1. identificacion: nombre del proyecto: 2. el colegio...
TRANSCRIPT
1. IDENTIFICACION: NOMBRE DEL PROYECTO: “Proyecto pedagógico de crecimiento Espiritual Gonzalino”
2. EL COLEGIO GONZALO JIMENEZ NAVAS
El colegio Gonzalo Jiménez Navas, es una Institución de carácter oficial ubicado en la
calle 35 No. 7E-35 del Barrio La Cumbre del municipio de Floridablanca. Está conformado por
una sede principal y 2 sedes anexas atendiendo a una población de 2280 estudiantes para
sus tres sedes, A, B y C, distribuidos en tres jornadas mañana, tarde y noche. Fue fundado el
27 de Noviembre de 1992. En la actualidad su rector es Mg. José de Jesús Lozano Cárdenas.
La comunidad educativa proviene de los sectores poblacionales urbanos como: La
Cumbre, Panorama, García Echeverry, Villa Alcázar, Sendas, Prados del sur, Santana,
Asovisur, Corpovisur, Villa Esperanza y el Páramo, así como de otros sectores rurales
adyacentes a la Institución en menor cantidad.
El radio de acción del colegio, cuenta con una población aproximada de 100.000
habitantes.
El sector está constituido por viviendas básicas y apartamentos, que corresponden a
unidades residenciales de estrato socioeconómico 0, 1 y 2. El material de las viviendas
corresponde a material mixto, y cuenta con un sistema de alcantarillado, luz, y agua potable.
Se observa que una de las principales fuentes de ingreso proviene de actividades de
comercio formal e informal, servicio doméstico, la construcción, vigilancia y algunas
microempresas dedicadas a la producción de calzado, textil y alimentos, aunque aún existe
un elevado índice de desempleo y empleo informal.
Existe presencia de campamentos o invasiones a sus alrededores, con bajos recursos
económicos y con necesidades básicas insatisfechas: salud, vivienda, alimentación,
educación, vestuario recreación y realización personal. Los habitantes del sector viven en
COLEGIO GONZALO JIMENEZ NAVAS Código: PM-02-FI04
ESTRUCTURACIÓN DE PROYECTOS PEDAGÓGICOS
DE FORMACIÓN
VERSION 01 DE 12/09/2013
Página 1 de 10
COLEGIO GONZALO JIMENEZ NAVAS Código: PM-02-FI04
ESTRUCTURACIÓN DE PROYECTOS PEDAGÓGICOS
DE FORMACIÓN
VERSION 01 DE 12/09/2013
Página 1 de 10
condiciones de extrema pobreza, por lo general desplazados por la violencia, y bajo nivel
educativo, donde no es fácil lograr una identidad cultural específica.
El colegio ha sido influenciado por las problemáticas que aquejan a dicha comunidad
como son: el consumo de SPA, la delincuencia, la prostitución, la violencia intrafamiliar, entre
otros. Estos problemas han generado que a pesar del desarrollo económico que se ha dado
en los últimos años, los índices de pobreza no hayan cambiado, ni las actitudes de la
población.
Ahora bien, el colegio esta permeado de todas estas situaciones, en tanto se hace parte
de la comunidad y los estudiantes y docentes son parte activa de la misma. En razón a ello,
el trabajo con estudiantes se hace cada día más arduo, dado que la institución debe brindar
formación académica e intervenir en las problemáticas de los estudiantes, que son producto
del fenómeno social.
Así mismo, se ha venido sorteando con la ausencia de los padres como participes
dentro del proceso educativo y formativo del estudiante, siendo muy pocos quienes asumen
el compromiso y la responsabilidad que les compete, dejando a la institución y en particular al
grupo de docentes solos en este proceso, aduciendo que es el colegio el encargado de la
educación de sus hijos e hijas.
Por lo tanto, se puede analizar que la responsabilidad del maestro ha ido cada día en
aumento y por ende la de la institución, dificultando los procesos y dando como resultado que
el cambio de actitud de los estudiantes y el logro de mejoras a través de un proyecto de
desarrollo sean más lento y dispendioso.
La Institución se enmarca en un Proyecto Educativo Institucional dirigido hacia la
formación integral sustentado en un modelo constructivista-humanista. Esto se evidencia
desde los proceso de inclusión de grupos juveniles (extra-edad), aceleración del aprendizaje,
estudio por ciclos, con el propósito de dar respuesta a las necesidades del entorno.
En el interés de optimizar y estandarizar los procesos y responder de manera eficaz,
eficiente y efectiva la institución logró certificación en la norma ISO 9001 y GP1000.
2.1. DESCRIPCIÓN DEL CONTEXTO DE LA COMUNIDAD ESTUDIANTIL GONZALINA DIMENSIÓN ESPIRITUAL:
Si se ha dado una formación espiritual adecuada y permanente en la niñez y en la pre-
adolescencia, por lo general nos encontraremos con adolescentes o jóvenes deseosos de
conocer los medios que le pueden llevar a la autenticidad y a la vivencia coherente de su fe.
Si por el contrario, no han tenido esta formación, deberemos estimar en su justo valor las
ventajas y desventajas ofrecidas por estas etapas para llevarles a encontrar el sentido de su
vida a la luz de la fe.
Por una parte, su juventud les propone ideales y deseos de transformar la sociedad.
Buscan y necesitan modelos, y el mayor que podemos presentarles es Cristo. Son críticos y
rechazan cuanto les parece mal en sus mayores, aman y admiran a sus formadores
auténticos. Necesitan ser vistos con esperanza y sentir que se confía en ellos.
Por otro lado, los medios de comunicación social no dejan de bombardearlos
continuamente con anti-valores, y ello se refleja en:
La frialdad e inmadurez en la vivencia religiosa, a lo cual sigue la huida de todo
compromiso y esfuerzo espiritual.
En el deseo y búsqueda de una libertad mal entendida.
Cuántas mentes juveniles vegetan en la penumbra, en el crepúsculo, en una
incertidumbre penosa. Se creen libres, porque no están sujetos a nada; se creen inteligentes
porque someten todo a discusión; se creen grandes, porque tienen la enfermedad de la duda
que les desvincula de toda solidaridad en el diálogo con los demás y con sus propias certezas,
y todo porque no conocen ni tienen a Cristo.
Poner el valor personal en lo que se tiene, o en lo que se hace, y no en lo que se
es.
Hemos visto con pena cómo otros muchos no encontraban el sentido de sus vidas.
Optaban y siguen optando por otros caminos fáciles que no conducen ni a la realización
completa del hombre ni a su eterna salvación: acumular riquezas, dejarse arrastrar por
placeres efímeros o vanidades mundanas, adquirir prestigio o poder. Por desgracia, un buen
número de jóvenes, se siente como encandilados por todos estos ofrecimientos de una
sociedad cada vez más materialista. Muchos de ellos, desengañados de todo, emprenden la
fuga hacia la droga, el sexo o el alcohol arruinando su existencia y vendiendo su felicidad al
mejor postor.
Sed espiritual pero, miedo al compromiso. Pueden sentirse atraídos a sectas y
modas pasajeras.
Conciencia poco formada o deformada.
Comenta un conocido teólogo suizo: “El joven quiere ser distinto de los demás, aspira
a lo sublime y a una mayor libertad, pero se viene abajo, se queda rezagado por detrás de su
ideal y poco a poco se resigna también a ser “uno más”. (Hans Urs, 1997, p. 235).
