2. trabajo en sociedad capitalista. tp

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Trabajo y Ciudadanía. Unidad 2 Prof.: Mercedes Sanchez Viamonte 1 Unidad 2. La organización del trabajo en las sociedades capitalistas El trabajo en la historia El trabajo es una de las principales actividades humanas desde hace millones de años, pero, como decíamos, no se ha desarrollado siempre del mismo modo. Será preciso, entonces, observar qué modalidades de trabajo han existido en la historia para poder, luego, abordar con otras herramientas el trabajo en la sociedad capitalista contemporánea. A lo largo de la historia existieron diferentes formas de organización económica y social. Sabemos que hubo un tipo de organización en el cual los sectores sociales dominantes se enriquecían apropiándose del producto del trabajo de los esclavos. Este tipo de organización social es la sociedad esclavista. Los amos, propietarios de tierras y esclavos, eran dueños de todo lo que producían los esclavos y se ocupaban de alimentarlos. El esclavo era propiedad del amo, como una herramienta más (como los bueyes o el arado). Un ejemplo de sociedad esclavista es el imperio romano. El trabajo esclavo fue característico en la antigua Roma. Los esclavos se desempeñaron en distintos ámbitos y en distintos tipos de actividades. En la ciudad realizaron trabajos artesanos y minoritariamente servicios domésticos. Sin embargo la gran masa de esclavos se encontraba en el ámbito rural, realizando trabajos agrícolas en los latifundios de sus amos. La condición de esclavo era equiparable al de una herramienta vocal, un individuo carente de todo derecho y silenciado de cualquier posibilidad de reclamo. La energía consumida por el trabajo del esclavo no encontraba ningún tipo de beneficio, pues toda su producción era apropiada por el latifundista. De estas circunstancias resulta que un esclavo en la Antigua Roma encontrara imposible mejorar sus condiciones de vida. Ante esta realidad los esclavos no tenían ningún interés en realizar su trabajo de forma eficiente. Mientras que el amo esclavista obtenía sus beneficios gracias a que era dueño de los esclavos. Esta situación combinada fue la que provocó que en la antigua Roma no se desarrollarán significativas tecnologías o adelantos para acelerar y extender la producción, pues la existencia de grandes latifundios esclavistas garantizó los medios necesarios para el sostenimiento económico de la sociedad. La totalidad de la riqueza de la antigüedad y el esplendor de sus ciudades bajo la supremacía de Roma surgió del sistema esclavista que convirtió a grandes números de personas en bestias de carga denominadas instrumentum vocale.

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Trabajo y Ciudadanía. Unidad 2 Prof.: Mercedes Sanchez Viamonte

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Unidad 2. La organización del trabajo en las sociedades capitalistas

El trabajo en la historia

El trabajo es una de las principales actividades

humanas desde hace millones de años, pero, como

decíamos, no se ha desarrollado siempre del mismo

modo. Será preciso, entonces, observar qué modalidades de trabajo han existido en la historia para

poder, luego, abordar con otras herramientas el trabajo en la sociedad capitalista contemporánea. A lo

largo de la historia existieron diferentes formas de organización económica y social. Sabemos que hubo

un tipo de organización en el cual los sectores sociales dominantes se enriquecían apropiándose del

producto del trabajo de los esclavos. Este tipo de organización social es la sociedad esclavista. Los amos,

propietarios de tierras y esclavos, eran dueños de todo lo que producían los esclavos y se ocupaban de

alimentarlos. El esclavo era propiedad del amo, como una herramienta más (como los bueyes o el arado).

Un ejemplo de sociedad esclavista es el imperio romano.

El trabajo esclavo fue característico en la antigua Roma. Los esclavos se desempeñaron en

distintos ámbitos y en distintos tipos de actividades. En la ciudad realizaron trabajos artesanos y

minoritariamente servicios domésticos. Sin embargo la gran masa de esclavos se encontraba en el

ámbito rural, realizando trabajos agrícolas en los latifundios de sus amos.

La condición de esclavo era equiparable al de una herramienta vocal, un individuo carente de todo

derecho y silenciado de cualquier posibilidad de reclamo. La energía consumida por el trabajo del esclavo

no encontraba ningún tipo de beneficio, pues toda su producción era apropiada por el latifundista. De

estas circunstancias resulta que un esclavo en la Antigua Roma encontrara imposible mejorar sus

condiciones de vida. Ante esta realidad los esclavos no tenían ningún interés en realizar su trabajo de

forma eficiente. Mientras que el amo esclavista obtenía sus beneficios gracias a que era dueño de los

esclavos.

Esta situación combinada fue la que provocó que en la antigua Roma no se desarrollarán

significativas tecnologías o adelantos para acelerar y extender la producción, pues la existencia de

grandes latifundios esclavistas garantizó los medios necesarios para el sostenimiento económico de la

sociedad. La totalidad de la riqueza de la antigüedad y el esplendor de sus ciudades bajo la supremacía

de Roma surgió del sistema esclavista que convirtió a grandes números de personas en bestias de carga

denominadas instrumentum vocale.

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Siglos después la sociedad feudal europea tuvo como

una de sus principales características la existencia de un

sector social constituido por los señores feudales con el

derecho de apropiarse de una parte de la producción de

las familias campesinas que ocupaban sus tierras. A

diferencia del esclavo romano que era alimentado por su amo, el siervo (campesino feudal) debía

producir con sus propias herramientas alimento para su propia familia y un excedente para entregar al

señor feudal a cambio de su "protección". De modo que, en estas circunstancias, el siervo campesino era

dueño de su producción, sin embargo, como se ha estudiado en historia en años anteriores, estaba

obligado a pagar la renta feudal con parte de su propio trabajo.

Vemos que en los modos de producción previos al capitalismo el trabajo presenta características

distintas. En ambos casos el trabajo se instituye como la actividad principal para reproducir la vida

material del conjunto social, sin embargo tanto en el caso de la sociedad esclavista como en el de la

sociedad feudal los frutos de ese trabajo no se reparten equitativamente entre los sectores sociales y,

de hecho, no todas las clases sociales -como vemos- trabajaban. Por el contrario en ambas sociedades

nos encontramos con una paradoja, aquellos que más trabajaban eran los más pobres, y con su trabajo

sostenían materialmente a toda la sociedad. ¿Por qué? Veamos un texto que puede darnos algunas pistas

para explicar esto:

La teoría de los tres órdenes de la sociedad feudal

Hacía el año 1000 la Iglesia Cristiana había adquirido un gran peso en la sociedad europea en términos económicos, políticos y sociales. Su poder económico procedía de algunas de las facultades que se le adjudicaban desde la época de Roma. La Iglesia, como representante de dios era la encargada de perdonar los pecados, si algún miembro de la sociedad quería alcanzar el cielo era imprescindible hacerlo con un “alma limpia de pecado”.

Fue entonces que los miembros de la nobleza, temerosos de que sus conductas en la tierra no hayan sido bien vistas por Dios, comenzaron a hacer donaciones grandiosas a la Iglesia. Estas donaciones podían realizarse justo antes de morir, cuando el noble más cerca estaba de enfrentarse al “juicio divino”, entregando a la Iglesia -a cambio del perdón- gran parte de las riquezas amasadas en vida. Pero no solo antes de morir, sino en confesiones ordinarias, se estableció la costumbre de que a cambio del perdón de los pecados se debía ofrecer algo a la institución que estaba garantizando el acceso a paraíso. La compra del perdón se convirtió en una instancia de enriquecimiento sin fin para la Iglesia. Pero además la Iglesia era parte de la Nobleza, esto es, dueña de tierras que eran trabajadas por Siervos Campesinos. En este aspecto, La Iglesia se desenvolvía como un señor feudal más percibiendo la renta de la tierra y cobrando los impuestos que la costumbre señalaba.

