09- masacre santa maría iquique - mamani

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147 Arte Tensiones y disputas en torno a la masacre de Santa María de Iquique Ariel Mamani “Aquello que la historia no quiere recordar” Resumen La matanza de obreros en 1907 es uno de los hechos más trágicos de la historia chi- lena. Empero el tema fue olvidado, permaneciendo sin mención en los libros de his- toria. La masacre volvió a tener visibilidad en 1969 a través de una obra musical que alcanzó gran repercusión. Así los hechos fueron rescatados del “olvido historiográfi- co” por artistas que, utilizaron mecanismos propios del consumo de masas con una fuerte actitud militante. Este trabajo analiza las relaciones entre historia y memoria en función de este suceso, problematizando las visiones que se plasmaron, tanto des- de la historiografía profesional como también los relatos por fuera de ella. Palabras Clave: Obreros - Música - Historiografía Abstract The workers’ slaughter in 1907 is one of the most tragic events of the Chilean his- tory. The topic was forgotten, without mention in the history books. The massacre returned to have visibility in 1969 across a musical work that reached great impact. So the facts were rescued from “historiographic oblivion” by artists with strong militant attitude. This paper analyzes the relations between history and memory in relation to this event. Keywords: Workers - Music - Historiography UNR –UADER

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147ArteTensiones y disputas en torno a la masacre de Santa Mara de IquiqueAriel Mamani Aquello que la historia no quiere recordarResumenLa matanza de obreros en 1907 es uno de los hechos ms trgicos de la historia chi-lena. Empero el tema fue olvidado, permaneciendo sin mencin en los libros de his-toria. La masacre volvi a tener visibilidad en 1969 a travs de una obra musical que alcanz gran repercusin. As los hechos fueron rescatados del olvido historiogr-co por artistas que, utilizaron mecanismos propios del consumo de masas con una fuerte actitud militante. Este trabajo analiza las relaciones entre historia y memoria en funcin de este suceso, problematizando las visiones que se plasmaron, tanto des-de la historiografa profesional como tambin los relatos por fuera de ella.Palabras Clave: Obreros - Msica - HistoriografaAbstractTheworkersslaughterin1907isoneofthemosttragiceventsoftheChileanhis-tory.Thetopicwasforgotten,withoutmentioninthehistorybooks.Themassacre returned to have visibility in 1969 across a musical work that reached great impact. So the facts were rescued from historiographic oblivion by artists with strong militant attitude. This paper analyzes the relations between history and memory in relation to this event.Keywords: Workers - Music - HistoriographyUNR UADER148 Razn y Revolucin n 24 La lucha obrera en la pampa salitreraLa huelga de los obreros del salitre en 1907, reprimida brutalmente, es uno de los hechos ms trgicos de la historia chilena. El asesinato demilesdeobrerosysusfamiliascaushondoimpactoenlasocie-dad chilena del 1900. Sin embargo, el tema fue quedando en el olvido, resultando sus responsables sin castigo alguno. Por su parte, la huelga y la masacre no aparecan en los libros de historia. Este olvido histo-riogrcoesnotableyaquelossucesoscuentanconuninteresante nmero de documentos acerca de lo ocurrido, pero no despertaron el inters de los historiadores profesionales. La matanza fue salvaguarda-da de la indiferencia por la memoria transmitida oralmente y por obras artsticas. Sin embargo, la masacre obtuvo relevancia en los aos 70 a travs de una obra musical, La Cantata Santa Mara. De manera que las distintas particularidades narrativas utilizadas para relatar aquellos sucesoshancontribuidoacomprenderaquellosdasdelmovimiento obrero, pero a su vez, esos acontecimientos, y el proceso que los enmar-ca, fueron de esta manera transformados por la perspectiva que otor-gaba el presente.En las postrimeras del siglo XIX, en Chile se produjo un signi-cativo proceso de transformacin capitalista, que provoc la consolida-cindelaclaseobreraydeestaformaunnuevoyprofundoordena-miento en la lucha de clases.1 La explotacin del nitrato atrajo a miles 1Jobet, Julio Csar: El