3. george r.r. martin - cancion de hielo y fuego vol.3.1 - tormenta de espadas

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GEORGE R.R. MARTIN Tormenta de espadas I Canción de Hielo y Fuego / 3 GIGAMESH

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  • 1. GEORGE R.R. MARTINTormenta de espadas ICancin de Hielo y Fuego / 3GIGAMESH

2. Ttulo original: A Storm of SwordsPrimera edicin: mayo del 2005 2000, George R.R. MartinMapas: James SinclairSmbolos herldicos: Virginia Norey Traduccin del ingls: 2005, Cristina Maca Ilustracin de cubierta: 2005, CorominasDerechos reservados en lengua castellana: 2005, Alejo Cuervo editorEdiciones Gigamesh C/. Ausias March, 26, desp. 44 08010 BarcelonaFotomecnica e impresin: INO Reproducciones, S.A. Ctra. de Castelln, km. 3,8Polgono Miguel Servet Nave 13 50013 ZaragozaISBN: 84-96208-24-9ISBN obra completa: 84-96208-08-7 Depsito legal: Z-911-2005 Printed on acid-free paper Impreso en papel libre de cidoPrinted in Spain Impreso en Espaa2 3. PRESENTACINPara desgracia de muchos, no hay mejor veredicto para un libro que el respaldomasivo de los lectores, ya sean presentes o futuros. Si son presentes, el libro ser untriunfo del marketing o del boca a boca. Si son futuros, un clsico. George R.R. Martin pertenece a la estirpe ms noble de novelista: el que cuentagrandes historias que son, al mismo tiempo, historias grandes. En estas ltimasdcadas post-heroicas, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, la intelligentsialiteraria no simpatiza con la pica ni con los personajes de nimo expansivo, sino conla lrica y la introspeccin, por lo que las grandes historias/historias grandes hanquedado relegadas a la cajonera del tiempo o horror de los horrores a lasestanteras de los best-sellers. El paisaje interior desolado, yermo, sustituy aos ha alas grandiosas llanuras del western o a las montaas y valles y los mares infinitos de laaventura. Pero la situacin est cambiando. Los libros de Martin han recibido hasta el momento el doble veredicto de loslectores pasados y presentes, que eran los presentes y futuros hace aos. Muerte de laluz, un potente condensado de narrativa desgarrada y aventura en bruto, es un clsicodesde hace aos, mientras que Una cancin para Lya o Sueo del Fevre son referentesdifcilmente eludibles de esta nueva primavera de la literatura de gneros (fantasa,terror) que vivimos en la actualidad. Frutos de la pluma de un escritor tan dotado parala estructura como poco proclive a veleidades de estilo juguetonas o gratuitas. Y es que en la obra de Martin todo es estructura, ms que pasin, de la quetambin anda sobrado. De ah que tarde tanto en completar cada tomo de esta sagaCancin de Hielo y Fuego, para irritacin de lectores que calman su hambre enenrevesadas discusiones en foros y listas de correo en Internet. A pesar de que cadalibro ronda las mil pginas, ninguna de ellas parece estar de ms y, si bien es ciertoque Martin se recrea en las peripecias como gancho principal para el lector, no lo esmenos que sera difcil prescindir de alguna de ellas sin que el conjunto se resintiese. Le el primer tomo de Cancin de Hielo y Fuego llevado por la curiosidad y porel entusiasmo de Luis G. Prado (de Biblipolis), Alejo Cuervo y lex Vidal (deGigamesh). Ninguno de ellos simpatiza con las sagas de fantasa de corteseudomedieval que inundan las libreras de todo el mundo, as que era ms queprobable que aquellos tomos de aspecto imponente (quin tiene nimo hoy en da paracomenzar una historia que, previsiblemente, superar las siete mil pginas deextensin?) escondiesen algo muy valioso. Y vaya si lo escondan. Cul es la clave del xito de Martin? Es difcil de explicar. Creo que se basa enprimer lugar en su habilidad para aplicar a la fantasa las reglas del folletn msdesprejuiciado y mejor construido, ese tipo de narracin que agarra al lector del cuelloy le corta la respiracin, lo hace partcipe de un mundo tridimensional y multicolor yespolea su complicidad con los imposibles que salpican la trama. Adems, al haberoptado por la sucesin de puntos de vista para hacer avanzar la accin, Martin permitela identificacin de los lectores con alguno de sus mltiples personajes protagonistas.Un recurso no por populista menos eficaz. Pero Cancin de Hielo y Fuego no es slo un folletn sino tambin, y esto esfundamental, una novela histrica de aventuras situada (paradojas) en un universo 3 4. imaginario. Es difcil expresar la alegra que sent cuando el propio Martin recomenden su pgina web la lectura de la tambin monumental saga sobre la Roma republicanade Colleen McCullough, cuya inicial y magnfica entrega es El primer hombre deRoma. Y es que se fue el primer referente claro que se me vino a la cabeza cuandoslo llevaba unas cincuenta pginas de Juego de tronos, que da inicio a la llegada delinvierno a Poniente. El segundo fue Bernard Cornwell (la serie del Seor de la Guerraen particular) y, en general, la nueva hornada de escritores de novela histrica, quecomparten con Cancin de Hielo y Fuego el gusto por la brutalidad y la absoluta faltade escrpulos a la hora de eliminar personajes a priori fundamentales para eldesarrollo de la historia. Por supuesto, al cctel hay que aadir algunos elementos delmundo real, como la inspiracin ms o menos directa en la guerra de las Dos Rosas,que enfrent a los Lancaster y los York por la hegemona en la muy compleja Inglaterradel siglo XV (la propia casa de Lancaster haba sufrido un enfrentamiento interno entrefacciones rivales aos antes del estallido de ese conflicto). Combinacin ganadora,pues.Intriga poltica, aventura, personajes ambiguos guiados por ambiciones ypasiones incontroladas, un poco ms de magia en cada volumen (lo que parecevaticinar una explosin pirotcnica hacia el final de la serie), grandes batallas, duelosy muertes impredecibles. El invierno que se acerca y la presencia creciente de unaamenaza ante la que la nica defensa es la gigantesca muralla en el Norte, custodiadapor un diminuto contingente de soldados monje... Quin puede pedir ms? Yo no,desde luego. Soy sbdito de Poniente desde hace aos. ALBERTO CAIRO 4 5. Para Phyllis,que me hizo meter los dragones. 5 6. Si los ladrillos no estn bien hechos,las paredes se caen.Lo que estoy construyendo aqu es una pared enorme,por lo que necesito montones de ladrillos.Por suerte conozco a muchos que los fabrican,as como a toda clase de personas tiles.Una vez ms, mi agradecimientopara esos buenos amigos que con tanta gentilezapusieron a mi disposicin sus conocimientos(y en algunos casos hasta sus libros)para que mis ladrillos fueran slidosy de buena calidad:a mi Archimaestre Sage Walker,al Capitn de los Constructores Carl Keimy a Melinda Snodgrass, mi caballeriza mayor.Y como siempre, a Parris.6 7. NOTA SOBRE LA CRONOLOGACancin de Hielo y Fuego se cuenta a travs de los ojos de personajes que se encuentrana veces separados por centenares o quiz miles de leguas. Algunos captulos abarcan unda; otros, nada ms que una hora; y los hay que se prolongan durante una quincena, unmes o medio ao. Con semejante estructura, la narracin no puede ser estrictamentesecuencial; a veces ocurren cosas importantes simultneamente, a miles de leguas dedistancia.En el caso del volumen que tiene ahora en sus manos, el lector debe tener encuenta que los captulos iniciales de Tormenta de espadas no son exactamente lacontinuacin de los de Choque de reyes, sino ms bien se superponen a ellos. Comienzocon la narracin de algunos de los hechos que ocurran en el Puo de los PrimerosHombres, en Aguasdulces, en Harrenhal y en el Tridente, mientras tena lugar la batalladel Aguasnegras en Desembarco del Rey y durante los das inmediatamente posterioresa la misma... GEORGE R. R. MARTIN 7 8. PRLOGOEl da era gris, haca un fro glacial y los perros se negaban a seguir el rastro. La enorme perra negra haba olfateado una vez las huellas del oso, habaretrocedido y haba trotado de vuelta a la jaura con el rabo entre las patas. Los perros seapiaban en la ribera del ro con gesto triste mientras el viento los sacuda. El propioChett notaba cmo el viento le atravesaba varias capas de lana negra y cueroendurecido. Haca demasiado fro, tanto para los hombres como para las bestias, peroall estaban. Torci la boca y casi pudo notar cmo los fornculos que le cubran lasmejillas y el cuello enrojecan de rabia. Tendra que estar a salvo en el Muro, cuidando de los condenados cuervos yencendiendo hogueras para el viejo maestre Aemon. El bastardo Jon Nieve era quien lehaba quitado todo aquello, l y su amigo, el gordo de Sam Tarly. Por culpa de ellosestaba congelndose las pelotas con una jaura de sabuesos en lo ms profundo delBosque Encantado. Por los siete infiernos. Dio un feroz tirn a la tralla para que los perros leprestaran atencin. Buscad, cabrones. Esa huella es de un oso. Queris carne o no?Encontradlo! Pero los perros gimotearon y se limitaron a estrechar filas. Chett hizo chasquear elltigo corto sobre las cabezas de los animales y la perra negra le ense los dientes. La carne de perro sabe tan bien como la de oso la amenaz; el aliento se lecongelaba a cada palabra. Lark de las Hermanas estaba de pie con los brazos cruzados sobre el pecho y lasmanos metidas bajo las axilas. Llevaba guantes negros de lana, pero siempre se quejabade que se le congelaban los dedos. Hace demasiado fro para cazar dijo. Que le den por culo a ese oso, no valela pena que nos helemos por l. No podemos volver con las manos vacas, Lark gru Paul el Pequeo atravs del bigote color castao que le cubra casi toda la cara. Al Lord Comandanteno le va a hacer ninguna gracia. Bajo la aplastada nariz de dogo del hombretn haba hielo, all donde se lecongelaban los mocos. Una mano enorme dentro de un grueso guante de piel agarrabafirmemente el asta de una lanza. Que le den por culo al Viejo Oso tambin dijo el de las Hermanas, unhombre flaco de cara huesuda y ojos nerviosos. Mormont estar muerto antes de queamanezca, no lo recordis? A quin le importa lo que le haga gracia o se la deje dehacer? Paul el Pequeo parpade con sus ojillos negros. Puede que se le haya olvidado, pens Chett; era tan estpido como paraolvidarse de casi cualquier cosa. Por qu tenemos que matar al Viejo Oso? Por qu no nos limitamos a irnos ylo dejamos en paz? Crees que l nos dejara en paz? pregunt Lark. Nos dara caza. Quieresque te den caza, cabeza de chorlito? No dijo Paul el Pequeo. No, eso no. No.8 9. Entonces, lo matars? pregunt Lark.S. El hombretn clav el extremo del asta de la lanza en la orillacongelada. Lo matar. No nos tiene que dar caza.Yo insisto en que tenemos que matar a todos los oficiales dijo el de lasHermanas volvindose hacia Chett y sacando las manos de las axilas.Ya lo hemos discutido replic Chett, que estaba harto de aquello. El ViejoOso tiene que morir, as como Blane de la Torre Sombra. Grubbs y Aethan tambin,mala suerte que les haya tocado el turno de guardia; Dywen y Bannen para que no nospersigan, y Ser Cerdi para que no enve cuervos. Eso es todo. Los mataremos en silenciomientras duermen. Un solo grito y seremos pasto para los gusanos, todos y cada uno denosotros. Tena los fornculos rojos de ira. Cumplid vuestra parte y ocupaos de quevuestros primos cumplan la suya. Y, Paul, a ver si se te mete en la cabeza: es la terceraguardia, no la segunda, no te olvides.La tercera guardia