Es así, como nuestra comunidad Gonzalina no es ajena sino por el contrario se encuentra inmersa en la realidad, anteriormente expuesta, que nos exige como Institución el plantearnos estrategias que nos permita acompañar el proceso de formación integral y en especial el fortalecimiento de la dimensión espiritual de nuestros estudiantes creando espacios, tanto al interior del aula de clase como fuera de ella, que les permita el encuentro con su realidad personal, su constante reflexión, la construcción de proyectos personales de vida, el arraigo y la identificación de principios y valores siempre enmarcados en su experiencia de fe a través del Evangelio. Por tanto, se hace necesario la visualización y concreción de retos tales como:
Formar su conciencia crítica, su voluntad, un equilibrio en su inteligencia emocional.
Darles las herramientas necesarias que les permita transformarse en adultos
maduros y coherentes.
Presentarles ideales altos, proponerles retos adecuados pero exigentes a la vez,
siempre motivando y acompañando. Darles metas concretas a corto, mediano y
largo plazo para que ellos puedan observar los logros y avances.
Ayudarles hacerse independientes del grupo o la presión social, a tener sus propios
valores y normas de conducta y a ser coherentes para no resignarse a ser uno más.
Ayudarles a Fomentar la amistad con Cristo.
Asumir en su cotidianidad el compromiso de apreciar y valorar a Jesús, como un
ejemplo y/o modelo de vida, que les permita concretizar en sus actos su postura y
la realización de su Evangelio.
Llevarles a entender el fundamento de su autonomía, su libertad y su capacidad de
optar en la vida que les permita una mejor resolución de conflictos, un manejo de su
asertividad y una toma de decisiones con conciencia.
La auto-reflexión personal que les permita el identificar las situaciones no resueltas
o las circunstancias que limitan su praxis para que con la iluminación del Evangelio
se pueda encontrar una forma de poder sanar las heridas con el objetivo de alcanzar
una plena realización personal.
Fortalecer la oración como un instrumento de crecimiento espiritual que permee
cada una de las estructuras de la comunidad Gonzalina.
Juan Pablo II, en Catechesi Tradendae, nos dice que "desde la infancia hasta el umbral
de la madurez, la formación espiritual se convierte en una escuela permanente de la fe, y sigue
de este modo las grandes etapas de la vida como faro que ilumina la vida del niño, del
adolescente y del joven".
Por otro lado, la propuesta de este camino de fe para los niños, adolescentes y jóvenes
exige -cada vez más- estar en contacto con la realidad, en la búsqueda de caminos y
horizontes que hagan comprensible y significativa la Buena Noticia de Jesús. Sabemos
también que la cultura actual y su mercado ofrecen un panorama tan diverso de ideas, valores
y comportamientos que resulta realmente abrumador. Este panorama influye, notablemente,
en grado diverso y según el lugar en que se vive, en la religiosidad de tales destinatarios.
Es así, como el Colegio Gonzalo Jiménez Navas presenta el Proyecto Pedagógico de
Crecimiento Espiritual Gonzalino como respuesta a la necesidad de fortalecer y generar
nuevos espacios de interacción al interior de la comunidad Gonzalina, que nos permita la
concientización de iniciar un proceso de maduración de la fe, no inmersa en una religión
específica, sino abierta a las diversas posturas, perspectivas y experiencias religiosas, todas
ellas, teniendo un punto de encuentro e hilo conductor: la espiritualidad.
3. NOMBRES Y ROLES DE LOS INTEGRANTES DEL GRUPO DE TRABAJO
NOMBRE ROL CARGO QUE DESEMPEÑA EN LA
INSTITUCIÓN
JOSE LUIS GARCÍA BUENO Líder Docente
MARIELA BARRAGAN PINEDA Docente RUBIELA DELGADO Docente LUIS ALBERTO VILLAMIZAR JAIMES Docente FANNY MARTÍNEZ HERNÁNDEZ Docente ROSA EMMA VELANDIA Docente YOLANDA PINZÓN ARDILA Docente
KELLY MARITZA SANABRIA MAIN Docente
ANGÉLICA NAVAS Docente
4. JUSTIFICACIÓN
Los jóvenes del siglo XXI se encuentran inmersos en un ambiente, en donde se
privilegia la inmediatez y lo superfluo; en donde se huye del compromiso para quedarse atado
a vivir sólo el momento, en un constante devenir; en donde los valores se reconceptualizan de
acuerdo a la conciencia y perspectiva de la nueva generación; en donde las redes sociales
reinan por encima del encuentro y la fraternidad con el otr@; en donde la presencia de Dios
se transformó en dar un simple link de me gusta y/o compartir una cadena de mensaje, entre
otros muchos aspectos, relegando la espiritualidad al contexto del crecimiento personal
basado en lecturas reflexivas, conferencias de superación, videos motivacionales, etc. Sin
embargo, la realidad de nuestros jóvenes, nos deja entrever, la inmensa necesidad que ellos
experimentan de encontrarle sentido a su vida, más allá de permanecer en un contexto
plasmado de materialismo, inmediatez, superficialidad, etc. Por tanto, se hace necesario
realizar un análisis crítico, frente a esta realidad, que nos permita indagar, reflexionar,
profundizar, interactuar y evaluar la posición y perspectiva del joven de hoy, frente a un tema
de vital importancia para el ser humano como lo es, el desarrollo de su dimensión espiritual.
Es innegable, que el ser humano desde siempre ha experimentado la necesidad de
encontrarle sentido a su vida, no solamente desde la conciencia de su existencia, sino también
desde su relación con un ser superior. Dicha relación, tiene validez desde el momento en que
se encuentra con su creador, y desde allí, construir una vida cimentada en valores que le
permita descubrirse como un ser único, amoroso, inigualable y lleno de virtudes, capaz de
aceptarse a sí mismo, para luego abrirse de manera filial y fraternal al encuentro con el otr@,
en una tarea constante por construir su proyecto personal de vida, que redunde, en una
sociedad más humanizante y lejana de la mecanización y del sin sentido, logrando para sí, su
realización en plenitud.
Ante esta realidad latente, las Instituciones educativas deben asumir el reto y el
compromiso de brindarle a los jóvenes nuevos escenarios transformados en verdaderos
espacios para el encuentro personal facilitando de tal manera la reflexión autocrítica de sus
actos; el establecimiento de metas a corto, mediano o largo plazo en su proceso de
crecimiento espiritual; el reencuentro con sus lazos afectivos familiares; el acercamiento a
Dios con el objetivo de fortalecer su interacción con EL de tal manera que se convierta en
parte de su actuar cotidiano, en especial en la toma de decisiones más conscientes y
autónomas; la vivencia de su evangelio y la fuerza de la oración como alimento espiritual que
le aporta elementos más pertinentes y significativos en su diario vivir.
Como respuesta a este reto coyuntural que nos presenta nuestro quehacer pedagógico,
el Colegio Gonzalo Jiménez Navas presenta el “Proyecto pedagógico de crecimiento
Espiritual Gonzalino” que tiene como objetivo generar espacios de fortalecimiento y de
crecimiento espiritual para la comunidad Gonzalina permitiendo el afianzamiento y proyección
de valores y principios cristianos transformando la comunidad educativa en un lugar de
encuentro, acogida, gozo, esperanza, fraternidad, inclusión, justicia y esperanza, valores
fundamentales para una vida plena y feliz en comunidad
FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA: LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL
Hace referencia a la experiencia interior más profunda de la persona, que la conduce a
dotar de sentido y propósito a las propias acciones y existencia, sean cuales sean las
condiciones externas, lo que significa aprender cómo encontrar disfrute en la experiencia
cotidiana; a contar con un sistema de valores y con el compromiso de aplicarlos; a centrarse
en algo que va más allá de uno mismo, esto es, a trascender; al uso del propio potencial
creativo; a la contemplación de la vida y a aprovecharla de acuerdo con las propias
aspiraciones y convicciones y las del grupo al que se pertenece. Incluye realizar las prácticas
asociadas a la fe, la creencia o los valores morales que se profesan. Supone contar con un
sistema de pensamiento que permita comprender la vida, su dirección y su expresión, que
oriente elecciones y juicios, organice proyectos, dote de dirección última a nuestras acciones
individuales. Puede nuestra vida estar impregnada de espiritualidad, entendida ésta como una
relación personal con el ser trascendente, creer en un Dios, como una relación personal con
lo que existe, una fuerza unificadora en sí misma, que conduce a sentir inclinación por la vida.
EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL
¿Cómo se produce el cambio interior en nuestras vidas? ¿Quién lo produce?
¿Es verdad que cuando nuestro ser cristiano pasa por momentos de purificación sale mucho
más fuerte?
En numerosas ocasiones buscamos encontrar explicaciones por nosotros mismos
olvidándonos de Dios y de todo el proceso de la vida espiritual. Muchas personas quieren
entender de golpe y porrazo, sin ningún proceso por medio. Esto en la vida espiritual es
simplemente imposible. Necesitamos un recorrido humano y espiritual para poder llegar a
terminar la obra buena que Dios ha comenzado en nosotros.
Nuestra vida tiene que ser un proceso, un camino hacia la plenitud de Dios y ese
proceso conlleva no solamente momentos de alegría, sino dificultades, tropiezos, obstáculos
y oscuridades. El que aparezcan estas cosas no significa que estamos retrocediendo sino todo
lo contrario.
Para poder llegar a comprender bien todas las cosas es necesario detenernos en ellas,
saber aceptar las diversidades de la vida y de nuestro propio ser, tener un sentido de
contemplación y saber ver detrás de todo ello una intención amorosa; saber vivir con
aceptación.
La aceptación no es pasividad. La pasividad es meramente una actitud receptora, no
hay nada activo por parte de la persona. Sin embargo, la aceptación requiere un salir al paso
de, un reconocer que en eso que nos pasa podemos encontrar muchas cosas positivas, sacar
provecho, aunque ahora no entendamos el por qué, sospechamos que lo entenderemos de
verdad en el futuro.
Queremos comprender todo, razonar todo, saber todo. Y sin embargo no es así.
¿Cuántas cosas no comprendemos ni tan siquiera en la naturaleza? ¿Cómo para comprender
los fenómenos que pasan en nuestro interior y en los cuales no es fácil penetrar?
Ya le decía Jesús a Nicodemo, que el viento no sabemos de dónde viene ni a dónde va, pero
cuando sopla sentimos su presencia en nosotros (Jn 3,8). Así es el espíritu de Dios, no
sabemos hacia dónde se orienta, pero sin embargo ESTÁ PRESENTE.
Así es para el orante, así es para toda persona. Pero no pensemos que todo es
oscuridad sin nada de luz. Porque el proceso de oscuridad, de purificación, tanto en la vida
como en la oración, pasa por una mezcla de oscuridad y de luz. Sería demasiado cruel que
nos pasáramos toda la vida únicamente en la oscuridad, sin ni siquiera una pizca de luz. Pero
Dios es realmente padre y lo demuestra siempre con nosotros.
El proceso no es puramente oscuridad, como no es tampoco totalmente claridad. Pero
en él hay un predominio de la noche, de las tinieblas. Caminamos, pero un poco como a
ciegas; como cuando vamos por la noche en un lugar oscuro, y a veces aparece la luz de la
luna como para que podamos ver que no nos hemos perdido del camino que llevábamos, pero
de repente vuelve a desaparecer esa lucecita.
Este proceso es un proceso largo. Requiere una perseverancia grande. Necesitamos
perseverancia. Hay veces que en la vida espiritual queremos tenerlo todo al momento. No nos
damos cuenta que tenemos que volver a empezar una y otra vez. El que comienza el camino
de crecimiento espiritual debe estar dispuesto a renunciar a todo, hasta su propia vida, sólo
así se podrá conseguir la auténtica vida.
¿QUÉ ES LA ESPIRITUALIDAD?
Cuando se trata de Dios y el hombre, sólo existe un lenguaje, y ese lenguaje es la
espiritualidad.
La espiritualidad es la universalidad de la Verdad, la Luz y el Deleite. La espiritualidad
es la necesidad consciente de Dios. La espiritualidad es la oportunidad constante de realizar
y probar que todos nosotros podemos ser tan grandes como Dios.
Dios es Deleite. El Deleite es el hálito del alma. Dios no quiere ver el rostro de la tristeza.
Dios nos dará la infinitud en el momento en que estemos dispuestos a ofrecerle tan sólo un
destello del deleite de nuestra alma.
El mundo está afligido. Nosotros somos responsables de ello. Nuestros sentimientos
de auto-interés y auto-importancia son totalmente responsables de ello. La conciencia
individual debe expandirse. El hombre necesita inspiración. El hombre necesita acción. La
espiritualidad necesita al hombre. La espiritualidad necesita cumplimiento absoluto. La
espiritualidad posee el ojo interno que enlaza todas las condiciones de la vida con certeza
interna. El hombre puede hacer y deshacer sus condiciones externas mediante sus
pensamientos espirituales. Para el que lleva a Dios en sus pensamientos y acciones, sólo para
él, Dios es una Realidad viviente.
La espiritualidad posee una llave secreta que abre la Puerta de lo Divino. Esta llave es
la meditación. La meditación simplifica nuestra vida externa y energiza nuestra vida interna.
La meditación nos da una vida natural y espontánea. Esta vida llega a ser tan natural y
espontánea que no podemos respirar sin tener conciencia de nuestra divinidad.
La meditación es un regalo divino. Es la aproximación directa, pues conduce al
aspirante hacia Aquel de quien ha descendido. La meditación nos dice que nuestra vida
humana es algo secreto y sagrado y confirma nuestra herencia divina. La meditación nos da
un nuevo ojo para ver a Dios, un nuevo oído para oír la Voz de Dios y un nuevo corazón para
sentir la presencia de Dios.
La vida espiritual no es un lecho de rosas, ni tampoco un lecho de espinas. Es un lecho
de realidad e inevitabilidad. En mi vida espiritual veo el papel del mal y el papel del Señor. Si
el mal posee la tentación, mi Señor posee la Guía. Si el mal tiene oposición, mi Señor tiene
Ayuda. Si el mal tiene castigo, mi Señor tiene Compasión. Si el mal tiene la muerte para mí,
mi Señor tiene la Inmortalidad para mí.
Con la plenitud de nuestro corazón y con las lágrimas inundando nuestros ojos,
debemos rezar a Dios. Debemos elevar nuestro objetivo tan alto como la realización de Dios,
puesto que ese es el único propósito de nuestra existencia terrenal.
La ciencia ha logrado maravillas. No obstante, el alcance de su visión es limitado. Hay
mundos más allá de los sentidos; hay misterios ocultos. La ciencia no tiene acceso a estos
mundos; la ciencia nunca puede resolver estos misterios. Pero una figura espiritual puede
fácilmente, con su visión interna, penetrar en estos mundos y sondear estos misterios. Y aun
así, una figura espiritual es un auténtico idealista que no construye castillos en el aire sino
que, más bien, tiene sus pies firmemente plantados en la tierra.
La espiritualidad no es mera tolerancia. Ni siquiera es aceptación. Es el sentimiento de
unicidad universal. En nuestra vida espiritual consideramos lo Divino, no sólo en términos de
nuestro propio Dios sino en términos del Dios de todos. Nuestra vida espiritual establece firme
y seguramente las bases de la unidad en la diversidad.
La espiritualidad no va a ser hallada en los libros. Aunque exprimamos un libro no
vamos a obtener espiritualidad alguna. Si queremos ser espirituales, tenemos que crecer
desde dentro. Los pensamientos y las ideas preceden a los libros. La mente levanta a los
pensamientos y a las ideas de su sueño. La espiritualidad despierta a la mente. Una persona
espiritual es la que escucha los dictados de su alma, y a la que el temor no puede torturar. Las
opiniones del mundo son demasiado débiles para atormentar su mente y su corazón. Ella
conoce, siente y personifica esta verdad.