movimiento social obrero en Desarrollo de Chile en la primera 149Tensiones y disputas en torno a la masacre de Santa Mara de Iquiquedeobreros,quienesimpulsadosporunaimportantetareaasociativa, establecieron una fuerte conciencia social e identitaria, en oposicin al pequeo pero poderoso conjunto de propietarios mineros. Toda la zona salitrera posea la presencia de organizaciones obreras desde 1880, pro-ducindose una fuerte proliferacin del mutualismo y de las sociedades por ocio.2 Este fenmeno de organizacin obrera velozmente alcanz unaamplitudnacionalysetransformenunverdaderoquiebreque posibilit el inicio del movimiento popular chileno a la vida poltica.3 Comenzando el siglo XX se fueron incrementando los reclamos de los trabajadores a raz de las psimas condiciones de trabajo y de vida. Las habitaciones de soltero eran insalubres: se practicaba el sistema de camas calientes, el obrero del turno de da ocupaba la cama del de turno de noche. El agua era imbebible. Los obreros deban transportar toneladas de mineral sobre sus espaldas. En los cachuchos, verdaderas tinas hirvientes, los obreros deban soportar altas temperaturas y, muchos de ellos, caan a la tina hirvien-do, muriendo de inmediato. () Al obrero que se rebelaba o que no trabajaba a gusto de los patrones se le castigaba con el cepo: permaneca durante das amarrado y al sol ardiente.4Ademselsalariodelobreroeraabonadoconchasyvalesque eran cambiadas a un 70% de su valor nominal y que solo podan tro-carse por mercaderas dentro del propio establecimiento. Para el da 14 los obreros comenzaron a agruparse en distintos pun-tosiniciandosumarchahaciaelpuertodeIquiqueparahacerescu-char sus reclamos. En el centro mismo de la columna destacbase los colores de las banderas chilena, peruana y boliviana, cuyos pliegues se batan al viento orgullosos, ufanos ()5 mitad del siglo XX, Vol. I, pp. 51-106, Universidad de Chile, Santiago, 1951.2El estudio ms completo del movimiento mancomunal es Ximena Cruzat y Eduardo Devs: El movimiento mancomunal en el norte salitrero: 1901-1907, CLACSO, 3 tomos, Santiago,1981.VertambinArtazaBarrios,Pablo:LaSociedadMancomunalde ObrerosdeIquiqueylahuelgadediciembrede1907,enArtazaBarrios,Pabloet al.: A 90 aos de los sucesos de la Escuela Santa Mara de Iquique, Lom, Santiago, 19983Illanes, Mara Anglica: La Revolucin Solidaria, Prisma, Santiago, 1990.4Gumucio, Rafael: Utopas libertarias de Chile, siglos XIX y XX, Polis, vol. 2, n 3, 2003, pp. 69-100.5Arrate, Jorge y Rojas, Eduardo: Memoria de la Izquierda chilena, T. 1, Javier Vergara Editor, Santiago, 2003, p. 76.150 Razn y Revolucin n 24En diciembre de 1907 comenz una huelga con algunas de las vie-jas reivindicaciones de los obreros.6 Los trabajadores salitreros solicita-ron entonces la desaparicin de las chas y vales y la libertad de com-prar en cualquier sitio.LapresenciadelosobrerospampinosenIquiquecaussobresal-to en sectores de la poblacin, alarma que se plasm en la prensa. Se hablabadelevantamientodetrabajadores,deinauditosatentados contra la propiedad. La cantidad de pampinos llegados a Iquique se calcula en alrededor de 5000 (la mayora haba realizado la pesada tra-vesaporeldesiertoapie,acompaadosporsusmujeresehijos).Se determin que la escuela Domingo Santa Mara fuera el sitio que los albergara mientras se negociaba.El19dediciembreelIntendentedelaprovinciaCarlosEastman regres a Iquique desde Santiago y se entrevist con los obreros y luego hizo lo propio con empresarios de la Combinacin Salitrera, intentan-dosolucionarelconicto.Enunprincipiolosempresariossalitreros semostraronabiertosaresolverlaspeticiones,peromanifestaronsu negativaanegociarbajolapresindeunahuelgaporquesienesas condiciones accedieran al todo o parte de lo pedido por los trabajadores perderan el prestigio moral, el sentimiento de respeto que es la nica fuerza del patrn respecto del obrero.7Lasconversacionesnalmentesesuspendieronsinllegaraun acuerdo. El rol mediador que se haban adjudicado las autoridades asu-mi su verdadero rostro. Se declar el Estado de Sitio el da 20 por la noche, prohibiendo las libertades constitucionales de libre trco y de reunin. Un telegrama del gobierno nacional deca: Procedasinprdidadetiempocontralospromotoreseinstigadoresdela huelga, en todos los casos, debe