La Iglesia gozó durante mucho tiempo de una gran influencia en la sociedad, e intentó convertirse en una institución totalizadora, delimitando y penetrando en todos los ámbitos de la sociabilidad. Así, por ejemplo, elaboró la Teoría de la Paz de dios, que pretendía resignificar los principios de la guerra

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entre señores. Pero también estableció normas y pautas, remarcando aquellas cosas que eran bien vistas por Dios y aquellas que no. Las que no eran vistas bien por Dios eran consideradas pecados, y estos pecados comprometían la salvación del alma. De tal modo fue que en esta época, la Iglesia esgrimió la Idea de que la sociedad de entonces estaba dividida en tres ordenes: Aquellos cuya función era hacer la guerra, aquellos cuya función era Rezar para la salvación de todos, y aquellos que estaba señalados por Dios para trabajar y mantener a los otros dos ordenes. La Teoría de los Tres Ordenes legitimó el funcionamiento de la sociedad feudal, y justificó la existencia de esas “distintas tareas” aduciendo que ese era el modelo establecido por Dios, aquella persona que se opusiera estaba, entonces, oponiéndose a los designios de Dios y poniendo su alma al servicio del diablo. Debido a esta serie de preceptos y resoluciones fueron muchos los que temieron enfrentarse a la iglesia, y por el contrario buscaban mantener buenas relaciones con ella.

La Iglesia aumentó más y más su poder e influencia, y se convirtió en una institución capaz de acumular grandes riquezas (Para gloria de Dios) pues, a diferencia de los señores feudales, no debía establecer herencias ni subdividir sus posesiones entre sus descendientes; el concilió de Letrán (1123 dc) había establecido el celibato para concentrar riquezas.

Antes de que las revoluciones de los siglos XVII, XVIII y XIX triunfaran en Europa y en América,

disposiciones legales –avaladas por soberanos y/o Estados- garantizaban la existencia de distintos status

sociales. Como vemos, en la teoría de los tres ordenes, esto quedaba claro y era sostenido por la

institución que representaba a dios en la tierra. Sin embargo, las revoluciones burguesas trajeron al

mundo una nueva noción, la de libertad e igualdad. Desde entonces todos los hombres eran iguales y

libres. El capitalismo, por su propia lógica, precisaba de esa igualdad.

El capitalismo es ante todo, y sobre todo, un sistema social histórico. Como en los sistemas

previos, podemos adjudicarle un inicio y no pareciera descabellado pensar que en algún momento de

lugar a otro tipo de organización social.

La palabra capitalismo se deriva de capital. Sería lógico, pues, pensar que el capital es un elemento clave

en el capitalismo. Pero ¿qué es el capital? En una de sus acepciones es simplemente dinero acumulado,

pero cuando se usa en el marco de un análisis económico del sistema tiene una connotación más

específica. No es solo la reserva de bienes de consumo, riquezas, máquinas, o el derecho al uso de

determinada cosa, aunque –por supuesto- incluye a éstos. Si fuera solamente ello podríamos afirmar

que el capital existió desde la prehistoria, y lo que necesitamos ahora es precisar las características

peculiares que tiene el capitalismo.

Justamente, un aspecto peculiar del nuestro sistema contemporáneo es que el capital se utiliza

para autoexpandirse, es decir, el capital tiene como fin principal -aunque no único- reproducirse y

generar siempre más capital. El capital, entonces, involucra siempre a un propietario del mismo que

precisa, inexorablemente, relacionarse con otras personas para generar más capital. Esas otras personas

conforman A) La fuerza de trabajo o asalariados, B) a otros capitalistas que provean los insumos

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necesarios para elaborar alguna mercancía, C) un mercado consumidor (gente que compre aquello que

se ofrece).

Es por ello que afirmamos que el capitalismo no existió siempre. Nuestro capitalista, a quien

vamos a llamar Don Jorge, para fabricar camisas precisa de otro empresario que le provea de tela,

botones, etc. Pero además necesitará de gente que esté dispuesta a trabajar en su fábrica (a cambio de

un salario) y por último de otras personas que deseen comprar sus camisas (el mercado consumidor).

Esto –la existencia de todos estos factores- que hoy se nos presenta como algo natural en realidad es

consecuencia de un devenir histórico que lo permitió.

Recordemos algo que hemos señalado más arriba: El capital persigue como fin su ampliación, su

crecimiento. Antes del capitalismo un individuo o un grupo de individuos podría decidir, por supuesto,

que le gustaría invertir su dinero para obtener más dinero. Pero, antes de llegar a determinado momento

histórico, no había sido nunca fácil para tales individuos hacerlo con buenos resultados. En primer lugar

debían contar con personas disponibles para trabajar, personas libres que además no fueran

propietarios de tierras para obtener su subsistencia o herramientas o talleres para elaborar productos

que vender. Una vez conseguidos los trabajadores y producidas las mercancías, éstas tenían que ser

comercializadas de alguna forma, ello implica que necesariamente debían existir personas con poder

adquisitivo para comprar esas mercancías y, además, éstas debían circular libremente, sin que ninguna

autoridad política pudiera retenerlas. Las mercancías debían ser vendidas por encima de su coste total

de producción y además debía ese valor debía ser superior a lo que el capitalista necesitaba para vivir,

es decir tenía que tener una “ganancia”.

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Para que toda esta cadena de fenómenos pudiera tener lugar era necesario que las reglas que

regían el feudalismo fueran derribadas. Las revoluciones de los siglos XVII, XVIII, y XIX, acabaron

finalmente con los privilegios de los señores feudales y estos desaparecieron. Al mismo tiempo los

siervos campesinos fueron separados de la tierra, dejaron de estar “atados a la tierra” y fueron liberados

pero –sobre todo- ya no tuvieron acceso a los recursos que esta proveía, con lo cual debieron buscar

trabajo a cambio de un salario en las ciudades en las fábricas de los nuevos empresarios. Las mayorías,

entonces, se convirtieron en trabajadores asalariados. Al percibir salarios se convirtieron también en el

mercado consumidor. El trabajo, bajo el capitalismo, se convirtió en una mercancía que se compra y se

vende como cualquier otra mercancía.

Vemos entonces que Capital no significa solamente dinero, riquezas, fábricas, máquinas o tierras.

Es ante todo un modo particular de relacionar a distintos tipos de personas para producir su existencia.

Mientras para unos el trabajo se convierte en el modo de acceder a una remuneración económica que

llamamos salario, para otros es la herramienta central por medio de la cual intentan ampliar sus

ganancias.

El capitalismo industrial, con la incorporación de la máquina a esa nueva unidad productiva -la

Fábrica- modificó no solamente la forma de trabajar sino, también, la fisonomía geográfica-

arquitectónica donde los hombres ahora vivían, cambiando también, e integralmente, sus vidas: Del

campo los hombres y mujeres se fueron a la ciudad, la ciudad se llenó de arte, de luz, de nuevas culturas,

de escuelas y universidades. Se llenó también de conflictos y, tal como hemos estudiado, de gente que

disponía de tiempo para estudiar esos conflictos. Pero el tiempo no se detuvo, la tecnología continua

avanzando y modificando las características del trabajo. Para algunos, estamos ante la presencia de una

nueva era, el capitalismo postindustrial.

La sociedad postindustrial se corresponde con una época de capitalismo flexible, donde las

nociones de clase se han vuelto líquidas y donde, por ende, tal como sostienen algunos autores, la

explotación, el disciplinamiento y la alienación laboral han desaparecido para siempre.

