1 nora rabotnikof

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  • DEVENIRES VII, 13 (2006): 151-163

    Nora Rabotnikof, En busca de un lugar comn: el espaciopblico en la teora poltica contempornea, Mxico,UNAM, IIF, Col. Filosofa Contempornea, 2005, pp. 333.

    POR JESS ANTONIO SERRANO SNCHEZUniversidad Intercontinental

    El eje de este libro es la distincin de tres posibles definiciones del conceptode lo pblico: 1) lo comn y general por oposicin a lo privado e individual,2) lo ostensible en contra de lo oculto, 3) lo abierto en contra de lo exclusivo,a partir de las que reconoce que tras la lucha contra el autoritarismo, la retricade la sociedad civil ha fortalecido la privaticidad, pluralidad y asociacionismo,debilitando, si no imposibilitando la tematizacin del espacio pblico. Antela posibilidad del fracaso de la sociedad civil, se exige encontrar los ncleos devinculacin identitaria frente al sistema de necesidades, lo que implica repen-sar la poltica.

    De cara a las diversas justificaciones empleadas para dejar oculta cierta informa-cin relativa a las decisiones estatales, el concepto de publicidad ha servido paraevitar el poder absoluto de manera normativa, lo que introduce nuevamente lanecesidad de lo poltico como mecanismo de construccin normativa.

    La idea central del libro, segn palabras de la autora, es que la idea deespacio pblico todava conserva la aspiracin a racionalizar el ejercicio delpoder, aun cuando ello signifique, menos ambiciosamente que en las concep-ciones analizadas, volverlo visible y pblicamente controlable, incrementar laeficacia de sus prestaciones y, al mismo tiempo, regular normativamente suejercicio (p. 23). En consecuencia, Nora Rabotnikof se posiciona frente a doscorrientes a las que critica: la negacin de la poltica por corrientes de pensa-miento que ceden el lugar al mercado y el realismo mafioso que es un ciertotipo de confesin cnica de que la poltica se puede valer de la simulacin o elengao para sus fines.

    En el primer captulo, Los sentidos de lo pblico, se rastrean los orgenesde este concepto. En primer lugar en sus races clsicas: Polis, politeia implican

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    la participacin en los asuntos de inters para la comunidad poltica o pblica.Se trataban en comn koin ciertos asuntos y se procuraba la isonoma o igual-dad ante la ley.

    Por su parte el derecho romano considera dos categoras: privado y pbli-co, aquello que es de inters para todos de aquello que hace bien a los ciuda-danos. La res pblica es una propiedad accesible universalmente al populus. Lares privata est sujeta al comercio, es decir, lo domstico.

    La protomodernidad a travs de la reforma defiende una esfera privada deconciencia. La modernizacin inglesa lleva al reconocimiento que la sociedades la suma de sus partes por lo que se deja de privilegiar a lo colectivo en favorde la liberalizacin de lo privado. La aparicin del parlamento y de la prensafacultan la expresin de una opinin que derivar en opinin pblica, en inte-rs general. Se identificar en la ilustracin la publicidad con el uso pblico dela razn.

    El individuo se convierte en fuente y uso primario, original, de la raznque derivar a travs de la opinin y la formacin del inters comn en legis-lacin e instituciones comunes, sometidas al escrutinio y al juicio pblico.

    El Estado social por su parte, al establecer obligaciones a los particularescomo asistir a la escuela y prestar el servicio militar, irrumpe en la esfera priva-da. Por otra parte, contratos entre individuos y organizaciones, as como re-presentaciones particulares, llevan a una menor publicidad.

    A partir de la lectura de On the Common Saying: this may be True in Theory,but It Does Not Apply in Practice y Perpetual Peace de Immanuel Kant, el captuloII, Interregno sobre Kant, sostiene que el trmino pblico en su sentido deabierto a la discusin y escrutinio procede del principio de Publicidad. Deeste modo, el anlisis de Rabotnikof se dirige a tres aportaciones del deKnigsberg: 1) El uso pblico de la razn en el marco de la libertad de expre-sin. 2) El derecho es puente entre moral y poltica de acuerdo al imperativode publicidad: Todas las acciones relativas al derecho de otros cuya mximasea incompatible con la publicidad son injustas. 3) La publicidad permitealcanzar la conciencia pblica para una voluntad racional. Es decir la unidadpblica de las conciencias empricas en un consenso racional que coincide oexpresa la unidad inteligible de la conciencia trascendental.

