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Texto en castellano

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Hacia un modelo de gestiónúnico

Era una decisión largamente esperada por muchos sectores de lasociedad catalana. Prácticamente un año atrás, concretamente el29 de noviembre de 1999, el Diario Oficial de la Generalidad deCataluña publicaba el Decreto 297/1999. Por éste se suprimía laDirección General del Medio Natural del Departamento de Agri-cultura, Ganadería y Pesca y sus funciones en materia de conser-vación de la naturaleza se atribuían a la DirecciónGeneral de Patri-monioNatural yMedio Físico delDepartamento deMedioAmbiente.Por último, se impuso la lógica: era necesario un modelo únicode gestión para los espacios naturales de Cataluña, sean públi-cos o privados. Desde entonces, la gestión del patrimonio natu-ral se encuentra en período de transición. Se está poniendo ordena la espera de la creación de la Agencia Catalana de la Natura-leza, el organismo que deberá unificar y pilotar la gestión del patri-monio natural del país.En este contexto de cambio y en este momento de oportunidadse sitúa el número deMediAmbient. Tecnologia i cultura que tienenen susmanos. En los últimos años, lamayoría de los espacios natu-rales han sidomaltratados, no ha habido una política única y cohe-rente. Ahora Cataluña tiene una oportunidad única para adoptarlas últimas tendencias en gestión y poner en marcha una políticaimaginativa para proteger y preservar no sólo los espacios natu-rales, sino también el conjunto del territorio.En lo que se refiere al contenido de este número, en primer lugarMartí Boada y Mónica Rivera, del Centro de Estudios Ambienta-les de la Universitat Autònoma de Barcelona, repasan la evoluciónde la idea de conservación, desde las "reservas" creadas en Meso-potamia hastamediados de los años 70, cuando llega la democraciaa nuestro país. Los autores inciden especialmente en el macizo delMontseny, paradigma del proteccionismo en Cataluña.El geólogo y experto ambiental Josep Maria Mallarach analiza lasúltimas tendencias en gestión, donde cada vez pesanmás los crite-rios ecológicos cuando se trata de definir las políticas de protec-ción.

El Parque del delta del Ebro es un espacio natural caracterizadodesde siempre por la gran actividad humana que se ha desarro-llado en su seno. Rafael Balada, director del parque, explicacómo se ha conseguido que los vecinos de la zona sientan y defien-dan el parque como un valioso patrimonio tras una historia llenade tropiezos.Los espacios naturales protegidos son ámbitos muy apropiadospara la investigación y, en muchos casos, se han convertido eninstrumentos indispensables para el progreso de la ciencia. JaumeTerradas, investigador del CREAF de la Universitat Autònoma deBarcelona, profundiza en el papel que desempeñan estos espaciosen el fomento de la investigación.Más de 2,6 millones de afiliados y un presupuesto anual de 50.160millones de pesetas convierten al National Trust británico en unade las organizaciones no gubernamentales del ámbito de la conser-vaciónmás importantes delmundo. Richard Ellis explica estamodé-lica experiencia. La entrevista, habitual en cada número, tienecomoprotagonista a Lluís Paluzie, presidente del Consejo de Protec-ción de la Naturaleza y persona con un peso importante en la histo-ria de la protección en Cataluña.Por último, el abogado Ignasi Doñate repasa la realidad legisla-tiva sobre el tema que presenta el número veintisiete de MediAmbient. Tecnologia i Cultura.•Lluís RealesDirector deMedi Ambient. Tecnologia i Cultura

Editorial

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El origen de los espacios naturalesprotegidosMartí Boada. Mònica RiveraCentro de Estudios Ambientales. Departamento deGeografía. Universidad Autónoma de Barcelona

Los autores repasan la evolución de la ideade conservación, desde las “reservas”creadas en la antigua Mesopotamia hastalos primeros referentes proteccionistasinciados en nuestro país. También seabordan los primeros vestigios de laplanificación territorial en Cataluña y larevolución ambiental de los años 60, llave depaso al proteccionismo actual.

Existe la aceptación generalizada de que la proteccióny conservación de espacios naturales, tal como lasentendemos hoy en día, se inician durante la segundamitad del siglo XIX con la creación del Parque Nacio-nal de Yellowstone, en los EstadosUnidos. A partir deeste acontecimiento, el arranque de las figuras deprotección con tiempo, intensidades y situacionesgeohistóricas diferentes, no se ha detenido. Un obje-tivo, la creación de espacios naturales protegidosque en la historia del conservacionismo tiene oríge-nes y motivaciones diversos. Los objetivos de losmás antiguos eran mayoritariamente venatorios. EnCataluña encontraríamos este origen en los espaciosde caza de condes reyes y en los tratados de halco-nería. Un ejemplo de ello es la primera colección zooló-gica documentada del rey Juan I el Cazador, conser-vada dentro de un cercado de olivos del palacio. Enun contexto civilizado diferente, aunque no ajeno,HernánCortés comenta en su diario que en su primeravisita al Palacio de Moctezuma II en Tenochtitlan leimpresionó la representación viva de diversos hábi-tats con muestras de la flora y la fauna del imperioazteca.La referencia más antigua de creación de ciertas "reser-vas" sehadocumentadoenlaantiguaMesopotamia,cunade tresgrandescivilizaciones: sumeria,babilónicayasiria,con importantesconocimientosdeagricultura, jardinería,ganaderíaypesca.Algunosreyesmesopotámicos implan-taron las primeras reservas de animales para la prácticaprivilegiadade lacaza, seguramentese tratade lasprime-ras "figuras"deunespacio territorial sometidoaunaorde-nación para su uso lúdico (Boada, 1997).En lo referente al conocimiento del medio natural y alpapel que desempeña en el equilibrio y la salud delos individuos, esHipócrates (460-375a.C.)quien realizalas "primeras auditorías ambientales" planteando quepara entender la salud de los individuos y del conjuntode la sociedad es necesario estudiar la naturaleza delmedio que les rodea: "Cuando se llega a una ciudadovillahayqueobservar la situacióndel lugarconrespectoa los vientos, también sus aguas, si son zonas panta-nosas, si sonblandasoduras, si se encuentra enun lugarelevado o llano, cómo es la flora que le rodea".Durante la romanización, como resultadodel aumentode la movilidad y de la capacidad de transformar elmedionatural, apareceunaprimera "ordenación" urba-nística y del territorio. Catón establece las primeras cali-ficaciones del suelo con el fin de ordenar y vertebrarel territorio (véase Figura Catón, pág. 5).El geógrafo e historiador Estrabón (63 a. C. al 19 a. C.),en su Geographika, probablemente impresionado porlosrasgosdensosycerradosdelospaisajesibéricos,destacaelcarácterextensivamenteselváticodelaPenínsulaIbérica.Estrabónhaceunasprimerasdescripcionesdesussistemasnaturalesdiciendoque:"Iberiatienemuchoscorzosycaba-

llos salvajes. Los de Emporion fabrican lino y su país enparteesbuenoyenparteesmalo,conjuncovastoeinútil".También son interesantes las descripciones sobre el patri-monio natural ibérico recogidas por el sabio Plinio elViejo cuando fue procurador de la Bética. En su HistoriaNaturalcitaunodelosprimerosejemplosde"delitoecoló-gico"; dice que se honraba tanto a las cigüeñas por lacantidad de serpientes que capturan y se daba pena demuerte a quien las matase.

Ordenación y maltrato de los bosques

Otraaportaciónnotoria laconstituye laobraDererustica,del autor hispano romano Columela, donde se recogenlos conocimientos de los clásicos en materia agraria yforestal, yseelabora loquepodemosconsiderarelprimertratado de buenas prácticas agrícolas y forestales.En el año 800, aparece un tratado primerizo sobrela necesidad de conservar y mejorar los bosques, elCapitullare de Villis. Se trata de una Ordenaciónvisigótica sobre las posesiones reales, que mani-fiesta la preocupación por la gestión y conservaciónde los recursos forestales: "Nuestros bosques debencustodiarse con diligencia. No se puede permitirque los bosques, allí donde sean necesarios, sufranagravios por talas excesivas. Se debe favorecer la plan-tación de: enebrina,manzanos, perales, ciruelos, serba-les blancos, nísperos, castaños, avellanos, almendros,moreras, laureles, pinos, nogales y cerezos".Durante el largo proceso de feudalización han exis-tido períodos históricos en los que se han promul-gadomedidas políticas con un impacto negativo sobreel medio. No nos extenderemos en este punto, peroquede como ejemplo la orden promulgada por elvirrey García de Toledo en 1561, de quema sistemá-tica de los bosques situados cerca de los caminosde tránsito importantes y, si procede, de todos losdemás bosques del Principado, ya que constituyenun refugio inexpugnable de bandoleros. Felipe II cele-bró la acción "por el buen sosiego y quietud que pusoen el Principado y el Condado" (J. Reglà, 1962).El aumento demográfico y el impacto humano en elterritorio son el origen de los primeros espacios some-tidos a un cierto "régimen de protección". La sobreex-plotaciónde losbosquespor la crecientedemandasocialy el fuerte consumodeproductos forestales en el sectordoméstico, artesano,marinero y protoindustrial, expli-can la aparicióndeundocumentonormativoquequiereponer orden a los abusos y que apunta la organiza-ción de una incipiente "administración forestal". Estaprimera legislaciónpara la "ordenacióny conservación"de los bosques en Cataluña se conoce como las Orde-naciones forestales o la Ley de bosques de Solsona(1627). El documento empieza así: "Se han cometidomuchosgrandesexcesosenesta extracción, excediendolos límites (...) Su excelencia (...) prohíbe (...) quenadie(...) intente quitar las marcas ni señales de los árboles(...) ni quiera cortar estos árboles señalados". Este ampliodocumento normativo regula la tala, el carboneo, lafabricación de pez... Penaliza los abusos: incendios yotras prácticas consideradas abusivas.

Cambios en las relaciones sociedad - naturaleza

No obstante, hay que tener en cuenta que hasta bienavanzada la Ilustración, a finales del siglo XVIII, la idea

multisecular sobre los recursos naturales era que éstos,por motivos divinos o sobrenaturales, eran inagota-bles; dominaba la creencia de que el providencialismoamparaba y regeneraba los recursos naturales some-tidos a cualquier forma de explotación por parte dela sociedad, la idea de un límite era inexistente. Lacontinuada explotación de los bosques y la fuerteregresión asociada a la superficie forestal durante elsiglo XVIII explicarían la aparición del documentodel marqués de la Ensenada, firmado el 31 de enerode 1748. Este documento, con forma de orden real,regula la explotación y la conservación de los bosques.De esta ordenanza para el fomento, cultivo y conser-vación de los bosques, destaca la exigencia explí-cita de que cada vecino, en todo el país, debe plan-tar tres árboles por cada árbol talado además delque le corresponde al año como vecino; se eximede esta obligación únicamente a las viudas pobres ya los niños. La implantación de esta norma hará, comohemos podido documentar, que en algunas villas, poracuerdo municipal, aumente hasta cinco el númerode árboles que cada ciudadano debe plantar antes deque termine el año.El decreto explica que: "Para que las actividades debosque se realicen correctamente, las plantadas, podasy talas se harán con los métodos más convenientes,y se recomienda que cada pueblo disponga de unlugar para plantar bien descubierto al sur y protegidode los vientos del norte donde se planten los hayu-cos y bellotas más grandes y sanos de los árbolesmásrobustos, que no se arranque la hierba ni la grama,para quemantengan la humedad y el rocío del verano".En lo referente a las talas y las podas, se indica la épocadel año adecuada y el modo en que debe cortarsepara no herir al árbol. Manda que se castigue con rigora los que talen o corten árboles sin permiso y de formagrosera. Siempre será necesario el permiso de tala yse destaca la necesidad de aumentar el cultivo y lacantidad de bosques. De este destacado documentoderivan los primeros inventarios forestales, que gestionala que puede considerarse la primera guardería fores-tal y que, curiosamente, serán los denominados Comi-sionados deMarina, un cuerpo de agentes que estarápresente a través de un representante en las princi-pales villas forestales del Principado, y que son quie-nes se encargan de los controles, inventarios fores-tales y, si procede, autorizan su tala.Ahora bien, no será hasta finales del siglo XVIII, quese darán las primeras propuestas, más o menos bienconstruidas, orientadas hacia planteamientos quese pueden considerar precursores del conservacio-nismo. A escala europea, la revolución industrial tendráya en sus primeros estadios un impacto extraordi-nario sobre los bosques. Aparece un esbozo concep-tual de la naturaleza en el pensamiento occidental,que se recoge en tres grandes visiones generales (Glac-ken, 1967; Goudie, 1990):Visión teleológica. Es decir, la creencia en unaentidad suprema que gobierna los ritmos de lanaturaleza y los ritmos de la sociedad. Coincidecon el providencialismo sobrenatural (Urteaga,1993).Visión determinista. Es decir, la idea de que las condi-ciones naturales son responsables de la evolución delas sociedades humanas. Este propósito ya fue formu-lado por Montesquieu.

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Visión antropocéntrica en el sentido que, invirtiendoel orden de la visión determinista anterior, son lassociedades humanas las que influencian y, en ciertamanera, gobiernan cada vez más los ritmos ambien-tales, y no al revés. Esta visión surge no tanto de lareflexión filosófica, como podría ser el caso de las dosanteriores, como de la experiencia práctica, al obser-var los primeros grandes efectos de la deforesta-ción.No se puede pasar por alto que Humboldt pondráde relieve en su obra Ensayo sobre laGeografía de lasPlantas y el Cuadro Físico de las Plantas algunas delas modificaciones introducidas por los humanosen los sistemas naturales. Esta primera obra de geogra-fía ambiental la dedicaría a su contemporáneoGoethe,con quien compartiría algunas de las tertulias que ésteúltimo organizaba en las que se mezclaban artistas,poetas, escritores y científicos. En torno a estos cená-culos del Romanticismo alemán encabezados porGoethe, Humboldt tendría una influencia notoriaen el despertar de los estudios para la gestión delos recursos naturales. En este contexto surge unperso-naje que tendrá un papel significativo en el estable-cimiento de las bases más incipientes de las cien-cias de la conservación al formular la necesidad deorganizar la explotación racional de los recursos natu-rales: Heinrich Cotta (Boada & Saurí, 1999).Cotta fue el fundador del Instituto de Ordenaciónde Tharandt, la primera escuela forestal y en la quese formaría Agustín Pascual, fundador de la Escuelade Montes en Villaviciosa de Odon, a principios delsiglo XIX (Gómez, 1992). Las primeras promocio-nes de estas instituciones se nutren de un elevadoporcentaje de jóvenes procedentes del mundo ruralcatalán (Boada 1996). Una vez finalizada la forma-ción, algunos de ellos—Bosch i Julià, hermanos Josepy Ramon Jordana, Sebastià Soler, Primitiu Artigas,Joaquim Castellarnau—, harán las primeras aporta-ciones a la gestión de recursos forestales, repoblaciónde cabeceras, fijación de dunas, etc. La visita a losEE.UU. de Josep Jordana —años 1876 y 1877— y,posteriormente, de Rafael Puig i Valls —1893—, lespondría en contacto con las primeras formulacio-nes proteccionistas: la instauración de la Fiesta delÁrbol en el Estado de Nebraska en 1872 y la crea-ción el mismo año del primer parque nacional delmundo: Yellowstone.

Necesidad de proteger

En los EE.UU., durante la segundamitad del siglo XIX,la explotación indiscriminada de tierras y bosquesmotivó la aparición de una corriente conservacionistaen el seno de las instituciones federales del país. Elobjetivo principal era preservar ciertas áreas de lapresión colonizadora, con la idea de dejar de consi-derar que la naturaleza es ilimitada y pasar a conce-birla como un patrimonio que es necesario conservarpara las generaciones siguientes (Saurí, 1993). El espa-cio protegido se concebía como un santuario de lanaturaleza, intocable para el hombre, paramantenerlo"virgen". Con esta idea se creó el parque nacionalmásextenso ymás visitado de los EstadosUnidos, Yellows-tone.Siguiendo la línea de Cotta, en nuestro país la figuradel ingeniero forestal tarraconense, Rafael Puig i Valls,

jugará unpapel pionero con sus aportaciones a la gesta-cióndel conservacionismoy la concienciación ambien-tal. En1884, este tarraconense, ante la continuae intensadestrucción de los bosques, formó parte de una comi-sión integrada por él y otromiembro del InstitutoAgrí-cola Catalán de Sant Isidre, y dos más de la Asocia-ción Catalanista de Excursiones Científicas, paraorganizar una liga para la defensa del medio natural,frente a la tala abusiva de bosques, con el fin de quese creasen disposiciones legales indispensables parala protección, conservación y recuperación de paisa-jes forestales. El primer trabajo de esta comisión fuela redacción deunproyecto de repoblación de la sierrade Collserola. Nos encontramos, con lo que, con todaprobabilidad, constituye uno de los primeros agru-pamientos conservacionistas del país.Fue él quien dio a conocer el 21 de septiembre de1898 en el artículo "La Pàtria i l’arbre", publicado enLa Vanguardia, la Fiesta del Árbol. A pesar de ello,la idea de instituir la repoblación desde una pers-pectiva de vinculación social o popular ya la hemosmencionado anteriormente con laOrden firmada porel marqués de la Ensenada en 1748.La primera Fiesta del Árbol se celebró el 30 de abrilde 1899 en Barcelona. Este homenaje popular al árbolresulta de diferentes antecedentes, como el citadoanteriormente del marqués de la Ensenada y, conmucha probabilidad, es una consecuencia de la visitade Puig i Valls a los EE.UU. en 1893 a raíz de la expo-sición universal celebrada enChicago.Durante la largaestancia en la que recorrieron diversos estados, pareceser que conocen la celebración del Tree Day —cele-brada por primera vez el 10 de abril de 1872 en elEstado de Nebraska. Esta fiesta tiene la finalidad dedesplegar una iniciativa de amplia implantación popu-lar destinada, por un lado, a la recuperación de super-ficie forestal, y, por el otro, a estimular entre los ciuda-danos el amor al árbol y el símbolo de arraigamientoa la nueva patria (Boada, 1995).Inmediatamente después de la puesta en marchade la Fiesta del Árbol, Puig i Valls abrió el caminode la protección de los espacios naturales y se convir-tió en precursor del conservacionismo en Cataluñay el conjunto de España, con la propuesta de crea-ción de un espacio natural protegido. Concretamente,con fecha del 6 de abril de 1902, presenta las basesdel proyecto del Parque Nacional de la Montaña deMontserrat y sugiere la necesidad de aplicar la mismafigura a las sierras del Tibidabo y del Montseny; altiempo que propone la declaración de lugar de inte-rés para el Cabo de Creus (Boada, 1995).

Primeros referentes proteccionistas en España

Como se ha dicho, los orígenes de la política de conser-vación en España están relacionados con una esferapredominantemente forestal, heredera de la tradiciónforestal vinculada al proceso de desamortizacióndel siglo XIX. El forestalismo encuentra en la defensade la integridad del paisaje y de los valores natura-les un campo en el que desarrollar sus aspiracionesnaturalistas, conservacionistas, patrimonialistas yeducadoras. La idea de los espacios naturales prote-gidos se convierte en uno de los puntos de conver-gencia privilegiados de un conocimiento forestal tantocientífico como cultural y divulgador (Gómez, 1992).

La primera figura de protección específica nace el 7de diciembre de 1916, fecha en que se aprueba enel ámbito español, la Ley de parques nacionales (envigor hasta el año 1957) 1. Y el 23 de febrero de 1917se crea, por Real decreto, la Junta de Parques Nacio-nales, el organismo gestor. Esta etapa la protago-nizó Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, marqués deVillaviciosa, en Asturias, promotor de la ley y primercomisario del Servicio de Parques Nacionales deEspaña. Pidal, que sintoniza con las ideas forestalis-tas del siglo XIX, establece una relación causal entreel empobrecimiento de la nación y la desaparición delasmasas boscosas (Fernández, 1998). No es de extra-ñar que los primeros parques nacionales sean en suorigen reservas forestales, y que estén inspirados,en ciertomodo, en el movimiento higienista y antiur-banista de los primeros decenios de este siglo. El padrede los parques nacionales españoles sostiene que"la virginidad de la naturaleza conservada es lo querepresentan los parques nacionales; cuantomenos selos toque más vírgenes serán".La presentación y defensa de la Ley de parques nacio-nales se produce en un contexto político y socio-económico complejo, tanto en el ámbito europeo—trasfondo de la Primera Guerra Mundial, la Revo-lución Rusa— como estatal —grandes huelgas. Pidalno cree que los asuntos ecológicos tengan que espe-rar ante cuestionesmás importantes (Fernández, 1998).Las líneas fundamentales de su política proteccionista(basada en paisajes de alta montaña y bosques) son:la función turística—fuente de divisas—, y recreativa–para el disfrute de los ciudadanos.Puig i Valls y Pedro Pidal comparten los planteamientosregeneracionistas, ambos creen que la educaciónen el respeto al medio, y la recuperación del modelonatural son la única salida para un país hundido porel fracaso colonial del 98.

Cataluña: primeras denuncias y respuestas dela sociedad catalana a las agresiones al medionatural

Al margen del contexto forestalista de Puig i Valls,la tomade conciencia sobre la destrucción de los paisa-jes en Cataluña encuentra el punto de partida en elRenacimiento, movimiento que impulsa el interés porlas ciencias, las letras, el arte y el conocimiento delpaís, proyectándose a través de diversas asociacionese instituciones, y de manera muy particular en tornoa una nueva forma de aproximación a la naturaleza:el excursionismo. La fundación, en 1876, de la Asocia-ción Catalanista de Excursiones Científicas, precur-sora de este movimiento y más adelante, en 1891,convertida en el Centro Excursionista de Cataluña,marca una nueva etapa en el conocimiento natura-lista del país y potencia un nuevo uso social de lospaisajes a través del excursionismo.La primera denuncia documentada la encontramoscon Antoni Massó —1879—, considerado uno delos pioneros del excursionismo, fundador de la Asocia-ción Catalanista de Excursiones Científicas. Éste advir-tió que en el Montseny: "se debe evitar la destrucciónde estosmagníficos bosques de hayas colosales, gigan-tes de la vegetación, tan poéticos como útiles".Estos primerizos defensores de la naturaleza, con todaprobabilidad, estaban influenciados por las aporta-

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ciones de los "primeros naturalistas" catalanes, delos cuales Joan Salvador i Boscà fue el primer miem-bro de una saga de boticarios que iniciaron los estu-dios sistemáticos de la flora del país a principios delsiglo XVII. Esta búsqueda continúa a lo largo de todoel siglo XVII y parte del siglo XVIII con su hijo Jaime ysus nietos Joan y Josep. El interés por el conocimientodel medio natural conducirá a la creación, en 1899,de la Institución Catalana deHistoria Natural, fundadapor SalvadorMaluquer, JosepMas de Xaxars y AntoniNovellas. Entidad pionera en el estudio y defensade la naturaleza afortunadamentemuy activa y actual-mente renovada, con cien años de trabajo continuado,que ha desempeñado el papel de aglutinadora delos estudiosos de las diversas disciplinas de conoci-miento del medio natural.En 1894, elmeteorólogoDionís Puig ofreció una confe-rencia en el Centro Excursionista deCataluña, quemásallá de la simple proclama, apunta una hipótesis decambio global, expone su teoría del modo en queha cambiado el régimen meteorológico, manifestán-dose este cambio global en un descenso de tempe-raturas y de las precipitaciones como consecuencia dela deforestación de los bosques. Defiende que la defo-restación en el ámbito local es la responsable de lasinundaciones enel llanodeBarcelona. Eneste contexto,Dionís Puig pidió que se actuase para frenar las talasabusivas a que se veían sometidos los bosques del paísy defendió la iniciativa de Puig i Valls de implantarla Fiesta del Árbol (Boada, 1996).En el paso al siglo XX se produce un hecho que cons-tituirá un antecedente histórico en la política de conser-vación en Cataluña, se trata de una propuesta quela Sociedad Cívica La Ciutat Jardí 2 de Barcelonallevó al III Congreso Excursionista Catalán, celebradoen Tarragona en abril de 1914, en el que pedía a laDiputación unPlandeReservasForestales ydeParquesNacionales en Cataluña (Fernández, 1998).En 1921, en el boletín del Centro Excursionista deCataluña se dio la voz de alarma sobre la venta delbosque del Gressolet, en el Alt Berguedà. Se reivin-dica un parque natural para proteger la belleza yriqueza del bosque ante la amenaza de una tala,alegando una devastación de los campos cultivadosribera abajo causada por la no retención del mate-rial rocoso en caso de lluvias torrenciales. La intensacampaña de salvación que llevó a cabo el CEC consi-guió conservar la masa forestal.

El Montseny, un paradigma del proteccionismo

El macizo del Montseny ha sido un ejemplo para-digmático de la sensibilidad popular defensora deunos valores paisajísticos singulares, y de las inter-venciones públicas en el campo de la conservación.La historia de su conservación tiene el valor de unindicador extrapolable y no de un análisis local, poreso, ponemos en ella un especial énfasis, porquesu análisis nos demuestra demanera significativa unafracción notoria de la historia de la conservación desdela perspectiva de los diferentes actores.Las demandas sociales para su protección estimula-ron la participación de los poderes públicos paraconseguir un régimen legal de protección de este espa-cio, que en una tímida figura, la del Patronato deMontaña, constituye en Cataluña la primera figura

legal de protección de una fracción de territorio porsus valores paisajísticos. A finales de los años setentase convertirá en parque natural, y, casi simultánea-mente (1978), a través del programaHombre & Bios-fera de la UNESCO, pasará a formar parte de la redmundial de Reservas de la Biosfera, la primera enCata-luña.Sin embargo,mucho antes, a finales del XVIII, las reser-vas forestales del Montseny, constituidas básicamentepor abetos, hayas, robles, pinos silvestres, encinas ycastaños, quedaron sometidas a la jurisdicción delEstado, junto con los bosques de Tortosa, La Selvay L’Empordà (Aragón, 1964)—siguiendo la corrienteilustrada iniciada por la dinastía borbónica y concre-tada en una política de protección y fomento de laMarina Real, mediante la Ordenanza de montes delaño 1748.El primer intento serio de dotar al Montseny de unafigura legal de protección, se deriva del estudio reali-zado en 1922 por el botánico Pius Font i Quer, enel que propone que el macizo sea declarado parquenacional, esta propuesta se encuentra recogida en lasCrónicas Oficiales de la Mancomunidad de Cata-luña. Esta institución habíamanifestado su interés porla creación de parques con motivo de la publica-ción de la Ley de 7 de diciembre de 1916 y el Decretode 23 de febrero de 1917 que definían y creaban losparques nacionales y lugares de interés nacional,en el ámbito español.Para su cumplimiento debían darse a conocer a laDirecciónGeneral de Agricultura, Minas yMontes losespacios merecedores de especial atención a travésdel ingeniero en jefe del Distrito Forestal Provincial.En este contexto administrativo, diversas entidadesy sociedades hicieron algunas propuestas y así fuecomo el Distrito propuso la creación de dos parques:Montserrat y Montseny. La Mancomunidad encarga-ría la realización de algunos estudios, que constitu-yen el primer corpus de trabajos interdisciplinariospara la creación de un espacio natural protegido,por su interés, veamos algunos ejemplos:

Montseny, Parc Nacional [Montseny, Parque Nacio-nal] por el botánico Dr. Pius Font i Quer:"La finalidad del Parque Nacional del Montseny esconservar la vegetación y fauna actuales de lamontaña,evitando que puedan ser destruidos o modificadospor el hombre (...) El Montseny, desgraciadamente,ha estadomuy sometido a la intervención del hombre;así, el Parque Nacional no sólo debería conservaraquello que existe, sino restituir todo lo que se hadestruido (...)"

Orientacions per al futur Parc Nacional [Orienta-ciones para el futuroParqueNacional] por el zoólogoIgnasi de Segarra:"(...) EsteMontseny que es tierra de carboneros y reba-ños, de bosques densísimos y cobijo de reliquiasmuypreciadas para nosotros, vale la pena que hagamostodo lo posible para conservarlo (...)". Este recono-cido naturalista, en 1927, publicará en la revista Cièn-cia, el excelente artículo: "El Montseny (Glossa delsvalors naturals de la contrada)" [El Montseny (Glosade los valores naturales de la región)] que se conver-tirá en un referente obligado de cara a la futura protec-ción del macizo.

Memòria [Memoria] por el secretario de la Escuela deBellas Artes, Llorenç i Artigues:"El Montseny es la representaciónmás rica de la tierracatalana (...) Su posición geográfica le da un empla-zamiento especial y único que le hace centro de conver-gencias (...) todos los terrenos contribuyen al alza-miento representativo del Montseny, que es latransfiguración catalanísimadel Pirineo (...) Lamontañacada día esmás vecina de la ciudad.Dos factores deter-minan con rapidez este acercamiento: lamayor exten-sión urbana del núcleo ciudadano y la mayor acce-sibilidad de losmedios de comunicación que unen laciudad de Barcelona con la montaña del Montseny.Barcelona no ha sido inteligente en la construcciónde sus parques ni en la urbanización de las montañascercanas. La invasión ciudadana es para la montañaun peligro (...) Únicamente existe un remedio quese oponga a la desagraciada invasión, y, por otra parte,a la necesaria invasión. Este remedio es la interven-ción. Ningún laboratorio se ofrece más magnífica-mente a la vasta empresa como el intento de apor-tar la intervención de la ciudad en la montaña delMontseny, en el intento por convertir el Montsenyen parque nacional. La fusión de todas nuestras técni-cas en la obra común de civilizar inteligentemente atoda una montaña, puede ser un gran paso, puedemarcar una etapa venturosa en el curso del pensa-miento catalán y de la vida social de Cataluña".

Montseny, Parc Nacional [Montseny, Parque Nacio-nal] por el arquitecto Serafí Bassas:"(...) Este monumento de la naturaleza de Cataluñahay que conservarlo intacto y guardarlo (...) Unavez salvado, hay que hacer de él un hogar amablede nuestra cultura y de nuestra ciencia, por estemotivo,la solución más segura es la rápida declaración deorganización del Montseny como parque nacional.Así se ha convertido nuestro Montseny en nuestramontaña nacional; Barcelona ha hecho que fuese unaextensión ciudadana, su jardín demontaña. El aspectomás completo de la montaña es, sin duda alguna, elbotánico. También podemos decir que ningún aspectopeligra tanto como el botánico. De los ejemplaresmásantiguos de hayas, hace poco han caído losmás bellos.Elmagnífico abeto va cayendo al trágico son del cantodel hacha.Es una buena prueba, el haber sido imposible encon-trar varias de las especies recogidas por el botánicoCosta en el famoso herbario de la familia Salvador (...)"

