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SEMINARIO DE PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO 2do. TEMA EL REINADO DEL ESPÍRITU SANTO “…ha llegado el tiempo porque urge, porque mi pueblo necesita que mi Espíritu se dé a conocer a plenitud, porque es tiempo que se establezca el reinado de mi Espíritu ante el imperio de la carne. Es preciso que mi Espíritu restablezca y renueve la faz del mundo y para eso es preciso renovar los corazones de mis hijos y de mis presencia porque mi Espíritu Santo lo hará, por eso el enemigo ha tratado de ocultarlo de muchas maneras y mantenerlo ignorado por muchos, porque es Él, el abogado de ustedes, por el cual Yo di mi sangre y mi vida para dárselo a ustedes… Mensaje del Señor al equipo de la Coordinación Nacional 04-11-2009. El señor nos ha dado el regalo, el don de su Espíritu que habita en nuestros corazones, pero nosotros actuamos como si no morara en nosotros, que somos su templo 1Co 3,16 “¿No saben que son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en Uds?” Es el Espíritu Santo el que nos convence de nuestra naturaleza de pecado, Gal 5,17 “Pues los deseos de la carne están contra el Espíritu y los deseos del Espíritu están contra la carne, los dos se oponen uno a otro de suerte que Uds no pueden obrar como quieren” Una guerra interna aun ruge en nosotros, luchamos y decimos como Pablo Rm7,19 “De hecho no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero” Gal 5,19. Somos seres de barro, frágiles, débiles y no podemos vencer sin el auxilio del Espíritu Santo, de la fuerza de lo alto, sólo él cambia los corazones y las vidas, y para ello debemos darle el poder y autoridad de nuestras vidas. El Espíritu Santo es un regalo de Dios para nosotros y lo que nos toca es recibirlo. Sin embargo recibir el Espíritu Santo es más que una sola experiencia. La palabra recibir significa “echar mano de aquello que es dado”, Él quiere llenarnos, no basta que recibamos el Espíritu Santo, debemos ser llenos de Él. El Espíritu Santo no es recibido por alguien hasta que este le permita tomar completo control de su vida. Objetivo: Dar al Espíritu Santo la autoridad y libertad de acción en todas las áreas de nuestra vida manteniendo una comunión profunda con Él.

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SEMINARIO DE PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

2do. TEMA

EL REINADO DEL ESPÍRITU SANTO

“…ha llegado el tiempo porque urge, porque mi pueblo necesita que mi Espíritu se dé a conocer a plenitud, porque es tiempo que se establezca el reinado de mi Espíritu ante el imperio de la carne. Es preciso que mi Espíritu restablezca y renueve la faz del mundo y para eso es preciso renovar los corazones de mis hijos y de mis presencia porque mi Espíritu Santo lo hará, por eso el enemigo ha tratado de ocultarlo de muchas maneras y mantenerlo ignorado por muchos, porque es Él, el abogado de ustedes, por el cual Yo di mi sangre y mi vida para dárselo a ustedes… Mensaje del Señor al equipo de la Coordinación Nacional 04-11-2009.

El señor nos ha dado el regalo, el don de su Espíritu que habita en nuestros corazones, pero nosotros actuamos como si no morara en nosotros, que somos su templo 1Co 3,16 “¿No saben que son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en Uds?”

Es el Espíritu Santo el que nos convence de nuestra naturaleza de pecado, Gal 5,17 “Pues los deseos de la carne están contra el Espíritu y los deseos del Espíritu están contra la carne, los dos se oponen uno a otro de suerte que Uds no pueden obrar como quieren” Una guerra interna aun ruge en nosotros, luchamos y decimos como Pablo Rm7,19 “De hecho no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero” Gal 5,19.

Somos seres de barro, frágiles, débiles y no podemos vencer sin el auxilio del Espíritu Santo, de la fuerza de lo alto, sólo él cambia los corazones y las vidas, y para ello debemos darle el poder y autoridad de nuestras vidas.

El Espíritu Santo es un regalo de Dios para nosotros y lo que nos toca es recibirlo. Sin embargo recibir el Espíritu Santo es más que una sola experiencia. La palabra recibir significa “echar mano de aquello que es dado”, Él quiere llenarnos, no basta que recibamos el Espíritu Santo, debemos ser llenos de Él. El Espíritu Santo no es recibido por alguien hasta que este le permita tomar completo control de su vida.

