3 el sistema turÍstico: generalidades y especificidades … · el sistema turistico asume el papel...

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52 ANTROPOLOG1¡\ y TURISMO CUADRO 2.7. Aproximaciones conceptuales y referencías terminológicas más comunes en los estudios antropológicos del turismo Por último, en consonancia con la definición del turismo como proceso y sistema abit:rto, el único término que merece la consideración de adecuado y aplicable al turismo en su conjunto parece ser el de «actividad» turística. Una actividad es definida como «el conjunto de operaciones o tareas propias de una persona o entidad» (DRAE, 1992), recogiendo en misma las posibles aplica- ciones de «fenómeno turístico», «multisector turístico» e «industria turística» (Figuerola, 1990: 17), añadiendo además la posibilidad de adentrarse en las motivaciones, expectativas y su generación a través del estudio de la causalidad de las actividades manifiestas en la realidad de cada caso de estudio. Así, tomando el turismo en su conjunto como «actividad», podemos aceptar una definición ha lista, que vendría a decimos que el turismo es el movimiento de gente a destinos fuera de su lugar habitual de trabajo y residen- cia, las actividades realizadas durante su estancia en estos destinos y los servicios creados para atender sus necesidades. El estudio del turismo será, así, el estudio de la gente fuera de su hábitat usual, de los establecimientos que responden a las necesidades de los viajeros, y de los impactos que ellos tienen sobre el bienestar económico, físico y social de sus anfitriones (Mathieson y WaIl, 1986: 1). Ello involucra las motivaciones y experiencias de los turistas, las expectativas y los ajustes hechos por los residentes del área receptora y los roles jugados por las numerosas agencias e instituciones que interceden entre ellos. además de las culturas de las áreas generadoras, las de destino y las optimizadas para los encuentros cara a cara. Con todo, en esta definición es posible identificar un proceso turístico y. con su análisis, elaborar un modelo metodológico, el sistema turístico, que, inscrito en un contexto socio-económica-cultural de carácter global (Nash, 1981: 462), ayude a la comparación de trabajos individuales ya fijar tanto criterios como núcleos de interés para las distintas investigaciones. AproXimaciones conceptt4ales Hospitalidad comercializada Agente democratizador Modcrna actividad de ocio Moderna actividad de peregrinaje tradicional Expresión cultural Proceso aculturativo Tipo de relaciones interétnicas Forma de colonialismo Proceso - sistema abierto Referencias terrninológicas Fenómeno Sectorlmultisector Industria Actividad CAPíTULO 3 EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES y ESPECIFICIDADES PARA ANTROPÓLOGOS El sistema turístico que presentamos es un modelo conceptual de proceso formado por un conjunto de elementos ordenados según sus funciones y. hasta cieno punto, localización espacial, que se enlazan racionalmente entre por medio de los principios o reglas del mercado (ofena. demanda y regulación), manteniendo a su vez relaciones de intercambio con otros sistemas de diferente rango. En cualquier caso ningún elemento del sistema se encuentra ni aislado con respecto al resto ni desconectado del exterior. Es precisamente esta característica de interdependencia constante la que da al sistema turístico un alto grado de apenura, flexibilidad y dinamismo, 1. con ello, se constituye como readaptable a las distintas condiciones del entorno (físico. sociocultural y económico). dando cabida a nuevos problemas. Como todo sistema concep- tual, emana, a través del análisis, de un sistema real y es paralelo, aunque no correspondiente punto a punto, a él; es decir. el sistema no reproduce fotográ- ficamente la realidad del turismo (prácticamente indefinida en su extensión, variedad y complejidad), sino que se ajusta metodológica y simbólicamente para permitirnos la concreción en el análisis y la comparación de los múltiples estudios de caso, con lo que su importancia radica no tanto en mostrarnos elementos o reducciones a una serie de elementos. sino en servir de herramien- ta a la investigación y marcar las diferentes interconexiones posibles entre las variables implicadas. 1. Los elementos del sistema Desde la perspectiva expuesta, y basándonos en el esquema propuesto por Mathieson y WaIl (1986) y Lea (1988: 1p), en el sistema turístico podemos distinguÍI' tres grandes elementos (figura 3.1) que funcionarán, hasta cieno punto, como subsistemas: son los denominados dinámico, estático y conse- cuencia!.l 1. Si bien Lieper (1979: 403-404) ya identificaba los siguientes elementos: área generadora, turistas. rutas de tránsito (viajes). regiones de destino, estructura turística. anfitriones y reJadones de impacto ffsico, político, social, económico, tecnológico y sus interacciont:s.

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Page 1: 3 EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES y ESPECIFICIDADES … · El sistema turistico asume el papel de válvula de escape, de ruptura prometida con los ritmos cotidianos, reconciliando

52 ANTROPOLOG1¡\ y TURISMO

CUADRO 2.7. Aproximaciones conceptuales y referencías terminológicas más comunesen los estudios antropológicos del turismo

Por último, en consonancia con la definición del turismo como proceso ysistema abit:rto, el único término que merece la consideración de adecuadoy aplicable al turismo en su conjunto parece ser el de «actividad» turística. Unaactividad es definida como «el conjunto de operaciones o tareas propias de unapersona o entidad» (DRAE, 1992), recogiendo en sí misma las posibles aplica­ciones de «fenómeno turístico», «multisector turístico» e «industria turística»(Figuerola, 1990: 17), añadiendo además la posibilidad de adentrarse en lasmotivaciones, expectativas y su generación a través del estudio de la causalidadde las actividades manifiestas en la realidad de cada caso de estudio.

Así, tomando el turismo en su conjunto como «actividad», podemosaceptar una definición halista, que vendría a decimos que el turismo es elmovimiento de gente a destinos fuera de su lugar habitual de trabajo y residen­cia, las actividades realizadas durante su estancia en estos destinos y losservicios creados para atender sus necesidades. El estudio del turismo será, así,el estudio de la gente fuera de su hábitat usual, de los establecimientos queresponden a las necesidades de los viajeros, y de los impactos que ellos tienensobre el bienestar económico, físico y social de sus anfitriones (Mathieson yWaIl, 1986: 1). Ello involucra las motivaciones y experiencias de los turistas,las expectativas y los ajustes hechos por los residentes del área receptora ylos roles jugados por las numerosas agencias e instituciones que intercedenentre ellos. además de las culturas de las áreas generadoras, las de destino ylas optimizadas para los encuentros cara a cara.

Con todo, en esta definición es posible identificar un proceso turísticoy. con su análisis, elaborar un modelo metodológico, el sistema turístico,que, inscrito en un contexto socio-económica-cultural de carácter global(Nash, 1981: 462), ayude a la comparación de trabajos individuales ya fijartanto criterios como núcleos de interés para las distintas investigaciones.

AproXimaciones conceptt4ales

Hospitalidad comercializadaAgente democratizadorModcrna actividad de ocioModerna actividad de peregrinaje tradicionalExpresión culturalProceso aculturativoTipo de relaciones interétnicasForma de colonialismoProceso - sistema abierto

Referencias terrninológicas

FenómenoSectorlmultisectorIndustriaActividad

CAPíTULO 3

EL SISTEMA TURÍSTICO:GENERALIDADES y ESPECIFICIDADES

PARA ANTROPÓLOGOS

El sistema turístico que presentamos es un modelo conceptual de procesoformado por un conjunto de elementos ordenados según sus funciones y. hastacieno punto, localización espacial, que se enlazan racionalmente entre sí pormedio de los principios o reglas del mercado (ofena. demanda y regulación),manteniendo a su vez relaciones de intercambio con otros sistemas de diferenterango. En cualquier caso ningún elemento del sistema se encuentra ni aisladocon respecto al resto ni desconectado del exterior. Es precisamente estacaracterística de interdependencia constante la que da al sistema turístico unalto grado de apenura, flexibilidad y dinamismo, 1. con ello, se constituye comoreadaptable a las distintas condiciones del entorno (físico. sociocultural yeconómico). dando cabida a nuevos problemas. Como todo sistema concep­tual, emana, a través del análisis, de un sistema real y es paralelo, aunque nocorrespondiente punto a punto, a él; es decir. el sistema no reproduce fotográ­ficamente la realidad del turismo (prácticamente indefinida en su extensión,variedad y complejidad), sino que se ajusta metodológica y simbólicamentepara permitirnos la concreción en el análisis y la comparación de los múltiplesestudios de caso, con lo que su importancia radica no tanto en mostrarnoselementos o reducciones a una serie de elementos. sino en servir de herramien­ta a la investigación y marcar las diferentes interconexiones posibles entre lasvariables implicadas.

1. Los elementos del sistema

Desde la perspectiva expuesta, y basándonos en el esquema propuesto porMathieson y WaIl (1986) y Lea (1988: 1p), en el sistema turístico podemosdistinguÍI' tres grandes elementos (figura 3.1) que funcionarán, hasta cienopunto, como subsistemas: son los denominados dinámico, estático y conse­cuencia!.l

1. Si bien Lieper (1979: 403-404) ya identificaba los siguientes elementos: área generadora,turistas. rutas de tránsito (viajes). regiones de destino, estructura turística. anfitriones y reJadones deimpacto ffsico, político, social, económico, tecnológico y sus interacciont:s.

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54 ANTROPOLOGÍA Y TURISMO

rEL SISTEMA TURíSTIco: GE:-JERALlDADES y ESPECIFICIDADES 55

A) El elemento dinámico, implicando viaje o desplazamiento, incluye alos componentes de las sociedades generadoras de turistas, los individuos­turistas potenciales y su proceso de conversión a unas formas determinadasde turismo. La "demanda», que constituye la variable principal del elementodinámico, es el número de personas que viajan o desean viajar (Mathieson yWall, 1990: 28) y son éstas y sus usos de los servicios e instalaciones creadaspara la recreación los que hacen de combustible para el motor del propiosistema. La demanda, efectiva o supresiva (aquellos que desean incorporarseal tren turístico pero no pueden debido restricciones económicas o tempo­rales), está determinada por la facilidad de acceso a los transportes (haciendoaccesibles destinos lejanos), el aumento de los ingresos (generando mayoresposibilidades de consumo), la elevación del nivel educativo (desarrollandola curiosidad por conocer nuevas gentes y lugares y experimentar situacionesno cotidianas) y el deseo de cambiar de la vida cotidiana (rompiendo,con elrol adscrito a cada cual en su medio). En cualquier caso, sólo podrá darse laexistencia de demanda en una sociedad cuando ésta haya superado, concarácter general, el nivel de renta necesario para satisfacer sus necesidadesbásicas, de manera que se haga posible la detracción de una parte de losingresos para consumir ocio turístico. Así pues, una distribución noequitativa de la renta (como lo sucedido en muchos países en desarrollo), esdecir, la concentración de riqueza en unos estratos sociales muy determi­nados, imposibilitará la generación extendida de demanda efectiva, res­tringiéndola a unos pocos individuos al estilo de la «prehistoria» del tu­rismo.

En principio, todo parece indicar que los diferentes agentes y procesosde cambio, costumbres y modas de las sociedades generadoras, influyen enla creación de un determinado tipo y forma «idealizada» de destino deseadoy solici tado por la demanda. Sin embargo, no se suele tener en consideraciónla inducción realizada sobre aquellos viajeros potenciales por el propiosistema y sus agentes, que, previendo tales modas y procesos de cambio,diseñan y ofertan un destino, una imagen concreta, que no sólo sirve comoproducto comercial en venta sino que, a su vez, refuerza la producción deestilos de vida determinados y, con ellos, la continuidad del sistema social.Es decir, el sistema turístico es consecuente con el tiempo histórico en elque se desarrolla, pero, en la actualidad, paralelamente constituye una delas variables principales que dan forma a las sociedades (tanto en su versiónde generadoras como anfitrionas de turistas) y los estilos de vida de susgentes.

Valgan como ejemplo la explosión del turismo de masas en los afioscincuenta y del «turismo verde» en Occidente en la década de los ochenta: enambos casos el sistema turístico se acomoda y refuerza situaciones económi­co-sociales muy concretas y, hasta cierto punto, contrapuestas. De una parte,en un momento de auge económico y de refuerzo de la identidad europea ynorteamericana, la popularización del viaje, de los ocios con mucho sol, arenay diversión, profetizan un mundo unido en la democracia y el consumo, en elque todas sus gentes podrán acercarse temporalmente al estilo de vida de laselites sociales, compartiendo destinos, disfrutando «de los mismos placeres»

de aquéllas, y sentir el placer de «estar allí» con un afán notorio de distinción,dejando atrás el ritmo de la cadena de montaje y la industrialización. De otra,en un tiempo histórico marcado por las crisis económica, medioambiental eideológica, la huida de las muchedumbres y el contacto con la naturaleza, latradición y el pasado perdido, que refuerza la idea existencial de la individua­lidad y la conciencia de unos «otros» (llámense campesinos o indígenas) a losque se supone al borde de la desaparición, y la concienciación de un medionatural que «hay que conservar a toda costa», de lo «verde», el «reciclaje» y el«desarrollo sostenible» de esos «otros».

El sistema turistico asume el papel de válvula de escape, de rupturaprometida con los ritmos cotidianos, reconciliando a sus usuarios con lasnecesidades y/u obligaciones de su sociedad de origen, justificando en parte eldiseño productivo, político e ideológico de la misma. De esta forma es capazde generar múltiples tipos o formas de turismo (véase capítulo 2) que seadapten a los deseos y posibilidades tanto, y como es obvio, de la demandaefectiva, como de la supresiva (abaratamiento del viaje con transportes noactualizados técnicamente, reutilización de destinos secundarios -estancadoso en recesión- o desplazamientos de fin de semana), lo cual. en parte, esposible gracias a los rápidos reajustes que puede realizar la estructura empre­sarial (la «industria turística»).

Generalmente los antropólogos han omitido este elemento en sus análisis,haciendo exclusivamente pequeñas referencias a las tipologías de turistas y/otipos de turismo. Esto resulta, cuanto menos, paradójico, ya que es a partir delos turistas potenciales y la cultura o subcultura de sus sociedades, con susexpectativas, niveles socioeconómicos y necesidades de esparcimiento, cuandose generan y regeneran las imágenes y estereotipos que se superpondrán a laspoblaciones de las áreas de destino, que sí han constituido la base fundamentalde tales estudios desde la antropología.

B) El elemento estático, en tanto que lo referimos a la actividad yrapidez del primero, tiene por componentes el destino como entorno global,la estructura empresarial de acogida y los propios turistas y sus actividades.Es en éste, vinculándolo al elemento consecuencial, en el que se encuentranestrechamente ligados varios ítems ampliamente estudiados por la antropo­logía en otros contextos, tales como el efecto demostración, el choque deculturas y la aculturación, los niveles de desarrollo, simbología de losespacios, etc., confluyendo con otros que representan un nuevo reto, comoson las estructuras empresariales, el consumo del espacio, los niveles desatisfacción, el cruce de estereotipos, etc., a los que le han prestado másatención, desde sus perspectivas discipliIJlares, sociólogos, psicólogos, geó­grafos y ecorlOmistas, parcelando en extremo el objeto de estudio. Lapreferencia antropológica por el elemento estático parece dada porque esen éste en el que se ponen de manifiesto, a través de los encuentrosturista/población local/empresa, las consecuencias efectivas sobre los anfi­triones, pero también por estar estrechamente vinculado a áreas geográficasy poblaciones que pueden ser delimitadas y, con ello, analizadas con losútiles y técnicas comunes a nuestra disciplina.

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56 ANTROPOLOGíA Y TURISMO EL SISTEMA TURíSTIco: GENERALIDADES y ESPECfFICIDADES 57

2, Entendemos que un «destino- es un lugar que tiene unas características que son conocidaspor un núm~ro suficiente de visitantes potenciales. atrayendo viajeros. Son de interés d medionatu.ralJartificial, la infraestructura, la estructura económica y los atributos estereotipados de lapoblación anfitriona. El destino. una vez reconocido como tal, entra en competición con otros, tantode su entorno geográfico cerCano como lejano. que le hacen por definición inestable.

En la práctica, el núcleo receptor o destino' se inicia muy diferenciado enel"'turismo, pero conforme va consolidando su recepción, va alterando susestructuras generales (Femández Fuster, 1985: 63) al adaptarse a una pobla­ción transitoria, inestable y estacional, externamente basada y acompañada deexpectativas en tomo al ocio y la vacación. Éste es el entorno donde, una vezcaptados, los turistas se ven sometidos a la estructura empresarial, convirtién­dose definitivamente en «materia prima» de la «industria», factor catalizadorde todo el sistema, ya que a través de ella, de los productos y estereotipos queofrece o intermedia, se producen los encuen tros de visitantes y locales-residen­tes. Para su buen funcionamiento, la estructura empresarial. con accionesprevias y/o paralelas en el elemento dinámico (promoción de destinos ycaptación de clientes), debe contar con la tenencia en el destino no sólo demedios técnicos, humanos y económicos, sino también con el apoyo institu­cional, haciendo patente la imbricación de las economías y políticas nacionales(que deben realizar fuertes inversiones en la adecuación de infraestructurasbásicas) en el sistema tUlÍstico.

Pero además, la empresa turistica es la, supuestamente, más interesadaen que se determinen los diferentes niveles de carga y tolerancia del entornopromocionado, para mantener y controlar que se cumpla la satisfacci6n de losconsumidores directos de sus servicios. Para ello es necesario un conocimientoexhaustivo, además de las características socioeconómicas, culturales y deexpectativas de los visitantes, de la población residente en el área, incluyendovariables como estructura demográfica y social, organizaciones formales einformales, modos de vida, etc., pudiendo de esta forma, de una parte, evitarrechazos y antagonismos o la creación de grupos anti-turismo y, deotra, ofrecera los residentes fórmulas para un desarrollo integral, que no olvide sus aspectosidentitaríos.

Sin embargo, y con la escasez de tales análisis, la realidad nos muestracómo la relación que en los destinos se produce es inversamente proporcionala lo acontecido en la generación de turistas. Es decir, mientras que en aquéllala mayor riqueza y equidad en la distribución de la renta facilitaba lademanda, la conversión de un área en receptora de turistas viene facilitadapor su pobr'eza, y tales instituciones pasan, en la mayor parte de los casos, aser dependientes del sistema, eliminando o minimizando su poder de deci­sión respecto al mismo.

El turista, unido a un destino por sus características socioeconómicas(edad, sexo, nivel de ingresos, motivaciones, disponibilidad de tiempo y dinero,percepción de recursos y tipo de comportamiento), marcará la pauta delelemento estático, en tanto que por su número, frecuencia de las visitas y nivelde uso de las distintas atracciones, ejerqerá una menor o mayor presión sobreel recurso mismo y sobre la población anfitriona.

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Imagenr~

Estructura social y• organización

Nivel de desarrollo

Organización polflica

CARACTERíSTICASDEL DESTINO

Estructura económica

Estructura demográfica

Procesos medioambientales

Generaciónde presiones

Capacidad de carga

IMPACTOS DEL TURISMO

( Imagen en venta)

1---''--1 Turistas potenciales I••r-------IL--;===~

FlG. 3.1. Sistema funcional del proceso turístico.Elaboración propia sobre la fuente de Mathleson y Wal/ (1986: 15).

Caracterizaciónsocioeconómica

Nivel de uso

Niveles de satisfacción

Duración de la estancia

Tipo de actividad turfstica

CARACTERíSTICAS DELTUAISTAffURISMO

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58 ANTROPOLOGÍA Y TURISMO EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES Y ESPECIFICIDADES S9

C) El elemento consecuencial, impacto resultante de los anterior'es, inclu­ye tanto a los efectos primarios, ocasionados con el desarrollo inicial delturismo en un destino, como los rutinarios, que suceden lentamente en com­paración con los anteriores pero de manera mucho más firme; además de losdistintos controles y correcciones efectuados, en su mayoría, institucionalmen­te, Los efectos del turismo, desde el punto de vista del sistema, no son unaconsecuencia directa de una causa específica (las variaciones en cualquierelemento del sistema pueden influir a otro u otros de manera indirecta) y hande ser analizados como algo más que los resultados de un hecho turistico. Losimpactos, los cambios netos en la sociedad anfitriona, serán, pues, generadospor procesos o secuencias de hechos ocurridos en el desarrollo turístico (laconcentración de turistas y la proliferación de bienes y servicios asociados ala misma), emergiendo en forma de alteraciones del comportamiento humanoy su entorno físico habitual. Tales alteraciones consideramos que provienen delas interacciones entre los agentes del cambio (turistas y planificadores delturismo) y los subsistemas sobre los que ellos actúan, que han de complemen­tar las necesidades corrientes con la satisfacción de los deseos de ocio (Jafari,1987: 6) de esos «otros» llegados de fuera.

En términos generales, y aunque es necesario reconocer que a efectosde análisis ni todas las variables del sistema mantienen el mismo grado deinfluencia, ni todas pueden cuantificarse con la misma facilidad, el sistemafacilita el examen explícito de: los elementos que lo componen (turismo,turista, locales, etc.); el grupo de variables y sus interrelaciones, así como laforma en que ellas influyen en la naturaleza, dirección y magnitud de losimpactos del turismo; qué elementos permanecen e interactúan con los demás;qué impactos operan continuamente, aunque cambien con el tiempo y con lasvariaciones estructurales de la misma actividad turística; qué intercambiosresultan de un complejo proceso de relación entre turistas, comunidadesanfitrionas y el entorno del destino; una valoración que abarca todas las fasesde experiencia del viaje, incluyendo los preparativos iniciales, el viaje a y desdeel destino, la estancia y el post-viaje; además de qué impactos resultan delpmceso de cambio y las distintas vías de control del desarrollo turístico. Sinembargo, tal conjunto de elementos han de ser conjugados con dos nuevasvariables relacionales, generalmente no contempladas, que son las culturas osubculturas implicadas y la imagen del destino.

2. La generación/conversión de destinos y turistas: culturas e imágenes

Como parte del desarrollo turistico, y ello desde las innovaciones introdu­cidas por Thomas Cook y George Pullman organizando viajes en grupo (1857­1866), se ha generado una alta competencia tanto para atraer a turistaspotenciales como para vender una serie de atractivos siempre contrapuestos,bien a los estilos de vida cotidiana, bien a las diferentes rutinas y pautas quenuestra civilizada sociedad nos impone. Resultado de ello es que ese turístapotencial. al menos en principio, puede elegir el tipo de turismo a practicar, eldestino, las actividades y las diferentes rupturas de ritmos. El mercado se ha

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ido segmentando con el tiempo, pero en ningún caso se han abandonadofonnaS' ya probadas de turismo o, lo que es lo mismo, se aumenta la oferta,pero no de manera alternativa sino siempre complementaria.

Cuando el destino no existe, cuando los turistas potenciales, sus modas ycorrientes demandan productos y áreas que difícilmente pueden ser encontra­das en estado prístino, simplemente se crean. ¿Cómo vamos a encontrar unmundo ficticio (léase el país del pato Donald. Blancanieves o los PowerRangers, pero también léase la paradisíaca isla del Pacífico donde nos recibancon flores y suaves movimientos de cadera, [a fiera dócil que ronronee en tornoa nuestro coche, el ritual de sacrificio de los mayas o la celebración fúnebre delos toraya) con representación tangible, repetible al rítmo de tour-operador,inocuo y barato? Es verdad que los destinos, como entes físicos, son fácilmentemodelables, igual que lo es que los destinos, como entes socioculturales,pueden con algo más de inversión y tiempo adaptarse a una imagen preconfi­gurada y más o menos ajena a sus habitantes. Pero los avances tecnológicoshan dado un paso más en la artificialidad con el diseño de nuevos destinos, ensí mismo homogéneos, donde todo ha sido creado, donde el visitante puededar rienda suelta a su imaginación, a sus deseos y fantasías (dentro de loslímites de la moral y buenas costumbres, claro está). Disneyworld en Orlando,Eurodisney en París o Port Aventura en Tarragona son notables ejemplos de [odicho, pero cualquiera de estos casos no es menos veraz que un puebloreconstruido, rehabilitado y adoctrinado para ser «rurah), «típico» y «artesa­no», en último ténnino «auténtico».'

