalizó mexicana?

C.R.- No, no, porque cuando llegué era el último año,

creo, de Cortinez, Ruíz Cortinez. Y después ya,

pasaron ... Primero dí clases, y después hice un

curso de ruso, pero allí en la Universidad. Des­

pués daba clases de español en la ... en la embaja­

da; y cuando ya me tocó, en la época de ... traba­

jar, pues ya trabajé, pero con la representación

del cine soviético.

E.T.- No necesitó.

C.R.- No necesité.

E.T.- Ajá. Bueno, me ha hablado de algunos trabajos, p~

ro ¿cuál fue el primero que tuvo en México?

C.R.- No, el primero que tuve fue el de dar clases par-

ticulares.

E.T.- De ruso.

C.R.- No, de pa ... de lo que sabía ¡va!

E.T.- Ah, claro, que usted era maestra.

C.R.- Claro, yo era maestra. Y de lo que sabía, mis ami

gos ah ... Por ejemplo, la, la, sobrina de Amparo,

le dí una temporada de clases matemáticas. A unos

hijos de otros españoles, que mi hermana me los

buscaba, y así, ¿comprendes? Empecé así. Y un

buen día, pues, eh, me dijeron: "¿Quieres dar un

curso de ruso en la Universidad?". Y fui a la Uni

versidad a dar un curso de esos que no son ... eh

¿cómo se llaman? optativos, ¿comprende?

E.T.- Un optativo.

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172.

C.R.- Eso. Un optativo de ruso en la universidad.

E.T.- Y, ¿cómo vió a los alumnos de la universidad?

C.R.- ¡Hombre! al principio con mucho interés, y después

se fueron ... fueron desapareciendo, hija [risa].

(inaudible).

E.T.- No podían con el ruso.

C.R.- Al principio eran muchos y después ... poquito, po­

quito, poquito. Un día les dije que íbamos a ha­

cer una prueba, se presentaron unos cuantos, y teE

minamos el curso con cuatro o cinco que eran, que

ya heran muchos. Sí, en serio, ¿eh?

E.T.- O sea, que eran incostantes.

C.R.- Sí, me dió esa impresión. ¿Ve?

E.T.- Y después de, de, dar clases en la Universidad,

pues ya, eh, me coloqué en el ... con el represen­

tante del cine soviético.

E.T.- Ajá.

C.R.- En ... La que estaba, se casaba. Y por medio de

otras amigas de la Unión Soviética, que trabajaban

en, en la oficina de prensa, me dijeron si yo que­

ría ir a este sitio, y fui .. ~

E.T.- Ajá.

C.R.- ... y allí estuve trabajando.

E.T.- ¿Cuánto le pagaban?

C.R.- A ... poco, no te lo quiero decir ...

E.T.- No importa la cantidad, lo que me importa es ...

C.R.- bien, lo suficiente para vivir ¿eh?

E.T.- Y le alcanzaba el dinero.

C.R.- Sí. Y alcanzaba.

E.T.- Ajá.

C.R.- No la, la cantidad no se la digo porque ...

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173.

E.T.- No, no, eso, verdaderamente no me importa la can-

tidad. Lo que me importa es ...

C.R.- No, y además, pues, no tiene tampoco ... pero vivía

de mi dinero. Y después daba clases de, de caste-

llano, en la embajada, ¿comprendes? a los soviéti

cos.

E.T.- Mhj.

C.R.- Y me permitía el lujo de, pues ... Vine cuatro o

cinco veces aquí a España.

E.T.- Ajá. antes de venir a vivir.

C.R.- Antes de ~enir a vivir. Y un viaje que hice a Cu­

ba.

E.T.- Ajá. Sí, o sea que podía vivir ...

C.R.- Bien, bien. Y de firme porque además mi trabajo

también exigía eso. Como íbamos a ver a artistas,

y a los festivales ¿comprendes? pues, y había que

ir un poco bien vestido.

E.T.- Y, ¿en qué consistía su trabajo?

C.R.- _Pues eso era, traductora de películas, traductora

del ruso al español y del español al ruso ¿ve?

E.T.- En reuniones.

C.R.- En reuniones, traduciendo películas de la URSS, e

inmediatamente al Consulado. Traductor simultáneo

¿ve usted?

E.T.- Traductor simultáneo, mhj.

C.R.- Invitábamos a personalidades, o ... o a artistas a

ver una película soviética que estaba en ruso y

yo la tenía que traducir al español.

E.T.- Ajá.

C.R.- Y después a ver películas mexicanas y traducirlas.

Porque la cuestión era de ver películas mexicanas

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174.

para ver si las podíamos enviar a Moscú; si las com

praban.

E.T.- Ajá.

C.R.- Porque era un intercambio comercial d~ películas.

E.T.- Este era un trabajo muy productivo, ¿no?

C.R.- Muy interesante. No, no ... Interesante. No era

un trabajo de secretaria, de escribir a máquina

las doce horas del día.

E.T.- Claro.

C.R.- Era un trabajo que ... es el que más he añorado,

quizá. Este trabajo que me permitía estar en la

URSS, estando en México ¿ves? No perdí el contac

to con la URSS.

E.T.-

C.R.-

Claro.

Cuando

¿Y dónde se instaló cuando llegó a México?

llegué a México, a casa de mi hermana.

E.T.- Ajá. ¿Y estuvo mucho tiempo en su casa?

C.R.- Pues, estuve en su casa un año y pico. Y después

me fui a una pensión.

E.T.- Ajá. ¿Y dónde se ... ?

C.R.- De españoles. Era de españoles.

E.T.- ¿Y dónde estaba la pensión?

C.R.- En Juanaca tl.án. Ahora se llama esa . .. ¡uy! ¿cómo

se llama? De colores ... Es la estación del me-

tro ... se lo han cambiado, esa •••

E.T.- Ah ... como la avenida.

catlán?

¿Estación del metro Juana

C.R.- SÍ, Juanacatlán, pero la calle ya no se llama así,

se llama ...

E.T.- Pedro Antonio de los Santos.

C.R.- Ah ... ¡No!

E.T.- ¿José Vasconcelos?

C.R.- No, tampoco. Es de un escritor, ¿cómo se llama?

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le han cambiado el nombre ...

E.T.- No, no, no me acuerdo.

C.R.- Que es una que es transversal a Tamaulipas.

E.T.- Ajá.

C.R.- Juanacatlán; que llega a Nuevo León.

175.

E.T.-Sí, ya sé cual es, sí, ya sé.

vial ahora.

Creo que es un eje

C.R.- Sí, hay una cosa de esas.

'E.T.- Creo que es un eje vial.

C.R.- Bueno, ahí. No sé cómo se llama, puede ser. Bue-

no, ahora me parece, no importa.

este, ¿no le hace?

El nombre no es

C.R.- Sí, no importa, no importa. Ya sé cual es.

C.R.- Eh ... y después me cambié y me fui a río Mississi­

ppi. Con unas españolas también. Refugiadas tam-

bién, políticas.

E.T.- También era una pensión.

C.R.- Una pensión, sí, sí, porque yo nunca tuve piso.

E.T.- Ajá. ¿y le gustaba vivir en las pensiones?

C.R.- ¡Hombre! me gustaba. ¿Sabes que pasa? que me en-

contraba menos sola; y como en cas~ estaba muy po­

co, pues así es. Mire, tenía la comida hecha, te­

mnía la ropa ... ¿ve? Y, y yo estaba ... Y no era

como Amparo que cosía en casa, estaba allí entre-

tenida. Yo no estaba en casa.

E.T.- Claro.

C.R.- entonces, pues eh ... prefería eso. Y además con

amistades, con amigos allí, si quería conversar,

conversaba, si eran españoles. Se hacía la comida

española, porque lo picante llegó, a mí, a hacer­

me daño.

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176.

E.T.- Ajá.

C.R.- sí, lo picante ... y así fue

E.T.- ¿Usted, me podría reci ... eh ... describir un día

común, durante su vida en México?

C.R.- ¿Un día de trabajo?

E.T.- SÍ.

C.R.- Oh, pues mire: Me levantaba, a las siete, a la, a

las siete, a las siete. Bueno, me duchaba, desa­

yunaba; después ya me arreglaba, y me iba. A las

ocho salía de casa, ocho y cuarto, me iba al me­

tro. Cuando vivía en río Mississippi. Si vivía

en Juanacatlán me, me iba a pie, porque estaba en

General León, así que era muy cerquitai ¿no? Toma

ba el metro y me iba al trabajo. Si tenía clases

en la embajada, tenía que madrugar más, porque

eran de ocho a nueve de la mañana. Y, después de

esa clase, me iba a la oficina, a la oficina hasta

la una, una y media. A veces había trabajo en la

oficina. Otras veces, pues, íbamos al aeropuerto

a buscar películas. O íbamos a la dirección Gene­

neral Cinematográfica a hablar co~ los jefes ¿no?

o a pedir algo. Ibamos a Operadora de Teatros a

ver si nos daban algún cine, ¿comprendes? Era

un trabajo, mmmh, de todo: o íbamos a ver al Indio

Fernández ¿no¿; porque si venía delegación de la

Unión Soviética; o que preparábamos una semana de

cine soviético. Y había que ir, formar los carte­

les, buscar los originales para los guiones de las

películas; prepararlo todo para llevarlo a Cinema­

tografía, que las vieran ellos. Los cortos, o do

cumentales, el horario ¿comprendes?

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177.

E.T.- Ajá.

C.R.- Eh, generalmente, después, a la una y media, me

iba a casa comía; y a las cuatro estaba otra vez

en el trabajo. De cuatro hasta las seis, y a las

seis ya salía; si no tenía ninguna clase, me iba

a casa. Y en casa, pues, ya esperaba la hora de

cenar, o me iba a casa de una amiga, o me iba al

cine, o si tenía alguna reunión, pues esperaba la

hora de ir a la reunión ...

E.T.- Ajá.

C.R.- ... del partido y ya. Más o menos ...

E.T.- Y .. .

C.R.- ... y los domingos ...

E.T.- Ajá.

C.R.- ... pues los domingos, me levantaba y me iba al

Parque Mundet ...

E.T.- Ajá.

C.R.- ... era socia. Y allí pasaba la mañana y .•. a veces

comíamos allí, con otros amigos, eh ... Pasábamos

todo el día en el Parque Mundet. Después de eso,

me llevaban a casa y en casa cena~a. Otro día, me

iba con mi amiga Amparo a, a su casa.

