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10 de octubre de 2013 Núm. 3.996 (1.413) ESCUELA 37 Hecho en la escuela Hecho en la escuela Hecho en la escuela es una nueva sección que pretende reflejar el impor- tante trabajo que docentes anónimos realizan diariamente en sus centros. Por eso queremos contar con vuestra aportación y con vuestro conocimiento, de manera que poco a poco podamos, entre todos, tejer una red para cono- cer prácticas y proyectos interesantes y transformadores. Escríbenos a [email protected] o a la dirección: C/Collado Mediano, 9. CP. 28230. Las Rozas (Madrid) Una de romanos ANTONIO MANUEL HERREROS / Cole- gio Nuestra Señora de los Milagros (Algeciras) ¿Os apetece viajar hasta el siglo I Antes de Cristo? ¿Quién no se ha sentido atraído alguna vez por la extraordinaria época de los roma- nos, por el tiempo en el que los edi- ficios eran de mármol, las gentes vestían largas togas y en las calles se escuchaba el latín? ¿Queréis aso- maros a la ventana de la historia con nosotros? Pues en el colegio Nuestra Señora de los Milagros de Algeci- ras (adscrito a Escuelas Católicas) nos decidimos a probar suerte. Cuando pensé en la idea de crear un proyecto de investigación sobre los romanos para niños y niñas de Educación Infantil de 5 años, me lo tomé muy en serio; para mí era todo un reto y tuve miedo de que no encajara en mi clase; pero, al revelar el tema y recoger las ideas previas que tenían las niñas y niños sobre los romanos, quedé grata- mente sorprendido de la cantidad de información que poseían. Con un proyecto como este entre manos no queríamos pasar el tiempo rellenando fichas, sino convertir a los niños y niñas en protagonistas de excepción de esta emocionante aventura romana. Con ella, los pequeños se verían obligados a preguntar, investigar, aprender y manejar los recursos para poder conducir la historia ellos mismos. No creáis que esto de montar un proyecto tan grande está cogi- do con alfileres. El trabajo pre- vio fue fundamental y, aunque es cierto que los proyectos tienden a fluir y coger caminos insospecha- dos, cada momento, cada activi- dad fue programada al milímetro. Después cada proyecto y cada cla- se son un mundo, y nuestro pro- yecto giró al ritmo de los propios niños que fueron los que marca- ron las pautas. Para comenzar tuvimos que escribir una carta a las familias contando a los papás lo sucedido en clase y pidiendo su ayuda; pero, como el proyecto era tan grande, decidimos repartirnos el tema en varias partes para que la informa- ción y los materiales traídos de casa fueran más amplios y más origi- nales. Poco a poco la clase se fue llenando de todo tipo de objetos, murales, lapbooks, dibujos, libros, maquetas, juguetes…, un sinfín de cosas a las que había que bus- car sitio, y eso nos hizo plantearnos el tener que reorganizar el aula y crear un rincón de romanos en el que se depositaban todas las cosas que iban trayendo. Sustituimos los carteles de números y letras de las paredes por columnas y estatuas de papel continuo; convertimos la clase en una auténtica villa romana digna de cualquier César. Pronto llegaron las preguntas que había que contestar buscando información, tanto en casa, ayu- dados por las familias, como en clase consultando libros, revistas, en Internet en la sala de ordena- dores, viendo videos… Creamos conflictos y planteamos hipótesis que tenían que resolver hablando, discutiendo y llegando a un con- senso, viendo y comprobándolo todo. Para ello, en muchas ocasio- nes recurrimos a las familias, las grandes desconocidas en la escue- la durante años y que, gracias a los proyectos, se han convertido en primeras estrellas. También pedi- mos ayuda a los compañeros y compañeras de 1º de la ESO, que casualmente estaban estudiando el Imperio Romano como noso- tros. Los mayores explicaron a los pequeños cosas interesantísi- mas sobre los romanos; pero, lo más sorprendente fue cuando los pequeños hablaron a los mayores de cosas que ellos no sabían o que todavía no habían estudiado. Todas