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teatro katiuskas antonio rojano

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  • Antonio Rojano

    Katiuskas

  • PROGRAMA DE DESARROLLO DE DRAMATURGIAS ACTUALES DEL

    INSTITUTO NACIONAL DE LAS ARTES ESCNICAS Y DE LA MSICA

  • Katiuskas

  • ANTONIO ROJANOCrdoba, 1982

    Dramaturgo y guionista. Entre sus obras estrenadas destacan: Yo tam-bin camino como Jayne Mansfield (Casa Encendida, 2006), La deca-dencia en Varsovia (CAT, 2007), Incitacin al Kennedycidio (Sala Taram-bana, 2008), El cementerio de nen (Teatro Lagrada, 2011) y Fair play(Sala Cuarta Pared, 2011).

    Ha recibido, entre otros, el Premio Caja Espaa 2009 por El cemen-terio de non, el Premio Marqus de Bradomn y el Premio Romero Es-teo de 2006 por La decadencia en Varsovia y el Premio Nacional de Te-atro Caldern de la Barca 2005 por Sueos de arena. Ha participado enencuentros internacionales de dramaturgia como Interplay Europe, ascomo en el Royal Court de Londres, siendo becado adems para su re-sidencia internacional de verano, o el Obrador dEstiu.

    Durante los ltimos dos aos ha sido el director narrativo del estu-dio independiente Tequila Works, tiempo en el que ha escrito el guinde Deadlight, un videojuego para Xbox Live Arcade que sali a la ven-ta en verano de 2012.

  • Antonio Rojano

    Katiuskas

  • Antonio Rojano

    De la presente edicin:Instituto Nacional de las Artes Escnicas y de la Msica

    Diseo y maquetacin:Vicente A. Serrano

    Cubierta:Fotos: Esperanza Santos

    NIPO: 035-12-033-X

  • 7Desde su creacin, el Instituto Nacional de las ArtesEscnicas y de la Msica (INAEM) ha consideradoque la escritura dramtica actual deba ser uno de sus

    puntos de atencin. As, se ha mantenido durante estas d-cadas el apoyo a la Muestra de Teatro Espaol de AutoresContemporneos de la Alicante y la concesin del PremioCaldern para autores noveles, que ha puesto en valor a dosnuevas generaciones de autores espaoles. Adems, este ob-jetivo se ha intensificado con la programacin y actividadesdel Centro Dramtico Nacional, muy centrado en su lti-ma etapa en las escrituras ms recientes, y con el plantea-miento de estrategias de ayudas para la promocin de obrasde autor espaol vivo.

    La ltima de estas iniciativas es el Programa de Drama-turgias Actuales, que impulsa el desarrollo de lenguajesescnicos innovadores con absoluta libertad temtica, esti-lstica y estructural, y que significa una clara voluntad deapoyo a los nuevos creadores.

  • A pesar de las dificultades que el sector de la Cultura es-t viviendo a causa de la actual coyuntura econmica, Es-paa vive un momento de gran calidad creadora en sus ar-tes. Desde el INAEM se ha planteado esta nueva propues-ta que, en este momento, cobra mayor sentido como signode apoyo al futuro de nuestro Teatro.

    En esta primera edicin los autores seleccionados hansido: Alberto Conejero Lpez, Jordi Faura Hervs, Jerni-mo Sebastin Garca Cornelles, Jos Manuel Mora Ortiz,Antonio Rojano Mora y Mara Velasco Gonzlez.

    Esperamos que esta iniciativa sea un instrumento tilpara el crecimiento de la excelente nueva dramaturgia es-paola.

    Miguel ngel Recio CrespoDirector General del INAEM

    8

  • A mi abuelo Antonio, por regalarme su nombre y otras palabras

    In Memoriam

  • 11

    rase una vez un nio pobre que no tena madre ni pa-dre. Todo estaba muerto, ya no haba nadie en el mun-do. Todo estaba muerto pero el nio se puso a buscar,da y noche. Y como en la tierra no quedaba nadie qui-so ir al cielo, y la luna lo miraba con mucho cario. Ycuando al fin lleg a la luna se encontr con que era untrozo de madera podrida. Entonces se fue al sol, y cuan-do lleg al sol, se dio cuenta de que era un girasol mar-chito. Y cuando lleg a las estrellas, se encontr con queeran mosquitos dorados que estaban clavados comocuando las hurracas clavan a los mosquitos en las aca-cias. Y cuando quiso volver a la tierra, la tierra era un ja-rrn volcado. Y el nio estaba completamente solo. Yentonces se sent y empez a llorar, y an sigue all sen-tado, llorando, y completamente solo.

    Woyzeck, GEORG BCHNER

    Y si la muerte no fuera otra cosa que ruido?

    Ruido de fondo, DON DELILLO

  • 12

    PERSONAJES

    EDUARD, bombero, padre de Zurich, 36 aos.DIANA, ama de casa, madre de Zurich, 33 aos.

    ZURICH, estudiante, 14 aos.MARTN, profesor y astrnomo aficionado, 29 aos.

    LA VECINA, enfermera, 22 aos.EL VIEJO, jubilado, 83 aos.

    Una pequea poblacin espaola. Acercndonos al fin de 2012.

  • 13

    1.

    [El piso de la familia de ZURICH. 2 B.]

    [ZURICH se est vistiendo con desgana en su dormitorio.DIANA, su madre, invade el territorio.]

    ZURICH.- Vienes otra vez a pedirme que me la ponga?

    DIANA.-Ya, ya, s que no te gusta, pero es necesario. A mtampoco me gusta la ma pero tambin tendr queponrmela cuando llegue el momento.

    [DIANA le entrega una mscara antigs. Saca un reloj. Cro-nometra. ZURICH se coloca la mscara. Tiene problemas pa-ra hacerlo correctamente.]