E.T.- Ajá.

C.R.- O a casa de otros amigos ¡vaya! eh.

E.T.- Ajá, ajá.

C.R.- En este plan.

E.T.- Estos amigos que usted visitaba los domingos, ¿eran

españoles?

C.R.- Todos eran españoles, y te los conocía del partido.

E.T.- Ah, eran del partido además de ser españoles. Con

o ..•

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178.

C.R.- Cono ... conocí a otros que no eran del partido p~

ro, ¡vaya! y amigas mías de infancia que vivían

allí, eh.

E.T.- SÍ también.

C.R.- También. Ibamos sábado y domingo allí, luego me

iba a su casa. Pero generalmente en el Parque Mug

det nos encontrábamos con compañeros, que tampoco

eran del partido, y hacíamos así, una seña.

E.T.- Ajá.

C.R.- Y pasábamos los días de fiesta y los días de tra­

bajo.

E.T.- Ajá. Mmmh, ¿y tuvo algún contacto con antiguos re

sidentes?

C.R.- Con antiguos residentes yo, generalmente, no tuve

ninguno.

E.T.- No conoció a ninguno.

C.R.- Yo llegué ... ninguno. Con antiguos residentes.

E.T.- Ajá.

C.R.- En realidad. Porque mi, mi círculo era en la emi­

gración ¿ve? En el Orfeó Catalá, que podía ver a

antiguos residentes, fui muy poco,, fui poco. Fui

a algún final de año ¿comprendes? a alguna fiesta;

pero, pero no solía ir.

E.T.- ¿Y por qué no iba ... ?

C.R.- No iba, porque no iban nuestras amistades tampo­

co ... eran madrileñas, ¿comprende? No iban ni yo

tampoco; ellos no iban. Al único sitio que íbamos

era al ...

E.T.- ¿Mundet?

C.R.- ... no, al, ¿cómo se llama hombre?

E.T.- Al Ateneo.

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179.

C.R.- Al Ateneo, ¿ve?

E.T.- Ajá.

C.R.- A las reuniones, eh, y conferencias al Ateneo. Pe

ro aquí a ... ni al At ... ni al Español, ni al Astu

riano; a alguna fiesta íbamos, eso sí. Pero yo r ' no, al Orfeo catala no iba.

E.T.- ¿Al Sanatorio Español, pertenecía?

C.R.- SÍ, pertenecía al Sanatorio Español.

E.T.- Cuando se enfermaba ¿iba allí?

C.R.- Iba ahí.

E.T.- Ajá.

C.R.- Y allí me operaron de un ... de pólipos en las cuer

das vocales. SÍ, en el Sanatorio Español.

E.T.- Bien. Voy a ... [se interrumpe la grabación].

C.R.- En las pensiones donde yo estuve eran refugiados

también.

E.T.- ¿Y había ... muchos españoles, en las pensiones?

C.R.- No, no, y había mexicanos. Lo que pasa que yo tr~

bajaba, en ... Estudiantes, yo los veía, así de

paso, ¿comprendes? Eh, en la cena y ... hay muy

poco ... Había dos o tres habitac~ones, eran unos

pisos, que eran ... viudas, ¿comprendes? que se qu~

daban las pobres señoras. Había ..• fallecía el ma

rido y ponían una habitación, pues casi como en fa

milia ¿comprendes?

E.T.- En estas pensiones, ¿usted tenía una habitación?

C.R.- SÍ, sí ...

E.T.- ... solita.

C.R.- ... una habitación sola.

E.T.- Ajá.

paña?

¿Mantenía usted contacto con alguien en Es-

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C.R.- Aquí ..• ¿de España?

E.T.- SÍ.

180.

C.R.- Pues yo tenía correspondencia con una amiga mía,

que se fue eh ... en el '57 ... en el '56 de la

URSS a Lérida. Yo me escribía con ella.

E.T.- Ella se había ido a la URSS, la había visto en la

URSS.

C.R.- Y habíamos trabajado juntas. Después se vino a

España, en el '56. Yo me escribía con ella, en

México.

E.T.- Y se escribía con ...

C.R.- Con ella, y me escribía con otra de Jaen, también

con ... de Bilbao; me escribía con ellos.

E.T.- Ajá.

C.R.- Sí. Y les mandaba incluso ... En Bilbao incluso

la revista de ... el boletín de la embajada sovié­

tica, les mandaba.

E.T.- Y ellos les mandaban, ¿le mandaban a usted algo,

de aquí?

C.R.- No, ella, ellos no me mandaban nada; pero yo reci­

bía cartas, bien, normal.

E.T.- Ajá, bien. Y estando usted en México, me decía

que sentía ganas de poca amistad, que en España ...

pero sí había algo ...

C.R.- Sí, había, claro.

E.T.- ... en España. ¿Qué era lo que más recordaba de Es

paña?

C.R.- De España se recuerda generalmente el, la infan­

cia, la juventud, la época que pasamos aquí, eh.

No sé, el sobre todo encontrarte en tu tierra.

En tu tierra, eh; quieres estar en tu tierra más

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181.

que nada. Porque quieras que no quieras, fue ...

no se. Yo no lo sé por otros, pero por mí misma,

pues, eh, siempre te consideran un poco extraña.

Te cuesta adaptarte a otro país.

E.T.- Ah, a otro país.

C.R.- SÍ. Cómo cuesta volver a adaptarse a España, eh;

que no es fácil.

E.T.- ¿Y qué desventajas siente usted que tuvo, respec-

to a los que se quedaron, por haber salido?

C.R.- Pues mire, la desventaja ...

E.T.- Esta que me acaba de decir.

C.R.- ... La desventaja es que hay, por ejemplo, treinta

y nueve años de distancia desde que te fuiste has

ta que volviste. Y estos treinta y nueve años o

treinta y ocho, los que sean, es ese vacío el

que ... no encaja, ¿comprende? Es, eh, hay algo,

te sabes en tu tierra; pero claro, no sé ... mu-

chas veces piensas que ha sido una ventaja el sa-

lir. Yo considero que ha sido más ventaja el sa-

lir que el quedarse.

E.T.- ¿Por qué?

C.R.- Ventaja por qué ... bueno, la ventaja fue que noso

tros no teníamos el enemigo; no teníamos la Guar­

dia Civil encima, ni las denuncias.

E.T. Ajá.

C.R.- Y vivíamos ... por hambre que pasáramos, por cala­

midades, no tenías todos estos espantos enfrente

de ti. El miedo a que hoy estabas en libertad, y

mañana podías estar en una cárcel.

ventaja que hemos tenido nosotros.

E.T.- ¿Y qué otra ventaja encuentra usted?

Eh, la mayor

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182.

C.R.- Pues ya ... además de ésta creo que ninguna. Ven­

taja, porque el estar tantos años fuera de la tie­

rra es, también es ... (inaudible)

E.T.- Esa era una desventaja.

C.R.- Sí, una desventaja. Para mí lo es.

E.T.- Claro. Mmmh, bien. Eh, ¿cómo sentía usted ... ?

Bueno esto creo que ya me lo habló antes ¿no? el

comportamiento de los refugiados en México.

C.R.- SÍ.

E.T.- Ya me lo dijo.

C.R.- SÍ.

E.T.- Me decía usted que pertenecía al PSUC, al PSUC, sí.

Aquí, antes de irse ¿no?

C.R.- Antes de irme.

E.T.- Y en México también.

C.R.- Y en México y en la URSS.

E.T.- También.

C.R.- Y en la URSS, sí.

E.T.- ¿En qué consistía su militancia viviendo en Méxi­

co?

C.R.- viviendo en México, pues, la militancia relativa­

mente era, fue la prensa clandestina que podía

salir del partido, que llegaba a México; y el es­

tar, más o menos, al tanto y al corriente de lo que

pasaba en España. Y estar militando en un partido

que cualquier día podía volver a ser oficial, le­

gal, y que era una esperanza para nuestra tierra.

No, no perder el contacto por lo que te obligó a

salir de España.

E.T.- Ajá.

C.R.- Y, después, ayuda económica más que nada. Y las ...

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183.

reunirse con camaradas que pensaban como una al ha

blar.

E.T.- Ajá.

C.R.- Y el que vieras que te comprendían, que nos com­

prendíamos mutuamente, que nuestros deseos eran

los mismos.

E.T.- Ajá.

C.R.- Y esto te hacía sentirte, eh, ni necesaria ni na­

da. Pero te sentías, cuando estaba la reunión,

un poquito más cerca de España. Al comentar esos

problemas con gente que también le interesaban.

E.T.- Ajá.

C.R.- Porque con muchas personas, pues ya no, no esta-

ban tan al día, ¿comprende?

E.T.- ¿Las reuniones eran frecuentes?

C.R.- Pues sí, eran semanales, semanales.

E.T.- ¿Y como cuántas perso ... cuántas gentes asistían

más o menos?

C.R.- Pues veinte, treinta ...

E.T.- Ajá.

C.R.- Y despues venía gente del interio~ de España y nos

daba una charla. Gente que venía de España, des­

pués nos contaban sus experiencias, lo que había

visto, lo que le habían dicho ¿comprendes? Y eso

nos hacía, eh, unirnos. ?Comprende usted? No

aislarnos tanto de esa España.

E.T.- Claro.

C.R.- Nos sentíamos compenetrados, aunque fuera de lejos,

con esas ilusiones que habíamos tenido y que se­

guíamos manteniendo.

E.T.- Aparte de estas reuniones y de estas lecturas,

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¿hacían alguna otra cosa?

C.R.- ¡Hombre!, campañas ...

E.T.- Y las colectas, sí, sí.

184.

C.R.- ... colectas, campañas, ¿comprende usted?

E.T.- Ese dinero era para mandar a ...

C.R.- Para mandar a España, claro. A los presos, y te­

níamos incluso, ah, direcciones, y mandábamos nues

tros cheques hacia España. Yo incluso, cuando vi-

ne, fui a Madrid a ver unos amigos que tenían un

hijo en la cárcel que yo le llevaba ... le traía

cheques, de allí de México, así. Y nos escribía-

mos, ¿ve? haciendo ver que éramos parientes, y

así. Y teníamos contacto. Y les mandábamos el di

nero.

E.T.- ¿Cómo, cómo les mandaron el dinero?

