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Domingo 7 de abril 2019 EL LLAMADO A SANTIFICAR TU FORMA DE HABLAR PASTOR JAVIER DOMÍNGUEZ SANTIAGO 3:1-12 RESUMEN DEL SERMÓN Una de las acciones que más delatan si eres un auténtico cristiano o no es tu forma de hablar. Tu forma de hablar mostrará tu naturaleza: si eres cristiano, tu forma de hablar será santificada; pero, si no lo eres, esto quedará evidenciado por una forma impía de hablar. LA ADVERTENCIA DEL JUICIO DE DIOS CONTRA TU FORMA DE HABLAR (Santiago 3:1-2) En ese tiempo, en la iglesia había divisiones y pleitos por varias razones, y una de ellas era porque personas que buscaban ser maestros ocuparon la enseñanza para difamar y hablar mal de otros, ya sea por celos, envidias o venganza. Esto provocó un ciclo de ofensas mutuas. Santiago comienza haciendo un llamado a no tomar a la ligera el ser ministros de la Palabra, porque los que más hablan, más expuestos están a pecar ofendiendo a los demás de alguna manera. Cuando él habla de «maestros» se refiere a los que instruyen a otros en nuevas habilidades o conocimientos. Así se les llamó a los ministros del evangelio en el Nuevo Testamento, quienes eran muy respetados en la iglesia, tanto como los rabinos. Por eso, Santiago advierte que no muchos se hagan maestros, pues recibirán un «juicio más severo». Se refiere a que nuestro hablar es parte de aquellas obras que van a ser juzgadas por Dios. De esto mismo hablo Jesús en Mateo 12:33-37, en donde en el versículo 37 dice «…por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado», es decir que por las palabras serás vindicado como verdadero creyente, un buen árbol que da buen fruto; o serás condenado como impío, un mal árbol que produce fruto malo. Santiago está haciendo un serio llamado a dominar tu lengua para evitar un juicio más severo. Este es un llamado para todos, por eso dice con sarcasmo «si alguno no ofende en lo que dice es un hombre perfecto, capaz de refrenar su cuerpo». - Los griegos pensaban que la lengua estaba entre las intenciones y las acciones de una persona, por eso, dominar la lengua era dominar las acciones. Y esto mostraba madurez. Santiago demostrará que aunque nuestro deber es santificar nuestro hablar, la lengua en sí misma es indomable para nosotros, pero no para Dios. Ese es el poder que tiene la lengua. LA NECESIDAD DE SANTIFICAR TU HABLAR (Santiago 3:3-10) La lengua (nuestra forma de hablar) tiene el poder de revelar nuestra naturaleza. La lengua, si bien tiene el poder de dirigir tu vida, de controlarla, a su vez es controlada por la naturaleza misma del ser humano. Si eres santo, tu forma de hablar será santa, si no lo eres, no. Así, tu forma de hablar siempre será evidencia de ser auténtico cristiano o no. Por esto, Santiago hace un llamado a los cristianos a santificar su forma de hablar. Lo hará demostrando el poder destructivo que la lengua no cristiana posee, para que lo comparen con lo que están haciendo. Comienza diciendo que la lengua es un fuego que puede destruir tu vida y relaciones. Así como un incendio destruye todo un bosque, nada escapa de ser afectado por tus palabras cuando hablas con imprudencia. A esto se refiere Proverbios 16:27. La forma de hablar es «un fuego abrasador» por dos razones: 1. Porque es un «mundo de iniquidad», de maldad «Iniquidad», es la misma palabra que se usaba en el idioma original para referirse al valle de Himnon. En el Antiguo Testamento fue el lugar donde se sacrificaron y quemaron niños, y en los tiempos de Jesús se ocupaba como basurero encendido las 24 horas. Jesús lo ocupó como símbolo del lugar de castigo eterno. Santiago no dice que la lengua es el infierno; pero sí que es encendida por él. Es decir que el combustible que enciende el fuego destructor de la lengua es la depravación total del hombre. Un corazón gobernado por Satanás. Una vez más, así como sea tu corazón, así será tu forma de hablar. 2. Porque es incontrolable y lleno de veneno (v.8) - Santiago demuestra que la lengua está inflamada por el infierno porque es lo único que el ser humano no puede domesticar de la creación. Todo lo ha domesticado; pero no la lengua. © 2019 Iglesia Gracia sobre Gracia. Todos los Derechos Reservados