    Para Kant, el espacio pblico es escenario de la crtica moral a la poltica; eluso pblico de la razn como una dimensin de la ilustracin, reclama la

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    posibilidad de su uso pblico, mediante la prensa y la discusin pblica, siempresometidos al valor necesario del orden social, que no deben contravenir.

    La autora asume una crtica al concepto de poltica de Kant, que se presen-ta como ambiguo, respecto a su relacin, sea como parte de la moralidad ocomo algo independiente de sta, de carcter prctico, ms cercana a la estti-ca. La polmica se inscribe en la discusin de si la poltica puede valerse delclculo o conocimiento cientfico para el gobierno o si esto es imposible dadala imposibilidad de conocer todas las relaciones causales.

    El derecho se fundamenta en la necesidad de establecer un soberano. Lasmximas polticas deben fundarse en el concepto puro del derecho, en la ideamoral del deber, cualesquiera que sean las consecuencias que se deriven. Deesta radicalizacin se sigue el principio de publicidad que reza: Las accionesreferentes al derecho de otros hombres son injustas si su mxima no admitepublicidad (p. 61).

    Se plantea adems cmo se vincula la formacin del derecho con la partici-pacin ciudadana y la discusin pblica. Es claro que para Kant la formacindel Estado corresponde a un imperativo racional. La legislacin queda abarcadapor esta exigencia de racionalidad, de tal manera que un legislador debe esta-blecer la ley asegurndose que sta pueda ser aceptada por la voluntad de cadaciudadano. Con estos elementos la autora saca la conclusin de que la publici-dad para Kant permite hacer que la racionalidad ocupe un lugar encima de ladiscrecionalidad de la ley y que los legisladores y ciudadanos sean miembrosde un mismo pblico.

    En el tercer captulo se establece una crtica moral a la legalidad con baseen Reinhart Koselleck. El derecho exige o juega el papel de suprema normapara coaccionar la conducta de los ciudadanos en virtud de su racionalidad. Elpunto de partida de Reinhart Koselleck es la dicotoma entre prncipe y sb-ditos, de tal manera que el estado absolutista es la dimensin pblica, mien-tras que su operacin, que es privada, est reservada a quines gobiernan. Enesa dicotoma el gobierno es responsable y la sociedad civil es irresponsable, seagota como crtica del gobierno.

    Reinhart Koselleck seala la escisin del mbito poltico y moral como unpaso necesario de la razn de Estado para la secularizacin de la tica y lapoltica, dejando al ciudadano igualmente escindido entre su papel privado yel de ciudadano. Surgen las logias como un mecanismo para participar polti-

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    camente sin que esto ocurra en el mbito del Estado como tal, sino en unareserva del mismo.

    La autora desarrolla cmo los espacios reservados de las logias se conviertenen espacio de crtica, en cuanto que cuestionan al Estado absolutista, recla-mando libertad, pero al ser secretos, contradicen uno de los elementos esencia-les de la poltica, como es la publicidad. Estos espacios reservados, promuevenla crisis del sistema y la revolucin, se declaran como impolticos pero enrealidad son polticos.

    La sociedad exige verdadera publicidad pero es incapaz de reconstruir latotalidad social. El espacio pblico surge como expresin directa de la socie-dad dado un dficit poltico que proviene de la pretensin de emanciparse detodo poder poltico. La crtica social se elabora con base en la moralidad, quea partir de entonces se convierte en un arma de control de la poltica.

    En su cuarto captulo, titulado Espacio pblico como comunidad polti-ca, Rabotnikof puntualiza la necesidad de establecer un mecanismo para laformacin de la voluntad general y su articulacin con la voluntad individualde manera que se responda a uno de los problemas heredados de Kant.