C.R.- En ...

E.T.- ¿En la carta?

C.R.- En la carta el cheque, y ... y si venía alguién,

pues, como aquella vez yo, pues, personalmente lo

entregaba.

E.T.- Ajá. A las personas. ¿Usted, ha }legado a cono­

cer a la gente que ayudó?

C.R.- Pues, eh, eh, yo no. No, porque ya, las direccio

nes cambiaban; después te decían: "A este no le

mandes, ya ha salido de la cárcel". Ellos mismos

escribían: "No, nos mandéis más. Ahora hay otras

personas más necesitadas", ¿comprendes? Porque

era gente de esta categoría. Y entonces ya, mandá

bamos el dinero a otra gente. Y allí, si el Parti

do me decía: 11 Tienes que ir a ver a fulano", pues

yo lo hacía. Pero, me lo dijo una vez; después

me escribían, decían que ya no querían ya ese di-

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185.

nero, que no lo necesitaban. Y, poco a poquito,

se fueron arreglando las cosas y, siempre, cada

vez había menos gente que necesitaba ayuda.

E.T.- Que necesitaba ...

C.R.- ... que necesitaba.

E.T.- Ajá.

C.R.- Después hacíamos la reunión de mujeres antifascis­

tas, había españolas.

E.T.- Eh, bueno, antes de hablar de la Unión de Mujeres.

Eh, al partido, a estas reuniones semanales que

había del Partido, ¿asistían también mujeres?

C.R.- SÍ.

E.T.- (Inaudible).

C.R.- sí, mis camaradas del partido, partido, sí.

E.T.- ¿Igual número que hombres?

C.R.- No, más hombres.

E.T.- Más hombres.

C.R.- Generalmente hay muchos camaradas que ... su mujer

no es del partido.

E.T.- Ajá. Pero las que si eran del partido .•.

C.R.- Iban.

E.T.- SÍ, iban.

C.R.- sí. ¡Hombre!, iban siempre que podían.

E.T.- ¿Tenían alguna actividad de cara a México?

C.R.- De cara a México nos reuníamos también, alguna

vez, con las mujeres también, eh, mexicanas.

E.T.- Ajá.

C.R.- Pero yo no era de la Dirección de las mujeres esp~

ñolas, así que yo esta ... ¿Comprende? el contacto

ya era de Dirección a Dirección, yo ... yo no era.

E.T.- Era la base.

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C.R.- Era de la base [risa]. Por eso le digo.

E.T.- Ajá.

186.

C.R.- El contacto con el partido mexicano, pues, tam­

bién lo llegué a ver, ¿comprende?

E.T.- Pero también de Dirección.

C.R.- De Dirección a Dirección. Ibamos a los actos, a

las manifestaciones, a todo lo que existiera ¿com­

prende?

E.T.- Ajá.

C.R.- Eso sí.

E.T.- Ajá. Eh, eh, durante el tiempo que usted vivió

en México ¿mandaron ... ? ¿mandó el partido a al­

guién a España?

C.R.- Mandado, ¿cómo?

E.T.- Sí, por el partido a realizar actividad clandes-

tina ¿no?

C.R.- No.

E.T.- Ajá.

C.R.- No mandaron a nadie. O se venía voluntariamente,

eh.

E.T.- Se venía, pero ... ah, bueno, pero ~ntonces, ¿vino

alguién voluntariamente?

C.R.-

E.T.-

C.R.-

E.T.-

C.R.-

No ...

... en

Pues

y no

Ajá.

Y, en

nir a

zado,

eh.

esa época?

mire, mi cuñado. En el '62 ellos se vinieron

los mando nadie.

el '65, se vinieron otros porque querían ve

vivir, a España. Tenían más o menos reali­

pensado, que aquí podrían emprender alguna ...

eh, hacer algo, ¿comprende? Desde el punto de vis

ta económico lo habían solucionado, y se vinieron;

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187.

y se instalaban aquí, ya.

E.T.- Ajá.

C.R.- Y era gente de ... camaradas del partido y que no

eran del partido. Siempre a vivir, siempre. Eh,

a partir del '60, yo creo.

E.T.- empezaron.

C.R.- Empezaron a venir.

E.T.- Bien. Y, ¿usted perteneció a alguna organización

español ... eh, mexicana, perdón?

C.R.- No.

E.'l'.- No.

C.R.- Mexicana, no.

E.T.-¿Qué era lo que más le molestaba de México?

C.R.- ¿Cómo?, a mí, de molestarme, no me molestaba nada.

E.T.- Nada. La miseria, por ejemplo, de la que me ha-

blaba antes.

C.R.- ¡Hombre!, la miseria no es que me molestara, eh,

hiere, ¿comprende usted? Moralmente, eh, se sien

te, ¿qué le diría yo? eh, esa falta de igualdad,

eh, en el sentido económico. No igualdad en mu­

cho-mucho, igualdad de poco-poco, ¿ves? en ese seg

tido. Pero molestarme, pues no. Era esa enorme

diferencia que existía y que existe hoy.

E.T.- Bueno. Y entonces, ¿había algo que le molestara?

C.R.- Pues, eso que le de ... eh, quizá los gobernantes,

no ...

E.T.- La corrupción.

C.R.- La corrupción, eh, todo, eh, todo ese tipo de mor

dida, ¿comprende? No sé, por ejemplo, ¿qué le di­

ré yo?, yo, una vez llegué al aeropuerto, venía

de España y venía ... en Iberia. Y el que estaba

allí en, eh, cuando ya ... el de las maletas, ¿no?

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188.

E.T.- SÍ.

C.R.- Pues yo llevaba ... como yo no era mexicana, pues

yo llevaba la entrada de México en la forma M2

¿ve?

E.T.- Ajá.

C.R.- Y él la dejó caer, sencillamente la dejó caer. En

tonces me dijo: ''Mire usted no lleva su entrada,

tendrá que quedarse". Le digo: "No sefior, a usted

se le ha caído". "¡Ah!, perdone, perdone". ¿Ve?

E.T.- Mmmh.

C.R.- Ya quería ... después "deme unos ojos de gringa•(*)

eso usted lo pide, y te lo dice para dejarte en­

trar, ¿comprende? Esa corrupción, eh, el tipo

ese de mordida, ¿comprende?, que es desagradable.

E.T.- Ajá.

C.R.- Y, y a mí me disgustaba porque, en realidad todo

eso es producto de, la corrupción que existe arri

ba. Allí esta: "Eres pendejo si no robas". ¿no?

E.T.- Ajá.

C.R.- [Risa] (inaudible)

E.T.- Y, ¿qué le gustaba de México?

C.R.- ¿De México?, pues eh, pues todo: y la comida, y

las costumbres y es un pueblo alegre. No sé, yo

me encontraba bien en México.

E.T.- Ajá.

C.R.- Yo, a mí quizás me habría gustado más, eh, estar

con ... con otra gente ¿comprende?, porque la gen­

te, perdona, que yo me relacionaba, pues era gen­

te de categoría. En fin, mexicana, buena gente,

(*) Se dice por: dólares.

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189.

buenas personas; pero ya vivían bien, eh, franca­

mente bien ahí.

E.T.- Bien. ¿Cuándo hizo su primer viaje a España?

C.R.- Yo lo hice en el '66.

E.T.- Mmmh, once años después de llegar a México, ¿no?

C.R.- Yo llegué en el '57, nueve años.

E.T.- Nueve años, sí.

C.R.- A los dieciocho de haber salido de España, casi.

E.T.- ¿Y ... cómo fue su viaje, cuénteme.

C.R.- cuando yo lo realicé, era en ... era en vísperas de

navidad, era un cinco de diciembre, cuando salí de

México. Y vine a España por primera vez, y lle­

gué, bueno llegué, eh ... En el avión me causó mu

cha, no sé ... lloré. Al ver el mapa de España mi­

ré desde el avión: Portugal, el estrecho de Gi­

braltar ...

E.T.- Mhj.

C.R.- ... y nos dice la aeromoza, no sé quién era: "Allí

está Salamanca, allí está ta1f'{í la ... España se­

ca, un sol, pero seco)( ¿ve? J sin bosques, no sé.

Y lloré.

E.T.- Ajá.

C.R.- Después llegué a Madrid, en Madrid no lloré porque

como yo en Madrid no he vivido, pues no, no me di

jo nada, ¿ves? Yo lloré en el avión al decir "Ahí

está España", y me acordé de cuando estudiábamos

de chiquitas el mapa de España.

E. T. - Mhj.

C.R.- Y ví Portugal, no sé. Y, y entonces llegué a Ma­

drid. En Madrid ya hice un transbordo y llegué a

Barcelona. Y, como en Barcelona yo tampoco había

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190.

vivido, pues tampoco lloré, ¿comprende? Eh, me

fue ... me ...

E.T.- ¿Se vino directamente del aeropuerto de Madrid

aquí?

C.R.- No, de, del, del avión de Madrid para Barcelona,

al aeropuerto.

E.T.- Y ya no salió en Madrid, ni nada.

C.R.- No, no, en Madrid no salí.

E.T.- Ajá.

C.R.- No salí, me quedé allí a esperar, del internacio­

nal al nacional, y me quedé. Y, y llegué a Barce

lona, que entonces no había ese aeropuerto, era

un aeropuerto muy chiquito, y se esperaban las ma

letas en una ... como apeadero, ¿comprende? Allí

estaba mi, mi familia, ellos se habían ido en el

'62 de México. Hacía, pues, cuatro años que no

los veía, y estaba mi sobrina, que hacía sólo unos

meses que habían salido de México.

E.T.- Ajá.

C.R.- La que hoy está en Las Canarias. Y entonces, pues

sí, al verlos yo ví unos críos mu~ grandes ya, y

muy cambiados. Y llegué a Barcelona. Y en Barce

lona, pues a los dos días hubo referendum, aquel

de de Franco ...

E.T.- Ajá.

C.R.- ... y quisimos ir a la manifestación. Y, fuimos a

una boca del metro, a otra boca del metro; nos di~

persaban los grises, ¿comprendes? Corríamos por

aquí y por allá, y bien, me fui a Lérida. Llegó

a Lérida: "Si señores'', porque en Lérida yo había

nacido, y ... allí fui, eh. Y fui a casa de esta

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191.

amiga de la URSS, fui a ver a mis tios, a mi tía

que vivía todavía. Y entonces sí, Lérida pide,

¿eh? La encontré muy chiquita, parecía todo mu­

cho más chico [risa].

