019 leche o vianda que estamos tomando
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019.- Leche o vianda ¿qué estas tomando?
“Os dí a beber leche y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,
porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y
disensiones, ¿no sois carnales y andáis como hombres?” 1 Cor. 3:2,3
Pablo no podía hablar a los conversos de origen judío tan claramente como deseaba acerca
del misterio de la piedad. Debido a la debilidad espiritual de ellos, a su falta de percepción,
no podía expresar la verdad que, si pudiesen haber escuchado correctamente, con una
comprensión inteligente habría sido para ellos un sabor de vida para vida.
La falta no estaba en su instructor, sino en ellos mismos. Eran tardos de entendimiento. Se
les habían dado abundantes ventajas. Podrían haber crecido en el entendimiento acerca de
Cristo, su obra, su poder para salvar hasta lo sumo a todos los que se allegan a él. Pero no
habían avanzado ni se habían elevado aprovechando su oportunidad para aprender más y
más del Salvador. Su memoria era débil porque no habían recibido por fe las verdades que
se les habían impartido. No podían retener en sus mentes las verdades esenciales para tener
éxito en la edificación del carácter.
El apóstol les llama la atención a su falta en este respecto, que había llegado a ser su
debilidad espiritual. Su concepto erróneo les daba una noción confusa del poder de Cristo
para hacer de su pueblo una alabanza en la tierra (RH 16-6-1903).
Enanos espirituales.-
Pablo anhelaba hablar a las iglesias de Corinto de cosas espirituales; pero, para su dolor, la
encontraba muy débil. Los miembros de iglesia ni siquiera podían soportar oír la verdad
acerca de ellos mismos. “Os dí a beber leche y no vianda; porque aún no erais capaces, ni
sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos,
contiendas y disensiones, ¿no sois carnales y andáis como hombres?” 1 Cor. 3:2,3 El
crecimiento espiritual de esa gente estaba tan empequeñecido, que un claro "Así dice
Jehová" era una ofensa para ellos. Pablo sabía que al darles la verdad sería catalogado
como acusador y criticón (MS 749, 1899).
Viviendo en un nivel bajo.-
Aquellos a quienes se dirigen estas palabras no se habían estado alimentando de Cristo, y
por lo tanto no habían avanzado en el conocimiento espiritual. Pablo dijo: "Os di a beber
leche -las verdades más elementales, más sencillas, adecuadas para los nuevos conversos a
la fe-, y no vianda", el alimento espiritual sólido y nutritivo, adecuado para los que han
progresado en un conocimiento de las cosas divinas. Vivían en un nivel bajo, permanecían
en las verdades superficiales que no demandan reflexión ni escudriñamiento profundo (MS
70, 190l).
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Transformados por el estudio de Su Palabra
“Desead como niños recién nacidos, la leche espiritual, no adulterada, para que por ella
crezcáis para salvación”. 1 Pedro 2: 2.
Ningún hombre, mujer o joven, podrá lograr la perfección cristiana si descuida el estudio de
la Palabra de Dios. Al estudiar cuidadosa y atentamente su Palabra, obedeceremos la orden
de Cristo: “Escudriñad las Escrituras...” El estudio capacita al que lo efectúa a observar
atentamente el Modelo divino, pues ellas testifican de Cristo. El Modelo debe ser
examinado a menudo y con toda atención a fin de imitarlo. A medida que uno llega a
dominar la historia del Redentor, descubre en sí mismo defectos de carácter; su falta de
semejanza a Cristo es tan grande que ve que no puede ser un seguidor de él sin efectuar un
gran cambio en su vida. Continúa estudiando, con un deseo de ser igual a su gran
Ejemplo... observando se transforma."-COES 17.
"Todas las filosofías de la naturaleza humana han venido a parar en confusión y vergüenza,
siempre que Dios ha dejado de ser reconocido como todo en todo. Pero la preciosa fe
inspirada de Dios comunica fuerza y nobleza de carácter. Al espaciarse en su bondad, su
misericordia y su amor, la percepción de la verdad se hará cada vez más clara; el deseo de
la pureza de corazón y de la claridad de pensamiento se hará también más elevado y más
santo. Moviéndose el alma en la pura atmósfera de santos pensamientos, se transforma por
su comunión con Dios mediante el estudio de su palabra. La verdad es tan amplia, de tanto
alcance, tan profunda, tan ancha, que se pierde uno a sí mismo de vista. El corazón se
ablanda y se rinde en la humildad, la bondad y el amor."-MC 448. (La fe por la cual vivo
225)
Cómo corregía Pablo los errores.-
Las contenciones en el cuerpo de creyentes no están de acuerdo con la voluntad de Dios.
Son el resultado de los atributos del corazón natural. Las siguientes palabras de Pablo se
aplican a todos los que introducen desorden y desunión: "De manera que yo, hermanos, no
puedo hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a
beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía" (1 Cor. 3: 1,
2). Aquí Pablo se dirige a un grupo de personas cuyo progreso no estaba en proporción con
los privilegios y las oportunidades recibidos. Deberían haber podido soportar la
predicación de la clara Palabra de Dios, pero se encontraban en la misma condición de los
discípulos cuando Cristo les dijo: "Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las
podéis sobrellevar" (Juan 16: 12). Ellos deberían haber estado mucho más adelantados en
el conocimiento espiritual y haber sido capaces de comprender y practicar las verdades
superiores de la Palabra; pero no estaban santificados. Habían olvidado que debían ser
purgados de sus tendencias al mal hereditarias y cultivadas, y que no debían estimular los
atributos carnales.
Era imposible para el apóstol condenar la iniquidad sin que se sintiese ofendido alguno que
pretendía creer la verdad. El testimonio inspirado no haría ningún bien a estas personas,
porque habían perdido su discernimiento espiritual. Los celos, las conjeturas malévolas y
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las actitudes denunciatorias habían cerrado la puerta de la obra del Espíritu Santo. Pablo se
hubiera espaciado gustosamente en verdades superiores y más difíciles, en verdades ricas
en nutrimento, pero sus instrucciones habrían afectado directamente las tendencias a los
celos de sus oyentes, y no habrían sido recibidas. No pudo hablarles de las doctrinas
divinas acerca de la piedad, que los habrían capacitado para aprehender las verdades
necesarias para ese tiempo. El apóstol tuvo que elegir lecciones que, como la leche,
pudiesen ser recibidas sin irritar los órganos digestivos. No pudo hablar de las verdades
que revestían un profundo interés porque los oyentes habrían hecho una mala aplicación de
ellas y las habrían presentado a los recién convertidos que necesitaban las verdades más
sencillas de la Palabra...
Se requiere que los cristianos se santifiquen a Dios por medio de Cristo. Si en la iglesia hay
errores, deberían recibir inmediata atención. Puede ser que algunas personas necesiten ser
reprobadas duramente. Esto no causará daño alguno a los que yerran. Los fieles médicos
del alma cortan profundamente para no dejar ningún resto infeccioso que vuelva a brotar.
Después que se ha dado el reproche deben venir el arrepentimiento y la confesión, y así
Dios perdonará y sanará abundantemente. El siempre perdona cuando se hacen confesiones
(R&H 11 de diciembre, 1900). Ev.271,272
Maestro o niño, dónde estás?
“Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os
vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis
llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que
participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento
sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos
ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” Hb. 5:12-14
Ernesto Farga Gadea