dijo el hombretn a travs del bigote y el mococongelado. Piesligeros y yo. Me acuerdo, Chett.Aquella noche no habra luna, y haban organizado las guardias para que ocho desus cmplices estuvieran de centinelas, mientras otros dos custodiaban los caballos. Lascircunstancias no podan ser mejores. Adems, los salvajes iban a caerles encimacualquier da. Y antes de que llegara ese momento Chett tena toda la intencin de estarbien lejos de all. Tena la intencin de vivir.Trescientos hermanos juramentados de la Guardia de la Noche haban cabalgadohacia el norte, doscientos del Castillo Negro y otros cien de la Torre Sombra. Era lamayor expedicin que se recordaba, casi la tercera parte de los efectivos de la Guardia.Su objetivo era encontrar a Ben Stark, a Ser Waymar Royce y a los dems exploradoresque haban desaparecido, y descubrir el motivo por el que los salvajes estabanabandonando sus asentamientos. Y no se encontraban ms cerca de Stark y Royce quecuando dejaron atrs el Muro, pero haban averiguado adnde se haban ido todos lossalvajes: bien arriba, a las glidas alturas de los Colmillos Helados, aquellas montaasdejadas de la mano de los dioses. Por Chett se podan quedar all hasta el final de lostiempos, que no se le reventara ni un fornculo.Pero no. Haban iniciado el descenso. Por el curso del Agualechosa.Chett levant la vista y lo vio. Las orillas rocosas del ro estaban cubiertas dehielo y sus aguas blancuzcas fluan inagotables desde los Colmillos Helados. Y ManceRayder y sus salvajes seguan el mismo cauce. Thoren Smallwood haba vuelto tres dasatrs a galope tendido. Mientras informaba al Viejo Oso de lo que haban visto susexploradores, uno de sus hombres, Kedge Ojoblanco, se lo cont a los dems.Estn todava en lo alto de las laderas dijo Kedge mientras se calentaba lasmanos al fuego, pero vienen. Harma Cabeza de Perro, esa ramera con la cara picadade viruelas, encabeza la vanguardia. Goady se acerc sigilosamente a su campamento yla vio junto a una hoguera. El tonto de Tumberjon quera abatirla de un flechazo, peroSmallwood tuvo ms sentido comn.Cuntos crees t que son? dijo Chett al tiempo que escupa en el suelo.Muchos, muchsimos. Veinte, treinta mil, te puedes imaginar que no nosquedamos all para contarlos. Harma tena unos quinientos en la vanguardia, todos acaballo.Los hombres sentados en torno a la hoguera intercambiaron miradas depreocupacin. Ya era muy raro encontrar a una docena de salvajes a caballo, as que aquinientos...Smallwood nos mand a Bannen y a m a rodear a la vanguardia para echar unvistazo al grueso de las fuerzas prosigui Kedge. No tenan fin. Se mueven 9 10. despacio, como un ro congelado, cinco, seis kilmetros por da, y no parece quequieran regresar a sus aldeas. Ms de la mitad eran mujeres y nios, y llevaban suganado por delante: cabras, ovejas y hasta uros que tiran de trineos. Van cargados conpacas de pieles y tiras de carne, jaulas de pollos, mantequeras y ruecas para hilar, todassus malditas pertenencias. Las mulas y los pequeos caballos de tiro llevan tanta cargaencima que parece se les va a partir el espinazo; igual que a las mujeres. Y siguen el curso del Agualechosa? pregunt Lark de las Hermanas. No te lo he dicho ya? El Agualechosa los llevara a las proximidades del Puo de los PrimerosHombres, el antiqusimo fuerte circular donde la Guardia de la Noche haba montado sucampamento. Cualquier persona con una pizca de sentido comn se dara cuenta de quehaba llegado el momento de abandonar la misin y regresar al Muro. El Viejo Osohaba reforzado el Puo con estacas, zanjas y espinos, pero aquello no servira de nadacontra semejante ejrcito. Si se quedaban all, los engulliran y arrollaran. Y Thoren Smallwood quera atacar. Donnel Hill el Suave era el escudero de SerMallador Locke, y la noche anterior Smallwood haba visitado la tienda de campaa deLocke. Ser Mallador opinaba lo mismo que el anciano Ser Ottyn Wythers e instaba aregresar al Muro, pero Smallwood quera convencerlo de lo contrario. Ese Rey-ms-all-del-Muro no nos buscar nunca tan al norte. Eso habadicho, segn el relato de Donnel el Suave. Y ese enorme ejrcito suyo no es ms queuna horda que se arrastra, llena de bocas intiles que no saben por qu extremo se cogeuna espada. Slo con un golpe se les acabaran las ganas de pelear y huiran aullando asus guaridas para quedarse all los prximos cincuenta aos. Trescientos contra treinta mil. Para Chett aquello era, sencillamente, una locura,y el hecho de que Ser Mallador se dejara convencer era una locura incluso mayor, y losdos juntos estaban a punto de convencer al Viejo Oso. Si esperamos demasiado podemos perder esta oportunidad, quiz no se nosvuelva a presentar le deca Smallwood a todo el que quisiera orlo. Somos el escudo que protege los reinos de los hombres objetaba Ser OttynWythers . No se tira el escudo sin una buena razn. En un combate a espada replicaba Thoren Smallwood, la mejor defensa esla estocada rpida que aniquila al enemigo; no encogerse tras un escudo. Sin embargo, el mando no estaba en manos de Smallwood ni de Wythers. Elcomandante era Lord Mormont, que esperaba a sus otros exploradores: a JarmanBuckwell y los hombres que haban ascendido por la Escalera del Gigante, y a QhorinMediamano y Jon Nieve, que haban ido a tantear el Paso Aullante. Sin embargo,Buckwell y el Mediamano tardaban en regresar. Lo ms probable es que estn muertos. Chett se imagin a Jon Nieve tirado enla cima de una montaa, azul y congelado, con la lanza de un salvaje clavada en su culode bastardo. La idea lo hizo sonrer. Espero que tambin hayan matado a su lobo demierda. Ah no hay ningn oso decidi, de forma repentina. Es una huella vieja,nada ms. Volvemos al Puo. Se gir con presteza para regresar y los perros estuvieron a punto de hacerlo caer.Quiz crean que les iban a dar de comer. Chett no pudo contener la risa. Durante tresdas no los haba alimentado para que estuvieran hambrientos y feroces. Aquella noche,antes de escaparse al abrigo de la oscuridad, los dejara sueltos entre los caballos,despus de que Donnel el Suave y Karl el Patizambo cortaran las riendas. Habr perros enfurecidos y caballos aterrorizados por todo el Puo; corrernentre las hogueras, saltarn la muralla circular y derribarn las tiendas de campaa.10 11. Con toda aquella confusin, pasaran horas antes de que alguien se diera cuenta de quefaltaban catorce hermanos.Lark hubiera querido llevarse al doble, pero qu se poda esperar de un estpidocon un aliento que apestaba a pescado como el de las Hermanas? Una palabra en el odoequivocado y antes de que uno se d cuenta ha perdido la cabeza. No, catorce era unbuen nmero, suficientes para lo que tena que hacer, pero no tantos como para que nopudieran guardar el secreto. Chett haba reclutado personalmente a casi todos. Paul elPequeo era uno de ellos, el hombre ms fuerte del Muro, aunque fuera tambin mslento que un caracol muerto. En cierta ocasin le haba partido la espalda a un salvaje deun abrazo. Tambin tenan con ellos al Daga, a quien apodaban as por su armapreferida, y al hombrecito gris al que los hermanos llamaban Piesligeros, quien en sujuventud haba violado a un centenar de mujeres y se jactaba de que ninguna lo habavisto ni odo antes de que se la metiera hasta el fondo.Chett haba preparado el plan. l era el listo; haba sido el mayordomo del viejomaestre Aemon durante cuatro aos hasta que el bastardo de Jon Nieve lo desplaz paraque su puesto lo ocupara el cerdo grasiento de su amiguito. Cuando aquella noche dieramuerte a Sam Tarly, tena planeado susurrarle al odo: Dale recuerdos de mi parte aLord Nieve. Lo hara un instante antes de cortarle la garganta para que la sangre salieraa borbotones entre todas aquellas capas de sebo. Chett conoca a los cuervos, por lo queno tendra el menor problema con ellos, no ms que con Tarly. Un toque con el cuchilloy aquel miserable se meara en los calzones y se pondra a implorar por su vida. Queimplore, no le servir de nada. Tras rajarle la garganta, abrira las jaulas y espantara alos pjaros para que no llegara ningn mensaje al Muro. Piesligeros y Paul el Pequeomataran al Viejo Oso, el Daga se ocupara de Blane, y Lark y sus primos silenciaran aBannen y al viejo Dywen, para que no pudieran seguirles el rastro. Llevaban dossemanas acumulando alimentos, y Donnel el Suave, junto con Karl el Patizambo,tendran listos los caballos. Una vez muerto Mormont, el mando pasara a manos de SerOttyn Wythers, un hombre viejo, agotado y con problemas de salud. Antes de que seponga el sol estar huyendo en direccin al Muro y no mandar a nadie en nuestrapersecucin.Los perros tiraron de l mientras se abran camino entre los rboles. Chett divisel Puo, que asomaba all arriba entre la vegetacin. El da era tan oscuro que el ViejoOso haba ordenado encender las antorchas. Ardan sobre la muralla circular formandouna enorme circunferencia que coronaba la cima de la abrupta colina rocosa. Los treshombres cruzaron un arroyuelo. El agua estaba espantosamente fra y en la superficieflotaban placas de hielo.Ir hacia la costa les confi Lark de las Hermanas. Con mis primos. Nosharemos una nave y pondremos proa de regreso a las Hermanas.Y all sabrn que sois desertores y os cortarn vuestras estpidas cabezas, pensChett. Una vez pronunciado el juramento, no haba manera de abandonar la Guardia dela Noche. En cualquier rincn de los Siete Reinos lo atrapaban a uno y lo mataban.Ollo Lophand hablaba de regresar navegando a Tyrosh donde, segn aseguraba,los hombres no perdan las manos por cometer algn robo honrado, ni los enviaban acongelarse de por vida a tierras lejanas si los encontraban en el lecho con la esposa dealgn caballero. Chett haba valorado la posibilidad de ir con l, pero no conoca lalengua apocada y afeminada de aquel lugar. Y qu hara l en Tyrosh? No se podadecir que tuviera ningn oficio, pues haba crecido en Pantano de la Bruja. Su padre sehaba pasado la vida escarbando en campos ajenos y recogiendo sanguijuelas. Sedesnudaba hasta quedar slo con un grueso taparrabos de cuero y vadeaba las aguasturbias. Cuando sala, estaba totalmente cubierto de bichos, desde las tetillas hasta los 11 12. tobillos. A veces haca que Chett lo ayudara a arrancarse las sanguijuelas. En unaocasin, una de las sabandijas se le peg a la palma de la mano y l, asqueado, larevent contra un muro. Su padre le peg hasta hacerle sangre. Los maestres comprabanlas sanguijuelas a penique la docena.Lark poda volver a su casa si quera, igual que el jodido tyroshi, pero Chett, no.Ya haba visto demasiadas veces el maldito Pantano de la Bruja, no necesitaba volver averlo jams. Le haba gustado el aspecto del Torren de Craster. Craster viva allarriba, como un seor, por qu no poda l hacer lo mismo? Eso s que estara bien.Chett, el hijo del de las sanguijuelas, convertido en un seor con un torren. Su blasnpoda ser una docena de sanguijuelas sobre campo rosa. Y por qu contentarse con serun seor? Quiz debiera erigirse en rey.Mance Rayder comenz siendo cuervo. Yo podra ser rey, igual que l, y tenervarias esposas. Craster tena diecinueve, sin contar las jvenes, las hijas que todava nose haba llevado al lecho. La mitad de esas esposas eran tan viejas y feas como Craster,pero eso no le importaba. Chett pondra a las ms viejas a trabajar para l: a cocinar,limpiar, recoger zanahorias y cebar cerdos, mientras las ms