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En la actualidad la sociedad, a través del proceso de la modernidad y la
globalización, se han vivido grandes cambios, trayendo consigo diversidad en las
nuevas problemáticas sociales, nuevas necesidades y nuevos posicionamientos
del sujeto en colectivo.
Se ha generado un mundo competitivo, aseladero, lleno de divergencias e
inestabilidades en una serie de ámbitos. Es así, como la desintegración y el poder
del capital financiero, terminan esquivando los valores comunitarios, la justicia, la
equidad y la igualdad de oportunidades. Por tanto, las personas terminan insertas
en un “mercado que provoca el deterioro de las condiciones de vida, acentuando
la desigualdad y reduciendo la equidad” (Faleiros; 2003: 58).
Asimismo, en Chile, la instalación de las nuevas problemáticas sociales o
de la nueva cuestión social se constituyen tras la multiplicidad de transformaciones
impulsadas a nivel global, y que, en relación, con la dictadura militar, suscitaron la
ruptura del sistema de bienestar, la fragmentación social, las políticas públicas
focalizadas, y en definitiva la minimización del rol del Estado a la de un mero
subsidiador que interviene de manera secundario en la realidad social, cultural,
económica y laboral.
Desde este nuevo panorama social es donde pertenece y permanece el
Trabajo Social, como una profesión que por definición se vincula a las
necesidades y bienestar social de las personas. Es así como el Trabajo Social
“forma parte, y es al mismo tiempo, expresión de una determinada sociedad; por lo
tanto, participa del proceso de producción y reproducción de ésta”. (Cavalleri y
Parra; 2007; 3)
Es más, desde el Estado, en función de enfrentar las necesidades de la
población afectada por la tención globalizadora, se presenta de diversas maneras,
dependiendo históricamente, de los lineamiento que asume el Estado en el ámbito
social, localizando y limitando a esta disciplina en su campo laboral.
“El Trabajo Social, se institucionaliza como disciplina y profesión a partir del
momento en que el Estado moderno asume e implementa una respuesta
organizada frente a la cuestión social, ubicándose en un rol mediador entre los
llamados problemas sociales y los recursos del Estado”. (Leblanc; op. cit.: 3).
Es así como El Trabajo Social, a la mirada del colectivo marca su presencia
históricamente como el lazo de unión entre Estado/sociedad, siendo, desde la
praxis, el primer agente de contacto con la situación problema generada por la
nueva cuestión social, situación que a nivel sectorial se aborda directamente a
través del trabajo realizado por las Municipalidades.
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Por Municipalidad se entenderá: “…corporaciones autónomas de derecho
público, con personalidad jurídica y patrimonio propio, cuya finalidad es satisfacer
las necesidades de la comunidad local y asegurar su participación en el progreso
económico, social y cultural de las respectivas comunas. (Capítulo XIV: Gobierno
Y Administración Interior Del Estado, Administración Comunal, Artículo 118)
Las municipalidades, para el cumplimiento de sus funciones, podrán crear o
suprimir empleos y fijar remuneraciones, como también establecer los órganos o
unidades que la ley orgánica constitucional respectiva permita. (Capítulo XIV:
Gobierno Y Administración Interior Del Estado, Administración Comunal, Artículo 121)
El Trabajado Social, se encuadra como una de las disciplinas que se
inserta de manera protagónica dentro de las municipalidades, aportando al
cumplimiento de objetivos institucionales y comunales. Pero siendo uno de los
personajes que menos se valorizados, plasmándose desde las oportunidades de
crecimiento profesional y las condiciones contractuales.