    DIANA.- Pap tambin tiene la suya. Te faltan las botas. Ten-dras que ponrtelas tambin. Vamos, ests tardando.Eres lenta. Qu haras si se pusiera a llover?

    ZURICH.- No va a llover.

  • 14

    DIANA.- Algn da tendr que llover.

    ZURICH.- Desde entonces que no llueve.

    DIANA.- Eso no significa que no deba hacerlo algn da.

    ZURICH.- Algn da ser nunca.

    DIANA.- No quiero entrar en esta discusin. (La joven estterminando.)Te falta ajustarla por detrs. Ahora. Treintay dos segundos. Eres muy lenta, lo sabes? (La joven ba-ja la cabeza.) Qu pasa, mi vida?

    ZURICH.- (A travs de la mscara.) Mam, puedo hacerteuna pregunta?

    DIANA.- Claro.

    ZURICH.- Pap est bien?

    DIANA.- Qu quieres decir?

    ZURICH.- Si est bien.

    DIANA.- Hija, no te entiendo.

    ZURICH.- Ha venido hasta aqu andando por la carretera?

    DIANA.- No, cario. Cmo iba a hacer eso tu padre? Lacapital est a ms de...

    ZURICH.- Quin lo ha trado?

    DIANA.- No lo s. No me lo ha dicho.

    ZURICH.- Dicen que lo vieron caminando por ah.

    DIANA.- Quin dice eso?

    ZURICH.- En el instituto dicen que pap es un monstruo.

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  • 15

    DIANA.- Tu padre? Qu es eso? Como un muerto? Si tupadre... Quin dice eso?

    ZURICH.- La gente.

    DIANA.- Qu gente?

    ZURICH.- La gente. No s.

    DIANA.- Me vas a decir qu gente?

    ZURICH.- Una nia de clase.

    DIANA.- Cmo se llama?

    ZURICH.- Dice que si tengo un hermanito...

    DIANA.- Si tienes un hermanito, qu?

    ZURICH.- Que va a nacer con tres ojos.

    DIANA.- No la escuches. (Pausa.) No creo que esa chica es-t bien de la cabeza. Ha debido ver muchas pelculas.Adems, que yo tomo la pldora y no... Que no tieneningn sentido.

    [Silencio largo.]

    ZURICH.- Mam...

    DIANA.- Qu?

    ZURICH.- Pap est bien?

    DIANA.- Claro. Si no, no creo que le hubieran dejado ir. Losmdicos sabrn ms que esa nia tuya de clase. (Pau-sa.) Vamos, qutate eso. Salgamos a dar una vuelta,quieres? (Pausa.) Las katiuskas, pntelas.

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  • 16

    ZURICH.- No va a llover.

    DIANA.- Bueno... (Pausa.) Esa chica es la misma que se rede tu nombre?

    ZURICH.- S.

    DIANA.- Esa nia es estpida. Dselo. Dile tambin que tie-nes un nombre precioso y que ya quisiera ella y sumadre y su padre haber tenido la imaginacin y elatrevimiento para haberla llamado as. (Pausa.) Zurich,t eres una nia preciosa y tienes un nombre precio-so. Tu abuelo est en tu nombre. Tu abuelo vivi en tunombre. Y l es parte de ti de alguna manera. A tu pa-dre le gust recordarlo cuando naciste. l no te cono-ci... Tu abuelo. (Pausa.)Yo quera ponerte Silvia, pe-ro estoy tan enamorada de tu padre que siempre hahecho conmigo lo que ha querido... (La mira. Parecetriste.) Eh. Eh, levanta esa cabezota. Algn da Zurichir a Zurich y se cerrar el ciclo y entender el porqu de todo esto. Entonces nadars en uno de esos la-gos inmensos y te acordars de tu abuelo y de esa ni-a estpida. Y sers feliz. Me oyes? Sers feliz. (Pausa.)Ya ests lista?

    ZURICH.- Creo que s.

    DIANA.- Djame que me ponga el impermeable y nos va-mos.

    ZURICH.- Por si llueve.

    DIANA.- Eso es, chica lista. Por si llueve.

    [Salen.]

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  • 17

    2.

    [Junto a la entrada de un edificio. Minutos ms tarde.]

    [En la calle se encuentran DIANA y ZURICH. DIANA estrecostada en un banco de madera. Fuma tabaco de liar. ZU-RICH est en el suelo junto a un rbol. Tiene un aparato en-tre sus manos. Parece que es una radio que trata de desmon-tar. A veces la golpea. Hace ruido, pero no hay nadie a quienpueda molestar. No hace demasiado fro, ni llueve, ni haceviento, pero visten con impermeable y botas altas para elagua. Se protegen de algo que no se ve. El mal es invisible.Durante el estrepitoso clink-clink-clink de la muchacha,entra MARTN. Tambin viste con abrigo y lleva una ridcu-la mascarilla de proteccin en la boca. Antes de sentarse jun-to a la mujer, mira al cielo. ZURICH contina.]

    MARTN.- Al fin. Aqu estabas... Qu pasa contigo, eh? (Sesienta.) Dame un poco. Una caladita, anda.

    DIANA.- No. No te acuerdas? Tienes... Tienes... (Se sealala boca.)Tienes ese...

    MARTN.- Qu...? (Se aparta la mscara.) Qu tengo?

    DIANA.- Esa mierda que tienes en el labio. No te creas quete voy a dar una calada si... (Le da el cigarro que resta.)Mejor qudatelo con tu herpes.

    MARTN.- No es un herpes. Slo tengo el labio un pocoagrietado. La mscara me est matando la boca.

    DIANA.-Ya, ser la mscara.

    MARTN.- (Acercndole la boca.) Tengo sangre, eh? Sangra?Dime.

