1 identificar y derribar fortalezas.pdf
TRANSCRIPT
Iglesia Venid a Mí - SEMANA DEL 8 AL 14 DE SEPTIEMBRE DE 2012 Día 1
Castillo fuerte Introducción
Hace algunos años he venido observando que los cristianos luchan contra poderosas fortalezas. Desde 2007, después de algunos meses de buscar en las Escrituras las enseñanzas sobre la oración y compartirlas en nuestra Iglesia Venid a Mí mediante devocionales diarios, el Espíritu Santo guió a un grupo de hermanos a practicar la oración como una disciplina permanente en nuestra congregación, obediencia que ha sido coronada con experiencias de la actividad sobrenatural de Dios en nuestras vidas: hemos visto señales y milagros de Dios como consecuencia de la oración de fe. Sin embargo, debo confesar que aunque hemos crecido en nuestra confianza en el Señor, también es necesario avanzar en otra esfera de la vida cristiana. Es el tema de la Libertad en Cristo, esto es, aprender a desprendernos de aquellas vivencias dolorosas que aún están presentes en nuestra mente y que, de tiempo en tiempo asoman como pensamientos intrusos que perturban nuestra paz y nuestro equilibro espiritual. De manera que en estos devocionales quiero tomar algo del contenido de los estudios acerca de la oración, agregarlos al tema de la libertad cristiana, y ayudarnos a aplicar estos conceptos a nuestras vidas. ¿Qué es una fortaleza? La palabra fortaleza aparece casi 50 veces en el Antiguo Testamento, pero solamente una vez en el Nuevo. Necesitamos comenzar con el Antiguo Testamento para establecer un fundamento y a la vez ver una importante verdad que nos guiará. Los israelitas se escondieron de sus enemigos en fortalezas, es decir, "lugares fortificados" (Jueces 6.2) o "lugares fuertes" (1 Samuel 23.14). David y otros compararon, naturalmente, sus experiencias físicas con respecto a los lugares fortificados con sus experiencias espirituales con el Señor.
Lea Salmos 27.1. ¿A qué o quién considera este pasaje una fortaleza? ¿El poder?, ¿las riquezas?, ¿Jehová (el Señor)?, ¿el pecado? ¿Cuál fue la conclusión de David, debido a que el Señor era su fortaleza? Que Cristo sea nuestra fortaleza no significa que la vida será fácil o libre de
problemas, pero regocíjese conmigo en que no tenemos que vivir con temor. Los propósitos de Dios quizá nos lleven por senderos de sufrimientos, pero cuando Él guía, sabemos que Él protege. Podrá protegernos del sufrimiento o por medio del sufrimiento, pero cuanto más lo conocemos, menos debemos temer. Me encanta lo que decía una de mis fuentes con respecto a la palabra hebrea que se traduce fortaleza en 2 Samuel 22.2. El término usado es misgab, que significa "refugio, fortaleza". Esta se deriva de un término hebreo que significa "ser demasiado fuerte para; ser exaltado, alzar; proteger; ser guardado seguro". ¿Qué problemas tiene usted y que sean demasiado grandes para Dios? ¿Lo ve usted como muy grande y elevado? Como ejemplo, piense en un jugador de básquetbol de gran estatura que mantiene la pelota fuera del alcance de un contrario. Eso ilustra la frase "alzar; proteger". Amados, nunca perdamos de vista la fortaleza protectora de Dios. En estos devocionales confrontaremos las fortalezas satánicas, pero tengamos siempre presente que son mentiras. Únicamente Dios el Señor es la verdad. Él es nuestra mayor fortaleza. ¿Cuántas veces supone usted que Él nos alza y nos protege? Oremos juntos para que nuestro precioso Padre nos enseñe a ver su mano protectora, aun cuando esa mano nos lleve a través de circunstancias difíciles. LEA Y ORE: Salmo 119.13; 2 Samuel 22.2; Joel 3.16
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
Jehová es la fortaleza de mi vida;
¿de quién he de atemorizarme?”
Cuando Él guía, sabemos que Él protege.
