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Las 8 preguntas para Gabriela Urrutibehety (*) MAR DEL PLATA DOMINGO 31 DE OCTUBRE DE 2010 IDA Y VUELTA: [email protected] 1 ¿Qué error le molesta más advertir en un texto literario y cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de leer? -Acabo de terminar de leer Cosmética del enemigo, de Amélie Nothomb, cuya contratapa dice que se vendió mucho en Francia. El final es tan admonitorio que me pareció una muestra clara de cómo se puede arruinar una idea interesante. (*) Gabriela Urrutibehety nació en Dolores. Es escritora, periodista y docente. Es corresponsal del diario LA CAPITAL en Dolores. Escribió y publicó la novela “Caras extrañas”. N o le resulta difícil explicar de dónde le viene su pasión por el teatro. Casi recostado en la silla, mientras repite el gesto de tocarse la frente, mira para atrás y trae de quién sabe dónde un recuerdo que pinta su abolengo artístico. “Mi tío abuelo fue Carlos Goicochea -dice-, un dramaturgo que escribió obras junto a Rogelio Cordone. Estaba casado con la actriz María Esther Po- destá, la más joven del clan de los Podestá. Cuando Goicochea murió, mi papá me lle- vó a visitar el panteón donde estaba, en el cementerio de La Chacarita. Recuerdo que me paré delante del nicho y en ese momen- to se cayó la tapa. Salí corriendo. Me pegué un julepe bárbaro”. Marcelo Marán habla, entonces, de legado. Como un homenaje a esa familia en la que también hubo empresarios teatrales, pinto- res, ceramistas, escritores, actores -está em- parentado, además, con la actriz Orfilia Ri- co- y amantes de grandes actores, Marán pu- blicó “Un tal Pablo”, una obra de teatro so- bre Pablo Podestá, uno de los primeros acto- res rioplatenses y considerado fundador del circo criollo. En realidad, la edición corrió por parte del Instituto Nacional del Teatro y de Argento- res, entidades que eligieron esta obra para continuar con una serie que busca difundir las piezas de autores nacionales. La obra no es nueva, data de 1990 y llegó al escenario mediante una puesta en escena de Pucho Medrano, que la desarrolló en una pequeña sala de la Escuela de Arte Dramáti- co de Buenos Aires. Lo que sí festeja este di- rector y dramaturgo local de 54 años y padre de dos hijos es la flamante edición, algo po- co común en el ambiente del teatro. “Es muy difícil que el texto teatral termine impreso, porque uno no compra un libro de teatro, salvo que se lo pidan en la escuela. Es- ta edición permite que quede registro y que haya una circulación del material entre los grupos de teatro y en las mismas escuelas de teatro”. -No queda mucha tradición de leer obras de teatro, incluso suele ser un proce- so dificultoso. -Sí, cuesta porque está en el límite de lo técnico, un poco más y termina siendo un guión de cine, que ya no se puede leer nada. Igualmente yo me acuerdo que cuando era chico era más común la lectura de teatro en- tre la gente que leía, hoy ya no, es rarísimo que alguien se compre un libro de teatro. En mi casa estaban las obras de Sartre, por ejem- plo, claro que la gente tal vez iba al teatro y después quería leer esa obra. Debería tener que ver con otros tiempos y con una menor cantidad de producciones teatrales. Hoy hay tal cantidad de producciones que ya la gente no identifica tanto al autor, el autor cedió pasó al actor y al director. EL TEXTO TERMINA EN LA PUESTA EN ESCENA Con más de veinte obras escritas -la primera fue “Braulio y los vientos”, cuyo texto se per- dió-, Marán reconoce que habita en las piezas teatrales un intenso halo colectivo, herencia de la misma actividad teatral. “Muchos auto- res reconocen que sus textos definitivos son es- critos después de la puesta en escena”, indica. Y habla de los actores, la otra punta de la tri- logía que se completa con el autor y el director. “Tengo una deuda impaga, y sólo yo lo sé, con muchos actores, aunque ellos lo saben tam- bién. Yo les he robado a los actores las palabras, las situaciones, es que los actores son muy úti- les al momento de la acción. Al escritor común le cuesta mucho pensar en términos de acción, elabora textos cargados de palabras. Pero el ac- tor, en una improvisación, te resolvió todo un tema. He mejorado muchos textos a partir de los actores y he aprendido mucho de ellos. Por eso les tengo un agradecimiento enorme, so- bre todo a los actores de la ciudad. Con ellos he compartido la creación de muchos textos míos”, confiesa. -Si el texto teatral se va reacomodando a medida que lo desarrolla el actor, quiere de- cir que está muy vivo. -Sí, el teatro va a morir con la civilización. Hasta el cine tiene riesgo de ser traspolado por otra cosa, transformado por otra tecnología, pero el teatro es imposible, mientras haya dos seres humanos, uno que represente y el otro que mire, que especte, nunca va a dejar de ha- ber teatro. Además, el teatro tiene la gran posi- bilidad de dar cuenta de la historia, de lo inme- diato. (Continúa en página 4 ) MARCELO MARÁN Y “UN T AL P ABLO”, UN HOMENAJE A P ABLO PODESTÁ “Les he robado a los actores las palabras, las situaciones” El dramaturgo y director de teatro asegura tener una “deuda impaga” con muchos actores, quienes -dice- lo ayudaron a cerrar sus historias. Habla de “Un tal Pablo”, obra que editó recientemente Argentores y el Instituto Nacional del Teatro, y cuenta cuál es la dinámica de un texto teatral. Sus personajes al borde, su envejecimiento y su estirpe teatral. ANTES ERA MÁS CRUEL CON MIS PERSONAJES, ÚLTIMAMENTE ESTOY ENCONTRANDO OTRA VUELTA

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MARCELO MARÁN Y “UN TAL PABLO”, UN HOMENAJE A PABLO PODESTÁ Las 8 preguntas para Gabriela Urrutibehety (*) ÚLTIMAMENTE ESTOY ENCONTRANDO OTRA VUELTA (*) Gabriela Urrutibehety nació en Dolores. Es escritora, periodista y docente. Es corresponsal del diario LA CAPITAL en Dolores. Escribió y publicó la novela “Caras extrañas”. EL TEXTO TERMINA EN LA PUESTA EN ESCENA IDA Y VUELTA: [email protected] ■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 31 DE OCTUBRE DE 2010

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Las 8 preguntas para Gabriela Urrutibehety (*)

■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 31 DE OCTUBRE DE 2010 IDA Y VUELTA: [email protected]

1 ¿Qué error le molesta más advertir en un texto literario y cuál esel último que halló en el libro que está leyendo o que acaba deleer?

-Acabo de terminar de leer Cosmética del enemigo, de Amélie Nothomb, cuyacontratapa dice que se vendió mucho en Francia. El final es tan admonitorioque me pareció una muestra clara de cómo se puede arruinar una ideainteresante.

(*)Gabriela Urrutibehety nació en Dolores. Esescritora, periodista y docente. Es corresponsal deldiario LA CAPITAL en Dolores. Escribió y publicó lanovela “Caras extrañas”.

No le resulta difícil explicar de dóndele viene su pasión por el teatro. Casirecostado en la silla, mientras repite

el gesto de tocarse la frente, mira para atrás ytrae de quién sabe dónde un recuerdo quepinta su abolengo artístico. “Mi tío abuelofue Carlos Goicochea -dice-, un dramaturgoque escribió obras junto a Rogelio Cordone.Estaba casado con la actriz María Esther Po-destá, la más joven del clan de los Podestá.Cuando Goicochea murió, mi papá me lle-vó a visitar el panteón donde estaba, en elcementerio de La Chacarita. Recuerdo queme paré delante del nicho y en ese momen-to se cayó la tapa. Salí corriendo. Me peguéun julepe bárbaro”. Marcelo Marán habla,entonces, de legado.

Como un homenaje a esa familia en la quetambién hubo empresarios teatrales, pinto-res, ceramistas, escritores, actores -está em-parentado, además, con la actriz Orfilia Ri-co- y amantes de grandes actores, Marán pu-blicó “Un tal Pablo”, una obra de teatro so-bre Pablo Podestá, uno de los primeros acto-res rioplatenses y considerado fundador delcirco criollo.

En realidad, la edición corrió por parte delInstituto Nacional del Teatro y de Argento-res, entidades que eligieron esta obra paracontinuar con una serie que busca difundirlas piezas de autores nacionales.

La obra no es nueva, data de 1990 y llegó alescenario mediante una puesta en escena dePucho Medrano, que la desarrolló en unapequeña sala de la Escuela de Arte Dramáti-co de Buenos Aires. Lo que sí festeja este di-rector y dramaturgo local de 54 años y padrede dos hijos es la flamante edición, algo po-co común en el ambiente del teatro.

“Es muy difícil que el texto teatral termineimpreso, porque uno no compra un libro deteatro, salvo que se lo pidan en la escuela. Es-ta edición permite que quede registro y quehaya una circulación del material entre losgrupos de teatro y en las mismas escuelas deteatro”.

