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UNA INVITACIN A SOAR

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169Una invitacin a soarApndice 4UNA INVITACIN A SOAR The Ecumenical Review, 39, 1, enero 1987, pp. 59-62.

Las ideas: qu extraas son... Al principio son cosas mansas, domesticadas, viviendo en nuestras mentes, obedeciendo nuestras rdenes, nuestro deseo, y decimos: "Tengo una buena idea..." Pero repentinamente sucede una transformacin mgica: esas cosas mansas comienzan a desplegar sus alas -no es extrao que tengan alas? No sospechbamos que pudieran volar por s mismas, sin nuestras rdenes... y entonces nos damos cuenta de que nunca los tuvimos realmente.Ahora ellas usan sus alas salvajes, volando hacia tierras desconocidas, y nos vamos con ellas, porque son ms fuertes que nosotros...S, mis ideas me llevan en una direccin muy diferente de la que yo haba imaginado al principio. "El protestantismo frente a otras tradiciones y religiones": Yo poda ver el camino hacia adelante, el aire era cartesiano, pletrico de ideas claras y distintas, la atmsfera era completamente protestante. Las ideas en mi mente tenan el marco de un sermn... Sera un buen momento para celebrar: 450 aos de la Reforma en Ginebra, la ciudad del Hombre in-formado por la palabra de Dios, fe y poltica, cielo y tierra... Profeca: un pasado que es celebrado debe estar grvido de futuro. De otro modo, es slo un difunto para ser llorado. El protestantismo enfrentando: lo que importa es el presente -invocamos el pasado con el fin de ver mejor, ahora. S, necesitamos mirar un secreto: el protestantismo enfrentando otras religiones y tradiciones. Ustedes queran saber si sigue siendo joven, si an tiene el poder para seducir, si an es capaz de provocar sueos y lealtades, si an tiene la fortaleza para poseer cuerpos y hacerlos bailar, volar y luchar...Y me di cuenta que no me invitaron por accidente: yo vivo en Amrica Latina, un continente sacudido desde Ginebra y sus valores, tradiciones diferentes, dioses diferentes, mundos diferentes. No es extrao que yo sea protestante? Un buen ejemplo de este secreto que queremos conocer: si an hoy el protestantismo tiene el poder de seducir...Estaba listo. Orden a mis ideas que marcharan. Obedecieron. Al decir sus nombres, una procesin de imgenes comenz a aparecer...Religiones: altares, inmensas catedrales simblicas, cuentas de vidrio csmico, como en la en la Castalia de Hesse, jugadas por personas de todos tipos, sus signos dondequiera, espacial y temporalmente, las marcas de lo sagrado sobre toda la humanidad. Y vi tambin las cosas que las mujeres y los hombres han hecho a causa de sus seducciones: lgrimas y risas, poemas y guerras, danzas y cmaras de tortura, vida y muerte, espadas rotas y rboles plantados para generaciones que an no nacen.Pens que haba capturado la cosa en mis manos: las ideas estaban todas all, afuera, marcando tiempos y lugares distantes. Hablara acerca de lo que estaba all afuera...Pero entonces ocurri algo mgico: mis ideas mansas se hicieron salvajes, desplegaron sus alas, y todo cambi. Recuerdan a Hyeronimus Bosch, el pintor medieval de sueos? Su obra, El jardn de las delicias, en la que hay algunas flores extraas que no son flores: en vez de ptalos, tienen burbujas transparentes. Y adentro de cada una, hombres y mujeres. Nuestro cuerpo es una burbuja encantada, y dentro de l existe un universo. En Jos en Egipto, la novela de Thomas Mann, Jos dice estas extraas palabras: "El mundo tiene muchos centros, uno para cada criatura, y cada uno yace en su propio crculo. T ests a la mitad de un paso de m, con todo sobre ti yace un universo cuyo centro no soy yo, sino t". Yo creo, entonces, que todo lo que haba visto y haba que decir era parte de mi burbuja, mi universo, mi cuerpo. Puedo ver a Sirio, la estrella ms brillante -no s a cuntos aos-luz de mi mano, pero, siempre que hable de ella, estoy hablando de una parte de mi cuerpo, exactamente