27 nudos en el corazón

Viviana Patricia Puentes Fuentes

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Título original: 27 nudos en el corazónAutor: Viviana Patricia Puentes FuentesWeb site: www.27nudos.blog.com

© Puentes Fuentes, Viviana Patricia «27 nudos en el corazón»1° Edición: Mayo de 2013 -BogotáLibro Sur14x21cmRegistro Dirección Nacional de Derechos deAutor Colombia: Libro-Tomo-Partida: 10-372-53Fecha de registro: 19-MAR-2013

© Libro SurBogotá DC, República de ColombiaCalle 155 # 14-80, Int. 4 Ap. 501.

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A Gina, mi gran amiga,que descansa en la paz del Señor.

Agradecimientos

Agradezco a mis amigas, brujas, musas, santas,ángeles, diosas, princesas.

A mi familia, que incondicionalmente me brinda susoporte y amor; gracias especialmente a mis padres porcuanto me han dado.

Y muy especialmente a mi amiga y maestra ClaudiaC., un alma que ha tocado mi vida de muchas formas.Gracias por enseñarme esa hermosa e infinita conexión entrealma, mente, cuerpo y corazón.

A ese maravilloso ser cuyo amor ha transformado mivida. Compañero, amante y amigo, gracias Dani por ser ypor existir. Gracias por tu amor, por tu bondad, por tu abrazobajo el cual me siento plena y protegida, por abrir para mí laspuertas de tu corazón y de tu alma. Porque juntos somosmás, somos uno, somos dos en Dios.

Porque la única respuesta es el amor.Gracias a quienes, de una u otra manera, desde mis

sueños y ensoñaciones, dieron vida a esta historia.«El camino hacia la cima es, como el viaje hacia uno

mismo, una ruta en solitario.» (Alessandro Gogna)

27 nudos en el corazón

Viviana Patricia Puentes Fuentes

Parte I

Capítulo 0

De ti y en un cajón,(cajoncito que es mi corazón)

sólo me quedan piezas, recuerdosescucho ruidos y ando en sombrassólo en mi cabeza vaga una idea

un aroma, un beso perdidoun roce ligero

rompecabezas de memoriassin formas aparece dando vueltas

o en una nebulosa,galaxia

en la que flotan estrellas sin luz,apagadas

estrellas que aún brillan aunque de la Tierra las separenaños luz de distancia

estrellas que son tus besosy que eternamente vagan dispersas

en el universo,que son mis sueños.

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Capítulo 1

Reflexiones desde lo alto de una montaña que no ha sidoescalada

Para Nena, Antonio era como una montaña, unacumbre inalcanzable en la que sin oxígeno, se quedóestancada y a mitad de camino. Y por mucho que seesforzara, aquella misteriosa montaña de ojos negros y vozgrave le había simplemente negado el acceso.

¿Cómo era que había llegado allí?No sólo hasta el hostal en el que temporalmente se

alojaba, sino a ese particular y frío momento de su vida.Admiraba la nieve que frente a ella se desplegaba, y

desde aquel majestuoso y blanquísimo paraje recordaba elcamino de ascenso que la había llevado a aquellas hermosasmontañas al sur del continente. Al sur de sus problemas, y desu vida.

Un tapete blanco y helado la rodeaba, mientras andabaliteralmente en las nubes.

Tanta belleza lastimaba su alma, y la llevaba de vueltaa Antonio, a él y a esa cancioncita cantada desde una patrullaque anda en la nieve, que no paraba de dar vueltas en sucabeza.

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A gritos su cuerpo le reclamaba un poquito de tibieza,un poquito de calor.

Hoy, como ayer, había pasado de largo el desayuno.Pero tenía que comer, lo sabía. Tenía que dormir, lo sabía.Tenía que algún día reponerse de Antonio, también lo sabía.

-¿Y si estuviera aquí? –se atrevió una idea a transitarpor su mente.

No, no, era imposible. Rodrigo, su hermano, le habíasugerido eso antes de salir del aeropuerto. Pero no, no, nipensarlo. El mundo era demasiado grande como para que sefueran a encontrar tan lejos de Colombia.

-¿Estaré loca? Antonio no está aquí. No puede estaraquí. ¡Nooo! ¡Él-no-está-aquí!

-¡Suficiente! ¡Ya basta! -le respondió su vocecitainterna.