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Domingo 7 de abril 2019

EL LLAMADO A SANTIFICAR TUFORMA DE HABLAR

PASTOR JAVIER DOMÍNGUEZ

SANTIAGO 3:1-12

RESUMEN DEL SERMÓN

Una de las acciones que más delatan si eres un auténtico cristiano o no es tu forma de hablar. Tu forma de hablar mostrará tu naturaleza: si eres cristiano, tu forma de hablar será santificada; pero, si no lo eres, esto quedará evidenciado por una forma impía de hablar.

LA ADVERTENCIA DEL JUICIO DE DIOS CONTRA TU FORMA DE HABLAR (Santiago 3:1-2)

En ese tiempo, en la iglesia había divisiones y pleitos por varias razones, y una de ellas era porque personas que buscaban ser maestros ocuparon la enseñanza para difamar y hablar mal de otros, ya sea por celos, envidias o venganza. Esto provocó un ciclo de ofensas mutuas.

Santiago comienza haciendo un llamado a no tomar a la ligera el ser ministros de la Palabra, porque los que más hablan, más expuestos están a pecar ofendiendo a los demás de alguna manera.

Cuando él habla de «maestros» se refiere a los que instruyen a otros en nuevas habilidades o conocimientos. Así se les llamó a los ministros del evangelio en el Nuevo Testamento, quienes eran muy respetados en la iglesia, tanto como los rabinos.

Por eso, Santiago advierte que no muchos se hagan maestros, pues recibirán un «juicio más severo». Se refiere a que nuestro hablar es parte de aquellas obras que van a ser juzgadas por Dios. De esto mismo hablo Jesús en Mateo 12:33-37, en donde en el versículo 37 dice «…por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado», es decir que por las palabras serás vindicado como verdadero creyente, un buen árbol que da buen fruto; o serás condenado como impío, un mal árbol que produce fruto malo.

Santiago está haciendo un serio llamado a dominar tu lengua para evitar un juicio más severo. Este es un llamado para todos, por eso dice con sarcasmo «si alguno no ofende en lo que dice es un hombre perfecto, capaz de refrenar su cuerpo».

- Los griegos pensaban que la lengua estaba entre las intenciones y las acciones de una persona, por eso, dominar la lengua era dominar las acciones. Y esto mostraba madurez.

Santiago demostrará que aunque nuestro deber es santificar nuestro hablar, la lengua en sí misma es indomable para nosotros, pero no para Dios. Ese es el poder que tiene la lengua.

LA NECESIDAD DE SANTIFICAR TU HABLAR (Santiago 3:3-10)

La lengua (nuestra forma de hablar) tiene el poder de revelar nuestra naturaleza. La lengua, si bien tiene el poder de dirigir tu vida, de controlarla, a su vez es controlada por la naturaleza misma del ser humano. Si eres santo, tu forma de hablar será santa, si no lo eres, no. Así, tu forma de hablar siempre será evidencia de ser auténtico cristiano o no.

Por esto, Santiago hace un llamado a los cristianos a santificar su forma de hablar. Lo hará demostrando el poder destructivo que la lengua no cristiana posee, para que lo comparen con lo que están haciendo.