-No queda mucha tradición de leerobras de teatro, incluso suele ser un proce-so dificultoso.

-Sí, cuesta porque está en el límite de lotécnico, un poco más y termina siendo unguión de cine, que ya no se puede leer nada.Igualmente yo me acuerdo que cuando erachico era más común la lectura de teatro en-tre la gente que leía, hoy ya no, es rarísimoque alguien se compre un libro de teatro. Enmi casa estaban las obras de Sartre, por ejem-plo, claro que la gente tal vez iba al teatro ydespués quería leer esa obra. Debería tenerque ver con otros tiempos y con una menorcantidad de producciones teatrales. Hoyhay tal cantidad de producciones que ya la

gente no identifica tanto al autor, el autorcedió pasó al actor y al director.

EL TEXTO TERMINA EN LA PUESTA EN ESCENA

Con más de veinte obras escritas -la primerafue “Braulio y los vientos”, cuyo texto se per-dió-, Marán reconoce que habita en las piezas

teatrales un intenso halo colectivo, herenciade la misma actividad teatral. “Muchos auto-res reconocen que sus textos definitivos son es-critos después de la puesta en escena”, indica.

Y habla de los actores, la otra punta de la tri-logía que se completa con el autor y el director.“Tengo una deuda impaga, y sólo yo lo sé, conmuchos actores, aunque ellos lo saben tam-bién. Yo les he robado a los actores las palabras,las situaciones, es que los actores son muy úti-les al momento de la acción. Al escritor comúnle cuesta mucho pensar en términos de acción,elabora textos cargados de palabras. Pero el ac-tor, en una improvisación, te resolvió todo untema. He mejorado muchos textos a partir delos actores y he aprendido mucho de ellos. Poreso les tengo un agradecimiento enorme, so-

bre todo a los actores de la ciudad. Con ellos hecompartido la creación de muchos textosmíos”, confiesa.

-Si el texto teatral se va reacomodando amedida que lo desarrolla el actor, quiere de-cir que está muy vivo.

-Sí, el teatro va a morir con la civilización.Hasta el cine tiene riesgo de ser traspolado porotra cosa, transformado por otra tecnología,pero el teatro es imposible, mientras haya dosseres humanos, uno que represente y el otroque mire, que especte, nunca va a dejar de ha-ber teatro. Además, el teatro tiene la gran posi-bilidad de dar cuenta de la historia, de lo inme-diato.

(Continúa en página 4 )

MARCELO MARÁN Y “UN TAL PABLO”, UN HOMENAJE A PABLO PODESTÁ

“Les he robado a los actores las palabras, las situaciones”

El dramaturgo y director de teatroasegura tener una “deuda impaga”con muchos actores, quienes -dice- lo ayudaron acerrar sus historias. Habla de“Un tal Pablo”, obra que editórecientemente Argentores y elInstituto Nacional del Teatro, ycuenta cuál es la dinámica de untexto teatral. Sus personajes alborde, su envejecimiento y suestirpe teatral.

“ANTES ERA MÁS CRUEL CON MIS PERSONAJES,

ÚLTIMAMENTE ESTOY ENCONTRANDO OTRA VUELTA”

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POR SEBASTIÁN CHILANOsebastianchilano.blogspot.com

N i bien René Conforti le pidió a la telefonista que locomunicara con Márquez se arrepintió. Pero no losuficiente como para pedirle que suspendiera el

llamado. La ineficiencia de La Tabla le dio un minuto máspero no supo o no quiso aprovecharlo.

–Le comunico –dijo La Tabla y lo hizo, pero lo que no hi-zo y debió hacer, fue colgar. Se quedó en línea, ella tam-bién.

–¿Hola? –atendió Márquez.René Conforti no contestó.–¡Hola!... ¿Hola?.. Sé que es usted, Conforti. Nadie me

llama y el último ser humano que vi en persona fue a usted,así que por favor le ruego que no finja que se escucha mal...Esa estrategia es patética. Si quiere cortar hágalo, sino díga-me qué quiere.

–Murió el Doctor Ham. Necesitamos que escriba una no-ta en su memoria. El Instituto le va a enviar por mail partede su curriculum vitae. Quizás haya visto en la televisión oen twitter que el profesor fue asesinado y que su hija se sui-cidó. El Instituto no quiere que nada de eso se cuente.

–Conforti, ¿alguna vez le dijeron que habla como un ro-bot?... ¿Y para qué quiero yo su curriculum? Si todo lo quehizo en vida fue saber cuándo, cómo, y lo más importante,cuánto, sacar en subsidios por el abastecimiento de ratas,tanto para el Estado como para los laboratorios. Además,¿sabe lo que yo estaba haciendo? –preguntó Márquez.

–Me imagino que estaba echado en un sillón, en calzon-cillos y medias, con un pie en su alfombra sucia y en la ma-no un vaso de cerveza caliente.

–Regaba mi huerta orgánica.–No le creo, Márquez. Acá estamos seguros de que come

las migas que se le caen entre los almohadones de su sillón.–¿Quiénes están seguros?... espere Conforti, no me con-

teste. ¿El doctor Ham era uno de los que estaba seguro?René Conforti cortó. A la media hora La Tabla le dijo que

Márquez estaba en línea y sin esperar respuesta le derivó elllamado.

–Nuestra comunicación sería más fácil si me diera sumail –dijo Márquez, pero como no hubo respuesta siguióhablando–. Leí las notas que me enviaron. Pura formali-dad. Por eso busqué en Internet y encontré algunos datososcuros sobre el doctor Ham... después busqué en la pagi-na policial y...

–Basta, Márquez, basta. Escriba la nota, una nota sobria ycuando la termine envíela al mail del Instituto –dijo y lecortó por segunda vez en el día.

A la media hora, René Conforti recibió un mail de Már-quez cuyo título decía: “En memoria del profesor Ham.”Lo abrió de inmediato:

“Esta es la verdad sobre el profesor Ham, pero quedesetranquilo Conforti, usted solo la leerá. El Instituto recibiráun correcto y hermoso epitafio.”

“El profesor Ham inventó el tatuaje mental. Su hija, laseñorita Hem, lo revolucionó. La técnica original del pro-fesor Ham dio habilidades y destrezas a un grupo controla-do de ratas. Mediante una serie de dibujos con tinta diluto-ria secreta y por una combinación de ósmosis y electrofo-resis, Ham pudo filtrar la información que quería darle asus ratas directamente hasta los surcos cerebrales y de allí ala unión sináptica. Su hija, la señorita Hem, agregó a laconclusión inicial el axioma -A mayor número de surcos ycircunvalaciones, mayor necesidad de tinta-. Ante los bue-nos resultados la experimentación en ratas se detuvo y, enun secreto a voces, se aplicó la técnica en humanos. Ancia-nos de más de 90 años con demencia progresiva fueron re-clutados de cinco hogares estatales. Se los rapó y se los so-metió a sesiones diarias de tatuajes. En 63 días recuperaronun 40 % de sus habilidades y en 144 días el 70%. Los efectosadversos presentados fueron del orden inferior al 3 %, to-dos ellos accidentes cerebrales. Por desgracia, el profesorHam fue asesinado, por motivos aún no aclarados, y la se-ñorita Hem se suicidó ingiriendo la tinta secreta que utili-zaban para sus tatuajes” ■

2¿Qué situación de su vida cotidiana encontró reflejada con sorpresi-va exactitud en un libro, una película, una canción o cualquier otraobra de arte?

-¿No era al revés, que la vida copiaba al arte? Aveces siento que me rebota en lacabeza todo el tiempo eso de I can’t get no satisfaction de Rollings Stones.

Las 8 preguntas para Gabriela Urrutibehety

…Ala Negra diosa blanca, a laMadre del diluvio, que penetraen el Mundo de los túneles, o quese detiene en las Cuevas de On-gamira y que le canta a la Luna,con la intuición de ver la estrellaantes de que me condujeran a losúltimos túneles y seguir en la Ru-ta de los rituales, en esas Cere-monias que forja la Naturaleza,tan secretas y al mismo tiempodesnudas, porque tiembla el mi-lagro. Y sí, compartamos ese Sol,cuando desnude el fuego las ca-vernas del bosque, vayamos conIrene Marks de Noble a ese Ori-gen, poemario único. Y si digoúnico no es por la mera obviedadde la creación personal, no: losque ya estaban en ese mundo an-terior, originario, también pare-cen haber estado ínsito en el sen-tir, en la mirada de nuestra poe-ta, en un canto modus narratioque desgrana –permítaseme es-te lugar común— las palabras dela roca y se consustancia con lasdescripciones y el paisaje, por nodecir, que Irene es también esebarquero y su sombra y penetraren una personificación inherentey contemplar (nos) cuando esta-lla la luz.

