PESCA TOTAL 1ra. Revista digital de Pesca, Caza, Camping y Aventuras

Año I No 9 Mayo 2007 DISTRIBUCIÓN GRATUITA VIA MAIL

DESPUES DE LAS LLUVIAS

ARMANDO EL CAMPAMENTO

MUSEO HISTORICO REGIONAL DE MELO

En este número tenemos que ser nuevamente reiterativos y agra-decer el crecimiento de nuestros suscriptores. Además un agradecimiento muy especial a todos aquellos que acercan colaboraciones a nuestra mesa de redacción, sin las cuales estaríamos imposibilitados de edi-tar “Pesca Total” Insistimos en la necesidad de trasmitir la invitación a través de vuestros mail’s a participar de este emprendimiento a todos aquellos que integran vuestra libreta de di-recciones y que estén interesados en las actividades al aire libre. Esta es una publicación total-mente gratuita que pretende llegar a todos los aficionados interesa-dos en recibirla y su única propa-ganda la trasmisión vía mail. Mañana estaremos trabajando en el próximo número. Quedaron pendientes artícu-los que por su característica no perderán vigencia y podrán ser dis-frutado el próximo mes. Hasta entonces y nuevamente gracias por su apoyo. Atte. Raúl Bove

Pesca Total es una revista digital mensual que se distr ibuye vía mail. Las notas fir ma-das no reflejan necesariamente la opinión de la editorial, por lo tanto, corren por cuenta ex-clusiva de sus autores. Colaboran en este número: Lic. Alberto Guardia; R. Tagle; Prefec-tura de Canelones; Carlos Damiano; Fernando Sosa; Alberto Zanelli; Andrés Almansa; Ri-cardo Facini; Daniel Siri; Miguel Trípani; José Luís Reoulaz; Dr. Fabián García; Raúl Bove Dirección, Edición y Redactor Responsable Raúl Bove

DESPUES DE LAS LLUVIAS

Por Miguel Trípani

ARMANDO EL CAMPAM ENTO

Por José Luís Reboulaz

CONOCINDO NUESTRAS

ESPECIES

MUSEO HISTÓRICO REGIONAL

DE MELO

Por Lic. Ramón A. Guardia

LAS RECETAS DE DOÑA

RAMONA

EL VIEJO Y EL LOBO DE MAR

Por Roberto Tagle

CUENTOS DE FOGÓN

Por Ricardo Facini

MOQUETEANDO

Por Raúl Bove

Hechos a mano en Uruguay

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Las últimas y constantes lluvias que se dieron en todo el mes de marzo, nos te-nían muy reprimidas las ganas de salir a pescar . Por suerte en nuestro país el dicho, "al mal tiempo bue-na cara" nos sienta muy bien. Sucede que cuando no se puede hacer otra pesca por las constantes lluvias, hay una especie que en estas condiciones sale todo el año; estamos hablan-do de los bagres, que si bien no son del todo deportivos, con equipos li-vianos y en estas condiciones con la caña en la mano , sin dudas nos proporcionan una excelente diversión.

TRES RELEVAMIENTOS

Primer relevamiento: El primer relevamiento lo hicimos a los dosdías de las primeras precipitaciones de marzo.

Me acompañó en es-ta ocasión Heber Cabrera amigo y compañero de pesca de siempre. Nos comunicamos durante el día vía mensa-jes de texto, mientras trabajábamos cada cual en lo suyo. Nos juntamos a las 19 hs para vivir una pes-ca que juntos, hacia casi dos años no hacíamos. No bien cayó la no-che comenzó el pique que sumó treinta y pico de piezas, de las cuales devolvimos la mitad, ya