Para poder pensar y discutir estas ideas nos detendremos a revisar aquellos aspectos peculiares

y únicos que distinguen la nueva etapa de las precedentes.

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Los problemas del capitalismo: Alienación, Explotación y disciplinamiento

Ciertos pensadores han tendido a diferenciar distintas etapas del desarrollo capitalista. En cada

etapa el trabajo habría adquirido distintos significados y la producción económica central habría girado

sobre ejes particulares. Así, existe cierto acuerdo sobre una primera etapa en que la producción del

capital giraba en torno al comercio, constituyendo el llamado capitalismo comercial, una segunda etapa

vinculada a la producción industrial y otra donde el capital se reproduce, principalmente, a partir de las

actividades financieras. Esta última etapa habría dado origen al llamado capitalismo postindustrial o

sociedad postindustrial.

La noción de capitalismo postindustrial presenta varios problemas que, sin embargo, no

podemos eludir.

El capitalismo postindustrial es un concepto propuesto por varios teóricos de la sociología y la

economía para describir el estado de un sistema social y económico que ha evolucionado según unos

cambios específicos en su estructura que corresponden a un estadio de desarrollo posterior al proceso

de industrialización clásico de la Revolución industrial (la sociedad industrial, que a su vez es un estado

posterior al de sociedad preindustrial). En una sociedad postindustrial se ha producido una transición

económica, que reestructura la sociedad entera, entre una economía basada en la industria a otra

basada en los servicios. La unidad de producción fundamental se ha trasladado de la fábrica a la oficina,

habiendo la producción alcanzado un grado de automatización tal que, nuestra vieja clase obrera ya no

existiría. Se considera que, en la sociedad postindustrial se ha desarrollado:

o Un enorme crecimiento del sector servicios, en comparación con el sector industrial.

o Considerable aumento de las tecnologías de la información, que lleva a la constitución del

concepto de la "era de la información". La información, el conocimiento y la creatividad

son las nuevas materias primas de la economía, pudiéndose hablar de la revolución de la

información.

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La explotación.

Digamos que, como mínimo, existen dos maneras de entender el concepto de explotación, uno

signado por el “sentido común” construido por la costumbre, en que la explotación vendría a asociarse

a las sociedades precapitalistas, al trabajo esclavo, y a ciertas condiciones de trabajo que -claro está- aún

persisten y que cuando son descubiertas ocupan las tapas de todos los diarios. (Los casos más

renombrados se vinculan a los talleres textiles clandestinos donde, por general, los explotados son

personas indocumentadas procedentes de países vecinos, aunque últimamente se está asociando el

concepto a la explotación sexual y trata de personas).

Actividad Nro.1: Para reflexionar sobre el tema, leeremos la nota de Roger Plant : “Explotación

laboral en el siglo XXI” para luego contestar:

a. Dar una definición de Explotaciòn Laboral

b. Robert Plant sostiene que para que exista explotación debe hacer coacción. ¿Còmo se da la

coacción en las economías modernas?

c. ¿Cuàles son las tres categorìas de trabajo forzoso?

d. A partir de la afirmación: “lo primero que se necesita para erradicar la trata de personas con

fines de explotación laboral es voluntad política”, buscar en diarios nacionales noticias en

donde se vea reflejado esto.

e. ¿Còmo se podría eliminar el trabajo forzoso?

f. El Protocolo de Palermo establece que la explotación debe comprender como mínimo abusos

como el trabajo forzoso, la esclavitud y la servidumbre. ¿Creen existe explotaciòn sin

necesidad de caer en estos extremos?

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No logo. El sistema de producción al estilo Nike.

En su libro más famoso, No Logo, la

periodista Canadiense Naomi Klein, desarrolla

una crítica profunda a lo que ella llama Sociedad

de las marcas. Escrito al calor de los

movimientos antiglobalización de la década del

noventa, No Logo, denuncia la reconversión de

las antiguas fábricas, elaboradoras de productos,

en empresas fabricadoras de marcas.

En esa época, John Ermatinger, presidente

de Levi´s, afirmaba lo siguiente al explicar la decisión de la empresa de cerrar veintidós

fábricas y despedir trece mil trabajadores norteamericanos en 1997:

“Nuestro plan estratégico en América del Norte consiste en

dedicarnos con intensidad a la gestión de la marca, al marketing y a los productos de diseño

como medio ara satisfacer la necesidad de ropas informales que tienen los consumidores. Al

transferir una porción significativa de nuestras actividades de producción a los mercados

estadounidense y canadiense a contratistas del resto del mundo, daremos a la empresa

mayor flexibilidad para asignar recursos y capital a sus marcas. Estas medidas son esenciales

si queremos seguir siendo competitivos”

El estudio de Naomi Klein es contundente. Demuestra, por ejemplo, que Nike se

enorgullece de haberse deshecho de sus

fábricas. Toda su producción es realizada por

empresas contratistas ubicadas en el sudeste

asiático. Ello la convierte en una empresa que

accede siempre a término y a costos bajísimos

a los volúmenes de producción que necesita al

tiempo que, como no dispone de grandes

inversiones de capital fijo, puede movilizar sus

recursos allí donde lo necesite y con una

flexibilidad enorme. Su esfuerzo empresarial se focaliza, entonces, en la concreción de

contratos con grandes figuras del deporte mientras que las famosas zapatillas son elaboradas

en talleres de zonas liberadas, “pequeños Estados” dentro de otros Estados donde se

promueve la llegada de empresas mundiales, suprimiendo impuestos y derechos de

importación y exportación. Según la descripción que hace Klein al respecto, estos talleres

tienen las siguientes particularidades:

Durante la década del noventa, y a raíz de las

innumerables denuncias que recibió, Nike se

comprometió a mejorar las condiciones laborales en las

empresas contratistas. Sin embargo, a lo largo de la

última década, reiterados casos de violencia se

registraron en las contratistas de Converse (del grupo

Nike) y los salarios continúan por debajo de la línea de

subsistencia.

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• Los espacios productivos son constituidos por galpones, con paredes de plástico o

aluminio sin ventilación.

• Los talleres son controlados por personal armado y nadie que no sea empleado puede

ingresar a los mismos.

• Los salarios diarios no son ni siquiera de subsistencia.

• Las trabajadoras son principalmente jóvenes, de entre 15 y 21 años, y mujeres.

• Las trabajadoras son contratadas siempre de forma temporaria. Como las condiciones

sociales y económicas de las zonas elegidas para producir son de extrema pobreza,

la expectativa de cobrar, cuanto menos, un salario, funciona como equilibrio frente

al inexistente incentivo de ascender en la empresa o mejorar sus condiciones

laborales.

En términos estrictos las costureras no son empleadas de Nike sino de sus contratistas.

A pesar de numerosas críticas que ha recibido la empresa -que en definitiva es el motor de este

negocio tan millonario como indigno- Nike poco se molestó en intentar negar o modificar las

condiciones de elaboración de sus productos. Sin embargo el caso Nike es idéntico, tal como

analiza Klein, al de Adidas, Reebok, GAP, IBM, y tantos otros casos.

Del otro lado del espejo, en occidente, se completa el panorama del nuevo sistema de

producción: Fábricas abandonas y elevadísimos índices de desocupación. Aquellas personas

que conservan su empleo, en los llamados países centrales, son trabajadores de oficina, o

trabajadores de cuello blanco. Son, lo que en palabras del presidente de Nike, Phil Knight,

PIENSAN como expandir la marca.