prestar amparo personas y propietarios: debe primarsobretodaotraconsideracinlaexperienciamaniestaqueconvie-nereprimirconrmezaalprincipiosinesperardesordenestomencuer-po.Lafuerzapblicadebehacerserespetarcualquieraseaelsacricioque imponga.8 6Para el relato de los sucesos de la huelga me baso en Devs, Eduardo: Los que van a morir te saludan, historia de una masacre. Escuela Santa Mara de Iquique, 1907, Lom, Santiago, 1998.7ComunicacindelIntendenteEastmanalMinistrodelInterior,Iquique,26/XII/1907, Archivo Nacional de la Administracin, Fondo Ministerio del Interior, vol. 3.274 (1907), documento N 1.918, f. 1.8BravoElizondo,Pedro:SantaMaradeIquique,1907:Documentosparasuhistoria, Ediciones del litoral, Santiago de Chile, 1993, p. 143.151Tensiones y disputas en torno a la masacre de Santa Mara de IquiqueEl 21, las fuerzas armadas ocuparon la ciudad y el general Roberto Silva Renard tom el mando de las reforzadas tropas de la guarnicin local. Los obreros se declararon en estado de alerta, manifestando que estaban preparados a emigrar pero que no iban a regresar si no se acep-taban sus peticiones. Fracasaron los cnsules de Per y de Bolivia tra-tandodepersuadirasusconnacionalesqueabandonaranlahuelga, ante la inminencia del ataque. Prim el sentimiento de clase ya que la gran mayora de obreros extranjeros permaneci el a la huelga.SilvaRenardnoticquesedebaabandonarlaciudadyquelos trabajadoresdebanretirarsealHipdromodejandosolounacomi-sin para negociar.9 Los huelguistas se negaron a abandonar la plaza yescuelaentantonoseatendieransusreclamos.Luego,sinmediar aviso alguno una descarga de ries y ametralladoras arremeti contra la multitud. Alas15,45hrs.comenzelfuegodeametralladorasseguidopornutridos tirosdefusilera.Lasbalasdelasametralladorasatravesabanvarioscuer-pos y los frgiles muros de madera de la escuela. Cientos de personas caye-ron acribilladas. Cuando cesaron los disparos, la infantera entr a la escuela descargando sus armas sobre los obreros. Los que huan eran lanceados por soldados a caballo.10 Nohuboresistenciadepartedelosobrerosysusfamilias,haci-nados en la escuela y totalmente desarmados. Algunas bajas entre los militares fueron consecuencia de los disparos de otros uniformados.As,demanerabrutalydespiadadalahuelgafuequebrada.Los obrerossobrevivientesfueronenviadosderegresoasusrespectivas ocinas.Muchosfueronquinteadosporlosmilitares,esdeciruno decadacincofuefusiladoylanzadoaunhoyo,previamentecava-do por los mismos pampinos. Pronto todo volvi a la normalidad. Ya elda24volviaabrirsuspuertastodoelcomerciodeIquique.El orden volva a ser total. En denitiva la derrota de la huelga repre-sentunimportanterepliegueparaalgunasorganizaciones,comoel casodelanarquismo;ladesaparicindenitiva,comoocurriconel 9Iquiqueporaqulentonceseraunaciudadabiertaparalaartilleradelosbuques fondeadosensubaha.Sepodacaonearalgunossectoresdelaciudadsincom-prometer el casco urbano y la poblacin iquiquea. Este era el caso del Hipdromo.10GrezToso,Sergio:Hacerrespetarelordenpblicoatodacosta.Matanzadela escuela Santa Mara de Iquique (Chile, 1907), p. 3, en www.rebelion.org/docs/66023.pdf (consulta 13/08/2012).152 Razn y Revolucin n 24movimientomancomunal;olatransformacinenlasformasdepar-ticipacin,ahoraconestructurasmsdesarrolladas,comoelPartido Obrero Socialista. Por ms que el tiempo pase, no hay nunca que olvidarEl tema de la matanza de los obreros salitreros en 1907, fue signi-cativamente ignorado por la historiografa. En los textos y en las clases de historia del liceo, los primeros 20 aos del siglo XX eran una suce-sin gris de perodos presidenciales con apellidos repetidos. Un tiempo enelque,enapariencia,nopasabanada.11Apesardeestaimagen, reproducidaporlamayoradelcampohistoriogrco,elcambiode siglo fue un escenario especialmente conictivo en Chile. A pesar de este olvido historiogrco, la masacre de Santa Mara fue un recuer-dotransmitidooralmenteporgeneracionesytambinrescatadopor diferentes manifestaciones de carcter artstico que dieron cuenta de lo acontecido, y mantuvieron latente en la memoria colectiva el luctuoso episodio. Una larga serie de poemas y escritos sobre la matanza circul a tra-vs de la prensa obrera. Apenas un ao despus de la matanza, el poeta anarquistaFranciscoPezoapublicunpoemadenominadoCantoa