Por Miguel Trípani

que eran muy chi-cas para sacarle provecho. A dicha pesca se le sumaron un par de tarariras y entre los bagres contamos media docena de bagres-anguilas que pue-den apreciar en la foto. Como sorpre-sa Heber pes-có una mamacha. Fue la primera que teníamos en nues-tras manos, solo la conocíamos por fo-tos, esta es una especie de morena, como la que se utiliza en el Paraná para pescar surubí, dorados, paties etc. Segundo relevamiento: Al otro día de esta salida llovió nuevamente, y copiosamente. Cuatro días después de estas lluvias acudimos al mismo lugar con un compañero mas; Oscar Duarte; fuimos muy temprano en la tarde ya que era sábado. El arroyo estaba nuevamente a punto crecido, pero dentro de su cauce. Otra vez hasta que no cayó el sol no picó un solo bagre, sólo den-tudos. En esta ocasión si bien pescamos un promedio de media docena por pescador, la cosa no fue tan divertida. Las panzas no le daban mas, estaban repletas de comida. El pique se hacia espaciado y no tan brusco como en la anterior oportunidad. Literalmen-te parecía que estábamos pes-cando otra es-pecie. Tercer re-levamiento: En semana de tu-rismo había desistido de salir al interior, como lo hago todos los años. Las inten-sas precipitacio-nes que se reti-raron la semana anterior, entre otros, era el principal motivo para desistir.

El miércoles de di-cha semana pasé por el arroyo y me percate de que esa noche estaría a punto para pescar nue-vamente. En cuanto pude, lla-me a mi hermana que le encanta la pesca y le di-je que aprontaran todo con el cuñado que esa noche pescaríamos bien. En la pasada levan-tamos a un amigo "Fernando Palomeque " el cual recién se esta ini-ciando en la pesca de fondo y que no creía del todo que hiciéramos dichas pescas con tal cantidad de piezas. Llega-mos al lugar pasadas las 19,30hs. ya casi de noche y con la querida luna suplantando al sol. En el camino les comentaba que por estar presente la pesca no sería como las anteriores, pero que algo íbamos a sacar. La sorpresa fue que solo pica-ron los grandes y que a pesar de que hacia un mes que estaban me-ta comer tenían los estómagos va-cíos como si fuera la primer cre-ciente de la temporada. Realmente nos volvimos a di-vertir y una hora y media bastaron para cobrar nuevamente el prome-dio anterior. ELIGIENDO EL PESQUE-RO: Por la cercanía a nuestro pueblo acudimos a pescar al arroyo El Tala y al Camizo, dos afluentes del Río Santa Lucia muy pobla-dos de esta especie, la cual se hace notar solo cuando están crecidos dichos cauces. Siempre tenemos amigos que nos dan los registros exactos de los milímetros de agua caídos y ahí calculamos la tarde que uno u otro arroyo estará a punto. Lo ideal es pescar cuando los cauces están creciendo, que es cuando los ba-gres salen desenfrenadamente a

comer cuanta cosa encuentren en los campos ya inundados. El problema es que si crecen muy rápido vamos a pasar malos ratos, teniendo que salir al tanteo por los campos con el agua a la cintura. Por tal motivo les reco-mendamos que estén al “golpe del balde” para hacer esta tan particu-lar pesca y que lo hagan: "después de las lluvias" . Hablaba de ir de tardecita, por lo menos una hora antes de que oscurezca para conocer bien la cancha de pesca en la que estare-mos tirando al tanteo por la noche nuestros plomos. Es cierto que por la mañana hemos hecho muy bue-na pescas pero sin duda las mejo-res horas son las nocturnas donde ya no nos molestan los dentudos y la especie en cuestión esta en ma-yor actividad, como sus parientes,(las brótalas de nuestro Río de la Plata. EQUIPOS: Cañas de 1,80m a 2,40m de acción liviana para dis-frutar mas la escasa pelea que dan, sin desmerecer la impresionante disparadas que hacen cuando to-man la carnada; ya que toman esta y al mismo tiempo salen como torpedos, generalmente a favor de la correntada. Reels frontales o rotativos de mediano tamaño car-gados con monofilamento no me-