Allí existen, sin duda, mejores condiciones laborales que las de sus pares invisibilizados

y subcontratados orientales. Buenos salarios y toda una política empresarial que busca

presentar a la firma como un sitio agradable donde ganar dinero. Si bien las jerarquías siguen

existiendo, se intenta construir un espacio amigable donde se fomente la creatividad y donde

el trabajo en equipo es un verdadero valuarte.

Sin embargo allí mismo, que es también el modelo de la nueva empresa de servicios, se

han implementado nuevos mecanismos de control laboral, apelando a una fusión entre

tecnología de avanzada y dispositivos sociales como los departamentos de Recursos Humanos.

Actividad Nro.2: A partir de la lectura y análisis sobre las políticas de Nike reflexionar sobre si hay

explotación o no en esta forma de llevar a adelante la empresa. ¿Cuàl es la responsabilidad de Nike

frente a esos talleres donde fabrican para ellos? ¿Es cómplice?

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Alienación

La alienación o enajenación es el fenómeno de suprimir la personalidad, desposeer al individuo

de su personalidad o deshacer la personalidad del individuo, controlando y anulando su libre albedrío,

para hacer a la persona dependiente de lo dictado por otra persona u organización. El alienado

permanece dentro de sí, ensimismado por su desorientación social. La alienación es un proceso

mediante el cual un individuo es aleccionado o autoalecciona a su subconsciente por un proceso

morboso inintencionado, para llegar a creer algo, o fijar determinadas asociaciones mentales,

generalmente con un propósito específico.

Tipos de alienación social

En el proceso de alienación el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla

contradictoria con lo que debía esperarse de su condición:

• Religiosa: resignándose a un dogma y justificando la consagración del dogma que frustra el

desarrollo de la individualización de la conciencia humana.

• Económica: En la cual los productos o medios producidos por el hombre dominan al individuo.

• Consumista: compramos lo que la publicidad dicta, sin evaluación racional de la utilidad

del producto, identificando la felicidad con el mero consumo.

La alienación genera efectos negativos en la salud, ánimo, y sociabilidad del trabajador.

Actividad Nro. 3: Para profundizar el tema, leer nota: “La Alienación del trabajo asalariado” y

contestar:

a. Dar una definición de Alienaciòn laboral.

b. Explicar la frase: “Pero el trabajo asalariado ha servido fundamentalmente para la

degradación moral del propio sujeto al quedar a expensas de la clase empresarial que le

contrata y le impone sus condiciones.”

c. Transcribir aquellas frases en donde se ve reflejado el concepto de alienación.

d. ¿Creen que hoy continúa esta alienación laboral? Justificar y ejemplificar su respuesta.

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Viernes, Diciembre 27, 2013

LA ALIENACION DEL TRABAJO ASALARIADO

(…)

La propiedad privada en los medios de producción es la base sobre la que se fundan las principales relaciones

de explotación inherentes al sistema capitalista, y que encuentran en el trabajo asalariado su más acabada

expresión en la medida en que el trabajador o trabajadora pone su fuerza de trabajo al servicio de otros.

Esta nueva forma de explotación no se diferencia en nada sustancial de la esclavitud antigua con la única

particularidad de que la relación entre el explotador y el explotado se encuentra mediatizada por un salario.

La propiedad privada da poder a la clase explotadora compuesta por los capitalistas, quienes imponen las

condiciones económicas y laborales por las que los trabajadores deben vender su fuerza de trabajo.

Asimismo, el trabajo asalariado ha significado la extensión y profundización del control de los propios

asalariados bajo formas renovadas y perfeccionadas. Mientras que en la antigüedad el esclavista únicamente

se limitaba a dar aquellas órdenes que sus esclavos debían cumplir, dejando a estos un margen de maniobra

para organizar por sí mismos el trabajo, con el trabajo asalariado el propio capitalista organiza el trabajo que

sus empleados deben realizar. De esta forma el control es aún mayor, lo que impide por un lado la reflexión

y por otro la iniciativa y el desarrollo de las capacidades propias del trabajador.

La organización de la producción y consecuentemente del trabajo en el seno de la empresa capitalista

descansa sobre un modelo autoritario en el que la propiedad privada es su base. La división del trabajo y su

parcelación obedece a exigencias de este modelo en el que se busca no sólo la eficiencia y la productividad,

sino sobre todo un mejor y mayor control sobre la fuerza de trabajo al quedar los trabajadores a expensas

de las órdenes de los patrones y, por tanto, de la propia disciplina impuesta por la empresa. La tendencia del

trabajo asalariado es la de nulificar al sujeto al convertirlo en un ser inhábil permanentemente dependiente

de las órdenes del patrón de turno que dirige y organiza todo su trabajo. A todo lo anterior ha contribuido

sustancialmente el proceso de tecnificación que no ha estado solo dirigido a incrementar la producción y los

beneficios de la empresa, sino fundamentalmente a someter al propio trabajador a los ritmos de la máquina,

a anular su capacidad reflexiva mediante rutinas igualmente mecánicas que son interiorizadas, y a separar a

los propios trabajadores a través de una creciente parcelación y especialización.

Pero el trabajo asalariado ha servido fundamentalmente para una degradación moral del propio sujeto al

quedar a expensas de la clase empresarial que le contrata y le impone sus condiciones. La monetización de

la relación laboral camina en ese sentido ya que establece una dependencia estructural del trabajador con

la clase explotadora que detenta la propiedad de los medios de producción, y por tanto a la que se ve

obligado a vender su libertad. La existencia del sujeto queda limitada al ámbito puramente material en tanto

en cuanto la necesidad de garantizarse un sustento depende de terceros a cuya merced se encuentra, lo que

se convierte en su principal estímulo. Resulta bastante ilustrativa a este respecto la siguiente observación

de Proudhon:

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“¿Sabe usted lo que es ser un trabajador asalariado? Es trabajar bajo las órdenes de otro, atento a sus

prejuicios, incluso más que a sus órdenes. (…) Es no pensar por uno mismo (…) no tener más estímulos que

ganar el pan cotidiano y el miedo a perder tu trabajo. El asalariado es un hombre a quien el patrón que le ha

contratado le dice: “lo que tienes que hacer no es asunto tuyo, no tienes ningún control sobre ello””.[7]

Por otro lado la dependencia que se manifiesta en el terreno económico y laboral no se circunscribe a estos

ámbitos sino que se extiende a todas las demás esferas de la vida. El trabajo asalariado impide que el sujeto

se posea a sí mismo en la medida en que genera un contexto social y relacional que moldea su existencia y

su forma de ser en el mundo.

El agravamiento de las condiciones de explotación laboral que entraña el trabajo asalariado ha conllevado

una creciente absorción del tiempo del sujeto con la prolongación de la jornada laboral más allá de las 8

horas diarias, a lo que hay que sumar el tiempo que se emplea en el transporte cotidiano para llegar al centro

de trabajo y que necesariamente también forma parte de ese proceso de explotación.[8] De este modo el

sujeto es poseído por su propio trabajo y se convierte en objeto, en un recurso descartable utilizado por la

empresa. La vida del trabajador pasa a ser un bucle cerrado que se reproduce infinitamente en una serie de

quehaceres desprovistos de mayor significación: trabajar, regresar del trabajo, cenar, dormir, despertarse,

desayunar, volver al trabajo, etc… Así es como la vida del trabajador deja de ser su vida para pasar a ser la

vida de la empresa para la que trabaja y para la que también vive. De esta forma el trabajador vive la vida

que la empresa, y por ende el capitalismo y sus elites dominantes, le impone. Se trata de una vida inauténtica

al no haber sido elegida libremente sino impuesta por las circunstancias de escasez general creadas por el

contexto social y económico capitalista. El sujeto no vive su vida sino la de otro, la de alguien que resulta

funcional para las metas impuestas por el sistema capitalista. Esto explica al mismo tiempo que las metas

del sujeto no sean las suyas sino las del capitalismo.

