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Comida y hbitos alimenticios (14^',

Comida y hbitos alimenticios (14^',ofrecen las escuelas en el Reino Unido pueden ser clasificados como txicos. Como una consecuencia de las acciones directas de Jamie Olivers, el gobierno britnico implemento medidas para la alza de los estndares nutricionales en la comida que sesirve en las escuelas.La promocin de los alimentos dirigida a ios niosUna influencia primaria en el ambiente txico es la promocin de los alimentos. La Food Standars Agency (2003) public una revisin sistemtica centrada en cmo los alimentos se promueven para el mercado infantil y los posibles vnculos con ios patrones alimenticios de los nios. Esta revisin examin cmo los nios responden ante las campaas promocionales de la comida y, en particular, si esto influa en sus preferencias alimenticias; y, si esto suceda , el grado de tal influencia. El reporte concluy que los anuncios para nios tienen un efecto en sus preferencias, compra y consumo de alimentos; y los efectos ocurren no slo para las marcas, sino tambin para los tipos de comida. Para este reporte, inicialmente se asentaron 29 mil 946 piezas de investigacin potencialmente relevantes. Siguiendo la relevancia y la calidad, 118 documentos de investigacin describieron un total de 101 estudios que pasaron un criterio metodolgico.Esta revisin report que la promocin de la comida para nios es dominante en los anuncios de televisin del tan llamado "gran cuatro: desayuno basado en cereales previamente endulzados, bebidas refrescantes, dulces y bocadillos, fundamentalmente comida chatarra. Sin embargo, recientemente los anuncios para los restaurantes de comida rpida han ido en aumento, as que ahora tenemos el gran cinco. Esta dieta se promueve en trminos de diversin, fantasa y gusto, ms que en salud y nutricin.La revisin encontr un vnculo entre el promedio del tiempo para ver televisin y la dieta, la obesidad y los niveles de colesterol. Sin embargo, no pudo ser determinado si los anuncios por s mismos, la naturaleza sedentaria (ver televisin comiendo frituras) son causantes de este problema.Haciendo un resumen, los investigadores encontraron que:* Hay muchos anuncios publicitarios de comida dirigidos a los niosLa dieta que se anuncia es menos saludable que una dieta recomendable Los nios disfrutan y se enganchan con los anuncios de comida Los anuncios de comida estn teniendo un efecto, particularmente en las preferencias de los nios, en la compra, el comportamiento y el consumo del mercado infantilEste efecto es independiente de otros factores que operan sobre las marcas y los niveles categricosEstos hallazgos confirman lo que se ha sospechado por algn tiempo. Los estudios

1 #> Psicologa de la salud

1 #> Psicologa de la saludaumentan el entendimiento en cmo las decisiones de los nios y los hbitos alimenticios estn siendo moldeados por grandes intereses. Es necesario poner un lmite y freno a las organizaciones comerciales, para ver mejoras en los hbitos alimenticios de los jvenes. [Para una futura discusin de la aproximacin ecolgica al problema de la obesidad, vase Egger y Swinburn (1997), artculo 12 en Marks (2002a)].ESTUDIOS SOBRE LA DIETA Y LA SALUD Grasa y fibraLa epidemiologa ha contribuido con un largo nmero de estudios sobre la influencia de los efectos de la dieta en la mortandad. Dol y Pelo (1981) concluyeron que aproximadamente 35% de las muertes por cncer puede atribursele a la dieta, dejando 30% de responsabilidad al tabaco. Los primeros estudios ecolgicos encontraron que el promedio de grasa animal ingerida en gramos por da era fuertemente asociada a la edad ajustada en las tasas de mortandad. Sin embargo, los estudios ecolgicos se confunden en variables numerosas que no tienen relaciones tericas con la mortandad (p. ej. Gross National Product [GNP]); y an tienen como fuerte una correlacin como promedio