jvenes le calentaban lacama y le paran hijos. Craster no pondra la menor objecin, sobre todo despus de quePaul el Pequeo le diera un abrazo.Las nicas mujeres que Chett haba conocido eran las putas a quienes habapagado en Villa Topo. Cuando era ms joven, a las chicas del pueblo les bastaba echaruna mirada a su rostro lleno de fornculos y espinillas para volver la cara con asco. Lapeor era aquella guarra de Bessa. Se abra de piernas para todos los chicos del Pantanode la Bruja, por lo que haba pensado que por qu no lo iba a hacer tambin para l.Hasta se pas una maana recogiendo flores silvestres, pues haba odo decir que legustaban, pero ella se le haba redo en la cara y le haba dicho que antes se metera enla cama con las sanguijuelas de su padre que con l. Dej de rerse cuando le clav elcuchillo. La expresin de su rostro le gust, por lo que sac la hoja afilada y se la volvia clavar. Cuando lo atraparon cerca de Sietecauces, el viejo Lord Walder Frey nisiquiera se molest en asistir personalmente al juicio. Envi a uno de sus bastardos, aWalder Ros, y lo siguiente que supo Chett era que iba de camino hacia el Muro conaquel demonio hediondo de Yoren. Como pago por un momento de placer, le habanquitado la vida entera.Pero estaba decidido a recuperarla y, de paso, a quedarse con las mujeres deCraster.Ese viejo salvaje tena razn. Si quieres que una mujer sea tu esposa, tmala,nada de darle flores silvestres para que no te mire los granos. Chett no tena laintencin de cometer por segunda vez el mismo error.Todo iba a salir bien, se prometi por ensima vez. Siempre que podamosescapar sin contratiempos. Ser Ottyn se dirigira al sur, a la Torre Sombra, el caminoms corto hacia el Muro. No se ocupar de nosotros, no sera propio de Wythers, lonico que quiere es regresar sano y salvo. Seguro que Thoren Smallwood insistira enatacar, pero Ser Ottyn era extremadamente cauteloso y estara al mando. De todosmodos, eso no importa. Cuando nos hayamos largado, Smallwood puede atacar a quienle plazca. Qu ms da? Si ninguno de ellos regresa al Muro, nadie vendr en nuestrabsqueda, pensarn que hemos muerto con los dems. No se le haba ocurrido antesesa idea y, por un momento, lo tent. Pero tendran que matar a Ser Ottyn y tambin aSer Mallador Locke para que Smallwood asumiera el mando, y esos dos estabansiempre bien protegidos, de da y de noche... No, el riesgo era excesivo.Chett, qu hacemos con el pjaro? pregunt Paul el Pequeo mientrasavanzaban por un sendero rocoso entre centinelas y pinos soldado. 12 13. De qu pjaro de mierda hablas? Lo que menos necesitaba en aquelmomento era un cabeza de chorlito preocupado por un pjaro.Del cuervo del Viejo Oso dijo Paul el Pequeo. Si lo matamos, quin va adarle de comer a su pjaro?Y a quin coo le importa? Si quieres, mata tambin al pjaro.No quiero hacer dao a ningn pjaro dijo el hombretn. Pero es un pjaroque habla. Y si cuenta qu hicimos?Lark de las Hermanas se ech a rer.Paul el Pequeo, tienes la mollera ms dura que la muralla de un castillo seburl.Cllate, no digas eso dijo Paul, amenazador.Paul intervino Chett antes de que el hombretn se enfadara del todo,cuando encuentren al anciano tirado en un charco de sangre con la garganta abierta, noles har falta ningn pjaro para saber que alguien lo mat.Eso es verdad acept Paul el Pequeo tras meditar aquello un instante.Puedo quedarme con el pjaro? Me gusta mucho ese pjaro.Todo tuyo dijo Chett, slo para hacerlo callar.Si nos entra hambre, siempre nos lo podemos comer sugiri Lark.Ms vale que no se te ocurra comerte a mi pjaro, Lark dijo Paul el Pequeo,cabreado de nuevo. Ms te vale.Chett alcanz a or voces entre los rboles.Cerrad el pico de una puta vez. Ya estamos casi en el Puo.Salieron muy cerca de la ladera oeste de la colina y la rodearon hacia el sur, dondela cuesta era menos empinada. Cerca del linde del bosque, una docena de hombres seentrenaba con los arcos. Haban tallado figuras en los troncos de los rboles y lesdisparaban flechas.Mirad dijo Lark, un cerdo con un arco.El arquero ms cercano era Ser Cerdi en persona, el gordo que le haba quitado supuesto junto al maestre Aemon. Le bast ver a Samwell Tarly para enfurecerse. Lamejor vida que haba conocido fue cuando trabaj como mayordomo del maestreAemon. El anciano ciego no era muy exigente; adems, Clydas se ocupaba de la mayorparte de sus necesidades. Los deberes de Chett eran sencillos: limpiar la pajarera,encender las chimeneas, preparar alguna comida... Y Aemon no le haba pegado nunca.Se cree que puede llegar y echarme porque es de noble cuna y sabe leer. Pues alo mejor le digo que me lea el cuchillo antes de que le abra la garganta con l.Vosotros, seguid les dijo a los dems. Yo quiero ver esto.Los perros tiraban, ansiosos por irse con ellos en busca de la comida que creanque los esperaba en la cima. Chett dio un puntapi a la perra y eso los tranquiliz hastacierto punto.Observ desde los rboles cmo el gordo luchaba con un arco largo, tan alto comol, con la cara de bollo fruncida por la concentracin. Clavadas en la tierra, frente a l,haba tres flechas. Tarly coloc una en la cuerda, tens el arco, mantuvo la tensin uninstante mientras trataba de apuntar y solt. La flecha desapareci entre la vegetacin.Chett solt una carcajada, entre complacido y asqueado.No habr quien encuentre esa flecha y me echarn la culpa a m dijo EddTollett, el sombro escudero de pelo gris al que todos llamaban Edd el Penas. Siempreque se pierde algo me miran a m, desde aquella vez que perd mi caballo. Como sihubiera podido evitarlo. Era blanco y estaba nevando, qu queran?El viento le ha desviado la flecha dijo Grenn, otro de los amigos de LordNieve. Trata de mantener firme el arco, Sam.13 14. Pesa mucho se quej el chico obeso, pero dispar la segunda flecha de lamisma manera. Pas muy alto, atravesando las ramas a unos tres metros por encima delblanco. Creo que has acertado a una hoja de ese rbol dijo Edd el Penas. El otooya llega a toda velocidad, no hace falta que lo ayudes. Suspir. Y todos sabemosqu viene despus del otoo. Dioses, qu fro tengo. Dispara tu ltima flecha, Samwell,creo que se me est congelando la lengua y se me pega al paladar. Ser Cerdi baj el arco y Chett pens que iba a ponerse a berrear. Es muy difcil. Coloca la flecha, tensa y dispara dijo Grenn. Venga! Obediente, el chico obeso cogi de la tierra su ltima flecha, la coloc en el arcolargo, tens y dispar. Lo hizo con celeridad, sin bizquear al apuntar, como haba hecholas dos ocasiones anteriores. La flecha se clav en la parte inferior del pecho de lasilueta del rbol y se qued all, oscilando. Le he dado. Ser Cerdi pareca asombrado. Grenn, has visto? Mira, Edd,le he dado! Yo dira que entre las costillas anunci Grenn. Lo he matado? Quiz le habras pinchado un pulmn, si lo tuviera. Pero, como norma general,los rboles no tienen pulmones concluy Tollett al tiempo que se encoga dehombros. Retir el arco de manos de Sam y aadi: He visto tiros peores. Mos,inclusive. Ser Cerdi estaba radiante. Al mirarlo, cualquiera habra dicho que haba hechoalgo importante. Pero cuando vio a Chett con los perros la sonrisa se le desvaneci de lacara. Le has dado a un rbol dijo Chett. Veremos cmo disparas cuando se tratede los hombres de Mance Rayder. No van a quedarse ah con los brazos abiertos y lashojas susurrando, de eso nada. Irn hacia ti y te gritarn en la cara, y estoy seguro deque te mears en los calzones. Uno de ellos te clavar un hacha entre esos ojitos decerdo. Lo ltimo que oirs ser el ruido sordo que har al entrarte en el crneo. El chico obeso estaba temblando. Edd el Penas le puso una mano en el hombro. Hermano dijo con solemnidad, slo porque a ti te haya pasado eso noquiere decir que a Sam le vaya a suceder lo mismo. A qu te refieres, Tollett? Lo del hacha que te clavaron en el crneo. Es verdad que la mitad de los sesosse te quedaron esparcidos por el suelo y tus perros se los comieron? Grenn, un patn corpulento, se ech a rer, y hasta Samwell Tarly sonridbilmente. Chett dio una patada al perro ms cercano, tir de las trallas y comenz aascender la colina. Sonre todo lo que quieras, Ser Cerdi. Veremos quin re esta noche. Su nicodeseo era tener tiempo para matar tambin a Tollett. Un idiota agorero con cara decaballo, eso es lo que es. El ascenso era abrupto hasta en esa ladera del Puo, la que tena menos pendiente.A medio camino, los perros comenzaron a ladrar y tirar de l, creyendo que prontocomeran. En lugar de eso, les hizo probar sus botas, y un chasquido del ltigo fue larespuesta al animal enorme y feo que le lanz un mordisco. Tan pronto como los at fuea presentar su informe. Haba huellas, como dijo Gigante inform a Mormont delante de su grantienda negra, pero los perros no pudieron encontrar el rastro. Era ro abajo, quiz setratara de huellas antiguas. 14 15. Qu lstima. El Lord Comandante Mormont tena la cabeza calva y una granbarba gris y enmaraada, y su voz denotaba el mismo cansancio que su aspecto. Noshubiera venido bien un buen trozo de carne fresca.Carne... carne... carne repiti el cuervo de su hombro ladeando la cabeza.Podramos hacer un guiso con los condenados perros pens Chett, peromantuvo la boca cerrada hasta que el Viejo Oso le dio permiso para retirarse. Y staha sido la ltima vez que he tenido que inclinar la cabeza ante se, pens para susadentros con satisfaccin. Le pareca que haca cada vez ms fro, aunque hubierajurado que era imposible. Los perros se acurrucaron, lastimeros, sobre el duro cienocongelado, y Chett se sinti tentado a meterse entre ellos. Se limit a cubrirse la parteinferior del rostro con una bufanda negra de lana, dejando libre un pequeo espacio parala boca. Descubri que si se mova entraba un poco en calor, por lo que hizo un lentorecorrido por el permetro con un mazo de hojamarga, compartiendo una o dosmascadas con los hermanos negros que estaban de guardia mientras escuchaba lo que lecontaban. Ninguno de los hombres del turno de da entraba en sus planes; de todosmodos, crey que no le ira mal tener cierta idea de lo que pensaban.Lo que pensaban, bsicamente, era que haca un fro de mil demonios.A medida que las sombras se alargaban, se levantaba el viento. Cuando pasabaentre las piedras de la muralla circular emita un sonido agudo y dbil.Odio ese sonido dijo el pequeo Gigante, es como un beb en el bosqueque gime pidiendo leche.Cuando termin el recorrido y volvi donde estaban los perros, vio a Lark que loesperaba.Los oficiales estn otra vez en la tienda del Viejo Oso discutiendo algo conmucho inters.A eso se dedican, s dijo Chett. Todos son de noble cuna, todos menosBlane, y se emborrachan con palabras en lugar de con vino.El imbcil descerebrado sigue hablando del pjaro lo alert Lark; se le habaacercado y miraba en torno suyo para cerciorarse de que no haba nadie cerca. Ahorapregunta si hemos guardado algo de grano para el maldito bicho.Es un cuervo replic Chett. Come cadveres.El suyo quiz? pregunt Lark con una mueca.O el tuyo. A Chett le pareca que necesitaban ms al hombrn que a Lark.Deja de preocuparte por Paul el Pequeo. Haz tu parte, l har la suya.Cuando logr liberarse del de las Hermanas, el crepsculo avanzaba entre losrboles, y se sent a afilar su espada. Con los guantes puestos era un trabajo dursimo,pero no tena la menor intencin de quitrselos. Haca tanto fro que el tonto que tocaraacero con las manos desnudas