1929. lajous panorama político · ejemplo de demagogia revolucionariaacompañada de políticas...
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AlejandraLajous
1929.Panorama político
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El vacío que representó la ausencia del caudillopara un sistema político organizado en torno al poder personal propició que saliesen a la luz, con todasu brutalidad, viejos problemas que hasta ese momento el grupo en el poder no había consideradoindispensable afrontar. Esto es, que a la muerte delgeneral Alvaro Obregón, la fragmentación del poder político y la falta de legitimidad del poder gubernamental hicieron crisis, obligando a la élite"revolucionaria" a implementar nuevos mecanismos de cohesión y de control político para conservarse en el poder: el carisma personal fue sustituídopor el proceso institucional.
Es fundamental entender que el PNR, (PartidoNacional Revolucionario) fue creado para solucionar una crisis concreta, que Plutarco Elías Callesconcibió la necesidad y el beneficio de institucionalizar políticamente a México cuando su situaciónpersonal y la de todo el país alcanzaron un estadocrítico de inestabilidad política. Entonces surgió latesis que abogaba por la superación de la etapa delos hombres necesarios mediante la creación deinstituciones políticas, básicamente a través de unpartido político auténticamente nacional.
En ese momento, la dispersión del poder era unarealidad evidente y peligrosa. Los militares obregonistas, poderosos y unidos hasta la desaparición desu líder, perdieron en ese mismo instante la seguridad de su pujanza y se hundieron en la confusión;no eran capaces de subsistir como reflejo de lo inexistente: sin Obregón no podía haber obregonismo.La falta de un heredero claro e incuestionable delgrupo y las ambiciones presidenciales de muchosde ellos, los enfrentaba, en última instancia, a todos contra todos. No obstante, su naturaleza comocaciques regionales les hacía comprender la necesidad de implementar la continuación del sistemapersonalista, único en el que sabían funcionar yjustificarse, ya que su posición como intermediarios entre el sistema nacional y el regional requeríadel reconocimiento de su influencia política y económica tanto dentro de su comunidad como fuerade ella. Por ello, es posible pensar que el crecienteprestigio de Calles, como único elemento capaz deencontrar una solución a la falta de cohesión entrelos sustentadores regionales de poder, fuera el factor determinante del éxito del nuevo partido. Deser así, el apoyo que la organización del PNR recibió estuvo en función, más que del reconocimientode los beneficios que la institucionalización políticapodía acarrear, del esfuerzo de los caciquesmilitares por tener un nuevo caudillo. Debemosconsiderar que en este acto, tal vez inconsciente, loscaciques-militares sólo pretendían instrumentaraquello que les era conocido: el sistema personalista. Sin embargo, la puesta en marcha en 1929, dela institucionalización del país, no tuvo vuelta
Alejandra Lajous es investigadora dcllnslitutu de Invesligaciones históricas de la U NA M. de donde es egre,ada. Es coautoradel Vol. XIII de la /-lisloria e/t! la rt!\'(llucitÍo ole.ú('(JIIa: LIIS il/lcill.1 e/e la illSlilLlcio/lali:ació/I 1.'/1 Méximeditada por El Culegi.ude México. Tiene un libro en prensa: LIIS orige/le.1 e/t!I paf/ido LI
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La formación del Partido Nacional Revolucionario
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Para 1929, el nivel de prosperidad económica y social de la élite militar revolucionaria era ya tal, quela mayoría de sus miembros estuvo dispuesta a sustituir su potencial político individual por uno degrupo que les diera mayor seguridad y estabilidada largo plazo. La vulnerabilidad política de los jefes militares se puso en evidencia a partir de la crisissuscitada por el asesinato de Obregón, esto es, apartir de la ausencia de una personalidad capaz decontrolar al sistema caudillista con la fuerza de su·carisma. La institucionalización se reveló, entonces, como la medida necesaria para la supervivencia de los poderosos.
Mucho se ha exaltado la figura de Calles comoautor de este proceso, pero, sin menoscabar el alcance de su participación, es importante reconocerque el cambio estuvo determinado por la anuenciade los militares. Las debilidades intrínsecas al sistema personalista dieron la pauta al proceso decambio y se convirtieron en el elemento más notorio del mismo. Así, 1929 destaca como el año enque se dieron los primeros pasos firmes paracentralizar el poder político diseminado a lo largo ya lo ancho del país, y con ello se inició la construcción del sistema de dominación que consolidó eltriunfo del grupo revolucionario.
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atrás; con el tiempo, la utilización constante y disciplinada de ciertas formas condujo a un cambio defondo: se despersonalizaron las fuerzas políticas.Es posible considerar que sus fundadores no tuvieron una visión clara de los alcances del incipientepartido.
Los primeros meses de 1929 fueron de febril actividad, ya que en ellos tenía que organizarse, estructurarse y reglamentarse el futuro PNR a fin de queen marzo pudiera ser su asamblea constitutiva. Establecer los principios del partido, definir su programa de acción, otorgar las credenciales a los delegados para asistir a la convención constitutiva yexaminar las candidaturas a la presidencia de la república, eran labores que contaban con pocos díaspara su ejecución, la cual fue posible, pues todas lasdecisio'nes quedaron concentradas en manos de losmiembros del comité organizador encabezado porCalles, y porque los caciques-militares utilizaronsus maquinarias regionales y las estructuras estatales para darles viabilidad.
