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FLAVIUS Las unidades fraseológicas y los dicci narios bilingües español-italiano 2012 Las unidades fraseológicas y los diccionarios bilingües español-italiano Análisis de un corpus de locuciones verbales en su contexto de uso María Cándida Muñoz Medrano ISBN 88-88419-77-0 € 15,00

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2012

Las unidades fraseológicasy los diccionarios bilingües

español-italiano

Análisis de un corpus de locuciones verbalesen su contexto de uso

María Cándida Muñoz Medrano

ISBN 88-88419-77-0

€ 15,00

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Volume stampato con il contributodel Dipartimento di Scienze Umanistiche

dell’Università di Catania

Las unidades fraseológicasy los diccionarios bilingües

español-italiano

Análisis de un corpus de locuciones verbalesen su contexto de uso

María Cándida Muñoz Medrano

FLAVIUS

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Presentación

Es un denominador común de los estudios dedicados a las UFS, ac-tualmente en aumento, el interés renovado a lo largo de algunas décadas por resolver ciertas cuestiones problemáticas surgidas entorno a la frase-ología, como la defi nición del concepto mismo, la tipología de estructuras que constituyen el conjunto, su nomenclatura y la descripción de las mis-mas, en la que se han seguido criterios preferentemente gramaticales. El primer capítulo del manual que el lector tiene en sus manos trata de estas cuestiones.

Las UFS, fi jadas por el uso en cada comunidad lingüística, escapan a las reglas gramaticales, de modo que el estudiante extranjero deberá aprender su signifi cado sin encontrar a menudo correspondencias entre la estructura de la L2 y la de su lengua materna, labor en la que el dicciona-rio bilingüe juega un papel fundamental. Con frecuencia los repertorios lexicográfi cos no resultan un instrumento sufi ciente para poner perfecta-mente en relación las dos lenguas. En este trabajo intentamos analizar de qué manera los repertorios bilingües pueden facilitar la labor de reconoci-miento y producción de UFS o difi cultar, en cambio, su aprendizaje. Esta es la intención perseguida en el segundo capítulo.

Es nuestro interés poner en evidencia la difi cultad de encontrar en las obras terminográfi cas respuesta a las necesidades de traducción y el modo en que la lexicografía podría benefi ciarse del análisis de textos que res-pondan a un amplio abanico de contextos comunicativos. En la labor de traducción han de tenerse en cuenta una serie de coordenadas marcadas esencialmente por el contexto, que a fi n de cuentas es el que condiciona la traducción y la aplicabilidad o no de los equivalentes ofrecidos por las obras lexicográfi cas. El diccionario bilingüe no cumple con su cometido

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completamente si permanece como un simple almacén de lexemas y equi-valentes estáticos, necesita revelar el sistema dinámico entre las lenguas, la función de las palabras en su contexto, la interacción social y cultu-ral. Plasmar todo esto en los diccionarios bilingües de español-italiano es una labor inagotable y complicada que hasta el momento no parece haber alcanzado todavía resultados plenamente satisfactorios. Esto es precisa-mente lo que se desea poner en evidencia en el tercer capítulo a través de un corpus de UFS extraídas de las obras de la escritora española A. Gimé-nez Barlett y sus respectivas traducciones a italiano.

El trabajo no ofrece, por supuesto, respuestas defi nitivas a la pro-blemática planteada pero sí pretende aportar su grano de arena a una cues-tión tan importante, y abrir otras líneas de investigación que profundicen en esta dirección a fi n de elaborar con el tiempo una obra lexicográfi ca en que las UFS, las locuciones verbales metafóricas en concreto, puedan ser comprendidas mejor por los italohablantes que se acerquen a ellas.

la autora

Índice

CAPÍTULO I 11APROXIMACIÓN A LA FRASEOLOGÍA 1. Introducción 1.1. Límites de la fraseología y cuestión terminológica 1.2. Características lingüísticas de las UFS 1.2.1. Fijación e idiomaticidad 1.3. Otras características de las UFS 1.4. Intentos de clasifi cación de las UFS 1.4.1. J. Casares 1.4.2. E. Coseriu 1.4.3. A. Zuluaga Ospina 1.4.4. Z. Carneado Moré y A. M. Tristá Pérez 1.4.5. L. Ruiz Gurillo 1.4.6. G. Corpas Pastor 2. Las locuciones: introducción 2.1. Cuestión terminológica y diferenciación 2.2. Características morfosintácticas y semánticas de las locuciones 2.3. Clasifi cación de las locuciones 2.3.1. Locuciones nominales 2.3.2. Locuciones adjetivas 2.3.3. Locuciones adverbiales 2.3.4. Locuciones verbales 2.3.5. Locuciones prepositivas 2.3.6. Locuciones conjuntivas 2.3.7. Locuciones clausales 2.3.8. Locuciones verbales 2.3.8.1. La forma de las locuciones verbales 2.3.8.2. La combinación de las locuciones verbales 2.3.8.3. El signifi cado de las locuciones verbales 2.3.8.4. El uso de las locuciones verbales 3. Los equivalentes de traducción

CAPÍTULO II 39LA TRADUCCIÓN DE LAS UNIDADES FRASEOLÓGICAS 1. Introducción 2. Problemas generales en la traducción de las UFS 2.1. Hacia una defi nición de traducción de las UFS 2.2. El concepto de equivalencia en la traducción de las UFS

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2.3. La equivalencia en la fraseología contrastiva 2.4. La equivalencia en la traducción de UFS en el interior de textos 2.5. Difi cultades en la traducción de las UFS 2.6. Técnicas de traducción de las UFS

CAPÍTULO III 55ESTUDIO DE UN CORPUS DE LOCUCIONES VERBALES Y SU TRADUCCIÓN 1. Introducción 2. Corpus 1. Abrir el pico 2. Abrir los ojos 3. Ajustar cuentas, o las cuentas 4. Agarrarse a, o de, un clavo ardiendo 5. Andarse, o irse, por las ramas 6. Armarse la de Dios es Cristo 7. Arrojar/Echar/Tirar piedras contra/sobre/a su tejado 8. Bajar la cabeza 9. Beber, comer... como un cosaco 10. Caérsele a alguien el pelo 11. Cargar/recargar las tintas 12. Clavar los ojos en alguien/algo 13. Cerrarse alguien en banda 14. Coger a alguien de (por) sorpresa 15. Coger/tomar las palabras 16. Conocer el paño/percal 17. Estar como una chota 18. Dar la lata a alguien 19. Dar la puntilla 20. Dar en el clavo 21. Darse a los diablos/a los demonios/a Satanás 22. Dar un paso en falso 23. Descubrir(se) el pastel 24. Dormir como un leño 25. Echar chispas 26. Ensuciar(se) las manos 27. Entrar/meterse en faena 28. Enviar/mandar a alguien al cuerno 29. Escapársele a alguien una cosa de la mano 30. Espumajear maldades 31. Estar como una cabra 32. Estar como una cuba

33. Estar en Babia 34. Estar hasta las narices 35. Estar hecho un basilisco 36. Estar de/Tener mala gaita 37. No estar el horno para bollos 38. Hacer aguas (por todos lados) 39. Hacer mella 40. Hacer polvo a alguien 41. Hilar fi no 42. Hincar el diente/meter el diente 43. Hinchársele a alguien las narices 44. Importar un pito 45. Ir al grano 46. No ir, o no irle, en zaga a alguien 47. Llevar/Tirar las riendas 48. Mandar al carajo a alguien o algo. 49. Meterse en sábanas ajenas 50. Meter la pata 51. Meter las narices en algo 52. Meter/estar en el mismo saco 53. Pasar por algo 54. Pasarle a alguien algo por la cabeza 55. Perder los estribos 56. Perder de vista a alguien 57. Poner a parir a alguien 58. Poner los ojos en blanco 59. Ponérsele a alguien los pelos de punta 60. Poner a alguien negro 61. Quitar(se) alguien de en medio 62. Quitar hierro 63. Refrescar la memoria 64. Sacar en claro 65. Sacar (llegar) a fl ote 66. Sacar de quicio algo 67. Ser o la leche 68. Ser , o no ser, el plato del gusto de alguien 69. Ser mal bicho 70. Ser algo pan comido 71. Tocarle las narices a alguien 72. Tomar el pelo a alguien 73. Tomarse a pecho 74. Volver a alguien tarumba

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CAPÍTULO IAPROXIMACIÓN A LA FRASEOLOGÍA

1. IntroducciónLa incorporación de la fraseología al primer plano de la investigación

lingüística en España en los años 90 y el rápido desarrollo que ha experi-mentado esta disciplina en la última década, han hecho posible que nues-tro idioma cuente actualmente con un considerable número de trabajos teóricos y prácticos en los que ha quedado bien defi nida la naturaleza de las unidades fraseológicas (UFS), su clasifi cación y las implicaciones de su empleo desde los puntos de vista discursivo, estilístico y pragmático. Tras unos inicios vacilantes en los que el debate científi co giró fundamen-talmente en torno a cuestiones de carácter epistemológico, recientemente están adquiriendo un protagonismo creciente otros aspectos que perma-necieron ausentes de las primeras refl exiones sobre el componente fraseo-lógico. Uno de los más destacados corresponde, sin duda, a la representa-ción y el tratamiento de las UFS en la lexicografía monolingüe y bilingüe. Desde la aparición de las Estudios de fraseología (Carneado y Tristá, 1983: 39-46) se han sucedido periódicamente los artículos, las conferencias y di-sertaciones dedicados a analizar la presencia de las distintas clases de UFS en los diccionarios generales y especializados de la lengua española, sien-do espectacular en los últimos años su proliferación. El principal obstácu-lo que encuentran tanto los especialistas como quienes se acercan a esta rama de la fraseología, a la búsqueda de elementos que poder aplicar a su propio campo de estudio, es la gran dispersión de este tipo de trabajos. La mayoría de ellos se halla incluido en misceláneas, revistas de investigación de diversa naturaleza y volúmenes que no siempre están dedicados por entero a las cuestiones de fraseología y lexicografía que aquí nos ocupan.

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Con el objetivo de dar respuesta a esta problemática y reunir el mayor número posible de títulos dedicados al tratamiento de las UFS en la tra-dición lexicográfi ca española Ferran Robles i Sabater elaboró en 2007 una importante reseña bibliográfi ca que aspiraba a convertirse en punto de referencia para traductores, profesores de español como L1 o L2 e investi-gadores que pretendan iniciarse en la materia o realizar una contribución novedosa al estudio de las expresiones fi jas del español y su descripción lexicográfi ca. Se trata de trabajos que aglutinan una gran diversidad de puntos de vista sobre el tratamiento de la fraseología en los diccionarios. Es posible agrupar los títulos recopilados en diferentes ejes temáticos. En-tre los distintos trabajos que el lector interesado podrá consultar han de destacarse los siguientes:

1. Refl exiones teóricas de carácter general sobre el tratamiento de las UFS en la lexicografía monolingüe y bilingüe. Aquí hallamos, entre otros, el estudio pionero de Carneado (1983) y los más recientes de Kurchatkina (1995), Tristá (1998a, 1998b), Wotjak (1998a), Ruiz Gurillo (2000), Déniz (2000), Santamaría (2000, 2003), García Benito (2002/03), González Aguiar (2002/03, 2006). La integración de la fraseología en la lexicografía bilin-güe fue objeto de las indagaciones de Corpas (1996) y Santamaría (1998), entre otros autores que le dedicaron su tiempo.

2. La representación de los diferentes tipos de UFS en los diccionarios:a) Las colocaciones, ampliamente tratadas en trabajos como los de Ba-

llesteros (1997), Zuluaga (2002), Luque Toro (2006).b) Las locuciones, que también han sido estudiadas en sus diferen-

tes clases: verbales (Bustos: 2002, 2006), conjuntivas (González Orejón: 2001a).

c) Los enunciados paremiológicos, en sus diversos tipos y bajo deno-minaciones como paremias.

3. El tratamiento de las UFS en diccionarios generales muy concretos. Las expresiones fi jas de las obras de la RAE han sido las más estudiadas, tanto desde el punto de vista sincrónico (Castillo: 2000) como diacrónico e histórico (González Orejón: 2001a). También el DUE de María Moliner ha suscitado el interés de lingüistas como Alvar Ezquerra (2000) y Zu-luaga (2002). Otra temática recurrente es la representación de las UFS del español en obras históricas, como el Diccionario de Terreros, el Vocabulario de Correas, el Diccionario de Sánchez de la Ballesta, el Tesauro de Requejo, el Diccionario Nacional de Domínguez o el Vocabulario de Franciosini. En cuanto a los diccionarios contemporáneos, también han despertado la cu-riosidad de los investigadores el Salamanca y, sobre todo, la lexicografía del español de Cuba.

4. La representación de las UFS en diccionarios especializados (Ferran-do: 2006) y de UFS pertenecientes a lenguajes específi cos, como la termi-

nología marinera (Rodríguez: 2000).5. El tratamiento de las UFS en la lexicografía bilingüe del español con

otras lenguas, y en concreto ha de destacarse el italiano, nuestra lengua de referencia. Entre otros investigadores, deben mencionarse a Rodríguez (2000), Flores/Sancho (2001) y Quiroga (2004/05). Actualmente existe gran interés por la lexicografía bilingüe español-italiano, y fruto de ello es el número en aumento de estudios y manuales que tratan una temática muy variada dentro de esta disciplina1.

6. La informatización de los diccionarios fraseológicos monolingües (Sanromán, 2000: 277-286) y bilingües (Molina Plaza 2004: 581-587).

7. La aplicación didáctica del tratamiento lexicográfi co de las UFS, que hoy ocupa una posición central en la refl exión fraseográfi ca de los lingüis-tas hispanos, quedó relegada a una posición marginal del debate fraseoló-gico hasta tiempos muy recientes. De los numerosísimos trabajos de este tipo, nos limitamos a mencionar, entre los más destacados y actuales, los de Santamaría (2000), Fernández Prieto (2005), Higueras (2005), Luque Toro (2005), Muñiz/Alonso (2005) y Molina García (2007).

8. El tratamiento lexicográfi co de las UFS desde una perspectiva histo-riográfi ca y diacrónica en los diccionarios monolingües y bilingües. En el primer grupo encontramos, además de los ya mencionados en el aparta-do 3, los trabajos de Martínez Montoro (2005), Velando (2003), Martínez Egido/Ruiz Gurillo (2006). En el segundo fi gura el interesante artículo de Acero (2004).

9. La defi nición lexicográfi ca de las UFS como herramienta de traduc-ción. Esta temática ha recibido todavía una atención escasa por parte de los lingüistas. Entre los estudios llevados a cabo se encuentra el de Santa-maría (2004).

10. Aspectos concretos de la defi nición lexicográfi ca de las UFS, como sus posibles variantes formales (Montoro 2004), su caracterización prag-mática (Penadés 1999) y gramatical (Bargalló 1996), su procedencia o ads-cripción dialectal (González Aguiar/Ortega 2006) o la presencia de pala-bras diacríticas en los diccionarios monolingües (Martí 2003) y bilingües (Echenique 1998).

11. Presentación y evaluación de proyectos de elaboración de dicciona-rios fraseológicos y paremiológicos del español. Sobresalen, entre otros, los informes Kubarth (1998), Sevilla (2000, 2001).

La fraseología es una disciplina bastante reciente, fue a fi nales del siglo XX cuando empezó a surgir un interés por su estudio, durante mucho tiempo esta parcela lingüística quedó relegada a otras disciplinas como

1 Consúltese la completa Bibliografía de la lingüística contrastiva español taliano en la siguiente web: http://www.contrastiva.it/bibliografi a/

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la lexicografía y la paremiología. El término fraseología fue acuñado en 1909 por Ch. Bally, que le dio el valor con el que se sigue empleando ac-tualmente. Desde los años 40, y sobre todo a partir de la década de los 60, el lingüista ruso V.V.Vinogradov recogió la herencia de Ch. Bally y se convirtió en máximo investigador de la fraseología en la antigua URSS, donde se originó la fraseología como disciplina científi ca. En esa época la lingüística soviética estableció las bases teóricas para su estudio y a partir de entonces se desarrolló de forma diferente en otros países y según dis-tintas escuelas. Los lingüistas soviéticos analizaron los rasgos de las UFS, su función y su origen desde tres puntos de vista:

- Las propiedades internas de la unidad fraseológica (UF o UFS): las peculiaridades fonéticas, morfemáticas, sintagmáticas y lexemáticas de sus componentes y las relaciones que se establecen entre ellos.

- El papel de las UFS en el contexto: sus funciones como clase de pala-bras, su valencia sintáctica y semántica y propiedades expresivas y estilís-ticas y sus posibilidades de variación.

- Las relaciones con otros subsistemas de la lengua, o sea el sistema léxico y el sistema sintáctico y, por ello, con las combinaciones no fraseo-lógicas, o combinaciones libres.

Los presupuestos establecidos en las investigaciones soviéticas tuvie-ron continuidad en los trabajos sobre fraseología llevados a cabo en los países de Europa Oriental, sobre todo en la RDA (República Democrática Alemana), y también en otros países como Cuba. En particular, las autoras cubanas A. M. Tristá y Z. Carneado, que trabajaron durante algún tiempo en la antigua URSS, realizaron, a partir de 1976, varios trabajos como se ha señalado anteriormente, que abarcaban aspectos tan variados como la tipología de UFS, las fuentes de las cuales provienen, la fraseografía y los diccionarios. Estas publicaciones fueron fundamentales en la elaboración de trabajos posteriores que se verían la luz en España.

En Europa occidental se obvia el concepto de fraseología como disci-plina independiente y se prefi ere acomodar el análisis de las UFS al efec-tuado por los funcionalistas. Autores como E. Coseriu y A. Zuluaga le dedican una especial atención. Coseriu acuña en 1964 el término discurso repetido, que recoge las unidades de la fraseología, en oposición a la téc-nica libre del discurso. En 1980 Zuluaga publica su tesis doctoral sobre las expresiones fi jas del español, incorporando la metodología de otros autores muy conocidos como Casares, Coseriu y Bally y, sobre todo, hace referencia a las propiedades más importantes de las UFS, la fi jación y la idiomaticidad, presentando, además, una clasifi cación y un estudio de las varias categorías que las representan. Actualmente el trabajo de Casares, Introducción a la lexicografía moderna (1993), sigue siendo un pilar funda-mental en el estudio de la fraseología. El volumen se divide en seis capítu-

los dedicados a las locuciones, frases proverbiales, refranes y modismos en que el autor distingue entre dos grandes grupos, el de las locuciones y el de los refranes. El mérito de este trabajo consiste en constituir la prime-ra clasifi cación global que se conoce de las expresiones fi jas.

En los Estados Unidos el estudio de la fraseología en cuanto compo-nente fundamental de la gramática de una lengua fue reconocido por la gramática cognitiva a partir de los 90. Hasta entonces se consideraba como un elemento incómodo para su estudio, tanto para los estructuralis-tas, debido a su carácter asistemático, como para los generativistas, al ir en contra de la capacidad generativa de la gramática a partir de un núme-ro limitado de reglas.

En España el interés por la fraseología surgió hacia mediados de los 90, a pesar de los estudios que en los años cincuenta llevó a cabo J. Casares, cuyas ideas supusieron un avance muy importante en el intento de deli-mitar y clasifi car estas construcciones pluriverbales (Corpas Pastor, 2000: 32-35). En 1980 Zuluaga, heredero de Casares, contempla las expresiones fi jas como reproducciones en bloque. Para este autor, la reproducibilidad es un factor constitutivo de las UF junto a su idiomaticidad. Después de la obra de Zuluaga hubo que esperar quince años para que otros autores se adentraran en los recovecos de esta disciplina. Surge entonces la obra de dos estudiosas, López Taboada y Soto Arias, sobre la enseñanza de la fraseología gallega, y V. Salvador y otros autores profundizan en las par-ticularidades de la fraseología del catalán.

En 1996 sale a la luz el manual de fraseología española de G. Corpas, en que la autora defi ne las UF (1996: 290) como

[...] unidades léxicas formadas por más de dos palabras gráfi cas [...] se caracterizan por su alta frecuencia de uso, y de coaparición de sus elementos integrantes; por su instituciona-lización, entendida en términos de fi jación y especialización semántica; por su idiomaticidad y variación potenciales, así como por el grado en el cual se dan todos estos aspectos en los distintos tipos.

La fi jación, como advierte Corpas, es una característica relativa, puesto que muchas construcciones fi jas admiten cierta variación en sus compo-nentes.

A partir de 1996 empiezan a tener lugar en Madrid, como en otras par-tes de España, congresos internacionales sobre la paremiología y la frase-ología. De ahí la aparición de numerosas monografías sobre el tema, entre las que hay que destacar el trabajo de Ruiz Gurrillo Aspectos de fraseología teórica española (1997), donde la autora defi ne las expresiones fraseológi-

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cas como complejos sintagmáticos fi jos. En este trabajo la autora refl e-xiona sobre el estatus teórico de la disciplina y los aspectos sintácticos y pragmáticos de las UFS a través de un corpus de citas del español oral.

El Manual de fraseología española de Corpas Pastor intenta llenar el “vacío” existente en la fraseología española hasta esa fecha; a partir de los avances de la lexicografía, de la pragmática y de la lingüística la au-tora realiza una clasifi cación de las UFS, que incluye las colocaciones, las locuciones y los enunciados fraseológicos. Este manual, junto con el de Martínez Marín (2000: 249-260), marcó un punto de partida importante en los estudios posteriores sobre fraseología en España.

En apenas dos décadas la fraseología, en un primer momento una sub-disciplina de la lexicología, se afi rma como disciplina en toda regla gra-cias al interés que despertó en muchos estudiosos europeos, especialmen-te por parte de las corrientes lingüísticas y pragmáticas orientadas hacia el estudio de las UFS en el contexto.

1.1. Límites de la fraseología y cuestión terminológicaEl establecimiento de los límites de la fraseología ha sido un tema de

discusión recurrente en ámbito lingüístico y ha dado lugar a dos distintas y fundamentales posturas: la concepción estrecha o restringida y la con-cepción amplia de la fraseología (Corpas: 1997: 4-45, 127). La concepción estrecha o restringida considera que el fraseologismo es una combinación fi ja de al menos dos palabras, que funciona como parte integrante de una oración, dentro de la cual cumple las mismas funciones de un sustantivo, un verbo, un adverbio, una preposición, etc. En este sentido la fraseología englobaría solo las unidades fi jas y funcionalmente equivalentes a una determinada categoría gramatical. Por su parte, la concepción amplia de la fraseología considera UFS todas las combinaciones de palabras que se suelen usar como parte de oraciones, pero que no se pueden suscribir convencionalmente a una situación determinada sino que constituyen un subgrupo dentro del total de UFS de una lengua dada. Desde esta pers-pectiva la fraseología incluiría también expresiones, refranes, fórmulas fi -jas, frases hechas, locuciones proverbiales y combinaciones fraseológicas.

Otra cuestión controvertida ha sido la existencia de una variedad termi-nológica tanto para referirse a la disciplina en general como a los distintos fenómenos y elementos que esta engloba. Para Corpas (1997: 16-20) el tér-mino fraseología, en su acepción más general, designa las características específi cas de las construcciones propias de un determinado individuo, grupo o lengua. La segunda acepción del término se refi ere al conjunto de usos o contextos en los que normalmente aparece una entrada léxica. La autora nos proporciona asimismo la defi nición del término fraseología contenida en el DRAE: “conjunto de frases hechas, locuciones fi guradas,

metáforas y comparaciones fi jadas, modismos y refranes, existentes en una lengua, en el uso individual o en el de algún grupo ”.

En cuanto a la denominación genérica de los distintos tipos de com-binaciones de palabras que engloba la fraseología, Corpas propone las defi niciones utilizadas más frecuentemente en español:

Expresión pluriverbal (Casares), unidad pluriverbal lexicalizada y habitualizada (Corpas) o unidad léxica pluriverbal (Hernández). Expre-sión fi ja (Zuluaga; Martínez Marín). Unidad fraseológica o fraseologismo (Zuluaga; Carneado Moré, Tristá Pérez).

Entre todas las defi niciones propuestas, Corpas descarta la de expresión fi ja al hacer esta hincapié solo en la fi jación, uno de los principales rasgos que caracterizan a dichas expresiones, y también porque solo en casos excepcionales estas expresiones son totalmente fi jas. Por otro lado, según Corpas las otras dos denominaciones propuestas, o sea la de unidad plu-riverbal lexicalizada y habitualizada y su versión acortada unidad pluriverbal, aunque dan cuenta de la naturaleza pluriverbal y de las características más importantes de estas expresiones (esencialmente su grado de lexica-lización y su alta frecuencia de coaparición en la lengua), son demasiado genéricas para abarcar los varios tipos de unidades y, al mismo tiempo, demasiado concretas para indicar su carácter unitario.

La denominación de unidad fraseológica (UF o UFS), propuesta igual-mente por Corpas, es un término genérico que goza de más aceptación en la Europa continental, la antigua URSS y los demás países del este europeo, donde más investigaciones se han realizado sobre este tema; re-presenta un término amplio que engloba los diferentes tipos sin que se pueda confundir con ningún subtipo, como en el caso de las locuciones o de los idiomatismos; tienen el estatus de unidades lingüísticas y funcio-nan como tales en diferentes niveles gramaticales.