La alienación no consiste únicamente en suplantar la vida del sujeto por aquella que el sistema de opresión

en el que vive le impone, sino también en la remodelación, recreación y reproducción de identidades

construidas desde el exterior. El sujeto no se autoconstruye con una identidad propia y un proyecto de vida

auténtico, sino que por el contrario vive siendo alguien distinto a quien realmente es o desearía ser al mismo

tiempo que queda sometido a un proyecto vital que no se corresponde con sus aspiraciones más profundas.

Existe, entonces, una contradicción entre el sujeto y el medio que le circunda, entre sus anhelos y lo que en

la práctica es, entre el yo ideal y el yo real. Es la completa desposesión del individuo que ya ni siquiera tiene

identidad propia al no haber en él nada de auténtico.

La despersonalización y deshumanización que conllevan la alienación pasan a ser completas cuando la

identidad y las metas impuestas son asumidas como propias, o en su caso cuando al saber que no son propias

se utilizan válvulas de escape con las que evadir la responsabilidad de enfrentarse a esa realidad. La

frustración genera estas válvulas de escape que pueden ser sencillamente mundos imaginarios construidos

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por la infracultura dominante, pero también puede ser la drogadicción, el alcoholismo, el consumismo de

todo tipo, etc., que sirven para sobrellevar la forma de vida destructiva inherente al trabajo asalariado y a la

desposesión de uno mismo. La consecuencia directa de este proceso es la destrucción del mundo interior

del sujeto y del propio sujeto en tanto que tal.

La sociedad capitalista se estructura a través de células organizativas cuya razón de ser es esencialmente

pragmática, y por tanto están dirigidas a la consecución de unos objetivos muy claros y determinados:

obtener beneficios. Dentro de estas células no hay posibilidad alguna para la coexistencia de otros objetivos

distintos de aquellos para los que fueron concebidas, de tal manera que la actividad de todos quienes las

integran está dirigida en un mismo sentido al existir en su seno unas jerarquías y unas minorías que

establecen las directrices generales.[9] Esto hace que las relaciones sociales estén mediatizadas por el dinero

o el interés material, y que no existan espacios para hacer vida en común. Así es como el sometimiento de

las relaciones a la lógica del capital contribuye a un paulatino aislamiento del sujeto respecto a los demás,

unido a las incompatibilidades horarias que ello acarrea y que inevitablemente contribuyen a alejar a unos

de los otros. El sujeto no sólo pierde tiempo para sí mismo debido a la absorción que el trabajo asalariado

ejerce sobre su persona, sino que también lo pierde para relacionarse con los demás. En gran medida el

trabajo asalariado destruye a la persona al dejarla sin relaciones y vida social, al mismo tiempo que es forzada

a pasar más tiempo con desconocidos en los transportes públicos, o simplemente con los compañeros de

trabajo con los que tiende a mantener una relación meramente profesional. El deterioro de las relaciones

sociales tiene como consecuencia el deterioro del propio sujeto, y la soledad y aislamiento que conllevan

significan una mayor vulnerabilidad a la hora de afrontar los desafíos que la propia vida plantea.

La pérdida de la sociabilidad, la anulación de la capacidad reflexiva, la deshumanización que conlleva el ser

poseído por el trabajo y las empresas, el carecer de una identidad y de un proyecto de vida auténticos son,

en definitiva, el reflejo de un sistema existencialmente opresivo y alienante que convierte a las personas en

objetos, en instrumentos a su servicio que son manipulados y dirigidos para la satisfacción de los intereses

del propio sistema. Por esta razón la desaparición del trabajo asalariado es lo que puede permitir una

regeneración de lo humano que hoy, en las sociedades capitalistas donde impera esta forma de producción,

se encuentra en avanzado estado de descomposición. Pero nada de esto es posible sin la destrucción de

aquellas instituciones liberticidas que, como la propiedad privada y el Estado, constituyen la base estructural

y de poder sobre la que se asienta el trabajo asalariado y que, por tanto, niegan al sujeto su más intrínseca

humanidad. [7] http://disenso.files.wordpress.com/2013/08/economia-del-anarquismo.pdf Consultado el 26 de diciembre de 2013 [8] No hay que olvidar la omnipresencia del reloj en las sociedades industriales que ya fue destacada en Mumford, Lewis, Técnica y civilización, Madrid, Alianza, 1992. El factor tiempo ocupa un papel primordial en el control y regulación de la vida de las personas, tanto dentro como fuera del trabajo. Asimismo, la velocidad que ha impreso el desarrollo tecnológico ha dado lugar a la ruptura de las barreras espacio-temporales, lo que ha conllevado una permanente aceleración de los ritmos de vida que son impuestos a la sociedad para satisfacer las exigencias del poder. En este sentido son esclarecedores los ensayos de Virilio, Paul, El cibermundo, la política de lo peor, Madrid, Cátedra, 2005. Virilio, Paul, La bomba informática, Madrid, Cátedra, 1999. Virilio, Paul, Lo que viene, Madrid, Arena Libros, 2005. [9] Zinoviev, Alexandr, La caída del Imperio del Mal, Valencia, Bellaterra, 1999.

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DISCIPLINAMIENTO

Libro: Ciudadanìa yTrabajo

Sociedades disciplinarias y sociedades de control

El teórico social Michel Foucault (1926-19849) definió como

sociedades disciplinarias a aquellas sociedades de los siglos XVIII y

XIX, asì como de principios del siglo XX, que instituìan grandes

espacios de encierro como formas de disciplinamiento. En su visión,

el individuo pasaba de un espacio cerrado a otro: primero la familia,

después la escuela, después el cuarte (en la época de las guerras y

el servicio militar), de tanto en tanto el hospital, después la fábrica.

En la fábrica se trataba de concentrar a los trabajadores, repartirlos

en el espacio, ordenar los tiempos de trabajo, componer una

producción que debía ser superior a la suma de los factores

(máquinas, operarios, etc.). La administración del trabajo, diría

Foucault, era una modulación productiva de la disciplina. Tan

opresiva eran “la fábrica y sus horarios que suscitaron durante largo

tiempo una resistencia pasiva que se traducía en el hecho de que,

simplemente, no se iba. Es la prodigiosa historia de San Lunes en el

siglo XIX, dìa que los obreros había inventado para “tomar aire”.”

El filòsofo Gilles Deleuze (1925-1995) cree que la época de las

sociedades disciplinarias ha pasado y que han sido reemplazadas

por las sociedades de control. “El capitalismo del siglo XIX es de concentración, para la producción, y de

propiedad. Erige pues la fàbrica en lugar de encierro, y es el capitalista el dueño de los medios de

producción, pero también eventualmente el propietario de otros lugares concebido por analogía (la casa

familiar del obrero, la escuela). En cuanto al mercado, es conquistado ya por especialización, ya por

colonización, ya por baja de los costos de producción. Pero, en la situación actual, el capitalismo no se

basa en la producción que relega frecuentemente a la periferia del Tercer Mundo, incluso bajo las formas

complejas del textil, la metalurgia o el petróleo. Es un capitalismo de superproducción. Ya no compra

Una crìtica al trabajo a distancia

En 2013, Marissa Mayer, directora

ejecutiva de la empresa global

medios Yahoo!, prohibió a sus

trabajadores a distancia que

hicieran sus tareas desde casa. La

ejecutiva consultó los registros del

Virtual Private Network, la

plataforma que permite controlar a

los trabajadores remotos de la

firma, para cerciorarse sobre si

estaban conectándose lo

suficiente. No quedó satisfecha, de

modo que envió un memorándum

interno que decía: “Necesitamos

ser un solo Yahoo! Y eso empieza

estando físicamente juntos.” Al

parecer, Mayer prefirió que sus

trabajadores estuvieran más en

contacto personal entre sì

suponiendo que el intercambio

cotidiano de ideas mejoraría el

rendimiento del trabajo.