de grasa ingerida diariamente. Recientemente, se han hecho estudios prospectivos, revisiones sistemticas y metaanlisis. EditoriarEl Ttanua moderno Fotocopiar sin autorizacin es un delito.Un enfoque principal para la investigacin epidemiolgica se ha centrado en la grasa consumida diariamente as como la fibra encontrada en carne, cereales, frutas y vegetales. Los alimentos de origen animal son altos en grasa, pero no contienen fibra. La fruta y los vegetales contienen grandes cantidades de fibra, pero no grasa. Una aproximacin para estudiar el impacto de las cantidades contrastantes de grasa y fibra en la dieta se ha logrado gracias a la comparacin entre la tasa de mortandad y enfermedad en consumidores de carne y no consumidores de este mismo alimento. Aunque el consumo de la carne incrementa el riesgo de cncer de recto, de mama, y de prstata; hasta hace poco la informacin sobre la reduccin en la enfermedad y mortandad entre los vegetarianos no ha sido concluyente.Key et al, (1988) compararon la tasa de mortandad de personas vegetarianas y no vegetarianas, entre 76 mil hombres y mujeres, quienes haban participado en cinco estudios prospectivos. Este metaanlisis examin la informacin completa en los estudios prospectivos en pases occidentales, en el periodo de 1960 a 1981. Los estudios originales fueron hechos en California (2), en Gran Bretaa (2) y en Alemania (1); en stos se provey de informacin relativa a los participantes, cuyo rango de edad se encontraba entre los 16 a 89 aos, y de quienes tambin se conoca su estatus en cuanto a dieta y hbitos de fumar. El resultado se ajust por edad, sexo y fumadores. Los vegetarianos se definieron como quienes no coman ni carne roja ni blanca (n= 27 mil 808). Se supervis a los participantes por un promedio de 10.6 aos, cuando ocurrieron 8 mil 330 muertes. Los resultados mostraron que los vegetarianos incluan en su grupo una proporcin menor de individuos fumadores, y bebedores de alcohol, as como una proporcin ms alta en gente que haca ejercicio y con un ndice de masa corporal (BMI, por sus siglas en ingls) ms bajo.En los cinco estudios realizados, la tasa de mortandad por infartos o enfermedades del corazn para los vegetarianos versus los no vegetarianos fue de 0.76 (95% CI 0.062-0,94), Todas las causas de mortalidad fueron de 0.95 (95% CI 0.82-1.11). La reduccin de mortandad entre los vegetarianos vari significativamente en cuanto a la edad cuando murieron, las edades ms jvenes al momento de la muerte fueron asociadas con una tasa ms baja: 0.55 para muertes por debajo de los 65 aos; 0.69 para muertes entre los 65 y 79 aos; y, finalmente, 0.92 para muertes entre 80 y 89 aos. Cuando el grupo de no vegetarianos fue subdividido en personas que regularmente coman carne y semivegetarianos, es decir, personas quienes slo coman pescado, o bien coman menos carne de lo normal (en un promedio de menos de una vez por semana), hubo evidencia de un efecto significativo. La tasa de muerte por cardiopata isqumica se present en las personas que consuman carne en un 0.78; mientras que en los vegetarianos y semivegetarianos tan slo en un 0.66.Estos datos sugieren que los vegetarianos tienen un riesgo ms bajo de morir por cardiopata isqumica, en comparacin con los no vegetarianos. Como cualquier estudio epidemiolgico, este estudio no pudo controlar todos los factores relevantes y no pudo ser sujeto a confusiones. Por ejemplo, los vegetarianos pueden diferir de los carnvoros en muchos aspectos que no pueden ser controlados, y este es el caso de los niveles de ejercicio, el uso de drogas, las creencias religiosas y los valores en cuanto a salud.Otros estudios han encontrado una asociacin entre la dieta y el cncer. Block et al. (1992) revisaron el papel de las frutas y las verduras en la prevencin del cncer y concluyeron que 132 de 170 estudios indicaron un efecto significativo de prevencin para cualquier