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  • 18

    DIANA.- No, no sangra. (Se incorpora.) Zurich, hija... Nosvamos a casa ya. (Pausa.) Zurich!

    [ZURICH sigue golpeando el aparato.]

    DIANA.- Zurich!

    [Clink.]

    DIANA.- Zurich, por Dios santo...!

    [Clink-clink.]

    MARTN.- Paidocentrismo.

    [Clink-clink-clink.]

    DIANA.- Qu?

    MARTN.- Paidocentrismo. No lo has escuchado nunca, ver-dad? Pai-do-cen-tris-mo. Que se opone al magistro-centrismo. Aqu el maestro no es importante. (Pausa.)Es una doctrina que rechaza la educacin sistemticade los nios a travs de planes preconcebidos. Las lec-ciones, en definitiva, se basan nicamente en los actosy a travs de los deseos del nio. Si quiere desmontaruna radio aqu mismo, tu hija aprender que el cora-zn de la radio est lleno de conexiones y de cablesde colores, como nuestro corazn, y que la friccin dela llave inglesa con el metal produce calor. O ruido. Esfcil. Friccin y fuerza de rozamiento, igual a calor.Aprende una ley fsica y, de paso, por ejemplo, con elruido, comienza a investigar el ritmo... As vendr la

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  • 19

    msica ms tarde y podrs explicarle Mozart un da deestos. (Pausa.) Diana, la dejas hacer lo que quiera ycreo que eso a tu hija no le viene bien. Le ha dado porromper esas cosas.

    DIANA.- Ella es especial.

    MARTN.- ltimamente no habla demasiado en clase.

    DIANA.- Con desconocidos. No habla con desconocidos.

    MARTN.-Ya. Pues yo creo que puede estar enterrando unproblema ms importante que t no le dejas arreg...

    DIANA.- (Mira con odio a MARTN.) Profesor Einstein, ye-me, que-te-den Zurich!

    MARTN.- Ay, Diana, siempre tan educada... (Pausa.) Vas asacar la basura esta noche?

    DIANA.- (A su hija.) Corazn, son y cincuenta pasadas...Tenemos que llegar antes de que oscurezca. Tu padrese va a enfadar si no llegamos antes de que se haga denoche.

    [ZURICH golpea ms rpido.]

    MARTN.- Diana, escucha... (Trabndose.) No-no-no... Nohe dormido en una semana. Te estar esperando, meoyes? Te necesito. Estar a las diez, en las escaleras. Alas diez, vale? Te esperar.

    DIANA.- No tienes que esperar nada ms de m.

    MARTN.- Por qu? Por qu no? Tendrs que tirar la ba-sura, no? La gente tira la basura por la noche. Y yo por

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  • 20

    la noche salgo a fumar un cigarro cuando voy a tirarla basura. A las once.

    DIANA.- Mi marido ha vuelto. Ya est en casa. Y est bien...Sano, completamente. No lo entiendes? Vivo. Se aca-b... Se acab todo.

    MARTN.- No puedes cambiar de...

    DIANA.- La gente cambia. Es bueno eso de cambiar de vezen cuando. T puedes empezar a fumar en otro sitio.En la azotea.

    MARTN.- No me gusta fumar en la azotea! (Pausa.) Esta-r abajo, junto al contenedor. (Le toma de la mano.) Di,si supieras lo que...

    DIANA.- (Apartando su mano bruscamente.) Qutame las ma-nos de encima! No vayas a ningn sitio donde creasque vas a encontrarte conmigo. Tengo un marido.Tengo una hija adolescente. Soy una mujer casada. Soymadre. Y esto se ha terminado. Y no tiene ningn sen-tido seguir. Est finito, entiendes? (A su hija.) Zurich,ya ests avisada. Vas a conseguir que me enfade de ver-dad.

    [DIANA sale. ZURICH sigue golpeando el interior de la ra-dio. MARTN va hacia la joven y trata de quitarle la herra-mienta de la mano.]

    MARTN.- Oye, Zurich... Ey, ey... Hazme caso un momen-to. (Le quita la herramienta.) Me haces caso, eh? MiraZurich... He arreglado el telescopio. Te acuerdas dela sombra que no nos dejaba ver nada? Pues era slo

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  • 21

    un problema de la lente, que estaba un poco araada.(La muchacha trata de salir.) Eh, Zurich, espera... He te-nido que cambiar... la lente. Ahora podemos probarlasi quieres. Podramos... Podramos, si te apetece, bus-car alguna constelacin del libro... Si quieres, eh?Qu me dices? Te parece bien? Oye, estoy hablandocontigo...

    [MARTN golpea la radio de la misma manera que estabahaciendo ZURICH. La joven se queda mirndolo. ZURICHasiente. Entonces, sale disparada en la direccin por la quesali su madre. MARTN sigue golpeando, clink-clink-clink, y parece que le gusta lo que oye.]

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  • 22

    3.

    [Una semana antes de la primera escena.]

    [El piso de la familia de ZURICH. 2 B.]

    [MARTN y DIANA estn en el saln. La televisin est en-cendida con un programa sobre astronoma que emite el Dis-covery Channel. Mientras los planetas cruzan la pantalla,MARTN y DIANA se besan apasionadamente en el sof.Ella va en bata. l, en traje. En la mesa hay cigarrillos, be-bidas y algunas bolsas abiertas de patatas fritas. MARTNest nervioso, quiere desvestir a DIANA lo ms rpido quepuede. La mujer se resiste, aunque pasivamente hay algo enella que le hace dejarse llevar. MARTN, que mantiene un ojoen la televisin, lanza a DIANA fuera del sof.]