la Pampa, denunciando la masacre de Iquique y reclamando vengan-za.12 En 1952, Volodia Teitelboim, escritor y poltico comunista, publi-c su novela histrica Hijo del Salitre, donde narra la vida del dirigen-te Elas Lafertte en el marco de la explotacin salitrera y presenta un acercamiento a la masacre de la escuela Santa Mara. Para muchos, esa novela () fue la primera noticia sobre un hecho histrico ignorado: la masacre de la Escuela Santa Mara de Iquique. () Aquel libro fue, para quienes lo leyeron entonces una revelacin, el descubrimiento de otra realidad detrs de la ocial.13 Pero sin duda la obra de mayor trascendencia, y que en gran medida recuperar el suceso de la masacre para el imaginario colectivo fue la Cantata Popular Santa Mara de Iquique. Esta era una obra conceptual 11Varas, Jos Miguel y Gonzlez, Juan Pablo: En busca de la msica chilena: crnica y antologa de una historia.12Una detallada descripcin de la literatura proletaria en esos aos puede consultarse en Gonzlez, Sergio: Ofrenda a una masacre. Claves e indicio histricos de la emancipa-cin pampina de 1907, Santiago de Chile, Lom, 2007.13Varas, Jos Miguel y Gonzlez, Juan Pablo: En busca de la msica chilena, op. cit., p. 85.153Tensiones y disputas en torno a la masacre de Santa Mara de Iquiquede largo aliento donde se conjugaban experimentacin sonora, un hilo argumentaldecarcternarrativoyunintentodereexinpolticao losca. CreosostieneEduardoCarrasco-quesihoydasepuedeconmemorara nivel nacional la matanza de Iquique con diferentes manifestaciones artsti-cas, polticas y culturales ello se debe a la Cantata. Como lo dice el texto de ellamisma,lahistoriaolviddurante60aosestoshechosysinohubiera existido esta obra esos hechos tal vez seguiran hoy da en el olvido.14 Este tipo de experimentacin musical fue importante por aquellos aoslegandounaimportantecantidaddeobrasdeformatosimilar, no solo en Chile sino en todo el Cono Sur. Esta obra, tambin result innovadorayaqueestableciunacolaboracin,inditahastaenton-ces, entre msicos de raz popular con un msico surgido del mbito acadmico. ElcompositorfueLuisAdvisVitaglich(1935-2004),profesorde Esttica y autor de un fecundo catlogo de obras de msica de concier-to. Advis escribi en 1969 la Cantata Popular Santa Mara de Iquique, comounapiezapararecitante,vocesmasculinasyensamblecon mayora de instrumentos de carcter folclrico ya que fue pensada para el conjunto Quilapayn. Quilapayn era por aqul entonces una joven pero reconocida agrupacin musical cuyo repertorio se basaba princi-palmente en obras folklricas y canciones de protesta. Figuras centra-les de la renovacin de la msica popular chilena, se vinculaban al cir-cuito de peas y festivales en boga por aquellos aos. Sus integrantes eran miembros de las Juventudes Comunistas (J.J.C.C.), y su imagen se vinculaba estrechamente al inuyente espectro de la izquierda chilena. LaCantata,tantoporsuestructuracomoporlosintrpretes,se inscribe en un movimiento artstico que causara poderoso impacto: la Nueva Cancin Chilena (NCCh). Este movimiento asumi con gran compromiso sus postulados polticos e ideolgicos, adems de los est-ticos. Sus integrantes se agruparon en torno a una serie de ideas que nuncafueronformuladasexplcitamenteperoquesefueronconso-lidandoenprcticascompartidas.LaCantataseinterpretporpri-meravezen1970,enelpequeoTeatroLaReformadeSantiagode Chile, para ser formalmente presentada en el marco del II Festival de la Nueva Cancin Chilena, que se llev a cabo en agosto de ese mis-mo ao. 14http://lavquen.tripod.com/cantata_stamaria.htm (consulta 12/XII/2010).154 Razn y Revolucin n 24La Cantata Santa Mara de Iquique como dispositivo de memoriaHayquedestacarqueapesardesusingularidadyexperimenta-cin, la obra alcanz gran popularidad. La Cantata Santa Mara de IquiquesostieneEduardoCarrascohaprobadoqueunaobrade largo aliento, compuesta por un msico de conservatorio, puede trans-formarseenmsicademasas,loquenuncaanteshabasucedidoen lahistoriadelamsicachilena.15ElmismoAdvisatribuaelsuceso logrado por la Cantata Santa Mara () a las circunstancias polticas que existan cuando la estrenamos () se viva un perodo preelecto-ral, en plena campaa presidencial y esto signic una ventaja, ya que el momento poltico era ms intenso.16 Es as como la obra se convir-ti