El 5 de enero de 1919 se publicó la convocatoriaen la que el comité organizador invitaba a todos lospartidos y agrupaciones revolucionarias de la República a asistir, el lo. de marzo, a la Primera Convención Nacional del PNR que se llevaría a caboen la ciudad de Querétaro. Este documento delimita aspectos fundamentales de la naturaleza delnuevo partido: 1) el partido se identificó con la Revolución Mexicana y, en consecuencia, se justificóen ella; 2) demostró una vaguedad ideológica quelo ubicó como una entidad ecuménica en el campo"revolucionario"; 3) se presentó como una amalgama dispuesta a respetar la autonomía política local; 4) utilizó la maquinaria gubernamental para subeneficio, ya que la acreditación de los delegados ala convención fue hecha, en última instancia, porlos presidentes municipales: 5) confundió a los posibles miembros del PNR con el pueblo entero.
La convocatoria pintó no sólo al partido, sinotambién la situación política del país, que continuaba polarizada por la guerra cristera. Por ello elPNR se identificó con los postulados de la Revolución Mexicana pero sin legitimarse en premisasideológicas: sólo buscaba la coordinación de lasfuerzas políticas y militares "revolucionarias" paraconservar la hegemonía del grupo en el poder. Porotro lado, el respeto. a la autonomía política localera una condición ind"íspensable para lograr el apoyo de aquellos a quienes convocaba. La ausencia defronteras entre el partido y el estado fue un elementos peculiar y determinante a su desarrollo, resultado de ello la confusión entre el pueblo y los partidarios: se esperaron 1,400 delegados en Querétaro, enrepresentación aritmética de los 14 millones de habitantes de la República Mexicana. Finalmente, conviene puntualizar que la inscripción de las agrupaciones interesadas en afiliarse al PNR fue de pocomás de un mes, lo cual prueba que el
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compromiso de los intermediarios políticos eraefectivo y eficiente pues serían ellos quienestendrían que inscribir a sus organizaciones o, en sudefecto crearlas para ese fin.El segundo documento elaborado por el comitéorganizador apareció el 20 de enero de 1929 ycomprendía una declaración de principios y el programa de acción. Este documento fue una muestrade pobreza ideológica tanto del PNR como del ambiente político en general. El texto es contradictorio ya que por un lado alentaba el nacionalismo, yla aspiración de fijar políticas en beneficios de lasclases desposeidas y, por el otro la politica financiera proponía que el país destinase la mayor partede sus recursos al pago de las deudas internas yexternas, incluida la deuda agraria, lo cual sólo beneficiaría a las clases pudientes: el programa fue unejemplo de demagogia revolucionaria acompañadade políticas altamente conservadoras. En cuanto asu influencia, puede considerarse nula, ya que apareció una vez cerrado el plazo de inscripción al partido, esto es, que no debió interesar demasiado aquienes de cualquier forma ya habían decididoapoyar al PNR, ni tampoco sirvió para convencer alos opositores del mismo para unírsele.
El proyecto de estatutos, aparecido el 26 deenero, daba a conocer la organización, a nivel nacional, de la burocracia del partido: las; unidadesbásicas e'ran los comités municipales cuyosmiembros debían ser elegidos por todos los ciudadanos del municipio que formasen parte del PNR.Por encima, estaban los comités del estado o territorio, domiciliados en las capitales respectivas yelegidos por los delegados municipales. La burocracia nacional culminaba en el Comíté Ejecutivonombrado por el Comité Directivo Nacional quese hallaba integrado por un representante de cadauno de los comités de las entidades de la República,elegido en la correspondiente convención de estadoo territorío. Finalmente, y con carácter estrictamente temporal -perlados electorales federales olocales-, existían los comités de distrito. Analizando con más detalle los estatutos, se advierte lavoluntad centralizadora de éstos en las facultadesque otorgaban al Comité Ejecutivo Nacional,CEN, esto es que en él quedaba el control casi absoluto de las decisiones, ya que las demás unidadesno podían manifestar su opinión mas que 'por solicitud expresa de éste. Desde luego, esta comunicación vertical inhibía la posibilidad de establecer comunicación entre unidades de la misma jerarquía yfortalecía a la cúspide de la pirámide.
La importancia de los documentos reseñadoshasta aquí es clara al paso de los años, pues en ellosse encuentran los cimientos de la institución que hacaracterizado el desarrollo político posterior. Noobstante, debe tenerse presente que en el contextodel momento la élite política centraba su interés enla sucesión presidencial, ya que las particularidades
Los bomberos arrojando chorros de agua sobre los estudiantes huelguistas.
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de la figura presidencial darían el sello distintivo alproceso de transformación política que el nuevopartido anunciaba. De esto, todos eran conscientes, empezando por el mismo Calles, quien seguramente no deseaba ver su obra concluida por alguien ajeno a sus ideas. La personalidad de AarónSáenz, reconocido formalmente como el herederológico del obregonismo, presentaba bemoles alproyecto callista al contar, dicho indivjduo, coniniciativa propia y ubicarse claramente a la derechadel espectro político. La transformación, tal ycomo la entendía Calles, solo podría realizarla élmismo y, con ese fin, utilizó su poder. Aquí cabepuntualizar que dicho poder derivaba, en buenamedida, de la capacidad demostrada para implementar la superación de la crisis política a través dela solución institucional. En eso mismo radicaba ladebilidad de Sáenz; su sola personalidad no habíabastado para unir y sacar al obregonismo de su crisis.
