(1953) el caso de la chica vacilante

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El caso de la chica vacilante: Cubierta

Erle Stanley Gardner

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El caso de la chica vacilante: ndice

Erle Stanley Gardner

EL CASO DE LA CHICA VACILANTE(The Case of the Hesitant Hostess, 1953)Erle Stanley GardnerGua del lector............................................................................................................................................3 Prefacio......................................................................................................................................................4 1..................................................................................................................................................................7 2................................................................................................................................................................19 3................................................................................................................................................................23 4................................................................................................................................................................41 5................................................................................................................................................................45 6................................................................................................................................................................48 7................................................................................................................................................................54 8................................................................................................................................................................58 9................................................................................................................................................................63 10..............................................................................................................................................................70 11..............................................................................................................................................................77 12..............................................................................................................................................................84 13..............................................................................................................................................................91 14..............................................................................................................................................................94 15............................................................................................................................................................125 16............................................................................................................................................................132

NDICE

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GUA DEL LECTOREn un resumen alfabtico convencional, se detallan a continuacin los principales personajes de la presente novela ARCHER, Rodney: Hombre de negocios, viudo, amigo de Martha Lavina. BROGAN, Albert: Acusado en el caso por atraco. BROGAN, Mary: Sobrina de Albert Brogan. CLUBB, Janice: Testigo en el caso por asesinato de Daphne Howell. DRAKE, Paul: Detective, colaborador habitual de Perry Mason. FRITCH, Harry: Delegado del fiscal del distrito. GIBBS, Thomas: Colaborador de Martha Lavina. HANOVER, Pete: Mdico. HOWELL, Daphne: Modelo de la Aphrodite Model Agency. KAYLOR, Inez: De la Aphrodite Model Agency y empleada de Martha Lavina. LAVINA, Martha: Duea de una cadena de clubes nocturnos. MASON, Perry: Abogado famoso, defensor de Albert Brogan. STREET, Della: Secretaria de Perry Mason. TRAGG: Teniente de la polica.

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PREFACIOHay algo en el aspecto del doctor Milton Helpern que hace pensar insistentemente en el clsico caballero ingls, grande y animoso. Incluso un buen observador, experto en la tarea de catalogar los caracteres y ocupaciones de los hombres vistos, interpretara errneamente la personalidad del doctor Helpern, asocindolo con un dominio situado en cualquier parte, saturado de jardines con flores, grandes extensiones cercadas y pastos. La verdad es que el hombre en cuestin sabe, dentro de Estados Unidos, acerca del crimen, tanto como el que ms. Detrs de su porte natural, de sus fciles maneras, se oculta un cerebro astuto y despiadado. El abogado que quiere redactar una lista de autoridades capaces de responder a cualquier pregunta en el campo de la medicina forense, tendr que encabezar su relacin con una referencia a la Medicina Legal y Toxicologa de Gonzales, Vance y Helpern. Dos veces por ao, el doctor Helpern toma un tren que va desde Nueva York hasta Boston y penetra en la sala de conferencias de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, donde el capitn Frances G. Lee dirige uno de sus seminarios sobre la investigacin de homicidios. All, el doctor Helpern habla durante una hora u hora y media sobre algn importante aspecto de dicho tema. Se expresa en trminos sencillos, de una manera natural. Sin embargo, en sus disertaciones se refiere a detalles desconocidos por el investigador medio. En estas ocasiones, los dieciocho agentes cuidadosamente seleccionados, sealados por sus superiores como merecedores de asistir a uno de los cursillos del capitn Lee, se convierten en participantes de un espectculo incongruente. Plantado enfrente de sus oyentes, hablndoles, se encontrar un individuo que antes que un sabueso humano parece un humano mastn. Resulta difcil asociar su figura con el crimen. Hacia el fondo de la habitacin se encuentra el fabuloso capitn Frances G. Lee, a quien he mencionado anteriormente. Se trata de una mujer de ms de setenta aos, que fue educada en el seno de una rica familia de Nueva Inglaterra en la atmsfera victoriana, quien, de acuerdo con la tradicin hubiera debido vivir una existencia silenciosa, dedicada a los cortes peridicos de cupones. Sin embargo, hace quince aos, el capitn Lee se interes por la medicina legal, donando una fortuna para que fuese establecida una escuela de Medicina Legal en la Universidad de Harvard. Posteriormente, se interes por la ciencia policiaca, siendo en la actualidad reconocida como una de las figuras ms sobresalientes en dichas materias. La asistencia a uno de esos seminarios, en los que un selecto grupo de agentes de este pas alterna con hombre enviados por Scotland Yard, por el Canad y, en ocasiones, por la India, supone un raro privilegio. Los funcionarios estadounidenses son escogidos en primer lugar por sus jefes y luego por los gobernadores de los Estados en que trabajan. Todava es ms rigurosa la seleccin de los conferenciantes. Estos constituyen la crema de los especialistas. Una invitacin de este tipo es por s sola el reconocimiento de un alto nivel de mritos profesionales. El doctor Helpern aparece en aquel lugar con regularidad, siempre sonriente, siempre de buen humor, siempre tan preciso y delicado como un instrumento cientfico de medicin. Una vez pronunciada su conferencia, el doctor Helpern toma su tren, de regreso a Nueva York, donde vuelve a desarrollar sus actividades cotidianas: el examen y estudio de cadveres, tratando de descubrir las causas determinantes de la muerte en cada caso, formulando deducciones que acreditaran a Sherlock Holmes. Hace esto con absoluta sencillez, sin presuncin. No es difcil adivinar en l al observar su comportamiento una de las figuras ms relevantes de Estados Unidos en el campo de la medicina legal. Hablando con el doctor Helpern, pasando por entre las largas hileras de especmenes reunidos en el curso de millares de autopsias, uno comprende la importancia del trabajo de un especialista como l.4

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El doctor Helpern se pasea por entre esos embotellados especmenes con el aire del jardinero entusiasta al mostrar a alguien sus flores preferidas. Aqu tiene usted dir a lo mejor una coleccin de excelentes ejemplos de hemorragias espontneas subaracnoides. El doctor Helpern pasar luego a indicar una serie de cerebros cuidadosamente preparados, muchos de los cuales son pruebas de que algunos hombres inocentes hubieran podido ser declarados culpables de un crimen de no haber mediado un trabajo mdico competente. Esas hemorragias espontneas subaracnoides concretar luego el doctor Helpern son ms frecuentes de lo que la mayor parte de la gente cree. Muy a menudo, el mdico de corta experiencia que haga la autopsia, se inclinar a certificar la muerte como debida a violencias externas. No hay nada de eso, realmente. Pero las peculiares circunstancias en que tales hemorragias se presentan y los confusos sntomas observables pueden conducir a pensar equivocadamente en una muerte violenta, con la consiguiente condena para el inocente. La mayor parte de las hemorragias subaracnoides parten de la inesperada ruptura de un pequeo aneurisma, que es una pequea dilatacin, en algunos casos no mayor que la cabeza de una cerilla, de uno de los vasos sanguneos situados en la base del cerebro. Tales aneurismas de las arterias del cerebro dan lugar en algunos puntos a la fragilidad de la pared del vaso sanguneo, que se traducir, inicialmente, en una rotura, ocasionando una hemorragia ms o menos rpida, que se extender por la superficie inferior del cerebro. La muerte puede producirse a los pocos minutos o ser aplazada. Algunos individuos se recobran de la primera hemorragia, para conocer luego una segunda etapa. Si el aneurisma es contenido por el tejido cerebral, como sucede con frecuencia, la hemorragia es al principio lenta y afecta solamente a una pequea parte del cerebro, sin ocasionar la prdida del conocimiento. Sucede a menudo que esta hemorragia localizada hace al individuo inquieto y agresivo. Al mismo tiempo, le hace perder el sentido de la orientacin y la perspectiva mental. Estamos en un teatro. Un acomodador se acerca a uno de los espectadores, quien, de repente, se comporta de forma ruidosa. El acomodador sugiere que el hombre abandone el local. El espectador alarga un brazo violentamente hacia el otro, murmurando unas palabras ininteligibles, y el acomodador, despus de esquivar el golpe, sujeta al individuo por los hombros y lo arrastra hacia la salida del teatro. A mitad del camino de la calle, el espectador se derrumba. Es llamada una ambulancia. El hombre fallece antes de llegar al hospital. Un mdico inexperto, al tanto de lo sucedido, al haber encontrado una hemorragia cerebral, descuidando el pequeo aneurisma que la ha ocasionado, tender, probablemente, a formular la conclusin de que el acomodador trat a la vctima con dureza. A veces, incluso, surgir una persona entre los restantes espectadores que describa el altercado en trminos suficientemente vivos para indicar que el acomodador asest un fuerte golpe al otro, desplomndose ste rpidamente. El acomodador se enfrenta con una acusacin de homicidio involuntario y el teatro en que presta sus servicios se ve demandado por daos y perjuicios. Este fue un caso real, en el que intervino el doctor Helpern. La modestia impide a ste referirse a muchos otros en el transcurso de los cuales pudo demostrar que se haba producido un crimen cuando todas las apariencias indicaban una muerte natural. Un hombre que sostena un altercado con otro recibi un golpe en un lado de la cabeza. La pelea continu, apuntndose aqul la victoria. El individuo lleg a su casa y al cabo de un rato empez a sentirse mal. Se acost, se levant, fue de un lado para otro, como aturdido. Finalmente, lo enviaron al hospital, donde falleci. No se le vea ninguna herida en la cabeza y nadie saba cul haba podido ser la causa de su muerte. El doctor Helpern, al llevar a cabo la autopsia de costumbre, pero a conciencia, localiz una hemorragia, producida por un arma blanca, en el crneo y el cerebro. La hoja del arma haba penetrado en el primero, afectando ligeramente al segundo. El doctor Helpern solicit detalles acerca de aquel suceso, enterndose del episodio del altercado. La polica, por sugerencia suya, realiz algunas investigaciones. Localizado el autor de la ria, hall en su poder un cortaplumas con la hoja de acero rota.5

