14 de septiembre 2018 año 8 - nº 393 -...

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Año 8 - Nº 393 14 de septiembre 2018 Trump está amenazando con BOMBARDEAR al funcionario que escribió el artículo contra él en The New York Time . Cuando los comerciantes SUBEN los precios saben que se están poniendo en OFERTA para ser presos. Cada día es más difícil caer en la tentación de la CARNE. Cada vez que un comerciante sube un precio, baja su reputación. Mujer peruana demandará al Gobierno venezolano porque se llevó a su marido para Venezuela.

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Page 1: 14 de septiembre 2018 Año 8 - Nº 393 - ciudadccs.infociudadccs.info/wp-content/uploads/2018/09/ESP-140918.pdf · Nazoa y que en la actualidad, simplemente no existen. Por ejemplo,

Año 8 - Nº 39314 de septiembre 2018

Trump está amenazando con BOMBARDEAR

al funcionario que escribió el artículo

contra él enThe New York Time.

Cuando los comerciantes SUBEN

los precios sabenque se están poniendo

en OFERTA paraser presos.

Cada día es más difícil caer en la tentación

de la CARNE.

Cada vez queun comerciante sube

un precio, bajasu reputación.

Mujer peruana demandará al Gobierno

venezolano porque se llevó a su marido para

Venezuela.

Page 2: 14 de septiembre 2018 Año 8 - Nº 393 - ciudadccs.infociudadccs.info/wp-content/uploads/2018/09/ESP-140918.pdf · Nazoa y que en la actualidad, simplemente no existen. Por ejemplo,

Viernes 14 de septiembre de 2018 / Ciudad CCS • No 393 • Año 8

“Como decíamos ayer…” (así comenzaban antes las clases algunos maestros), durante todo septiembre, mes que marca el inicio del año escolar, nos dedicaremos a hacer inventario de algunos implementos imprescindibles en esa escuela evocada por Aquiles Nazoa y que en la actualidad, simplemente no existen. Por ejemplo, la tiza.

Junto con sus inseparables compañeros, el pizarrón y el borrador, la tiza era lo que hoy podría llamarse un “artículo de primera necesidad” o, siendo todavía más actuales, un componente indispensable de “la cesta básica escolar”.

Con su impresionante sabiduría y su impecable traje blanco, la tiza igual sabía de complicadas operaciones matemáticas que de fechas y lugares históricos, sin olvidarnos de sus inentendibles fórmulas químicas y sus catedráticas reglas de ortografía.

Ser llamado al pizarrón para, tiza en mano, escribir algún dictado de la maestra, era un honor que no solo daba fe de la confianza hacia quien era designado para tal tarea, sino ocasión para el “chalequeo”

posterior en el recreo y entrar en la inevitable lista de “jalamecates”.

Nunca se enteró la maestra María Josefina, del tercer grado “A” de la Domingo Faustino Sarmiento de mi infancia, la razón de la risa de nosotros, cuando al ponerse de espaldas al salón para escribir en la pizarra, dejó ver las blancas huellas de la tiza en su vestido, justo a la altura de las nalgas.

Tampoco debió sospechar de todas las barbaridades que, cuando la llamaban de la Dirección, nos apresurábamos a dibujar en la pizarra, incluyendo los famosos “Teresa gusta de Gustavo” y una que otra grosería que nos apresurábamos a borrar cuando el alumno que hacía las veces de vigilante nos advertía de su regreso.

Hoy la tiza es un recuerdo que ha sido desplazado por el marcador, así como la verde pizarra por la de acrílico, cuando no, por la tablet o el celular que, a los efectos, sirven más o menos para lo mismo: aprender cosas que después olvidaremos.

La próxima semana volveremos sobre el tema, dedicando nuestro escrito a otro adminículo de nuestra prehistoria escolar: la chuleta.

La tizaCarías Armando

¡Oh escuela de mi niñezdonde en las tardes llovía

quién pudiera, en un tranvíair a tu encuentro otra vez!

Aquiles Nazoa(Glosa para volver a la escuela).

Escuela de mi niñez (II)

Cada 11de septiembre

SALVADOR ALLENDE

se ve grande, grandísimo,en cambio,su asesino,

AugustoPinochet,

se vepequeño,

pequeñíiiisimo.

El nuevo partido de Capriles sellama: La Fuerza Bruta del Cambio.AVISO: Se ruega no tocarla carne por razones de PRECIO.

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Oro del PerúClemente Boia @tasporai

Me costó procesar el tema. Ramón Guerra, el mejor lector de novela negra del litoral y detective aficionado, mejor conocido en Naiguatá como “Moncho Guerrita”, tuvo que explicar de manera ordenada y detallada el caso de su sobrino, que regresa después de vender “marcianitos”.

Parece ser que el sobrino, de unos 25 años, emigró a Perú porque su mamá, hermana mayor de Ramón, no había podido comprarle el último modelo de una consola de videojuegos. Así que el chamo partió a buscar calles pavimentadas de oro para comprar el aparato.