El tema de las imágenes, deve-nidas no por una obsesión com-positiva, -arriesgo- sino por unacatarsis de homenaje, imágenesque repiten las voces (leva man-já/ aku- som- bei)…¿será ese algoque soñamos despiertos o dormi-dos y nos lleva, nos marca los ca-minos? No hago más que repro-ducir la cita inicial de Origen, eintentar viajar con una poeta ge-nuina, con sus Diosas, contem-plar algún lucero al costado delas montañas desde el llano, trasel misterioso llamado que rena-ce. La mitología está servida enesta trasmutación de poesía can-tada. Bien lo dice Paulina Vin-derman: “La poeta hace suyas,mediante la invención y la per-cepción, las voces de nuestros an-cestros. Esos que ella idealiza ensu prólogo: los sabios conocedo-

res del secreto del mundo”.“No a ellos, los bienaventura-

dos que aparecieron, las imáge-nes de los dioses en la tierra anti-gua”, ha escrito Hölderlin, de al-guna manera es el ensamble delenguaje de nuestra poeta paraabrazar el ser histórico, el Daseindel que nos hablaba Heideggeren sus reflexiones sobre el arte yla poesía. Y desde esas estrellasque contemplamos, nos lleganesos mensajes, para consustan-ciarse en paisaje de “Maestra-Madre-Tierra” por qué no, comoen una comunión que nutre estepoemario celebrante, Origen.

Tiene mucho para decir IreneMarks de Noble, con-tiene to-dos esos mundos para contar-nos, en acumulaciones semán-ticas para testificarnos conju-ros, esta viajera que anota lasprimeras señales del camino yle canta a la Ruta del lucero, co-mo una exploradora que hace elinventario de la historia y de losmitos. Irene canta, cuenta y es-cribe, narra en poesía genuina,impelida por un estadio de ins-piración, escribe cobijada bajoel firmamento de estrellas, aca-so en letra tan pura e incólume,imperecedera como las piedrasde los caminos■

POESÍA

Irene Marks: laviajera que encuentra

POR SEBASTIÁN JORGI

2 C U L T U R A Domingo 31•10•2010

TintaChina

Premiaron al escritor Gustavo Soler El Senado de la Nación otorgó el Premio de Honor al escritor

español Gustavo Soler, enreconocimiento a toda su obraliteraria y,fundamentalmente, a su librode poesía “Ischigualasto”,homenaje del autor al Valle dela Luna, ubicado en laprovincia de San Juan ydeclarado de interés culturalpor el mismo Senado. El actotuvo lugar el pasado lunes 18de octubre a las 18 horas, en el salón de las Provincias, ubicadodentro del palacio del congreso de la Nación ■

Sin Borges y sinCortázar, ahora es“fácil” escribir,dice Piñeiro

La escritora argentina ClaudiaPiñeiro consideró que el país estáviviendo un momento “rico lite-rariamente con muchas vocesmuy diferentes” y cree que ahoraes “más fácil escribir sin el peso deBorges o Córtazar”. “Siemprepensás que nunca vas a superar aesos dos iconos, claro. Así es queera un poco como matar al pa-dre”, comentó a Efe, con humor,Piñeiro, una de las escritoras conmás éxito en Argentina y autora,entre otros títulos, de “Las viudasde los jueves”, que fue llevada alcine.

Las declaraciones las realizó re-cientemente en Alemania, paísque la galardonó con el premio Li-beraturpreis 2010. Además, coin-cide con la publicación en Españade “Tuya”, editada por Alfaguara,una narración de intriga en la quela autora mete el bisturí a la socie-dad argentina a través de una fa-milia burguesa, la hipocresía y lasfalsas apariencias que rondan elhogar.

Una historia breve, de intriganegra, con asesinato, estructura-da en diálogos, en la que Piñeirose mete en la cabeza de la mujerprotagonista, que no quiere ver, ono puede ver, la infidelidad delmarido y el desprecio constanteque tiene hacia ella.

“Es una mirada critica sobre lasapariencias -explica-, sobre cómouna familia parece una cosa porfuera y dentro es otra. Es un inten-to de correr las cortinas y ver por laventana que esta mujer había in-ventado un mundo que no era elde verdad”.

Y en este intento la escritoradescribe en un monólogo interiora una mujer, ama de casa, muy tra-dicional en el que todavía se refle-jan algunas mujeres de la socie-dad argentina, en opinión de laautora. “Buenos Aires es másavanzada, pero fuera de la capital,hay mucho conservadurismo to-davía”, matiza.

Humor negro para un suspenseque te deja la sonrisa helada. Y esque Claudia Piñeiro ha optadopor mostrar al lector que unabomba en algún momento va aexplotar en esa familia, aunque laprotagonista no lo vea.

“Me interesa el humor reflexi-vo, no el chiste como decía (Luigi)Pirandello, el que después de oír-lo, cuando vas a casa decís: ¡québarbaridad! ¿Cómo me voy a reírde eso?”, precisa la autora.

“Tuya” es un relato breve, unacaracterística de la escritura ar-gentina, apunta Piñeiro. “Noso-tros tenemos una tradición cuen-tista larga y eso de no desparramarpor los costados e ir al grano lo te-nemos muy interiorizado, algoque nos diferencia de los españo-les, que se detienen más en lo des-criptivo. En Argentina es muy ra-ro ver un libro de más de 300 pági-nas”, añade ■

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Domingo 31•10•2010 C U L T U R A 3

Las 8 preguntas para Gabriela Urrutibehety

3¿De qué lugar, personaje común o circunstancia en general queofrece Mar del Plata se apropiaría para incorporarlo como pasajecentral de alguna de sus obras?

-No soy marplatense pero muchas veces usé a Mar del Plata en mi literatura. Unanovela mía está a medias ambientada ahí. Uno de mis cuentos se llama “La reina deJuan B. Justo”, por la “avenida del pulóver”.

POR SERGIO PUJOL

“ En 1981, recién llegadode México, Litto Nebbiapresentó esta canción an-

dariega que algunos ya conocíanpor la versión que León Gieco ve-nía tocando en vivo. Litto la can-tó por primera vez en un ciclo enLa Trastienda, sólo con su guita-rra. Y no se cansó de repetirla allídonde lo invitaran a cantar. Eltrío de Melopea ya no existía, Lit-to se había quedado sin banda es-table. No sólo había regresadodel exilio: había vuelto a ser unsolista extremo, estado artísticoque no le era para nada adverso.

Después de todo, él había sidosiempre un cantautor, aun en susmomentos grupales. Sus cancio-nes, incluso las compuestas conun sentido de orquestación o ins-trumentación más dadivoso, sebancaban perfectamente la ejecu-ción más económica. En la graba-ción de “Sólo se trata de vivir” seoyen unos acordes de cuerdas sin-tetizadas ejecutados muy tenue-mente, detrás de la voz y la guita-rra. En las versiones en vivo ese re-curso no figura, pero la canciónno pierde mucho por ello. Sucedeque el despojamiento sonoro deltema termina realzando su rique-za armónica y la punzante sínco-pa de su ritmo. En fin, hermosacanción, llena de vida, como la vi-da que su letra pone en valor.

Dicen que viajando se fortalece el corazónpues andar nuevos caminoste hace olvidar el anteriorojalá que esto pronto suceda,así podría descansar mi pena,hasta la próxima vez.

Eso es lo que dicen: que viajan-do se fortalece el corazón. Elasunto de esta canción se recues-ta en la sabiduría popular. Pense-mos en “La añera” aquella zambade Yupanqui que describe el viajecomo un tire y afloje entre la ra-zón y el sentimiento. Pero enNebbia hay una visión un pocomás optimista, quizá más propiade la cosmovisión del rock. Si enYupanqui el corazón retiene a la“pena buena”, “pena que dura”,en Nebbia está la promesa de des-penar el corazón. Sólo el olvidopuede darnos fuerzas para seguir.Como suele decirse: no se puedevivir sin memoria, pero tampocosin olvido. Esto es particular-mente cierto en la cuestión delamor.

Ya que cité la zamba de Yupan-qui, debo decir que el ejemplo dela paloma herida está en las doscanciones. Doy por descontadoque se trata de una coincidencia,no de una cita o reelaboracióndel tópico. De cualquier manera,creo interesante hacer la compa-ración. En “La añera”, Yupanquiescribe:

¿Dónde está la palomitaque al amanecer lloraba?Se fue muy lejos dejandosobre mi pecho lágrimas.

En cuanto a Nebbia, este imagi-na un ave confidente que al igualque la de Yupanqui, parece liberarsu peso descargando lágrimas. Enambos casos la paloma remontarávuelo, pero en la canción de Neb-bia lo hará con más determina-ción, en busca de un futuro ventu-roso. Como sea, la naturaleza esmaestra de la música popular, pe-ro las interpretaciones que sobreella se formula pueden variar.

Y así encuentras una paloma heridaque te cuenta su poesíade haber amado y quebrantadootra ilusión.Seguro que al rato estará volando,inventando otra esperanza,para volver a vivir.