Camins del Montseny [Caminos del Montseny] porel diputado Lluís Duran i Ventosa:"(...) Se impone hacer posible y hasta fácil el accesoa los puntos pintorescos de nuestro país. (...) Para ello,basta con construir caminos carreteros, caminos porlos que puedan pasar los carros necesarios para losservicios de las maserías y los pasajeros que quie-ran disfrutar de la contemplación de las bellezas (...)No obstante, por poco que la acción del poder públicopueda contribuir a ello, la excursión alMontseny debepoder ser una excursión de domingo, fácil para elbuen ciudadano barcelonés (...)".

Els animals superiors que podriahaver al ParcNacio-nal delMontseny [Los animales superiores que podríahaber en el Parque Nacional del Montseny] por el

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profesor de zootecnia de la Escuela Superior de Agri-cultura, M. Rosell i Vila:"(...) ¡Oh sí! En el Montseny debe haber animales. (...)Los animales superiores que debe haber en el Mont-seny debenpresentar la condición deno ser tanmansoscomo los domésticos, ni ser tan salvajes que ataquena las personas. (...) Los animales propuestos para habi-tar en el Parque Nacional, muchos de ellos ya esta-rían bien desde el primer día; otros, como los domés-ticos, no lo estarían del todo hasta la segundageneración, cuando lamanodel hombre no los hubieratocado (...)"Una vez elaborados los trabajos de los expertos, el pasodefinitivo fue lamoción, ElMontseny, ParcNacional deCatalunya [ElMontseny, ParqueNacional deCataluña],presentada en la sesión del 8 de febrero de 1922 porel diputado a la Presidencia y al Consejo Permanentede la Mancomunidad de Cataluña, miembro de la LigaRegionalista, JaumeBofill iMates, conocidocomopoetabajo el pseudónimo de Guerau de Liost."(...) En España, con el esfuerzo personal delmarquésde Villaviciosa, se ha dedicado una ley a los parquesnacionales y se han creado dos: Covadonga yOrdesa.(...) Ahora es el Montseny el que parece exigir conpreferencia una intervención urgente pormodesta quesea. (...) La primacía del Montseny está acreditadapor las interesantísimas memorias escritas por Font iQuer, Ignasi de Segarra, Rosell i Vila, Llorenç i Artigas,Serafí Bassas, Duran i Ventosa y Francesc Galí (...)"Pero, quien iba a decir que la propuesta de Bofill iMates cristalizaría en una nueva situación políticade involución durante la dictadura del general Primode Rivera, quien se apropió de unos documentos yunas propuestas conservacionistas avanzadas a sutiempo por su carácter relativamente innovador. Eldictador firmará comopresidente del Consejo deMinis-tros el informe que será la base del Decreto real queen 1928 Alfonso XIII, firmará inexplicablemente enEstocolmo y por el que se creó el Patronato de laMontaña del Montseny. El documento, en general,parte de la base hipocrática del documento cientí-fico de la Mancomunidad, sin embargo, en él apare-cen unos matices con una clara connotación reac-cionaria. La base hipocrática es evidente al iniciodel decreto, que reza: "La Diputación Provincial deBarcelona, celosa de cumplir su deber protector, atentaa mejorar la riqueza de la provincia y de forma espe-cial a completar las obras quemás directamente puedencontribuir a la salud pública, así como facilitar conla admiración de los esplendores de la naturaleza, lasexpansiones físicas, solicita que se le concedan lasfacultades necesarias para que la gran montaña delMontseny, verdadero pulmón de Barcelona, puedaquedar convertida en parque natural, una parte conexclusivos fines, donde se trate, especialmente, y conlas formas y medios más en armonía con los proce-dimientos científicos prácticos, de aliviar ymejorar lasnaturalezas débiles y prevenir y fortalecer la virili-dad física de la raza (...)". Como puede comprobarselos valores de protección de la naturaleza, en estedocumento, presentan unas connotaciones ideoló-gicas preocupantes.El Patronato de laMontaña, una vez constituido, tendráasignadas como principales finalidades: la funciónsanitaria, con la construcción de centros antituber-culosos, la turística y la deportiva; de producción fores-

tal, de restauración y conservación. El orden o jerar-quía de las funciones, como puede observarse, sitúala conservación al final de todo. Es evidente que losaspectos naturalísticos pesaban poco, pero aúnmenoslos aspectos relacionados con la población local.Desde esta primera protección efectiva, el Mont-seny ha estado siempre presente en todas las cata-logaciones de espacios que deben protegerse delos diferentes planes de ordenación del territorio.

Inicios de la planificación territorial y de losENP

En 1932 la Generalitat de Catalunya publica el Plade Distribució en Zones del Territori Català [Plan deDistribución en Zonas del Territorio Catalán] o Regio-nal Planning, obra de los hermanos Rubió i Tudurí.Se trata de un documento de planificaciónmuy avan-zado que propone la creación de un sistema de espa-cios naturales protegidos y reservas forestales:Parques nacionales: L’Artiga de Lin, Alt Pirineu, SantJoan de l’Erm.Parques como simples reservas de paisaje: Serra delCadí y L’Alt Ter-Núria, Coma de Vaca, Fresser, Ull deTer y Carboners;montañas de los alrededores del casti-llo de Requesens; El Valle de Ridaura y la Collada deSantigosa en Olot; Montseny, Montnegre, Sierra deGallifa, Sant Llorenç del Munt, Montserrat, Sierra dePrades; laMussara, elMontsant, lasmontañas del Cardóy las de Caro y Ports de Besseit. En la Costa Bravatambién se proponen reservas importantes de paisaje.Para la ciudad de Barcelona se propone la reservadel macizo del Tibidabo (Paluzíe, 1990).A pesar de que elRegionalPlanning se quedó en ante-proyecto, condicionó algunos planes territoriales poste-riores (Gurri, 1997). Sin embargo, la involución histó-rica que representa la dictadura del general Francoafectará, obviamente, al campode la conservación delpatrimonio natural. No será hasta 1953, que apareceráun tímido plan de ordenación territorial: elPlaComar-cal [Plan comarcal] que incluye la ciudad deBarcelonay veintisietemunicipios de las cercanías. El documentoprevé un gran parque natural para Barcelona y sucomarca, Collserola (Paluzíe, 1990).Paralelamente a este plan se formuló el Plan Provin-cial bajo el nombre de Plan General de Ordenaciónde la Provincia deBarcelona, cuya normativa se aprobóen 1963. Dicha normativa establece un catálogo deposibles parques naturales: el Corredor, Montnegre,Montserrat, Sant Llorenç del Munt, Montseny, Guille-ries, Bellmunt, Rasos de Peguera, La Quar, Catllaràs,Falgars, Serra del Cadí y el Tibidabo (Collserola).En este escenario, la Diputación de Barcelona desa-rrolló durante los años 70 las previsiones del PlanProvincialmediante planes especiales específicos paraalgunos de los parques catalogados. En 1974 se creael Servicio de Parques Naturales de la Diputaciónde Barcelona.Para el área de Barcelona y su comarca se aprueba en1976elPlanGeneralMetropolitanodeordenaciónurbana,que afectaba a la misma superficie que el Plan de 1953yenel cual el sistemadeespacios libres se estructura enparques urbanos y forestales (Paluzíe, 1990).La década de los 60 y 70 fue bastante prolífica en laelaboración de trabajos de planificación territorial queincidirán en la protección de la naturaleza y que

han constituido la base sobre la cual se ha erigido unaparte de la legislación catalana conservacionista.Los padres de esta "leva" de funcionarios compro-metidos, científicos, estudiosos y líderes sociales,fueron un grupo de científicos que tuvieron un papeldecisivo en el conocimiento y estudio del territorioy del medio natural del país: los botánicos Oriol deBolòs y Creu Casas, el ecólogo Ramon Margalef, elgeólogo Solé Sabarís, los geógrafos Llobet, Casas-ses, Puchades, Gurri, etc.Desde la Comisión de Urbanismo de la Diputación seutilizarán los escasos recursos de la Ley sobre régi-men del suelo y ordenación urbanística de 1956 yla reforma de 1975, para poner en marcha las prime-ras fórmulas de protección de los espacios natura-les sometidos amás presión, fundamentalmente urba-nística. Ejemplos de estos procesos son lasaprobaciones del Plan especial de protección delparque del Montseny (1977 Diputación de Barcelona– 1978, Diputación de Girona) y el Plan especial deSant Llorenç del Munt y Sierra del Obac en 1982. Enestamisma línea se apruebanposteriormente los planesespeciales deMontesquieu, Garraf, Montnegre-Corre-dor y Olèrdola, promulgados por la Diputación deBarcelona. Del mismo modo se aprobó en 1987 elParque de Collserola (Gurri, 1997).

La revuelta ambiental de los años 70, llave de pasoal proteccionismo vigente

No se puede olvidar el importante papel que desem-peñará la sociedad civil, que a finales de los años60 participa en esta propuesta proteccionista de diver-sasmaneras. En 1975, dentro del Congreso de CulturaCatalana, la Campaña de Salvaguarda del Patrimo-nio Natural actuó como elemento aglutinante, a la vezque dinamizador, de la multitud de grupos que entodo el país fueron apareciendo en respuesta a lasfuertes transformaciones y a los grandes impactosen el medio natural. Este ampliomovimiento será, engran parte, responsable de la salvaguardia y posteriorprotección definitiva de algunos de los espacios natu-rales protegidos actualmente. Los ejemplosmás repre-sentativos, son la zona volcánica de la Garrotxa, ElsAiguamolls de l’Empordà, y el delta del Ebro.En 1976 aparece un documento que se convertiráen un referente obligado en la conservación del patri-monio natural del país:Naturaús oabús. Llibre blancde la gestió de la natura als Països Catalans [Natu-raleza, uso o abuso. Libro blanco de la gestión de lanaturaleza en los Países Catalanes], publicado porla Institución Catalana de Historia Natural. El mismoaño, en plena eclosión del movimiento conserva-cionista se constituye la Liga para la Defensa del Patri-monioNatural—DEPANA, laONG a la cabeza de estemovimiento. También se crea el primer equipamientode educación ambiental: el itinerario de naturaleza deSantiga, elaborado por el Departamento de Ecolo-gía de la UniversidadAutónoma deBarcelona. A partirde estos procesos se expande por todo el país elmovi-miento conservacionista y proteccionista, y las insta-laciones de educación ambiental (Boada, 1999).Con la llegada de las instituciones democráticas en1978, se inicia un proceso de normalización políticay social, a partir del cual se produce, en materia deENP, también una normalización.•

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Referencias

1 Este primer servicio de parques nacionales gestionólos cinco primeros: Covadonga (julio de 1918, 16.925Ha); Ordesa (agosto de 1918, 2.046Ha); Teide (enerode 1854, 11.866 Ha); Caldera de Taburiente (octu-bre de 1954, 3.500 Ha) y Aigües Tortes y Llac de SantMaurici (noviembre de 1955, 9.851Ha) (Font &Majo-ral, 2000).

2 Entidad fundada en 1912 enBarcelona y que se preo-cupaba por el urbanismo y la calidad de vida delos ciudadanos, y contaba entre sus objetivos conel de: "Preservar y aumentar las reservas higiéni-cas de los centros de las poblaciones, particularmentea través de la conservación y creación de bosquesperiféricos, zonas rurales o silvestres, parques y jardi-nes urbanos y espacios libres interiores de toda clase".(Castellón, 1990)

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Nuevas tendencias en gestiónJosep Mª MallarachGeólogo y master en ciencias ambientales.Consultor de medio ambiente, profesor de laUniversitat de Girona.

En los últimos decenios, la protección deespacios naturales protegidos se hadesarrollado rápidamente en muchos paísescomo una estrategia concertada para salvarde la destrucción y la degradación aaquellas especies, hábitats o paisajes quereciben la consideración social —y legal— depatrimonio natural y dan respuesta a lasdemandas sociales que están asociadas aellos. De modo que se trata de un fenómenomoderno que trata de contrarrestar, almenos localmente, las tendenciasinsostenibles del tipo de desarrollodominante, que comporta, globalmente, ladestrucción y empobrecimiento delpatrimonio natural y cultural a una escalasin precedentes históricos.

A lo largo del siglo XX, la política de protección deespacios naturales se ha caracterizado por tres etapasprincipales. La primera se basaba en la protecciónde espacios naturales singulares y emblemáticos.Sumáximo exponente son los "santuarios de la natu-raleza" y los "parques nacionales". Los términos "santua-rio" y "nacional" evocan claramente su significaciónsimbólica y política. Se trataba de espacios de propie-dad pública, generalmente remotos, promovidos ygestionados por los gobiernos centrales. En los paísesque han sufrido recientemente una colonización,en los que hay poco patrimonio histórico, su carác-ter emblemático es todavía más grande.La segunda etapa planteó la necesidad de ampliarel número de espacios naturales protegidos y de dotar-los de diversos niveles de protección y gestión. En esemomento, surgen un ejército de figuras legales quellegan a superar el centenar en los Estados Unidosde América, y los sesenta en los estados de la UniónEuropea; entre ellos destacan las reservas integra-les, las reservas naturales, las reservas de la bios-fera, los parajes naturales de interés nacional, los refu-gios de fauna salvaje, y los paisajes protegidos, algunosde titularidad pública y muchos otros de titularidadprivada omixta. En esta etapa ya se implicaron diver-sas administraciones públicas, incluso en los gobier-nos locales y, en los países anglosajones, se desa-rrollan las iniciativas concurrentes del sector privado.La tercera etapa parte del reconocimiento del alcanceglobal de la crisis ambiental, los principios funda-mentales de ecología, y la insuficiencia de los plan-teamientos precedentes para detener la hecatombede la diversidad biológica y la continuada degrada-ción de los paisajes periurbanos donde se concen-tra una proporción más grande de la poblaciónmundial. A partir de planteamientos estratégicos yglobales surge el reto de integrar la conservaciónde los espacios naturales con las políticas sectoria-les, la ordenación territorial, es decir, de reformar elmodelo insostenible actual. Se propone conservarredes funcionales de espacios naturales que permi-tan garantizar la conservación de la biodiversidad, conuna amplia participación de los agentes sociales.Comprende una gran proporción de espacios natu-rales privados, y se apoya en incentivos fiscales yeconómicos, y las fórmulas de cooperación entrelos sectores públicos y privados.

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Esta tercera etapa se empieza a insinuar en los añosochenta en algunos países pioneros, pero no se formulade forma clara en el ámbito internacional hasta laCumbre de la Tierra de 1992. EnEuropa, vienemarcadapor la aprobación del Programa de la ComunidadEuropea sobre política y acción en relación con elmedio ambiente y al desarrollo sostenible de 1992,el Plan de Acción de los Parques de Europa de 1994y la Estrategia Paneuropea de la diversidad bioló-gica y paisajística de 1995. Las tendencias que se expo-nen a continuación son las que caracterizan esta últimaetapa en los países occidentales industrializados yque, en consecuencia, son o pueden ser referentessignificativos para nuestro país.Puesto que aquello que caracteriza los nuevos plan-teamientos es su carácter comprensivo e integrador,para tener una idea de su alcance conviene examinarel modo en que afectan a la identificación, la inves-tigación, la tipología, la planificación, la gestión, lafinanciación y la evaluación de los espacios natura-les protegidos. Y, para terminar, mostrar cuáles sonlas nuevas tendencias sociales, tanto en lo que serefiere a los agentes como a los usuarios de esosmismos espacios naturales.

Identificación de espacios naturales que esnecesario proteger e investigación

Dadas las recomendaciones de los organismos inter-nacionales más influyentes, la identificación de losespacios naturales que deben protegerse parte, cadavez más, de criterios ecológicos, de entre los cualesdestacan los criterios de diversidad, rareza o singu-laridad, integridad, representatividad, fragilidad ovulnerabilidad, conectividad y dimensiones. Entreotras consecuencias, esto ha permitido comparar yhomologar rangos, valorar espacios naturales quese habían apreciado escasamente antes (como porejemplo las zonas esteparias o los paisajes agrope-cuarios de secano extensivos), o establecer espa-cios transfronterizos protegidos.Los criterios ecológicos se empezaron a aplicar enel marco de unidades políticas, pero pronto se hizoevidente que sólo daban resultados coherentes si seaplicaban a las regiones biogeográficas, que en Europaacostumbran a trascender los límites estatales. Estatendencia ha permitido que la Directiva de Hábi-tats, por ejemplo, definiese las listas de hábitats yde taxones de interés para cada una de las grandesregiones naturales europeas (boreal, continental,maca-ronésica, alpina, mediterránea y atlántica) lo que hapermitido proponer los espacios naturales necesariospara protegerlos, en el marco de la Red Natura 2000.Por otra parte, los criterios ecológicos se comenzarona aplicar en medios terrestres, aunque últimamentesu aplicación se ha extendido a los medios costerosy marinos, donde el déficit de protección es máselevado. En la cuenca mediterránea, ya lo planteaasí el Convenio de Barcelona para la protección delmedio marino y del litoral de la Mediterránea (1995).El incremento de espacios naturales protegidos hasido muy rápido en los últimos cuatro decenios. Enmuchos países su crecimiento ha sido exponencial,como también lo han sido, por otra parte, la trans-formación y la fragmentación de hábitats naturales.La proporción de espacios naturales que disfrutan de

un nivel u otro de protección ha llegado a porcen-tajes comprendidos entre el 25 y el 60 % del territo-rio en muchos estados avanzados. Las nuevas disci-plinas de la biología de la conservación y la ecologíadel paisaje han demostrado que cuando la propor-ción de territorio esencialmente transformado superael 33 %, las pérdidas de diversidad biológica se vuel-ven inexorables, por bien gestionados que estén estosespacios, tal como demuestra, entre otros, el ejemplode muchos lands alemanes.La aplicación de criterios ecológicos presupone unnivel de conocimientos considerable que ha impul-sado numerosas líneas de investigación. En los paísespioneros se ha promovido el estudio básico de losdiferentes componentes de la diversidad ecológica:inventarios y cartografías de ecosistemas, hábitats ypaisajes, catalogación de especies y razas, etc., lo queha posibilitado la elaboración de "libros rojos" paraaquellos componentes que están más amenazados,clasificándolos según el grado de amenaza y vulne-rabilidad. Asimismo, se han establecido planes deseguimiento basados en indicadores ecológicos yambientales que permitenmedir las tendencias. Final-mente, en aplicación del principio del derecho a lainformación ambiental, las bases de datos de biodi-versidad que derivan delmismo, se hanpuesto a dispo-sición no sólo de los investigadores, sino del restode la sociedad civil, con la ayuda de las nuevas tecno-logías (sistemas de información geográfica, Inter-net, etc.).

Tipologías de espacios naturales

El rápido desarrollo y la poca coordinación de las polí-ticas de conservación han dado lugar a una gran varie-dad de espacios protegidos. En los Estados Unidos,por ejemplo, existenmás de cien figuras jurídicas dife-rentes. La Unión Internacional de Conservación dela Naturaleza definió en 1994 seis categorías básicas,jerarquizadas de mayor a menor grado de conserva-ción. Los primeros espacios naturales protegidos quese crearon correspondían a territorios poco transfor-madospor la acciónhumana, eran remotos ydepropie-dad pública, y correspondían a las cuatro primerascategorías mencionadas. Destacaban los parquesnaciones y las reservas naturales, en las que los usosrecreativos y científicos están —o deberían estarlo—subordinados a la protección de la naturaleza. Laproporcióndel territorio protegido en este nivel alcanzael 28 % de Dinamarca, el 12 % de los Estados Unidosde América y un 10 % de los Países Bajos, aunqueapenas un 2 % de los estados del sur de Europa.En los países o los territorios en los que el grado dehumanización es más elevado, predominan los espa-cios naturales que corresponden a los dos niveles infe-riores de protección. De este modo, en Europa elconjunto de espacios protegidos llega al 67%, mien-tras que en elmundo sólo representan el 15%. Se tratade espacios naturales protegidos en territorios depropiedad privada, que pueden contener núcleosde población y que admiten actividades y usos queson compatibles con la conservación de los valoresnaturales. La figura de parque natural (National Parken Inglaterra y Gales, Naturpark en Alemania, ParcNaturel Régional en Francia) ha sido la más utilizada.La proporción de territorio que ha sido protegida a

este nivel llega al 20% enAlemania, al 14% en el ReinoUnido y Luxemburgo, y al 7% en Francia.La estrategia paneuropea de diversidad biológica ypaisajística de 1995 pide la protección de una mues-tra representativa de todos los paisajes, seminatura-les o antrópicos de interés, especialmente los agro-pecuarios tradicionales que conservan una notablebelleza y diversidad biológica y cultural asociadas,pero que han sido menospreciadas en muchos siste-mas de espacios protegidos hasta ahora.A parte de los tipos de espacios naturales definidoslegalmente, se ha desarrollado otro conjunto de tipo-logías que emplean entidades privadas conserva-cionistas, o incluso particulares, que por el hechode no estar homologadas, no sonmenos efectivas. Enalgunos países occidentales estas iniciativas —gené-ricamente conocidas con el nombre de custodia delterritorio— han alcanzado un desarrollo extraordi-nario en los últimos años. Por ejemplo, la organiza-ción privada norteamericana TheNature Conservancy,que cuenta con cerca de un millón de miembros,ha creado y gestionado el sistema privado de reser-vas naturalesmás extenso delmundo, que comprendemás de 1.500 espacios naturales que suman 3,2millo-nes de hectáreas en los EE.UU. y más de 17 millo-nes de hectáreas fuera de los EE.UU. especialmenteenAmérica Latina, en colaboración conONGygobier-nos locales.

Planificación de espacios naturales yconectividad ecológica

Desde la aprobación del Convenio sobre la Biodi-versidad y la Estrategia Global homónima, en 1992,el papel de los espacios naturales protegidos se haenmarcado en las estrategias o planes nacionalesde conservación de la diversidad biológica, que, asu vez, forman parte en los países pioneros, de PlanesVerdes o de Estrategias Nacionales de Sostenibili-dad (Agendas 21). Su traducción en le ámbito euro-peo, estimulada por los acuerdos del CongresoMundialde Parques de Caracas de 1992, fue el Plan de Acciónde los espacios protegidos europeos, promovido porla UICN en 1994. Este plan, con un alcance compren-sivo define un conjunto comprensivo y coherentede estrategias y prioridades, y exige un desplieguea través de Planes de acción estatales. El plan corres-pondiente español, se encuentra en proceso de elabo-ración por parte de un grupo de trabajo de EURO-PARC-España, y está previsto que se apruebe en 2002.Las estrategias nacionales o internacionales de biodi-versidad plantean planes de acción que permitan inte-grar la conservación de la diversidad biológica dentrode las políticas y los programas públicos que le podríanafectar más directamente. En lo referente a los espa-cios naturales protegidos, las tendencias contempo-ráneas se orientan a completar los sistemas existen-tes a diversos niveles administrativos y, sobre todo,a establecer y conservar redes de espacios naturalesfísicamente conectadas y funcionales. La red ecoló-gica nacional de los Países Bajos (1991), concebidacomo una red coherente de ecosistemas sosteniblesen uno de los países más artificializados del conti-nente, fue el referente que inspiró la declaración dela Red Ecológica Europea (E.ECO.NET) deMaastricht,al año siguiente.

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Las perspectivas asociadas al cambio climático global,hacen prever desplazamientos altitudinales y latitu-dinales de los biotas, un aumento de la probabili-dad de fenómenos catastróficos (climáticos, epide-mias, fuegos, etc.) y, por lo tanto, un aumento delriesgo de extinción para muchas especies y comu-nidades. Además de limitar las emisiones de gasesinvernadero, y detener la destrucción directa de hábi-tats, una de las pocasmedidas que pueden adoptarsepara reducir lamagnitud de los problemas que se venvenir es conservar una red de espacios naturalescon conexiones funcionales que facilite los despla-zamientos naturales de todos los organismos quetengan capacidad de hacerlo.Por otro lado, la sostenibilidad social exige que en losespacios naturales protegidos humanizados situa-dos en áreas rurales desfavorecidas se promuevanplanes de desarrollo socioeconómico que permitanmejorar la calidad de vida de las poblaciones loca-les, fijar y recuperar población rural, y poder conser-var así una diversidad paisajística y ecológica quede otro modo desaparecería.Individualmente, se considera que cada espacio natu-ral protegido debe disponer de su plan de gestión,y que debe estar dotado de recursos humanos y econó-micos adecuados a sus objetivos. El modelo de Plande gestión promovido por Eurosite, constituye el refe-rente europeo de la Red Natura 2000. Cada vez más,se tiende a plantear la planificación a dos niveles, elestratégico y el anual, y eso tanto para espacios natu-rales individuales como para sistemas. El plan estra-tégico del sistema de parques nacionales de los EE.UU.de 1998 es un referente internacional en este sentido.Tanto los planes estratégicos como los anuales debenestar estrechamente vinculados a la gestión y contarcon indicadores de rendimiento (o performance),sobre los cuales basar el seguimiento y la evaluación,tal como se indica más adelante.

Formas de organización y gestión deespacios naturales

Superada la época en la que los sistemas de espa-cios naturales se gestionaban desde lejanos servi-cios centrales, la aplicación del principio de subsi-diaridadha llevado a la descentralizaciónde los órganosrectores, donde se integran representantes de los pode-res públicos locales, a extender el régimen de auto-nomía económica y a crear y consolidar equipos degestores profesionales. Las sedes administrativas delos parques naturales y nacionales y de otros espa-cios naturales extendidos se sitúan dentro del espa-cio o en su periferia inmediata, para favorecer la buenarelación con la población local y permitir una gestiónsobre el terreno, más efectiva ymenos burocratizada.Una vez superada en muchos países la época en laque los espacios protegidos tan sólo contaban con unserviciodevigilanciade tipopolicial, hoyendíapuedendisponerdeequipos conunamplio repertoriodeprofe-sionalesqueatienden los serviciosde información, inter-pretaciónyeducaciónambiental, documentación, espe-cialistas enusopúblico, biólogosy zoólogos, arquitectospaisajistas, administrativos, etc., que suelen contarcon el apoyo de equipos de voluntarios.Finalmente al igual que en otros sectores, en la gestiónde los espacios naturales se han implantado en los

últimos años procesos de calidad regulados a partirde los estándares internacionales que garantizan yhomologan la calidad de los procesos de planifica-ción y gestión, como por ejemplo los de la Organi-zación Internacional de Normalización (ISO).

Instrumentos fiscales y económicos de losespacios naturales

La creación y la gestión adecuada de los espacios natu-rales protegidos comporta unos costes económicosmuy variables según los casos. Los pequeños espa-cios privados protegidos, en los que tiene preferen-cia la protección de la naturaleza y en los que, amenudo, no se da un uso público, pueden ser econó-micamente autosuficientes, a pesar de que suelendesempeñar tareas demantenimiento o vigilancia que,por lo general, desempeñan voluntarios.En cambio, los espacios naturales gestionados porla Administración pública que suelen tener varios usossociales, acostumbran a ser económicamente defici-tarios, incluso en países como los EE.UU., dondeson de propiedad pública al 100 %, tienen el accesocontrolado, y se cobra entrada ymuchos de los servi-cios que se ofrecen en ellos. La excepción del sistemade parques estatales de New Hampshire confirmala regla.Para hacer frente a estos costes, se han desarrolladodiversas políticas e instrumentos que permiten redu-cir las contradicciones que presentan muchas políti-cas públicas y reconocer algunos de los beneficiospúblicos que generan las propiedades privadas quese encuentran dentro de espacios protegidos.Para empezar, se han fomentado medidas para lareducción o eliminación de desincentivos a laconservación directos, comopor ejemplo las ayudasa la reforestación con especies exóticas, o indirec-tos, como por ejemplo los subsidios desproporcio-nados para el agua agrícola. Estos últimos, explicanque en las regiones que sufren un fuerte déficit hídricoaparezcan unos precios del agua artificialmente bajosque inducen a una expansión de los regadíos queamenaza la integridad de las zonas húmedas vincu-ladas a los puntos de extracción de los recursos hídri-cos y también a la conservación de los hábitats áridoso esteparios en las zonas que se transforman así.Simultáneamente se han establecidoun conjunto deincentivos a la conservación, de los cuales se dantres tipos principales:• Exenciones o deducciones fiscales para unconjunto de acciones estratégicas, tales como las ventasde suelo a entidades conservacionistas, la venta deservidumbres de conservación, el establecimiento deconvenios o acuerdos de protección, los donativosen efectivo o en especie a entidades u organismosresponsables de conservar espacios naturales, asícomo la transmisión patrimonial o el valor catastralde las propiedades que se encuentran dentro de espa-cios naturales protegidos.• Subsidios agroecológicos destinados al fomentode prácticas agropecuarias extensivas, a la agriculturao la ganadería ecológicas o al fomento y la recupe-ración y conservación de razas animales o vegeta-les autóctonas. En el marco de la Unión Europea,los llamados "fondos agroecológicos" cubren el 50%de los gastos, el resto corre a cargo de los estados

miembros. En el ReinoUnido, por ejemplo, se ha esta-blecido un extenso sistema de Áreas AmbientalmenteSensibles (ESA) que refuerza y expande el sistema deespacios naturales protegidos. Sólo en Escocia se prote-gieron, por esta vía, más de 350.000 ha. de espaciosnaturales en el período comprendido entre 1987 y1993.• Impuestos sobre las principales acciones queestropean espacios naturales (ecotasas), comopor ejemplo la compraventa de fincas, la segregaciónde propiedades rurales para su edificación, o la edifi-cación en paisajes o hábitats amenazados. Esta últimalínea, iniciada en el estado de Maryland (EE.UU.)en los años setenta y adoptada pormuchos otros esta-dos y provincias norteamericanos, se ha aplicado conbuenos resultados en ciertos países europeos comoFrancia a través del Consérvatoire du Litoral et desRivages lacustres.