Dice Ramón que quizás lo haya afectado el tanto ver al tal Mario, un personaje que come hongos y después se pone a subirse por las tuberías.

Además, tuvo muchas dudas sobre la capacidad de sobrevivencia del sobrino, hijo único, al que consideraba menos activo que la “p” de “psiquiatra”.

Sin embargo, al mes puso en su estado de Whatsapp una foto con la caja del juguete. Dos meses después, otra en la que acaricia una camioneta del 2014. Las fotografías con pizzas y hamburguesas se hicieron frecuentes.

Mi pana dice que las fotos eran una galería de ascenso

deslumbrante. Todas las advertencias que había formulado a su sobrino se volvieron idiotas.

Como dudó de la fuente de tales ingresos del sobrino, aprovechó un rato de chateo con él para indagar. Se enteró que el chamo, incapaz en su casa de recoger su plato de la mesa, había trabajado en una pizzería, en jornadas de 14 horas diarias, seis días a la semana, pero la tuvo que dejar porque el patrón alegaba que el negocio no iba bien y, aunque le pagaba menos que a empleados nacionales, a veces solo le daba 75% o 50% del sueldo.

Buscó algo más estable, pero fue más duro. Optó por un carrito de hamburguesas en el turno de 6 de la tarde a 6 de la mañana y libre el miércoles, pero se repitió lo del salario.

El chamo terminó vendiendo “marcianitos” en la calle. Me aclaró Ramón que son los que llamamos “chupi-chupi”, “duro frío”, “bambi” o “tetas”.

Regresa la semana próxima. Viene en un vuelo de “Vuelta a la Patria”. Ramón espera que haya madurado, porque si no, es capaz de llegar exigiendo al Gobierno la consola de videojuegos y, lo peor, es que el Gobierno es capaz de dársela y sacar eso por VTV.

Confesiones de unavenezolana robamaridosClodovaldo Hernández @clodoher

“Hola, soy Luzbetsy del Valle, aunque en verdad no soy de El Valle sino de Macarao. He decidido escribir estas líneas para explicar por qué tuve que regresar a la Patria a toda prisa, luego de haberme puesto de faramallera a irme demasiado, como si yo fuera una sifrina del este del este. ¡No te digo yo!

Pues bien, les cuento que tuve que salir pitando del Norte de Santander porque unas señoras querían lincharme, cual bruja en tiempos de la inquisición.

Esas mujeres locas leyeron en un periódico que las venezolanas dizque les estábamos quitando los maridos a las pobres colombianas y salieron en cambote, en una especie de guarimba sexual, a agarrar por las greñas a cuanta venezolana estuviese por ahí. Tuve que pegar la carrera de mi vida porque ya saben ustedes que allá en la hermana República no comen cuento para picar a un ser humano con una motosierra, y nadie paga esos muertos, que tampoco les importan mucho a Almagro ni a las ONG de derechos humanos ni a la prensa esa que, en cambio, se angustia mucho por los interiores de Requesens.

Mientras huía desesperadamente de esa turba de supuestas cornudas, me preguntaba cómo es posible que las venezolanas que, según los mismos reportes periodísticos, estamos raquíticas, piojosas, con las muelas podridas y callos en los pies (por caminar desde Petare hasta Cúcuta) estemos en condiciones de robarle el marido a nadie en un país donde todo el mundo –según dice Patricia Janiot– la está pasando de maravilla, son felices y comen perdices con su economía diversificada. Si eso es verdad, ¿qué les pasa a los hombres colombianos, ah, ah, ah? No entiendo.

Además, para serles muy franca: yo no vi por allá mujeres que tengan nada que envidiarnos a nosotras en lo que se refiere a esos atributos que pueden gustarle a un tipo, sea colombiano o venezolano. Las que vi eran igualitas a las colombianas que viven en Venezuela: trabajadoras, avispadas, coquetas, sensuales, bailadoras de cumbia.

Además, como dice mi amiga Gabriela (que también estuvo a punto de ser lapidada en la vía pública por los lados de Bucaramanga), si nos vamos a poner a ajustar cuentas de hogares destruidos, en Venezuela también se conocen muchos casos de colombianas que acabaron con unos cuantos matrimonios. Entonces, lo que es igual no es trampa.

Lo malo es que terminé yo pagando los platos rotos y eso que en los seis meses que pasé en aquellas tierras lo que tuve fue un largo y ardiente verano. Lo único que hice fue trabajar como una mula. ¡No te digo yo!”

“marcianitos” en la calle. Me aclaró Ramón que son los que llamamos “chupi-chupi”, “duro frío”, “bambi” o

madurado, porque si no, es capaz

consola de videojuegos y, lo peor, es que el Gobierno es capaz de dársela

La carne es débil, pero el precio es FUERTE

Cuando los funcionarios

de Trumpse reunieron

con los militares golpistas

venezolanos, dijeron: “Pero si ustedes son los mismos del 11 de abril de

2002. Ustedes no aprenden”.

La gallinala Jabada puso un huevo enla quebrada, puso uno,puso dos,puso tresy se hizo

millonariay se dejóde eso.

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