Iglesia Venid a Mí - SEMANA DEL 8 AL 14 DE SEPTIEMBRE DE 2012 Día 2
¿Cómo oramos la Palabra de Dios? ¿Cómo aprendemos a orar la Palabra de Dios? Expresado de manera sencilla, orar la Palabra de Dios significa hablar el idioma de Él. Significa hablarle usando sus propias palabras. No pierda el tiempo buscando una "fórmula" o una manera "correcta" de orar a Dios su Palabra. Este proceso resulta de lo que usted tiene en su corazón y en su mente. Para que usted se inicie en este camino, compartiré la manera en que yo lo hago. Cada vez que lea su Biblia, esté atento para encontrar pasajes acerca de los cuales usará para hablar con el Padre. Esté especialmente alerta para identificar cualquier pasaje que refleje el pensamiento de Cristo con respecto a fortalezas en su vida. Cuando esté luchando con un problema específico, use una concordancia bíblica o una concordancia temática para encontrar pasajes bíblicos apropiados a su necesidad. Quizá no encuentre en la Biblia una descripción detallada de su fortaleza, pero ciertamente encontrará versículos que se apliquen a ella. Pida a Dios que lo guíe (Salmos 25.4-5) y que abra sus ojos a su Palabra (Salmos 119.18). Si no está seguro acerca de la manera de usar recursos bíblicos tales como una concordancia, pida a alguien que le ayude. Cuando un pasaje le habla, es tiempo de orar la Palabra de Dios. Usted puede volver a redactar el pasaje y hacer de él una oración en cualquier manera en que Dios le guíe. A continuación, hay algunos ejemplos. Agrego en cada uno la referencia al pasaje bíblico que lo inspiró.
1. Repita la verdad de Dios, afirmando su fe: Padre, gracias porque siempre eres bueno y tu amor permanece para siempre (1 Crónicas 16.34).
2. Hable con Dios acerca de pasajes que no entiende: Padre, tu Palabra dice: "El que dice
que permanece en Él, debe andar como Él anduvo"(1 Juan 2.6). Yo sé que mi vida no responde a esa norma. Por favor, ayúdame a entender y andar como Cristo.
3. Pida a Dios lo que usted necesita: "Creo; ayuda mi incredulidad" (Marcos 9.24).
4. Confiese su pecado y pida a Dios que cambie su vida: Padre, yo sé que tú odias el orgullo
y la arrogancia (Proverbios 8.13); sin embargo, veo el rostro horrible del orgullo en mi vida. Enséñame hoy a ser humilde y compasivo (1 Pedro 3.8).
5. Alabe a Dios parafraseando las palabras de la Biblia: Señor, yo sé que tú eres
indescriptiblemente grande. Tú eres más grande que todos los dioses de este mundo (Salmos 135.5).
El propósito de estos ejemplos es que usted comience con la práctica de orar la Palabra de Dios. Es importante entender que lo que usted haga no se parecerá, y no necesita parecerse, a lo mío. Apenas soy un peregrino más junto a usted; no un experto. Su relación con el Señor es única. A medida que usted practique y se sienta más cómodo con la oración bíblica, su método asumirá más y más su personalidad y reflejará más de su íntima relación con el Señor. Al comenzar, recuerde que por medio de la Palabra de Dios y la oración somos dotados de armas divinas y poderosas que Él nos dio para derribar las fortalezas. ¡La meta es la vida abundante, y Dios puede liberar a cualquiera! LEA Y ORE: Joel 3.16. Escriba su oración.
Iglesia Venid a Mí - SEMANA DEL 8 AL 14 DE SEPTIEMBRE DE 2012 Día 3
Falsas fortalezas Lamentablemente, Dios no es la única fortaleza disponible para los seres humanos. Desde el
momento en que el pecado entró en la raza, hemos estado produciendo masivamente fortalezas
con la hábil asistencia del maligno. Por lo tanto, vemos en la Biblia el
término fortaleza aplicado tanto a los sustitutos de Dios como a la
esclavitud que producen.
El apóstol Pablo explicó las fortalezas en 2 Corintios 10.5. Básicamente,
una fortaleza es cualquier argumento o pretensión "que se levanta
contra el conocimiento de Dios". Una fortaleza es todo aquello que se
exalta a sí mismo en nuestras mentes y que pretende ser mayor o más poderoso que nuestro Dios.
Nos roba nuestra atención y nos hace sentir sometidos, controlados, dominados.