perdera un trozo de piel.Los perros gimotearon cuando el sol se puso. Les ech agua y maldiciones.Falta media noche para que podis disfrutar de vuestro festn.Ya le llegaba el olor de la cena.Dywen estaba delante del fuego donde cocinaban cuando Chett recibi un pedazode pan y una escudilla de sopa de tocino y judas de manos de Hake, el cocinero.El bosque est demasiado silencioso deca el viejo forestal. No hay ranasjunto a ese ro, ni bhos en la noche. No haba odo nunca un bosque ms muerto queste.Esos dientes tuyos suenan bastante muertos dijo Hake.Dywen entrechoc los dientes de madera.Tampoco hay lobos. Antes haba, pero han desaparecido. Adnde creis que sehabrn ido?15 16. A algn sitio clido dijo Chett.De los ms de una docena de hermanos que estaban sentados en torno al fuego,cuatro eran de los suyos. Mientras coma, dedic a cada uno una mirada torva einquisitiva, para ver si alguno mostraba seales de vacilacin. El Daga pareca bastantetranquilo all sentado, afilando el arma como lo haca todas las noches. Y Donnel Hill elSuave era todo ancdotas jocosas y chistes. Tena los dientes blancos, los labios rojos ygruesos, y unos cabellos rubios ondulados que le caan sobre los hombros formando unahermosa cascada, y aseguraba ser hijo bastardo de un Lannister. Quiz lo fuera. Chettno tena la menor necesidad de chicos guapos ni tampoco de bastardos, pero Donnel elSuave pareca bastante competente.No estaba tan seguro respecto al guardabosques a quien los hermanos llamabanSerrucho, ms por sus ronquidos que por algo que tuviera que ver con los rboles. Enaquel mismo momento, pareca tan inquieto que quiz no volviera a roncar en la vida. YMaslyn estaba peor. Chett vea cmo le corra el sudor por la cara, a pesar del vientohelado. Las gotas de humedad brillaban a la luz de la hoguera, como pequeas joyasmojadas. Maslyn ni siquiera coma, se limitaba a contemplar la sopa como si su olorestuviera a punto de hacerlo vomitar.Tendr que vigilarlo, pens Chett.A formar! El grito repentino surgi de una docena de gargantas y sedifundi con rapidez por todos los rincones del campamento en la cima de la colina.Hombres de la Guardia de la Noche! A formar junto a la hoguera central!Con el ceo fruncido, Chett termin su racin de sopa y sigui a los dems.El Viejo Oso estaba delante del fuego junto con Smallwood, Locke, Wythers yBlane, que formaban una fila detrs de l. Mormont llevaba una capa de gruesa pielnegra, y el cuervo, posado sobre su hombro, se limpiaba las negras plumas.Esto no augura nada bueno. Chett se meti entre Bernarr el Moreno y unoshombres de la Torre Sombra. Cuando todos estuvieron reunidos, menos los vigilantesdel bosque y los que hacan guardia en la muralla circular, Mormont se aclar lagarganta y escupi. La saliva se congel antes de tocar el suelo.Hermanos! dijo. Hombres de la Guardia de la Noche!Hombres! grit su cuervo. Hombres! Hombres!Los salvajes estn bajando de las montaas, siguen el curso del Agualechosa.Thoren considera que su vanguardia estar sobre nosotros de aqu a diez das. Susexploradores ms experimentados van con Harma Cabeza de Perro en esa vanguardia.Los dems, o bien forman una fuerza de retaguardia, o avanzan muy cerca del propioMance Rayder. Sus combatientes se extienden por toda la lnea de avance en pequeosgrupos. Tienen bueyes, mulas, caballos... pero pocos. La mayora van a pie, apenas vanarmados y no estn entrenados. Las armas que llevan son ms bien de hueso y piedraque de acero. Transportan consigo la impedimenta: mujeres, nios, rebaos de cabras yovejas, adems de todas sus posesiones. En pocas palabras, aunque son numerosos, sonvulnerables... y no saben que estamos aqu. O, al menos, debemos rezar para que no losepan.Lo saben pens Chett. Puetero viejo, montn de carroa, lo saben, tancierto como que hay noche y da. Qhorin Mediamano no ha regresado, verdad? NiJarman Buckwell. Si han capturado a alguno, sabes muy bien que los salvajes ya debenhaberlos hecho cantar una o dos tonadas.Mance Rayder tiene la intencin de cruzar el Muro y llevar una guerrasangrienta a los Siete Reinos dijo Smallwood dando un paso adelante. Bien, a esotambin sabemos jugar nosotros. Maana le llevaremos la guerra.Al romper la aurora partiremos todos dijo el Viejo Oso, mientras un16 17. murmullo recorra la formacin. Iremos hacia el norte y daremos un rodeo hacia eloeste. La vanguardia de Harma habr dejado bien atrs el Puo cuando cambiemos dedireccin. Las estribaciones de los Colmillos Helados estn llenas de valles estrechos ysinuosos, ideales para emboscadas. Su columna se estirar a lo largo de muchoskilmetros. Caeremos sobre ellos en varios puntos a la vez y haremos que juren queramos tres mil, no trescientos. Los golpearemos con toda dureza y nos retiraremos antes de que sus jinetespuedan formar para enfrentarse a nosotros dijo Thoren Smallwood. Si nospersiguen, los obligaremos a que nos den caza largo rato, y despus giraremos yvolveremos a golpear la columna en un punto ms lejano. Quemaremos sus carros,dispersaremos sus rebaos y mataremos a tantos de ellos como podamos. Hasta almismsimo Mance Rayder, si nos tropezamos con l. Si se dispersan y vuelven a susguaridas, habremos ganado. Si no, los hostigaremos todo el camino hasta el Muro y nosaseguraremos de que dejen un rastro de cadveres tras ellos. Son miles grit alguien a espaldas de Chett. Todos moriremos. Era la voz de Maslyn, que estaba verde de miedo. Moriremos grazn el cuervo de Mormont, batiendo las alas negras,moriremos, moriremos. S, muchos de nosotros dijo el Viejo Oso. Quiz todos nosotros. Pero,como dijo otro Lord Comandante hace mil aos, se es el motivo por el que nos vistende negro. Recordad vuestro juramento, hermanos. Porque somos las espadas en laoscuridad, los vigilantes del muro... El fuego que arde contra el fro. Ser Mallador Locke desenvain su espadalarga. La luz que trae el amanecer respondieron otros, y muchas ms espadassalieron de sus fundas. Y de pronto todos desenvainaban, y haba trescientas espadas en el aire y lamisma cantidad de voces. El cuerno que despierta a los durmientes! gritaban. El escudo queprotege los reinos de los hombres! Chett no tuvo ms remedio que unir su voz a las de los dems. El aliento de loshombres llenaba el aire de vaho, y la luz de las hogueras se reflejaba en el acero. Lecomplaci ver que Lark, Piesligeros y Donnel Hill el Suave se unan a los gritos como sifueran tan idiotas como los dems. Eso estaba bien. No tena sentido llamar la atencincuando faltaba tan poco para que llegara su hora. Cuando los gritos cesaron, volvi a or el sonido del viento que azotaba la murallacircular. Las llamas temblaban y se arremolinaban, como si tambin tuvieran fro y, enel sbito silencio, el cuervo de Viejo Oso volvi a graznar. Moriremos dijo una vez ms. Listo, el pjaro, pens Chett mientras los oficiales los dispersaban,advirtindoles a todos que tomaran una buena cena y descansaran bien aquella noche.Chett se meti bajo sus pieles, junto a los perros, y le dio vueltas mentalmente a todo loque poda ir mal. Y si aquel maldito juramento haca que alguno cambiara de opinin?O si a Paul el Pequeo se le olvidaba e intentaba matar a Mormont durante la segundaguardia, y no durante la tercera? Y si Maslyn se acobardaba, alguien los delataba o...? Se descubri prestando atencin a los sonidos de la noche. Era verdad, el vientosonaba como los gemidos de un beb, y de vez en cuando oa voces humanas, elrelincho de un caballo, un tronco que chisporroteaba en la hoguera... Pero nada ms.Demasiada quietud. Visualiz el rostro de Bessa flotando delante de l. 17 18. No era el cuchillo lo que quera meterte quiso decirle. Recog flores para ti,rosas silvestres, atanasias, tulipanes dorados... Me llev toda la maana. El corazn lelata como un tambor, tan alto que tema despertar al campamento. El hielo le endurecala barba alrededor de la boca. Por qu pas aquello con Bessa? Antes, cada vez quepensaba en ella era nicamente para recordar el aspecto que tena al morir. Qu leestaba sucediendo? Apenas poda respirar. Se haba dormido? Se incorpor sobre lasrodillas y algo hmedo y fro le toc la nariz. Chett mir hacia arriba. Nevaba. No es justo habra querido gritar. Sinti cmo las lgrimas se le congelaban enlas mejillas. La nieve echara a perder todo aquello por lo que haba trabajado, susminuciosos planes. Era una nevada copiosa, gruesos copos caan a su alrededor. Cmohallaran sus depsitos de alimentos bajo la nieve o el sendero de cazadores quepretendan seguir hacia el este?. Si huimos por la nieve recin cada no necesitarn aDywen ni a Bannen para darnos caza. Y la nieve ocultaba el relieve del terreno, sobretodo de noche. Un caballo poda tropezar en una raz o partirse una pata en una roca.Estamos acabados comprendi. Acabados antes de empezar. Estamos perdidos. No habra vida seorial para el hijo del de las sanguijuelas, no habra un torren quepudiera llamar suyo, ni esposas ni coronas. Slo la espada de un salvaje clavada en lastripas, y despus una tumba sin nombre. La nieve me lo ha quitado todo... la malditanieve... Nieve, eso era lo que lo haba arruinado en una ocasin. Nieve y su amigo cerdito. Chett se levant. Tena las piernas rgidas, y los copos de nieve habantransformado las hogueras distantes en un vago resplandor anaranjado. Se senta comosi lo estuviera atacando una nube de insectos plidos y fros. Se le asentaban sobre loshombros y la cabeza, se le metan en la nariz y los ojos... Con una maldicin se lossacudi. Samwell Tarly record. Al menos puedo ocuparme de Ser Cerdi. Se cubriel rostro con la bufanda, se coloc el capuchn y comenz a cruzar el campamentohacia el sitio donde dorma el cobarde. La nieve caa con tal intensidad que se perdi entre las tiendas, pero finalmentedio con el pequeo refugio contra el viento que el chico obeso se haba construido entreuna roca y las jaulas de los cuervos. Tarly estaba enterrado bajo un montculo defrazadas de lana negra y gruesas pieles. La nieve estaba a punto de cubrirlo. Tena elaspecto de una montaa de suaves redondeces. El acero susurr sobre el cuero con lalevedad de la esperanza cuando Chett desenfund la daga. Uno de los cuervos grazn. Nieve mascull otro, mirando a travs de los barrotes con sus ojos negros. Nieve aadi el primero. Pas junto a ellos, colocando cada pie con cuidado. Cubrira con la manoizquierda la boca del gordo para ahogar sus gritos y... Uuuuuuuuuuuooooooooo. Se detuvo con un pie en alto y ahog una maldicin cuando el sonido del cuernovibr a travs del campamento, lejano y dbil, pero inconfundible. Ahora, no. Malditos sean los dioses, ahora no! El Viejo Oso haba apostadoobservadores a cierta distancia en un anillo de rboles en torno al Puo, para que dieranla alarma si se acercaba el enemigo. Jarman Buckwell est de vuelta de la Escaleradel Gigante supuso Chett, o ser Qhorin Mediamano, que regresa del PasoAullante. Un toque del cuerno significaba el regreso de hermanos. Si se trataba delMediamano, Jon Nieve estara con l, vivo. Sam Tarly se sent, con los ojos hinchados, y mir confuso la nieve. Los cuervosgraznaban muy alto, aun as Chett alcanzaba a or los gemidos de sus perros.18 19. La mitad del campamento de mierda se ha despertado. Cerr los dedos,enfundados en el guante, en torno a la empuadura de la daga mientras esperaba a queel sonido se apagara. Pero apenas se haba silenciado, cuando volvi a orse, ms alto yms largo.Uuuuuuuuuuuuuuooooooooooooooo.Dioses oy gimotear a Sam Tarly.El chico obeso se arrodill, con los pies enredados en la capa y las frazadas. Lasapart de una patada y extendi la mano en busca de una cota de mallas que habacolgado de una roca cercana. Cuando meti la cabeza y se retorci hasta ponrsela, notla presencia de Chett, que estaba all de pie.Ha sonado dos veces? pregunt. He soado que oa dos toques.No ha sido un sueo dijo Chett. Dos toques para convocar la Guardia a lasarmas. Dos toques que significan enemigo que se aproxima. All afuera hay un hachacon la palabra Cerdi escrita en ella, gordo. Dos toques quieren decir salvajes. Elterror de aquella enorme cara de bollo hizo que sintiera ganas de rer. Que se vayantodos a los siete infiernos. Que le den por culo a Harma. Que le den por culo a ManceRayder. Que le den por culo a Smallwood, dijo que no llegaran aqu antes de...Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuooooooooooooooooooooo.El sonido sigui y sigui, hasta parecer que no iba a terminar nunca. Los cuervosaleteaban, graznaban, revoloteaban dentro de sus jaulas y chocaban contra los barrotes,y por todo el campamento se levantaban los hermanos de la Guardia de la Noche, seponan las armaduras, se cean los cinturones de los que colgaban las espadas yechaban mano a los arcos y hachas de batalla. Samwell Tarly estaba de pie, temblando,con el rostro del mismo color de la nieve que se arremolinaba en torno a ellos.Tres chill, dirigindose a Chett, han sido tres, he odo tres. No han tocadotres nunca. Jams, en miles y miles de aos. Tres significa...Los Otros.Chett emiti un sonido a medio camino entre una risa y un sollozo, y de repente laropa interior se le moj, sinti cmo la orina le corra piernas abajo y vio el vapor quesuba de la parte delantera de sus calzones.19 20. JAIMEUn soplo de viento del este, tan suave y que ola tan bien como los dedos de Cersei, lerevolvi el cabello enmaraado. Oa el canto de los pjaros y vea el ro que flua bajo lanave mientras el impulso de los remos los llevaba hacia la plida aurora rosada.Despus de tanto tiempo en la oscuridad, el mundo era tan hermoso que Jaime Lannisterse sinti mareado.Estoy vivo y ebrio de luz del sol. Una carcajada se le escap de los labios,sbita como una codorniz espantada de su escondite.Silencio refunfu la mujer, con el ceo fruncido.Ese gesto era ms propio de su rostro ancho y basto que la sonrisa, aunque Jaimeno la haba visto sonrer nunca. Se entretuvo imaginndosela con una de las tnicas deseda de Cersei, en lugar de su justillo de cuero acolchado. Sera lo mismo vestir deseda a una vaca que a esta mujer.Pero la vaca remaba bien. Bajo sus calzones pardos de tela basta haba pantorrillascomo troncos, y los largos msculos de los brazos se le flexionaban y tensaban con cadamovimiento de los remos. Incluso despus de pasar remando la mitad de la noche, lamoza no mostraba sntomas de cansancio, cosa que no poda decirse de Ser Cleos, susobrino, que llevaba el otro remo. Tiene el aspecto de una moza campesina, aunquehabla como si fuera de noble cuna y lleva espada larga y una daga. Pero... sabrusarlas? Jaime tena la intencin de aclarar ese punto tan pronto como pudiera liberarsede aquellos grilletes.Llevaba esposas de hierro en las muecas, y grilletes en los tobillos, unidos poruna pesada cadena de un par de palmos de largo.Cualquiera dira que no os basta mi palabra de Lannister brome mientras loencadenaban.En aquel momento estaba muy borracho gracias a Catelyn Stark. Slo recordabafragmentos sueltos de su huida de Aguasdulces. Haban tenido algunos problemas conel carcelero, pero la moza se haba impuesto. Despus, haban subido por una escalerainterminable, dando vueltas y ms vueltas. Jaime senta las piernas tan endebles como lahierba y tropez dos o tres veces antes de que la moza le ofreciera el brazo como apoyo.En un momento dado le pusieron una capa de viaje y lo echaron al fondo de un esquife.Record or cmo Lady Catelyn le ordenaba a alguien que levantara la rejilla de laPuerta del Agua. Declar, en tono que no admita discusiones, que enviaba a Ser CleosFrey de vuelta a Desembarco del Rey con nuevas condiciones para la reina.En aquel momento debi de quedarse dormido. El vino le haba dado sueo y erauna delicia estirarse, un lujo que las cadenas del calabozo no le haban permitido. Hacamucho tiempo que Jaime haba aprendido a echar una cabezada sobre la silla de montardurante la marcha; aquello no resultaba ms duro.Tyrion se va morir de risa cuando le cuente cmo me qued dormido durante mipropia fuga. Pero ya estaba despierto y los grilletes le resultaban un poco molestos.Mi seora dijo en voz alta, si me quitis estas cadenas, har vuestro turnocon los remos.Ella frunci de nuevo aquel rostro, todo dientes de caballo y suspicacia.Llevaris las cadenas, Matarreyes.20 21. Creis que vais a poder remar todo el trayecto hasta Desembarco del Rey,moza? Me llamaris Brienne. No moza. Y yo me llamo Ser Jaime. No Matarreyes. Negis que habis matado a un rey? No. Negis vuestro sexo? Si es as, quitaos los calzones y demostrdmelo. Le dedic una sonrisa inocente. Os pedira que os abrierais la blusa, pero a juzgar porvuestro aspecto, eso no demostrara gran cosa. Primo, s ms corts lo increp Ser Cleos, mirndolo molesto. ste tiene poca sangre Lannister. Cleos era hijo de su ta Genna y de aquelidiota de Emmon Frey, que haba vivido aterrorizado por Lord Tywin Lannister desde elda en que se cas con su hermana. Cuando Lord Walder Frey llev a Los Gemelos a laguerra en el bando de Aguasdulces, Ser Emmon haba preferido mantenerse fiel a suesposa antes que a su padre. Roca Casterly se qued con la peor parte en aquel trato,reflexion Jaime. Ser Cleos pareca una comadreja, combata como un ganso y tena elcoraje de una oveja particularmente valiente. Lady Stark haba prometido liberarlo sientregaba aquel mensaje a Tyrion, y Ser Cleos haba jurado con toda solemnidad que lohara. Todos haban negociado en aquella celda y haban hecho juramentos, Jaime msque nadie. Aqul era el precio que pona Lady Catelyn para liberarlo. Le puso en elcuello la punta de la espada larga de la moza. Jura exigi que nunca ms empuars las armas contra los Stark o losTully. Jura que obligars a tu hermano a honrar su juramento de devolverme a mis hijassanas y salvas. Jralo por tu honor de caballero, por tu honor de Lannister, por tu honorcomo Hermano Juramentado de la Guardia Real. Jralo por la vida de tu hermana, la detu padre, la de tu hijo, por los dioses antiguos y los nuevos, y te mandar de vuelta contu hermana. Nigate, y ver manar tu sangre. Record el pinchazo del acero a travs de los harapos cuando ella hizo girar lapunta de la espada. Me pregunto qu opinar el Septon Supremo sobre la inviolabilidad de losjuramentos cuando uno est totalmente borracho, encadenado a una pared y con unaespada en el pecho. No se trataba de que Jaime se preocupara de veras por aquel fraudeflagrante ni por los dioses a los que deca adorar. Recordaba el balde que Lady Catelynhaba pateado en su celda. Extraa mujer, que confiaba sus hijas a un hombre cuyohonor era pura mierda. Aunque, en realidad, no depositaba mucha confianza en l.Pone todas sus esperanzas en Tyrion, no en m. Quiz no sea tan estpida al fin y al cabo dijo en voz alta. Su celadora lo entendi mal. No soy estpida. Ni sorda. Fue corts; burlarse de ella en esas circunstancias era tan fcil que no suponaninguna diversin. Hablaba para mis adentros y no estaba pensando en vos. Es un hbito que seadquiere con facilidad en una celda. Ella lo mir con el ceo fruncido, mientras llevaba los remos adelante y atrs, y denuevo adelante, sin decir nada. Tiene tanta facilidad de palabra como belleza en el rostro. Por tu forma de hablar, colijo que eres de noble cuna. Mi padre es Selwyn de Tarth, seor del Castillo del Atardecer por la gracia delos dioses. Hasta aquella respuesta le fue dada de mala gana.21 22. Tarth dijo Jaime. Una enorme roca lgubre en el mar Angosto, si mal norecuerdo. Y ha jurado fidelidad a Bastin de Tormentas. Por qu sirves a Robb deInvernalia? A quien sirvo es a Lady Catelyn. Y ella me dio la orden de llevaros sano ysalvo con vuestro hermano Tyrion en Desembarco del Rey, no de gastar palabras convos. Manteneos en silencio. He tenido un hartazgo de silencio, mujer. Hablad entonces con Ser Cleos. No desperdicio palabras con monstruos. Hay monstruos por aqu? Jaime solt una carcajada estrepitosa. Seesconden quiz bajo las aguas? O entre esos sauces? Y yo sin mi espada! Un hombre que viola a su hermana, asesina a su rey y empuja a la muerte a unnio inocente no se merece otro nombre. Inocente? El cro del demonio nos estaba espiando. Todo lo que Jaime habadeseado era una hora a solas con Cersei. El viaje de ambos al norte haba sido untormento prolongado; la vea todos los das sin posibilidad de tocarla y saba que Robertcaa borracho en la cama de ella cada noche dentro de aquella chirriante casa conruedas. Tyrion haba hecho todo lo posible para mantenerlo de buen humor, pero nohaba bastado. Tendris que ser ms corts en lo que respecta a Cersei, moza le advirti. Me llamo Brienne, no moza. Y qu os importa cmo os llame un monstruo? Me llamo Brienne repiti ella, terca como una mula. Lady Brienne? La moza hizo tal mueca de incomodidad que Jaime percibiun punto dbil. O tal vez os gustara ms que os llamara Ser Brienne? Se ech arer. No, me temo que no. Se puede equipar una vaca lechera con ataharre, capizana ytestera, y cubrirla con un manto de seda, pero eso no significa que se pueda montar parair a la batalla. Primo Jaime, por favor, no debes hablar con tanta rudeza. Bajo la capa, SerCleos llevaba un chaleco con los torreones gemelos de la Casa Frey y el len dorado delos Lannister. Tenemos un largo viaje por delante, no debemos pelear entre nosotros. Cuando yo peleo, lo hago con una espada, primo. Estaba conversando con ladama. Decidme, moza, todas las mujeres de Tarth son tan bastas como vos? Si es as,siento lstima por los hombres. Quiz no sepan cmo es una mujer de verdad, puesviven en una montaa lgubre en el mar. Tarth es hermoso gru la mujer, entre golpes de remo. La llaman la IslaZafiro. Callad de una vez, monstruo, a no ser que queris que os amordace. A ella no le dices que sea ms corts, primo? pregunt Jaime a Ser Cleos.Aunque la verdad es que tiene mucho valor, de eso no cabe duda. No son muchos loshombres que se atreven a llamarme monstruo a la cara. Aunque a mis espaldas hablan con toda libertad, eso no lo dudo. Ser Cleos solt una tosecita nerviosa. Lady Brienne ha odo todas esas mentiras de boca de Catelyn Stark, sin duda.Los Stark no pueden derrotarte con la espada y por eso ahora hacen la guerra conpalabras ponzoosas. Ya me han derrotado con la espada, cretino sin carcter. Jaime le dedic unasonrisa cmplice. Los hombres leen cualquier cosa en una sonrisa de complicidad,siempre que el otro se lo permita. Se habr tragado el primo Cleos todo este montnde mierda, o est intentando congraciarse? Qu tenemos aqu, un cabeza de chorlitosincero o un lameculos? Cualquiera que crea segua Ser Cleos con su chchara sin sentido que un22 23. Hermano Juramentado de la Guardia Real hara dao a un nio no sabe qu es el honor. Lameculos. A decir verdad, Jaime haba llegado a lamentar el haber arrojado aBrandon Stark por aquella ventana. Ms tarde, cuando