Objetivo: Dar al Espíritu Santo la autoridad y libertad de acción en todas las áreas de nuestra vida manteniendo una comunión profunda con Él.

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Dejémosle al Espíritu Santo reinar en nuestras vidas, dejemos que transforme, renueve nuestra mente, despojémonos de nuestra vida anterior, del hombre viejo que se resiste a morir, que sigue las inclinaciones de su concupiscencia; desechemos la mentira de nuestras vidas, hablemos con la verdad a nuestros hermanos, ya que somos miembros de un mismo cuerpo, el de Cristo Jesús.

Dejemos los enojos “Que el enojo no les dure todo el día y no den lugar al demonio” Ef 4,26; dejemos los gritos, discusiones, murmuraciones, chismes que no son propios de los que han sido renovados por el Espíritu, no nos engañemos! Todas estas cosas debilitan nuestro espíritu y nos hace volver a la carne! Que lo que digamos sea para edificar y hacer bien a los que nos escuchan; sino es para ello, guardemos silencio! Pidamos el auxilio, la ayuda al paráclito que está y mora en nosotros para tener el dominio de nosotros mismos, por que el Espíritu que el Señor nos ha dado es un Espíritu de dominio propio.

A lo largo de nuestro camino en el Señor poco a poco sin casi darnos cuenta podemos haber ido cayendo en la tibieza, que no es otra cosa que vivir la vida a medias, es una somnolencia del alma, es una vida sin fervor, sin amor, sin fuego, una vida sin olor ni sabor, ni color; la tibieza es peligrosa, nos lleva a la rutina y reemplaza al amor, cuando hemos caído en ella no nos comprometemos, no nos arriesgamos, no nos sacrificamos ( porque elimina toda clase de penitencia) y nos convertimos en católicos cómodos, servidores cómodos; nos lleva a buscar el favor de los hombres y no el de Dios… Hermanos debemos ser fríos o calientes NO TIBIOS (Ap 3,20) no podemos estar caminando por momentos en la carne, como los del mundo y en otros momentos en el Espíritu!

Dios es luz y en Él no hay tinieblas. Si decimos que somos suyos y estamos en Él, entonces no andamos metidos en estas cosas, “¿Qué relación hay entre la justicia y la iniquidad? ¿Qué unión entre la luz y las tinieblas? ¿Qué armonía entre Cristo y Satanás? ¿Qué participación entre el fiel y el infiel? 2Co 6,14-15.

El Señor ha pagado YA el precio de nuestra libertad, ha dejado en su cruz toda cadena de esclavitud, ¡EN CRISTO SOMOS LIBRES, LIBRES POR EL ESPÍRITU QUE SE NOS HA DADO! El capítulo ocho del libro de Romanos habla del poder del Espíritu sobre la carne, “…ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, porque la ley del espíritu que da la vida en Cristo Jesús te liberó de la ley del pecado y de la muerte”.

Los que somos de Cristo y andamos en el espíritu de Dios NO amamos al mundo ni lo que hay en él 1Jn 2,15-17; El mundo nos engaña con sus falsas promesas de “felicidad” y “libertad” y al fin sólo nos conduce a la esclavitud;

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a través de los medios de comunicación nos bombardea constantemente con sus criterios, ideologías y valores, tratando de convencernos que el hombre no necesita de Dios, sembrando así la cultura de la muerte, una vida sin Dios!. Pero el mundo nunca ha podido satisfacer al hombre, nos ofrece agua de la que, sin duda volveremos a tener sed, pero a aquellos que bebamos del agua viva del Espíritu NUNCA VOLVEREMOS A TENER SED JAMÁS, cuando él nos llena ya no buscamos llenarnos de otras cosas con las cuales tratábamos de llenar nuestros vacíos, nuestra soledad y cesan, pierden poder sobre nosotros esos deseos mundanos y apetencias carnales.