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El doctor Helpern puso el trozo de acero hallado en el cerebro del hombre muerto junco al mellado cortaplumas del acusado. Se ajustaba perfectamente al instrumento. El doctor Helpern, que en sus primeros aos de actividad trabaj con el doctor Charles Norris, el primer mdico forense de la ciudad de Nueva York, y que ha estado estrechamente asociado con los doctores Thomas A. Gonzales, B. Morgan Vance, Harrison S. Martland y Alexander O. Gettler, en la Oficina del Jefe Forense y en el Departamento de Medicina Forense de la Escuela de Medicina para Posgraduados, de la Universidad de Nueva York, figura, con sus distinguidos colegas, entre los pioneros de su especialidad. Ha contribuido al establecimiento de consistentes normas en el campo de la autopsia mdico-legal. Su innata modestia, su carcter, ha impedido que trascendiera al pblico una labor eficiente, por la cual todos deben estarle agradecidos. Solamente en el medio profesional del investigador es harto prestigiosa su figura. Y esto es injusto, ya que hubieran debido divulgarse muchos de sus trabajos. Por consiguiente, yo experimento un gran placer al referirme sucintamente ante mis lectores a sus importantes actividades y al dedicar este libro a mi amigo el Dr. Milton Helpern. ERLE STANLEY GARDNER

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1A lo largo de los ltimos quince minutos se haba hecho evidente que Harry Fritch, el ayudante del fiscal, intentaba ganar tiempo. Buscaba algo entre sus papeles, formulaba preguntas repetidas y, de cuando en cuando, lanzaba una furtiva mirada al reloj de pared de la sala. De repente, se irgui. Eso es todo dijo. Luego, volvindose hacia Perry Mason, con una reverencia de oficial cortesa, aadi: Puede usted proseguir con el interrogatorio, seor Mason. Mason no se puso en pie, advirtiendo la trampa a la que haba sido conducido. Con la venia de la sala dijo afablemente. Hoy es viernes. Y son ya las cinco menos veinte. Y qu? pregunt el juez Egan, ms irritado que nunca. He dicho eso aadi el seor Mason, sonriente, porque no creo que la sala desee ver interrumpido mi interrogatorio por el fin de esta sesin. Creo que me extender bastante y, quiz, si se deja todo hasta el lunes por la maana... El juez Egan era la cortesa personificada cuando en los casos rutinarios actuaba sin jurado. Pero, en cambio, en presencia de una sala atestada de pblico y ante aqul, llegaba a veces a ser un hombre rudo. Poltico astuto, todo el mundo saba desde haca mucho tiempo que estaba siempre en su lugar, dominando atinadamente a los abogados. stos, generalmente, le odiaban. Sus votantes tenan una fe ciega en l. La sesin llegar a su fin a la hora de costumbre, seor Mason respondi el juez. Esta hora no puede ser fijada a capricho de la defensa. Tiene usted por delante veinte minutos. Los seores miembros del jurado desean ver terminado cuanto antes este caso, para volver a sus respectivas ocupaciones. Proceda con su interrogatorio. Muy bien, seora respondi Mason. Concentrando la atencin en los papeles que tena encima de la mesa, consigui ganar unos segundos preciosos para estudiar la tctica a seguir. La mujer que ocupaba el estrado de los testigos era terriblemente inteligente. Si no poda resquebrajar su testimonio, el veredicto para su defendido sera de culpabilidad. Mason iba a manejar una sorpresa y slo una. Esperaba que resultase una bomba. Apenas tena tiempo para utilizar aqulla y sacar el mximo partido de la misma antes de las cinco; sin embargo, si dedicaba aquellos veinte minutos a un interrogatorio sin objetivos, el jurado pasara el fin de semana, convencido de que lo que haba dicho la mujer deba ser aceptado en todo su valor aparente. Mason tom una decisin. Seora Lavina dijo sonriendo cortsmente. La mujer, de buen ver, bien vestida, que ocupaba el estrado de los testigos sonri tambin. Pareca enfrentarse despreocupadamente a aquel interrogatorio. Usted ha identificado al acusado de este caso sealando que es el hombre que cometi el atraco. S, seor Mason. Cundo vio por primera vez al acusado? Cundo lo vio por primera vez en su vida? La noche del atraco. El seor Archer haba detenido el coche ante un semforo. El acusado lleg al automvil desde no s dnde, abri la portezuela y apunt al seor Archer con una pistola, a la altura del rostro. Despacio, entonces lo despoj de su cartera, de su alfiler de corbata, con adornos de diamantes... A m me quit el bolso. Todo sucedi con mucha rapidez; con tanta rapidez que apenas me di cuenta de lo que estaba pasando. El hombre, a continuacin, salt a la acera, y subi a un coche orientado en direccin contraria. Despus, desapareci. Intent el seor Archer seguirlo? No, por supuesto. El seor Archer no poda incurrir en una tontera semejante. El hombre iba armado. El seor Archer, no. El seor Archer, llegado a un cruce, par de nuevo el automvil, telefoneando a la polica desde un establecimiento.7

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Y usted qu hizo? Esperar en el coche, hasta que comprend que no poda seguir all indefinidamente. Cunto tiempo estuvo esperando? Yo dira que sus buenos cinco minutos. Despus, apareci un coche patrulla de la polica. Qu pas entonces? Mientras el seor Archer hablaba con la polica, una joven conocida ma pas por all. Como me reconoci, se situ delante, estacionando su vehculo. Llam a un curioso y le rogu que dijera al seor Archer que me pona a disposicin de la polica, por si queran que declarara ms adelante, pero que yo segua mi camino, hacia la Villa. Por qu no sigui esperando para hablar con la polica? El seor Archer estaba en condiciones de contar a los agentes todo lo que ellos necesitaban saber. Yo tena que atender unos asuntos muy importantes. La polica se sostiene con los impuestos que pagamos los contribuyentes y debe estar al servicio de stos. Si queran algo de m era muy fcil localizarme. Estaba usted con el seor Archer en el momento del atraco? Ciertamente, seor Mason. Lo he dicho varias veces. Y a dnde fue usted despus de separarse del seor Archer? A la Villa. Se est usted refiriendo con ese nombre a la Villa Lavina? Si desea usted que concrete, seor Mason, le dir que me refera a la Villa Lavina Nmero Dos. De la que es usted propietaria? Soy propietaria del negocio, no de la finca, que tengo en alquiler. Se diriga usted a la Villa en compaa del seor Archer cuando el atraco? S. Y quin era la que pas en el automvil, que posteriormente la recogi? Me refiero a la joven a quien dijo usted conocer... La seorita Kaylor. Es la seorita Kaylor algo ms que una simple conocida? Es conocida, amiga y empleada. Trabaja para usted? Deduzco de su pregunta que usted desea conocer si trabajaba para m en el momento de producirse el atraco. Exactamente. S. Trabajaba como seorita acompaante1. Y la recogi a usted en el lugar en que se produjo el atraco? La seora Lavina sonri dulcemente. No respondi. Mason enarc las cejas. Yo le he entendido decir... No s si est usted intentando sorprenderme en alguna contradiccin, seor Mason, pero la verdad es que antes le dije que despus del atraco el seor Archer condujo el automvil hasta un establecimiento. El sitio en que Inez me recogi quedara a una distancia aproximada de cuarenta a cincuenta metros del escenario del atraco. La seora Lavina sonri. Igual que dos o tres miembros del jurado. No intento sorprenderle en ninguna contradiccin manifest Mason. Estaba hablando del episodio por encima. Yo no puedo hablar de este asunto por encima recalc la seora Lavina. Tenga en cuenta, seor Mason, que estoy aqu bajo juramento. Son en la sala un claro murmullo de risas.1

En el original hostess, que se aplica en trminos generales a las jvenes seoritas que en lugares de diversin como los citados, se renen con los clientes solitarios masculinos para entretenerlos, bebiendo y bailando en su compaa. 8

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Con un gesto dramtico, Mason se separ de la testigo. Seor Paul Drake dijo. Paul Drake, jefe de la Agencia de Detectives de su nombre, se puso en pie. Los ojos curiosos del auditorio se volvieron haca l. Quiere usted hacer el favor de pasar a la biblioteca e indicar a Inez Kaylor que entre en la sala? dijo Mason. Drake asinti, saliendo al pasillo. Ahora sigui diciendo Mason, enfrentndose con la seora Lavina, quiero la verdad. Est usted segura de que Inez Kaylor pas junto al coche en que se hallaba, y la recogi? La testigo se qued completamente inmvil, controlando rigurosamente su expresin facial. Slo por el movimiento de sus labios o sus parpadeos hubiera podido ser posible entonces leer sus pensamientos. Bien dijo Mason. Puede usted responder a mi pregunta? La testigo, lentamente, fij su mirada en otra parte, frunciendo el ceo, pensativa. Estoy completamente segura de que se trataba de Inez Kaylor contest. Desde luego, seor Mason, hace de eso ya algn tiempo y... Cunto tiempo hace que conoce usted a Inez Kaylor? La conozco desde hace ocho meses, aproximadamente. La conoci usted con anterioridad al atraco, no? La conoca dos meses antes de ese episodio, s. Es usted la propietaria de la cadena de clubes nocturnos conocidos por el nombre de Villa Lavina? No se trata de una cadena, seor Mason. Son tres solamente. Perfectamente. Los explota usted? S. Utiliza los servicios de algunas chicas o seoritas acompaantes? S. Cuntas utiliza usted? Dieciocho en total. Es usted una buena mujer de negocios? Intento serlo. Se halla en contacto con varios clubes nocturnos todos los das? S. Va usted de uno a otro? S. Vigila a los que trabajan? Se ocupa de los que no hacen nada? Procuro darme cuenta de lo que ocurre. En el momento de producirse el atraco haca ya dos meses que conoca usted a Inez Kaylor, no? S, en efecto. La vio todas las noches a lo largo de ese perodo de tiempo? No creo que ella trabajara todas las noches. Casi todas las noches, quiz? S. Nunca vio al acusado alrededor de esas fechas, verdad? Nunca. Jams, a lo largo de su vida? Nunca. Sin embargo, habiendo mirado fugazmente al acusado, usted... No fue una mirada fugaz. Lo vi frente a frente. Se produjo la escena del atraco rpidamente? Ella fue incapaz ahora de disimular su satisfaccin, diciendo con aire triunfal:9