las mañanas eran una aventura. Un día Pablito trajo a clase un dibujo sacado de Internet en el que había un soldado roma- no con las partes del uniforme escritas en un idioma diferente al nuestro. Sus compañeros le pre- guntaron que si estaba escrito en italiano, pero Pablo les contó que los antiguos romanos no hablaban italiano, sino latín. La pregunta fue directa: ¿Alguien sabe latín? Y sin saber nos pusimos a traducir el papel de Pablo y nos dimos cuen- ta de que no era tan difícil y que entre todos podíamos hacer cosas grandes. Otro día Isabel nos trajo un mural de casa muy chulo. En él explicaba como se fabricaba el garum. Nos contó que el garum era una salsa a base pescado muy apreciada por los romanos y que se fabricaba en una cuidad muy cerquita del cole, en Baelo Claudia. Esto causó un gran revuelo en clase y nos planteó muchas pre- guntas como ¿podríamos fabricar nosotros la rica salsa del garum? ¿Podríamos visitar Baelo Claudia? Para el garum primero leímos la receta original y vimos qué ingre- dientes podríamos sustituir por los que normalmente utilizamos en casa. Escribimos nuestra propia receta, trajimos los ingredientes y los utensilios a clase, y nos pusi- mos manos a la obra. El invento nos salió riquísimo y eso que el ingrediente principal era el atún y a algunos no les gustaba dema- siado, pero quedaron encantados. ¡Estaba riquísimo! Para la visita a Baelo Claudia tuvimos que preparar muchas cosas. Lo primero fue investigar, a través de Internet y en algunos planos de carretera que trajo el maestro, dónde se encontraba la cuidad y cómo podríamos ir has- ta allí. También vimos cómo era la antigua villa y los restos que que- daban en la actualidad. Después fabricamos un cuaderno de viaje muy interesante y completo que nos acompañaría en toda nuestra visita y en el cual iríamos anotan- do todas las cosas que fuésemos viendo y que nos fuesen gustan- do. En asamblea decidimos que si íbamos a ir a una ciudad romana, queríamos ir vestidos como autén- ticos romanos y pedimos ayuda a las familias. Algunas tardes des- pués estaban los padres en la clase fabricando un sencillo y completo traje romano. Todo listo. El día perfecto, soleado pero no demasiado calor. La visita, ¡genial! Las ruinas precio- sas. Visitamos las fábricas de sala- zones en la playa de Bolonia dónde se elaboraba el garum en grandes pozas de piedra; paseamos por el Decumanus Maximus, parcial- mente destruido por un terrible terremoto, y nos deleitamos con la estatua del emperador Trajano dentro de la Basílica en la plaza del foro. Entramos en las termas y nos paseamos por el gran teatro. Una aventura muy difícil de olvidar. Cada momento, cada instante fue anotado en nuestro cuaderno de viaje para que nos se nos olvida- ra nada. Tras la estupenda visita y, viendo que el proyecto llegaba a su fin, decidimos hacer una gran fiesta romana para agasajar a los padres. En el pabellón cubierto del colegio montamos un gran anfiteatro en el que lucharon los gladiadores y los leones, también preparamos una pequeña obra de teatro sacada de una fábula de Esopo, y todos baila- ron al ritmo de las bailarinas de la Galia y degustaron deliciosos man- jares en nuestra particular bacanal. Durante el desarrollo del pro- yecto elaboramos gran cantidad de materiales, como un dossier de trabajo individual, una preciosa y detallada maqueta de una ciudad romana; aprendimos canciones y danzas, hicimos tarjetas de voca- bulario, y hasta aprendimos los números romanos y su utilidad en la actualidad. En definitiva el trabajo realiza- do fue muy satisfactorio. Los niños y las niñas quedaron encantados, habrá cosas que jamás olvidarán. Las familias quedaron sorprendi- das por las cosas que podían hacer sus hijos e hijas, y yo quedé total- mente satisfecho y con ganas de comenzar algo nuevo. Todo nuestro trabajo podéis verlo en nuestro blog de aula: http://lospequesgigantes.blogspot. com.es/search/label/ROMA#.Uk8e- VVOTG9Z Antonio Manuel Herreros con su alumnado en la excursión que hicieron a Baelo Clau