    En este esfuerzo, Nora Rabotnikof se refiere a La condicin humana deHannah Arendt. En esta obra se coloca la esfera pblica como constitutiva dela vida humana. Por una parte existe un mundo comn, por otra un mundode apariencias que constituyen la esfera de lo pblico, caracterizada por suaparicin, pluralidad, espacio de la accin y del discurso, fragilidad contra-rrestada por la memoria y la perdurabilidad de los artefactos e instituciones.Hannah Arendt sostiene que la distincin entre pblico y privado desvirtuaseriamente el sentido que se daba en la antigua Grecia a polis-oikos. Lo socialampla los asuntos domsticos hacindolos pblicos, surge entonces una ad-ministracin domstica nacional, como una super-familia.

    En cambio, Arendt propone una idealizacin de la polis griega. Critica laidea moderna del estado y de la poltica, considerndolas administracin ymonopolio de la violencia. En cambio, la polis griega era espacio de realizacinen el que los individuos exhiban su virtud y participaban en la resolucin delos asuntos comunes.

    La revolucin francesa es criticada por Hannah Arendt en virtud de que lavoluntad revolucionaria que buscaba proteger y reivindicar la libertad indivi-dual ser suplantada por una segregacin de los constituyentes que dan la

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    espalda a la voluntad general. En cambio, los Estados Unidos garantizan demejor forma la recuperacin de los mbitos pblico y privado, ya que existeuna amplia diversificacin de poderes, tanto locales como dentro del gobier-no. Quedan as garantizados los derechos y la libertad pblica, aunque nodeja de aparecer la criticada intromisin de lo social en lo pblico. Institucio-nes modernas vinculadas a la economa, la administracin, y la desaparicinde la participacin directa, logran anteponer el bienestar pblico al bienestarprivado, de este modo la modernidad condena al fracaso al republicanismo.

    Hannah Arendt cuestiona tajantemente la distincin entre Estado bu-rocrtico administrador y sociedad masa considerndolas opuestas asu modelo idealizado de la polis griega (politike koinonia). Es en este espacio deinteraccin en el que es posible la poiesis, la accin orientada por sus propiosfines resultando de ella la accin conjunta sntesis de poder cuya finali-dad es la generacin y proteccin del espacio pblico.

    Consecuente con sus premisas, rechaza la posibilidad de concebir el intersgeneral como la dotacin de algn inters particular o la sntesis del inters dela mayora. En su lugar est el inters por lo pblico y el bienestar generalconsiste en la felicidad que brota de la participacin en lo pblico.

    Segn Nora Rabotnikof, Hannah Arendt parece proponer una distincinneta entre intereses y opiniones, defendiendo la necesidad de que el espaciopblico sea aquel en el que se pueden expresar e intercambiar todas las opinio-nes. La capacidad de juzgar sobre los propios actos es esencial, tanto como loes la capacidad de exponer ante otros las notas de ese juicio.

    En su quinto captulo, Rabotnikof dirige su atencin al estudio que haceHabermas de lo pblico como expresin de la sociedad ilustrada.

    Para Kant la publicidad era una condicin de validez de las normas, enHabermas lo pblico es una mediacin entre sociedad y Estado, entre mundode la vida y sistema. La esfera pblica burguesa se caracteriza porque los priva-dos se renen en calidad de pblico y debaten sobre las reglas generales quegobiernan las relaciones en la esfera privatizada, pero pblicamente relevantedel intercambio mercantil y del trabajo social. Este pblico de personas priva-das raciocinantes pasa de la esfera pblica literaria de los salones, a la esferapblica de la poltica. En este debate se formar el concepto moderno de ley,opuesto al arbitrio individual y secreto. La ley est basada en la razn y seelabora pblicamente.

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    En su obra Problemas de legitimacin del capitalismo tardo, Habermasretoma la exigencia de publicidad con base en el concepto de welfare, setrata de la necesidad de legitimacin sobre el sistema de reproduccinsocial, de exigencias morales colectivas derivadas de los supuestos de lapsicologa gentica.

    Habermas plantea una dicotoma entre sistema y mundo de la vida queimplica una redefinicin de la sociedad. La totalidad se redefine por doscriterios de integracin: social y sistmica. Se trata de mbitos de relacio-nes intersubjetivas integrados por medios no lingsticos como son el di-nero y el poder. Las posibilidades de comunicacin habitan el mundo dela vida, depositario de valores bsicos que se preservan de la colonizacinde los sistemas. En tercer lugar, Habermas enfatiza la construccininstitucional de una esfera pblica de formacin racional de la voluntadcolectiva a las pretensiones de validez universalmente implcitas en la co-municacin; base de una potencial racionalizacin de la accin social y delas prcticas individuales y colectivas.