Así las cosas, Calles jugó con el desconcierto y laconfusión como método de su liderazgo, y triunfó,pues ya nada resultaba claro cuando Pascual OrtizRubio, obscuro general alejado del quehacer político,' fue reconocido por personajes importantescomo candidato a la presidencia de la República.
Ortiz Rubio era una personalidad política débil
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ya que ni siquiera contaba con los indispensables.conocimientos sobre el medio político en el que habría de moverse. El apoyo que recibió de gentescomo Lázaro Cárdenas, Carlos Riva Palacio,Adalberto Tejeda, Saturnino Cedillo, ManuelPérez Treviño, Luis L. León, Melchor Ortega yGonzalo Santos derivaban del rechazo a la candidatura de Sáenz o del deseo de complacer a Calles,quien tuvo buen cuidado de no pronunciarse enningún sentido. Su silencio se convirtió en el factorde desconcierto que le permitiría, en el momentoadecuado, capitalizar su poder político.
Ese momento fue la Primera Convención Nacional del Partido Nacional Revolucionario, queahora recordamos como la convención constituyente, pero que en ese momento cobraba mayorrealce porque en ella se dirimiría, necesariamente,la sucesión presidencial. Las dos precandidaturascontaban con fuertes apoyos, aunque siempre denaturaleza escurridiza. Al llegar a Querétaro losdelegados tenían clara conciencia de participar enuna farsa organizada de antemano, y cuyo sentidoconsistía en adiv~nar el pensamiento de Calles. Laconsigna era clara: votar por donde votase lamayoría.
La comedia estuvo planeada y calculada conexactitud. Sáenz mismo cayó en la trampa al pre-
~entarse en Querétaro. No obstante, para el lo. demarzo visualizó la burla de la que iba a ser víctimay no acudió a la sesión inaugural de la convención.Declaró que tenía conocimiento de que el comitéorganizador manifestaba oposición a su candidatura y que por ellos se retiraba, reservándose el derecho para prestar su apoyo y simpatía a un nuevoesfuerzo de unificación de las fuerzas revolucionarias. El retiro de Sáenz no se debió a que la Convención fuese una farsa -pues qué otra cosa podíaser- sino a que en esa ocasión él era el burlado. Estesuceder tan repentino hizo que aumentara la confusión. El mismo día 2 surgió el rumor de que Manuel Pérez Treviño también era candidato a la presidencia de la República. La mayoría de los delegados estaba en espera de que se declarara quien erael candidato de Calles cuando se anunció el levantamiento escobarista. Este hecho precipitó aún máslas cosas ya que Pérez Treviño solicitó y reiteró suconfianza en la unidad del ejército para dar fin auna rebelión tan injustificada, procediéndose de inmediato a la selección del candidato presidencial.En cuestión de minutos la Convención se manifestóunánime a favor de Pascual Ortiz Rubio quien protestó seguir el programa del partido que lo postulaba. Esto aconteció el día 4 de marzo, cuando la
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Abandonan la Universidad. Después de más de dos días de permanecer en el edificio de la Universidad Naci~nal. los estudiantes la abandonaron ayer. debido a las insinuaciones que les fueron hechas. ya la intervenclon de un enviado del señor Presidente de la República.
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rebelión tenía un día de declarada y se hacía urgente que cada quien volviese a sus puestos parapoder combatirla.
La Rebelión E.I'cobari.l'ta
La Rebelión Escobarista puso de manifiesto queuna parte de la élite militar se negó a trocar su potencial político por la estabilidad que implicaba laaceptación del PN R y de Calles como rectores de lavida política. La seguridad política no llegó a serun elemento suficientemente atractivo como paraque todos los generales aceptaran la limitación desu poder a, zonas m uy locales.
Cierto que la imposición callista resultaba desagradable a muchos grupos de la sociedad entre losque podían contarse los cristeros, los vasconcelistas, los villarrealistas, los delahuertistas, los carrancistas y, en general, cualquier otro grupo afectado por la Revolución misma. Estos seguramentesentían que la destrucción de Calles aliviaba su situación, pero en lo que se confundieron los militares rebeldes fue en creer que ellos serían capaces deaglutinar a dichos grupos. La lucha se gestó y resolvió entre los elementos de la familia revolucionaria, cosa que poco o nada alteraba las limitacionespolíticas del resto de la sociedad que, por consecuencia, nunca puso en este movimiento sus esperanzas.
Calles no desconocía la posibilidad del surgimiento de una rebelión, ni las circunstancias quefavorecían a sus opositores. Por ello, es posiblepensar que si no destruyó la conspiración en susorígenes fue porque en ella ubicó la oportunidad deaniquilar a los generales que, siendo miembros dela familia revolucionaria, no estuvieron dispuestosa alinearse en las filas del partido. Asimismo, la posible ingerencia en el conOicto de grupos civiles noaumentaba demasiado el peligro militar y sí permitía a los callistas aplicar a sus opositores el epítetode traidores a la patria y al orden constituido. Calles se sintió seguro pues contaba con suficienteselementos para triunfar: la mayoría del ejército yel apoyo asegurado de los Estados Unidos. De ahíque las comunicaciones entre los conspiradores, apesar de ser conocidas por el gobierno, no fueroninhibidas. Al contrario, se permitió su desarrollo yaun se fortificaron las posiciones de algunos de losposibles generales rebeldes. La temeridad de Callesy de Portes Gil fue asombrosa: al pedir a uno de losfuturos alzados que enviase sus tropas a la capitalpropiciaron que el estallido del movimiento fuesejustamente en los primeros días de marzo, fecha determinante en el desarrollo de la Convención delPNR pues aumentó el ambiente de confusión e incertidumbre, facilitando con ello la selección deOrtiz Rubio.