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10 de octubre de 2013 Núm. 3.996 (1.413) ESCUELA 37

Hecho en la escuelaHecho en la escuela

Hecho en la escuela es una nueva sección que pretende refl ejar el impor-tante trabajo que docentes anónimos realizan diariamente en sus centros. Por eso queremos contar con vuestra aportación y con vuestro conocimiento, de manera que poco a poco podamos, entre todos, tejer una red para cono-cer prácticas y proyectos interesantes y transformadores.

Escríbenos a [email protected] o a la dirección: C/Collado Mediano, 9. CP. 28230. Las Rozas (Madrid)

Una de rom anos

ANTONIO MANUEL HERREROS / Cole-gio Nuestra Señora de los Milagros (Algeciras)

¿Os apetece viajar hasta el siglo I Antes de Cristo? ¿Quién no se ha sentido atraído alguna vez por la extraordinaria época de los roma-nos, por el tiempo en el que los edi-fi cios eran de mármol, las gentes vestían largas togas y en las calles se escuchaba el latín? ¿Queréis aso-maros a la ventana de la historia con nosotros?

Pues en el colegio Nuestra Señora de los Milagros de Algeci-ras (adscrito a Escuelas Católicas) nos decidimos a probar suerte. Cuando pensé en la idea de crear un proyecto de investigación sobre los romanos para niños y niñas de Educación Infantil de 5 años, me lo tomé muy en serio; para mí era todo un reto y tuve miedo de que no encajara en mi clase; pero, al revelar el tema y recoger las ideas previas que tenían las niñas y niños sobre los romanos, quedé grata-mente sorprendido de la cantidad de información que poseían.

Con un proyecto como este entre manos no queríamos pasar el tiempo rellenando fi chas, sino convertir a los niños y niñas en protagonistas de excepción de esta emocionante aventura romana. Con ella, los pequeños se verían obligados a preguntar, investigar, aprender y manejar los recursos para poder conducir la historia ellos mismos.

No creáis que esto de montar un proyecto tan grande está cogi-do con alfileres. El trabajo pre-vio fue fundamental y, aunque es cierto que los proyectos tienden a fl uir y coger caminos insospecha-dos, cada momento, cada activi-dad fue programada al milímetro. Después cada proyecto y cada cla-se son un mundo, y nuestro pro-yecto giró al ritmo de los propios niños que fueron los que marca-ron las pautas.

Para comenzar tuvimos que escribir una carta a las familias contando a los papás lo sucedido en clase y pidiendo su ayuda; pero, como el proyecto era tan grande, decidimos repartirnos el tema en varias partes para que la informa-ción y los materiales traídos de casa fueran más amplios y más origi-nales. Poco a poco la clase se fue llenando de todo tipo de objetos, murales, lapbooks, dibujos, libros, maquetas, juguetes…, un sinfín de cosas a las que había que bus-car sitio, y eso nos hizo plantearnos el tener que reorganizar el aula y crear un rincón de romanos en el que se depositaban todas las cosas que iban trayendo. Sustituimos los carteles de números y letras de las paredes por columnas y estatuas de papel continuo; convertimos la clase en una auténtica villa romana digna de cualquier César.

Pronto llegaron las preguntas que había que contestar buscando información, tanto en casa, ayu-dados por las familias, como en clase consultando libros, revistas, en Internet en la sala de ordena-dores, viendo videos… Creamos confl ictos y planteamos hipótesis que tenían que resolver hablando, discutiendo y llegando a un con-senso, viendo y comprobándolo todo. Para ello, en muchas ocasio-nes recurrimos a las familias, las grandes desconocidas en la escue-la durante años y que, gracias a los proyectos, se han convertido en primeras estrellas. También pedi-mos ayuda a los compañeros y compañeras de 1º de la ESO, que casualmente estaban estudiando el Imperio Romano como noso-tros. Los mayores explicaron a los pequeños cosas interesantísi-mas sobre los romanos; pero, lo más sorprendente fue cuando los pequeños hablaron a los mayores de cosas que ellos no sabían o que todavía no habían estudiado.