Desde luego, las circunstanciasque dieron origen a una y a otracanción difieren. Mientras Yupan-qui escribió “La añera” poco antesde tener que abandonar Tucumánpor razones sentimentales y políti-cas, Nebbia hizo la suya convenci-do de que el regreso a la Argentinaestaba cercano. Escribió la canciónen San Luis de Potosí, “toda de untirón, en una noche de 1979”, se-gún recuerda. Letra y música salie-ron hermanadas. Y enseguida lle-garon al público mexicano, que sehabituó a pedirlas como bis en ca-da recital del argentino. Para Neb-bia, la clave de su enfática creaciónestá en el puente o segunda parte,que resuelve cierta incertidumbrede las primeras estrofas y que encuanto a música, le exige a la vozese falseto distintivo, en medio deuna rápida sucesión de acordes:

Creo que nadie puededar una respuestani decir qué puerta hay que tocar.Creo que a pesar de tanta melancolía,tanta pena y tanta herida, sólo se trata de vivir.

La vida es pena y herida, perotambién la invención de otra espe-ranza, un recomenzar constante.Así en la canción como en la vidadel cantautor. En ese sentido, laimagen de Litto yendo al frentecon “Sólo se trata de vivir” -en másde una oportunidad de cara a unamultitud que tal vez hubiera prefe-rido adrenalina eléctrica- tiene al-

go de épico, como aquel “Vamosnegro” que supo cantar a principiode los ‘70.

“Sólo se trata de vivir” es una desus canciones más queridas -y sinduda la mejor versionada como lodemostró Mercedes Sosa- ya queno sólo resume un momento difí-cil y a la vez esperanzador en la vi-da del autor, sino también funcio-na como símbolo del personaje“Nebbia”. Un incansable lucha-dor contra los etiquetamientos, labanalidad, la progresiva escasezpoética del rock argentino, la pe-

reza armónica de tanto guitarristasuelto, la desidia aprovechadorade los sellos discográficos gran-des, los problemas para llegar a losmedios, los prejuicios de un mun-do, el de la música argentina, muysesgado e intemperante.

Si alguna vez Nebbia pareció darla imagen de un señor protestón in-capaz de comprender la nueva fiso-nomía del rock nacional, el tiempoterminó dándole la razón. Sus can-ciones, y entre ellas “Sólo se trata devivir”, documentan un gran mo-mento del rock en la Argentina”■

NUEVO LIBRO DE SERGIO PUJOL

Un análisis a fondo de las canciones argentinasSergio Pujol, historiador y ensayista especializado en distintos géneros demúsica popular, acaba de editar, a través de Emecé, “Cancionesargentinas 1910-2010”. En ese contexto, Pujol conjuga sus recuerdos demelómano con datos de archivo para pasar revista al canon de la músicapopular argentina: tango, folklore, rock, bolero, canción romántica.Canciones argentinas es una antología crítica única en su especie queinvita a leer y escuchar una y otra vez. A modo de ejemplo, LA CAPITALpublica el apartado dedicado a “Sólo se trata de vivir”, de Litto Nebbia.

Apareció “La batalla de la comunicación”, del periodistaLuis Lazzaro

“La batalla de la comuni-cación. De los tanquesmediáticos a la ciuda-

danía de la información” (Edicio-nes Colihue) recopila artículos einvestigaciones de Luis Lazzaro -periodista y funcionario vincula-do a políticas comunicacionales-sobre el proceso de concentraciónde medios, concomitante a la glo-balización, que se dio en las últi-mas décadas del siglo XX y sobrelas resistencias sociales que recla-maron democratizar al sector a tra-

vés de una ley como la que se pro-mulgó en octubre de 2009 en Ar-gentina.

Lazzaro parte de describir las ope-raciones de compra y las fusiones deempresas en el campo de las teleco-municaciones y lo audiovisual, enArgentina y el mundo y señala losefectos de la desregulación del sectoren los países centrales y la coloniza-ción del mercado audiovisual argen-tino, resultado del Tratado Comer-cial con EE.UU. firmado bajo el me-nemismo. Luego, da cuenta del pro-

ceso de conformación monopólicadel sector mediático argentino bajola égida del grupo Clarín, a la salidade la crisis 2001/2003, y de la disputade poder político por parte de losconglomerados surgidos.

El autor analiza los efectos semio-lógicos de los discursos producidospor esas nuevas corporaciones y suimpacto en el sentido social y en lapercepción de la realidad. Pero Laz-zaro también aborda las resistenciasa estos procesos desde la política y lasociedad civil ■

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Mucho se pierde, en el espacio quese transforma. En la loma de StellaMaris había una casa de estilo, dise-ñada por el arquitecto Baldasarinique, a pesar de los años y de la faltade mantenimiento, lucía hermosa.

Estas casas de antaño siempre mehan invitado a imaginar habitantes,costumbres y estilos de vida de otrasépocas. La casa de Baldasarini segu-ramente también había tenido un

bello jardín. Un día con gran sorpre-sa (las demoliciones hoy se realizancon mucha rapidez), la casa desapa-reció. Con pesar observé su siluetaen la pared, en su lugar habían proli-ferado elegantes amapolas anaranja-das, vestigios del viejo jardín.

Hoy el terreno está tapiado, pron-to las flores también serán un recuer-do, quizás por eso nació esta serie fo-tográfica que llamé “Amapolas” ■

4 C U L T U R A Domingo 31•10•2010 C U L T U R A 5

4¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dos personajes de fic-ción?

-Recuerdo cuánto me impresionó cuando lo leí por primera vez el diálogo entre Jesús,Dios y el Diablo en El evangelio según Jesucristo de Saramago. 5Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar a un personaje, ¿cuál

sería y qué haría?-Alcanzarle un teléfono celular a Fray Lorenzo, para que le avise a Romeo que todo

es una farsa.

Las 8 preguntas para Gabriela Urrutibehety Las 8 preguntas para Gabriela Urrutibehety

(fotografía de autor)

Amapolas de unviejo jardín

POR GRISELDA CURUCHET

(Continuación de página 1)

Lo demás necesita una mediati-zación. Hoy el teatro intenta ab-sorver formas de video, se mixturacon otras cosas, pero sigue estandoahí el actor, el actor y el público, entanto esté eso, va a estar el teatro.Por eso me da la sensación de queel teatro termina con la civiliza-ción.

LOCURA, HOSPICIOS, INSTITUCIONES Y CRITICAS

Cargada de humor absurdo, “Untal Pablo” transcurre en un mani-comio, adonde llega un equipo defilmación para realizar una pelícu-la sobre Pablo Podestá, rol que en-carna uno de los internos. La piezarecorre el desparpajo burocrático,electroshok mediante, la ternuraque despierta el personaje centraly el debate sobre quiénes son loslocos. En la realidad, este actor ar-gentino, hijo del famoso clan deartistas que lideró Pepino Podestá,padeció sífilis, tuvo signos de locu-ra y fue internado hasta que murióen 1923.

Además de indagar en el tema dela locura, la pieza es también unadirecta crítica a las instituciones.“No creo en ninguna institución ymenos en las que tienen que vercon el encierro”, señala Marán, pa-ra quien la obra está inspirada en elfamoso “Marat Sade”, escrita porPeter Weiss en 1963. Allí, es el Mar-qués de Sade el que dirige una obrasobre el asesinato del revoluciona-rio Jean-Paul Marat en el interiorde un hospicio. Aunque esta obratambién recopila las anecdótas

que le contó su papá sobre aquellafamilia de teatreros siempre dis-puesta a recibir a los amigos de losamigos.

-¿Por qué te interesan los locos,o mejor dicho, esos personajesque están en el borde de la locu-ra?

-Sí, como en “Los suicidas...”(otra obra de Marán), me interesanesos personajes que por alguna ra-zón están en el borde, en esa perife-ria, eso es permanente. Me pareceque son personajes más ricos, sonobras con más potencial que unaobra realista. Reconozco que antesera más cruel con esos personajes.Terminaban mal, los finales eranduros, en cambio últimamente es-toy encontrando una vuelta: casitodas mis obras tienen personajesque están en los márgenes, peroahora tienen otras salidas, una po-sibilidad de construir desde el mar-gen, de escapar, aunque sea a tra-

vés de alguna pequeña grieta... queparezca una flor en una grieta.

-¿Por qué este cambio?-Me volví más grande, más enve-

jecido y tengo una mirada menoscruel. Cuando se es joven uno tien-de a ser muy cruel con la realidad,con los personajes, ahora sigo conuna mirada de humor negro, sigocon la ironía pero veo algún peda-cito de esperanza, aunque sea en elmismo existir. Aparece algo de ter-nura, de amor, se puede amar en elmedio del barro.

-¿Es más sencillo encontrar si-tuaciones de absurdo en esta cla-se de personajes?

-Tampoco es un planteo muyconsciente. Me interesan esos per-sonajes y no sabría decir de dóndeviene, ni siquiera sé si es más ricohallar absurdo. A veces leo textosde autores que escriben hiperrea-lismo y generan un asco sobre la vi-

da cotidiana que, en un punto, sevuelve más absurdo todavía queestos personajes que están en elborde.

-Hay algo de anárquico en estode no creer en ninguna institu-ción...