nor a 0.35 ya que es muy común en estas condiciones enganchar ramas al recoger, y de esta manera la mayo-ría de las veces las arrimamos a la orilla sin perder la base con dos rotores que sujetamos con nu-dos corredizos. Colocamos el pri-mer anzuelo contra el plomo y el segun-do 40cm mas arri-ba, esta ves utilizamos los clásicos para la pesca del pejerrey de buena calidad, ya que casi siempre los tendremos que retirar con una pinza de sus duros labios, corrien-do el riesgo de partirlos. CARNADAS: Las más clásicas se las mostramos en las fotos: lombrices encarnados en forma de pulpo colocando 2 o 3, que queden moviéndose, así son mas fáciles de detectar con sus bigotes los que les ayudan a abarcar una mayor su-perficie. La otra clásica carnada son las isocas que actual mente son fáciles de conseguir debajo de los fardos de forraje redondos que están mu-cho tiempo al aire libre. En ocasiones de muy buena pesca nos hemos quedado sin car-nada, y hemos acudido a las vise-ras de las piezas ya cobradas con excelente resultado. Las fotos de los gigantes ba-gres son de Damián Delgado y Ni-colás Delgado, hijos de un perfec-cionista en materia de campamen-tos, amigo, y pescador, Fernando Delgado. Estos monstruos fueron pesca-dos de fondo con mojarras que-riendo pescar tarariras en laguna adyacentes al río negro a la altura del kilómetro 329 de la ruta nacio-nal número 6. PD: Hasta la próxima pesca y ya

saben; al mal tiempo buena cara y para pescar bagres mejor "DESPUÉS DE LAS LLUVIAS"

Vino, paso y se fue la semana de “turismo”, y claro, quien pudo rumbeo para la playa, la sierra o los montes, y alguno mas afortunado, mas lejos. De los que se quedaron por acá, ya nos llegarán abun-dantes anécdotas, casi seguro muchas de ellas relacionadas con la cantidad de agua, que eso si abundo este turismo del 2007. Habrá algunos que se quedaron con las ganas de ar-mar su campamento cerca del arroyo o laguna donde mojar los anzuelos. Hoy voy a tratar de escribir para esos que recién empiezan a salir a campo, como lo hacían nuestros ancestros recientes, con carpa y todo. De esto también podrá existir innume-rables experiencias y expertos, mi opinión a mas que humilde es el producto de algunos pocos campamentos con gente que ya venía con el “dato”, y uno mira, aprende, registra y copia. A veces hay cosas que se hacen que puede no saberse el “porque?”, pero si da resultado, para que vamos a andar cuestio-nándolo.

Ya tenemos la carpa, que puede ser de diversos modelos, estilos, tipo, capacidad, tamaño, etc., Mi opinión personal, es la que mas se adecua a nuestro país es la tipo “canadiense”, pero pueden verse las “iglú”, muy populares por su reducido tamaño, costo y fácil armado, así como también po-drá verse alguna “estructural” amplias, compartimentadas y cómodas (voluminosas y pesadas). Usted ya tiene su carpa, termino de juntar las cosas a llevar que como siempre serán lo “mínimo indispensable”, a menos que tenga un gran trailer o camión, hizo to-

das las reuniones necesarias o posibles con el resto de los participantes del viaje y lue-go de hacer el resto de cosas que hacemos los campistas, llegó finalmente al campo prestado, o al camping donde iniciará su aventura. Lo mas lindo es tener la carpa arma-da bien cerca del agua, pero lo lindo no debe obviar lo razonable. Si uno tiene la carpa armada contra la orilla de un arroyo o río, estará sujeto a que si llueve, pueda haber una creciente y esto provo-