Por último, tengo un secreto abierto para los que quieran emprender la vida espiritual.
El secreto abierto es este: pueden cambiar su vida. No necesitan esperar años, ni siquiera
meses para este cambio. Este se inicia en el momento en que uno bucea en el mar de la
espiritualidad. ¡Intenten vivir la vida de la disciplina espiritual por un día, ¡un solo día! Están
llamados al triunfo.
LA ESPIRITUALIDAD
Gonzalo Gallo
Espiritualidad es relación de amor constante con Dios; para los místicos Dios es el
Amado.
Espiritualidad es vibrar en el amor sincero a sí mismo, a Dios, a los otros y al universo
entero. Es conciencia despierta para amar en el aquí y el ahora de un modo incondicional sin
los delirios del Ego. Espiritualidad es derribar todos los muros y sentirse uno con todo y con
todos los seres. Espiritualidad es trascender, conectarse con el infinito y no perderse en lo
aparente, es vivir libre de apegos.
Hay espiritualidad donde brillan la compasión, la entrega generosa, la tolerancia y la
paz interior. Una persona espiritual se abstiene de juzgar, discriminar, manipular, odiar o
maltratar. Espiritualidad es la conciencia de Dios en ti, es amor puro, es el Reino de Dios en
tu alma y en tu vida.
La mejor decisión que puedes tomar en tu vida es darles prioridad a los asuntos del
espíritu. Cuando eres espiritual también valoras lo material pero no te identificas con nada
externo. Elige internarte en los caminos del alma con la meditación, con la oración y con el
amor incondicional. Elige estar en paz con los demás, sacar del interior odios viscerales y
culpas venenosas. Todo marcha mejor cuando eres tolerante y flexible, cuando dejas la
soberbia y creces en humildad.
Expande tu pensamiento y siéntete unido a todos con una mente sin barreras, con una
visión universal. Busca el equilibrio, no busques aprobación, y que tus oídos estén sordos ante
las críticas egoístas. El amor es tu aliado para estar en paz, la confianza te saca de oscuros
vericuetos y con Dios transitas senderos de paz y libertad.
Espiritualidad cristiana, ¿en qué consiste? P. Arturo Moscoso P. sj.
No es fácil presentar de un modo claro y simple qué es esto que llamamos
espiritualidad. Usar esta palabra o expresión produce sensaciones parecidas a las que
experimentamos al usar otros términos como vida, amor, experiencia. En todos estos casos
nos estamos refiriéndonos a experiencias fundamentales de nuestra existencia.
Es más fácil entreverlos, experimentarlos. Podemos descubrir, eso sí, un factor común
a estos términos comunes de densidad significativa. Todos se experimentan, se viven, se
sienten, humanamente hablando, en medio de una relación interpersonal. Por ejemplo, una
mamá que cuida de su hijo enfermo experimentará que todo su ser vibra con el ser amado, en
él se focaliza y se centra; de manera más “inteligente” que nunca, percibir a su hijo.
Experiencia, o si se prefiere vivencia de amor, comunión de vida entendida en su
sentido más amplio y totalizante que hace del ser humano alguien que se entrega de modo
indefinido, pero definitivo, en todas sus dimensiones. Igualmente el creyente se encuentra en
Dios en medio de una experiencia vital de amor y comunión. Encuentra en Dios la fuente última
y profunda desde donde siente y experimenta que emana su vida toda. Y desde esta
experiencia todo se transforma, cobra nuevo sabor, un modo nuevo de ver las cosas y
sentirlas. Una nueva vida, incluyendo la comprensión de sí mismo.
¿A qué se llama espiritualidad? Ser un ser humano, es ser “alma y cuerpo”. Dos
realidades que se encuentran íntimamente unidas en nosotros de tal manera que una de ellas
no existe sin la otra. Desde la concepción, en el secreto del vientre materno, comenzamos a
ser cuerpo y alma. Del mismo modo que el término corporalidad expresa el hecho de que el
ser humano tiene un cuerpo, el término espiritualidad expresa la realidad de que tiene un
espíritu. El ser humano es cuerpo, sí, pero no sólo cuerpo, también es alma, espíritu. Estas
dos realidades humanas están íntimamente relacionadas, al punto que el ser humano es una
sola cosa, no la simple yuxtaposición de un cuerpo y un alma, sino un cuerpo espiritualizado
o si se quiere, un espíritu encarnado.
En sentido genérico, la palabra espiritualidad designa una referencia que va más allá de
lo visible, de lo tangible y de lo material. El concepto cristiano de espiritualidad no tiene como
referente una negación u oposición a la materia (lo espiritual vs lo material), sino dice relación
directa al Espíritu, a la Persona del Espíritu Santo, el Espíritu de Jesucristo y de Dios Padre. La
espiritualidad es El Espíritu que habita en el ser humano y la vida según este Espíritu.
Entonces, ¿Qué hay que entender por espiritualidad cristiana? La espiritualidad cristiana es la
experiencia del Dios de Jesucristo en la vida de quienes creen en Él. Lo que define la
espiritualidad no son las prácticas sino la irrupción de una Presencia insospechada y
transformadora, ya que Dios se hace presente en la vida de las personas. Esta irrupción de
Dios provoca la conversión, la acogida y compromiso con el Proyecto de Jesús, que en
definitiva es el Proyecto de Dios Padre, mediante el don del Espíritu. Esta vida según el
Espíritu se opone a un estilo de vida encerrado en sí mismo. Una vida en el Espíritu no es
auto-referente sino acepta su condición de creatura y busca el significado sobre la propia
existencia en el horizonte de un Creador que ama infinitamente a su creatura. Por ello, una
espiritualidad abierta a la acción del Espíritu implica una centralidad en la Persona de Jesús
el Cristo, la construcción de una comunidad fraterna en misión, en una actitud de acción de
gracias y en el gozo del anuncio del Evangelio, privilegiando una preocupación hacia los más
pobres y marginados de la sociedad.
El cristiano que asume una determinada espiritualidad expresa concretamente una
opción fundamental en su existencia, que cambia su horizonte de significados y sentidos,
porque la experiencia de Dios implica un compromiso con el proyecto divino sobre la historia
humana, porque la conversión a Dios se traduce en una conversión hacia el otro como imagen
y semejanza de Dios.
La esencia de la espiritualidad cristiana es el seguimiento histórico de Cristo bajo la guía
de la acción del Espíritu. La espiritualidad cristiana es una existencia que se deja interpelar
por la presencia divina y se transforma en un estilo de vida (opciones, actitudes,
comportamientos). Por ello, existen distintas expresiones de esta misma espiritualidad ya que
este camino histórico tiene distintos contextos definidos por el tiempo y el espacio, como
también por el acento y la prioridad que se da a uno u otro aspecto en la respuesta a la llamada
de Dios.
Al hablar de “espiritualidad”, de manera sencilla, hay que entenderla como una manera
específica, particular de vivir el seguimiento de Jesús. Por eso se suele decir que en la Iglesia
existe una diversidad de espiritualidad, cada una según un modo propio, concreto, específico
de vivir este seguimiento. Hablamos de espiritualidades franciscana (San Francisco), dominica
(Santo Domingo), o ignaciana (San Ignacio) según los modos de seguir a Jesús de san
Francisco, santo Domingo o san Ignacio de Loyola.