tipo de cncer, incluyendo el cncer de prstata.Ness y Powles (1997) revisaron los estudios de tipo ecolgico, de control de caso, de conjunto y pruebas precisas, en cuanto al consumo de frutas y vegetales en los humanos y las enfermedades de tipo cardiovascular, en el periodo que va de 1966 a 1995. Todos los estudios en esta revisin se enfocaron en la fruta y vegetales frescos o en un nutriente que pudiera servir como equivalente. Muchos de estos estudios encontraron una asociacin significante entre la proteccin contra las enfermedades de la arteria coronaria y el consumo de frutas y vegetales o nutrientes sustitutos. El efectovprotector pareci an ms fuerte en el caso de infarto versus la enfermedad de arteria coronaria.Cummings y Bingham (1998) seal: lo que es remarcable acerca de la historia del binomio cncer/dieta es la consistencia con la cual ciertos alimentos se presentan como|importantes en la reduccin del riesgo de contraer distintos tipos de cncer. Estos tericos concluyeron que los vegetales y las frutas fungan como factores de proteccinrpara casi la mayora de tipos de cncer. El consumo de carne, especialmente de carne roja y carne procesada, se encuentra vinculado con el cncer de intestino, de seno, de|prstata y pncreas.La salfLa sal (cloruro de sodio) ha sido por largo tiempo asociado con la hipertensin. Los es-Itudios ecolgicos sugieren que las poblaciones con un consumo bajo de sal, como losfhombres de los arbustos de Kalahari, tienen menos incidencia a la hipertensin, enjcomparacin con sociedades como las del Reino Unido, o bien la de EUA; donde el con- sumo de sal y la incidencia de la hipertensin son altos (Webb, 1995). Sin embargo, hayvariables confusas en estos estudios de corte ecolgico que pueden explicar la siguiente asociacin: nivel alto de actividad fsica, nivel bajo de obesidad, nivel bajo de consumo de alcohol y tabaco y el consumo alto de potasio en aquellos grupos con dietas bajas en sal.En un estudio controlado, Law et al., (1991) correlacionaron la presin sangunea y el consumo de la sal en 24 poblaciones, y encontraron una relacin altamente significativa con el incremento con la edad. Las poblaciones con un nivel de consumo bajo en sal generalmente muestran una menor presin sangunea y menos riesgo de aumentar la misma con la edad. Mucha de la sal en las dietas occidentales, quiz 80%, proviene de alimentos procesados. Hay necesidad de reducir el contenido en sal en este tipo de alimentos, y se requiere de una regulacin para la industria de la comida.AzcarEl azcar o sacarosa apareci en Occidente en el siglo XVII! (Mintz, 1997). El azcar es un disacrido compuesto de una unidad de glucosa y una de fructuosa, la cual se encuentra en las frutas y vegetales, particularmente la caa y remolacha de azcar, de las cuales es extrada y purificada para hacer azcar blanca, azcar morena, melaza y jarabe. El azcar es usado como endulzante y conservador por los procesadores de alimentos. Se ha vinculado fuertemente al desarrollo de la obesidad, la diabetes en la gente madura y las picaduras de los dientes (caries dentales). Las tasas de obesidad crecientes pueden atribursele al predominio en nuestra dieta de caloras vacas provenientes del azcar, mismas que no contienen ningn valor nutricional.La cafenaLa cafena es la droga ms popular en el planeta, ya que ms de 80% de los habitantes de la tierra la consumen diariamente (James, 1997). Se consume en el caf, en el t, en el chocolate para beber, en las bebidas que contienen cocoa, o bien en las bebidas de cola; dando un efecto de desliz psicoactivo en la agitacin del humor. El caf ha alcanzado un estatus simblico como una bebida extica y recreacional. El consumo vara segn los pases; no obstante hay cuatro naciones que conforman los consumidores ms altos en caf: Reino Unido, Suecia, Canad y EUA, con un promedio de 444 mil 425 millones 283 mil 211 mg (Gilbert, 1984).