Por José Luís Reboulaz

que las consecuentes molestias de levantar el campamento de apuro y en muchos casos, bajo agua. Por ejemplo, en el Río Santa Lucía, las mareas del Río de la Plata afectan su altura hasta en un metro y poco más a unos 40 kmts río arriba, próximo a Parador Tajes, incluso pudiendo afectar lo mismo parte del Río San José; también ocurre que lluvias en el Departamento de Lavalleja, en las nacien-tes del Río, si son abundantes puedan provo-car crecientes a lo largo de su cauce afectan-do a Canelones y Montevideo. Entonces, al llegar a un lugar que no se conoce, lo primero es preguntar a los lu-gareños el mejor lugar para acampar , y la influencia de las lluvias sobre los cauces de agua próximos a nuestro campamento y ru-tas de acceso al mismo (por si hay que irse antes de lo previsto). Se puede aprender a reconocer signos que nos orienten al respecto: observar si hay restos de resaca, compuesta por ramas, hoja-rasca y junquillos apilados en orillas o cerca, en forma lineal , o incluso colgando de alambrados o de los árboles del monte mis-mo. Esto indicara la altura máxima alcan-zada por la última creciente, esto servirá de ayuda al momento de decidirse, pero lo me-jor será la opinión de la gente que allí vive. Como armará su carpa?, de chiquito me dijeron que la misma hay que ponerla con la boca o entrada hacia el Norte. La razón: nuestro país se ve mayor-mente afectado por vientos del Sur, que son los mas fuertes o de mayor intensidad. Ade-más, si a mi me dio resultado en estos treinta años, quiero

creer que a ustedes también le servirá. El campamento mas o menos guardará relación en estructura, a una casa. La carpa en función de dormitorio, y tendremos ade-más el comedor, el baño, la zona de ducha, el basurero, etc. Cada uno de acuerdo a sus necesidades y comodidades pondrá una me-sa acá, una fiambrera allá, la heladera cerca, la ducha lejos, y el baño por supuesto bien lejos. Lo único a tener en cuenta, es el cuida-do en lo referente al armar el fogón, que el mismo este lejos de cualquier elemento combustible ya sean pajonales, sucieras del monte (amontonamiento de ramas, hojaras-cas etc.), así como lejos de la carpa y otros elementos (botellas con keroseno, o faroles o garrafas de gas), y siempre que no haya na-die cerca para cuidarlo, ya sea porque todos se van a dormir en la noche u otro motivo, apáguelo. Buen campamento entonces y a darle que se aprende sobre la marcha, y si queda lugar avíseme que capaz que lo acompaño.

El autor con Leonardo Giménez, cuyo padre es el fotógrafo del momento, llevando lo mínimo indispensable por el Río San José próximo a Parador Tajes

Orden: Perciformes Familia: Scienidae Owen,1846 Genero y especie: Cynoscion guatucupa Cuvier, 1830 y Cynoscion striatus Cuvier 1829 (nomen dubium) Nombre Común: Pescadilla de calada, pescadilla real, sea trout, stripped weak fish Descripción: cuerpo fusiforme, alargado con escamas (cicloides). Dos aletas dorsales, la primera con radios duros, aleta caudal, boca hacia adelante con dientes iguales. Presenta sexos separados sin dimorfismo sexual y fecundación ex-terna. Longitud media 38 cm. Color: azulado en el dorso y blanco en la zona ventral. Distribución: es una especie que se presenta en el Atlántico Sudocciden-tal, desde el litoral de Río de Janeiro en Brasil (latitud 22º Sur) hasta el Golfo de San Matías en Argentina (latitud 43º Sur) tanto en aguas costeras como en la plata-forma continental. En la Zona Común de Pesca se encuentra preferentemente en el frente oceánico uruguayo desde la costa hasta profundidades de 130 m. Las mayo-res concentraciones se encuentran entre La Paloma y el Chuy (República Oriental del Uruguay). Hábitat y Biología: es una especie demersal-pelágica costera que forma cardúmenes cercanos al fondo con dispersión batimétrica cuando llega la noche. Su distribución presenta segregación entre adultos y juveniles. Los ejemplares adul-tos prefieren las zonas oceánicas con salinidad no menor de 32 PSU y temperatu-ras de fondo entre 11 y 15º C a profundidades de 15 m aproximadamente, mientras