LA ESPIRITUALIDAD BÍBLICA
Según la enseñanza bíblica, la verdadera riqueza de un ser humano no depende de la
abundancia de bienes materiales, sino de que sea «rico para con Dios» (Lc. 12:21). La comida,
la bebida, el vestido son «añadiduras» a lo esencial de la vida humana; lo primordial es «el
reino de Dios y su justicia» (Mt. 6:33), pues ese reino es «justicia, paz y gozo en el Espíritu
Santo» (Ro. 14:17). Por el conocimiento de Cristo, el creyente piensa que todas las demás
cosas pueden ser consideradas como «pérdida», tan despreciables como la «basura»
(Fil. 3:8). En Cristo ha sido hecho hijo adoptivo de Dios, con quien puede vivir en gozosa
comunión. Esta comunión halla sus formas de realización en la lectura de la Palabra de Dios,
en la oración, en el culto, en la comunión fraternal y en el servicio que nace del amor. En todo
esto consiste esencialmente la espiritualidad cristiana, sin que excluya hasta cierto punto -
dentro de unos límites- el elemento contemplativo y determinadas formas de ascetismo. En
este modo de vivir la piedad participan la mente, los sentimientos y la voluntad; se asocian el
entendimiento, el corazón y la acción.
La espiritualidad así entendida es un imperativo para el cristiano. Equivale a la madurez
que se espera de los discípulos de Cristo (Heb. 6:1) y constituye el mejor antídoto contra los
males causados por la carnalidad. El cristiano carnal es egocéntrico -a veces hasta el extremo
de la egolatría- y su egocentrismo engendra los pecados más dañinos, tanto en su propia vida
como en la de la iglesia. Téngase presente el patético cuadro descrito en 1 Co. 1:10-12 y
1 Co. 3:1-18. En modo alguno puede un creyente conformarse con ser un «cristiano carnal»,
como si el cristianismo auténtico y la carnalidad fuesen compatibles. Ser cristiano implica
sometimiento pleno al señorío de Cristo, lo que equivale a un tajo profundo en las raíces de
los propios criterios, de la exaltación personal y la autocomplacencia. Así la espiritualidad deja
de ser una opción voluntaria para cristianos de primera. Es un deber para cuantos invocan a
Cristo diciendo: «Señor, Señor».
Dicho esto, volvamos a lo antes expuesto, la necesidad de que la espiritualidad sea
completa, en adecuado equilibrio de entendimiento, sentimientos y acción. Cuando alguno de
estos elementos desaparece o se debilita, la espiritualidad queda empobrecida, por lo que
para muchos creyentes resulta insatisfactoria. Ello explica las sanas reacciones que a lo largo
de la historia se han producido cuando la espiritualidad se ha vaciado de contenido vital y sólo
ha conservado formas (dogmáticas, litúrgicas, legalistas o de cualquier otro tipo).
ESPIRITUALIDAD DE LA VIDA COTIDIANA
El ser humano es, por su propia naturaleza, un ser teologal. Esto significa que la persona
está orientada hacia el Amor y a recorrer la senda temporal que lo lleve a la comunión. La
apertura al encuentro con el Tú divino y los tú humanos forma parte de la esencia misma del
hombre. Es así que en la medida en que el ser humano responda a sus dinamismos más
profundos, cooperando desde su propia libertad con el divino Plan inscrito en lo más hondo
de su ser, estará respondiendo a la invitación de Dios para alcanzar su plenitud.
Una espiritualidad de la vida cotidiana no implica otra cosa que buscar responder con
coherencia y fidelidad a nuestra opción fundamental por el Señor Jesús. Es hacer de toda
nuestra vida un verdadero gesto litúrgico (Puebla, 213), transformando toda nuestra existencia
en un culto agradable a Dios (Rom 12, 1-2).
Se trata, pues, de trascender la falsa dicotomía entre fe y vida, entre vida espiritual y
actividad cotidiana, para integrarlas en experiencia y celebración de la fe en todas las
circunstancias concretas de la propia existencia. Las actividades y trabajos de cada día, así
como los momentos de esparcimiento y descanso, no deben ser ocasión de ruptura en nuestra
opción cristiana, sino que deben ser integrados en una dinámica oracional, para convertirse,
de esta manera, en instancias de crecimiento y maduración en la vida cristiana, según el Plan
de Dios para cada uno.
El creyente auténtico no se contenta con ser un cristiano de domingo, que se refiere a
Dios tan solo en momentos especiales o en circunstancias extraordinarias. Es seguidor del
Señor a tiempo completo. Y es que la vida cristiana no puede vivirse de otra manera. Quien
opta por el Señor Jesús no hace una opción más, muy importante quizás, pero al final de
cuentas una opción más entre muchas. Se trata de una opción fundamental, una elección que
va a la raíz, que apunta a la globalidad desde el núcleo íntimo. La recta opción cristiana es
aquella en la que el Señor Jesús se convierte en la razón última de la propia existencia, donde
busco encaminar todo mi ser en un camino configurante con el Señor por medio del amor.
CAMINANDO EN PRESENCIA DE DIOS La oración ciertamente constituye una
dimensión fundamental de la vida cristiana. Sin la oración, la existencia humana está muerta,
pues le falta la fuente misma de la vida interior. Es en la vida de oración donde el creyente se
encuentra con Dios, conoce más de cerca al Señor, alimenta su interioridad y se fortalece para
la vida cotidiana, para la misión apostólica. Por eso es fundamental contar por lo menos con
un tiempo fuerte de oración personal durante el día, como momento privilegiado de encuentro
cercano y diálogo íntimo con Dios Amor.
Sin embargo, esto no basta. Toda nuestra vida debe ser constante oración. Para ello
debemos procurar vivir en permanente presencia de Dios, lo que nos lleva a vivir un espíritu
de oración constante en medio de nuestras ocupaciones diarias. Proporciona a nuestra
actividad diaria un carácter santificador. Nos da horizonte de eternidad, una aproximación a la
realidad que nos permite trascender la superficialidad de la vida contemporánea, de las
tentaciones consumistas o secularizantes, para descubrir la acción de Dios en las situaciones
ordinarias de cada día.
Para vivir en presencia de Dios mucho nos ayudará ofrecerle nuestras actividades diarias
a quien es Señor de la Vida y el Amor, sobre todo al comienzo y al final de cada día, el repetir
jaculatorias a lo largo de la jornada, es decir breves oraciones, el aprovechar las distintas
actividades cotidianas para elevarnos en legre acción de gracias, en humilde petición, en
sincera alabanza -al comenzar un trabajo, antes del estudio, en las comidas, etc.-.
EXAMEN CONTINUO DE INTENCIONES Una espiritualidad de la vida cotidiana supone
un esfuerzo constante por descubrir el Plan de Dios en las distintas circunstancias concretas
de la propia vida, para encaminarnos así en la dirección a la que éste apunta. Es así que un
continuo examen de intenciones nos permitirá descubrir qué nos anima a realizar las distintas
tareas o empresas que hacemos.
Este examen continuo de intenciones resulta muy efectivo contra la nefasta ley del gusto-
disgusto. El cristiano no se mueve según lo que le provoca o lo que más le acomoda, ni
rechaza las cosas por el mero hecho de que éstas les resultan desagradables o incómodas.
No podemos ser fáciles víctimas de nuestros sentimientos desordenados, sino que debemos
procurar que toda nuestra vida sea una respuesta a la iniciativa divina, desde una obediencia
amorosa y generosa al Plan de Dios (Mt 26, 39; Lc 1, 38). El capricho no es camino de
felicidad; el designio divino sí lo es.
6. OBJETIVO GENERAL:
Generar espacios de fortalecimiento y de crecimiento espiritual para la comunidad
Gonzalina permitiendo el afianzamiento y proyección de valores y principios cristianos
transformando la comunidad educativa en un lugar de encuentro, acogida, fraternidad,
inclusión, justicia y esperanza, valores fundamentales para una vida plena y feliz en
comunidad.