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Todo fue muy rpido. La escena se produjo con la destreza que slo puede ser fruto de una larga experiencia, seor Mason. Medi el juez Egan con voz montona: La testigo ha de abstenerse de formular comentarios. El jurado deber pasar por alto la declaracin de la testigo, es decir, el comentario que ha hecho referente a la destreza o larga experiencia. Mason apret las mandbulas. Lo nico que haba hecho el juez al hablar, con su recomendacin, fue dar ms nfasis a las palabras de la testigo, contribuir a que quedaran ms fuertemente impresas en las mentes de los miembros del jurado. S Mason insista empeorara las cosas. Vio usted al hombre durante un perodo de tiempo relativamente breve? inquiri con naturalidad. Eso depende de lo que usted considere por perodo de tiempo relativamente breve... No ms de un minuto? Quiz. Treinta segundos solamente? Quiz. Haca dos meses que conoca a la seorita Kaylor. Subi usted a su coche y se dirigieron a Villa Lavina Nmero Dos. Una distancia no superior a los ochocientos metros. Qu tiempo tardaron en cubrirla? Unos minutos. Cuatro veces ms tiempo del que necesit el acusado para cometer el atraco? Probablemente. Cinco veces ms? Quiz. Seis veces ms? En realidad, no lo s, seor Mason. Sin embargo, usted quiere hacer creer a este jurado que gracias a un breve vistazo reconoci en el acusado al autor del atraco... En cambio, no est segura de que fuera Inez Kaylor quien la llevara a Villa Lavina. De repente. Mason vio brillar en los ojos de ella una mirada de triunfo. Yo no dije que no estuviera segura de que fuese Inez Kaylor quien me recogiese. Yo dije que estaba completamente segura de que fue ella. Quiero decir que lo estoy tambin ahora. Mason volvi la cabeza, mirando por encima de uno de sus hombros... Paul Drake estaba solo en la entrada. Captando la mirada de Mason, movi lentamente la cabeza. Mason se esforz por igualar a la testigo en afabilidad. Mirando a Paul Drake, manifest: No importa que no haga acto de presencia en la sala la seorita Inez Kaylor. Si la seorita Lavina est segura, me bastar con su palabra. Muchas gracias repuso la aludida, con toda dulzura con una expresin burlona de triunfo en los ojos. Mason mir el reloj... Ya no dispona de tiempo para intentar averiguar cmo haba sido engaado. La situacin exiga de l suavidad, calma durante los siguientes trece minutos, trece minutos durante los cuales tena que habrselas con una mujer inteligente, quien saba que no se hallaba en condiciones de echar por tierra lo que dijese. Ella tena todos los triunfos en su mano y lo saba perfectamente. Usted vio al acusado por segunda vez dijo Mason. S, seor Mason. Dnde? En la jefatura de polica. Y seal al acusado de entre varios? Sin la menor vacilacin.10

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Y est usted completamente segura de no haberle visto en cierto momento posterior al atraco y anterior a su visita a la jefatura de polica? As es. Mason hizo una breve pausa, estudiando a la testigo. Quin se encontraba con usted en el instante de la identificacin en la jefatura de polica, seora Lavina? El seor Archer. Fueron all juntos? Naturalmente. Por qu dice usted naturalmente? Porque los dos fuimos vctimas del mismo atraco y lo lgico era pensar que a los dos nos necesitaba la polica a la hora de establecer la identificacin. Y por qu no se les hizo identificar al autor del atraco por separado, para mayor seguridad? Eso tendra usted que preguntrselo a la polica, seor Mason. Especific la polica alguna razn para juntarles a ustedes all? S. Qu fue? Eso, desde luego, son rumores interrumpi el juez Egan... Nada que objetar, nada que objetar, seora dijo Harry Fritch, sonriendo. Permtale que siga adelante. El juez Egan contest, irritado: Este tribunal no permitir que se recurra a los rumores. Tampoco tolerar trucos para ganar tiempo ni ciertas irregularidades condenables en los interrogatorios. Y ahora contine, seor Mason. Quin identific al hombre en primer lugar? Usted o el seor Archer? inquiri Mason. Fue una identificacin simultnea. Nada mas verle, seal usted al hombre, no? Sin la menor vacilacin, seor Mason. Y el seor Archer procedi igual que usted, en su presencia? S, seor Mason. Cmo lo design usted? Sealndole con el dedo. Y qu es lo que el seor Archer hizo? Lo seal con el dedo. Y ustedes extendieron sus brazos y dedos simultneamente? Casi en el mismo tiempo, seor Mason. Y ustedes no haban vuelto a ver al acusado desde el da del atraco? No, seor. Mason frunci el ceo. Haba visto usted su fotografa? pregunt. La mujer vacil. La haba visto usted? inquiri Mason, repentinamente alerta. Pues... s. Y cundo la vio usted, con referencia al momento de la identificacin en la jefatura de polica? El da anterior. De veras? Y quin le ense a usted la fotografa del acusado? El seor Archer. Y quin estaba con el seor Archer en aquel momento? Un agente de polica. As pues, cuando usted identific al acusado haba estado estudiando previamente su fotografa. Haba visto su fotografa, s. Puede usted detallar las circunstancias en que vio la fotografa?11

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Yo me encontraba en la Villa Lavina, Nmero Tres. El seor Archer, acompaado por un detective vestido de paisano, cuyo nombre no recuerdo, me abord, dicindome: Martha: han detenido al hombre que nos atrac. Han dado con mi cartera y con su bolso. No ha sido recobrado el dinero, en cambio, ni el alfiler de corbata. Su bolso ha sido cortado, y le han arrancado el forro, pero, indudablemente, se trata del que el atracador le sustrajo. Dijo el detective alguna cosa? pregunt Mason. Dijo que no tena objeto molestarnos pidindonos que participramos en un acto de identificacin, a menos que l estuviera seguro de que haba dado con el individuo buscado. Y entonces l le mostr la fotografa del hombre. S. Y haba sido tomada esa fotografa por el polica? S. Entonces, haba visto el seor Archer la fotografa antes que usted? Naturalmente. Debi de verla. Y usted identific la fotografa? Dije que pareca corresponder a aquel hombre, s. As pues, le indicaran que deba presentarse al da siguiente en la jefatura de polica. A las diez, s. Fue positiva su identificacin al ver la fotografa? Bastante positiva. Ocurri lo mismo con el seor Archer? S. Cmo lo sabe usted? Me lo dijo l. Y fue l quien le ense la fotografa? S. As pues, el seor Archer le entreg la fotografa, dicindole: Martha: he aqu al hombre que nos atrac, u otras palabras por el estilo. Bueno, no fue tan rudo... Le dijo que se trataba del hombre que haba cometido el atraco? Me dijo que lo haba identificado como el hombre que nos atrac y que quera que echase un vistazo a la fotografa para ver qu era lo que yo opinaba. En consecuencia puntualiz Mason, antes de ir a la jefatura de polica usted se haba familiarizado con los rasgos faciales del acusado estudiando una fotografa, eh? Yo no sealara eso de este modo, seor Mason. Yo lo he sealado de ese modo salt, secamente, el abogado. Responda a mi pregunta. Yo haba visto una fotografa. Usted la estudi, no? Supongo que s. Y se familiariz con los rasgos faciales del hombre mirando la fotografa? S. As pues, cuando fue a la jefatura de polica para identificar al acusado usted lo haba identificado ya. No. Usted identific su fotografa, no? La fotografa no era el acusado. Pero usted llev a cabo la identificacin. S. No era una identificacin parcial, sino total, eh? Total. Estaba segura de lo que afirmaba?12

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Estaba segura. Y dijo a la polica que estaba segura de lo que deca? S. Entonces, si estaba segura slo con ver la fotografa, por qu tuvo que presentarse al da siguiente en la jefatura de polica y llevar a cabo una identificacin personal? Porque... Creo que me dijeron que era necesario ese trmite para aportar una prueba decisiva a la sala. En otras palabras, la nica razn de su visita a la jefatura de polica era el propsito de fabricar una prueba que pudiera ser utilizada en la sala. Protesto! dijo el delegado del fiscal del distrito. Seora: me opongo al empleo de la palabra fabricar. Se acepta la protesta. Usted se present en la jefatura de polica al da siguiente con el nico propsito de identificar al acusado y aportar as una prueba. No es se el propsito de toda identificacin, seor Mason? Mason respondi, irritado: Soy yo quien pregunta... No fue el nico propsito de su desplazamiento a la jefatura de polica echar un vistazo al acusado, alineado con otros hombres? Yo... Bien, supongo que s. Y usted saba que uno de los hombres que iba a ver era el acusado. S. Y usted haba identificado ya a esa persona por la fotografa. S. Al entregarle la fotografa del acusado el seor Archer, no le ense las de otros hombres, preguntndole si entre ellos haba algn rostro que le resultara familiar? Ciertamente que no. Nosotros somos amigos. Me dijo, simplemente: Martha: la polica ha detenido al hombre que nos atrac. No ha sido recobrado el dinero, pero arrestaron al individuo en cuestin. He aqu su fotografa. Primero, le dijo que aqul era el hombre y luego le pidi una confirmacin. Me pregunt. Y le pregunt despus el detective si usted sera capaz de identificar al acusado entre otros hombres? S. Y qu le contest usted? Le contest afirmativamente. Tena la fotografa todava en sus manos al responder as? No. Se la haba devuelto. A quin se la devolvi? Al polica o al seor Archer? Al polica. Y despus de haberle dicho que era preciso que se presentara en la jefatura de polica para el acto de identificacin, mir la fotografa de nuevo? S. Por qu? Quera asegurarme. Quera asegurarse... de qu? De que era el hombre del atraco. Entonces, usted no estaba segura de lo que afirm al ver por primera vez la fotografa. S, s que estaba segura. Sin embargo, usted acaba de decir que quiso ver la foto por segunda vez para asegurarse. Era para asegurarme de que podra sealarlo entre otros hombres en la jefatura de polica. Es lo que he querido decir.13

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Entonces, usted iba a identificarlo basndose no en sus recuerdos del episodio del atraco sino en lo que poda sugerirle la fotografa. Bueno, basndome en ambas cosas. Mason, desesperado, ech un vistazo al reloj. Por qu quiso usted estudiar la fotografa por segunda vez? Protesto! Esa pregunta ha sido formulada antes dijo el delegado del fiscal. Se acepta la protesta repuso secamente el juez Egan. He de apuntar a la defensa que esta fase de su interrogatorio ha sido ya suficientemente analizada. Sugiero la conveniencia de pasar a otro punto. Mason inquiri ahora: Deseara hacerle una o dos preguntas ms acerca de lo sucedido en el momento del atraco, seora Lavina. Se dirigan a Villa Lavina Nmero Dos, verdad? S. Cmo era su indumentaria? Yo llevaba el mismo vestido que ahora. Deduzco de eso que llevaba tambin el mismo bolso que ahora tiene sobre su regazo. S. De repente, ella se mordi el labio inferior. No. Me he equivocado. Yo llevaba otro bolso en el instante de producirse el atraco. Naturalmente, aquel hombre me lo quit, seor Mason. Recuerda las circunstancias del atraco con claridad? S. Hace mucho tiempo que es amiga del seor Archer? Lo conozco desde hace algn tiempo, s. Fuma l? Creo que s. Estaba fumando en el momento del atraco? Los ojos de la mujer se apartaron del rostro de Mason. Se llev una de sus enguantadas manos a la mejilla, diciendo: Djeme pensar... No estoy segura... No podra ser que cuando el seor Archer detuvo el coche ante un semforo se llevara un cigarrillo a la boca, inclinndose sobre el mechero previamente encendido del salpicadero, por cuya razn no vieron el rostro del atracador hasta el momento en que ste abri la portezuela? Hubo un prolongado silencio. El juez Egan mir el reloj de la sala, movindose, inquieto. Conteste a mi pregunta dijo Mason. Oh! Lo siento. Estaba pensando en otra cosa. En qu estaba usted pensando? Ella sonri. Estoy completamente segura de que carece de importancia. Conteste entonces a mi pregunta. Yo... Lo siento. He olvidado su pregunta. Se me fue el santo al cielo, como suele decirse. La mujer mir sonriente haca el jurado y uno o dos miembros del mismo sonrieron a su vez. Uno de los funcionarios de la sala ley con voz montona la pregunta: No podra ser que cuando el seor Archer detuvo el coche ante un semforo se llevara un cigarrillo a la boca, inclinndose sobre el mechero previamente encendido del salpicadero, por cuya razn no vieron el rostro del atracador hasta el momento en que ste abri la portezuela? No... no estoy segura. No es un hecho que cuando el seor Archer se incorpor, sujetando el encendedor con la mano derecha, el atracador le apunt al rostro con el arma y que cuando el seor Archer levant los brazos el encendedor se le cay de la mano, produciendo una quemadura en la tapicera del vehculo?14

