¡Buenos días a todos!

Parece mentira pero ya estamos en junio.

Nuestro paso por este curso se parece a la vida del trigo

Todos empezamos con buenos propósitos, mirando con ilusión y esperanza lo que vamos a sembrar.

La semilla, si cae en una tierra bien trabajada y regada con la constancia y el buen hacer, empieza a dar su fruto.

Pero el trigo verde no sirve de nada: tiene que crecer y madurar soportando duras horas al sol.

Sólo entonces estará listo para ser recogido, para ser utilizado, para dar sentido a por qué se sembró.

Como el trigo, nos podemos sentir quemados, tostados al sol de las horas de estudio, triturados.

Pero el buen trigo dará la mejor harina con la que elaborar buenos productos.

No se recoge un buen trigo por casualidad.No se hace un buen pan de cualquier harina.

Los buenos resultados no son fruto simplemente de la casualidad ni de la suerte: trabajo, trabajo y trabajo.

¡Ánimo para lo que queda!Vamos a dar el cien por cien, sin excusas.

A nuestra madre le pedimos que nos dé fuerzas para afrontar estos últimos días de curso y para dar lo mejor de cada uno de nosotros.

Dios te salve, María…