En este contexto es necesario que nos refiramos a dos elementos querecorren y se presentan en todo el sistema turístico: las culturas implicadas yla imagen, y a sus actores principales: turistas y poblaciones locales. Las dosprimeras variables, cultura e imagen, si bien los antropólogos han realizadosus trabajos teniéndolas siempre presentes, no han sido contempladas explíci­tamente hasta la década de los noventa y, según han ido incorporándose a losdiferentes estudios empíricos hemos visto su traducción a términos teóricos yconceptuales aplicados al sistema turístico.

Es comúnmente aceptado que todo individuo pasa, a lo largo de su vida encualquier sociedad, de una situación a otra, de ocupación a otra, y cada uno deestos cambios va acompañado de una serie de acciones especiales y reaccionesa las mismas, motivaciones y expectativas, ajustes en lo personal yen lo socialque serán más o menos encauzados, cuando no reglamentados. Tales cambios(pongamos por caso el paso de la infancia a la pubertad), sin ser idénticos ensus detalles, siempre que su objeto sea el mismo mostrarán elementos y mediosanálogos para alcanzar el fin (la circuncisión, la puesta de largo, pasar a estudios

3. A pesar de la explotación y sobreexplotación del recurso turístico. el macro-sector quecontribuye a la existencia de la actividad turistica ha adaptado las imágenes en todos y cada uno de lossentidos que le han sido demandados, hasta el punto de que todo, extensivamente, todo lo que sucede,todo lo que existe puede hoy ser vendido como producto más o menos imaginablemente turístico.Cuando una experiencia turistica fracasa no es porque no pueda incluirse en ese mercado sino porqueha sido, bien ofertada a un turista potencial equivocado, bien porque su imagen ha Sido mal diseñaday promocionada, o bien porque se han excedido la capacidad de carga e índices de toleranciasupuestamente predefinidos y realmente;: existentes para esas actividades y poblaciones, alterando laexperiencia prometida.

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TEL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES y ESPECIFICIDADES 61

de bachillerato, convertirse en guerrero, etc.). Con esto el mismo individuo vafranqueando fronteras, modificándose a sí mismo y, hasta cierto punto, a suentorno social y cultural. En nuestro tiempo, un paso más, cada vez másfrecuente y que en demasiadas ocasiones ha pasado inadvertido a los analistassociales, es el que ocurre cuando cualquier miembro de una sociedad seconvierte en turista, esto es, en usuario del sistema. Para ello, como en el restode su cotidianidad, es preciso siempre la realización de un ceremonial, de unaserie rigurosa y repetitiva de acciones que, en último término, van separándolode su vida diaria y dándole cierta orientación mental. Entre ambas situaciones,la cotidiana y la turística, hay una evidente incompatibilidad, ye! salto rara vezse produce de manera instantánea, de manera que en un análisis superficial. ypara nuestros intereses disciplinares, podríamos identificar, al menos, cincodimensiones, no necesariamente consecutivas: 1) un proceso de decisión; 2) pre­paración del viaje; 3) el desarrollo del viaje; 4) un proceso de cambio; 5) laconversión de! sujeto en valor de cambio, y 6) e! retorno a la sociedad de origen.Algunos autores, como Jafarí (1987), han encontrado, acertadamente, en estaestructura un símil con .Ios ritos de paso» o -transición», descritos teóricamen­te por Van Gennep (1986 [1909]), que se refiere a tales fases como separación(dimensiones 1, 2 Y 3), limen (dimensÍones 4 y 5) Yagregación (dimensión 6).

En la primera de las fases, el individuo (turista potencial) comienza,ampliamente motivado por las campañas promocionales de la empresa ogobiernos turísticos y por la acción de! .boca a boca» de los ex turistas, a tenerexpectativas sobre lugares, actividades y/o culturas ajenas a la propia (desdelo exótico propiamente dicho -un pueblo a sus ojos .primitivo»- a situacio­nes más familiares -los campesinos de su propia región geográfica-). En suvisita al agente de viajes, su consulta de precios o la búsqueda de documenta­ción sobre el entorno deseado, está dando en la práctica un paso que le acercacada vez más a «ser turista». El viaje en si mismo llega a ocupar una partefundamental de su tiempo, que es modificado, pautado y condicionado por ypara la idea y la acción premeditada del abandono de su cotidianidad. Con ello,se inicia una separación de sus semejantes, que pasan a diferenciarse de éstetanto por sus comportamientos y rutinas cotidianas como por sus expectativasa corto plazo' La cultura y normas sociales del grupo poblacional de origen(en el sistema Cult O.) van siendo adaptadas para acometer la situación ociosavenidera, van, poco a poco, siendo suplantadas por las nuevas formas decomportamiento esperadas y separando al individuo de su posición en laestructura social. Por último, la culminación de la fase de separación se daráen el momento de dejar atrás el mundo doméstico y pasar la frontera real. esdecir, cumplir con los trámites burocráticos de entrada en un país ajeno, elpaso del borde geográfico, el uso de un medio de transporte determinado conun fin también determinado, etc.

A medida que el sujeto va internándose en el sistema, solo o en grupo, e!mundo turístico va predominando sobre el cotidiano, englobando todas y cada

4. En ocasiones, cuando las necesidades económicas del desplazamiento o las ocupacioneshabituales del indivíduo lo imponen, este proceso de separación se dilata en el tiempu, y con ello, losefectos sobl'"e su ICntorno inmediato se diluyen y disfrazan.

una de las actividades y contactos, organizados todos y cada uno sobre las basesdIM ocio, la recreación, el descanso, la aventura, el descubrimiento, o cualquiercombinación de las mismas. El sujeto pasa, en esta segunda fase, a un estadode características socio-culturales, cuando menos, ambiguo, escapando a lasclasificaciones estándar que normalmente puedan ser establecidas para situa­ciones y posiciones de su espacio cultural. Fuera de su tradición, sus costumbresy sus convenciones, sus atríbutos son expresados por medio de una ampliavariedad de comportamientos y símbolos muy extendidos. A nadie en losdestinos extrañan las combinaciones extremas y anodinas en el vestido ycalzado, que ponen de manifiesto caracteres como la comodidad y la frescura,la ruptura del elemento más expresivo de su sociedad (camisa de flores, pantalóncorto no combinado, calcetines y sandalias, acompañados por gafas de sol), perotambién su falta de estatus, de rol y posición en el sistema social visitado.

De igual manera, son liberados muchos de los tabúes, miedos y prohibi­cion~s de Oligen, sus comportamientos en el área visitada expresan la impor­tanCIa de ocupar una posición preeminente y, dentro de los márgenes permi­tidos según el país, es común el abandono de la obediencia a la «legalidad" y/o«moralidad" debida (emocionalmente, nada agrada tanto corno la extravagan­cIa y la conducta ilícita explícitamente permitida). Es decir, todos los atributosque designan a su categoría y grupo en el estructurado orden social cotidianose encuentran temporalmente en suspenso, pasando a ser anónimo comointegrante de una multitud de personas carentes temporalmente de estructurasocial (nadie lilor encima o por debajo) y sólo limitados por la disponibilidadeconómica..'Por el mero hecho de ser «turístas», esta comunidad es depositaríade unos valores, normas y actitudes de transición, conformando una nuevaforma cultural o subcultura (Cult 2" en el sistema) no única, aunque sí bastantehomogénea, que no por repetitiva es menos compleja.

Resumiendo, pues, las dos primeras fases, este individuo, según se vanalejando de su hogar; van disfrazando su identidad real (Jafari, 1987: 5), demanera que cuando interioriza el proceso y los «otros» que le rodean legitimansu nuevo estatus, aquél ha entrado adecuadamente disfrazado, ataviado, equi­pado y transformado en el estado de turismo. En este proceso de transforma­ción en «turista», su cultura de origen queda relegada a la cultura .residuaL>,proclamando su extranjería a través de manifestaciones antiestructurales,fuera. de lo corriente, en contraposición a la vida culturalmente formada yadqumda (ropa, habla, comportamiento) (Pi-Sunyer, 1977: 151). Estos visitan­tes, extraños dentro de una sociedad anfitriona, suelen de esta forma dejar delado no sólo sus propias normas, sino también las del país de destino. El turistasupone o.sabe que en este escenario no corriente su conducta es completamen­te apropIada y aceptable y, hasta ciertq punto, incluso la esperada (Jafari,1987: 7). Encontrarán, de esta manera, aquello que ha sido creado espe­CIalmente para ellos y que ellos mismos han ayudado a crear (Melis y Oliver,1987: 26 citando a MacCannell), un destino turístico, convirtiéndose en unrecurso o mercancía, en un valor de cambio.

En tanto que esto sucede contínuamente, las culturas específicas locales(Cult O,) son adaptadas por los propios residentes (consciente o inconsciente­mente) para los encuentros con los visitantes en un proceso similar al de la

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62 ANTROPOLOGÍA Y TURISMO EL SlSTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES Y ESPECIFICIDADES 63

conversión de individuo en turista. Esto es, los locales para su funcionamientocotidiano necesitan establecer clasificaciones de individuos y situaciones cul­turalmente reconocidas que pongan cierto orden en un entorno aparentementecaótico (múltiples lenguas, expectativas encontradas. etc.), para lo cual sumana los rasgos propios de la actividad turistica tanto los estereotipos que les hansido asignados grupalmente a los visitantes como los que se les ofrecen, porparte de la estructura empresarial, además de sus experiencias concretas(individuales o de grupo) con ellos. Los estereotipos construidos tratan gene­ralmente de simplificar, a nivel de uso, las características de los visitantes;¡-eaIiLándose según la nacionalidad u origen geográfico, sexo, atribución de«raza», etc., de manera que se unifican referentes dispares y se obvian carac­teres no útiles para la relación convenida. Tales clasificaciones funcionales,casi específicas de cada área de destino y en ocasiones individualizables,establecen comúnmente tanto una organización jerarquizada de los visitantesy comportamientos esperados -irreverencia e inmodestia- como de suspreferencias y expectativas con respecto a la cultura local, con lo que loselementos consumibles (desde arquitectura a ceremonias, rituales e indivi­duos) de ésta se transforman cara al público. Evidentemente, entre la culturalocal cotidiana y esta nueva situación hay analogía, pero no una copia exacta.

Surge así una cultura del encuentro (Cult 1,), resultante de las formasadaptadas de visitantes y residentes, que la hacen diferenciarse de las dosculturas matrices y donde cada una de ellas «presta» parte de sus conceptos,valores y actitudes de manera asimétrica, constituyendo en sí misma unu«combinación cultural» única. El punto hasta el cual los roles de los turistas ylos anfitriones, sus culturas, están predefinidos y las expectativas sociales sonconocidas. determina la manera en que los turistas interactúan con los miem­bros de los grupos residentes. Por norma, con el incremento de los visitantesy el abismo abierto entre anfitrión e invitado, se produce un proceso dedeshumanización (Pi-Sunyer. 1977: 155), de manera que los residentes catego­rizan a los visitantes como un recurso o una molestia antes que como personas.Él o ella es anónimo e intercambiable por otro turista y la estereotipación seaplica sin los factores correctivos que son normalmente llevados a cabo en lasprimeras fases del desarrollo turistico. Esto es, los estereotipos son aplicadosvirtual y automáticamente por ambas partes de la relación.

Para los primeros, las fuerzas lúdicas y los deseos de ocio toman un papelpreponderante sobre sus necesidades comentes. La generalización de estehecho legitima los modos de interacción diseñados para capitalizar la relación.El residente. que necesita clasificar a los individuos (al menos, entre propios,extraños y extranjeros), toma tales estereotipos como una guía para los encuen­tros interpersonales, ensalzando la imagen propia frente a la evaluaciónpositiva o negativa de los modelos de comportamiento y, en un númeroreducido de ocasiones, las cualidades personajes de esos «otros generalizados». 5

5. Pi-Sunyer (1977; 152) 5ugiere, en su analbis de una comunidad pesquera catalana, que surgeuna lipología étnica, basada en la suma de experiencias con diferentes nacionalidades yfo subculturas,como una forma práctica de distinguir entre varias categorías de turistas. lo que debe ser esperado dedIos por su forma de comportarse y la respuesta apropiada por pane del anfitrión.

De esta forma. el encuentro entre culturas que podría representar el turismo(Melis y Oliver, 1987: 32), se desvanece con la estandarización de las diversasformas de turismo. Si bien el caso más evidente es el del turismo de masas que,en sus guetos, puede mantener los mismos gustos y aficiones que en sus lugaresde origen y los cambios hallados son los esperados convencionalmente, consi­deramos que los mecanismos descritos para el encuentro funcionan igualmen­te en otras formas institucionalizadas del turismo, llámese turismo de masasindividual o turismo rural.

La cultura del encuentro, o alguno de sus elementos, puede, de formagradual y como parte de los impactos rutinarios del desan-ollo turístico, serincorporada e incluso reemplazar a la forma original ordinaria (cultura local)del anfitrión, comendo el riesgo de homogeneizarse con el resto de losdestinos. Este proceso de sustitución y/o solapamiento de una «cultura deninguna parte» con la local nos lleva a planteamos el turismo como una posibleforma de aculturación;b punto de vista desde el cual el turista es contempladocomo un agente de contacto entre culturas y. directa o indirectamente, la causadel cambio cultural, particularmente en las regiones menos desarrolladas delplaneta (Nash, 1977: 33). Sin embargo, en su análisis, hemos de tener en cuentaque, si bien los antropólogos nos solemos centrar en el estudio de las pobla­ciones anfitrionas. el turista es también afectado.

Cuando el turista regresa a su cotidianidad (fase de agregación de VanGennep) no es, estrictamente, el mismo individuo que partió. Vuelve cargadode experiencias, emociones y recuerdos que contaminarán del <virus turisticona otros como él; pero también todo aquello que fue modificado en los prelimi­nares del viaje realizado, sobre todo lo concerniente a comportamientos eimagen pública, ha de ser restaurado, aunque no lo será de igual manera.Teóricamente, puesto que desgraciadamente no abundan los trabajos antropo­lógicos sobre los turistas que se incorporan de nuevo a su vida cotidiana, lasprincipales sociedades generadoras de turistas deberán a largo plazo ir incor­porando elementos de esas culturas del encuentro de los diferentes destinosvisitados por sus gentes. En cualquier caso, en la memoria de la gente,convertida alguna vez en turista, quedan las escenas captables en imágenes ylos sentimientos preformados y que le han sido vendidos. El ritual repre­sentado, la naturaleza aparentemente impoluta, la emoción de la aventura,quedan rápidamente inmortalizadas, con el desarrollo tecnológico, en unapelícula fotográfica o en video. Lo efímero, el simulacro de la realidad, pasa aser «lo auténtico», y el compartir, ,do democrático», queda sumido en unaforma paralela al estilo de vida, el consumismo.

La oferta turistica se basa siempre en estampas y promesas excitantes deru~tu~a.con el rit~o de vida cotidiano, cáli¡das playas y ambiente tropical parael mdIVIduo de CIUdad O enormes ciudades comerciales-culturales para losintegrantes de la población periférica, Paradójicamente, el sistema se adaptaa los individuos a la vez que acomoda a éstos a sus requisitos de mercado. Eneste sentido, el turista es la -materia prima» que genera utilidades (Molina,

. o. Recordemos que por aculturaci6n es.tamos entendíendo los procesos y acontecímientos queproVIenen del contacto entre dos o más culturas. separadas y autónomas en prindpio.

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64 ANTROPOLOGíA Y TURISMO r EL SISTEMA TURíSTICO: GENERAUDADES y ESPECIFrCIDADES 65

0~~~~~~A~~~~-~~LT~;~~ DE ORIGE~

¡{ Cult O•• culturas de las múltiples sociedades generadoras de luristas

( Cult O, • culturas de las sociedades de destino sin su conversión )a objeto promocionable

Cult 2•• el individuo abandona la corriente cotidiana y se suma

~temporalmente a un nuevo grupo (turistas) más o menoshomogeneizado y cargado de expectativas y estereotipos. Formacultural no única. Proceso continuo

iI

Cult 1•• Cultura del encuentro. Surge a) por adaptación de Cult O, por ios propiosresidentes, sumando a sus rasgos propios los estereotipos Que le han sido asignadoso que su propia experiencia les dicta, y b) por la conjunciÓn con Cult 2•. Constituye uncruce cultural único resultante de las formas adaptadas de residentes y visitantes.

~/ Cult 1, - Vanación gradual de Cult 0" pudiendo llegar a sustituirla como parte de 10S:)\

impactos rutinariqs, homogeneizándose con el resto de los destinos. Ello secompensa con. una imagen construida en continua evofución que mantendría eldestino con algunos retazos de originalidad.

---- -

FIG. 3.2. Resumen de las culwras implicadas y los cambios producidosen el proceso turístico.

1991: 79-81) Yni ellos ni los integrantes de las poblaciones locales se beneficianintegralmente de este modelo "industria!>, que conforma escenarios, materia­les e inmateriales, dando lugar a una experiencia ya un conocimiento limitados.

En este diseño, las representaciones carecen de capacidad para obrarexperiencias auténticas (MacCannell, 1976: 99) y muestran escasas actividadesque se puedan elegir libremente y sean practicadas según una motivaciónintrínseca, Sin embargo, el turismo se presenta como una potente posibilidadde ampliar los puntos de vista (la mirada o gaz.e de J. Urry), así como laconciencia medioambiental, y de comparar efectivamente las distintas reali­dades, es decir, potencia la globalización y la homogeneidad. Para ello, tosindividuos practicantes han de consumir visualmente el entorno visitado,captando las imágenes que estéticamente son construidas según los cánonesde belleza al uso y las expectativas extraídas del turista potencial. De estaforma, lo cotidiano es adornado con pautas de comportamiento, emociones ocolores hasta transfigurarlo y convertirlo en una forma de ser, un paisaje,manufacturado y frívolo en aras del beneficio económico.

La imagen «rea!>" lo cotidiano, por extensión de la lógica de mercado se

reinventa en una copia cuya calidad se mide en términos de "parecido a». Seconvierte así en un argumento para su venta (exportación) como imagen«crea'rla» o «construida», mostrando las facilidades de acceso, inocuidady exotismo, en el modelo clásico, o la "peligrosidad», riesgo, desamparo yaventura, en las más refinadas formas de diseño en las nuevas experienciasturísticas.

Usualmente, la imagen creada es organizada en dos grandes categorías, lopintoresco y lo grandioso, que se definen a partir de una serie de fundamentoso códigos (Ronai, 1976: 146-150, refiriéndose al paisaje) generales, útiles parasu análisis:

1. El código psicológico: a partir del cual se buscan figuras o repre­sentaciones que evoquen emociones o revivan experiencias.

2. El código estético: el juego de colores, distancia, textura, etc., quepresenta el entorno como una obra de arte antrópica o física.

3. El código inconsciente: atribuyendo al destino deseado adjetivos queorienten al receptor en forma de mensaje subliminaL

4. El código mítico: referencia a lo irracional, la fantasía, el «paraísoperdido», con ciertas características de sus gentes pero resaltando siempre, ysegún el destinatario, su arcaicismo o su progreso.

5. El código estratégico: resalta la posición privilegiada atendiendo a losvalores que se quieren destacar.

6. El código geográfico/humano: exposición épica de características físi­cas como geomorfología, clima, etc., dando especial importancia a los contras­tes. Del mismo modo se trata a los habitantes del área y se exponen los rasgosque se le pretenden.

7. El código infraestructural: la comunicación con el destino, pero ha­ciendo énfasis en los vectores propios de la comodidad para la vacación y/oviaje, remarcando la posibilidad de evasión o, en su caso, las ideologíasmedioambientalistas.

Éstos, incluyendo en ocasiones la gestión de las áreas, se complementancon la imagen gráfica (parcializada según el propósito) y son articulados através de la publicidad y el resto de los medios de comunicación de masas.

La conformación del destino-espectáculo. donde todo 10 que acontecepuede ser construido y regulado como pintoresco, concluye con su presenta­ción a la población consumidora con una uniformidad de estilo, léxico ytemática (según los grupos de destinatarios) e iconos rep¡'esentativos estándar.En este ámbito la fotografía, como imagen fija reproducible en la experienciaindividual, y el vídeo, como imagen en movimiento igualmente reproducible,erigen el destino en un escenario donde 10f espectáculos manifestados en suventa son continua e individualmente repetibles. A partir de ello, se da unavaloración fundamentalmente estética del área ocultando las posibles contra­dicciones, tanto entre el espacio y el resto de la sociedad anfitriona como entrelos grupos sociales que la componen, ofreciendo una aparente armonía, Deesta forma, se impone la aceptación de tales contradicciones y la participacióno connivencia en su proyección espacial. El sujeto de la mirada, el turista-actor,

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66 ANTROPOLOGÍA Y TURISMO r EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES Y ESPECIFICIDADES 67

aprehende la imagen como parte de «lo natural» y como un objeto de la culturaque visita (normalmente oculta tras el velo de la industria) en un ejercicio decodificación e interpretación desde su modo de vida y cultura de origen,mediado por e! sistema turístico. La espacialidad y la temporalidad de locotidiano son limitadas, cuando no suspendidas, a priori reforzando e! carácter«inmortal» de lo creado.

Si bien las características individuales del turista (grado de instrucción,lugar de residencia habitual, expectativas, etc.) van a condicionar en mayor omenor medida la aprehensión de la imagen del destino, los estereotipos queen la actualidad son difundidos por los medios de comunicación de masas(Bardón Fernández, 1991: 37) la desvirtúan y fuerzan al individuo a adaptarsu propia observación/participación a la imagen que resulta más convenienteal negocio turístico. Y algo parecido, pero de consecuencias más duraderassucede a los poblados de destino.

---------------,TURISMO siguiendo MODELO CLÁSICO

Muestra:facilidad de acceso· inocuidad· exotismo

NATURAL YIO CULTURAL

TURISMO Siguiendo modelo «NUEVAS EXPERIENCIAS- (o tendenCias)

Muestra:peligrosidad· riesgo -desamparo - aventura

NATURAL - CULTURAL

EN AMBOS CASOS:..Lo real .. se reinventa en términos de ·,parecido a..

TIMAGEN CREADA

Organizada en lomo a dos categorias:LO PINTORESCOLO GRANDIOSO

Se conforma elDESTINO· ESPECTÁCULO

Caracterfsticas:

• Ocultación de contradicciones• Ofrecimiento de aparente armonía• Espectáculos de venta continua e individualmente repetibles• Espacialidad y temporalidad limitadas o suspendides

(refuerzo del carácter -inmortal- de lo creado)

FIG. 3.3. Relación de la imagen creada y el deslino.

Ahora, si partimos de que el área de destino es algo más que un simpleespacio físico, que es el resultado de la proyección cultural de los grupossociales que en él han habitado, que se toma como símbolo de identidad másque como mero entorno, hay que admitir a priori que la interiorización dela nueva imagen por parte de los locales va a causar, cuando menos, modifi­caciones culturales a corto plazo. Cuando los anfitriones han de asumir enla vida diaria/laboral los patrones de imagen creados por otros y apoyadospor aparentes resultados positivos, al menos en lo económico, éstos sonlegitimados y dados por válidos, socializando a las nuevas generaciones conesos nuevos valores, aunque no podamos achacar este comportamientosiempre y exclusivamente al turismo. En el peor de los casos, los actores-an­fitriones, a merced de los cambios de tour-operadores y gustos de las socie­dades de origen del turismo, comienzan a tomar su pasado e incluso sucotidianidad como parte del espectáculo, pudiendo convertirse en caricatu­ras de sí mismos.

Con la irrupción de un grupo social más o menos homogéneo, el turista,se dan valores nuevos a objetos (como símbolos), a relacio .es efímeras, a lasposiciones sociales y a las ocupaciones de la gente, renacen historias, cuentosy leyendas, el paso de lo religioso-festivo a lo profano adquiere un nuevo sentido(objeto de intercambio económico) y cuando no existen esos rituales se.reinventan». La representación de labores y/o rituales tradicionales, el com­portamiento público, los cánones del prestigio, el reconocimiento familiar y/ogrupal, las representaciones individuale~, son objeto de cambios más lentosque la economía o el medio físico ba10 el peso del turismo; tal vez por elloconozcamos tan poco de estos aspectos.