Comienza diciendo que la lengua es un fuego que puede destruir tu vida y relaciones. Así como un incendio destruye todo un bosque, nada escapa de ser afectado por tus palabras cuando hablas con imprudencia. A esto se refiere Proverbios 16:27. La forma de hablar es «un fuego abrasador» por dos razones:

1. Porque es un «mundo de iniquidad», de maldad «Iniquidad», es la misma palabra que se usaba en el idioma original para referirse al valle de Himnon. En el Antiguo Testamento fue el lugar donde se sacrificaron y quemaron niños, y en los tiempos de Jesús se ocupaba como basurero encendido las 24 horas. Jesús lo ocupó como símbolo del lugar de castigo eterno.

Santiago no dice que la lengua es el infierno; pero sí que es encendida por él. Es decir que el combustible que enciende el fuego destructor de la lengua es la depravación total del hombre. Un corazón gobernado por Satanás. Una vez más, así como sea tu corazón, así será tu forma de hablar.

2. Porque es incontrolable y lleno de veneno (v.8)- Santiago demuestra que la lengua está inflamada por el infierno porque es lo único que el ser humano no puede domesticar de la creación. Todo lo ha domesticado; pero no la lengua.

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- Su conclusión es que NINGUN ser humano puede DOMAR la lengua; es un hecho, una realidad.

Luego de esto, Santiago regresa al problema inicial por el cual escribe esto: mostrar que hablar mal de otros refleja que esa persona no es un auténtico cristiano.

«Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios; de la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así» (Santiago 3:9-10). El uso más excelente de nuestra lengua es bendecir al Señor, y el más bajo, maldecir a lo más especial de su creación: los seres humanos

- «Maldecir» en ese tiempo era mucho más que un lenguaje ofensivo; era invocar a Dios para que no bendijera alguien y lo enviara al infierno. Jesús prohibió a sus discípulos hacerlo cuando le pidieron que les dejara orar para que Dios enviara fuego del cielo y los consumiera. Es decir que maldecir es desear mal a alguien.

Si tu forma de hablar es así, bendecir a Dios; pero maldecir a hombres y mujeres, desearles mal, hablando mal de otros, entiende que el problema es tu corazón, tu naturaleza.

- El hombre no puede naturalmente dominar su hablar porque está ligado a su perverso corazón, por tanto, para cambiar el hablar tiene que cambiar primero el corazón.

LA MANERA DE SANTIFICAR TU HABLAR (Santiago 3:11-12)(Ver sección el evangelio)

IDEA CENTRAL DEL SERMÓNNuestra forma de hablar revela nuestra naturaleza. El cristiano auténtico santifica su forma de hablar porque ha sido regenerado por Dios.

EL EVANGELIO: LA MANERA DE SANTIFICAR TU HABLAR

Aquí, Santiago hace dos preguntas cuya respuesta es: ¡no! Para luego referirse a la naturaleza del ser humano: «Tampoco la fuente de agua salada puede producir agua dulce».

La forma de santificar tu manera de hablar es la regeneración, el nuevo nacimiento. Solo puedes cambiar tu forma de hablar arrepintiéndote, no solo de tu forma de hablar en sí misma, sino de lo que hay en tu corazón.

Tu forma de hablar solo es un reflejo del tipo de corazón que posees. Solamente un corazón puro se expresará de manera pura. Solo un corazón santo tendrá una manera santa de hablar. Solo un corazón temeroso de Dios hablará para glorificarlo a Él.

Solo Jesús puede perdonar tus pecados, salvarte, darte un nuevo corazón… Cree en él, camina junto a él, glorifícalo con tu vida, tus acciones, tu hablar.

IMPLICACIONES

1. ¿Qué está revelando tu forma de hablar: ¿eres un buen árbol o uno malo?, ¿estás dando un buen fruto o uno malo? 2. ¿De qué manera estás ofendiendo a otros con tus palabras?, ¿a quiénes y en qué casos específicos ofendes frecuentemente con tus palabras?3. ¿De qué manera tu forma de hablar te ha avergonzado?, ¿cómo esto ha destruido tu vida?, ¿cómo tu lengua ha destruido tus relaciones?4. Al analizar tu forma de hablar ¿puedes ver cuál es el pecado que está esclavizándote?, ¿puedes ver qué hay en tu corazón?5. ¿De qué debes arrepentirte?