PESCADILLA

que los juveniles se encontraron a mayor profundidad, entre los 20 y los 50m y con temperaturas entre 14 y 15º C. Alimentación: sus hábitos alimenticios son necto-bentónicos y su dieta consiste en crustáceos (camarones, peisos y anfípodos), peces óseos (anchoita) y moluscos (calamar y calamarete) existiendo el canibalismo en la especie. La pro-porción entre los diferentes ítems varia de acuerdo a la talla del ejemplar y la época del año. Importancia económica y mecanismos de regulación: es la segunda es-pecie costera desembarcada por parte de la flota industrial que opera en el Río de la Plata y la en Zona Común de Pesca Argentino-Uruguaya. El promedio de captura total anual de los últimos 15 años es de 10.000 TM aproximadamente. Modalidad de pesca y mecanismos de regulación: los artes de pesca em-pleados son la red de arrastre de fondo y el palangre común. Las principales captu-ras se obtienen con la red de arrastre tanto con portones como a la pareja. Las cap-turas realizadas con palangre son mínimas. Dentro de esas artes y de acuerdo con artículo 40 del decreto 149/997 del Instituto Nacional de Pesca que reglamenta la explotación y dominio sobre riquezas de mar, las redes de arrastre utilizadas por los buques comprendidos en la categoría B (pesca costera: corvina y pescadilla), debe-rán tener una luz de malla no inferior a los 100 mm entre nudos opuestos. Este artículo también establece que las medidas de desembarque y de comerciali-zación, son de 27 cm de LT, permitiéndose un 5% de tolerancia de medidas inferio-res a la determinada por la reglamentación. Fuente: Página Web DINARA Información preparada por: Ernesto Chiesa.

"Un Museo es un mun-do, pero mucho más que eso, es algo vivo. Es un lugar de estudio, de investigación, de despertar de inquietudes, de orientación vocacional. Es uno de los luga-res donde el espíritu del hom-bre más alto aparece; donde se muestra la historia, el alma, la sensibilidad de una época. Donde termina el personaje retratado para tomar persona-

lidad el pintor." Con éste concepto del Prof. Carlos E. Etcheberry Benitez nos in-troducimos al Museo Histó-rico Regional de Melo. Este lugar en uno de los puntos obligados de todo visitante cuan-do se llega a esta ciudad y se busca algo más que solo esparcimiento. Se ubica frente a la Plaza Constitución en la intercesión de las calles Gral. Artigas y 18 de Julio y fue fun-dado el 27 de junio de 1976. Es para el departamento, un importan-te rincón que cuenta con un rico acervo his-tórico y prehistórico además de ser centro de exposiciones y de charlas, audiovisuales y variadas tareas de extensión cultural dispo-niendo de distintas galerías de exposiciones temporales y permanentes contando además con biblioteca con más de 6.000 volúmenes, sala de lectura, archivo, encontrando en él gran parte de la historia del departamento a través de invalorable documentación allí existente. Se halla estructurado en cuatro salas de exposiciones permanentes donde el visi-tante puede apreciar desde nuestra prehisto-ria y sus primitivos habitantes hasta nuestros días a través de una infinidad de elementos y vestigios. Sala A: destinada pr incipalmente a ele-mentos de la Guerra Civil. En ella encontra-

mos lanzas, sables, armas largas y cortas co-mo también efectos que pertenecieron al Gral. Aparicio Saravia, Justino Muníz, Isi-doro Noblía, óleos, cuadros, espuelas y do-cumentos diversos. También se aprecia un carruaje perteneciente al Gral. Aparicio Sa-ravia, un óleo del General y efectos de uso personal como también encontramos la Ban-da Presidencial perteneciente al Presidente Juan Idiarte Borda y una bandera nacional encontrada en un campo de batalla en 1904. Otros elementos a observar lo consti-tuyen por ejemplo un rifle Rémington 11 mm, Winchester 44 Mod. 1894, espada con cantonera abierta, Máuser Mod. 1871, fusil Veterli, suizo calibre 10, sables, distintos revólveres usados en la revolución de 1904. Óleo de Aparicio Saravia, obra de José Monegal. Caja fuerte del siglo XVIII, distin-tos tipos de revólveres y puntas de bayone-tas. Sala B: En ella se exhiben efectos personales de la poeta Juana de Ibarbourou y entre ellos se citan documentos, vestidos y el collar de perlas que lució cuando fuera pro-clamada Juana de América y numerosas dis-