3. Thrismo y desarrollo: revisión de los impactos generados

Las gentes que padecen o disfrutan de las principales consecuencias quegenera el turismo, sean positivas o negativas, son los habitantes de las colecti­vidades locales de las regiones de destino. Éstos no son siempre simples sujetospasivos del cambio y, aunque sólo en extrañas circunstancias promuevenconscientemente el encuentro, no se pueden negar ni las ventajas económicas,en principio y con frecuencia necesarias y útiles, ni que en ciertas ocasiones e!desarrollo turístico brinda a los locales, como grupo, la posibilidad de abrirseal mundo exterior y promocionar su identidad cultural. Ahora bien, e! turismoes generalmente impuesto por factores externos en función solamente deimperativos económicos, sin ocuparse de los efectos que éste conlleva, loscuales han ido incrementándose desde la déc~da de los treinta en complejidady contradicción. Este hecho ha llevado, tal vez en demasiadas ocasiones, aemitir juicios y ponderaciones poco deseables sobre la bondad o maldad deldesarrollo turístico.

El procedimiento general para el estudio de los impactos de! turismo,según Nash (1987: 5), ha consistido en poner de relieve alguna asociaciónestadística, o de otro tipo, entre la aportación turística y otros desarrollos ensociedades anfitrionas y, de ahí, concluir con más o menos acierto una serie

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68 ANTROPOLOGÍA Y TURISMOr

EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES y ESPECIFICIDADES 69

de relaciones, mayoritariamente negativas, entre ambos. El problema surgecuando los mecanismos, técnicas y pasos para determinar las variables yrelaciones en este proceso no se hacen explícitos. Para que las afirmacionesacerca de las consecuencias y aportaciones de! turismo, tanto hacia las socie­dades anfitrionas como para con las generadoras de turistas, puedan seraceptadas con confianza es necesario que el investigador, por una parte, seprovea de la información etnográfica disponible del área de destino (endemasiadas ocasiones habrá que «etnografiar» el destino), y por otra, hagaconstar cuáles han sido sus consideraciones metodológicas, cuál el modeloseguido.

Con este fin, e! de proponer un modelo general de valoración/asesoramien­to de los efectos que ocasiona e! turismo, hemos dt: partir de las consideracio­nes ya realizadas sobre las tipologías de! turismo, turista y desarrollo turístico.Es decir, partiendo del conocimiento etnográfico del destino, tendremos queresponder a una primera cuestión, ¿quiénes son los turistas?, verificandovariables como propósito del viaje, voluntariedad, transporte utilizado, dura­ción de la estancia o permanencia, repetición, etc., para posteriormente exa­minar la forma y tipo de desarrollo turistico que se ha dado en el área deestudio. Para ello. es posible seguir el modelo propuesto por Pearce (1986 y1992), consistente en;

1. Examinar el contexto del desarrollo (medio ambiente, sociedad, cultu-ra. economía, etc.).

2. Examinar cuantitativa y cualitativamente el desarrollo del turismo.3. Realizar previsiones futuras del desarrollo del turismo.4. Identificar las diferencias entre 2 y 3.

Respondiendo a cinco cuestiones de carácter específico. fundamentalesen el análisis: ¿cómo ha comenzado el desarrollo? (natural/construido; pú­blico/privado... incluyendo el tipo de atracción al destino). ¿dónde ha comen­zado a desarrollarse el turismo? y ¿cuáles han sido sus vías de expansión?(aspectos espaciales), ¿quiénes son los promotores del desarrollo? (públi­co/privado; local/foráneo; individual/corporativo... ) y ¿cómo se ha realizadoel desarrollo? (interrelación de factOl'es como necesidades económicas einfraestructurales. seguimiento de la planificación. proceso de ventas... ).además de indicar cuál es la distribución regional de los núcleos turísticos.se podrá iniciar un estudio exhaustivo de los impactos generados por eldesarrollo turístico.

El proceso debe llevarse a cabo, en la medida de lo posible, a través deparámetros y expresiones cuantificables, como capacidad de carga, efectodemostración y efecto onda (Nash. 1987; 6), y/o explicitando los niveles deanálisis de aquellas variables de lipa cualitativo incluidas en la investigación.

Los impactos generados7 deben ser asociados en tres categorías;

7. Estamos aquí partiendo de la base, sugerida por Miosec (d. Pearce, 1986: 3). de que losimpactos particulares están conectados a desalTollos t::specíficos (véase la tipología de Peck y Lepit:.1992, en apartado 1.1) Y. por tanto, sólo son comparables en términos de parámetros generales, más omenos abstractos, inducidos a partir de la cuantificación de los factores reseñados.

Il-) Impacto económico. Costes y beneficios que resultan del desarrollo yuso de los bienes y servicios turisticos. _

B) Impacto físico. Alteraciones espaciales y del medio ambie?-te.C) Impacto social y cultural. Cambio en la estructura colectIVa y f?rma

de vida de los residentes en las áreas de destino. incluyendo las consIderacIOnesde este impacto sobre el nivel interpersonal.

Ahora bien, es necesario aclarar que, de alguna manera, tal división esartificial o metodológica, puesto que. t:n realidad, los saltos de una a otracategoria son normalmente indistinguibles y sus contenidos suelen estar,cuando menos, íntimamente relacionados."

Con la aplicación del modelo es posible afirmar que la naturaleza de losimpactos del turismo sobre una población dada es el producto de la mterrel~­

ción de complejos factores políticos y económicos, tanto como de ~a geografíaparticular. el tamaño de la misma y las caracteristicas recreaclOnales queatraen a los turistas o las posibilidades de empleo que la hacen foco de laemigración laboral (Peck y Lepie. 1977; 171-172; De K~dt, 1979: ~; Lea,1988: 66). El modelo además sugiere que el índice de cambia ~ la magmt~ddelos mismos afecta a la integración de las gentes del destmo; ademas. lanaturaleza del cambio asociada con el turismo debe ser correlacionada con lasfuentes de regulación del poder. tanto político como ec~n~mic~, que .emergecomo un factor central diferenciado en los impactos tunstlcos. El OCIO, en elsistema turístico, ha sido reemplazado por el consumo (Melis y Oliver,1987: 11) y éste juega un papel central en la reproducción de la estructuraeconómica y en la existencia cotidiana, legitimando a través del procesoturístico un poderoso sistema aculturativo.

3.1. EL IMPACTO ECONÓMICO DEL TURISMO

El desarrollo del turismo ha sido acompañado por cambios en la estructuraeconómica de los destinos Y. si bien los efectos del turismo sobre la economíahan sido los más intensivamente descritos, poco se conoce acerca de talescambios estructurales en los niveles regionales y locales (Archer. Shea y Vane,1974; Wall y Knapper. 1981; Aga Khan, 1994; Ascanio. 1994; Becker y Brad­bury. 1994; Archer. 1995; Archer y Fletcher, 1996). dirigiéndose la mayoria de

8. Una muestra de ello la encontramos en que muchos investigadores aplican la distinciónrealizada por la UNESCO (1976) entre impactos socioeconómico y sociocultural, diluyendo en amboslos impactos sobre el medio ambiente. j

9. En situaciones donde los grupos ya estén aculturados. éstos tienen toscament.e igual poder,con lo que a la mínima ruptura la comunidad puede deSIntegrarse co"?o tal (Peck y Leple. 1977: J72),potenciando circunstancias que algunos han tildado de .. neocolomahstas-. En c~alqU1ercas~. ~e hade diferenciar entre el neocolonialismo, al cual nos referimos como una consecuencia de las. tradiCIOnesdel juego polftico~econ6micotendentes a tomar los destinos C?ffiO satélit~sde la metrópoh (Centr~eu.ropea), del etnoccntrismo (Smith. V. L., 1977: 68). Éste. patrocmado también por.el fenómeno tUrfsnc~.

se debe más al turismo de elite y de masas, formado fundamentalmente por trabajadores de clase mediao bien por una clase rica y ociosa, que una vez al año se desprenden ~e la percepción de sí mis?'l0s. setran~forman en turi~tas y comparan y manifiestan su estándar de VIda. supuestamente superior. conel de los locales-anfitriones que ellos visitan.

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70 ANTROPOLOGtA y TURISMOr

EL SISTEMA TURtSTICO: GENERALIDADES y ESPECIFICIDADES 71

los estudios a niveles nacionales e internacionales (Peters, 1969; Thuens, 1976;Gray, 1982; Summary, 1987; Blundell, 1993; Abram, 1996).

El énfasis puesto en la realización de estudios sobre los efectos económicosdel turismo es debido a factores tales como:

1. Comparado con los impactos físico y social, los impactos económicosson relativamente fáciles de medir.

2. Desde la década de los treinta hasta la actualidad han sido recogidosgran cantidad de datos relativamente fiables y comparables sobre los aspectoseconómicos de! turismo.

3. La extendida creencia de que e! turismo puede producir rápidas yconsiderables ganancias, que lo constituyen como una fuerza positiva para lasolución de problemas económicos en corto plazo.

La mayoría de estos estudios enfatizan el aumento de los beneficioseconómicos en las áreas de destino, a través del desarrollo de bienes y serviciosturisticos que revierten positivamente a escala local. Pero a lo que dan másinterés los investigadores de este impacto es a cómo tal desarrollo acompañadopor la cobertura de actividades recreacionales se convierte frecuentemente enla mayor contribución a la balanza de pagos nacional y en una manera deredirigir la disparidad regional tanto de ingresos como de empleos, causadapor la elección turística y las posibilidades reales para llevar a buen términootras industrias. •

Otros factores que han pasado a ser tópicos de las diversas investigacionesserán: intercambio comercial, ingresos para el pais anfitrión, precios, distri­bución de beneficios. propiedad y control, e ingresos para el gobierno.

A partir de estos factores, un estudio antropológico que pretenda relacio­nar el turismo y el desarrollo económico de un área, deberá examinar ambasvariables de manera simultánea y diacrónica, desde dos niveles diferentes (Lea,1988: 37). De un lado, desde la discusión político-económica que sopesa losbeneficios económicos del turismo contra un amplio bagaje de costos y, deotro, al nivel del análisis microeconómico, a través de las complejas interac­ciones, no siempre comprendidas, del turismo propiamente dicho con diversossectores de la economía y los diversos grupos sociales que interactúan tantoen las áreas de destino como en las afectadas por la atracción que aquellasejercen. Con ello se podrán plantear cuestiones como la generación de empleoy la amplitud de la posible dependencia destino-generador.

3.1.1. Costes y beneficios del turismo

Con el turismo como panacea de desarrollo, siguiendo a Mathieson y Wall(1986: 36), hasta la década de los setenta sólo unos pocos estudios examinabanlos costes económicos, directos e indirectos, que suponia para las áreas dedestino la entrada en el mercado turístico. De este modo, en la literaturaanterior se ponían de manifiesto los múltiples beneficios generados por estamdustna, arguyendo que no sólo potenciaba el desarrollo económico, sino queademás aliviaba los problemas de desempleo y, a largo plazo, proveería de

ingresos elásticos que podrían llegar a sustituir las exportaciones tradicionales,supuest>amente de futuro más incierto. Esto es, el turismo sería el mayorcontribuyente al crecimiento económico sostenido (Mathieson y Wall,1986: 41), a través de la transformación/modernización desde la economíaagricola tradicional a una economía basada en los servicios. Este hechosupondría en si mismo el impulso de la actividad empresarial y, con ella, lageneración de un bucle creador de infraestructura, relaciones con el exterior,etc., con el poder de un multiplicador. 10

En este sentido, los propulsores del turismo se refieren a tres tipos deefectos, encadenados sobre la economía local, que compensarán los gastosoriginados. Así, los efectos primarios serán aquellos inducidos por el desem­bolso de moneda extranjera en un país anfitrión, que ajustan el gasto directorealizado inicialmente para dotar de infraestructura el destino. Los efectossecundarios surgen con los múltiples contactos del sistema turístico con otrossectores, minimizando los gastos indirectos ocasionados bien por la reposiciónde las existencias de los establecimientos turísticos, bien por el pago desalarios. Por último, los efectos terciarios, en tanto estimulación de la inver­sión, justifican los gastos inducidos y el incremento del consumo.

Ahora bien, como correlato del optimismo y pesimismo teórico antesexpuesto, surge un debate general que se cuestiona:

a) La importancia de las exportaciones -divisas- sobre la economíalocal (en relación a lo que representan las importaciones tanto directas, estoes, bienes y servicios consumidos inmediatamente por el turista o usados porel sector turístico, como indirectas, es decir, materiales sin elaborar, bienes yservicios manufacturados por productores locales para satisfacer la demandaturística).

b) El ascenso en el crecimiento del producto nacional, a través del efectomultiplicador.

e) Que sea una fuente de ingresos gubernamental.d) El valor real de los empleos generados por el turismo, en relación a la

inversión equivalente para crearlos como dependientes del sector industrial(por ejemplo, textiles).

e) La creación de infraestructura, puesto que los servicios motivados porel mismo suelen estar dirigidos hacia la satisfacción del entretenimiento y elocio (por ejemplo, piscinas, casinos, clubs nocturnos ... ).

Concluyendo: el liderato del turismo, siendo en principio bienvenido comouna forma de diversificación, suplanta las ganancias provenientes de lasactividades tradicionales y abre la economía, ~anto a nivel local como nacional,a la inestabilidad, fruto de los cambios en las rutas turisticas, la influencia degrupos transnacionales, la disminución de la publicidad, etc., y a la varíaciónproductiva estacional.

JO. El muJtiplicadorde ingresos puede serdefinido como la relación existente entre Jos cambiosdebidos al turismo ldirectos, indirectos e inducidos) en una economfa y el efecto de cambio de esaeconomía por sí misma.

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72 ANTROPOLOGÍA Y TURISMO EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES Y ESPECrFICIDADES 73

Ante tal situación, las pequeñas economías pueden tender bien hacia ladependencia, bien hacia su dualización. Cuando «optan» por una economíadual, tratan de incrementar sus ingresos a través de la búsqueda del equilibrioentre dos fuentes de ingresos (tur'ismo y actividades productivas tradicionales),controlando la producción y distribución, y compatibilizando la estructuralocal con la nueva organización, en una explotación más «racionaln de la fuerzaeconómica del capitalismo -oferta y demanda, ampliamente entendidas­(McKean, 1977; Sutherland, 1986).\\ Sin embargo, cuando no se produce taldualización -situación más frecuente de lo deseable para los planificadoresdel desarrollo-, el tu¡-jsmo provoca o refuerza la tendencia inflacionaria(Cohen, 1984: 384; Prod'homme, 1985; Lea, 1988: 50) y una institucionaliza­ción del subdesarrollo estructural (Cohen, 1984: 384).

Dicha tendencia inflacionaria establece presión bien sobre recursos amenudo insustituibles (por ejemplo, suelo; Noronha, 1979: 188), bien en tomoa precios e impuestos que afectan directamente a la población local, normal­mente sin tener en cuenta los usos y costumbres anteriores. Este «pagar máspor lo mismo» puede variar según los tipos de turismo que visiten la zona, demanera que mientras, siguiendo la tipología de Cohen (1972), con el turismono institucionalizado no se notaría tal efecto, será con e! turismo instituciona­lizado, sea individual, sea de masas, sea el chárter (Smith, 1977) cuando lainflación comenzará a notarse en e! incremento de los precios, primeropaulatino y luego desmesurado, de la tierra, los bienes, la comida, etc., en un

• continuum que acompaña al desarrollo del núcleo visitado.La institucionalización del subdesarrollo estructural, beneficiando a los

locales que están directamente involucrados en el desarrollo turístico(Cohen, 1984: 384), conlleva la penetración de capitales e intereses financie­ros foráneos, conduciendo a la pérdida del control local sobre la actividadque crece desproporcionadameme y desarticula los otros sectores producti­vos tradicionales; a la vez que lleva rápidamente a la población local a unnivel de vida en muchos casos superfluo y poco sólido, marcado por elconsumo.

En cualquier caso. la magnitud del impacto económico está condicionadapor factores (Mathieson y Wall, 1986: 52) tales como:

A) La naturaleza de los principales servicios y su atractivo para losturistas.

B) El volumen e intensidad del desembolso de los turistas en el destino.C) El nivel de desarrollo y la base económica de! área de destino.D) El grado de recirculación del desembolso turístico al interior de! área

de destino.E) El grado de ajuste que ha tenido el destino a la estacionalidad de la

demanda turística.

I .t 1. Suth~r1and (1986) observa ~ste tipo de eompunamienlO adaptativo al nuevo fenómenotUflS[}CO en Bt:hct:, dond~ los patrones de desarrollo de los negocios de la pesca y del control local delos recursos se ven repetidos en el desarrollo del turismo.

En tanto que prácticamente todos son cuantificables y han sido tratadosampHa y específicamente por economistas. tales factores deben ser analizadosbien en equipos interdisciplinares, bien recurriendo a los índices de_medida yfórmulas propuestas desde la teoria económica del turismo (véase por ejemploe! manual de Figuerola, 1990).

3.1.2. El turismo como actividad empresarial y su actuación intersectorial

Hasta el momento actual, los investigadores sociales han mostrado pocointerés en ayudar a conducir de forma seria y sofisticada a la empresaturística (Smith, S. L. J., 1988: 182), lo cual se evidencia en el contenido yperspectiva de las definiciones que antes ofrecimos, yendo desde la califica­ción de acciones al tratamiento de los impactos. Tal vez por ello, los líderesde la empresa han visto como irrelevante a la comunidad académica para e!desarrollo y la toma de decisiones. Sin embargo, creemos que el entendimien­to del turismo como sistema puede proveer a los empresarios del mismo deuna adecuada definición donde conjuguen la demanda, el tipo de turismo,las características viables de sus negocios y las posibles motivaciones alconsumo, todo ello sin descartar la posibilidad para los investigadoresacadémicos de estudiar los elementos consecuenciales de las relaciones quetal actividad empresarial supone.

A tales efectos, podemos considerar el comportamiento del sistema tmís­tico con una lógica similar a la de la producción de cualquier otra merc;,ancía(puntos de producción. redes de transporte, puntos de consumo, etc.) (Gaviria.1978: 52), aunque ello no lleve consigo que tenga que ser entendido exclusiva­mente en términos de los bienes y servicios que produce.

De esta manera podemos decir que, institucionalizado. el turismo imponeconsiderables demandas para el suministro de bienes (artículos de origenanimal y vegetal, artesanía, antigüedades ... ) y servicios (actividades deportivasy recreativas, actividades de ocio, condiciones sanitarias, alojamiento ...) conlos que realmente se identifica. definiéndose el desarrollo del sector en tantoque tales demandas aumenten.

Pero el turismo moderno no está confinado al viaje y la acomodación delos visitantes, sino que incluye una larga lista de actividades (Lea, 1988: 5)dependientes tanto de la capacidad de suministros a nivel local como del tipode suministros requeridos y del desarrollo turístico del área. De manera quelos centros receptores se ven obligados a la formación de un equipo comercialque podriamos llamar turístico (Fernández Fuster; 1985: 466). Una lista de talesnegocios debería al menos contar con cinco categorías:

Ia) Artículos alimenticios: pescaderías, carnicerías y fiambres, pastelerías

y panaderías. heladerías, restaurantes y cafeterías, bares.b) Alojamiento y recreación: hoteles, apartamentos, pensiones, discote-

cas, salas de fiesta, escuelas de vela. etc.c) Transpol1e: agencias de viaje.d) Servicios médicos: farmacias y centros asistenciales.e) Otros: banca, venta de souvenirs, prensa, articulas deportivos, etc.

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74 ANTROPOLOGÍA Y TURISMO EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES Y ESPECIFICIDADES 75

Manteniéndose los porcentajes desde los años ochenta, por término medioel desembolso realizado por los turistas se r~parte entre alimentación, quealcanza un 25 %; alojamiento, con un 27 %, Yel transporte, un 23 %, quedandopara e! resto de los negocios, en tomo al 25 % (figura 3.4). Los efectossecundarios que derivan de esta proporción revelan claramente que, hablandodel turismo institucionalizado (donde los operadores controlan alojamiento,comida y transporte), los negocios posibles para los locales se reducen general­mente a menos de la cuarta 1" ~rte del total, es decir, representan como tal uninput bajo. Pero aun así, modifican la actividad comercial del área de maneradirecta, en tanto que el tipo de productos se especializa en la demanda turística,e indirecta, puesto que el núcleo turístico tendrá una mayor dotación comercialque e! resto del área. Ello, acompañado de la tendencia inflacionaria (aumentode precios), conlleva de una parte una disminución de posibilidades de com­pra de productos de consumo tradicional por parte de los locales y, de otra, undesequilibrio de ingresos comerciales, generando una fuerte competencia conlos inversores externos por el suelo «útil" desde la perspectiva del negociante,esto es, una pérdida del control también de esa pequeña proporción.

Así pues, la empresa turística se compondría de un grupo heterogéneo deestablecimientos que proveen de una amplia gama de bienes y servicios parael consumo de los turistas (Archer, 1972: 42), obteniendo una pequeña partede sus ingresos de la venta de sus productos a los locales. Ahora bien, otrossectores de la economía pueden ser influidos por el gasto turístico, dependien­do éste .de la dbtribución del círculo inicial del desembolso turístico y de lasuniones (intersectoriales) de la economía» (Mathieson y Wall. 1986: 74). Pero¿en qué sentido se muestra tal influencia?

La finalidad de! turismo se orienta al consumo privado, encuadrado en un«sistema total expandido» (McKean, 1977: 100) de corte capitalista, y ello haceque, si bien depende directamente de todos los sectores productivos, suparticipación en los mismos sea baja y, en muchos casos, se refiera, como parteque es de ese macrosistema, a relaciones intersectoriales a nivel internacional.

Por ejemplo, para la agricultura o la pesca, aunque existen casos docu­mentados donde el desarrollo del turismo ha frenado el declive poblacional enáreas marginales, induciendo el incremento de ganancias agrícolas (Green­wood, 1976: 138) o pesqueras (SutherIand, 1986), el cambio estructural desde

el sector primario al turismo, desde una economía tradicional a otra similar ala industrial, sabemos que significa una emigración,I2 con el subsiguienteabañ'dono de las zonas de hábitat tradicional (salvándose, sólo en parte, laslocalidades que reúnen condiciones turísticas al convertirse en núcleos recep­tores), y un cambio de conducta y ocupación laboral.

Bryden (1973: 33) aportó, con su trabajo en las islas del Caribe durante ladécada de los sesenta, que el declive de la producción agrícola, corno conse­cuencia del proceso descrito, redujo ]a autosuficiencia en producción alimen­taria y aumentó la necesidad de importar comida por encima del cuatro porciento anual. Este tipo de cambios significa, por regla general, un incrementoen la proporción del desembolso turístico usado para pagar bienes y serviciosimportados, que ha de sumarse a los pagos realizados por la administraciónespecializada, los equipos y materiales de construcción, etc.

Aun reconociendo que estos cambios no son endémicos del turismo, éste,sin ser la mayor de las causas, ha contribuido directa o indirectamente a ]aaceleración de los mismos, incrementando la competición por la tierra y suprecio, alentando la venta de suelo y contribuyendo, con ello, a la fragmenta­ción de las propiedades. '3 Otros sectores, como la construcción, si bien fre­cuentemente se ven alentados por el turismo, sólo mantienen una relacióntemporalmente acotada con el mismo (etapa inicial), generando movimientospoblacionales que contribuyen a la desestabilización del área de destino.

Con todo, tales impactos pueden ser paliados, afectando al alcance ydistribución de la rentabilidad y las transacciones, con un mayor compromisoy control (poder). comunitario sobre la magnitud y velocidad del desarrolloturistico. .