-Soy un poco anarquista, lo quees casi contradictorio porque estu-ve al frente de casi todas las institu-ciones. Verdaderamente creo queson males, no sé si son males nece-sarios... creo que el hombre haconstruido instituciones y final-mente no es el mejor de los mun-dos el que ellas generaron.

-¿Vendrán en algún momentootras formas de organización?

-No creo, el sistema está muyalerta y tiene una posibilidad deacomodamiento mucho más rápi-do, inmediatamente el sistema seacomoda y nos vemos envueltosen otra situación de instituciones.El sistema tiene una capacidad deauto regenerarse que es fantástica.Es cierto que internet es una formade anarquía bastante piola, perono todos tienen internet, y hastacierto punto creo en que se empie-za a institucionalizar. Y si bien hayuna posibilidad de guerrilla infor-mática muy fuerte, también escierto que los sistemas de controlpueden ser más grandes ■

“Les he robado a los actores ...

“ME PARÉADELANTE DELNICHO DE MI TÍO

DRAMATURGO Y ENESE MOMENTO SECAYÓ LA TAPA. SALÍ

CORRIENDO. MEPEGUÉ UN JULEPE

BÁRBARO”

“EL TEATRO VA A MORIR CON LA CIVILIZACIÓN”

PROMOCIONA SU ÚLTIMA NOVELA, “EL ERROR”

César Aira: “Ser previsible es lopeor que le puede pasar a un escritor” Se confiesa admiradorde las nuevas corrientesde arte contemporáneo.Y mientras prepara unnuevo libro sobre losindios, asegura que “Elerror” está directamenterelacionado con sutécnica de escribir.

César Aira ansía la libertadde los artistas contempo-ráneos que pueden cam-

biar de formato con facilidad ypor ello se decanta por una es-critura “imprevisible” que se haconvertido en el sello de identi-dad del autor argentino, comouna vez más pone de relieve ensu nueva novela, “El error”.

Y así convencido de que “ser pre-visible es lo peor que le puede pasara un escritor”, Aira, uno de los es-critores argentinos más prolíficos,avanza en su carrera literaria sinvolver la mirada atrás y presentaen España su última obra, que lle-gará a América en los próximosmeses.

Al buscar la génesis de esta nove-

la, el escritor explica en una entre-vista con Efe que “El error”, al queel narrador se asoma desde la puer-ta de un ataúd que adorna la porta-da del libro, tiene que ver con su“técnica de escribir”.

“Si cometo un error, si una pági-na me sale mal, nada de cambiarla,sigo adelante y no la corrijo. A ve-ces siguiendo adelante los erroresse capitalizan y dejan de ser erro-res”, indica Aira, que nació en Co-ronel Pringles, en 1949.

Y esta técnica, justifica el autorde más de una treintena de nove-las, además de un buen número detraducciones, ensayos y cuentos,es lo que le da ese aire “un pocoinesperado y sinuoso a lo que escri-bo”.

“El error” (Mondadori), basadaen una experiencia real del autor,comienza con la visita de una pare-ja, con disputas cotidianas, a unjardín de un país exótico en el quese ubica un pabellón de esculturas.

A partir de este escenario las his-torias se encadenan hasta darse lamano un bandolero -protagonistade una saga literaria que causa fu-ror entre las mujeres de una pri-sión- con una mujer que huye trascreer haber asesinado a su marido yque a punto ha estado de librarsede la cadena perpetua.

Sin olvidar, el rol protagonistade la azarosa vida de un escultor

que lo perdió todo. Y es que el arte es para César Aira

una gran fuente de “sugerencias einspiración”, sobre todo las nue-vas corrientes de arte contemporá-neo, pese a que se confiesa un de-voto de Velázquez y de “Las Meni-nas” por lo “extraño y “enigmáti-co” del cuadro.

“Vistas desde una mirada hostilestas corrientes (contemporáneas)

pueden parecer extravagantes yprovocativas, pero también tienenesa libertad de creación que a vecesnos falta a los escritores”, aseguraCésar Aira.

Cita entre sus artistas favoritos alos suizos Peter Fischli y DavidWeiss, y a todos aquellos que, ex-plica, “migran de medio a medio,de formato a formato, que un díahacen un video otro una instala-

ción, un dibujo o un libro”. “Yo me siento un poco así”, ase-

gura el escritor, que invita al lectora descubrir a través de la literaturauna obra “mejor, peor o bastantemediocre, como las mías, pero conintenciones artísticas” y no a re-huir del entretenimiento y placer através de “lo previsible”.

Se decanta por la novela corta,por ser el género que le ofrece máslibertad y por su “laxitud”, porque,explica, a diferencia del poema o elcuento “no tiene una exigencia decalidad tan alta”.

El propio autor se inscribe en lacorriente surrealista que aún semantenía viva en Argentina en losaños sesenta y pese a que Cortázarfue “un gran amor de juventud”considera sus maestros a Borges,Machado de Assis o César Vallejo.

César Aira, que ya prepara un nue-vo trabajo sobre los indios de Argen-tina, aprovecha su visita a Españapara participar en el seminario quesobre arte contemporáneo y litera-tura se inaugurará mañana en la Ca-sa Encendida de Madrid, donde in-tervendrá en su jornada de apertura.

En cualquier caso, su pasión por elarte se queda sólo en “afición y en di-vertimiento”, al considerar que tan-to en la literatura como en la plásticao la escultura hay que “jugarse to-do”, de lo contrario “no cala”, con-cluye ■

César Aira.

LLEGARÁN DESTACADOS ESCRITORES INTERNACIONALES

Arranca este viernes la Feria del LibroLos escritores Hernán Ri-

vera Letelier y Rosa Mon-tero serán los invitados

internacionales de la Feria delLibro “Mar del Plata Puerto deLectura”, que arrancará esteviernes 5 y se extenderá hastael 22 en la plaza Mitre.

El ya tradicional encuentro con-vivirá durante una semana con elotro gran acontecimiento de lacultura marplatense: el Festival In-ternacional de Cine. Como ocurredesde su creación, la feria tendráentrada libre y gratuita.

Como sucediera en los últimosdos años, los marplatenses podrándarse el lujo de tener como invita-dos especiales a escritores de nivelinternacional. En 2008 EduardoGaleano inauguró la cita y ofrecióuna inolvidable conferencia en elTeatro Auditorium. El año pasadolos escritores que engalanaron laferia fueron Antonio Skarmeta y

Fernando Savater. En esta oportu-nidad, los autores invitados seránla española Rosa Montero y el chi-leno Hernán Rivera Letelier.

La autora de “Historias de muje-res” y “Pasiones”, entre otros títu-los, participará de la segunda jor-nada ferial, mientras que el autorde “El fantasista” asistirá sobre elcierre.

Los organizadores habituales–Universidad Nacional de Mar delPlata, Municipalidad de GeneralPueyrredon, Cámara de Librerosdel Sudeste de la provincia e Insti-tuto Movilizador de Fondos Coo-perativos- confirmaron que comotodos los años habrá horarios espe-ciales para la visita guiada de cole-gios de la ciudad y la zona, tantopúblicos como privados.

A las figuras internacionales seles sumarán escritores del ámbitonacional, entre los que podrían lle-gar Gabriel Rolón, Fernando Bravo

y Florencia Bonelli, entre otros. También se mantendrán las jor-

nadas de narraciones tanto paraadultos como para niños, y el tam-bién tradicional ciclo de la edito-rial de la Universidad Nacional deMar del Plata, Eudem, que presen-tará varias de sus más recientes no-vedades.

La carpa que albergará la feria,que comenzó a montarse en las úl-timas horas, se extenderá por lacontinuación de la calle Mitre, en-tre avenida Colón y el monumen-to que se alza en el centro de la pla-za; desde ese lugar habrá una ex-tensión hacia San Luis, donde seubicará el auditorio para presenta-ciones.

MONTERO Y RIVERA LETELIER

La escritora española Rosa Mon-tero se destaca como autora de per-files biográficos, primero publica-

dos en diarios, y luego compiladosen libros como “Pasiones” o “His-

torias de mujeres”. En el primerode los títulos citados, Montero des-cribe de manera magistral las rela-ciones de parejas emblemáticas dedistintas épocas: Cleopatra y Mar-co Antonio; Hernán Cortés y Ma-linche; la reina Victoria y el prínci-pe Alberto; Lewis Carroll y AliceLiddell; Eva y Juan Perón; y Rim-baud y Verlaine, entre otras.

Además, Rosa Montero ha publi-cado “Amantes y enemigos”, “His-toria del Rey Transparente” y “Laloca de la casa”.

Hernán Rivera Letelier, destaca-do en las últimas semanas por supasado como trabajador de unamina salitrera, es uno de los escri-tores chilenos más traducidos y leí-dos del momento. Además de la yamencionada “El fantasista”, ha pu-blicado “La reina Isabel cantabarancheras”, “Donde mueren losvalientes” y “Los trenes se van alpurgatorio” ■

Periodista y escritora española,Rosa Montero estará durante losprimeros días de la Feria.