el nio se haba negado a morir,Cersei no haba dejado de reprochrselo. Tena siete aos, Jaime le echaba en cara. Aunque hubiera entendido loque vio, lo hubiramos podido asustar para que se callara. No pens que quisieras... T nunca piensas. Si el nio despierta y le dice a su padre lo que vio... Si, si, si... La haba hecho sentarse en su regazo. Si despierta, diremos queestaba soando o que es un mentiroso, y en el peor de los casos, matar a Ned Stark. Y qu crees que hara Robert? Que Robert haga lo que quiera. Si es necesario, ir a la guerra contra l. Losbardos la llamarn La guerra por el coo de Cersei. Sultame, Jaime. Enojada, se debati para ponerse en pie. En lugar de soltarla, la haba besado. Ella se resisti un momento, pero acontinuacin entreabri la boca bajo la del hombre. l recordaba el sabor de su lengua,a vino y clavo de olor. Ella tembl. La mano de l baj a la blusa y, de un tirn, rasg laseda hasta liberarle los pechos, y durante un rato se olvidaron del nio de los Stark. Se habra preocupado Cersei por lo del nio con posterioridad y habra pagado alhombre del que hablara Lady Catelyn para asegurarse de que no despertara nunca? Si lo hubiera querido ver muerto, me habra enviado a m. Y no es propio de ellacontratar a un matn que convirti un asesinato en un desastre de primera. Ro abajo, el sol naciente haca brillar la superficie del agua azotada por el viento.La ribera sur era de arcilla roja, lisa como un camino. Pequeos torrentes alimentaban lacorriente principal, y los troncos podridos de rboles hundidos parecan aferrarse a lasorillas. La ribera norte era ms agreste. Altos acantilados de roca se elevaban seismetros por encima de sus cabezas, coronados por hayas, robles y castaos. Jaimedistingui una atalaya en los cerros que tenan por delante y que crecan a cada golpe deremo. Mucho antes de que llegaran a su altura comprendi que estaba abandonada, conlas gastadas piedras cubiertas por rosales trepadores. Cuando el viento cambi de direccin, Ser Cleos ayud a la moza a izar la vela,un tringulo rgido de lona a rayas rojas y azules. Los colores de Tully, seguro quetendran contratiempos si se tropezaban en el ro con fuerzas de los Lannister, pero erala nica vela con la que contaban. Brienne agarr el timn. Jaime ech fuera la orza dederiva mientras sus cadenas tintineaban con cada uno de sus movimientos. Al momento,la velocidad de la nave aument pues el viento y la corriente favorecan su avance. Podramos ahorrarnos buena parte del viaje si me llevarais con mi padre enlugar de con mi hermano apunt. Las hijas de Lady Catelyn estn en Desembarco del Rey. Volver con las niaso no volver. Primo, prstame tu cuchillo dijo Jaime al tiempo que se volva hacia SerCleos. No. La mujer se puso tensa. No permitir que tengis un arma. Su vozera tan inconmovible como la roca. Me teme, aunque lleve grilletes. Cleos, me parece que tendr que pedirte que me afeites. Djame la barba, perorpame la cabeza. Te afeito la cabeza? pregunt Cleos Frey. En el reino se conoce a Jaime Lannister como un caballero sin barba, de melenadorada. Un hombre calvo con barba amarilla sucia no llamar la atencin de nadie.23 24. Prefiero que no me reconozcan cuando llevo cadenas. La daga no estaba tan afilada como habra sido conveniente. Cleos se abri paso atajos valientemente por la maraa de pelo. Los rizos dorados que tiraba por la bordaflotaban sobre la superficie del agua y se quedaban cada vez ms a popa. Cuando losmechones desaparecieron, un piojo comenz a descenderle por el cuello. Jaime lo atrapy lo aplast contra la ua del pulgar. Ser Cleos le retir algunos ms del cuero cabelludoy los lanz al agua. Jaime se remoj la cabeza e hizo que Ser Cleos afilara la hoja antesde permitirle afeitar los ltimos restos de pelo. Cuando termin, hizo que le recortara labarba. El reflejo en el agua era el de un hombre al que no conoca. No slo estaba calvo,sino que adems pareca haber envejecido cinco aos en aquella mazmorra; tena elrostro ms afilado, con los ojos muy hundidos y arrugas que no recordaba. As no me parezco tanto a Cersei. No le va a hacer ninguna gracia. Hacia medioda, Ser Cleos se qued dormido. Sus ronquidos sonaban como lallamada de los patos en celo. Jaime se estir para ver cmo el mundo flua a sualrededor; despus de la oscura celda, cada roca y cada rbol eran una maravilla. Vio pasar varias chozas pequeas, erigidas sobre altos troncos que les dabanaspecto de grullas. No haba ni rastro de la gente que viva en ellas. Los pjaros volabanpor encima de sus cabezas o piaban desde los rboles que crecan a lo largo de la ribera,y Jaime distingui un pez plateado que cortaba el agua. La trucha de los Tully, mal presagio, pens, hasta que vio algo peor, uno de lostroncos flotantes que pas a su lado result ser un hombre muerto, hinchado ydesangrado, con ropas del inconfundible carmes de los Lannister. Se pregunt si elcadver sera el de alguien a quien haba conocido. Las forcas del Tridente eran la va ms fcil para transportar bienes o personas porlas tierras ribereas. En tiempos de paz se hubieran tropezado con pescadores en susesquifes, barcazas de grano impulsadas con prtigas que iban corriente abajo,mercaderes que vendan agujas y retales desde sus tiendas flotantes, quiz incluso unabarca de actores, pintada de colores vivos, con velas multicolores, siempre ro arriba, dealdea en aldea y de castillo en castillo. Pero la guerra se haba cobrado un alto precio. Dejaron atrs aldeas, pero novieron aldeanos. Una red vaca, cortada y hecha jirones, colgaba de unos rboles comonico indicio de que hubiera habido pescadores. Una chica joven que abrevaba a sucaballo desapareci a toda prisa tan pronto divis su vela. Ms tarde pasaron ante unadocena de campesinos que cavaban en un campo al pie de los restos de una torrecalcinada. Los hombres los miraron con ojos apagados y retornaron a sus laborescuando llegaron a la conclusin de que el esquife no era una amenaza. El Forca Roja era ancho y lento, un ro sinuoso lleno de curvas y meandros, conisletas cubiertas de vegetacin, interrumpido a menudo por bancos de arena y contocones que asomaban apenas de la superficie del agua. Sin embargo, Brienne parecatener una vista muy aguda para los obstculos, y siempre encontraba un paso. CuandoJaime le dedic un cumplido por su conocimiento del ro, ella lo mir con suspicacia. No conozco el ro dijo. Tarth es una isla y aprend a manejar los remos ylas velas antes que a montar a caballo. Dioses, me duelen los brazos se quej Ser Cleos mientras se sentaba y sefrotaba los ojos. Espero que el viento dure bastante. Olfate el aire. Huelo alluvia. A Jaime le apeteca un buen chaparrn. Las mazmorras de Aguasdulces no eran ellugar ms pulcro de los Siete Reinos. En aquel momento deba de oler a queso podrido. Humo dijo Cleos mirando ro abajo con los ojos entrecerrados.24 25. Una delgada columna gris se retorca en la distancia. Se elevaba al sur, a varioskilmetros, en la ribera izquierda, girando y oscilando. Conforme se acercaron, Jaimepudo distinguir en su base los restos an ardientes de una gran edificacin y un roblelleno de mujeres muertas. Los cuervos apenas haban comenzado a picotear los cadveres. Las cuerdas finasse clavaban profundamente en la carne blanda de las gargantas, y cuando soplaba elviento los cuerpos giraban y se balanceaban. Esto es una villana dijo Brienne cuando estuvieron suficientemente cercapara verlo todo con claridad. Ningn autntico caballero hubiera aprobado esacarnicera. Los autnticos caballeros ven cosas peores cada vez que van a la guerra, mozadijo Jaime. Y hacen cosas peores, ya lo creo. Brienne hizo girar la embarcacin hacia la orilla. No dejar que ningn inocente sea pasto de los cuervos. Sois una moza desalmada. Los cuervos tambin tienen que comer. Regresa alro y deja en paz a los muertos, mujer. Atracaron un poco ms adelante de donde el gran roble se inclinaba sobre lasaguas. Mientras Brienne arriaba la vela, Jaime sali del esquife, movindose condificultad a causa de las cadenas. El agua del Forca Roja le llenaba las botas y loempapaba a travs de los calzones harapientos. Entre risas, cay de rodillas, sumergi lacabeza en el agua y se levant, empapado y chorreando. Tena las manos sucsimas, ycuando se las frot en la corriente hasta dejarlas limpias, las vio ms delgadas y plidasde lo que recordaba. Cuando se incorpor, sinti las piernas rgidas e inestables. He pasado demasiado tiempo en la maldita mazmorra de Hoster Tully. Brienne y Cleos arrastraron el esquife hasta la orilla. Los cuerpos colgaban porencima de sus cabezas como fruta podrida que la muerte haba madurado en exceso. Uno de nosotros tendr que cortar las cuerdas dijo la moza. Yo subir. Jaime sali a la orilla, tintineando. Quitadme las cadenas. La moza miraba hacia arriba, a una de las mujeres muertas. Jaime se le acerc, apasitos cortos, los nicos que permita aquella cadena de un par de palmos. Cuando vioel tosco letrero que colgaba del cuello del cadver ms alto, sonri. Se acuestan con leones, ley para s. Es bien cierto, mujer, no ha sido una accin nada caballeresca... Pero la haprotagonizado vuestro bando, no el mo. Me pregunto quines seran estas mujeres. Mozas de taberna dijo Ser Cleos Frey. Esto era una posada, ahora meacuerdo. Varios hombres de mi escolta pasaron la noche aqu la ltima vez que fuimos aAguasdulces. Del edificio slo quedaban los cimientos de piedra y un caos de vigas cadas,totalmente carbonizadas. De las cenizas todava sala humo. Jaime dejaba los burdeles y las putas para su hermano Tyrion. Cersei era la nicamujer que haba deseado en su vida. Al parecer, las chicas complacieron a algunos soldados de mi seor padre.Quiz les dieron de comer y de beber. As se ganaron su collar de traidoras, con un besoy una jarra de cerveza. Examin el ro, arriba y abajo, para cerciorarse de que estabansolos. Estas tierras son de los Bracken. Lord Jonos debe de haber dado la orden deque las mataran. Mi padre quem su castillo, me temo que no nos tendr mucho cario. Debe de ser un trabajito de Marq Piper dijo Ser Cleos. O de BericDondarrion, ese bandido del bosque, aunque he odo que slo mata a soldados. Nosera una banda de norteos de Roose Bolton? Mi padre derrot a Bolton en el Forca Verde. 