3.1.3. El turismo, generador de empleo

Según Boyer (1972),14 el desarrollo del turismo es reflejado en la estructurade ocupación local por una expansión de centros de servicio de la economía.El turista debe, como ya dijimos anteriormente, ser transportado, alojado yasistido, pero, secundariamente, necesita también de una provisión de activi­dades ociosas, para todo lo cual precisa un número, más o menos amplio, depersonal en edad activa para el desempeño de funciones en la actividadturística (generalmente no superior a los 45-50 años).

Se suelen diferenciar tres tipos de empleo (Archer, 1973; Golfe, 1975;Vaugham, 1977; Mathieson y Wall, 1986; Lea, 1988) generados como conse­cuencia del desarrollo turístico:

25 %

25 %

,.:~

,

27 %

23 %

FIG. 3.4. Representación porcentual del desembolso turístico por grupos de negocios.

PI Alimentación

O Transporteo Alojamiento

• Resto

12. Jurdao Arranes (1987: S) corrobora uno de los peligros que conllevan tajes emigracionesdesde zonas rurales a urbanas. As!, dice.•105 jóvenes campesinos de Mijas (Málaga) abandonaron susestructuras económicas familiares campesinas para irse a trabajar como albañiles a la costa. Los padresqut:darfan solos t:n sus tierras, sin posibilidad de seguir labrándolas por falta de mano de obra_o

13. La tierra es vendida en pequeñas unidades y altos precios y esto contribuye a la inflación.Las víctimas de esta inflación son los jóvenes residentes que intentan adquirir tierras o viviendas(Mathieson y Wall, 1986: 86).

14. Citado por Nash, 1977: 43.

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A) Empleo directo, que es el que surge como resultado del desembolsode los visitantes en los núcleos turísticos (por ejemplo, hoteles, apartamentos,etcétera).

B) Empleo indirecto, que, aunque no resulta directamente del desembol­so turístico, comprende todo lo que se refiere al suministro de turistas (porejemplo, transportes. banca, agencias, etc.).

C) Empleo inducido, es el empleo adicional que resulta de los efectosmultiplicadores del turismo -residentes locales- (por ejemplo, cambio demoneda, suministro de mercancías desde otros sectores, comercio, etc.)

a) ¿Quiénes son empleados como resultado del proceso descrito?b) ¿Qué tipo de puestos de trabajo están disponibles?e) ¿Qué grado de especialización requieren y qué expectativas laborales

tienen esos empleos?d) ¿Qué distribución geográfica tienen los empleos generados?e) ¿Qué inversión de capital requiere crear estos empleos?f) ¿Qué contribución tienen estos empleos a la economía local, regional

y nacional?g) ¿Qué importancia futura tiene la actividad turistica como generadora

de empleo?

Con esta categorización, Vaughan (1977: 10) calcula la proporción delefecto multiplicador que atribuye a cada uno, afirmando, y ello no es sorpren­dente, que la mayoria de los trabajos son creados en lo que llamamos empleodirecto. Esto es. los visitantes que usan más intensivamente los tipos dealojamiento como el hotel generan de forma equivalente un mayor númerode empleos. Anteriormente, Archer (I973: 76), analizando la actividad turisticade Anglesey (Gran Bretaña), calculó que por cada nueve puestos de trabajocreados directamente por el turismo aparece, como resultado, un puestoadicional inducido, funcionando como un multiplicador continuo que generados veces más empleo por unidad de gasto que e! sector industrial.

Para el análisis de esa fuerza de trabajo se deberá responder al menos alas siguientes cuestiones (Mathieson y Wall, 1986: 76):

Alrededor del núcleo en desarrollo, surgen expectativas de empleo queatraen, en un primer momento, a individuos localizados en torno al á¡-eaafectada. Al poco, la atracción se extiende, bien por medio de contratas, biena nivel individual, más allá de las fronteras geográficas de aquélla y de lasfronteras laborales del sector. Las oportunidades de empleo en el turismo(incluyendo el proceso inicial de construcción) generalmente atraen a trabaja­dores de otros sectores económicos tradicionales (por ejemplo, agricultura opesca) y abren oportunidades laborales para la población activa femenina,conformando la tendencia de la estructura profesional al cambio de direccióndesde el sector primario al terciario. Pero, además, sus efectos sobre el empleose disfrazan de economía sumergida al tomar gente normalmente consideradano disponible como fuerza de trabajo en la economía institucionalizada.

Para un investigador de campo son fácilmente observables al menos tres

Ii

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15. El empleo estacional tiene una desventaja inherente (Mathieson y Wall. 1986: 81); esto es,tiende a atraer a ]a periferia de la fuerza de trabajo. Además de que en muchas ocaslOoes, ya por elincentivo de una mayor comodhlad. ya por obtener mejon::s y más rápidos bc.::neficios, atrae a tra~aJador~squedesempeñaban labores a tiempo completo en o~ras activid?~es.locual pued,e desalentar a la industnaajena al sector turístico y a otras actividades localIzadas tradICionalmente a mvellocal.

EL SISTEVlA TURÍSTICO, GENERALIDADES Y ESPECIFICIDADFS

manifestaciones de los efectos del empleo turístico: los derivados del empleofemenino, de la migración rural-urbana y la correlación empleo estable-em pleoinestable. Así, para las mujeres, la incorporación a este mundo laboral compa­tibilizable en muchas ocasiones con las labores que tradicionalmente handesempeñado, ha podido suponer tanto una fuente de ingresos que las ~nde­pendice de sus padres y maridos, a niveles generales, como un cambIO deestatus (familiarllocal) respecto a su posición en la estructura socIal. Todo elloen paralelo a la convivencia marginal con los visitantes que, a través del efectodemostración (Pearce, 1986: 52), provoca el cambio de sus valores y patronesde consumo.

La migración rural-urbana es una importante manifestación, también, delefecto demostración (Mathieson y Wall, 1986: 145). No es que sea un procesoreciente ni que el turismo sea el único y mayor causante del fenómen~,.perola habilidad de la actividad turística para generar centros urbanos ha faCIlItadoel cambio de residencia de los individuos, pasando de campesinos a habitantesurbanos que tratan de localizarse en los alrededores ?el núcleo. Prolifer~n asílas construcciones diseminadas a lo largo de camillaS y las parcelaCIOnesclandestinas (Seco Gómez, 1985: 430), lo cual se convierte en un problemaañadido para la administración local.

En tercer lugar, aunque se reconozca que hay una correlación cerrada (noperfecta) entre la generación de ingresos por el turismo y la creación de empleo(Lea, 1988: 46), los puestos creados, si bien reducen la figura del d,:sempleo ensu conjunto, lo son a tiempo parcial (estacionales)" o, cuando mas, a tiempocompleto pero temporalmente inestables (pocos trabajadores fijos en plantIlla)y, siempre. de carácter cíclico, pudiéndose afirmar ante e.llo, con al?~nosautores como Young (1973: 15), que, a largo plazo, la baja productIVIdadpotencial del trabajo en la empresa turistica puede tener un efecto depresIVOsobre el crecimiento económico local.

En términos generales, cuando se compara con el sector industrial. elturismo requiere personal con un relativamente bajo nivel de cuahficaclOn: deeste modo le puede ser posible absorber una gran proporción de ~a. fuerzade trabajo de los sectores tradicionales de la economía con un mlnImo depreparación. Sin embargo, Gray (1974: 395) sugiere que la posibilidad de queel turismo use gran cantidad de trabajadores no preparados es sólo una fasetemporal en e! desarrollo de! sector. "Como toda industri~ en expansión, ensus comienzos le puede ser más rentable usar trabajadores sm expene~c.lapa:aluego favorecer a los más especializados. Esto puede crear una estratlficaclOnlaboral y aumentar los costes por puesto de trabajo (con la tendencia clara asu reducción en número). Como en otros sectores de la industria (en general)se deberá dar cualificación a la población trapajadora, y esto requiere grandescantidades de capital para sostener el nivel de desarrollo económico» (Mathie­son y Wall, 1986: 43).

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ANTROPOLOGfA y TURISMO76

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78 ANTROPOLOGíA Y TURISMO EL SISTEMA TURíSTIco: GENERALIDADES y ESPECIFICIDADES 79

El principal motivo de la profesionalización consiste en preservar y au­men.tar la reputación del área y asegurar beneficios a largo plazo, de formacrecIente (Cohen, 1984: 380), Tal profesionalización, además, tiene por objetivodisminuir el conflicto entre los componentes económico y social del rol de«servicio» y, mientras no se consiga, puede prevenir o atenuar el servilismo delos anfitriones-empleados y, con ello, la considerable hostilidad que genera. Eneste sentido, el bilingüismo, entre otras caracteristicas deseables como elcarism~. el encanto, el ingenio y el «servir sin ser servi!>" son capacidadesaprendlbles que pueden dar renombre a un núcleo de atracción turistica. Sinembargo, si, evitando este tipo de gasto, se demandan puestos cualificados,generalmente se excede de las capacidades locales dando el control a promo­tores externos (Pearce, 1986: 52) y tales puestos serán ocupados por individuosde fuera de la región. A los residentes locales sólo les quedarán las faenas decarácter doméstico y, lejos de incrementar el deseo por la atención educacional.aumentarán las actitudes de frustración y hostilidad.

En general, los efectos del turismo sobre el empleo están influidos porel tiP? de actividad turística que, tomada como actividad complementaria(Prod homme, 1985: 25; Duysens, 1987: 15), podria combinarse con lasactividades tradicionales mediante una suma de trabajo que se constituiríaen una fórmula de escape de la dependencia monolítica. Esta postura desobreutilización de los ya empleados no influirá en el decrecimiento deldesempleo, pero quizás se puedan evitar los efectos negativos de la importa­ción de trabajadores 'que en demasiadas ocasiones llegan a superar a lapoblación local residente).

3.1.4. El turismo y la dependencia económica

En el nivel más general, las tearias sobre el impeJialismo (Nash, 1977: 34)se' refieren a los intereses de sociedades extranjeras que se imponen sobre, oson adaptados por, una sociedad ajena. Ello lleva aparejado transaccionesilIlers~cialesmarcadas por la decadencia, aunque es condición indispensablela pOSIble aceptación «voluntaria» de, al menos, algunos de los componentesde la población nativa.

La visión de que el turismo es una nueva forma de colonialismo e impe­rialismo es una percepción extrema, aún en debate, del desarrollo turistico ysus efectos, y está sostenida por tres condiciones económicas constatables(Mathieson y Wall, 1986: 148):

a) Algunas áreas y países en desarrollo han crecido dirigiendo sus priori­dades políticas y económicas hacia la satisfacción de la demanda turística.

b) El desarrollo del turismo puede ir acompañado por una foona detra?s~erenciade riqueza desde las áreas de destino a los puntos de generacióntunstlca (ya en forma de costes, ya de pagos directos del turista).

e) El empleo de no locales en puestos profesionales especializados y lafrecuente presencia de extranjeros en labores directivas han provocado ademásla imposición de sistemas de trabajo explotadores con cargas de neocolonia­lismo.

1

Así pues, apoyando tales criterios, uno de los efectos del turismo másomnipresente es el impacto sobre la división del trabajo, particularmente entresexos (De Kadt, 1979: 43-44) pero, además, éste promueve un cambio en loscriterios de estratificación, sustituyendo valores tradicionales, como origen oprestigio, por el «valor dinero». De esta forma, según Cohen (1984: 386), estasituación crea, a través de la distribución desigual de los beneficios, un nuevoestrato social particularmente de clase media (De Kadt, 1979: 47-48), que pasaa estar económicamente ligada, desde su origen, a la actividad turistica. A lavez, el área comienza a ser menos «autosuficiente» e incrementa la depen­dencia de las condiciones económicas nacionales e internacionales. En estesentido, Prod'homme (1985: 23) considera que el turismo es un generador dedesequilibrios cuando representa un 25 % del producto interior bruto, comoes el caso, entre otros, de Canarias, Baleares, Córcega o, en menor grado,Madagascar, que se ven condicionadas de forma limitante, además, por sucarácter insular, o Puerto Vallarta, Acapulco, Cancún y Mijas, situadas en zonascosteras. Estos destinos, por llegar a ser sobredependientes del turismo, se hanhecho vulnerables a los cambios dentro (por ejemplo, cambio de precios y dehábitos de consumo) y fuera (por ejemplo, tendencias de la economía global,situación política, disponibilidad energética) de la actividad; y si bien, a travésde sus dirigentes, ellos han colaborado activamente e incluso, en ocasiones,tomado la iniciativa del establecimiento del turismo (observando como refe·rencia la disponibilidad y necesidades de ciertos centros metropolitanos), conla expansión del mismo han perdido el control sobre la tierra, sobre losnegocios y sobre la rentabilidad, esto es, sobre los tres criterios principales dela relación económica, y a veces social, turismo/anfitrión. '6

De esta forma, desde este punto de vista, la expansión económica de losnúcleos receptores, basados prioritariamente en el turismo, no representaráun desarrollo real. Antes bien, mostrará una apariencia de tal, amenazada porla fragilidad del sistema que le sustenta.

En cualquier caso, tanto la naturaleza del impacto como el nivel dedependencia, y con ello de inestabilidad, estarán estrechamente relacionadoscon la capacidad de los destinos para adaptarse y absorber tales llegadasadicionales de individuos y capitales, así como para mantener un nivel com­petitivo dentro de la relación de sustituibilidad que se establece entre destinos.Entrando, así, en la dinámica de constituirse en satélites turisticos, la sombrade las sociedades generadoras (Nash, 1987: 11). Es sabido que son éstos, lospaíses expoltadores del turismo, y no los receptores, los que más se benefician(Jafari, 1987: 18), y ello, primordialmente, a través de la figura del operadorturistico. El operador aglutina a distintas empresas y las usa a manera de unagigantesca maquinaria (Vera Galván, 1984:1338), cuyo objetivo global es único:

16. Tales criterios son expuestos por Peck y Lepie (1977: 159), que los consideran constituidosde la síguiente forma: 1) "Poder., que incluye la propit:Jad de la tierra que está siendo dcsalToUada,las fuentes de financiación, los inputs de los agentes locales y la relación de éstos con el desarroJIode los proyectos. 2) «Rentabilidad.. , que incluye los beneficios de la sociedad anfitriona por el turismo,y los cambios putencialt:s t:n la movilidad social en relación al orden social existente. 3) otComerda ytransacciones .. , que incumbe también al impacto social, incluyendo el cambio por medio de éstos dela naturaleza de las comunidades, tal como las consecuencias del paso desde el sector primario alterciario, de familias extensas a nucleares, etc.

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80 ANTROPOLOGÍA Y TURISMO

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EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES Y ESPECIFICIDADES 81

la maximizaci6n de beneficios y el control del mercado, desbancando, cuandomenos, a los oferentes del alojamiento y del suelo, y fijando los precios de«paquetes» turísticos de carácter global; con lo cual el desarrollo del turismoes, la mayoría de las veces, equivalente al endeudamiento directo, de estable­cimientos hoteleros, e indirecto, de la comunidad en general con el tour-ope­rador.

3.2. EL IMPACTO FíSICO DEL TURISMO

La mayoría de los individuos que integran las corrientes turísticas habitanen ciudades, viviendo sometidos a un ritmo exigente y a una presión externaque los conduce a una progresiva acumulación de tensiones. En tales condi­ciones se trasladan al lugar de vacaciones, con la intención de «olvidarse delos problemas» y dispuestos a variar sus patrones de comportamiento. Elequipamiento hotelero y los servicios de apoyo, auspiciados por el desarrolloturístico, se ocupan de ello. Tan pronto los visitantes comienzan a aparecer, ennúmero cada vez mayor, la necesidad de camas y comida se hace imperiosa;gradualmente se comienzan a habilitar pensiones, construir hoteles, restau­rantes y servicios varios destinados al ocio.!7

En este proceso, el turismo utiliza el entamo natural, tanto ocupando unaporción del espacio como usando sus recursos, por lo que se hace necesario encualquier estudio de campo sobre el turismo llevar a cabo los pertinentesanálisis de los efectos y alteraciones que sobre él produce el desarrollo de estaactividad. La historia del turismo indica claramente que el medio ambien­te, abarcando desde atracciones básicas como sol, mar y arena hasta elindudable atractivo de lugares y estructuras de interés histórico, ha contribui­do tanto a su nacimiento como a su progreso, complementando éste con laconstrucción de infraestructura y áreas recreativas; pero cualquiera de estoselementos, por separado, se muestra insuficiente para originar y mantener undestino turístico. Es más, ni aun contando con estos elementos en estadoóptimo, un área tiene por qué ser destino. Intermediando entre el no ser y elser suele estar toda la compleja red de promoción, estudio de expectativas ymercado. Así, identificando y creando una serie limitada de atributos en losturistas potenciales, simplificando en ellos las características del posible des­tino y jugando con las modas culturales, e! sistema construye de forma holísticay abierta un ideal de paisaje, de paraíso exótico lo suficientemente familiar,una imagen a medida del consumidor.

Cuando este arquetipo es extrapolado al entomo real, generalmenteun ambiente frágil (pequeñas islas, zonas de costa o montaña), se produce unproceso de apropiación que va más allá del medio ambiente físico. Con la

17. Según M. Gavina (t 978: 53), .10 más frecuente y rápido para la promoción de una ciudadturística de playa en Esparta ha sido así: un vecino del pueblo. generalmente ni pescador ni labrador.pone en la planta baja de su casa, situada cerca de la playa. un bar; al año siguiente levanta una plantay construye habitaciones; al año siguiente levanta una o dos plantas más y acaba teniendo una pensiónfamiliar; anos después, con los beneficios obtenidos. constn..lye un hotel (...) en 0[1'0 lugar exterior alantiguo casco urbano del pueblo_o

llegada de los turistas, con su presencia, comienzan a distorsionarse lasrela'tiones entre locales dadas en espacios ,<locales» (espacios públicos apro­piados simbólicamente), la cotidianidad pasa a ser un nuevo recurso que sesolapa a los ya existentes. Como los demás, es explotable, estudiable o «foto­grafiable» (convertible en imagen, la tourist gaze de J. Urry [1990]), compor­tándose con una lógica similar a cualquier otra mercancía y cumpliendo conel ciclo de consumo de cualquier producto (el ciclo turístico). Es decir, elespacio, el entorno físico pasa a ser un «bien turístico mercadeable».

Sin embargo, en el estudio de los impactos físicos del turismo hemos detener en cuenta una serie de dificultades; esto es, según Mathieson y Wall (1986:5-6), nos será imposible:

A) Reconslruir d medio corno se encontraba antes de verse afectado porel turismo y distinguir entre cambios inducidos por éste y por otras actividadeshumanas.

B) Desunir el binomio hombre/naturaleza.C) Concretar (medir) el impacto físico, rompiendo las complejas interac­

ciones del impacto global.D) Superar la discontinuidad espacial y temporal entre causa y efecto.E) Detectar una selección válida de los indicadores dd impacto.

Tal vez en tales dificultades, además de en los casos concretos de estudio,radiquen las diferencias en las conclusiones de muchos investigadores. Así,mientras para algunos autores el turismo provee de incentivos para la restau­ración de monumentos antiguos y la conservación de restos arqueológicos orecursos naturales, para otros sólo significa gente, congestión, ruidos, etc., queimplican un amplio espectro de efectos exclusivamente negativos sobre el áreaen desarrollo. Budowski (1976: 27)!8 sugiere que pueden darse tres relacionesdiferentes entre ambas opiniones (promoción/conservación):

l. Turismo y conservación pueden e:<istir en una situación en la queambos campos promuevan sus respectivas posiciones y establezcan pocoscontactos uno con otro.

2. Turismo y conservación pueden soportarse mutuamente, manteniendouna relación simbiótica, a través de la organización, planeamiento y control.

3. Turismo y conservación pueden entrar en conflicto, particularmentecuando e! turismo induce efectos negativos sobre e! medio ambiente.

Tales relaciones, en último término incentivadas o retardadas por la puestaen uso de los medios necesarios para proponcionar bienestar al turista, puedenser planteadas a partir del esquema propuesto por la OCDE (Organización parala Cooperación y el Desarrollo Económico), y tomado por J. Lea (1988: 52) yPearce (1986: 47) (figura 3.5), que establece cuatro cotas paralelas de efectopara el uso y gestión del entorno, no con el fin de aminorar la sobreexplotaciónde! recurso (los espacios), sino de establecer los límites de cambio aceptables

18. Citado por Mathie.on y Wall, 1986: 95.

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82 ANTROPOLOGíA Y TURISMO EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES Y ESPECIFICIDADES 83

capacidad de sustentaciónusos múltiples

EFECTOS DEL TURISMO SOBREEL ENTORNO

creación de nuevasinfraestructuras

generación/mitigación de presiones

Fre. 3.5. Efectos del turismo sobre el enlOmo f(sico (sobre fuente: Pearce, 1986: 47;Lea, 1988: 52).

para mantener constante el producto (el ideal de turista); éstas son: la creac~~n

de nuevas infraestructuras, la conservación, la capacidad de sustentaclOn(carrying capacily) y la generación/mitigación de presiones sobre el mediofísico.

3.2.1. La creación de nuevas infraestruclIIras y la conservación

La creación de nuevas infraestructuras es generalmente justificada comomejora, no sólo para la actividad turística, sino como un bien común,. u~elemento necesario y útil para los locales. Tales bienes pueden ser matenah­zadas en comunicaciones (aeropuertos, caminos y carreteras, líneas telefó­nicas...), espacios abiertos -públicos- (plazas, jardines o parques, playasartificiales... ), edificaciones (entidades municipales, albergues y centros deacogida. hospitales... ) e infraestructuras de carácter semiprivado o públicodestinadas al ocio (piscinas y parques marítimos, puertos, refugios de monta­ña, campos de golf... ). Ahora bien, ¿hasta qué punto los residentes localesparticipan de esos espacios comunes? Indudablemente se ven beneficiados, enprimer término, siempre que su economía salga favorecida o facilite su con­tacto con el exterior, pero, casi con seguridad, no son los usuarios localesociosos los que más abundan.

Todos estos espacios de nueva creación, en destinos turísticos ya consoli­dados, son proyectados por y para el turismo. El caso extremo se da cuando laentrada a los naturales del lugar (para su disfrute) está vedada de formaexplícita (prohibición expresa) o implícita (denegación o mal servicio prestado,marginación ... ); pero generalmente, suponiendo el libre acceso, la percepcióny ocupación de esos espacios se da de forma diferente. Aquí, de nuevo la imagenvendida hace ver a los locales o representar por los locales un papel distintivo,ya sea laboral o «folclórico», quedando el aspecto de las relaciones sociales(desarrolladas ampliamente en los lugares públicos tradicionales) reducido asu más mínima expresión.

De otra parte, la posible conservación tanto de elementos naturales comocreados por el hombre se utiliza como una justificación, hasta cierto puntoacertada, del desarrollo turístico en algunas áreas. Esto es, siguiendo a Gunn(1978: 3), el crecimiento de la industria turística, del comercio y sus asocia­dos estimula, en la mayoría de las ocasiones, la demanda de parques yespacios abiertos, a la vez que hace a los gestores poner énfasis sobre laeficacia en el uso de los recursos y la protección y/o rehabilitación deconstrucciones existentes y lugares históricamente relevantes. Ademásde realzar la eficacia de los recursos, particularmente los no renovables,potenciando su máxima utilización con una mínima degradación, y poten­ciar el equilibrio hombre/medio, pudiendo evitar la manipulación no-contro­lada del entorno físico.

El problema surge, una vez más, con la fuerte apreciación y condiciona­miento cultural sobre esa imagen de lo estéticamente atractivo; es decir, semantiene y restaura lo que aparentemente es significativo en el contextorecreacional, dando en la mayor parte de los casos un nuevo uso ocioso aespacios antes olvidados. Pero ¿no es ésta una nueva manifestación de lasmodas culturales? Es fácil caer en la tentación del «todo es conservable» o. loque es lo mismo, todo es degradable y sobreexplotable y, por tanto, hay queproteger, controlar y prohibir.

