03 thomas mun

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1 La riqueza de Inglaterra por el comercio exterior (1664) Thomas Mun Partes I, II y III * Los medios para enriquecer este reino y para incrementar su tesoro Aunque un reino puede ser enriquecido por presentes recibidos o por rentas tomadas de algunas otras naciones, sin embargo, esto es incierto y de pequeña importancia cuando ocurre. Los medios ordinarios, por tanto, para aumentar nuestra riqueza y tesoro son por el comercio exterior, por lo que debemos siempre observar esta regla: vender más anualmente a los extranjeros en valor de lo que consumimos de ellos. Supongamos que cuando este reino está abundantemente abastecido con telas, plomo, quincalla, hierro, pescado y otros productos nativos, exportemos anualmente el excedente a países extranjeros hasta el valor de dos millones doscientas mil libras esterlinas; por este medio estamos en posibilidad de comprar de ultramar y traer mercancías extranjeras para nuestro uso y consumo hasta el valor de dos millones de libras esterlinas. Conservando este orden rígidamente en nuestro comercio, podemos estar seguros de que el reino se enriquecerá anualmente con doscientas mil libras esterlinas, que se nos deben traer en otro tanto de tesoro, porque la parte de nuestro patrimonio que no nos sea devuelta en mercancías debe necesariamente regresar en dinero... Será muy provechoso exportar dinero así como mercancías; pues haciéndose esto en intercambio solamente, aumentará nuestra riqueza; pero acerca de esto escribo más extensamente en el próximo ca- pítulo, a fin de demostrarlo plenamente... La exportación de nuestra moneda en cambio de mercancías es un medio de aumentar nuestra riqueza Esta actitud es tan contraria a la opinión común, que requerirá muchos y poderosos argumentos para probarla antes de que pueda ser aceptada por la multitud que amargamente protesta cuando ve cualquiera cantidad de dinero transportada fuera del reino, afirmando por esa razón que hemos perdido absolutamente esa cantidad de riqueza y que éste es un acto que va directamente en contra de las leyes observadas por mucho tiempo, hechas y confirmadas por la sabiduría de este reino en la alta corte del Parlamento y que muchos países, y aun España misma, que es la fuente del dinero, prohíbe su ex- portación exceptuando solamente algunos casos, a todo lo cual puedo contestar que Venecia, Florencia, Génova, los Países Bajos y otros países lo permiten y su pueblo lo aplaude, encontrando gran beneficio en ello; pero todo esto hace mucho ruido y no demuestra nada, por lo que debemos mencionar las razones que se refieren al asunto a discusión. Primero convendré en lo que ningún hombre juicioso negará: que no tenemos otros medios para conseguir riqueza sino el comercio exterior, pues no tenemos minas que nos la proporcionen, y ya he explicado cómo este dinero se obtiene en el manejo de nuestro dicho comercio, que se hace procurando que nuestros artículos que se exportan anualmente superen en valor al de los artículos extranjeros que consumimos, de suerte que solamente falta demostrar cómo nuestra moneda puede agregarse a nuestras mercancías para que sea exportada junto con ellas y pueda aumentar nuestra * Fuente: Thomas Mun, La riqueza de Inglaterra por el comercio exterior, y Discurso acerca del comercio de Inglaterra con las Indias Occidentales, trad. Samuel Vasconcelos, México, Fondo de Cultura Económica, 1954.

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03 Thomas Mun

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    La riqueza de Inglaterra por el comercio exterior (1664) Thomas Mun Partes I, II y III *