    Los lmites entre sistema y mundo de la vida estn puestos por lossubsistemas economa y burocracia estatal por un lado y las esferas de lavida privada (familia, vecindario y asociaciones) y de la opinin pblica(personas privadas ciudadanos) por otro.

    La infraestructura comunicativa ser colonizada por la burocratizacin y lamonetarizacion mediante el derecho. Las instituciones jurdicas estn insertasen un contexto poltico cultural y social, guardan una relacin de continuidadcon las normas ticas, vienen a sancionar jurdicamente un mbito de accincomunicativamente estructurado y proporcionan a los mbitos de accin yaconstituidos de modo informal una fuerza vinculante respaldada por la san-cin estatal.

    Habermas pone la intencin de recuperar el espritu que inspir las ideolo-gas del siglo XIX: tratar de hacer frente a fenmenos de frustracinespecficamente modernos, carencias del mundo de la vida que son conse-cuencia de la modernizacin social. Recupera entonces la idea de sociedadcivil como horizonte utpico, como espacio donde los mbitos formalmenteorganizados del burgus (economa y administracin) sean la base del mundopostradicional del hombre y del ciudadano.

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    La racionalidad de una decisin poltica y la validez de la norma vinculanteaparecen ubicadas en el juego concertado entre formacin de voluntad polti-ca institucionalmente constituida y las corrientes de comunicacin espont-neas, no dominadas por el poder de una estructura pblica, no programadaspara la toma de decisiones.

    Las estructuras movilizadas de pblicos interesados en torno a cuestionesde inters general, llevar a reconstruir la idea de sociedad civil. Se trata de unflujo comunicativo autoreferente: la praxis pblica tiene que estabilizarse a smisma, tiene que mantener una estructura no distorsionada y la finalidad deuna formacin democrtica de la voluntad. La formacin procedimentalmentecorrecta de la opinin y la voluntad est abierta a la tematizacin de todo tipode cuestiones, aunque no todo tema legtimo de la discusin pblica sea obje-to de regulacin poltica.

    La relacin entre esfera pblica informal y formal, entre procesos flui-dos y procesos institucionalizados se aborda como la diferencia entre cen-tro y periferia. Habermas aplica al modelo centro-periferia la relacin en-tre esfera pblica informal y formal. El centro de un sistema poltico cons-titucional est compuesto por el complejo administrativo, el sistema judi-cial y la esfera pblica formal (parlamento, proceso electoral etctera).

    El derecho aparece entonces como un sistema de conocimiento y comoun sistema de accin; el lenguaje de la ley a diferencia de la comunicacinmoral restringida al mundo de la vida puede funcionar como un transfor-mador en la comunicacin social entre sistema y mundo de la vida. Pero alderecho, sostiene Nora Rabotnikof, no slo es imputable una forma decoordinacin funcional entre sistemas, sino tambin la regulacin moralde los conflictos y la salvaguarda tica de las identidades y formas de vida.Confluyen el tema de la validez de la norma moral y el de la norma legal:slo son vlidas aquellas normas para la accin con las cuales estaran deacuerdo como participantes en discursos racionales todos los posibles afec-tados. Las normas de accin que aparecen con forma legal y que puedenser justificadas aduciendo razones pragmticas, tico-polticas y moralesespecifican el principio democrtico. La ley no logra su sentido normativoper se, por su forma o por su contenido, a priori, sino que lo recibe a travsdel procedimiento de legislacin que le otorga legitimidad.

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    En su sexto captulo, Lo pblico y la astucia del sistema: NiklasLuhmann, la autora nos invita a centrarnos en el proceso de diferencia-cin funcional que podra tambin esquematizarse como la articulacin deuna serie de procesos histricos que confluyeron en la conformacin de lamoderna sociedad compleja, por ejemplo, la privatizacin de la religin,el surgimiento de estados nacionales, la imposicin de limitaciones cons-titucionales al ejercicio del poder poltico, etc. La diferenciacin funcionalconduce a la conformacin y la autonomizacin de subsistemas funciona-les (poltico, econmico, educativo, cientfico, legal, etc.) que desempe-an funciones ms especficas respecto del sistema originario del cual sehan diferenciado.