En la rivalidad y competencia espacial turista/anfitrión, la conservaciónse puede manifestar como un nuevo elemento de fricción, en tanto en cuantolos nativos se ven sometidos bien a expropiaciones forzosas, bien a planes deprocedimiento y control que tienen como fin último asegurar la buena admi­nistración del nuevo ambiente (por ejemplo, la reserva de un área como parquenacional). Si no se toman buenas medidas de gestión, tanto la conservación orehabilitación como los usuarios ociosos del territorio se encontrarán con unaactitud y comportamiento abiertamente antagónica (usando el índice de irri­tación de Doxey [Murphy, 1984: 124] para medir la respuesta), pudiendodeteriorar la reputación del destino. I

Pero estamos reflexionando sobre un sistema vivo y dinámico como es elturístico, donde cualquier elemento social (incluidos aquellos deplorablescomo la miseria y la guerra) es constituyente de comercio, es capaz de adaptaro adaptarse a la nueva dinámica de defensa y custodia de "lo natural», ,doétnico» o ,do tradicional». Así, por ejemplo, cuando un destino llega a su fasede estancamiento (sobre todo para el turismo de masas), un desierto o un erialpróximo puede cobrar estatus de "lugar para la aventura» o un dtual de

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84 ANTROPOLOGÍA Y TURISMOr EL SrSTEMA TURíSTIco: GENERAUDADES y ESPECIFICIDADES 85

sacrificio, sufriendo algunos cambios, una escenificación de lo exótico, con­quistando nuevos espacios que rejuvenezcan el destino.

Es obvio, y casi nadie lo pretende, tratar de encontrar un estado de cosasanterior a la llegada del turismo, es obvio también por qué ningún Estadorechaza esta forma de incrementar su economía, así como por qué se recurrea ella en esos momentos de búsqueda de alternativas (que normalmente parael destino son complementos) al mercado turístico. La conservación, muchasveces relativamente costeada desde el Occidente proveedor de turistas, ademásde deseable es financieramente rentable, En tanto que conservación, el turismopuede promover y. en parte, ha sido responsable de la rehabilitación deconstrucciones existentes y lugares históricos. dando nuevos usos a edificacio­nes abandonadas e introduciendo planes de procedimiento y control quedeberian asegurar la buena administración del medio ambiente, desde el puntodel vista del operador, con el fin de preservar la buena experiencia de losvisitantes.

3.2.2. Capacidad de sustentación y uso múltiple del espacio

En cuanto a la aplicación de la capacidad de sustentación (carrying capa­city) ,'9 nos encontramos, no ya con un nuevo problema, sino con una fuertedificultad metodológica. Barkham (1973: 218) ya dijo que era encantador ensu simplicidad, complejo en su significado y difícil de defiflir, en tanto que endiferentes situaciones y diferentes pueblos es entendido de manera tam­bién diferente.

Desde el punto de vista de! espacio, con esta noción se hace referencia acómo existen unos límites en la cabida de un entorno, natural o creadoartificialmente, para soportar a un determinado número de individuos y susactividades. La dificultad surge al tratar de medir los cambios y descubrir lasrelaciones causales directas entre visitantes-residentes y los efectos sobre elentorno-global (Murphy, 1984; Pearce, 1986; Mathieson y Wall, 1986; Lea.1988), en tanto que se ve afectada por el sistema turístico en su conjunto yvariará, entonces, según las características propias del turismo (tales comoprocedencia socioeconómica, niveles de uso, tiempo de estancia, tipo deactividad, nivel de satisfacción... ), las características específicas del área dedestino y las de su población, haciendo imposible un cálculo en valoresabsolutos.

Lo fundamental del concepto, siguiendo a P. E. Murphy (1984: 64-68),es que indica cómo cada entorno tiene la posibilidad de sostener, además de,como hemos indicado más arriba, un número determinado de individuos,ciertas actividades. Esto es, se le da al concepto un doble uso (Hendee et al.,1978: 171), en tanto que, de una parte, descdbe la capacidad de uso residen­cial y recreacional del medio físico y, de otra, relaciona la anterior con la

19. Capacidad de sustentación es interpretada en los estudios de turismo como el númeromáximo de personas qu~ pueden usar un Jugar sin una alteración no aceptable en el medio físico y undesL:enso no 3L:t:ptable en la calidad de la experiencia vivida por los visitantes en el área de destino(Mathieson yWall. 1986: l\).

consistencia del medio para soportar una experiencia recreacional de cali­dali. En su aplicación a la comprensión y gestión del sector, la capacidad desustentación nos ofrece la posibilidad de contar con, al menos, cuatromedidas; esto es: la capacidad ecológica (impactos sobre el sistema), lacapacidad física (número de individuos), la capacidad de atracciones recrea·cionales y la capacidad social (Healy, 1991: 7). Una vez que e! nivel de cargaes excedido se comienzan a manifestar diferentes formas de deterioro tantodel medio natural como de las actividades llevadas a cabo en el mismo. Ahorabien, en su valoración no pueden ser desvinculadas unas medidas de otras,so pena de confundir los posibles niveles de tolerancia y, como consecuenciade ello, anular la potencialidad del destino para ofrecer una experienciarecreacional de calidad.

En este sentido, e! de la planificación turística, la capacidad de susten·tación debe ser vista como un instrumento dirigido a un fin, ya que funcio­naría como un añadido en la toma de decisiones tanto sobre el impactocomo del mantenimiento de la demanda local de plazas o el incrementoadicional de las mismas, así como de los niveles de tolerancia entre losturistas y sus anfitriones, además de actuar en el interior de cada uno deestos grupos, indicando cuándo y dónde tomar las medidas pertinentes parasu corrección (tendencia al equilibrio ideal calidad/beneficios) o cambio dela imagen promocionada.

En un intento de establecer un modelo, partiendo de que la presión sobree! entorno se agravará cuando los niveles de aguante de aquél y las demandasde sus visitantes y residentes no estén sincronizadas, se puede proceder aexaminar las necesidades y patrones de actividad, mientras que. paralela­mente, se informe sobre los parámetros recreacionales, físicos y biológicosdel área de experiencia, cenu'ándose particularmente en las zonas mássensibles y populares. Este modelo deberá tener en consideración, de unaparte, las características definitorias de la población nativa (homogeneiza­ción cultural con el tipo de turistas que le visitan, profesionalización, activi­dades laborales tradicionales, etc.) y de otra la tipología de los visitantes, entanto que puede darse un fenómeno de incompatibilidad de expectativasexperienciales entre ellos.

Por ejemplo, una aldea rural en la celebración de una fiesta religiosa, si seve invadida por un alto número de turistas (en relación al número de residentespresentes) reaccionará, probablemente, entrando en conflicto con éstos ocambiando su forma original (escenificándose hacia e! foráneo), pudiendollegar a desvirtuarse como recreación y, en último término, provocar cambiosculturales profundos en el lugar. En cambio la misma masa de individuos puedeayudar a la «creación del ambiente» de ex~itación, alegría y bullicio, siendoincluso bienvenida, en una fiesta como el carnaval. De la misma forma, sonirreconciliables algunos tipos de turistas tanto por el número como por laactividad desarrollada, o algunos ambientes naturales, esto es, por el nivel decongestión (Healy, 1991: 6). Véase a modo de ilustración la masificación de lascostas mediterráneas frente a un modo de turismo drifter (de mochila, ejemplode contra-vacación).

Ligado a la aplicación del concepto «capacidad de sustentación» se en-

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86 ANTROPOLOGÍA Y TURISMO EL SISTEMA TURÍSTICO: GEt\ERALIDADES y ESPECIFICIDADES 87

cuentra el cambio continuo en e! uso de la tierra (uso múltiple)'O que pasa aser tierra-recreacional, no necesariamente urbanizada. Así por ejemplo, unparque natural podrá ser invadido por visitantes que ejercerán una presiónespecífica sobre el mismo y sus habitantes, sin necesidad de construcciónneogénica alguna, pudiendo ser explotado a la vez por otras actividadesproductivas, como la agricultura. Este hecho es especialmente importante enecosistemas insulares donde las posibilidades de tierra agrícola sean escasas(Caribe y las islas del Pacífico), reduciendo la competencia por las mismas. Lademanda de estas áreas, bien estéticamente atractivas, bien de produccióntradicional, se incrementa no sólo con el desarrollo turístico, yel «uso múlti­ple» se plantea como una solución al aumento de los costes de su conservación.Se está abogando por una utilización racional de los recursos, minimizandolos conflictos y, para ello, se debería tender no tanto a una estrategia dominantede un uso primario sobre otro secundario, como al equilibrio, tal vez utópico,entre ambos.

No obstante, según Lea (1988: 62) es difícil encontrar casos donde talestrategia haya sido adoptada deliberadamente, reduciéndose éstos a algunosen Estados Unidos de América (por ejemplo, Tennesse Valley), la ColumbiaBritánica e Inglaterra y Gales, siempre en Parques Nacionales. Ello nos debeindicar cómo se cierra el círculo vicioso, esto es, se vuelve a tropezar conla dificultad de las distintas formas de apropiación, en tanto en cuanto laconversión en mercancía de ese espacio radica en su capacidad de servir desoporte y/o medio de las actividades recreativas (Vera Galván, 1987: 449). Poruna' parte, en cuanto a la propiedad formal no estatal. las administracionespueden estipular cotas de crecimiento e incluso de actividades a desarrollar.Pero. de un lado, la titularidad de los distintos actores privados sobre suproducción dirigida al ocio, y, de otro, la necesidad de crear empleo o derejuvenecer e! área, generalmente han llevado a relativizar los topes legales acambio de incentivar otros servicios, supuestamente destinados a los locales,como educación-formación ocupacional, vivienda, sanidad, transporte, etc. O,en momentos de alta dependencia de los ingresos turísticos, simplementeaplicando las normas del trueque en relación a un potencial cambio de imagendictado por las corrientes y expectativas turísticas. De otra, en lo que se refierea la apropiación informal, los anfitriones, usuarios constantes, pueden ofreceruna franca oposición a compartir los espacios públicos de uso habitual ysemi-restringido, que son apropiados en aras de la costumbre, la tradición ola vida cotidiana. Los individuos pueden llegar a ver a los visitantes, en la peorde las ocurrencias, como intrusos y como tales ser recibidos (por ejemplo, actosxenófobos), lo cual dañaría la calidad recreacional del destino.

Pero generalmente lo que ha sucedido, muchas veces en períodos tempo­rales más o menos cortos, es que los anfitriones ceden esos espacios ante lapresión del número y tipo de visitantes, implicando en primera instancia uncambio de uso (de social a directamente productivo) del área (real o simbólica)

20. Mullipie use e5 una estrategia que reconoce que un suministro limitado de tierra rccreacionala menudo necesita ser usada para múltiples propósitos (Lea. 1988: 6l), tanta productivos o deconservación como recreacionales.

en litigio y, en ocasiones, una reestructuración tanto de la imagen propia comodel'hábitat habitual. Las consecuencias, entre otras, pueden ser observadas enlos diversos canales de información local, la socialización de nuevas genera­ciones, las formas tradicionales de asociacionismo, los evaluadores del presti­gio o la división del trabajo, según el tipo de empresa y la calidad de la gestión.Si se tiene en cuenta que los turistas son, normalmente, transferibles y laactividad empresarial turística es, por excelencia, complementable a otras, e!papel de los gestores debería convertirse, además de en controladores, encoordinadores de los distintos aspectos socioeconómicos y socioculturales, conel fin de, al menos, mediatizar los rápidos efectos del multisector turístico sobrelos espacios de destino en su transformación hacia «espacio turístico».

En este sentido, abogamos por un aprovechamiento de las distintas formasasociativas locales en un intento de complementar la estrategia del «usomúltiple» con la «gestión múltiple».

Hasta ahora, la población autóctona generalmente ha constituido sólo lamasa trabajadora no cualificada o, cuando más, parte de! recurso turístico aexplotar. Sería utópico proponer un control directo del sistema turístico, inclusosólo del subsistema «destino», por parte de esta población, pero es de considerarcómo su participación en la gestión de su entorno tradicional puede, a la vezque aminorar los efectos socioculturales, mejorar las relaciones en los espaciosinterferidos (turístico-locales) y propone¡' un mejor alineamiento de las infraes­tructuras de acuerdo con las necesidades reales del á¡'ea.

Al efecto, la creación de comisiones consultivas (no necesaríamente vincu'lantes) o de seguimiento, donde se encuentren representadas todas las partes(población local, instituciones públicas locales, agentes inmobiliarios, empre­saríos, tour-operadores, etc.) y las entidades estatales implicadas, asesoradaspor las distintas ramas técnico-científicas, podría dar luz a una mejor gestión yuso compartido, haciendo al modelo turístico partícipe de las formas de admi­nistración democrática, a la vez que es integrado como «propiedad común».

3.2.3. Turismo y generación de presiones sobre el medio natural

La cuarta y última cota de efecto para el uso y gestión del entorno se refierea las acciones que generan algún tipo de presión sobre el entorno. Según lanaturaleza de la presión del turismo y la reacción del entorno físico, seidentifican cuatro grupos de actividades: reestructuración física, generaciónde desperdicios, actividades recreativas y dinámica de poblaciones.

A) La reestructuración física pennanente, como resultado del movimientocontinuo de tierras, antes baldías o con destino agrícola, para la construcciónde nuevas urbanizaciones, o para el desarrollo de infraestructuras del ociocomo puertos depOl"tivos y paseos marítimos, que ocupan también espacios deproducción primaria. '1 Los efectos directos de esta actividad se muestran en

21. .. La construcción de puertos deportivos o incluso de un simple embarcad~l'oo dique puedeaf~ctar de una manera definitiva la constitución del litoral, acarreando la pérdida de fajas de arenaeXlstentes o cr~~ndo otras nuevas donde no existfan. Es sabido que el oleaje normal contra la playa noaltera la estabIlIdad de ésta, puesto que trae y lleva la misma arena. Pero a este movimiento se unen

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88 ANTROPOLocíA y TURISMOf

EL SISTEMA T\;RíSTlco: GENER,\LIDADES y ESPECIFICIDADES 89

los cambios de hábitat para la población e indirectamente sobre los valoresestéticos del área, que tenderán a la homogeneización anulando las diferenciasentre las áreas turísticas. Pero existen efectos indirectos como la compactaciónde suelos o la alteración de la vida animal como consecuencia de un altonúmero de excursionistas (Healy, 1991: 8).

Ahora bien, consideramos que la actividad de reestructuración del suelo esnecesario analizarla como un proceso que, tal como Goodall (1977)22 sugiere,es el resultado de una acción económica en la que cada uno de los implicadoslucha por conseguir la combinación más favorable de variables como localiza­ción y cantidad de espacio. A ello habría que añadir la necesidad, previa a lapromoción, de bajos precios del suelo que generará rentabilidad en el procesoespeculativo posterior. Este marco se materializó en un modelo ideal de suelosque M. Gaviria (1978: 53) sintetiza, para el turismo de playa del Mediterráneo,en lugares con numerosos pequeños agricultores propietarios, con una produc­ción poco rentable en cultivos de secano, constituyendo los grandes propietadosun freno al desarrollo turistico del área, puesto que, disponiendo de recursos,tratarán de promover sus terrenos cuando la actividad constructora esté inicia­da, contribuyendo al incremento de la especulación.

Tras una fuerte y alTolladora presión económica urbana, los pequeñosagricultores, que valoran sus terrenos en función del rendimiento a corto plazode los mismos, comienzan a venderlos, en principio a promotores y hoteleros,generalmente de la zona. Posteriormente, los capitales extranjeros comienzana fundirse con los nacionales en porcentajes cada vez mayores. Con el tiempoy el paso de las primeras etapas de promoción/especulación, aumenta elnúmero de ventas que se realizan fuera de la nación, entre extranjeros y antenotario extranjero (Jurdao AlTanes, 1987: 9), quedando la población autóctonaal mar'gen de las principales actividades económicas (venta de suelo y cons­trucción de edificios). Esto es, el espacio está ya «neocolonizado» al abrirse almercado exterior, que si en principio se restringe a la residencia secundaria,llega a afectar a las áreas recreativas asociadas a la industria turística, dondelos nativos, dada la inflación, quedan totalmente desplazados. Más aún sitomamos en consideración que la especulación sobre el suelo potencialmenteturistico acalTea una supervalomción de los telTenos que, con mentalidadmercantil, son vistos como sólo aptos para construcciones de lujo o edificiosque aprovechan pequeños espacios multiplicados por innumerables pisos, enambos casos construcciones de fácil y rápida amortización.

Siguiendo con el ejemplo del Mediterráneo y Canarias, no es hasta ladécada de los sesenta, una vez que el incremento de turistas empezó a tenerseen cuenta como un hecho social y económico con entidad propia (Seco Gómez,1985: 414), cuando se motiva la necesidad de ordenar el territorio y su consumo,pero sin poner ningún tipo de obstáculos a la transformación de suelo rústicoen urbano, convirtiendo grandes áreas en potenciales núcleos turísticos.

Una vez que el terreno ha sido promovido, el desarrollo del núcleo turísti-

la::; corrientes paralelas al litoral. que son afectadas cuando se construyen elemenlOs deportivos»(Fernández Fuster. 1985: 71).

22. Citado por Gutiérrez Hernández. 1985: 271.

Ca, destinado al turümo de masas, sigue, según Femández Fuster (1985:2'b4-205), una serie de fases, que en parte variarán según se trate de un núcleoarqueogénico (cuando se localiza sobre una localidad ya existente antes de laintroducción del turismo y que irá transformándose con él) o neogénico (denueva planta) (Defert, 1960). Éstas son: 1) Fase de adaptación, donde lapoblación visitante se aloja aprovechando los primitivos y no apropiadosalojamientos, dentro de un sabor típico que luego se perderá. Esta fasedespierta la industria del alojamiento en algunos sectores del pueblo, quecomenzarán a habilitar habitaciones para su alquiler. 2) Fase constmctiva,cuando se inicia la constmcción de apartamentos y hoteles de nueva plantadirigidos al turismo. Se urbaniza el terreno adjunto a la playa y surge lainfraestructura comercial propia del turismo (material deportivo, prensa ex­tranjera, fotografía, souvenirs ... ). 3) Fase sustitutiva, donde la especulaciónalcanza las casas de los residentes tradicionales del pueblo, demoliéndose paraedificar otras de uso mixto (residencia/negocio). 4) Surge la «tercera zona»,área turistica de nueva creación en los aledaños del pueblo, uniendo enocasiones aquél con las construcciones eo primera línea de playa. 5) Fase deexpansión lineal, tratando de aprovechar para su explotación turística todaslas playas disponibles. Esto es, a partir de un núcleo arqueogénico, porexpansión, surgen áreas de nueva creación, casi fundidas con el anterior,totalmente independientes, es decir, de tipo enclave."

B) Un segundo grupo de actividades de presión sobre el medio ambientees el resultado de la generación o incremento de los desperdicios urbanos, sutransporte y destrucción. Esta actividad, a través de la polución consecuente,cambia la calidad del medio, pudiendo alterar el aire, las aguas y la salud delos individuos que conviven en el área. Wall y Wright (1977)24 identifican loscuatro efectos principales de la polución sobre las aguas: vertido de las aguasde alcantarillado sin tratar, adición de nutrientes a las aguas por la elimina­ción de herbicidas e insecticidas, contaminación por aceites de industrias ynavegación, y contaminación por derivados como detergentes y agentes quí­micos. En todos los casos la calidad recreacional de las aguas disminuye.

C) Las actividades turistico-recreacionales, dentro de las posibilidades deocio ofrecidas por los operadores, incluyen aspectos dañinos al entorno, deltipo de caminos sobre arrecifes coralinos, construcción de infraestructura enlas playas, excursiones fuera de las carreteras convencionales con vehículostodo terreno, etc. Los efectos de estas actividades se muestran en el incrementode la compactación y erosión de los suelos y en la diversidad de las especies deanimales y plantas que los habitan. I

23. Complementando la tipología de núcleos turísticos de P. Defert (1960), Prod'homme (1985)hace tres acepciones al núcleo neogénico: modelo anárquico (ocupación dispersa de terrenos disponi­bles); modelo concentrado (desarrollo homogéneo pur zonas, planificado por d gobiernu municipal)y modelo enclave (donde los turistas pueden satisfacer en el mismo sitio casi la totalidad de susnecesidades y viven en una especie de gueto de lujo, aislados de la comarca ínmediata), denominandomodelo integrado a lo que antes denuminamos núcleo arqueogénico.

24. CitaJo por Pearee. 1986: 49 y Lea. 1988: 56

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90 ANTROPOLOGíA Y TURISMO T EL SISTEMA TURíSTIco: GENERALIDADES y ESPECIFICIDADES 91

D) En cuanto a la dinámica de poblaciones, el turismo ha marcado unefecto, cuando menos, estacional sobre la densidad de población de todoslos puntos de destino, alterando playas, montañas y parajes naturales alprovocar la congestión física de algunas áreas y el incremento en la demandade recursos (tierra, agua y energía). Además, el desarrollo de esta industriaes usual que afecte al tamaño, estructura y composición de la poblaciónresidente (Pearce, 1986: 52), originando nuevas migraciones laborales cor­tas25 o la atracción de trabajadores, generalmente jóvenes, al área. Conse­cuencias obvias de este hecho se observan en la reducción de los lazosfamiliares, ruptura de la familia extensa (Greenwood, 1972), aumento dehombres y/o mujeres (según la etapa del desarrollo turístico) en los gruposde edad productivos de la pirámide, etc.

En casi todos los casos, según Díaz Rodríguez (1985: 325-326), las tasasde crecimiento de la población de hecho son más elevadas, debido a la intensaafluencia de individuos (turistas y trabajadores) que no fijan su residencia,mientras que las de derecho pueden o no bajar mucho con respecto a aquéllapor la enorme avalancha de inmigrantes, procedentes de zonas más o menoscercanas, que fijan la residencia en torno al área en desarrollo. Cuanto me­nor sea el porcentaje que representa la población de derecho con respecto a lade hecho, podremos inferir que el número de turistas es mayor en relación alos habitantes residentes.

3.3. EL IMPACTO SOCIOCULTURAL DEL TURISMO

Con un fin turístico, los viajes a diferentes áreas del mundo ofrecen laoponunidad de ver, observar y, pocas veces, participar en culturas y modos devida «extraños» a los ojos del turista. El desarrollo del sistema que sopor'ta aestos nuevos viajeros, como ya hemos visto, viene acompañado por impactostanto de carácter económico como físico o espacial, pero también otros, nomenos importantes, sobre el entorno social y cultural que tienden, a través deesa actividad <dimpia» (Duysens, 1989: 116) que es el turismo, a reestructurarla sociedad y homogeneizar la cultura como fenómeno urbano (Prod'homme,1985).

En términos simples podríamos decir, diferenciándolos de los anterior­mente revisados, que los impactos socioculturales son impactos sobre la gente,esto es, los efectos que sobre los residentes habituales y fijos de la comunidadanfitriona tienen las asociaciones directas e indirectas con los visitantes, a losque habría que añadir los efectos de la actividad turistica y los encuentros sobrelos mismos individuos que practican el turismo y sus sociedades de origen. Ladistinción, no cabe duda que necesaria, entre estudio social y cultural esparticularmente dura de identificar (Lea, 1988: 62), conviniéndose aquí que el

25. El fenómeno de revalorización. al comienzo. comprende una larga etapa en la que el puebloestá a la c:xpectaliva, sin terminar de abandonar sus trabajos y menmlidad tradicional. ni decidirse aadoptar los nuevos. Puede darse el caso incluso de una emigración no lejana, como si no se desearaperder todas las raíces con la tierra natal (Fernández Fuster, 1985: 212).

imlilacto social incluye los cambios más inmediatos en la calidad de vida y elajuste a la actividad en las comunidades de destino, mientras que el impactocultural (o aculturación turística; Fernández Fuster, 1985: 15) abarca loscambios a largo plazo en las normas sociales, la cultura material y los están­dares, los cuales irán emergiendo gradualmente en una relación social comu­nitaria.