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Puede usted examinar esta fotografa del coche del seor Archer, si lo desea, seora Lavina. Ver en ella, en el asiento delantero, la quemadura, un orificio redondo. Pensando en ello, seor Mason, le dir que creo que fue eso lo sucedido. Ciertamente que debi de quedar bien impreso en su mente manifest Mason. Un mechero encendido, produciendo una quemadura en la tapicera del coche, tuvo que originar un poco de humo. Le sugiero, seor Mason, que haga esa misma pregunta al seor Archer. Gracias por su sugerencia, pero la pregunta va dirigida a usted. No creo poder contestarla. Por qu? Por favor, seor Mason. Yo no soy un trozo de madera, ni estoy hecha de piedra. Soy un ser humano, con sus emociones. No esperar que una mujer vctima de un atraco recuerde cada detalle de ste... Usted recuerda con detalle los rasgos faciales del acusado? Todos, no. Los ms sobresalientes? En cierto modo. De qu color son sus ojos? No, no lo mire... Limtese a decirme de qu color son sus ojos. Lo ignoro. De qu color era el traje que llevaba aquella noche? Me refiero a la noche del atraco. Era el mismo traje que lleva ahora. Qu traje era el que vesta cuando lo vio en la jefatura de polica, entre otros hombres? El mismo... Lo siento, no estoy segura. Cuando el seor Archer se acercaba al cruce, por los alrededores del cual tuvo lugar el atraco, qu carril de la calzada era el que segua? El inmediato a la acera o el ms prximo al centro de aqulla? El... el ms prximo al centro. Entonces dijo Mason, si el acusado abri la puerta del lado izquierdo, tena que estar situado en... No, no. Perdn. Me he equivocado. Lo recuerdo bien ahora. Seguamos por el carril de la derecha, por el ms cercano a la acera. Con exactitud: a qu hora tuvo lugar el atraco? inquiri Mason. Pues... el 13 de septiembre... A qu hora de la noche, quiero decir? Fue... Oh! De noche ya... A las nueve? No mir mi reloj, seor Mason. A las diez? Ya le he dicho que no mir mi reloj. A las once? Lo siento, seor Mason. Yo no... Fue antes de las once, ya que los drugstores cierran a esa hora. El juez Egan se aclar la garganta antes de hablar. Son ya las cinco. Se suspende la vista de la causa hasta el lunes a las diez de la maana. En este perodo de tiempo, los jurados habrn de abstenerse de hablar del caso entre ellos. No tolerarn que sean discutidas sus circunstancias tampoco en su presencia, ni dar odos a ninguna opinin. Esta sesin se da por terminada. Drake se abri paso por entre el pblico, colocndose por fin junto a Mason. Y bien? inquiri aqul. Drake movi la cabeza. Se fue. Debieras haberlo previsto.15

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Te juro, Perry, que yo... Bueno, es que no logro entenderlo. Hubiera jurado que la muchacha quera estar a nuestro lado. Deseaba declarar. Asegura que slo en una ocasin ha llevado en su coche a la seora Lavina: cierta carde en que iba de compras al centro de la ciudad. Qu hay acerca de la noche del atraco, Paul? Dnde se encontraba Inez Kaylor en aquellos momentos? No lo sabe. Cree que estaba en Villa Lavina Nmero Uno. No acierta a fijar la fecha con exactitud. Quieres decir que no se acuerda de haber hablado del atraco con la seora Lavina? No le cont sta que haba sido robada y...? No dijo Drake. La seora Lavina habl del atraco una semana ms tarde, aproximadamente. En eso se basa Inez Kaylor para afirmar que no llev en su coche a la seora Lavina desde los alrededores del escenario del atraco... Maldita sea! exclam Mason. Despus de permanecer unos instantes pensativo, aadi: Est segura? Totalmente segura. Pues tenemos que localizarla, Paul. Es muy importante. Lo intentaremos repuso Drake. Yo le dije que esperara hasta que fuese por ella. Nos ha engaado, pero la verdad es que nunca supuse que poda ser capaz de proceder as. Me pareci sincera. Vino conmigo desde Las Vegas sin formular la menor objecin. Bueno, pues ya tenemos una pista nueva que seguir, Paul. Guarda las formas. Procura dar la impresin, por si nos estn observando algunos miembros del jurado, de que no abrigamos la menor duda en lo tocante al resultado de este asunto. Mason, con aire de hombre satisfecho, pas un brazo por los hombros de Paul Drake. Esplndido, Paul! Muy bien hecho! Algunos de los jurados, en efecto, dirigieron unas miradas de curiosidad a Mason. Pas junto a l Martha Lavina, una mujer esbelta, de treinta y tantos aos de edad. No supo resistirse a la tentacin de adoptar una pose triunfal, tampoco, ante los jurados. Buenas tardes, seor Mason dijo con rebuscada amabilidad. Buenas cardes, seora Lavina repuso Mason en el mismo tono corts, aadiendo a continuacin, insinuante: Nos veremos de nuevo el lunes por la maana. La seora Lavina dedic al abogado una mirada especial, de cuidadosa estimacin, la mirada vlida para medir a un peligroso antagonista. Luego, tras un brevsimo instante de vacilacin, ella prosigui avanzando. La cobra hembra murmur Drake. El gesto de Mason era de preocupacin. Los dos amigos se abrieron paso entre los ltimos espectadores. Mason gui a Paul hasta las escaleras. Dejemos que esto se aclare un poco, Paul dijo el primero. No me seduce la idea de verme en el interior de un ascensor atestado de gente, con algn miembro del jurado en l. Supn que me reconoce alguien y que me hace alguna pregunta sobre el caso... Por qu no mantienen al jurado en un aislamiento total? En los casos por asesinato suele precederse as coment Mason. Eso, en cambio, no ocurre en este cipo de asuntos. Nos enfrentamos con un acusado sin medios de fortuna y yo he sido designado abogado de oficio. Si se atrevieran a encerrar en alguna parte a los jurados, stos protestaran. Un juez... Una pesada mano cay sobre el hombro de Mason. Seor Mason! tron alguien. Mason se volvi para enfrentarse con un individuo de anchas espaldas y pobladas cejas, que le observaba con un gesto de mal disimulado enojo. Muy buenas, seor Archer. Cmo est usted? pregunt Mason.16

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Estoy enfadado contest el seor Archer, sonriendo, no obstante. De veras? A qu viene eso de tenerme encerrado en una habitacin? Santo Dios! Cre volverme loco! Es la sala quien no permite que los testigos escuchen las declaraciones formuladas por los dems individuos que participan en la vista de la causa con idntico ttulo. Se ven, pues, excluidos de la sala. Por este procedimiento, se nos ofrece la oportunidad de contar con testimonios independientes, no influenciados por las opiniones o aportaciones ajenas. Bah! Tonteras! exclam Archer. Yo soy un hombre de accin. Santo Dios! Tengo mis negocios abandonados... Hay gente que desea verme... Me veo obligado a dejarlo todo de lado para meterme aqu. Lo pasara ms distrado en la sala, oyendo lo que dicen unos y otros. Lo de tenerme en esa estancia de los testigos supone una imposicin intolerable. Eso durar poco dijo Mason, tranquilizador. Est durando demasiado ya. He hablado con el delegado del fiscal, quien me ha informado que ese trmite es cosa de usted. Ya prest declaracin en su momento. Expliqu lo que haba sucedido. Por qu no he de poder tomar asiento en la sala? Es posible que sea llamado de nuevo al estrado de los testigos. Es lo que me explic el delegado del fiscal, pero aadiendo que la cuestin haba de dilucidarla usted. Seal que el juez se limitara a refrendar lo que usted sostuviera. Mason replic, sonriendo: En efecto. Pero es que yo no quiero dar ese paso que tanto le interesa. Y por qu? Porque me esfuerzo por representar lo mejor posible al acusado. Y pienso que la mejor manera de salvaguardar sus intereses est contenida en la idea de reforzar los procedimientos de costumbre. Bueno, mire... contest Archer. Usted representa aqu al acusado, un pobre hombre, un don nadie, un granuja, un atracador... Yo soy en esta comunidad un importante hombre de negocios. Tengo mucha influencia. Puedo hacerle mucho bien a un abogado y puedo hacerle mucho mal, a mi antojo. No me gusta esto, Mason. No me gusta nada la forma en que est usted llevando este asunto. Lo siento, seor Archer. Bien. Voy a ver si lo siente de verdad. Eso es una amenaza? No. No es una amenaza... Bueno, pues s, s que lo es! Opino que se comporta usted de una manera irracional. Ya he perdido cuatro o cinco mil dlares que me sacaron de la cartera. Y un alfiler de diamantes que vale unos mil doscientos. Tuve que presentarme en la jefatura de polica para denunciar al autor del atraco. Finalmente, he tenido que venir aqu para declarar. El tiempo que llevo perdido vale ms que el dinero mencionado. Empiezo a pensar que lo mejor hubiera sido silenciar al desdichado episodio del atraco... Lo siento repiti Mason. Desde luego, estas cosas son terriblemente enojosas cuando el tiempo de un hombre vale tanto como el suyo... Lo del tiempo perdido podra pasarlo de una forma u otra declar Archer, ms ablandado. Lo que verdaderamente me irrita es verme encerrado en esa habitacin de los testigos. Quiero que me saque de ah; deseo ver qu es lo que est ocurriendo en la sala. Necesito tener la mente ocupada en algo. Ya le he dicho que lo siento. Podra usted llevarse all un buen libro y dedicarse a la lectura. Un libro! salt Archer, desdeoso. Me sera imposible dedicarme a leer all dentro. La habitacin cuenta con unas sillas incomodsimas... Me siento cansado nada ms que de usarlas. Al final, acabo por levantarme a dar vueltas por la estancia, asomndome de cuando en cuando a la ventana. Naturalmente, termino sentndome de nuevo. Eso es lo malo. Mason sonri. Yo, comprndalo, tengo que hacer aquello que mejor pueda beneficiar los intereses de mi defendido. Y a todo esto no va a ganar ni un centavo con su actuacin en el presente caso.17