La rebelión, conocida en 1929 como la Rebeliónde Marzo duró, como su nombre lo indica, apenasun mes. Durante tres o cuatro días mantuvo un
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tono amenazante y, después de eso, se trató de lapersecución y eliminación de los contingentes rebeldes. Es interesante ver que la participación delos generales Juan Andrew Almazán, LázaroCárdenas. Saturnino Cedillo y Adalberto Tejedademostró, una vez más, la importancia de las"fuerzas rurales". Sobre este punto debe tenersepresente que el gobierno provisional inició su gestión repartiendo tierras y concretando, por mediode un decreto presidencial, la organización de lasllamadas "defensas rurales". Estas consistían engrupos de 25 a 50 hombres que, dentro de cada comunidad, eran organizados y armados. Así, al estallar la rebelión, había miles de campesinos que reforzaron al ejército federal, destacando entre elloslos organizados por Cedillo y por Tejeda.
Sintetizando, la Rebelión Escobarista estalló el3de marzo de 1929 en apoyo al Plan de Hermosillo,redactado por Gilberto Valenzuela y firmado porFrancisco R. Manzo, Aurelio Manrique, RobertoCruz, Fausto Topete, Alejandro 8ay, Ricardo Topete, Ramón /turbe, Román Yocupicio y ClaudioFox. En él se convocaba al pueblo a levantarse enarmas para acabar con la tiranía de Calles. El general José Gonzalo Escobar, hasta entonces jefe deoperaciones militares de Coahuila, era reconocido
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como jefe supremo del movimiento libertador.El plan no encontró apoyo en ninguno de los sec
tores que trató de sumar. Los cristeros y los vasconcelistas advirtieron que la Rebelión de Marzocarecía de los valores morales que ellos buscabanreivindicar, impidiendo con ello su identificación.La rebelión se convirtió, para sus seguidores, enuna broma de mal gusto: los alzados lograron pocoaparte de robar bancos y destruir las vías ferroviarias. La rebelión costó al país dos mil muertos ymuchos millones de pesos, pero permitió la eliminación de los generales rebeldes y la consolidacióndel PN R. A partir de este momento pudo iniciarseel proceso disciplinario y reductivo del ejército: elproyecto callista estaba en marcha. el poder secentraría en torno al partido.
Fin del conJlicto religioso
El 21 de junio de 1929 se publicaron las declaraciones oficiales que dieron fin al connicto relieioso.Este connicto, iniciado en 1926, representó el únicoreto interno con el que tropezó el grupo postrevolucionario hegemónico en el poder. La familia revolucionaria había gestado, después de la caída deHuerta, tres rebeliones militares (la de Agua Prieta.la delahuertista y la de Gómez y Serrano) para diri·mir ambiciones personales. pero cuyo triunfo o derrota no implicaba la eliminación del grupo revolucionario o de las bases mismas de la Revolución.Por ello. el conOicto religioso destacó como elúnico desafío a la capacidad del nuevo sistema paradetener la presión de la organización tan consolidada como la Iglesia Católica, en su intento por frenar la acción revolucionaria.
Las dificultades en las relaciones entre la Iglesiay el Estado fueron y aún son comunes a muchospaíses. En México este problema era ya centenario.Su crisis en la etapa contemporánea fue, en granmedida, obra personal de Plutarco Elías CalIes,quien durante su mandato presidencial (19241928) pretendió modernizar a toda costa a la nación mexicana. Calles quiso orientar su esfuerzopolítico en legislar e institucionalizar todos los procesos sociales, culturales, políticos y económicos,buscando a través de ellos una centraliiación política que hiciera más coherente y factible el caminodel progreso. Su ansia por imponer un México moderno lo llevó a combatir las estructuras tradicionales de la sociedad. La Iglesia Católica se presentabaa sus ojos como una entidad retardataria y agresiva,por lo que implementó, en contrataque, una política claramente anticlerical. Tal acción desencadenó movimientos sociales tan graves que lograrondeteriorar la efectividad de su proyecto.
En el terreno político, la Iglesia y los católicosmexicanos que veían en ella su baluarte ideológico, no estuvieron dispuestos a ceder su preeminencia sin luchar. El enfrentamiento se volviógrave pues suscitó. a través de la huelga de los cul-
tos, un levantamiento armado que llegó a movilizar a decenas de miles de campesinos. La guerracristera puso en jaque a los militares revolucionarios pues rompió la autoridad y el control que ellosejercían en el territorio nacional. El gobierno nopudo erradicar los focos cristeros, los cuales soportaron medidas de extrema violencia en un acto deauténtico fanatismo por sus creencias. La guerracristera no pudo concluirse durante el gobierno deCalles, lo que prueba la magnit~d que alcanzó.
Resulta importante señalar que la existencia deeste conflicto reafirmó la importancia del grupocastrense en el sector revolucionario, haciendo delado al grupo obrero que pretendía rivalizar en lasucesión presidencial. Obregón fue reelecto y elsector militar siguió consumiendo partidas del presupuesto que Calles hubiese querido destinar aotros fines. Por otro lado, las relaciones con los Estados Unidos tomaron el cariz sumiso de quien necesita la exclusividad en la venta de armas.