En las últimas décadas se han llevado a cabo un buen número de estudiosque examinan este tipo de impactos y, en contraste con los efectos económicos,en casi todos los casos, la literatura los muestra desde una visión negativa.Algunos han inventariado numerosos impactos concretos (Young, 1973; Jafari,1974; Turnery Ash, 1975; Adams, 1992; Berghe, 1992, 1995; Black, 1996), otrosse han concentrado sobre un tipo particular de ellos (Jud, 1975; Grabum, 1976;Eadington, 1978), lo han localizado sobre zonas específicas, incluyendo lasislas del Pacífico (Farrell, 1977; Finney y Watson, 1977; Chesney-Lind y Lind,1986; Cessford y Dingwall, 1994), Asia (Francillon, 1975; McKean 1976; Coheny Cooper, 1986), España (Greenwood, 1972; Agudo Tarrico, 1991; SantanaTalavera, 1987, 1990), Europa (Boissevain, 1996; Bostedt y Mattsson, 1995),África (Duma, 1970; Bachmann, 1988), el Ártico (Beck, 1994), el Caribe(Bryden, 1973; Pérez, 1975; Lundberg, 1974); De Kadt en 1979 ya realizó unasucinta recopilación sobre los tópicos que aparecen en diferentes autores;Smith (1977) y Nettckoven (1979) expusieron y discutieron acerca de losmecanismos de interacción intercultural, etc. 26

Un terna común en e! estudio de! turismo es e! considerable cambiocultural forjado por la llegada de los turistas (McKean, 1977: 93-94), partiendosiempre de suposiciones del tipo: 1) los cambios provocados por la intrusiónde un sistema externo producen disonancias dentro de la débil cultura recep­tora; 2) los cambios son generalmente destructivos para la población nativa;3) los cambios conducen a una homogeneización cultural, pasando la identi­dad étnica o local a ser sumida bajo la tutela de un sistema, similar al industrial,tecnológicamente avanzado, una burocracia nacional/multinacional y unaeconomía orientada al consumo.

En general, si bien los impactos socioculturales son numerosos y variados,la mayoría de ellos pueden ser clasificados en diez tópicos mayores (Cohen,1984: 385; Pearce, 1986: 41): la comunidad envuelta en un sistema amplio, lanaturaleza interpersonal de las relaciones, las bases de la organización social(composición sexual y generacional, modificación del tamaño y tipo de familia.transformación de una población rural en urbana, etc.), el ritmo de vida social(vida diaria), la migración, la división de! trabajo y e! tipo de ocupación(aumento de demanda de fuerza de trabajo femenina), la estratificación (tantolaboral como social), la dístribución del palier, la desviación de las costumbresy el arte.

Tales tópicos se desenvuelven en un contexto marcado por los gruposinvolucrados y las relaciones entre ellos. En este sentido se acepta la dicotomíabásica host andguest (Smith, 1977), esto es, anfitrión e invitado, si bien algunos

26. Puede encontrarse información detallada por áreas geográficas e impactos en los descrip.tares de la bibliografía de este texto.

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27. Citado por Mathieson y Wall. 1986: 133. ..,28. La Hlt:l"'l señal de los turistas y sus comportamientos pueden mduclr a camblOs comporta·

mentales sobre la parte de los resid~ntes permanentes.

3.3.1. Las relaciones residente/visitante

Si bien no es necesario el contacto directo turista-anfitrión para que se déel impacto,28 la presencia de corrientes turísticas en un núcleo receptor posi-

como Murphy (1984) prefiere denominarlos, sin dejar e~ desuso la anterior,residente y turista. Podemos pues establecer tres categanas diferentes Imp\¡­cadas en este tipo de impacto (Affeld, 1975: 109):27

a) El turista, cuyos estudios han mostrado las ramificaciones d~ la de­manda de servicios turísticos y las motivaciones, actitudes y expectatlvas de

aquél. f d ..b) El residente, enfatizando el papel que juega como o erente e servICIOS

al turista y de «organizador» local del sistema. .e) La interrelación turista-anfitrión, concerniendo a estos trabajOS la

naturaleza del contacto entre los implicados y las consecuenCias del mismo.

Sin embargo, como Fernández Fuster (1985) anota, del mismo modo queno podemos limitar el impacto al núcleo turístico, pues sus efectos puedensentirse en las zonas no turísticas lindantes y en las áreas gene:adoras, t~mpocodebemos considerar a ningún grupo como homogéneo, vanando el Impactode acuerdo con las diferencias entre residentes y visitantes, ya en térmlllos denúmero, frecuencia, procedencia y nivel económico, ya en cuanto a su c~lturade origen, visión social o tipo de turismo que practique. Con estas conSidera­ciones, y siguiendo la tipología de Smith (1977), P?demos deternllnar hastaqué punto los turistas se adaptan al entorno local V1.s1tado (c~adr.o 2.~), au.nquees escaso el conocimiento de los efectos dd tunsmo no IllstltuclOnalIzado(Cahen, 1972) -explorador~s y tulismo de mochila- sobre las SOCiedadesanfitrionas.' .

Se nos plantean de esta forma cuatro problemas que deben seranalIzados:las relaciones residente/visitante, los sistemas de medida del Impacto, elcambio social y el cambio cultural. Pero, antes de comenzar con esta tarea,. esnecesario precisar que los analistas del turismo se encuentran .co~ senasdificultades para separar los efectos de éste sobre las culturas anfitnonas deaquellos cambios inducidos por otras causas. El tulismo repre~entasolamenteuna forma de exposición de los residentes a elementos de SOCiedades con unacultura diferente, con lo que podemos considerarlo responsable de acelerar loscambios, pero nunca como un factor endémico y necesario para el desarrollode los mismos. Además de ello, los efectos iniciales sobre la gente, sobre susvidas cotidianas, generalmente rápidos y claramente identificables (impactosprimarios), se vuelven con el tiempo lentos, rutinarios (imp~ctos secundanos)y, con esto, mucho menos obvios tanto para los actores SOCiales como para lamirada del investigador.

a) Cuando el turista adquiere un bien o servicio del residente.b) Cuando el turista y el residente se encuentran uno junto al otro en

lugares de ocio, tales como una playa, un parque, un festival o una discoteca.e) Cuando las dos partes se encuentran cara a cara con objeto de inter­

cambiar información e ideas que faciliten su entendimiento.

93EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES Y ESPECIFICIDADES

bilita la coexistencia de dos realidades separadas, universo de! turista y uni­ver.¡jo del residente, en e! mismo espacio físico. El turista se encuentra separadode sus anfitriones por los factores de dominio, la distinción trabajo-ocio, ytodas las diferencias culturales se muestran en situaciones o encuentrosparticulares que serán el mayor factor de influencia en el entendimiento orechazo.

Ahora bien, tal punto de vista -dos mundos separados, dos extremos­peca de cierto simplismo. Como indicó Frick McKean (1977: 94-95), pode­mos situar, si es imprescindible y, en cualquier caso, exclusivamente durantelas etapas iniciales de la investigación, dos extremos metodológicos: de unaparte el «mundo turista», en el que el total de los cambios socioculturalesocurren en el área afectada por el turismo y el área anfitriona viene a sermodelada desde los patrones de los grupos visitantes, y, de otra, un «mundonativo" en el que no ocurren cambios, y la vida usual anterior al contactocontinúa. Éstos deben ser contemplados como los polos de un continuum ycada uno puede ser visto como un «tipo ideal». En la práctica, la aparentecontinuidad o persistencia de cada uno deberá ser explicada en términos delsistema, de manera que permita llevar a cabo transacciones autónomas y nointerferentes.

Se pueden señalar tres contextos básicos de encuentro (De Kadt, 1979: 50)que deben ser estudiados por el investigadol~ éstos son:

Pocos estudios tratan específicamente, sin embargo, la naturaleza y diná­mica de la relación turista/anfitrión en sus tres dimensiones -interacción,percepción y motivación- (Cohen, 1984: 379). Sulton (1967: 220) inicia elanálisis del carácter distintivo de esta relación especial y lo caracteriza comouna setie de encuentros, donde los participantes están orientados a conse­guir una gratificación inmediata más que a mantener una relación continua,con lo que la interacción se presta al engaño, la explotación y la desconfianza,esto es, «ambos, turistas y nativos, difícilmente pueden escapar a las conse­cuencias de la hostilidad y la deshonestidad» (Van den Berghe, 1980: 388) enunos encuentros donde se enfatizan y se da prioridad a la relación comercialtransitoria (los dos primeros contextos señalados).

De acuerdo con la UNESCO (1976: 82)1' tales encuentros están caracteri­zados por cuatro grandes rasgos:

1. Los encuentros transitorios son una característica de la mayoria de lasvisitas de los turistas temporales y son vistos de manera muy diferente porambas partes de la relación, en tanto que la relación temporal es diferente paracada grupo interactuante. Es fácilmente comprensible que el anfitrión puedaverla como una relación superficial que se lleva a cabo a lo largo de la estación

rANTROPOLOGÍA Y TURISMO92

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94 ANTROPOLOGÍA Y TURISMO EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES Y ESPECIFIClDADES 95

FA§E

~------------_._---

Flc.3.6. f"dice de irritación de Doxey (Murphy, 1984: 124).

29.. Según Young (1973: 11 t l. existe un nivel de saturación para el turismo. sobre una localidaddada. y S1 ese nivel es excedido los costes del turismo comienzan a superar a Jos beneficios. Esto es, elturismo empieza a considerarse, al menos, Como poco deseable.

30.. Aplicación al fenómeno turístico del desarrollado por Bjouklund y Philbrick (I972 Y 1975)para anahzar los procesos que tienen lugar cuando dos o más grupos culturales interactúan.

Euforia Fase inicial del desarrollo, visilantes e inversores son bienvenidos,.... pocos planes y mecanismos de control

Apalla Los visitantes se dan por sentado, los contactos entre residentes.... y visitantes toman forma comercial, la planificación está

fundamentalmente dirigida al marketing

Enojo El punto de saturación está próximo, los residentes recelan de la.... industria turistica, la administración trata de solucionarlo creandoinfraestructura más que iimllando el crecimiento

f------.--- --Antagonismo La irritación es abiertamente expresada, los visitantes son vistos

.... como la causa de todos los problemas, la planificación trata deremediarlo, pero la promoción decrece y se deteriora lareputación del destino

2

4

Dos son los sistemas que parecen ser capaces de valorar tales factoresintangibles, aplicándolos a las investigaciones sobre el impacto social delturismo, aun reconociendo que éste cambia a través del tiempo en respuestaa los cambios estructurales de la industria y la intensidad de la relaciónturista/residente.

Doxey (1975), tomando la idea de Young (1973),2" propone un índice deirritación que se identifica con los efectos acumulativos del desarrollo turís­tico sobre las interrelaciones sociales. Basando su modelo en análisis detrabajos de campo en núcleos turísticos como Barbados y Niágara (Canadá).sugiere que la existencia de impacto recíproco entre visitantes y residentespuede ser convertida metodológicamente en varios grados de irritación delos residentes.

Ésta puede tener sus orígenes en el ascenso del número y/o frecuencia deturist~s y la amenaza de que ellos actúen sobre la forma de vida local, pasandosucesIvamente a través de estados de euforia, apatía, enojo y antagonismo(figura 3.6), estado este último en el que, generalmente, la gente considera queha perdido lo que apreciaba y el entorno está destruido.

Mientras que, como vemos, el modelo ¡de Doxey sugiere una secuenciaunidireccional, donde las actitudes de los residentes van cambiando en eltiempo en una secuencia predecible, el de Butler (1975)30 reconoce que las

turística, como una experiencia tautológica y repetitiva, en tanto que sefunciona a partir de estereotipos y no de individualidades.

2. Tiempo y espacio continuamente tienen el efecto de obligar e intensifi­car los encuentros, que a su vez se ven restringidos a los empleados directa­mente en el sector (por ejemplo, hoteles o apartamentos y sus servicios) o alresto de la población señalada por su tipismo/rareza desde un autobús o desdeel «gueto turístico». Si distinguimos, de nuevo. por tipos de turistas hay queprecisar que algunos, exploradores y dri{ters, están suficientemente motivadospara mezclarse de inmediato, si bien de forma artificial, con la poblaciónresidente (Cohen, 1972: 168), mientras que el turismo de masas tiene contro­lados sus movimientos directamente por los tour-operadores o indirectamentea través de la localización de sus «guetos» (completos en lo que a servicios deocio y descanso se refiere).

3. Además, es típica una suerte de espontaneidad en la mayoría de losencuentros. El turismo toma ciertas relaciones humanas informales y tradicio­nales del área de actividad, volviendo sus actos de la hospitalidad espontáneaa la transacción comercial (De Kadt, 1979: 14) (tales como el pago por ver unaceremonia o la artificialidad de una expedición de compras organizada). Losencuentros son preparados con antelación y formalizados, incluso mediantecontrato, con el fin de que se encajen en el horario del tour y ofrezcanexactamente lo que el turista espera.

4. Otra característica frecuente de los encuentros viene dada por unarelación turista/anfitrión basada en una experiencia desigual y desequilibrada.El anfitrión se siente inferior (UNESCO, 1976: 93) y, para compensar esto, unavez percibidas las debilidades del turista, explota su aparente abundancia.

Podemos, pues, resumir lo dicho en que la relación turista/residente estácontinuamente variando en grado, incluida en y regulada desde dos sistemassocioculturales diferentes: un sistema nativo, que es invadido por el turismo,y el emergente sistema turístico. Los turistas son inicialmente tratados comoparte de las relaciones tradicionales anfitrión/invitado, pero al incrementar sunúmero comienzan a ser menos bienvenidos (Cohen, 1982: 248), alejándose dela relación tradicional. Pasan, pues, del trato familiar a otro que no precisaobligación ni reciprocidad, esto es, el comercio, donde la hospitalidad entra enel dominio económico y el encuentro se basa en la remuneración (Greenwood,1977).

3.3.2. Los sistemas de Doxey y Butler para medir el impacto

Siguiendo a Murphy (1984), Mathieson y Wall (1986) y Lea (1988), pocosestudios han sugerido las formas de valorar el impacto social del turismo. Unade las direcciones tomadas por los teóricos ha sido enfocar sobre los facto­res de presión y buscar el umbral entre aceptación y rechazo de la industria.Tal aproximación tiene mucho en común con el concepto de capacidad desustentación. pero tiende a ser más abstracta en tanto que extrapola unconcepto más o menos tangible por medidas biológicas al campo de laspresiones y actitudes humanas, de carácter no cuantificable.

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96 ANTROPOLOGÍA Y TURISMO EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES Y ESPECIFICIDADES 97

Actitud/ComportamienloPositiva ~.---------------+. Negativa

Positiva

Negativa

Promoción agresiva de Aceptación silenciosaalgunos favorecidos de algunos favorecidos

i ii l

Oposición agresiva a la Aceptación resignada aactividad turística la actividad turística

puede tomar proporciones xenofóbicas, cuando se sobrepasa el punto desafuración del área de destino, exacerbando las diferencias económicas yculturales o engendrando una competencia por los recursos locales. Ello puedeademás ser estimulado o reforzado por la conducta de los turistas, especial­mente en situaciones de considerable asimetría.

Los limites de la tolerancia local al turismo pueden ser descritos como unaforma de capacidad de sustentación o de carga,31 ya que, excedido este umbraLse hacen notar una serie de efectos en detrimento de la actividad, creando unambiente no amigable para los turistas y reduciendo, con ello, parte delatractivo de! destino. Se da, pues, una forma de impacto acumulativo sóloaceptable mientras e! turismo deja beneficios económicos a nivel local. Ahorabien, tales límites variarán entre los grupos anfitriones de distintas áreas(Mathieson y Wall, 1986: 141) con:

FIG.3.7. Atributos de actitud/comportamiento como respuesta a la actividad turística(Butler, J975; antes Biouklund y Philbrick. J972).

actitudes emergentes en una comunidad dada ante e! desarrollo de! turismoson comúnmente más complejas, al involucrar a los residentes, tanto indivi­duos como grupos, en un desarrollo creciente.

Las actitudes y comportamiento de los grupos o individuos frente alproceso turístico y al turista mismo, pueden ser siempre positivas o negativasy activas o pasivas, de manera que el resultado de las reacciones puede tomarla forma de una de las cuatro actitudes mostradas en la figura 3.7, pudiendocoexistir varias de ellas aunque varíe e! número de individuos incluidos encualquiera. De esta forma, es importante tener en cuenta, además de laafluencía turística (número de visitantes), la duración de la estancia y lascaracterísticas socioeconómicas de los turistas, a lo cual debemos añadirlas características propias del destino que nos ayudarán a determinar lacapacidad de absorción del creciente número de visitantes.

Características como e! nivel de desarrollo económico, la distribuciónespacial de la actividad turística en relación a otras actividades económicas,la resistencia de su cultura local y la actitud política pueden mostrar la formaen que un destino amolde y administre la actividad turística para maximizarlos beneficios y minimizar los efectos negativos, tanto económicos como sobrela estructura social.

Se podría usar una combinación de los dos sistemas de valoración paraver cómo la proporción de individuos en cada categoría de Butler varía ennúcleos turísticos atendiendo a diferentes estados del índice de irritación deDoxey. Aunque es poca la evidencia de la aplicación de estos sistemas, podemosver a través del análisis del cambío social una de ellas.

Así pues, se suele asociar la euforia y el entusiasmo con los estadospreliminares del turismo (Nash, 1977: 43; Cohen, 1984: 381; Mathieson y Wall,1986: 142), aunque esta actitud positiva no suele darse en aquellos casos enque la nueva actividad es impuesta desde fuera, y la disipación del optimismocon e! incremento de! número de turistas y la expansión de la industria. Lapercepción y actitudes de los residentes se encamina hacia el antagonismo, que

A) La distancia cultural y económica entre turistas y anfitriones.B) La capacidad del destino y su población para la absorción física y

psicológica de la llegada de turistas sin marginar más de lo deseable lasactividades locales.

C) La rapidez e intensidad del desarrollo turístico. Cuando el turismo esintroducido de manera paulatina, sus efectos se hacen menos notorios; sinembargo, cuando el turismo sustituye a las actividades productivas locales enun corto período de tiempo y adquiere un papel dominante dentro de laestructura y cambio económico y sociaL las repercusiones psicológicas soninevitables (caso, por ejemplo, de lo ocurrido en las islas de! Caribe, Pacíficoe incluso Canarias),

Atendiendo a ello. podemos dar al menos dos usos a la noción de capacidadde sustentación social, ambos con funciones prácticas para la planificación ycontrol del turismo. De una parte, determinar para cada destino sus recursossociales finitos, incluyendo la hospitalidad, para no añadir presiones queconduzcan a los ¡'esidentes de actitudes de entusiasmo a la oposición agresivaa la actividad turística. De otra, proveemos de un modelo para valorar elimpacto social relativo del desarrollo turístico, sobre todo e! nivel de depen­dencia social (a través del efecto demostración) del triángulo turistas-residen­tes-inmigrantes.

Pero ¿en qué elementos sociales se muestran los impactos del turismo? Lasimple presencia de los turistas, su aparente superioridad material y la propie­dad de tierras, negocios u ocupación de puestos destacados dentro de lasactividades asociadas al sector, puede crear nuevas aspiraciones (Smith, 1977:68) que empujan a los residentes a copiar tanto su comportamiento (queProd'homme -1885- cataloga como exhibicionismo cultural) como sus mo­delos de gasto (efecto demostración), impulsando modificaciones en la estruc­tura interna de las comunidades anfitríonas, como pueden ser los cambios en

31. O'Amore (1983: t44; d. Murphy, 1984: t34), define la superación de la capacidad desustentación para el turismo como el punto t:n d crecimiento dd lurismo donde los n:sidemes localesperciben niveles inaceptables de prejuicios sodales provenientes del desarrollo del turismo.

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98 ANTROPOLOGÍA Y TURISMO EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES Y ESPECtFICIDADES 99

la estratificación (modificación de la importancia respecto a los grupos socio­profesionales), en el rol de las mujeres, en la cohesión comunitaria o en lasinstituciones y organizaciones formales e informales que se reflejan en temasconcretos como la conducta moral (prostitución, delitos, apuestas), la religióny la sanidad.

En este sentido, una amplia literatura ha cubierto las principales regionesturísticas indicando que existe una relación cerrada entre la venta del sexo,varias formas de delito y apuestas organizadas con e! desarrollo del turismo,si bien, dada la ilegalidad de tales factores, es muy difícil encontrar evidenciasclaras con respaldo estadístico del rol exacto jugado por la industria encuestión. Las hipótesis que se barajan en torno a estos temas sugieren que laactividad ociosa, la congestión de personas, la relajación de las costumbres yel incremento del gasto potencian este tipo de actividades que dejan pingüesbeneficios en los entornos locales.

De otra parte, por último, la religión ha sido una fuerza poderosa que haviajado con los turistas y que ha generado núcleos turísticos espirituales comoJerusalén, Medina, La Meca o Bangkok, provocando reacciones diversas (desdela conversión a un culto diferente al tradicional hasta e! rechazo hacia losturistas-peregrinos) entre los residentes.

3.3.3. Los cambios de la cultura por efecto del desarrollo turístico:el ejemplo de la artesanía y la autenticidad

El visitante viaja con una serie de expectadvas sobre e! destino y, general­mente, entre ellas pueden identificarse algunas de índole cultural, tales como:las tradiciones, la gastronomia, la artesanía, el arte, la arquitectura o loselementos materiales de la historia, las celebraciones festivas y la música, etc.,pero los efectos producidos van más allá de tales elementos culturales deman­dados. Los valores, la identidad, los patrones de uso de la tierra, la socializaciónde nuevas generaciones, las formas de organización doméstica, la percepcióndel medio, la religión o la indumentaria, entre otros, pueden verse modificadospor la acción de los impactos secundarios del turismo.J2 Éstos, que describimoscomo rutinarios, lentos y pausados, son fruto del encuentro del turista y e!residente locaL que enfrentan un bagaje de estereotipos supuestamente útilespara ese tipo concreto de contacto, temporalmente limitado y repetitivo en suesencia, aunque no en sus actores, y que a largo plazo afectará definitivamentea ambas partes de la relación.

De manera idéntica a otras formas de impacto, los efectos culturales delturismo no son, ni en ningún caso pueden ser considerados, factores únicosdel cambio cultural, pero tendrán que ser considerados siempre que e! área deestudio pueda estar influida directa o indirectamente por el turismo. Esto es,no sólo en aquellos casos en que la evidencia demuestre que se trata de un

32. Los cambios que sobre la cultura provoca el desarrollo de la actividad turística son los que,de5de la década de los setenta, hacen acercarse a los antropólogos a este nuevo ámbito de investigación.Así, t:n 1974 se celebra el primer simposio de antropologia y turismo en México. del cual surge el textorecopilalOrio Host and Guest.

centro receptor o de visita turística, sino además en todos aquellos que puedanver~e afectados por la atracción de fuerza de trabajo, la producción de bienesy/o servicios, la alteración del nicho ecológico por extracción de áridos, elencuentro esporádico con turistas, o cualquier otra forma de contacto con laactividad. Si no se tiene en cuenta esta posibilidad corremos el riesgo de nopoder justificar algunas variaciones importantes en las poblaciones analizadas,ocurridas precisamente para adaptarse a las nuevas situaciones económicas,sociales y culturales que genera el turismo.

La investigación del impacto cultural del turismo está centrada en tresformas culturales (Mathieson y Wall, 1990: 203):

A) Formas de cultura que son especialmente animadas y pueden involucrarhechos especiales para la sociedad anfitriona. Con el avance de la actividadturística, eventos privados como las ceremonias religiosas o las fiestas popu­lares han sido afectadas tanto positiva como negativamente. En cuanto alprimer aspecto, muchas han sido las fiestas y ceremonias que se han salvadode la desaparición o se han creado al convertirse en u i acto de interésturístico. 33 Ahora bien, muchos rituales han sido desvirtuados para su explo­tación como fenómenos extraños (Boorstin, 1961), exóticos y típicos, pasandoa ser productos artificiales ofertados en el mercado del turismo.