Uso público

La tendencia a concentrar cada vez más la pobla-ción en entornos urbanos o periurbanos, unida alas facilidades de transporte, ha generado una grandemanda social de espacios naturales y un uso públicocada vez más intenso de muchos de ellos. Tanto esasí, que los impactos producidos por los visitantes delos espacios naturales protegidos se han convertidoen un problema delicado en muchos lugares. Conmillones de visitantes al año, más de un parque hasufrido la degradación de algunos de sus parajesmás emblemáticos.La Carta Europea de Turismo Sostenible en espa-cios naturales (1999) propone una estrategia clara paraafrontar esta situación. Es necesario regular el accesoa los espacios naturales protegidos existentes, y gestio-nar los flujos de visitantes para evitar que superenla capacidad de carga de los lugaresmás frágiles. Peroesto no basta, es necesario ofrecer alternativas. Unade las que ha dado mejores resultados es la crea-ción de vías verdes y anillos verdes alrededor de lasgrandes ciudades y áreas metropolitanas, integra-das por conjuntos de parques municipales, comar-cales o de otra clase. Estos anillos verdes ponen alalcance de la mayoría de ciudadanos unos espaciosnaturales resilientes, bien dotados y equipados, quepermiten satisfacer la lógica necesidad física y anímicade contacto con la naturaleza, cerca de casa. Así, mien-tras ayudan a controlar la expansión insostenible delas ciudades difusas, se ahorra en desplazamientos—con sus correspondientes costes económicos y ambien-tales— y se reduce la presión que reciben los espa-cios naturales demás valor ecológico, que, por razonesdiversas, a menudo por sus pequeñas dimensiones,pueden ser frágiles y vulnerables.

Seguimientos y auditorías de espaciosnaturales

Un espacio natural protegido no es una finalidaden si mismo, por más demanda social que lo avale,sino un instrumento que sirve para conseguir otrasfinalidades, entre las cuales destacan la conservacióndel patrimonio natural y el fomento de un cierto usopúblico, generalmente recreativo o pedagógico. Suadecuación a la realidad social y ecológica a la que

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debe servir no está garantizada, sino que es necesa-rio demostrarla. Mientras que algunos espacios natu-rales protegidos han respondidomuy bien a las expec-tativas de su creación, en otros casos no ha sido así,y por factores muy diversos han fracasado, en unau otra medida, en su finalidad.Para valorar el estado y las tendencias de los espa-cios naturales protegidos, los países más avanzadosutilizan dos herramientas básicas: los planes de segui-miento y las auditorías operativas o de performance.El seguimiento hace referencia a la medida periódicade indicadores previamente seleccionados y permitedetectar cambios y tendencias a lo largo del tiempoa través de indicadores ecológicos, socioeconómi-cos, de planificación y de gestión. La auditoría opera-tiva, valora los instrumentos, los resultadosde la gestión,y los factores externos que inciden en ellos.Se tiende a aplicar estos dos instrumentos a dosniveles diferentes; el de los sistemas o redes de espa-cios naturales protegidos, y el de los espacios natu-rales protegidos individuales. En el primer caso, inte-resa especialmente conocer la sostenibilidad delmodelo o del sistema y su papel en la conservaciónde las funciones ecológicas fundamentales, como labiodiversidad. Comomuchas de las tendencias domi-nantes en los países occidentales (crecimiento delconsumo, fragmentación del territorio, intensificaciónagropecuaria, contaminación atmosférica, etc.) compro-meten el porvenir de bastantes espacios naturalesprotegidos la protección legal dista mucho de equi-valer a la protección efectiva, que, en definitiva, esla que cuenta.En el caso de los espacios protegidos individuales,la auditoría operativa se centra en los objetivos parti-culares de planificación y de gestión, y los valoraen términos de eficacia y eficiencia, de las diversasfases de la gestión y de sus resultados, indicando elgrado en el que se han alcanzado los objetivos y loscostes que esto ha supuesto (económicos o de otraclase). Cuando los problemas de gestión se origi-nan por factores externos a las competencias de losgestores (como la insuficiente coordinación admi-nistrativa), también deben identificarlas y debenpropo-ner soluciones a la autoridad correspondiente.Para que sean realmente efectivos, deben integrarseformalmente tanto el seguimiento como la evaluaciónen el proceso de planificación y gestión de los espa-cios naturales. Aunque socialmente tengan otrasmoti-vaciones importantes, como promover la transpa-rencia informativa y la participación pública, desdela óptica de los responsables de los espacios natu-rales ambas herramientas permiten adaptar los planesde gestión y su ejecución en situaciones nuevas yalcanzar así los objetivos propuestos con flexibili-dad y eficacia. Esto permite que los gestores de espa-cios naturales ganen una credibilidad y un apoyo sociale institucional que de otromodo difícilmente tendrían.

Evaluación estratégica del impacto ambiental

Para transformar elmodelo imperante enotromás soste-nible es indispensable que la sociedad pueda cono-cer el impactoambiental de laspolíticas, planesyprogra-mas antes de aprobarlos, y que participe en la tomade decisiones. El instrumento que lo permite se llamaevaluación estratégica del impacto ambiental.

El procedimiento de evaluación del impacto ambien-tal fue concebido inicialmente de forma holística, esdecir, como un instrumento aplicable a políticas,normas, programas y planes que pudiesen comportarafecciones graves al medio ambiental. Y así fue comose introdujo la ley de política medioambiental fede-ral norteamericana de 1969 (National EnvironmentalPolicy Act). No obstante, cuando dieciséis años mástarde este instrumento se introdujo en la Comuni-dad Europea, su aplicación estuvo lamentablementerestringida a ciertos tipos de proyectos. Con el pasode los años, diversos países europeos se han dadocuenta de la limitaciones de este planteamiento, entérminos de efectividad ambiental, ya que las políti-cas, los programas y los planes fundamentales, es decir,aquellos que definen el marco de los proyectos y delas decisiones de rango inferior, no suelen integrar losvalores ambientales ni garantizar, consecuentemente,un nivel adecuado de protección al medio ambiente.Por todo ello decidieron recuperar la voluntad inicialde este instrumento, y extender la aplicación de laevaluación del impacto ambiental como mínimo alos planes y programas, y en algunos casos, comolos países Nórdicos y los Países Bajos, también a laspolíticas. En todos los casos se ha puesto demanifiestoque es en el ámbito estratégico donde la evaluacióndel impacto ambiental alcanza la máxima eficacia.Los planes territoriales, los planes sectoriales de infraes-tructuras y los planes urbanísticos se cuentan entrelos que tienen más capacidad de transformar, y porlo tanto, de afectar negativamente al territorio, losecosistemas y la calidad de vida de la sociedad quevive en ella. No se trata únicamente de los impactosambientales directos que pueden causar en los espa-cios naturales, sino sobre todo de los impactos indi-rectos y acumulativos, que suelen ser mucho másimportantes. El hecho de ignorarlos en los principa-les planes y programas de un país causa disfuncionesambientales graves, como la degradación o la pérdidade biodiversidad, que no pueden resolverse a nive-les inferiores. En efecto, las alternativas reales quesería necesario examinar, para escoger aquella quegenera un impacto ambiental menor, por lo generalse encuentran por encima del nivel de los proyec-tos. Cuando llega el momento de evaluar el impactoambiental de un proyecto que afecta a un espacionatural protegido, por ejemplo una carretera nueva,las medidas correctoras propuestas acaban teniendo,a menudo, un carácter cosmético. Aún así, no sontodas las que sería necesario, ni se ejecutan siempreadecuadamente.Este modo de proceder basado en políticas reacti-vas contradice los principios del desarrollo sosteni-ble promovidos por la Comisión de las ComunidadesEuropeas desde suQuinto ProgramadeAcción (1992),unos principios que se vieron reforzados y profun-dizados por el Tratado deÁmsterdam (1997), que esta-blece una serie de mecanismos para integrar laspolíticas ambientales con otras políticas públicas,de entre las cuales destaca la evaluación del impactoambiental de planes y programas.

Participación pública

Para impulsar los planteamientos de espacios natu-rales mencionados, los organismos públicos respon-

sables se ven obligados a ganar, mantener o resta-blecer su credibilidad. Tal como remarca la Agenda21, se trata de fomentar la confianza mutua entrelas administraciones públicas y les sectores o insti-tuciones más afectados. La participación pública enla tomade decisiones es unmedio privilegiado, porquepermite conocer valores o preocupaciones, promo-ver el consenso, y también prevenir y reducir la conflic-tividad, en cierto modo inevitable en la medida enque deben incorporarse puntos de vista muy dispa-res, a menudo opuestos.El público no puede tomar parte si no ha sido previa-mente informado. La información pública es un requi-sito indispensable de la participación pública. Estainformación incluye las auditorías operativas, y cuandono, existen las memorias de actividades y los planesde seguimiento de los espacios naturales protegi-dos, así como documentos de mayor alcance comopor ejemplo informe sobre el estado del medioambiente, o sobre la diversidad biológica, que no sólose publican en versiones técnicas, sino también enversiones divulgativas que se ponen al alcance delpúblico de diferentes maneras, entre ellas los forma-tos electrónicos. Luego viene la educación, quecomporta una profundización superior al de la simpleinformación, ya que incluye los instrumentos lega-les o de otro tipo que tiene a su alcance el ciudadano.El tercer nivel es la consulta formal, que se da, porejemplo, a través de los organismos consultivos decarácter representativo, y aquí es donde empieza laparticipación propiamente dicha. El cuarto nivel es laimplicación cívica de la toma de decisiones, que seda pormedio de los órganos rectores o de otros proce-dimientos participativos de las decisiones que afec-tan más claramente a los espacios naturales protegi-dos.Una de las tendencias más interesantes de partici-pación pública en la gestión de los espacios natura-les protegidos es el fomento del trabajo voluntario,en tanto que da salida a la demanda social de inter-vención directa y altruista y, a la vez, facilita un amplioapoyo público a la gestión conservacionista. Arrai-gadas desde hace mucho en los países del norte yel centro de Europa, en el ámbito estatal destacanlas experiencias de voluntariado es espacios natura-les protegidos, espacios litorales y conservación de labiodiversidad que ha promovido la Junta de Anda-lucía desde 1995.En definitiva, las nuevas tendencias que se desarro-llan en los espacios naturales protegidos en los paísesque están a la cabeza quieren superar las contradic-ciones en las que se encuentran inmersos, aplicandolos principios de la sostenibilidad,mediante las estra-tegias y los instrumentos mencionados antes, con elfin de mejorar su eficacia, contribuir a conservar ladiversidad biológica y cultural, a la vez que se convier-ten en instrumentos clave de ordenación territorialy referentes para tender hacia un desarrollomás justoy sostenible.•

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Pasado, presente y futuro del Parquedel Delta del EbroRafael Balada i LlasatDirector del Parque del Delta del Ebro

El autor profundiza en el pasado y elpresente del Parque del Delta del Ebro, unespacio natural caracterizado desdesiempre por la gran actividad humana queen él se desarrolla. Una historia repleta deobstáculos, sin demasiados recursos, ycierta desconfianza por parte de lapoblación hacia el forastero han llevado,finalmente, a la realidad de un parque quelos vecinos sienten y defienden como unvalioso patrimonio. A pesar de ello, aúnquedan muchos retos para el futuro.

Los antecedentes

Las figuras de protección de la naturaleza en Europa,en el sentido actual, van a remolque del movimientoproteccionista norteamericano. En este país, durantela segunda mitad del XIX se puso en marcha unagran red de parques nacionales 1, hecho que, a pesarde haber quedado recogido casi exclusivamente enlas enciclopedias, ya se había reflejado en la Decla-ración de Independencia de los EstadosUnidos (1776),y, tanto a raiz de ello, como de muchos otros facto-res se convirtió en realidad (Yellowstone 1872).A principios del siglo XIX se consolida la protecciónde los espacios naturales: se crea el TheNational ParkService (EE.UU. 1916), se promulgan los parques deCovadonga y Ordesa (España, 1918)… La Junta deParques Nacionales, creada en 1917 y convertida enComisaría de Parques Nacionales (1931), publicóen 1933 2 una propuesta de espacios que era nece-sario proteger de la que llamó la atención el hecho deque no estuviese presente ningún espacio ni hume-dal catalán. Este último aspecto no debería sorpren-dernos, ya que los humedales habían sido tradicio-nalmente áreas que debían "sanearse", en las quese incentivaba la desecación y, por lo tanto, su desa-parición. Estas acciones tienen un origen antiguo y sebasan en una serie de razones cuyo análisis es muyinteresante, pero que, sin embargo, se escapan al obje-tivo del presente artículo.De modo que los grandes humedales ibéricos reci-ben una protecciónmuchomás tardía: Doñana (1969),Daimiel (1973)…3

En Cataluña, como es de esperar, la planificación yla gestión de la naturaleza no estaban dentro delalcance catalán. El III Congrés Excursionista Català,celebrado en 1914, estudió y propuso a la Manco-munitat de Catalunya un plan de reservas 4 que nuncallegó a aplicarse.En 1931, la Generalitat de Catalunya encargó unplan de acción territorial (Regional Planning) que,a pesar de no llegar a ser más que un anteproyecto,tuvo bastante trascendencia para el futuro. De esteplan, igual que la propuesta española, sorprendióel hecho de que no otorgase ningun tipo de protec-ción al delta del Ebro, siguiendo la norma de consi-derar estas áreas desde un punto de vistamuy distintoal de los proteccionistas.En 1937, el Consejo Municipal de Amposta munici-paliza las balsas de L’Encanyissada y La Tancada, yles da carácter público. Otros parajes del Delta norte,Canal Vell y les Olles, y del Delta sur, las salinas de

la Tancada (1937) 5, perdieron este carácter públicopor impugnación de la propiedad.Más adelante, el gobierno central aprovechó estehecho, y, a través de un acuerdo con una sociedad decazadores integrada básicamente por personajes rele-vantes de Barcelona, que habían construido la Casade Fusta en L’Encanyissada y que practiban la caza,mantuvo definitivamente el carácter público.La década 1975 -1985 fue una de las más complica-das en el delta del Ebro. A principios de los 70 el arrozhabía dejado de ser rentable y se adoptó un cultivoextensivomediante el sistema "combinado". La expan-sión turística litoral y la crisis agraria propiciarondos actuaciones: Riumar en el Delta norte y Euca-liptus en el Delta sur. A principios de los 80 el cultivodel arroz supera la crisis, el turismo se estanca en lazona y si fijan objetivos nuevos: la ampliación delcultivomediante la desecación de balsas y la implan-tación de nuevas zonas urbanizables a costa de lossistemas litorales, a menudo públicos o de dudosapropiedad privada.En España, tras lamuerte del general Francisco Franco(1975), se inicia un intento de homologación con elresto de países occidentales. Durante el periodo 1975-1980 España se vio inmersa en cambios aceleradose importantes que impiden una actuación decididade la Administración pública.En 1977 se nombra presidente de Cataluña a JosepTerradellas, en 1979 se aprueba el Estatuto de Auto-nomía de Cataluña y en 1980 se celebran las prime-ras elecciones al Parlamento.Con un gobierno central inmerso en problemas, ungobierno catalán provisional, ymás ilusión que expe-riencia, la sociedad civil presionó para llevar a cabotoda una modernización y planificación que no exis-tía. Fruto de este espíritu aparece la publicaciónNatura,ús o abús? [Naturaleza ¿uso o abuso?] que se conver-tirá en la base de la futura planificación territorial,en lo que se refiere a la conservación de la naturalezaen Cataluña 6.En 1976 se presenta un proyecto para urbanizar LaPunta de la Banya con más de 100.000 turistas; elproyecto de saneamiento del Delta (1970) pierdeimpulso, y las fuerzas políticas de izquierda exigenuna planificación y se oponen a actuaciones como lasde La Punta de la Banya y parecidas (Fangar).El 30 de abril de 1977 se presenta enAmposta el trabajointerdisciplinar de la Institución Catalana de Histo-ria Natural (ICHN) Els sistemes naturals del delta del’Ebre 7 [Los sistemas naturales del delta del Ebro].LaGeneralitat catalana provisional,mediante el Conce-jal de Política Territorial yObras Públicas, Narcís Serra,presiona al gobierno central para que actúe en LaPunta de la Banya y propone la creación de un refu-gio de caza (1978).El Ayuntamiento de Amposta, desde las primeras elec-ciones municipales (1979) abordó el tema del medionatural del Delta que le correspondía y el 30 de octu-bre de 1979 aprobó, por acuerdo plenario, presen-tar un plan de protección para las balsas deL’Encanyissada y La Tancada que contemplaba conver-tirlas en un parque natural administrado por el Ayun-tamiento 8, tal como preveía la recientemente apro-bada Ley 15/1975de Espacios Naturales Protegidos, apesar de que la mayor parte de la superfície afec-

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tada pertenecía al Estado y era necesario negociarsu administración compartida o delegada.A parte de temas puntuales como los descritos enLa Punta de la Banya, la Generalitat catalana provi-sional había iniciado contactos urgentes con los ayun-tamientos (1978) para salvaguardar las zonas másvaliosas y en peligro de una desaparición inminente.Estas áreas contrastaban con las de anteriores actua-ciones por el peso que tenían los humedales.En todas partes, el agua se convierte en un bien escasoy las zonas litorales de la Mediterránea adquierenun gran valor turístico, lo cual comporta la desapa-rición de los humedales litorales. En el ámbito legis-lativo la reacción es espectacular, y coincide con unaumento de la conciencia proteccionista y la conso-lidación de la sociedad urbana: el proyecto MARcon una lista de 200 humedales europeos y del nortede África (1965) en el que aparecen cuatro zonasde categoria A en España: Daimiel, Doñana, la Albu-fera de Valencia y el delta del Ebro.A raíz del proyecto MAR se reúne en Ramsar (Irán)una convención internacional que establece las basesaplicables a los humedales de importancia interna-cional, especialmente en cuanto hábitat de aves acuá-ticas (1975). En 1982 se adhiere el Estado español.La propia Unión Europea publica la Directiva sobrelas aves (1979) en la que tiene un gran peso la orni-tología de los humedales, pero que recoge una visiónpoco equilibrada de la problemática conservacionistaeuropea y que no se ha corregido hasta hace pococon la Directiva sobre conservación de los hábitatsnaturales y de la fauna y la flora silvestres (1992).También en el ámbito internacional surgen una seriede convenios que refuerzan la protección, directa oindirectamente, en estas zonas: Washington (1973),Berna (1979) y Bonn (1979).Ante esta situación internacional, la propuesta parcialdel Ayuntamiento de Amposta respecto a la protec-ción del Delta no recibe la aceptación de la Gene-ralitat. Teniendo presente que la protección generalconsensuada fracasa, la propuesta de Amposta podíasuponer un revulsivo y no se aprovechó la oportu-nidad, probablemente para no tener que asumir posi-bles riesgos añadidos a una operación ya delicada depor sí.Sin embargo, el hecho es que la creación del parquenatural del delta del Ebro tiene lugar mediante unaestrategia parcial similar.

La creación del parque natural

El gobierno catalán, que con las elecciones al Parla-mento del mes de marzo de 1980 dejó de ser provi-sional, impulsa decididamente la creación de espa-cios protegidos: Pedraforca (1982), Cadí-Moixeró(1983), Zona Volcánica de la Garrotxa (1982) y ElsAiguamolls de l’Empordà (1983).En el caso del delta del Ebro, les negociaciones conla Generalitat para la declaración del parque naturalestán cerradas desde 1980. El Ayuntamiento deAmposta toma la iniciativa y exige una solución, y lasgrandes propiedades, cuando observaron la buenasituacióndel arroz, intentar poner a producir elmáximode superficie de sus fincas transformando las zonasnaturales (yermos). Tras el fracaso de los proyectospara urbanizar La Punta de la Banya y El Fangar, y

ante la nueva estructura política, los movimientosecologistas y universitarios están inactivos.En el marco de estas transformaciones, se construyeun canal de circunvalación en la balsa del Canal Vellque aisla la superfície de agua del cañaveral que lerodea. Este canal permite regular los niveles de aguade la zona cultivada sin afectar a la balsa y se cons-truye de modo que queda libre la conexión con labahía del Fangar, sin hipotecar su riqueza piscícola.La Societat de Pescadors de Sant Pere ve con buenosojos las actuaciones, pero el Ayuntamiento de Delte-bre, dirigido por independientes enmayoría absoluta,se opone a ellas por diversosmotivos y se inician unaserie de manifestaciones y contactos, incluso con laGeneralitat de Catalunya con el fin de que se parali-cen las obras de transformación en arrozales en laperiferia. El gobierno catalán, que veía cómo se lesescapaba de las manos la protección de los espa-cios naturales del delta del Ebro, propone como solu-ción declarar parque natural a la zona afectada. Lasconversaciones fueron muy rápidas, el movimientose inicia a principios de 1983 y, en veranode esemismoaño, se publica el decreto de creación del ParqueNatu-ral del Ebro. En la práctica, a la zona del Canal Vell,se ha añadido la balsa de Les Olles —en el términomunicipal de El Perelló— y la isla de Buda —en eltérmino municipal de Sant Jaume d’Enveja. Buenaparte del términomunicipal deDeltebre queda incluidoen el Parque.1983 no era un buen año para crear un parque natu-ral en el Delta: la transformación había llegado a supunto máximo, los canales de riego estaban a puntode colapsarse, el proyecto de saneamiento había fraca-sado. En Sant Jaume d’Enveja, se habían celebradoasambleas multitudinarias en su contra; los sectoresimplicados en las desecaciones utilizaban la decla-ración de parque natural para captar las simpatíasde la gente a quienes se "hipotecaba" el futuro. A favor,se contaba con que L’Ampolla no tenía ayuntamientopropio, que El Perelló lo respaldaba y que en SantJaume únicamente se afectaba a la isla de Buda, unapropiedad privada con escasa relación con la pobla-ción a quién, en cierto sentido, no le molestaba quepudiese "perjudicar" a los propietarios. Ante una situa-ción tan grave era necesario tomar la iniciativa, aúnmás teniendo en cuenta que el decreto había sidorecurrido, no únicamente por los grandes propieta-rios, sino también por el propio gobierno central. Caberecordar que esto sucedía durante la etapaUCD, etapade transferencias y susceptibilidades generalizadaspor el cambio de estructuras del Estado. Por una parte,esta iniciativa podía venir determinada por la volun-tad de realizar inversiones que permitiesen mostrarque elmodelo de protección que se quería era compa-tible con el desarrollo, creando infraestructuras…Estapuerta se cerró antes de abrirse. No se transferíanrecursos y el endeudamiento del gobierno catalánse había disparado. Por otra parte, la acción decidi-damente proteccionista por salvar Els Aiguamollsde l’Empordà, unos terrenos declarados urbanizables,había hipotecado las acciones de envergadura amedioplazo.La gente del Delta tiene un enraizado sentido de lacooperación y arrastra una tradición histórica de aisla-miento ymarginación, sus estructuras sociales se hanestablecido muy recientemente, y están en pleno

proceso de tansformación y consolidación 9. La presen-cia de la Administración Pública en el Delta, inclusoen el ámbito local, ha sido prácticamente nula y sedesconfía de los extraños porque tradicionalmente,pese a la poca riqueza existente, se han llevado másde lo que han dejado. Si a esta situación de descon-fianza le añadimos que la presencia de la Adminis-tración tenía el objetivo de crear y administrar unparque natural, en unpaís en que las actividades prima-rias (agricultura, caza, pesca…) eran la ocupaciónde prácticamente todos, el resultado previsible nopodía ser muy esperanzador, especialmente si nose disponía de recursos para demostrar cuál era elcamino que se quería seguir.Desde el Parque se fue consolidando un personallaboral constituido casi completamente por gente dellugar, con un gran espectro de ideas, aunque con lailusión de salvaguardar y mejorar los sistemas natu-rales.Se diseñó un programa de uso y gestión que permi-tía planificar, racionalizar y clarificar los espacios yque se tradujo en un aumento de la riqueza biológicadel Parque. Después de tener garantizada la conser-vación de los espacios naturales, a través del programay la redistribución del personal de vigilancia, se proce-dió a emprender una difusión del Delta en el ámbitocatalán e internacional. El delta del Ebro, cuyo aisla-miento social era resultado de la falta de comunica-ciones e infraestructuras, era una zona prácticamentedesconocida hasta para los mismos catalanes. Lacampaña fue espectacular, más aún por el hecho deque los propios habitantes del Delta no entendíaqué era lo que venía a ver tanta gente de fuera. Loshabitantes del Delta, acostumbrados a vivir en aquelmundo no entendían que aquel microcosmos fueseinsólito, absolutamente diferente al resto del país:un gran río en un país de barrancos, un entorno llanoy sin piedras enmedio de un paísmontañoso y rocoso,un centenar de quilómetros de playas vírgenes dondela costa es una corteza de hormigón.A pesar de la falta de recursos, entre 1983 -1986 sepracticó el modelo de parque natural que de deseabay, a partir de entonces ya no se hablaría más de supó-sitos de acción, sino de realidades. La gente delDelta había aprendido a desconfiar de la palabras,y ahora tenía realidades. Por otra parte, el hecho detener unas oficinas administrativas les permitíamante-ner contactos y pactar la ampliación del Parque alresto del Delta, y hacerlo mediante contactos multi-laterales y multisectoriales, preparar su futuro sinprisas, con la serenidad y la voluntad de recoger todoslos problemas y puntos de vista para acogerlos y tratarde que en el futuro se dispusiera de instrumentosadecuados para solucionarlos.En 1986, los tribunales anularon, por defectos de forma,el decreto de creación del Parque. Al mismo tiempo,fruto de las negociaciones, que habían llegado a contarcon los sectores que habían impugnado el Parqueen 1983, se celebró una asamblea en el salón de plenosdel Ayuntamiento de Amposta entre representantesde la Generalitat de Catalunya, los ayuntamientos ylos representantes socioeconomicos del Delta, y sepactó la ampliación del Parque al hemidelta derecho:delimitación del espacio, redacción del decreto…El resultado fue la publicación del Decreto 332/1986de 23 de octubre (DOGC 17/12/86) de recreación del

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Parque: lo que parecía la muerte del espacio prote-gido había sido unametamorfosis que le había permi-tido desprenderse de los antiguos vestidos, el surgi-miento de un Parque nuevo que incluía prácticamentetodas las zonas naturales del Delta sin que casi nadielo impugnase. Se acercaba una etapa difícil: admi-nistrar el Parque,mereciendo la confianza y la respon-sabilidad que se le había dado y alcanzar el obje-tivo de velar por la riqueza biológica de los espaciosque lo integraban, compatibilizándolo con las acti-vidades tradicionales que se desarrollaban en el Delta.