1.2. Características lingüísticas de las UFSAunque no existen caracterizaciones globales y sistemáticas de las

unidades fraseológicas, la mayoría de los estudiosos están de acuerdo en afi rmar que la UF es una combinación más o menos estable de al me-nos dos palabras que presenta como rasgos fundamentales la fi jación y la idiomaticidad, consideradas individualmente o como una combinación de ambos criterios2.

1.2.1. Fijación e idiomaticidadZuluaga afi rma que la fi jación es la propiedad que tienen ciertas expre-

2 Los autores que hemos tomado como punto de referencia para la caracterización de las UFS son Zuluaga (1980) , Corpas Pastor (1997: 20-32) y Ruiz Gurillo (1997: 13-32)

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siones de ser reproducidas en el hablar como combinaciones previamen-te hechas. Más precisamente, son combinaciones de dos o más palabras que se caracterizan porque no son combinaciones libres de palabras, sino estructuras prefabricadas que se repiten y que forman parte del acervo léxico de los hablantes. Según Zuluaga la fi jación es arbitraria desde el punto de vista funcional, ya que no hay explicación sintáctica ni semánti-ca del tipo de fi jación en cada caso concreto. De todo esto se deduce que las UFS tienen esta forma porque así fueron fi jadas por el uso repetido en una comunidad lingüística.

El autor distinguió entre varios tipos de fi jación de las UFS españolas3:a) Fijación del orden de los componentes: la unidad a troche y moche no

puede variar en a moche y troche*.b) Fijación de categorías gramaticales: las UFS presentan determinadas

categorías gramaticales que no admiten variaciones morfológicas, o sea en el tiempo verbal, en la persona, género o número; por ejemplo la expre-sión no dejar títere con cabeza no se puede variar en no dejar títeres con cabeza*.

c) Fijación del inventario de los constituyentes: la imposibilidad de in-sertar o eliminar elementos de la combinación (sin orden y sin concierto* en lugar de sin orden ni concierto); la inseparabilidad de los componentes (agua clara de borrajas* en lugar de agua de borrajas); y la imposibilidad de sustituirlos (todo queda en hogar* en lugar de todo queda en casa);

d) Fijación transformacional: la imposibilidad de aplicar transforma-ciones a los componentes, como por ejemplo en carta blanca, la blancura de la carta*.

Según Corpas (1997: 24-26), la fi jación implica, en muchos casos, la especialización semántica o lexicalización. La autora afi rma que, a dife-rencia de las combinaciones libres de palabras, cuando se establece una asociación directa y unívoca entre las UFS y su interpretación semántica por parte de los hablantes, estas unidades pueden sufrir ciertos cambios semánticos. Lo cual signifi ca que primero se produce la fi jación y luego, como consecuencia de ello, se puede dar un cambio semántico.

En cuanto a la fi jación, se trata de un rasgo defi nitorio y caracteriza-

dor de las UFS, son sintagmas complejos y fi jos con cierta estabilidad y poca o ninguna transformación de su estructura sintáctica. No obstante, la fi jación es variable y depende del grado de gramaticalización de cada unidad fraseológica. De hecho, el grado de fi jación viene acompañado, muy frecuentemente, de la idiomaticidad o fi jación semántica, otro rasgo típico de las UFS; por esto se puede decir que todas las UFS son fi jas, en mayor o en menor grado, pero no todas son idiomáticas.

En su Manual de fraseología española Corpas defi ne la idiomaticidad como “aquella propiedad semántica que presentan ciertas unidades frase-ológicas, por la cual el signifi cado global de dichas unidades no es dedu-cible del signifi cado aislado de cada uno de sus elementos constitutivos” (1996: 26-27)

Zuluaga, que profundizó en este tema, afi rma que la idiomaticidad puede entenderse esencialmente de dos maneras. En su sentido etimoló-gico, representa lo que es propio y peculiar de una determinada lengua y, desde el punto de vista semántico, característico de algunas combinacio-nes fi jas cuyo sentido global no equivale a la combinación de los signifi -cados de sus componentes. También en este caso el autor observa varios grados de idiomaticidad, una característica potencial y no esencial de este tipo de unidades. Algunas, por ejemplo, pueden evocar su sentido literal originario (por ejemplo: costar un ojo de la cara).

En términos generales, según nos explica Ruiz Gurillo (2000: 14-15), se puede decir que, por un lado, hay expresiones fraseológicas totalmente fi jas, estables y con signifi cado idiomático que representan las unidades fraseológicas prototípicas (como por ejemplo agua de borrajas); por el otro, otras se repiten pero su grado de fi jación es menor y pueden tener un signifi cado literal (poner en funcionamiento) o ejercer funciones de carácter pragmático (¡cielo santo!). Asimismo, para Ruiz Gurillo las UFS son com-binaciones fi jas de palabras que presentan algún grado de fi jación y even-tualmente de idiomaticidad, la fi jación es un rasgo esencialmente sintác-tico, mientras que la idiomaticidad es un fenómeno fundamentalmente semántico. De ello se deduce que, por un lado, la fi jación de las UFS se manifi esta en su estabilidad formal, en la escasa o nula productividad de sus esquemas sintácticos y/o en su defectividad transformacional; y, por el otro, que la idiomaticidad de las UFS conlleva que su signifi cado no se pueda deducir del signifi cado de sus componentes, tomados por separa-do o en conjunto.

1.3. Otras características de las UFSEn su Manual de fraseología española Corpas Pastor defi ne las UFS como

unidades léxicas formadas por al menos dos palabras y cuyo límite supe-rior se sitúa en el nivel de la oración compuesta. Los rasgos defi nitorios

3 Corpas habla también, siguiendo a Thun (1978: 68) de fi jación interna y fi jación externa. En el caso de la fi jación interna distingue entre fi jación material (que coincide con la distinción realizada por Zuluaga) y fi jación de contenido (peculiaridades semánticas). En cuanto a la fi jación externa, Thun distingue entre fi jación situacional (la que se da como combinación de ciertas unidades lingüísticas en situaciones sociales determinadas, como ocurre en las expresiones de saludo del tipo “Encantado de conocerle”), analítica (aquella que se da como consecuencia del uso de determindas unidades lingüísticas para el análisis ya establecido del mundo), pasemática (la fi jación originada en el empleo de unidades lingüísticas según el papel del hablante en el acto comunicativo ) y posicional (la preferencia de uso de ciertas unidades lingüísticas en determinadas posiciones de los textos, como por ejemplo ocurre en los encabezamientos y en las despedidas de las cartas).

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que la autora les atribuye, además de los aspectos comentados anterior-mente, son:

a) su alta frecuencia de uso y de coaparición;b) su institucionalización;c) su variación potencial;d) la gradación en la cual se dan todos estos aspectos en los distintos tipos.Cuando habla de la frecuencia de las UFS la autora alude a la apa-

rición conjunta de sus elementos constituyentes, superior a la aparición individual de cada uno de estos elementos en una determinada lengua; asimismo, se refi ere al uso considerable de tales elementos combinados en la lengua.

El uso repetido y frecuente de las UFS puede desembocar en su con-vencionalización o institucionalización. Dicha institucionalización carac-teriza las producciones lingüísticas de los hablantes, que tienden a utilizar combinaciones ya existentes y reproducidas repetidamente.

Aunque las UFS suelen caracterizarse por la fi jación formal y semán-tica, muchas de ellas pueden presentar variación léxica. A este respecto, según afi rma también Zuluaga, la autora distingue entre variantes en sen-tido estricto y modifi caciones (o variantes en sentido amplio).

Para que las UFS sean consideradas como variantes es necesario que:a) pertenezcan a la misma lengua funcional (tomar/coger las de Villadiego);b) no presenten diferencias de signifi cado (no es lo mismo decir echar a

perros, o sea “emplear mal”, que echar los perros, o sea “echar una bronca”);c) se utilicen de manera indistinta en cualquier contexto en que apa-

rezcan;d) sean parcialmente idénticas en su estructura y en sus componentes,

o sea que solo varíe alguno de sus componentes;e) sean fi jas, en el sentido de que formen parte de una serie limitada y

estable.Se consideran también variaciones aquellas transformaciones que se

expresan a través de un cambio de signifi cado, categorial o léxico (ejemplo: tomar el pelo/tomadura de pelo); las UFS sinónimas (estar hasta el moño/estar hasta la coronilla); y todas las variantes diatópicas (hacer novillos en España y hacer vaca en Perú), diafásicas y diastráticas (cerrar los ojos/ estirar la pata).

Con gradación Corpas se refi ere a la escala gradual con que se presen-tan los rasgos comentados anteriormente en las unidades fraseológicas, que se manifi esta tanto en su estructura semántica como en su fi jación, variación e institucionalización. Desde esta perspectiva, Zuluaga habla de unidades que tienen un signifi cado literal (dicho y hecho), las que presen-tan cierta semi-idiomaticidad (tira y afl oja) y aquellas que se caracterizan por un signifi cado peculiar o idiomático (dar en el búsilis).

Por último, la autora hace frente al problema de la difi cultad de traduc-

ción de las UFS. Efectivamente, muchas de ellas no son susceptibles de traducción, como se verá más adelante, porque se originan a partir de un hecho histórico o situación concreta típica de una determinada sociedad y cultura, un ejemplo de ello es el grupo de unidades fraseológicas que proceden de la tauromaquia en español (Muñoz Medrano, 2012: 165-188). Ello conlleva cierto grado de difi cultad en su aprendizaje para quienes estudian el español como segunda lengua. Por ejemplo, es difícil estable-cer equivalentes de traducción de ciertas locuciones como estar al quite o poner un par de banderillas.

1.4. Intentos de clasifi cación de las UFSLa clasifi cación de las unidades fraseológicas es una cuestión contro-

vertida entre los lingüistas. Por lo general, la mayoría de las clasifi cacio-nes existentes han surgido como respuesta a los problemas prácticos a los que se han enfrentado los estudiosos. Las clasifi caciones de las UFS, al igual que los estudios sobre el sistema fraseológico español, no son muy numerosas y los varios intentos de clasifi cación se han realizado atendien-do fundamentalmente a criterios semánticos, estilísticos y pragmáticos.

Entre todas las clasifi caciones existentes ha de destacarse la propuesta de Corpas Pastor, según la cual es necesario realizar una sistematización y clasifi cación que incluya un gran número de lenguas. En su propuesta, que aquí resumimos, la autora reseña las clasifi caciones más representa-tivas de la fraseología española, ordenándolas según un criterio crono-lógico, o sea según su aparición en las investigaciones globales sobre la fraseología en español (1996: 32:50).

1.4.1. J. CasaresFue uno de los primeros autores en emprender el estudio de la fraseo-

logía española y su clasifi cación, sus trabajos datan de los años cincuenta, y han servido de modelo a otros autores como Zuluaga y Tristá Pérez.

Basándose en un criterio funcional, el autor estableció tres grandes gru-pos de unidades fraseológicas: las locuciones, las fórmulas pluriverbales, y dentro de estas distinguió entre frases proverbiales y refranes. Señaló que no es fácil diferenciar estos grupos dadas las relaciones diacrónicas que mantienen entre sí. A continuación vamos a centrarnos en las defi ni-ciones de los grupos que Casares distingue en su clasifi cación.

Para el estudioso una locución es una combinación estable de dos o más términos, que funciona como elemento oracional y cuyo sentido unitario consabido no se justifi ca, sin más, como una suma del signifi cado normal de los componentes. El autor subdivide las locuciones en dos subgrupos según su contenido: las locuciones conexivas y las locuciones conceptua-les. Las locuciones conexivas son aquellas formadas por palabras grama-

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ticales, vacías de contenido semántico, como con tal que (conjuntiva) y en pos de (prepositiva). Las locuciones conceptuales o signifi cantes son las formadas por palabras léxicas, que están clasifi cadas según la categoría gramatical a la que equivalen: pueden ser adjetivales (de brocha gorda), verbales (tomar el olivo), participiales (hecho un brazo de mar), adverbiales (en un santiamén), pronominales (cada quisque), interjectivas (¡ancha es Ca-stilla!) y, fi nalmente, las nominales (pie de montar, pie de liebre). Estas últi-mas se dividen en varias ramas según su estructura: las denominativas son las que sirven para designar una persona, animal o cosa y, a su vez, pueden ser geminadas, o sea compuestas por dos nombres, uno que indi-ca el carácter o la función del otro (tren botijo) y complejas que, en cambio, están constituidas por un nombre determinado por un adjetivo o por una preposición y un segundo nombre (tocino de cielo); las singulares, semejan-tes a un nombre propio (la carabina de Ambrosio); y las infi nitivas, formadas por infi nitivos (coser y cantar).

La frase proverbial es una entidad léxica sintácticamente autónoma que se diferencia de las locuciones porque no funciona como elemento oracional, ya que funciona como cláusula principal, y que se origina en textos escritos o hablados, que se han hecho famosos y que muestran ejem-plaridad, como Las paredes oyen y No se ganó Zamora en una hora. Así pues, desde esta perspectiva las frases proverbiales difi eren de las locuciones porque no pueden reducirse a una categoría gramatical como aquellas y, además, pueden variar en su estructura para adaptarse a las necesidades del discurso (se ha armado/se armó la de San Quintín). Además, las frases proverbiales, que muchas veces proceden de antiguos hechos históricos, suelen emplearse en determinadas situaciones que recuerdan por su se-mejanza a la que originó la expresión.

Las frases proverbiales representan una especie de cajón de sastre don-de se recoge todo aquello que no se deja encasillar fácilmente como locu-ciones o refranes. Las frases proverbiales pueden confundirse a menudo con los refranes, sobre todo con aquellos que constituyen una oración simple. Para Casares los refranes se diferencian de las frases proverbiales porque expresan una verdad universal y constituyen oraciones completas e independientes que ponen en relación por lo menos dos ideas y que se caracterizan por su artifi ciosidad (rima, aliteración, paralelismo) y cuida-da elaboración (ejemplo: Ojos que no ven, corazón que no siente).

En relación con los refranes, distingue a su vez los dialogismos o mu-letillas que se han unido permanentemente a ciertas frases, como aparece en este ejemplo: ¡No es nada lo del ojo! ¡Y lo llevaba en la mano!

Dentro de las frases proverbiales Casares incluye expresiones o fórmu-las rutinarias como Que te crees tu eso, A ver si va a poder ser, No hay derecho, y que denomina timos, es decir, expresiones de vida efímera que gozan

del favor de los hablantes durante un período breve de tiempo termi-nando por desaparecer, aunque no siempre desaparecen, pasando a ser algunas de ellas algo más que timos o fórmulas rutinarias.

Según Casares solo las locuciones y las frases proverbiales deben apa-recer en el diccionario, mientras que los refranes no deberían ser admiti-dos; por lo que respecta a las locuciones, Casares afi rma que el lexicógrafo debería tomar en consideración la clasifi cación de estas unidades según su categoría gramatical: locuciones nominales (loc. nom.); locuciones adje-tivas (loc. adj.); locuciones verbales (loc. verb.); locuciones exclamativas (loc. excl.); locuciones preposicionales (loc. prep.); además de las locuciones adverbiales (loc. adv.) y conjuntivas (loc. conj.) ya utilizadas en el dicciona-rio y de las participiales y pronominales que, debido a su escaso conteni-do, podrían indicarse simplemente con loc. A partir de la decimonovena edición del DRAE se adoptarán los criterios lexicográfi cos de Casares, quedando excluidos los refranes de los diccionarios generales, y a partir de su aceptación en la Academia se refl ejará también en las otras obras lexicográfi cas.

1.4.2. E. CoseriuLa aportación más importante de Coseriu (1981: 297-302) a la frase-

ología es la conocida distinción entre técnica libre del discurso y discurso repetido: por un lado, la técnica libre del discurso abarca las unidades léxicas y gramaticales (lexemas, categoremas, morfemas) y las reglas para su mo-difi cación y combinación en la oración; por otro, el discurso repetido incluye todo lo que tradicionalmente está fi jado como expresión, giro, modismo, frase o locución, y cuyos elementos constitutivos no son reemplazables o re-combinables según las reglas actuales de la lengua.

Coseriu atribuyó características identifi cativas a las unidades del di-scurso repetido:

a) Son textos o fragmentos de texto que se reproducen en el habla.b) Pueden presentar elementos incomprensibles fuera de la expresión.c) Para su construcción se pueden utilizar reglas gramaticales no vi-

gentes.d) Pueden pertenecer a otra lengua histórica, como por ejemplo la lo-

cución latina ad latere.e) Algunas de sus partes pueden adaptarse según las necesidades del

discurso. Además, Coseriu subdivide las unidades del discurso repetido en tres

tipos según el nivel estructural de las unidades a las que equivalen o con las cuales conmutan:

f) Las unidades que equivalen a textos y oraciones, a las cuales el au-tor denomina “textemas” o “frasemas” (por ejemplo: Cada palo aguante su

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vela). En esta categoría se incluyen los refranes, los dichos, las sentencias, las frases metafóricas, los proverbios, las citas de autores conocidos e, in-cluso, fragmentos literarios, poemas y oraciones religiosas. Para Coseriu el estudio de estas unidades es competencia de la teoría literaria y, por eso, no deberían estar incluidas en los diccionarios, ya que quedan fuera del ámbito lexicográfi co.

g) Para Coseriu las unidades equivalentes y conmutables por sintag-mas y combinables en la oración denominadas “sintagmas estereotipa-dos” (en este caso el autor no proporciona ejemplos en español) tampoco forman parte de los estudios lexicográfi cos, sino que corresponden a la sintagmática.

h) Las unidades equivalentes y conmutables por palabras y que se combinan dentro de la oración, que reciben el nombre de “perífrasis lé-xicas”, como no dar abasto, a boca de jarro, hacer hincapié. El estudio de este tipo de unidades sí entra en el ámbito de la lexicología.

Para Corpas Pastor la clasifi cación de Coseriu es rudimentaria y poco rigurosa esencialmente por tres razones:

a) En primer lugar porque no utiliza criterios de clasifi cación propia-mente dichos.

b) En segundo lugar porque incluye dentro del primer grupo unidades que no pertecenen al campo de estudio de la fraseología, como en el caso de las oraciones religiosas y de los fragmentos literarios.

c) En último lugar porque no proporciona unos límites bien defi nidos para diferenciar los sintagmas estereotipados de las perífrasis léxicas.

No obstante, Corpas admite que los estudios de Coseriu han sido par-ticularmente útiles para la investigación fraseológica española, sobre todo porque hicieron que otros estudiosos prestaran atención a la parcela de mayor fi jación y estabilidad de la gramática española.

1.4.3. A. Zuluaga OspinaEl autor denomina indistintamente a estas unidades expresiones fi jas y

unidades fraseológicas, y con ambas se refi ere desde a las combinaciones que comprenden al menos dos palabras hasta aquellas formadas por ora-ciones simples o complejas, que se caracterizan por presentar fi jación y, en muchos casos, idiomaticidad.

Según los rasgos de la estructura interna de estas unidades (o sea según la fi jación y la idiomaticidad que las caracterizan) por un lado, y según su valor semántico-funcional (es decir las diferentes funciones sintácti-cas que pueden desempeñar en el discurso, sus posibles combinaciones y oposiciones y el nivel de estructuración gramatical en el que pueden com-binarse), por otro, Zuluaga establece una doble clasifi cación de las unida-des fraseológicas. Según su estructura interna, las unidades fraseológicas

pueden ser: fi jas y no idiomáticas, como dicho y hecho; semi-idiomáticas, como tira y afl oja; e idiomáticas, como a ojos vistas. Según su valor semán-tico-funcional, el autor distingue dos grandes grupos de expresiones fi jas: las locuciones, que son aquellas que necesitan de otros elementos para po-der constituir un enunciado, y los enunciados fraseológicos, expresiones fi jas que constituyen por sí mismas enunciados completos.

En el caso de las locuciones, al igual que Casares, Zuluaga distingue entre aquellas que desempeñan exclusivamente una función gramatical y las que tienen un valor semántico pleno.

Efectivamente, la clasifi cación de las locuciones de Zuluaga presenta muchas similitudes con la efectuada por Casares. La diferencia funda-mental reside en incluir, dentro de las locuciones equivalentes a unidades gramaticales, las locuciones elativas, que funcionan como instrumentos relacionales que intensifi can y elativizan lexemas (por ejemplo la locución como un cosaco, o sea mucho, puede elativizar al verbo beber).

Además, por lo que respecta a las locuciones equivalentes a unidades léxicas, Zuluaga distingue cuatro tipos:

a) Las nominales, como cabeza de turco.b) Las adnominales, como de pelo en pecho.c) Las verbales, como dar calabazas.d) Las adverbiales, como con pelos y señales.Por último, a diferencia de Casares, según Zuluaga no hay que distin-

guir entre locuciones participiales y locuciones adnominales, sino que hay que incluir las primeras dentro de las segundas; a su vez, las locu-ciones pronominales dejan de ser un grupo aparte asimilándose al tipo de locución al cual pertenezcan según su signifi cado categorial; mientras que las locuciones exclamativas pasan a formar parte de los enunciados fraseológicos.

En cuanto a los enunciados fraseológicos, Zuluaga realiza varias clasi-fi caciones y la más interesante es la que tiene en consideración su relación con el contexto:

d) Enunciados fraseológicos funcionalmente libres, que son considera-dos textos.

e) Enunciados fraseológicos contextualmente marcados, que dependen del contexto lingüístico o pragmático para poder funcionar.

Del primer grupo forman parte los refranes (Un clavo saca otro clavo) y los enunciados fraseológicos interjectivos (¡La órdiga!), que equivalen a las locuciones exclamativas de Casares; en cambio al segundo grupo perte-necen los dichos y frases hechas (Aquí fue Troya), los clichés (Cómo no) las unidades (del tipo Érase una vez) y las fórmulas de fi jación pragmática (del tipo Buenos días - fórmula de saludo -).

Según Corpas se trata de una clasifi cación muy elaborada desde el

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punto de vista metodológico, sin embargo la autora subraya, al igual que Casares, que no se debe incluir en este grupo el de las colocaciones.

1.4.4. Z. Carneado Moré y A. M. Tristá PérezMuy interesantes son los estudios de Carneado Moré y Tristá Pérez a lo

largo de los ochenta, infl uenciadas por las teorías fraseológicas soviéticas. Carneado Moré toma como punto de partida para su estudio los fraseolo-gismos analizados en los diccionarios cubanos y realiza una clasifi cación de las UFS a partir de los modelos rusos, sin olvidar los postulados de Casares. Desde este punto de partida, y considerando el grado de motiva-ción y la estructura gramatical de los fraseologismos, la autora establece la siguiente distinción:

f) Adherencias: unidades completamente inmotivadas y que cumplen funciones oracionales, como perder la chaveta (“volverse loco”).

g) Unidades: que tienen un carácter relativamente motivado, como bus-car la boca (“provocar, buscar pelea”).

h) Combinaciones: varias palabras entre las cuales una de ellas adquie-re una determinada signifi cación en virtud de su relación con las demás, como en reinar el silencio.

i) Expresiones fraseológicas: refranes, proverbios, clichés y otras com-binaciones predicativas de palabra y oraciones, como Chivo que rompe tam-bor con su pellejo paga (“cada uno debe ser responsable de sus actos y obrar en consecuencia”).

La autora presta una especial atención a las adherencias y a las uni-dades y las clasifi ca según sus rasgos léxico-gramaticales, distinguiendo entre: fraseologismos verbales (pasar a mejor vida); refl exivos (agarrarse a un clavo ardiendo); prepositivos (hacérsele a alguien la boca agua); con el par-ticipio hecho/-a (hecho polvo); conjuntivos (nadar y guardar la ropa); con los pronombres la/las (diñarla); nominales (luna de miel); adjetivos (de marca mayor); y adverbiales (a horcajadas).

Tristá Pérez mantiene la clasifi cación de Casares (locuciones, frases pro-verbiales y refranes), pero amplía la parte de las locuciones distinguiendo dos tipos fundamentales según su estructura interna:

a) Fraseologismos cuya estructura interna lleva un “indicador míni-mo” o un “elemento identifi cador” que indica su condición de UF y que puede ser de carácter semántico o léxico. Si el indicador es de carácter semántico, estos fraseologismos incluyen aquellas unidades que se basan en una imagen inconguente (jarabe de pico); en cambio, si el indicador es de carácter léxico, incluyen las unidades formadas por palabras en desuso fuera de la UF (hacer el paripé), elementos onomatopéyicos (estar en un tris), préstamos (el dolce far niente) y arcaísmos (a pies juntillas).

b) Fraseologismos que no presentan ningún elemento identifi cador,

sino que son correlaciones homonímicas de una combinación libre que tienen un signifi cado metafórico fi jo, que se deduce parcialmente del de sus elementos constitutivos, por ejemplo: pisarle a alguien los talones y ten-der la mano.

1.4.5. L. Ruiz GurilloEn su libro Aspectos de fraseología teórica española (1997: 73-83) Ruiz

Gurillo trata de mostrar el carácter de los fenómenos fraseológicos, que según la autora constituyen una categoría gradual entre el lexema y el sintagma; sus propiedades y rasgos se manifi estan en diversos grados. Ello demuestra el carácter no discreto de aquellas unidades que denomi-na combinaciones fi jas de palabras y hace imposible una clasifi cación de los varios grupos que pertenecen a la fraseología. De hecho, según ella, entre estos grupos no hay un límite sino una continua interrelación. Ruiz Gurillo se refi ere con la denominación unidades prototípicas a las unidades fraseológicas por excelencia, o sea las que poseen las propiedades de fi -jación e idiomaticidad en su nivel más alto. Asimismo establece su pro-totipo fraseológico a partir de una concepción estrecha de la fraseología, que abarca fundamentalmente locuciones, frases proverbiales y unidades sintagmáticas.