en un xito en forma inmediata, pero no solo por las caractersticas propias de la pieza artstica, sino porque adems permita un dilogo uido entre reconstruccin del pasado, vanguardia artstica y militan-cia poltica. Esta conjuncin fue especialmente fructfera en aquellos momentos de agitacin social y poltica, en particular por el contexto de campaa electoral presidencial de 1970. Es que no solo la denuncia de un acon-tecimiento histrico olvidado se haca presente. A la denuncia expresa-da en el texto hay que sumar su fuerte acento militante, que invita a la participacin Ustedes que ya escucharon// la historia que se cont// no sigan all sentados// pensando que ya pas.17La obra fue editada por Dicap (Discoteca del Cantar Popular), sello creadoporlasJJCC,loquesumadoalclimapolticoresultdeter-minanteenladifusin.AslosostieneRodolfoParada,miembrode Quilapayn: ()lasalidadeldiscoeditadoporDicap,msunagiranacional,msla eleccin de Allende, hizo que esta obra se creara muy rpidamente un pbli-cobastanteamplio,enChileyenLatinoamrica;laCantatasetransform as en una expresin emblemtica de lo que se poda producir artsticamente en el nuevo Chile.1815Rodrguez, Osvaldo: Cantores que reexionan. Notas para una historia personal de la Nueva Cancin Chilena, Santiago, LAR, 1984, p. 135.16El Musiquero, Mayo 1972, p. 20.17Advis, Luis: Cantata Popular Santa Mara de Iquique, Dicap, Santiago, 1970, surco 18.18El Siglo, 21/IX/2007, p. 28.155Tensiones y disputas en torno a la masacre de Santa Mara de Iquique Una vez en el poder la UP la cantata se populariz an ms. Segn la revista El Musiquero, a solo dos aos de grabada, la Cantata llevaba vendidasmilesdecopiasyhabasidoeditadaenJapn,enFranciay en pases de la rbita socialista.19 La obra parece haber sido un elemen-toaltamenteconvocante,comocomentaRodolfoParada:Recuerdo que ya entre 1970 y 1973 llenbamos cualquier sala o gimnasio, y que hacamosconciertosalairelibreconmilesdepersonas;ytambin recuerdo un viaje a Buenos Aires para hacer 3 Luna-Park llenos ().20Es as como podemos observar que en la repercusin que alcanz la obra tuvo un papel importante el propio grupo Quilapayn y el sesgo militante que le impriman a todas sus acciones. La Cantata es la primera obra importante sostiene Patricio Manns pues-ta al servicio de la candidatura de Salvador Allende, con o sin la aquiescen-cia del autor. Lo cual no tiene importancia, pues una vez escrita y difundida, la obra es prioridad de los oyentes. () El pueblo la hizo suya y masic su impacto poltico y su carcter de denuncia sin claudicaciones. Hasta hoy en da conserva su prestigio de obra esencial y ciertamente precursora.21La obra se convirti en un emblema de la militancia de izquierda al centrar su atencin sobre un tema que la propia disciplina histri-cahabadejadoenelolvido.Deestemodo,parecavindicarsealos obreros pampinos pero desde un presente que denunciaba ese pasado ominoso que se haba querido encubrir. La Cantata, como pieza po-tico-musicalponeenjuegounamultiplicidadderecursosparadotar a su mensaje de toda la fuerza comunicativa y referencial de la que es capaz la msica como lenguaje, ayudando, de este modo, a transgu-rar las luchas especcas e individuales en causas colectivas. Asimismo la Cantata no solo era un intento de revisitar el pasado otorgando visi-bilidadaloquelahistoriografaprofesionalhabaocultadosinoque expona, desde el presente, cmo era posible enlazar el pasado con las tareasquepodaentraarelfuturo.Estaconjuncintena,paraese momento, una validez extraordinaria, ya que la va chilena al socia-lismo era una experiencia en pleno comienzo y donde se invitaba al pueblo a realizar las tareas en pos de ese ideal.19El Musiquero, Mayo 1972, p. 166.20El Siglo, 21/IX/2007, p. 28.21Lawner,Migueletal.(ed.):SalvadorAllende:presenciaenlaausencia,Santiago, Lom, 2008, pp. 372-373.156 Razn y Revolucin n 24El relato, entonces, ya no solo describe un problema laboral, sino que adquie-re rasgos de un drama social, es la familia obrera la que est buscando justi-cia. La narracin de un acontecimiento individualizado, simboliza la ilusin deunpuebloatransformarsuformadevida,acrearunanuevasociedad, caracterstica que le permiti adquirir contingencia en el proceso revolucio-nario que viva el pas hacia 1970, fecha de su estreno.22 El impacto de La Cantata fue tan signicativo que logr dotar de visibilidad a la masacre de Santa Mara de tal forma que prcticamen-te todas las producciones realizadas sobre ese tema son posteriores a la composicin de la obra.