Comida y hbitos alimenticios# ,

#Psicologa de la salud

Comida y hbitos alimenticios #Debido a su vasta difusin, incluso el incremento ms pequeo en riesgos relativos a enfermedades del corazn y cncer pueden tener efectos absolutamente significantes. James (1997) revisa la informacin de cientos de estudios concernientes a la cafena y sus efectos farmacolgicos as como epidemiolgicos. Este autor sugiere que el consumo de la cafena puede tomarse como culpable de 9 a 14% de los casos de isquemia o enfermedad de la arteria coronaria; de 17 a 42% en el caso de paro cardiaco y, en algunos casos, culpable tambin en problemas de reproduccin, cuando se consume en el embarazo. Sin embrago, todos estos estudios requieren de una futura investigacin.ASPECTOS PSICOLGICOS, SOCIALES Y CULTURALES DE LA COMIDA Y EL COMERmJt*\9mCondicionamiento y primeras aproximaciones^Siguiendo los estudios de Pavlov (1927)sobre los reflejoscondicionados,elaprendizaje yel acondicionamiento se volvieron el foco de atencin principal en las investigaciones sobre el rechazo y preferencia en los alimentos. Aunque la experiencia generalmente ^determina la eleccin de los alimentos, los sabores dulces y posiblemente las grasas soninnatamente atractivos; mientras que los sabores amargos son de la misma manera evitados. Capaldi (1996) sugiere que las preferencias en la comida se modifican de cuatro ^maneras:*1.La mera exposicin.^2. El aprendizaje de sabor en sabor:los saboressonrepetidamenteasociadosaunm%**sabor ya preferente, como la sacarina. Un endulzante produce un vnculo en casi tooslos otros alimentos con los cuales est mezclado.3. El aprendizaje del sabor/nutriente: los sabores son repetidamente asociados 'con nutrientes y de esta manera una protena se vuelve la preferida.4. El aprendizaje de la aversin por un sabor: esto ocurre cuando a un nuevo sabor (el$|estmulo condicionado o EC) le sigue un estmulo desagradable (el estmulo incon-dicionado o EIC) que produce efectos intestinales no deseados o el vmito (la respuesta no condicionada) (Garca et al, 1996). Este tipo de aprendizaje es adoptado por ^los animales que necesitan aprender rpidamente a diferenciar entre alimentostxicos y positivos. Sin embrago, el sabor y la aversin a ciertos alimentos es tambin comn en los humanos; por ejemplo, esto sucede con tipos especficos de alco- |hol (ginebra o whisky) que dan como resul tado nusea causada por el sobre consumode cierta bebida, en la primera vez.^El sabor de los alimentos es reconocido por los sentidos del gusto, del olfato y lairritacin qumica. El feto recibe sus primeros nutrientes a travs del fluido amni- %tico lo cual es una carrera potencial de sabor y olor (Menellay Beauchamp, 1996).ImAl final de la gestacin, el feto humano ha digerido grandes cantidades de fluido amnitico (200-760 mi diariamente); ingiriendo tambin con ello glucosa, fructuosa, cido lctico, cido pirvico, cido ctrico, cidos grasos, fosfolpidos, creatinina, urea, cido rico, aminocidos, protenas y sales (Mennella y Beauchamp, 1996). El fluido amnitico y la leche de la madre son otorgados por la dieta materna que es lj|nica y tienen perfiles aromticos similares que proveen unaamenaza a la contia)nuidad qumica entre los nichos prenatales y postnatales (Schaal y Orgeur, 1992). Los estudios sobre la digestin fetal y el acto de mamar en los pequeos infantes |incluso sugieren que es evidente una preferencia por los sabores dulces antes del4nacimiento (Tatzer et al, 1985). Esta evidencia sugiere que las preferencias por el sabor y el olor son influidas desde los primeros momentos de nuestra vida. De gthecho, los sucesos ms tempranos y los ms emocionales ennuestra existencia seligan con comer y con beber y, como seala Rozin, tomar y dar alimento son dosl

#Psicologa de la salud

Comida y hbitos alimenticios# ,