Su clasifi cación no discreta de las UFS incluye, a grandes rasgos, las siguientes categorías:

j) Los sintagmas nominales fraseológicos, representados por unidades como mesa electoral, agua de borrajas o talón de Aquiles, que son aquellos que presentan algún grado de fi jación y, a veces, de idiomaticidad, así como ciertos rasgos que llevan a considerarlos como UFS.

k) Los sintagmas verbales fraseológicos están representados por uni-dades como ser un lince, cortar el bacalao, soltar la mosca o salir de naja. Al-gunos de ellos pueden ser considerados como unidades prototípicas de la fraseología porque manifi estan rasgos de fi jación e idiomaticidad; otros, en cambio, se caracterizan por tener grados de fi jación escasos e idioma-ticidad nula.

l) Los sintagmas prepositivos fraseológicos, representados por unida-des como en concreto, a fl or de piel o a trancas y barrancas.

1.4.6. G. Corpas PastorPara Corpas las clasifi caciones de los autores comentados hasta ahora

son incompletas y esquemáticas: por un lado, porque ninguna de ellas

4 Elemento oracional u oración completa; fi jación en el sistema, en la norma o en el habla; fragmento de enunciado o enunciado completo; restricción combinatoria limitada o total; grado de motivación semántica.

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utiliza criterios claros para establecer una taxonomía razonada de las UFS del español; por otro, porque ninguno de estos criterios4 es sufi ciente para elaborar una clasifi cación global del sistema fraseológico español.

En su propuesta de clasifi cación la autora parte de una concepción amplia de la fraseología, que engloba todas las combinaciones que están formadas por al menos dos palabras y cuyo límite superior se sitúa en la oración compuesta. Están caracterizadas por una alta frecuencia de apa-rición en la lengua y de coaparición de sus elementos integrantes y por la institucionalización, la estabilidad, la idiomaticidad y la variación.

Corpas sugiere la utilización de dos criterios, el del enunciado, según el cual se establecen dos grupos de unidades fraseológicas, o sea aquellas unidades que no constituyen enunciandos completos y aquellas que sí los constituyen, y el de fi jación en la norma, en el sistema o en el habla. Y, además, a partir de la combinación de estos criterios propone un primer nivel de clasifi cación de las UFS en tres esferas5:

a) La primera estaría formada por las unidades fi jadas en la norma, o sea por los sintagmas libres que debido al uso han adquirido un cierto grado de fi jación, e incluye las llamadas colocaciones.

b) La segunda esfera incluiría las locuciones, es decir unidades fi jadas en el sistema. Estas dos primeras esferas agruparían UFS que no constitu-yen enunciados ni actos de habla completos, sino que equivalen a sintag-mas y necesitan combinarse con otros signos lingüísticos.

c) En la tercera esfera se encontrarían las unidades que constituyen enunciados por sí mismos, que están fi jados en el habla y que forman parte del acervo socio-cultural de la comunidad hablante y se denominan enunciados fraseológicos.

Cada una de estas esferas admite un segundo nivel de clasifi cación a partir de una serie de criterios adicionales.

En cuanto a las colocaciones dichos criterios adicionales son: la categoría gramatical, la relación sintáctica y semántica existente entre la base y el colocativo. La autora distingue entre las siguientes categorías:

a) verbo + sustantivo (sujeto): estallar una guerra, ladrar un perro, decla-rarse una epidemia;

b) verbo + [preposición +] sustantivo (objeto): entablar amistad, tener repercusión, poner a prueba;

c) sustantivo + adjetivo/sustantivo: odio mortal, ignorancia supina, viaje relámpago;

d) sustantivo + preposición + sustantivo: un diente de ajo, un ciclo de conferencias;

e) verbo + adverbio: desear fervientemente, felicitar efusivamente;f) adjetivo + adverbio: rematadamente loco, relacionado estrechamente.Por lo que respecta a las locuciones, los criterios considerados por la

autora son el de la funcionalidad y su equivalencia con los distintos sin-tagmas oracionales. Al igual que Casares, Corpas establece una distinción entre: locuciones nominales, locuciones adjetivas; locuciones adverbiales, locuciones verbales, locuciones prepositivas; locuciones conjuntivas y lo-cuciones clausales.

Por último, subdivide los enunciados fraseológicos en dos grupos: las paremias y las fórmulas rutinarias. Las diferencias fundamentales entre estos dos grupos son:

1. La autonomía textual, que caracteriza a las paremias frente a la de-pendencia situacional de las fórmulas.

2. El signifi cado referencial de las paremias frente al social, expresivo o discursivo de las fórmulas (punto de vista semántico).

3. Las paremias, a su vez, comprenden varios grupos:a) Los enunciados de valor específi co, que no poseen valor de verdad,

independientemente de la situación a la cual se aplican (las paredes oyen, haber moros en la costa).

b) Las citas, que tienen origen conocido ya que proceden de textos escri-tos o de fragmentos hablados de un personaje real o fi cticio (Calderón).

c) Refranes, de origen desconocido (de tal palo, tal astilla; solo se vive una vez).

También las fórmulas rutinarias están divididas en algunos subgrupos, o sea el de las fórmulas discursivas, cuya función es la de organizar el discurso, y el de las fórmulas psicosociales, que facilitan el desarrollo nor-mal de la interacción social o permiten expresar el estado mental y los sentimientos de los hablantes. Estas comprenden, a su vez, ulteriores sub-divisiones, según las funciones pragmático-discursivas que ejercen.

Las fórmulas discursivas incluyen:a) Fórmulas de apertura y cierre (a ver, hasta luego).b) Fórmulas de transición (a eso voy).Las fórmulas psicosociales comprenden:a) Fórmulas expresivas que pueden ser de disculpa (con perdón); de

consentimiento (y tanto); de recusación (ni hablar); de agradecimiento (mu-chas gracias); de réplica (de nada); de desear suerte (feliz navidad); de solida-ridad (¡qué se le va a hacer!); de insolidaridad (¡allá tú!);

b) Fórmulas comisivas de promesa y amenaza, que implican al hablan-te en un hecho futuro (ya ajustaremos cuentas).

c) Fórmulas directivas, de exhortación (¿te ha comido la lengua el

5 Corpas especifi ca que las UFS presentan una gran fl exibilidad, y por ello las unidades de una esfera determinada pueden evolucionar hasta convertirse en unidades pertenecientes a otra esfera; además, es posible que unidades de una misma esfera sean susceptibles de pertenecer a varios subtipos a la vez dentro de estas.

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gato?), de información (¿qué mosca te ha picado?), de ánimo (no es para tanto).d) Fórmulas asertivas, de aseveración (lo que yo te diga) o emocionales

(¡no te fastidia!).e) Fórmulas rituales, de saludo (buenos días) o de despedida (hasta la

vista).f) Miscelánea, o sea aquellas fórmulas para las cuales no existe un ver-

bo performativo que recoja su valor ilocutivo (al agua patos, pelillos a la mar).

2. Las locuciones: introducciónSegún se desprende de la propuesta de clasifi cación por esferas de Cor-

pas, las locuciones forman parte de la segunda esfera y se pueden defi nir como unidades fraseológicas del sistema de la lengua que no constituyen enunciados completos y que suelen funcionar como elementos oraciona-les. Hemos visto también que otros autores como Casares, Zuluaga Ospi-na y Tristá Pérez han incluido las locuciones en su clasifi cación de las UFS. Al igual que las UFS en general, las locuciones están caracterizadas esencialmente por dos rasgos, es decir la fi jación y la idiomaticidad, aun-que como subraya Ruiz Gurillo, la manifestación de estas propiedades es una cuestión de grado.

2.1. Cuestión terminológica y diferenciación A la hora de identifi car las locuciones, Corpas hace hincapié en la nece-

sidad de hacer frente a dos cuestiones: El problema terminológico, ya que las locuciones se reconocen también

con otros nombres como frases hechas y modismos; establecer y defi nir las características que las diferencian frente a otros tipos de estructuras. La denominación frase hecha parece ser demasiado vaga e inexacta, puesto que no marca unos límites claros. De hecho, Corpas nos dice que el térmi-no modismo fue rechazado por Casares hace más de cincuenta años y que para explicar sus razones este autor se centra tanto en la defi nición como en las características del modismo. Casares nos dice que el DRAE (1992) defi ne el modismo como “el modo particular de hablar propio y privativo de una lengua, que se suele apartar en algo de las reglas generales de la gramática”, o sea que se trata de expresiones propias de cada lengua, que fuera de esta no tienen sentido. Asimismo, el autor afi rma que el modismo se caracteriza por la anomalía gramatical6, la intraducibilidad y la inalte-

rabilidad de sus elemento7. Por tanto, el concepto del término modismo es mucho más amplio que el que el autor atribuye a la locución. Por último, para Casares el término modismo no abarca a todas las locuciones, por ejemplo excluye las denominativas.

Por lo que atañe a la diferenciación de las locuciones con respecto a otras estructuras, aunque dichas unidades presentan muchos puntos de contacto con las combinaciones libres de palabras, las locuciones se distin-guen de aquellas por la cohesión semántica y morfosintáctica. Para saber si se trata de una locución o de una combinación libre de palabras, Corpas Pastor propone someter una combinación de palabras a una serie de prue-bas. Una primera prueba podría ser la sustitución de un componente por su sinónimo, hipónimo o hiperónimo, como en el caso de mírame y no me toques, frente a obsérvame y no me toques*. Otra prueba propuesta por la au-tora es la supresión de uno de los constituyentes, comprobando, al mismo tiempo, si el resultado de dicha operación es gramaticalmente correcto, como en el caso de matar pájaros de un tiro*, en vez de matar dos pájaros de un tiro. En tercer lugar, tendría que comprobarse si es posible cambiar el orden de sus elementos: dar liebre por gato*, frente a dar gato por liebre, o hacerle su-frir a la combinación de palabras una transformación gramatical, como el borracho estiró la pata, transformada en pasiva la pata fue estirada por el borra-cho*. Para la autora, si en cualquiera de estas pruebas de sustitución, elimi-nación o transformación, la combinación de palabras sigue siendo correcta y posible gramaticalmente, aunque se haya perdido la cohesión semánti-ca se tratará de una locución y no de una combinación libre de palabras.

La diferenciación de las locuciones frente a las palabras compuestas resulta más complicada. A este respecto Corpas señala la existencia de dos perspectivas: una visión general, según la cual las locuciones son un tipo más de compuestos; y otra visión más específi ca, que establece unos límites entre las dos categorías. Debido a la falta de criterios adecuados para deslindar ambos fenómenos, la autora prefi ere llamar compuestos a todas aquellas unidades léxicas formadas por la unión gráfi ca de dos o más bases, y locuciones a aquellas unidades que, presentando un grado semejante de cohesión interna, no muestran unión ortográfi ca.

2.2. Características morfosintácticas y semánticas de las locucionesLos rasgos morfosintácticos característicos de las UFS en general se

extienden a las locuciones y se manifi estan en:

6 Según Casares, a diferencia de la locución, que está gramaticalizada, el modismo conserva su carácter metafórico o alusivo. Por ello se trata de categorías que a veces se superponen, o sea que son de distinto nivel.

7 Para Ruiz Gurillo, el nombre modismo resulta ambiguo porque, aunque en general la tradición gramatical lo usa para aludir a las combinaciones que presentan algún tipo de anomalía, por ejemplo léxica o gramatical, otros lingüistas lo emplean para referirse a las combinaciones que también se acotan con la denominación de locución.

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a) La imposibilidad de sustitución de un componente por otro, por ejemplo en la locución echar una mano no se puede sustituir el sustantivo mano por otro, por ejemplo convirtiendo la frase en arrimar una mano; tam-poco es posible suprimir uno de los componentes.

b) La imposibilidad de eliminar vocablos constituyentes, en la locución tener buena prensa no se puede eliminar el adjetivo quedando tener prensa.

c) La imposibilidad de insertar entre los componentes ningún vocablo, así por ejemplo no se puede cambiar la locución dar largas por dar las largas.

d) La imposibilidad de modifi car el orden de las palabras, por ejemplo no se puede transformar la locución no tener arte ni parte en no tener parte ni arte.

Los componentes individuales de las locuciones pueden presentar re-laciones de sinonimia o antonimia. La sinonimia, entre estos componen-tes, puede existir dentro de una locución o puede ser representada por distintas variantes. A título de ejemplo piénsese en los casos de colgar/ahorcar los hábitos. Un ejemplo de antonimia entre los componentes puede ser la locución llevar y traer.

En cuanto a sus rasgos semánticos, las locuciones pueden tener signi-fi cados denotativos o connotativos. El signifi cado denotativo, a su vez, puede ser de dos tipos: literal y traslaticio o idiomático. En el primer caso se suele deducir el signifi cado de la locución de sus elementos constituti-vos, que son perfectamente reconocibles,, ej. salir de dudas. En el segundo caso, en cambio, no es posible. La idiomaticidad es parcial cuando solo algún elemento presenta el signifi cado idiomático,, ej. costar un riñon; y es total por ejemplo en el caso de tomar las de Villadiego. Algunas locuciones traslaticias están relacionadas con ciertos hechos históricos, aspectos cul-turales, citas y anécdotas de todo tipo, como en atar los perros con longaniza.

El signifi cado de algunas locuciones idiomáticas procede de un cambio semántico que tiene diversa motivación. A este respecto, los recursos ex-presivos más utilizados son la metáfora y la metonimia (echar una mano); y también la comparación, la sinécdoque, el eufemismo y la hipérbole.

Con respecto a su signifi cado connotativo, las locuciones pueden pre-sentar varios tipos de connotaciones. Corpas Pastor destaca las siguientes (1996: 116-118):

a) Connotaciones estilísticas: están relacionadas con la pertenencia de las locuciones a un determinado registro o muestran el nivel de estilo o la situación discursiva en la que se usa una locución (fumar la pipa);

b) Connotaciones geográfi co-sociales: indican las diferencias existentes entre los dialectos de una misma lengua, en distintos lugares y grupos sociales, por ejemplo haber gato en jaba, usual en Cuba, y equivalente a la locución española haber gato encerrado.

c) Connotaciones histórico-culturales: son las locuciones que están moti-vadas por acontecimientos históricos, aspectos culturales, citas, anécdotas;

d) connotaciones expresivas: manifi estan el enfoque emocional del hablante y pueden tener carácter despectivo, descortés y ofensivo, eu-femístico, humorístico o jocoso, positivo o apreciativo, como ojos de sapo.

2.3. Clasifi cación de las locuciones

2.3.1. Locuciones nominalesLas locuciones nominales pueden desempeñar las mismas funciones

que el sustantivo, es decir la función de sujeto, objeto directo o indirecto o de suplemento. No obstante, hay también algunas locuciones que se especializan en una función específi ca, lo cual signifi ca que con un deter-minado verbo poseen preferentemente una de estas funciones.

Las locuciones nominales se subdividen según el patrón sintáctico que representan en:

e) sustantivo + adjetivo: la sopa boba, un golpe bajo;f) sustantivo + preposición + sustantivo: cortina de humo, paño de lágrimas;g) dos sustantivos unidos por la conjunción y: la fl or y nata, tira y afl oja.h) Existen también locuciones nominales con una estructura anómala

(la de Dios) o bien presentan otras formas difíciles de sistematizar (el que más y el que menos, uno que otro).

2.3.2. Locuciones adjetivasLas locuciones adjetivas desempeñan las mismas funciones oraciona-

les que el adjetivo, es decir la función de atributo o de predicado. Corpas Pastor distingue las siguientes estructuras:- adjetivo/participio + preposición + sustantivo: listo de manos;- dos adjetivos unidos por la conjunción y: sano y salvo;- preposición y su término correspondiente: de armas tomar.Dentro de las locuciones adjetivas se incluyen muchas de las compa-

raciones que se construyen con el adverbio como o más... que: blanco como la pared, más fuerte que un toro. Pueden presentar asimismo la forma de un sintagma prepositivo, como en baja estofa, muy señor mío y de padre.

2.3.3. Locuciones adverbialesSe trata de UFS de distinta estructura, de la que forma parte en la ma-

yoría de los casos un sintagma prepositivo. Las estructuras típicas son las siguientes:- sintagmas prepositivos a la vez: con pelos y señales;- sintagma con el núcleo formado por un adverbio: aquí mismo, más y más;- sintagmas sustantivos: boca con boca;- sintagma adjetivo: largo y tendido;Desde el punto de vista sintáctico modifi can a un verbo, a un adjetivo

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o a otro adverbio, aunque a veces pueden modifi car a toda la frase y pue-den cumplir la función del complemento circunstancial y algunas de ellas pueden aparecer también como sujetos y objetos.

2.3.4. Locuciones verbales Las locuciones verbales están constituidas por un núcleo verbal acom-

pañado de complementos. Desde el punto de vista sintáctico expresan procesos y actúan como los predicados, con o sin complementos.

Según G. Corpas Pastor presentan una gran diversidad morfosintácti-ca y engloban los siguientes compuestos:

- dos verbos + conjunción (pueden llevar también complementos) ir y venir, dar y tomar;

- verbo + pronombre: apañárselas;- verbo, pronombre + partícula: tomarla con;- verbo + partícula asociada a este: dar de sí;- verbo copulativo + atributo: ser el vivo retrato de alguien;- verbo + complemento circunstancial: dormir como un tronco;- verbo + suplemento: oler a cuerno quemado;- verbo + objeto directo con complemento opcional: costar un ojo de la cara;Gran parte de estas locuciones presenta fi jación fraseológica en negati-

vo: no tener dos dedos de frente.

2.3.5. Locuciones prepositivasLas locuciones prepositivas muestran las mismas funciones que las

preposiciones simples y están formadas por un adverbio (o sustantivo adverbializado) seguido de una preposición, o bien por un sustantivo (o dos coordinados) seguido de una preposición, ej. gracias a, en lugar de.

2.3.6. Locuciones conjuntivasLas locuciones conjuntivas tienen un estatus bastante dudoso en el ám-

bito de la fraseología en general; sin embargo, G. Corpas afi rma que su re-conocimiento se basa en las clasifi caciones de Casares y Zuluaga. Además, la autora habla de dos tipos de locuciones: las que tienen una función coordinante, como ora... ora, ya... ya, más que, y las que tienen una función subordinante, como con tal de que, por... que, aun cuando, a fi n de cuentas.

2.3.7. Locuciones clausalesLas locuciones clausales se caracterizan por contener un sujeto y un

predicado, aunque no constituyen oraciones completas ni actúan como elementos oracionales. Se distinguen dos tipos: las unidades cuya única casilla vacía corresponde al objeto o al complemento de la expresión, como: hacérsele a alguien la boca agua, subírsele a alguien la sangre a la cabeza; y las

formadas por cláusulas enteras, sin independencia textual, que funcionan como elementos oracionales, por ejemplo como Dios le da a alguien a entender.

2.3.8. Locuciones verbalesLas locucciones verbales están constituidas por una determinada com-

binación de palabras que es fi ja, poseen un signifi cado unitario y funcio-nan como un verbo en una oración. Además, según se ha observado en los párrafos anteriores, las locuciones verbales presentan los mismos rasgos que todas las locuciones y, al igual que las UFS en general, están caracte-rizadas por la fi jación y la idiomaticidad.

2.3.8.1. La forma de las locuciones verbalesLa forma fi ja es la característica más importante de las locuciones, y

con esto se entiende que, a excepción del verbo, los demás elementos de la locución no pueden modifi carse, ni ser sustituidos por otras categorías de palabras. En cambio, el verbo que forma parte de la locución varía según la persona, el número, el tiempo y el modo de la oración. A pesar de ello, la fi jación de las locuciones no es absoluta, ya que es posible encontrar locuciones que tienen dos o más formas, en las cuales es posible sustituir una de las palabras que las constituyen o introducir otra palabra entre los elementos de la locución8.

Además, las locuciones suelen presentar los siguientes rasgos:En primer lugar, un grupo muy amplio de locuciones se conjuga con

los pronombres refl exivos me, te, se, nos, os, se; la forma infi nitiva de estas locuciones aparece con el pronombre se, ej. rasgarse las vestiduras.

En segundo lugar, otro grupo de locuciones verbales, además de exigir los pronombres anteriores, se forman con otros pronombres, como es evi-dente en los siguientes ejemplos: apañarselas; arreglárselas; cargárselas.

En tercer lugar, existen locuciones verbales que están formadas por pro-nombres posesivos que cambian su forma según la persona y el número del sujeto de la oración, como ocurre en estar en su mano y poner en su sitio.

Por último, existen locuciones verbales que se presentan exlusivamen-te en forma negativa, o sea que se construyen siempre con no, como en la expresión no dejar algo de la mano. El elemento no puede ser sustituido por otras palabras que tienen también valor negativo como sin o ni: sin comer-lo ni beberlo. Hay que añadir que existen locuciones verbales que se usan frecuentemente en forma negativa, aunque es posible usarlas también en forma afi rmativa, como en el caso de las formas siguientes: andarse por las ramas; calentar la cabeza; caerse los anillos.

8 Por ejemplo, es posible encontrar locuciones verbales que admiten adverbios como bastante, mucho o muy o adjetivos como demasiado o mucho.

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2.3.8.2. La combinación de las locuciones verbalesLas locuciones verbales, al igual que los verbos, se pueden combinar

con el sujeto y con los complementos para formar una oración. Por lo ge-neral, el sujeto no va introducido por una preposición, mientras que los complementos pueden llevar una preposición o no llevarla.

Los diccionarios pueden resultar de gran utilidad, ya que incluyen in-formaciones acerca de las posibles combinaciones. A este respecto, hay que decir que en los diccionarios los elementos que se combinan con las locuciones verbales suelen estar representados por palabras como alguien, algo, algún modo y, en ocasiones, puede aparecer también una persona, una cosa o uno, como ocurre en el ejemplo de alzarse una persona en armas, don-de una persona indica que esta locución debe construirse con un sujeto que corresponde a una palabra referida a una persona.

2.3.8.3. El signifi cado de las locuciones verbalesComo apuntamos ya con respecto a las locuciones en general, el signi-

fi cado de las locuciones verbales no se suele corresponder con el signifi ca-do literal de las palabras que las forman. Hay locuciones cuyo signifi cado es deducible de su forma literal, como en el caso de dar a conocer, que signifi ca “hacer que sea conocida una cosa” o también salir de dudas, cuyo signifi cado es “adquirir certeza absoluta”. Sin embargo, en la mayoría de los casos, existen locuciones con un signifi cado más difícil de entender, como es evidente en las siguientes locuciones: llover sobre mojado, que sig-nifi ca “ocurrir algo que agrava una situación ya desagradable o molesta”; dorar la píldora, es decir “presentar una noticia o hecho desagradable de la mejor manera posible”.

Desde el punto de vista semántico se manifi estan varios tipos de rela-ciones entre las locuciones verbales. Muchas locuciones verbales son sinó-nimas, pensemos en agachar la cabeza/agachar las orejas, apañárselas/arreglár-selas, abrir (el) fuego/romper (el) fuego, abrirse camino/abrirse paso. Otras son antónimas: caer bien/caer gordo/mal, abrir la boca/callar la boca. En ocasiones, se pueden encontrar también locuciones polisémicas: abrir los ojos puede signifi car “conocer las cosas como realmente son”, “mostrar o hacerle ver las cosas como son”; hacer efectivo puede signifi car: “realizar o ejecutar”, “pagar o cobrar”.

Muchas locuciones verbales tienen un homófono literal, o sea una com-binación libre de palabras que no es fi ja ni idiomática. Para reconocer una locución de una combinación libre de palabras que se fi je en el contexto o en el fragmento en el que aparece. Ejemplos: abrir la puerta, abrir los ojos, enseñar los dientes, jugar con fuego, lavarse las manos, ver la luz.

Para concluir, ha de comentarse que tales locuciones pueden confor-mar campos léxicos, o sea que las unidades que expresan una determina-

da idea se reúnen dentro de un mismo campo semántico. Ejemplos: a) Campo conceptual relativo a acciones, estados y procesos propios de

una persona como ser vivo: abrir boca, hacer boca, ver la luz.b) Campo conceptual relativo a la actividad profesional: abrirse camino;

abrirse paso; bailar con la más fea; causar baja; colgar las botas; jugar con dos barajas.c) Vampo conceptual relativo a la atribución de cualidades a una per-

sona: caerse de un/del guindo; chuparse el dedo; llevar la voz cantante; merecer la pena; no tener remedio; romper moldes.

d) Campo conceptual relativo al conocimiento: abrir/cerrar los ojos; des-cubrir la pólvora; llegar a sus oídos; salir (a) la luz.

e) Campo conceptual relativo a rechazar o despreciar a una persona o una cosa: bajar los humos; dar con la puerta en las narices; mandar a paseo; no hacer ascos.