    Como sostiene Niklas Luhmann la teora de sistemas se apoya en la idea de quela mayor libertad depende de restricciones. Los cdigos funcionales no slo redu-cen la superabundancia de posibilidades, sino que fortalecen un acceso prepautadoa nuevas posibilidades. La diferenciacin de los subsistemas o sistemas funcionalesprimarios descansa en la institucionalizacin de medios de comunicacin especfi-cos que determinan su estructura. Estos medios articulan, a su vez, valores, crite-rios y orientaciones en la direccin del proceso de abstraccin a travs de los cualesse gua la seleccin de cada mbito respectivo.

    En sociedades altamente diferenciadas, ningn individuo puede ser total-mente localizado en un subsistema tomado aisladamente. Luhmann subrayala enorme capacidad de revisin o revisabilidad de las prcticas sociales porparte de las sociedades modernas. El mayor reconocimiento de la contingencialleva a que el orden sea, de algn modo, una continua institucionalizacin dela precariedad.

    Los derechos fundamentales son interpretados por Luhmann en una pers-pectiva histrico-sociolgica, como contribuciones a la resolucin de proble-mas, el mantenimiento y la proteccin de la diferenciacin social frente a laamenaza de la expansin de un sistema poltico ya diferenciado.

    La autonoma del sistema poltico es la condicin del desempeo de su funcinespecfica: la toma y la transmisin de decisiones vinculantes, la produccin depoder. Desde la mirada del subsistema poltico-administrativo los partidos y elpblico operan como mecanismos autnomos desacoplados del tipo de inputs quepodran generar el problema de gobernabilidad, filtran presiones y presiones ypredisponen la aceptacin generalizada de decisiones.

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    Para Nora Rabotnikof un rasgo distintivo de la propuesta de Luhmannes el concepto de cajas negras (black boxes), aunque los subsistemas se ob-servan mutuamente, ninguno de ellos es plenamente transparente, su ad-ministracin es compleja e impide que el pblico se adentre en su admi-nistracin. Por ejemplo, el concepto burocracia semnticamente repre-senta la forma en que la poltica sintetiza ante el pblico la opacidad inter-na de la administracin pblica.

    Por otra parte, el poder como medio de comunicacin simblicamentegeneralizado funciona a travs de un cdigo. En el marco de un sistema dife-renciado por estratificacin, la diferencia directriz del cdigo fue la distincinentre arriba y abajo, gobernantes y gobernados. Se genera un sistema de goz-nes entre gobierno/oposicin teniendo al pblico como un tercero excluido, elpblico ofrece un punto de referencia externo frente al cual reaccionar.

    As, si los temas son la estructura del proceso de comunicacin polti-ca, stos establecen el universo de sentido de las experiencias y conduc-tas, opiniones y decisiones de la poltica. En lo que hace al tema que aqunos ocupa, el espacio pblico ya no puede ser pensado hegelianamentecomo mediacin entre sociedad y Estado, ni tampoco como trmino opuestoa un mbito genricamente definido como privado. El pblico se definiry se redefinir en el nivel del sistema poltico, de su autonoma, de suconformacin de la lgica gobierno-oposicin, etc.

    La idea de opinin pblica tambin se desliga del consenso y plantea elproblema en un nivel anterior: consenso o disenso en torno a qu. Laredefinicin funcional de la opinin pblica la desliga de cualquier su-puesto fuerte de racionalidad. Lo anterior nos lleva a detenernos en laprioridad lgica y temporal de los temas sobre el consenso, a lo que pareceser la prioridad de la cuestin del sentido sobre las cuestiones de validez.

    El captulo VII Pensar el espacio pblico. Es la poltica un pas ex-tranjero?, nos ofrece un sumario en el que se concentran las posicionesque sostienen los autores estudiados por Nora Rabotnikof respecto al es-pacio pblico y sus condiciones caractersticas. De esta manera, la autorapropone una ontologa del espacio publico delimitada por la contrapo-sicin de una concepcin procedimental y una concepcin esttica delespacio pblico.