Ya sea que nuestra fortaleza sea una adicción, la falta de perdón hacia una persona que nos ha
lastimado, o la aflicción por una pérdida, la misma consume tanto de nuestra energía emocional y
mental que ahoga nuestra vida abundante. Nuestros llamamientos permanecen sin cumplirse y
nuestras vidas como creyentes se vuelven ineficaces. Innecesario es decir que éstos son,
precisamente, los objetivos del enemigo.
Revise el párrafo que acaba de leer. Subraye la definición de una
fortaleza y encierre con un círculo afirmaciones que describan lo que
hace una fortaleza.
¿Señaló usted que una fortaleza es todo aquello que se exalta a sí mismo en nuestras mentes y
que pretende ser mayor o más poderoso que nuestro Dios? Entre otras cosas, ¿encerró usted con
un círculo que una fortaleza nos roba nuestra atención?
La palabra fortaleza aparece solamente una vez en el Nuevo Testamento, pero otros pasajes
trasmiten la misma idea. En su Biblia, lea cuidadosamente 2 Corintios 10.3-5. Estos versículos
serán nuestro tema para el estudio. Analizaremos más adelante nuestras armas (v. 4). Por ahora,
consideremos el versículo 5. Pablo dice que debemos derribar "argumentos y toda altivez que se
levanta contra el conocimiento de Dios". Las fortalezas satánicas invaden nuestras vidas cada vez
que permitimos que algo se presente como mayor que Dios. Al finalizar este estudio, grabe a fuego
en su corazón la verdad en cuanto a que las fortalezas provienen de ideas falsas. Aunque
debemos tratar con fortalezas demoníacas, podemos alentarnos cuando recordamos que son
solamente mentiras y engaños.
LEA Y ORE nuevamente 2 Corintios 10.5
“Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia a Cristo” -2 Cor. 10.5
Una fortaleza es todo aquello que se exalta a sí
mismo en nuestras mentes y que pretende ser mayor o más poderoso que nuestro
Dios.
Iglesia Venid a Mí - SEMANA DEL 8 AL 14 DE SEPTIEMBRE DE 2012 Día 4
El principal campo de batalla
Cuando Satanás hace guerra contra nosotros, el principal campo de batalla es la mente. En 2
Corintios 10.5 encontramos definido el objetivo de nuestra guerra: reconquistar nuestros
pensamientos y llevarlos cautivos a Cristo. El objetivo principal del enemigo es la mente, porque la
manera más eficaz de influir en la conducta y creencias es
dominando el pensamiento. Nuestra mente es el centro de control
de todo nuestro ser.
En el camino a la libertad, podemos fácilmente tomar un rumbo
equivocado. Vea si esto le suena familiar a usted, porque yo
conozco bien el territorio. Luchamos con un patrón de
pensamientos, palabras o acciones. Nos prometemos que nunca
haremos eso otra vez. Hasta odiamos genuinamente la conducta en
cuestión. Luego oímos que esas odiadas palabras vuelven a salir de
nuestras bocas o nos damos cuenta de que cometimos nuevamente
la misma acción y nos sentimos como la basura más grande.
En este proceso, a menudo cometemos un error básico.
Suponemos que nuestra conducta es el campo de batalla y que el objetivo es cambiar nuestras
acciones.
Escriba en su mente lo siguiente y subráyelo tres veces: Cuando el enemigo nos hace guerra, el
principal campo de batalla es la mente. Desde un razonamiento muy simple, el campo de batalla es
la mente, porque nuestras mentes controlan nuestras acciones. Nosotros decidimos lo que
hacemos, pero a un nivel más profundo, actuamos según lo que en realidad creemos. El enemigo
sabe mucho mejor que nosotros que nada es mayor o más poderoso que Dios, pero si Satanás
puede lograr que usted crea sus mentiras, él gana.
El desarme de los poderes
En la cruz, Satanás perdió todo derecho a pretender autoridad sobre la vida de un creyente
(Colosenses 2.13-15). Cristo desarmó a las fuerzas del mal.
Despojó a los poderes y autoridades de la misma manera que un ejército conquistado era
despojado de sus armas y armaduras y expuesto a la vergüenza pública. Pablo escribió que Dios,
en Cristo, "los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos". Los expuso ante el universo como sus
cautivos. Satanás no sólo es un enemigo derrotado; es un enemigo que ha sido humillado
públicamente delante de las huestes celestiales.