    TELEVISIN.- Si lo comparamos con los patrones de las nu-bes de Saturno, las similitudes son asombrosas. El ex-perimento de Reed sugiere que una fuente de caloren el interior de Saturno podra alimentar las tor-mentas. Pero, qu hay en el centro que pueda gene-rar tanto calor? El gigante gaseoso est formado porun 75% de hidrgeno y un 25% de helio con trazasde agua, metano y amonaco. Los cientficos creen quecomo la Tierra, Saturno tiene un ncleo caliente. Laenerga interna de la Tierra proviene de los materialesradiactivos del ncleo, pero en Saturno...

    DIANA.- Oye, oye, Martn... Espera. Qu es eso que tienesen el labio?

    MARTN.- Dnde? Qu?

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  • 23

    DIANA.- Eso.

    MARTN.- Ahora no.

    DIANA.- Creo que te est saliendo un herpes.

    MARTN.- Un herpes?

    DIANA.- Escucha... Podras bajarle el volumen un poco?

    MARTN.- Qu?

    DIANA.- El volumen.

    MARTN.- Claro. Dame un minuto...

    DIANA.- (Apartndolo.) No, ahora, cario. Coge el mando.Est debajo de tus pies.

    MARTN.- El mando? (Lo busca y se lo da.)

    DIANA.- Bien, ahora ya puedo vivir. Estaba harta de ese pla-neta. Estpido planeta.

    MARTN.- (Agarrndole un pecho.) Planeta?

    DIANA.- Siempre pones lo mismo. Y ya hace horas que hadejado de ser divertido. No puedo estar aqu escu-chando esas tonteras sobre planetas y estrellas todo eltiempo.

    MARTN.-Venga ya, Di. No nos hemos visto en dos das.

    [MARTN trata de besar DIANA otra vez. Ella cambia decadena. Encuentra un canal musical. Una chica canta. Subeel volumen.]

    DIANA.- Oh, aqu est. Mucho mejor. La fbrica del entre-tenimiento acaba de sacar otra cantante.

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  • 24

    MARTN.- (Besndola.) Te echo de menos, cario. He esta-do soando con este momento desde la ltima vezque nos vimos. Cada segundo juntos siento que va aser el ltimo...

    DIANA.- Tiene las tetas operadas.

    MARTN.- Qu?

    DIANA.- Digo que tiene las tetas operadas.

    MARTN.- Qu tetas?

    DIANA.- S. Y la nariz.

    MARTN.- Las tetas de quin?

    DIANA.- (Sealando la tele.) Sus tetas! Sus tetas de ella! Ysu nariz tambin!

    [MARTN mira la televisin. Toma el mando. Va a bajar elvolumen. DIANA se lo quita de las manos y lo pone lejos desu alcance.]

    MARTN.- Por qu lo pones tan alto?

    DIANA.- Me gusta as.

    MARTN.- Pero nosotros... no nos hemos visto en dos das.Dos das completos. Con todas y cada una de sus cua-renta y ocho horas. Dos mil ochocientos ochenta mi-nutos que nos hemos mantenido lejos... He anulado lareunin con el director. He tenido que dejar los ex-menes finales sin corregir... En casa. Son todava lascinco de la tarde, y tu hija en cualquier momento vaa aparecer en el marco de la puerta. Le dije que se

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  • 25

    quedara un rato ms en clase. Le he dejado mi teles-copio. No dejado, no, sino como un regalo. Se lo hedado para que pueda aprender por su cuenta. (Pausa.)Diana, por favor, seamos maduros. Bsame.

    [DIANA se levanta del sof. Se coloca la bata. Mira hacia lapuerta como si hubiera escuchado algn ruido.]

    MARTN.- (Tomndola de la mano.) Diana! Quizs podemoshablar con ella. Quiz le apetezca darse una vuelta porel parque antes de que se haga de noche. Como me-dia hora. Con eso bastar... Ella es mi amiga. Lo en-tender. Le he regalado mi telescopio.

    DIANA.- Dnde va a ir si son las cinco ya? Y si empiezaa llover?

    [DIANA abandona la habitacin hacia el recibidor de la ca-sa. MARTN toma el mando y cambia de canal. Pone otravez el Discovery Channel. La puerta principal se abre.DIANA se emociona y llora quedamente, en un susurro. Des-pus ms fuerte. Vemos una sombra en la entrada. Un hom-bre alto. Entra EDUARD. Lleva un casco de bombero lleno defirmas en una mano. En la otra, una bolsa de viaje. MAR-TN queda paralizado.]

    DIANA.- Eduard, mi amor... Cmo ests?

    [EDUARD queda quieto. Ningn msculo de su cuerpo seinmuta.]

    DIANA.-Vamos, cario, entra. Qu sorpresa! No saba quehoy No lo saba! Cario, qu alegra! Cmo ha

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  • 26

    sido...? El doctor me dijo que an tenan que hacertems pruebas y que... Vaya, no me lo esperaba! Mira,Eduard: es Martn, un vecino. Es el profesor del insti-tuto del que te habl. Se est portando muy bien conZurich y le ayuda a veces con los deberes. Hasta le haregalado un telescopio para que pueda mirar en el es-pacio... esas cosas que est estudiando.

    [EDUARD saluda a MARTN apretando con fuerza su ma-no. Por la cara de MARTN es un apretn firme de la viejaescuela. EDUARD no intenta hacerle dao, pero parece estarpasando una especie de trance.]

    DIANA.- Oh, amor...! Vers cuando Zurich se entere deque ya ests aqu. Ests de vuelta, verdad? Por qu nome llamaste? Hubiera ido a recogerte. Quin te hatrado? Alguno de los compaeros? (Toma el casco.)Qu bonito detalle fue lo que hicieron con tu casco,verdad? Esto lo pondremos por aqu. (Lo coloca en unlugar visible del saln. Pausa.) Mi amor, no te lo he di-cho an, pero qu alegra me da que ya ests aqu.Qu llevas ah? La ropa que te llevamos al hospital?La tendr que lavar.