Todas las mañanas eran una aventura. Un día Pablito trajo a clase un dibujo sacado de Internet en el que había un soldado roma-no con las partes del uniforme escritas en un idioma diferente al nuestro. Sus compañeros le pre-guntaron que si estaba escrito en italiano, pero Pablo les contó que los antiguos romanos no hablaban italiano, sino latín. La pregunta fue directa: ¿Alguien sabe latín? Y sin saber nos pusimos a traducir el papel de Pablo y nos dimos cuen-

ta de que no era tan difícil y que entre todos podíamos hacer cosas grandes.

Otro día Isabel nos trajo un mural de casa muy chulo. En él explicaba como se fabricaba el garum. Nos contó que el garum era una salsa a base pescado muy apreciada por los romanos y que se fabricaba en una cuidad muy cerquita del cole, en Baelo Claudia.

Esto causó un gran revuelo en clase y nos planteó muchas pre-guntas como ¿podríamos fabricar nosotros la rica salsa del garum? ¿Podríamos visitar Baelo Claudia?

Para el garum primero leímos la receta original y vimos qué ingre-dientes podríamos sustituir por los que normalmente utilizamos en casa. Escribimos nuestra propia receta, trajimos los ingredientes y los utensilios a clase, y nos pusi-mos manos a la obra. El invento nos salió riquísimo y eso que el ingrediente principal era el atún y a algunos no les gustaba dema-siado, pero quedaron encantados. ¡Estaba riquísimo!

Para la visita a Baelo Claudia tuvimos que preparar muchas cosas. Lo primero fue investigar, a través de Internet y en algunos planos de carretera que trajo el maestro, dónde se encontraba la cuidad y cómo podríamos ir has-ta allí. También vimos cómo era la antigua villa y los restos que que-daban en la actualidad. Después fabricamos un cuaderno de viaje muy interesante y completo que nos acompañaría en toda nuestra

visita y en el cual iríamos anotan-do todas las cosas que fuésemos viendo y que nos fuesen gustan-do. En asamblea decidimos que si íbamos a ir a una ciudad romana, queríamos ir vestidos como autén-ticos romanos y pedimos ayuda a las familias. Algunas tardes des-pués estaban los padres en la clase fabricando un sencillo y completo traje romano.

Todo listo. El día perfecto, soleado pero no demasiado calor. La visita, ¡genial! Las ruinas precio-sas. Visitamos las fábricas de sala-zones en la playa de Bolonia dónde se elaboraba el garum en grandes pozas de piedra; paseamos por el Decumanus Maximus, parcial-mente destruido por un terrible terremoto, y nos deleitamos con la estatua del emperador Trajano dentro de la Basílica en la plaza del foro. Entramos en las termas y nos paseamos por el gran teatro. Una aventura muy difícil de olvidar. Cada momento, cada instante fue anotado en nuestro cuaderno de viaje para que nos se nos olvida-ra nada. Tras la estupenda visita y, viendo que el proyecto llegaba a su fi n, decidimos hacer una gran fi esta romana para agasajar a los padres.

En el pabellón cubierto del colegio montamos un gran anfi teatro en el que lucharon los gladiadores y los leones, también preparamos una pequeña obra de teatro sacada de una fábula de Esopo, y todos baila-ron al ritmo de las bailarinas de la Galia y degustaron deliciosos man-jares en nuestra particular bacanal.

Durante el desarrollo del pro-yecto elaboramos gran cantidad de materiales, como un dossier de trabajo individual, una preciosa y detallada maqueta de una ciudad romana; aprendimos canciones y danzas, hicimos tarjetas de voca-bulario, y hasta aprendimos los números romanos y su utilidad en la actualidad.

En defi nitiva el trabajo realiza-do fue muy satisfactorio. Los niños y las niñas quedaron encantados, habrá cosas que jamás olvidarán. Las familias quedaron sorprendi-das por las cosas que podían hacer sus hijos e hijas, y yo quedé total-mente satisfecho y con ganas de comenzar algo nuevo.

Todo nuestro trabajo podéis verlo en nuestro blog de aula: http://lospequesgigantes.blogspot.com.es/search/label/ROMA#.Uk8e-VVOTG9Z

Antonio Manuel Herreros con su alumnado en la excursión que hicieron a Baelo Clau