No olvidemos algo importante, hay alguien que tratará por todos los medios de impedir que seamos libres, seamos salvos, seamos hombres y mujeres nuevos(as) en Cristo Jesús y que no debemos ignorar, el Demonio. Él no puede obrar sobre nuestra voluntad y entendimiento (potencias del alma) porque Dios las reservó para sí como santuario suyo; pero el Demonio puede obrar sobre nuestros sentidos externos e internos, sobre nuestro cuerpo, en especial en la memoria, la imaginación, así como sobre nuestras pasiones, de esta manera obra indirectamente sobre nuestra voluntad, Sin embargo como dice Santo Tomás”, siempre queda la voluntad libre para aceptar o rechazar” la tentación. San Pablo nos dice en I Cor. 10, 13 “fiel es Dios que no permitirá sean tentados sobre sus fuerzas. Antes bien, con la tentación les dará los medios para resistir con éxito”

Hermanos, en la cruz Cristo venció a Satanás y nos ha dado poder por medio de su Espíritu para vencer toda tentación, todo poder del mal; libremos con el poder del Espíritu Santo que mora en nosotros esta batalla espiritual, Lc 10,18-20 “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad, os he dado poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño; pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que sus nombres estén escritos en los cielos”

Solo son libres en Cristo los que le dan libertad al Espíritu Santo, sin ponerle peros, límites en su obrar en nosotros, hay que darle libertad de actuar, de cambiar, de hacer su obra maravillosa en nuestras vidas y él nos mostrará aquellos secretos que solo lo conocen los que se entregan a Él verdaderamente sin reservas y se dejan conducir por Él. Solo Él nos hará vivir verdaderamente el Señorío de Jesús en nuestras vidas.

Ef 4, 24 “Revistámonos del hombre nuevo, creados según Dios, en la justicia y santidad de la verdad”, es el Espíritu Santo el que nos reviste de Jesucristo, hombre libre y libertador, lleno del Espíritu, que busca la voluntad de Dios… como dice el salmista: ”Enséñame a cumplir tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu espíritu me guie a tierra de rectitud” Sal 143,10.

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1 Pedro 1,15” Así como el que los ha llamado es Santo, así también ustedes sean santos en toda su conducta. Como dice la Escritura: Serán santos, porque Santo Soy Yo”

Abramos nuestros corazones al Espíritu de Dios, démosle la autoridad, el poder sobre nuestras vidas y serán transformadas, renovadas, sanadas, liberadas y llenas de gozo, de amor, de paz y santidad; solo con el Espíritu Santo podremos decir como San Pablo: “No vivo yo, es Cristo quien vive en mi”, he ahí la prueba de que el Espíritu Santo está reinando en nuestras vidas! Cuando ya no vivamos para nosotros mismos, sino para la gloria de Dios! Digamos al Señor “ya no quiero vivir para mí mismo, sino para ti”

Mantengamos una relación personal y permanente con la persona del Espíritu Santo, aprendamos a escucharlo y sigamos sus inspiraciones con discernimiento.

Pidámosle, que venga sobre nosotros y vendrá conforme a nuestra necesidad de Él, nuestra sed de Él Ap 22,17b “El que tenga sed, que se acerque, y el que quiera, reciba gratis agua de vida” vemos que no basta tener sed, hay que acercarnos a la fuente y saciarnos de ella, debemos dar ese paso hoy! en la oración que haremos a continuación entregándole todas las áreas de nuestra vida, dándole la libertad de actuar, esperemos en él, todo puede pasar, no le pongas límites, ni peros, ¡ENTRÉGATE!...

PREGUNTAS PARA COMPARTIR EN LAS PRÓXIMAS REUNIONES DE ASAMBLEA 10’ a 15’

1º. ¿Quién dirige tu vida? ¿Quién toma las decisiones? ¿Por qué? ¿Qué crees que falta?

2º. ¿Crees que hoy en tu vida estás viviendo la libertad de los hijos de Dios? ¿Aún las obras de la carne te dominan?

3º. ¿Cómo obra el Espíritu Santo cuando eres tentado? ¿Crees que aún te falta la fuerza de lo alto? ¿Qué crees que debes hacer para que el Espíritu Santo reine en ti?

«En nuestro tiempo, sediento de esperanza, den a conocer y hagan amar al Espíritu Santo.

Así ayudarán a que tome forma “la cultura de Pentecostés”, la única que puede fecundar la

civilización del amor y de la convivencia entre los pueblos. No se cansen de invocar con

ferviente insistencia: “¡Ven Espíritu Santo! ¡Ven! ¡Ven!”¡Ven Espíritu Santo! ¡Ven! ¡Ven!”¡Ven Espíritu Santo! ¡Ven! ¡Ven!”¡Ven Espíritu Santo! ¡Ven! ¡Ven!”»

(SS Juan Pablo II, Roma, 14 de mayo de 2002)