    Los medios para enriquecer este reino y para incrementar su tesoro Aunque un reino puede ser enriquecido por presentes recibidos o por rentas tomadas de algunas otras naciones, sin embargo, esto es incierto y de pequea importancia cuando ocurre. Los medios ordinarios, por tanto, para aumentar nuestra riqueza y tesoro son por el comercio exterior, por lo que debemos siempre observar esta regla: vender ms anualmente a los extranjeros en valor de lo que consumimos de ellos. Supongamos que cuando este reino est abundantemente abastecido con telas, plomo, quincalla, hierro, pescado y otros productos nativos, exportemos anualmente el excedente a pases extranjeros hasta el valor de dos millones doscientas mil libras esterlinas; por este medio estamos en posibilidad de comprar de ultramar y traer mercancas extranjeras para nuestro uso y consumo hasta el valor de dos millones de libras esterlinas. Conservando este orden rgidamente en nuestro comercio, podemos estar seguros de que el reino se enriquecer anualmente con doscientas mil libras esterlinas, que se nos deben traer en otro tanto de tesoro, porque la parte de nuestro patrimonio que no nos sea devuelta en mercancas debe necesariamente regresar en dinero... Ser muy provechoso exportar dinero as como mercancas; pues hacindose esto en intercambio solamente, aumentar nuestra riqueza; pero acerca de esto escribo ms extensamente en el prximo ca-ptulo, a fin de demostrarlo plenamente... La exportacin de nuestra moneda en cambio de mercancas es un medio de aumentar nuestra riqueza Esta actitud es tan contraria a la opinin comn, que requerir muchos y poderosos argumentos para probarla antes de que pueda ser aceptada por la multitud que amargamente protesta cuando ve cualquiera cantidad de dinero transportada fuera del reino, afirmando por esa razn que hemos perdido absolutamente esa cantidad de riqueza y que ste es un acto que va directamente en contra de las leyes observadas por mucho tiempo, hechas y confirmadas por la sabidura de este reino en la alta corte del Parlamento y que muchos pases, y aun Espaa misma, que es la fuente del dinero, prohbe su ex-portacin exceptuando solamente algunos casos, a todo lo cual puedo contestar que Venecia, Florencia, Gnova, los Pases Bajos y otros pases lo permiten y su pueblo lo aplaude, encontrando gran beneficio en ello; pero todo esto hace mucho ruido y no demuestra nada, por lo que debemos mencionar las razones que se refieren al asunto a discusin. Primero convendr en lo que ningn hombre juicioso negar: que no tenemos otros medios para conseguir riqueza sino el comercio exterior, pues no tenemos minas que nos la proporcionen, y ya he explicado cmo este dinero se obtiene en el manejo de nuestro dicho comercio, que se hace procurando que nuestros artculos que se exportan anualmente superen en valor al de los artculos extranjeros que consumimos, de suerte que solamente falta demostrar cmo nuestra moneda puede agregarse a nuestras mercancas para que sea exportada junto con ellas y pueda aumentar nuestra

    * Fuente: Thomas Mun, La riqueza de Inglaterra por el comercio exterior, y Discurso acerca del comercio de Inglaterra con las Indias Occidentales, trad. Samuel Vasconcelos, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1954.

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    riqueza en otro tanto. Ya hemos supuesto que nuestro consumo anual de artculos extranjeros sea por valor de dos millones de libras esterlinas y que nuestras exportaciones lo exceden en doscientas mil libras esterlinas, suma que, por lo tanto, hemos sostenido nos es trada en riqueza para equilibrar nuestras cuentas. Pero si ahora agregamos trescientas mil libras esterlinas ms en efectivo a nuestras anteriores exportaciones de mercancas (algunos se preguntarn), qu provecho obtendremos, aunque por estos medios traigamos en dinero en efectivo ms de lo que traamos antes, viendo que hemos exportado el mismo valor. A esto la contestacin es que cuando hemos preparado nuestras exportaciones de mercancas y hemos dado salida a otro tanto de cada cosa como podamos disponer o vender en el extranjero, no se afirma, como consecuencia, que entonces debamos agregar nuestro dinero para que entre ms inmediatamente, sino ms bien que primero debemos aumentar nuestro comercio permitindonos traer ms artculos extranjeros, los cuales siendo exportados nuevamente traern, su tiempo, utt gran aumento de nuestra riqueza. Pues aunque d est manera efectivamente multipliquemos cada ao nuestras importaciones para el sostenimiento de ms navos y marineros y para el mejoramiento d los derechos aduanales de Su Majestad y otros beneficios, sin embargo, nuestro consumo de estos artculos extranjeros no es mayor de lo que era antes, de tal manera que dicho incremento de mercancas importadas por medio de nuestro dinero efectivo remitido al exterior, como se asienta antes, a fin de cuentas viene a ser una exportacin a nuestro favor, de mucho mayor valor del que tena nuestro dinero...; si las naciones que exportan dinero lo hacen porque tienen solamente pocos artculos propios, cmo llegan entonces a tener tanta riqueza como se ve en esos lugares que permiten libremente su exportacin en todo tiempo y por cualquiera? A lo que contesto: tambin por traficar con su dinero, pues, por qu otros medios pueden obtenerlo si no tienen minas de oro o de plata? As vemos claramente que cuando este importante asunto es debidamente meditado en los fines que persigue, como deben ser bien pensadas todas las acciones humanas, se llega a resultados comple-tamente opuestos a lo que la mayora de la gente cree acerca de l, porque no investigan ms all del comienzo de la obra, lo que informa equivocadamente su criterio y los conduce a errores. As, si contemplamos los actos de un labrador en la siembra, cuando arroja el grano abundante y bueno en la tierra, lo tomamos ms bien por un loco que por un labrador, pero cuando pensamos en su tarea en la poca de la cosecha, que es el final de Sus esfuerzos, descubrimos el mrito y pinge producto de sus actos.