2.3.8.4. El uso de las locuciones verbalesCuando se utilizan las locuciones verbales hay que tener en cuenta el

registro en que se emplean, lo cual signifi ca que no todas las locuciones se pueden usar en cualquier situación comunicativa. Hay locuciones ver-bales que son propias de situaciones en las que existe mucha confi anza entre los interlocutores. En los diccionarios se marcan como coloquiales, informales o familiares UFS como se acabó la fi esta, tengamos la fi esta en paz, ser un pedazo de pan. En ocasiones, algunas locuciones verbales conside-radas informales pueden aparecer en situaciones más formales, ej. en los titulares de noticias en la prensa queriendo llamar la atencion del lector: “Rubalcaba: Zapatero cogió el toro por los cuernos”9, “Iker Casillas ve los toros desde la barrera”10.

3. Los equivalentes de traducciónDesde una perspectiva lexicográfi ca, Zgusta (1971: 312) defi ne el equi-

valente como “a lexical unit of the target language which has the same lexical meaning as the respective lexical unit of the source language”. Si la cuestión de la equivalencia entre unidades léxicas de dos lenguas es compleja y problemática, por confrontarse dos sistemas lingüísticos cuyas estructuras léxicas pueden no corresponderse por tener cada uno fondos culturales diferentes, el problema se agrava en el caso de las unidades fra-seológicas al ser estas propias de cada lengua y difícilmente poder hallar un equivalente para todas las traducciones.

A la hora de defi nir las unidades fraseológicas en diccionarios bilin-gües, Rabaovololona (1997: 351-354) destaca tres posibilidades de tra-

9 (lne.es) 11/11/201110 Terra. 18/05/2012

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ducción: 1º la traducción por expresiones equivalentes; 2º la traducción por una palabra, y 3º la traducción por paráfrasis. En este último caso, la traducción es más bien contextual ya que, considerada en su contexto, este infl uye en la explicación de la locución en cuestión. A pesar de que el español y el italiano sean lenguas cercanas, no resulta siempre fácil encon-trar equivalentes de traducción.

Corpas Pastor planteó la cuestión de la inadecuación de algunas traduc-ciones de las unidades fraseológicas en los diccionarios bilingües. Señala la mayoría de las veces los diccionarios no presentan otra unidad sino una explicación, o la unidad equivalente ofrecida es errónea o inventada.

Santamaría Pérez (1998: 307), al observar los diccionarios bilingües castellano-catalán anota la falta de coherencia entre las dos partes de un mismo diccionario. Así, en el diccionario Tabarca, esta autora observa que al limón se traduce por ‘conjuntament, en col·laboració’ en la parte castella-no-catalán, pero no se encuentra ninguna referencia a dicha unidad frase-ológica en la parte catalán-castellano.

Más adelante nos ocupamos de las equivalencias en los diccionarios bilingües español-italiano.

CAPÍTULO IILA TRADUCCIÓN DE LAS UNIDADES

FRASEOLÓGICAS

1. IntroducciónA partir de los años 50 del pasado siglo empezaron a confi gurarse las

primeras teorías traductológicas, que adoptaron el marco abstracto y me-todológico de la ciencia lingüística. Se intentaba aportar soluciones a dis-tintos problemas de traducción desde un enfoque lingüístico; a modo de ejemplo, Rabadán y Fernández Polo (1996: 106) anotan que en Vinay y Darbelnet (1964) la traducción se adscribe al campo de la lingüística estructural, mientras Nida y Taber (1969) y Vázquez-Ayora (1977) estu-dian la traducción en el marco de la gramática generativa. El proceso de traducción era visto como una mera recodifi cación verbal, es decir una búsqueda de equivalentes formales, considerándose prevalente el papel de la lengua en el proceso de la traducción sin tomar en cuenta los factores extralingüístico. Esa etapa estuvo marcada por la subordinación teórica y metodológica a la lingüística. Así pues, la lingüística de los años 60 no fue capaz de explicar muchos fenómenos de la traducción, ya que ignoraba la dimensión comunicativa intercultural, y por lo tanto interlingüística, en la que se sitúa la traducción (Rabadán 1991: 33). Más tarde se vio que la lengua no es el objeto de estudio de la traducción sino su instrumento, esto es, el proceso de comunicación bilingüe. No es lógico, por lo tanto, según señala, buscar las normas de una actividad comunicativa en su ins-trumento, que es la lengua. En los años 70 nació una nueva corriente lin-güística, la lingüística del texto, que, a diferencia de las corrientes anterio-res, amplió el alcance del análisis lingüístico hasta el nivel de los textos y no se limitó al de las palabras o al de las oraciones aisladas. El desarrollo

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de la lingüística del texto favoreció la incorporación de factores extralin-güísticos en los análisis lingüísticos, lo que supuso un enorme avance en la refl exión sobre la traducción. Por otra parte, en la misma década de los 70, gracias al desarrollo de las demás ciencias que estudian el comporta-miento verbal y no verbal del hombre (teoría de la comunicación, prag-mática, psicología cognitiva, sociología, psicolingüística, sociolingüística, comunicación no verbal y hermenéutica), varios fenómenos complejos de la traducción, como la relación entre el signifi cado y el sentido del texto, la fi delidad al programa conceptual del autor del texto original, la expre-sión en la lengua de destino de los valores comunicativos contenidos en el texto original o la aceptabilidad del texto de destino en la cultura de destino, encontraron explicación desde el enfoque comunicativo. De esta manera, por las limitaciones y contradicciones del enfoque lingüístico, por un lado, y por los progresos de otras ciencias relacionadas con la acti-vidad humana de comunicarse, por otro, la traducción cambió de marco teórico en los años 80 y vino a situarse entre las ciencias de la comunica-ción verbal. Así, se apartó de la lingüística, en cuanto al establecimiento de sus bases teóricas y metodológicas, para constituirse en una disciplina independiente que hoy se conoce como Estudios de traducción o Traduc-tología, aunque siga estando vinculada a la lingüística por la necesidad de disponer de útiles de trabajo lingüísticos y textuales. Las escuelas tra-ductológicas discrepan en cuanto al alcance de una teoría comunicativa de la traducción. Si por un lado se piensa que una misma teoría puede explicar toda actividad bilingüe, independientemente de que se persiga o no la equivalencia comunicativa del texto meta y el texto origen, por otro, se cree que, debido a las diferencias que se establecen entre las distintas modalidades de la actividad bilingüe (escrita, simultánea, consecutiva y bilateral), una teoría general de la traducción no puede explicar todos los problemas.

2. Problemas generales en la traducción de las UFS

2.1. Hacia una defi nición de traducción de las UFSSegún Nida y Taber (1986 [1974]: 29) traducir es reproducir, mediante

una equivalencia natural y exacta, el mensaje de la lengua de origen en la lengua de destino, dando prioridad al sentido del mensaje frente al estilo, que es secundario. Estos autores entienden por reproducir un mensaje de una lengua de origen a otra lengua de llegada s efectuar una serie de ope-raciones gramaticales y léxicas con la fi nalidad de establecer una equiva-lencia y no una identidad entre los dos mensajes. Para ello, los autores se valen de los métodos de la gramática generativa y transformacional. Así, la reproducción del mensaje de la lengua de origen consiste en un proceso

complejo que comprende tres fases: el traductor debe analizar, en primer lugar, el mensaje original examinando su estructura superfi cial y refor-mulándolo para reducir su estructura superfi cial a su estructura básica; en segundo lugar, el traductor transfi ere el material analizado, pasándolo de la lengua de origen a la lengua de destino, y, fi nalmente, reestructura el material transferido para conseguir que el mensaje fi nal sea plenamente aceptable en la lengua de destino. En este sentido, la equivalencia entre el mensaje original y el mensaje fi nal tiene que ser natural y exacta, es decir, tiene que resultar de tal manera que los receptores del mensaje en la lengua de destino reaccionen ante él prácticamente del mismo modo que quienes lo recibieron en la lengua de origen. Para lograr tal objetivo, es necesario conceder prioridad al contenido del mensaje frente a la forma. Coseriu (1985 [1977]: 220-222) afi rma que traducir es expresar un mismo contenido textual en lenguas11 diferentes. Con el sintagma “contenido tex-tual” el autor se refi ere al tercer tipo fundamental de contenido lingüísti-co que ha establecido y que se denomina sentido. Se trata del contenido particular de un texto o de una unidad textual, en la medida en que este sentido no coincide simplemente con la designación ni con el signifi cado, los cuales, junto con el sentido, constituyen los tres tipos fundamentales de contenido lingüístico. El cometido de la traducción es reproducir no el mismo signifi cado, sino la misma designación y el mismo sentido con los medios empleados en otra lengua. En otras palabras, no se trata de cómo se traduce un signifi cado en un idioma distinto -pues los signifi -cados no pueden traducirse puesto que son, por defi nición, hechos de una lengua determinada-, sino de cómo se denomina el mismo hecho o el mismo estado de cosas en otra lengua y, sobre todo, en la misma situación comunicativa. Para G. Wotjak (1983: 71), la traducción es una actividad lingüística compleja de transcodifi cación que siempre se basa en textos y que, en el caso de las unidades fraseológicas, consiste en tratar de encon-trar en la lengua de destino una unidad fraseológica comunicativamente equivalente -es decir, que tenga el mismo signifi cado y la misma función comunicativa- para una unidad fraseológica que aparece en determinado lugar del texto de la lengua de origen. El autor, además, aclara que el sig-nifi cado de una unidad fraseológica abarca tanto los elementos denotati-vos como los connotativos, mientras que la función comunicativa de una unidad fraseológica tiene un sentido polifacético, puesto que engloba el estilo de lengua al que pertenece, su uso diatópico, el tipo de situaciones comunicativas en que se utiliza, su frecuencia de uso y varias subclases de

11 Para una revisión crítica de los tres tipos de contenido lingüístico establecidos por Coseriu, véase Casas Gómez (1995, 1999: 59-66). El autor defi ende la existencia de cuatro tipos de contenidos lingüísticos: la designación, el signifi cado, la referencia y el sentido.

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funciones comunicativas, como la apelativa o la fática.Años más tarde Rabadán (1991: 49-50) propuso otra defi nición para el

término traducción, según la cual, esta consistiría en un proceso que se desarrolla en un complejo marco interactivo constituido por el polisiste-ma origen y el polisistema meta12. Entre estos dos intervendría el traduc-tor. El resultado de este proceso es una relación de funcionalidad entre un texto origen y un texto meta, que son materialmente distintos, pero que se pueden incluir en una misma categoría. En un trabajo posterior, esta autora, junto con otro investigador (Rabadán y Fernández Polo 1996), re-afi rmaron la propuesta de la traducción como acto de comunicación com-plejo donde intervienen todos los elementos de la cadena comunicativa, a saber: el emisor es el traductor, el mensaje que se transmite es el texto ori-ginal codifi cado por un emisor previo en un código lingüístico diferente, los receptores son distintos de los inicialmente previstos y las coordena-das socio-culturales no son aquellas con las que se trabajaba en un princi-pio. En defi nitiva, para estos autores traducir consiste en adaptar un texto a un receptor y a un contexto no previstos inicialmente. Lvóvskaya (1997: 40) plantea su defi nición desde un enfoque comunicativo, de manera que traducir sería un acto de comunicación bilingüe y transcultural que em-pieza con la producción del texto de origen y termina con la comprensión del texto meta por su receptor. La autora señalaba que durante el proceso de traducción los cambios de la estructura semántica entre el texto ori-gen y el texto meta son inevitables por varios motivos. En primer lugar, las normas del comportamiento verbal en una situación dada en diferen-tes culturas pueden no coincidir, lo que explica las diferencias entre los componentes sémicos de dos equivalentes que pertenecen a dos lenguas distintas. En segundo lugar, puede haber cambios semánticos durante el proceso de traducción por la falta de conocimientos presupositivos en la cultura meta.

Zuluaga Ospina (1999: 537) parte de la afi rmación de Jakobson, quien considera que el traductor codifi ca de nuevo una información que ha reci-bido de otra fuente, por tanto, la traducción implica dos mensajes equiva-lentes en dos códigos diferentes. Los dos mensajes describen una realidad idéntica mediante signifi cados diferentes. Para Zuluaga la defi nición que se dé de traducción debe estar vinculada al concepto central de equiva-lencia, ya que traducir es buscar y seleccionar equivalencias. A primera vista, se observa que la formulación de estas defi niciones del término tra-

ducción es completamente distinta. La falta de unanimidad se puede ex-plicar por las diferencias de postura que adopta cada autor. Algunos dan preponderancia a la forma del mensaje, es el caso de G. Wotjak (1983: 56) cuando afi rma que “no es posible una equivalencia comunicativa com-pleta si no se reproduce una UF de la LP por una UF de la LLl”; otros ha-cen hincapié en el contenido (Nida y Taber, por una parte, y Coseriu, por otra), mientras que otros dan importancia al aspecto comunicativo (Raba-dán, Lvóvskaya). A pesar de todo, se pueden extraer de estas defi niciones algunos elementos que sirven para determinar los puntos esenciales que hay que tener en cuenta en la traducción de unidades fraseológicas y que desarrollaremos brevemente más adelante.

La concepción de lo que es o debe ser una unidad de traducción tam-bién es importante a la hora de traducir. Nord (1998: 66) señala que, hasta el momento, los estudiosos de la traducción no se han puesto de acuerdo sobre las proporciones ideales de la unidad de traducción: si esta debería constituirse por morfemas, palabras, sintagmas, oraciones o, incluso, tex-tos enteros. En realidad, la unidad de traducción varía según la perspec-tiva desde la que se emprende la traducción. Desde algunas perspectivas (la contrastiva o la terminológica, por ejemplo) se consideran como uni-dad de traducción las unidades del sistema, tales como las léxicas o las categorías gramaticales; mientras que desde una aproximación textual, la unidad de traducción sobre la que se ejerce la operación traductora es el texto13. Basándonos en Rabadán (1991: 300), que considera la unidad de traducción como el “segmento textual mínimo que ha de traducirse de modo unitario”, por un lado, y teniendo en cuenta que traducimos locuciones verbales del español al italiano con una fi nalidad lexicográfi ca, por otro, pero sin olvidar que no las consideramos de forma aislada, sino dentro de un contexto lingüístico que se puede vincular a un posible con-texto comunicativo situacional, la unidad de traducción está constituida, en nuestro caso, por la locución verbal española y su(s) equivalente(s) en italiano. Uno de los aspectos que se ha de tener en cuenta en la traduc-ción de las unidades fraseológicas es descartar la traducción literal, ya que ello supone la traslación de los signifi cados, esto es, de los contenidos de lengua como tales, y las posibilidades de no acertar son elevadas. Y como los signifi cados son elementos propios de un sistema determina-do, no se puede partir de la traducción de los signifi cados. Además, una unidad fraseológica es una combinación fi ja de palabras cuyo signifi cado no procede de la suma de los signifi cados de sus elementos constitutivos,

12 El polisistema origen incluye la lengua origen, el autor origen, el texto origen, la situación espacio-temporal origen y los parámetros socio-culturales origen; en el polisistema meta se encuentran la lengua meta, el texto meta, el receptor meta, las coordenadas espacio-temporales meta y los parámetros socio-culturales meta (Rabadán 1991: 50)

13 Para más información sobre los enfoques en torno al concepto de la unidad de traducción (enfoques estrictamente lingüísticos, pragmalingüísticos o lingüístico-textuales, hermenéuticos, psicolingüísticos, semióticos y funcionalistas), véase Nord (1998).

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por lo tanto no se puede traducir literalmente. Para traducir las unidades fraseológicas hay que dejar, por lo tanto, el plano del sistema y situarse en el plano del discurso14, de esta manera se puede lograr traducir no el signifi cado, sino el sentido que adquiere la unidad fraseológica al combi-narse con otras unidades en un contexto determinado. Tal perspectiva no encuentra ninguna difi cultad de realización en la traducción de unidades fraseológicas que aparecen en textos. Ahora bien, en el caso de la traduc-ción de unidades fraseológicas en diccionarios bilingües, el traductor lexi-cógrafo se enfrenta con un problema: la falta de espacio. Los diccionarios no pueden recoger todos los posibles contextos en los que aparece una unidad fraseológica concreta. Por eso se incluyen las unidades fraseológi-cas en frases ejemplo que, además de ayudar a los usuarios a interpretar su sentido, sirven también para ilustrar su realización en el discurso.

De lo expuesto se puede deducir que traducir unidades fraseológicas supone intentar encontrar equivalentes que parezcan lo más naturales po-sible, aunque no sean unidades fraseológicas, dando prioridad al sentido sobre la forma. No importa la forma del equivalente, ya sea una unidad fraseológica, una unidad simple, una unidad compuesta o una paráfrasis defi nitoria. Lo que cuenta es que los dos equivalentes coincidan en su sentido, y puedan usarse en las mismas situaciones. Sin embargo, es más apropiado encontrar, en la medida de lo posible, un equivalente fraseo-lógico.

En consecuencia, estos aspectos son los que habría que tener en cuenta en el caso de que se demostrara o se percibiera la necesidad de defi nir el término traducción de las unidades fraseológicas.

2.2. El concepto de equivalencia en la traducción de las unidades fraseológicasEl objetivo principal del diccionario bilingüe es poner en relación de

equivalencia las unidades léxicas de una lengua con las de otra, además los diccionarios bilingües son elementos clave en el aprendizaje de len-guas y piezas indispensables para los traductores e intérpretes.

La equivalencia es un concepto fundamental en el campo de la traduc-ción ya que constituye la propiedad defi nitoria de todo su proceso. Los intentos por determinar el concepto de equivalencia han causado muchas discusiones y han originado una variedad de enfoques teóricos en el seno de los estudios de traducción. En el marco de un análisis constrastivo del francés y del inglés, Vinay y Darbelnet conciben la equivalencia como uno de los procedimientos técnicos de traducción, consistente en la identidad de situación entre dos textos a través de medios estilísticos y estructurales completamente distintos. Estos autores señalan que los idiotismos, los cli-

chés, los proverbios y las locuciones sustantivas o adjetivas ofrecen ilus-traciones perfectas de la equivalencia. Desde un enfoque etnolingüístico, Nida y Taber (1986: 44) proponen una equivalencia dinámica que se basa en la semejanza15 de las reacciones de los receptores del mensaje en la len-gua de destino y de los receptores del mensaje en la lengua de partida. La propuesta responde a la pregunta de cómo los dos receptores entienden los correspondientes mensajes, que, en el caso de la equivalencia dinámi-ca, deberían procurar las mismas informaciones y hacer sentir emociones semejantes. Por su parte, Rabadán (1991: 54) aboga por una equivalencia translémica que oscila entre dos polos: la adecuación del texto meta al texto original y su aceptabilidad en la cultura meta. Así, si el receptor potencial en la lengua de destino es especialista en cuestiones referentes al sistema lingüístico de origen, es probable que el traductor destaque las peculiaridades de la lengua de origen en el mensaje, dando priori-dad al principio de adecuación; si, por el contrario, el receptor potencial en la lengua de destino no posee competencias específi cas en el sistema lingüístico de origen, lo que prima es el principio de aceptabilidad. Mu-chos autores defi enden una teoría acerca de la traducción que persigue la equivalencia comunicativa; esta implica la máxima fi delidad posible al programa conceptual del autor del texto original y la aceptabilidad del texto meta en la cultura meta. Por el carácter intersubjetivo e intercultural del proceso de comunicación bilingüe, la equivalencia formal no puede servir de garantía a la equivalencia comunicativa de dos textos. Esa equi-valencia comunicativa puede conseguirse en distintos niveles: unas veces en el nivel pragmático y semántico, y otras solamente en el pragmático. No obstante, el nivel en el que se consiga la equivalencia no dependerá de la coincidencia de los sistemas, normas o usos de dos lenguas, sino de factores extralingüísticos. Los autores mencionados se refi eren de manera general a la equivalencia que existe entre textos. En cuanto al concepto de equivalencia en las unidades fraseológicas, importa resaltar una dis-tinción fundamental entre establecer las equivalencias en el sistema16 y buscarlas en el nivel del texto. Lo primero está relacionado con la fraseo-logía contrastiva, que compara fraseologismos de dos o más lenguas para determinar las semejanzas y las diferencias existentes entre ellos, mien-tras que lo segundo, que se halla relacionado con un fenómeno eminen-temente textual, se adscribe a la traductología. La equivalencia es una de

15 Semejanza y no identidad, pues estos autores sustentan la idea de que la reacción de los receptores en la lengua de origen y en la lengua de destino no puede ser idéntica, dada la distancia de los contextos culturales e históricos.16 Sevilla Muñoz, J., y González Rodríguez, A. (1994-1995: 171-182) y Zuluaga Ospina (1999: 543 y 2001:68) usan el término correspondencia para las equivalencias establecidas en el sistema.14 Nos referimos a la distinción en cuatro planos establecida por Coseriu (1980: 123)

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las técnicas que el traductor puede usar para traducir una determinada unidad fraseológica dentro de un texto y consiste en la simple sustitución de la unidad fraseológica de la lengua de origen por su equivalente en la lengua de destino.

2.3. La equivalencia en la fraseología contrastiva17

Existen numerosos estudios dedicados a la fraseología contrasti-va, como los de G. Wotjak (1983), Corpas Pastor (1996), Mellado Blanco (2000). En estos trabajos se habla de la existencia de una escala gradual de equivalencias que oscila entre un grado total o pleno y un grado nulo. A continuación, intentaremos dar cuenta de los grados de equivalencia establecidos en algunos de los trabajos citados.

G. Wotjak (1983: 72) establece tres grados de equivalencia comunica-tiva, que demuestra con ejemplos tomados del español y del alemán. Se trata de unidades fraseológicas idiomáticas que equivalen a verbos y en cuya estructura aparece una unidad léxica que designa, en el uso extrafra-seológico, una parte del cuerpo humano:

1) Se da una equivalencia comunicativa absoluta y total cuando existe una correspondencia total y absoluta de las unidades fraseológicas en to-dos los aspectos semánticos y comunicativo-funcionales.

2) Existe una equivalencia comunicativa máxima, según G. Wotjak, cuando entre la unidad fraseológica de la lengua de origen y la de la len-gua de destino las correspondencias dominan sobre las divergencias ob-servables en cuanto a determinados aspectos semánticos o comunicativos. Puede que existan también diferencias morfosintácticas.

3) G. Wotjak establece una relación de equivalencia comunicativa par-cial, que puede abarcar desde unidades fraseológicas que se acercan bas-tante a la equivalencia comunicativa máxima hasta aquellas que distan mucho de esta. Para este tercer tipo de equivalencia el autor no propor-ciona ejemplos.

En Fernández-Villanueva (1993), los fraseologismos del alemán y del español con una palabra que designa un animal como componente base conforman el objeto de un análisis contrastivo. Basándose en los cuatro niveles de equivalencia establecidos por B. Wotjak y añadiendo sus pro-pias aportaciones, la autora distingue entre equivalencia absoluta, que se caracteriza por la identidad morfosintáctica y léxico-semántica entre las unidades fraseológicas de ambas lenguas. El segundo nivel de equivalen-cia se subdivide en dos grupos: por un lado, están las unidades fraseoló-gicas que presentan ligeras diferencias semánticas o léxicas y, por otro,

los fraseologismos que, a pesar de la equivalencia casi perfecta en el nivel léxico y en el morfosintáctico, remiten a signifi cados totalmente distin-tos. En el tercer nivel de equivalencia se incluyen los fraseologismos del alemán y del español que tienen el mismo signifi cado, pero que divergen en cuanto a los componentes léxicos referentes a animales; por otro lado, se incluyen los fraseologismos que tienen el mismo signifi cado, pero ni la base léxica ni la estructura sintáctica se parecen; asimismo, forman parte del tercer grupo de equivalencia las unidades fraseológicas que se pare-cen en cuanto a su signifi cado unitario, pero cuyos componentes léxicos referentes a animales revelan valores semánticos contrarios. En el cuarto y último nivel, que se ramifi ca en dos grupos, la autora distingue, por un lado, las unidades fraseológicas del alemán que no tienen equivalentes en la designación de un animal como componente base en español, pero sí se dan otros fraseologismos con componentes base diversos y con signifi ca-dos emparentados y, por otro, las unidades fraseológicas del alemán para las que no hay ninguna posibilidad de encontrar un correlato semántico en forma de fraseologismo en español.

Corpas Pastor (1996b) establece cuatro grados de equivalencia trans-lémica para las locuciones del inglés y del español: se cumple la equi-valencia total cuando las locuciones de ambas lenguas presentan en los mismos niveles diastráticos, diafásicos y diatópicos el mismo signifi cado denotativo y connotativo; la autora señala que pueden ser locuciones con signifi cados literales o traslaticios. Se produce una equivalencia parcial cuando la locución inglesa y la española presentan diferencias de signifi -cado denotativo o connotativo, o cuando las locuciones de las dos lenguas pertenecen a una variedad (diastrática, diafásica y diatópica) distinta18, o la locución de la lengua de origen es traducida por una unidad léxica simple de la lengua de destino carente de los valores expresivos de dicha locución. Se da una equivalencia nula cuando la locución de la lengua de origen no encuentra una expresión adecuada en la lengua de destino, por razones lingüísticas, culturales o históricas. La autora asigna este último grado a los casos de equivalencia aparente que se produce entre locucio-nes que presentan similitud formal con respecto a sus elementos constitu-tivos pero divergen en cuanto a sus signifi cados.