    [EDUARD permanece quieto. Sonre tmidamente. DIANA leacompaa al interior de la casa.MARTN, por alguna razndesconocida, los sigue. EDUARD deja la bolsa en el suelo.MARTN se fija que en el interior de la bolsa hay una pis-tola.]

    TELEVISIN.- Los cientficos creen que este movimientocrea friccin que genera calor. Suficiente calor para

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  • 27

    mantener la temperatura en el ncleo de Saturno aunos increbles quince mil grados centgrados. Casitres veces el calor de la superficie del Sol. La Cassinibusca pruebas que apoyen esta teora...

    DIANA.- Oh, mi amor, ests totalmente sudado. (Tocndole lafrente.) Tienes calor? Ya sabes que el tiempo ha cam-biado un poco por aqu. Desde que tuvimos esa nubeinstalada en el valle hace demasiado calor... Microclima,eso es. As lo han llamado los de la tele. La nube hacreado un clima pequeo sobre nuestras cabezas yahora tenemos que vivir bajo este calor... Y encima yacasi es invierno. Es todo tan raro. (Pausa.)Vamos, sin-tate. Te traer un vaso de agua.

    [EDUARD coge el mando y se sienta. Cambia de canal. En-cuentra un partido de ftbol y se queda mirndolo. MAR-TN est aterrorizado con la nueva situacin.]

    DIANA.- Tienes hambre, cario? Te han dado de comerantes de dejarte salir? Deberas comer algo. Me que-dan unos pocos espaguetis de ayer si...

    [EDUARD niega.]

    DIANA.- Te has duchado hoy? Hueles como si llevaras unasemana de viaje. Quieres que te prepare la baera?He arreglado el grifo del agua caliente, yo solita. Sinayuda de nadie. Podemos preparar... Quieres que teprepare la baera? As dejas de una vez toda esa ropadel hospital y te vistes con tus cosas.

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  • 28

    [EDUARD asiente. DIANA comienza a moverse por la casabuscando toallas limpias. Va fuera y vuelve, trae ropa. DIA-NA gua a EDUARD hasta el bao. Suena el agua correr porlas tuberas de la casa. MARTN se sienta en el sof y espe-ra. Vuelve a su cadena favorita.]

    TELEVISIN.-...las partculas comenzaron a concentrarseagrandndose hasta que despus de millones de aosformaron los planetas de nuestro Sistema Solar. Po-dra estar ocurriendo el mismo proceso en el interiorde los anillos de Saturno? Es una buena analoga pa-ra entender el desarrollo de los planetas? La Cassinienva estas sorprendentes y detalladas imgenes...

    [DIANA vuelve. Comienza a retirar los vasos de la mesa.Apaga la tele.]

    MARTN.- Diana. Diana, escucha... (Trata de encontrar su ma-no.) Diana!

    DIANA.- Qu?

    MARTN.- Di, po-po-por favor...

    DIANA.- Qu, Martn? Qu?

    MARTN.- Cmo puedes...? Cmo eres capaz de...? Aho-ra. Qu va a pasar?

    DIANA.- Qu? (Sonre.) Martn, mi marido ha vuelto.

    MARTN.- Tu marido. Pero... Yo... Diana, qu se suponeque voy a hacer yo ahora?

    DIANA.- T, s... Volver a casa.

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  • 29

    MARTN.- A casa?

    DIANA.- S, a tu casa. Vamos, chico, vete a casa.

    [DIANA lleva los vasos sucios a la cocina. Se oye el agua ca-er. Despus sale hacia el bao. Se escuchan sus risas a travsde la pared. MARTN permanece en el centro de la habita-cin sin hacer nada. De repente, ZURICH entra. Lleva el te-lescopio.]

    MARTN.- Hombre, aqu est... Lleg la reina de la casa.

    ZURICH.- Por qu est abierta la puerta?

    [ZURICH mira la bolsa de viaje y el casco de bombero.]

    MARTN.- Bueno, qu tal te ha ido el da? Has visto algocon eso ya? Tal vez por el da es-es-es un poco difcil.Dicen que hay un filtro con el que se pueden ver tam-bin las manchas solares. Hace falta un filtro que hayque comprar en Alemania o algo as... Lo puedo mi-rar en internet si quieres...

    ZURICH.- Pap...

    [ZURICH deja caer el telescopio y corre al interior de la ca-sa. MARTN se acerca y lo recoge del suelo. Mira la lente.Est rota. MARTN sale.]

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  • 30

    4.

    [Un da despus. Noche.]

    [En el dormitorio, EDUARD y DIANA estn tumbados en lacama. DIANA est haciendo atrevidos movimientos bajo lasbana. EDUARD est tranquilo, casi dormido. DIANA le mi-ra con inters.]

    DIANA.- Espera. Dame otra oportunidad. La mano se meduerme si...

    EDUARD.- No pasa nada. De verdad, creo que necesito des-cansar.

    DIANA.- Quieres que te deje dormir?

    EDUARD.- No he dormido en mucho tiempo.

    DIANA.- No lo hemos hecho en casi dos aos. (Sigue bajo lasbana.)

    EDUARD.- No he dormido en casi dos aos. Diana...

    DIANA.- Qu?

    EDUARD.- Escuchaste eso?

    DIANA.- El qu?

    EDUARD.- La sirena. (Pausa.) La escuchas?

    DIANA.- El qu?

    EDUARD.- La estn haciendo sonar. Ocurre algo.

    DIANA.- Cmo? No est...

    EDUARD.-Los chicos. Necesitan ayuda.

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  • 31

    DIANA.- Cario, te prometo que no estoy escuchando nada.

    [EDUARD se levanta y se viste rpidamente. Busca algo ensu bolsa.]

    DIANA.- Qu ests haciendo?

    [EDUARD la deja en la cama con un beso y sale agarrandola pistola.]