() esta obra adquiere cualidades educativas, y por ello se ha convertido en uno de los testimonios ms difundido de este hecho histrico. Los historia-dores se acercaron a estos acontecimientos posteriormente, y actualmente hay estudios muy completos desde la historia social sobre los sucesos que rodea-ron la matanza, pero al momento de estrenar esta obra, se transform en el mediomspotentepararecordaryrevitalizarlamemoriadelsindicalismo chileno.23Hayquedestacarquehaciaelao2007,conelcentenariodela masacre,proliferaronpublicaciones.Sinembargo,antesdeesafecha hay poco que destacar. El libro pionero de Eduardo Devs, Los que van amorirtesaludan,de1989,yaosmstardeellibrodePedroBravo Elizondo Santa Mara de Iquique 1907: documentos para su historia, del ao1993.De1995esellibrodeHugoBarraza,Diciembre21:15:45 horas, y en 1998 se publica el trabajo colectivo A 90 aos de los sucesos de la Escuela Santa Mara de Iquique.24Historia, arte o representacin?DesdeuncomienzolaCantatainterpelaalahistoriatradicio-nal:Seorasyseores//venimosacontar//aquelloquelahistoria// noquiererecordar,proponiendounjuegoespecularentrehistoria, 22Donoso, Karen: Cantata Popular Santa Mara de Iquique. 37 aos de historia, El Siglo, 21/IX/2007, p. 31.23dem.24Devs, Eduardo, op. cit.; Bravo Elizondo, Pedro, op. cit.; Barraza, Hugo: Diciembre 21:15:45 horas, Imprenta Siglo XXI, Iquique, 1995; Artaza Barrios, Pablo et al.: A 90 aos de los sucesos de la Escuela Santa Mara de Iquique, Lom, Santiago, 1998.157Tensiones y disputas en torno a la masacre de Santa Mara de Iquiquememoria, oralidad y verdad. Seremos los hablantes// diremos la ver-dad// verdad que es muerte amarga// de obrero del salar.25La cantidad de muertos en la masacre es uno de los tpicos que an generacontroversiasentrelosinvestigadores.Lascifrasvaranconsi-derablemente.Fueron400?Fueron2000?Oacasofueron3600, cmo coloca Advis en la Cantata Santa Mara de Iquique? La memo-ria colectiva difcilmente opera en base a datos cuantitativos. Para los nortinosquemantuvieronelrecuerdooralmentefuerondemasiados muertos, y con eso debera bastar.26El general Silva Renard inform que el nmero de muertos haba sidode140.ElcnsuldePertambindaesacifra,agregandolade 200 heridos; mientras que el cnsul britnico, habla de 120 muertos y 230 heridos. Por su parte el diarioEl Comercio de Lima, calcul 300 muertoseinnumerablesheridos.NicolsPalaciosindicaba195huel-guistasfallecidosy350heridos.PorsuparteelcorresponsaldeThe EconomistinformaLondres500muertos.27EugenioFigueroa,que era muy joven al ocurrir la masacre y algunos de sus familiares trabaja-ban en las ocinas salitreras, recuerda que () haba como 40 carretas (para cargar los cuerpos). De las 7 de la maana hasta las 6 de la tarde cargando los nados.28 Muchos heridos fallecieron posteriormente en el Hospital de Benecencia. Mario Zolezzi, a travs de sus investiga-ciones asegura que las bajas fueron unas 2000.La nocin de vastedad, de lo incontable, en cierto modo estructu-r la construccin social del recuerdo. Las narraciones orales recogan el dato escalofriante de que la sangre de los muertos haba corrido por lacalleZegershaciaabajo.Asimismosemencionabaqueloscuer-pos acumulados eran trasladados en carretas para luego enterrarlos en una fosa comn que era tapiada con cal, la cual velozmente enrojeca. Zolezzi se aleja de esta imagen que presenta ros de sangre corriendo por las calles, con el simple argumento de que las calles eran de tierra, haciendo imposible que por ellas se deslizara sangre.Sinembargolaletanaquemarcalacifradeasesinadosenla Cantata fue transformndose en un dato incontrastable, sin necesidad desercorroborado.Lapotenciaqueleconereelmarcomusical,la 25Advis, Luis: Cantata Santa Mara de Iquique, op. cit., surco 1.26Guerrero,Bernardo:EsChileunpastanlargo,RevistaPatrimonioCultural, N 47, Santiago de Chile, 2007.27LascifrassontomadasdeZolezzi,Mario:LaTragediadelaEscuelaSantaMara de Iquique, http://www.piensachile.com/content/view/2174/15/ (consulta 12 de junio 2007).28Gonzlez, Sergio: Ofrenda a una masacre, op. cit., p. 284.158 Razn y Revolucin n 24resonancia de esas palabras en la interpretacin de las potentes voces del Quilapayn, instalaron como verdad la cifra de 3.600 muertos.Murieron tres mil seiscientos//uno tras otro.