E.T.- Eso es .. .

C.R.- A de ... no sé, desde la lejanía lo ves todo, o es,

los ojos de la infancia que te hacen ver la mesa

más grande ¿ve? [risa]. Al verlo del avión ya ves

que no es así, pero en fin.

E.T.- Bien. ¿Y cómo vió España en el '66?

C.R.- Yo en el '66 ... llegó una cosa que, no sé, ibas

por todas partes y veías esos bloques grandes ¡enoE

mes!, ¿comprende? Es decir, el crecimiento de Es­

paña, el crecimiento de España; después veía ...

Pasando en tren eh, yo me fijé, y sí, sí. A la eg

trada de Lérida, bloques; a la entrada de Saba­

dell, bloques; a la entrada de Saltinbá(*)bloques.

Pero después, veía sin asfaltar, sin alcantarilla­

do, ¿comprendes?, el frange por allí; yo decía, e~

to en México, no. Primero lo hacen todo y después

construyen la casa [risa] yo hice,la comparación.

Y dije: "Bueno, sí, ¡bah!, esas casas en todas PªE

tes han de estar''. Yo dije ¿ve? Y bien, pasé navi

dad aquí ... año nuevo; después, eh, con mi hermana

fuimos a Madrid, estuvimos cinco, seis días en Ma­

drid. Y bien, ahora, pues, eh, la gente, pues no

puedo decirle muchas cosas porque era la primera

vez que yo venía. Me fui a Bilbao a ver amigos de

la URSS, ¿comprende? Y el ambiente en que yo me

(*) Así se escucha.

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192.

relacionaba, era un ambiente antifranquista, ¿com­

prende?

E.T.- Usted también. Claro. Pero habrá tenido contac-

to con algún partidista, algún descendiente ..• ?

C.R.- Ah, sí, no pero ...

E.T.- ¿Cómo los sentía a ellos?

C.R.- Eh, a ellos, pues, yo les preguntaba por la calle

tal, me decían: "No¡ esta calle se llama así". Y

otros me decían: "No, no, no, la gran vía, era una

gran vía, ¿no?; no, no José Antonio o generalísi­

mo". No, decía, y así no, tuvimos algunas dispu­

tas con ... con choferes, eh, con taxistas. En fin,

las tuve, y a veces decía, bueno pues ya está bien.

Porque incluso mi cuftado me dijo: "Carmen, fíjate,

llaman de la policía" ... allí, y no me llamó nun­

ca.

E.T.- No. No le llamó.

C.R.- A mí, no. No me llamaron. Y dice: "Quizá te lla­

men, te hagan ir a la Vía Layetana. Yo no me sen­

tí nunca espiada, ¿ve? La primera vez que estuve

aquí en Espafta no me sentí.

E.T.- Y esas discusiones que me decía de, con los taxis-

C.R.-

tas, ¿por qué eran?

Pues, era por la cuestión de que decían que Es pafia

era eso, era lo otro; y yo les decía que no habían

salido. Yo, eh, ellos lo tenían todo, eran más

grandes que ningún sitio. Digo: ''Es que ustedes,

no han viajado", ni leen un poco [risa]. Yo así en

ese plan, eh.

E.T.- [Risa]

C.R.- Porque, además, también ellos ... tenías que ir con

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193.

cuidado, porque dijo mi cufiado: "Muchos son poli-

cías 11•

E.T.- Los taxistas.

C.R.- Los taxistas, y hay que tener mucho cuidado tam­

bién.

E.T.- Ajá.

C.R.- Porque ellos saben.

E.T.-

C.R.-

¿Usted sentía a la gente contenta?

Bueno, yo la ví, no tan contenta como ahora, mire

usted. µ~ habido un cambio en hablar, en sincerar-

se, ¿comprende? Veías a la gente un poco reprimi­

da, ¿no? No sé, no, ibas a la tienda y no te ha­

blaban algunas gentes. Y comprabas, y te ibas,

¿comprende usted? Se notaba en todo el ambiente,

se notaba el peso del franquismo, se notaba. Y

ahora en estos años que estoy, estos tres años que

estoy aquí, he notado el cambio progresivo que se

hace. La gente ahora habla, protesta; y antes,

pues no, eso no, no se daba.

E.T.- Mmmh, ajá. En sesenta y ... y seis, en '66.

C.R.- No, no.

E.T.- Era una época de progreso económico, ¿verdad?

C.R.- Pues sí, lo era porque la gente vivía, trabajaba;

eso sí, no había crisis, ¿comprende? Había toda

una emigración en Europa. Entonces no había pero

en España, la emi ... los parados, estaban en Euro­

pa trabajando. El turismo que empezaba, ¿compren­

de?, y era una época de auge en España. Pero, la

gente, no, no. Yo estuve en casa de una amiga,

que su marido era un guardia municipal, no sé que ...

E.T.- SÍ.

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194.

C.R.- ... y francamente, pues no, rnrnrn, no sabías de que ha

blar.

E.T.- Ajá. ¿Y, y qué fue lo que más, le gusto de su pri

rner viaje?

C.R.- ¿En ese primer viaje? Pues, mire, en este primer

viaje, primero que todo, casi no tuve tiempo de ver

a Espafta. Porque estuve viendo amistades, amista­

des de la URSS, amistades de México, ¿comprende us

ted?. Así que me pasé eh, un mes y medio, pues mi

re eh, viajando casi ¿comprendes?

E.T.- Casi.

C.R.- Fui a Lérida, fui a Andorra, ¿comprende?; fui a Ma

drid, fui a Bilbao, en ese plan, ¿comprende? Pues,

eh, casi cuatro días aquí, cuatro días allá, dos

días en casa de unas amistades, ¿comprende? Así

que contacto con la calle, ya no ...

E.T.- No.

C.R.- ... no tuve mucho.

E.T.- ¿Sus amistades la recibieron bien?

C.R.- Muy bien, todos, además eran todos pues, ya digo,

de mi ambiente. Y las dos, eh, do9 darnitas que

fui a ver a Lérida, que habían estudiado conmigo,

pues ... Después de hablar: "Que tal, corno esta?'',

pues ya no sabíamos de que hablar. No había nin­

gún lenguaje común, entre nosotras.

E.T.- Porque ellas no habían salido ••.

C.R.- Ellas no habían salido y yo había salido. Y había

un mundo en medio ¿ve?

E.T.- ¿Cómo las sentía a ellas?

C.R.- Yo a ellas las sentía muy anticuadas [risa]; pues

eso era. Yo me sentía con horizontes mucho más

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195.

abiertos, más liberados.

E.T.- ¿Ellas eran republicanas, también?

C.R.- Pues no, algunas no. Y otras, incluso, otras ha­

bían sido del partido de las juventudes conmigo,

y así. Pero se habían casado con maridos, que

pues, que no lo eran, ¿comprende usted? Ya se ha

bían alejado de toda lucha, aunque lo sintieran no

lo decían. Yo ... costaba mucho en aquella época

que te contaran, costaba, costaba.

E.T.- La gente estaba un poco más cerrada.

C.R.- Estaba un poco más cerrada. No, no se dejaban,

costaba. ¡Ah, sí allí estaba! Yo sí les decía

que había estado en la URSS: "¡Ay!, en la URSS''.

Y te miraban un poco, ¿comprendes?, como un bicho

raro, siempre [risas].

E.T.- Existe ...

C.R.- Decían: "Ay, esta, esa mujer ha estado allí [risa]''.

E.T.- En serio.

C.R.- Sí, eh, no sé.

E.T.- Ajá. ¿Y hubo algo que le disgustara de España?

(inaudible)

C.R.- Pues mire, de España, pues no sé, era todo ese am­

biente que uno nota; y era un ambiente que no era

tu tierra, no, no era la tierra que habías dejado

en plena euforia militar, ¿comprendes? De victo­

ria, aunque estuvieramos vencidos, era otro pue­

blo. No era el pueblo que habías dejado, era

otro. O era yo que había cambi ... cambiado mucho,

y ellos no habían cambiado o al revés, quizá ellos

habían empeorado, ¿ves?

E.T.- Ajá.

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196.

C.R.- En cambio yo había mejorado, y entré en otros mun­

dos, ¿no?

E.T.- Ajá.

C.R.- Y ellos no, se habían encerrado allí, no habían s~

lido, no habían hecho ningún viaje, ¿comprendes?

Y entonces habían, habían pasado muy mal la posgu~

rra. Ahora tenían su pisito, tenían su coche, te­

nían su casita de campo y se sentían, pues muy

bien; desde el punto de vista económico, ¿compren­

de? Se sentían ya, muy, muy superior. Ahora/des­

de el punto de vista de mentalidad, pues no, eran

muy cerrados. Y no era producto de ellos, yo creo;

era producto de todo el ambiente en que habían vi­

vido.

E.T.- Ajá. Esta primera idea de, de España, ¿cambió en

loS viajes sucesivos ... ?

C.R.- Los viajes sucesivos, pues ... después yo vine ya

en verano, cuando hay turismo: que vas a las pla­

yas, que hay más intercambio. Y, francamente,

pues ya, fue mejorando, fíjese. Se notaba ...

E.T.- Una evolución.

C.R.- ... más o menos, ya la evolución, la entrada de ese

mismo turismo, que hacía que la gente cambiara de

mentalidad, sobre todo la juventud. Notabas que

algo ... y después ibas a las librerías y vendían

ya libros, ¿comprende?

E.T.- En este primer viaje, ¿cómo vió a la juventud?

C.R.- Eh, yo con la juventud tuve un poco contacto. Por

que era gente ya de edad; cómo yo los iba a visi­

tar, ¿comprendes?, en ese sentido.

E.T.- Pero, ¿los hijos de sus amigos?

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197.

C.R.- Pero, los hijos de mis amigos, pues sí, me comen­

taban que ellos, pues sentían la necesidad de cam­

bio, ¿comprendes?, que no, no estaban contentos.

Se les notaba eso. Que querían progresar e iban a

ver si compraban este libro, ese, ¿comprendes?,

esas revistas. Y me acuerdo de esa librería de

las Agullas que, a donde vendían libros prohibi­

dos, ¿comprendes?

E.T.- Mmmh.

C.R.- Había todo eso. Pero en '68, por ejemplo, mi her­

mana tenía una librería ...