B) Formas de cultura reflejadas en la vida diaria del área de destino. Dentrode éstas, destacan, junto al crecimiento de la estandarización de los bienes deconsumo, los cambios de uso del lenguaje, tal vez por influencia directa delnegocio con la empresa hotelera. El lenguaje como vehículo de comunicaciónsocial es un elemento vital para la supervivencia cultural (Murphy, 1984: 132)y, examinando los patrones lingüísticos, se puede ilustrar el grado de asimila­ción social y la "pureza étnica» presente en una sociedad.

White (I974), a partir de un estudio realizado en el cantón de Graubunden(Suiza), ha propuesto tres maneras por las cuales el turismo puede conducir acambios en los patrones de! lenguaje. La primera apunta que a través de laintroducción de inmigrantes y e! contacto de éstos con la población residente,además del cambio económico provocado por e! turismo, puede ocurrir untraslado del lenguaje en uso hacia el utilizado por los emigrantes. Este nuevolenguaje estará en función de facilitar los encuentros cara a cara con los nuevosvecinos, normalmente temporales. En segundo lugar, a través del efecto demos­tración, cuando los residentes aspiran a obtener el estatus de los visitantes,comienzan a imitar tanto su lenguaje como su estilo de vida. Y, por último, através del contacto social directo, que requiere a los residentes conversar en ellenguaje de! turista para participar en la t~ansacción comercial y social. Losanálisis de las uniones entre e! lenguaje en declive y el desarrollo de! turismoindican que los factores dominantes en este sentido también tienen baseeconómica.

33. Salvo casos anecdóticos. como el que destacan Tumer y Ash (1972), cuando en una celebra4

ci6n en Nueva Guinea un grupo de guerreros atacó a la audiencia al sentirse ofendidos porque nohabían pagado primt:ro.

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100 ANTROPOLOGíA Y TURISMO EL SISTEMA TURÍSTICO, GENERALIDADES Y ESPECIFICIDADES 101

C) Fom:as de cul!ura que son inanimadas (la cultura material). Incluyenesta categona la arqUitectura y los monumentos -Iugares- históricos ade­más de la producción artística y artesana. Esta última forma cultu:al laartesanía, por las transformaciones que suele sufrir en el entorno de la ac;ivi­dad turi~tica -indicativas del grado de aculturación- y por estar estrecha­ment~ vmcul~~a a los intereses etnográficos de la disciplina, merece unaespecIal atenclOn en los estudios de caso. En este sentido, el investigador hade tener e,n ~uent~ que, al igual que existe un espacio o una comida propia­mente tunsUca, eXI.ste un objeto turístico (Gaviria, 1978: 55). Este objeto, segúnel tipo d,e consumIdor turístico y de destino, podrá ser identificado por suscara~tenstlcasmás obvlas: pequeño, barato, no demasiado exótico y poseer lacualIdad de connotar simbólicamente el área visitada. Pero deberemos mirarmás acá del objeto en venta, descubrir cuál ha sido el proceso por el que ahorase encuentra expuesto en un escaparate o sobre una manta que invita a sucompra a un nuevo público al que, en último término, no le interesa el estiloy la forma simbólica, sino la representación suntuaria y recordatoria.

La artesanía, el arte funcional popular, posee fuertes contenidos étnicosemana~osde la tradición y la cultura propia, constituyéndose, en origen, en laexpreslO~.matenalde la cultura y su propia percepción. Es la representación?e lo exotlco no mutable por excelencia. La artesanía se conforma como unaI~entificación más del grupo frente a lo externo, manifestándose como losslmbolos materiales estereotipados que les representan.

Si bien no es sencillo referirse a una evolución de la artesanía en términosgenerales, puesto que en ningún caso se dan cambios unilineales sí sonapreciab~esuna serie de procesos repetitivos, de manera que podemos 'estable­cer una lmea breve y.g~neral. De esta forma, con la industrialización, más quecon el desarrollo tunst!co, esta forma útil de expresión va transformándose odesapareciendo. Quedan los viejos artesanos, caracterizados por una baja rentay, generalmente, poco prestigio social. El «renovarse o morir» se convierte enlema, muchos pasan a .s~r pequeños industriales, y sus hijos, en otros tiempossus sucesores en l~ actJ.~dad artesana, se reconvierten a los sectores producti­vos dommantes. S~mphficandomucho, la artesanía útil puede desaparecer conel artesano, pero esta es, al menos, recreada en un objeto de consumo indus­trializado, el souvenir. Con él se abre un mercado, no necesariamente de laartesanía tr~dicionalm~ntee.ntendida, para productos que tengan demandaentre los tunstas y, segun elupo, entre los mismos anfitriones.

El proceso de cambio, lejos de ser visto como un elemento denigrante del.a cultura local, una ~eparacióndel contenido étnico --que en algunos casos,sobre todo con el tU:lsmo de masas, es indudable que sucede-, ha de enten­derse como un contznuum, esto es, en una forma transicional (Cohen, 1993:139) d~l arte que, con el turismo o sin él, evoluciona para adaptarse a las nuevassItuacIones. Los símbolos estereotipados que representan a los actores almenos en un primer estadio, se separan de la identidad cultural. Ésto; setransforman creando nuevos estereotipos que son mueslra de la conjunción delas .demandas de mercado (de los compradores potenciales, mayoritariamentetunstas, y desde los países de origen) y la adaptación, más o menos consciente,por las gentes del destino.

'1/ A la vez que se transmite una supuesta imagen simbolizada del área deatracción turística, con la ventaja -ausente del resto de los medios de promo­ción- del hecho a mano como fonna de autenticidad, los nuevos estereotiposson asumidos y transmitidos en la endoculturación.

Siguiendo a Graburn (1984), podemos establecer la línea (no evolutiva,puesto que todos los elementos a describir pueden sucederse en un tiempo)seguida por la artesanía. De esta forma, a partir de la artesanía tradicional,fundamentalmente utilitarista y funcional, ante un mercado potencial origi­nariamente local-urbano y, en menor medida. turístico, el objeto artesano seadapta, manteniendo formas tradicionales y la «autenticidad" garantizadapor el artesano, dando origen a una réplica comercializada de la artesaníatradicional. Ésta está destinada a un comprador que generalmente conoce elobjeto originario, su uso y lugar en el pueblo. En el caso de la venta turística,se trata de un turismo culto y que, dentro de la clasificación de Smith (1977),podría ser considerado como parte de un turismo de elite, cultural y étnico,normalmente restringido a una minoría que busca el vestigio del estilo devida tradicional que, tal vez, pudiera coincidir con el pasado de su culturapropia.

Con la llegada del turismo de masas y chárter, con el cambio cultural quese da paralelo a él, se dan dos procesos simultáneos e intercomunicados. Deuna parte la réplica creada para su comercialización es adaptada para unamasa importante de compradores. Por las características propias del ,viaje, esnecesario que el objeto sea transportable, y por las características ¡;¡ropias delcomprador, ahora mayoritariamente turista, es necesario que el objeto seabarato. Se da para ello una reestructuración de las condiciones de producción,que afecta tanto a los motivos representados como a las formas, generalizán­dose la miniaturización.

Nace así el sotlvenir, donde las nuevas formas deben responder a lo que elcomprador potencial, normalmente desconocedor de la artesanía tradicional­funcional, piensa y espera encontrar en el área. Con elJo se produce unadesconexión, en la mayor parte de los casos temporal. entre los objetosrealizados y la cultura de la zona, de manera que los habitantes locales noentenderán en los objetos una representación de los estereotípos propios,identificadores del grupo. El caso más obvio es lo ocurrido en una granvariedad de destinos con la artesanía del barro, donde es fácilmente apreciableuna total separación de sus usos tradicionales, empequeñecimiento hasta losextremos, eliminación de etapas en el proceso de elaboración, etc. Paralela­mente, y debido más al cambio cultural, a Pí1rtir de las formas tradicionales seproduce una artesanía recreada que reintegra lo tradicional con los elementossurgidos de la evolución del área. La ejemplificación coincide con las citadasanteriormente, añadiendo las nuevas fonnas de la cerámica esmaltada, perose trata, en este caso, de objetos de alto precio y calidad que pueden influir yson, a su vez, influidos por el souvenir, en tanto que éste se comporta comouna fuerza de modificación cultural al margen de los propios elementos locales,reemplazando gradualmente al elemento tradicional. Si bien el destino de estanueva forma artesana suele ser el mercado local, se trata de un reducido grupode compradores adinerados e intelectuales que la adquieren más por un afán

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102 ANTROPOLOGíA Y TURISMO EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES Y ESPECIFICIDADES 103

coleccionista o de ostentación de un nivel social, que por su valor utilitario,perdido con el paso del tiempo y la modernización de los usos cotidianos.

Con la intluencia directa de los souvenirs y destinada al mercado localmenos pudiente, la artesan{a popular, ya aculturada, forma parte de unareformulación de lo tradicional y lo recreado, llevando consigo, también,una refonnulación cultural que estandariza y mitifica la tradición comoelemento unificador. El objeto tradicional usado llega a nivel de culto, puestoque es él la representación misma del pasado y de sus funciones tradicionales-de ahí que fueran los ya utilizados, los más «viejos», los más valorados- yes la demanda y cotización de tales elementos reificados lo que impulsa laproliferación de este tipo de artesanías.

Paradójicamente, el producto de este proceso no es ni «viejo», ni usado,ni, estrictamente. el que originó la demanda; además, y de forma contradicto­ria, su funcionalidad pasa a ser meramente estética. Todo ello, además, porquesufre la presión de lo que se ha dado en llamar una forma de artesanía asimi­lada, manifestación de la homogeneización de los cambios a nivel nacional einternacional, facilitados por la educación y la fluidez en las comunicaciones.Este último tipo de artesanía tendrá requerimientos no necesariamente pre­sentes en las fonnas anteriores, en tanto que requiere el acceso tanto a nuevasherramientas y materiales como a trabajos realizados o en curso de realización(contacto con otros artesanos y artesanías) donde se puedan observar loselementos y fases constructivas del objeto suficientes para su posterior copiay adaptación cultural.

El souvenir, como producción orientada al turismo (Jafari, 1982), será,pues, fruto de la confluencia de elementos de la réplica artesana comercializa­ble, la artesanía recreada y la artesanía asimilada del exterior, mostrandoparalelamente su influencia sobre todas estas variantes y cumpliendo, comoen parte indicamos, con cuatro requisitos indispensables: pequeño, barato, nodemasiado exótico y denotando simbólicamente el área visitada (que nonecesariamente de producción del mismo). La categoría estéticamente bellofunciona como un reforzador para la comercialización y aceptación de estosproductos entre los potenciales compradores, pero, curiosamente y atendiendoa que la misma está condicionada por la cultura, cuando no se cumple se aludea la representación étnica. Con ello, los productos y/o situaciones rechazadasen la sociedad generadora son igualmente adquiridos como parte de lo exóticoe, indirectamente, influyen en su conservación o postergación cultural, ademásde en su consumo futuro.

En términos generales, el turista, cuando adquiere el objeto artesano comosouvenir está comprando un reforzador de recuerdos y una demostración del«estar aHí» que le diferencie del resto; esto es, de una parte, de aquellos que enel área generadora no han cumplido con el ritual de conversión a turista y, deotra. del resto de los turistas. En este sentido, el souvenir denota ciertascaracterísticas definitorias de su comprador que, en general, busca lo auténtico,que no necesariamente tiene que coincidir con la materialidad forjada en elárea de destino.

La autenticidad se crea individualmente, aunque semidirigida por losagentes del comercio del viaje, como un constructo (Cohen, 1988: 374) contex-

tuaiizado en las propias experiencias del sujeto. En eHas se entremezclan losestereotipos del estilo de vida y uso de la cultura material de los visitados conla imagen vendida de los mismos, además del anhelo de los visitantes deconsumir (compartir y apropiarse simbólicamente) ese estilo de vida distintoal propio. Pero. además, así como el souvenir denota el objeto de ese consumodefinitorio, la imagen -fijada a través de la fotografía o el vídeo- del procesode elaboración es también apropiada, y a través de eHo el turista manifiestaposteriormente ante los otros su «conocimiento» no sólo del destino sinotambién del estilo de vida en el mismo. Esta transmisión de experienciasconstituye la mejor promoción externa del área visitada y, generalmente,favorece -dada la transitoriedad y superficialidad de los encuentros- unaperspectiva de autenticidad, cercanía al pasado del visitante, la seguridad queda la familiaridad -aunque manteniendo algún grado de atrayente exotismo­y estabilidad sin problemas.

De esta forma, lo pristino y primitivo del quehacer artesano es fijado yvivido como algo más que recuerdos y experiencias inmediatas, se consumecomo un producto no almacenable pero tampoco perecedero. Para ello, gene­ralmente prefijado por los intermediarios, el trabajo es representado comoúnico y expresión viva de la cultura local, dándose una transfonnación profun­da del significado del trabajo -más que mera producción- para sus practi­cantes. La mercantilización de las representaciones ha traído consigo unapérdida o, al menos, cambios en las relaciones sociales asociadas a las laboresproductivas, de la misma fbrma en que el desarrollo turístico ha cambiado lasignificación simbólica i:Ie rituales representados para el disfrute turístico(Noronha, 1991 -BaJi-; Greenwood, 1992 -España-; Simpson, 1993 -SriLanka-, por citar algunos). Esto lleva en muchos casos a la exageración en la

Proceso (1) (2) (3)general de Desaparición disenos Reemplazo sin complejos de Resurgimiento

cambio tradicionales formas y funcionalidad nuevos artesanos y-- -- artesanías

Elementos de variación

Elaboración Normal para su uso Simplif'cada

Formas y Inspiradas en la Adaptación sobreornamentacIón tradición y en el uso modelo tradicional

Idealización de la culturasegún los gustos del

turistaancestral ~rtesanía como

Consumo Interno/externo fenóme o identitario) Externolimitado --

Bien Funcional Estético

Valor Simbólico local Simbólico turístico

FlG. 3.8. Resumen de las variaciones principales de ia artesania por la acción del desarrollode la actividad turística.

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104 ANTROPOLOGíA Y TURISMO EL SISTEMA TURíSTICO: GENERALIDADES Y ESPECIFICIDADES 105

escenificación de la cultura, que trata de mostrar todos sus componentespretendidamente étnicos en un lapso temporalmente corto -el que dura lavisita programada o la estancia en casos de las nuevas modalidades de aloja­miento al estilo del turismo rural-, y a la adaptación fácil y constante tanto alos distintos grupos de turistas (según las tipologías emic) como a las evolucio­nes del mercado -gustos específicos sobre ambientes, colores o texturas,motivos, partes concretas (las más llamativas) de la elaboración de un deter­minado producto, etc.-. Nunca antes se habían visto en áreas geográficas tandiversas tantas piezas de alfarería, cestería, textiles, calados, adornos supues­tamente tradicionales, elementos miniaturizados de labranza, ídolos, etc., y,tampoco nunca, con una tan amplia variedad de precios y tamaflos que hacena los productos en sí mismos atractivos. Nunca tal florecimiento en el apoyo ymuestra de la artesanía y sus procesos de elaboración, no sólo, y tal vez poreso, para el turista.

Tanto el trabajo como su producto pasan a considerarse por los planifica­dores como «recurso natural>, o como una mercancía sui generis (Greenwood,1992: 259-260), pero, en la mayoría de los casos y aunque sea innegable unaalteración de la cultura, no podemos considerar que se esté explotando lacultura local. Y ello en tanto que los actores están recibiendo una serie deemolumentos, bien directos, bien a través de las ventas de sus productos, porla representación. No cabe duda de que estamos asistiendo a un proceso yaestablccido de comercialización de la cultura, que es adornada, clasificada yvendida por un precio variable según una amplia tipología de consumidores.En este sentido, afirmar que los operadores y gestores del turismo han encon­trado un sefluelo en esta mercancía que les ayuda a competir en un mercado,no es ninguna exageración.

Siguiendo a Greenwood (1992), las formas y valores implícitos, tras unasuerte de intermediación y adaptación, pasan a mostrarse explícitos, perdiendosu eficacia social anterior. La transformación, o cultura transicional, a la quemás arriba hacíamos referencia, puede convertirse en una trampa para lacultura local al despojarse de significación y dejar a la estructura social sin unsoporte organizativo propio.

3.4. EJEMPLIFICACIÓN DE LOS IMPACTOS SOCIOECONÓMICO y SOCIOCULTURAL

Como ejemplificación de los efectos del sistema turístico sobre las pobla­ciones de destino, y de la ya expresada dificultad de destacar un impacto decualquier tipo sobre el resto de forma ajena a la realidad, presentamos aquíuna breve aproximación a tales efectos en el Municipio de Mogán, en GranCanaria,34 en el que se muestra el modelo básico de cambio, encuentro yadaptación que, con ciertas modificaciones contextuales, se repite en otrosentornos del archipiélago. Tratándose de un municipio cuya principal fuente

34. El cUnlt:nido de este apartado fue presentado como comunicación en el Cungr~~o Interna·cionai: <Ila periferia atlántica de Europa». celebrado en Santiago de Compostela (España) en junio de1992.

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de riqueza es la actividad turística y donde un porcentaje elevado de sup~blaciónactiva desempeña sus labores en el sector servicios, no es de extrañarque su población real quede muy lejos de los datos poblacionalesJpoblaciónde hecho y de derecho) obtenidos a través de las hojas censales o estadísticaselaboradas sobre ellas. Tal es así que se ofertan en tomo a las 100.000 camashoteleras, con una población de derecho censada de 7.932 personas frente a16.295 de hecho en 1986, ascendiendo la población de derecho a 10.208 en1990. Fenómeno éste que se acompaña por un importante desarrollo de laresidencia secundaria.

Los grupos domésticos y el empleo

Para el análisis de los grupos domésticos y sus diferentes adaptaciones,partimos de una selección basada en aquellas unidades que contaban, almenos, con un pescador entre sus miembros, en tanto que ésta era la principalactividad económica del municipio hasta la irrupción del turismo. Así pues, launidad doméstica toma entre los pescadores del municipio (yen general entretodos los del archipiélago dedicados a la pesca artesanal) la forma de unaunidad económica global basada en la relación estructural de parentesco,con una dimensión de residencia y de consumo, dando origen a una o variasunidades de producción, en tanto que incluye las actividades económicas querealiza cada uno de los miembros de ese grupo residencial, combinando lafuerza de trabajo y el capital logrado en las actividades desarrolladas (figu­ra 3.9). Tal combinación asegurará su reproducción, pero también condicio­nará sus niveles de inversión, ahorro y consumo.

Hasta 1983, las unidades domésticas contaban con un número de miem­bros que generalmente estaba equilibrado con el número óptimo que podianmantener, resaltando la importancia tanto del número de aquellos <::n edadactiva como del grupo conyugal progenitor para superar las etapas críticas deseparación o constitución de nuevas unidades domésticas. La casa paterna seconstituye como centro estructural, ya no sólo a niveles de socialización y vidasocial, sino además como seguridad individual (siempre que viniese respaldadapor la propiedad del barco y/o artes de pesca). Los cambios del grupo domésticose dan en la línea de una ruptura tanto en lo que respecta a la casa del padrecomo centro de reunión de los hermanos/as y sus consortes, como en lo tocantea las relaciones cara a cara (respeto y mutua asistencia) dentro y fuera delgrupo, que en la actualidad, salvo servicios colectivos de «obligado» cumpli­miento (funerales, etc.), rara vez se cumplen.

Tradicionalmente, las unidades domésticas han utilizado estrategias di­versas tendentes a la maximización de ingJesos a partir de empleos alternativosfuera del sector pesquero. Ello lo podemos apreciar observando el comporta­miento seguido en el período 1930-1960, donde se da un fuerte impulso a laagricultura y, con éL se demanda fuerza de trabajo. Las primeras en acudirfueron las mujeres que antes se dedicaban a trabajos complementarios a lapesca (reparación de artes y venta del pescado, principalmente), pero seguida­mente los pescadores dejaron la mar y se «contrataron» también, manteniendola pesca como forma de obtención de la comida diaria. Pasados estos años, con

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106 ANTROPOLOGÍA Y TURISMO EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES Y ESPECIFICIDADES 107

35. De esta forma podemos afirmar que el municipio procura fuerza de trabajo (casi siempredesde algún sector artesanal) y la reproducción de la misma al sector capitalista y, además, éste, através de los salarios, procura unos ingresos que tienen por función última la reproducción de la unidaddoméstica y su ascensión en la escala social. Tanto es así, que hemos podido observar- que este tipo detrabajo es paI1e de una estrategia o forma de acumulación de capital destinado a formar un nuevohogar. siendo las mujeres y hombres solteros los que mayoritariamente emprenden la aventura.a.Jemás, por supuesto, de una ayuda para la casa paterna.

corresponderia con el empleo directamente creado por el desembolso de losvis'i'tantes en su alojamiento, como en aquellos puestos de trabajo creadosindirectamente y de forma imprescindible. como son la construcción (empleoindirecto) y, cómo no, el comercio (empleo inducido). De esta forma, a partirdel número y tipo de empleos creados en el municipio para los años 1981, 1986Y 1990. observamos una proporción relativamente similar entre ellos, esto es,por cada cuatro puestos de trabajo generados como empleo directo obtendre­mos uno inducido, siendo más baja la proporción generada de empleo indirec­to: uno por cada cinco directos,

Ante la necesidad imperiosa de mano de obra y lo escaso de la misma enel municipio, hicieron, en principio, que se ofertaran contratos en condicio­nes muy favorables y sueldos considerados como altos. Ello produjo unaatracción paulatina que afectó, en primer lugar, a los jóvenes varones queaún no estaban totalmente integrados en el proceso de pesca y que nodisponían (ellos o sus padres) de medios de producción; paralelamente, lasmujeres jóvenes abandonan el trabajo en la tierra o ayuda en las labores decomercialización, según el caso, ocupando contratos estacionales en el sectorservicios. Cuando, aun con ellos, se siguieron ofertando puestos de trabajo,otros varones hasta entonces integrados plenamente en la pesca fueronabandonando paulatinamente el sector e incorporándose también a esasnuevas ocupaciones. 35 La temporalidad limitada de estas labores fue conso­lidándose por parte de las empresas que, previendo el índice de ocupaciónde cada temporada futura y la necesidad de fuerza de trabajo, iban haciendonuevos contratos (no renovando) a los mismos trabajadores, con lo que,paradójicamente, sin llegar a ser fijos en las plantillas de esas empresas,tenian siempre trabajo (durante todo el año) en un sector menos «duro» y,todavía por entonces, de menor incertidumbre.

La fuerza de trabajo que pudieron ofrecer nuestras unidades de estudiomayoritariamente fue de individuos menores de 35 años y con niveles deestudios que no sobrepasaban, salvo raras excepciones, la EGB. Este bajo niveleducacional limita a estos individuos para la ocupación de puestos cualifica­dos, pasando a formar parte de lo que Mario Gaviria (1974) llamó «bracerosdel turismo» (limpiadoras, camareros, peones, etc.), caracterizados por la faltade preparación profesional y la marginalidad estructural de los trabajos lleva­dos a cabo, propios de núcleos turísticos en su primera fase de desarrollo, perocapaces de aprender y de prestarse a la sobreexplotación, Para llegar a estosempleos, frente a la organización formal de agencias de contratación, lapoblación siguió las estrategias de ayuda mutua tradicionales, consistentes enentablar conversaciones con algunos amigos, parientes o vecinos ya situadosen la empresa turistica (sin importar el rahgo en la misma o condición de

GastoL Ingreso brutoFuga de ingresos

brutos

FIG. 3.9. Unidfld doméstica, estrategias maximizadoras y reproducción.

