28ª semana t.o
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La burguesía cede su puesto al proletariado en el banquete del Reino. (Esta parábola ilustra el “ay” contra los ricos que han perdido su consuelo (Lc 6,24).TRANSCRIPT
C. permanente HOAC Orar en el mundo obrero 28º domingo T.O.
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ORAR EN EL MUNDO OBRERO
28º SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
(9 de octubre 2011)
La burguesía cede su puesto al proletariado en el banquete del Reino. (Esta
parábola ilustra el “ay” contra los ricos que han perdido su consuelo (Lc 6,24).
VER: Dos historias
Son las once y media de la mañana en el Polígono Industrial de Rivas- Vaciamadrid
(Madrid), la sagrada hora del bocadillo. Un grupo de jóvenes de entre 17 y 23 años se
cobija a la sombra de un camión. Aparentemente no comparten nada, pero todos tienen
algo en común que los ha unido en un curso de mantenimiento de edificios y de
preparación para la obtención del graduado escolar: abandonaron la escuela obligatoria
con el objetivo de ganar dinero.
"A los 17 años me echaron del instituto. Yo quería trabajar, quería dinero. Era el
típico cabrón en la escuela", señala Ayax Arroba, de 20 años. "Después de un par de
trabajos, me quedé en el paro y me acordé de las palabras de mi madre",
recuerda.
Ayax comparte su bocadillo con Richard, que abandonó el instituto hace dos años,
cuando tenía 15. Cuando Richard dejó la escuela, el sueño económico ya se había hecho
trizas. "No te voy a negar asegura que me he visto en alguna conversación en la que me he
dicho: Joder, si hubiese estudiado estaría entendiendo de lo que están
hablando".
*
Maricarmen y Javi tienen 35 años, dos hijas y un contrastado historial como
buscavidas. Con 19 años se fueron a trabajar a Canarias. A su vuelta a Badalona, ella puso
un centro de estética. Y él trabajaba como
carpintero/pintor/lo que fuera en una empresa
de reformas. Pero, de pronto, Maricarmen ya no
podía poner ni una tirita más a su agónico
negocio y lo cerró. Al cabo de nada quien llegó a
casa balbuceando que lo habían despedido fue
su marido. A ella, para recibir una ayuda, le
dijeron que debía seguir unos cursos en los que
nunca había plaza. Él cobró su último subsidio
en junio. A partir de ahí, la nada. Y la nada, en
su caso, ha sido un salto desesperado a la
economía sumergida. Ella depila a vecinas en
una habitación en casa de su madre. Y él hace chapuzas para su antigua empresa. Cada vez
que acaba una, le dan un sobre marrón.
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OBRERA YO, A TI TE PIDO AUXILIO (Auerbach-Rodríguez)
Ojalá que ante ti llegue mi grito; tus oídos inclina a mi clamor.
Pues de sobrecarga laboral, mi vida de trabajadora está colmada.
Con la doble jornada mi cuerpo se consume;
trece, catorce, quince horas, tiempo de trabajo, de transporte, tareas del hogar.
Soltera con labores del hogar, añádase una o dos horas;
con pareja y labores del hogar, dos o tres horas más;
por cada hijo es otra hora, intensa jornada extralaboral.
Mis ojos, por el cansancio y la aflicción, apenas alcanzan a mirarte;
a Ti clamo, Señor, todas las horas, de todos esos días,
por eso, extiendo a Ti mis palmas.
Míranos, Señor, que estamos muertas de cansancio,
con estos horarios, ¿cómo se puede educar a los hijos?
Horarios que nos obligan a utilizar el descanso para hacer las compras,
preparar la comida y lavar la ropa (…)
Obrera yo, Señor, a Ti te pido auxilio: tempranito mi petición a Ti dirijo.
¿Hasta cuando, Señor, será
que obreros y obreras sean tratadas de forma desigual?
En tu presencia, Señor, me deshago y lloro.
Desde muchacha enferma y desgraciada soy, me abruma la fatiga y la tensión.
La doble jornada alejó de mí, amigas y compañeros…
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Mat 22,1-14 (¡“La burguesía judía cede su puesto al proletariado”!)
“Volvió a hablarles Jesús en parábolas, diciendo: «El reino de los
cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; llamó a sus
criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir.
Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los
convidados: „Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses
cebadas y todo está a punto. Venid a la boda‟. Pero ellos no hicieron
caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás
agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron.
El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con
aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus
criados: „La boda está preparada, pero los convidados no se la
merecían. Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que
encontréis, llamadlos a la boda‟. Los criados salieron a los caminos y
reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del
banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los
comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo:
„Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?‟ El otro no abrió
la boca. Entonces el rey dijo a los servidores: „Atadlo de pies y manos y
arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de
dientes‟. Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos»”
Pequeña exégesis (para leer con lápiz)
1. El banquete se asocia en la mente de los oyentes con el reino de Dios que Jesús
les predicó y cuya proximidad hizo sentir en sus comidas con los discípulos y con el
pueblo. ¡Eucaristía y reino de Dios!
2. Los primeros „invitados‟ representan a los ricos, y las personas de la calle a los pobres. En efecto, un campo no puede comprarlo cualquiera (recordad el precio que se paga por un jornal), ni tampoco cinco yuntas de bueyes, necesarias para labrar un campo muy grande (con cinco yuntas de bueyes se pueden labrar como promedio unas 45 hectáreas de tierra, al alcance sólo de grandes propietarios). A la inversa, las personas que están en la calle y junto a los cercados son los pobres: andan vagando, acaso están en paro, quizá tienen que mendigar, no se encuentran desde luego en casas ni son de los invitados a banquetes de grandes personajes.
3. Esta parábola, presente también en Lucas, ilustra entonces, la bienaventuranza
de los pobres (Lc 6,20) o, más bien, el “ay” contra los ricos que han perdido
su consuelo (Lc 6,24). La parábola quiere ser más que una mera advertencia para
los ricos, los cuales prefieren su riqueza por encima del reino (aunque hay también
otras posibilidades de perder el kairos del reino de Dios, además del ajetreo y los
negocios).
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4. Desarrollemos la parábola: El rey envía a sus esclavos para llamar a la fiesta,
como se hacía con las personas importantes, a unos huéspedes previamente
invitados. [Las invitaciones a comidas se hacían normalmente en forma oral. Los
grandes señores contaban con esclavos especializados para las
invitaciones (invitatores, monitores, vocatores)]. Pero los invitados se niegan a
acudir, lo que no deja de ser una desvergüenza en personas que ya han prometido
en principio la asistencia; pero cuando el anfitrión es un rey y los invitados súbditos
suyos, es a la vez un escarnio. Que un rey envíe por segunda vez a sus esclavos,
resulta realmente enternecedor. La nueva respuesta de los invitados es de una
desfachatez impresentable: el trabajo en el campo o los negocios son más
importantes para ellos que la invitación del rey.
5. [Sin entrar en más matices, digamos que el
asesinato de los siervos y la guerra emprendida
por el rey pertenecen, por una parte, a la
“hiperbolación” de la tradición parabólica judía.
(Así, en parábolas judías sobre banquetes, los
convidados que no halagan al rey en el banquete
son decapitados; o los enemigos invitados por el
rey sufren toda clase de vejaciones en el palacio
y son ahorcados, etc.); y por otra parte a la
propia teología de Mateo (apoyada en la
tradición deuteronomista del asesinato de los
profetas), que desvaloriza al judaísmo por su
rechazo de la comunidad judeocristiana. Para
Mateo, a partir del rechazo de Jesús empieza
una nueva alianza]
6. En la nueva invitación, los esclavos deben
“salir de la ciudad” y alcanzar las fronteras del reino: deben invitar a todos los
que se encuentren allí, buenos y malos. Esta observación sorprende. ¿Qué intenta
Mateo decirnos con ella? Estos nuevos invitados (que ahora sí llenan el banquete a
rebosar) nos recuerdan 21,43, donde se hablaba de un pueblo que produzca los
frutos del reino de Dios. Pero la parábola, en Mateo, no pone aquí el letrero de
“colorín colorado este cuento se ha acabado”.
7. ¿Por qué añadió Mateo los versículos 11-13? Ahora el peso de la parábola recae en
este final. El rey se presenta, pero no para participar del banquete como es normal,
sino, cosa extraña, a “inspeccionar” a los invitados que están a la mesa. Ve a un
invitado sin traje de fiesta (“traje de boda”), cosa más extraña aún: fueron invitados
en caminos rurales al banquete. Además, en las bodas antiguas no era obligatorio
presentarse con traje especial, bastaba un vestido normal, limpio y festivo. ¿Qué
quiere decirnos la parábola? El rey le da el tratamiento de “amigo”, pero se muestra
duro e inflexible: hay en este banquete de bodas unas condiciones extraordinarias
de entrada (ver 25,10-12) que el invitado no cumple. Por eso no se defiende (“no
despega los labios”) y es arrojado “fuera” (referido al juicio final).