    DIANA.- Qu es eso? Es una...? De dnde lo has sacado?Qu ocurre, Eduard?

    EDUARD.- Tranquila. No pasa nada.

    [EDUARD sale.]

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  • 32

    5.

    [EDUARD entra en el saln, armado con la pistola. La tele-visin est encendida, pero con el volumen bajado. ZURICHest sentada frente a ella. La televisin muestra fuego. Im-genes de un incendio de un bosque. ZURICH contempla sucuerpo casi desnudo a travs del reflejo rojizo de la pantalla.Antes de girarse, ZURICH descubre que su padre est justodetrs de ella. Se miran en silencio un rato. EDUARD se sien-ta junto a su hija.]

    ZURICH.- Pap.

    EDUARD.- Qu?

    ZURICH.- Cundo saliste del hospital cmo llegaste a ca-sa?

    EDUARD.-Vine andando.

    ZURICH.- Por la carretera?

    EDUARD.- S.

    ZURICH.- Ests cansado?

    EDUARD.- S, pero ya estoy bien.

    ZURICH.- Qu fue lo primero que viste al llegar al pue-blo?

    EDUARD.- No lo recuerdo. Un perro. Creo.

    ZURICH.- Qu perro?

    EDUARD.- Un perro. Ladraba. Corri detrs de m. Luegose larg, asustado.

    K AT I U S K A S

  • 33

    ZURICH.- Hacia dnde corri?

    EDUARD.- Fue en la carretera vieja.

    ZURICH.- Hacia la Central?

    EDUARD.- S.

    ZURICH.- La han cerrado.

    EDUARD.- Han hecho bien.

    ZURICH.- Cuando no estabas, me gustaba levantarme ysentarme en el saln as, con la tele encendida. Sin so-nido. Me gusta el reflejo de la luz en mi cuerpo. Has-ta que me da el sueo.

    EDUARD.- Y si no te da el sueo?

    ZURICH.- Tengo que recurrir al plan B.

    EDUARD.- Y cul es ese?

    ZURICH.- Espera.

    EDUARD.-Yo no tengo plan B cuando no puedo dormir.

    ZURICH.- Espera, que te lo enseo.

    [ZURICH se levanta y va a por un vaso. Busca algo por lahabitacin. Encuentra un bote de algo que ms tarde sabre-mos que es agua oxigenada. Derrama un poco en el vaso.]

    EDUARD.- La gente cuenta ovejas. O caballos. Cerdos...Qu ests haciendo?

    ZURICH.- Espera.

    AN T O N I O R O J A N O

  • 34

    [EDUARD queda en silencio. ZURICH toma el mando yapaga la televisin. Todo queda a oscuras. Se escucha un me-chero prender en la oscuridad. El vaso con agua oxigenada seenciende. Emite una luz azulada. ZURICH se sienta juntoa su padre.]

    ZURICH.-Y si la tele no sirve y no puedo dormir... A ve-ces hago esto.

    EDUARD.- (Pausa.) Y qu significa?

    ZURICH.- No lo s. Tiene que significar algo?

    EDUARD.- Todo significa. Te ves guapa.

    ZURICH.- S?

    EDUARD.- Qu piensas cuando lo haces?

    ZURICH.- En qu pienso?

    EDUARD.- S.

    ZURICH.- En que as nos veremos cuando estemos muer-tos.

    [ZURICH se levanta y se va a la cama. Entra DIANA, queestaba al fondo, fumando un cigarrillo. Se queda observandoa su marido bajo esta extraa iluminacin.]

    K AT I U S K A S

  • 35

    6.

    [En el piso de Martn. 1 B.]

    [MARTN est en el umbral. LAVECINA, una muchacha jo-ven de poco ms de veinte aos, est en el descansillo de lasescaleras. Va abrigada con un impermeable rojo. Lleva unasbolsas con la compra de la semana. Tiene acento extranjeroy, salvo alguna incorreccin leve, habla bien nuestro idioma.]

    LAVECINA.- Bien, bueno... No tiene que ser mal. Un hom-bre con una pistola es ms atractivo. Y ms seguro.

    MARTN.- Pero tiene una hija. No crees que es peligroso?

    LA VECINA.- Peligroso? De peligro, quieres decir?

    MARTN.- S.

    LAVECINA.- Si el vecino tiene una pistola, yo siento ms se-gura. Yo y t. T tambin deberas sentir ms seguro.

    MARTN.-Ya.

    LA VECINA.- Uno es ms hombre.

    MARTN.-Ya.

    LA VECINA.- T tendras que tener una.

    MARTN.- Para qu?

    LA VECINA.- Por ladrones.

    MARTN.- Eso no...

    LA VECINA.- Me dices a m que es mentira?

    MARTN.- Pero hace tiempo que no...

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  • 36

    LA VECINA.- Volvern. Vienen a robar. Lo hacen todo eltiempo. Hay muchas casas vacas en el pueblo. Cadada ms. La gente se larga. Desde que pas lo que pa-s se largan a otro sitio... Es normal. La gente tienemiedo y no quiere saber nada. Pero ellos saben. Las ca-sas estn llenas de cosas para robar. (Pausa.) Rondan.Miran. Y volvern. Yo s cmo son... Muchos de mipas. Pero ellos no saben que ya slo nos quedamos losvalientes. Los que no tenemos otro sitio donde ir.

    MARTN.- Venga ya, Anca. No tienes dnde ir? Yo tengodonde ir.

    LA VECINA.-Tendrs un sitio. Pero no sabes llegar. Ests pe-gado aqu.

    MARTN.- Pegado? (Sonre.) Qu gracia. Yo estoy pegadopero t no eres de...