PASAJES CITADOS EN EL SERMÓNSantiago 3:1-12; Mateo 12:33-37; Proverbios 16:27

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RESUMEN DEL SERMÓN

Una de las acciones que más delatan si eres un auténtico cristiano o no es tu forma de hablar. Tu forma de hablar mostrará tu naturaleza: si eres cristiano, tu forma de hablar será santificada; pero, si no lo eres, esto quedará evidenciado por una forma impía de hablar.

LA ADVERTENCIA DEL JUICIO DE DIOS CONTRA TU FORMA DE HABLAR (Santiago 3:1-2)

En ese tiempo, en la iglesia había divisiones y pleitos por varias razones, y una de ellas era porque personas que buscaban ser maestros ocuparon la enseñanza para difamar y hablar mal de otros, ya sea por celos, envidias o venganza. Esto provocó un ciclo de ofensas mutuas.

Santiago comienza haciendo un llamado a no tomar a la ligera el ser ministros de la Palabra, porque los que más hablan, más expuestos están a pecar ofendiendo a los demás de alguna manera.

Cuando él habla de «maestros» se refiere a los que instruyen a otros en nuevas habilidades o conocimientos. Así se les llamó a los ministros del evangelio en el Nuevo Testamento, quienes eran muy respetados en la iglesia, tanto como los rabinos.

Por eso, Santiago advierte que no muchos se hagan maestros, pues recibirán un «juicio más severo». Se refiere a que nuestro hablar es parte de aquellas obras que van a ser juzgadas por Dios. De esto mismo hablo Jesús en Mateo 12:33-37, en donde en el versículo 37 dice «…por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado», es decir que por las palabras serás vindicado como verdadero creyente, un buen árbol que da buen fruto; o serás condenado como impío, un mal árbol que produce fruto malo.

Santiago está haciendo un serio llamado a dominar tu lengua para evitar un juicio más severo. Este es un llamado para todos, por eso dice con sarcasmo «si alguno no ofende en lo que dice es un hombre perfecto, capaz de refrenar su cuerpo».

- Los griegos pensaban que la lengua estaba entre las intenciones y las acciones de una persona, por eso, dominar la lengua era dominar las acciones. Y esto mostraba madurez.

Santiago demostrará que aunque nuestro deber es santificar nuestro hablar, la lengua en sí misma es indomable para nosotros, pero no para Dios. Ese es el poder que tiene la lengua.

LA NECESIDAD DE SANTIFICAR TU HABLAR (Santiago 3:3-10)

La lengua (nuestra forma de hablar) tiene el poder de revelar nuestra naturaleza. La lengua, si bien tiene el poder de dirigir tu vida, de controlarla, a su vez es controlada por la naturaleza misma del ser humano. Si eres santo, tu forma de hablar será santa, si no lo eres, no. Así, tu forma de hablar siempre será evidencia de ser auténtico cristiano o no.

Por esto, Santiago hace un llamado a los cristianos a santificar su forma de hablar. Lo hará demostrando el poder destructivo que la lengua no cristiana posee, para que lo comparen con lo que están haciendo.

Comienza diciendo que la lengua es un fuego que puede destruir tu vida y relaciones. Así como un incendio destruye todo un bosque, nada escapa de ser afectado por tus palabras cuando hablas con imprudencia. A esto se refiere Proverbios 16:27. La forma de hablar es «un fuego abrasador» por dos razones:

1. Porque es un «mundo de iniquidad», de maldad «Iniquidad», es la misma palabra que se usaba en el idioma original para referirse al valle de Himnon. En el Antiguo Testamento fue el lugar donde se sacrificaron y quemaron niños, y en los tiempos de Jesús se ocupaba como basurero encendido las 24 horas. Jesús lo ocupó como símbolo del lugar de castigo eterno.