Lic. Ramón A. Guardia

tinciones otorgadas a la poeta arachana por el gobierno de Ecuador. También se aprecian vestimentas, muebles y otros elementos utilizados por familias melenses en sus orígenes como también volver al pasado con fotografías del puente ferroviario, de 1909, la estación de AFE inaugurada en ese mismo año, la Balsa de Guerrero sobre el arroyo Conven-tos en el siglo XIX. Sala C: Es una sala dedicada casi exclusivamente a una importante colección de armas típicas pertenecientes a distintos períodos, allí encontramos fusiles de pistón y carga por boca, fusiles sistema Lefauchet-te, balas, bayonetas, sables, diferentes revól-veres, etc. Sala D: Destinada a Ar queología y Paleontología en la cual se exhiben distintas muestras de diferentes culturas.. Se destacan hermosas piezas arqueológicas representati-vas de las altas culturas precolombinas, (Cerámica misionera, azteca, maya, nazca, incaica, guaraní y de aborígenes de Uruguay y del departamento). Entre otros elementos se encuentran distintos instrumentos del hombre primitivo de Cerro Largo como raspadores, sobadores, percutores, afiladores, collares de cuentas cuyo origen se halla en el Cerro de las Cuen-tas (ubicado a unos 60 kilómetros de la ciu-dad), rompecocos, piedras grabadas, hachas pulidas, morteros, boleadoras. En el ámbito de la paleontología en-contramos un esqueleto indígena de sexo femenino, encontrado en el departamento como así también distintos elementos halla-dos en cerritos de indios que lamentable-

mente año tras año dado el avance de las arroceras se van perdiendo en número consi-derable. Encontramos un fémur y el molar de un Stegomastodon perteneciente a la fauna del pleistoceno con una antigüedad de unos 50.000 años. Parte del caparazón y del pie de un gliptodonte hallado en Cerro Largo. Fósiles de distintos períodos, encontrados en el río Tacuarembó, bivalvos fósiles del Río Uruguay (Colonia), vegetales fósiles de la formación de San Gregorio. Fe de erratas: El artículo del mismo autor publicado en el número anterior, que de-nominamos “Zoológico del Futuro”; debi-mos decir “ZooIlógico del Futuro”

BIFES DE PESCADO A LA CREMA 1 (2 porciones)

Ingredientes: 2 bifes de pescado medianos, ½ cta. de orégano, 1 zanahoria rallada, 1 cda de queso magro rallado, ½ tza de salsa blanca dietética, sal y pimenta a gusto. Preparación: Salpimentar los filetes y colocar -los en fuente para horno lubricada. Cubrir con la zanahoria rallada, el queso magro y espolvorear el orégano. Cubrir con la salsa blanca dietética y gratinar en horno moderado durante 30 minutos. sal y pimienta a gusto.

POR SI LES ROBAN EL CELULAR Los comerciantes de celulares mantienen oculta la información para que el ladrón siga uti-lizando el servicio y consumiendo, y la víctima del robo compre otro teléfono y siga consumiendo. Para obtener el número de serie de sus celulares, marquen: *#06# sin marcar send. Aparece en el visor un código. Este código es único. Tomen nota del mismo y consérvenlo en un lugar seguro. Si les robaran el celular, avisen al operador y denle este código. Su celular podrá entonces ser bloqueado completamente, aunque el ladrón cambie la tarje-ta SIM. Probablemente no recuperen su celular, pero por lo menos tendrán la seguridad de que, quien lo haya robado no podrá utilizarlo nunca. Pero LO MAS IMPORTANTE es que si toda la gente supiera esto, el robo de celulares sería inútil. Envíen esto a todos sus conocidos y anoten su número en un lugar seguro. PD: LO ANTES MENCIONADO FUNCIONA EN TODOS LOS CELULARES DEL MUNDO.

