1.1) carta camila

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A mis docentes Algunos años después, rememorando sus pasos en mi, cómo huellas, marcas vivas que se actualizan al caminar, por este patio vacío y oscuro. Y el eco -de tantos que pasaron por aquí- se funde con lo nuevo, con los nuevos….dando inicio a la jornada escolar. Siento mi cuerpo todo, reviviendo, repasando, pensando…. Muchos hemos andado por sus aulas, pienso muchas veces en ustedes, en la institución que llamamos escuela- En los que pasaron por ella como si nada les hubiera pasado, en los que no pudieron pasar y fueron rechazados, en los exitosos y premiados, en los que ni siquiera pudieron entrar. Hoy los pienso especialmente aquí, en este inicio del día porque será el primero como profesora y exploró en mis recuerdos, cuanto de ustedes influyó en esta que hoy puedo ser. Me recuerdo: una alumna perfecta, perfectamente desconocida que logró pasar con éxito todo el secundario, quietita, en silencio, hasta me sobro tiempo ¿Me sobró obediencia? ¿me sobró disciplina? ¿Faltaron desafíos? ¿Deseos? ¿Cuándo ingresamos el deseo al aula? Saqué ¡5! ¡8! ¡10! ¡2! ¡Me quedé!, “Me llevé dos”, “¡aprobé!” “no me dio el promedio” de esto parece que se trata la

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Texto para reflexionar sobre educación.

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Page 1: 1.1) Carta Camila

A mis docentes

Algunos años después, rememorando sus pasos en mi, cómo huellas, marcas

vivas que se actualizan al caminar, por este patio vacío y oscuro. Y el eco -de

tantos que pasaron por aquí- se funde con lo nuevo, con los nuevos….dando

inicio a la jornada escolar.

Siento mi cuerpo todo, reviviendo, repasando, pensando…. Muchos hemos

andado por sus aulas, pienso muchas veces en ustedes, en la institución que

llamamos escuela- En los que pasaron por ella como si nada les hubiera pasado,

en los que no pudieron pasar y fueron rechazados, en los exitosos y premiados,

en los que ni siquiera pudieron entrar.

Hoy los pienso especialmente aquí, en este inicio del día porque será el  primero

como profesora y exploró  en mis recuerdos, cuanto de ustedes influyó en esta

que hoy puedo ser.

Me recuerdo: una alumna perfecta, perfectamente desconocida  que  logró pasar

con éxito todo el secundario, quietita, en silencio, hasta me sobro tiempo ¿Me

sobró obediencia? ¿me sobró disciplina? ¿Faltaron desafíos? ¿Deseos? ¿Cuándo

ingresamos el deseo al aula?

Saqué ¡5! ¡8! ¡10! ¡2! ¡Me quedé!, “Me llevé dos”, “¡aprobé!” “no me dio el

promedio” de esto parece que se trata la escuela, de números, de un complejo

ejercicio de suma,  división y promedios que permiten sobrevivir, permanecer.

Permanencia y egreso, son los indicadores del éxito escolar. Pero ¿cómo? ¿Cómo

debe ser esa experiencia de permanecer y egresar? Siempre me pregunto... ¿Qué

aprendí y qué me faltó aprender? ¿Qué experiencias me perdí?

Cómo marcas a fuego, en el cuerpo, en la memoria me queda la espera, la

entrega de las notas, las listas recitadas en público. Un ambiente tenso, el aula  en

total silencio, como filas que esperan ir al matadero. En esos minutos

interminables,  un  nudo que comenzaba en la panza y se expandía por todo el

cuerpo. A pesar de ello, cada uno de nosotros generamos estrategias, las

posibles, para acomodarnos a estas etiquetas y “sobrevivir” a la escuela. Mi táctica

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ha sido ser la chica silenciosa, amable, que se adapta para el afuera y por dentro

una revolución.

Me sigo preguntando: ¿Los profesores tenemos  algo importante que decir y que

sea importante para todos o la mayoría?, ¿por qué  tantos compañeros míos, de

aquellos años, fueron invisibles para todos mis docentes? ¿Habrá alumnos que

hoy yo no pueda ver?

Siento el cansancio de 5 millones de años de humanidad y poco más de un siglo

de escuela en nuestras espaldas expresadas en la fugacidad de una clase de 40

minutos donde hay que decirlo todo. ¿Para quién? Y en ese momento tantos ojos

fijos, unos que nos evitan, otros que nos resisten y otros que no podemos ver.

¿Qué hacer con la mirada, la nuestra, la de ellos, la de otros, la de todos para que

se encuentren?

Busco motivos… motivos para ser docente, motivos para verme y ver a otros,

motivos para gustar y des gustar de este hacer.  MOTIVOS PARA EXISTIR Hoy

en este  primer día como docente, me pregunto.. ¿De qué se van a acordar mis

alumnos? ¿Qué conocimientos les quiero dejar? ¿Cómo hacer para que en la

escuela convivamos todos sin dejar de ser lo que cada uno es? ¿Cómo hacer para

que mis clases sean espacios donde lo común, la comunidad, el afuera tengan

vida? ¿Es posible romper esta burbuja que me contiene? esta soledad que a

veces devasta, ¿animarnos al otro, colega, compañero, institución? ¿qué estamos

dispuestos a negociar y que no? ¿Cómo hacer para que la misma escuela sea

importante para todos, sin que domestiquemos a nuestros alumnos y sin que ellos

nos domestiquen?

Camila