En un estudio comparativo de los somatismos cinésicos19 del alemán y del español, Mellado Blanco (2000: 390) destaca cuatro grandes casos de equivalencia que, a su vez, subdivide en varios apartados. Al primer caso lo denomina equivalencia funcional, es decir, cuando la pareja de fraseolo-

17 Cónsultese el manual Lexicografía bilingue e traduzione. metodi, strumenti, approcci attuali, Félix San Vicente (ed.), Milano, Polimetrica.

18 Para este tipo de equivalencia parcial la autora no ofrece ejemplos.19 Los somatismos cinésicos son los fraseologismos que contienen uno o más lexemas referidos al cuerpo humano y que refl ejan formas de comportamiento cinésico no verbal.

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gismos tiene el mismo signifi cado fraseológico. Este tipo de equivalencia agrupa a su vez distintos casos, desde la equivalencia plena, según la cual los fraseologismos objeto de la comparación presentan equivalencia en todos los aspectos (en el signifi cado literal y fraseológico, en la estructura morfosintáctica y en el componente pragmático), hasta aquellos casos en los que una unidad fraseológica de una determinada L2 equivale a una unidad léxica simple en español, la cual se utiliza en sentido fi gurado próximo al signifi cado fraseológico de la L2. Las UFS somáticas que no tienen equivalente en el otro idioma -y que, por tanto, han de ser para-fraseadas- conforman el tercer grupo de equivalencia. Los falsos amigos constituyen el último caso de equivalencia: presentan correspondencia en el nivel literal y morfosintáctico pero no en el signifi cado fraseológico ni en el componente pragmático.

De esta manera, la equivalencia total se defi ne por la equivalencia tan-to del signifi cado literal como del idiomático unida a la isomorfía de las estructuras cuando los somatismos objeto de comparación refl ejan una sinonimia ideográfi ca interlingual, esto es, una relación de equivalencia semántica interlingual entre dos unidades fraseológicas, complementada por la congruencia del léxico y por la anisomorfía de la estructura sin-táctica, y cuando la relación entre dos fraseolexemas es una sinonimia funcional interlingual, que se traduce por la equivalencia del signifi cado denotativo entre las unidades comparadas. Por último, la equivalencia nula se refi ere a la ausencia de una unidad fraseológica equivalente en una lengua respecto de la otra. Como ya se ha señalado anteriormente, existen bastantes trabajos dedicados al análisis de fraseologismos de dos o más idiomas, y hemos reseñado aquí algunos para ilustrar la existencia de grados de equivalencia fraseológica.

El principal criterio de comparación se basa en la identidad del signi-fi cado denotativo de las unidades fraseológicas comparadas; luego, cada estudioso considera otros criterios complementarios, como la función co-municativa desempeñada por las unidades fraseológicas (Wotjak: 1983), el valor semántico de los componentes léxicos base (Fernández-Villanue-va: 1993), la pertenencia a una misma variedad diastrática, diafásica y diatópica (Corpas Pastor 1996b), la estructura morfosintáctica y el compo-nente pragmático (Mellado Blanco: 2000) y los factores sintáctico y léxico (Larreta Zarategui 2001).

A raíz de los distintos estudios comparativos sobre fraseologismos se constata que la equivalencia fraseológica interlingüística -plena o parcial- se produce en casos concretos. En primer lugar, se pueden encontrar au-ténticos conceptos, que se suelen emplear en semántica estructural para establecer relaciones léxicas entre binomios de correspondencia recíproca en la fraseología denominativa y terminológica. A modo de ilustración,

podemos citar la locución verbal española Coger el toro por los cuernos y Prendere il toro per le corna.

Suele darse una equivalencia fraseológica interlingüística cuando se producen préstamos y calcos. Es sabido que las unidades fraseológicas están estrechamente relacionadas con fenómenos culturales, ideológicos e históricos, y su signifi cado, a diferencia del de las palabras simples, en las que es arbitrario puede ser motivado. Por ejemplo, en el caso de los fraseologismos somáticos cinésicos, Mellado Blanco (2000: 391) explica que algunos de ellos tienen un carácter cultural nacional. De esta manera, entre dos lenguas que comparten la misma cultura, en algunas ocasio-nes existe una interdependencia en sus respectivos caudales léxicos. Esta vinculación se manifi esta por medio de los préstamos y calcos. Por ello, pueden presentarse en dichas lenguas fraseologismos de idéntica forma y de contenido similar. Esta es la razón por la que en los trabajos reseñados anteriormente se presentan bastantes casos de equivalencia plena o total. De ahí, la denominación de europeísmos para los fraseologismos que tie-nen un origen común, que puede ser natural, cultural o ambas cosas. Pero el préstamo y el calco, en fraseología, no se dan solo entre lenguas de la misma cultura, sino también entre aquellas que pertenecen a la misma fa-milia lingüística. En este sentido, Sevilla Muñoz (1997: 432) advirtió que, en algunos casos, se produce una similitud en el signifi cante de fraseolo-gismos de lenguas de un mismo tronco.

Un punto de vista diferente al que sugiere Dobrovol’skij (2000: 367) es el que hace referencia a los equivalentes funcionales adecuados. Este autor defi ne los equivalentes como unidades léxicas de la lengua de origen y de la lengua de destino que se pueden usar en las mismas situaciones “Func-tionally adequate equivalents are defi ned here as lexical items of both source and target language (L1 and L2) which can be used in the same situations” (Dobrovol’skij 2000: 367).

Por otro lado, la línea de investigación seguida por Iñesta y Pamies (2002), basada en las teorías de la semántica cognitiva y de la tipología lexicosemántica, emplea los conceptos universales existentes en la mente humana para estudiar los mecanismos semánticos de la metáfora en las unidades fraseológicas de lenguas distintas. Así, al hacer un análisis con-trastivo de orientación tipológica de 2000 fraseologismos pertenecientes a 25 lenguas de distintos grupos y familias lingüísticas, Iñesta y Pamies (2002) han demostrado que unos clichés psicológicos generales suscepti-bles de ser universales -llamados modelos icónicos-, de los que proceden las metáforas de las unidades fraseológicas, son compartidos ampliamente por estas lenguas. Por ejemplo, el modelo icónico [cuerpo] + [movimien-to] es fuente de varias unidades fraseológicas que expresan el miedo: en español, encogérsele el ombligo (a alguien), en francés avoir les miches à zéro,

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en catalán no restar una gota de sang a les venes, en portugués cair-lhe o co-raçao eos pés (a alguem), en inglés someone’s heart sank into one’s boots, en alemán, (jemandem) rutscht das Herz in die Hose, y en español ponérsele a alguien los pelos de punta. Así, un mismo modelo icónico motiva muchas unidades fraseológicas metafóricas, por lo que la equivalencia interlin-güística se produce entre fraseologismos formalmente distintos pero icó-nicamente emparentados.

2.4. La equivalencia en la traducción de unidades fraseológicas en el interior de textosEl concepto de equivalencia fraseológica en lo que al nivel textual se

refi ere es diferente al que se suele utilizar en los análisis contrastivos. Por lo que concierne a las equivalencias en el nivel de los sistemas, se con-trastan unidades fraseológicas aisladas de dos o más lenguas distintas, lo cual permite establecer las relaciones de equivalencia existentes entre dichas unidades. Como se ha visto en el apartado anterior, las relaciones de equivalencia fraseológica se presentan en diversos grados que varían entre la equivalencia plena, la equivalencia parcial y la ausencia de equi-valencia. En cambio, para las equivalencias textuales hay que tener en cuenta que las unidades fraseológicas están insertadas en el discurso y adquieren relaciones léxicas, semánticas, pragmáticas y discursivas con el contexto inmediato en el que aparecen. Por consiguiente, la búsqueda de correspondencias en el nivel lexicológico no es más que una de las etapas por las que el traductor debe pasar para encontrar un determinado equi-valente de traducción de una unidad fraseológica que aparece en un texto dado, como vamos a ver en el capítulo III. En efecto, en teoría existen cuatro fases que el traductor puede seguir en la traducción de una uni-dad fraseológica que aparece en un texto: la identifi cación de la unidad fraseológica, la interpretación de la unidad fraseológica en su contexto, la búsqueda de correspondencias en el plano léxico -fase en que usará el diccionario- y el establecimiento de correspondencias en el plano textual. Una vez encontrado el correspondiente de la unidad fraseológica origen en la lengua de destino, lo que constituye la tercera fase, queda la cuarta. En ella, el traductor debe analizar la aportación de la unidad fraseológi-ca en el contexto del texto de origen y mirar si la correspondencia en el plano léxico puede funcionar en el texto meta o no. Si funciona, aplica el procedimiento de traducción llamado equivalencia, que permite dar cuen-ta de una misma situación empleando medios estilísticos y estructurales diferentes. Si la correspondencia en el plano léxico no se compagina con la contribución efectiva de la unidad fraseológica en el texto, el traductor debe recurrir a otros procedimientos. Las equivalencias que existen entre unidades fraseológicas que aparecen en textos no siempre coinciden con las correspondencias establecidas entre fraseologismos pertenecientes a

distintas lenguas, por lo cual los datos proporcionados por los dicciona-rios bilingües y por la lingüística contrastiva pueden no servir de ayuda en el proceso de traducción, tal como se comprueba en el análisis de nues-tro corpus en el capítulo siguiente.

Se puede decir que la equivalencia fraseológica que se establece en tex-tos o segmentos de texto refl eja una relación dinámica, ya que la elección del equivalente de traducción no depende única y exclusivamente de las correspondencias en el plano teórico o léxico establecidas por los diccio-narios bilingües o por la fraseología contrastiva, sino que está estrecha-mente vinculada al contexto.

2.5. Difi cultades en la traducción de las UFSLas unidades fraseológicas siempre han resultado problemáticas para

los traductores. La difi cultad en la traducción de fraseologismos se debe a varios motivos. En primer lugar, los sistemas léxicos de las distintas lenguas no se corresponden. Se trata de un problema teórico fundamental reconocido en los estudios de traducción en general. Una lengua puede tener dos lexemas para referirse a distintas parcelas de la realidad, mien-tras que otra lengua usa uno solo o, incluso, no tiene ninguno para dar cuenta de ella. Considerando el problema desde el punto de vista de los signifi cados de las lenguas, Coseriu (1985 [1977]: 226) observa que la di-versidad de los signifi cados de las distintas lenguas no es, como tan a menudo se cree, el problema por excelencia de la traducción, sino que es más bien su presupuesto, la condición de su existencia. Precisamente, por esta diversidad hay traducción, y no simple sustitución en el plano de la expresión. El problema del anisomorfi smo de los sistemas léxicos se hace más patente aún cuando se toma en consideración las unidades fi jas. En líneas generales, es posible que no exista una correspondencia formal entre dos unidades fraseológicas de dos lenguas distintas. Por los propios rasgos distintivos de estas unidades, la fi jación y la idiomaticidad, no se pueden traducir palabra por palabra de la lengua de origen a la lengua de destino. Muchas de estas unidades signifi can en bloque y, por tanto, la estructura léxica de una unidad fraseológica puede no corresponder isomórfi camente a la estructura léxica de su equivalente.

En segundo lugar, aunque en relación con la asimetría de los sistemas lingüísticos que se acaba de comentar, la traducción en general, y la de las unidades fraseológicas en particular, es complicada también porque las lenguas organizan de manera distinta la realidad, tienen una visión distinta del mundo y, por tanto, las experiencias humanas también son distintas. A pesar de que ciertas realidades encuentran expresión léxica en la mayoría de las lenguas, en la mayoría de los casos la segmentación que la mente humana hace de la realidad no es igual en todas las culturas y,

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por consiguiente, el léxico se organiza de manera diferente de una lengua a otra (Szende 1996: 111), y esto difi culta la tarea de traducción. De forma análoga, una realidad puede ser expresada por una unidad fraseológica en una lengua, mientras que esa misma realidad se expresa por una(s) unidad(es) no fraseológica(s) en otra lengua. A modo de ejemplo:

- El concepto: ‘atribuir {a una persona} importancia sufi ciente para dis-cutir con ella o tener en cuenta sus opiniones’, se lexicaliza en español por medio de una unidad fraseológica, dar beligerancia, y en italiano concedere importanza, dar retta.

- El concepto: ‘engañar con la apariencia’ se verbaliza en español por medio de la locución verbal dar el pego, y en italiano raggirare (DF)20

Otra explicación sobre la difi cultad de traducción de los fraseologis-mos se relaciona con la concepción tradicional acerca de la fraseología, según la cual estos tipos de unidades representan lo más idiosincrásico de una comunidad lingüística dada (Iñesta Mena y Pamies Bertrán 2002: 235-236). Por ejemplo, Santamaría Pérez (1998: 301) considera como rasgo propio de las unidades fraseológicas la difi cultad en su traducción, ya que muchas de ellas se originan a partir de un hecho histórico o de una situación concreta, por lo que la comprensión de su signifi cado y su inter-pretación en un contexto determinado no son evidentes.

La difi cultad de traducir las unidades fraseológicas podría provenir también del hecho de que una expresión posea una gran carga de infor-mación que es preciso transportar a otra expresión correpondiente relati-vamente corta y condensada, como su idiosincrasia exige -pensemos por ejemplo en las UFS metafóricas procedentes de la tauromaquia-. La com-plejidad interna de las unidades fraseológicas, cuyo plano del contenido, algunas veces, encierra una serie de componentes complejos e interrela-cionados, hace difícil reproducir en la lengua de destino el valor global aportado por la unidad fraseológica origen. En el plano del contenido de las unidades fraseológicas se distinguen el signifi cado fraseológico, la imagen o base fi gurativa y los signifi cados unitarios aislados de los miem-bros integrantes de la unidad.

Otro factor lingüístico que difi culta la búsqueda de equivalentes de traducción es la falta de correspondencia entre las tipologías fraseológicas de dos lenguas dadas. Sin embargo, traducir es expresar el mismo hecho mediante formas distintas; por consiguiente, la falta de correspondencias en las tipologías fraseológicas no debería constituir un obstáculo en la tra-ducción de las unidades fraseológicas. En defi nitiva, pese a la no corres-pondencia de los sistemas léxicos de las diferentes lenguas, a las distin-

tas maneras en que estas organizan la realidad, al hecho de que existan unidades fraseológicas que refl ejan realidades socio-culturales, históricas y etnográfi cas propias de una comunidad lingüística dada y a la posible falta de correspondencia entre distintos aspectos de las unidades fraseoló-gicas equivalentes de dos lenguas distintas, la difi cultad en traducir estas unidades no se debe generalizar ni debe impedir el realizarla.

2.6. Técnicas de traducción de las unidades fraseológicasEn la exposición de su teoría de la traducción, Vinay y Darbelnet (1964)

señalan siete procedimientos técnicos -a saber, el préstamo, el calco, la traducción literal, la transposición, la modulación, la equivalencia y la adaptación- a los que el traductor puede recurrir. Según lo apuntado por estos mismos autores (1964: 242), el sexto procedimiento, es decir, la equi-valencia, es el más utilizado en los repertorios fraseológicos para traducir proverbios, clichés, idiotismos y locuciones. Como ya se ha mencionado, la equivalencia es la técnica de traducción adecuada para transferir unida-des fraseológicas, ya que la complejidad interna de estas unidades impi-de aplicar operaciones habituales como la traducción literal. Según estos autores, en los procedimientos de equivalencia, se trata de reconocer de manera global la situación referida por la unidad fraseológica origen, sin entrar en el análisis de su estructura léxica. Con posterioridad, esta técni-ca de equivalencia ha recibido la denominación de técnica de reproducción (en términos de G. Wotjak 1983) o de sustitución (en términos de Corpas Pastor 1996b), la cual consiste en reproducir o sustituir una unidad frase-ológica de la lengua de origen por su equivalente en la lengua de destino. Por otro lado, el grado de equivalencia podría afectar al procedimiento de traducción utilizado. Así, tanto en casos de equivalencia total como parcial, el traductor puede aplicar la técnica de reproducción o de sustitu-ción. Tal técnica es susceptible de ser usada en la traducción de unidades fraseológicas transparentes en cuanto a su signifi cado y que pertenecen a un lenguaje específi co. También se puede usar esta técnica en la traduc-ción de unidades fraseológicas idiomáticas que tienen un origen común en ambas lenguas, por estas pertenecen a la misma familia o comparten la misma cultura. Sin embargo, aunque la equivalencia es el procedimiento más recomendado para la traducción de la fraseología, se ha planteado, a través del análisis de traducciones de textos, que se pueden aplicar otras técnicas para reproducir las combinaciones fi jas de palabras. Así, Corpas Pastor (2000: 504) señala que el uso de la técnica de equivalencia implica cierto grado de adaptación ya que se expresa el mismo hecho referido por la unidad fraseológica origen con su equivalente en la lengua de destino. La compensación es otra técnica de traducción que se aplica a las unida-des fraseológicas que presentan equivalencia parcial. Si el signifi cado de 20 Dizionario fraseologico completo spagnolo-italiano, italiano-spagnolo de S. Carbonell.

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la unidad fraseológica de la lengua de destino no es completamente igual al de la unidad fraseológica origen, se intenta compensar la pérdida o el exceso de rasgos semánticos.

Pero como se ha señalado, es posible que no exista un equivalente fra-seológico exacto en la lengua de destino. En tales casos, se puede optar por sustituir la unidad fraseológica de la lengua de origen por una uni-dad léxica simple en la lengua de destino. Este procedimiento técnico se denomina transposición, pues se trata de reemplazar una combinación fi ja de palabras por una unidad léxica simple21. Igualmente se puede consi-derar transposición el procedimiento por el que una unidad fraseológica de la lengua de origen se traduce por una unidad léxica simple que no pertenece a la misma categoría gramatical que la unidad fraseológica en cuestión.

Ahora bien, al trasladar una combinación fi ja de palabras por una uni-dad léxica simple puede que haya pérdida de expresividad.

Cuando el concepto al que se refi ere la unidad fraseológica de la lengua de origen no está lexicalizado en la lengua de destino por razones lingüísti-cas, culturales o históricas, se puede utilizar como técnica una paráfrasis. Corpas Pastor (2000) y Zuluaga Ospina (1999 y 2001) pusieron de manifi es-to que las manipulaciones y modifi caciones que suelen sufrir las unidades fraseológicas -sobre todo en textos literarios- invalidan la equivalencia como procedimiento de traducción, esto es lo que se comprueba en el análi-sis efectuado, extraído de novelas actuales; se comprueba que, en líneas generales, las modifi caciones consisten en la reducción formal, en la susti-tución de componente(s) o en la desintegración semántica de las unidades fraseológicas. No obstante, se utilizan otros procedimientos indirectos como la transposión, la modulación, la explicitación, la omisión o el calco.

CAPÍTULO IIIESTUDIO DE UN CORPUS DE LOCUCIONES

VERBALES Y SU TRADUCCIÓN

1. IntroducciónEn este capítulo estudiamos un corpus de locuciones verbales metafóri-

cas extraído de algunas obras de la escritora española A. Giménez Barlett con la intención de examinarlas en relación con el contexto en que están utilizadas. Aportamos el signifi cado con que las UFS se registran en el DRAE, después pasamos a examinarlas en los diccionarios bilingües22.

La información que los autores del los diccionarios bilingües tomados en consideración aportan acerca de los criterios utilizados en la inclusión de UFS es la siguiente:

En la Prefazione del Dizionario fraseologico completo italiano-spagnolo e spa-gnolo-italiano (DF) nos dice el autor: “posee una extensa fraseología de to-das las especies. Sistema que considero el más apropiado para la función práctica que debe desempeñar un diccionario bilingüe.

Ateniéndome a este concepto, he abundado en ejemplos demostrati-vos de aquellos verbos, voces, frases y locuciones que, por su similitud abstracta, ocasionan errores de interpretación, ya que, la aplicación de los unos, el signifi cado y la construcción de las otras, difi eren mucho en am-bas lenguas.”

En el Grande Dizionario italiano-spagnolo, spagnolo-italiano, en el Prólogo (GD) la autora comenta: “Uno de los problemas que intentamos resolver es el de la lengua hablada -cuyo conocimiento es imprescindible porque la hallamos hoy incluso en muchas obras literarias- a la que dedicamos

22 Para el tema de la localización y marcas de las UFS en estos repertorios lexicográfi cos remitimos al artículo de Muñoz Medrano.

21 La transposición se puede defi nir como el procedimiento por el cual se reemplaza una parte del discurso del texto de la lengua de origen, que bien puede ser una locución, por otra diferente que, en el texto de la lengua de destino, lleve el contenido semántico principal la primera y que puede corresponder a una unidad léxica simple (Vázquez-Ayora 1977: 268).

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especial atención como se verá en las muchas voces, tanto familiares como jergales, que incluimos.

Se ha enriquecido el apartado de las locuciones con expresiones, sea modernas que antiguas (refranes, modismos, locuciones técnicas sectoria-les, expresiones típicamente coloquiales), para ilustrar la riqueza del idio-ma y al mismo tiempo interpretar las exigencias del lector. Al exponerlas hemos decidido seguir el orden alfabético, porque criterios diferentes hubieran collevado una consulta más complicada.”

En el Dizionario italiano-spagnolo, spagnolo-italiano (DEI), aducen los au-tores, Sañé/Schepisi: “compuestos y colocaciones; locuciones verbales; locuciones prepositivas; locuciones adverbiales; otros modismos (con sus correspondientes traducciones). Esta sección está colocada después del tratamiento léxico de cada subentrada. Precede a la sección dedicada a las variantes morfológicas del lema. Cada grupo de locuciones está introdu-cido por el signo (•). Se han colocado también en esta sección bastantes proverbios, introducidos por la abreviación PROV., que representan usos particulares de los lemas y se ha intentado individuar para cada uno de ellos el proverbio correspondiente en la otra lengua.”

1. Abrir el pico DRAE: Abrir el ~loc. verb. coloq. Intentar hablar o replicarDEI: abrir el, aprire il becco, aprire bocca GD: no recoge abrir el pico, sino loc callar/cerrar el pico: chiudere il becco DF: callar el pico, o su pico, tacere; dissimulare, fare lo gnorri (secondo il senso della fr.)

Esp.-No sabe nada, pero si lo hubiera sabido tampoco creo que hubiera abierto el pico. (Ritos de muerte, 46)

It.-Non sa niente, ma se avesse saputo qualcosa non credo che avrebbe aperto bocca. (Riti di morte, 67)

Los diccionarios no recogen homogéneamente la UF aprire il becco, la traductora opta por traducir la UF española por aprire bocca. A pesar de que posee la misma estructura sintáctica se pierde en italiano la idioma-ticidad.

2. Abrir los ojos DRAE: abrir alguien los ~s.loc. verb. Conocer las cosas como son, para sacar provecho y evitar las

que pueden causar perjuicio o ruina. DEI: abrir los ojos, aprire gli occhi.GD: loc abrir el ojo: aprire gli occhi (aparece en singular en español)DF: abrir los -s, aprire gli occhi; Fig. essere prevenuto, a conoscenza

It.-Señora Masderius, ese tipo anda suelto y tenemos que cogerlo, no es un mal sueño, existe de verdad y ustedes tampoco son ajenos a eso. Todo ha sucedido realmente, abra los ojos, los hechos pueden remediarse pero nunca ser borrados. Déjeme entrar. (Ritos de Muerte, 120)

Esp.-Signora Masderius, quel tipo se ne va in giro libero e noi abbiamo il dovere di prenderlo. Non è un brutto sogno, quell’uomo esiste, e neppure voi po-tete tirarvi fuori da questa storia. Tutto è successio davvero. Apra gli occhi: ai fatti si può rimediare ma non li si può cancellare. Mi lasci entrare. (Riti di Morte, 221)

La relación de equivalencia que se establece entre las locuciones verba-les abra los ojos y apra gli occhi es total ya que las dos poseen igual signifi -cado metafórico y comparten la misma estructura sintáctica.

3. Ajustar cuentas, o las cuentasDRAE: ajustar ~s, o las ~s locs. verbs. coloqs. U. c. amenaza. DEI: ausenteGD: loc ajustar cuentas: fare/regolare i conti conDF: ajustar -s, aggiustare i conti (anche fi g.)

Esp.Me estrujé las manos y hubiera querido mesarme los pelos. ¡Maravilloso! ¿Cuánto nos pagan por decir la verdad, por ser solidarios, cuánto por nue-stro voto? Todo era una sencilla transacción, ponga usted un precio y ya veremos después. Estaba cercana a desesperarme. Garzón me hizo un gesto con la cabeza para que le dejara intervenir.-También pudiera ser que al violador se le hinchen las narices y decida vol-ver a ajustaros las cuentas a cualquiera de las tres. (Ritos de Muerte, 111-112)

It.C’era da strapparsi i capelli. Fantastico! Quanto ci pagano per dire la verità? Per essere solidali? Per dare il nostro voto? È tutta una questione di prezzo: lei ci dica quanto, poi vedremo. Ero prossima alla disperazione. Garzón mi fece un cenno con la testa per chiedermi il permesso di intervenire.-Può anche darsi che il violentatore, quando ne avrà le scatole piene, decida di pareggiare i conti con una di voi tre. (Riti di Morte, 205-206)

Las locuciones ajustaros las cuentas y pareggiare i conti no pueden con-siderarse equivalentes, aunque no presenten diferencias léxicas ni sintác-

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tica, sino semánticas. Según se recoge en el DRAE, la locución española se emplea con la intención de “amenazar a alguien”, no encontramos el mismo signifi cado de la locución italiana en los diccionarios monolingües consultados: “Conferire o conseguire uno stesso livello o valore, elimi-nando dislivelli o disparità” (Devoto/Oli); en cambio, se tratará de la UF fare i conti con qualcuno, “far valere le proprie ragioni (spesso in tono di mi-naccia: faremo i c.!)” (Devoto/Oli). En este caso ajustar las cuentas a alguien y fare i conti con qualcuno presentan equivalencia total.