E.T.- Ajá.

C.R.- ... aquí en el Paralelo, y ya se vendían más, yo ví

mucho cambio, ya, ¿comprendes?

E.T.- En el '68.

C.R.- En el '68, '69, ya, ya empezaba. Y las traduccio­

nes, incluso la aparición de nuestros escritores

que estaban prohibidos, poetas, ¿comprendes?

E.T.- Ajá.

C.R.- Ya empezaban, en los '60s, ya, ya se iba abriendo,

¿comprendes? brecha, no sé. Ya s~ notaba que había

síntomas de que el franquismo iba de capa caída.

Por su propia, eh, ¿qué le diré yo? no porque, qui

zás ... se había luchado dentro, pero no ya por su

propia lucha, sino por su propia consistencia, ya

ahí estaba superado, ¿ve?

E.T.- Ajá.

C.R.- En aquel momento. Y la gente quería cambio.

E.T.- Ajá.

C.R.- Ya quería.

E.T.- Mhj. ¿Y cuándo surgió en usted la idea de volver

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198.

a vivir a España?

C.R.- Pues, yo siempre quisé volver. Lo que pasa que,

¿a qué venía yo a España, ¿eh? ¿Dónde trabajar?,

¿comprende? Si Franco no nos reconocía nuestros

títulos, ¿quién?

E.T.- ¿No los reconocía?

C.R.- Pues a nosotros del plan cursillista y profesional

nos había castigado Franco. Todos mis a, compafie-

ros de escuela no podían ejercer, y habían tenido

que ejercer en clases particulares, poniendo cole­

gios particulares, ¿comprende? Y después ingresa

ron, ya a partir del '57, '58, '60, '62, empezaron

algunos; pero no les reconocían el título ¿ves?.

Eran como interinos, ¿comprende?, una cosa muy es-

pecial. Yo dije: "Bueno, para ir a España,

sufrir también, eh", es triste si no puedes

para

luchar

de una manera consecuente. Si no te dejan vivir.

Económicamente, yo no soy rica.

sueldo.

E.T.- Ajá.

Yo vivía de un

C.R.- No tenía nada más. Y entonces, p~es cuando vino mi

familia, yo les dije que no; yo sólo hacia cinco

años<¡ue estaba en México, me había costado mucho

adaptarme a México de la URSS. Y dije no, pues

yo ... y a mí me gustaba él trabajo, a mí me gusta­

ba mucho el trabajo que tenía en México.

E.T.- Mmmh, ajá.

C.R.- Y después, cuando me escribían mis, eh, compañeras

de estudio; que yo me relacionaba con una que vi­

vía en Francia, después se vino aquí: "Carmen, ve~

te que, a declarar lo del Magisterio'' ¿comprendes?

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199.

Y entonces, yo ya decidí venirme.

E.T.- Cuando, cuando ya supe que lo iban a ... Cuando su

pe, eh, sí supe de que alguna de mis amigas ya h~

bía sido rehabilitada, ¿comprende? Entonces, yo

me habría quedado en México de no ser eso que ha ha

bido aquí. ¡Vieja!

E.T.- Yo trabajé un año y pico en la escuela.

E.T.- Ajá. Y ... (inaudible).

C.R.- Antes de jubilarme, y después me jubilé yo, volun­

taria, eh. Yo, podía haber trabajado hasta los

setenta. Pero yo, a, a los sensenta y cinco es

jubilación voluntaria.

E.T.- Ajá.

C.R.-

E.T.-

C.R.-

y para mí era muy pesado el trabajar con niños.

¡Después de tantos años de no hacerlo!

[Risa]. Ya no sabía. y niños chiquitos, eh. Porque yo tampoco podía

aspirar a clases superiores, porque las matemáti­

cas modernas yo las desconocía. Claro que, en una

temporada podía haberme puesto al corriente. Pero,

llegando nueva a una escuela no te, dan lo que tu

quieres, te dan lo quieran. Entonces yo decidí m~

terme en la primera etapa, y dejar caer el quinto

año, ¿comprendes?

E.T.- Ajá.

C.R.- Porque después ya te vienen matemáticas, geometría .. .

y, ya sabe usted ahora esas matemáticas modernas .. .

E.T.- [Risa].

C.R.- ... a, que no son tan difíciles, pero en fin, a mí

me lo parecían. Ahora ya no me lo parecen tanto

[risas].

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200.

E.T.- Ay. ¿Y recibe alguna jubilación del trabajo de

México?

C.R.- De México, no.

E.T.- ¿No?

C.R.- No porque, yo no, yo no estaba en el Seguro Social.

E.T.- Entonces de la URSS.

C.R.- De la URSS sí, porque yo he trabajado, pero la

URSS dá una pensión muy pequeña.

E.T.- En la URSS.

C.R.- Más que pensión es, dicen que es una ayuda.

E.T.- Del trabajo que realizó en México, ¿en la emabaja­

da, no?

C.R.- En la embajada, pero éste, eh, va junto con el que

trabajamos en la URSS, se unieron los ... Yo tra­

bajé para la URSS treinta y cinco años.

E.T.- Y la pensión es muy ...

C.R.- La pensión es chica. Tipo Seguro Social Mexicano,

no de los altos, ¿ve? Así chiquita.

E.T.- Claro, por eso necesitaba de la (inaudible).

C.R.- Por eso necesitaba, ahí está, trabajar aquí, ¿com-

prende?

E.T.- Claro.

C.R.- Porque si no, ¿de qué?

E.T.- Claro, claro.

C.R.- De un sueldo, yo he trabajado siempre con un suel­

do; con un sueldo, pues no se puede vivir. Yo no

he, no he podido hacer dinero.

E.T.- Ajá.

C.R.- Porque el dinero que podía haber ahorrado, lo gas­

taba viniendo a España de vacaciones. He venido

cinco veces, pues ¡imagínese!, ese dinero pues ...

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201.

E.T.- Ajá.

C.R.- No sólo el viaje, sino lo que te gastas aquí.

E.T.- Claro.

C.R.- Ahí está.

E.T.- ¿Y cuándo volvió definitivamente?

C.R.- En el. .. en abril del '68 .-k"

E.T.- '68. Cuando usted volvió a vivir a España, ¿su

idea cambio?

C.R.- ¿De qué?

E.T.- O sea, la idea que usted tenía de España, la idea

que se había hecho de España en los últimos viajes

que había venido, las últimas veces que había veni

do, ¿se modificó, en ... al ... cuando usted ya vino

a quedarse, a instalarse aquí?

E.T.- Mire, yo me hice a la idea, eh ... te guste o no te

guste, tendrás que aceptar a España como es, no

como tú la quieres. Primero hay que hacerse a esa

idea: "Donde fueres haz lo que vieres'', ¿no? Como

en México, como no puedes cambiar las cosas tenéis

que aceptarlas como son. Yo dije: "Si en España,

ahora, el régimen te concede una p~nsion, te da una

vejez tranquila, pues hay que aceptar a España co­

mo es". Ahora bien, seguir luchando para que mej2

re. es lo único, ¿comprende?, con todos sus pros

y sus contras.

E.T.- Ajá.

C.R.- Aquí hay contras, como los hay en México, como los

hay en cualquier país, y sus pros. No todo es pe~

fecto, ni mucho menos; hay cosas que te disgustan.

Yo, por ejemplo, quiero estar en México, el verme

en el parque Mundet, el ir a Acapulco, ¿comprende?

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202.

pues, era muy agradable, las amistades, todas, pe­

ro tienes que perder algo, si quieres ganar por

otra parte.

E.T.- sí. Pero a lo que yo me refería es si, si al, al

vivir aquí ya ordinariamente, ¿la idea que se ha­

bía hecho, en los últimos viajes que había hecho a

España, cambió?

C.R.- Ha (inaudible), ha mejorado.

E.T.- Ah, mejoró.

C.R.- Mejoró, sí, ha mejorado, porque la gente ha mejor~

do también.

E.T.- Aj.á.

C.R.- No se ve, eh ... la gente se la ve de otra manera

ahora. No sé, eh, con toda su crisis¡ pero se ve

otro pueblo ya. No es el pueblo del '66, en ese

sentido, ni del '68¡ incluso ni del '70, quizá.

Es distinto, es otro pueblo.

E.T.- La actitud ...

C.R.- y no todos, eh, no se crea, hay mucha gente

que sigue añorando el pasado, mucha.

E.T.- La actitud de sus amistades, de su~ amigos, ¿cam­

bio de alguna manera cuando supieron que se queda-

ba a vivir?

C.R.- Pues, eh, la mayoría, como habían venido y habían

también sufrido para adaptarse aquí, pues, dije­

ron: "Eh -dice- nosotros ya estamos adaptados, ya

ahora ya nos sentimos bien aquí, y, mira Carmen, tam­

bién te sentirás bien". Y sí, francamente, si uno

tiene trabajo, si encuentra un círculo de amista­

des, pues, en todas partes puede encontrarse uno

bien.

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203.

E.T.- Claro.

C.R.- ¿comprende? Todo depende de, de las exigencias de

uno mismo; porque hay que ceder, hay que ceder,

hay ... se puede pedir, se puede pedir, pero, ¿si

no esta a tu alcance qué?

E.T.- Ajá.

C.R.- No tienes porque ... masoquismo ese de decir: "Allí

se vivía mejor y había esto y lo otro, y lo otro",

pues no. Has venido aquí, pues ten paciencia y mi

ra, y aguanta. También ellos te encontrarán a ti

rara y extraña, ¿comprendes? [risas]. Es igual,

claro.

E.T.- ¿Y se encontró con algún problema de tipo legal?

C.R.- Pues no, de tipo legal no. Me, me hicieron el caE

net de identidad y no, no ...

E.T.- No hubo problemas.

C.R.- No hubo ningún problema.

E.T.- Ajá.

C.R.- Reconocieron, eh, todos los años de trabajo como

si hubiéramos traba ... como si no hubiéramos sali­

do ¿ve?, de España, pues está bien. Eso hay que ...

claro, me, y, yo no me habría movido de España de

no ser la guerra, aquí me habría quedado ¿no? Pe

ro entonces esto nos lo han hecho, ha habido la am

nistía laboral, y hemos conseguido eso, nos lo han

dado, muy bien.

E.T.- Ajá.

C.R.- Y gracias a eso, pues, mire, podremos tener una ve­

jez más o menos tranquila.