7. METODOLOGÍA
Para la consecución del objetivo general, desde la praxis educativa, se hace necesario
concebir la pedagogía como un modo de relación e interacción, un diálogo formativo que se
establece entre todos los actores educativos y que exige una actitud y disposición para
hacernos compañeros de camino con los educandos. Sin embargo, el crecimiento en
humanidad en la relación pedagógica parte de una premisa básica: la humanización comienza
con la superación de las relaciones verticales entre educador y educando, de tal manera que
en algún momento del camino el educador puede ser educando y el educando puede ser
educador (Freire, 1968). Se trata pues de constituirnos como comunidad en aprendizaje
permanente.
Para que ello sea posible, se propone una PEDAGOGÍA DEL ACOMPAÑAMIENTO
desde el Camino de Emaús, Lucas 24, 13-35, en el cual se dan cita ocho saberes que
humanizan las relaciones de enseñanza-aprendizaje:
PROCESO DE ACOMPAÑAMIENTO PEDAGÓGICO DE EMAÚS
Humanizarnos, hacernos compañeros de camino para entrar en él, siendo unos y salir siendo otros.
Anónimo
• ¿Me acerco y camino al "ritmo" de mis estudiantes?
1. SABER ACERCARNOS: Caminar con el otro
(Vers. 13-16)
• ¿Me dejo interrogar y me interrogo por las realidades de misestudiantes y de la sociedad? ¿Acompaño sus inquietudes?
2. SABER PREGUNTAR: La pregunta es inherente a la condición humana (Vers. 17-19a)
• ¿Abro espacios para escuchar las historias, preguntas, intereses,saberes de mis estudiantes?
3. SABER ESCUCHAR: El diálogo (Vers. 19b-24)
• ¿Ayudo a interpretar las situaciones con el conocimiento de lasciencias y los diferentes saberes para construir un sentido de vida máshumano?
4. SABER INTERPRETAR: Para dar sentido a la vida (Vers. 25-27)
• ¿Sé compartir-me para construir un saber colectivo y democrático?
5. SABER COMPARTIR: La vida (Vers. 28-30)
• ¿El conocimiento ayuda a formar conciencia crítico-social?
6. SABER ABRIR LOS OJOS: Conciencia (Vers. 31a)
• ¿Ayudo a crecer en autonomía a mis estudiantes?
7. SABER DESAPERECER: Legado (Vers. 31b)
• ¿Sé orientar el conocimiento para la transformación de las relacionesen la comunidad educativa?
8. SABER TRANSFORAR EL CORAZÓN: Esperanza comunitaria (Vers. 30-35)
EL PROCESO DE ACOMPAÑAMIENTO PEDAGÓGICO DE EMAÚS
Tienen como referencia uno de los más bellos relatos registrados por la Palabra de Dios,
sacado del Evangelio de Lucas, en el que se presenta un método pedagógico o un camino
metodológico propuesto por el propio Cristo en el encuentro del Camino de Emaús, a partir
del cual, la Comunidad Gonzalina podrá también iniciar un proceso apasionante de
fortalecimiento, crecimiento y transformación en compañía de Jesús, Maestro por excelencia.
Para facilitar la comprensión de ésta pedagogía divina de encuentro y de diálogo,
motivados por la lógica del amor, lea con atención el texto de Lucas 24,13-35.
LOS DISCÍPULOS DE EMAÚS
13 Aquel mismo día dos discípulos se dirigían a un pueblecito llamado Emaús, que está a unos doce kilómetros de Jerusalén, 14 e iban conversando sobre todo lo que había ocurrido. 15 Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se les acercó y se puso a caminar con ellos, 16 pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. 17 Él les dijo: « ¿De qué van discutiendo por el camino?» Se detuvieron, y parecían muy desanimados. 18 Uno de ellos, llamado Cleofás, le contestó: «¿Cómo? ¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no está enterado de lo que ha pasado aquí estos días?» 19 «¿Qué pasó?», les preguntó. Le contestaron: «¡Todo el asunto de Jesús Nazareno!» 19 Era un profeta poderoso en obras y palabras, reconocido por Dios y por todo el pueblo. 20 Pero nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes renegaron de él, lo hicieron condenar a muerte y clavar en la cruz. 21 Nosotros pensábamos que él sería el que debía libertar a Israel. Sea lo que sea, ya van dos días desde que sucedieron estas cosas. 22 En realidad, algunas mujeres de nuestro grupo nos han inquietado, 23 pues fueron muy de mañana al sepulcro y, al no hallar su cuerpo, volvieron hablando de una aparición de ángeles que decían que estaba vivo. 24 Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron todo tal como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron.» 25 Entonces él les dijo: « ¡Qué poco entienden ustedes y qué lentos son sus corazones para creer todo lo que anunciaron los profetas! 26 ¿No tenía que ser así y que el Mesías padeciera para entrar en su gloria?» 27 Y les interpretó lo que se decía de él en todas las Escrituras, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas. 28 Al llegar cerca del pueblo al que iban, hizo como que quisiera seguir adelante, 29 pero ellos le insistieron diciendo: «Quédate con nosotros, ya está cayendo la tarde y se termina el día.» Entró, pues, para quedarse con ellos. 30 Y mientras estaba en la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. 31 En ese momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció. 32 Entonces se dijeron el uno al otro: «¿No sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» 33 De inmediato se levantaron y volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once y a los de su grupo. 34 Estos les dijeron: «Es verdad: el Señor ha resucitado y se ha aparecido
a Simón.» 35 Ellos, por su parte, contaron lo sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Es importante decir- que este texto bíblico, exclusivo de Lucas, representa el paradigma
del itinerario (CAMINO) de madurez cristiana, mediante el encuentro con el Señor, la escucha
de la Palabra, el compartir el Pan y la misión.
Como podemos ver por el texto del Evangelio, uno de los discípulos de Emaús se
llamaba Cleofás. En cuanto al otro, no se da ninguna información. Sin embargo, la 2 tradición
identifica este otro discípulo como un personaje femenino, tal vez la esposa de Cleofás, de
nombre María, mujer que es mencionada a los pies de la cruz en la muerte de Jesús (Ju,
19,25); otras interpretaciones más espirituales identifican este personaje sin nombre como
todo discípulo o discípula de Jesús.
Por tanto, y sin ninguna pretensión desmedida, podemos decir que este relato bíblico se
refiere a una pareja que volvía a su casa – marido (Cleofás) y esposa (María) – y que antes
seguía a Jesús. Esta pareja estaba regresando después de la peregrinación pascual a
Jerusalén.
El capítulo 24 de Lucas, es la última parte de toda la composición de su Evangelio, y
presenta una característica particular: la conclusión de todo el camino realizado por Jesús
y sus discípulos.
En los discípulos de Emaús, que dejaban abatidos la ciudad de Jerusalén, podemos
reconocer la comunidad de los amigos y amigas de Jesús que, después de haber convivido y
seguido a su Maestro durante aquellos años, habían sufrido el impacto de su muerte violenta.
En el camino a Emaús, Jesús toma la iniciativa de aproximación y solo al final Él es reconocido
por los dos discípulos.
Al reflexionar sobre la pedagogía del Maestro, el aspecto que llama la atención en primer
lugar es que Jesús se aproxima a ellos, se pone en su camino, colocándose a la altura de su
caminata, interesándose por su historia. Jesús busca conocer el interior de esas personas.
Mientras caminan, la pedagogía del Maestro posibilita la catarsis, o sea, provoca y estimula a
los discípulos a hablar de aquello que les aflige el corazón.