El desarrollo del parque natural

Gran parte de los parques naturales de Cataluña nacie-ron durante la primera legislatura del gobierno dela Generalitat, surgida tras las primeras eleccionesal Parlamento de 1980. Este hecho indica, por un lado,el interés del gobierno catalán por preservar su terri-torio, ya que anteriormente en Cataluña sólo exis-tían el Parque Nacional de Aigüestortes, el Estanyde Sant Maurici creado accidentalmente en 1955 yel anillo de parques periurbanos de la Diputaciónde Barcelona, nacidos con una clara vocación protec-cionista, aunque en un marco de planificación urba-nística; y, por el otro, que las vicisitudes y el apren-dizaje sobre los espacios protegidos serían paralelosa los de nuestro gobierno.A pesar de que el ICHN 6 había previsto tres parquesnacionales en Cataluña, el que ya existía en el Piri-neo, otro en el Massís dels Ports y otro en el deltadel Ebro, esta figura no se adecuaba demasiado a larealidad de una naturaleza fuertemente condicionadaa la actividad humana. Así, la fórmula del parque natu-ral resultaba lamás apropiada, sin que ello significaserebajar el grado de protección de los espacios másvulnerables o valiosos.En el proceso de creación del Parque, la iniciativaestuvo en manos de la Dirección General de Polí-tica Territorial del Departamento de Política Territo-rial y Obras Públicas (DPTOP), aunque la gestión fuecompartida con elDepartamento deAgricultura,Gana-dería y Pesca (DARP). La anulación del decreto decreación del Parque (1986) y la iniciativa negociadoradel DARP en su ampliación al hemidelta derecho invir-tieron la situación inicial, y, con el nuevo decreto(1986), vigente hasta el día de hoy, la iniciativa corres-pondió al DARP hasta 1999. El DPTOP se concen-tró en los espacios que administraba que, básicamente,se reducían al Parque Natural de la Zona Volcánicade la Garrotxa. Durante estos años se dió una increi-ble disparidad de criterios y recursos en la gestiónde espacios protegidos dependiendo del departa-mento que los administrase: mientras que el Parquede la Garrotxa tenía unas condiciones materiales yhumanas, equiparables a las de los parques europeos,los parques del DARP tenían unos recursosmuy bajos,que, por otro lado, estaban en consonancia con elconjunto delDepartamento. Por el contario, las compe-tencias de gestión correspondían al DARP y se dabala paradoja de que las zonas con graves y comple-jos problemas de gestión, como el Delta, tenían unosrecursos muy escasos, pero una gran capacidad degestión. Estos desequilibrios propiciaron la iniciativa,propuesta por la administración del propio Parquey con la aprobación del DARP, de que el DPTOP,

parcialmente integrado en el nuevoDepartamento deMedio Ambiente (DMA), adquiriese lamitad de la islade Buda y la gestionase directamente, complicandoaúnmás la gestión de un espacio ya bastante complejo.Afortunadamente, en 1999 se unificaron las compe-tencias de ambos departamentos dentro de laDirecciónGeneral del Patrimonio Natural y del Medio Físico(DGPNMF) del Departamento deMedio Ambiente, locual, y muy especialmente en el delta del Ebro, hasimplificado y racionalizado la gestión, al tiempo quemejorado los recursos.La evolución del ajuste del Parque, durante los quinceaños que estuvo en el DARP, siguió una línea esta-ble en lo que refiere a los cuadros técnicoadminis-trativos, pero la estructura departamental sufriómuchoscambios: DirecciónGeneral delMedio Rural, DGPatri-monio Forestal, DG del Medio Natural, pero másque la denominación, los cambios afectaron a losdirectores generales que había al frente, básicamente:en la vertiente tecnicoadministrativa (Martín Arnaiz),prevención y solución de puntos conflictivos (R. Grau-pera), eficiencia (J. Santacana), autofinanciación (J.Peix), responsabilidad (A. Solé)…EnelDARP, el auténtico dramade esta etapa del Parquefue la escasez de recursos para alcanzar los objeti-vos y lo que, en justicia, se esperaba del Parque.Las opciones de esponsorización o de tender a la auto-financiación no fueron la solución, ya que habríanacabado conduciendo a la Administración pública auna situación caótica y opuesta a su esencia y razónde ser. En esta situación, fue provindencial la ayudaque la Comisión de Salud y Medio Ambiente de laDiputación de Tarragona ofreció al Parque, y quepermitió la realización de importantes objetivos: rede-finir los límites del espacio con la adquisición de fincas,completar infraestructuras…Debe tenerse en cuentaque esta línea nunca fue cuestionada por ninguno delos Presidentes de la Diputación ni de la Comisión,independientmente de su adscripción política. Yase ha comentado anteriormente que la gran oleadade creación de parques en Cataluña coincide con laconsolidación de su autogobierno y el refuerzo legis-lativo internacional de la líneas conservacionistas. Eneste mismo sentido, la Generalitat aprobó el Plande Espacios de Interés Natural (DOGC 1714, del 1de marzo de 1993) en que se incluía el 20% del terri-torio de Cataluña; al delta del Ebro, además del Parquese añadieron 3.000 ha. Las áreas protegidas del Deltapasaron del 25 al 35%. Este hecho fue consideradopor muchos como un incumplimiento del pacto decreación de parque natural y fue impugandopor diver-sas entidades. Con todo, la línea del Parque es laque se ha utilizado para definir los límites de los terre-nos incluidos en el Convenio de Ramsar y la Direc-tiva de protección de las aves (DOCE 103, de 25 deabril de 1979). Por el contrario, los límites propues-tos para la nueva Directiva hábitats (DOCE 1206, de22 de julio de 1992) ha sido la línea del PEIN. Estehecho y el que no se haya consultado a los ayunta-mientos ha creado nuevos recelos y malestar. Cree-mos que sería necesario seguir unamisma línea obje-tiva y consensuada a todos los niveles. Hacer locontrario puede acabar resultando caótico para lapropia Administración pública y crear un malestarinnecesario. La Unión Europea (UE), bajo la presiónde los grupos conservacionistas que desean que todo

el Delta esté protegido, pretende ampliar las áreasprotegidas, debido a la falta de coordinación de super-fícies propuestas por la Administración catalana.Ampliación que, teniendo en cuenta que los instru-mentos de control urbanístico, fitosanitarios…ya exis-ten, en estos momentos sólo comportaría complica-ciones y ningún beneficio.Una línea mucho más interesante han sido las medi-das agroambientales cofinanzadas por la UE, elgobierno central y el catalán, que permiten potenciarlas líneas de conservación ayudando y colaborandocon los campesinos.Un aspecto importante de la gestión del Parque hasido el establecimiento de una delimitación funcio-nal del mismo, que, en muchos casos, el decreto de1986 establecía de manera poco clara o adecuada.Esta redefinición se contemplará oficialmente en elfuturo. Esmuy importante tener presente que, por suscaracterísticas físicas e históricas, los espacios litora-les delDelta presentaban graves problemaspara descu-brir su propiedad y estado. Este conflicto se daba entrepropietarios particulares, entre estos y la Adminis-tración pública, e internos a la Administración. La Leyde costas y el propio Parque han contribudido a clari-ficar la situación, después de numerosísimos conflic-tos, algunos de los cuales aún no se han resuelto defi-nitivamente, pero que es imprescindible solucionar,para poder llevar una gestión adecuada. Esto nos llevaa otro tema importante: un parque natural situadoen buena parte en la zona de dominio público marí-timoterrestre, adscrito a laDirecciónGeneral de Costasdel gobierno central, lo cual supone un elevado gradode coordinación para hacer posible una gestióncorrecta. Esta coordinación ha existido siempre ypuede calificarse de modélica, hasta el punto deque ha permitido y permite resolver muchos proble-masmutuos sin el másmínimo afán de protagonismoomarginación por parte de cualquiera de las dos admi-nistraciones.Otros aspectos importantes son la planificación gene-ral del Delta y la mejora de la protección y la gestiónde las zonas naturales. En lo que se refiere a la plani-ficación general, se ha confeccionado el plan direc-tor del delta del Ebro, del cual, por el momento, seaplica la vertiente restrictiva, y es de esperar quetambién se haga con la realización de las previsio-nes de infraestructuras planificadas.En lo que se refiere a la protección y conservación delos espacios incluidos en el Parque, se han decla-rado reservas y refugios de fauna salvaje (Fangar, CanalVell, Garxal, isla de Buda, la Tancada) que se hansumado a los ya existentes (Punta de la Banya e islade Sapinya). Otras veces, aún incorprándose a reser-vas y áreas de caza controladas, actúan como zonasde refugio de la propia zona cinegética (Zona XII).Precisamente, para las actividades cinegéticas, ademásde tener una planificación territorial que nunca habíaexistido, y de haberse creado una red de refugiosen los que no se puede cazar, que incluye más dela mitad del Parque, se ha establecido un sistemade cotos que ha contribuido a la recuperación de diver-sas especies.En lo referente a la planificación territorial, el Parqueha llevado a cabo una importante labor gestionandosus sistemas naturales. El problema más grave plan-teado ha sido la degradación de L’Encanyissada, la

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balsa más grande de Cataluña con unas 1.200 ha,en la que habían desaparecido la vegetación acuáticay los animales asociados. La colaboración con la Comu-nidad de Regantes y los cazadores propició una seriede actuaciones que han supuesto una de las rege-neraciones ambientales más importantes que se harealizado en Europa durante las últimas décadas.Las fochas, por ejemplo, que hacía 20 años que habíandesaparecido de la zona han llegado a los 30.000 ejem-plares (invierno 1999/2000), prácticamente 10 veceslas existentes en todo elDelta cuando se creó el Parque;o la capacidad de acogida de decenas de miles depatos que vienen a partir de agosto huyendo de ladesecación de sus hábitats en Doñana y Daimiel.En el caso del Canal Vell, la gestión hidrológica hasido responsabiliad tradicionalmente de la Comuni-dad de Regantes y la Sociedad de Cazadores de SantMiquel, siempre con buenos resultados.En la actualidad, los problemas se centran en peque-ñas balsas como la de Les Olles, cuyos problemastienen una solución técnica fácil, aunque costosa(dragado y traslado de la estación de bombeo).A menudo, cuando pensamos en la administraciónde un parque natural vemos, casi exclusivamente lalabor de los técnicos y científicos relacionados conla naturaleza; sin embargo, el aparato administra-tivo es la base sobre la que se desarrolla esta activi-dad que, a su vez, parte de las esperanzas que comociudadanos tenemos puestos en la Administración.Otra función básica, compleja y delicada es el servi-cio de vigilancia. El Servicio de Agentes Rurales hadestinado una patrulla al Parque que ha resultado serfundamental para alcanzar los objetivos estableci-dos por el decreto de creación del Parque. A partede los agentes rurales integrados a los servicios delParque, a pesar de que están adscritos a diferentesservicios, están los guardas de reservas de faunaque dependen del Servicio de Protección y Gestiónde la Fauna, algunos procedentes de los anterioresservicios cinegéticos del Estado, anteriores a la propiaGeneralitat, otros, más jóvenes, tienen responsabili-dades tan importantes como el control de la Punta dela Banya.Temporalmente se contratan vigilantes para salva-guardar las áreas más importantes durante la nidifi-cación, y, puntualmente, los voluntarios desempeñantareas complementarias. En nuestro caso, no se podíapedir ni más abnegación ni responsabilidad y, estaactitud hace que hasta a los guardas que ya no estánen el Parque los recordemos con afecto y alta consi-deración humana y profesional.Por las características del espacio, se han poten-ciado las infraestructuras para tareas ornitológicas(Centro de Recuperación de Fauna Salvaje del CanalVell) e ictiológicas (Centro Piscícola del Poblenou delDelta) que dan apoyo a los trabajos de recupera-ción de diferentes especies, a menudo endémicas yen peligro de extinción. Estas infraestructuras acogena estudiantes de todas partes de Europa, especial-mente biólogos y veterianarios, que adquieren cono-cimientos prácticos de gestión y contribuyen al buenfuncionamiento de los centros.El Parque ha supuesto la base para la creación deun grupo de voluntarios, dos cooperativas de servi-cios de educación e información ambiental, una escuelataller; se han editado diversasmonografías de la zona,

de pájaros, de peces, de árboles, de vegetación acuá-tica; dos revistas, una trimestral con información sobreactividades y otra sin periodicidad fija de carácter cien-tífico; además demuchomaterial divulgativo y peda-gógico, y un centro de documentación que recogela diversidad de estudios y publicaciones naturalís-ticos, especialmente del Delta.En lo que se refiere a las infraestructuras, se ha cons-truido un carril bici que atraviesa el Delta sur siguiendolas balsas de L’Encanyissada y La Tancada, doce obser-vatorios, itinerarios naturalísticos, dos grandes centrosde información, el Ecomuseu, un centro de educa-ción ambiental, la Casa de Fusta y se ha instalado unaexposición monográfica sobre las balsas y otra sobreel Delta en el Ecomuseu, donde también hay unaexposición ictiológica de las especies del Delta, einfraestructuras operativas: garajes, almacenes, casaspara los guardas y el personal de investigación.

Perspectivas

• Es necesario terminar los trabajos hidrológicos deregeneración de muchos hábitats (Encanyissada,Tancada, Les Olles…).• Es necesario mejorar la situación de algunas espe-cies que no se ha conseguido hasta ahora (avetoro,reproducción de la arpella…).• Es necesario seguir aclarando la propiedad de algu-nas zonas del Parque y adquirirlas o llegar a acuerdossatisfactorios, como en el caso del Canal Vell (sali-nas de la Trinitat, Ullals de l’Arispe…).• Es necesario resolver temas de áreas no compren-didas en el Parque, pero que no pueden olvidarse,y, en este caso, dejar la responsabilidad en manosde ONG, a pesar de que aunque a menudo termi-nan con los conflictos, no suele resolver los proble-mas fundamentales de conservación, incluso puedenllegar a quedar peor ("Niño Perdido", Ullals de Panxay Carrova…).• Es necesario encontrar una solución al problemade la regresión del Delta y moderar el gasto inaca-bable de estudios que parecenmostrar más una inca-pacidad de decisión que deseo de conocimiento.• Habría que establecer una red de carriles bici quepermitiese recorrer el Delta sin riesgos, como pasaactualmente.•Habría que diseñar un plan de eliminación de la redeléctrica en el interior de los espacios naturales, comose ha hecho en la zona pública de la isla de Buda.• Es necesario regular la navegación fluvial por elEbro (velocidades, áreas y distancias de seguridad delas zonas protegidas…).• Es necesario complementar las áreas de circulaciónde bicicletas y las infraestructuras públicas del Parque(miradores, centros de información…) con áreas dedescanso y ocio distribuidas estratégicamente.• Es necesario continuar en la línea demedidas agro-ambientales, ampliarlas a nuevas actividades agrariasy a nuevos sectores (pesqueros y marisqueros…).Existen muchos más temas, algunos de los cualesno se han expuesto porque están en vías de resolu-ción, pero en cualquier caso, las soluciones resul-tan ser a menudo interdepartamentales y éstas son,precisamente, las más difíciles de encontrar. Comodice la mítica publicación de la Institución Catalanade Historia Natural (6), en las dos ediciones publi-

cadas: "Ninguna de las zonas específicamente trata-das en esta obra (se refiere al área de Els PaïsosCatalans) presenta una tan notable acumulación demotivos de interés y controversia como el delta delEbro". A pesar de ello, los sistemas naturales del Deltatienen una protección consolidada que sus habitan-tes han asumido comouna tarea propia. Hoy, es ciertoque en Europa el tiempo va a favor de esta protec-ción, las actividades primarias de producción cadadías estánmás ligadas a la conservación y esto permiteno sólo la supervivencia delmedio rural, sino tambiénla delmedio natural, llegando al punto de reencuentroy complementariedad, que nunca se ha perdido en elDelta. La existencia del espacio protegido ha propi-ciado el refuerzo de una actividad de ocio que comple-menta y diversifica la actividad socioeconómica tradi-cional; sin embargo, hay que hacerlo bien. Si el Deltaha de ser lo que es, una gran área natural, tiene queserlo en el marco y las carácterísticas europeas, novale poner restricciones sin ofrecer alternativas nihablar de futuro sin resolver el presente. Es inadmi-sible que no se pueda pasear con bicicleta por el Delta,o que la líneas eléctricas escolten a todas las zonase infraestructuras naturales, o que las carreteras porlas que circulan millones de visitantes estén a cargode los campesinos, igual que durante el siglo pasadocuando éstos eran los únicos que las utilizaban y cons-truían… En cualquier caso, los retos, en nuestropaís, siempre han sido un estímulo y, si miramos atrás,veremos que el camino recorrido es largo y el futuroclaro. Si se ha llegado hasta aquí en unas condicionestan precarias, el futuro esperanzador, que ya ha empe-zado, nos permite ser muy optimistas con respectoal patrimonio humano y natural que alberga el deltadel Ebro.•Referencias

1 F. TILDEN, 1978. The National Parks. 6ª edición.A. Knopf. New York.

2 E. HERNANDEZ-PACHECO, 1933. La Comisaria deParques Nacionales y la Protección a laNaturalezaen España. Ministerio de Agricultura. Madrid.

3BOE, 1986. "Espacios Naturales Protegidos". Madrid.4 F. GURRI SERRA, 1997. ParcsNaturals deCatalunya.Generalitat de Catalunya. Barcelona.

5 R. LÓPEZ PERALES, 1975. Historia de Amposta.Ajuntament d’Amposta.

6 R. FOLCH i GUILLEN i alt., 1976.Natura, ús o abús?.ICHN.

7 AAVV, 1977. Els sistemes naturals del delta de l’Ebre.ICHN. Barcelona.

8 AJUNTAMENT D’AMPOSTA, 1979. Butlletí d’infor-mació local núm. 150. Amposta.

9 R. MARTÍ COMES, 1989. El delta de l’Ebre. TerraNostra. Barcelona.

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La investigación en los espaciosnaturales protegidosJaume TerradasCREAF y Universidad Autónoma de Barcelona

Los espacios naturales protegidos sonámbitos muy apropiados para lainvestigación de muy diversos tipos y sobrematerias muy diversas. De hecho, inclusoson indispensables en ciertos campos de laciencia. Esto explica que, en algunos casos,la protección tenga como única finalidad lainvestigación y que muchas universidades ycentros de investigación del mundo tengan oactúen en espacios que se han protegidoprecisamente con la finalidad de garantizarque los investigadores no vean perturbadasu labor. En estos casos, se acostumbra aemplear denominaciones como EstacionesExperimentales de Campo o similares. Lasestaciones experimentales permiten no sóloevitar intromisiones o perturbaciones nodeseadas en los experimentos, sino tambiénmantener, con más garantías, seguimientos alargo plazo que son cruciales en muchostipos de estudios, por ejemplo, en elmomento de detectar cambios ligados aprocesos de carácter global o regional.

Las Estaciones Experimentales deCampohan sidomuyimportantes en el desarrollo de las ciencias agrarias,la hidrología, la ecología, la zoología, la botánica,etc. Recordemos nombres famosos como los deRothamsted, Lancaster o Monx Wood en Inglaterra,HubbardBrook, Coweeta, Jasper RidgeoBarrowPointen los EstadosUnidos, Solling enAlemania, Los LlanosenVenezuela, LosTuxtlas enMéxico,DoñanaenEspañay un largo etcétera. Pueden ser áreas relativamentepequeñas o más grandes, incluidas o no en espacioscon diversas figuras específicas de protección.Las Reservas Biológicas, en cambio, son espacios natu-rales protegidos inicialmente por sus valores natura-les extraordinarios, pero en los que, precisamente acausa de estos valores extraordinarios, se permitenúnicamente actividadesde carácter científico, y, aunquenohaya sido la investigación lamotivación primera dela protección, en muchos casos también se han insta-lado en ellos estaciones experimentales vecinas.Entre nosotros también contamos con equipamien-tos específicos para la investigación de campo. Algu-nos ejemplos son la Fundación Mas Badia o las diver-sas Estaciones Experimentales del IRTAen relación conlas ciencias agrarias, La Castanya, en el Montseny, yla zona experimental de la Sierra de Prades, en rela-ción con el estudio ecológico e hidrológico del bosquemediterráneo, o la estaciónde ecología de altamontañadeVielha,más centrada en la limnología. Sin embargo,nopodemosolvidar que también algunos espacios conunmenor grado onulo deprotección, y nodemasiadoequipados con instalaciones más o menos fijas, handesempeñadounpapel crucial en el desarrollodenues-tra investigación, como es el caso del lago de Banyo-les, y otros han aprovechado datos de instalacionesutilitarias, completándolas con información de inves-tigación, como es el caso del embalse de Sau, tambiénen el campo de la limnología. Lo que da importanciaa estos lugares es la continuidad y la concentraciónde esfuerzos de investigación de campo.En el ámbito internacional algunas de las áreas natu-rales en las que hay estaciones experimentales y enlas que se concentran muchos esfuerzos y recursos

de investigación se convierten en verdaderos centrosde referencia y, a veces, se integran en redes de obser-vación de procesos de escala regional o global, favo-reciendo así el intercambio y la cooperación. Haceunos años, se quiso poner de moda (sin éxito, ycreo que es una lástima), la expresión Observato-rios de la Biosfera: y digo que es una lástima porqueprecisamos de este tipo de equipamientos. Nos hacenfalta estaciones de investigación naturalista que reci-ban la consideración de grandes equipamientos cien-tíficos, que tengan planes de actuación que permi-tan los estudios amedio y largo plazo, que dispongande capacidad para albergar a científicos visitantes, quetengan personal técnico auxiliar y que, además dela investigación propia, participen activamente eninvestigaciones pluridisciplinares internacionales. Éstees el concepto. Y lo que hasta ahora hemos tenido enCataluña, debemos admitir que no son más que páli-dos esbozos, demasiado inseguros y voluntaristas.No obstante, en este escrito querríamos hablar, sobretodo, de la investigación que se hace en los espa-cios protegidos en los que justamente no es esta laúnica actividad posible. La orientación que toma enton-ces la investigación tiene una relación importante conla conservación y con las ideas que sobre este temadominan en la sociedad.

Cambios en la manera de ver la conservación

Entre los argumentos que suelen acompañar cualquierdeclaración de un espacio natural como zona prote-gida, siempre está el interés científico. El objetivobásico de la declaración es aún,muy amenudo, conser-var especies, ecosistemas, paisajes u otros valoresnaturales, sea porque se les considera poco frecuen-tes o en peligro, o sencillamente porque son repre-sentativos de las condiciones naturales de un terri-torio más extenso. El interés científico y el educativosuelen ser justificaciones acompañantes. Se entiendeque, si un hábitat se conserva bien, los científicostendrán oportunidades de comprender el funciona-miento de los sistemas, sean naturales o el hombrehaya intervenido en ellos en mayor o menor grado.A veces, las entidades administradoras de espaciosprotegidos han impulsado económicamente la inves-tigación, en parte como una manera de justificar lapropia intervención proteccionista, en parte paraadquirir conocimientos necesarios para la gestión queellas mismas deben realizar sobre estos espacios, osimplemente para satisfacer las propuestas de losinvestigadores. No obstante, este planteamiento tradi-cional empieza a experimentar un “aggiornamento”,una puesta al día, que se relaciona con la evolucióndel pensamiento en materia de conservación.En los últimos años, efectivamente, el conservacio-nismo evoluciona desde una posición inicial quepodríamos considerar romántica, basada en la apre-ciación cultural de unos determinados valores porparte de unasminorías, hacia otras formas de ver estacuestión. En este punto me gustaría considerar algu-nas ventajas e inconvenientes de esta evolución. Enprimer lugar, sin embargo, veamos en qué consiste.A mi entender es una evolución que sigue tres ejesbásicos.El primer eje resulta de la comprensión crecientede los servicios que los sistemas naturales prestan,

gratuitamente, a la humanidad. Aquí interviene, porlo tanto, un componente de interés social. Los siste-mas naturales desempeñan una serie de tareas, comopor ejemplo, el suministro de aire respirable, el aguapotable, la regulación hidrológica, la autodepuraciónde las aguas, la retención o la dispersión hasta nive-les no peligrosos de ciertos contaminantes, etc. que,si las hubiéramosde sustituir artificialmente, nos supon-drían unos costes enormes (o, simplemente, nopodríamos realizar esta sustitución). Así, se impuso laidea de que es necesario conservar los sistemas natu-rales, no por razones románticas, sino, al menos hastacierto punto, por interés social.El segundo eje aparece cuando se descubre que laprotección del medio natural se ha convertido, enmuchos casos, en un estímulo para el desarrollo econó-mico, sobre todo porque genera una atracción turís-tica, un cierto tipo de comercio y un plus de calidadpara ciertos productos. Esto tampoco tiene nada deromántico. La conservación enmuchos países se estáconvirtiendo en un instrumento económico al servi-cio del desarrollo. En los países desarrollados hace yatiempo que se conocen las ventajas económicas de laconservación.El tercer eje se diferencia por completo de los prime-ros y, a pesar de que se le puede relacionar con lavisión romántica tradicional, está adquiriendo otraclase de consistencia ideológica. En el pensamientoconservacionista se abre paso, en efecto, la idea deque es indispensable que, junto con criterios racio-nales como los mencionados hasta ahora, haya unreforzamiento de los valores desde el punto de vistaético: la idea de que no tenemos derecho a hacer loque nos plazca, de que la naturaleza no es simple-mente nuestro patrimonio, que existen unos derechosde la naturaleza y de otras especies que nosotrosno podemos violar. Lo cierto es que esto es difícilde justificar filosóficamente dado que la ética se refierepor definición a las relaciones entre personas, peromuchos piensan que esmás factible imponer nuevosvalores por la vía de la educación y la sensibiliza-ción de la opinión pública que convencer, en cadacaso concreto, del interés de la conservación de estoo aquello, en contra de intereses económicos o labo-rales concretos. De todos modos, es verdad que elargumento ético se ajusta a la óptica del interés colec-tivo de frenar la degradación ambiental (y, por lo tanto,la degradación de los servicios que la naturalezanos ofrece gratuitamente), y se dirige al comporta-miento particular de los individuos o de los estadosy órganos de las administraciones, que suelen actuaro bien en la persecución de intereses particulares, obien en la de objetivos que sólo contemplan de formaparcial los resultados de una actuación determinada.El imperativo ético aplicado a la conservación, demanera más o menos forzada, se ha adoptado, natu-ralmente, en el caso de grupos radicalizados quepueden llegar a ser violentos, como ha ocurrido en elcaso de la defensa de los derechos de los animales,con actos terroristas contra laboratorios que utilizananimales en sus experimentos. Es cierto que estoimplica ciertas complicaciones éticas, que hacen pasarlos supuestos derechos esenciales de los animales pordelante del derecho a la vida o a la integridad físicade las personas. Desgraciadamente, no podemossorprendernos por ello, ya que siempre hay gente que

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cree que la defensa de una idea abstracta, que puedeser perfectamente noble en si misma, únicamentees eficaz por la vía del asesinato de personas concre-tas. Sin embargo, dejando de lado estos extremismos,insisto en que, en una versiónmuchomásmoderada,el imperativo ético de la conservación es defendidopormucha gente, incluidos no pocos científicos, comola única vía posible de provocar cambios rápidosen el comportamiento colectivo.Los cambios en las ideas conservacionistas asocia-das a este tercer eje inciden en los comportamien-tos sociales por una vía ideológica, y tienen escasarelación con el conocimiento científico concreto dela naturaleza. Por lo tanto, no es necesario que nosentretengamosmás en esto, ya que el objetivo de esteartículo es la investigación en los espacios protegi-dos. No obstante, los cambios que siguen a los otrosdos ejes, servicios o funciones que nos prestan lossistemas naturales y la contribución de la conserva-ción en el desarrollo económico, sí que tienen unavinculación directa con la ciencia y la investigación.El “aggiornamento” a quenos referíamos ahora consisteespecialmente en argumentar los objetivos y las justi-ficaciones de una decisión proteccionista teniendo encuenta los servicios y el desarrollo, y esto comportaproporcionar a la investigación no sólo oportunida-des de profundizar en el conocimiento y la compren-sión de ciertos sistemas naturales, sino también obje-tivos complementariosmás "finalistas", para respondera cuestiones como: ¿Hasta qué punto están desarro-llando correctamente sus funciones los sistemas natu-rales? ¿Qué procesos pueden poner en peligro estefuncionamiento? ¿Quéusoproductivo sostenible puedehacerse de los espacios naturales?Los científicos no suelen creer demasiado en el diri-gismo cuando se trata de investigación, pero, no sóloeste dirigismo ha existido ya antes en la investigaciónque se realiza en los espacios protegidos, sino quepodemos esperar un aumento el mismo, como resul-tado de los cambios en la manera de entender yjustificar la conservación. En los apartados siguientes,trataré más a fondo las consecuencias de esto sobrela investigación en los espacios naturales.

La investigación que se hace hoy en losespacios protegidos

De formamás omenos implícita, de lo que se ha dichohasta aquí se desprende que, habitualmente, en losespacios protegidos se ha desarrollado una investi-gación básica de cariz naturalista, espontánea o esti-mulada económicamente por las administracionesresponsables, y una investigación orientada a lamejorade la gestión del propio espacio. La investigación real-mente espontánea es cada vezmás escasa, ya que losestudios representan unos gastos importantes, inclusocuando no son necesarios aparatos sofisticados y bastacon unos vehículos, gasolina y pequeños materia-les. A veces, los espacios protegidos son escogidoscomo lugar de estudio por investigadores que dispo-nen de financiación para realizar determinados proyec-tos, lo que en el argot profesional se llaman proyec-tos competitivos: proyectos que se han presentadoa una convocatoria pública (de la Unión Europea, delMinisterio, de laGeneralitat o de alguna entidadpúblicao privada) y han obtenido un dinero para su reali-

zación. En estos casos, en teoría, la iniciativa corres-ponde totalmente al investigador. Ahora, a menudo,la orientación de esta investigación está muy media-tizada por las restricciones o las condiciones que acom-pañan a las convocatorias. Ciertos temas tienen másposibilidades de éxito que otros, y los investigado-res son conscientes de ello. En consecuencia, presen-tan propuestas que, casi siempre, responden más acierto oportunismo en función de las posibilidadesde éxito que al interés real de los investigadores o,incluso, al interés científico objetivo de la temáticapropuesta. De modo que no se trata, realmente, deinvestigación espontánea.El segundo tipo de investigación tradicional es el quefinancian las administraciones responsables de losespacios. A veces, dichos organismos se limitan a acep-tar las propuestas de los investigadores, de acuerdocon el prestigio de los mismos o con una voluntadpolítica de justificación, y ello, quizás paradójicamente,ha permitido que el investigador dispusiera de máslibertad. Esta situación que se daba amenudo en nues-tros primeros espacios protegidos, cada vez es másrara. En la medida en que equipos más profesiona-lizados se hacen cargo de la gestión de los espa-cios, la cantidad de dinero que se destina a investi-gación, cada vezmás, se destina a estudios que puedanayudar a justificar la creación de un nuevo espacio,o a aportar datos y métodos relevantes para mejo-rar la gestión. Algunos ejemplos de este tipo de estu-dios son los catálogos florísticos y faunísticos, mapasgeológicos, de vegetación, de sensibilidad o fragili-dad, de conectividad, de distribución de poblacionesconsideradas importantes, análisis de flujos génicosentre subpoblaciones, impactos de determinadas acti-vidades como los pastos o el pisoteo ligado a la frecuen-tación, etc.En el estadio más avanzado, los gestores empiezana trabajar con bases de datos y sistemas de informa-ción geográfica (SIG), y piden al mismo tiempo traba-jos de base que completen esta base de datos y herra-mientas informáticas para manipularlas con eficacia.El caso en el que más se ha avanzado en este sentidoen Cataluña es el Parque de la Zona volcánica de laGarrotxa, gracias al programa Vulcà, del que ya hizodifusión esta revista, pero en algunos de los demásespacios también se han obtenido progresos impor-tantes. Desgraciadamente, si consideramos los 144espacios del PEIN, es evidente que en muy pocosse han realizado aún estudios de ninguna clase, niespontáneos ni dirigidos, y que poquísimos cuen-tan con una base de datos.La reciente apariciónde la iniciativaprivadaenel campode la conservación ha aumentado el número de espa-ciosquedisfrutandealguna clasedeprotección, enestecaso no ya por una regulación normativa sino por lavoluntad de los propietarios. La Fundación Territorioy Paisaje, por ejemplo, se ha convertido ya en elmayorpropietario de fincas de Cataluña, y su finalidad decla-rada es proteger sus valores naturales y culturales.Este tipo de entidades también está empezando a darapoyo a estudios, según las dos estrategias ya expues-tas: a propuesta de los científicos o confinalidades rela-cionadas con lamejora de la gestión. En cualquier caso,el hecho es que, con la financiación pública o privada,los estudios sobre los espacios protegidos se concen-tran, de momento, sólo en unos cuantos de nuestros

espacios (La Garrotxa, delta del Ebro, Montseny, Coll-serola, Montserrat, Aiguamolls de l’ Empordà,Muntan-yes de Prades, Muntanya d’Alinyà y un pequeño etc.).