//Tres mil seiscientos//mataron unotrasotro.//LaescuelaSantaMara//viosangreobrera.//Lasangreque conoca//solomiseria.//Serantresmilseiscientos//ensordecidos.//Yfueron tresmilseiscientos//enmudecidos.//LaescuelaSantaMara//fueelextermi-nio//de vida que se mora,// solo alarido.//Tres mil seiscientas miradas//que se apagaron.//Tres mil seiscientos obreros asesinados!!29 Sin embargo Advis no se document para brindar esta cifra ni en labibliografadisponiblenienlosrelatosoralessinoqueprescindi de todo rigor en los nmeros privilegiando en este caso la naturaleza artstica de la obra.()escribeltextobasndomeenunlibroquetenaenmidepartamento llamado Resea histrica de Tarapac (). En este libro haba un captulo completo dedicado a los sucesos de la escuela Santa Mara, el que me sirvi de nica base para la obra. All supe cundo haba comenzado la huelga, el por qu de ella, cundo haban bajado a la ciudad, etc., etc. El resto que no sala en el libro y que est en mi Cantata, lo invent. Por ejemplo, el nmero de muertos (en el libro salan como 400 muertos): hice un clculo muy per-sonal: supuse los obreros que trabajaban en las ms de 90 ocinas, los multi-pliqu por ese nmero, supuse los que haban bajado a Iquique, rest los que no fueron a la Escuela... y as, en medio de adiciones y sustracciones, llegu a una cifra: 3.000 muertos... y para que hubiera en la enunciacin musical ms ritmo, puse 3.600.30Es as como la Cantata funciona como un fuerte dispositivo de la memoria que permite acceder al pasado desde un espacio historiogr-co no convencional, por lo tanto no opera en base a periodizaciones ni a cuanticaciones, como s debe hacerlo la historiografa acadmica. Es por eso que los datos, a pesar de ser recordados, son confusos para lareconstruccindelhistoriador,perotienenunarealecaciapara 29Advis, Luis: Cantata Santa Mara de Iquique, op. cit., surco 15.30CartaenviadaporLuisAdvisaEduardoCarrascoenlacualdetallaenextenso elprocesocreativoquedioorigenalaobramsica.http://www.quilapayun.com/medios/prensa/carta-advis-carrasco-cantata.html (consulta 3/III/2009). El destacado es mo. La obra a la que hace referencia es Resea histrica de Tarapac, de Carlos Alfaro Caldern y Miguel Bustos publicada en Iquique el ao 1935.159Tensiones y disputas en torno a la masacre de Santa Mara de Iquiqueaquellos a quienes interesa mantener y recuperar ese pasado. De esta misma forma se introduce la gura de El Rucio, quin ante el pedido de desalojo de la escuela, se niega desaando al general: El Rucio// obrero ardiente,// responde sin vacilar// con voz valiente:// Usted seor General// no nos entiende.// Seguiremos esperando,// as nos cueste.// Yanosomosanimales,//yanorebaos,//levantaremoslamano,//elpuo enalto.//Vamosadarnuevasfuerzas//connuestroejemplo//yelfuturolo sabr,//seloprometo.//Ysiquiereamenazar//aquestoyyo.//Disprelea este obrero// al corazn.31Esta gura, valiente y emblemtica, fue miticada. A quin haca referenciaAdvis?CuldeloslderesobrerospudohabersidoEl Rucio? Quiso el compositor destacar la gura annima del pampi-no? Los relatos orales sostenan que entre descarga y descarga el diri-gente obrero Luis Olea se habra abierto paso entre sus compaeros y descubrindoseelpechohabragritado:apuntad,general,aquest tambinmisangre.SinembargoAdvisexplicaquelaguradeEl Rucio era absolutamente necesaria para su obra desde lo ccional.En el libro no guraba ningn obrero llamado El Rucio. Este nombre lo obtuve por una conversacin con un locuaz e imaginativo cineasta joven lla-mado Claudio Sapian. () Lo que me invent (seguramente), me sirvi de todas maneras, como elemento opositor del general. () Yo tena que inven-tar una situacin dramtica para crear cierto clmax en la obra.32ConclusionesElisabethJelin33creeposibledeniralamemoriacolectivacomo una reconstruccin del pasado que vincula cierto acontecimiento con deseos,inclinacionesytemoresdelpresente.Aslaconmemoracin (queesunadelasformasqueadquierelamemoriacolectiva)esun espaciotemporalenelcuallasociedadserenepararecordaralgn hechohistricoquetienecomonpreservarelpasadoyalterarloa 