Santiago no dice que la lengua es el infierno; pero sí que es encendida por él. Es decir que el combustible que enciende el fuego destructor de la lengua es la depravación total del hombre. Un corazón gobernado por Satanás. Una vez más, así como sea tu corazón, así será tu forma de hablar.

2. Porque es incontrolable y lleno de veneno (v.8)- Santiago demuestra que la lengua está inflamada por el infierno porque es lo único que el ser humano no puede domesticar de la creación. Todo lo ha domesticado; pero no la lengua.

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EL SANTO LLAMADO A SANTIFICAR TU FORMA DE HABLAR

- Su conclusión es que NINGUN ser humano puede DOMAR la lengua; es un hecho, una realidad.

Luego de esto, Santiago regresa al problema inicial por el cual escribe esto: mostrar que hablar mal de otros refleja que esa persona no es un auténtico cristiano.

«Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios; de la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así» (Santiago 3:9-10). El uso más excelente de nuestra lengua es bendecir al Señor, y el más bajo, maldecir a lo más especial de su creación: los seres humanos

- «Maldecir» en ese tiempo era mucho más que un lenguaje ofensivo; era invocar a Dios para que no bendijera alguien y lo enviara al infierno. Jesús prohibió a sus discípulos hacerlo cuando le pidieron que les dejara orar para que Dios enviara fuego del cielo y los consumiera. Es decir que maldecir es desear mal a alguien.

Si tu forma de hablar es así, bendecir a Dios; pero maldecir a hombres y mujeres, desearles mal, hablando mal de otros, entiende que el problema es tu corazón, tu naturaleza.

- El hombre no puede naturalmente dominar su hablar porque está ligado a su perverso corazón, por tanto, para cambiar el hablar tiene que cambiar primero el corazón.

LA MANERA DE SANTIFICAR TU HABLAR (Santiago 3:11-12)(Ver sección el evangelio)

IDEA CENTRAL DEL SERMÓNNuestra forma de hablar revela nuestra naturaleza. El cristiano auténtico santifica su forma de hablar porque ha sido regenerado por Dios.

EL EVANGELIO: LA MANERA DE SANTIFICAR TU HABLAR

Aquí, Santiago hace dos preguntas cuya respuesta es: ¡no! Para luego referirse a la naturaleza del ser humano: «Tampoco la fuente de agua salada puede producir agua dulce».

La forma de santificar tu manera de hablar es la regeneración, el nuevo nacimiento. Solo puedes cambiar tu forma de hablar arrepintiéndote, no solo de tu forma de hablar en sí misma, sino de lo que hay en tu corazón.

Tu forma de hablar solo es un reflejo del tipo de corazón que posees. Solamente un corazón puro se expresará de manera pura. Solo un corazón santo tendrá una manera santa de hablar. Solo un corazón temeroso de Dios hablará para glorificarlo a Él.

Solo Jesús puede perdonar tus pecados, salvarte, darte un nuevo corazón… Cree en él, camina junto a él, glorifícalo con tu vida, tus acciones, tu hablar.

IMPLICACIONES

1. ¿Qué está revelando tu forma de hablar: ¿eres un buen árbol o uno malo?, ¿estás dando un buen fruto o uno malo? 2. ¿De qué manera estás ofendiendo a otros con tus palabras?, ¿a quiénes y en qué casos específicos ofendes frecuentemente con tus palabras?3. ¿De qué manera tu forma de hablar te ha avergonzado?, ¿cómo esto ha destruido tu vida?, ¿cómo tu lengua ha destruido tus relaciones?4. Al analizar tu forma de hablar ¿puedes ver cuál es el pecado que está esclavizándote?, ¿puedes ver qué hay en tu corazón?5. ¿De qué debes arrepentirte?

PASAJES CITADOS EN EL SERMÓNSantiago 3:1-12; Mateo 12:33-37; Proverbios 16:27