Conservar para estudiar, estudiar paraconservar

Si vais de paseo por un espacio protegido, quizásos pueda ser útil pensar que la típica frase de apro-ximación sexual "¿Estudias o trabajas?" tiene una ciertaequivalencia en el campo de la conservación. Podríaser "¿Investigas o gestionas?". Ahora, es necesario queos advierta de que os podéis encontrar con respues-tas confusas (cosa que puede alargar la conversación,al fin y al cabo una posible ventaja). En los espaciosprotegidos puede haber, en efecto, gente que inves-tiga y gente que gestiona, además de gente que viva,pasee, eduque o sea educada, etc. en ellos. Ahora,y quedándonos con la dicotomía que nos interesa,a menudo los que investigan pretenden que lo quehacen es utilísimo para la gestión, sin aportar dema-siados indicios significativos, y algunos (ciertamente,sólo algunos) de los que gestionan se pasan el díacontemplando extasiados las actividades familiaresde alguna especie, preferentemente emplumada ycon hábitos rapaces o mamíferos y de unas medi-das relativamente grandes, y en el recuento obse-sivo de las existencias, actitud que se parece más ala del estudioso que a la del gestor. La confusión nose debe a la ignorancia, y, si se exhibe cierta inge-nuidad por parte de los protagonistas, me atreveríaa decir que empieza a ser una ingenuidad culpable.Vayamos paso a paso, empezando por los investi-gadores. Al investigador le gusta estudiar lo que leapetece (afirmación que no es más que una tauto-logía), pero también le conviene que le paguen losgastos (cosa perfectamente comprensible, natural-mente), ya que pueden ser considerables, como yahemos dicho. Los gestores no quieren gastarse eldinero para satisfacer las curiosidades de los cientí-ficos, sino paramejorar la gestión, aumentar los datosque pueden ofrecer a los visitantes, justificar su acti-vidad propia o para cubrirse las espaldas en ciertostemas. Por ello, cada día más, la investigación quepagan los organismos administradores de los espa-cios protegidos es una investigación que acostum-bra a ser "finalista" (mal dicho, porque toda investi-gación debería tener objetivos), aplicada (mal dicho,porque, a pesar de la buena voluntad, el hecho es quea menudo no se aplica) u orientada (¿qué clase deinvestigación sería una investigación desorientada?),en cualquier caso una investigación al servicio de lagestión de la flora, la fauna y el territorio. O, si nolo es, los investigadores tratan de hacerlo ver, tristeservitud demasiado extendida. Añadimos, de inme-diato, que hay investigadores que buscan, realmente,una aproximación entre el interés científico y la entregade resultados de un cierto interés social. No sé quéproporción representan del total.Hablemos ahora del gestor. Éste, a veces, como ya heinsinuado, es un investigador naturalista disfrazado,y lo tienen todo bastante bien mientras sólo se justi-fique ante sí mismo, pero lo cierto es que conocerel estado de algunas poblaciones especialmente queri-das no es gestionar nada, tan sólo es paso previo agestionar algo (en ningún caso, todo el espacio), un

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paso previo para hacer alguna actuación concreta. Yahe dicho, sin embargo, que esto sólo ocurre a veces,y quizás no sea el peor caso posible. Otras veces, elgestor no se acerca al espacio, o sólo se encarga deconstruir en él caminos, edificios o elementos artifi-ciales diversos, o sobre todo organiza visitas escola-res o políticas (ninguna de estas cosas es estrictamenteincompatible con las demás). También hay, y nospodríamos felicitar por ello, excelentes gestores,que tratan de entender los problemas de todo orden(ecológicos y socioeconómicos) que se plantean encualquier espacio y aprovechar los conocimientosdisponibles o estimular losmás necesarios. Noobstante,me temo que no son mayoría, pero tampoco sé suproporción.Durante muchos años, entre investigadores y gesto-res se han producido malentendidos sobre cuál es elpapel de cada uno, por ejemplo, sobre qué esperan losunos de los otros y los otros de los unos. Además demuchas dificultades de comunicación. El investiga-dor debe aceptar que el gestor no quiere ser única-mente una cuenta corriente. Que espera unas utilida-des de la investigación. El gestor debe entender queno se pueden obtener utilidades sin conocer algunosde los aspectos esenciales de los sistemas estudia-dos. El hecho de que cada sistema ecológico es dife-rente y que hay muy pocas reglas o leyes transferi-bles de unos a otros, si es que las hay, quiere decirque debemos entender bien, en aspectos básicos, elfuncionamiento de los sistemas sobre los que se quiereobtener estas utilidades (unamejor gestión, sobre todo).Unos y otros deben entender que sólo pueden espe-rar respuestas si las preguntas han sido formuladas consuficiente precisión. Y todos juntos deben tratar deconstruir undiálogopermanente, un verdadero trabajoen común, que haga que tanto las preguntas comolas respuestas sean más precisas cada día.

Retorno a las motivaciones

Nadie es perfecto, como le decían a Jack Lemmonal final de una de las mejores comedias de la histo-ria del cine, cuando confesaba a su pretendiente,un viejo caduco ymillonario, que él no era una chica.Nadie es perfecto, pero es cierto que nos hace faltair mejorando el funcionamiento colectivo. Y esto,en el terreno que nos ocupa, es muy factible. Setrata de hacer lo que anunciaba el título de este apar-tado: cuando se decide conservar un espacio, no sehace sólo un acto administrativo, sino también un actocultural y un acto con fuertes componentes emocio-nales. Quizás esta motivación romántica inicial yamencionada, resulte cursi para algunos, pero sin dudaconservamos porque queremos que aquello queconservamos siga existiendo, porque lo queremosy lo queremos conocermás ymejor. Y por otrosmoti-vos, como ya hemos visto, pero estimación y volun-tad de conocer deben ser aún los primarios para noentrar en contradicciones: se puede "proteger" formal-mente, pensando sólo en hacer negocio a su alre-dedor (el eje de la conservación como contribuciónal desarrollo), pero si ésta es la única motivación,los resultados de la conservación suelen ser bastantemalos, excepto para algunos bolsillos. Se puede conser-var como resultado de una toma de consciencia racio-nal de la necesidad de proteger ciertos servicios

ambientales, pero este tipo de argumentación, quedebería llevar a una mejora generalizada de nuestrarelación con el entorno, se aplica más difícilmente ala protección de un espacio limitado concreto. Porlo tanto, defiendo, enmuchos casos almenos, la persis-tencia de la idea romántica y el componente emocio-nal de la conservación, reforzada, eso sí, por argu-mentos racionales y económicos y por una reflexiónética, según los otros tres ejes explicados antes. Peroya es hora de plantearnos el tema del siguiente apar-tado.

¿Qué tipo de investigación es necesaria?

Como ya hemos, dicho la política científica de losorganismos oficiales de investigación "focaliza" losrecursos en temas determinados. El mecanismofunciona en cadena. La focalización de la investiga-ción tiene aspectos positivos, y ha provocado, sinduda, importantes avances en algunos campos. Perotambién aspectos negativos, ya que amenudo obligaa los investigadores a dedicar muchos esfuerzos atemas que no siempre son científicamente apasio-nantes. A este problema se añade otro: la evalua-ción de la investigación sobre la base de la cantidadde publicaciones de "calidad contrastada" (es decir,en revistas que figuran en el Science Citation Index,que no deja de ser un cribador con unos determi-nados criterios). El apoyo de los organismos públicosde la investigación se hace cada vez más en base auna productividad de información constatable (en"papeles" publicados en revistas internacionales reco-nocidas) de los grupos de investigación. Información,añadimos enseguida, que es supuestamente, utilísimay, en proporciones impresionantes, también casi simul-táneamente olvidada, excepto para el autor. En efecto,el que un artículo haya superado unas exigenciasde calidad es una garantía, y que un grupo publi-que regularmente de estamanera quiere decir que haalcanzado un buen nivel científico. Ahora bien, estogarantiza que la calidad y la financiación estimula lacantidad, pero no garantiza las utilidades. Muchos delos trabajos que se publican son fracciones de untrabajo más amplio (interesa multiplicar las publica-ciones), que aparecen dispersas en revistasmuy diver-sas, normalmente en inglés, de manera que, paralos no especialistas, como por ejemplo los gestores,es imposible llevar un seguimiento. Incluso lo esaun teniendo los artículos en la mano, ya que casisiempre estos artículos tienen un interés demasiadopuntual y se expresan de forma excesivamente esoté-rica (cosa a la que contribuyemucho el estilo concisoy la parafernalia estadística impuestos por los edito-res de revistas científicas).Quizás es más importante aún otro problema. Unaconsecuencia de la focalización y de las relacionesentre los diversos niveles de organismos de investi-gación tal como están estructurados actualmente esque, cuando, por ejemplo, cierta comisión (nuncaimparcial y objetiva, porque nadie es perfecto), enEuropa, decide priorizar éste o aquél tema, es muyprobable que los mismos temas se vuelvan priorita-rios en las correspondientes comisiones estatales ocatalanas.En resumen, que la hipotética (y siempre escasa) crea-tividad se prefiere en beneficio de: a) la producción

(sale más a cuenta investigar cosas cuyos resultadospublicables estén asegurados, y b) la posibilidad deque los equipos aquí sean competitivos para recu-perar una parte, al menos, del dinero para investi-gación que el país envía a Europa en función delcumplimiento con las obligaciones impuestas porel tratado de cohesión, etc.Pero seamos positivos y, como se dice ahora, políti-camente correctos. Es un hecho satisfactorio que enlos espacios naturales de Cataluña haya una nota-ble actividad investigadora en los diversos campos delas ciencias naturales, en rápido crecimiento sobretodo desde finales de los 70 (sólo mucho despuésen algunos campos de las ciencias sociales, en loscuales la situación aún no es comparable). Un conjuntode publicaciones dan testimonio de esta actividad,y aunque muchas estén dispersas en un montón derevistas académicas caras y a menudo difíciles deencontrar, parte de estas publicaciones son asequi-bles más directamente: por ejemplo, los diferentesvolúmenes de jornadas de investigación en parquesnaturales ( Montseny, Sant Llorenç deMunt, Corredor- Montnegre, Garraf, etc.), editados por el Serviciode Parques de la Diputación de Barcelona, los resú-menes de investigación científica en el Parque de laZona Volcánica de LaGarrotxa, editado por el Depar-tamento de Medio Ambiente de la Generalitat, losvolúmenes que sobre áreas específicas (delta del Ebro,Medas, Cabo de Creus) edita ocasionalmente la Insti-tución Catalana de Historia Natural, un buen númerode publicaciones sobre territorios concretos de diver-sos organismos de toda Cataluña, etc. Y no olvidemosque las que no son tan asequibles no dejan de sermuyimportantes en su conjunto, porque han generado unnuevo conocimiento que nuestros investigadores,al menos, poseen.Tal como están las cosas, la existencia de diversosorganismos financiadores de investigación en espa-cios naturales es una ventaja, desde el punto de vistade la libertad del investigador. Una investigación ente-ramente planificada seguramente no dejaría de caeren el "seguidismo" de las directrices internacionalesy, por lo tanto, en una redundancia de los temas consi-derados prioritarios y una disminución de la origi-nalidad creativa. Los defectos de esta posibilidadquedan claramente explicitados en un ejemplo real:la temática del fuego y sus efectos ecológicos, que fueprioritaria en el IV Programa Marco de la UE, lo hadejado de ser después, seguramente porque la opiniónde los paísesmediterráneos no tiene el peso que dese-aríamos. La selección de los temas prioritarios busca,a menudo de forma demasiado trivial, la aplicación:los trabajos que conducen a la comprensión básicade procesos biológicos y ecológicos en nuestros ecosis-temas no aparecen como prioritarios para directrizalguna y tienen serias dificultades para obtener finan-ciación. Todas estas distorsiones deben ser corregi-das con fondos propios, y lo puede hacer un agen-cia como el CIRIT, si quiere. Ahora, la experienciademuchos añosmuestra que el CICYT o el CIRIT tien-den a reproducir esquemas europeos y a repartir equi-tativamente (más o menos) los restos, de la maneramás fraccionada posible. Existen tantos temas que es,en efecto, muy difícil asignar satisfactoriamente losrecursos, por desgracia tan limitados de la investi-gación (lo de la limitación no es excusa suficiente,

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ya que también se puedemejorar si hay voluntad polí-tica). Tener una estrategia propia, que cubra las defi-ciencias y desviaciones de la política comunitariaes, me parece, indispensable, y lo es especialmenteen un caso como el del estudio de la naturaleza.En Cataluña, el CIRIT ha intentado controlar, parcial-mente, los recursos que los diferentes Departamentosdestinan a estudios e investigación, pero esto implicael riesgo de acabar eliminando algunas fuentes queaún permiten cierta libertad al investigador, sin garan-tizar del todo, la atención hacia temas especialmenterelevantes entre nosotros. Es una jugada que hace faltaseguir con extremada prudencia, y, de hecho, demomento creo que se lleva con prudencia.

Algunas propuestas

La política científica en materia de espacios natura-les debería tener, desde mi punto de vista, algunasclaves. Como en toda política científica, es necesa-rio que se base en los equipos disponibles de capa-cidad contrastada y que sea, al mismo tiempo, capazde impulsar los nuevos equipos necesarios para cubrirobjetivos importantes que, actualmente, no lo están.Es un principio elemental de economía y eficaciaconcentrar esfuerzos en ciertas áreas, adecuadamenteescogidas, en la línea de aquello que hemos expuestoen el primer apartadode este artículo. Almismo tiempo,nos hace falta encontrar respuestas a preguntas como:¿cómopodemos deducir, del estudio de algunos espa-cios protegidos, modelos extrapolables a territoriosmás extensos?En todo el mundo, los naturalistas siguen haciendosus estudios de base, pero la metodología de la pros-pección se ha ido modificando. La disponibilidadde potentes instrumentos de cálculo y de herramientaspara el tratamiento de la información territorial abrepuertas a una utilización masiva de datos de diver-sos campos del conocimiento, pero exige cierta disci-plina a los científicos. Las observaciones sistemáti-cas sobre grandes territorios, que siguen siendoabsolutamente necesarias, deberían adaptarse ameto-dologías "compatibles", para hacer posible, por ejem-plo, análisis más completos de la distribución de labiodiversidad: los esfuerzos por coordinar una estra-tegia conjunta en relación con la biodiversidad, queya están en curso, deben hacer posible la contabili-dad de bases de datos sobre los diversos grupos deorganismos y tipos de ecosistemas.A otros niveles de aproximación, los estudios descrip-tivos muy locales ganan atractivo si van un pocomás allá de la mera descripción. Es decir, si se plan-tean un problema o una pregunta. Por ejemplo, yquedándonos en el tema de la biodiversidad,más quela constatación de esta biodiversidad en un puntoconcreto (catálogos, inventarios) lo que interesa esdescifrar losmecanismos a través de los cuales la biodi-versidad se ve afectada por cambios o responde aellos. Sería necesario defender e impulsar una inves-tigación orientada a los procesos, a descifrar meca-nismos. Aquí la investigación puede jugar un granpapel. Ciertos tipos de perturbación siguen actuandoen todos ellos, cualquiera que sea el grado (y efica-cia) de la protección que reciben. Otros persistenen algunos de ellos o, al menos, en ciertas áreas. Aveces, los espacios protegidos pueden servir de refe-

rencia frente a aquello que pasa en lugaresmás pertur-bados. Son necesarios estudios comparativos entreáreas con diversos niveles de alteración.Un aspecto esencial de los estudios sobre la natura-leza es que el tejido de la Biosfera es extremadamentediverso, y la reacción de las diferentes especies ylos diferentes ecosistemas ante una determinada pertur-bación varía. Se producen respuestas no lineales, seencadenan procesos de forma frecuentemente muydifícil de prever y, como las condiciones ambienta-les son dinámicas, el comportamiento cambia tambiénsegún el momento y el lugar en que se produce laperturbación. A veces, los procesos naturales y lasrespuestas a perturbaciones sólo se pueden entendercon un seguimiento demuchos años y sobre grandessuperficies. Lógicamente, ni a los investigadores nia los financiadores les hace demasiado gracia estu-diar un mismo proceso durante demasiado tiempoy sobre un gran territorio, pero es un hecho que eluso de muestras demasiado reducidas y los segui-mientos en períodos compatibles con el financia-miento (pocos años, normalmente) no sirven paraentendermuchosmecanismos. Por ejemplo, el funcio-namiento de los bosques (donde los árboles son orga-nismos de vida centenaria) depende muchas vecesde acontecimientos que se producen raramente yde forma imprevisible, y que, por lo tanto, casi siem-pre escapan a los períodos de estudio. La propuesta,en este terreno, es consolidar algunas estaciones expe-rimentales y promover algunos proyectos de alcanceimportante en el espacio y el tiempo.La extrapolación de los resultados de estudios deprocesos en territorios significativos exige una aten-ción prioritaria a complementar las observaciones decampo (diseñadas de forma ambiciosa en el espa-cio y el tiempo) con el esfuerzo de la modelización.Desde hace años, algunos de nuestros equipos denaturalistas trabajan en esta dirección. Creo que esindispensable que la investigación en espacios natu-rales se diseñe, desde el principio, pensando en laproducción de modelos que ayuden a entender losprocesos en juego.En esta misma línea de pensamiento, de observarprocesos territorialmente significativos y elaborandoproyectos para ellos, esmuy conveniente que los estu-dios en los diferentes espacios (y en grandes ámbitosgeográficos) constituyan redes, como ya existen algu-nas promovidas por diversos programas internacio-nales.Los estudios sobre el terreno se enfrentan con proble-mas muy complejos, en los que no intervienen sólomecanismos biológicos o de tipo fisicoquímico, sinotambién cambios que tienen su origen en las rela-ciones sociales y económicas. Así, es necesario promo-ver la convergencia de científicos de diversas disci-plinas, incluidas las ciencias humanas.Para acabar, más que dictar a los científicos qué eslo que es necesario estudiar, es indispensable quegestores y científicos aproximen sus puntos de vistay dialoguen cada vez más. Sólo si unos y otros estánen contacto permanente se puede esperar que hayaresultados fructíferos para ambas partes.Desde la perspectiva de los últimos veinte años, se havisto, como ya he dicho, un crecimiento espectacu-lar de nuestra investigación en estos campos. Hanaparecido nuevas instituciones. Se han multiplicado

las publicaciones y los intercambios internaciona-les. Ahora nos hace falta consolidar este proceso ydarle más profundidad, planificar mejor la obten-ción sistemática de la información de base y, al mismotiempo, dar más alas a la imaginación de los cientí-ficos. Aproximar a los científicos a las necesidadessociales, pero también a los políticos y gestores a lacultura científica naturalista, para que, además de cier-tas ventajas económicas y de gestión, entiendan elinterés inmenso, inagotable, de la naturaleza, y suvalor. Crear una complicidad positiva entre todos:el conocimiento de la naturaleza, y una gestión cadadíamejor del territorio, no son el deber de unos cuan-tos expertos, sino una tarea colectiva por la culturay el futuro de este país.•

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El modelo del National TrustRichard Ellis.Director del National Trust para Pembrokeshireen Gales

Este artículo trata de explicar las finanzasdel National Trust. Con 2,6 millones demiembros, el Trust es el organismo deconservación no gubernamental más grandedel Reino Unido (y posiblemente de Europa),con una facturación financiera durante elejercicio 1998-9 de 182,4 millones de libras(50.160 millones de pesetas)

El National Trust fue fundado en 1895 para preser-var permanentemente lugares de interés histórico obelleza natural para el disfrute de la nación. En aquélaño recibió su primera propiedad, una pequeñaporción de una ladera marítima en la salvaje costaoccidental de Gales. Esta propiedad tiene una exten-sión de 2 hectáreas, y estaba (y está) cubierta de abola-gas Ulex earopeus, robles Ouercus petraea y áceresblancos Acer pseudoplatanus. Hoy, el National Trustposee más de 248.000 hectáreas de la más bellacampiña inglesa, galesa y de Irlanda del Norte, convir-tiéndose en uno de losmayores propietarios del ReinoUnido. (Escocia tiene su propia organización inde-pendiente, el National Trust for Scotland, estable-cida en 1931). También posee alrededor de 900 kiló-metros de costa. Adquirió su primera pieza depatrimonio construido, la Clergy House de Alfristonen el sur de Inglaterra en 1896 (por 10 libras esterli-nas), hoy el National Trust protege y abre al públicounas 200 casas históricas y jardines, así como 49monu-mentos industriales y molinos.El National Trust ha estado estrechamente relacionadocon la conservaciónde la naturaleza desde 1899 cuandoadquirió Wicken Fen, la reserva natural más antiguadel país. Hoy no se trata del organismo de conser-vación más grande del Reino Unido, sino de Europa,con una facturación financiera para el ejercicio 1998-1999 de 182, 4millones de libras (50.160.000.000 PTA).Sus actividades son muchas y variadas, el hecho deque también se ocupe de aspectos del entorno cons-truido lo diferencia de otras conocidas organizacio-nes benéficas de conservación de la naturaleza y escomplicado establecer comparaciones directas con lafinanciación de otras organizaciones. No hay otroorganismo de conservación que le vaya a la par.El National Trust es una organización benéfica regis-trada, situación que comparte con miles de grandesy pequeñas organizaciones del Reino Unido, desdelos organismos de ayuda a ultramar pasando por lasatentas organizaciones benéficas, hasta las organiza-ciones que cuidan de los animales enfermos, los botessalvavidas de la nación —y, por supuesto, las Orga-nizacionesNoGubernamentales para la conservaciónasociadas (ONG). Es independiente del gobierno ysubsiste de la generosidad de sus defensores, a travésde sus suscripciones, obsequios, legados y las contri-buciones de varios miles de voluntarios. Destina susingresos íntegramente al cuidado ymantenimiento delos campos y edificios bajo su protección.Disfruta de un poder legal único que aparece en losActos del Parlamento, el de estar capacitadopara decla-rar su tierra inalienable. La tierra declarada inaliena-ble no puede venderse a voluntad, hipotecarla niadquirirla obligatoriamente contra la voluntad delTrust sin un procedimiento parlamentario especial.Ésto significa que la protección del National Trustes para siempre.

Ingresos (Véase Tabla 1, pág. 39)

Asociados

Los 2,6millones demiembros del National Trust supo-nen la mayor fuente de ingresos del Trust, alrede-dor de 55.700.000 libras esterlinas (15.317.500.000pta.) (véase tabla 1). Así, el reclutamiento de asocia-dos es una actividad muy importante con un depar-tamento de asociados que desarrolla cada vez estra-tegias mejor orientadas tanto para captar como paraconservar asociados. Tradicionalmente, el conjuntode nuevos miembros reclutados en las propiedadesdel National Trust lo han sido en propiedades "contecho", en las que hay una cuota de entrada y en lasque la perspectiva de una futura admisión gratuita atodas las propiedades del National Trust ejerce el papelde un fuerte incentivo para asociarse. Que el mensajegeneral de la importancia de la conservación del campollega a la gente mientras están asociados, lo demues-tra la cantidad de legados específicamente ligados apropiedades o actividades no relacionadas con elentorno construido sino con el campo o propiedadescosteras.El reto principal es conservar a losmiembros una vezse han asociado. Las estadísticas indican que unapersona que pague en metálico la cuota de asociadoy que, por lo tanto, debe renovar su inscripción enmetálico o con cheque anualmente es diez vecesmenos probable que lo haga que una persona quedesde el principio haya firmado una domiciliaciónbancaria. Así, parte de la estrategia de reclutamientoes animar a la gente a que opte por una domiciliación,que puede cancelarse en cualquier momento peroque, una vez iniciada es más fácil que no setoque.Otro aspecto importante del reclutamiento es la "escri-tura de garantía". Se trata de un acuerdo por el cual,tras haber rellenado un formulario adicional y acep-tar seguir asociado al menos durante cuatro años, elimpuesto que el miembro abona sobre la cantidad deingresos representada por la descripción de su suscrip-ción es traspasada directamente por el gobierno ala organización benéfica. Si todos losmiembros contri-buyentes aceptasen escrituras de garantía (que no lessupone ningún gasto, sino únicamente una desvia-ción de su impuesto del gobierno al National Trust,los ingresos del Trust aumentarían en 3.500.000 libras(962.500.000 pta.) por año.Otro reto es ampliar el número de asociados en térmi-nos demográficos. Tradicionalmente, el perfil típicode asociado al National Trust se ha definido comoel de una persona de mediana edad y clase media,habiendo aumentado ligeramente la media de edadde los miembros. Por otra parte, hace falta implicargrupos de edadmás jóvenes entre los cuales la concien-ciación ambiental es alta, pero que se sienten menosatraídos por las casas de las que también se ocupael National Trust y que disponen de menos ingre-sos. La tirantez entre el mantenimiento de los asocia-dos más antiguos y la ampliación del llamamiento auna mayor audiencia es todo un reto, y un reto queaumenta por el carácter multidisciplinar de la tareadel Trust. Está en "competencia" (por los miembrosy las donaciones) con un gran número de organiza-ciones que se centran en un solo tema o que tienen

unplanteamientomás concreto conun atractivomuchomás evidente y atrayente de atenciones. En cambio,cada vez hay más grupos de presión con objetivosúnicos que se fijan en el National Trust y que querríanver reflejado su punto de vista en las perspectivas ypolíticas del National Trust. Un buen ejemplo en losúltimos años ha sido el interés que han demostradoen el Trust los defensores y los detractores de lacaza (de zorros y ciervos). Se han detectado peque-ños aumentos en el número de asociados duranteel períodoprecedente a las ReunionesGenerales Anua-les, debido al intento particular de que cada punto devista trata de aumentar su poder de voto. Afortuna-damente el número de socios es suficientementegrande como para absorber tales altibajos sin tenerque modificar la dirección; sin que tampoco supon-gan una diferencia significativa con respecto a las cifrasde asociados. En cualquier caso, la política no se hacea partir del voto de los asociados, sino del Consejodel National Trust. (Véase la Tabla 3 de las cuotasde suscripción de socios, pág. 40).

Legados e ingresos derivados de inversiones

Los legados constituyen la siguiente gran fuente delos ingresos del National Trust (33,3millones de librasen 842 legados separados en 1998-1999), seguidospor los ingresos derivados de inversiones. Se puedenlegar propiedades o bienes específicamente al Natio-nal Trust, demodo que se las preserve para la nación,o se le puede legar terrenos opropiedades para vender-los o proporcionar ingresos. Naturalmente, los terre-nos legados al Trust como terrenos de inversión noserían declarados inalienables (véase anteriormente),ni tampoco reunirían las características necesarias paraque un terreno se preserve para la nación. Este aspectoha llevado recientemente a un caso muy difundidoen que el Trust propuso la venta de unos terrenosde inversión del Norte de Gales, una propuesta quetopó con la oposición de una campaña local bien orga-nizada por personas que no apreciaron, o al menosno reconocieron, la distinción entre los dos tipos depropiedad. En este caso, el National Trust decidióno proceder con esta venta en concreto. No obstante,este tipo de problemas no suele surgir, y los lega-dos tanto de capital como de propiedades normal-mente suponen una fuente de fondos.

Alquileres — el National Trust y laagricultura — antecedentes

700 arrendatarios se encargan de labrar gran partede las 248.000 hectáreas propiedad del Trust. Los ingre-sos procedentes de propiedades arrendadas consti-tuyen la cuarta gran fuente de ingresos del Trust. Estoincluye los ingresos procedentes de edificios alqui-lados, aunque la mayor parte de ellos los genera elalquiler de granjas. El hecho de que una parte tangrande de las tierras de la organización consista entierras de labor es resultado de la evolución del Natio-nal Trust a partir de los años 30, momento en queempezó a aceptar casas de campo ymansiones a granescala. Hasta aquel momento el Trust poseía única-mente dos casas de campo, ambas al suroeste de Ingla-terra. En 1934 se propuso que el National Trust tratasede rescatar activamente la gran cantidad de casas sola-

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riegas que estaban quedando en ruinas en los añossiguientes a la Primera Guerra Mundial. El resultadofue el "Plan de Casas de Campo", por el cual el Trustaceptaba casas amenazadas para su preservación.El proceso de adquisición se aceleró enormementetras la Segunda Guerra Mundial. Pocos años anteshabían entrado en vigor el impuesto de sucesiones—impuestos por el gobierno sobre las propiedadesheredadas—, pero el nuevo gobierno laborista intro-dujo en 1945 impuesto elevados y una legislaciónsocialista. No obstante, fue el canciller laborista delerario público quien estableció el National Land Fund,que permitía que el gobierno aceptase tierras y casascon su contenido en lugar de percibir el pago delimpuesto de sucesiones. A su vez, estos se traspasa-ban al National Trust para el beneficio de la nación.Algunos de los propietarios de casas de campo lastransfirieron directamente al National Trust. Entre 1940y 1970 el Trust adquirió 78 casas de la antigua éliteterrateniente.Junto con estas casas llegó una gran cantidad de terre-nos. La mayor parte de estas casas solariegas pose-ían grandes cantidades de terreno, que también fueadquirido por el Trust, normalmente por uno o losdos siguientes motivos. Uno era asegurar el paisaje,y preservar el núcleo histórico de las grandes fincas.El otro, percibir unos ingresos para el mantenimientode estas fincas. El resultado fue que la gestión de gran-jas se convirtió en una disciplina cada vezmás impor-tante. En términos generales, el National Trust poseedos tipos de tierras de labor. Uno, por lo general tierrasbajas, está vinculado a una casa de campo o finca.El otro, ya sea en las tierras altas o en la costa, habrásido adquirido por su paisaje intrínseco o valor deconservación, y puede no estar relacionado con lasgrandes fincas del pasado. En Inglaterra, donde alre-dedor del 70% del área de tierras se cultiva, es fácilentender la importancia de nuestro paisaje culti-vado que tiene para la vida salvaje. Muchos de lospaisajes más preciados y hábitats de vida salvaje delReino Unido fueron creados principalmente por lainteracción de la agricultura y la geología subyacente.Nuestras tierras de cultivo son, en granmedida, nues-tro campo.

El National Trust y la agricultura hoy en día

En los últimos años, dos factores han alterado las pers-pectivas de las fincas cultivadas del National Trust.Uno, es la creciente realización del valor de conser-vación de la naturaleza de gran parte de esta mismatierra de cultivo. Esto ha centrado la atención en lacreciente incompatibilidad de cultivar tierras por elmáximo beneficio con el cultivarlas con el debidorespeto a los intereses de conservación de la natu-raleza. Durante los primeros años que siguieron ala Segunda Guerra Mundial no había actividad másrentable que la producción de alimentos, impulsadapor la necesidad consciente de esforzarse por ser auto-suficiente. Hoy en día lo más rentable para la nación,cada vez se centra más en términos de proporcio-nar acceso al campo, y en la administración de conser-vación de la naturaleza. Esto supone que se debemoderar o alterar la velocidad de maximización dela producción para permitir una serie de priorida-des introducidas para la conservación y la sosteni-

bilidad. El otro factor es la cambiante situación dela agricultura en Europa. También en este punto, seha cuestionado progresivamente el exceso deproducción y de la excesiva dependencia de los subsi-dios, y las preocupacionesmedioambientales crecien-tes. La sociedad espera algo más del campo que lasimple producción de alimentos. Se le valora por unaserie de atributos: su belleza escénica, sus funcio-nes históricas y por valores culturales, sus plantas yla vida salvaje y las oportunidades que ofrece de recreoal aire libre —las mismas cosas para cuya protec-ción se creó el National Trust. Además, la sociedadvalora cada vez más el aire puro y el agua limpia, ycuestiona las prácticas que perjudican el medioambiente. Exige alimentos que se pueda demostrarque son saludables, asequibles y de buena calidad—producidos adoptando estándares aceptables debienestar animal. Es la combinación de todos estoselementos la contribución que se espera que el campohaga a la calidad de vida de la nación y al tejido econó-mico y social de las áreas rurales. El National Trust,gracias a la gestión de sus propiedades y la asocia-ción con los arrendatarios, se encuentra en posi-ción de demostrar el modo en el que la agriculturapuede proporcionar este conjunto de beneficios ala nación y contribuir a las comunidades rurales soste-nibles.Las implicaciones de los alquileres rurales, en unmomento en que los ingresos del campo decaen y lasdificultades de los agricultores aumentan, especial-mente en las áreasmarginales o tierras altas, son obvias.Los alquileres siguen siendo un pilar importante dela financiación del Trust, pero cada vez más el Trustestá trabajando con sus arrendatarios para ayudar-les a diversificar su actividad rural en otras áreas (comoel turismo) o a especializarse progresivamente enproductos orgánicos, lo que exige unos precios compe-titivos.