Desde 1928 los actores determinantes en esteconflicto deseaban qúe llegase a un fin, aunquefuese negociado. El gobierno mexicano y el Vaticano, por interferencia del gobienrno norteamericano, caminaban en ese sentido. El asesinato deObregón a manos de un fanático religioso interrumpió ese desarrollo. La lucha continuó favoreciendo al gobierno aunque sin llegar por ello a untriunfo definitivo. En 1929 el ambiente general volvió a ser positivo para las negociaciones. En febrero de ese año, Dwight Morrow, embajador deEstados Unidos en México, reinició su actuacióncomo mediador en el conflicto entre la Iglesia y elEstado. Su labor consistió en tratar de convencer ala Iglesia de la inutilidad de insistir en un cambio enla legislación vigente, siendo más provechoso a susintereses conformarse con obtener del gobierno suficientes garantías como para disolver el temor delos católicos. Morrow deseaba persuadir a ambosgrupos de que actuaran razonablemente, pues estaba convencido de que sólo se pondría término alconflicto por medio de negociaciones políticas yabandonando la intransigencia. En cuatro meses suopinión se vio confirmada.
Desde mediados de febrero de 1929 Emilio Portes Gil había manifestado a Morrow su deseo de lograr el arreglo del conflicto religioso, pero la rebelión de Escobar interrumpió las comunicacionesentre el gobierno y los prelados católicos. Noobstante, después de una entrevista con el presidente, Morrow sugirió al Vaticano, a través del sacerdote norteamericano John Burke, representantedel episcopado estadounidense, que dirigiese suscartas direct~mente a la Secretaría de RelacionesExteriores, indicando que Portes Gil estaba listopara negociar, aunque no para cambiar las leyesconstitucionales.
La situación se había complicado porque el gobierno, aprovechando la movilización militar que
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hizo para combatir a los rebeldes escobaristas, había reprimido en forma severa a los cristeros. Ellodificultaba la actitud negociadora de la Iglesia,puesto que implicaba el olvido de los esfuerzos ylos sufrimientos de los campesinos rebeldes. Sinembargo, el Vaticano, después de reconocer la imposibilidad de triunfar por medios violentos,aceptó la negociación. Con ello terminó el impulsopolítico que había dado a los grupos religiososmilitares.
El cambio de posición del Vaticano fue la clavepara la solución del conflicto, como tiempo atrás lofuera su apoyo para alentar el inicio. El Vaticanoentendió ese cambio como la única alternativa paraacabar con una guerra que no le daría el triunfo, ypoder reiniciar la propagación del culto católicoantes de-que fuese demasiado tarde.
A partir de mayo, los representantes del episcopado mexicano y el presidente de la república empezaron a intercambiar públicamente notas amistosas. La agresión se cambió en invitaciones mutuas a la "reconsideración patriótica", y se abrió laposibilidad de un diálogo con un ambiente propicio por ambas partes. Ejemplo de ello fue la exhortación que muchos sacerdotes hicieron a sus feligreses, pidiéndoles una actitud conciliadora. Sinembargo, tales novedades en la política eclesiásticadisgustaron a los fanáticos religiosos, es decir, a losmiembros de la Liga Defensora de las LibertadesReligiosas y a los campesinos cristeros, los cualesmanifestaron su oposición a toda forma de negociación.
El 22 de mayo Leopoldo Ruiz y Flores fuenombrado delegado apostólico por el Vaticano,con lo que resultaba evidente que Roma estaba afavor de un arreglo. Portes Gil, por su parte,acordó que Ruiz y Flores viniese a la ciudad deMéxico, viaje que hizo acompañado por PascualDiaz, obispo tabasqueño que jugó un papel importante al convencer al Vaticano de la incapacidadmilitar de los cristeros para obtener la victoria.
La posición de Roma quedaba clara: el Papa deseaba ver revocadas las leyes anticlericales, pero siel gobierno consideraba necesario un arreglo antesde que esto sucediera estaba dispuesto a aceptarlo,siempre y cuando el derecho de la Iglesia a existir yfuncionar fuese reconocido. Se trataba de negociar,y cada parte trataría de obtener el máximo provecho de acuerdo a las circunstancias.
Enjunio empezaron las entrevistas. En ellas, Morrow también tuvo una participación importante:sirvió como agente informal de ambos grupos preparando en forma aceptable para los contrarios loque debería ser dicho en las reuniones. El gobiernose mantuvo firme, y los prelados, después de consultar con Roma, cedieron a las exigencias del gobierno.
El arzobispo de Morelia y delegado apostólico,monseñor Leopoldo Ruiz y Flores, declaró pública
Comisionados estudiantiles entregando alseñor Presidente el pliego. de peticiones para'solucionar la huelga que se declaró'en la gran mayoría delas Escuelas Universitarias y Superiores de la capital.
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j ohclalmente que serían reanudados los serviciosreligiosos apegándose a las leyes vigentes. Esta declaración significaba la derrota total de la Iglesia,pues las "leyes vigentes" eran las mismas que tresaños antes, el 24 de julio de 1926, habían motivadola suspensión de las actividades religiosas.
Sobre la participación de Portes Gil en la solución del conflicto es necesario reconocer que, pesea que el fondo del desenlace estuvo en el cambio deRoma, él se mantuvo firme en la política delineadapor su antecesor, supo encontrar y propiciar el ambiente para el cambio de actitud del Vaticano, y sobre todo, para hacer menos doloroso ese cambio.