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6 C U L T U R A Domingo 31•10•2010

“La vaca ventilador y otrospoemas para volar”, deGraciela Repún y E.Melantoni, (2008), Bs. As.,Ed. Atlántida. Ilustracionesa cargo de Hebe Gardes.Colección Mini Atlántida.

POR RAQUEL PICCIOIntegrante de la ONG Jitanjáfora

Una calle, un rey, muchos anima-les, ruidos, seres espeluznantes y¡hasta una vaca ventilador! habitaneste libro. También están presentes–no podían faltar en un libro de poe-mas- la luna, el sol, las reflexionessobre la palabra, el amor…

Este libro de Repún y Melantoni esheterogéneo desde varios aspectos:tópicos, organización de la palabraen el espacio de la hoja, recursospoéticos, colores, efectos de lectu-ra… ¡De todo para todos los gustos!

Así como podemos observar tex-tos estructurados en verso, nos en-contramos con otros que juegan conel espacio al mejor estilo de los cali-gramas. Por otro lado, leemos poe-mas que retoman tópicos tradicio-nales -como el de la luna o el amor- yotros que se crean a partir de seresdisparatados. También se da la hete-rogeneidad desde el tono poético.En algunos casos, el texto resulta hu-morístico -por lo absurdo, por loexagerado, por el disparate, por lacombinación excéntrica de las pala-bras-; pero también nos encontra-mos con textos que apelan a un tonomás serio. A su vez, desde la ilustra-ción y la diagramación se refuerza laidea de contraste. En este caso, apa-rece el juego entre dos colores: elblanco de la página y el verde inten-so de la tapa del libro, que se retomaen varias de las páginas interiores.

La vaca ventilador y otros poemases un libro muy interesante. Nos reí-mos, imaginamos disparates, recrea-mos –en nuestra mente- seres absur-dos; pero también, nos emociona-mos. En definitiva, jugamos con laspalabras y participamos del mágicomundo que recrean ■

Grandes libros,

pequeños lectores

Las 8 preguntas para Gabriela Urrutibehety

6¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuál o cuáles? -Debería confesar sólo lo que ha prescripto. Y en verdad, no me acuerdo cuálesfueron.

Antoine de Saint-Exupéry lededicó su famoso libro.Werth fue un crítico de arteque contó el éxodo de Paríscuando los nazis asechabanla capital francesa. Laanécdota de los chocolates ylos chicles tras la Liberación.

L éon Werth, cuyo relato “33 días” sepublicó ahora en español, es el desti-natario de una de las dedicatorias

más célebres de la literatura universal: la es-cribió Antoine de Saint-Exupéry en “Elprincipito”. Él también escribía y lo hacíacon agudeza, lucidez y una radical libertadde expresión.

“A Léon Werth. Pido perdón a los niñospor haber dedicado este libro a una personagrande”, escribía Saint-Exupéry en su dedi-catoria a este escritor, periodista y crítico dearte, que en “33 días” cuenta su propio éxo-do y el de miles de franceses por las carrete-ras de Francia huyendo del avance de losnazis hacia París en la Segunda GuerraMundial.

Es el primer libro de Werth (Remiremont,Francia, 1878-París, 1955) que se publica enespañol, según afirma a Efe María Morenode Veintisieteletras, una editorial españolaque proyecta acercar al lector hispano “to-da la obra” de este testigo “capital” de la pri-mera mitad del siglo XX.

Como en un impecable reportaje, Werthplasma el caos y los embotellamientos delos primeros días de la Ocupación en “33días”, exactamente el tiempo que emplea-ron él y su mujer para llegar en su viejo Bu-gatti a su casa de vacaciones en el sureste deFrancia desde París, un trayecto que habi-

tualmente recorrían en ocho horas. “Independiente, crítico e insobornable”,

Werth, “autor muy molesto”, refleja en esterelato “los gestos heroicos, pero tambiénlas miserias” de sus compatriotas duranteesos difíciles días, según la editora MaríaMoreno.

Inédito en Francia hasta 1992, el manuscri-to de “33 días” acarrea una curiosa historia.

En 1949, Werth se lo confió a Saint-Exu-péry para que escribiese un prólogo y lo edi-tase en Estados Unidos. Los derechos loscompró Brentano’s para publicarlo en1943, pero no lo hizo, aunque a modo deanticipo, tras la Liberación, le envió un pa-quete militar con cigarrillos, chicles y cho-colates.

Fue gracias a la perseverancia de VivianeHamy, dueña de una editorial francesa consu mismo nombre, que esta obra vio la luzpor primera vez sesenta años más tarde.

Hamy descubrió a Werth gracias a los “re-cuerdos literarios” de un amigo que le ha-bló de “La Maison Blanche”, un libro quebuscó en la Biblioteca Nacional de Francia yque le sirvió -afirma- para tirar “de un hiloen el que se encontraban atadas maravi-llas” como “Clavel soldat”, “Déposition” o“Conchinchina”, ejemplos de esa “ferozindependencia” que le caracterizó y que levalió “un olvido abisal”.

En su vida, como muchos de sus coetá-neos, Werth sufrió en primera persona trescontiendas bélicas que marcaron su formade ver el mundo: la Primera y la Segundaguerras mundiales y la de Indochina.

Según su biógrafo, Gilles Heuré (“L’In-soumis, Léon Werth 1878-1955”), hay tresrasgos que definen su vida y su obra: Anti-militarista, tras su experiencia como volun-tario en la I Guerra Mundial; anticolonialis-ta, después de su estancia en Indochina; yhombre de izquierdas desengañado del es-talinismo.

Y es que Werth, según su amigo Saint-Exupéry, “enseña a vivir” gracias a “la cali-dad de su mirada, de su preocupación y desu búsqueda”. A los dos escritores les unióun sólido afecto que duró hasta la muerte,en 1944, del autor de “El Pincipito”.

“A Léon Werth. Pido perdón a los niñospor haber dedicado este libro a una personagrande”, escribía Saint-Exupéry en su fa-mosa fábula sobre el amor, la amistad y elsentido de la vida, y a renglón seguido daba“una seria excusa”: “Es el mejor amigo quetengo en el mundo”.

Y, por si esa razón no bastase, enumerabados más: “Puede comprender todo” y “Viveen Francia, donde tiene hambre y frío (...) yverdadera necesidad de consuelo”.

Luego matizaba: “Quiero dedicar este libroal niño que esta persona fue en otro tiempo”.

“Todas las personas grandes han sido ni-ños antes. (Pero pocas lo recuerdan)”, refle-xionaba Saint-Exupéry, quien, finalmente,corregía su dedicatoria: “A Léon Werthcuando era niño” ■

La dimensión de las crisis educativassupera fronteras y planes de enseñan-za, así como los diversos intentos dereforma. Por ello los análisis de las mis-mas y las propuestas de solución cuen-tan con una larga tradición. El destaca-do especialista español Jesús Palaciosordena y sistematiza, en “La cuestiónescolar” de Ediciones Colihue, lasprincipales perspectivas desde las cua-les nuestra época ha interpelado -ycontinúa haciéndolo- a la escuela y laeducación.

Esta sistematización de la crítica dela institución escolar en el pensamien-to contemporáneo no tiene por fin es-bozar una nueva respuesta sino en to-do caso, organizar la diversidad de res-puestas que ya se han dado.

La cuestión escolar es siempre unacuestión social, que dada su compleji-

dad integra contribuciones prove-nientes de la pedagogía, la psicología yla sociología, entre otros campos. El re-corrido teórico de este libro se articulaa partir de cuatro ejes fundamentales:la tradición renovadora (representadapor Rousseau, Ferriere, Piaget, Freinety Wallon), la crítica antiautoritaria (apartir de la obra de Ferrer, Neill, Ro-gers, Lobrot, Oury y Vásquez, Freud yMendel), la perspectiva sociopolíticadel marxismo (en la obra de Marx y En-gels, Lenin, Makarenko, Blonskij, F.Gramsci, Althusser, Bordieu y Passe-ron, Baudelot y Establet y Suchodols-ki) y las perspectivas latinoamericanas(encarnadas por Freire e Illich y Rei-mer).

Palacios es doctor en Psicología porla Universidad de Barcelona. Se desem-peña como catedrático de Psicología

Evolutiva y de la Educación en la Uni-versidad de Sevilla. Ha sido profesorinvitado en las Universidades de Min-nesota y Connecticut (Estados Uni-dos) y de Cambridge (Reino Unido) ■

PUBLICARON EN ESPAÑOL SU OBRA “33 DÍAS”

Léon Werth, la “persona grande” de “El Principito”, también escribía

Colihue lanzó “La cuestión escolar”

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La ciencia de Mayo. La culturacientífica en el Río de la Plata,

1800-1820, Miguel de Asúa, Fondo deCultura Económica, 251

páginas, 2010

El autor es doctor enMedicina. En este libroanaliza cómo era la actividadcientífica en esos años en quela región dejaba el sistemacolonial y entraba en unaetapa de autodeterminación.La ciencia era ejercida porhombres ilustrados,sacerdotes y extranjeros.