Comida y hbitos alimenticios# ,mactos, desde un principio, que pueden calificarse como exquisitamente sociales.(Rozin, 1996:235).j,ICultura y cocinaLos hbitos alimenticios culturalmente compartidos proveen un sentido de pertenencia; son una afirmacin de la identidad cultural y social, mantenida con orgullo y no propensa a la alteracin. Las preferencias por la comida y los hbitos alimenticios se adquieren en el contexto de las dinmicas familiares, los valores morales, la cultura y la cocina. La cultura es el mayor determinante de lo que comemos y cundo, as tambin aunque menor grado, cunto comemos. Los hbitos alimenticios y las preferencias estn entre las caractersticas que menos se pueden perder, cuando los individuos ingresan a otra cultura. Rozin sugiere que los factores socioculturales son tan importantes H en determinar las elecciones de comida, que si usted hiciera tan slo una pregunta, sta serta de qu cultura proviene o bien de qu grupo tnico? (Rozin, 1996: 235). Una segunda pregunta til sera cul es su religin?La cultura es la suma total de un comportamiento aprendido grupalmente y de tradiciones preservadas; en especial aquellas concernientes a los hbitos alimenticios: la cultura es aprendida. Los hbitos referentes a lo que comemos se adquieren durante los i primeros aos de nuestra vida y, una vez establecidos, son difcilmente sustituidos y quiz duren por mucho tiempo. He aqu la importancia de desarrollar prcticas nutricio- nales en la infancia como la base de una larga vida de alimentacin saludable (Field- house: 1996: 3). Las influencias morales concernientes al poder y al control son tambin caractersticas claves en las practicas alimenticias de las familias. Mintz (1997), por ejemplo, seala: en todas las sociedades el acto de comer puede estar encumbrado con tonos morales, como lo puede estar tambin el acto de no comer, cuando otros lo estn j haciendo... redefinir la ingestin como un campo para la actuacin moral de nuestros 1 principios es un objetivo distintivamente humano (1997: 173), Editorial E! Ftlanuai /Iloderno Fotocopiar sin autorizacii= Los hbitos de comer y beber son centrales para la socializacin que ocurre durante s la infancia en la familia y son influidos principalmente por las madres. La familia inmediata es la influencia dominante en el nio, estableciendo prcticas culturales y culinarias, as como preferencias y reglas sobre que se pueden comer diferentes alimentos en combinacin o en determinadas horas.Estudios recientes han explorado el papel de las dinmicas familiares y las influencias por parte de los padres, en las elecciones de comida de los adolescentes. Esta informacin sugiere que las preferencias alimenticias establecidas en la mitad de la adolescencia tienden a continuar de manera recurrente en la vida adulta (Kelder et al.,i1994). De inters particular es el establecimiento de las preferencias por la comida1chatarra, los bocadillos, los alimentos dulces, la fruta y los vegetales. Boureaudhuijj(1997) investig el establecimiento de las reglas familiares en cuanto a comida durante la infancia y su impacto en la eleccin alimenticia y el consumo en los adolescentes. Se encontr que ios adolescentes y adultos jvenes situados entre los 12 y 22 aos, reportaron ms permisiones en sus familias a la edad de 10 aos: coman ms alimentos grasos y dulces y en mayor medida bocadillos o alimentos chatarra.As mismo, ellos reportaron un mayor ndice de elecciones alimenticias no saludables en sus familias.En las sociedades industrializadas, han ocurrido variaciones en las estructuras familiares, y esto es resultado de ciertos cambios sociales y el advenimiento de nuevos patrones de trabajo. Estos cambios han trado ms variacin en los patrones tradicionales de la costumbre de comer en familia. Sin embargo, las estructuras del acto de comer parecen estar apegadas a una inflexibilidad; mientras que el alcance de innovaciones puede ser ms limitado que los deseos de una educacin de la salud nutricional (Douglas y Nicod, 1974).Un papel significativo entre esta cultura estable y las influencias familiares lo juega la cocina; el estilo de preparar los alimentos con ingredientes particulares, sabores y modos de preparacin determinados, as como reglas acerca del orden y combinacin de los elementos (Rozin, 1982). Estos principios culinarios tienden a poseer un grado cultural especfico. La cocina est basada nacional o. regionalmente; como sucede con los diferentes tipos de cocina; francesa, italiana, india, japonesa o china; aunque la categora necesite estar subdividida en grupos culinarios ms especficos, por ejemplo la comida cantonesa, la bretona, etc. El tipo de cocina define las reglas escritas u orales concernientes sobre cmo las fuentes de alimento son recolectadas, sacrificadas, preparadas y combinadas en las cenas. Fieldhouse concluye: Nuestra falta de voluntad para aceptar cualquier tipo de comida traiciona la nocin de que la comida nicamente es un medio de alimento para el cuerpo. La comida tambin alimenta el corazn, la mente y el espritu (1996: 76).Estigmatizacin y la industria de la dietaAntes del siglo XX, en EUA y en Europa, la corpulencia era un signo de estatus, salud y felicidad. Este valor positivo dado a la obesidad existe hoy en da en un nmero considerable de culturas (p. ej., Polinesia) y en regiones donde las fuentes de alimentos son escasas (p. ej., en el Sahara del sur, frica). Por razones complejas, en las sociedades occidentales contemporneas la delgadez es percibida como el ideal de belleza y salud. Esta tendencia ha estigmatizado a la gente quien sufre de sobrepeso o quienes son obesos, especialmente a las mujeres (Price y Pecjak, 2003); estos mismos autores afirman:Por lo menos en EUA, la obesidad es el ltimo estigma contra el cual es deseable discriminar; ya que la discriminacin ocurre en una amplia variedad de contextos, resultando en sufrimiento fsico y emocional. Los individuos obesos son discriminados en la bsqueda de empleo, en el intento por rentar y comprar bienes races, en la cobertura de seguros, en la educacin, en la seleccin del jurado en un juicio, en los procesos de adopcin y en el cuidado de la salud y sus instituciones, por slo mencionar algunos casos (2003:18).En EUA la obesidad ha sido declarada una discapacidad entre los estadounidenses. De acuerdo con Price y Pecjak, las mujeres son ms afectadas por este estigma, ya que a ellas se les juzga ms sobre las bases de la apariencia, en comparacin con los hombres.*sComida y hbitos alimenticios 143IQuiz no sea sorprendente que las mujeres obesas y con sobrepeso tiendan a some- ^terse en mayor medida a dietas, en comparacin con los hombres. Esto se da a pesar del hecho de que la gente obesa generalmente tiene poco xito en una prdida de peso permanente. Las consecuencias de estos sometimientos a dietas rigurosas son usualmen-^te negativas. Quien hace dietas tiene mayor probabilidad de volver a reincidir en ciertos hbitos alimenticios dainos, cuando siente ansiedad (Heatherton et ai, 1991) y presentan, asimismo, ms cuadros de desrdenes alimenticios. En la mayor parte de losffPcasos de anorexia nerviosa y bulimia del mismo tipo, el paciente ha hecho dietas con anterioridad al desorden (Price y Pecjak, 2003).El estereotipo cultural de la delgadez como belleza es casi, ciertamente, temporal.PPPPNo obstante, cuando se sustituya difcilmente los desrdenes alimenticios mejorarn.INTERVENCIONES Estudios de pequea escala y nivel individualUna gran variedad de intervenciones se han tratado en el nivel individual de influencia.PLa calidad de la investigacin usada para evaluar las intervenciones es variable, aunque en el mayor de los casos, pobres. Las revisiones sistemticas recientes sobre la efectividad de estos estudios en breve se resumirn para ilustrar la situacin cercana a la cri-l!sis que existe en el combate contra el problema de la obesidad.Campbell et al. (2002) revisaron sistemticamente las investigaciones para prevenir la obesidad en los nios. El objetivo era apuntar la efectividad de la promocin educativa f en el campo de la salud y las intervenciones psicolgicas o de orientacin enfocadas en la dieta, la actividad fsica y el estilo de vida, mismas que apoyaban lo que era diseado para prevenir la obesidad en los infantes. Se incluyeron controles piloto al azar y contro-g Editorial Ei TSanuai moderno Fotocopiar sin autorizacin es un delito.les pilotos seleccionados, donde las observaciones fueron tomadas en un mnimo de tres meses. El intervalo preferido de 12 meses produjo slo siete estudios aceptables. En el transcurso de tres meses ms, slo 10 estudios fueron incluidos. Los siete estudios acep-%tados (los cuales consistan en una observacin hecha durante 12 meses) fueron llevados al cabo en el periodo de 1986-2001.PLos resultados no fueron significativos del todo. Sin embargo, un estudio de largo plazo y dos de corto se enfocaron en la reduccin de peso, resultando de la actividad fsica.Una segunda revisin sistemtica evalu las intervenciones para tratar la obesidad1en los nios (Summerbell et al., 2004). Se estudiaron 18 pruebas controladas al azar^con 975 participantes, las cuales usaban como mnimo