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Es cierto. Archer movi la cabeza. No logro entenderlo. Usted es uno de los abogados ms prestigiosos de esta regin... Y est defendiendo a un hombre a cambio de nada. Por otra parte, a m me tiene inutilizado en una habitacin, esperando que me llame alguien. Bueno, Mason, supongamos que sobreseyramos el caso... Mason esboz otra sonrisa. El fiscal tiene la palabra. Sospecho que no acogera la idea con mucho entusiasmo si usted le dijera que no poda perder su precioso tiempo en ms investigaciones. Y estoy completamente seguro de que encajara con repugnancia su propuesta si le dijera que haba estado hablando conmigo sobre el particular. Los ojos de Archer centellearon. Claro. Todos ustedes, los abogados de altos vuelos, tienen sus mtodos. No es de extraar que a los buenos ciudadanos les horrorice tanto hacer acto de presencia en una sala de justicia. Bueno, Mason, espero que el lunes por la maana me permitir asistir a la vista del proceso, si es que he de venir por aqu... Mason movi la cabeza, denegando, al tiempo que se apartaba de su interlocutor. Vamos, Paul. Ahora ya podemos tomar un ascensor. Archer se qued mirando a los dos hombres con el ceo fruncido. Estaba irritado, pero muy a su pesar aquel abogado le inspiraba no poco respeto.

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2Mason, que se hallaba acompaado por Paul Drake, abri la puerta de su despacho. Della Street, la secretaria de Mason, aparto la vista del correo, que en aquellos momentos estaba clasificando, preguntando con inters: Cmo salisteis de all? Por la puerta principal respondi Mason, burln. Cunto tiempo va a durar ese caso? Tenemos que volver el lunes por la maana. Qu tal se port Inez Kaylor? No muy bien. Pues qu pas? Desapareci. Qu? inquiri Della Street, incrdula. Mason se acerc al busto de Blackstone, dejando caer su sombrero sobre el mrmol. Qued formando un plano muy inclinado. Observ el efecto que produca la escultura y luego dio unos pasos adelante y varias atrs, efectuando correcciones en la posicin del sombrero. Ya est coment. Por favor: decidme algo acerca de Kaylor implor Della Street. Esa debe de tener lo suyo coment Mason. No he notado en ella nada de particular declar Drake. Me acomod en la butaca contigua a la suya en el avin, en Las Vegas. Me pareci una buena muchacha. Desde luego, no es la persona indicada para regentar una escuela dominical. Se ha movido bastante de un lado para otro, pero la chica no intent ocultarme ese hecho. Se me antoj que se comportaba con toda naturalidad. Hablaste con ella, jefe? pregunt Della Street a Perry Mason. No. El avin aterriz despus de haberse iniciado la sesin. Le dije a Paul lo que tena que hacer: llevarla a la biblioteca. Cuando Paul me dio a entender que todo estaba en orden pens que se me ofreca una buena carta a jugar... Luego, result que me fall el as. Nunca hubiera podido anticiparme a lo que hizo, Perry manifest Paul Drake. Qu tal actuacin tuvo el jefe en la sesin de hoy? pregunt a aqul Della Street. Fue perfecta, Della. Hizo declarar toda clase de cosas a la testigo. Por ejemplo? Explcaselo, Perry. Mason dijo con una sonrisa: En la tapicera del coche de Archer, en un asiento, hay una quemadura. Yo le hice pensar que ste haba sido causado por Archer al dejar caer un mechero encendido durante el atraco. Della Street observ a Mason mientras su jefe se acomodaba ante la mesa. Paul Drake se dej caer en su postura favorita sobre el gran silln de cuero, con las piernas colgando por uno de los redondos brazos, mientras que el otro le serva para apoyar la espalda. No acierto a comprender qu es lo que puede haberle ocurrido a la Kaylor dijo Drake. No quiero pensar en eso declar Della Street. Lo primero es que os expliquis para que tenga una idea de lo que ha pasado. Despus podis formular todos los comentarios que os apetezcan. Habl Mason: Bueno Della... Lo cierto es que todo se desarroll de acuerdo con nuestras previsiones. Slo que cuando fui a sacarme de la manga mi as, para echarlo sobre el tapete, enfrentando a la seorita Lavina con Inez Kaylor, sta haba desaparecido. Ah est lo que no entiendo manifest Paul. Cuando t me pediste que localizara a la muchacha, Perry, me cost algn trabajo dar con ella. Tras hablar con la chica, se mostr francamente interesada en hacer lo que convena. Dios mo! No necesitaba haber venido aqu para eso. Hubiera podido seguir en Nevada, en Las Vegas. No obstante, vino voluntariamente y estaba ansiosa por hacer lo que fuese con tal de poner las cosas en claro.19

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Y se march, sin ms, no? inquiri Della. Exactamente. Yo la instal en la biblioteca con toda intencin, abriendo para ella dos o tres libros, al azar. De esa manera, de haberse asomado alguien por all la habra tomada por una doctora en leyes del Palacio de Justicia, que estaba consultando algunas materias de su profesin. Insist en que Perry la llamara probablemente en el transcurso de la ltima hora de la sesin de la tarde. Y no se encontraba all cuando fuiste por ella? pregunt Della Street. Se haba esfumado. Qu crees que pudo ocurrir? No lo s. En qu aspecto va a influir eso en el caso? Paul Drake se encogi de hombros. Eso es cosa de Perry. Bueno dijo Mason. He de confesar que estuve ponindome verde a m mismo desde el instante en que abandon la sala. Por qu? Porque tom como punto de partida un interrogatorio de tipo elemental; bueno, bsico, ordenado presidido por el sentido comn. Ni hablar! exclam Paul Drake. Si conseguiste confundir a la testigo valindote slo de los elementos de rutina! Qu diablos supones que hay detrs de todo esto, Perry? Toda declaracin resulta prematura, pero a m no me sorprendera mucho descubrir que la seora Lavina no se encontraba en el coche del seor Archer en el momento de producirse el atraco, Paul. Drake desliz sus piernas hacia la parte delantera del silln, para quedarse sentado como era debido. Que no estaba en el coche del seor Archer? Que no estuvo, quiz, en el automvil de Inez Kaylor, habrs querido decir. Lo que yo supongo es que no estuvo en el coche de Archer. No es posible, Perry. A m me parece que ests hinchando la historia. Mason adopt una actitud reflexiva. Pudo ser que Rodney Archer se hallara acompaado en aquellos instantes por otra mujer. Supongamos que se trata de una persona especial... Cabe la posibilidad de que no quisiese, por los motivos que sean, que se divulgara el hecho. Antes que llamar a la polica se puso en comunicacin con la Villa Lavina Nmero Dos. Conoca muy bien a Martha Lavina. Le dijo que se encontraba en un apuro y le pidi que respaldara su declaracin afirmando que le acompaaba en el coche. Le anunci que ms tarde le facilitara los detalles necesarios. Despus telefone a la polica, disponiendo entretanto lo necesario para deshacerse de la mujer que realmente estuvo en el automvil. Parecer ser que te has formulado algunos reproches con respecto al interrogatorio de Martha Lavina. En qu crees que fallaste? pregunt Della Street a Mason. Hombre, s! Yo tambin siento curiosidad por saberlo dijo Paul Drake. El abogado ech hacia atrs su silln, contemplando en silencio, durante unos momentos, los rostros de sus amigos. Existe un principio muy sencillo en la tcnica del interrogatorio... No interroguis nunca, nunca, nunca, a un testigo siguiendo la trama o lnea de preguntas que l espera. Esta mujer estaba preparada en todo momento para alcanzarme siempre que descubra la ms leve brecha. Es una persona de rpidos reflejos, diablicamente inteligente y atractiva. Pretenda darle la vuelta a cada una de mis preguntas con la sana intencin de poner ms en evidencia a mi cliente. Por qu haba de manifestarse tan mal intencionada con respecto a nuestro cliente? pregunt Della Street. Ah est la cosa respondi Mason. No se mostr as... Yo creo haberte odo afirmar lo contrario. Contra mi cliente, no explic Mason. Intentaba dejarme malparado a cada paso para obligarme a emprender la retirada, renunciando a mi interrogatorio.20

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Por qu? Porque se senta vulnerable. En qu aspecto? sa es la cuestin. Se senta vulnerable y no encuentro a ello ms explicacin que la de suponer que no estuvo all... Pero por qu diablos...? Se esfuerza por mantener fuera de este asunto a la mujer que realmente se hallaba en el coche. Y conseguiste sorprenderla? Creo que la asust admiti Mason. El primer principio bsico del interrogatorio es comenzar el mismo con naturalidad, de una manera afable y cordial, tocando algunos puntos menores en los que el testigo no haya pensado mucho, sobre los cuales no espera or ninguna alusin. Mientras uno sea afable y cordial, si se consiguen respuestas adversas el perjuicio es prcticamente nulo. Pero si se descubre un punto dbil existe la posibilidad de concentrarse en l rpidamente, sacando partido de la ventaja. De esa forma, uno puede interrogar a un testigo con todas las probabilidades de ganarle la partida y sin exponerse a perder nada. La memoria humana es algo sumamente engaoso. Cuando una persona es vctima de un atraco, o presencia un crimen, o ve algo por el estilo, recuerda lo ms notable del suceso a razn de mil veces por hora, quiz. Siempre que piensa en el episodio, no presta atencin a las circunstancias accesorias. Los detalles normales estn minimizados en su mente por lo espectacular. Por ejemplo, si una persona ha visto a alguien disparar, ve despus insistentemente al agresor levantando el arma y apretando el gatillo. Ve tambin a la vctima vacilar y caer un millar de veces. Ahora bien, recordar muchas menos veces el sitio en que estaba estacionado un coche, si brillaba el sol o haca un da nublado. Tambin puede ser que no haya cado en esos detalles en absoluto. En suma, se produce un desequilibrio en lo tocante al funcionamiento de la memoria. Cuando una persona sube al estrado de los testigos e intenta conectar todos los acontecimientos que alberga su mente, es posible que racionalice ciertas cosas que ella piensa que deben haber sucedido. Tales cosas pueden no haber ocurrido, en absoluto. Pero ste no era el caso de la seora Lavina. No repuso Mason, pero si yo hubiese seguido durante el interrogatorio una norma ms hbil, mi descubrimiento se habra producido antes. Sabe ella de tus sospechas? Yo creo que s declar Mason. Es una mujer inteligente. Bueno, de todas maneras, por qu tena que encargarse Perry de ese individuo? pregunt Drake, irritado, a Della. Perry se encontraba casualmente en la sala cuando empez todo. El hombre acababa de declarar que careca de dinero para contratar los servicios de un abogado, alegando al mismo tiempo que era inocente. En consecuencia, el juez opt por designar a Perry para que se encargara de su caso. Se ha visto en otros apuros anteriormente el hombre en cuestin? No replic Mason. Carece de antecedentes criminales. Sus antecedentes son buenos. Est retirado y vive en un parque para roulottes. Disfruta para atender sus necesidades de una pequea pensin. Qu edad tiene? Cincuenta o cincuenta y dos aos. Qu era en la vida activa? Agente comercial. Sufri un quebranto de salud, de tipo nervioso, a consecuencia de un accidente automovilstico. Nunca pudo recuperarse del todo. Haba estado trabajando con exceso y el accidente le afect ms de la cuenta. Cmo se vio complicado en el caso, Perry? Por lo visto, el hombre que cuida de la limpieza del parque de los remolques, al retirar los cubos de la basura descubri en uno de ellos una cartera de hombre y un bolso femenino. Se apresur a21