    LA VECINA.- No digas eso. Porque no sea de aqu no quie-re decir que tenga algn lugar al que ir. Lo paso biencuidando al viejo. Tengo un trabajo. l me ha dadouna casa. Soy independiente. Me gusta esto. Y no mecreo eso que dice la televisin. La tele miente. Aqu nopasa nada. Si fuera a pasar algo, t crees que nos ha-bran dejado volver? No. Nos habran prohibido. Asque yo no necesito ms.

    MARTN.- Me vas a decir que con lo joven que eres vas aestar toda la vida soltera y...?

    LA VECINA.- Un novio?

    MARTN.- S.

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  • 37

    LA VECINA.- Tendra un novio si tuviera una pistola.

    MARTN.- En serio?

    LA VECINA.- Alguien que sepa defenderme. Como mi pa-dre. Mi padre tena una pistola. Aunque eso en Ru-mana no tiene que ser raro. l defenda a su familia.Eso aqu no pasa. Los padres estn ocupados en suscosas y se olvidan de proteger a sus hijos. Es algo queDios nos ense y nosotros no le hacemos caso.

    MARTN.-Ya, Dios.

    LA VECINA.- Dios dice esas cosas.

    MARTN.-Ya lo s.

    LA VECINA.- Todo el tiempo.

    MARTN.- Dios, lo conozco.

    LA VECINA.- S.

    MARTN.- Bien. Entonces, no vas a hablar con Diana, no?No me vas a ayudar en esto. Es para no...

    LA VECINA.-Yo no tengo nada que hablar con ella.

    [Silencio. LA VECINA coge las bolsas que haba apoyado enel suelo.]

    MARTN.- Cmo est Antonio?

    LA VECINA.- Qu?

    MARTN.- Cmo est el viejo?

    LA VECINA.- Bien.

    MARTN.- Qu dice el mdico?

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  • 38

    LAVECINA.- El mdico no dice nada. Antonio est bien. Locuido yo.

    MARTN.- Bien.

    LA VECINA.- S, bien. Bien, bueno... Me voy.

    MARTN.- (Un pensamiento fugaz.) Cmo ests tan more-na? Has tomado el sol?

    LAVECINA.- No se puede tomar el sol, no lo sabes? Es porcrema.

    MARTN.-Ya.

    LA VECINA.- (Mientras desaparece en la escalera.) T deberasprobarla o quedars blanco como rata de laboratorio.Buenas tardes.

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  • 39

    7.

    [Una semana despus.]

    [El piso de la familia de ZURICH. 2 B.]

    [EDUARD est tirado en el sof viendo la televisin. El vo-lumen est muy alto. EDUARD bebe cerveza y mira al apa-rato sin especial atencin. Hay un partido de ftbol. No haymovimientos en su cara. Alguien marca un gol. El presenta-dor grita demasiado. Nada cambia. Entra DIANA.]

    DIANA.- Cario, baja la tele un poco. El volumen est...Cmo se supone que la nia va a dormir? Eduard?Eduard!

    [DIANA se acerca a la televisin y la apaga. EDUARD tirala botella de cerveza contra el cristal de la mquina. El cris-tal se hace aicos.]

    EDUARD.- Cuando despert en el hospital lo pens. Nece-sitamos una nueva televisin. Una de esas que se ha-cen ahora... De plasma. Con pantalla plana.

    [Desde la habitacin de ZURICH se escuchan golpes a tra-vs la pared. Como si un hierro golpeara otro metal. Clink-clink-clink. DIANA se lleva las manos a la cabeza.]

    EDUARD.- Qu es ese ruido?

    DIANA.- (Bloqueando la puerta del dormitorio de su hija.) No,no, de verdad, no es necesario que...

    [EDUARD abarca a su esposa con los brazos y la levanta

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  • 40

    hasta dejarla en el otro extremo de la casa. Luego entra contranquilidad en la habitacin de su hija. Silencio. Al rato sa-le con una llave inglesa.]

    EDUARD.- Mira, lo ves? No es nada. Est dormida.

    DIANA.- Mira, cario, yo, yo... He comprado algunas cosaspara comer hoy en el mercado. Ahora traen la comidade fuera... Te apetece que te prepare uno de esos fi-letes de cerdo que tanto te gustaban?

    [EDUARD se gira sin decir nada y rebusca en la cocina. Co-ge una bolsa de basura y vuelve al saln. Recoge los trozosde la pantalla de la televisin.]

    DIANA.- Eduard, por favor, escchame! Mrame! Te estoyhablando... Cario, no podemos seguir as. Ests hu-yendo. Si te estoy hablando deberas mirarme y hablartambin conmigo. Comunicarte. Deberas comunicarte,eso es. Soy tu mujer, no? Entiendo que, que... Sea loque sea lo que hay dentro de ti, deberas sacarlo. Talvez no he ido ltimamente demasiado al hospital. Yasabes que con la nia... y... Bueno, estaban esos polti-cos que queran que no se supiera nada de ti y casi...No nos dejaban muchas veces entrar a verte. Tambinnos ha afectado a nosotras que... que...

    [EDUARD no reacciona durante la discusin. Una vez quelo ha recogido todo le da la bolsa a su mujer.]

    EDUARD.- Diana, hay que tirar la basura.

    [DIANA mira a su marido con asombro. Coge la bolsa.]

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  • 41

    8.

    [Cae la noche.]

    [En la planta baja del edificio de apartamentos, junto a lasescaleras, hay un pequeo contenedor de basura. MARTN seencuentra junto a l. Fuma. DIANA aparece con la llave in-glesa y la bolsa de basura. Deja la basura en el contenedor yse queda mirando la llave inglesa.]

    MARTN.- Qu vas a hacer con eso?

    [MARTN trata de besar a DIANA.]

    DIANA.- (Tomando la herramienta con fuerza.) Si te digo queests lejos de m, qudate bien lejos de m... Qu par-te no entiendes de eso?