E.T.- Me decía, al principio, que le había costado tra­

bajo adaptarse.

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C.R.- Pues sí, cuesta adaptarse.

E.T.- ¿Y siente que ya se adaptó?

204.

C.R.- ¡Hombre!, ahora francamente casi puedo decir que

sí.

E.T.- Ajá.

C.R.- En este sentido. Ya me encuentro bien, ya, Al

principio, pues los primeros tiempos no; hechas de

menos muchas cosas, las amistades, el trabajo. Pe

ro después te encuentras ya con un ambiente que te

rodea, que vas al mercado, que vas a la tienda, y,

y la familia, los amigos, y, y casi no te da ni

tiempo de darte cuenta.

E.T.- [Risa].

C.R.- Ya te encuentras en el engranaje.

E.T.- SÍ.

C.R.- Y ya, y sigue la rueda, ¿ves?

E.T.- [Risa].

C.R.- SÍ.

E.T.- Eh, y ahora que está usted viviendo en Espafia, ¿se

acuerda de México, o de la URSS?

C.R.- Sí, yo sí me acuerdo, sobre todo ~uando vamos a ca

sa de amigos de ... que han estado en uno, o en

otro país, ¿ve? ¡Ah! esto es mexicano. ¡Ah! es­

to, ¿sí eh?, y fíjate, ahora acabo de estar en Mé­

xico, ¿qué tal México?, ¿comprendes? Siempre co­

mentando y preguntando; y a mí me gustaría volver

a México.

E.T.- No ha vuelto.

C.R.- No, no he vuelto; no he tenido dinero.

E.T.- Mhj.

C.R.- Pero sí, porque no, ya lo creo.

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205.

E.T.- ¿Qué es lo que, lo que más recuerda de la URSS?, ya

viviendo aquí, lo que más extraña.

C.R.- Yo, de extrañar de la URSS, pues, ¿qué le dire yo?,

a veces se extraña su paz, esa ... no sé, qué le di

re yo, esa igualdad moral, que hay allí. Que no,

no se, no se encuentra, y dices: ''¡Caramba!, yo

soy igual que el primer ministro". No sé.

E.T.- Ajá.

C.R.- Algo de eso ¿verdad? Y la, las categorías socia­

les un poquito. Yo aquí, francamente yo seré .••

aquí dice todo mundo: ''Que las clases sociales,

también son duras de penetrar en ellas, sobre todo

en unas altas'', ¿ve?; dicen que son tipos muy ce­

rrados, yo no lo sé, no he penetrado ni me admi­

tirían, así que no, no lo he pretendido. Y claro,

cada gente se ha hecho también con su círculo,

¿comprende?; y entrar en medio de españoles-españ2

les, que no se han movido de aquí, pues para noso­

tros es también ... no tenemos amistad.

E.T.- Ajá.

C.R.- Yo tengo algunas amistades ahora, .las acabo de ha­

cer, de ami ... de ex-compañeras mías, de, de Magi~

terio. Este año nos hemos reunido todas, que ha­

cía más de cuarenta años que no las había visto;

gente muy simpática, que quieren que nos reunamos

todos los años; me han recibido muy bien, ¿ve?

Por eso le digo que son otros tiempos. Y ésos ...

ninguno de ellos se ha movido de aquí. Y ahora he

frecuentado a algunos de ellos, hemos charlado, co

mentado y pienso pues, eh, frecuentar algunos de

ellos, y bien.

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206.

~.T.- Eh, ¿y con quién se siente usted ahora más identi­

ficada en España? ¿Con los que salieron?

C.R.- Yo me encuentro más identificada con los que sa­

lieron, porque son los que, con los que trabo ami~

tad y con los que tengo amistad. Ahora, cuando

voy yo a la agrupación o al partido aquí,,,

E.T.- Ajá.

C.R.- ... también me encuentro muy a gusto aquí.

E.T.- Ajá.

C.R.- ¿Comprende?, con obreros y con ... sí, me encuentro

bien,a gusto.

E.T.- Ajá. ¿Y qué es lo que más recuerda de México?

C.R.- ¿De México?, pues recuerdo, mire usted; pues eh,

todo. En parte, pues recuerdas todo, los malos

tiempos y los buenos tiempos, lo recuerdas. Por­

que en realidad nosotros no tenemos ... eh, yo por

ejemplo, podría decir que tengo tres patrias, ¿com

prendes?

E.T.- [Risa].

C.R.- Sí. Otros que tienen cuatro, ¿comprendes?¡ pues

hemos dejado un retazo de nuestra vida en cada una

de ellas, ¿comprende usted?

E.T.- ¿Y usted, dónde cree que vivió los años más impor­

tantes de su vida?

C.R.- Pues mire, los años más importantes de mi vida los

viví en la URSS: que fue mi juventud y mi madurez,

¿ve?

E.T.- Ajá.

C.R.- En realidad, cuando fui a México ya estaba hecha y

formada¡ ¿Comprende? Entonces en la URSS, donde

yo llegué, que tenía veintitres años. Pues a la

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207.

URSS. Pues sí, donde verdaderamente me formé.

E.T.- Claro.

C.R.- Esa fue mi escuela.

E.T.- Y cuando usted vino a vivir a, a España, ¿en dón-

de vivió?, ¿dónde se acomodó?, ¿dónde se instaló? C.R;- Aquí en Barcelona.

E.T.- En Barcelona. ¿En alguna casa?

C.R.- En casa de mi hermana.

E.T.- Ajá. ¿Y cuánto tiempo vivió con ella?

C.R.- Un año, pero es que después me ca ... me

escuela en el Besós y me fui a una, a un

dieron la piso, en

eh, San Adriá, que es un ... bueno, es una barriada de, de Barcelona. y me fui, y he vivido ahí dos años.

E.T.- Sola.

C.R.- Sola. Bueno sola con, con, eh, la patrona de arri

ba, las vecinas y, y yo ya me consideraba ahí ..•

lo añoro, ¡fíjate!

E.T.- [Risa].

e. R. - s.ólo hace dos años que.. . dos o tres años que viví

allí. Porque es como un pueblo ¿~e?

E.T.- Ajá.

C.R.- Y, yo ya conocía a la gente, nos saludábamos, ya

iba a las mismas verduleras ¿comprende? Y a mí

no, no se me hace extraña, y ya.

E.T.- Es adaptable.

C.R.- Sí. Y me adapto, no sé, yo pienso: hay que hacer­

lo, pues hay que hacerlo, de tripas corazón, y no

se puede estar machacando aquello y aquello, pues

no, mire. Has hecho el paso, lo has dado, bueno.

Yo, al llegar a Estados Unidos, me habría vuelto a

la URSS, ¿ve? No lo podía hacer, dije: ''Pues nada,

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para México".

E.T.- [Risa].

C.R.- Sí.

E.T.- Se arrepintió en cuanto salió.

208.

C.R.- En cuanto salí me arrepentí de ver a los negros tr~

bajando, mire, en el aeropuerto, ya

cosas ¿eh? Y ya me habría vuelto.

no, aca vas estando y la familia te

xico, pues adelante, y así.

E.T.- Ajá.

ve usted que

Y dije: "Bue­

espera en Mé-

C.R.- La vida nos dá estos golpes y hay que aceptarlos.

Y ahora, pues ya, ya pienso morirme aquí [risas).

E.T.- Me podría describir un día común de su estancia en

España, pero al principio de la vuelta?

C.R.- Al principio, pues bien. Yo vivía con mi hermana,

mi hermana tenía, entonces vivía con mi hermana,

mi cuñado y el chico, ya es mayor.

E.T.- Ajá.

C.R.- Y entonces nos levantábamos y como no tenía ••. ella

también había tenido para maestra, y estábamos es­

perando el reingreso, pues mientr~s nos levantába­

mos, íbamos a la compra, arreglábamos la casa.

Después, en fin, nos eh, nos incribimos a un cursi

llo de catalán, ¿comprende? Por las tardes íbamos

al cursillo de catalán, para maestros ¿ve?, porque

yo desconocía la literatura catalana. Empecé a

comprar libros en catalán, había literatura cata­

lana y, con mi hermana, pues eh, nos ha, hacíamos

dictados por la tarde, cuando ya se iban los hom­

bres ¿comprende? O íbamos a las clases tres días

a la semana. Después de ... sábados y domingos,

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209.

ellos tienen una casa de campo y nos Íbamos allí,

a la casa de campo. Regresábamos el lunes, pues,

que por la tarde ah, por la mañana a preparar las

lecciones, pues, limpiar la casa ¿ve? Y así iban

transcurriendo los días, y preparando los exámenes,

hasta que me rehabilitaron.

E.T.- Y cuando se rehabilitó ...

C.R.- E.ntonces ya salí de casa de mi hermana, porque el

colegio me quedaba muy lejos, ¿comprende? Ya deci

dí, ya irme, y así.

E.T.- ¿Y ahora?

C.R.- Y ahora la escuela.

E.T.- ¿Y hoy?

C.R.- ¿Hoy?, pues mire, cuando yo estaba enferma del hí­

gado, no aquí, con Amparo. ¡Santa María! Me levan

taba. Me duchaba, almorzaba, después me iba a la

compra. Después de la compra, compraba el perió­

dico todos los días, eh. Subía a casa, arreglaba

un poco la casa, comía; y después de comer me sen­

taba a leer el periódico, tranquilamente. Después

de leer el periódico, eh, ponía l~ radio para las

últimas noticias. Por la tarde o hacía gan­

chillo o labor ¿no? o subía a casa de una vecina

a charlar un poco. Y si había reunión, me iba a

la reunión. Teníamos clases de catalán, yo daba

clases de catalán o de castellano, y me iba. Y

así, iba organizando los días. Venía a Barcelona,

comía en casa de alguna amiga, ¿comprende usted?

Me quedaba por una noche, íbamos a un concierto.

Después a ... los fines de semana, me iba a ca ...

a la casa de campo de alguna de mis amistades. Y

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210.

así pasaban los días cuando no trabajaba ya, cuan­

do ya tenía jubilación, eh, sí. Así que siempre

estaba ocupada ... yo leía en casa ruso, ¿compren­

des? castellano y leía catalán.

E.T.- [Risa].

C.R.- Estaba entretenida, preparaba las reuniones del

partido, leía materiales del partido. SÍ había al

guna manifestación allí iba, que había alguna con

ferencia iba.

ban los días.