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hacer entrega de ambas cosas a la polica. Tratbase de la cartera de Archer y la seora Lavina identific el bolso. La polica visit el parque, habl con el hombre y lo detuvo. Y t me enviaste luego a Las Vegas para que entrara en contacto con Inez Kaylor... Y esto actuando t como abogado de oficio, en un caso del cual no vas a sacar un centavo seal Drake. Cuando yo represento a un hombre, sean cuales sean sus circunstancias particulares, intento defender sus intereses. Aunque te veas obligado a poner dinero de tu bolsillo? Los labios de Mason se distendieron en una sonrisa. Un buen abogado, un abogado consciente, no debe permitir que sea el dinero el nico motor impulsor de sus habilidades profesionales... Bueno, Drake. Yo lo que quiero ahora es que des con Inez Kaylor. La muchacha abandon aquella biblioteca en el transcurso de estas dos ltimas horas. No te lleva mucha ventaja. Sabes cul es su aspecto fsico. Posees fotografas de ella. Contrata los servicios de los hombres que necesites. Ponte en movimiento cuanto antes. La cosa puede resultar bastante cara objet Drake. Yo no te he preguntado qu es lo que te puede costar eso repuso Mason. Quiero que localices a Inez Kaylor. Deseo verla ante m de aqu al lunes por la maana. He empezado este partido y pienso llegar a su final en la forma debida.

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3A las nueve y cuarenta y cinco minutos de aquella noche, Perry Mason se present en las oficinas de la agencia de Paul Drake. S, seor Mason. Ha estado intentando ponerse en comunicacin con usted. Le dije que vendra. Lo s, pero quiso anticiparle una informacin antes de esta hora. Pasar a verle. La encargada de la centralita telefnica habl con Drake. El seor Mason se dirige en estos instantes a su despacho. Mason se desliz por un pasillo. Al final del mismo haba una puerta marcada con dos palabras: Seor Drake. Mason la abri en el momento en que su amigo dejaba el telfono. Diablos, Perry! He intentado hablar contigo! Qu ha pasado? Hemos localizado a Inez Kaylor. Qu me dices? Qu le pas? Por qu desapareci? Sintate, Perry. Las cosas no se presentan tan bien como puedes creer. Por qu? Me temo que se ha vendido a ellos. Mason consider aquella declaracin pensativamente durante unos segundos. Si se ha vendido a esa gente, Paul, nada podemos hacer ya. Podramos invitarla a reflexionar. Si es una persona verdaderamente capaz de hacer eso, su testimonio no puede traernos nada bueno. Dnde se encuentra, Paul? En Villa Lavina. Nmero Dos? No. Nmero Tres. Y qu hace all? Acta de seorita acompaante. Cmo diste con ella? Simple rutina. Sabamos que se mova en ese ambiente. Poseamos una buena fotografa y una detallada descripcin. Puse a unos cuantos hombres al trabajo, quienes hablaron con ciertas chicas y con clientes de esos locales, as como gentes del mundo del espectculo... Y alguien inform que la chica estaba en Villa Lavina Nmero Tres, no? No. Eso es lo ms chocante del caso. Uno de mis hombres se present en Villa Lavina Nmero Tres para hablar con algunas de las muchachas de all, para preguntarles si conocan a Inez... Result que ella estaba trabajando all. Ests seguro? l la vio explic Drake. Su apellido es Kaylor. La fotografa y la descripcin coincidan con el original. Este hombre me dio todo gnero de seguridades. Desde luego, las chicas que trabajan en esos locales usan nombres de guerra. Esta muchacha utiliza como nombre de pila el de Petty. Quin va a pensar en su apellido? Pero se trata de Inez Kaylor, efectivamente. Mi ayudante me telefone hace media hora. Intent hablar contigo desde entonces. Cen con Della manifest Mason. Te dije que me presentara aqu alrededor de las nueve. Drake consult su reloj con un gesto expresivo. Mason sonri. De acuerdo, Paul. Fue una cena estupenda y el da result bastante duro. Creo que hablar con esa chica. Dnde para la seora Lavina? En uno de los otros locales, probablemente. No, no se encuentra en el Nmero Tres. Bueno, no estaba all cuando habl con mi ayudante, la ltima vez que telefone. T tienes otra fotografa de la muchacha. sta me servir para saber quin es.23

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S. Mi colaborador sigue all. Pues dile que no abandone su trabajo. Lo mejor ser que no intente entrar en contacto conmigo cuando me vea llegar. Quin es l? Lo conozco? Me parece que no. Este colaborador es relativamente nuevo. Sin embargo, adopt una precaucin: los hombres que trabajan en el caso llevan un clavel rojo en la solapa de su americana. Pens en eso por si quera agrupar las fuerzas para emprender una labor de seguimiento. Por ese procedimiento, nuestros ayudantes pueden conocerse entre s. Una buena idea consider Mason. Cundo te pondrs en contacto de nuevo con ese ayudante tuyo? Me telefonea cada media hora. Dile que me dirijo al local. Indcale que ha de evitar todo contacto conmigo. Y si ella saliera, que no la pierda de vista. Para esa tarea, deberamos poner dos hombres sugiri Drake. De acuerdo. Manda otro hacia all. Todo seguir igual hasta que yo te diga. Me conocer Inez Kaylor? De nombre, por supuesto. Y, probablemente, habr visto alguna fotografa tuya. Pero no me vio en el Palacio de Justicia? No. La traje aqu desde Las Vegas, y la llev a continuacin a la biblioteca del Palacio. Despus, entr en la sala, para esperar a que me hicieras la seal convenida. La chica me dijo que no te haba visto nunca. Al enterarme de que todo estaba en orden y saber que la muchacha se hallaba a nuestra disposicin tuve la seguridad de que se nos ponan las cosas bien. Por eso puedes juzgar lo fcil que resulta ilusionarse. Bien, Paul. Descrbeme a Inez Kaylor. Voy a salir para charlar con ella. Y yo he de dedicarme a seguirla cuando salga de all? S. Designa a dos hombres para que se ocupen de esa tarea. Emplea tres, de ser necesario. Mantena bajo vigilancia hasta que yo te diga basta. Te importa que ella se entere de que la siguen a todas partes? Inez Kaylor no ha de darse cuenta de nada. Es muy importante. Es todo lo que quera saber. Siempre cuesta ms de esta forma. Y todo marcha mejor as repuso Mason. Nos veremos ms adelante. Paul. Cmo piensas abordarla, Perry? inquiri Drake. Le vas a exponer las circunstancias del asunto que nos ocupa, sin ms rodeos? De momento, no seal Mason. Voy a presentarme ante ella como un tipo corriente que dispone de algn dinero para gastrselo alegremente. Cenaremos juntos, quiz. Esto se acomoda perfectamente a mi disposicin fsica. Tras un da de trabajo en la sala de Justicia siento un hambre insaciable. No querrs que la vigilemos despus de haber establecido t contacto con ella, eh? No puedo decirte que s ni que no. Deja trabajar a tus hombres hasta que yo indique lo contrario. Si la muchacha y yo salimos juntos, que nos sigan a los dos. Mason abandon el despacho de Drake. Una vez en la calle, subi a su coche, desplazndose rpidamente por entre los numerosos vehculos que ocupaban las calzadas a aquella hora, en direccin al norte. Poco a poco, luego, pisando el acelerador hasta rebasar la velocidad permitida por aquella zona de la ciudad. Los congestionados sectores de la poblacin quedaban ya a alguna distancia de l cuando avist un rtulo en nen rojo, el de Villa Lavina Nmero Tres. Uno de los porteros aparc el coche de Mason, le entreg a ste un cartoncillo. Mason entr en el local, dejando su sombrero y su abrigo en el guardarropa. Luego, puso en las manos del camarero jefe cinco dlares y le solicit una mesa que estuviese bien situada. En aquel instante eran las diez y veintin minutos en el reloj de pulsera del abogado. El camarero jefe trat a Mason con esa deferencia que constituye el universal reconocimiento de la generosidad.24