4. agarrarse a, o de, un clavo ardiendoDRAE: agarrarse a, o de, un ~ ardiendo.locs. verbs. coloqs. Valerse de cualquier recurso o medio, por difícil o ar-riesgado que sea, para salvarse de un peligro, evitar un mal que amenaza o conseguir alguna otra cosa.DEI: (col.) agarrarse (aferrarse) a un c. ardiendo, arrampicarsi sugli spec-chi;GD: loc agarrarse a un clavo ardiendo: attaccarsi ai rasoiDF: agarrarse a, o de, un - ardiendo, fr. Attaccarsi ai rasoi

Esp.Los tíos despechados se cogen a un clavo ardiendo para subirse la moral. (Ri-tos de Muerte, 56)

It.I disperati si aggrappano a tutto pur di tirarsi su il morale. (Riti di morte, 70)

La equivalencia es nula en los textos, no obstante, podía haberse tra-ducido la locución española por attaccarsi ai rasoi, traducción ofrecida por Tam. En el Dizionario della lingua italiana de Devoto/Oli dice: “attaccarsi ai r., non rinunciare a nessun appiglio”

Por tanto, parece existir una correspondencia de sentido entre attac-carsi ai rasoi y cogerse alguien a un clavo ardiendo. La traductora prefi ere no recurrir a la unidad fraseológica.

5. Andarse, o irse, por las ramasDRAE: andarse, o irse, alguien por las ~s.locs. verbs. coloqs. andarse por las márgenes.Andarse por las márgenes: loc.verb. detenerse en lo menos sustancial de un asunto, dejando lo más importante2. loc. verb. Detenerse en lo menos sustancial de un asunto, dejando lo más importante. DEI: (col.) andarse por las ramas, irse por las ramas, uscire dal seminato, divagare;

GD: loc andarse/irse por las ramas: uscire dal / fuori del seminatoDF: andarse por las ramas, fr. perdersi in dettagli, in particolari (divagare)

Esp.Las miradas de huida lateral que lanzaba el comisario, su tardanza en em-pezar a hablarnos y su abierta sonrisa al hacerlo me convencieron por com-pleto del motivo por el que estábamos allí. Debió pensar que andarse por las ramas era inútil, porque inmediatamente soltò:-Les he llamado para decirles que ambos pueden volver ya a sus destinos habituales. (Ritos de Muerte, 92)

It.Gli sguardi in fuga laterale del commissario, le sue esitazioni nel comin-ciare, e l’aperto sorriso nel farlo, mi convinsero pienamente del motivo per cui eravamo stati convocati. Dovette ritenere inutili i preamboli, perché andò immediatamente al sodo:-Vi ho fatti chiamare per dirvi che potete tornare entrambi alle vostre occu-pazioni abituali. (Riti di Morte, 170-171)

La locución ir al grano e irse por las ramas entablan una relación de an-tonimia. Según puede apreciarse, el DRAE utiliza la técnica de la remi-sión, que conduce al usuario a la entrada bajo la cual se defi ne la locución. Entre Andarse por las ramas y la traducción italiana preamboli existe una equivalencia parcial, ya que comparten igual signifi cado fraseológico mos-trando, en cambio, divergencia tanto en el léxico utilizado como en la estructura sintáctica.

6. Armarse la de Dios es CristoDRAE: no rec.DEI: no rec.GD: loc armarse la de Dios es Cristo: succedere un putiferioDF: armar, armarse, la de - es Cristo, fr. far nascere, succedere un putiferio, guazzabuglio o pandemoio

Esp.Acertó. Se armó la de Dios cuando la sacamos en el programa con pruebas y todo. Los de la urbanización que trinaban, hasta tuvieron que cambiarle el nombre. (Ritos de muerte, 68)

It.Esatto il reportage fu una bomba. Quelli del villaggio turistico andarono in bestia, dovettero perfi no cambiargli il nome. (Riti di morte, 84)

La equivalencia es nula. Propondríamos, en lugar de la traducción essere una bomba, succedere il putifero, como sugiere Tam, o scatenarsi il fi nimondo.

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7. Arrojar/Echar/Tirar piedras contra/sobre/a su tejadoDRAE: tirar alguien piedras a su tejado.1. loc. verb. coloq. Conducirse de manera perjudicial a sus intereses.DEI: tirar (alguien) piedras contra su tejado, darsi la zappa sui piedi.GD: loc tirar piedras sobre su tejado: tirare sassi in colombaiaDF: no rec.

Esp. - Necesitamos saber si la señora le habló de que le pasaría una última canti-dad para que la guardara. Si les digo que sí, enseguida sospecharán de que lo tengo escondido. ¿Quieren que me eche piedras sobre mi propio tejado?- Sí, eso queremos, porque justamente el que se eche piedras sobre su tejado demostrará que no miente en nada de lo que dice. Saber si ella le anunció una nueva entrega puede ser un dato crucial para descubrir quién la mató. (Ritos de muerte, 108)

Ita.- Vogliamo sapere se la signora le parlò di una somma che le avrebbe por-tato.- Se vi dico di sì, voi sospetterete che io li abbia nascosti. Volete che mi dia la zappa sui piedi?- Si lei deve darsi la zappa sui piedi perché questo dimostrerà che non ha mentito. Sapere che la signora le annunciò una nuo-va consegna può essere fondamentale per scoprire chi l’ha uccisa. (Riti di morte, 94)

Se observa una equivalencia parcial.

8. Bajar la cabezaDRAE: bajar la ~.1. loc. verb. coloq. Obedecer y ejecutar sin réplica lo que se manda.2. loc. verb. coloq. Conformarse, tener paciencia cuando no hay otro re-medioDEI: (fi g.) agachar (bajar) la c., chinare la testa; GD: loc agachar/bajar/doblar la cabeza: abbassare/chinare/piegare la testaDF: bajar, doblar la -, abbassar, chinare, piegare la t. o il capo (rassegnarsi); obbedire

Esp.En el trabajo, en sus relaciones, el ciudadano medio debe bajar la cabeza y tragar amargura con una frecuencia alarmante. (Ritos de muerte, 66)

Ita.Sul lavoro, nei rapporti sociali, il cittadino medio deve abbassare la testa e man-dare giù bocconi amari con una frequenza preoccupante. (Riti di morte, 45)

La equivalencia entre estas dos estructuras es total. Podría también tra-ducirse por piegare la testa.

9. Beber / Comer... como un cosacoDRAE: 3. m. Persona de gran fuerza y resistencia física. Bebe como un cosaco.DEI: (col.) beber como un c., bere come una spugnaGD: col beber como un cosaco: bere come una spugna.DF: no rec.

Esp.Miré de reojo a Garzón que fumaba como un cosaco. (pág. 73)

It.Guardai con la coda dell’occhio Garzón che fumava come un cosacco. (pág. 108)

Equivalencia sintáctica y formal completa.

10. Caérsele a alguien el peloDRAE: caérsele a alguien el ~.1. loc. verb. coloq. Recibir una reprimenda, castigo o sanción si se descu-bre que ha hecho algo mal.DEI: ausenteGD: loc caérsele a uno el pelo: essere in castigo; sentirleDF: no rec.

Esp.Si aquello no era una clara intimidación policial a un testigo que bajara Dios y lo viera. Salí asqueada del bar. -Como a este tío se le ocurra contar algo de lo que acaba de pasar, se nos caerá el pelo, Garzón- -No lo hará, estaba acojonado-.

It.Se quello non era un atto d’intimidazione io ero una suora e Garzon il papa. Uscii dal bar disgustata. -Gli passasse mai per la testa di raccontare quel che gli abbiamo detto, siamo rovinati, Garzon- -Non lo farà, si è cagato addosso- .

La equivalencia es nula, con pérdida del aspecto idiomático.

11. Cargar/recargar las tintasDRAE: recargar alguien las ~s.1. loc. verb. Exagerar el alcance o signifi cación de un dicho o hecho.DEI: (fi g.) caricare le tinte, cargar las tintas.GD: no recogidaDF: recargar las -s: fi g. Caricare le tinte, la dose (esagerare)

Esp.-¿Ha sido buena vuestra relación con la policía?-La jefa era una mujer - dijo Patricia con cara de ángel.

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-Entonces habrá sido muy comprensiva con vosotras.-¡No, qué va!, a mi madre le gritó-¿Le gritó?, ¿por qué motivo?Aquella maldita cazanoticias estaba dispuesta a cargar las tintas.-Porque lloraba.-¡Vaya!-Sí, y nos torturaba psicológicamente. (Ritos de Muerte, 102)

It.-Com’è stato il vostro rapporto con la polizia?-Il capo era una donna - disse Patricia con faccia d’angelo.-Allora sarà stata molto comprensiva con voi. -No, per niente! Ha trattato malissimo mia madre.-Malissimo? E per quale motivo?Quella stronza di una giornalista aveva deciso di caricare le tinte.-Perché piangeva.-Incredibile!-Sì, e ci torturava psicologicamente. (Riti di Morte, 190)

La equivalencia en este caso es total, la locución verbal española y su traducción italiana caricare le tinte no presentan diferencias morfosintácti-cas y poseen el mismo signifi cado metafórico.

Otras expresiones equivalentes en italiano son: calcare i toni, calcare le tinte.

12. Clavar los ojos en alguien/algoDRAE: clavar alguien los ~s en alguien o algo.1. loc. verb. Mirarlo con particular cuidado y atención.DEI: ausenteGD: loc clavar los ojos encima: fi ssare lo sguardo su; mettere gli occhi addossoDF: clavar, enclavar los -s (en una persona o cosa): piantare gli o. addosso.

Esp. -Pues últimamente dijo que había conocido a una chica estupenda- Un par de compuertas se abrieron con estruendo en mis oídos y Garzón clavó sus ojos en la joven como un águila avistando un cordero.

Ita. -Bhè ultimamente mi disse che aveva conosciuto una ragazza stupenda.- Le mie orecchie si spalancarono e Garzon inchiodò gli occhi sulla ragazza come un’aquila che avvista un agnello.

La equivalencia es total. La solución encontrada por la traductora nos parece más adecuada respecto a las traducciones que ofrecen los diccio-narios, ya que se pone de relieve con inchiodò gli occhi la intensidad de la mirada de Garzón.

13. Cerrarse alguien en bandaDRAE: cerrarse de ~, o en ~.locs. verbs. coloqs. Mantenerse fi rme en un propósito, negarse rotunda-mente a todo acomodamiento o a conceder lo que se pretende o desea. DEI: (fi g.) cerrarse en b., non ascoltare ragioniGD: loc cerrarse en banda: arroccarsi sulle proprie posizioni DF: cerrarse uno a la banda, Fig. irrigidirsi in una decisione o proposito

Esp.La reacción de ambas frente a lo ocurrido fue de incredulidad, después se cerraron en banda. (Ritos de muerte, 138)

It.La reazione di entrambe alla notizia fu di incredulità, poi opposero una bar-riera insormontabile. (Riti di morte, 205)

Hay una equivalencia nula entre ambas construcciones con pérdida del aspecto idiomático. No obstante, la traducción opposero una barrierea insor-montabile expresa con exactitud el signifi cado de la locución española.

14. Coger a alguien de (por) sorpresaDRAE: coger a alguien de, o por, ~ algo.1. locs. verbs. sorprender (- coger desprevenido).DEI: coger de s., coger por s. (a alguien), cogliere di sorpresa.GD: loc coger por/de sorpresa: cogliere di sorpresa.DF: coger a uno de -, prendere uno di s.

Esp. - Oiga, ¿cuánto tiempo hace que nadie cuida de Usted?- Cuidar, cuidar,... me había cogido por sorpresa. (Ritos de muerte, 87)

It.- Senta da quanto tempo è che nessuno si occupa di lei?- Occuparsi di me,... mi aveva colto di sorpresa. (Riti di morte, 105)

La equivalencia es total.

15. Coger\ Tomar las palabrasDRAE: coger las ~s.loc. verb. Observar cuidadosamente las que alguien dice, o para notarlas de impropias y bárbaras, o porque puedan importar.DEI: no rec.GD: loc coger las palabras/estar colgado/pendiente de las palabras: non perdere una parolaDF: coger las -s, fr. afferrare o annotare le parole (che uno dice)

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Esp.[...] no signifi caba que tuviéramos que coger sus palabras al pie de la letra como si fuera Napoleón. (Ritos de muerte, 102)It.[...] non signifi cava che dovessimo prendere le sue parole alla lettera come se fosse Napoleone. (Riti di morte, 104)

La equivalencia es total.

16. Conocer el paño/percalDRAE: conocer alguien el ~.1. loc. verb. coloq. Estar bien enterado del asunto de que se trataDEI: no rec.GD: loc conocer el paño: sapere di che panni vesteDF: conocer uno el paño, fr. conoscere bene la faccenda, sapere di che si tratta

Esp.Era un paño que conocía, no en balde mi fl amante segundo ex esposo era dueño de un local ecologista, pacifi sta, anarcoide, donde junto al combina-do alcohólico tradicional, servían bolas de gluten de trigo para picar. (Ritos de muerte, 47)

It.Era un ambiente che conoscevo, si dava il caso che il mio giovane secondo ex marito fosse proprietario di un locale ecologista, pacifi sta, anarcoide, dove insieme ai soliti cocktail ad alta gradazione alcolica, venivano servite pol-pettine di glutine come stuzzichino. (Ritti di morte, 69)

Equivalencia nula con pérdida del aspecto idiomático.

17. Estar como una chotaDRAE: estar como una ~.1. loc. verb. Estar loco, chifl ado.GD: loc estar como un choto: essere matto da legare. (TAM)DEI: (col.) estar como una chota, essere matto da legareDF: no rec

Esp.Me reí. Aquel subinspector estaba como una chota o se hallaba en un proceso irónico de desestimación de lo trascendental. (pág. 109)

It.Risi. Quel viceispettore era matto come un cavallo, oppure attraversava una fase di bassa autostima. (pág. 161)

Hay equivalencia en la imagen transmitida y en el aspecto idiomático, aunque la estructura sintáctica y el léxico son diferentes.

18. Dar la lata a alguienDRAE: dar la ~, o dar ~ a alguien.1. locs. verbs. coloqs. Molestarlo, importunarlo, aburrirlo o fastidiarlo con cosas inoportunas o con exigencias continuasDEI: (col.) dar la l., seccare, scocciare.GD: loc dar la lata: scocciare, rompereDF: dar la lata, rompere le scatole || dar la o una lata, attaccare bottone o un bottone

Esp.Garzón titubeó sin saber qué hacer, por fi n dijo:-En fi n, eso de tu madre y las vecinas se puede comprobar.Hice como si no hubiera oído a ninguno de los dos.-Llevas un año dándoles la lata a los psicólogos y lo único que pasa es que no se te levanta. (Ritos de Muerte, 30)

It.Garzón esitò, non sapeva cosa fare. Alla fi ne disse:-Intanto verifi chiamo la storia di tua madre e delle vicine.Feci fi nta di non aver sentito.-È da un anno che fai perdere tempo agli psicologi e l’unico problema è che non ti si rizza. (Riti di Morte, 58)

Se observa una variación de estructura y una leve divergencia semán-tica entre las dos locuciones. Far perdere tempo no signifi ca exactamente “molestar a alguien”. La equivalencia es parcial.

Podría proponerse la siguiente traducción: scocciare, rompere también en el siguiente fragmento:

Esp.Sacó su voluminosa agenda de mesa y lo apuntó: “Recomendar a Blanca Azucena”, aunque probablemente aún era muy pronto para dirigirse al cónsul, o no; si empezaba ahora a darle la lata con ese tema, tenía cierta pro-babilidad de que le hiciera caso dos años después (Días de amor y engaños, 22)

It.Prese la sua voluminosa agenda e appuntò: “Raccomandare a Blanca Azu-cena”. Forse era troppo presto per rivolgersi al console... oppure no, se aves-se cominciato fi n d’ora a introdurre l’argomento, ci sarebbe stata una minima possibilità che due anni dopo il console le desse ascolto (Giorni d’amore e inganno, 28)

La equivalencia entre las dos locuciones es nula. Introdurre l’argomento no signifi ca “aburrir, fastidiar a alguien con cosas inoportunas”, en este caso la recomendación al cónsul de una chica de servicio; será mejor tra-ducir la locución española por el verbo scocciare que signifi ca “importuna-re, infastidire, seccare” o por los verbos infastidire o disturbare.

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19. Dar la puntillaDRAE: dar la ~.1. loc. verb. Rematar las reses con la puntilla (- puñal).2. loc. verb. coloq. Rematar, causar el fracaso defi nitivo de alguien o algo.DEI: no recogidaGD: loc dar la puntilla: dare il colpo di graziaDF: dar la -, Taur. e fi g. dare il colpo di grazia

Esp. Los del banco lo botaron del consejo [...] pero nuestro programa le dio la puntilla. (Ritos de muerte, 104)

Ita.Quelli della banca lo cacciarono dal consiglio d’amministrazione [...] ma il nostro programma gli diede il colpo di grazia. (Riti di morte, 120)

La equivalencia es total.

20. Dar en el clavoDRAE: dar en el ~.1. loc. verb. coloq. Acertar en lo que se hace o dice, especialmente cuando es dudosa la resolución.DEI: (col.) dar en el c., azzeccare, dare nel segno, fare centro;GD: col dar en el clavo: azzeccare

Esp.Era obvio que Masderius había preferido la discreción. Difícilmente alguien iba a relacionarlo con un lugar así. Pero Garzón era un sabueso de instinto impagable, capaz de cobrar la pieza antes de que la hubiera alcanzado el perdigón.-Muy buen trabajo, felicidades subinspector, ha dado en el clavo. (Ritos de Muerte, 200-201)

It.Era ovvio che Masderius aveva privilegiato la discrezione. Diffi cilmente qualcuno avrebbe immaginato un nesso tra lui e un posto del genere. Ma Garzón era un segugio dall’instinto infallibile, capace di acchiappare la pre-da ancora prima che fosse raggiunta dai pallini.-Un buon lavoro viceispettore. Complimenti. (Riti di Morte, 367-368)

El traductor opta por no traducir la locución. Podría traducirse por cogliere nel segno.

21. Darse a los diablos/ a los demonios/ a SatanásDRAE: darse al ~.1. loc. verb. coloq. darse a Satanás.

darse alguien a Satanás.1. loc. verb. Irritarse, enfurecerse, desesperarseDEI: (col.) darse a todos los diablos, arrabbiarsi, infuriarsi GD: loc darse a todos los demonios: dare in escandescenze DF: darse al diablo, fr. disperarsi, fare il diavolo a quattro

Esp.Con toda seguridad el subinspector, amarrado al duro banco del volante, estaba a estas alturas dándose a todos los demonios por haber consentido que aquel bolerazo arrabalero hubiera disparado su emotividad innecesaria-mente. (Ritos de muerte, 50)

Ita.Con ogni probabilità il viceispettore, incatenato al volante, si stava dando dell’idiota per aver permesso a quel bolero da due soldi di far venir fuori inutilmente la sua emotività. (Ritti di morte, 73)

La equivalencia en este caso es nula con pérdida del aspecto idiomático.Los diccionarios también documentan las locuciones verbales darse al dia-

blo, darse a todos los diablos. Darsi dell’idiota es una traducción poco apropiada a partir de la cual al lector italiano no le resulta posible comprender el si-gnifi cado de la locución española dar la lata. La equivalencia es nula. Podría traducirse la locución española por avere un diavolo per capello en italiano.

22. Dar un paso en falsoDRAE dar un ~ en falso.loc. verb. dar un mal paso.dar un mal ~.1. loc. verb. Sufrir un fallo al andar o al correr, del que se sigue daño.2. loc. verb. Hacer algo de lo que se sigue o puede seguirse detrimentoDEI: dar un, en falso, fare un passo falso, fare una mossa falsa.GD: loc fare un passo falso: dar un mal paso, dar un paso en falso.DF: en falso, m. adv., in bluff; senza base solida | el edifi cio está en falso, l’edi-fi cio non ha una base solida.

Esp.Por culpa de la jodida carga emocional los deportistas pierden competicio-nes decisivas, los hombres de negocios dan pasos en falso y un policía puede pifi ar una investigación. Frialdad. (Ritos de muerte, 41)

It.Per colpa dell’emozione gli sportivi perdono gare decisive, gli uomini d’af-fari fanno passi falsi e un poliziotto può fottersi un’indagine. Freddezza, ecco cosa ci voleva. (Riti di morte, 60)

Equivalencia sintáctica y formal completa.

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23. Descubrir(se) el pastelDRAE: descubrirse el ~.1. loc. verb. coloq. Hacerse público y manifi esto algo que se procuraba ocultar o disimular.GD: loc descubrirse el pastel: scoprire gli altarini DEI: (col.) descubrirse el, , scoprire l’imbroglio DF: descubrir el -, fr., scoprirsi gli altarini

Esp.¡Por Dios, Luisa, vuelve a la realidad, se ha descubierto el pastel, métete eso en la cabeza! ¡Se acabó! (Ritos de muerte, 249)

It.In nome di Dio, Luisa, torna alla realtà, ormai è venuto tutto a galla, mettitelo in testa! È fi nita! (Riti di morte, 372)

Equivalencia de la imagen transmitida y del aspecto idiomático; dife-rente estructura sintáctica y léxico.

24. Dormir como un leñoDRAE: dormir como un ~.loc. verb. coloq. Dormir profundamenteDEI: (col.) dormir como un l., dormire come un ghiro.GD: loc dormir como un leño: dormire come un massoDF: no rec.

Esp.He dormido como un leño. Duermo siempre como un bebé.

Ita.Ho dormito come un sasso. Dormo sempre come un bebé.

Equivalencia parcial. El GD de TAM aparece dormir como un tronco/leño: dormire come un masso. Esta propuesta no nos parece apropiada, ya que en los diccionarios italianos consultados no aparece ninguna variante con masso sino ghiro, tasso, orso, marmotta.

25. Echar chispasDRAE: echar ~s.1. loc. verb. coloq. Dar muestras de enojo y furor.2. loc. verb. coloq. Prorrumpir en amenazas.DEI: (col.) echar chispas, essere furibondoGD: loc echar chispas: far fuoco e fi amme, essere furibondoDF: echar uno -s, Fig. andare sulle furie, mandare fi amme dagli occhi

Esp.En cuanto entré en el despacho y lo vi comprendí que culpaba a la policía de todas sus desgracias personales. Su talante era el de alguien que presenta una reclama-ción. Estaba por completo fuera de sí, caminaba de arriba abajo mientras parloteaba atropelladamente. Según me dijo Garzón había pedido entrevistarse con el comisa-rio. Al descubrirme echó chispas sin mediar más trámite. (Ritos de Muerte, 131)

It.Mi bastò vederlo per capire che dava la colpa di tutte le sue disgrazie per-sonali alla polizia. Il suo era l’atteggiamento di chi ha delle rimostranze da fare. Era completamente fuori di sé, camminava su e giù, parlando conci-tatamente. A quanto mi aveva detto Garzón, aveva chiesto un incontro col commissario. Andò in bestia non appena mi vide. (Riti di Morte, 152)

Tanto en español como en italiano se activa la misma metáfora concep-tual a través de ambas UFS -estar muy enfadado-, aunque las locuciones difi eren en cuanto a los componentes léxicos y a la estructura morfosin-táctica. La equivalencia es parcial. Más adecuada resultaría la traducción fare fuoco e fi amme.

26. Ensuciar(se) las manos DRAE: ensuciar, o ensuciarse, alguien las ~s.1. locs. verbs. coloqs. Robar con disimulo.2. locs. verbs. coloqs. Dejarse sobornar.(fi g.) ensuciarse las manos, mancharse las manos, sporcarsi le mani;DF: ensuciar, o ensuciarse, las -s, sporcarsi le mani (rubare)

Esp.-Aunque seguro que Usted nos hubiera matado por menos.-No me gusta ensuciarme las manos. (Riti di morte, 76)

It.-Anche se lei di sicuro avrebbe ammazzato per molto meno.-Non mi piace sporcarmi le mani. (Riti di morte, 92)

La equivalencia es total.

27. Entrar/meterse en faenaDRAE: entrar, o meterse, alguien en ~.1. locs. verbs. coloqs. Empezar a hacer algo.DEI: no rec. GD: loc meterse en faena: mettersi al lavoroDF: no rec.