La temporada de pesca en el verano del 2007 de P. del Este fue bastante mala. A dife-rencia de otros años, que en los diferentes pesqueros se podían obtener una variada cantidad de especies como Pargos blancos, pescadillas, mingos y buenas corvinas, este verano fue la-mentable. Solo se obtuvieron pes-cadillas de menos de 20 cm. y roncaderas, es decir, lo que po-día escaparse de las redes de los barcos de arrastre. Igualmente, la calidad del agua oceánica, el paisaje de Isla de Gorriti, Punta Ballena y la belleza de las cos-tas puntesteñas, no empañaron una salida a navegar. El tema principal que apunta esta nota es la presencia de dos elementos sumamente particulares y pintorescos: Julio alias “el chanquete”, y su amigo “ el Pelucón”. Julio es un veterano pes-cador de la zona que diariamen-te tiene su “oficina” de limpieza de pescado en la explanada del Puerto de Punta del Este donde se bajan las lanchas chicas y de mediano tamaño. Diariamente espera la llegada de los pescadores deportivos los cuales les dejan el fruto de la pesca para que se los limpie a gusto del consumidor: “para el horno”, filetes, para la parrilla etc.; mientras los tractores de hidrografía suben las lanchas, se ubican en los res-pectivos lugares de la explanada, y otras son llevadas hasta los portones de acceso para ser retiradas de puerto. Un servicio excelente y muy útil ya que uno regresa a su casa o aparta-mento con el pescado pronto evitando la sucia tarea de limpiar el pescado en casa y la posi-ble “trompa” de la patrona. El otro elemento a que hacía referencia anteriormente es el “pelucón”, un inmenso lobo de mar, amigo íntimo de Chanquete, que diariamente comparten largas horas del día. El “pelucón” ha optado, muy inteligentemente, comer los restos de pescado producto de la

Por Roberto Tagle

limpieza del su amigo chanquete, en vez de salir a pescar para obtener su alimen-to. Ambos han establecido una relación increíble que deja atónitos a toda perso-na que los observa. Chanquete le habla constantemente y el viejo lobo le contes-ta con sonidos que quién sabe lo que quieren decir. Entre lancha y lancha, mientras no hay pescados para limpiar, “el pelucón” se acuesta a los pies de su amigo para hacer una siesta reparadora.

Era mediado de octubre y ya con los días más largos, los primeros calores se empezaban a sentir. Sin embargo aquella mañana había amane-cido con cerrazón y con un viento porfia-do del norte, que ha-cía pensar que el tiempo se iba a des-componer. Por eso don “Coco”, había madru-gado, prendiendo la yunta de azulejos para terminar de preparar una melga de tierra bien afinada, dónde quería plantar maíz

dulce temprano. Rastreaba cruzado, removiendo de raíz alguna mata de gramilla rebelde que no quería morir. La niebla se convertía en goterones en el hirsuto pelambre de los bueyes. Él a cada po-co rato echaba mano al bolsillo trasero de su viejo y remendado pantalón para controlar aquel molesto moquillo que asomaba en su nariz. Era un hombre cuya mayor fortuna era ser fuerte, sano y muy trabajador. No tenía ma-yores vicios; el mate, algún truco los domingos si cuadraba y la infaltable salida de pesca y cacería con su “barra” de amigos más íntimos una vez al año. Los bueyes por la fatiga exhalaban sendos chorros de vapor casi horizontal cuando el yugo que los uncía se ponía más retenido por la rastra que hendía sus pinchos en la tierra la-brada. Mientras daba una y otra pasada, al tranco de aquellas mansas bestias, tenía tiempo para meditar. Lindos recuerdos de aquellos campamentos en el Olimar Chico, dónde pasaba las mejores horas de su vida, se le representaban a cada momento. De pronto su rostro se iluminó con una franca sonrisa. A su mente había llegado el re-cuerdo de aquel cuento que narrara años atrás don Mario, aquel grandote que fue maquinista de AFE y que nadie junto a él podía estar triste, siempre un chiste, un cuento o una broma. Lo que escuchó don Coco fue el caso de un paisano de los Cerrillos, gran cazador con escopeta. Un día, el mentado cazador, mateaba a la sombra de unos frondosos transparentes, cuando escuchó como unos silbidos que se acercaban. Inmediatamente reconoció que prove-