POR ALEJANDRO MANRIQUE

Cuando se gestó la Revolución de Mayoen 1810 en el territorio del Río de la Pla-ta, hace unos 200 años, la botánica, la

historia natural y las matemáticas tomaronparte, tal vez sin proponérselo, del proceso deformación de nuestro país. Analizar la culturacientífica y en qué consistía “hacer ciencia” ha-cia 1810 en el Virreinato del Río de la Plata, esel objetivo de Miguel de Asúa en su libro “Laciencia de Mayo. La cultura científica en el Ríode la Plata, 1800-1820”, publicado precisa-mente en el año del Bicentenario de la Revolu-ción de Mayo por la editorial Fondo de CulturaEconómica con el apoyo de la Fundación Caro-lina.

El análisis no puede sustraerse de los aspectoseconómicos, históricos, institucionales y políticosque afectaban de una u otra forma el quehacercientífico. Es decir, la interrelación de dichos facto-res en el final del período virreinal y los años quevan hasta la independencia.

Una parte importante de la investigación en di-versas disciplinas durante el Virreinato fue llevadaa cabo por los jesuitas, hasta que se expulsa la ordenen 1767 y se pierde un gran patrimonio cultural. Ensu obra, de Asúa indaga cómo se reorganizan lasinstituciones e individuos dedicados a las cienciasen el vital período de transformación política quesurgió en 1810 y que marca la transición del régi-men colonial al independiente. La nueva etapa lle-vó a que la ciencia tuviera que adaptarse a una si-tuación impetuosa, en la cual las prácticas científi-cas se pusieron al servicio de los ejércitos patrióti-cos.

Hasta que la institucionalización de la ciencia nose consolidó, ya en el siglo XIX, las actividadescientíficas eran ejercidas tradicionalmente porhombres ilustrados o sacerdotes. Así, de Asúa noscuenta que en la época de la Revolución quienes te-nían en su poder títulos legitimantes para desem-peñar la actividad científica provenían del extran-jero.

En cambio, los individuos pertenecientes a lapoblación local que incursionaban en ciencia to-maban el mote de aficionados. No obstante, se po-día hablar de una cultura científica en el territorioya antes de la Revolución. Así, destacaron promi-nentes figuras como por ejemplo Manuel Belgrano

y Bernardino Rivadavia, quienes, ba-jo una inspiración iluminista, pro-movieron el conocimiento científi-co y fundaron muchas institucionestales como las escuelas de matemáti-ca, de medicina y de náutica, en lasque preponderaba el conocimientopráctico. En esos centros, relaciona-dos principalmente con academiasmilitares y navales, surgió lo que sedaría en llamar la “militarización dela ciencia” y que influirá en la etaparevolucionaria. Las instituciones pa-saron a prestar servicio a la causa dela independencia y el desarrollo delincipiente país.

De Asúa va mucho más atrás del período históri-co del subtítulo de la obra, cuando se remonta al si-glo XVIII y también llega hasta la década de 1830en ciertos temas. Entra en detalle en esa culturacientífica rioplatense, para abarcar colecciones dehistoria natural, instrumentos utilizados en los ga-binetes científicos o por los expedicionarios, aligual que la enseñanza de las ciencias en ese enton-ces.

El autor es doctor en Medicina porla UBA y en Historia por la Universi-dad de Notre Dame de los EstadosUnidos, e investigador del Conicet yprofesor de Historia de la Ciencia delInstituto de Investigación e Ingenie-ría Ambiental de la Universidad deSan Martín. Es miembro de la Acade-mia Nacional de Ciencias de BuenosAires y autor de varios libros, entre el-los: “El árbol de las ciencias” (1996),“Ciencia y literatura” (2004), “Imá-genes de Einstein” (en colaboracióncon Diego Hurtado de Mendoza,2006) y “Los juegos de Minerva”

(2007).Quizás dos apartados de “La Ciencia de Mayo”

que vale la pena destacar son los dedicados a la difu-sión pública de la ciencia y a los naturalistas. En elprimero de Asúa rescata algunas de las noticiascientíficas que los periódicos comenzaban a publi-car en el régimen virreinal, como por ejemplo el Te-légrafo Mercantil, o los diversos semanarios quesurgieron luego de la revolución.

En el caso del capítulo de los naturalistas, algu-

nos rioplatenses y otros famosos viajeros que infa-tigablemente transitaron estas tierras estudiandofauna, flora y la geología, como Félix de Azara, Ai-mé Bonpland y Tadeo Haenke. No se debe olvidarque mientras en Europa las teorías sobre la evolu-ción biológica comenzaban a discutirse, en esosmismos años en el Río de la Plata se hallaron fósilesde inmensos mamíferos que hicieron su aporte enla materia desde el punto de vista de la clasificaciónnatural y la desaparición de las especies.

El último capítulo ofrece un contexto interna-cional en los cambios en las organizaciones deciencia producidos por las revoluciones en EstadosUnidos y Francia, con las transformaciones queimpactaron en la ciencia dentro de un escenariopolítico imprevisto y a la vez impulsivo. Y una reca-pitulación en la que el autor relata lo sucedido du-rante las guerras de independencia en algunas re-giones iberoamericanas, con las relaciones entrelos entusiastas de las actividades científicas y el ac-cionar en pos de la independencia. Dos interesantí-simos apéndices documentales, una amplia biblio-grafía y un índice de nombres complementan estaexcelente obra sobre un tópico escasamente abor-dado como es la cultura científica rioplatense ■

Domingo 31•10•2010 C U L T U R A 7

Los libros más vendidos de la semanaFICCION

1. “COMER, REZAR, AMAR” Elizabeth Gilbert. Aguilar. $69.2. “LOS ANTICUARIOS” Pablo De Santis. Planeta. $59.3. “LAS NOVELAS DE AGATA” Antonio Dal Masetto. Sudamericana. $79.

FICCION

1. “MUJERES QUE CORREN CON LOBOS” Clarissa Pinkola Estés. Ediciones B. $53.2 . “FIRMENICH” Felipe Celesia y Pablo Waisberg. Aguilar. $69.3 . “GRAIVER, EL BANQUERO DE LOS MONTONEROS” Juan Gasparini. Norma. $65.

Recomendados:

1 “EL ÚLTIMO CASO DE RODOLFO WALSH” Elsa Drucaroff. Norma. $58.2. “TODA LA VERDAD” Juan José Becerra. Seix Barral. $69.3. “NUEVAS HISTORIAS NEGRAS

DEL FÚTBOL ARGENTINO” Alejandro Fabbri. Capital Intelectual. $48.

Hacía mucho que no llovía en la ciudad yBlair me llamó y me dijo que podríamos irjuntos al club de la playa. Estaba demasiadocansado o colocado o hecho polvo para le-vantarme y salir y sentarme al ardiente sol ba-jo las sombrillas del club de la playa con Blair.Así que decidimos ir a Pájaro Dunes, en Mon-terrey, donde hacía más fresco y el mar estabade un verde resplandeciente y mis padres te-nían una casa en la playa. Fuimos en mi cochey nos instalamos en el dormitorio principal, yluego fuimos al pueblo y compramos comiday cigarrillos y velas.

En el pueblo no había demasiado que hacer;había una vieja sala de cine que necesitaba unamano de pintura y gaviotas y muelles en ruinasy pescadores mexicanos que le silbaron a Blairy una vieja iglesia de la que Blair sacó fotos peroen la que no entró. Encontramos una caja debotellas de champán en el garaje y nos las bebi-mos todas antes de que terminara la semana.Solíamos abrir una botella a última hora de la

mañana después de dar un paseo por la playa.A primera hora de la tarde hacíamos el amor,por lo general en el salón, y si no lo hacíamosen el suelo del dormitorio principal, y luego ba-jábamos las persianas y encendíamos las velasque habíamos comprado en el pueblo y obser-vábamos cómo se movían nuestras sombrasen las blancas paredes.

La casa era vieja y desangelada y tenía un pa-tio y una pista de tenis, pero no jugábamos altenis. En lugar de eso, deambulábamos por lacasa de noche y poníamos discos antiguos queentonces me gustaban y nos sentábamos en elpatio y bebíamos lo que quedaba de champán.No me gustaba demasiado la casa y a veces denoche tenía que salir porque no podía soportarel blanco de las paredes y el negro de los azule-jos de la cocina. Paseaba por la playa de noche ya veces me sentaba en la arena húmeda y fuma-ba un pitillo y miraba la casa con las luces en-cendidas y veía que en el salón Blair hablabapor teléfono con alguien que estaba en Palm

Spring. Cuando regresaba los dos ya estába-mos borrachos y Blair en ocasiones sugería quefuéramos a bañarnos, pero hacía frío y estabaoscuro, así que nos metíamos en el pequeño ja-cuzzi que había en medio del patio y hacíamosel amor.

Durante el día me sentaba en el salón y tratabade leer el San Francisco Chronicle y ella paseabapor la playa y cogía conchas. Nos acostábamospoco antes del amanecer y despertábamos a me-dia tarde y entonces abríamos una botella.