25 26. Pero no lo elimin dijo Ser Cleos. Regres al sur cuando Lord Tywinmarch contra los vados. En Aguasdulces se contaba que le haba arrebatado Harrenhala Ser Amory Lorch. A Jaime no terminaba de gustarle el cariz que estaba tomando aquello. Brienne dijo, apelando a la cortesa del nombre con la esperanza de que loescuchara, si Lord Bolton domina Harrenhal, lo ms probable es que el Tridente y elcamino real estn vigilados. Crey ver un atisbo de vacilacin en los enormes ojos azules de la moza. Estis bajo mi proteccin. Tendrn que matarme. No creo que eso les suponga un problema de conciencia. Peleo tan bien como vos dijo ella, a la defensiva. Yo estaba entre los sieteelegidos del rey Renly. Me puso personalmente la seda a rayas de la Guardia Arcoiris. La Guardia Arcoiris? Vos y otras seis chicas, no? Un bardo dijo en ciertaocasin que todas las chicas parecen bellas cuando se visten de seda... pero no osconoca, verdad? El rostro de la mujer enrojeci. Tenemos tumbas que cavar. Camin hacia el roble y comenz a trepar. Las ramas ms bajas del rbol eran lo bastante grandes para que pudiera ponersede pie sobre ellas mientras se abrazaba al tronco. Camin entre las hojas con la daga enla mano mientras liberaba los cadveres. Los cuerpos cayeron, rodeados por enjambresde moscas; con cada uno que dejaba caer el hedor aumentaba. Es tomarse demasiado trabajo por unas putas se quej Ser Cleos. Con quse supone que vamos a cavar? No tenemos palas, y no pienso usar mi espada ni... Brienne lanz un grito. En lugar de bajar por el tronco, se dej caer. Al bote. Deprisa. He visto una vela. Se apresuraron todo lo que les fue posible, aunque Jaime apenas poda correr y suprimo tuvo que tirar de l para meterlo en el esquife. Brienne se impuls con un remo eiz la vela a toda velocidad. Ser Cleos, necesito que remis conmigo. Hizo lo que le ordenaban. El esquife comenz a cortar el agua con ms celeridad;la corriente, el viento y los remos trabajaban en su favor. Jaime permaneca sentado yencadenado mirando ro arriba. Lo nico que se divisaba era el extremo superior de laotra vela. Segn las curvas del Forca Roja, pareca estar ms all de los campos,movindose hacia el norte tras una muralla de rboles, mientras ellos iban hacia el sur,pero saba que se trataba de una sensacin engaosa. Levant ambas manos paraprotegerse los ojos. Rojo cieno y azul aguado anunci. Brienne abra y cerraba la enorme boca sin emitir sonido alguno, eso le daba elaspecto de una vaca rumiando el pasto. Ms deprisa, ser. La posada desapareci pronto a sus espaldas y tambin perdieron de vista la puntade la vela, pero eso no quera decir nada. Cuando los perseguidores dieran la vuelta alrecodo se haran visibles de nuevo. Es de esperar que los caballerosos Tully se detengan a enterrar a las putasmuertas. A Jaime, la perspectiva de volver a su celda no le resultaba atractiva. Seguro que a Tyrion se le ocurrira algo genial en este momento, pero a m lonico que se me ocurre es atacarlos con una espada. Durante casi una hora jugaron al escondite con los perseguidores, mientras sedeslizaban por los recodos o entre isletas frondosas. Y cuando comenzaban a tener 26 27. esperanzas de que, de alguna manera, haban logrado eludir la persecucin, la veladistante volvi a hacerse visible. Ser Cleos dej de remar. Que los Otros se los lleven dijo, secndose el sudor de la frente. Remad! orden Brienne. Lo que nos persigue es una galera fluvial anunci Jaime despus deescudriar un rato. A cada golpe de remo pareca hacerse ms grande. Nueve remos acada lado, lo que quiere decir dieciocho hombres. Ms, si llevan soldados adems deremeros. Y su vela es ms grande que la nuestra. No podemos escapar. Has dicho dieciocho? pregunt Ser Cleos, se haba quedado paralizado conel remo en la mano. Seis para cada uno de nosotros. Yo me encargara de ocho, pero estos brazaletesme molestan un poco. Jaime levant las muecas. A no ser que Lady Brienne tengala bondad de quitrmelos. Ella no le prest atencin y puso todo su esfuerzo en bogar. Tenamos media noche de ventaja sobre ellos dijo Jaime. Han estadoremando desde el amanecer, dejando descansar dos remos por turno. Deben de estaragotados. En este momento, la vista de nuestra vela les ha dado nuevos nimos, pero noles durarn. No tendremos problemas para matar a muchos de ellos. Pero... Ser Cleos trag en seco. Son dieciocho. Por lo menos. Lo ms probable es que sean veinte o veinticinco. No podemos derrotar a dieciocho gimi Ser Cleos. Acaso dije que los derrotaramos? Lo mejor que nos puede pasar es morir conla espada en la mano. Era totalmente sincero. Jaime Lannister no haba temido nunca a la muerte. Brienne dej de remar. El sudor le haba pegado en la frente algunos mechonescolor lino, y con la cara que pona estaba ms fea que nunca. Estis bajo mi proteccin dijo, con la voz tan iracunda que era casi un rugido. Ante tanta ferocidad Jaime no tuvo ms remedio que echarse a rer. Es como un mastn con tetas pens. O lo sera, de tener tetas. Entonces protegedme, moza. O liberadme para que pueda protegerme a mmismo. La galera, una gran liblula de madera, se deslizaba a toda velocidad ro abajo. Elagua en torno a ella se tornaba blanca ante la furia de los remos. Acortaba distancias demanera visible y, a medida que se aproximaba, los hombres se agrupaban en la cubiertade proa. En las manos se les vean destellos metlicos y Jaime alcanz a distinguir losarcos. Arqueros. Detestaba a los arqueros. En la proa de la galera se hallaba de pie un hombre robusto de cabeza calva, cejasmuy pobladas y brazos musculosos. Sobre la cota llevaba un jubn blanco manchado,con un sauce llorn bordado en verde plido, pero se sujetaba la capa con un broche enforma de trucha plateada. El capitn de la guardia de Aguasdulces. En su da, Ser Robin Ryger haba sidoun luchador de notable tenacidad, pero su tiempo haba pasado, tena la misma edad queHoster Tully y haba envejecido junto a su seor. Cuando los botes estaban a cuarenta metros de distancia, Jaime ahuec las manosen torno a la boca para que se le oyera mejor. Vens a desearme buenos vientos, Ser Robin? Vengo a llevarte de vuelta, Matarreyes vocifer a su vez Ser Robin Ryger.Cmo has perdido tu cabellera dorada? Espero cegar a mis enemigos con el brillo de mi calva. Con vos ha funcionado 27 28. bastante bien. Ser Robin no pareca divertido. La distancia entre el esquife y la galera disminuya treinta y cinco metros. Soltad los remos y tirad vuestras armas al ro, y nadie resultar herido. Jaime, dile que nos ha liberado Lady Catelyn... dijo Ser Cleos volvindose.Un intercambio de prisioneros, algo permitido por la ley... Jaime lo dijo, pero no sirvi de nada. Catelyn Stark no manda en Aguasdulces grit Ser Robin en respuesta. Cuatroarqueros formaron a cada uno de sus lados, dos de pie y dos de rodillas. Tiradvuestras espadas al agua. No tengo espada replic Jaime, pero si la tuviera, te la clavara en lastripas y les rebanara las pelotas a esos cuatro cobardes. Le respondieron con varios flechazos. Uno se clav en el mstil, otros dosatravesaron la vela y el cuarto pas a un palmo de Jaime. Otro de los anchos recodos del Forca Roja apareci delante de ellos. Briennelade el esquife en la curva. La verga oscil cuando giraron, y la vela chasque alllenarse de viento. Haba una isla grande en mitad de la corriente; el canal principal ibapor su derecha. A la izquierda haba un atajo que pasaba entre la isla y los altosacantilados de la ribera norte. Brienne movi el timn y el esquife vir a la izquierda,con la vela tremolando. Jaime le observ los ojos. Ojos bonitos y serenos pens. Saba interpretar la mirada de una persona ysaba qu aspecto tena el miedo. Est llena de decisin, no de desesperacin. A veinticinco metros por detrs de ellos, la galera entraba en el recodo. Ser Cleos, tomad el timn orden la moza. Matarreyes, coged un remo ymantenednos lejos de las rocas. Como ordene mi seora. Un remo no era una espada, pero la pala poda romperle la cara a un hombre si elgolpe llevaba suficiente impulso, y la caa servira para detener una estocada. Ser Cleos puso el remo en la mano de Jaime y se traslad a popa. Cruzaron lapunta de la isla y giraron bruscamente hacia el atajo, salpicando la pared del riscocuando el bote se inclin. La isla estaba cubierta por un denso bosque, una maraa desauces, robles y altos pinos cuyas sombras oscuras se proyectaban sobre la corriente yescondan los escollos y los troncos podridos de rboles hundidos. A babor, el risco sealzaba abrupto y rocoso, y al pie del mismo el ro cubra con una espuma blanca lospeones y trozos de roca que haban cado al agua. Pasaron de la luz solar a la sombra, escondidos de la vista de la galera por el murode vegetacin que formaban los rboles y el pen color pardo grisceo. Un respiro momentneo ante las flechas, pens Jaime, empujando paraapartarse de una roca casi sumergida. El esquife se sacudi. Oy algo que caa al ro y cuando mir a su alrededorBrienne no estaba. Un instante despus la vio salir del agua en la base del peasco.Atraves un charco poco profundo, trep por algunas rocas y comenz a ascender. SerCleos, boquiabierto, la miraba con los ojos como platos. Idiota, pens Jaime. Olvdate de la moza le dijo a su primo. Ocpate del timn. Podan ver la vela que se mova al otro lado de los rboles. La galera fluvialapareci a la entrada del atajo, a unos veinte metros por detrs de ellos. Su proa oscilbruscamente cuando la nave gir, y volaron cinco o seis flechas, pero todas cayeronlejos. El movimiento de las dos naves causaba dificultades a los arqueros, pero Jaimeera consciente de que muy pronto aprenderan a compensarlo. Brienne estaba a medio28 29. camino en la cara del acantilado, suba de asidero en asidero. Seguro que Ryger la ver y har que los arqueros la derriben. Ser Robin, escuchadme un momento! grit Jaime, haba decidido ver si elorgullo del anciano lo haca quedar como un imbcil. Ser Robin levant una mano y sus arqueros bajaron los arcos. Di lo que quieras, Matarreyes, pero dilo deprisa. El esquife pas por encima de varios trozos de piedra en el momento en que Jaimeresponda. S de una forma mejor para resolver esto: un combate singular. Vos contra m. No nac ayer, Lannister. No, pero lo ms probable es que muris esta tarde. Jaime levant las manos,para que el otro pudiera ver las cadenas. Pelear contra vos encadenado. De qutenis miedo? De ti, no. Si de m dependiera, eso es lo que ms me gustara, pero he recibidola orden de llevarte de vuelta, vivo si es posible. Arqueros orden. Colocad.Tensad. Dis... El blanco estaba a menos de quince metros. Difcilmente hubieran errado, perocuando levantaban los arcos largos una lluvia de piedras se abati en torno a ellos.Cayeron piedras pequeas que rebotaban en cubierta, les golpeaban los yelmos ysalpicaban al caer al agua a ambos lados de la proa. Los ms listos levantaron la vista enel momento en que una roca del tamao de una vaca se separ de la cima del pen. SerRobin lanz un grito de desesperacin. La piedra se precipit por el aire, golpe la caradel pen, se parti en dos y les cay encima. El trozo mayor parti el mstil, raj lavela, ech a dos arqueros al ro y destroz la pierna de un remero cuando se inclinabasobre su remo. La rapidez con que la galera comenz a hacer agua haca pensar que eltrozo ms pequeo haba atravesado el casco directamente. Los gritos de los remerosdespertaban ecos en el pen mientras los arqueros manoteaban como locos en el agua;por la manera en que se movan era obvio que ninguno de ellos saba nadar. Jaime seech a rer. Cuando salieron del atajo, la galera se iba a pique entre remolinos y escollos, yJaime Lannister lleg a la conclusin de que los dioses eran bondadosos. A Ser Robin ya sus tres veces malditos arqueros los aguardaba una larga caminata, mojados, deregreso a Aguasdulces, y l se haba librado de la fea moza. Yo mismo no lo habra planeado mejor. Cuando me libre de estos grilletes... Ser Cleos solt un grito. Cuando Jaime levant la vista, Brienne avanzaba por lacima del acantilado, muy por delante del esquife, tras atajar por un saliente mientrasellos seguan el recodo del ro. Salt desde la roca y casi result elegante al zambullirse.Habra sido poco caballeroso esperar que se destrozara la cabeza contra una piedra. SerCleos vir el esquife hacia ella. Por suerte, Jaime an tena el remo. Un buen golpe cuando intente subir a bordo y me librar de ella. Pero, en vez de eso, le tendi el remo por encima del agua. Brienne lo agarr yJaime tir de ella y la ayud a subir al esquife. El pelo le chorreaba agua, al igual que laropa, y formaba un charco en la embarcacin. Mojada es ms fea todava. Quin lo hubiera credo posible? Sois una moza de lo ms estpida le dijo. Podramos habernos ido sin vos.Supongo que esperis que os d las gracias. No necesito tu gratitud, Matarreyes. Jur que te llevara sano y salvo aDesembarco del Rey. Y de veras pretendis cumplir ese juramento? Jaime le dedic su msluminosa sonrisa. Eso s que es un milagro. 