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Viene usted solo? inquiri respetuosamente. Mason asinti. El camarero hizo una mueca. Se trata de algo que puede ser remediado. Le har a usted una sea si necesito algo ms dijo Mason. No tiene usted ms que hacerme una leve indicacin para que le atienda inmediatamente prometi el camarero. A continuacin, escolt al abogado hasta una mesa que se hallaba junto a la pista de baile. A pocos metros de all haba un pequeo estrado que serva, seguramente, de escenario. Todo lo que se vea dentro de aquel club nocturno revelaba la extraordinaria habilidad de Martha Lavina para crear esa cosa intangible que se llama ambiente. Hay locales de esa clase que gastan millares de dlares en trabajos de decoracin, espectculos y anuncios. Sin embargo, carecen a veces de la nota distintiva que ejerce atraccin sobre determinados pblicos. La gente, simplemente, no acude a ellos. Otros establecimientos del mismo tipo gastan menos dinero en todos los aspectos y no obstante cuentan con un ambiente cautivador, que atrae a la clientela. Aparecen caras clebres en el local, personas famosas, que gustan de pasar parte de sus noches en el mismo, pidiendo a los camareros servicio tras servicio, permitiendo as obtener a sus regentes claros beneficios. No existe una frmula para conseguir este ansiado ambiente. Hay quien afirma que ste es el resultado de un progresivo crecimiento o desarrollo, tan difcil de planear como el desenvolvimiento de la personalidad humana. Existen, por el contrario, individualidades que afirman que la consecucin de una de esas especiales atmsferas se basa en una cuidadosa planificacin. Martha Lavina se las haba arreglado para lograr tan conveniente ambiente, para sus intereses, en las tres Villas Lavina. En la que ostentaba el Nmero Uno se congregaba la gente relacionada de un modo u otro con el mundo de las carreras de caballos. En la Nmero Dos se vean rostros muy conocidos de la esfera literaria y del cine. La Nmero Tres era la de los artistas ms o menos bohemios y la gente del periodismo. Se haba corrido el rumor de que los artistas y escritores disfrutaban de un descuento sustancial en las consumiciones y que se les toleraba ms tiempo del debido en las mesas especialmente reservadas. En justa correspondencia, esas personas, los artistas, contribuan a la formacin de la ansiada atmsfera con trabajos propios, algunos de los cuales se vean diseminados por las paredes. Los tres clubes nocturnos eran fieles a sus respectivas caractersticas. El turista, el curioso y otros tipos parecidos se aventuraban tmidamente por los tres locales, observando a las celebridades desde sus rincones. Eran objeto de un trato corts, respetuoso, pero se vean controlados en todo momento por quienes regentaban los destinos del local de turno. No se toleraba la promiscuidad. Se mantena un principio de severa segregacin. La gente de paso tena ocasiones sobradas para admirar a las figuras conocidas. Los camareros se encargaban de susurrarles al odo los nombres de aquellas celebridades, proceder que agradaba tanto al visitante curioso como a los famosos, que se notaban en todo momento seguidos por los ojos de la clientela que compona la masa. Eran ya varios los artistas que deban su reputacin a la insistente publicidad que les hacan, siempre en voz baja, los camareros de Villa Lavina Nmero Tres. Siempre que uno de aquellos hombres dejaba una huella de su personalidad en las paredes del club, por ejemplo, los camareros mostraban el artista al pblico normal, integrado por seres sencillos, arrastrados hasta all por la curiosidad y por el afn de catar aquel ambiente. Ante todo, sin embargo, Martha Lavina deba sus xitos a la forma en que creaba una directa impresin de algo pcaro sin que eso ltimo se le fuese de las manos, controlndolo siempre. En otros locales semejantes se presentaban al pblico figuras del striptease que luego se mezclaban con aqul. Las chicas se esforzaban por incorporarse a algn grupo de lobos o bien se dedicaban a incrementar las consumiciones, a base de un tanto por ciento.25

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Martha Lavina no permita tales cosas en sus establecimientos. Las que actuaban en el escenario eran autnticas artistas. Sus seoritas acompaantes constituan ejemplos de naturalidad, ofrecindose a los ojos de los dems siempre seductoras de figura y elegantemente vestidas. Afirmbase que Martha Lavina haba declarado en una ocasin: Tres son las cosas que debe reunir una buena seorita acompaante: una cara inocente, un cuerpo perverso y... nada bajo el seductor vestido que no sean curvas. Martha operaba dentro de los lmites de los suburbios ciudadanos, en emplazamientos cuidadosamente elegidos. Sentado a su mesa, dentro de Villa Lavina Nmero Tres, Mason se dedic a calibrar cuidadosamente el pblico que llenaba el comedor. Una veintena de clientes acomodados en torno a una larga mesa se haban enzarzado en una violenta discusin avivada por las continuas libaciones. Aquella gente, evidentemente, haba acabado de cenar y saboreaba ahora unas tazas de caf, con sus respectivos licores. Los camareros dejaban a aquellos comensales solos, apareciendo por los alrededores de la mesa nicamente cuando alguno les haca una sea, en demanda de algo. El contraste entre el trato dispensado a aquellas personas y la forma en que los camareros, cortsmente, hacan ver a los dems parroquianos el alto valor del espacio que ocupaban, llevaba a pensar que el grupo de la mesa perteneca al equipo forjador de ambiente, tan cuidado por Martha Lavina por sus provechosos resultados. Casi todas las mesas se vean ocupadas. Mason estaba seguro de que al filo de la medianoche no quedara ninguna libre. Era difcil localizar a las seoritas acompaantes. Se confundan generalmente con las restantes mujeres, no abordaban directamente a los clientes. Cuando la orquesta empez a tocar, Mason, observando distradamente a las parejas que se movan por la pista, vio a dos hombres que se hallaban acompaados por un par de jvenes y atractivas chicas. Las cuatro personas se sentaron alrededor de una mesa. Ellas eran cordiales, atractivas, discretas. Apenas se distinguan de otras bellas mujeres que tambin se encontraban en el saln, en distintas circunstancias. Mason mir fijamente al camarero jefe. El hombre advirti su mirada, y se le acerc inmediatamente. Se encuentra Petty esta noche aqu? pregunt el abogado. Su interlocutor enarc las cejas. Conoce usted a Petty? Tengo relacin con una persona que conoce a Petty. No est por aqu ahora, pero quiz d con ella si la busco replic el camarero, con los ojos obstinadamente fijos en el mantel de la mesa. Me agradara invitarla a beber cualquier cosa si ella no tiene inconveniente en sentarse a mi mesa declar Mason, dejando en manos del camarero otros cinco dlares. Los primeros fueron por la mesa. Estos son para que localice a Petty. Echar un vistazo por ah para ver qu hace en estos momentos, seor prometi el camarero. Puede ser que necesite unos minutos para eso. Mason seleccion cuidadosamente unos platos del men, dando a entender que deseaba que le fuese servido lo mejor, sin importarle gran cosa el precio. El abogado hizo los honores debidos a la cena, sin prisas, mientras observaba distradamente a las parejas que se desplazaban por la pista de baile, a los acordes de la orquesta. Presenci un espectculo decididamente superior a los que se montaban de ordinario en la mayor parte de los clubes nocturnos. Mason distingui entre el pblico a una mujer de seductora figura y ojos muy oscuros que pareca estar contemplndole con una leve insinuacin de sonrisa. Al darse cuenta de que Mason la haba visto, la chica ech a andar hacia la mesa, caminando lentamente. Las lneas de su esbelto cuerpo eran perfectamente perceptibles debajo del ceido vestido. Mason ech haca atrs su silla.26

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Petty? inquiri. La joven sonri abiertamente ahora, tendindole la mano. Cmo est usted? dijo. Es para m un placer verle. Nos conocemos de antes? Mason la ayud a sentarse. Casi inmediatamente, se present un camarero. Petty pidi un whisky con soda. Seal una marca de whisky con doce aos de solera. Mason se sent. Juguete unos segundos con el platillo de su taza, dndose cuenta de que la joven lo estudiaba atentamente. Me alegro de que se haya compadecido de m declar Mason. La verdad es que me encuentro muy solo esta noche. No resulta agradable cenar en estas condiciones. La muchacha sonri cordialmente. Bueno, ya no es usted un hombre solitario. Tengo suerte convino Mason. La de ahora me compensa de las aburridas horas que he pasado durante la primera parte de esta noche. Ha preguntado usted por m dando mi nombre. S. Cmo ha sido eso? Haba odo hablar de usted. Andaba ocupada en algo? Ella movi la cabeza rpidamente, denegando. Tras unos instantes, dijo: No. No estaba aqu. Estaba... Me haba ido a casa. Mason no formul ningn comentario. Sola aadi la joven. Mason se esforz por lograr que su cara no revelase ninguna expresin. La chica agreg: Cmo supo de m? Uno de mis amigos la conoce. No llevo aqu tanto tiempo como para que suceda eso. Es lo que me dio a entender. El camarero le sirvi el whisky. Petty era alta, con unos ojos sombreados por largas pestaas. A sus cabellos, de un tono castao muy oscuro, arrancaban las luces del local rojos reflejos. Tena los labios muy pintados y stos tenan una movilidad que haca la sonrisa fcil, natural, nada forzada. El espectculo haba llegado a su fin. La orquesta comenz a tocar. Mason enarc las cejas, en un gesto de muda interrogacin. El de ella, de asentimiento, fue apenas perceptible. Mason ech hacia atrs su silla y a los pocos momentos la muchacha estaba en sus brazos, desplazndose por la pista de baile. Bailaron en silencio durante unos instantes. La joven coment luego: Es usted un buen danzarn, desde luego. Estaba pensando que bailar con un ser tan ingrvido como usted es algo que resulta sumamente fcil. Ella se ech a rer, acercndose un poco ms a Mason. ste notaba perfectamente hasta los ms mnimos detalles de su esplndido cuerpo. Era evidente la extrema sencillez de su atuendo. Le gusta bailar? inquiri Mason. Me gusta, s... Pero slo con determinadas personas... No, no me agrada bailar con cualquier hombre. Una vez ms, Petty guard silencio. Su atencin se hallaba concentrada en la msica. De vuelta a la mesa, sus ojos, pensativos, estudiaron atentamente a Mason. Y bien? pregunt aqul. Usted es diferente de los dems repuso ella. Mason se ech a rer. No es eso lo que habitualmente le dicen los hombres a usted? Ella hizo un leve gesto de impaciencia. Usted es distinto. Usted es fuerte, rudo, viril. Y sin embargo, no puede ser considerado un lobo.27