Subvenciones y contribuciones

La crisis económica actual de la agricultura se ve parcial-mente compensada por un conjunto de pagos delos que pueden disponer los agricultores, siempre queapliquen medidas ambientales bajo planes agroam-bientales. Los planes disponibles incluyen aquellospara Áreas Ambientalmente Sensibles, Planes Rura-les de Administración, y (en Gales) un plan llamado(en galés) Tir Gofal. Estas subvenciones se poden adisposición del agricultor y no del propietario, peroayudan a asegurar la supervivencia del modo de vidaagrícola, así como de las comunidades y economíarurales que lo acompañan.A una escala más amplia, las subvenciones y contri-buciones suponen una parte importante de los ingre-sos del Trust. Estos sonmuchos y variados; entre elloscabe destacar la financiación de proyectos del Heri-tage Lottery Fund, y las subvenciones o el patroci-nio del sector comercial y empresarial.

Empresas

Las tiendas, restaurantes, salones de té y casitas deveraneo del National Trust están gestionados porempresas del National Trust. El beneficio que gene-ran se destina a respaldar la labor del National Trust

y en 1998-9 contribuyeron con 1,6 millones de librasa los fondos. Muchas de las propiedades del Trustdisponen de tiendas que ofertan una amplia gama demercancías relacionadas, y, además, el Trust gestionauna serie de establecimientos en centros de ciudades.Gestiona alrededor de 140 salones de té y restau-rantes, que normalmente se encuentran en antiguosedificios especiales como castillos, faros y establos.Posee alrededor de 250 casitas de veraneo ubicadasen algunos de los lugares más destacados de Ingla-terra, Gales y el Norte de Irlanda, entre ellos anti-guas construcciones agrícolas, la casita de un farero,una casa de campo y la casita de un guardabosque.Las empresas del Trust han crecido con el único propó-sito de respaldar y fomentar la labor de conserva-ción del National Trust.

Llamamientos y obsequios

Los llamamientos están relacionado muy a menudocon la adquisición de nuevas propiedades. Cuandoaparece en el mercado un potencial importante, elNational Trust necesita disponer no sólo de la canti-dad de compra, sino también fondos suficientes comopara asegurar la futura gestión de la propiedad —en pocas palabras, su dotación. Un ejemplo clásicoen los últimos años ha sido el llamamiento para adqui-rir una gran proporción de Snowdon, lamontañamásalta de Gales. El actor y estrella de cine Sir AnthonyHopkins, de origen galés, prometió unmillón de libras,250.000 personas más contribuyeron a la campaña,y en menos de cuatro meses se había alcanzado lacifra de más de 5 millones de libras. Este constituyóun ejemplo destacable del grado de apoyo de quedisfruta el National Trust entre el público general, yenmayormedida (ya que otros organismos de conser-vación del Reino Unido también organizan llama-mientos) del grado de apoyo a la conservación engeneral.A lo largo de los años, han habido varios llamamientos.No obstante, el más famoso y con mayor éxito delTrust, fue el llamamiento de Coastline, lanzado en1965 como Enterprise Neptune. En 1963, el Natio-nal Trust realizó un estudio sobre toda la línea costerainglesa, galesa y de Irlanda del Norte. Una terceraparte de esa línea costera (1.500 km) todavía erahermosa y virgen, pero el desarrollo le estaba ganandoterreno a una velocidad de 10 kmpor año. La campañade Enterprise Neptune fue lanzada en 1965 con tresobjetivos —para salvar para siempre la línea costeraaún virgen, alertar a la población de las presionesen la costa y recaudar dinero para comprar zonasde la línea de costa. Resultó especialmente exitosa,y recientemente se la ha vuelto a lanzar. A finalesde 1997 se habían recaudado alrededor de 28 millo-nes de libras, y el National Trust es propietario demásde una sexta parte de nuestra línea costera. La expe-riencia del Trust en gestión costera le ha permitidoasumir una serie de nuevos retos tales como áreasde costa en East Anglia, que es más probable quese vean afectadas por el crecimiento del nivel del mar,y una porción de la costa de Northurmberland alta-mente contaminada por los desperdicios de carbónprocedentes de la industria minera local, pero queactualmente está recuperando gradualmente su estadooriginario. Las porciones de costa propiedad del

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más famosas están en las Islas Farce, hogar de 70.000parejas de aves acuáticas y una gran población defocas grisesHalichoerus grypus, y la espectacular líneacostera de Giant's Causeway en Irlanda del Norte.Las contribuciones también provienen de asociadosen forma de Asociaciones Locales de Miembros, quepresentan unos índices de éxito impresionantes en larecolección de fondos. En 1998-99, los centros y asocia-ciones del National Trust recaudaron 62.000 libraspara la adquisición de un área de campo en Lancas-hire, y aportaron 250.000 libras al llamamiento parala adquisición deMount Snowdon. En el otro extremode la escala, las asociaciones locales colaboran con laadquisición de equipos para propiedades concretas—pueden colaborar financiando cualquier cosa desdeuna cámara digital hasta unminibús. La filial de asocia-dos del National Trust en los Estados Unidos, la RoyalOak Foundation, también registra unos índices derecaudación de fondos impresionantes. En 1998recaudó más de 2,6 $ EE.UU. para celebrar su 25ºaniversario, concretamente para respaldar las biblio-tecas del Trust y conservar sus libros.

Cuotas de entrada

Las cuotas de entrada a las propiedades del Natio-nal Trust son uno de los conceptos más pequeños(relativamente) del balance. Hay dos motivos prin-cipales para ello. Uno es que el National Trust no cobrala entrada a las propiedades "rurales". Sí que se cobraen los aparcamientos, pero el acceso a pie al campoabierto propiedad del Trust es gratuito. El otro es queen las propiedades en las que "se paga", los miem-bros del National Trust no tienen que pagar entrada(siendo uno de los principales incentivos paraasociarse). Así, la suscripción ejerce el papel de unticket anual de temporada para visitar tantas propie-dades como desee el asociado—que pueden conver-tirse en su casa de campo local una vez a la semanapara dar un paseo, o un grupo de propiedades enun área que el asociado puede visitar en vacacio-nes. En las propiedades en las que "se paga" se haceun mayor esfuerzo por reclutar asociados, ya que elasociado que sigue siéndolo, tiene mucho más valorfinancieramente que el visitante casual de una vez(véase anteriormente, “Asociados"). Con una canti-dad de asociados tan grande y un equipo de reclu-tamiento tan profesional y con tanto acierto, la cifrade visitantes "que pagan" que consiguen escaparsin asociarse es relativamente pequeño.

Otros ingresos

El resto de conceptos de ingresos en el balance delNational Trust son bastante pequeños, siendo elmayorla venta de arrendamientos. El Trust se encuentra conque posee una serie de propiedades que mientrasno se pueden vender, si que son adecuadas para arren-dar o alquilar, y como entre ellas hay casas en ubica-ciones muy especiales por lo general siempre haypersonas dispuestas a aceptar el reto, incluso aunqueles suponga tener que asumir también el coste delas reparaciones (el llamado "arrendamiento repara-dor"). Junto con otros ingresos varios procedentes depropiedades todos estos conceptos, de las suscrip-ciones en adelante, contribuyen a unos ingresos anua-

les de más de 180 millones de libras. No obstante,este dinero está ya altamente predestinado ya queel Trust destina todos sus ingresos al mantenimientode sus propiedades, estando caracterizado el Trustcomouna organización "rica en activos, pobre en efec-tivo". Lamayoría de sus activos tienen una naturalezatal que no pueden realizarse (porque son inaliena-bles), y el coste de su mantenimiento sigue aumen-tando. La segunda parte de este artículo expone losdiversas destinaciones del dinero del National Trust.

Voluntarios — regalar el tiempo

Sin embargo, antes de ello deberíamos analizar unaforma de apoyomuchomás valiosa que recibe el Trusty que no queda reflejada en el balance. Son las 38.000personas de todas las edades que "regalan su tiempo"al National Trust cada año como voluntarios. De ellos,8.000 trabajan regularmente en las propiedades rura-les del Trust, y, además, alrededor de 4.500 perso-nas asisten cada año a nuestro programa anual detrabajo residencial. Estos proyectos por lo generalduran una semana, e incluyen proyectos para todoslos grupos de edad, proyectos para personas másmayores, y proyectos internacionales. Durante los últi-mos 6 años, se ha desarrollado un proyecto de unasemana en agosto en Stackpole, al Sur de Gales, enel que participaban 20 personas jóvenes del ReinoUnido y España. Este proyecto a cumplido una ampliaserie de tareas, entre ellas dos escondrijos para laobservación de pájaros, el arreglo de senderos, pasa-relas demadera a través de bosques húmedos y defen-sas marinas. En términos económicos, el valor querepresentan para el Trust sus voluntarios es enorme.La importancia del espíritu del voluntario en el Trustpuede observarse directamente en los altos cargos dela organización; miembros del Consejo del NationalTrust y los diversos comités son voluntarios, y apor-tan una impresionante serie de aptitudes profesio-nales (y de otro modo costosas) a la tarea.

Gastos (Véase Tabla 3, pág.44)

Mantenimiento

El principal concepto de gasto con diferencia, con85,4 millones de libras, son el mantenimiento ordi-nario y los costes de explotación. De estos, en 1998-99, se destinaron alrededor de 33,9millones de librasen la actualización informática y la conservacióndel campo. La siguiente lista da una idea aproxi-mada del modo en que debe destinarse este dineroa cada una de las propiedades:

La naturaleza del mantenimiento anual, obviamentevaría de acuerdo con la naturaleza de la propiedad.

En una propiedad típica (Stackpole en el Sur deGales,a la que acuden anualmente los voluntarios espa-ñoles) la lista de mantenimiento anual incluye:

Además del personal de las propiedades, el Trusttambién tiene un equipo de asesores que abarcantodas las disciplinas necesarias, desde la conserva-ción de la naturaleza y los bosques, pasando por laarqueología hasta la conservación de los edificios ysu contenido. Cada una de las 15 secciones en las quese divide el Trust pormotivos administrativos respaldaun departamento de especialistas en edificios, respon-sable de cuidar de todas las estructuras de las propie-dades del Trust en el área. En vista de la experien-cia a lo largo de los años de reparaciones caras engrandes casas, el Trust se está concentrando en unplanteamiento "pequeño y frecuente" en lugar deatarse a proyectos de gran capital.

Proyectos de capital

Todo aquello que cae fuera del ámbito del mante-nimiento anual es susceptible de clasificarse comoProyecto de capital. Esta categoría siempre ha incluidouna serie de proyectos de construcción, tales comola reparación del tejado o la restauración demampos-tería defectuosa en casas antiguas. También incluyeuna amplia gama de proyectos grandes y pequeñosque están estrechamente ligados con la biodiversi-dad, con un nuevo presupuesto asignado específi-camente a la biodiversidad en 1998. En esto se reflejala importancia que se da a este tema tanto en el ámbitonacional como internacional. El Plan de Acción dela Biodiversidad del Reino Unido recoge 1.250 espe-cies poco frecuentes, escasas o que precisan de unaacción de conservación especial, así como una seriede tipos de hábitats todos ellos presentes en las propie-dades del National Trust, debido a la gran cantidadde éstas. De las 1.250 especies, 511 (o el 41%) seencuentran en propiedades del Trust. Entre ellashay 10 especies endémicas y 16 amenazadasmundial-mente, y tambiénmuchas especies importantes inter-nacionalmente como el jacinto Endymionnon-scrip-tus, la aulaga Ulex gallii y la foca gris Halichoerusgrypus. De entre los hábitats, el National Trust poseeun 12% de los prados calcáreos y de caliza del ReinoUnido, y un 7,5% de los brezales de las tierras bajas.A partir de las responsabilidades específicas del Trusten el área de la biodiversidad se han generado unaserie de proyectos grandes y pequeños. Estos vandesde un proyecto de 2.000 libras para ayudar al ratónde aguaArvicola terrestris hasta un proyecto demulti-millonario que se alarga durante varios años pararestaurar y ampliar los antiguos humedales alrededordel centro de Wicken Fen, hoy en día una isla en

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unmar de tierras cultivadas intensivamente. En Stack-pole, la propiedad galesa antes mencionada, la listaactualizada de propiedades comprende:

Suscripción, publicidad y formación

La tarea de comercializar el National Trust y reclutarnuevos miembros es necesariamente costosa. Lastareas de comunicación, relaciones públicas y forma-tivas son una pieza esencial para poder asegurarque el mensaje del National Trust llega al máximodepúblico posible, y que alcanza su objetivo tan eficaz-mente como es posible. Además, la formación se vecomo una disciplina importante en si misma y parteimportante en el modo en que el Trust distribuye elbeneficio de sus propiedades entre el público. Coneste fin, respalda un conjunto importante de progra-mas formativos. Entre ellos se encuentran planes paraposibilitar que las personas que viven en el centrode las ciudades o en zonas empobrecidas puedandisfrutar de las propiedades del National Trust, elYoungNational Trust Theatre en el que los niños parti-cipan en la reconstrucción dramática de hechos, y doscasas de colonias en las que grupos de niños pasanuna semana siguiendo un programa de educaciónambiental y actividades al aire libre. Una de ellas seencuentra en el Sur de Gales, la otra en Norfolk, enEast Anglia. El presupuesto total del Departamentode marketing y comunicación asciende a unos 16millones de libras al año.

Adquisiciones

Las adquisiciones plantean al Trust uno de los mayo-res retos, ya que cada nueva adquisición conlleva laresponsabilidad de perpetuarlo. Años atrás, Lord Chor-ley, un antiguo presidente del National Trust creó unafórmula que permitía realizar un cálculo respecto alas futuras necesidades de la adquisición potencial entérminos de mantenimiento, y, por lo tanto, de ladimensión necesaria de la dotación. Si el paquetede adquisición no reúne las condiciones de la fórmulade Chorley, por lo general no se procede a la adqui-sición. Antes, por una serie de motivos, las propie-dades se asumían sin una dotación, y esto fue convir-tiéndose progresivamente enuna carga para los FondosGenerales, algunas tenían la suerte de (quizás graciasal cobro de una cuota de entrada) convertirse enpropiedades con Crédito en los Fondos Generales,pero algunas (especialmente si se trata de propie-dades rurales, en las que no se aplica una cuota deacceso) se convierten en propiedades con Déficiten los FondosGenerales. Algunas adquisiciones nuevastienen la suerte de disponer de fondos especialesdel Trust específicamente definidos para respaldar-las; la financiación de estas propiedades es inaltera-

ble e inmune a las fluctuaciones de cualquier otroámbito. Las modas han cambiado a lo largo del siglo.Hoy en día se asumen muy pocas casas grandes, yestán cada vezmás presentes la arqueología y la arqui-tectura vernacular. El impulso por salvar la costa sigueteniendo fuerza, habiendo recibido un golpe de airefresco con el relancede la campañaNeptuneCoastline.Dentro de la campaña Coastline quizás haya menosénfasis ahora en salvar unpaisaje de acantilados espec-taculares (gran parte del cual ya se ha salvado) y másen salvar línea de costa "no accidentada" comomaris-mas, estuarios y dunas de arena. Las adquisicionespotenciales se analizan a fondo (por un comité central)y se evalúan desde el punto de vista de las ventajas,el grado de amenaza, y de si el Trust es el propieta-rio más indicado. Cada vez más se estudia la posibili-daddeasociaciones conotrasorganizaciones. Las adqui-siciones espectaculares como la de Snowdon cautivanla imaginación del público; otrasmás pequeñas sirvenpara cubrir distancias entre bloques de propiedadesdel Trust.

Administración de organismos benéficos,generación de ingresos, tributación

Las dos primeras suman 2,6 millones de libras entreambas y representan los requsitos técnicos de gestio-nar una organización benéfica enorme. Todas las orga-nizaciones benéficas del Reino Unido ven sus desti-nos estrechamente ligados a la política del gobiernoactual, especialmente en el ámbito de la tributación,y en los últimos años las políticas impositivas de lossucesivos gobiernos han sido perjudiciales para lasorganizaciones benéficas en general y para el Trusten particular. La carga irrecuperable del IVA [Impuestosobre el Valor Añadido] es grande, y el descenso cons-tante del tipo básico del impuesto sobre la renta reduceel beneficio que suponen para el Trust las suscrip-ciones y donaciones acordadas (véase anteriormente,"Suscripciones"). El gobierno es consciente de laspreocupaciones del National Trust, y sin embargo, nopropone acción alguna para invertir esta tendencia.En lugar de ello, su opinión es que las donacionesbenéficas deberían servir para cubrir este hueco.

Conclusión

Es poco probable que elmodelo básico para la gestiónde la financiación del Trust cambie drásticamente,pero se encuentra en un mundo en que los cambiosrápidos son la norma en muchos frentes. Cada vezmás, la labor del Trust, en la gestión de sus finanzasy en general, consiste en gestionar el cambio. La polí-tica agrícola se decide en Bruselas y el efecto del climaeconómico cambiante en el Trust y sus arrendado-res ya se ha comentado antes. Mientras el papel dela agricultura como industria está en declive, el usoy las presiones sobre el campo para el esparcimientoaumentan año tras año, y las especies y los hábitatsestán sometidos a una presión cada vez mayor. Lademanda de información y la necesidad de mante-nerse al día con los últimos métodos de distribuirlacrecen continuamente. A medida que el número desocios del Trust aumenta, el riego de llegar a un puntoen que los costes de gestión de sus fincas crezcan porencima de éstos está presentes. En esta situación, el

apoyo al Trust sigue aumentando y sigue disfrutandode una posición única de respaldo y afecto en el cora-zón de la nación. Para obtenermás información, visiteel sitio web del National Trust:www.nationaltrust.org.uk•

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Entrevista a Lluís PaluzieAbogado y técnico urbanista

"Debemos concebir y planificar el espacio rural deCataluña como un todo"

Abogadoy técnicourbanista, LluísPaluziénacióen Barcelona en 1934 en el seno de una familiade origen olotense. Le gusta recordar su infan-cia en Olot, donde adquirió gran parte de susamplios conocimientos sobre el medio naturaly la estima al país.Ha desempeñado tareas de asesoramientojurídico, de servicio funcionarial y deresponsabilidad directiva y representativaen la Administración, en especial en laDiputación de Barcelona y la Generalitat deCataluña. Lluís Paluzié ha desarrollado suactividad en el terreno del urbanismo, elmedio natural y la protección de lanaturaleza, y de la promoción, organizacióny administración pública del deporte. En laactualidad, es subdirector general de laSecretaría Técnica del Deporte y presidentedel Consejo de Protección de la Naturalezade la Generalitat de Cataluña.Asimismo, Lluís Paluzié es miembro de laInstitución Catalana de Historia Natural ymiembro fundador de la Liga por la Defensadel Patrimonio Natural (DEPANA),organización que se constituyó en 1976.También formó parte del equipo de redaccióndel Llibre Blanc de la Natura [Libro Blanco de laNaturaleza], que dirigió Ramon Folch i Guillén,y autor del libro Los espacios naturales. Suprotección, regulación legal e incidencia en laordenación del territorio, publicado por laUniversidad Politécnica de Cataluña.Es un hombre tranquilo y de mirada clara,consciente de que ha dedicado una granenergía a trabajar por su país. En losúltimos años ha participado en losacontecimientos clave de la historiaambiental de Cataluña. Lo ha hechoabriendo nuevos caminos y, a menudo,trabajando desde la sombra. Durante unacalurosa tarde de verano, Lluís Paluziérepasa su dedicación a la protección de losespacios naturales y su visión de lasituación del medio ambiente en Cataluña.

Usted ha sido pionero en "utilizar" elurbanismo para la preservación de losespacios naturales. ¿Cómo fue?

Durante los años 60, ejercí de asesor jurídico de laComisión de Urbanismo de Barcelona. Eran los tiem-pos de la Comisión de Urbanismo y Servicios Comu-nes de Barcelona y otros municipios, y de la Comi-sión Provincial, con sus respectivos planes: el comarcaly el provincial. Este plan provincial, aprobado en 1963,ya contaba con un catálogo de espacios naturales queconstituía un sistema de espacios a proteger en lascomarcas de Barcelona y que podía desplegarsemediante planes de protección especiales.Aquí fue donde vimos las grandes posibilidadesde la Ley del suelo, en el campo de la protección delmedio natural y del paisaje, en la figura del Plan Espe-cial.

Por aquellos tiempos, era un planteamientomuy innovador…

Efectivamente. De hecho, la protección de la natu-raleza en Cataluña por medio de la ordenación terri-torial tiene otros precedentes como el Regional Plan-ning de 1932, obra de Nicolau Ma. Rubió i Tuduri,con la colaboración de su hermano Santiago, y enel que ya se estructuraba un primer sistema de espa-cios protegidos en Cataluña. Sin embargo, será el planprovincial de 1963 el que otorgue a la Diputaciónde Barcelona de aquellos años un instrumento técnicoy legal para poner en marcha toda una política deprotección de la naturaleza y el paisaje, mediante lalegislación urbanística. No podemos olvidar que hastaaquelmomento parecía que la protección de los espa-cios naturales sólo podía proceder del Ministerio deAgricultura y de su legislación. Fue una gran sorpresapara los técnicos de la DelegaciónMinisterial, encon-trarse con los planes especiales de protección que porprimera vez promovía una Diputación.

¿Eran ustedes un grupo de visionarios?

Afortunadamente, siempre hay visionarios o idea-listas. Pero nuestros paisajes o espacios naturales,desde siempre han sido descritos por poetas, litera-tos y geógrafos, y detectados y visitados por el pueblo.La descripción de Montserrat, el Canigó o el Mont-seny, la podemos encontrar fácilmente en la obra lite-raria, especialmente la poética, de Verdaguer, Bofilli Mates, etc. Si analizamos la relación de espaciosde un Regional Planning, de un plan provincial o,ahora, del PEIN, no encontraremos demasiadas dife-rencias; para proteger la naturaleza no es necesarioinventar mucho, hay mucho trabajo hecho.

¿Desde el urbanismo se dio un salto a unservicio específico de parques?

Trabajando en el ámbito del urbanismo y la planifi-caciónme di cuenta de la importancia de los espaciosnaturales y del verde urbano, no podemos olvidar queen los años 60 también irrumpió en el campo el fenó-meno de las urbanizaciones, con el peligro que estocomportó para nuestro paisaje. Así, fuimos favore-ciendo un clima propicio a la creación de un Servi-cio de Parques Naturales de la Diputación de Barce-lona, y lo conseguimos.De hecho fue el primer serviciode este tipo creado por una corporación local y conun modelo bien definido: la aplicación de la Ley delsuelo, mediante la redacción de los planes especia-les de protección de espacios catalogados en el PlanProvincial y su posterior gestión, llevada a cabo porel servicio de la Diputación, que ya tenía una expe-riencia y un precedente en el Patronato del Montseny.

El Ministerio de Agricultura, que era entoncesel órgano competente en esta materia,¿presionó en contra?

La tramitación de los primeros planes especiales,concretamente el del Montseny, no resultó nada fácil.Aparentemente, parecía que estábamos invadiendouna competencia estatal, y así lo pensaban los técni-cos ministeriales; no obstante, esto ocurría porque

la legislación urbanística era todavía muy descono-cida. Debe reconocerse que la Ley del suelo de 1956estaba muy avanzada en este aspecto y que la Dipu-tación de Barcelona la aprovechó a fondo. Tambiénincluyeron positivamente las conclusiones de un semi-nario organizado en 1976 en Barcelona con el Insti-tuto de Estudios de Administración Local de MadridsobreLos espaciosnaturales protegibles: posiblesactua-ciones de las corporaciones locales. cuyas conclu-siones establecieron que un instrumento básico parala protección de la naturaleza son los planes espe-ciales de protección de la Ley del suelo.

Usted fue el responsable del nuevo Serviciode Parques. ¿Cómo resultó la primera etapa?

Fui el primer responsable durante diez años y hay quereconocer la aportación positiva que los diferentesdiputados hicieron al área, Bonastre, Burrull, Llobety otros de la primera época, y Aguado del final demi etapa. Ahora bien, el gran impulsor del Servicio deParques Naturales fue el propio J. Antoni Samaranchque tuvo claro desde el primermomento que la Dipu-tación tenía que ser propietaria de las fincasmás emble-máticas (en el caso del Montseny), ya que de estemodo dispondríamos del patrimonio necesario parala gestión, al tiempoque se disolvía un grupo de oposi-tores poderosos. La adquisición de importantes propie-dades en el Valle de Santa Fe y también en Tagama-nent fue señal de que la política de parques naturalesiba en serio. También fue positiva la evolución delos ayuntamientos, que pronto vieron clara la nece-sidad de la protección.

Una filosofía precursora que, por ejemplo,hoy desarrolla la Fundación Territorio yPaisaje.

Cierto. Recuerdo que la primera finca que se adqui-rió —tenía una hectárea— corresponde a la ubica-ción actual de la Escuela de la Naturaleza en un chaléde principios de siglo que se encuentra en el Vallede Santa Fe. Teníamos claro que, además de comprarterrenos, había que hacer cosas. Precisamente, elprimer encargadode la Escuela de laNaturaleza respon-sable de todos los itinerarios y de las acciones educa-tivas fue Martí Boada. Se realizó una gran labor. Hoyaún, mis hijas recuerdan la visita escolar al Mont-seny cuando conocieron a Martí Boada.

¿Por qué algunos propietarios se oponían avender?

De hecho, las fincas rústicas, desde la aparición delbutano, disminuyeron mucho su rendimiento, sobretodo las forestales. Por eso, siempre había ofertas,aunque no siempre eran las más interesantes. Enun principio, más que oposición a vender, habíauna cierta reticencia, puesto que a los opositores alparque les parecía —y era cierto— que las adquisi-ciones de la Diputación favorecían la implantacióndel Parque Natural. Hay que precisar que tampocola Diputación quería, ni tenía porqué, comprar masi-vamente el territorio del Parque. La propiedad privadadesde tiempos inmemoriales ha gestionado su patri-monio de formamuy correcta, y así ha de seguir siendo.

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Además de una cierta oposición por parte delos propietarios, ¿con qué otros obstáculos seencontraron?

La tramitación del plan del Montseny fue complicadaporque incluíapartede laprovinciadeBarcelonaypartede la de Girona. En aquella época, en Barcelona tení-amos el llamado "órgano desconcentrado" que asumíacompetenciasdelMinisterioy, por lo tanto, el PlanEspe-cial referente al ámbito de Barcelona se aprobaba aquíy no en Madrid. En cambio, el plan correspondienteaGironaseaprobabaenMadrid.Estoprovocóundesfaseentre las aprobaciones, primero tuvimos aprobada laparte deBarcelona yunos cuantosmeses después la deGirona. Esta circunstancia complicó la tramitación delos recursos contra el Plan, quefinalmente fueron todosfavorables a la Diputación.

¿Qué papel jugó el Ministerio ante losrecursos interpuestos?

En el Ministerio y, particularmente, en la DirecciónGeneral de Urbanismo habíamucha gente a favor delPlan Especial del Montseny y, así, los informes dela fase administrativa de los recursos fueronmuy favo-rables a la viabilidad del Plan Especial. No se puedeolvidar que era el primer Plan Especial que afectabaa un territoriomuy extenso, comprendía parte de dosprovincias y unos dieciocho municipios.

El Servicio de Parques de la Diputación contócon colaboradores, como es el caso deRamon Folch, personas que han resultadoser clave en el pasado y el presenteambiental de Cataluña...

Ramon Folch se incorporó a la Administración en ladécada de los 70 y desplegó una nueva unidad, la deecología aplicada, quedesempeñóunagran labordivul-gativa. El Servicio disponía de una estructura másbien pequeña, en la queparticiparon entre otrosGurri,Panareda,Asperó, despuésCastelló, queme sustituyó…Peromuchos trabajosmonográficos odebase se encar-gaban a expertos de la Universidad como Oriol deBolós, Nadal o se consultaba a científicos como elDr. Margalef y otros. A parte de estos Servicios Centra-les, cada parque disponía de su equipo in situ.

¿Qué supuso el retorno de la Generalitat?

Con laGeneralitat de Tarradellas pensamos todos queel eje de los espacios naturales en Cataluña sería elServicio de Parques de la Diputación de Barcelona.Entendíamos que se había creado y desplegado unnuevo modelo, el de la Diputación de Barcelona, yque era necesario ampliarlo a todo Cataluña. Desgra-ciadamente, no fue así.

¿Cuáles eran las diferencias con respecto almodelo español?

De hecho, el modelo de la administración centralnunca se llegó a aplicar en Cataluña. Nunca se declaróun espacio natural protegido. Nos hemos de remon-tar a la excepción de 1955 cuando el general Franco,a instancias de Victoriano Muñoz Homs, dictó un

Decreto por el que se declaraba parque nacionalAigüestortes y L’Estany de Sant Maurici. Siempre seha dicho que el Ministerio de Agricultura, a pesarde ICONA, no era el ámbitomás adecuado para echaradelante una política "conservacionista", situación quefinalmente se ha corregido en Cataluña.

¿Qué aportó la recuperación de la Generalitatde Catalunya?

Repito, considero que se perdió una gran oportuni-dad para aplicar un modelo propio en esta materia,y que se retrasó unos cuantos años la concepción ygestión globalizadora de los espacios naturales deCatalunya. Hacia 1985, se aprobó la Ley catalana deespacios naturales, por cierto, una leymuy aceptable,pero siguieron muy divididas, hasta muy reciente-mente, las competencias sobre esta materia y, porlo tanto, conmodelos de gestiónmuy diferentes. Bási-camente, el del Departamento de Agricultura y elde Medio Ambiente y, a parte, el de la Diputaciónde Barcelona, que gestiona los parques naturales queha promovido (Montseny, Sant Llorenç de Munt yL’Obac, Corredor, Montnegre, Garraf). También semantiene Montserrat con una gestión específica ysingular. Ahora, por fin, el Departamento de MedioAmbiente ha asumido las competencias sobre elmedionatural y forestal que correspondían al Departamentode Agricultura y se podrá llevar a cabo una políticaunitaria desde la planificación de los espacios prote-gidos hasta su gestión. Deseo que se acierte en la crea-ción de la estructura tecnicoadministrativa para ejecu-tar la política en este campo.