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    Cuadro No. 1 Anlisis del concepto de Espacio PblicoConcepcin procedimental

    (Habermas)

    Se subraya el nivel y calidad de laargumentacin.Se concentra en la capacidad dellegar a un entendimiento y en laracionalidad implcita en los pro-cedimientos diseados para tal fin.Uso pblico de una raznargumentativa desplegado en unared de frgiles espacios pblicos.Circulacin democrtica de la co-municacin y las condiciones po-sibles del ejercicio de la soberanapopular.Formacin racional de la volun-tad y la opinin colectivas.Los temas se imponen por su ido-neidad para la argumentacin ra-cional, hay temas de inters comnporque afectan a la totalidad de losciudadanos.El espacio pblico se piensa comolugar de formacin ms o menosformal de opiniones y voluntadespolticas que garantizan la legiti-midad del poder.El discurso democrtico hace delespacio pblico dependiente de lamoralidad de los ciudadanos, de sucompromiso democrtico y de laaceptacin deliberada de la tdiscursiva.

    Concepcin esttica (Arendt-Luhmann)

    Se destaca la capacidad expresivade la accin colectiva desplegadaen el espacio pblico.Se preocupa por determinar porqu algo se convierte en fenme-no poltico, cmo se constituyepblicamente movilizando laaccin en comn.Se pone nfasis en la puesta enescena o en la existencia delcircuito de comunicacin. Ms enla formacin del juicio y laopinin plurales que en el con-senso, ms en la constitucinpblica de los acontecimientosque en el predominio de lascuestiones de inters general.Analizar el proceso de constitu-cin progresiva del acontecimien-to problema o tema. El espacio pblico es un espaciode accin y de reduccin decomplejidad, cuya visibilidad esresultado de las prcticas socialesde recogimiento y accin.Aparicin de un fenmeno otema que puede transformarse enparte de un mundo en comn,movilizar la sensibilidad y aten-cin, precisamente porque pone

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    En el ltimo captulo Nora Rabotnikof se pregunta cmo identificar los refe-rentes de espacio pblico y sociedad civil en Amrica Latina. Parte de unaencrucijada que hara posible asumir estos ideales, ya sea como algo ajeno, obien como presentes en las culturas autctonas, o simplemente presentes enlas configuraciones polticas contemporneas y, finalmente, tenerlas como au-sentes. Sin embargo, la reivindicacin del espacio pblico es frecuente en laltima dcada, en la que se constata la crisis del Estado y su agotamientocomo centro de coordinacin social.

    Para Rabotnikof el espacio pblico en Amrica Latina est pensadoestructuralmente como la mediacin entre sociedad y Estado, no obstante lamodernizacin latinoamericana ha sido incompleta y excluyente, desencade-nando problemas como, principalmente, la crisis de sentido en un ordensecularizado, la renuncia a las garantas trascendentes, la naturaleza de losrecursos cognitivos, normativos y expresivos de una modernidad insuficiente-mente desarrollada.

    La bsqueda desesperada de certezas y la demanda de comunidad son, enesta lnea de razonamiento, la reaccin ante una modernizacin sin moderni-dad, sostiene Nora Rabotnikof. La historia de Amrica Latina es la de unasociedad que busca comunidad pero produce exclusiones. De ah que nuestraautora vea la necesidad de vincular la identidad nacional con la identidadciudadana. La lucha por la democracia es una expresin de la demanda decomunidad, el nosotros de la civilidad frente al enemigo autoritario.

    El estado como orden jurdico personifica lo pblico, por lo que su virtualdesmantelamiento representa un peligro para la nocin de ciudadana, la de-bilidad de las garantas bsicas de los derechos y del orden legal que hagaprevisibles las acciones y el clculo social. Esta crisis tambin implica que se ha

    Se subraya la posibilidad de crticaa la forma de constitucin de los fe-nmenos polticos.Se pregunta por las condiciones deposibilidad de un consensoargumentativamente alcanzable.Mecanismos reales o potenciales deresolucin de problemas.

    en juego diferentes descripciones ytomas de posicin. Constitucin del fenmeno yformulacin del problema.Prioridad de los temas sobre elconsenso, prioridad de las cuestio-nes de sentido sobre las de validez.