La política agraria, obrera y la autonomíauniversitaria
Política agraria de Emilio Portes Gil
Portes Gil repartió 3.036,842 hectáreas de tierra,beneficiando con ello a 213,981 campesinos. Estascifras implican un ritmo singular en un contextodonde poco se había hecho por poner en práctica laLey del 6 de enero de 1915. Obregón y Calles habían orientado sus ideas agrarias hacia el ideal de laproductividad y no hacia el del reparto agrario.Pensaban que el ejido era ineficiente, y por elloorientaban la modernización de la estructura agraria en la formación' de una clase de pequeños pro-
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pietarios imbuídos de espíritu capitalista.El deseo de Calles de evitar que Portes Gil buscase
un cambio en esta política se manifestó claramenteen su intento por cortar toda acción independiente osorpresiva en este terreno, al preparar, con la ayudade su secretario de Hacienda, Luis Montes de Oca,una partida límite para los gastos destinados a las expropiaciones agrarias. Sin erribargo, Portes Gilaceptó tal limitación, pues consideró que los diez millones de pesos asignados eran insuficientes. Por ellodecidió no indemnizar de contado, ya que ni la Constitución General de la República ni la Ley del 6 deenero ni el Reglamaneto Agrario, contenían disposicin alguna que obligara al gobierno a compensar alos afectados de esa manera.
El problema agrario fue el único punto en el quePortes Gil se enfrentó a Calles. Su actitud fue realmente enérgica, llegando a expresar que si no se ledaba libertad en este terreno, prefería renunciar alnombramiento de presidente electo, que entonces tenía.
La base sobre la que se cimentaba la posición dePortes Gil consistía en reconocer que sólo a travésde la repartición de tierras podía el gobierno aliarsecon el campesinado, que era por su importancianumérica, el factor determinante de la estabilidadpolítica. El triunfo del gobierno constituido frentea rebeliones existentes en ese momento; como la
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cristera. o movimientos capaces de surgir en elcorto plazo. como la rebelión de Escobar, tenía quefundamentarse, en buena medida. en el apoyo campesino. Las palabras de Portes Gil fueron persuasivas aun para Calles:
Creo de mi deber prevenirle y estar preparado paracualquier alteración del orden público. que seguramente vendrá por parle de descontentos jefes delejército. y la única garantía que tendrá el gobiernoen este caso sera el apoyo de los campesinos. aquienespor ningún motivo debemos negar las tierras quesoliciten. I
El gobierno provisional inició su gestión repartiendo tierras y organizando las "defensas rurales".Sobre .el reparto de tierras. puede señalarse que estuvo condicionado por la necesidad de obtener elapoyo de los agraristas armados. No obstante, valela pena reconocer que la formación de fuerzasagraristas tuvo efectos importantísimos en el largoplazo, ya que dichos grupos sirvieron, cuando menos en algunas partes, para radicalizar la reformaagraria: tal sería el caso de Veracruz, bajo la dirección del coronel Adalberto Tejeda.
En un sentido más amplio, la formación de estosgrupos y la experiencia de las comunidades campesinas que recibieron tierra sentó un precedente quehabría de ser inolvidable. Por ello, las actividadesque las ligas campesinas desarrollaron durante elmaximato. y que fueron la génesis del poder cardenista, ~uvieron su primer impulso en la políticaagraria de Portes Gil.
Política obrera
La Confederación Regional Obrera Mexicana fuecreada en 1918, y alcanzó su mayor desarrollo durante el régimen del presidente Calles. Su poder, enmucho resultado de la habilidad de Luis N. Morones, llegó a rivalizar con el de las fuerzas militares.La oposición abierta a la reelección del generalObregón así lo demuestra. Pero cuando él fue asesinado se inició la crisis de la que fuera la centralobrera más importante: Calles tuvo que aceptar,como condición para llegar a un arreglo con la facción obregonista, la renuncia de Morones y deotros líderes cromistas. Portes Gil, al llegar al poder, desató su odio contra Morones, continuandoasí la política anti-cromista que había sostenidocomo gobernador en Tamaulipas.
La central comenzó a disgregarse desde 1928,pero en 1929 el Estado empezó activamente a bus~
car la eliminación, más que de la CROM misma, desu grupo directivo. Calles no trató de impedirlopues la colaboración de la central obrera ya no eranecesaria para la consolidación del poder "revolucionario". Portes Gil se opuso a que los empleadospúblicos dieran contribuciones forzosas a la
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CROMo y con eso destruyó sus fuerzas. A la par,favoreció tanto a la Confederación General de Trabajadores. como al grupo comunista reunido en laConfederación Sindical Unitaria de México. 1929se caracteriza por la decadencia de Morones, quienvivió dramáticamente la realidad de una organización que habiendo sido muy poderosa era totalmente dependiente del Estado, y que su intento poractuar olvidando dicha liga sólo sirvió para exhibirsus limitaciones de una manera más clara.