Esp.Garzón hizo balancear en su copa el anís que había pedido.-Como policía tampoco lo hace mal. Tendría que verla metida en faena. Se

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mueve entre putas y matones como si nada. Y de los interrogatorios a tipos malcarados y violadores para qué le voy a decir. Lo cierto es que, desde mi punto de vista a veces va demasiado lejos. (Ritos de Muerte, 154)

It.Garzón fece ondeggiare nel suo bicchiere il liquore d’anice che aveva ordinato.-Anche come poliziotto non è mica male. Dovrebbe vederla al lavoro. Si muove tra puttane e malavitosi come se niente fosse. Per non parlare degli interrogatori con certi tipi di galera, violentatori compresi. Il fatto è, dal mio punto di vista, che a volte esagera un pochino. (Riti di Morte, 283)

No hay equivalencia en la traducción al lavoro, se pierde el aspecto idiomático.

28. Enviar / Mandar a alguien al cuernoDRAE: a ~.1. loc. adv. coloq. U. para manifestar el desagrado o desaprobación de lo que alguien propone, dice o hace. Echar, enviar, mandar a paseoLoc. Verb. Coloq. “Mandar al paseo”DEI: (col.) mandar al c. (a alguien), mandare qualcuno al diavolo, mandare qualcuno a quel paese;GD: loc mandar al cuerno: mandare al diavolo/a quel paeseDF: no rec.

Esp.Hubiera podido enviarme al cuerno, pero tocando en algún resorte interno que funcionaba adecuadamente se tranquilizó. (Ritos de muerte, 87)

It.Avrebbe potuto mandarmi al diavolo, ma dovevo aver toccato qualche molla interna che funzionò nel modo giusto, si tranquillizzò. (Riti di morte, 93)

Existe equivalencia parcial entre ambas UFS: en español se emplea una sinécdoque (una parte del cuerpo del diablo, los cuernos, para representar el todo) y en italiano se emplea el sustantivo diavolo.

29. Escapársele a alguien una cosa de la manoDRAE: ---GD: loc írsele de las manos: sfuggire di manoDF: no rec.

Esp.Inspectora, la chica, tengan cuidado, pueden matarla a ella también. Cual-quiera puede hacer cualquier cosa. Las cosas se le han escapado de las manos y ya no puede rectifi car. Es uno de los riesgos que sufre un manipulador. (Ritos de muerte, 114)

It. Ispettore, la ragazza, statele dietro, possono uccidere pure lei. Può succe-dere qualunque cosa. Le cose le sono sfuggite di mano e ormai non può più raddrizzarle. È uno dei rischi che corre un manipolatore come Lei. (Riti di morte, 130)

Se observa una equivalencia total.

30. Espumajear maldadesDRAE: no rec.DEI: no rec.DF: no rec.

Esp. Lo recordaba de modo nebuloso: ojos de comadreja, nariz algo ganchuda y una boca de vieja que no paraba de espumajear maldades. Era sin duda vomi-tivo. (Ritos de muerte, 45)

It.Lo ricordavo in modo così nebuloso: occhi da faina, naso a becco, e una boccaccia da vecchia comare che non la smetteva di schiumare cattiverie. Era senza dubbio un individuo vomitevole. (Riti di morte, 62)

Equivalencia total.

31. Estar como una cabra32. Estar como una cuba DRAE: estar como una ~.1. loc. verb. Estar loco, chifl ado.DEI: (col.) estar como una c., essere tutto pazzo, essere pazzo da legare;GD: loc estar como una cabra: essere un pazzoide.DF: no rec.DRAE: estar como una ~.1. loc. verb. coloq. Estar muy borracho.GD: loc estar como una cuba: essere sbronzo. DEI: (col.) estar como una c., essere ubriaco fradicio;DF: estar hecho una -, fr. essere un otre (ubriaco)

Esp.¡Joder, aquel tipo estaba como una cuba o como una cabra! (Mensajeros de la oscuridad, 135)It.Maledizione, quel tipo era stonato come una campana, o aveva bevuto come una spugna (Messaggeri dell’oscurità, 150)

La traducción que efectúa M. Nicola no representa a las locuciones

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españolas: Essere stonato come una campana hace referencia a la voz que desafi na o está fuera de tono o a alguien que no logra entender bien las cosas; aveva bevuto come una spugna sí equivale a estaba como una cuba, sin embargo hubiera representado mejor el signifi cado de la locución españo-la una de las traducciones propuestas por el diccionario.

33. Estar en BabiaDRAE: estar alguien en ~.1. loc. verb. coloq. Estar distraído y como ajeno a aquello de que se trata.DEI: estar en B., avere la testa tra le nuvole.GD: loc estar en Babia: essere tra le nuvole.DF: estar en -, loc. fam. essere distratto, aver la testa nelle nuvole, cascare dal mondo della luna.

Esp. No hacía las cosas mal, pero siempre parecía estar en Babia, en un perenne duermevela (Mensajeros en la oscuridad, 93)

It.Non che lavorasse male, ma era sempre fra le nuvole, in un constante stato di dormiveglia (Messaggeri nell’oscurità, 104)

Equivalencia total. La locución estar en Babia, pertenece al grupo de las locuciones que admiten bajo determinadas condiciones la sustitución léxica, si bien los términos intercambiados no tienen por qué ser sinóni-mos ni formar parte del mismo campo semántico: estar en la luna/inopia/en babia, en las nubes, en el limbo.

El diccionario monolingüe italiano presenta estas expresiones: vivere nelle nuvole, andare per le nuvole, avere la testa nelle nuvole con el sentido de “essere distratto o in preda a fantasticherie, vivere fuori dalla realtà”.

34. Estar hasta las naricesDRAE: hasta las narices.1. loc. adj. coloq. Cansado, harto. U. t. c. loc. adv.DEI: (col.) estar hasta las narices, averne fi n sopra i capelli;GD: loc estar hasta las narices de: averne fi n sopra i capelliDF: no rec.

Esp.Estaba hasta las narices de música estridente y de cerveza. Era casi la una de la madrugada y había empezado a preguntarme si todo aquel tiempo contaría como horas extraordinarias o si se pagaría como jornada normal, aunque lo más probable fuera que no se pagara de ningún modo, considerándose un gaje inherente a la profesión. (Ritos de Muerte, 47)

It.Ne avevo fi n sopra i capelli di musica lacerante e birra alla spina. Era quasi l’una di notte e avevo cominciato a domandarmi se tutto quel tempo sareb-be stato contato come straordinario, o come lavoro svolto nell’orario norma-le, anche se era molto probabile che non ce lo pagassero affatto, consideran-dolo dovere professionale. (Riti di Morte, 88)

Las locuciones verbales estar hasta las narices y averne fi n sopra i capelli son parcialmente equivalentes, difi eren en la estructura sintáctica y léxica, aunque presentan el mismo signifi cado metafórico. Podría traducirse por averne abbastanza.

35. Estar alguien hecho un basiliscoDRAE: estar alguien hecho un ~.1. loc. verb. coloq. Estar muy airado.DEI: (fi g.) estar hecho un b., essere furibondo;GD: loc estar hecho un basilisco: essere furibondo/una furia, essere fuori della grazia di Dio.DF: estar hecho un -, Fig. essere fuori dai gangheri, avere un diavolo per capello.

Esp.-Inspectora Delicado, dice el comisario que recibirá ahora al señor Masderi-us, que si puede interrumpir la sesión.-Ya está interrumpida-soltó Masderius.Salió hecho un basilisco, mirándonos a Garzón y a mí como si fuéramos dos caracoles en la lechuga, listos para ser expulsados de la ensalada de una maldita vez. (Ritos de Muerte, 82)

It. -Ispettore Delicado, dice il commissario che attende il signor Masderius nel suo uffi cio, se potete interrompere un momento.-Non ho altro da dire-ribatté Masderius. Uscì che era una belva, guardando Garzón e me come due moscerini nella lattuga, sul punto di essere lavati via una volta per tutte. (Riti di Morte, 154)

La locución verbal española estar hecho un basilisco posee un alto grado de motivación sociocultural, que obliga a asociar su forma y contenido a una situación extralingüística específi ca. Existe un grupo numeroso de lo-cuciones basadas en modelos culturales como la religión, la historia o los mitos y cuyo conocimiento solo puede ser adquirido socialmente. Estar hecho un basilisco tiene como dominio-fuente la mitología.

La expresión italiana essere una belva se refi ere asimismo a una “perso-na airada, furiosa”, con diferente referente mitológico respecto a la locu-ción española. La equivalencia es parcial. Otras expresiones equivalentes en italiano son essere una furia y essere furibondo.

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36. Estar de / Tener mala gaitaAusente en el DRAE y en los tres diccionarios bilingües tomados en

consideración.

-Es un chalado con muy mala gaita, y agresivo. (Ritos de muerte, 61)

-È completamente fuori di testa, aggressivo. (Riti di morte, 89)

Tenemos en este caso una elipsis semántico-idiomática, la equivalencia es nula.

37. No estar el horno para bollosDRAE: no estar el ~ para bollos, o para tortas.loc.verb.coloqs. No haber oportunidad o conveniencia para hacer algo.DEI: (col.) no está el h. para bollos, non è proprio il momento, non è giornada.GD: loc no estar el horno para bollos: non essere giornata/il caso/il mo-mento.DF: no estar el - para bollos, fr. non essere il caso, conveniente od opportuno.

Esp.No podía permitirme la confi anza de pedirle ese dato a mi compañero, no estaba para tales bollos nuestro horno interpersonal. Así que seguimos trase-gando cerveza entre jóvenes de distintas tribus urbanas que habían perdido por completo la memoria [...] (Ritos de Muerte, 47)

It.Non potevo permettermi di parlarne col mio collega, i nostri rapporti non erano ancora a quel punto. E così tirammo avanti tra birre e ragazzi di diverse tribù urbane che avevano perduto completamente la memoria dinanzi alle nostre domande. (Riti di Morte, 88)

La equivalencia es nula porque las locuciones no comparten la misma estructura morfosintáctica y difi eren en su signifi cado idiomático. Podría traducirse la UF española por non essere giornata, non essere in vena.

38. Hacer aguas (por todos lados)DRAE: hacer ~s.3. loc. verb. Dicho especialmente de un proyecto: Presentar debilidad o síntomas de ir a fracasar.DEI: (fi g.) hacer a. por todas partes, fare acqua da tutte le partiGD: loc hacer agua por todas partes: fare acqua da tutte le partiDF: no rec.

Esp.Esa hipótesis hace aguas por todos lados. Primero y principal ¿cómo se ha ente-rado la Merchán de algo semejante? ¿Conocía a Nogales? (Ritos de muerte, 88)

It.È un’ipotesi che fa acqua da tutte le parti. Primo: come avrebbe fatto la Mer-chán a scoprire una cosa simile? Conosceva Nogales? (Riti di morte, 104)

En este caso la equivalencia es total.

39. Hacer mellaDRAE: hacer ~.1. loc. verb. Causar efecto en alguien la reprensión, el consejo o la súplica.DEI: (fi g.) hacer m., lasciare il segno.GD: loc hacer mella en: fare impressione/breccia suDF: hacer -, fr. far breccia (fare viva impressione nell’anima altrui); dan-neggiare, fare del male.

Esp.Al entrar descubrí enseguida el rostro de Nogales. Unos días de estancia en la cárcel de preventivos habían hecho mella en sus facciones pero seguía pareciendo un cuidadano distinguido que acude a una cita.

It.Entrando mi colpì subito il volto di Nogales. Sebbene qualche giorno di carcere preventivo avesse lasciato il segno, continuava ad aver l’aspetto di un signore distinto che si reca ad un appuntamento di affari.

La equivalencia es parcial. Parece más apropiada la traducción que re-aliza M. Nicola que la propuesta de los diccionarios.

40. Hacer polvo a alguienDRAE: hacer a alguien ~.1. loc. verb. coloq. Aniquilarle, vencerle en una contienda.2. loc. verb. coloq. Dejarle muy cansado o abatido.3. loc. verb. coloq. Causarle un gran contratiempo o trastornoDEI: hacer, , fare a pezzi, distruggereGD: loc hacer polvo a alguien: ridurre qualcuno in polvere DF: hacerle a uno polvo, fr. Ridurre a uno in polvere, annientarlo; ridurre uno a mal partito, rovinarlo.

Esp.La iniciativa nocturna me hacía polvo. Había pensado pasar una velada tran-quila en mi nuevo hogar. No encontraba el momento oportuno para di-sfrutarlo, integrarme en él, empezar a imprimirle mi sello. ¿Había sido una quimera plantearse una vida semejante? (Ritos de Muerte, 44)

It.Quell’iniziativa notturna mi scocciava tremendamente. Avevo in programma una tranquilla serata nella mia nuova casa. Non trovavo mai un momento

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di tempo per godermela, per ambientarmi, per cominciare a farla mia. Il mio progetto era stato tutto un sogno? (Riti di Morte, 82)

Según se desprende del contexto, y entre las diferentes propuestas que encontramos en los diccionarios consultados, la que corresponde al sig-nifi cado de la locución verbal en cuestión es causarle a alguien un gran tra-storno. Se trata de un caso de equivalencia parcial, es decir equivalencia de la imagen transmitida y del signifi cado idiomático con diferencias en la estructura sintáctica y en el léxico.

41. Hilar fi noDRAE: ~delgado.1. loc. verb. Discurrir con sutileza o proceder con sumo cuidado y exactitudDF: hilar fi no, hilar delgado: fi lare sottileDEI: no rec.GD: no rec.

Esp.-Calma Petra, las cosas son como son, no podemos obligarlo. ¿Le parece sospechoso?-¿El viejo?, no. Aunque supongo que el teléfono que tiene no corresponderá al de ese tipo.-¿Cree que el violador hila tan fi no?-¡Por supuesto, quién va a dar su propio teléfono en una situación así! (Ritos de Muerte, 128)

It.-Calma Petra, dobbiamo prendere le cose come sono, non possiamo mica obbligarlo. Hai dei sospetti su di lui?-Sul vecchio? No. Anche se suppongo che quel numero di telefono non ab-bia niente a che vedere col tipo che stiamo cercando.-Crede che il violentatore sia così furbo?-Certo, chi darebbe il proprio numero di casa in una situazione simile? (Riti di Morte, 235-236)

La traducción italiana que hemos encontrado resulta imprecisa porque el adjetivo furbo no posee exactamente el mismo signifi cado que la locu-ción española; por tanto la equivalencia es nula. Podría traducirse la UF en italiano por guardare per il sottile.

42. Hincar el diente / meter el dienteDRAE: hincar alguien el ~.3. loc. verb. coloq. Apropiarse de parte de la hacienda ajena que maneja.4. loc. verb. coloq. Murmurar de alguien, desacreditarlo.DEI: ---GD: loc hincar/meter el diente a: addentare; mettere le mani su; rimboc-

carsi le maniche DF: hincar el -, mordere, addentare; Fig. approfi ttarsi (della roba altrui); affrontare (diffi coltà); fam. Tagliare i panni addosso (sparlare di qu.)

Esp. -¿Por qué negar o afi rmar algo que quizá pudiéramos averiguar preguntan-do a los otros periodistas? –Tal y como veo las cosas debía llevar su relación en secreto. Un tipo como él tendría montones de gente esperando poder hincar un diente en su vida privada.

It.Perché negare o affermare quel che avremmo potuto verifi care interrogan-do gli altri giornalisti? Io la vedo diversamente, se avevano una relazione dovevano tenerla segreta. Intorno a un tipo come lui ci sarà stato un muc-chio di gente che aspettava solo di coglierlo in fallo nella vita privata.

La equivalencia es nula. La propuesta de la traductora cogliere qualcu-no in fallo no resulta ser muy apropiada, ya que signifi ca constatar que alguien se está equivocando, está cometiendo un error. El Dizionario della lingua italiana (Devoto/Oli) recoge: cogliere qualcuno in f.; mettere un piede in f., posarlo su terreno malsicuro o spingerlo inavvertitamente nel vuoto. El sentido con el que se emplea, en cambio, la locución española es “mur-murar de una persona o desacreditarla”, esto es, “sparlare di qualcuno” o el familiar “tagliare i panni”.

43. Hinchársele a alguien las naricesDRAE: hinchársele a alguien las narices.1. loc. verb. coloq. Hartarse o enfadarseDEI: (col.) hinchársele a alguien las narices, perdere la pazienza, infuriarsi GD: loc hinchársele las narices: montare la mosca al naso; ingrossarsi il mare DF: hinchársele a uno las narices, fr., montare la mosca al naso

Esp.Todo era una sencilla transacción, ponga usted un precio y ya veremos de-spués. Estaba cercana a desesperarme. Garzón me hizo un gesto con la ca-beza para que le dejara intervenir.-También pudiera ser que al violador se le hinchen las narices y decida volver a ajustaros las cuentas a cualquiera de las tres. (Ritos de Muerte, 111-112)

It.È tutta una questione di prezzo: lei ci dica quanto, poi vedremo. Ero prossi-ma alla disperazione. Garzón mi fece un cenno con la testa per chiedermi il permesso di intervenire.-Può anche darsi che il violentatore, quando ne avrà le scatole piene, decida di pareggiare i conti con una di voi tre. (Riti di Morte, 205-206)

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Existe equivalencia de la imagen transmitida y del aspecto idiomático, aunque es diferente la estructura sintáctica y léxica de la UF italiana utili-zada. En los diccionarios consultados aparecen bajo el lema nariz las locu-ciones verbales subírsele a alguien el humo a las narices, infl ársele a alguien las narices, que también tienen el signifi cado de “hartarse, enfadarse”. Tales locuciones representan metafóricamente el sentimiento de ira como una enfermedad que produce toda clase de anomalías fi sico-fi siológicas.

44. Importar un pitoDRAE: un ~.loc. verb. coloqu. Importar muy poco.loc. adv. coloq. Muy poco o nada. No importa un pito. No le importa un pito. No se le da un pitoDEI: importar un, , importar tres pitos, non importare niente, non importare un fi co secco;GD: loc me importa un pito: me ne infi schioDF: no dársele, o no importarle a uno un -, fr. non importargliene un bel nien-te, farsene un baffo.

Esp.Estaba embebida por la investigación, se había convertido en una recurren-cia obsesiva y me importaba un pito la casa, mi vida, la privacidad. Incluso los geranios me traían sin cuidado, podían seguir durmiendo su congelación durante los siglos venideros. (Ritos de Muerte, 132)

It.Ero completamente assorbita dall’indagine, che si era trasformata in un pensiero ossessivo, e non me ne importava più niente della mia casa, della mia vita, della mia parte privata. Perfi no i gerani non mi interessavano più, potevano continuare a dormire nella loro ibernazione per i secoli dei secoli. (Riti di Morte, 242-243)

La locución italiana posee el mismo signifi cado connotativo que la española, aunque presente una ligera variación en la estructura lexical y sintáctica. Las locuciones no pueden considerarse totalmente equivalen-tes, su equivalencia es parcial. A la locución española le correspondería en italiano las siguientes expresiones coloquiales: non me ne importa un fi co secco, non me ne importa un accidente, me ne infi schio.

45. Ir al granoDRAE: ir alguien al ~.loc. verb. coloq. Atender a la sustancia cuando se trata de algo, omitiendo superfl uidades.DEI: (fi g.) ir al g., venire al dunque, venire al sodo

GD: loc ir / venir al grano: andare / venire al sodo / al nocciolo DF: ir al grano, fr. venire al fatto

Esp.-Lo que ocurre es que no me gusta engañarme. Es cierto que hay por ahí un montón de tíos zumbados, locos de remate, pero a los pobres no les da por ir haciendo fi ligranas como tatuar fl ores en el cuerpo de las chicas. Suelen ir más al grano. (Ritos de Muerte, 57)

It. -La prenda come vuole, ma a me non piace raccontarmi frottole. È vero che ci sono un mucchio di squinternati in giro, di pazzi da manicomio, ma ai poveri non vengono in mente certe fesserie come tatuare fi ori sul corpo delle ragazze. Vanno più al sodo. (Riti di Morte, 106)

Entre estas dos locuciones el grado de equivalencia es total ya que no presentan diferencias en la estructura morfosintáctica y mantienen el mis-mo nivel expresivo. Otras propuestas de traducción podrían ser andare al nocciolo, arrivare al punto.

46. No ir, o no irle, en zaga a otra persona alguienDRAE: no ir, o no irle, alguien en ~ a otra persona; o no quedarse en ~.1. locs. verbs. coloqs. No ser inferior a otro en aquello de que se trata.DEI: no ir a la z., no quedarse a la z. (de alguien), non essere inferiore a qualcuno.GD: loc no irle/quedarse a la zaga de: Non essere inferiore a, non essere da meno di. DF: no ir, no irle, o no quedarse en - a otro, fr. non essere inferiore o secondo a un altro

Esp.Si hubiera tenido que tomarse en serio todos los aparentes enfados de su marido durante los treinta y cinco años que llevaban casados... pero debía reconocer que Adolfo era un encanto, un encanto que tenía a veces un poco de mal genio, pero un encanto. Claro que ella no le andaba a la zaga. ¿No era ella otro encanto para su esposo, no lo trataba como a un rey? (Días de amor y engaños, 21)

It.Del resto, se in trentacinque anni di matrimonio avesse dovuto prendere sul serio tutti gli scatti d’ira di suo marito... Bisognava riconoscere che Adolfo era un tesoro, un uomo dall’indole forse un po’ burbera, ma pur sempre un tesoro. E lei non era da meno. Non era forse anche lei un tesoro per suo mari-to? Non lo trattava come un re? (Giorni d’amore e di inganno, 26)

La equivalencia entre las dos locuciones es parcial.

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47. Llevar/Tirar las riendasDRAE: tirar la ~, o las ~s.locs. verbs. Sujetar, contener, reducir.DEI: no rec.GD: loc llevar/tener las riendas: tenere le redineDF: tirar la -, o las -s, fr. tirar la briglia (limitare, moderare, stringere i freni)

Esp.-No se preocupe, hace bien en preguntar. Además, lo de Pepe fue mucho más sencillo. Lo conocí por casualidad y ¡era tan encantador! La prudencia parecía serle indiferente, y los convencionalismos. Le daba igual desfi lar en una parada militar que en una procesión. Pensé que esta vez sería yo quien llevaría las riendas. Además no teníamos vínculos de trabajo. (Ritos de Muerte, 116)

It.-Non si preoccupi, fa bene a domandare. Tanto più che la storia con Pepe fu molto più semplice. Lo conobbi per caso ed era così simpatico! Sembrava ignorare la prudenzia e le convenzioni sociali. Per lui era lo stesso una para-ta militare o una processione. Pensai che questa volta sarei stata io a tenere le redini. E poi non c’erano rapporti di lavoro. (Riti di Morte, 214)

El empleo actual de esta UF ha desbordado su ámbito de origen (la equitación) extendiéndose al uso de la lengua común con el signifi cado metafórico de “controlar, dirigir”.

La equivalencia es total, ambas lenguas utilizan la misma imagen con las mismas connotaciones y estructura sintáctica.

48. Mandar al carajo a alguien o algoDiccionario DRAE: mandar a alguien al ~.1. loc. verb. coloq. Rechazarlo con insolencia y desdén.DEI: ¡al c.!, al diavolo!, all’inferno!GD: loc mandar al carajo: mandare al diavolo, mandare a fare in culoDF: no rec.

Esp.-¿ Tienes difi cultades fi nancieras?-Ninguna difi cultad. Pero ya sabes que el sueldo de policía no es muy ele-vado.-Si no hubiera abandonado el bufete...Intenté ser muy suave:-Hugo, por favor.-Era un bienestar ya conseguido.-Lo sé.-Y un trabajo bastante más digno para una mujer.Justo el momento idóneo para mandarlo al carajo, pero me resultaba imposi-ble hacerlo, de modo que lo dejé pasar. (Ritos de Muerte, 78 -79)

It.-Sei in diffi coltà fi nanziarie?-Nessuna diffi coltà. Ma lo sai anche tu che lo stipendio di un poliziotto non è molto elevato.-Se tu non avessi lasciato lo studio...Cercai di essere gentile:-Hugo, per favore.-Avevi la massima sicurità economica.-Lo so.-E una professione più dignitosa per una donna.Era il momento giusto per mandarlo al diavolo, ma non ci sarei mai riuscita, quindi rimasi zitta. (Riti di Morte, 146)

La locución española es malsonante y pertenece al registro coloquial, se trata de un caso de equivalencia parcial entre las UF mandar al carajo y mandare al diavolo, que presentan variación léxica y mantienen el mismo nivel expresivo. En español existe también la interjección malsonante ¡Al carajo! La locución española podría traducirse en italiano por mandare a quel paese.

49. Meterse en sábanas ajenasDRAE: meterse alguien en ~s ajenas.1. loc. verb. Murmurar, averiguando lo que a alguien no le importaDEI: no rec.GD: no rec.DF: no rec.

Esp.En el fondo todo aquel alboroto constituía una especie de restitución para la sociedad: el hombre que vivía de meterse entre las sábanas ajenas acababa teniendo los ojos fi jos del público en su mortaja. (Ritos de muerte, 103)

It.In fondo tutto quel chiasso costituiva un risarcimento per le sue vittime: l’uomo che metteva in piazza i panni sporchi altrui ora aveva tutti gli sguardi puntati sul sudario. (Riti di morte, 110)

La traductora ha resumido en una sola expresión dos locuciones que contraponen el ámbito público y el privado:

1. mettere in piazza, hacer que todo el mundo conozca algo que no de-bería difundirse porque pertenece a la vida privada.

2. lavare i panni sporchi in famiglia, discutir los problemas personales con la familia, en la intimidad el hogar.