A lo anterior, las municipalidades se encuentran facultadas para realizar
contratación en diversas modalidades La Ley Nº 18.883, Estatuto Administrativo
para Funcionarios Municipales, establece todo el marco jurídico aplicable a las
personas que se desempeñan en una municipalidad. Las formas como alguien
puede prestar servicios para una municipalidad contemplan las siguientes
modalidades: A) Cargos de planta, B) Cargos a contrata. C) Cargos bajo Código
del Trabajo. D) Contratación a honorarios. Todas estas modalidades en
condiciones contractuales, oportunidades de crecimiento profesional y laboral
desiguales dependiendo del tipo de contratación. Desde este punto es donde se
genera un quiebre dentro del clima organizacional, acrecentándose las
divergencias por el acceso a los beneficios que impulsan a la motivación y
desarrollo de los profesionales que se desempeñan en los Municipios.
Es así, como el actual panorama laboral, se vincula a la presencia de
subcontrataciones, de contratos con plazos fijos y remunerados bajo la modalidad
de honorarios. Es decir, se está en presencia de empleos temporales, con bajos
salarios y desprotección social, que complejizan la estabilidad y proyección laboral
de los profesionales, en este caso, del Trabajo Social, lo cual repercute en su
imagen pública y en su autoimagen. Generando disconformidad y frustración al
considerar que no existen posibilidades de crecimiento laboral y profesional dentro
de la institución.
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Situación, que desde el Programa de Trabajo Decente de la OIT es abordad
en profundidad, visualizando lo laboral, no tan solo como el ingreso económico
que perciba el sujeto, si no que, utiliza el término de trabajo decente como aquel
“trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, en el
cual los derechos son protegidos y que cuentan con remuneración adecuada y
protección social”. (OIT, 1999ª: 4).
Desde esta definición, toma fuerza el papel que juega la organización y la
sociedad en su conjunto con el fin de entregar las condiciones necesarias para
que sus subordinados puedan rendir y sentirse a gusto en su lugar de trabajo,
aportando a que sus trabajadores logren cubrir parte de esta necesidad de
sentirse realizados y motivados con su labor. Reivindicando el trabajo como parte
primordial en lo que concierne a la realización de las aspiraciones, individuales y
profesionales de cada uno de nostros.
Es preocupante que por un lado mantengamos el sentimiento de
desigualdad e insatisfacción laboral y que de parte la de organización que nos
cobija no se concientice al respecto, por ello es relevante conocer la situación
laboral que presentan actualmente los profesionales del trabajo social, insertos en
la Municipalidad de Lautaro.
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Dificultades institucionales: Ya que nuestros informantes se desempeñan en diversas funciones en la Municipalidad de Lautaro, es importante contar con las autorizaciones correspondientes; por una parte del Alcalde y con cada jefe de unidad en la que se encuentren insertos nuestros sujetos de estudio.Al no contar con dicha autorización las principales dificultades que derivarían ésta, serían: dificultades en el acceso al sujeto de estudio, disponibilidad de espacio físico donde realizar la recogida de información, dificultad en el acceso a la información desde la institución.
Dificultades de tiempo, etapas y duración del estudio: Compatibilizar en el proceso de investigación los horarios laborales de los investigadores con el proceso de la recogida de la información lo que influiría en dar respuesta, según calendarización, para cada etapa del proceso.
Bibliografía
Faleiros, V. 2003. Estrategias de Empowerment en Trabajo Social. Buenos Aires – México: Grupo Editorial Lumen Hvmanitas.
Caballeri S, Parra G. (2007). Las prácticas en la formación y en el ejercicio profesional. II Congreso Nacional de Trabajo Social y Encuentro Latinoamericano de Docentes, Profesionales y Estudiantes de Trabajo Social. Recuperado de http://www.pefts.unlu.edu.ar/sites/www.pefts.unlu.edu.ar/files/site/Cavalleri-Parra%20Tandil%202007.pdf.
Constitución Política del Estado, Capítulo XIV: Gobierno Y Administración Interior Del Estado, Administración Comunal. Artículo 121)
Ley Nº 18.883, Diario Oficial de la república de Chile, Santiago, Chile, 22 de diciembre de 1989.