Un grito la sacó de sus ensoñaciones.-¡He vos, colombiana, vení a desayunar! ¿Qué hacés?

Acá adentro está más calentito -le dijo una mujer asomadadesde el balcón del hostel, y la hizo volver adentro.

Eran las 9 de la mañana y Nena gruñía, un poco por elfrío que se calaba en sus huesos, y también por la actitud dela mujer que atendía. Le parecía fuerte y recia, extraña,distinta, o quizá es que así eran las argentinas. Quizá lo queella consideraba como la característica «dulzura de lascolombianas» era a veces pura tontería. Y había que vercómo estaba ella ahora mismo.

Por lo pronto necesitaba desesperadamente comer algoque le hiciera llenar ese sentimiento de vacío en su panzaque era, en últimas, como se sentía su corazón: vacío. Seacordaba del famoso dicho de su tierra, «barriga llena,corazón contento». En su caso, ni lo uno, ni lo otro.

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Cuando le trajeron lo que ella esperaba como desayunono pudo evitar sentirse un poco decepcionada y, sin poderevitarlo, se debatía en su interior; llevaba apenas unos díasen Bariloche y, por mucho que intentara permitirse probarcosas nuevas, ese amago de bebida achocolatada nada separecía al que, con queso derretido y pan, acostumbraba atomar con su familia los fines de semana. Era eso o mate enbombilla con galletitas.

-¿Y los huevos? ¿Y la arepa? Estos argentinos tienen...o mejor, no tienen lo que quiero comer, revueltico concebolla y tomate. ¡Aghhh! Ok, ok. Está bien, está bien.Respira, respira. Es cocoa en polvo mezclado con leche, peroyo sé que no es lo mismo, no huele a lo mismo, no sabe a lomismo que mi chocolate santafereño; pequeña pero sutildiferencia.

¿Negación? ¿Comparación? ¿Intolerancia al cambio?O simplemente una desazón infinita que se había apoderadode su alma, y que hacía que desde hace algún tiempo sumanera de percibir y ver el mundo, fuese igual aunquedistinta.

No podía seguir así. Ya era suficiente con tratar de huirdel recuerdo, o de lo que quedaba de Antonio. Pero, de símisma, ¿cuánto más podría?

-Y si, tan sólo si, por un pequeñísimo instante loconsiderara, y existiendo un mundo de infinitasposibilidades, ¿él estuviera aquí?

¿Y si estuviera?

***

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Paso a pasotic-tac, tic-tac,

lento,subo,

escalo,trepo,

montaña encumbrada,altura,nieve.

Kilimanjaro,Himalaya,

serían nadacomparadas

con tus murallas.Sin embargo,sin aliento,

vencida,intento y pierdo.

En tu miradame rindo

lanzándome al vacío.Eco,

silencio,de quererte sin remedio,

por los siglos de los siglos,aún sabiendoque mi almasin abrigo

de hipotermia,soledad,tristeza,

frío,

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desencanto,muero

en tus brazos.Congelada

por el tiempo,viento,frío.

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La autora

Viviana Puentes es bogotana,nació en 1976, profesional encomunicación social egresada de laPontificia Universidad Javeriana,donde también obtuvo unaespecialización en televisión.

Escribe novela y poesía,exhibiendo gran sensibilidad ydestreza. Vivió en la ciudadaustraliana de Sydney, donde aprendióInglés, idioma que ejerció en el áreade comunicación organizacional.

Tiene experiencia como libretista de ficción, ha sidoproductora de contenidos en televisión, y se ha desempeñadocomo asistente de dirección de documentales y otrasexpresiones audiovisuales en el ámbito gubernamental yprivado. Además, se desempeñó como investigadora en elcampo audiovisual, especialmente enfocada en la historia deBogotá, ha asesorado trabajos de grado universitarios, y seha desempeñado en periodismo gráfico en mediosargentinos.

Su obra «27 nudos en el corazón» es una novela quecombina narrativa y poesía, con Derechos de Autorregistrados.

Se trata de una escritura que revela gran conexión conla emocionalidad femenina, sumada al interés por temascomo el desarraigo, el significado del viaje como proceso deauto-descubrimiento, la historia de su ciudad natal, lo quehace que el lector encuentre, en su expresión narrativa ypoética, un espacio para el goce y la catarsis del alma.

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