Más adelante recuperaremos el tema de laagencia, ahora volvamos a su trayectoria. En1983, vista la política de la Generalitat, Usteddeja de dedicarse profesionalmente a lostemas ambientales...

Hasta 1983, mi ocupación profesional, y también enel tiempo libre, estuvo dedicada a la gestión del medionatural y a laprotecciónde los espaciosnaturales.Aquelaño, dejo laDiputación deBarcelona y paso a laGene-ralitat a trabajar enotroámbitomuydistinto. Sinembargo,en mis horas libres no dejo de lado los temas ambien-tales.Colaboroconentidadesnaturalistas comoDepana,de la que fui uno de los fundadores, y con otras de laGarrotxa.Noobstante, en 1990 se constituye el Consejode Protección de la Naturaleza, y desde entonces soymiembro del mismo y actualmente presidente. Es unórganoconsultivode laGeneralitat y del Parlament, quepreceptivamente debe informar de todos los proyectosde declaración de espacios protegidos y de todos losplanes especiales; es decir, todas las actividades delas administraciones que tengan que ver con un espa-cio natural. Son informes no vinculantes, pero precep-tivos. De hecho, por olvidarse del trámite de consultaal Consell, más de una vez, los Tribunales han anuladouna disposición aprobada por la Administración.

¿Cómo valora la tarea del Consejo quepreside?

Además de la labor consultiva, también puede tomariniciativas. Es un órgano independiente: sus miem-

bros provienen del ámbito naturalista y científico,también hay representantes de los propietarios fores-tales, de losmunicipios y los sindicatos, hasta un totalde veintiún miembros. En la primera etapa, se subra-yaron mucho las idiosincrasias de cada grupo, perose ha ido alcanzando un gran consenso porque, endefinitiva, la finalidad del Consejo es la protección delos espacios naturales. Creo que se ha llevado a caboun trabajo positivo y en buenamedida se ha ayudadoa la Administración. Entre las iniciativas propias, desta-caría las mociones sobre los incendios forestales ysobre el estado de los bosques en Cataluña.

Por desgracia, este verano los incendiosforestales han ocupado la primera plana delos diarios e informativos. Un espacioprotegido, el Cabo de Creus, ha sufrido unimportante incendio. ¿Cuál sería la políticade prevención para evitar nuevos episodios?

He visitado la zona de L’Alt Empordà quemada y elaspecto impresiona. Parece imposible que en nues-tro país —realmente pequeño y tan compartimen-tado— se puedan quemar extensiones tan grandes.Realmente, la prevención es fundamental, comotambién lo es una actuación rápida y contundenteen los primeros momentos del fuego. Pero ante estefenómeno no hay remedios milagrosos. Únicamentela aplicación de un conjunto de políticas adecuadasen cada zona del país, puede disminuir el efecto delos fuegos o evitar que sean tan catastróficos. En elfondo, el gran problema es el abandono del mediorural, su población es cada vez más reducida y estocomporta un proceso de transformación de unmediorural diverso en una masa forestal demasiado conti-nua, y también la pérdida fundamental de unos habi-tantes conocedores del territorio. El Consejo de Protec-ción de la Naturaleza presentó en julio de 1994 unamoción en la que analizaba la cuestión y hacía unaserie de propuestas, considero que su contenidoaún sigue vigente.

Como ya ha comentado, usted ha sido uno delos fundadores de Depana. A pesar de ser unaorganización destacable, ¿no cree que ennuestro país falta, desde siempre, unmovimiento socioambiental fuerte eindependiente? La paradoja es que tenemoscientíficos reconocidos, iniciativas que sehan avanzado a su tiempo, pero no haexistido ni existe un movimiento ambientalcon una amplia influencia social. ¿Por qué?

Esto es un misterio. En los años 70, coincidieron enCataluña una serie de episodios interesantes sobre lascuestiones ambientales: se creó Depana, se editó elLlibre Blanc, la Diputación organizó el primer semi-nario sobre parques naturales celebrado en la Penín-sula. Los ponentes fueron RamonFolch,Oriol deBolósy yo mismo. Se organizó como resultado de la cola-boración ente el Instituto de Estudios de Adminis-tración Local deMadrid y la Diputación de Barcelona.Vino gente de toda España. Se habló de ello y se publi-caron las conclusiones. En este encuentro se esta-blecieronmuchos criterios que después fueron claves.Por ejemplo, la utilización de la Ley del suelo con

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sus planes especiales de protección. Se definió queuno de los caminosmás claros para proteger los espa-cios era la ordenación del territorio, del urbanismo.Por lo tanto, coincidieron estas tres cosas. En lo quese refiere a la fundación de Depana, recuerdo quepreparé y defendí los estatutos. El acto se celebróen el Centro Excursionista de Cataluña, que estaballeno hasta los topes. De entrada, ya contábamos conmás de 400 socios. La base de Depana era gente dela Universidad, del Zoológico y del grupo de la Dipu-tación. Con aquel entusiasmo pensamos que saldríaalguna cosa importante; ya se llamaba Liga para quese pudieran sumar todas las agrupaciones que exis-tían en Cataluña. Pasaron los años, trabajamosmucho,pero la Liga no crecía. Ciertamente se han vivido dife-rentes etapas, diferentes grupo han dirigido la orga-nización. Yo me considero del grupo de los prime-ros años: ciertamente no conseguimos popularizarelmovimiento. Loheredóun segundogrupoy tampocolo consiguió. El tercer equipo, que es el actual, hamejorado bastante las cosas, pero Depana aún noha tomado el impulso que se merece, confiamos enque el futuro serámejor, ya que el país precisa de estetipo de entidad.

Pero...

Me pregunto cómo es posible que un movimientointernacional comoGreenpeace tengamiles de asocia-dos, y que un grupo nuclear en Cataluña no acabe deconsolidarse. Quizás se explica por nuestro carác-ter. Una publicación reciente del Centro Unesco deCataluña Anuari d’entitats catalanes [Anuario deentidades catalanas] recoge ciento treinta dedica-das al medio ambiente. Por otro lado, posiblementeque aún no hayamos encontrado el tipo de entidadnecesaria en Cataluña, ni el modelo de comunicaciónadecuado en nuestra sociedad para que ésta se adhieramasivamente.

¿Quizás deberían profesionalizarse lasorganizaciones ambientales catalanas?

De acuerdo. Creo que las entidades sin ánimode lucro,sean del campo que sean, necesitan una profesio-nalización. Hoy, ya es difícil encontrar gente dispuestaa dedicar unas horas cada día a su entidad. Debenhaber voluntarios, pero también colaboradores profe-sionales. Y así es como ya funcionan muchas enti-dades.

Volvamos al modelo de protección yconservación que se ha aplicado en Cataluña:¿cuáles son sus puntos fuertes y cuáles losdébiles?

Lo que es positivo del modelo es que se ha asumidoque la ordenación del territorio y la planificación urba-nística deben incorporar, como determinaciones bási-cas, la protección delmedio natural y del paisaje. Estoes coherente con una conclusión de un congresomundial de parques y reservas, que afirmaba que lapervivencia de los parques requiere su planifica-ción, sin planificación su supervivencia es difícil.Por lo que respecta a aquello negativo, enmi opiniónse han constituido los espacios como islotes no comu-

nicados. Ahora el gran debate es cómo conectar estosespacios entre ellos: que si canales, que si corredoresbiológicos. En Cataluña tenemos entre un 15% y un20% del territorio dedicado a infraestructuras y suelosurbanos y urbanizables y entre un 80% y un 85% deespacio rústico o rural, que incluye los espacios natu-rales. Tenemos que concebir y planificar este espaciorural como un todo. De lo contrario, fracasaremosen la política de preservación. En cuanto a las cone-xiones, nos preocupamos por encontrar soluciones,pero quizás habría bastante con vitalizar y reforzar laspolíticas de protección de ciertos espacios, como porejemplo el espacio forestal y la red fluvial con suszonas de influencia, que ya recoge la legislación espe-cífica. Aunque no rechazo las conexiones comple-mentarias, también haría falta ser más espléndidoscon las delimitaciones de los espacios protegibles.

¿Cree que el cemento se esparce demasiadorápido por el país?

Éste es el gran temade fondo. Ir esparciendoel cementoes fatal. Pensemos que en muchos países de Europala zonaurbana es compacta y, cuando se acaba, encon-tramosel verde, el campo.Aquí, la políticaha sido cons-truir al lado de las carreteras, que se han convertidoen el eje de expansión urbana. También se han prio-rizado las infraestructuras para el coche privado, enlugardepotenciar el transportecolectivo.Eneste sentido,hemos creado un modelo difícil de cambiar.

Pero es preciso equilibrar el territorio. No esjusto que todas las infraestructuras seconcentren en las zonas costeras y tengandetrás un país preservado y pobre...

La cuestión es qué entendemos por calidad de vida.Para mí, significa, entre otras cosas, ríos limpios y convegetación y peces, tanto río arriba como río abajo, lohemos visto en nuestra juventud y no debemos renun-ciar a ello. Ciertamente, la partemás despoblada debe-ría disfrutar deuna calidaddevida como ladel resto delpaís. Peroestono lo concedenúnicamenteunas infraes-tructuras mejores. Hoy oímos hablar constantementede los porcentajes de crecimiento anual. Pero la biolo-gía y la naturaleza nos enseñanqueno sepuede crecercontinuamente. Quizás deberíamos profundizar deverdad en el concepto de la sostenibilidad.

Los estilos de vida han causado undistanciamiento del hombre respecto a lanaturaleza, no se conocen los árboles, losanimales...

La cultura urbana de los últimos años ha dado pasoa unas generaciones con un vocabulario cada vezmáspobre. El medio urbano produce habitantes pobresen conocimientos sobre la naturaleza y el campo.Quizás, el gran error, ha sido que el mundo rural,los campesinos, no se hayan podido conservarmejor.Enmuchos países europeos ha descendido la propor-ción de campesinos, pero en el caso de España y Cata-luña las cifras son espeluznantes. Si esto no hubiesepasado, tendríamos un paísmuchomejor conservado,mucho mejor gestionado, quizás más rico y con unaimportante calidad de vida. El gran giro que podría

hacer este 80% de territorio rural sería volver a reha-bilitar el mundo campesino con una combinaciónde actividades tradicionales y nuevas. No podemosperder la sabiduría de la gente del campo y lamontaña.

¿Cómo ve el futuro de la gestión de espaciosnaturales en Cataluña?

En los últimos años, además de distintos modelosde gestión, se ha producido una discriminación econó-mica. Los parques de agricultura han estado infra-dotados. El traspaso de competencias a MedioAmbiente hace pensar que se aplicará el modelo dela Garrotxa al resto de espacios protegidos y, por lotanto, aumentaran los recursos.

¿Además de las públicas, es preciso pensaren otras fuentes de financiación?

Si se crea una agencia, ésta tendrá carácter de orga-nismo autónomo y, por lo tanto, tendrá una gestióneconómica autónoma con la posibilidad de tenermece-nazgo o patrocinio. También un país con tantos bienesculturales, históricos y paisajísticos como Cataluña,quizás se podría aplicar una tasa como la de las IslasBaleares destinada a la protección del medio natu-ral y paisajístico. Debería estudiarse.

A menudo, los habitantes de las zonas ruralesno ven clara la preservación de los espaciosnaturales, porque, dicen, va en contra de susintereses. ¿Qué les diría?

Elmensaje es diálogo, diálogo ymás diálogo. Aunquese deban invertir muchas horas, hay que escuchar yhablar mucho con la gente del país. Aunque debanpostergarse la cosas, siempre tienen sumomento psico-lógico oportuno. Una ley no debe imponerse nunca,debe consensuarse y tiene que convencer.•

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La gestión de los espacios naturalesIgnasi Doñate i SanglasAbogado experto en cuestiones medioambientales

1 Introducción

1.1 La degradación progresiva del medioambiente

La preocupación que semanifiesta actualmente en elmundo por la degradación del medio ambiente delplaneta es, todavía, un fenómeno relativamentereciente. La Conferencia sobre la Biosfera, una delas primeras reuniones internacionales sobre este tema,fue promovida por la UNESCO en 1968. En el marcode dicha conferencia la comunidad científica inter-nacional advirtió colectivamente a los gobiernos delmundo que el estado del medio ambiente era preo-cupante y que la tendenciamarcaba un claro procesode empeoramiento.Lo que entonces pareció un llamamiento catastrofista,hoy en día se nos presenta como una observacióntímida en un marco de degradación continuada. Losexpedientes incoados por la Comisión Europea porla infracciónde laDirectivaHábitats (1992) en el ParqueNatural del Delta del Ebro (2000) o el emblema deldesastre ecológico (1998) y del déficit de los actua-les sistemas de conservación de las áreas naturales, elParque Nacional de Doñana (también Reserva de laBiosfera), son sólo una confirmación deque las tenden-cias negativas, denunciadas por los científicos hacemás de 40 años, persisten.En estos 40 años se han ido acumulando datos y expe-riencias sobre los que podemos decir que —actual-mente—disponemos demedios adecuados para afron-tar una mejor gestión de los sistemas naturales. Sólofalta la voluntad para llevarla a cabo. En el marcode un proceso en el que el "mito" de la preserva-ción/conservación se ha convertido en una realidadcontrastada por la progresiva degeneración de losecosistemas, urge la necesidad de actuaciones nuevas,concretas y efectivas que permitan enderezar esteproceso.

1.2 Una tendencia: del pensamiento global ala actuación local

La denuncia de la comunidad científica permitió unpensamiento global, que dio lugar a conferencias inter-nacionales que hanmarcado unprogreso: de la Confe-rencia de Estocolmo (1972) a la Conferencia de Kyoto(1997) sobre el cambio climático, pasando por laCumbre de la Tierra (Río de Janeiro, 1992).Estas conferencias han sido foros en los que se hanevidenciado los límites del pensamiento "conserva-cionista". Sin embargo estos límites se están rompiendocon estrategias, compromisos y convenios interna-cionales o con normativas regionales; estrategias inno-vadas bajo los criterios de la sostenibilidad. Cabe citarcomo referencias obligadas de este nuevo períodoel Convenio sobre la Diversidad Biológica (Río deJaneiro, 1992) o la Directiva del Consejo relativa ala conservación de los Hábitats Naturales y de la Floray Fauna Silvestres, 92/43, CE. 21/05/92.Estas iniciativas globales o regionales, sin embargo,no han podido frenar el proceso de degradaciónambiental del planeta, gestionadopor un pensamientoúnico ultraliberal, depredador y economicista hastael punto de convertir el fenómeno positivo —enmuchos aspectos—de la "globalización" en una reali-

dad negativa para su instrumentalización al serviciode unas pocas fortunas o de unos capitales que, espe-culando en los mercados financieros, tienen comoúnico objetivo la autoreproducción de beneficios. Eneste marco la "globalización" del sistema se asocia ala pérdida acelerada de biodiversidad, al derroche derecursos, al calentamiento del planeta, a la deserti-zación... Las progresivas contestaciones de las ONGy de los dirigentes políticos de los países margina-dos en el marco de la miseria (Seattle, Praga...) sonla muestra de la necesidad de reacción local y regio-nal, una acción coherente con los criterios de soste-nibilidad que rompa las tendencias del inédito procesode "globalización" y postule—coherentemente y pordefinición— un cambio global.Un proceso que, basado en estrategias ambientales,no se limite al ámbito de la definición estratégica paraasumir coherentemente las fases de "programación","planificación", "realización" y "evaluación". Con dema-siada frecuencia los esfuerzos se sitúan todavía enel ámbito de la definición de estrategias, con una graveincapacidad de actuación y con una nula capaci-dad de evaluación. En unmarco donde falta el hábitodel seguimiento y la evaluación, es todavía imposibledar la vuelta al proceso por el hecho de no identifi-carse las resistencias sociales y la inadecuada compren-sión de un pensamiento sostenible. Es necesario gene-rarmodelos concretos de desarrollo sostenible, a todoslos niveles, territoriales y sectoriales.

1.3 Un proceso: de la "conservación de áreasnaturales cerradas" a la "gestión integradade espacios naturales en un marcoterritorial más amplio"

El proceso de conservación de los recursos natura-les se inició con la delimitación de "áreas territoriales"caracterizadas por la riqueza de su flora o de su fauna.Estas áreas se sometían a sistemas estrictos de conser-vación, equiparando conservación a la prohibiciónde utilización de los recursos. Estos sistemas cerra-dos, con una gestión casi inexistente, se han vueltoobsoletos al constatarse que ni han podido evitar lapropia degradación, ni han podido influenciar enun cambio en los modelos de gestión del territorioentendido como un ecosistema.La tendencia actual es, pues, definir sistemas de gestiónde territorios más amplios, donde las riquezas natu-rales están integradas en un marco residencial y deactividades. Tan sólo así se pueden estudiar los flujosy procesos que dan vida y condicionan las riquezasnaturales. En otras palabras, la conservación soste-nible ha de conformar la "planificación territorial" paraque integre la "gestión urbanística" y la "gestión de losespacios naturales" entendidos de unamanera amplia,como espaciosmayoritariamente humanizados y, portanto, sometidos a las evoluciones de los flujos produc-tivos y culturales.

1.4 La estrategia de la ecología del paisaje:teselas, corredores y matrices

Desde la perspectiva de la ecología del paisaje, lagestión del territorio pasa por la identificación delos elementos estructurales del paisaje y por su funcio-nalidad en el marco de la consideración del territo-

rio como ecosistema, territorio que después se pondráen relación con los demás flujos y paisajes regiona-les.Desde esta perspectiva los elementos del paisajeson las teselas, los corredores y la matriz subya-cente. Las teselas sonmanchas, superficies territorialescon características homogéneas diferentes de las quelas envuelven. Los corredores son elementos linealesdel paisaje que pueden tener diferentes funciones(hábitatsmarginales, conducción de flujos...), tambiénllamados teselas deshilachadas. Lamatriz subyacentees el territoriomayoritario en el paisaje con una ciertahomogeneidad. Comonos indica Ferran Rodà ("Ecolo-gía del paisaje: perspectivas para la conservación".Parques Naturales: más allá de los límites. Generali-tat de Catalunya) lasmatrices subyacentes son, por suextensión, las que tienenmás repercusión en el funcio-namiento ecológico del paisaje.En este sentido, una gestión sostenible del medionatural tendría como objetivo prioritario lagestión ecológica de las "matrices subyacen-tes", en tanto que territorio mayoritario dondese desarrollan y concentran las funciones secto-riales básicas: productivas, de servicios, hábitatshumanos, transportes... funciones, todas ellas, quecondicionarán absolutamente los paisajes que loenvuelven. En un segundo orden de interés la polí-tica de conservación se preocuparía de los "corre-dores", en cuanto espacios de una gran diversidadbiológica que canalizan flujos hacia las "teselas" propia-mente dichas. Finalmente, a un tercer nivel de prio-ridades, tendríamos la gestión de las teselas formadaspor los espacios naturales de interés especial.De acuerdo con esta pauta, una gestión sostenible delmedio natural comportaría, en primer lugar, unaadecuada planificación territorial integrada, que tengaen cuenta los factores ambientales tanto por la natu-raleza de los recursos como por las funcionalidadesde cada territorio en cuestión. En sentido contrario,una política conservacionista fomentada básicamenteen la gestión de espacios naturales cerrados resultaclaramente ineficiente: la preservación de los espa-cios, como "islas" en unmar desconocido más amplio,se hace muy difícil por el hecho de tener que lucharcontra flujos externos que limitan o contradicen lamisma gestión conservacionista de espacios natura-les delimitados.

1.5.- Las áreas naturales de protecciónespecial y los diferentes sistemas de gestión

Lamadurez de este proceso hacia la gestión integradano invalida, sin embargo, los procesos más especí-ficos de gestión de las áreas caracterizadas por susriquezas naturales. La puesta en evidencia de los lími-tes de estas políticas no debe suponer en ningún casola declaración de incapacidad de las actuales políti-cas de gestión de espacios territoriales concretos. Sinoal contrario, la misma gestión de estos espacios esla que ha evidenciado la necesidad de caminar haciaprocesos más complejos, que empiezan a ser posi-bles de poner en práctica por la acumulación de datos—antes indisponibles—, por la aplicación de lasnuevas tecnologías y por una creciente concienciapública en favor de la preservación del medio. Esen este sentido que se exponen en este trabajo dife-

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rentes sistemas de gestión de los espacios natura-les.

2 Las reservas del biosfera

La red de Reservas de la Biosfera se instauró en 1976bajo la coordinación del Programa "Hombre y Bios-fera" (MAB) de la UNESCO. Actualmente comprendemás de 300 reservas, repartidas por todo el mundo enmás de 82 países.Las reservas de la biosfera, aunque su denomina-ción —"reserva"— corresponde a una concepción"cerrada" de la conservación de los espacios natura-les, fueron concebidas para afrontar el reto de conci-liar la conservación de la biodiversidad y de los recur-sos biológicos con su uso sostenible. En este sentido,una reserva de la biosfera implica teóricamente quelos científicos en ciencias naturales y sociales, losgrupos conservacionistas y de desarrollo, las autori-dades y las comunidades locales trabajen todos juntospara lograr un reto tan complejo.

Las funciones de las reservas de la biosfera soncuatro:- Conservar la biodiversidad, integrándolas a la RedMundial de Reservas e integrándolas en las políticasde conservación.- La explotación sostenible de los recursos natura-les, consiguiendo el apoyo de las comunidades loca-les, asegurando los flujos y la compatibilidad entre lastres zonas de la reserva y, finalmente, integrandolas reservas en la planificación regional.- La investigación, la educación, la formación y laobservación continuada. En esta función se promueveel estudio de las interacciones entre el hombre y labiosfera, la mejora de la conciencia pública y de laeducación, y la formación de especialistas y gestores.- Aplicar el concepto de "reserva de biosfera" localy globalmente.La gestión de las reservas se estructura en trescategorías de zonas: zona núcleo, zona de atenua-ción y zona de transmisión. Con este esquemade gestión, la zona núcleo es la central donde predo-mina la función de "protección" de los recursos. La"zona de atenuación" es la que permite algunas acti-vidades, siempre que éstas sean compatibles con laprotección de la "zona núcleo". La "zona de transi-ción" es la que está llamada a poner en prácticamode-los de desarrollo sostenible.

Recuadro 1. Esquema de una Reserva de Biosferaen constelación.(véase pág. 57 )

En este sentido la evolución de la gestión de unareserva parte de un interés primigenio por la"zona núcleo", para dirigirse hacia el reto dedesarrollo sostenible que se plantea en las zonasterritorialmente mayoritarias: las "zonas de tran-sición".Las Reservas de la Biosfera en España son lasde: Sierra de Grazalema (Andalucía); Ordesa-Viña-mala (Aragón); Montseny (Cataluña); Doñana (Anda-lucía); ManchaHúmeda (Castilla-LaMancha); El Canaly los Tiles (Canarias); Sierra de Cazorla, Segura yLas Villas (Andalucía); Marismas del Odiel (Andalu-

cía); Urdaibai (País Vasco); Sierra Nevada (Andalu-cía); Manzanares (Madrid); Lanzarote (Canarias);Menorca (Islas Baleares).

3 Los sistemas de gestión de la UniónInternacional de Conservación de laNaturaleza (UICN)

Los criterios iniciales de la UICN fueron estrictamente"conservacionistas", aunque este enfoque ha idomatizándose progresivamente con un enfoqueque da prioridad al tipo de gestión como deli-mitación específica de un área protegida.Mediante su Comisión de Parques Nacionales y deÁreas Protegidas, la UICN ha guiado la categorizaciónde las áreas protegidas desde 1969. En 1978, la UICNpublicó el Informe de la Comisión de Parques Cate-gorías,Objetivos yCriterios para las áreas protegidas,en el que se proponía un sistema de 10 categoríasde gestión de las áreas protegidas. Este sistema fueposteriormente incorporado a la legislación nacio-nal de muchos estados, habiendo así sido utilizadopor gestores de áreas protegidas en todo el mundo.Este informe también fue la base de la estructura-ción de la Lista de Parques Nacionales y Áreas Prote-gidas de las Naciones Unidas.Posteriormente la UICN revisó en 1993 las catego-rías iniciales manteniendo las cinco primeras yañadiendo una sexta, dejando la clasificación de áreasprotegidas en seis categorías (Véase recuadro nº 2).El resultado ha sido publicado en la Guía de las cate-gorías de gestión de las áreas protegidas. Esta guíaes un informe general sobre las categorías de gestiónde las áreas protegidas, describe las categorías y daejemplos explicativos de su aplicación.Los objetivos específicos que motivan la protecciónde cada una de las áreas, aunquemantienen un fuertecarácter conservacionista, son cualitativamente dife-rentes por el hecho de incorporarse los principiosde la sostenibilidad. Los principales objetivos dela gestión son: la investigación científica, la protec-ción de los espacios silvestres, la preservación delas especies y la diversidad genética, elmantenimientode las funciones de los ecosistemas, la protecciónde las características naturales y culturales específi-cas, el turismo y el ocio, la educación, el uso soste-nible de los recursos de los ecosistemas naturales, yel mantenimiento de los elementos culturales y tradi-cionales.

Recuadro 2. Las categorías de la UICN de gestiónde las áreas naturales.

Protección estricta: son las áreas protegidas gestio-nadas con finalidades científicas o para la protec-ción de los espacios salvajes (a menudo, se deno-minan estrictamente "reservas naturales/áreas salvajes").Categoría I.La conservación del ecosistema y del turismo: sonlas áreas gestionadas con la finalidad de conservarel ecosistema y dedicarlas al ocio (a menudo, llama-das parques nacionales). Categoría II.La conservación del patrimonio natural: son las áreasgestionadas específicamente para la conservación deelementos naturales específicos (a menudo, deno-minadas "monumentos naturales"). Categoría III.

La conservación mediante una intervención en lagestión: son las áreas gestionadas para su conserva-ción mediante una intervención de la gestión (amenudo, llamadas áreas de gestión de los hábi-tats/especies). Categoría IV.La conservación de los paisajes terrestres y marinosy el ocio: son las áreas gestionadas principalmentepara la conservación de los paisajes y para el ocio(amenudo, denominadas paisajes protegidos).Cate-goría V.El uso sostenible de los ecosistemas naturales: son lasgestionadas para el uso sostenible de los ecosistemasnaturales (a menudo, llamadas áreas protegidas parala gestión de los recursos). Categoría VI.

Las áreas protegidas que forman parte de redes inter-nacionales, como las reservas de la biosfera, o las reco-nocidas por convenios internacionales, como laConvención para la Protección del PatrimonioMundial(París 1972) o la Convención de las Zonas Húme-das (Ramsar, 1971), pueden corresponder a una delas categorías antes indicadas y ser catalogadas ensu derecho interno de acuerdo con otro sistema.El sistema iniciado en 1978 creó una grave confusión,porque los nombres de las áreas podían variar en cadapaís. Por ejemplo, el término "parque nacional" tieneun significado distinto en función de cada país. Dehecho, se pueden contabilizar hasta 140 nombres dife-rentes de áreas protegidas. En consecuencia, las cate-gorías de la UICN se definen por sus objetivos degestión, no por el nombre del área. Las áreas prote-gidas se instauran, de acuerdo con la legislación delpaís, para alcanzar unos objetivos coherentes con losobjetivos y las necesidades nacionales, locales o priva-das. Sólo pueden ser etiquetadas con las categoríasde la UICN teniendo en cuenta los objetivos de gestiónque persiguen. Sin embargo, las categorías de gestiónde la UICN no pueden ser consideradas obligato-rias, ni un mecanismo de dirección para los gobier-nos o para las organizaciones en el momento de deci-dir los objetivos de las potenciales áreas protegidas.

4 La estrategia de conservación de la UniónEuropea

En la Comunicación El medio ambiente en Europa:hacia donde encaminar el futuro (noviembre 1999),la Comisión Europea hizo un balance de lo que hasido el V Programa de medio ambiente de la UniónEuropea.En un marco de avances, por el hecho de disponerde nuevos instrumentos de gestión ambiental, la Comi-sión concluye que el estado del medio ambiente espreocupante. El V Programa no ha conseguidomodificar las tendencias económicas y socialesnegativas para el medio ambiente. Como ejemplosignificativo tenemos el compromiso de laUnión Euro-pea, adoptado de acuerdo con el Protocolo de Kyoto,de reducir un 8% las emisiones de CO2 entre 1998y 2012. Este compromiso parece claramente inal-canzable y la tendencia apunta a un aumento de lasemisiones de CO2 en el futuro, aumento especial-mente derivado del sector del transporte.El problema reside en que, por un lado, los secto-res económicos no integran adecuadamente las consi-

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deraciones ambientales en sus programas de gestióny producción, para atacar las raíces de los proble-mas ecológicos. Por el otro, falta una participacióny un compromiso más claro de los ciudadanos y delas partes implicadas. En este contexto el desarrolloeuropeo seguirá siendo globalmente insostenibleaunque se instauren medidas estrictas de protec-ción.El informe de la Comisión Europea recoge que Elfuturo de la política ambiental debe ser entendidoen un contexto más amplio en el que los objetivosambientales, sociales y económicos deben alcanzarsede una manera coordinada y mútuamente compati-ble.Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, lacalidad del entorno natural europeo ha mejo-rado en algunas áreas, especialmente en cuanto ala referencia a la eliminación gradual de las sustan-cias que atacan a la capa de ozono, que provocanla acidificación, la contaminación atmosférica trans-fronteriza y la calidad del agua.Sin embargo, la naturaleza y la biodiversidad dela Comunidad siguen amenazadas por la pérdidade suelo provocada por la expansión urbanística y laconstrucción de redes viarias, así como por la inten-sificación actual de la agricultura. Otras amenazas sonlas derivadas de la marginalización o abandono deprácticas agrarias, la contaminación o la introducciónde especies exóticas.Lasmedidas adoptadas en el período del V Programahan sido la creación de la Red Natura 2000, cuyaaplicación va con retraso porque no se han identifi-cado en el tiempo previsto los espacios que debenincluirse en esta red. La protección de estos espa-cios exige la adopción de sistemas de gestión adecua-dos. La aprobación de la estrategia comunitaria enfavor de la diversidad biológica y la Política AgrariaComún definida a partir de 1992 contribuirán a laprotección de la naturaleza, tanto en las áreas de laRed Natura 2000 como en zonas rurales más exten-sas.La Red Natura 2000 - integrará las "Zonas de Espe-cial Protección de las Aves" (ZEPA), indicadas deacuerdo con la Directiva de Aves, y las "ZonasEspeciales de Conservación" (ZEC) que se desig-narán de acuerdo con los criterios de la Direc-tiva de Hábitats.A estas zonas se tendrían que añadirlos espacios con elementos paisajísticos significati-vos, que deberían jugar la función de corredores bioló-gicos, aunque la concreción de éstos debe hacerse enlos ámbitos regionales o locales, por tratarse de plani-ficaciones que exigen una intervención sobre el terrenomás cuidadosa y unamayor implicación de las comu-nidades locales.Según la Comisión Europea, en el futuro se tendráque dar prioridad a la aplicación de las directivasde aves y de hábitats y a la integración real de lasexigencias de la biodiversidad en las restantespolíticas. Un aspecto importante será la prepara-ción de planes ambiciosos de acuerdo con la estra-tegia de la biodiversidad y la aplicación de laAgenda 21.En el marco de preservación de los sistemas natura-les, cada día resulta más importante tener en cuentalos mecanismos y procesos derivados de la Polí-tica Agraria Común (PAC), progresivamente más

implicada en una gestión sostenible del territo-rio. Será muy importante que los estados miembrosexploten al máximo las oportunidades que da laPAC y los Fondos Estructurales. La preservación depaisajes de gran valor natural puede verse facilitadasi se mantiene la agricultura en zonas en peligro demarginalización y abandono, y aumenta el interés porprácticas agrarias más compatibles con la protec-ción y mejora del ambiente.