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Debe ser considerado eso como un halago? No es otra mi intencin. Siga hablando dijo Mason. Pero la chica guard silencio. Mason mir al camarero y le hizo una sea para que trajera otro servicio. No es necesario seal ella. Aqu las chicas no trabajan a comisin. El camarero se inclin sobre Petty. Lo mismo? inquiri. Ella hizo un gesto afirmativo. Que no sea muy cargado, Charlie. El camarero se volvi hacia Mason. ste pidi un doble de coac con un cuarto de siglo de antigedad. Nosotras, aqu, no forzamos el consumo de bebidas. No nos va nada en ello. Muy interesante repuso Mason. Cul es su trabajo en suma? No trabajarnos en la forma que la mayor parte de la gente supone dijo Petty, ambigua. Mason se qued silencioso. Como habr notado, aqu hay un ambiente especial. Nosotras nos conducimos de acuerdo con l. Cumplimos realmente una misin que en otras partes se mistifica o desvirta. Cuntas son ustedes? Eso depende... La mayor parte de las muchachas atienden a los clientes previo aviso. Ocurre a veces, sin embargo, que llegan personas solas. En este caso, si esas personas son atentas, pueden disponer de una chica con la que bailar o hablar. La seora Lavina piensa que un hombre solitario es un espectculo desalentador en cualquier circunstancia y que este local nicamente debe albergar espectculos optimistas. Ella quiere que la gente se conduzca con entera naturalidad. De otro lado, le disgustan las personas escandalosas. La seora Lavina sabe muy bien cmo ha de ser llevado esto... Oh! Esa mujer es genial... Siga, siga invit Mason. La cara de Petty pareci iluminarse al empezar a hablar de ella. Los visitantes del local estn siempre pendientes de la seora Lavina. Saben que no dudar en intervenir si en cualquier momento se pasan de la raya... Naturalmente, esto no es tampoco un colegio de ursulinas se apresur a aclarar Petty. Martha Lavina es una creadora de ambientes, sabe dar a sus locales la atmsfera que ms conviene. Por ellos circulan todas las noches rostros sumamente conocidos. La gente de paso puede admirarlos. La gente que se sienta alrededor de esa mesa larga de all es muy interesante. El hombre de los cabellos negros y de los lentes que se halla acomodado a la cabecera, que habla ahora, que mueve mucho las manos, es un brillante artista. Es el autor de la pintura de la chica frente a la valla de alambre de espino. La joven que se encuentra a su lado es una modelo muy atractiva y popular. Se dice que vive con... No es necesario que pase delante de m todas las hojas del catlogo advirti Mason. No me interesa lo ms mnimo la atmsfera del local. Y qu es lo que le interesa a usted exactamente? De momento, usted. Ella movi la cabeza, respondiendo: Yo no estoy disponible. No me refera a eso contest Mason. Tal como estn las cosas ahora me siento satisfecho. Ella estudi el rostro del abogado una vez ms, comentando: Usted es diferente, s... Y muy amable. Bailaron de nuevo. Ahora, la actitud de Petty era ms cordial, denotadora de una mayor confianza. Haba perdido buena parte de su rigidez inicial. Pues s dijo cuando terminaron de bailar. Voy a aficionarme a usted. Me agrada. Supongo que para variar. Sin presuncin por mi parte, claro.28

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Ella mir a Mason muy seria, contestando: Para variar, en efecto. Yo no me desenvuelvo muy bien en este trabajo. Jams me dedico a una persona sin antes haberla estudiado bien, a fondo. Me estuvo observando antes de acercarse a m? quiso saber Mason. Naturalmente. Me siento halagado otra vez. Cmo he de llamarle? Puede llamarme Perry. En la frente de la joven se dibuj una arruga. Se trata de un nombre poco corriente. Mason busc sus ojos. Sucede, sin embargo, que es mi nombre real. Por aadidura, no estoy cansado. Me gusta conocer caras nuevas. No quiero que me tome por un tipo cualquiera animado por el ansia de echar una cana al aire. Le interesa la gente? Me interesa usted, de momento. A m me agrada bailar con usted. Y usted, no es un cumplido, eh?, baila divinamente seal Mason. He descubierto en su manera de bailar un toque especial que... Soy una profesional de la danza. Le satisface eso? Me agrada bailar. Lo de la profesionalidad no me causa, en cambio, ningn concento. Por qu? Lleva aparejadas muchas cosas. Por ejemplo? Es necesario que se las detalle? El abogado sonri. Bueno, es evidente que usted tiene que vivir de algo y me inclino a pensar que debe de percibir algn porcentaje a modo de compensacin. Levant una mano para atraer la atencin del camarero. No pida ms bebida. Por qu no he de hacerlo? No me apetece. Qu le apetece concretamente? Quiero bailar otra vez. Salieron a la pista dos veces ms. Ella se abandon a sus brazos confiadamente, apoyando en ocasiones su frente en la barbilla de Mason. Durante el ltimo baile, la joven se mostr muy pensativa. Mason la escolt hasta la mesa, dicindole: Me remuerde un poco la conciencia. Temo que haya estado perdiendo el tiempo conmigo. Me divierto, simplemente. Insisto en que usted debe de hallarse aqu en virtud de algn acuerdo con la direccin del local, que le permite ser compensada por... Desea que vayamos a algn sitio? inquiri la chica. A dnde podramos ir? Donde encontrar ms movimiento y distraccin. Mason escrut el rostro de su interlocutora. Me parece que le ha costado algn trabajo llegar a esa conclusin, no es as, Petty? Ella no rehuy su mirada. S. Suele mostrarse usted siempre tan vacilante?29

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En efecto. Pero cuando tomo alguna decisin sigo ya hasta el fin. En marcha, entonces. Mason hizo otra sea al camarero y pag la cuenta. Recogi su abrigo y el sombrero en el guardarropa y escolt a Petty hasta la salida. Cuando el abogado requera la presencia del vigilante del aparcamiento, la joven se adelant a sus deseos. No necesita para nada su coche. Iremos en el mo. Mason enarc las cejas. De acuerdo, eh? Eddie! El coche, por favor. El vigilante asinti. Una enorme y negra limosina se desliz junto a la entrada del local. Del vehculo se ape un chfer uniformado, que abri la portezuela de atrs. Petty le dio las gracias con una sonrisa. Mason la ayud a subir al coche, siguindola. La portezuela se cerr. Y ahora, qu? pregunt el abogado. Visitaremos algunos lugares. Mason consult su reloj de pulsera. Me imagino que en este histrico momento usted sabe ya quin soy yo y que se puede hablar de una recepcin especial que... No. Me tiene sin cuidado su identidad. Usted, simplemente, es una persona agradable. Ella tir de un negro cordn de seda. Unas oscuras cortinillas se deslizaron por las ventanillas del vehculo, aislndolos del resto de mundo. El cristal que separaba el compartimiento del conductor del de viajeros era opaco. La ventanilla de atrs contaba tambin con su correspondiente cortina. No era posible ver nada de los alrededores. Por qu hace esto, Petty? inquiri Mason. Ella se acerc un poco ms a l. No le gusta verse as, aislado, libre de la curiosidad de los dems? Mason sonri, pasndole un brazo por los hombros. Luego, al cabo de unos segundos, desliz el otro en torno a su cintura. Disimuladamente, corri una mano por la lisa superficie del vestido, para comprobar si algn arma pequea poda haber sido escondida en algn pliegue de aqul. No exista la menor posibilidad de lograr tal cosa. El automvil rodaba ya lentamente. A dnde vamos, Petty? A algunos sitios. Es que no le gusto? S. Entonces, por qu se detuvo? Mason se ech a rer. Buscaba encima de usted un arma de fuego o una navaja, por lo menos. Ha estado buscando por un lado. Pruebe ahora suerte por el otro. Petty cambi de posicin. Siga, siga buscando por aqu le invit. No hace falta respondi Mason. La nica arma de que dispone usted se la dio la madre Naturaleza. Petty apoy la cabeza en su hombro. He odo afirmar que era usted una buena chica. Quin le dijo eso? Un amigo. No soy tan expresiva con la mayor parte de las personas. Habitualmente, bailo y nada ms. Le gusta su trabajo? No mucho. Y Martha Lavina? Le agrada? Es estupenda. La encuentro maravillosamente comprensiva y considerada. Slo por ella, vale la pena trabajar en esto.30

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Conoce usted a mucha gente? Conozco a algunas personas. Hubo una larga pausa. Petty se agit en el asiento. Usted es diferente... Mason se limit a rer. Usted es diferente. A dnde nos encaminamos, Petty? A algunos sitios. Qu clase de sitios? Ya lo ver. Mason corrigi ligeramente su posicin. Ella guard silencio, preguntando por fin: Es esto todo? S respondi el abogado. Ella irgui el cuerpo por un instante. Despus, se dej caer abandonadamente contra el respaldo, permaneciendo tan inmvil que Mason lleg a pensar que se haba dormido. Bruscamente, el automvil empez a deslizarse ms lentamente. Luego, tom una curva. Por ltimo, se detuvo, retrocediendo unos cuantos metros. Avanz un poco de nuevo y se qued parado. La chica tir del cordn de seda, descorriendo las cortinillas. Mason vio que se hallaban en un espacio destinado al estacionamiento de coches, en la parte posterior de un edificio. Se notaba cierto olor a humedad y a cebollas fritas. El lugar apareca psimamente iluminado. Mason consult su reloj de pulsera. El viaje haba durado veintids minutos. El chfer abri la portezuela, mantenindose en posicin de firmes. El abogado abandon el coche, y ayud a Petty a apearse. Y ahora qu? Deje su sombrero y su abrigo en el coche le dijo ella. Subieron por tres peldaos a un porche sin luz. Petty sac una llave, abri inmediatamente una puerta. Una pequea bombilla, de amarillenta luz, les permiti descubrir una escalera. Petty indic a Mason con un gesto que cerrara la puerta y coloc una de sus manos sobre la barandilla. Entonces, empez a subir las escaleras. Mason avanzaba a su espalda. Vive usted aqu? le pregunt. Ella no le contest, limitndose a proseguir su ascenso. Se encontraron con otra puerca al final de la escalera. Petty la abri empujndola, entraron los dos en un largo corredor. Despus, la chica abri una puerta que quedaba a su derecha, e invit a Mason a pasar con una sonrisa. El abogado obedeci. Se trataba de una estancia de regulares dimensiones, equipada con los ms sencillos muebles. A lo largo de una pared haba un mostrador, delante del cual se vean unos taburetes mviles. Por la habitacin haban sido distribuidas unas cuantas sillas plegables. Un hombre mezclaba bebidas detrs del mostrador y varias personas ocupaban los taburetes. Se abri una puerta que llevaba a una habitacin interior, asom por ella un individuo que vesta de esmoquin. La puerta se cerr a su espalda. Por un momento, Mason oy el clsico sonido de la bolita de marfil de una ruleta, saltando por encima de las casillas con nmeros, hasta detenerse en uno. El hombre se dirigi a ellos, sonriendo afablemente. Era alto, moreno, esbelto y estara entre los treinta y los cuarenta aos de edad. Sus grisceos ojos, sin embargo, resultaban ms bien fros. Buenas noches, Petty dijo. Sabes quin es la persona que te acompaa? La chica esboz una sonrisa. Se presentar l mismo.31

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No es necesario que lo haga manifest el hombre. Se trata de Perry Mason, el abogado. Petty hizo un gesto de asombro. Oh! exclam, consternada. Supongo, seor Mason, que no habr llegado hasta aqu impulsado por motivos de ndole profesional dijo el individuo del esmoquin. Y si no fuese as? inquiri Mason. Todo sera igual, seor Mason. A menos que sus motivos personales nos afectaran de un modo u otro. Me limitar a subrayar qu