un periodo de seis meses de seguimiento. Cinco estudios con 245 participantes investigaron los cambios en la acti-1vidad fsica y el comportamiento sedentario; dos estudios con 107 participantes compa-^raron el binomio problema/solucin con cuidados usuales o terapia conductual. Nueve estudios con 399 participantes compararon la teora conductual en sus diferentes va- riantes y grados de contexto familiar y no tratamiento o cuidados usuales. Finalmentegdos estudios con 224 participantes se enfocaron en la relajacin.Los autores sealaron que la mayor parte de la informacin lanzada por los estu-|dios eran muy poca para tener un poder de deteccin de los efectos del tratamiento.^Estos estudios, dicen los especialistas, eran incapaces de dar paso al metaanlisis, pues pocos de ellos incluan las mismas comparaciones y resultados. Es as que una narrativa de sntesis slo fue usada y no pudo dar conclusiones que pudieran ser hechas de manera confidencial.Una tercera revisin sistemtica lanz la evidencia sobre el consejo a cerca de las dietas para reducir grasa en los problemas de obesidad (Pirozzo et al, 2004). Doce estudios controlados con periodos variantes de seguimiento fueron seleccionados: cuatro con seis meses de seguimiento; cinco con 12 meses, tres con 18 meses. No hubo diferencias significativas en ninguno de estos tres periodos. Los autores concluyeron que las dietas bajas en grasa no son menos que las dietas basadas en bajas caloras en lo relativo a la prdida de peso.Aproximaciones de larga escala y de alto nivel:guas para una futura promocin de la prctica de a saludLos bajos resultados obtenidos con una escala pequea individual sugieren la necesidad de una escala ms larga y aproximaciones de niveles ms altos. Esto incluira la legislacin en la promocin del control en alimentos pocos saludables y la educacin de la salud para mejorar la informacin dada a los consumidores. Las dietas son influidas por una industria multinacional de alimentos que est continuamente tratando de incrementar la demanda y las ventas. Las tcticas de la industria de los alimentos son similares a las usadas por la industria del tabaco -es decir, proporcionar desinformacin, publicacin de supuestos efectos contraproducentes y el hecho de esconder informacin negativa- Chopra y Darnton-tlill (2004) sugieren que las tcticas usadas en el control del tabaco tienen relevancia para la lucha en contra de dietas no saludables, ya que la experiencia de usar cdigos voluntarios de conducta con la industria de la comida no ha funcionado. Estos autores sugieren que se deben considerar los estndares internacionales en el mercadeo de los productos comestibles poco saludables, las restricciones de sus anuncios y su disponibilidad en las escuelas, as como el precio potencial de estos productos y los impuestos que deben cubrir.Como hemos visto, la dieta occidental se asocia con enfermedades cardiovasculares, el cncer, la diabetes, osteoporosis y enfermedades dentales. Entre las seis principales causas de muerte en las sociedades occidentales (cuadro 1-1) al menos cuatro de ellas se asocian directamente con los factores nutridona'les o con el consumo excesivo de alcohol. Bajo esta luz, muchos comits de expertos nacionales e internacionales han recomendado estndares para la dieta, dando como resultado algunas campaas en pro de la promocin de la salud. Los debates pblicos acerca de la comida y comer se han nutrido de los hallazgos cientficos, los cuales no siempre han sido fciles de interpretar; resultando en miedo a cierto tipo de alimentos, desconfianza hacia las autoridades entre otras reacciones negativas. Sin embargo, antes de hacer intervenciones y polticas basadas en estudios epidemiolgicos, es necesario considerar aspectos psicolgicos, sociales y culturales en el tema.

I 42 Psicologa de la salud

1 44 Psicologa de la saludstos pueden crear obstculos mayores y oportunidades para mejorar la dieta que es generalmente muy conocida. Un tema popular para las campaas de la educacin de la salud en la ltima parte del siglo XX fue la llamada hiptesis para la dieta delDieta y estilo de vida occidental(p. ej., una dieta alta en grasas y particularmente ingerir grasa saturada)YReduccin en la densidad de la poprotena (LDL) - sntesis de receptorAlzar el plasma de la LDL - concentracin del colesteroli