de esa parte que la recibe con asombro, porque a causa de ella, comienza a soar.El protestantismo es parte de mi cuerpo, de mi sueo, de mi pesadilla, algo que amo, algo que odio tambin...S, estaba soando, estoy soando, t eres mi sueo, Ginebra, todas las fantasas que puedo colocar en aquellos 450 aos.Lo que tengo para ofrecer no son ideas claras y diferenciables, sino sueos: los invito a ver al protestantismo desde un punto de vista no protestante: es decir, gozar el protestantismo desde una burbuja no protestante... Y debo decirles un secreto: hubo un momento cuando tuve que vomitar el protestantismo - fue necesario, para m, colocarme afuera de l, y saborearlo como un sacramento en una tierra extraa... Y as se convirti en un sueo, y dej de ser amargo para volverse dulce...Los invito a soar, aunque s que no debera de hacerlo.Para un calvinista, una invitacin as es casi una tentacin:Los sueos -cuando nuestros deseos regresan de donde fueron enclaustrados, nos asaltan con visiones de pecado.En vez de sueos, ideas claras y precisas.En vez de pjaros salvajes, batiendo sus alas y atrapndonos, palabras mansas, una tras otra, como soldados: el discurso soberbio y riguroso de la teologa.

Y nos olvidamos de que en nuestros sueos y deseos descansa, escondida, la posibilidad de salvacin. Es una promesa mesinica: aquellos que no tienen futuro, los ancianos, soarn... Nuestros deseos pueden ser hermosos: fragmentos de la imagen de Dios. Y nada tiene el poder de movilizar al cuerpo como la belleza. Dentro, muy dentro de nuestra carne, se escucha un gemido, cuya resonancia se siente por toda la creacin, suspiros que son demasiado profundos para expresarse con palabras, deseos sin nombre. Pero no importa: el Viento los escucha, y entiende nuestros suspiros innominados, y los lleva hasta Dios: nuestra oracin. Cada sueo es una oracin...Yo lo entiendo: les tenemos miedo a las emociones; hay caos dentro de ellas. Porque construimos paredes verbales: confesiones ortodoxas (la gente debe saber lo que se supone que debe creer y decir...), teologas rigurosas (como si nuestro destino y el de Dios dependiera de las palabras correctas de nuestros encantamientos...). Y nos olvidamos que el universo fue creado desde del caos. El calvinismo: una defensa contra las emociones?Le tememos al danzante, al seductor, al payaso, al verdugo, al nio que vive dentro de nosotros? Creemos que permanecen dormidos mientras no digamos sus nombres. Pero no es cierto. Slo los demonios annimos toman posesin del cuerpo. Por eso los exorcistas de todos los tiempos han sabido que los espritus malignos pueden ser expulsados cuando se les llama por su nombre.Pero para que uno aprenda las palabras que tienen el poder de exorcizar al diablo, para que aprenda las palabras que tienen el poder de invocar al Viento, uno debe abandonar, por un momento, las palabras respetables que acompaan a las ideas claras y precisas, y aprender las imgenes nocturnas de los sueos. Porque ambos, el diablo y el Viento, slo comprenden las palabras que estn grvidas de deseo.Necesitamos nuevos maestros que nos enseen a hablar palabras de poder. Y debo confesar que mis maestros, la mayor parte de ellos, no viven en iglesias respetables. Ellos adoran en altares solitarios: poetas, pintores, magos, antroplogos, y personajes medievales, bizarros, del mundo de los cuentos... y los nios.Esta es una palabra que viene hasta nosotros, protestantes, de las diferentes tradiciones y religiones que ven hacia nosotros extraeza: que nos falta poesa, que no amamos el misterio de los bosques y los mares profundos, que humos de la oscuridad de nuestra parte nocturna y que ocultamos celosamente nuestros sueos. Y por ser diurnos, perdemos la chispa de eternidad en nuestros ojos, que podra, si estuviera all, seducirlos dentro de nuestra burbuja mgica...Me imagino que todos estos sonidos son muy extraos para ustedes: deben ser una rareza de alguien que viene de una tradicin muy