29 30. CATELYNSer Desmond Grell haba servido a la Casa Tully durante toda su vida. Cuando Catelynnaci, era escudero; cuando ella aprenda a caminar, a montar y a nadar, era caballero; yel da en que se cas, era maestro de armas. Haba visto a la pequea Cat de Lord Hosterconvertirse en una joven, en la dama de un gran seor, en la madre de un rey... Y ahora tambin me ha visto convertirme en una traidora. Cuando se fue a la guerra, su hermano Edmure haba nombrado a Ser Desmondcastellano de Aguasdulces, por lo que le corresponda a l castigar su crimen. Paraaliviar su incomodidad, haba llevado consigo al mayordomo de Lord Hoster, el adustoUtherydes Wayn. Los dos hombres, de pie, la miraban; Ser Desmond fornido,ruborizado y avergonzado; Utherydes esqueltico, adusto y melanclico. Cada cualesperaba que el otro comenzara a hablar. Han consagrado sus vidas al servicio de mi padre y se lo he pagado con ladeshonra, pens Catelyn con fatiga. Vuestros hijos... dijo por fin Ser Desmond. El maestre Vyman nos lo hacontado. Los pobres. Es espantoso, espantoso. Pero... Compartimos vuestra pena, mi seora dijo Utherydes Wayn. TodoAguasdulces est de luto con vos, pero... Las noticias deben de haberos vuelto loca intervino Ser Desmond, lalocura del dolor, la locura de una madre, los hombres lo entendern. Vos no sabais... Lo saba dijo Catelyn con firmeza. Entenda qu estaba haciendo y sabaque era traicin. Si no me castigis, los hombres creern que hemos estado enconnivencia para liberar a Jaime Lannister. Soy la nica responsable de este acto, y sloyo debo responder por l. Ponedme los grilletes que ha dejado libres el Matarreyes y losllevar con orgullo, si as es como debe ser. Grilletes? El mero sonido de la palabra bastaba para estremecer al pobre SerDesmond. A la madre del rey, a la hija de mi seor? Imposible. Pudiera ser intervino el mayordomo Utherydes Wayn que mi seoraconsienta en quedar confinada a sus habitaciones hasta el regreso de Ser Edmure. Untiempo a solas para rezar por sus hijos asesinados. Confinada, s dijo Ser Desmond. Confinada en una celda en la torre, coneso bastar. Si he de estar confinada que sea en los aposentos de mi padre para que puedaconfortarlo en sus ltimos das. Muy bien acept Ser Desmond tras meditarlo un instante. No careceris decomodidades y se os tratar con cortesa, pero se os prohbe recorrer el castillo. Visitadel sept cuando queris, pero el resto del tiempo permaneced en los aposentos de LordHoster hasta el regreso de Lord Edmure. Como tengis a bien. Su hermano no era el seor mientras viviera su padre,pero Catelyn no lo corrigi. Ponedme un guardia si es vuestra obligacin, pero os doymi palabra de que no intentar escapar. Ser Desmond asinti, satisfecho por haber terminado aquella desagradable tarea,pero Utherydes Wayn, con ojos tristes, vacil un momento despus de que el castellanose marchara. 30 31. Habis hecho algo muy grave, mi seora, pero en vano. Ser Desmond hamandado a Ser Robin Ryger en su busca para traer de vuelta al Matarreyes o, en sudefecto, su cabeza.Catelyn no haba esperado menos.Que el Guerrero d fuerzas a tu espada, Brienne, implor. Haba hecho todo loque haba podido; lo nico que le quedaba era la esperanza.Trasladaron sus pertenencias al dormitorio de su padre, dominado por la grancama con dosel en la que ella haba nacido, la que tena las columnas talladas con laforma de una trucha saltarina. Haban llevado a su padre medio piso ms abajo y habansituado el lecho del moribundo frente al balcn triangular que se abra hacia suspropiedades y desde donde poda ver los ros que siempre haba amado.Lord Hoster dorma cuando Catelyn entr, as que sali al balcn y se qued allde pie, con una mano sobre la balaustrada de piedra spera. Ms all del castillo, elrpido Piedra Cada conflua con el plcido Forca Roja, y se divisaba un gran tramo roabajo.Si viene una vela a rayas desde el este, ser Ser Robin que regresa. Por elmomento, la superficie del agua estaba desierta. Dio gracias a los dioses por ello yvolvi dentro para sentarse con su padre.Catelyn no saba si Lord Hoster se daba cuenta de que ella estaba all ni si supresencia lo aliviaba, pero a ella la confortaba estar con l.Qu diras si conocieras mi crimen, padre? se pregunt. Habras hecho lomismo si Lysa y yo estuviramos en manos de nuestros enemigos? O tambin mecondenaras y lo llamaras la locura de una madre?En aquella habitacin ola a muerte; era un olor denso, dulzn, infecto y pegajoso.Le recordaba a los hijos que haba perdido, a su dulce Bran y a su pequeo Rickon,asesinados a manos de Theon Greyjoy, que haba sido pupilo de Ned. Todava guardabaluto por Ned, siempre guardara luto por Ned, pero que le quitaran tambin a suspequeos...Perder a un hijo es cruel y monstruoso susurr muy quedo, ms para s quepara su padre.Lord Hoster abri los ojos.Atanasia susurr con voz llena de sufrimiento.No me reconoce. Catelyn se haba habituado a que la confundiera con su madreo su hermana Lysa, pero Atanasia era un nombre que le resultaba desconocido.Soy Catelyn dijo. Soy Cat, padre.Perdname... la sangre... Por favor... Atanasia...Habra existido otra mujer en la vida de su padre? Quiz alguna doncellaaldeana a la que habra perjudicado cuando era joven?Habr hallado consuelo entre los brazos de alguna moza de servicio despus demorir mi madre? Era una idea extraa, inquietante. De repente, se sinti como si noconociera en absoluto a su padre.Quin es Atanasia, mi seor? Quieres que la haga venir, padre? Dndepuedo encontrarla? Est viva todava?Muerta dijo Lord Hoster con un gemido. Su mano busc la de ella.Tendrs otros... bebs preciosos y legtimos.Otros? pens Catelyn. Habr olvidado que Ned ha muerto? An hablacon Atanasia, o ahora es conmigo, o con Lysa, o con mi madre?Cuando el anciano tosi, sus esputos eran sanguinolentos. Se aferr a los dedos desu hija.S una buena esposa y los dioses te bendecirn... hijos, hijos legtimos... Aaah.31 32. El sbito espasmo de dolor hizo que la mano de Lord Hoster se cerrara con msfuerza. Sus uas se clavaron en la mano de Catelyn, que dej escapar un grito sordo. El maestre Vyman acudi enseguida para preparar otra dosis de leche de laamapola y ayudar a su seor a beberla. Al poco tiempo, Lord Hoster Tully volvi asumirse en un sueo profundo. Ha preguntado por una mujer dijo Catelyn. Atanasia. Atanasia? El maestre la mir con ojos ausentes. No conocis a nadie con ese nombre? Una chica de la servidumbre, unamujer de alguna aldea cercana? Quiz alguien de hace aos? Catelyn haba estadomucho tiempo fuera de Aguasdulces. No, mi seora. Si queris, puedo indagar. Sin duda, Utherydes Wayn sabr siuna persona con ese nombre ha servido en Aguasdulces. Habis dicho Atanasia? Confrecuencia la gente del pueblo pone a sus hijas nombres de flores y plantas. Elmaestre qued pensativo un instante. Haba una viuda... Recuerdo que sola venir alcastillo en busca de zapatos viejos que necesitaran suelas nuevas. Se llamaba Atanasia,ahora que lo pienso. O sera Anastasia? Era algo as. Pero hace muchos aos que noviene... Se llamaba Violeta dijo Catelyn, que recordaba perfectamente a la anciana. De veras? El maestre pareci abochornado. Os pido perdn, LadyCatelyn, pero no puedo quedarme. Ser Desmond ha ordenado que slo hablemos convos cuando lo exijan nuestros deberes. En ese caso, cumplid sus rdenes. Catelyn no poda desaprobar la actitud de Ser Desmond; le haba dado pocasrazones para confiar en ella, y sin duda tema que tratara de aprovechar la lealtad quemuchas personas en Aguasdulces sentiran an hacia la hija de su seor para llevar acabo otra calamidad. Al menos, me he librado de la guerra se dijo para sus adentros, aunque seapor poco tiempo. Tras la marcha del maestre, se puso una capa de lana y volvi a salir al balcn. Laluz del sol se reflejaba en los ros y doraba la superficie de las aguas que corran msall del castillo. Catelyn se protegi los ojos del resplandor y busc una vela distantecon miedo a divisarla. Pero no haba nada y eso significaba que an poda albergaresperanzas. Estuvo todo el da vigilando hasta bien entrada la noche cuando las piernascomenzaron a dolerle por permanecer de pie. A ltimas horas de la tarde lleg uncuervo al castillo, agitando sus enormes alas negras hasta posarse en la pajarera. Alasnegras, palabras negras, pens, recordando el ltimo pjaro que haba llegado y elhorror que haba trado consigo. El maestre Vyman regres a la puesta del sol para atender a Lord Tully y llevarlea Catelyn una cena parca: pan, queso y carne cocida con rbano picante. He hablado con Utherydes Wayn, mi seora. Est completamente seguro de queninguna mujer llamada Atanasia ha trabajado en Aguasdulces durante su servicio. Hoy ha llegado un cuervo, lo he visto. Han atrapado de nuevo a Jaime? O lo han matado? No lo quieran los dioses. No, mi seora, no hemos tenido noticia alguna del Matarreyes. Se trata entonces de otra batalla? Est Edmure en aprietos? O Robb? Porfavor, tened misericordia, calmad mis temores. Mi seora, no debo... Vyman mir a su alrededor como para cerciorarse deque no haba nadie ms en la recmara. Lord Tywin ha abandonado las tierras de losros. Todo est tranquilo en los vados. 32 33. Entonces, de dnde vino el cuervo? Del oeste respondi, ocupado con la ropa de cama de Lord Hoster y evitandomirarla a los ojos. Eran noticias de Robb? S, mi seora dijo, tras una vacilacin. Algo anda mal. Catelyn lo saba por la actitud del hombre; era evidente quele ocultaba algo. Decdmelo. Se trata de Robb? Est herido? Muerto no, sed benvolos, dioses, que no me diga que ha muerto. Hirieron a Su Alteza en el asalto al Risco dijo el maestre Vyman, anevasivo, pero escribe que no es motivo de preocupacin y que espera regresar pronto. Herido? Cmo? Es grave? Ha escrito que no es motivo de preocupacin. Toda herida me preocupa. Lo estn cuidando? Estoy seguro. El maestre del Risco lo atender, no me cabe la menor duda. Dnde lo hirieron? Mi seora, tengo rdenes de no hablar con vos. Lo siento. Vyman recogi sus pociones y sali presuroso, y una vez ms Catelyn qued asolas con su padre. La leche de la amapola haba surtido efecto, y Lord Hoster dormaprofundamente. De la comisura de los labios le manaba un hilillo de saliva quedescenda hasta humedecer la almohada. Catelyn tom un pao de lino y lo sec condelicadeza. Al sentir el roce, Ser Hoster gimi. Perdname dijo, con voz tan queda que apenas si pudo distinguir laspalabras, Atanasia... sangre... la sangre... que los dioses sean misericordiosos... Sus palabras la perturbaron ms de lo que poda expresar, aunque no entendanada. Sangre pens. Es que al final todo se reduce a sangre? Padre, quin eraesta mujer y qu le hiciste que tanto necesitas su perdn? Aquella noche Catelyn durmi muy mal, acosada por sueos imprecisos sobre sushijos, los perdidos y los muertos. Mucho antes de la aurora se despert con las palabrasde su padre resonndole en los odos. Bebs preciosos y legti