31Advis, Luis: Cantata Santa Mara de Iquique, op. cit., surco 14.32Carta enviada por Luis Advis a Eduardo Carrasco. Claudio Sapian realizo un cor-tometraje documental titulado Escuela Santa Mara de Iquique, donde entrevista deunsobrevivientedelamatanza,unviejoobrerosalitreroquealmomentodela entrevista tena 92 aos. 33Jelin, Elisabeth: Los trabajos de la memoria, Espaa-Argentina, Siglo XXI, 2002.160 Razn y Revolucin n 24suvez.Estasnarracionessobreelpasadoinuyensignicativamente sobreeltiempopresentey,enbuenamedida,enriquecenlosvalores identitarioso,porelcontrario,sacudenlosandamiajesdetodauna sociedad. Es as como la Cantata funciona como un fuerte dispositivo de la memoria que logar mantener vivo un acontecimiento que intent ser olvidado. A su vez, esta memoria, que no opera en base a periodiza-ciones ni a cuanticaciones, como s debe hacerlo la historiografa. Es por ello que una serie de datos, a pesar de ser recordados, son confu-sos para la reconstruccin del historiador, pero tienen una real ecacia para aquellos a quienes interesa mantener un recuerdo. LaCantataesunelementoqueotorgavisibilidad,queseinstala en la sociedad. A partir de ese hecho interpela a los historiadores, los somete a crtica y los impulsa a interesarse en el acontecimiento. Pero tambin su formidable circulacin la transforma en voluntad social de recordad.34 Este acto de mirar el pasado () termina siguiendo la lnea externa de la accin cuando, desde ese pasa-do, da la cara hacia el futuro. Es este giro el que, tal vez, hace de la recorda-cin un fantasma temible. Y es en previsin del mismo, quiz, que las pol-ticas de olvido y amnesia pblicas necesitan ser convenientemente erigidas y administradas.35Aslapresentacinpblica,lainterpretacindelaCantataposi-bilit no solo desenterrar ese pasado sino tambin generar una empa-taentreelhechoens,susprotagonistasyelpblicoreceptor.Esto implic,asuvez,laaparicindeunaconcienciaidentitariadelarga duracin que oper tambin como forma de resistencia. Esto es hbil-mente reforzado en la cancin nal que, de la misma forma que en el comienzo de la obra, saca al oyente del tiempo pasado donde transcu-rre la accin para situarlo en el presente: es Chile un pas tan largo, milcosaspuedenpasarsiesquenonospreparamosdispuestospara luchar.36Esta obra tambin abre un surco en la conmemoracin de carcter ocialquetieneobjetivosmuyclarosligadosalorigenyfuncindel estado, ya que permiti resistir al olvido y fue un elemento que posi-bilit reactualizar aquellos acontecimientos, a pesar de datos errneos, mltiplessimplicacionesylainclusindeciertatramaargumental 34Salazar, Gabriel: La historia desde abajo y desde adentro, Santiago, Lom, 2003, p. 251.35 bid.36Advis, Luis, op. cit., surco 18. 161Tensiones y disputas en torno a la masacre de Santa Mara de Iquiqueque sostuviera la tensin dramtica. Es que sin dudas no hay que olvi-dar que es una obra artstica, ms all de su real intencin o de sus pos-teriores resignicaciones.Si se concibe la historia como el estudio de un pasado inerte, que notienerelacinalgunaconelpresente,solopensadacomocuriosi-dad, la construccin social del recuerdo tanto desde lo acadmico como desde el plano social y poltico, no tiene ninguna relevancia. Si, por el contrario, pensamos a la historia como una relacin dialctica y nece-saria entre pasado, presente y, por supuesto tambin, futuro, la Cantata cobraimportanciadesdediversosplanos.Peroesterescatecobrams fuerza ya que su enunciacin forma parte importante de una dimen-sindelfenmenomnemnicoenelcuallossujetosdesarrollanla capacidaddeelaborarunanarracindesucolectivo,materiaquees ampliamente trascendente, ya que se trata de sectores que, han apare-cido en los relatos como sujetos secundarios. En determinados contex-tos,principalmentecuandoelcompromisoideolgicoporunacausa colectiva es tan fuerte, las manifestaciones artsticas alcanzan a consti-tuirse, no solamente en un frente de accin, sino tambin en terreno de especulacinsobrelasespecicidadesdedichamodalidaddeaccin. Este es el caso de la Cantata al rescatar la masacre de Iquique de 1907, que le permite transformarse en el canal de expresin de una mayora olvidada, asumiendo la tarea con compromiso y resignicando la fun-cin social del artista.Recibido: 23/10/2012 - Aceptado: 5/12/2012