¿Comprende usted? Ya, y así pasa-

E.T.- O sea que, en realidad, podría decirse que la vida

cotidiana que ha tenido suted en España, se parece

bastante a la de México.

C.R.- A la de, a la de México, sí. En ese sentido no me

he encerrado en casa, ¿comprende?

E.T.- Sí. Aparte de los amigos que dejó en México ...

C.R.- SÍ.

E.T.- ... conserva algún otro vínculo.

C.R.- ¿En México?

E.T.- Con México.

C.R.- No, con México no.

E.T.- No, no se escribe, ¿se escribe con sus amigos?

C.R.- Me escribo con los amigos y me escribo con unas

amigas mexicanas que nos conocimos. Muy buenas,

un matri ... una familia mexicana, que me mandan re

cortes de México, sí; y yo les escribo, también.

Y, y nos escribimos con ellos, regularmente.

E.T.- Los recortes que le mandan, ¿de qué son?

C.R.- ¡Ah!, son ...

E.T.- De noticias.

C.R.- ... son de noticias de la primera dama ...

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211.

E.T.- Ajá.

C.R.- ... de, de alguna, eh, sobre el petr6leo, ¿compren­

de usted?; de la reseña de cine, porque, su mari­

do es, ¿cómo lo llaman?

E. T. - Ah ...

C.R.- Trabaja en el cine, por eso nos conocimos en la r~

seña de cine; nos sentamos juntas y después hici­

mos gran amistad.

E.T.- Y ...

C.R.- Yo iba a su casa, sí a merendar, y sí, si con es­

ta familia mexicana. Es es, ¿cómo se llama? ¡hom­

bre!, esos que cortan actrices. Montador que se

le dice.

E.T.- Ah, editor.

C.R.- Editor.

E.T.- Ajá.

C.R.- Su marido: Marino, que ahora tiene una oficina en

Cuernavaca.

E.T.- Mmmh, ajá.

C.R.- Y somos muy amigas, ¿comprende? Ella es, ella es

por padre vasca y la madre es mex~cana, ya ahora

señora. Y el marido es mexicano, eh.

E.T.- El marido de ella.

C.R.- De ella.

E.T.- Mhj.

C.R.- Y somos muy amigos, y ya le digo. Porque ellos

tambi¡én son del cine y viven en la prolongación de

Ayuntamiento.

E.T.- ajá.

C.R.- Allí viven.

E.T.- ¿Usted piensa que los refugiados aportaron algo al

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212.

desarrollo de México?

C.R.- Ah, yo pienso que sí, mucho.

E.T.- ¿A qué cree que se debe toda esa aportación de los

refugiados?

C.R.- Pues mire a que eran ... en ese sentido México es­

taba, desde el punto de vista cultural, muy bajo

en aquella época, en el año '39, estaba casi todo

por hacer, ¿comprende? Y desde ese punto fue una

migración muy valiosa: fueron médicos, fueron es­

critores poetas, fueron arquitectos, fueron inge­

nieros, fueron artistas. Era una emigración, de

un nivel cultrual elevado.

E.T.- Ajá.

C.R.- Editores, ¿comprende? Gente de, de empuje, gente

que, que España no la quiso ¿comprende usted?; que

habría subido a España, hizo que México pudiera

ser más de lo que era, ¿comprende? Yo creo ... y

profesores y, usted sabe, fue buena, ayudó a Méxi­

co en ese sentido. Lo que hicimos de malo en la

conquista, se lo hemos devuelto de bien en esa ...

¿no?

E.T.- [Risa] creo, sí. Eh, ¿y cómo vería usted la acti-

tud de los refugiados en México?

C.R.- ¡Hombre!, ¿en qué sentido?

E.T.- Los, eh, ¿los sentía usted adaptados, o no?

C.R.- Ah, sí, muchos de ellos ya creo estan adaptados del

todo.

E.T.- ¿SÍ cree?

C.R.- Yo creo que sí, y sobre todo las generaciones naci

das allí ¿ve?

E.T.- Ajá. ¿Usted cree que la, la mayoría de los refu­

giados están adaptados? ¿podría ... ?

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213.

C.R.- De los, de los hijos de los refugiados. Yo no ha­

blo de los refugiados viejos, de mi edad y de más;

pero los hijos de estos refugiados de cuarenta años

y pico, yo creo que sí.

E.T.- ¿Y los refugiados?

C.R.- Y los refugiados muchos de ellos también.

E.T.- Mrnrn.

C.R.- La inmensa mayoría, creo que sí.

E.T.- Eh, la mayoría cree que sí.

C.R.- Mire, ha habido mezclas, se han casado mexicanos y

españoles; han nacido nietos que ya son mexicanos,

ya no son españoles, ¿comprende usted? Es decir

se ha vuelto a mezclar la sangre, otra vez.

E.T.- Ajá.

C.R.- Y ya, esta gente ya se siente mexicana, yo creo.

Aunque vengan a España y les guste España, ¿com­

prende? pero sus raíces ya no están aquí. De las

generaciones ya jóvenes, ¿comprende?, ya no están

aquí las raíces, ya están allá.

E.T.- Ajá.

C.R.- Aquí tendrían, eh ... no sé, decirLes que serán pri

meros ministros, ¿comprende?, o un puesto de eje­

cutivo enorme para que les sentara volver a España.

En este sentido ya, ¿comprendes?; pero para los

demás, yo creo que no.

E.T.- Ajá.

C.R.- Ya es tarde. Es como muchos, eh, muchos soviéticos,

españoles, ya se han quedado allí, ya se sienten so

viéticos ... y sus hijos ya nada. Yo creo que el

español, q·uizá tengamos nuestra virtud, de que a

la segunda generación yo creo que ya e •.. hechan

raíces en un sitio. Por eso ha sido la mezcla fá-

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214.

cil, ¿comprende?, más que otros pueblos, en este

sentido creo yo, me parece vaya.

E.T.- Bueno, no sé si quiera agregar algo más.

C.R.- Pues yo no, ¿quiere un café?

E.T.- No ...

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A

-Acapulco (Guerrero, Méxi­co): 201

-Agramunt (Lérida, España): 37

-Alatriste, Gustavo: 122 •Alemán Valdés, Miguel: 97 ~Almendros, Joaquín: 38 -Alvarez, Pablo: 96 -Alvarez, Santiago: 105 -Amelio, Salvador: 121 -Amelio, Sonia: 121 -América Latina: 103, 156,

161 -Amiat (URSS): 83 -Andorra: 18, 194 ~Anglada, señor: 138 -Arco del Triunfo (Madrid,

España ) : 116 <Ardiaca, Pedro: 8, 9. 48 _Arredondo, Luisa: 98 - Asturias (España): 13, 81,

112 •Ateneo Español de México

(D.F., México): 179 Avenida del Paralelo (Ba~

celona, España): 197 ·Avenida Diagonal (Barcelo

na, España): 42, 43, 44 _ Avenida Gaudí (Barcelona,

España): 42

B

Balaguer (Lérida, España): 35

Barcelona (España): 10, 23, 24, 26, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 40, 41, 42, 43, 44, 45, 82, 116, 189, 190, 207, 209

\Bashkiria (URSS): 82 - Bellac (Francia): 55, 56 - Bienio Negro: 7 'Bilbao (España): 114, 180,

191, 194 >Bisk (URSS): 83 -Bloque Obrero y Campesino

(BOC): 22

-Bonaparte, Napoleón: 5 -Bonilla, Amparo: 96, 100,

109, 138, 171, 175, 177, 209

-Bruselas (Bélgica): 116

c

-Calle 5 de Mayo (D.F., Méxi­co): 100

-Calle de Clarís (Barcelona, Es pafia) : 23, 25

-Calle Juanacatlán (D.F., México): 174, 176

-calle Nuevo León (D.F., México): 175

~calle Río Mississipi (D.F., México): 175, 176

- Calle Tamaulipas (D.F., México): 175

.Camprodón (Gerona Espafia): 42

- Canarias, Islas: 190 ,Carbonne (Francia): 54 ~ cárdenas del Río, Lázaro:

97 -casa de Niños Espafioles

( URSS) : 7 3 _ Castellote, sefior: 109 • Cataluña ( Espafia): 15, 17,

25, 39, 43, 46, 47, 64, 72

• Centro Asturiano (D.F., México): 179

-Cervera (Lérida, España): 1, 34, 35, 37, 38, 39

.confederación Nacional del Trabajo (CNT): 19, 22

-- Costa Rica: 33 ""Cruz Roja Soviética: 94,

118 •Cruz Roja Suiza: 118 -Cuba: 102 , Cuerna vaca (Morelos, Méxi-

co): 211 • Cheliábinsk (URSS): 83 ·-Chile: 38 -Churchil, Winston: 90

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D

~Dirección General de Ci­nematografía (México): 169, 176

, Dostoyevsky, · F iodor Mi­jailovich: 163

E

~El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha: 158

~El Salvador: 112 . _El Vendrel (Tarragona,

España): 25 -España: 49, 53, 56, 57,

68, 72, 82, 84, 86, 89, 90, 91, 92, 93, 98, 101, 103, 106, 107, 113, 114, 115, 116, 118, 120, 123, 124, 125, 127, 128, 130, 133, 134, 135, 136, 137, 138, 140, 141, 144, 145, 146, 147, 148, 149, 155, 157, 161, 163, 164, 165, 167, 173, 179, 180, 181, 182, 183, 184, 186, 187, 189, 191, 192, 193, 194, 195, 196, 198, 200, 201, 202, 203, 206, 207, 210, 212, 213

~Espresate Pons, Tomás: 107 ·Estado Mayor de Aviación

( España ) : 3 O .,, Estados Unidos de América

(EUA): 57, 163, 207 - Estat Catalá: 6 -Eurocomunismo: 129 -·Europa: 193

F

- Facultad de Filosofía y Le­tras (UNAM, México): 95

~ Federación Anarquista Ibé­rica (FAI): 19

~ Federación Española de Tra­bajadores de la Enseñanza: 47

- Fernández, Emilio: 121, 176 _ Ferrer i Guardia, Francesc:

3 _ Figueras (Gerona, España).:

45, 46 ., Francia: 42, 48, 49, 50, 51,

57, 58, 59, 63, 84, 86, 87, 97, 127, 163, 198

~Franco Bahamonde, Francisco: 90, 116, 117, 118, 120, 123, 127, 133, 147, 190, 198