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50. Meter la pataDRAE: meter alguien la ~.1. loc. verb. coloq. Hacer o decir algo inoportuno o equivocado.DEI: (col.) meter la, , fare una gaffa;GD: loc meter la pata: commettere uno sbaglio, fare una gaffeDF: meter uno la -, fr. fare una topica

Esp.Llevar las cuentas y la organización de la colonia no le resultaba demasiado difícil, otra cosa era tratar con las señoras, ver qué les hacía falta, con qué problemas se encontraban, qué soluciones podía proponerles. A veces tenía miedo de meter la pata, aunque no era frecuente que le pasara, tras casi dos años ya había cogido el tranquillo. (Días de amor y engaños, 24)

It.Gestire la contabilità e l’organizzazione del villaggio non era poi così pesan-te, ben altra cosa era avere a che fare con tutte quelle signore, capire le loro necessità, i loro problemi, e trovare ogni volta una soluzione. A volta aveva paura di sbagliare, ma ormai gli capitava di rado, dopo quasi due anni di lavoro. (Giorni d’amore e inganni, 29)

La equivalencia de las locuciones propuestas es nula. Podría haber uti-lizado la UF fare una gaffe.

51. Meter las narices en algoDRAE: meter las narices en algo. 1. loc. verb. coloq. Curiosear, entremeterse, sin ser llamado.DEI: (col.) meter las narices, fi ccare il naso GD: loc meter las narices en: fi ccare / cacciare il naso DF: meter las narices, fr. cacciare o fi ccare il naso in una cosa

Esp.-Sinceramente, Garzón, no comprendo cómo se las apaña usted para ser tan insensible. Ni siente ni padece. Está acostumbrado a todo, ¿verdad?-No. No había muchos periodistas en Salamanca.-¿Y entonces?-¿Por qué se enfada mucho? A la gente le gustan los escándalos. -Hasta ahora he hecho mi trabajo en el total anonimato. Me horrorizo sólo al pensar que haya alguien metiendo las narices en mis cosas, hostigándome, queriendo saber. (Ritos de Muerte, 71-72)

It.-Sinceramente, Garzón, non capisco come lei faccia ad essere così tranquil-lo. Non c’è niente che la tocchi. Ha fatto il callo a tutto, vero?-No. Non c’erano molti giornalisti a Salamanca.-E allora?-Perché se la prende tanto? Alla gente piacciono gli scandali.-Finora ho sempre svolto il mio lavoro nel completo anonimato. Mi fa orrore

pensare che qualcuno stia fi ccando il naso negli affari miei, che mi talloni, che voglia sapere. (Riti di morte, 133)

Meter las narices en algo y fi ccare il naso negli affari di qualcuno presenta una equivalencia total.

52. Meter (Estar) en el mismo sacoDRAE: meter en el mismo ~.1. loc. verb. Dar el mismo tratamiento o consideración, sin atender a dife-rencias que pueden ser legítimas.DEI: (col.) meter todo en el mismo s., fare d’ogni erba un fascio GD: loc meter en el mismo saco: fare di ogni erba un fascioDF: no rec.

Esp.Ni siquiera nosotros estábamos en el mismo saco, yo era su jefa y una maldita mujer. (Ritos de muerte, 72)

It.E che non eravamo sulla stessa barca: io ero il capo, oltre a essere una donna. (Riti di morte, 106)

Se comprueba la equivalencia de la imagen transmitida y del aspecto idiomático; diferente es, en cambio, la estructura sintáctica y léxica.

53. Pasar por altoDRAE: ~ alguien por alto.loc. verb. Omitir o dejar de decir algo que se debió o se pudo tratar.2. loc. verb. Olvidarse de ello.3. loc. verb. No tenerlo presente.4. loc. verb. No echar de ver algo por inadvertencia o descuido, o prescin-dir de ello deliberadamente.DEI: pasar por a., passare sopra, sorvolare GD: loc pasar por alto: sorvolare su, trascurare; saltare a piedi pariDF: pasar por alto (alguna cosa), passar sopra una cosa, passar sotto silenzio, lasciar da parte, chiudere un occhio.

Esp.Pasé por alto el comentario como si no lo hubiera oído. (pág. 65)

It.Ignorai il commento. (pág. 95)

La equivalencia es nula con pérdida del aspecto idiomático.

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54. Pasarle a alguien algo por la cabezaDRAE: pasarle a alguien algo por la ~.loc. verb. coloq. Antojársele, imaginarlo.DEI: (fi g.) pasar por la c., passare per la testa;GD: loc pasársele por la cabeza: passare per la testa, venire in menteDF: pasarle a uno por la -, fr. saltare in capo una cosa (venirne il capriccio, la voglia)

Esp.A nadie le pasó por la cabeza que su versión inicial no fuera verdadera. (Ritos de muerte, 79)

It.A nessuno era passato per la testa che la sua versione iniziale non fosse quella vera. (Riti di morte, 89)

La equivalencia es total.

55. Perder los estribosDRAE: perder alguien los ~s. 2. fr. Desbarrar, hablar u obrar fuera de razón.3. fr. Impacientarse mucho.DEI: (fi g.) perder los estribos, perdere le staffeGD: loc perder los estribos: perdere le staffe DF: perder los -s [...] Fig. perdere le staffe (perdere il controllo di sé stesso)

Esp.El padre, un obrero metalúrgico, perdía los estribos cada dos por tres, juraba vengarse, renegaba de la justicia, de la policía, de cualquier institución que tuviera la más mínima responsabilidad a su cargo. (Ritos de muerte, 52)

It.Il padre, operaio metallurgico, perdeva le staffe ogni tre secondi, giurava di vendicarsi, malediceva la giustizia, la polizia, qualunque istituzione avesse la minima responsabilità nella faccenda. (Riti di morte, 76)

Para expresar ira existen en español expresiones zoomórfi cas que esta-blecen una comparación explícita entre la persona airada y algún animal. A veces la referencia animal puede ser indirecta mediante alusión a acce-sorios relacionados con los mismos como sucede en este caso. Perder los estribos y perdere le staffe tienen el mismo signifi cado metafórico e idéntica estructura sintáctica. La equivalencia es total.

56. Perder de vista a alguienDRAE: perder alguien de ~ a alguien o algo.1. loc. verb. Dejar de verlo por haberse alejado o no alcanzar a distinguirlo.

DEI:, de vista a alguien, perdere qualcuno di vistaGD: loc perder(se) de vista: perder(si) di vistaDF: perder de -, perder di v.

Esp.Sin perder nunca de vista a su mujer, ni a su hija ni a su amante fantasma. (Ritos de muerte, 109)

It.Non bisogna perdere di vista l’ex moglie, e nemmeno la fi glia, per non parlare dell’amante fantasma. (Riti di morte, 125)

La equivalencia es total.

57. Poner a parir a alguienDRAE: no rec.DEI: (col.) poner a, a alguien, criticare qualcuno, parlare molto male di qual-cuno GD: loc poner a parir a alguien: mettere alle strette qualcuno; fare il pelo e il contropelo.DF: no rec.

Esp.Yo hacía salir de él los peores humores que su cuerpo abultado podía segre-gar, lo preñaba de negros presagios poniéndolo literalmente a parir. (Ritos de muerte, 125)

It.Ero io a spremere da lui gli umori più neri che il suo fi sico sovrabbondante riusciva a produrre, ero io a riempirlo di scuri rancori strapazzandolo conti-nuamente. (Riti di morte, 140)

La equivalencia es nula, con pérdida del aspecto idiomático.

58. Poner los ojos en blancoDRAE: poner alguien los ~s en blanco.2. loc. verb. Denotar gran admiración o asombro.DEI: no rec.GD: loc poner los ojos en blanco: stralunare gli occhiDF: poner los -s en blanco, stralunare gli o.

Esp. El desprecio era en su boca como la saliva, una secreción natural.-Empieza por decir qué hiciste en las fechas que nos interesan.Puso los ojos en blanco:-¡Oiga, ya está bien! Todas esas historias ya las he contado, están grabadas aquí, ¿por qué no las escucha y me deja en paz? (Ritos de Muerte, 62)

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It.Il disprezzo gli usciva di bocca come la saliva, una secrezione naturale.-Comincia a dirmi cosa hai fatto nelle date che ci interessano.Alzò gli occhi al cielo: -Adesso mi avete proprio rotto! Tutte queste storie le ho già raccontate, sono registrate lì, perché non si ascolta il nastro e mi lascia in pace? (Riti di Morte, 114-115)

La traducción alzare gli occhi al cielo no es apropiada, ya que posee un sentido que se aleja totalmente del signifi cado que posee la locución española. Hay, por tanto, equivalencia nula. Proponemos la traducción que ofrece el GD de Tam, stralunare gli occhi.

59. Ponérsele a alguien los pelos de puntaDRAE: ponérsele a alguien los ~s de punta.1. loc.verb.coloqu. Erizársele el cabello por frío o por alguna otra circuns-tancia. 2. loc. verb. coloq. Sentir gran pavor.DEI: (col.) ponérsele los pelos de punta (a alguien), sentirsi rizare i capelliGD: loc ponérsele los pelos de punta: rizzarsi i capelliDEI: ponérsele los pelos de punta (a alguien), sentirsi rizzare i capelli DF: ponérsele a uno los -s de punta, mi fa rizzare i capelli.

Esp.Pensar en Hugo llamándome para hablar conmigo cada vez que se peleara con Elvira me ponía los pelos de punta. Algo inverosímil durante todos aquel-los años en los que su honor herido había sido el único soporte de nuestra silenciosa relación. (Ritos de Muerte, 45)

It.La sola idea che Hugo potesse telefonarmi ogni volta che litigava con Elvira mi faceva venire i capelli dritti. Una cosa inverosimile dopo tutti quegli anni in cui il suo onore ferito era stato il fulcro della nostra silenziosa relazione. (Riti di Morte, 85-86)

Existe una equivalencia total entre las dos locuciones. Se caracterizan por la sinonimia interlingual, la isomorfi a de sus estructuras morfosintác-ticas y la congruencia de sus elementos léxicos.

60. Poner a alguien negroDRAE: poner a alguien ~.1. loc. verb. coloq. Irritarlo muchoLocución no recogida en ninguno de los tres diccionarios consultados en este trabajo.

Esp.-¡Me está poniendo usted negra con su tranquilidad, cualquiera diría que en Salamanca tenía que enfrentarse todas las noches con Jack el Destripador! (Ritos de muerte, 129)

It.-Mi sta facendo diventare pazza con la sua calma, chiunque direbbe che a Salaman-ca lei avesse a che fare ogni sera con Jack lo Squartatore! (Riti di morte, 191)

La equivalencia es nula con pérdida del aspecto idiomático.

61. Quitar(se) alguien de en medioDRAE: quitar de en medio a alguien.1. loc. verb. coloq. Apartarlo de delante, matándolo o alejándoloDEI: quitarse de en medio, levarsi di torno, togliersi di mezzo, togliersi dai piediGD: loc quitar de en medio a uno: levare di mezzoDF: quitar de en -, fr. togliersi di m., sbarazzarsi di...

Esp.Estamos en contextos en que no faltaba el dinero, cualquiera pudo contratar un matón para que lo quitara de en medio. (Ritos de muerte, 87)

It.Stiamo in ambienti dove il denaro non manca, chiunque avrebbe potuto assoldare un sicario per toglierlo di mezzo. (Riti di morte, 104)

Equivalencia es total.

62. Quitar hierroDRAE: quitar ~.loc. verb. coloqu. Rebajar, quitar importancia a lo que parece exagerado.GD: loc quitar hierro a: togliere lustro aDEI: (fi g.) quitar h. (a algo) non dare importanza, sdrammatizzareDF: no rec.

Esp.-Todo el que colabora con la policía es un poco mamón.-¿Cómo es posible que diga eso, Fermín?-¿Cómo me ha llamado?-Fermín es su nombre, ¿o no?-Pues es la primera vez que me llama por mi nombre.-Creí que le daba igual.-Y me da igual, sólo que de vez en cuando viene bien una cierta personali-zación, le quita hierro a ese trabajo. (Ritos de Muerte, 108-109)

It.-Tutti quelli che collaborano con la polizia sono delle lenze.

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-Come fa a dirlo, Fermín?-Come mi ha chiamato?-Fermín è il suo nome, o no?-Be’, è la prima volta che mi chiama per nome.-Credevo che per lei fosse lo stesso.-Infatti è lo stesso. Di tanto in tanto fa piacere una certa confi denza, smussa un pò gli angoli. (Riti di Morte, 200)

Las locuciones verbales quitar hierro y smussare un pò gli angoli son par-cialmente equivalentes porque presentan divergencias estructurales man-teniendo la misma base metafórica.

63. Refrescar la memoriaDRAE: refrescar la ~.1. loc. verb. Renovar el recuerdo de algo que se tenía olvidadoDEI:GD: loc refrescar la memoria: rinfrescare la memoriaDF: refrescar la -, rinfrescare la m.

Esp.Lo del bar ha sido un primer aviso para refrescarle la memoria en caso de que hoy no la tenga en forma.

It.Quello del bar è stato solo un avvertimento per rinfrescarle la memoria.

Equivalencia total.

64. Sacar en claroDRAE: ~ en claro.1. loc. verb. Deducir claramente, en sustancia, en conclusión.DEI: poner (dejar) algo en c., mettere in chiaro qualcosa, chiarire qualco-saGD: loc poner/sacar en claro: mettere in chiaroDF: poner en -, mettere in ch. (chiarire una cosa)

Esp.Naturalmente Coronas aprobó nuestra estrategia de trabajo dándose a los mil diablos. No tenía otra alternativa de momento. Si pasaba un tiempo prudencial y no habíamos sacado nada en claro, nos apartaría a Moliner de la investigación...

It.Naturalmente Coronas approvò la nostra strategia di lavoro, anche perché al momento non c’erano alternative. Questo non vuol dire che non fosse in-cavolato. Se entro un tempo ragionevole non fossimo riusciti a venire a capo di qualcosa, avrebbe sollevato me o Moliner dal caso...

La equivalencia es parcial. La traducción de M. Nicola venire a capo di qualcosa, enfatiza el esfuerzo que se hace para llegar a una conclusión o para aclarar algo.

65. Sacar (llegar) a fl oteDRAE: a ~. 2. loc. adv. A salvo, fuera de peligro, difi cultad o apuro. DEI: no rec.GD: loc salir a fl ote: rimanere a galla; venire a galla. DF: sacar a -, rimettere a galla || se pone siempre a fl ote, Fig. se la cava sem-pre bene, si rimette sempre a galla.

Esp.El pequeño patio que había logrado sacar a fl ote no se libró de una zozobra total. (Ritos de muerte, 9)

It.Il piccolo patio che ero riuscita a rimettere in sesto non sfuggì al disastro. (Riti di morte, 13)

Existe una equivalencia de la imagen transmitida y del aspecto idiomático entre las locuciones, aunque la estructura sintáctica y léxica sea diferente.

66. Sacar de quicio algoDRAE: sacar de ~ algo.1. loc. verb. Violentarlo o sacarlo de su natural curso o estadoDEI: (fi g.) sacar a alguien de q., far uscire qualcuno dai gangheriGD: loc sacar de quicio a (sic) algo: ingigantire qualcosa; deformare qual-cosa; snaturare qualcosa.DF: sacar de quicio a uno, fr. Farlo uscir dai gangheri, fargli perdere la pa-zienza; salir de su quicio, o de sus quicios una cosa, fr. Essere fuori di misura, spropositata, eccessiva.

Esp.Cuando le conocí me divirtió mucho su capacidad para sacar las cosas de quicio. Me pareció un muchacho atractivo y dulce, un relajo para cualquier empacho de realidad. Vivía en el mundo a distinto nivel. Yo podía subir o bajar por su escalera según me lo dictara el humor. (Ritos de Muerte,, 34)

It.Quando lo conobbi mi divertiva molto la sua capacità di mettere a soqquadro le cose. Mi pareva un ragazzo attraente e dolce, una gioia per chiunque fosse soffocato dalla realtà. Viveva su un livello diverso. Io potevo salire o scendere le scale a seconda di cosa mi dettasse l’umore. (Riti di Morte, 64)

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Las locuciones Sacar las cosas de quicio y mettere a soqquadro le cose presen-tan variación léxica entre ellas y no hay equivalencia porque no mantienen el mismo nivel expresivo. Podría traducirse por la UF creare scompiglio.

67. Ser la lecheDRAE: ser alguien o algo la ~.1. loc. verb. vulg. Ser extraordinarioDEI: no rec.GD: ser la leche: essere il colmoDF: no rec.

Esp.-¡Esto es la leche! Empiezo a sentirme perseguida. (Ritos de muerte, 139)

It.-Miseria! Comincio a sentirmi perseguitata. (Riti di morte, 207)

No existe equivalencia, se pierde el aspecto idiomático.

68. Ser, o no ser, el plato del gusto de alguien DRAE: ser, o no ser, ~ del gusto de alguien.1. locs. verbs. coloqs. Serle o no grata una persona o cosa.DEI: no rec.GD: no rec.DF: ser, o no ser, - del gusto de uno, fr. essere, o non essere, cosa o persona a uno grata

Esp.Localizó a las víctimas y procuró hacer coincidir sus horarios. Cada vez que las reclamábamos para algo había que prever negativas tajantes o bien excusas para no colaborar. Sin duda no era plato de su gusto volver sobre el pasado, revivir sensaciones. Supuse que ninguna de ellas tenía la más míni-ma fe en que nuestras pesquisas acabaran en una rápida resolución. (Ritos de Muerte, 69)

It.Rintracciò le vittime e cercò di fare combaciare i loro orari. Ogni volta che le chiamavano per qualcosa ci sentivamo oppure netti rifi uti o scuse, qualunque cosa pur di non collaborare. Non doveva essere divertente per loro rivangare il passato, rivivere quelle sensazioni. A quanto pareva, nessuno di loro aveva la minima fi ducia nei risultati delle nostre ricerche. (Riti di Morte, 129)

La traducción italiana essere divertente, cuyo sentido se aleja del signifi -cado de la locución española, resulta poco apropiada. La equivalencia es nula. Podría traducirse por piacere, o non piacere qualcosa a qualcuno; gradi-re, o non gradire qualcosa a qualcuno.

69. Ser mal bichoDRAE: mal ~.1. m. bicho (- persona aviesa) DEI: (fi g. desp.) ser un mal b., essere una brutta bestia GD: mal bicho: brutta bestiaDF: mal -, Fig. Cattivo soggetto; malvagio

Esp.Tiene toda la pinta de ser un... mal bicho. (Ritos de muerte, 46)

It.Ha tutta l’aria di essere un... brutto tipo. (Riti di morte, 67)

Equivalencia nula y pérdida del aspecto idiomático.

70. Ser algo pan comidoDRAE: ser algo ~ comido.1. fr. coloq. Ser muy fácil de conseguirDEI: (col.) ser, comido, essere facilissimo, essere un gioco da ragazzi GD: ser pan comido: essere un gioco da ragazzi DF: no rec.

Esp.Estaban sentadas cada una por su lado, evitando cualquier grupo homogé-neo. No se miraban a la cara, hurtaban el frente a frente. Nada que ver con otros afectados por desgracias comunes, víctimas de incendios o inundacio-nes. No iba a ser pan comido hacer que hablaran. (Ritos de Muerte, 72)

It.Se ne stavano sedute ciascuna per conto suo, senza formare un gruppo. Non si guardavano in faccia, rifuggivano i contatti. Al contrario di altre vittime di disgrazie comuni, come incendi o inondazioni. Farle parlare non sarebbe stata una passeggiata. (Riti di morte, 135-136)

Ser pan comido y essere una passeggiata comparten signifi cado aunque presenten diferencias léxicas y sintácticas, poseen por tanto equivalencia parcial.

71. Tocarle las narices a alguienDRAE: loc.verb.coloqu. Molestarlo, fastidiarlo.Vox: Coloquial molestar o fastidiar mucho; como me toquéis mucho las narices os vais a quedar sin regalos.DEI: (col.) tocar las narices, infastidire, importunare GD: NoDF: No

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Esp.Garzón entró, precedido de un trompeteo de venganza. Sin embargo, de-scarté pedirle disculpas.-¿Qué tal?-preguntó.-Nada espectacular, pero ahora podemos estar convencidos de que se trata del mismo hombre.Era su turno de tocarme las narices.-Creí que eso lo dábamos por sentado.-Pues no, podía tratarse de una banda, un grupo de indeseables. (Ritos de Muerte, 75-76)

It.Garzón entrò, preceduto da una folata vendicativa. Tuttavia, decisi di non chiedergli scusa.-Com’è andata?-domandò.-Niente di spettacolare, ma ora possiamo stare sicuri che si tratta dello stes-so uomo.Era venuto il suo turno di rompere le scatole.-Credevo che fosse già una cosa assodata.-E invece no, poteva trattarsi di una banda, di un gruppo di malviventi. (Riti di Morte, 140-141)

La traducción italiana rompere le scatole posee el mismo signifi cado con-notativo que la locución española “molestar, fastidiar a alguien”, pero no presenta convergencia con ella en el plano lexical. Por tanto, se trata de un caso de equivalencia parcial.

72. Tomar el pelo a alguienDRAE: tomar el ~ a alguien.1. loc. verb. coloq. Burlarse de él con elogios, promesas o halagos fi ngi-dos.DEI (col.) tomar el, , prendere in giroDF: tomar el - a uno, fr. prenderlo in giro - le han tomado el -, l’hanno preso in giro.

Esp.¿Le estaba tomando el pelo o hablaba en serio? (Mensajeros en la oscuridad, 44)

It.Parlava sul serio o la stava prendendo in giro? (Messggeri dell’oscurità, 51)

Equivalencia total.

73. Tomarse a pechoDRAE: tomar, o tomarse, alguien a ~, o a ~s, algo.1. locs. verbs. Mostrar mucho interés y empeño.2. locs. verbs. Ofenderse excesivamente por ello.

DEI: tomar a, , prendere qualcosa di petto GD: coger / tomar a pecho: prendere a cuore; prendere maDF: echarse, o tomar a pechos una cosa, prendere a petto una cosa (con impegno)

Esp.Cuando alguien está en libertad provisional y lo llaman para declarar como posible sospechoso suele tomárselo bastante a pecho. (Ritos de muerte, 60)

It.Quando un soggetto in libertà provvisoria viene chiamato a deporre, di so-lito prende la cosa molto sul serio. (Riti di morte, 88)

Equivalencia de la imagen transmitida y del aspecto idiomático; dife-rente estructura sintáctica y léxico.

74. Volver a alguien tarumbaDRAE: volver a alguien ~.loc. verb. coloqu. Atolondrarlo, confundirlo.DF: (Volver a uno) fr. fam. stordire, confondere uno

Esp.-Usted quiere volverme tarumba, Garzón, nada de todo eso tiene la más mí-nima prueba que lo avale.-¿Cómo encontrar pruebas contra alguien que uno no se ha dedicado a bu-scar?-Es usted como un guionista de Hollywood.-¿Sería capaz de desestimar de un plumazo ese camino? (Ritos de Muerte, 183)

It.-Lei vuol farmi rimbambire, Garzón, non c’è la minima prova a sostenere tut-to questo.-Come può trovare delle prove contro qualcuno che non abbiamo neanche cercato?-Lei è uno sceneggiatore di Hollywood.-Se la sentirebbe di scartare completamente questa eventualità? (Riti di Morte, 336)

El grado de equivalencia que se aprecia en tales locuciones es total, ya que presentan un mismo signifi cado connotativo, una misma base me-tafórica y similares estructuras léxico-sintácticas.

Los discentes italohablantes deberán aprender el signifi cado de las UFS sin encontrar a menudo correspondencias entre las estructuras, labor en la que el diccionario bilingüe juega un papel fundamental. Con frecuencia los repertorios lexicográfi cos no resultan un instrumento sufi ciente para poner perfectamente en relación las dos lenguas. La intención de este úl-

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timo capítulo es la de analizar el modo en que los repertorios bilingües pueden facilitar la labor de reconocimiento y producción de UFS o difi -cultar, en cambio, su correcto aprendizaje. Asimismo se desprende del análisis del corpus la utilidad de que los discentes aprendan las unidades fraseológicas a partir de su análisis en diversos contextos de uso y contex-tos comunicativos, que facilitan su comprensión.

En la labor de traducción han de tenerse en cuenta una serie de coor-denadas marcadas esencialmente por el contexto, que a fi n de cuentas es el que condiciona la traducción y la aplicabilidad o no de los equivalentes ofrecidos por la obras lexicográfi cas. El diccionario bilingüe no cumple con su cometido completamente si permanece como un simple almacén de lexemas y equivalentes estáticos, necesita revelar el sistema dinámico entre las lenguas, la función de las palabras en su contexto, la interac-ción social y cultural. Plasmar todo esto en los diccionarios bilingües de español-italiano es una labor inagotable y complicada que hemos visto mejorada con la publicación reciente del Grande dizionario Arqués y Padoan (2012), cuyo análisis bien merece un trabajo aparte.

Aunque todavía se está lejos de ofrecer respuestas defi nitivas, se con-sidera al mismo tiempo que se están dando pasos importantes a fi n de conocer mejor esta fascinadora parcela de la lingüística o lingüística con-strastiva, cuyo estudio resulta imprescindible para conocer mejor los en-tresijos de ambas culturas.

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