Pronto se nos terminó el champán y abría elarmario de las bebidas. Blair se puso muy more-na y yo también, y hacia el final de la semana loúnico que hacíamos era ver la televisión, aun-que la recepción no era demasiado buena, y be-ber bourbon, y Blair hacía dibujos circularescon las conchas en el suelo del salón. CuandoBlair, una noche en que estábamos en los extre-mos opuestos del salón, murmuró: “Debería-mos haber ido a Palm Spring”, comprendí queera hora de volver ■

Recomendados:

Las 8 preguntas para Gabriela Urrutibehety

7Un extraño hongo se esparce por su biblioteca y consume de manerairrefrenable los libros. Solo dispone de unos segundos para actuar ysalvar a tres de ellos. Lo que usted hace para ganar tiempo es arrojar a

la voracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían los sacrificados

y cuáles los salvados? -Los que merecen ser sacrificados seguramente no merecen ser recordados. Los

que salvaría sin dudas serían el Quijote y la Odisea: a partir de ellos se puede re-construir toda la narrativa. Y quizá Cien años de soledad, para algunos retoques.

Fragmento de “Menos de cero”, de Bret Easton Ellis (Editorial Sudamericana)

■ Lecturas Fuente: Cámara de Libreros del Sudeste de la provincia de Buenos Aires

OTRA MANERA DE ANALIZAR EL BICENTENARIO

Nuestra ciencia, en los albores de la patria

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8 C U L T U R A Domingo 31•10•2010

Las 8 preguntas para Gabriela Urrutibehety

8Se le concede la extraordinaria excepción de hacerle una únicapregunta a uno de sus tantos escritores predilectos. ¿Qué lepreguntaría?

-¿Cómo se hace, maestro?

XXIV

Las líneas directrices se estrellancontra las razones accidentales. ¿Yel fundamento adecuado? Has per-dido la solidez de tus puños y estásout del catálogo. Respondes a unainserción imaginaria y tu tristeza esparte de los trámites cotidianos. Elúltimo error da por tierra todo ellenguaje anterior y sólo importaránlas consecuencias ulteriores.

XXV

¿Tenías todo calculado? Has parti-do de supuestos conocimientos yahora el territorio tiene forma de cua-drilátero y la algarabía no te pertene-ce. La estructura profunda te ha soca-vado el espíritu de lucha y tu exposi-ción no es nada original. La sintaxistécnica está del lado del adversario yno queda tiempo para interpretacio-nes. Apenas lejanos estímulos.

XXVIII

Extrañamiento de los momentosfelices y un olvidado beso de despedi-da. No es que te falte espacio para co-rrer y bailotear en la infinitud del ring.Es cuestión de apretar los dientes yodiar. Las razones a priori no te hanservido de mucho y ha llegado la horade rezar e ingeniártelas en el comple-jo infighting. La estrategia de la ambi-güedad no te será útil esta vez ■

Contra las cuerdas POR SEBASTIÁN JORGI (*)

(*) Textos aparecidos en “Contra las cuerdas. Crónicas poemáticas”, editorial Playa Sola.

POR RAQUEL GUIDI (*)

El libro contenía algo terrorífico:cada lector que llegaba al desenlace,moría. Lo descubrieron cuando Gas-par Salomón agonizaba. El libro a sulado, señalaba un título. “El trayecto

de un libro”. Daba la casualidad deque, haciendo las pesquisas, todosmorían aferrados a él. “Seguro, unmaleficio”, pronosticaban los veci-nos. Empezaron las averiguaciones.Había que leer el libro de pe a pa. Loslectores contratados coincidieron en

el hallazgo de una pista importante.En la página 78, en un párrafo de esecapítulo, decía: “Cuando termine deleer este libro, morirá”. Como siem-pre, la curiosidad pudo más, o el ma-leficio, vaya a saber. Pero así sucedió,los que llegaron al final, murieron. El

caso estaba cerrado. El autor fue sen-tenciado.

Hoy, en la cárcel, recibe la décimaedición del libro, con una variante:en la página 78, léase: “Si termina deleer este libro será inmortal”. El bestseller funcionaba ■

(*) Publicado en el libro“Cortísimos”. El material fue

cedido por la Biblioteca delEscritor Marplatense (9 de Julio

entre Independencia y Salta),[email protected]

Página 78

El EnteLa luz. Oscuridad. Luz. A lo lejos, se oye el batir de unas alas. Y ella no sabía, no, lo ignoraba, pese

a que una parte mínima de su seranunciaba su llegada hacía tiempo,con temor, ira y agitación. Ella era unaliebre herida que no podía escapar delzorro, de aquél predador astuto y ágil,que se acerca con sigilo en medio de lanoche y cae, rápido, cual impacto deluz, sobre el corazón ingenuo.

Ingenuidad… Bien preciado y dia-mantino, tesoro del alma, que puedeser manchado fácilmente por unamanzana. Un regalo inaudito, quenos es arrebatado con crueldad y es-mero por las manos invisibles de nues-tra sucia Creación.

Y duele. Dolía. Un gemido escapóde entre sus labios, pese a que sus ma-nos intentaban con fuerza aplacar elsonido. Y otro. Y otro: ya había co-menzado.

Jadeaba con desesperación, mien-tras sus dedos se aferraban a las sába-nas, presas del pánico, y de la impo-tencia: nada podía hacer. Aquella citahabía sido programada hacía tiempo,y ella- ella- había pospuesto el mo-mento por tantos años…

El Sol, cual extraño y voluntario an-fitrión, comenzó a bajar cauto y rápi-do, para dejar espacio a la Luna, faroltenue del telón oscuro. Y ella lo sabía, ysu mente se oprimió al pensarlo.

Miró a través de la ventana, con el po-co aliento que quedaba aún en su gar-ganta reseca: el Astro Plateado estabaacomodado, ya, en todo su esplendor.La observaba. Lo observó. Y tembló.

De repente, otro sonido. Terrible,peor aún que cualquier aullido: un

graznido ronco. Ella tembló, y de repente, toda la va-

lentía que había recogido para aquélmomento se esfumó. De repente, deseótodas las manos que había rechazado.No quería hacer aquello sola. Soledad¿Qué tanto dolería? ¿Quemaría tantocomo lo hacía, en aquellos momentos,la ansiedad a su cansado corazón?

Otro graznido. Esa vez, más cerca. Y ella volteó. Y no era un cuervo. Horrible, una pesadilla palpable

que había cobrado vida del temor másantiguo del hombre. Tan antigua co-mo la vida misma, como el polvo mi-lenario adherido a nuestros poros in-sanos. Repulsiva, oscura y tenebrosa.E iba a hacerle daño, y ella no podíahacer nada: estaba paralizada sobre sucatre. Un sudor frío atravesó su frente.

Y aquél intruso alzó una mano vis-cosa hacia ella- ¿una mano?- y leapuntó, cual presagio hecho realidad.

Una vez más, ella reunió valor- ¿oadrenalina narcótica a sus nervios?- le-vantó la mirada hacia el recién llegadoy asintió: quería que todo saliera bien,hacerlo con un poco de dignidad.

Y tras el gesto, se acercó- aquellacriatura que sentimientos no tenía,pero sí una perfecta puntería para sutrabajo carnicero- poco a poco haciaella. Y, a cada paso que daba, la oscuri-dad era más certera y atragantada: pa-reciera que absorbiera la luz con sumanto putrefacto y tenebroso. La vidamoría a su paso, y la carne de aquellamujer lo sintió. Sentía su vitalidad irseante aquel Ente. Y volvió a temer de susuerte echada, y no quiso morir.

Y lloró. Y gritó. Y, una vez más, su

instinto de preservación le instó a lu-char contra lo inevitable.

Con las fuerzas que aún le queda-ban, ella intentó moverse y salir de lacama. Pero no pudo.Ya estaba allí, y alzabasus manos en su di-rección, hambrien-to y furioso. Un ardorhorrible y tortuosoquemó su piel encuanto sintió el con-tacto de aquellas ma-nos monstruosas.

Y ella lloró, unavez más, y todo el or-gullo que había senti-do en los últimosaños se esfumó: de re-pente, comprendióqué tontos habían si-do sus enojos y razones, qué ilusos sussentimientos y que arrogante su des-dicha. Nunca tuvo verdaderas razonespara terminar de aquél modo, sola ydeprimida, pero ella no lo sabía. De re-pente, y con profunda tristeza, descu-brió que la soledad era aún peor y mo-vió los labios, pidiendo perdón.

Aquél fue su último gesto.Y aquellas manos cerraron su gar-

ganta, y por fin, la oscuridad tragó laluz en sus pupilas. Un cuervo se posósobre el marco de la ventana, y su graz-nido resonó en la habitación lúgubre,mientras observaba el trabajo reciénhecho, con indiferencia.

Nadie puede escapar de la Muerte ■

POR ORNELLA GIGANTE

La ilustración pertenece a Diego de la Rosa,alumno de la carrera de Ilustración de laEscuela de Artes Visuales “Martín Malharro”.