-Frente de Arag6n (España): 20

, Frente Popular (España): 10, 12, 16, 17, 82

G

-Galicia (España): 3 García Lago, Lluis: 34, 38,

- 138 - García, Leonardo: 71 · - Gasa ~·: 71 ( '()"-YSOVli~) - Gerona (España): 25, 45 ·Gibraltar, Peñón de: 189

- Gimenes Siles, Rafael: 109 -Godovskovo (URSS): 86 _ González, María Luisa: 71

_ Gorki, Máximo: 4, 163 .Gortari, Elí de: 95, 159 _ Granyanella (Lérida, Espa­

ña): 1 • Grijalbo, Juan: 95

- Guardia Civil (España): 9, 10, 16, 181

H

_ Havre (Francia): 58, 62, 65, 62

- Hospital et de Santa María (Lérida, España): 20

_ Hurí, Josefa: 5, 8, 12, 13, 14, 40

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I

-Ibarruri, Dolores: 76, 102 -Iglesia del Carme (Lérida,

España): 30 /Igualada (Barcelona, Espa­

ña) : 4 O ~Imprenta Pagés (Lérida, Es­

paña) : 1 ~Indio Fernández (vid: Fer­. nández, Emilio)~-, Indonesia: 84 .Instituto de Lenguas Extran

jeras (Moscú, URSS): 91 - Instituto de Relaciones Ex­

teriores (Moscú, URSS): 88 - Instituto Luis Vives (D.F.,

México): 95 - Instituto Mexicano del Segu­

ro Social (IMSS): 117, 200 - Instituto Politécnico Nacio­

nal (IPN, México): 112 Italia: 127

J

_ J ar kov ( URSS) : 6 9 , 7 O - J artchik ( ·URSS) : 7 5 ~ Juventudes Comunistas (Esp~

ña ) : 12 , 2 3 , 3 7 _ Juventudes Socialistas Uni­

ficadas (JSU): 20, 21, 44

K

.. Krasnovídovo ( URSS) : 71 ~ Kronstadt (URSS): 67

L

~Labouheyre (Francia): 52 -La Habana (Cuba): 102 ~La J~nquera (Gerona, Espa­

ña) : 4 6 , 4 7 , 4 8 , 4 9 ,La Madre: 4

_.La primera muchacha: 4

~Las Agullas, librería (Bar­celona, España): 197

- La Seu d' Urgell ( Lérida, Es pafia): 18, 19, 20

~ Le Boulou (Francia) : 48, 4 9, 50

,. Leningrado ( URSS) : 6 6, 6 7, 68, 83, 86

- Le Perthus (Francia): 48, 49, 50

-Lérida (Espafla): 1, 2, 6, 7, 8, ll, 13, 17, 18, 19, 20, 22, 27, 28, 29, 33, 34, 35, 36, 38, 41, 43, 64, 82, 114, 118, 138, 153, 163, 180, 190, 191, 194

~ Lerroux, Alejandro: 11 ~Les Ventoses (Lérida, Espa-

f\a) : 3 5 ~Limoges (Francia): 55, 62 •LÓpez Raimundo, Gregorio: 37 - Los Hermanos Karamasov: 4

LL

_Llurnét: 8, 13, 14

M

·-Madrid (España): 54, 55, 67, 125, 144, 184, 189, 190, 191, 194

_Manifiesto Comunista: 24 _Manresa (Barcelona, España):

27 · ·'María Antonieta: 5 ··María I Estuardo: 5 - María Ulianova, barco: 65

- Marty, André: 75 _ Mataró (Barcelona, España) :

25 -Messeguer, familia: 97 -México: 35, 36, 42, 51, 92,

93, 94, 95, 96, 97, 98, 99, 100, 101, 102, 103, 104, 105, 106, 107, 108, 109, 110, 112, 114, 115, 116, 117, 119, 120, 121, 123, 124, 127, 130, 134,

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135, 137, 138, 139, 140, 141, 142, 146, 148, 149, 159, 161, 162, 163, 164, 165, 166, 167, 168, 171, 174, 176, 180, 182, 184, 185, 186, 187, 188, 190, 191, 194, 198, 199, 200, 201, 204, 206, 208, 210, 212

~Ministerio de Educación Soviética (URSS): 75, 119

.~ Ministerio de Instruc­ción (España): 72, 152

,. Moctezuma: 121 Mont de Marsan (Francia):

51 ·~Moscú (URSS): 11, 75, 76,

79, 85, 86, 87, 88, 91, 93, 100, 102, 134, 160

- Museo del Prado (Madrid, España): 108

N

-Negrín, Juan: 48, 49, 53 -Nueva York (EUA): 98, 99,

101

o

- ONU (Organización de las Naciones Unidas): 113

~operadora de Teatros (Mé xico): 175 -

_Orfeó Catalá (México): 112, 113, 178, 179

-Paños, matrimonio: 71 _París (Francia): 52,, 59,

63, 65, 84 - París, Mercedes: 46, 48,

58, 114

~Parque Mundet (D.F., México): 177, 178, 179, 201

_Partido Comunista de España ( PCE) : 6 , 11 O

Partido Comunista Francés (PCF): 61, 128

- Partido Comunista Mexicano ( PCM): 110

7 Partido Obrero de Unifica­ción Marxista (POUM): 6, 23, 138

-partido Socialista Obrero Español (PSOE): 6

, Partido Socialista Unifica­do de Cataluña (PSUC): 20, 22, 58, 59, 64, 106, 107, 108, 109, 110, 138, 163,

·paseo Campos Elíseos (Léri­da, España): 16

-Paseo de Gracia (Barcelona, España): 43

- Paseo de la Reforma (D.F., México): 100

-Pasteur, Luis: 5 PCE (vid: Partido Comunista ' --de España)

-PCF (vid: Partido Comunista Francés)

~ PCM (vid: Partido Comunista Mexicano)

-Películas Mexicanas, distri­buidora de películas (D.F., México): 104, 121

~Películas Nacionales, distri­buipora de películas (D.F., México): 104, 121

~Perpiñán (Francia): 54 -Perujo, Juana: 123 _Piera, Dolores: 64 ·Pijoán, Adelina: 48, 55, 138 -. Pijoán, Aurelia: 48, 138 -Plaza de Cataluña (Barcelona,

España): 81 -Plaza España (D.F., México):

122 -Pleven (URSS): 77 - Polonia: 75 - Pons (Lérida, España): 18 _Popedell, Josefina: 98

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-Portugal: 189, 191 - POUM (vid: Partido Obre-

ro de Unificación Mar­xista)

_Prados, Emilio: 71 - Primo de Rivera, José

Antonio: 192 ¿ Primo de Rivera, Miguel:

6, 15 ~PSOE (vid: Partido Socia

lista Obrero Español)­- PSUC (vid: Partido Socia

lista Unificado de ca-::: tal uña)

R

- Radio Moscú ( URSS) : 1 O, 11, 163

~Ramblas,. (Barcelona, España): 130

-Registro Civil (URSS): 160

República Española (vid: Segunda República Espa ñola)

-Roces, Wenceslao: 109 • Ron, señor: 34

Rosado, señor: 109 - Rostov-Na-Donu ( URSS):

70, 79, 52 ~ Roure Blanc, Manuel: 1

Roure Canot, carmen: 1, 14, 16, 27, 92, 93, 140, 162

-Ruíz Cortínes, Adolfo: 146, 171

~ Ruíz, Lucia: 95, 109

s

-Sabadell (Barcelona, España): 25, 191

- Salamanca (España): 189 - Saltimbá (Cataluña, Es-

paña): 191 "Salvadores, Luis: 34, 37,

38, 41, 54, 63, 84, 100, 115

.. Sanatorio Español (D.F., Mé­xico): 179

-·Sancho Panza, personaje de ficción: 156

·~ Santo Domingo (República Dominicana): 84, 85

• Sardana, baile de la: 113 _ Secretaria de Gobernación

(M,xico) 1 169 ~ Segunda Rlpáblioa Española:

2, 4, !I, l!I, 131 , servicio de lvacuaci6n de

• Republicano• l1pafloles (SERE)1 !13, !19, 64, 65

~ Smolensk (URSS)1 71 ~ socorro Rojo Intern1oicnal1

7, 8, 9, 10, 12, 13, 16, 88

_ Sofía Fedorvskaya, pel!oula1 4

- Sov Export Film: 98, 102, 123 - Sovietnogorsk (URSS): 86 - Stalin, José: 89, 90 ~ Stalingrado (URSS): 76, 77 1 78,

7 9, 80

T

-Tárrega (Lérida, España): 38, 39, 40, 82

Tchaikovski, Museo de (URSS): 86

- Torres, Dolores: 133

u

- Ufá (URSS): 82, 83 - UGT (vid: Unión General de

Trabajadores) -UHP (Uníos Hermanos Proleta-

----X:ios), periódico (España): 24' 27

" UNAM (vid: Universidad Nacio­nal (Autónoma de México)

- Unión de Mujeres Catalanas: 38, 106, 108, 109, 185

, Unión de Repúblicas Socialis­tas Soviéticas (URSS): 8, 24, 57, 58, 59, 63, 64, 66,

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67, 68, 69, 71, 75, 76, 81, 82, 83, 84, 85, 89, 90, 91, 92, 93, 96, 97, 98, 99, 101, 102, 103, 105, 106, 108, 109, 112, 113, 114, 115, 116, 118, 119, 123, 124, 126, 133, 134, 136, 137, 138, 140, 141, 154, 158, 159, 161, 162, 163, 164, 165, 166, 167, 169, 172, 174, 177, 180, 182, 191, 194, 195, 198, 200, 204, 205, 206, 207

- Unión General de Trabajado­res (UGT): 6, 22, 47

_ Universidad Nacional Autóno ma de México (UNAM): 95,-96, 171

- Urales, Cordillera de los: 82, 83

- URSS (vid: Unión de Repúbli cas Socialistas Soviéti-­cas)

V

- Vallfugona de Riucorb (Ta­rragona, España): 33

_ Vía Layetana (Barcelona, España): 192

-Vilella, Agustin: 86 -Viure (Gerona, España): 46 _vladimir (URSS): 80

- Volga, río: 77, 79

z

Zócalo, plaza de la Cons­titución (D.F., México): 100