Trabajo y Ciudadanía. Unidad 2: La Organización del trabajo en las sociedades Capitalistas Prof. Mercedes Sanchez Viamonte

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materias primas y vende productos terminados: compra productos terminados o monta piezas. Lo que

quiere vender son servicios, y lo que quiere comprar son acciones. Ya no es un capitalismo para la

producción, sino para el producto, es decir, para la venta y para el mercado. Asì, es esencialmente

dispersivo, y la fábrica ha cedido su lugar a la empresa. La familia, la escuela, el ejército, la fábrica ya no

son lugares analógicos distintos que convergen hacia un propietario, Estado o potencia privada, sino las

figuras cifradas, deformables y transformables, de una misma empresa que solo tiene administradores”.

La empresa, en términos de Deleuze, “es un alma, un gas”; està por todos lados y en ninguno, forma

parte del ciberespacio, diríamos. Por eso mismo, el control es una red invisible que funciona las 24hs.

El tiempo y el espacio de trabajo

En la sociedad disciplinaria, el acento estaba puesto en el reloj a la entrada de la empresa, que marcaba

implacablemente la entrada y salida de los trabajadores. Cuando estos llegaban a casa, empezaba el

tiempo de ocio. En la sociedad de deleuziana de control, la nueva modalidad es el trabajo online, un

estado de conectividad activa en tiempo real, en el que el trabajador no està físicamente en la empresa,

sino en su terminal informática. En este caso, no hay relojes de control, sino metas de producción

referidas al trabajo virtual mismo.

El trabajo virtual promete ventajas, como no cumplir horarios u otros enojosos regalas burocráticos,

pero (diría Deleuze) enmascara otra modalidad de control seguramente màs exhaustiva. “la oficina

virtual nunca cierra (dice un informe del Departamento de Trabajo de Estados Unidos), lo que abre la

posibilidad de que los jefes abusen exigiendo que los empleados trabajen desde casa màs allà de la

jornada laboral”

Actividad Nro.4: Buscar el significado de Blackberry, relacionarlo con las nuevas tendencias en las

modalidades de trabajo, para luego concluir sobre si estamos frente a una sociedad disciplinaria o de

control.

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Actividad Nro. 5: Análisis de caso Wal Mart. Luego de la lectura del caso, contestar:

1. Explicar la política comercial y de Recursos Humanos de Wal Mart

2. ¿Porquè consideran a sus trabajadores como “asociados” y no empleados? ¿Què impacto

consideran que tiene por sobre sus empleados la distinción de color y los pines?

3. Realizar una conclusión sobre la empresa relacionando con los conceptos de alienación,

explotación y disciplinamiento laboral

La receta que ha convertido a Wal-Mart en el principal mayorista del

mundo, con ventas de cientos de miles de millones de dólares al año,

es muy clara. Primero, hay que construir tiendas dos o tres veces

mayores que las del competidor más parecido. Luego, atiborrar las estanterías con productos comprados

en tal volumen que los proveedores se ven obligados a vender a precios substancialmente inferiores a

los normales Luego se reducen los precios de las tiendas, para que ningún otro minorista pueda competir

con la política de «precios bajos todos los días» que se practica.

Todo lo referente a este minorista originario de Arkansas está pensado para lograr economías de escala,

y por ello normalmente las tiendas de Wal-Mart miden 92 mil pies cuadrados, sin incluir los grandes

aparcamientos obligatorios. Como su tarjeta de presentación son los descuentos, Wal-Mart debe

mantener bajos sus costes fijos, y es por eso que las parcelas que compra para erigir sus tiendas sin

ventanas se hallan en las afueras de las poblaciones, donde el suelo es barato y los impuestos inferiores.

Con cada año de expansión de la empresa, el tamaño de las nuevas tiendas ha aumentado, y muchas de

las antiguas, comparativamente pequeñas, se han convertido en supertiendas, algunas de las cuales

tienen hasta 200 mil pies cuadrados.

Otro elemento clave para reducir los costes es que Wal-Mart sólo abre tiendas cerca de sus centros de

distribución. Por esta razón se extiende como el aceite, que es lento y espeso. La empresa no se traslada

a una nueva región hasta haber cubierto de tiendas la anterior, que pueden llegar a cuarenta en un radio

de cien millas. De ese modo la compañía ahorra dinero en transporte y en envíos y logra una presencia

tan compacta en la zona que apenas le es necesario publicitar la marca. «Al abrir las tiendas, nos

alejábamos todo lo posible de los almacenes de ramos generales. Luego cubríamos con ellas el mapa del

territorio, estado por estado, departamento por departamento, hasta que saturábamos el mercado»,

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explicó Sam Walton, el fundador de Wal-Mart. Luego la empresa construía otro centro de distribución en

la región y repetía el proceso.

Después de que Wal-Mart comenzara en el sur de EE.UU., abriéndose camino lentamente por Arkansas,

Oklahoma, Missouri y Louisiana, Wall Street y los medios periodísticos occidentales tardaron algún

tiempo en darse cuenta de la magnitud del proyecto de Sam Walton. Fue por ello que hasta principios de

la década de 1990, treinta años después de la inauguración del primer Wal-Mart, la empresa no se

enfrentó a oposición alguna. Los argumentos contra su estilo de comercio al por menor eran que los

precios bajos atraen a los compradores a los suburbios, destruyendo la vida y las pequeñas tiendas de los

centros de las ciudades. Las tiendas pequeñas no pueden competir con ella; de hecho, muchos

competidores de Wal-Mart se quejan de que tienen que pagar a los mayoristas de los productos unos

precios superiores a los que ofrece Wal-Mart al por menor.

La organización laboral.

La distinción múltiple: Por un lado la empresa no habla de empleados o trabajadores sino de “asociados”,

esto apunta a crear la sensación de formar parte de “la gran familia”. Esto crea un sentido de unidad o

pertenencia. Pero al mismo tiempo se les impone a los “asociados” una gran cantidad de signos externos

que los diferencian entre sí. En las credenciales está a la vista la distinción entre “permanentes” y

“temporales”, la vestimenta es azul para el personal subordinado y roja para el personal jerárquico, los

“asociados” mejor considerados llevan en sus uniformes como si fueran premios los “pines de buenas

ideas” o “pines de buen trabajo” que los diferencian de los demás.

El cliente misterioso: El control del trabajo se hace a través del Programa Mistery Shoper. Un falso cliente

circula por el supermercado haciendo anotaciones sobre el desempeño en el trabajo de cada “asociado”.

El control de la empresa se invisibiliza pero los resultados se hacen públicos cada cierto tiempo en

carteleras en las que se señala el desempeño de los jóvenes trabajadores. La posibilidad de descargo se

reduce a presentar un pedido de disculpas por el mal desempeño y no hay posibilidad de discutir la

calificación recibida.

Cultura de una disposición permanente: Como en muchas otras empresas se hace una especie de culto a

la satisfacción del cliente a través de la “hospitalidad agresiva”. Estar siempre a disposición del cliente

implica eliminar los tiempos muertos. La “regla de los tres metros” establece que todo asociado que no

esté cumpliendo una tarea tiene que ponerse a disposición de cualquier cliente que esté a menos de tres

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metros, sonreír, mirar a los ojos y responder cualquier pregunta. Otra disposición establece que quien no

esté cumpliendo una tarea debe ayudar a embolsar en la línea de cajas.