La autono/llía 1II1i1'l!fsilaria
Otro paso decisivo dado por el gobierno provisio-.nal fue la expedición de la ley que otorgó la autonomía a la Universidad Nacional. El conflicto estudiantil que le antecedió fue en realidad poco importante. pero cobró valor porque fue capaz demostrar la fuerza política de la clase estudiantil, asícomo la voluntad del gobierno por acabar con lasreminicencias del régimen prerrevolucionario. Elconflicto nació como consecuencia de la disposición del rector para que los alumnos de las escuelasprofesionales se sometieron a exámenes escritos dereconocimientos tres veces al año, en lugar de unsolo examen oral como hasta entonces se acostumbraba. Las sociedades de alumnos de la Escuela Nacional de Jurisprudencia y Ciencias Sociales declararon una huelga general, y de ella se derivaron desórdenes que decidieron a la rectoría a tomar enérgicas medidas disciplinarias. Estas, lejosde dar los resultados deseados. suscitaron el apoyoa la huelga de parte de todas las escuelas profesionales.
Pronto el problema quedó fuera del control delas autoridades universitarias, quienes para prevenir crecientes desórdenes hicieron intervinieran lasfuerzas públicas, específicamente a la policía y losbomberos, lo que agravó, en vez de solucionar, elconflicto.
Portes Gil terció retirando a las fuerzas represivas, y dialogó directamente con los estudiantes,quienes presentaron ante él un pliego petitorio.Dicho pliego, además de solicitar las renuncias delas autoridades universitarias, educativas y del orden público, pedía, y esto en nuestra opinión es elmeollo del asunto lo siguiente:
Intégrese a partir de esta fecha. en lo sucesivo dichoConsejo (Consejo Universitario) por un número dedelegados estudiantiles igual al número de delegados queformen los directores y profesores de las escuelas. dándose en el mismo derecho de voz a un delegado de la Confederación Estudiantil de la República ya un Delegado de la Federación Estudiantildel Distrito Federal; que el Rector tenga en dichoConsejo voto de calidadpara caso de empate. El espíritu de este acuerdo deberá ser el de que nunca ypor ningún motivo los delegados oficialesy docentescon voz y voto, sean en mayornúmero que los delega-
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dos estudiantiles con elmismo derecho de voz y voto.
Al final del pliego petitorio se decía:
Ellas serán. si usted se digna resolverlas favorablemente.la máxima conquista revolucionaria de nuestra clase que. cOl/lola obreray campesina y como todas las clases sociales de la República, desea quellegue hasta ella (La Unviersidad) la obra avanzada yreivindicadora de la Revolución Me.yicana. 1
Portes Gil satisfizo con creces la petición, pues nosólo permitió que delegados de alumnos y exalumnos pertenecieran al Consejo Universitario, sinoque otorgó la autonomía universitaria, tan deseadapor generaciones.
¿Qué lo motivó'? La respuesta más simplista seríaconsiderar que el surgimiento del conflicto estudiantille hizo ver la posible recurrencia de los mismos, y buscó liberar al ejecutivo federal de tales dificultades pasando esa responsabilidad al Rector.Pero pudiera haber otra, derivada del deseo deromper la estructura interna de la universidad que,por la naturaleza misma de sus investigadores ymaestros, poco se había alterado con la Revolución. Dicho de otra manera, era posible que elgrupo político revolucionario del que Portes Gil
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formaba parte. viese con recelo a los maestros deformación porfirista, y a la Universidad Nacionalcomo centro elitista. La admisión de alumnos en elConsejo Universitario era la mejor manera de dejarque soplaran aires renovadores.
El PNR .l' la call1pwla vasconcelista
José Vasconcelos se propuso la quijotesca tarea dedespertar la conciencia política del pueblo y venceren las elecciones presidenciales de 1929. Así, lalucha de Vasconcelos contra el Partido NacionalRevolucionara fue la lucha de un idealista contra larealidad. La desigualdad de los contrincantes entérminos de organización, de capacidad de manipulación y de fuerza para imponer sus decisionespolíticas nos da un indicio de lo políticamente absurdo del esfuerzo vasconcelista. Empero, el estudio de la campaña vasconcelista resulta atractivopor varias razones. La primera es que representa elúltimo esfuerzo de tipo "maderista" por alcanzarel poder: es decir, el último esfuerzo que hubo en elpaís movido por la fe en el libre juego democrático.Pero más interesante que este aspecto, que podríamos llamar romántico, es que la campaña vasconcelista puso de manifiesto que ya existía en Méxicoun partido únjco.
El PNR. organizado en base a la sumisión de losgobernantes militares a Calles, echó a andar lasmaquinarias políticas locales a fin de garantizar eltriunfo, real o formal, de la candidatura del Ing.Pascual Ortiz Rubio. Esta actitud llevaba implícitala capacidad de imponer decisiones aun cuandohubiera que recurrir a la violencia. El caciquismo,elemento fundamental en el mapa político deMéxico en 1929, convirtió al PN R en una fuerzainfranqueable al aportarle sus organizaciones políticas locales. Así, la capacidad organizativa delPN R cobró mayor relieve al ser contrastada·con ladesorganización de quien sólo contó para realizarsu campaña presidencial con la buena voluntad dequienes lo ayudaron y contribuyeron de su peculiopersonal a sostenerla.
El vasconcelismo fue un movimiento políticomoralizador apoyado en la autoridad que Vasconcelos había adquirido como educador, tanto en larectoría de la Universidad como en la Secretaría deEducación Pública, y que ejercía sobre un amplionúmero de estudiantes, maestros, intelectuales yprofesionales liberales. El fervor que este movimiento generó entre sus seguidores llegó, en muchos casos, a tener un matiz auténdicamente religioso.