A lo largo del camino, Jesús se iba revelando, iluminándoles los ojos, haciendo arder el
corazón de los discípulos. Consecuentemente, el reconocimiento del Señor es la restauración
de la comunión plena que se dio en el momento de partir y repartir el pan. Al aproximarse a la
aldea donde se dirigían, Jesús hace como si continuara hacia adelante. Los discípulos de
Emaús entonces insistirán diciendo: permanece con nosotros, pues cae la tarde y el día ya
declina. Jesús entró en la casa, entonces, para quedarse con ellos.
Por tanto, Jesús aprovecha la ocasión de la desilusión y la confusión de los discípulos
de Emaús para explicarles las Escrituras, preparar su corazón y llevarlos ante la mesa
Eucarística. Esto los prepara y estimula para la misión.
El relato bíblico de Emaús presenta una experiencia de fe después de los
acontecimientos de la Pascua. Observando la estructura de la narrativa, el lector puede
percibir un itinerario de maduración de la fe, o también, un proceso de iniciación en el
conocimiento del Señor Jesús, el cual lleva a los discípulos misioneros a partir de los
siguientes elementos: el encuentro (aprender caminando con el Maestro), la Palabra
(aprender oyendo al Maestro) y la misión (aprender actuando con el Maestro).
La narrativa, en la primera parte del texto bíblico, contextualiza el encuentro entre los dos
discípulos y el forastero, que inicia una caminata hasta el destino de ellos. Estos dos discípulos
hacen un itinerario: el camino Jerusalén – Emaús – Jerusalén, que tiene un significado
teológico en el Evangelio de Lucas, que es el de recordar todos los acontecimientos – palabras
y acciones – que van desde el nacimiento hasta la muerte y resurrección de Jesús.
Mientras ellos discutían a lo largo del camino, el propio Jesús se aproximó y se puso a
caminar con ellos. La iniciativa es de Jesús; Él no interrumpe el asunto. La actitud de Jesús
es caminar con ellos, pues aproximarse es disponerse a conocer y sentir la necesidad del otro.
Jesús va con ellos, los escucha y se entera de la situación. De ahí la importancia de
comprender que el texto de Emaús no es un acontecimiento aislado de la historia, sino una
experiencia de comunidad de los que creen en Jesús y se ponen en el camino del discipulado.
El camino no está completamente preparado; él se rehace y se remodela en la medida
en que las personas van descubriendo nuevas preguntas, respuestas y propuestas de vida.
Discipulado no es punto de llegada, es proceso: “Ser discípulo es un don destinado a
crecer”. De ahí que “el acontecimiento de Cristo es, por tanto, el inicio de ese sujeto nuevo,
que surge en la historia y a quien llamamos discípulo”.
El segundo momento de la narración de Lucas nos sumerge en lo profundo del
encuentro, o sea, en el diálogo. El evangelista desvela toda una expectativa debido a la pasión
y muerte de Jesús, una verdadera decepción. El forastero los encuentra en una situación
existencial de profunda tristeza, pero Él se interesa por la situación de los dos caminantes.
El autor del evangelio organiza el diálogo entre los dos discípulos y el forastero de forma
directa. Lucas retomó algunos pasajes de predicación o de catecismo cristiano que circulaban
en las primeras comunidades y trazó un largo diálogo didáctico. La respuesta a tantas
cuestiones que inquietaban a los discípulos debería ser dada por ellos mismos.
La actitud de Jesús para con ellos es la de un Maestro, pues les explica que el plan de
Dios tiene una lógica diferente a la lógica humana, destacando que el sufrimiento forma parte
de ese designio divino y que se trata de un medio por el cual Dios purifica y lleva todo a
plenitud.
El gran interrogante que el propio texto incita en cada uno se refiere a la verdadera
experiencia que podemos hacer con Jesús: los dos discípulos parecen haber llegado a su
destino; Jesús hace ver que va a seguir el camino, pero ellos insisten para que se hospede
con ellos; Jesús acepta y se sienta a la mesa con los dos. Entonces, aquí tenemos la
celebración del compartir el pan; y es en ese momento cuando ellos Le reconocen.
Por eso, lo que importa para Lucas es recorrer hasta el final el camino que lleva al
reconocimiento de Jesús: la escucha de la Palabra, que cambia el corazón, y el partir el pan
en comunidad. En ese momento los ojos se abren para reconocer la presencia del Resucitado
en la comunidad de hermanos.
Los discípulos, después de reconocer a Jesús, retoman el camino hacia Jerusalén: hay
una nueva mirada, una nueva motivación, una luz en el horizonte.
El evangelista, en la tercera parte del texto, llama la atención a la manera como se inicia
el relato de Emaús: “viajaban ese mismo día para un pueblo llamado Emaús” y finaliza la
narración: “y en aquel mismo momento, se levantaron y volvieron a Jerusalén”. Los dos
discípulos hacen un movimiento contrario; retornan al punto inicial, o sea, a la ciudad de
Jerusalén.
Hay un cambio radical en la vida de estos caminantes con el Señor: ellos toman una
opción, y al reconocer a Jesús van a anunciar la propia experiencia vivida en el camino y en
la casa alrededor de la mesa: una experiencia de fe pascual.
Es evidente que, mediante el tema del “camino”, muy resaltado en el relato, el evangelista
quiere hacer una referencia al camino concreto de cada bautizado, en todos los tiempos y en
todo lugar, lleno de dificultades y pruebas, y sin embargo sostenido por la acción poderosa del
Resucitado. Por eso, la narración es una tácita exhortación al cristiano para no quedarse
desconcertado frente al problema del mal en el mundo, sino que, iluminado por la Escritura,
se ponga al servicio del designio salvífico de Dios, que vence el mal y salva la historia.
Según el ejemplo de los discípulos de Emaús, nosotros también tenemos necesidad de
esta experiencia de re-encantamiento en la fe. El ardor del corazón los impulsó al dinamismo,
a la misión: con este ardor renovado por la presencia y proximidad con el Resucitado, sus ojos
se abren, sus corazones se engrandecen. Ahora, el nuevo ardor se esparce, sale del corazón
y llega a la mente, a la conciencia, y mueve los pies que salen a evangelizar.
El encuentro de Jesús con los discípulos de Emaús se dio en un clima de diálogo y
comunión fraterna: explicar las Escrituras y partir el pan les hace retornar al camino de
Jerusalén con una nueva disposición de vida, con ardor en el corazón; ellos se ponen en
camino al encuentro de los otros discípulos para contarles la alegría del encuentro con el
Maestro, para asumir la misión de formar comunidades y anunciar la buena nueva de
Jesucristo: los discípulos vuelven a la comunidad con una nueva mirada, con un espíritu
nuevo, con una mejor comprensión de la misión.
Mostrar el camino a quien se dispone a ser discípulo de Jesús es hacer la lectura y la
relectura del Camino de Emaús. Discípulo no es aquel que sabe, sino aquel que sigue al
Maestro, que quiere y tiene una relación de diálogo personal, y demuestra, en la vida concreta,
el interés por el proyecto del Maestro y por su proyecto de vida y de cristiano.
En la formación-educación cristiana, lo que alguien hace y lo que alguien dice indican
que la formación-educación no es enseñar algunas ideas, como alguien que lo sabe todo. La
vida también es un camino, y nadie aprende todo de una sola vez; exige, por consiguiente, un
continuo cultivo personal, social y espiritual. Es un proceso en el que el ser humano se va
fortaleciendo en la dirección que quiere darle a su vida, con el objetivo de continuar su camino
de maduración y de más vida en la fe y en la espiritualidad.
Ésta pedagogía de acompañamiento, exhorta a la comunidad Gonzalina, a iniciar el
proceso de encuentro con el Maestro (Jesús) para re-construir con EL cada una de sus
estructuras, permitiendo el desarrollo de competencias que en la praxis educativa pueda llegar
a permear a cada miembro de la comunidad Gonzalina con la finalidad de transformarla en un
lugar de encuentro, acogida, gozo, esperanza, fraternidad, inclusión, justicia y esperanza,
valores fundamentales para una vida plena y feliz en comunidad.