Recuadro 3. Legislación comunitaria deprotección de los espacios naturales

•Directiva del Consejo 79/409/CEE, de 2 de abrilde 1979, relativa a la conservación de las aves silves-tres (DOCE L 103, de 25/4/79).•Directiva del Consejo 92/43 CEE, de 21 demayo,relativa a la conservación de los hábitats natura-les y de la fauna y flora silvestres. (DOCE L 206, de22/7/92). Conocida como "DirectivaHábitats". Ha sidomodificada por laDirectiva 97/63, de 27 de octubre(DOCE L 305, de 8/11/97).• Decisión de la Comisión 97/226/CEE, de 18de diciembre de 1996, relativa a un formulario de infor-mación sobre un espacio propuesto para su inclusiónen la Red Natura 2000.• Decisión 1999/800/CE, de la Comisión, de 22de octubre de 1999 relativa a la conclusión del Proto-colo sobre las zonas especialmente protegidas y ladiversidad biológica en el Mediterráneo, así comola aceptación de los correspondientes anexos (Conve-nio de Barcelona). (DOCE L 322, de 14 de diciem-bre de 1999).

5 La protección de los espacios naturales enCataluña

El sistema de protección de los espacios naturalesenCataluña sigue estratégicamente las directrices euro-peas: un sistema centrado en la protección de espa-cios naturales concretos, a pesar de la voluntad formu-lada de integrar esta conservación en el marco másamplio que supone la Agenda 21 y los procesos depreservación de la biodiversidad.A pesar de sus limitaciones, la estrategia europea estámarcando la política catalana. Su aplicación omejoradepende, no sólo de la voluntad política de dotarde medios al actual sistema de gestión de los espa-cios naturales, sino también de la integración de laspolíticas conservacionistas en la planificación terri-torial deCataluña y de la implicación del sector ambien-tal en los procesos ambientales.

5.1 La normativa de conservación deespacios en España

En España la protección de los espacios naturalesviene regulada por la Ley 4/1989, de 27 de mazo,de conservación de los espacios naturales y de laflora y fauna silvestres. Esta ley ha sido posterior-mente reformada por la Ley 40/1997, de 5 de noviem-bre (BOEde 6/11/97) ymodificada por la Ley 41/1997,de 5 de noviembre (BOE de 6/11/97).

Las categorías de protección de espacios naturalesprevistas en la Ley 4/1989 son: los parques nacio-nales, los parques, las reservas naturales, los monu-mentos naturales y los paisajes protegidos. En rela-ción con los "parques nacionales" se puede citar elReal decreto 940/1999, de 4 de junio, por el quese aprueba el Reglamento sobre la determinación yconcesión de subvenciones públicas estatales a lasáreas de influencia socioeconómica de los ParquesNacionales (BOE de 18/6/99) y el Real decreto1803/1999, de 26 de noviembre, por el que se apruebael PlanDirector de la red de Parques Nacionales (BOEde 13/12/99). Sin embargo, en Cataluña, con compe-tencia exclusiva sobre espacios naturales protegi-dos y tratamiento especial de zonas de montaña —art. 9.10 del Estatuto de Autonomía de Cataluña—, lasfiguras de protección son las que vienen definidas porla legislación catalana.La normativa española en el ámbito específico deprotección de la biodiversidad está recogida en elRealdecreto 1997/1995, de 7 de diciembre, por el quese establecen medidas para contribuir a garantizarla biodiversidad mediante la protección de los hábi-tats naturales y de la fauna y la flora. Este decretoha sido modificado por el Real decreto 1193/1998,de 12 de junio (BOE de 25/6/98).

5.2 Los distintos niveles de protección de losespacios naturales

Siguiendo la clasificación que realiza elmismoDepar-tamento de Medio Ambiente -DMA- de la Generali-tat de Catalunya, el sistema de protección de los espa-cios naturales de Cataluña se concreta en tresniveles:a) Laprotección horizontal, recogida en la norma-tiva de aplicación general en todo el territorio cata-lán.b) La protección territorial de los espacios natu-rales, concretada en el Plan de Espacios de InterésNatural (PEIN).c) La protección específica de los espacios natu-rales de protección especial.

5.2.1.- La protección horizontal

En este nivel encontramos la legislación de espe-cies protegidas, de control de la contaminación ydel impacto ambiental, de aguas, de costas, territorial,urbanística... Estas normativas contienen —o debe-rían contener— disposiciones con contenido protec-cionista, de cumplimiento obligatorio en cualquierlugar de Cataluña.A pesar de tratarse de una protección genérica, tieneuna gran importancia: los déficits de protección eneste ámbito son los que más condicionan la conser-vación del patrimonio natural, ya que los mecanis-mos de protección horizontal son los que deben defi-nir las líneas estratégicas de protección en cada sector.La aplicación integrada de estas líneas estratégicasmarca las posibilidades de aplicar políticas efectivasde protección del medio. El control de la contami-nación, la regulación de los transportes, la preser-vación de las especies, la gestión del agua... sonelementos básicos en cualquier política de conser-vación. La falta de aplicación de los principios de

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conservación en todos y cada uno de los sectoreshace impensable una política de conservación efec-tiva.

5.2.2.- El proceso de la "Estrategia catalana parala conservación y uso sostenible de la diversidadbiológica"

En el ámbito de la protección horizontal, siguiendolas pautas indicadas en el Convenio sobre la Diver-sidad Biológica y de acuerdo con una resolucióndel Parlamento de Cataluña (1997), el DMA está traba-jando desde 1996 en la elaboración de una estrate-gia de conservación.Como trabajo previo a la definición de la estrategia,el Institut d’Estudis Catalans ha hecho un diagnósticosobre el estado de la diversidad biológica en Cata-luña, que se ha estructurado en 55 estudios temáticosy se ha resumido en un documento final que contienelos principales datos de cada estudio y la definiciónde los objetivos que se proponen.En el marco de definición de la estrategia, el Sistemade Información sobre el Patrimonio Natural deCataluña, creado por el DMA, abre nuevas posibi-lidades de trabajo con diferentes instrumentos. Actual-mente está en fase avanzada de elaboración el "Bancode datos de biodiversidad" —disponible en<http://www.gencat.es/mediamb/pn.htm>. Asimismo,la "Cartografía de los hábitats de Cataluña" —también en proceso de elaboración y con una fina-lización prevista para el 2003— permitirá sistemati-zar la protección de los hábitats mediante laplanificación territorial y urbanística, una correcta apli-cación de la Directiva de Hábitats, y un tratamientomás riguroso de las conexiones biológicas. Igualmentese está en la fase final de elaboración del inventa-rio de zonas húmedas de Cataluña. Finalmente, el"Banco de datos de figuras e instrumentos para laprotección del patrimonio natural enCataluña" (PROT-NAT) recoge toda la información de la normativa einstrumentos aplicables.En el proceso de elaboración de la estrategia convergela formulación de la Agenda 21 en Cataluña, con laque sedeberá articular y coordinar unproceso conjunto,aunque diferenciado. En este proceso, el hechode queel Departamento de Medio Ambiente haya asumidoprogresivamentemás competencias enmaterias comolas aguas, la protección de los espacios naturales, dela fauna y la flora, y la gestión forestal y cinegética haceque el DMA pueda desempeñar un papel clave enla formulación de estas estrategias.De acuerdo con el documento de base de la estra-tegia, hecho público con motivo del Día Mundialde la Biodiversidad (1998), los objetivos genera-les de la estrategia deberían incluir al menos loselementos siguientes:"I.- Proteger la diversidad de ecosistemas, especiesy dotaciones genéticas que componen la diversidadbiológica de Cataluña, y los procesos ecológicos delos que dependen.II.- Eliminar o reducir las amenazas que comprome-ten la conservación de los componentes de la biodi-versidad.III.- Garantizar que los usos y aprovechamientosque se hacen de los componentes de la biodiversidadsean sostenibles. "

Paralelamente, el DMAestá elaborando una propuestade cincuenta medidas prioritarias, tanto en elámbito de gestión —creación de la Agencia Cata-lana de Protección de la Naturaleza y de la AgenciaCatalana deBosques que, conjuntamente con la Agen-cia Catalana del Agua proyectan un sistema de gestiónmás ágil—, comoen los ámbitos demejora de la conser-vación —declaración de nuevos parques naturales,parajes y reservas—, y del uso sostenible de la diver-sidad biológica.

5.2.3. La protección territorial

Un segundo nivel de protección territorial corres-pondería a la formulación y desarrollo de los planesterritoriales parciales y del plan sectorial deprotección de los espacios naturales. Este nivelde protección está definido estratégicamente en el art.4.3. de la Ley 1/1995, de 16 de marzo, por el que seaprueba el Plan Territorial General de Cataluña:"El desarrollo del Plan territorial general medianteplanes territoriales parciales y sectoriales se debe reali-zar considerando los objetivos de preservación delmedio:a) Fomentar el desarrollo sostenible del país.b) Respetar las tierras de uso agrícola o forestal deespecial interés, ya sea por su extensión, por su ubica-ción o por su fertilidad.c) Incentivar el uso eficiente de los recursos ener-géticos e hidráulicos.d) Salvaguardar los espacios naturales de especial inte-rés.e) Favorecer elmínimo impacto ambiental de las actua-ciones con incidencia territorial."El desarrollo de los planes parciales, que deberíanincorporar específicamente los objetivos del Plan Terri-torial en cada una de las seis grandes áreas de Cata-luña, supondría la culminación de una política inte-grada del territorio. Actualmente, sin embargo, laformulación de los planes territoriales parciales estásometida a grandes condicionantes políticos que haceque aún no se haya formulado ninguno.

5.2.4. El Plan de Espacios de Interés Natural(PEIN)

El PEIN —aprobado por el Decreto 328/1992, de14 de diciembre— define y delimita una red de144 espacios naturales representativos de la ampliavariedad de ambientes y formaciones que se encuen-tran en Cataluña, desde la alta montaña a las llanu-ras litorales, y de los bosques eurosiberianos a losyermos semidesérticos. La superficie global acumu-lada de estos espacios equivale aproximadamenteal 21% de nuestro territorio.El PEIN representa una reserva del suelo de Cata-luña con valores naturalesmás notables. En todos losespacios delimitados es de aplicación un régimenpreventivo básico, que esencialmente incluye un régi-men urbanístico especialmente riguroso, ante proce-sos urbanizadores y otras medidas susceptibles delesionar significativamente los valores protegidos.Sin embargo, el PEIN no es un simple instrumentopasivo de protección. A partir de un diagnóstico indi-vidualizado de la problemática de cada espacio, elPlan determina también en cada caso los factores

de riesgo, actuales o potenciales, para la preservacióndel conjunto de sus valores naturales y las medidasde protección adicionales que es necesario aplicar.Estasmedidas pueden adoptar la forma de las normasde carácter particular o bien de actuaciones especí-ficas que serían recogidas en el Programa de desarro-llo del Plan. Este programa de desarrollo no se hallegado a formular nunca, lo que indica la compleji-dad que supone cualquier definición territorial. Porestemotivo el PEIN no ha tenido un desarrollo progra-mado y, tan sólo ahora, se están acabando de formu-lar los planes de delimitación territorial de cada unode los espacios. Por este motivo, al estar todavía enesta primera fase de desarrollo, lamayoría de los espa-cios no tienen un Plan especial de protección.Como recoge Josep M. Mallarach en su trabajo "Losespacios naturales protegidos enCataluña y los nuevosparadigmas de la conservación" (Parques naturales,másalláde los límites. Generalitat de Catalunya. 1999)«La falta de medios de los organismos responsablesy la ausencia de tradición evaluadora enCataluña expli-can que no se hayan llevado a cabo los seguimien-tos previstos, lo que no nos permite conocer detalla-damente el estado real de los espacios naturalesprotegidos, ni caracterizar adecuadamente sus tenden-cias. En una primera aproximación, entre el 20 y el35%de los espacios naturales protegidos catalanes hansufrido desde su protección oficial, pérdidas en sushábitats, paisajes, comunidades o especies.»El PEIN tiene carácter de plan territorial sectorialy por este motivo sus determinaciones son decumplimiento obligatorio. Como consecuencia,los planes territoriales parciales que se aprueben enel futuro deberán señalar como espacios de interésnatural todos aquellos delimitados en el PEIN, yestablecer al mismo tiempo las previsiones necesa-rias para su preservación, adecuación y mejora.Asimismo, los nuevos instrumentos de planificaciónurbanística y la planificación específica de las zonasy las comarcas de alta montaña se deben adecuar alcontenido del PEIN. Igualmente, los ayuntamientosdeben adecuar su planificación urbanística a los corres-pondientes planes especiales de los espacios del PEINen un plazo de dos años desde la aprobación de éstosúltimos.El PEIN también supone una protección especialde la flora y de la fauna, por el hecho de ampliarla lista de especies de la flora y la fauna protegidas enel marco territorial de los espacios PEIN. Esta decla-ración implica la aplicación en las especies inventa-riadas del régimen legal de protección estricta, conlas consiguientes prohibiciones (de arrancar, captu-rar, comercializar...) y la protección de sus habitantes.Están incluidas, en total, 213 especies vegetales, prote-gidas en 57 espacios, y 115 especies de la fauna, espe-cialmente invertebrada, en 37 espacios.La red de espacios del PEIN se incluirá en la redeuropea Natura 2000, lo que le dará unamayor tras-cendencia para la aplicación de los programas comu-nitarios y otorgará a los espacios PEIN una aplicaciónpreferencial del Programa deDesarrollo Rural de Cata-luña.Sin embargo, se está todavía lejos de un planteamientointegrado de la conservación del patrimonio natu-ral. El actual proceso de concentración de una seriede competencias ambientales en el DMA puede faci-

litar el desarrollo de un planteamiento integrado, quese deberá coordinar, sin embargo, con las políticassectoriales de los demás departamentos, a la vezque conseguir el interés de la iniciativa privada en unproceso de valorización del medio natural.

5.2.5 Protección de los espacios naturales deprotección especial

Un tercer nivel de protección es el constituido porlo llamados genéricamente espacios naturales deprotección especial. Según la Ley 12/1985, de 13 dejunio, de espacios naturales, estos se clasifican en"parques nacionales", "parajes naturales de interésnacional", "reservas naturales" y "parques natura-les". Se trata de espacios que, aunque forman partedel PEIN, tienenuna regulación específica y una gestiónindividualizada.

Recuadro 4. Tipología de espacios naturales deprotección especial de acuerdo con la Ley deespacios naturales de Cataluña (Ley 12/85)

1.- Los "parques nacionales" son espacios natura-les de extensión relativamente grande, no modifica-dos esencialmente por la acción humana, declaradoscomo tales por su interés científico, paisajístico y educa-tivo. La finalidad de la declaración será preservarlosde cualquier intervención que pueda alterar su fiso-nomía, integridad y la evolución de los sistemas natu-rales. No se permite la caza, la captura o la pertur-bación de las especies animales, las actividadesextractivas y la ejecución de cualquier obra o insta-lación, excepto las necesarias en el parque o lasque, por su interés público, son autorizadas, con carác-ter extraordinario y restringido por el Consejo Ejecu-tivo, previo informe del Consejo de Protección dela Naturaleza.Parques Nacional enCataluña: Aigüestortes y Estanyde Sant Maurici.2.- Los "parajes naturales de interés nacional" sonlos espacios o los elementos naturales de ámbitomedioo reducido que presentan características singularesdebido a su interés científico, paisajístico y educativo.Las actividades se han de limitar a los usos tradicio-nales agrícolas, ganaderos y silvícolas, compatiblescon los objetivos de la protección (garantizar la protec-ción del espacio y del entorno) y a las actividadespropias de la gestión del lugar protegido."Parajes nacionales de interés natural" en Cata-luña: el macizo del Pedraforca, una parte del valledel monasterio de Poblet, la vertiente sur del macizode la Albera, cabo de Norfeu, sierra de Rodes y CaboGros y el Cabo de Creus.3.- Las "reservas naturales" son espacios natura-les de extensión reducida y de considerable interéscientífico que son objeto de esta declaración paraconseguir preservar íntegramente el conjunto de ecosis-temas naturales que contienen o de alguna de suspartes. Esta pueden ser de tres tipos:3.1.- Integrales, en las que sólo están permitidaslas actividades de investigación científica y la divul-gación de sus valores para preservar de cualquierintervención humana todos los sistemas naturalesy su evolución. La accesibilidad es rigurosamente

controlada. Los espacios declarados "reservanatural integrada"enCataluñason: las tres reser-vas del Parque natural de los Aiguamolls del’Empordà (la de las Llaunes, la de los Estanys y lade la Isla de Caramany) y los volcanes del Parquenatural de la Zona volcánica de la Garrotxa.3.2.- Parciales, dirigidas a proteger de unamaneraabsoluta las formaciones geológicas y geomorfo-lógicas, determinados biotopos, especies, hábi-tats y comunidades, así como a conservar o cons-tituir escalas en les vías migratorias de la faunasalvaje.Los espacios declarados "reserva naturalparcial" son:BaishAran, Alt Àneu,Mas deMelons,Noguera Ribagorçana, Collegats, Noguera Palla-resa-Bonaigua, Prullans-Isòvol, la Llosa, riera deMerlès, riera de Arbúcies, la Muga, Sant Quirzede Colera, la Punta de la Banya, la isla de Sapinya,el delta del Llobregat (la Ricarda - Ca l’Arana y elRemolar - Filipines) y la Font Groga.3.3.- De fauna salvaje en las que se protegen única-mente determinadas especies y/o poblaciones dela fauna salvaje en peligro de extinción. Los espa-cios declarados "reserva natural de faunasalvaje" son: Sant Llorenç de Montgai, Utxesa, elCanal Vell, la isla de Fluvià, la Tancada y la partesur de la isla de Buda.

4.- LosParques Naturales son espacios naturales quepresentan valores naturales cualificados y que se some-ten a un régimenmenos estricto, donde la proteccióndel espacio natural debe ser compatible con el apro-vechamiento de sus recursos y con la actividad de sushabitantes. Los espacios declarados "Parques Natu-rales" son: Cadí-Moixeró, Zona volcánica de laGarrotxa, Aiguamolls de l’Empordà, delta del Ebro,Montaña de Montserrat, Montseny, Sant Llorenç deMunt-l’Obac y el Cabo de Creus.

Recuadro 5. Otros espacios protegidos

Espacios protegidos en Cataluña, de acuerdo con lanormativa urbanística:• El Parque Comarcal de Montesquiu, de acuerdocon la regulación contenida en el Edicto de 18 desetiembre de 1986, sobre Resoluciones adoptadas porel Consejero de Política Territorial y Obras Públicas(DOGC de 20/10/86).• El Parque Metropolitano de Collserola, creadopor Acuerdo del ConsejoMetropolitano de Barcelonade 1/10/87, que aprueba el Plan Especial (BOPB de13/11/87) y por el Edicto de 14/3/91, sobre un acuerdode la Comisión de Urbanismo de Barcelona (DOGCde 13/5/91).• El Montnegre-Corredor, aprobado por el Edictode 14/5/90 de la Diputación de Barcelona, aprobandoel Plan Especial de protección del medio físico y delpaisaje de las sierras de Montnegre-Corredor, Serra-lada de Marina.• El Parque de Garraf, de acuerdo con la regulacióncontenida en el Edicto de 6/2/87, sobre resolucio-nes adoptadas por el Consejero de Política Territo-rial y Obras Públicas (DOGC de 18/2/87).•Olèrdola, creado por el Edicto de 11/11/92, sobreun acuerdo de la Comisión de Urbanismo de Barce-

lona y una Resolución del Consejero de Política Terri-torial y Obras Públicas (DOGC 20/11/92).• Las islas Medes, creado por la Ley 19/90, de 10de diciembre, de conservación de la flora y la faunadel fondo marino (DOGC de 17/12/90).

6 Epílogo

El sistema legal de protección de espacios naturalesde Cataluña debería actualizarse con una debida revi-sión de la Ley 12/85 de Espacios Naturales, introdu-ciendo los criterios que se derivan de la implantaciónde la Red Natura 2000, el Convenio sobre la Biodi-versidad y los procesos de sostenibilidad que sepuedenderivar de la Agenda 21. Sin embargo, el mayordéficit normativo se encuentra, en el ámbito territo-rial, en la falta de aprobación y desarrollo con crite-rios sostenibles, de los planes territoriales parcialesde cada una de las seis áreas en que se divide elterritorio de Cataluña.Pero sobre todo, el reto que planea sobre todos ycada uno de los sistemas de protección de los espa-cios naturales es el reto de la gestión. En este sentidolas grandes tendencias marcan un interés especialpor los instrumentos de gestión y por unamayor impli-cación de las pautas de conservación por parte dela sociedad.La iniciativa pública, con un déficit de participación,ha marcado planes limitados, pero coherentes, deconservación. La falta de implicación de la iniciativaprivada ha restado capacidad de transformación alproceso de planificación y, de este modo, la impli-cación del cuerpo social se convierte en uno de lospolos estratégicos que se debe revisar continuamente.La "civilización" de la gestión de los espacios natu-rales; ni "publificar" ni "privatizar". Una gestión "civi-lizada" que se caracterice por elmutuo reconocimientode los espacios "público" y "privado", con los respec-tivos objetivos y funciones, en la conciencia de lanecesidad de encontrar un espacio de "concertación"democrática y, sobre todo, un espacio de participa-ción.Un reto que se formula en la tendencia hacia una"gestión privada" con criterios "públicos". De la estra-tegia pública participada a la acción concertada. Delmito a la realidad. De la gestión de espacios natura-les cerrados a la gestión sostenible de las matricessubyacentes, relacionadas con corredores biológicosque den sentido a un sistema de protección de unespacio natural cada vez más humanizado pero queno tiene, como alternativa, un espacio urbano cadavez más naturalizado.•

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Bibliografía:

• UICN. Unión Mundial de la Conservación. 1994.Guia del Conveni per a la Diversitat Biològica.

• Programa MAB. Conferència Internacional de lesReserves de la Biosfera. 1995. Estratègia de Sevi-lla.

• Comunicación de la Comisión de las ComunidadesEuropeas "Elmedi ambient a Europa: cap a on enca-minar el futur". Brussel·les, 24 de noviembre de 1999COM (1999)543 final.

• Autores diversos. "Parcs Naturals, més enllà delslímits". Generalitat de Catalunya. 1999.

• Naciones Unidas. Guia de l’Agenda 21. L’AliançaGlobal per al medi Ambient i el desenvolupament.Generalitat de Catalunya.

Ecología del ocio

Libros

Un món nouFederico MayorCentro Unesco de Cataluña, Barcelona, 2000,491 pág.

Director general de la Unesco hasta el año pasado,el bioquímico catalán Federico Mayor ha mostradosiempre tener un gran conocimiento de los proble-mas ambientales y sociales, y una gran sensibilidadpara encontrar soluciones. En esta extensa obra, escritacon la colaboración de Jérôme Bindé, Mayor repasalos grandes retos planteados por procesos como eldesarrollo tecnológico, la tercera revolución indus-trial y la mundialización.El libro está dividido en cuatro partes. "Per un noucontracte social", "El contracte natural del futur: cièn-cia, desenvolupament i medi ambient", "Cap a uncontracte cultural: de la societat de la informació ala societat del coneixement" y "Per un nou contracteètic". El estudio deMayor, fundamentado en una grancantidad de documentación, es exhaustivo y deta-llado. La superpoblación, la urbanización, la alimen-tación, el papel de la biotecnología, el transporte, ladesertización, el agua, el futuro del libro y de la lectura,la diversidad lingüística, la educación, la paz y las posi-bilidades de que se produzca un hipotético "mila-gro africano" son algunos de los temas expuestos.Se trata de un libro repleto de datos y que planteaproblemas, pero que también aporta posibles solu-ciones. Pero, sobre todo, se trata de una obra que llamala atención sobre la complejidad de nuestra socie-dad, los desequilibrios, el cambio acelerado y los gran-des cambios que tenemos ante nosotros. Todoporque,como dice el premioNovel deQuímica Ilya Prigogineen la frase que abre la introducción, nopodemospreverel futuro, aunque sí prepararlo.•X.D.

La guerra de la cocaínaBelén Boville Luca de TenaDebate, Madrid, 2000, 285 pág.

Ante las últimas iniciativas del presidente norteame-ricano Bill Clinton para hacer frente al problema dela cocaína, este libro de la periodista Belén BovilleLuca de Tena cobra plena actualidad. A pesar deque el subtítulo hable de drogas, geopolítica ymedioambiente, el últimode éstos se trata escasamente desdeel punto de vista estricto. Pero, dado que los proble-mas ambientales casi siempre están estrechamenteligados a problemas sociales y políticos, el libro tambiéntiene un gran interés desde este punto de vista.La autora nos habla de la coca—utilizada por los indí-genas desde hace siglos— y de la cocaína —uno desus alcaloides— y las analiza profundamente desdeel punto de vista geopolítico. La tesis de la autoraes clara y Boville no se queda amedias tintas: ademásdel puritanismo americano, han sido las necesida-des estratégicas—económicas, políticas ymilitares—de los Estados Unidos lo que ha hecho que se plan-

tease la guerra contra una droga que representa el17% del mercado mundial — ante el 35% del hachísy el 48% de la heroina.Según Boville, las intervenciones militares dejan delado los conflictos sociales en los que se basa granparte del problema de la cocaína. La autora tambiénrelata relaciones más que oscuras entre los trafican-tes de drogas y los que teóricamente deben perse-guirlos.Probablemente, también habría sido interesante inci-dir un poco más en los problemas ambientales —también de mucha actualidad— provocados por ladestrucción de plantaciones con microorganismos yen las posibilidades de los cultivos alternativos. Aúnasí, el libro, con un gran fondo documental, ofreceuna nueva perspectiva al lector sobre el tema de lacocaína.•X.D.

El gen escarlataPere PuigdomènechRubes, Barcelona, 2000.

Existe una forma de divulgar la ciencia y de reflexionarsobre los problemas éticos y sociales que ésta plan-tea que permite el acercamiento de lectores que proba-blemente nunca elegirían ensayos. Se trata de la ficcióncientífica—desgraciadamente, poco aprovechada porlos autores más conocidos, a pesar del potencial deposibles argumentos que presenta. El físico y biólogoPere Puigdomènech ha escogido esta fórmula paradescribir el potencial de la ingeniería genética y parareflexionar sobre aquello que a veces se esconde traslas investigaciones científicas punta.La historia de El gen escarlata contiene intriga e infor-mación, e invita a la reflexión. Alterna la historiacon algunos recuadros que explican los puntos clavesde la biologíamolecular. Por ello, se trata de una inicia-tiva interesante para difundir la ciencia con el atrac-tivo añadido de la ficción.•X.D.

Comunicació i medi ambient en la societatglobalDiversos autoresAss. Una Sola Terra, Diputació de Barcelona,2000, 159 pág.

En febrero de 1998 el V Simposio Internacional UnaSola Terra versó sobre la comunicación. En este librose recogen las intervenciones en el simposio. La primeraparte presenta los homenajes a personalidades comoJacques-Yves Cousteau, Gerald Durrell y Maurice yKatia Krafft. Los tres apartados siguientes incluyen lasintervenciones sobre los derechos a la informaciónambiental, el ciberespacio y unamesa redonda sobrela comunicación ambiental en vistas al siglo XXI. Tresapéndices sobre la evolución de la comunicaciónambiental, la éticamedioambiental en el código deon-

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tológico y un listado de páginasweb, junto con biblio-grafía y un índice de nombres, completan el libro.Quisiéramos comentar un error que aparece en elprimer apéndice y que podría afectar a la imagende una entidad plural de esta revista: la AsociaciónCatalana de Comunicación Científica está integradadesde su fundación por un amplio grupo de profe-sionales y no, como se dice aquí, por diferentes perio-distas vinculados a la revista Medi ambient. Tecno-logia i cultura.

Novedades en revistas

Bioma

Bioma es una nueva publicación bimensual sobrenaturaleza, editada enOlot (Garrotxa). La revista quierellegar a todas las tierras de habla catalana y en suprimer número incluía artículos de diversos espe-cialistas que trataban cuestiones de botánica, inver-tebrados, vertebrados o de espacios naturales, comopor ejemplo el marjal de Pego-Oliva, en el País Valen-ciano.•Mètode

Mètode no es una revista nueva, pero esta publicacióneditada por laUniversidad deValencia inicia una nuevaetapa que la ha llevado a quioscos y librerías paraaumentar su difusión. La revista informa sobre la acti-vidad de la investigación universitaria, y tiene un graninterés por el lector que se siente atraído por los temascientíficos, ya que incluye artículos de divulgacióny reflexión. El primer númerode la nueva etapa (Verano2000) incluía un dossier sobre el litoral.•The Ecologist

Por último,TheEcologist aparece en versión castellana.Fundada en1969por EdwardGoldsmith, incluye repor-tajes e informaciónmuydiversos. Sin entrar en el análi-sis de su contenido, es innegable el hecho de que lapublicación representa el punto de vista de un ecolo-gismomuy radical, lo cual, y que cada unopuede valo-rar como le plazca, no deja de ser una aportación ala pluralidad informativa en este campo.•X.D.