Satanás se las arregla muy bien cuando nos hace creer que
todavía tiene poder. Hace muy bien su trabajo porque tiene
mucha experiencia, pero repita conmigo: ¡Nada es mayor ni más
poderoso que Dios! ¡Absolutamente nada! Ni siquiera la más
fuerte adicción ni el más descontrolado ataque de ira. Uno de los
propósitos de estos estudios es ayudarle a restar poder a todo lo
que de alguna manera lo controla, hasta que usted le haya
ordenado que doble la rodilla ante Cristo. ¿Es posible esto? ¡Tenga por cierto que lo es!
En el pasaje de 2 Corintios 10.3-5 que está en el margen superior, encierre con un círculo las
palabras clave "carne", "armas", "destrucción" y "derribando".
LEA Y ORE: Colosenses 2.13-15
“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,
derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” 1 Corintios 10.3-5
“Cristo nos dio libertad para que
seamos libres. Por lo tanto,
manténganse ustedes firmes en esa
libertad y no se sometan otra vez al
yugo de la esclavitud.”
Gálatas 5.1
Iglesia Venid a Mí - SEMANA DEL 8 AL 14 DE SEPTIEMBRE DE 2012 Día 5
El principal campo de batalla (continuación)
Analizaremos específicamente nuestras armas un poco más adelante. La palabra carne en hebreo
es sarx, y significa "cuerpo, los tejidos blandos de una criatura, a menudo en contraste con los
huesos, ligamentos o cartílagos; por extensión, significa humano, humanidad, con énfasis en la
naturaleza humana caída". El versículo 3 dice que vivimos en la sarx. Andamos significa
"desplazarnos; vivir, conducir nuestra vida". Desde aquel fatídico día en que Adán y Eva
desobedecieron a Dios en el huerto, todo ser humano excepto uno ha andado en la sarx: una
naturaleza humana pecadora y caída.
No pretendo explicar los misterios de la Trinidad, el nacimiento virginal, o cómo Jesús pudo
combinar el ser totalmente Dios y totalmente hombre, pero me regocijo en las palabras "sin
pecado". Desde el comienzo de los tiempos, solamente un ser humano ha vivido libre de la
naturaleza de la sarx –carne-. Pablo lo llama el segundo Adán. "Porque así como en Adán todos
mueren, también en Cristo todos serán vivificados" (1 Corintios 15.22).
Cuando el Hijo de Dios se hizo humano, Dios el Padre comenzó un nuevo linaje, una nueva raza.
En la cruz, Jesús dejó a su disposición ese linaje para usted y para mí ¡Aleluya!
La destrucción de los poderes
Lea nuevamente las palabras encerradas en círculos en 2 Corintios 10. Pablo usó los términos
gemelos "destrucción" y "derribando". En el v. 5 usó el término kathaireó, que es la combinación de
kata, que significa "contra, contrario a, opuesto", y 'aireomai, que significa "elegir". En el v. 4 usó
kathairesis, un derivado de kathaireü.
¿Cómo podemos "derribar" las mentiras y la altivez? La respuesta parece demasiado simple.
DEBEMOS ELEGIR LA VERDAD.
Si el tema es LA VERDAD CONTRA LAS MENTIRAS, le invito a reflexionar, ¿Dónde está,
entonces, el campo de batalla?
¿En la conducta?
¿En los sentimientos o emociones?
¿En los pensamientos y creencia?
Es importante entender que el apóstol no dijo que elijamos un mejor curso de acción. No dijo que
elijamos hacer lo correcto. Encontraremos que las fortalezas están demasiado fortificadas para que
podamos aplicar esas opciones. Encontraremos la libertad de otra manera. Debemos elegir la
verdad, a fin de derribar las mentiras de Satanás. El lunes comenzaremos a analizar por qué el
esfuerzo humano no puede llevar a cabo ese propósito. Concluimos hoy meditando en el pasaje de Josué 24.15, un texto para orar:
“Pero si no quieren servir al Señor, elijan hoy a quién van a servir: si a los dioses a los que sus antepasados servían a orillas del Éufrates, o a los dioses de los amorreos que viven en esta tierra. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor.” LEA Y ORE: 1 Juan 1.8; Hebreos 4.15. ¿Qué puede decir de Josué 24.15?