Líneas de acción para la Transversalización
Acciones Competencias Estrategias de
evaluación de las acciones
PROYECTO PEDAGÓGICO GRUPO GONZALINO DE CRECIMIENTO ESPIRITUAL. “Eucaristía Mensual” Valorar la eucaristía como un verdadero espacio para el encuentro con el otr@, el acercamiento a Dios y el compromiso de vida en comunidad.
Descubro que la vida tiene múltiples manifestaciones que exigen de toda persona actitudes de amor, cuidado y respeto. Identifico a Jesús, como amigo, maestro y modelo a quien hay que amar, seguir e imitar.
Reconozco y admiro las obras del creador, descubriendo que hago
¿Qué es la evaluación? La evaluación es la mirada retrospectiva que realiza la Comunidad Gonzalina sobre diversos aspectos de su constitución y de su funcionamiento, de su vida, de su quehacer y de su trabajo permitiendo potencializar las experiencias de vida y superar las dificultades
ACCIONES CURRICULARES
“La oración como alimento espiritual” Fortalecer la oración como alimento espiritual que permee la praxis educativa y se transforme en el cimiente de nuestro crecimiento espiritual Gonzalino. “Buzón de intenciones” Recoger de la comunidad Gonzalina todas las intenciones y necesidades para transformarlas en una oración que nos permita ser empáticos y más cercanos al otr@ a ejemplo de la primera comunidad cristiana.
parte de ella y lo manifiesto en el amor a mi familia, a los demás y a la naturaleza.
Desarrollo la sensibilidad y el aprecio por el mensaje de Jesucristo y por los valores espirituales fortaleciendo mi sentido de pertenencia a la Iglesia.
Comprendo cómo la vocación de Jesús da cumplimiento a la promesa de salvación y constituye en una propuesta de vida para que, día a día, la contextualice en mi entorno más cercano.
Comprendo e interiorizo que cada acción que realizo en mi familia, colegio, ambiente social, influye para la construcción de mi historia como persona y como Iglesia. Reafirmo mi individualidad para así tomar conciencia que mi desarrollo personal se fundamenta en la complementariedad con el otr@.
Comprendo que desde la primera comunidad cristiana hasta nuestros días la Iglesia ha permanecido constante en el seguimiento de Cristo para así aceptar el llamado a construir la unidad y la fraternidad universales.
Sustento la importancia de la responsabilidad en mis opciones de vida, para poder confrontar mi realidad personal con los principios del Evangelio. Construyo mi Proyecto Personal de Vida que me impulsa a actuar y a
encontradas en la praxis enmarcado un ambiente de sana convivencia. ¿Para qué sirve evaluar? -Para reflexionar sobre la marcha de la Comunidad Gonzalina. -Para verificar el cumplimiento de los objetivos. -Para verificar si los medios que se utilizan son los adecuados. -Para verificar la eficacia de la Comunidad Gonzalina. -Para constatar lo que es válido en el proceso de la Comunidad Gonzalina, y por lo tanto, hay que seguir fomentándolo e impulsándolo. -Para detectar y solucionar los fallos e irregularidades que comprometen la estabilidad y eficacia de la Comunidad Gonzalina. ¿Qué se evalúa? -El cumplimiento de los objetivos. -Las tareas realizadas. -Los medios utilizados (metodología, dinámicas, técnicas...). -El clima de la Comunidad Gonzalina. (relaciones interpersonales, comunicación, diálogo...). -El papel del maestro (tipo de animación, relación animador–miembros...). -La organización de la Comunidad Gonzalina. (normas, roles...). -La participación, corresponsabilidad y la colaboración. -El grado de satisfacción personal de los miembros respecto al mismo.
buscar condiciones necesarias para mi desarrollo integral tomando como modelo de vida a Jesús. Argumento las razones que tienen los seres humanos para vivir y fortalecer el sentido de la vida desde los criterios religiosos, y así poder reconocer los fundamentos de la propuesta de Jesús sobre su nuevo estilo de vida.
Identifico la misión del joven en la construcción de una nueva sociedad con base en la propuesta del Evangelio de Jesús, reafirmando así mi fe con un compromiso social cristiano.
Desarrollo la capacidad de comprender la realidad social que percibo en mi entorno y propongo alternativas de cambio basados en el Evangelio. Descubro en el diálogo, la ternura y la comprensión, herramientas reales para el entendimiento y la tolerancia mutua. Reconozco como persona mis propios valores e ideales para darle un sentido a mi vida cotidiana.
¿Cuándo se evalúa? PERIODICAMENTE. La evaluación se llevará a cabo cada semestre. ¿Cómo se evalúa? Adecuando a la realidad de la Comunidad Gonzalina: saber el tipo de evaluación que la comunidad necesita en cada circunstancia. En un clima de serenidad: sin prisas, prejuicios o miedos. Con las siguientes actitudes: -Franqueza y objetividad. -Lectura desapasionada de los hechos. -Profundo respeto a las personas. -Serenidad y profundidad. Mediante dos formas: -De palabra: a través del diálogo y siguiendo un esquema. -Por escrito: a través de cuestionarios. ¿Quiénes evalúan? Todos los miembros de la Comunidad Gonzalina.
PROCESOS DE FORMACIÓN CON
FAMILIA Y COMUNIDAD
ACTIVIDADES EXTRACURRICULARES
GESTIÓN DIRECTIVA
Apoyo institucional, gestión, autorización y patrocinio en recursos necesarios. Con quiénes: Rector y coordinadores.
Apoyo institucional para el desarrollo de proyectos.
Nivel de ejecución presupuestal de acuerdo a lo planeado.
8. Evaluación (Primer Semestre):
COMPONENTE DESCRIPCIÓN AVANCES DIFICULTADES ACCIONES DE
MEJORA
GESTIÓN INSTITUCIONAL
Articulación del PP con el PMI y relación con todos los niveles de gestión de la IE.
PRODUCCIÓN PEDAGÓGICA
Innovación metodológica contextualizada e integración de competencias.
FORMACIÓN PERMANENTE
Existencia de estrategias de formación constantes para los docentes a partir del Grupo de trabajo.
GESTIÓN PARA LA
SOSTENIBILIDAD
Participación de la comunidad educativa, apoyo del gobierno escolar y acciones intersectoriales.
9. Evaluación (Segundo Semestre):
COMPONENTE DESCRIPCIÓN AVANCES DIFICULTADES ACCIONES DE
MEJORA
GESTIÓN INSTITUCIONAL
Articulación del PP con el PMI y relación con todos los niveles de gestión de la IE.
PRODUCCIÓN PEDAGÓGICA
Innovación metodológica contextualizada e integración de competencias.
FORMACIÓN PERMANENTE
Existencia de estrategias de formación constantes para los docentes a partir del Grupo de trabajo.
GESTIÓN PARA LA
SOSTENIBILIDAD
Participación de la comunidad educativa, apoyo del gobierno escolar y acciones intersectoriales.
10. Evaluación del proyecto (Primer Semestre):
% 𝒅𝒆 𝒔𝒂𝒕𝒊𝒔𝒇𝒂𝒄𝒄𝒊ó𝒏 = 𝒙𝟏𝟎𝟎
Evaluación del proyecto (Segundo Semestre):
% 𝒅𝒆 𝒔𝒂𝒕𝒊𝒔𝒇𝒂𝒄𝒄𝒊ó𝒏 = 𝒙𝟏𝟎𝟎
SEMESTRE % DE EVALUACIÓN
1
2
Promedio Anual