Por Ricardo Facini

nían de una yunta de patos volando bajito y derecho al tajamar. Como un resorte abandonó la mateada y corrió en busca de su escopeta, arma antigua de cargar por la boca, herencia de su abuelo y que con ella se tenía una fe bárbara. Hombre prevenido tenía todo a mano. La baqueta de varilla acera, el cuerno con la pól-vora, los fulminantes, los chumbos, los tacos… todo pronto. En un periquete cargó su arma y salió dejando atrás las casas y las filas de transparen-te. Gateó los últimos metros por detrás del terraplén. Cuando asomó por encima, vio al casal de patos alineados en la otra orilla. No dudó un instante en prenderles cartucho. La estampi-da del tiro, la bocanada de humo azul y un borbollón entre las lamas al pié de las totoras, fue todo uno. Corrió rodeando el círculo del albardón esquivando matas y cardos, saltó el san-gradero y cuando llegó, de los patos; ¡ni noticias! Manoteó las lamas que seguían en gran movimiento y se encontró con “la tal tararira” atravesada por la baqueta de metal, que olvidó sacar con tanto apuro.

PESCA DE EMBARQUE

Desde hace ya bastante tiempo, con un gran amigo, tenemos la sana costumbre de ir a cenar fuera de casa, algún sábado de tanto en tanto, con nuestras respectivas espo-sas. Nuestra ciudad, Atlántida, tiene pocos lugares recomendables, los unos por la gran cantidad de gente que hay en el verano y los otros por su mala calidad y peor servicio. Estos factores nos han hecho clientes frecuentes del restaurante del club de Costa Azul, poco concurrido en temporada, con muy buenos precios y atención, pero sobre todo con calidad en la comida que se sirve. Seguramente a esta altura se estarán preguntando a que viene toda esta arenga que parece más un comercial que una nota acorde a esta sección. Y como estoy para satisfacer su curiosidad les paso a contar: El último sábado concurrimos al club tal cual habíamos pactado más temprano. El salón estaba casi vació demostrando el fin de una temporada que había finali-zado con el último día de semana santa. Elegimos una mesa al fondo, lugar en el que nunca nos habíamos sentado. Yo quede mirando hacia la magnífica estufa de leña, ese día apagada por el calor que pese a lo entrado del año no nos abandona. Fue entonces que raparé en la foto que despertó mi curiosidad. No dude en acér-came y quedar al momento embelezado por las catorce piezas de tiburón, todas mayo-res al metro cincuenta que estaban detrás de un núcleo de pescadores, que según reza-ba la leyenda pertenecían al Club Costa Azul junto a invitados de Durazno luego de una actividad realizada en el año 1957. ¿Que pasó en estos cuarenta años que no se ve un ejemplar de estos ni por casua-lidad? ¿Podrá alguien explicar cuales fueron los acontecimientos para que nuestro Río de la Plata tenga tan mermada su fauna ictícola? ¿Porqué ya casi no hay corvinas negras? ¿Porqué hasta en pescas de embarque se logra sólo capturar “mingos” y casi no se ven aquellos ejemplares de corvinas blancas que superaban fácilmente los tres o cuatro quilos? Ustedes al igual que yo conocen la respuesta. Ustedes al igual que yo saben que pese a existir la ley no se fiscaliza. Ustedes al igual que yo han visto la pesca predatoria que seudos artesanales realizan sobre explotando un recurso. Ustedes al igual que yo se preocupan cuando ven a lo lejos varias parejas de barcos de altura arrastrando redes. Y ustedes al igual estarán de acuerdo que es necesario cuidar los recursos, sino terminaremos desarrollando nuestro hobby en algún pesca y pague que seguramente surgirán en breve tiempo.

Por Raúl Bove