El conflicto se diluye: Wal Mart se presenta a los “asociados” como una empresa sin conflictos, como una

gran familia. La afiliación sindical es mínima entre los empleados. Si esto se suma a las diferenciaciones

que ya mencionamos (temporales y permanentes, etc.) cada “asociado” se encuentra solo frente a la

empresa. Allí opera el Departamento de Recursos Humanos con su política de “puertas abiertas”: se

invita a cada ”asociado” a presentar, individualmente, sus quejas, problemas o sugerencias.

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El trabajo del siglo xxi. El proceso de globalización y los nuevos espacios laborales. Las

nuevas formas de trabajo: El trabajo virtual. El teletrabajo. El trabajo electrónico.

Hasta acà hemos analizado algunos aspectos negativos, o problemas del capitalismo y la sociedad

capitalista postindustrial (explotación, alienación y disciplinamiento). Pero no todos los avances son

negativos. La nueva sociedad del conocimiento e información ha traído avances en el trabajo, que tienen

sus aspectos positivos sobre los trabajadores. Analicemos ahora, la evolución de las oficinas, de los

trabajos y de la nueva percepción que tienen los empleadores sobre sus trabajadores y viceversa.

Actualmente, se está cambiando el término trabajadores por “colaboradores”, dando una idea trabajo

en equipo y de familia dentro del ámbito laboral.

Actividad Nro. 6: Leer la nota :”La oficina del siglo XXI: flexible, inteligente y clima relajado”, para luego

marcar las ideas principales y realizar un breve resumen de su contenido. Complementarlo con imágenes

de oficinas de “antes y ahora”.

Conlcuir contestando: ¿Dónde se imaginan trabajando? ¿Còmo piensan que será el lugar donde Uds

trabajaràn?

IEco – Domingo 3 de Febrero de 2013

La oficina del siglo XXI: flexible, inteligente y con clima relajado

Espacios abiertos, luz natural, puestos de trabajo móviles, salas colaborativas y para el recreo se imponen como tendencias.

PorCARLOS TOPPAZZINI ESPECIAL PARA CLARIN

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Desde la aparición del escritorio en el “Siglo de las Luces”, pasando por la irrupción del teléfono y la máquina de escribir en las oficinas del siglo XIX, los espacios de trabajo se concebían atendiendo a una actividad sedentaria y aislada. Pero el avance de la tecnología y los cambios de hábitos generacionales están modificando ese tradicional esquema.

Los especialistas en el diseño de oficinas coinciden en que estos espacios laborales también se adecuan a las modalidades del trabajo actual, basados en la interactividad y las nuevas tecnologías de comunicación, que incorporan espacios abiertos y adaptables; optimizan el uso luz natural y la calidad de aire; poseen vistas accesibles para todos los empleados; tienen mobiliarios flexibles, y aplican y fomentan prácticas sustentables.

“La demanda de flexibilidad, las posibilidades de movilidad y la disponibilidad tecnológica, junto a los formatos laborales y las dificultades para trasladarse, mudaron el concepto acerca de dónde y cómo trabajamos”, sintetiza Víctor Feingold, director de Contract Argentina, empresa enfocada en el rubro. Miguel Grehan, de Intro Arquitectura, señala “el predominio de un mix de oficinas abiertas y flexibles para un mejor aprovechamiento del piso y de la luz natural”.

“Se ven oficinas amplias, eficientes y libres que faciliten una distribución integradora”, dice Juan Manuel Farola, de la consultora Colliers International. “Predominan las alturas de piso a techo más espaciosas, con fachadas en vidrio y perímetros libres, y que cuentan con autonomía de servicios como gimnasios, comedores, cajeros o guarderías”, detalló el entendido.

La necesidad de consolidar sus operaciones en un único sitio llevó a General Electric a inaugurar oficinas en 2012, distribuidas en 3 pisos de 1.400 m2 cada uno, en el barrio de Saavedra. “Las instalaciones anteriores contaban con espacios de trabajo de cierta rigidez, con paneles divisorios elevados y oficinas privadas en la periferia de la planta”, cuenta Juan Diego Lazzaro, de GE. Y agrega: “Para las nuevas instalaciones aplicamos el concepto de espacios abiertos, incorporamos puestos operativos que permitan mayor contacto entre empleados y el uso de áreas colaborativas flexibles, a la vez que se redujeron oficinas privadas para liberar vistas, lo que permite también un mejor rendimiento de los equipos de aire acondicionado”.

Santiago Falcone, de Neumann-kohn, una empresa diseñadora de oficinas, interpreta que “las empresas ahora dan más importancia a zonas que no son estrictamente de trabajo, áreas comunes o de actividades que propone al empleado, como sala de yoga, gimnasio, bibliotecas, entre otras”. Jorge Aslan, del estudio Aslan-Ezcurra & Asoc., añade que eso “tiene que ver con el uso de sillas ergonómicas y muebles multifunción”.

Comunicación abierta Los 450 metros cuadrados que ocupa Campari en un edifico del bajo porteño se caracterizan por la aplicación de colores vivos, que representan a su marca insignia, y a otras que posee la compañía y que están presentes en los distintos ambientes de la planta. “Hace unos años decidimos cambiar a una oficina más moderna, donde la decoración como los ambientes contribuyan a una comunicación abierta”, cuenta Martín Domínguez, gerente de Recursos Humanos de Gruppo Campari. “Buscamos que todos –completó– perciban un lugar de trabajo informal, amigable y cálido”.

Los ambientes descontracturados y relajantes irrumpieron de la mano de las empresas de tecnología, pero según Feingold, “algunas compañías ya se animan a las habitaciones para la siesta, con luz tenue, sillones y auriculares con música; o salas de reuniones en la cocina, donde se puede comer y hablar de trabajo”.

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“El espacio de trabajo actual es tecnológico desde que el trabajador es multimedia”, continua Feingold. Por ello, “no puede faltar el Wi Fi, sin dejar de lado sensores de intensidad de luz o sistemas inteligentes de regulación de temperatura para evitar despilfarros”. Esto tiene que ver con “la arquitectura sustentable”, define Aslan. En efecto, “se calcula que de los 122.000 m2 que ingresarán este año al mercado, el 90% corresponderá a edificios y oficinas sustentables”, aseguran desde Colliers.

Reciclar y descomprimir Este concepto comprende desde la ubicación de la oficina en zonas descomprimidas, pasando por el uso de pintura, alfombras y adhesivos con bajas emisiones de COV (compuestos orgánicos volátiles), hasta el reciclado de agua de lluvia en baños y disposición de sectores para la separación y almacenamiento de residuos, entre otras. El banco HSBC fue uno de los pioneros en el país en incorporar características sustentables a sus oficinas de Barracas. “Logramos reducir el consumo de energía, ahorramos un 35% de agua potable y mejoramos la ventilación y calefacción natural. En general, el consumo del edificio bajó un 30% y el 92% de los empleados goza de luz natural y vistas al exterior. Además, aumentó el rendimiento del personal y alcanzamos un 98% de satisfacción en la encuesta interna de confort que realizamos”, puntualiza Christian Touceda, jefe de Compras y Corporate Real Estate del HSBC.

Cualquiera sea la alternativa, los espacios de trabajo para el nuevo siglo se presentan abiertos y con áreas para compartir, porque con esos ámbitos informales las empresas buscan potenciar el talento y la creatividad de sus recursos.