    Conclusiones acerca de todo lo que se ha dicho concerniente a la exportacin o importacin de riquezas El resumen de todo lo que se ha dicho con relacin al enriquecimiento del reino y al aumento del tesoro por el comercio con el extranjero es, brevemente, el siguiente. Es una norma verdadera de nuestro comercio exterior que en aquellos lugares en donde nuestras mercancas exportadas son superadas en valor por mercancas extranjeras tradas a este reino, all nuestro dinero est devaluado en el cambio, y eri donde lo contrario de esto sucede, all nuestro dinero es sobreestimado. Pero que sea el cambio de los comerciantes a tipo alto o bajo, o a par pro par, o abatido completamente; que los prncipes extranjeros encarezcan sus monedas o bajen su ley y que su majestad haga lo mismo o que las conserve invariablemente como ahora permanecen; que las monedas extranjeras circulen aqu en todos los pagos a

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    precios ms altos de lo que valen en la casa de moneda; que la ordenanza de empleos para extranjeros est en vigor o sea derogada; que el simple cambista abuse; que los prncipes opriman, que los abogados extorsionen, que los usureros expriman, que los derrochadores desperdicien y por ltimo, que los comerciantes exporten todo el dinero que tengan oportunidad de emplear en el trueque, todas estas acciones, sin embargo, no pueden producir otros resultados en d curso del comercio del que se ha referido en esta disertacin, pues solamente ser trada o lle-wda fuera de la repblica tanta riqueza como el comercio extranjero-supere o sea inferior en valor en la balanza. Y esto debe suceder por una necesidad ms fuerte que todo lo que se oponga, de tal manera que cualesquiera otras operaciones (que no tiendan a este fin), aunque pueda aparecer que compelen al dinero a entrar al reino por algn tiempo, sin embargo (el ltimo trmino), no slo son estriles sino tambin perjudiciales; son como las corrientes violentas que destruyen las riberas y de pronto se secan de nuevo por falta de agua. Considerad, pues, la verdadera forma y valor del comercio exterior, el cual es: la gran renta del rey, la honra del reino, la noble profesin del comerciante, la escuela de nuestros oficios, la satisfaccin de nuestras necesidades, el empleo de nuestros pobres, el mejoramiento de nuestras tierras, la manutencin de nuestros marineros, las murallas de los reinos, los recursos de nuestro tesoro, el nervio de nuestras- guerras, el terror de nuestros enemigos. Por todas estas grandes y poderosas razones muchos estados bien gobernados fomentan grandemente esta profesin y cuidadosamente estimulan esta actividad, no solamente con una poltica que la aumente, sino tambin con poder para protegerla de daos externos, pues saben que entre las razones de estado es la principal el mantener y defender aquello que los sostiene a ellos y a sus haciendas.