El vasconcelismo, tanto por su naturaleza moralista como por el origen de su líder, fue un movimiento fundamentalmente urbano. Los estudiantesy maestros que se convirtieron en sus primeros seguidores residían en las ciudades, donde organizaron arengas en las plazas públicas, los mercados,
las vecindades, los parques y en cuanto lugar podian. Las peroratas, muchas de las cuales tenían untono académico, resultaban más claras para laclase media que para las masas. A esto se unió lafalta de recursos económicos con que se desarrollóla campaña y que limitó la posibilidad de llevar lapropaganda a áreas rurales o remotas. Además, enéstas, los vasconcelistas resultaron menos convincentes, tanto por la vaguedad de sus exposicionescomo por su desconocimiento de la problemáticacampesina.
La espontaneidad, motor de esta empresa, esloable en muchos aspectos, pero cuando es la únicaforma de acción, se convierte en una limitantegrave: el entusiasmo no fue capaz de suplir la inexperiencia. Así, los vasconcelistas, carentes de formación política y de un buen conocimiento de larealidad del país, no acertaron en otro tema que ala crítica de lo existente ya la promesa de que con elMaestro todo tendría que ser necesariamente mejor. Su idea fundamental consistía en creer que losproblemas Clel país derivaban de la presencia de"malos políticos", y no de obstáculos socioeconómicos y culturales profundamente arraigados.
Dentro de las ciudades pudieron atraer a muchagente, puesto que lograron que el vasconcelismofuese identificado como un movimiento que luchaba contra las principales lacras revolucionarias.Miles de personas se adhirieron a la campaña porrazones que ésta no apoyaba; pero que para ellaseran motivo de resentimiento contra el régimen existente.
Por otro lado, y también en agudo contraste conel ortizrubismo, el vasconcelismo careció de maquinaria y programa político hasta el momento enque se unió al Partido Nacional Antirreeleccionista(PNA). Pero esta unión fue forzada; el PNA aceptóa Vasconcelos por ser el único candidato de prestigio que había en el país, y Vasconcelos se unió alPNA sólo para suplir su carencia de maquinaria yprograma político. Este último presentó los problemas nacionales en un orden de prioridades bastante similar al del PNR, es decir, anteponiendo losproblemas políticos y educativos a los agrarios.Ambos estaban hechos por y para la clase media,ambos dejaban de lado el problema agrario, queera el fundamental en el país.
La promesa del presidente Portes Gil de mantener un ambiente de respeto y libertad para que en élse desarrollase la campaña presidencial fue violadasistemáticamente. El asesinato de Germán delCampo, ocurrido en la ciudad de México, tuvogran impacto, pues puso de manifiesto la acción represiva del gobierno. La violencia estaba a flor depiel. Baste señalar que en la víspera de las elecciones fue herido en la cabeza el jefe de la policía delDistrito Federal.
El 17 de noviembre de 1929 tuvieron lugar laselecciones. Es imposible conocer la verdad sobreellas, pero es evidente que las cifras oficiales son
falsas. Vasconcelos contaba con un apoyo muchomás numeroso del que se le reconoció. Sin embargo, en términos de poder, no tuvo ni el carácterni la fuerza para hacerse respetar; al conocer el resultado oficial de la elección viajó a Estados Unidos, y desde allí publicó el Plan de Guaymas que notuvo ninguna repercusión pues los miembros de laclase media urbana son incapaces de levantarse enarmas. El Partido Nacional Revolucionario quedóconsolidado, pues como dijera Luis Cabrera:
El PNR, corrompido y todo. es sin embargo un grupounificado por sus intereses bajo la jefatura del general Calles; rico con la riqueza del erarioJuerte con lafuerza del ejército, y disciplinado con la disciplinaobligatoria pero efectiva de la amenaza del cese. 3
Conclusiones
La obsesión política en 1929 consistió en evitar laviolencia, el caos y las crisis del pasado, por ello, latarea determinante fue la formación y consolidación de instituciones políticas, concretamente, delPartido Nacional Revolucionario.
La ambición centralizadora, objetivo fundamental del incipiente partido, tuvo que apoyarse, en primera instancia, en la anuencia de las fuerzas armadas. Por ello, el PN R sólo fue, en sus orígenes, unacoalición entre algunos jefes militares y caciques,diversas organizaciones políticas estatales, y lasasociaciones obreras y campesinas subordinadas aellos.
El proceso centralizador exigió tiempo yconstancia, no obstante, la eliminación de los principales obstáculos se dio en el mismo año de 1929:en él fueron derrotados tanto la última rebelión militar promovida por generales "indisciplinados",como los ejércitos cristeros. Despejado el panorama, el gobierno, apoyado en el PNR, inició ladespolitización del ejército y, vencida la fuerza política de la Iglesia Católica, desarrolló su políticamodernizadora.
La política agraria y obrera de Portes Gil, asícomo la autonomía universitaria, se explican comoparte de este proceso de consolidación y modernización. El desenlace de la campaña vasconcelistasirve para confirmar la fuerza del nuevo sistemapolítico.
Notas
l. Portes Gil', Emilio. Quillce O//o.\' de política mexicana,México. Editorial Botas. 194 J. p. 53
2. Ibidem.. pp. 335-341
3. Cabrera. Luis. Veillle ([l/O.\' de.\'pué.\', México. Editorial Botas. 1937. p. 171
AdvertenciaEl presente artículo sólo es una sinlesis parcial del libro Losorígenes del partido IÍllil"lJ 1'11 México. que aClualmente se encuentra en prensa.
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