..-----------.,( Unidad dOméStiCa)

el declinar de los negocios agricolas y tras una breve vuelta a la pesca, seproduce una nueva demanda de mano de obra, esta vez proveniente del sectorde la construcción, en el municipio lindante (San Bartolomé de Tirajana), queiniciaba su desarrollo turístico. En ese momento son los más jóvenes los queabandonan la pesca y/o la agricultura por esta fuente de ingresos segura(reducción de la incertidumbre creada por la estacionalidad y escaso controlsobre los cardúmenes de túnidos) y menos sacrificada. En la misma época, caside forma paralela en el tiempo, comienza el cultivo de la berenjena en zonasagricolas cercanas. Las mujeres, de nuevo, forman la mano de obra quedesbroza, siembra, limpia y recolecta el fruto, ayudadas sólo ocasionalmentepor los hombres de la casa.

Más tarde. ya en la década de los ochenta, la construcción hotelera y lapuesta en funcionamiento de nuevos complejos turísticos en el territoríomunicipal, lleva o casi fuerza a un cambio masivo de dedicación laboral de lapoblación activa como forma de rápida adaptación a la estructura de oportu­nidades que ofrece el entorno económico, Tal variación pudo apreciarse tantoen el incremento de la fuerza de trabajo dependiente del sector hostelero, que

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108 ANTROPOLOGíA Y TURISMO EL SISTEMA TURíSTICO: GENERALIDo\,DES y ESPECIFICIDADES 109

ocupación), utilizando para ello contactos que localizaban el empleo en cues­tión, distinguiéndose en esto según sexo.

Tratando de caracterizarlos, podemos ver cómo los hombres comienzansiempre, a través del círculo de conocidos, por aquellas labores donde lossaberes adquiridos en la dedicación original sean aprovechables (por ejemplo,el que desempeñaba la labor de motorista en el barco tenderá a puestos deservicio técnico, mientras que el marinero desearía seguirlo siendo en un barcoturístico). Si esta búsqueda falla, entonces dejarán la mar, orientándose hacialabores afines individualmente. Así por ejemplo, algunos desprecian el trabajode bar o cocina, mientras que otros lo prefieren a la construcción por ser másestable.

Las mujeres, en cambio, ven el círculo de posibilidades mucho másreducido, en tanto que sólo pueden procurarse empleo bien en los comercios,bien, mayoritariamente, como limpiadoras (llamadas también camareras). Sutrabajo consiste no sólo en limpiar diariamente un alto número de apartamen­tos, indicado previamente por la empresa, sino además en mantener encondiciones agradables a la vista del turista el recinto hotelero, añadiéndose aello las «salidas»; esto es, limpieza y desinfección a fondo cuando los aparta­mentos o habitaciones cambian de huésped. Estas labores son siempre super­visadas por una «encargada» o «gobernanta» que, generalmente, no es origi­nalia del municipio y se mantiene siempre separada (sin relaciones de amistad)con e! personal a su cargo. supuestamente para evitar connivencias y excesosde confianza. asegurando e! rendimiento de las contratadas, que pueden serdespedidas si no desarrollan aceptablemente su cometido.

Para ambos, tanto hombres como mujeres, la eventualidad y marginalidadde los empleos, además de la fuerte competencia por conseguirlos y mantener­los que se ha dado en los últimos anos frente a los llegados de fuera, haterminado de caractelizar a estos trabajadores por el bajo nivel reivindicativoy, a costa de ello, el fomento de la inestabilidad antes que la preocupación porla profesionalización,

En términos generales podemos resumir en tres puntos las consecuenciasmás inmediatas y directas que este tipo de empleo ha generado, esto es: sobrela composición familiar, los ritmos de vida y la estratificación social.

Los efectos sobre la composición familiar se han hecho notar en el pasode la familia extensa originaria, de al menos tres generaciones que convivenen el mismo hogar, a un nuevo modelo intermedio entre ésta y la familianuclear, reduciendo además considerablemente el número de hijos. Se da eneste caso una forma de adaptación que parte del aumento de ingresos, demanera que los jóvenes casados se pueden separar de padres y hermanosconstruyendo una nueva casa o adquiriendo alguna en las afueras de! pueblo(donde la tierra es más barata). Al estar ocupados ambos cónyuges práctica­mente durante todo el día, se mantiene una relación de dependencia de lageneración anterior (generalmente la paterna), encargándose ésta de la aten­ción de los vástagos y del cuidado del nuevo hogar. De esta forma, nosencontramos con que la nueva pareja forma una familia nuclear sólo aparentey artificialmente independiente de la casa paterna.

Se desprende además de nuestro análisis una importante variación de los

rit1~IOS de la vida social, en tanto que han de ajustarse a unos h~rarios formalesde trabajo que ya no son marcados por factores del medIO, smo por lascondiciones de contrato y la dinámica formal de las empresas. Ello cambIa ladivisión diaria del tiempo entre trabajo yacio para los empleados en la nuevaindustria afectando a la vida familiar de aquellas unidades domésticas quecomplem'entan el sector artesanal con el industrial, al no ser compatibles enmuchas ocasiones las jornadas laborales de sus miembros. . .

Por último se observan los efectos del nuevo empleo sobre la estratifica­ción social en t~nto en cuanto el proceso descrito ha llevado a una alteraciónartificial en la misma dentro de las unidades de estudio, provocando unamovilidad social más rápida que la acostumbrada y siendo ésta más inestableque la producida por el sector pesquero, dada la dependencia de las fluctua­ciones del turismo internacional y de las tendencias en la planificación deempleo de las empresas que atienden dicha demanda. Ello se hace p~~ent7_sitenemos en cuenta que, hasta la llegada del turismo de masas, la estrauficaclOnsocial estaba basada en el control de los medios de producción -generalmentenavales-, el conocimiento del medio y el prestigio adquirido ante el resto dela comunidad. Hoy otros factores intervinientes dejan aquellos como «tradI­ción» o «recuerdo». Los medios de producción han pasado a ser bienes muebleso inmuebles (proliferación de negocios familiares. sobre todo alquiler dehabitaciones), el conocimiento del medio es menospreciado por los jóvenes ysustituido por el conocimiento de alguna profesión (no necesariamente titula­do) como albanil o ayudante de cocina y, por último, al verse modificados losmedios de control social, el prestigio pierde suosentido y es sustituido por laposesión de bienes y lo generoso o no que seas con tus vecinos, .

Una consecuencia directa de tales cambios en el nivel de la valoraCIónsocial. anadidos a la ostentación (consciente o inconsciente) que hacen tantolos visitantes ociosos como el resto de los "llegados de fuera», podemos verlaen cómo la inversión se ha desviado de sus cánones originales, homogencizán­dose con el resto de la sociedad urbana del archipiélago. Esto es, pocos son losque en los últimos anos han destinado sus beneficios o aholTos a la mejora ocompra de medios de producción tradicionales. Antes bien, las nuevas inver­siones han sido dirigidas a bienes muebles (electrodomésticos, menaje, bienvestir... ), de ostentación, e incluso, algunos, empeñando modestos capitales enpequeños negocios con supuestos beneficios a corto plazo.

En este último caso, que va desde tiendas de souvenirs hasta habitacioneso pseudo-apartamentos. podemos senalar cómo se copian los modelos no sólode comportamiento sino también de gasto de los turistas y los cultural brokers,en un intento por participar modestamente de la industria hostelera, y ello es

d i. , I '1además importante en tanto que, cuan o un propletano a qUl a una casa. oparte de ella, o explota en propiedad un negocio está controlando un medio deproducción que devenga importantes ingresos a la unidad doméstica, sustitu­yendo en algunos casos a los medios de producción tradicionales que puedenllegar a ser enajenados.

Para esta mínima intervención en la empresa turística parten de unaacumulación de capital proveniente de créditos bancarios. la combinaciónconveniente y acertada de estrategias productivas de rentabilidad alta en el

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110 ANTROPOLOGIA y TURISMO EL SISTEMA TURíSTICO: GENERALIDADES Y ESPECIFICIDADES 111

sector pesquero o el trabajo anterior de algún miem bro de la unidad domésticaen la hosteleríaJconstrucción, pudiendo darse el caso de que se utilicen con­juntamente varias de estas vías de acumulación. Un segundo paso implica, bienla habilitación de una segunda planta o de parte de la casa familiar para elalquiler a turistas o trabajadores foráneos, prefiriéndose a los primeros, bienpreparar parte de la casa, si ésta se encuentra medianamente bien situada enel pueblo, para instalar un comercio que suele combinar artículos para elturismo (souvenirs, articulos de playa, etc.) con perfumería, ropa, revistas, etc.Si el resultado de esta experiencia es satisfactorio, tratarán de acumular máscapital con el objeto de ampliar el negocio (hospedaje o bazar), utilizando estavez para ello los beneficios obtenidos y/o el crédito bancario, abriendo una casade hospedaje ya separada de la casa familiar, como bien se muestra en elaumento de pensiones (o pseudo-apartamentos), que pasa de 3 en 1981 a 16en 1987, en sólo uno de los núcleos costeros.

En suma, nos encontramos con que la mayoría se muestran siemprefavorecidos, aunque ellos mismos reconozcan que de forma cada vez másincierta, por el auge que ha tomado la actividad turística en el municipio. Demanera contradictoria con esta idea de incertidumbre laboral. los beneficiosobtenidos de la nueva economía dual rara vez han sido invertidos en el sectorartesanal; antes bien, se ha desarrollado una fuerte tendencia consumista ysólo en casos excepcionales se constituyen en propietarios de medios deproducción. El antedicho aumento del consumo y abandono progresivo de lasactividades productivas artesanales, paralelo al crecimiento en el número devisitantes y de empleos en la empresa turística y sus asociadas, es un indicadormás dd poderoso efecto demostración que, procurando un nivel de vida másalto, hace a la población de nuestras unidades de estudio más y más depen­dientes cada vez de factores limitantes no controlados por ella y modifica hastacierto punto, al crear nuevas elites basadas en el turismo, el control políticolocal.

Los trabajadores foráneos residentes (que representaban en tomo al 25 %de la población de derecho en 1990) se concentran en las edades de máximorendimiento laboral y en pocas profesiones (hostelería y construcción), y entérminos generales no suelen integrarse con la población local hasta pasadoun largo período de tiempo (no inferior a los cinco años). Son vistos pOI' loshabitantes de las distintas comunidades estudiadas como un grupo de outsidersque compiten por el poder y por ocupar empleos teóricamente destinados avecinos o parientes. Ni tan siquiera la cercanía laboral une a estos gruposclaramente diferenciados que, como afirma Gaviria (1978: 60), «coexisten perono conviven» en una serie de contactos intermitentes y reducidos exclusiva­mente al utilitarismo de ambas partes, en tanto que sólo cooperan ante lapresencia de actores que no asuman las reglas del juego (por ejemplo, frente alos extranjeros que trabajan ilegalmente). Sirva una cita que expresa claramen­te el sentimiento de un amplio grupo de población:

.A mí no me importa que vengan y trabajen, cuando hace falta (...) Lomalo es que después se quedan.»

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Er'Suentros y estereotipos

En una situación tal, ¿cómo serán los encuentros con los turistas y cuáleslas relaciones mantenidas? El turista. que en número supera con creces a lapoblación local en cualquier época del año, es intercambiable como individuoy, en la impersonalidad y transitoriedad de la relación, es contemplado, enúltimo término, como mercancía. Esto es, una relación que es ya parte de lavida cotidiana y se basa en aspectos económicos,

Los encuentros en situaciones laborales, en la empresa turística, serán,pues, los «más intensos», pero vendrán siempre marcados por un juego deestereotipos que dirigen los comportamientos y actitudes. Es necesario distin­guir las diferentes dedicaciones internas. Por ejemplo. en la categoría delimpiadores y otra clase de personal no cualificado el contacto con el turistaes mínimo; éste es visto como una .clase superior» que posee la posibilidad dededicar una parte de su tiempo y dinero a la vacación. El respeto, casi sumisión,y la eficacia en el trabajo son los cánones con los que se miden las posibilidadesde permanencia en el puesto de trabajo, En capas laborales directamentesuperiores, tales como recepcionistas y camareros de bar, aumenta el contactocon el turista, pero no por ello varían las relaciones. La diferencia es que lasexperiencias vividas como desiguales les justifican. una vez percibidas lasdebilidades del turista, su explotación económica, social y. en ocasiones, suuso sexual. Por último, los cargos medios, en su mayoría personal supuesta­mente cualificado, suelen mantenerse claramente distanciados del resto yrealizan sus actividades en el interior de su oficinas (técnicos) o en formadirecta con el turista.

Para entender esta situación tal vez sea conveniente recurrir al pasado.Las relaciones laborales en un contexto agrícola-pesquero anterior al desarro­llo turistico eran como una pirámide en cuya cúspide estaba el terrateniente opropietario de las empresas de manufacturado de la pesca. Sus lugartenientesy capataces eran los que mantenían una relación directa con los trabajadoresmientras que «el amo» sólo aparecía como expendedor de dádivas y solucio­nador de problemas, casi siempre financieros. Pero a pesar de eso estaba ahí;era real. El modelo fue inicialmente exportado a la nueva industria del ocio.Sin embargo, con el desarrollo y consolidación de Canarias como destino delturismo europeo, las empresas de propiedad local poco a poco han sidotraspasadas a manos de multinacionales del sector, con lo cual la pirámide haquedado truncada en su vértice. El patrón, «el amo», dejó de ser alguienconocido para pasar a ser un difuso Consejo de Administración, inflexible alos problemas de la base. I

En esta situación, las personas que ocupan cargos medios, normalmentepersonal cualificado que fue traído ex profeso y que no tiene ninguna vincula­ción con la población local, son equiparados a aquellos lugartenientes-media­dores, sólo que en esta ocasión únicamente favorecen a los líderes y a las elites.El resquemor hacia «el amo» se refleja en ellos y, a su vez, ven impotentes laimagen del «amo» en el turista y entre sus competidores de clase laboral. Todoello fue amparado, nuevamente, por la transitoriedad de los encuentros (laindividualidad desaparece frente al estereotipo), por la restricción de los

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112 ANTROPOLOGÍA Y TURISMO EL SISTEMA TURÍSTICO: GENERALIDADES Y ESPECIfICIDADES 113

mismos a espacios concretos y por la comparación frecuente entre el ocio y elconsumo de unos frente al trabajo de los otros.

Un tipo de encuentro Jaboral diferente, en tanto que en él se hace másevidente el uso de estereotipos, lo observamos en las situaciones de trabajorelacionadas con la pesca recreativa y los guías turísticos. En el primero de loscasos, antiguos pescadores invirtieron las ganancias de su unidad domésticaen yates O barcos de pesca que luego remodelaron para utilizarlos en la pescarecreativa. Este tipo de actividad suele ser prohibitiva para el turismo mediodado su precio diario (unas 35.000 ptas.). Así, los barcos dedicados a esteturismo de elite están dotados de interiores cómodos y lujosos, potentesmotores y todo el equipamiento necesario para la pesca. Sus visitantes suelenser captados por agencias de viaje. normalmente en el extranjero, y suelenrepetir la experiencia una o dos veces por año. Los clientes rara vez sabt:npescar o quizás lo han hecho en pocas ocasiones. Sin embargo. las tripulacio­nes, aunque solícitas en sus labores, actúan como si éstos fueran pescadoresconsagrados. A todo ello contribuyen los estereotipos con que son instruidostanto unos como otros, ya sea por el patrón, ya sea por el individuo encargadode contratar el período de pesca.

En este caso, los estereotipos se muestran específicos. marcan claramentela conducta de ambas partes. y apenas se modifican con la experiencia, puespara el marinero los estereotipos cn:ados sobre ese turismo de elite vienenprefijados por el empresario y deben cumplirse obligatoriamente: «Cuando túllegas te dicen más o menos qué tienes que hacer con 4>s turistas (oo.) Ellossiempre tienen razón y si te dicen que el pescado elS así o de otra formatú siempre les das la razón (...) aunque ya estén borrachos como cubas.»

La forma de categorización aquí empleada aparece menos variada, perotiene una naturaleza mucho más compleja y diferente, de manera que si anteseran el comportamiento y la imagen del turista los factores de catalogación,ahora lo son la ostentación de su nivel económico y la educación (<<que se olvidadespués de la segunda botella»). Estos factores no sólo se aplican por naciona­lidad, sino también por las características propias del grupo: «Los americanos(no genérico) a veces vienen todos los años y alquilan el barco por una semanao un mes (. .. ) y como ya te conocen, aunque tú no hayas estado en el barcocuando vinieron, como conocen al patrón te confunden con cualquier otro ytú como si nada le sigues la corriente, como si lo conocieras de toda la vida(...). Ésos llegan hasta el muelle con cochazos con chófer y siempre con chicasbuenísimas que hablan bien inglés (.oo). Pero hay otros americanos (genérico)que llegan como reyes y te tratan al trancazo y son más agarrados.»

Por otra parte, el idioma se muestra aquí -donde existe un mayor contactoc1iente/trabajador- más importante, pero sigue existiendo una comunicaciónúnicamente gestual o, en contadas ocasiones, por medio del patrón, lo cualparece conveniente para mantener una relación comercial empresa-cliente sinperder una moderada familiaridad a11ificial. Así las cosas. se aprecia claramen­te que ni en ocasiones como ésta, en las que se da una proximidad física entrelocales y turistas en un espacio muy limitado, la relación pasa de un contactomínimo. El turista es tratado como el elemento mercadeable y propagandísticode este tipo de negocios, y el marinero, como el tipismo personificado (amable,

servicj,al y sonriente) muestra de la distinción ocio-trabajador: «Ellos están deturistas y nosotros estamos trabajando.»

Otra relación de encuentro laboral se observa en el caso de los guíasturísticos (isla de Tenerife), quienes, al jugar un papel dominante en la trans­misión de infonnación anfitrión/visitante, podrían motivar el intercambiocultural y las experiencias auténticas. Pero el propio carácter lucrativo de lasagencias de viaje (que imponen tanto los itinerarios y las formas concretas devender la imagen como los estereotipos a aplicar) y los propios intereses.conocimientos y estereotipos de carácter general de los guías convierten a éstosen profesionales de la intermediación cultural adulterada. El discurso de losguías suele estar limitado y condicionado. Muestran un cuadro parcial suscritoa los requerimientos del mercado, y a su vez aleccionan a los locales de loscentros a visitar (restaurantes, artesanías, museos...) con respecto al compor­tamiento que deben mostrar, lo cual ayuda a la configuración del trabajo-es­pectáculo. En esta ocasión convergen los comportamientos fenotípico y geno­típico; aún en ausencia de los turistas, éstos se han convertido ya no sólo entema de conversación, sino también de preocupación, administración y copia.Es decir que se asiste a un proceso de aculturación en el que con el tiempo sediluye la distancia entre ambas partes, tal vez tendiendo a la teórica hegemoníacultural. que ya ha comenzado a manifestarse en los individuos directamentebeneficiados por el sector.

En términos generales, los locales comparan el trabajo en la empresaturística con las labores agrícola-pesqueras realizadas tradicionalmente. Eltrabajo en ellas es considerado «limpio» y con «buen salario» frente a lo «sucio»e «inseguro» salarialmente del trabajo tradicional. De igual forma, las mujeresque en un entorno de economía sumergida planchan y lavan ropa o elaborandiversos productos para empresas de la actividad destacan «los beneficios deestar trabajando en casa» al no poder trabajar, sobre todo por la edad, comolimpiadores de hotel o apartamentos. Prácticamente en ninguna de las entre­vistas realizadas se mencionÓ el problema, manifiesto en conversacionesinformales, relacionado con la obligación de adaptarse a horarios empresaria­les fijos, de efectuar retenciones y declaraciones de impuestos o «deber favo­res» por haber conseguido puestos de trabajo a través de las redes sociales yfamiliares. Es en estos niveles donde el local establece los roles a mantenerfrente a los extraños y frente a las distintas cotas intra-empresariales. Es aquídonde se realizan las mayores diferencias y categorizaciones a partir de laspropias expectativas, las actividades realizadas por los otros. el comportamien­to y la generosidad mostrada, el tipo y tiempo de visita, etc.

Con respecto al factor aprendizaje, los l<:lcales toman, por una parte,elementos no específicos fundamentados en la nacionalidad y el grupo étnicodel turista y, por otra, las experiencias vividas por otros locales. Pero son laobservación y la experiencia propias las que en mayor o menor medida adaptanestas categorizaciones a los nuevos modelos de la industria turística y. por ello,las vuelven temporalmente mutables. En lugares como Canarias, donde loscontactos con los turistas son casi permanentes (al desaparecer la estacionali­dad), cuando los estereotipos se muestran efectivos. cambian las normas.valores y estándares de los anfitriones. Estos nuevos valores son transmitidos

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" .a las siguientes generaciones (lo que Mathieson y Wall, 1986, han de~~minadocomportamiento genotípico). El desarrollo turístico y la concentraclOn demo­gráfica han convertido las buenas relaciones entre vecinos, las charlas en la.saceras y otras áreas de uso público, la reciprocidad, la ayuda mutua y las ?bl~­gaciones con los parientes, tradicionales en las áreas no urbanas del archlple­lago, en un tipo de interacciones casi vertical. En los individuos socializadosen este nuevo ambiente se denotan comportamientos de Jipo urbano caracte­rizados por la indiferencia hacia el vecino y el esfuerzo encaminado a ascenderen la escala social.

Con todo, y generalizando, la imagen vendida del destino Islas Canariasda una valoración fundamenlalmente estética y oculta tales contradicciones ytensiones sociales, al ofrecer una aparente «armonía tropica¡", más cercana ysegura. Actualmente incluye dentro de sus rasgos publicitabl~s:además de sucálido clima y su endemismo, la bondad de sus gentes y el tlplsmo ancestralde su cultura. Todo esto contribuye a crear el escenario y el espectáculo que,como tal. es continua e individualmente repetible a través del juego -tambiéncreado- de estereotipos.

CAPÍTULO 4

¿CÓMO INVESTIGAMOS EL SISTEMA TURÍSTICO?

La investigación de campo en antropología se refiere siempre al estudiode situaciones reales, ya sean manifestaciones simbólicas, transacciones eco­nómicas, relaciones afectivas o cualesquiera otras. En todos los casos elantropólogo observa a la gente en los entornos en que actúan cotidianamentey participa en sus actividades diarias. El estudio del turismo no se diferencia,básicamente, de los acercamientos de la antropología a sus ítems tradicionales;sin embargo, cuando llega el momento de iniciar la preparación de un trabajode campo inserto en el sistema turístico nos encontramos con que, a prior~, lagente no forma parte de una comunidad única, con que no existe una lenguafranca y que las múltiples (y altamente diferenciadas) actividades parecenhacer imposible una observación sistematizada, a todo lo cual se añaden losaltos costes generados por el trabajo de campo en entornos turísticos. nosiempre admisibles por las entidades que generalmente financian las investi­gaciones.

Desde luego, tales circunstancias nos separan de lo que tendría que seruna investigación ideal, marcada por las necesidades teóricas y explicativas dela Academia, pero ¿no sucede algo parecido en muchas otras investigaciones?Las posibilidades que se abren en el estudio del turismo nos llevan, vista laliteratura, de una parte a los estudios centrados en la población local (estudiosgeneralmente de impactos) y. de otra. a la adaptación de los siempre flexiblesy abiertos (Burgess. 1982: 15) métodos y técnicas de investigación antropoló­gicos a las diferentes situaciones y entornos en que se nos presente el objetode estudio. Aun siendo necesarios los estudios de impactos, los antropólogosdebemos dar un paso más, adentramos en el sistema y referirnos a la gestión,creación de imagen, prevención de efectos no1deseados, percepción y construc­ción de patrones culturales a través de los encuentros cara a cara, etc.,elementos que, al fin y al cabo, están directamente vinculados con la realidadcotidiana de muchos entornos dependientes (o que quisieran depender) de laactividad turística y a partir de los cuales se podría inferir un marco generaltanto del objeto de estudio como de la actuación práctica o desarrollo de lasinvestigaciones.

En este sentido, la mayor parte de los conflictos que surgen a la hora decomparar análisis antropológicos (y sociológicos) de] turismo tienen su origen