OPINION

De los rigores en el horario a la virtualidad

PorMIGUEL JURADO EDITOR ADJUNTO DEL SUPLEMENTO ARQUITECTURA

Las oficinas están por volverse obsoletas una vez más y tal vez para siempre. La primera gran mutación que sufrieron fue a causa de los problemas sociales; la segunda, por cuestiones funcionales. Ahora, desaparecerán por razones tecnológicas, funcionales y sociales. Las primeras oficinas, nacidas después de la Revolución Industrial, copiaban la organización fabril: enormes espacios abiertos con cientos de escritorios alineados. Trabajadores con horarios estrictos, tareas mecánicas y control visual del jefe. Un sistema casi carcelario.

Este esquema no funcionó porque la gente perdía la motivación y eso no le sirve a ningún sistema productivo. La segunda etapa empezó en la década del 50. Podemos ver la estética y el ambiente social de esa época en la serie Mad Men . Un sentido más amable del ambiente de trabajo, lugares abiertos y fluidos para los empleados rasos, despachos cerrados con dominio de las ventanas para los ejecutivos y recintos transparentes para las reuniones. Flexibilidad, transparencia y orden jerárquico en un ambiente que lucía más democrático de lo que era. Al fin y al cabo, siempre ha habido jefes. Ese ambiente empezó a cambiar en los 70, cuando se aplicaron las investigaciones para hacer más eficiente el trabajo burocrático y nacieron los muebles modulares, desarmables, rearmables y reconfigurables. Capaces de dar diferentes respuestas con un número limitado de piezas estandarizadas.

Pero la defunción definitiva de las oficinas empezó cuando se popularizaron las PC y, ahora, la telefonía celular. Ya no es necesario que el jefe mire si su subordinado trabaja porque su propia computadora lo

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deja registrado. Los archivos son universales y compartibles; la comunicación, instantánea. En consecuencia, no es necesario que los trabajadores estén todos juntos en un mismo lugar. De allí al trabajo en casa hay un paso.

Tal vez en menos de 10 años, como mucho, las oficinas sólo existan por cuestiones simbólicas. Ya hoy, las reuniones se hacen por Internet. Se decide más por e-mail que en reuniones, los trabajadores más calificados ocupan el 80% de su tiempo en su celular. Trabajar, lo que se llamaba trabajar, es cada vez menos útil. La oficina se está convirtiendo en un espacio virtual, como ya lo hicieron las conversaciones, el poker y los amigos.

Management, 17 de enero de 2015

En dos años, el trabajo 3.0 captará el 54% de la fuerza laboral mundial El trabajo freelance crece tanto a nivel local como global, ante la necesidad de las empresas por reducir

sus costos tanto funcionales como laborales

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El 54% de los freelance cree esta manera de trabajar aun debe mejorar en cuanto a la mayor oferta de empresas y

profesionales, mientras que el 31,9 % opina acerca de la necesidad de incluir más filtros por países y el 30,4% aun reclama

la importancia de poder entrevistar a los candidatos online, revela una investigación regional realizada por la

plataforma Nubelo de la que participaron 2.190 empresas que indican los "+ y -" del trabajo 3.0.

Según lo afirma una investigación de Global Business Survey, para el 2017 el 54% de la fuerza de trabajo será online.

Al respecto, Jorge Araujo, director de Nubelo para América latina, comentó que "las empresas consideran que

el talento online es igual de bueno que el que está disponible localmente y que, aprovechar los

trabajadores en línea permite desarrollar tareas que muchas veces no pueden ser realizadas por los equipos

internos de las compañías ya sea por volumen de trabajo o por falta de una expertice específica"

En cuanto a la confianza de las empresas para contratar en los países, el 52% elige España, el 37% Argentina, el 21,6%

México, al 20,40 % de la muestra le es indiferente el país mientas sólo el 16 % elige Chile y el resto se divide en pequeños

porcentajes en distintas naciones de habla hispana.

"Estamos ante la gesta de un nuevo paradigma que impone cambios en la manera de trabajar, los que se vieron impulsados

por el avance de la Generación Y. Si a esto se suma, la crisis económica global que se vive también en la Argentina,

los trabajadores y empresas tienen que reinventarse, crear nuevas maneras de trabajo y optimizar los tiempos",

opinó Araujo.

Se trata de la evolución del trabajador que, unida a la revolución social, están transformando el mercado. El trabajo

3.0/freelance, se constituye como una de las nuevas fórmulas de negocio, regido por los avances tecnológicos, la

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inmediatez de las redes sociales, el aumento de iniciativas emprendedoras y la necesidad de interconexión internacional,

todos factores que hacen que está nueva situación laboral sea cada vez más común y genere mayores beneficios.

"El trabajo 3.0/freelance crece a nivel global, lo que también se observa en Argentina, hecho que se apoya en la necesidad

de las empresas por reducir sus costos de mantenimiento de instalaciones, funcionales y de plantilla", enfatizó

Araujo

Y completó: "Según un informe de IDC, un 13,2% de las compañías españolas fomenta políticas de trabajo

flexible. En Argentina aún no hay datos pero de la investigación realizada se desprende que el 21% de las

empresas contrató al menos un profesional, el 7% dos profesionales, el 4,9% tres y el 3,1 % más de 10.

Estas cifras han aumentado si se la compara con años anteriores, aunque todavía estamos muy por debajo de

la utilización de este sistema respecto a Europa".

En países como el Reino Unido el uso del trabajo 3.0 asciende al 95% y en Alemania y Francia es del 30%. Esto se debe

a las diferencias culturales y empresariales con otros países, así como a una ausencia del marco legal en el tema.

Es interesante observar los perfiles que se está dispuesto a contratar y aquellos con los que aún no se sienten tan cómodos:

el 55,6% de los entrevistados no contrataría los servicios de un abogado y el 24 % los de un coach.

Según la Asociación Americana de Freelance, existen cerca de 53 millones de personas que son trabajadores

3.0/freelance, profesionales que se aventuran a formar parte del mundo freelance o autónomo, haciendo uso de plataformas

que los ponen en contacto con empresas contratantes a nivel global, para facilitarles la tarea.

Además de las empresas, son los mismos empleados los que quieren implantar esta modalidad por sus beneficios. Según el

Libro Blanco del Teletrabajo en España 2012, el 57% de los empleados quieren la implantación de este tipo de fórmulas, lo

que parecería indicar que España desea esta transformación laboral y estaría preparada tecnológicamente para ello.

"Los motivos por los que una empresa se plantea la posibilidad de contratar trabajadores online van desde el deseo de no

perder a sus empleados más eficientes, la intención de contratar a los perfiles más válidos de la competencia, ahorrar en el

alquiler de oficinas, permitir a sus trabajadores compatibilizar la vida laboral y la familiar, motivos ecológicos o la mejora

en productividad", concluyó Araujo

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Actividad Nro. 7: Ingresar en internar a www.greatplacestowork.com, de acuerdo a la empresa que te

haya tocado, investigar: Historia y relación para con sus empleados. ¿Cuáles son los motivos por los

cuales fue elegida como uno de los mejores lugares para trabajar? ¿Còmo es el ambiente físico para

trabajar?

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Actividad Nro. 8: Elaborar una historieta donde se encuentren dos trabajadores de diferentes épocas

(s.XIX vs. XXI).

Trabajar temas como: tipos de trabajo, lugar de trabajo, cambio de los líderes, cambios en los empleados,

influencia de las nuevas tecnologías, redes sociales.

No olviden relacionar con los conceptos trabajados en la unidad.

Recomiendo: utilizar las herramientas que la web nos brinda para hacer la historieta!

Reflexión final: ¿Dónde se

imaginan trabajando???

Buscar y compartir una imagen de

ese lugar