distinta, de alguien que est familiarizado con religiones extraas. Es posible. Pero, si prestan atencin a lo que estoy diciendo, reconocern que esta rareza no es sino una "variacin" de un tema que se propuso y se desarroll primero en su patio trasero: yo estoy repitiendo un tema del psicoanlisis, que "somos aquello que soamos": somos sueos hechos carne. El problema es que nos avergonzamos, y por eso parecemos tan soberbios...El protestantismo es un sueo para m. Lo amo porque cuando estoy posedo por sus smbolos, siento que mi cuerpo se hace ms ligero y casi vuela.Amo el recelo calvinista hacia todas las clases de idolatra. La idolatra, cuando alguien dice que Dios ha sido capturado, cuando el Viento es atrapado en una tumba y el sueo se convierte en mandamiento. Prisioneros, tradiciones, en eso se convierten las cosas, ortodoxias, verdades, instituciones, libros, esta nacin bajo Dios, lo sabemos mejor que nadie... Le tengo miedo a aquellos que hablan en nombre de Dios, ellos siempre piensan que tienen la ltima palabra. Saben lo que es bueno, lo que es verdad. Si se supone que estoy convencido de poseer toda la verdad, por qu voy a prestar atencin a lo que otro dice? Aquellos que estn convencidos de que son dueos de la verdad piensan es correcto y necesario silenciar a los que dicen palabras diferentes. Todas las clases de inquisicin e intolerancia comienzan en el altar de la verdad. Todos los que se sienten dueos de la verdad, estn condenados a ser inquisidores. S, yo amo el recelo calvinista hacia todas las formas de idolatra: porque entonces tenemos que marchar hacia adelante con las manos vacas. Y nuestra mirada se vuelve ms amable...Amo el cuidado calvinista por la creacin de Dios. La palabra -un sueo hermoso- es un jardn, y nosotros, jardineros. Si yo fuera San Francisco de Ass, dira que las montaas, los ros, , los mares, los bosques, son mis hermanos y hermanas. Eso es lo que siento con frecuencia. Pero reconozco tambin que esta clase de misticismo es extrao al mundo calvinista. Pero no importa: tomo todas estas cosas como dones de Dios, productos del deleite divino por la belleza, y el universo entero brilla con los colores iridiscentes de Dios, y comemos de todo con el cuerpo: el mundo se vuelve sacramento. Y porque somos jardineros y no guerreros, veo que todas las espadas se transforman en arados...Amo tambin el gusto calvinista por dormir bien... Recuerdo que hace muchos aos, en mi pas, durante los das ms oscuros de la represin, que no poda dormir, tena demasiado temor y ansiedad. Viva en un departamento. Caminaba hacia la ventana, alrededor de las 2 A.M. Vi la ciudad entera, en medio de un gran silencio. Me qued as por largo rato. Y de repente estas palabras acudieron a mi mente: "Rubem, t no ests a cargo del mundo..." En ese momento sent la gracia de la esperanza calvinista en la Providencia: no hemos sido abandonados. Porque Dios est a cargo, nuestros errores no son fatales... Le dejamos entonces las tareas imposibles y luchamos por cosas ms modestas. Aprendemos, as, que es muy bueno ser un simple ser humano...Amo, adems, la belleza de la soledad proftica, estar totalmente solo, con la ltima palabra, aquella que se tiene que decir para no morir, y aun si el mundo entero dijera que hay que callar, decirla, afuera de la infinita pasin que arde en los altares interiores del cuerpo. Qu hermosa es esta soledad proftica: como Venus, solitario, en el cielo azul, despus del atardecer...Ustedes saben: estos no son hechos; no son pedazos de la tradicin o de las instituciones protestantes. Son visiones, smbolos de los objetos de nuestro deseo, nombres de nostalgias...Si el protestantismo an es joven...Si tiene an el poder de seducir...Si es tan fuerte como para poseer cuerpos y hacerlos bailar, volar y luchar.Todo depende de su poder para hacer que otras religiones y tradiciones sueen. Tal vez no se conviertan al protestantismo. Pero es seguro que se volvern ms ligeras...