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    evaporado la dimensin pblica de la legalidad que constituye al Estado de-mocrtico. Se disuelve la distincin entre lo pblico y lo privado, distincincentral para la tradicin republicana y liberal.

    Fernando Escalante, en su libro Ciudadanos imaginarios, busca explicar eldesarrollo de una moralidad colectiva o de una cultura poltica que, vista des-de el modelo clsico de ciudadana, es deficitaria. Continuando esta idea,Rabotnikof encuentra que el espacio de socializacin en Amrica Latina es lafamilia, de ah que las leyes de la casa, de los amigos, puedan brindar unsentido de pertenencia, comunidad y arraigo, sin embargo no bastan paraformular una tica pblica. Un proceso inacabado de secularizacin junto conun dficit de modernidad, han ocasionado que el ncleo prescriptivo centralse busque de maneras unitarias, excluyentes y por lo tanto no democrticas.

    La propuesta de solucin a esta situacin implica una disciplina de apego yrespeto estricto donde se exigen los mecanismos formales de la legalidad ha-ciendo del derecho la norma de regulacin de la convivencia. El espacio pbli-co ocupa un lugar en las sociedades complejas como mbito de reflexin regi-do por el principio de argumentacin, como forma estricta y necesaria deracionalizacin del poder.

    La obra que nos ofrece Nora Rabotnikof representa una lectura analtica deautores de una obra compleja, densa y una produccin abundante, por lo quees un esfuerzo exhaustivo de rastreo de una categora que como seala la auto-ra desde el inicio del trabajo, es actual, es relevante para la praxis poltica ensociedades complejas con instituciones liberales. Hay un mrito claro en estarevisin y la elaboracin de una historia de lo pblico y lo privado. En esesentido, nos parece que la obra ganara mucho si se pudiera ampliar el estudioa fenmenos histricos relevantes en la construccin de estos conceptos y delas condiciones efectivas para que apareciera la dicotoma entre lo pblico y loprivado, con sus paradojas, avances y retrocesos. Fenmenos como la Revolu-cin Inglesa y Francesa, los movimientos reivindicadores de derechos civiles ypolticos, la lucha obrera, el sufragismo feminista, el movimiento de derechosciviles norteamericano, y las movilizaciones que generaron la cada del murode Berln, por mencionar algunos.

    Conceptualmente resulta acertado derivar la reflexin de la obra de Kant,quien representa en sus pginas las exigencias de la racionalidad aplicadaindividual en la regulacin de la vida pblica. Kant abre posibilidades a

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    la generacin normativa de la razn, al mismo tiempo que delimita moral-mente los alcances de la razn prctica. Estas dos dimensiones se trasladan a lapoltica actual, como ponen de manifiesto Habermas, pero no menos Arendty Luhmann.

    Resulta tambin muy meritoria la referencia que se hace a las condicionesrequeridas para que la modernidad cvica propia de un rgimen republicanoalcance a Amrica Latina, la sensibilidad que a este respecto nos hace patenteRabotnikof, su lectura de autoridades en la materia como N. Lechner y G.ODonell suponen al mismo tiempo un estudio sociolgico sobre las condi-ciones estructurales sobre las que se ha construido polticamente Amrica La-tina, tanto como el estudio de sus instituciones polticas, formales o informa-les.

    Por otra parte, se antoja necesario dedicar un espacio a conceptualizar lapoltica, si bien a lo largo del libro se dibuja un concepto: es evidente que parala autora el ejercicio de la poltica implica la participacin e involucramientociudadano en los asuntos de inters pblico, hay facetas de lo poltico queparecen soslayarse, como es la necesidad de la administracin centralizada,sectorial o local de los asuntos pblicos, la promocin del bienestar social,mediante polticas correspondientes. Del mismo modo se soslaya la importan-cia que tiene para el mbito pblico la aparentemente impoltica activi-dad de las empresas, industrias y comercio, las cuales no son merasinstrumentalizaciones del ciudadano, son tambin instancias que posibilitansu accin, que mediatizan su poiesis y que constituyen por lo tanto instanciasnecesarias de la formacin de conciencia social y de las condiciones de posibi-lidad para la reproduccin de los medios como el espacio pblico quepermiten la deliberacin y la argumentacin.