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8. El invitado indigno, que forma parte de los “buenos y malos” llamados a última
hora, representa para los miembros de la comunidad una de las dos posibilidades
futuras: permanecer o ser arrojado fuera. Pertenecer a la comunidad no asegura
nada, es necesario llevar el traje de bodas. ¿Qué significa este dichoso traje de
bodas? Representa la obediencia a la “voluntad del Padre” (21,31) o a los frutos
(21,43), es decir, las buenas obras que hay que presentar en el juicio.
9- Los versículos 11-13 son muy importantes para Mateo: ser llamado a la
comunidad no significa, ni de lejos, estar salvado. También la comunidad recibirá el
Reino sólo en tanto produzca frutos (21,43). También ella tendrá que pasar por el
último juicio. El último discurso del evangelio insistirá en ello detalladamente
(24,42-25,30).
10. Mateo insiste y insiste: Nada está decidido con la acogida de la invitación, con el
bautismo y el ingreso en la comunidad. Conviven en ella buenos y malos. Sus
miembros no poseen, por tanto, la salvación, sino que pueden volver a perderla.
Hay que acreditarla con las obras. “¿Evangelio terrible?” ¿El Dios de esta parábola
es, pues, un Dios cruel y nada cristiano? Bien, es posible que se le fuese la mano a
Mateo y que deba respondernos a nosotros si la idea de juicio es capaz de anular la
promesa de salvación; pero viendo lo barata que hemos puesto la gracia tal vez
Mateo tengo mucho que decirnos a nosotros...
11. Otra cosa interesante de Mateo es su libertad creativa para aplicar las parábolas
de Jesús a los problemas de su tiempo. Pidamos que el Espíritu Santo nos otorgue
también a nosotros esa misma creatividad que responda a nuestros problemas
eclesiales actuales. Atención, hablamos de libertad creativa, no de libertad infiel, a
la que siempre estamos expuestos, que le hace decir a un texto lo que se nos ocurra
o nos interese defender.
REFLEXIONAMOS
−Los cristianos, como en la parábola, hemos sido llamados por Jesús a pertenecer a
su Iglesia, a disfrutar del banquete divino de la eucaristía. Nuestra respuesta a la
llamada de Jesús fue un sí. Desde el Bautismo la Iglesia nos entregó el traje de
bodas del trabajador del Reino. Manifestemos nuestra acción de gracias a Jesús.
−Los militantes de la HOAC hemos sido enviados también a llamar a otros
proletarios que están fuera de la ciudad. La llamada implica por nuestra parte una
vida nueva, un compromiso de comunión encarnada con los últimos, una difusión
activa… Dialogamos con Jesús nuestras dificultades personales...
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Salmo 8 (continuación)
¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra! Ensalzaste tu majestad sobre los cielos. De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza contra tus enemigos para reprimir al adversario y vengativo.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado.
¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él,
el ser humano, para mirar por él?
Lo hiciste poco inferior a Dios, lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos.
Todo lo sometiste bajo sus pies:
Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar.
¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
La mirada ahora se vuelve otra vez al cielo (vv. 4-5), desarrollando cuanto se
dijo en v.2b (“has vestido de majestad los cielos”). El tono se hace ahora más
personal: se pasa a la primera persona
singular (“cuando contemplo el cielo...”):
el salmista habla no en cuanto israelita,
sino en cuanto hombre. La imagen del
cielo evoca en el hombre antiguo la
imagen de la estabilidad. El cosmos es
considerado como un edificio, cuya
estabilidad era para el hombre antiguo
objeto de maravilla; por su parte, el
firmamento era imaginado como una
envoltura sólida, sobre la cual estaban las
aguas: que éstas no cayesen se
consideraba un milagro…
La expresión “obra de tus dedos”
expresa la habilidad artesana del divino
obrero. Dios no ha trabajado con la pala
y el pico, sino que con sus mismos dedos
ha construido el mundo: su obra, más que la obra de un jornalero, es la de un
artista. ¿No es el sistema capitalista, por lo mismo, un desastre en cuanto que
convierte al hombre artista que somos todos en simple máquina de exprimir? La
infinitud del cielo, el tranquilo girar de la “eterna rueda”, evoca por contraste la
pregunta: «¿qué es el hombre?». Hombre (´énôš) se hace derivar de la raíz ´nš, “ser
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débil”, y efectivamente muchas veces indica el „hombre‟ en contraposición a la
divinidad, en su aspecto “mortal”. También “humano” (´ädäm) está relacionado en
Gn 3,19 a la ´ádämâ, “tierra”, y al hecho de ser “mortal”. Frente a la inmensidad del
cielo, el pequeño hombre es una “cantidad despreciable”; frente a su eternidad es
una sombra que pasa (cf. Sal 144,4). La perspectiva del salmista no es la de
Descartes: “pienso, luego existo”, sino “Dios piensa en mí, luego existo”. Esta
sombra que pasa es objeto del amor de Dios, y eso la vuelve grande.
Los dos verbos que expresan el interés de Dios por el ser humano son
teológicamente muy importantes. El primero es «zkr», “recordar, pensar en
alguien”: cuando Dios “recuerda”, es el momento en que cambia el curso de la
historia. Así sucede en el relato del Diluvio: “Dios se acordó de Noé... e hizo soplar
un viento sobre la tierra” (Gn 8,1). Igualmente en el Éxodo, cf. 2,23-25; 6,5-6. Dios
no puede „recordarse‟ de su pueblo y permanecer inerte... El segundo verbo, «pqd»,
“pedir, interesarse, tener cuidado de alguien” es típico del pastor que cuida de su
rebaño. También este verbo se refiere a la relación de Yhwh con Israel. En el Éxodo
Israel ha hecho experiencia de un Dios que “tiene cura de su pueblo” (cf. Gn 50,24-
25; Ex 3,16; 4,31; 13,19). El Sal 8 traspasa estas experiencias a toda la humanidad.
Yhwh no es un dios que se cuida sólo de los astros: El piensa en cada hombre, por
insignificante que sea, como lo ha experimentado Israel tantas veces en su
existencia. Sal 8,5 traza en síntesis una teología y una antropología, densa en
consecuencias. Dios es alguien que se cuida de los pequeños. El hombre es un ser
que tiene una relación particular con Dios. El misterio de la Encarnación
confirmará la verdad de esta intuición. (Seguirá…)
Escribo en letras grandes lo que el salmo me va descubriendo sobre Dios y
sobre el hombre… Le doy gracias al Padre de Jesús por ser como es… Le pido hacer
de mi „obligado‟ trabajo un arte de liberación…
Canto a Dios, Padre del Pueblo (Ramírez Toro, E.)
Canto a Dios-Padre-del-pueblo
y mi alma se alegra en el libertador de los oprimidos,
porque ha puesto sus ojos en una mujer del pueblo, como yo,
y no en una dama de la alta sociedad.
Por eso, desde ahora,
la historia me contará entre las grandes mujeres.
Dios-Padre-del-Pueblo ha hecho cosas maravillosas
en mi persona y en la comunidad que espera la liberación.
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El es poderoso y justo
y su bondad alcanza a todos los que buscan la justicia social.
Manifestó la fuerza de su brazo
y destruyó a los soberbios [también] de la alta sociedad;
les quitó el poder a los abusivos explotadores
y se lo dio a los que estaban oprimidos por ellos.
Al pueblo hambriento lo colmó de bienes
y a los ricos prepotentes los despidió sin nada.
Hizo justicia a los marginados,
como había prometido desde hacía muchos siglos.
PARA ORARLO
Crecer económicamente, progresar en mi salario, en mi renta, vivir mejor, prosperar en
mi trabajo, dejar a mis hijos un futuro resuelto… es una opción buena desde la lógica
del mundo, pero desde la lógica del amor de Dios, lo que probablemente me pide, ante
tanta desigualdad y empobrecimiento, es decrecer económicamente y poner mis bienes
al servicio real del que menos tiene. Es creer que mi propiedad tiene una hipoteca social
y que mis bienes tienen un destino universal; no son realmente míos. Es caminar hacia
la pobreza para que otros salgan de su empobrecimiento.