    MARTN.- Entonces, dime: para qu has venido?

    DIANA.- Tena que sacar la basura.

    MARTN.- Sonaba a cristal. Eso sonaba a cristal. Otra vezha roto la ventana?

    DIANA.- A ti qu te importa. (Pausa.) La televisin. (Mira aMARTN cmo fuma.) Dame un cigarro, porfa.

    MARTN.- (Le pasa su cigarrillo.)T sers la siguiente.

    DIANA.- La siguiente de qu?

    MARTN.- En la escala destructiva. Tras la ventana va la te-levisin. Y luego t. O la nia.

    DIANA.- l nunca me ha puesto la mano encima. Nunca. Ynunca ha tocado a Zurich.

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  • 42

    MARTN.- Bueno, eso..., quieres decir, que no todava. Dia-na, escucha, no todava. Tienes que entender que l noest bien. No es su culpa tampoco, pero no est bien.Has visto sus ojos? Cmo te mira? Podra matartecon una mirada. Y encima va con ese macabro re-cuerdo encima...

    DIANA.- Bueno, s, djalo... Ya es mayorcito. Fue de su her-mano. Djalo, vale?

    MARTN.- Dispar a Hamlet.

    DIANA.- Qu?

    MARTN.-Vena borracho del parque de bomberos. De es-tar con los otros chicos... Y Hamlet no lo reconoci yse puso a ladrar. La tom con l. Pues nada, l la tomotambin con el perro y se lo llev lejos... y le dispar.

    DIANA.- En serio? Eso lo has visto t con tus ojos?

    MARTN.- No, no. Yo no. Algunos chicos lo vieron.

    DIANA.- Ah, vale.

    MARTN.- Hamlet lleg al pueblo hace justo tres aos. Po-co antes del accidente. Muchos otros perros murieron,pero l sobrevivi. Los chicos le tienen cario por eso.Perdieron a sus mascotas. As que digamos que es co-mo el fiel amigo de los nios del pueblo. Ya sabes queanda suelto en la plaza y los chicos juegan con l. Pueseso... Lo encontraron a las afueras ahogado en uncharco de sangre. Lo llevaron a la veterinaria pero pa-rece que la chica se fue, que han cerrado. Paco-el-del-bar dice que la herida es de bala. Que nada se podahacer.

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  • 43

    DIANA.- Y eso quiere decir que Eduard le ha disparado?

    MARTN.- Bueno, quin ms va por ah fuera armado conuna pistola? Crees que es fcil para m estar aqu con-tndote esto? No es mi culpa, ni es culpa suya lo queha pasado. La muerte de su hermano... Toda esa mier-da que ha crecido en su cabeza en este tiempo. Cuan-do lleg a tu casa vi que llevaba esa pistola. (Pausa.)Despus de algo as quin sabe lo que puede pasarlepor la cabeza...

    DIANA.- Cllate.

    MARTN.- Tranquila, por favor...

    DIANA.- Quin te crees que eres? Eh? Quin coo eres?Cuntas veces has visto algo malo en tu vida? Cun-tas veces has vivido algo malo? Tus padres te llevarona la universidad, te cuidaron, te protegieron y te aho-garon en platos de sopa caliente... No has pagado pornada, no has gastado nunca tu propio dinero. Eres unniato mimado y ahora vienes aqu a juzgar a mi ma-rido despus... Despus adems de lo que ha hechopor todos nosotros. Todo lo que se ha jugado por no-sotros cuando salimos huyendo con lo del accidente.l fue el primero que estuvo ah. l y su hermano.Nadie sabe cmo es esa deuda. Todo lo que le deben.

    MARTN.- Clmate un segundo... Vas a molestar a los veci-nos.

    DIANA.- Y qu vas a hacer si los molesto, eh? Si t no tie-nes idea de hacer nada. Nada de nada. Nada ms queir al instituto a controlar algunos adolescentes, si es

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  • 44

    que eres capaz de controlar a unos cuantos jvenesasustados. Les explicas cuatro estupideces sobre estre-llas y ya te crees el dueo de esto. T no eres ms queun estudiante. Un nio. Y l es un hombre. Un to deverdad. Lo oyes? T no eres nada. Y si es verdad quel ha sido el que ha disparado a ese animal, es una pe-na que no te hayan encontrado a ti primero en uncharco de sangre.

    [El ruido de una puerta que se abre y una voz se escuchana travs del hueco de la escalera.]

    VOZ.- Quin anda ah? Voy a llamar a la polica.

    MARTN.- Antonio. Soy yo, Martn.

    VOZ.- Ah, Martn, qu pasa? Pens que haba alguien raropor ah.

    MARTN.- No, no, Antonio. No se preocupe. Era yo, que es-toy hablando por el mvil.

    VOZ.- Bien, bien. Eso est bien... Yo estaba moviendo unpoco las piernas. Ya sabes cmo las tengo y cmo seponen si no me muevo un rato. Se ponen hinchadas.Con eso de la artritis y la sangre... tengo que mover-me un poco cada da. Entonces empec a escuchar unruido ah abajo y como el pueblo est como est pen-s que haban venido otra vez a robar. Con la que es-t cayendo, no han dejado un da de venir a por lonuestro. Aqu les espero yo... (Pausa.) Iba a bajar a mi-rar, pero si eres t no pasa nada. Aunque sabes que situviera jaqueca, yo mismo sera el que bajara y te

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  • 45

    arrancara la cabeza. Mira que era un nio cuando es-tuve en la guerra. Pero an recuerdo ese estruendocuando bombardeaban. Te aseguro, muchacho, queentre los morteros, minas, bombas y dems... nuncaescuch a nadie hacer tanto ruido como t hablandopor ese telfono.

    MARTN.- Bien, bien, Antonio... Lo pillo. Todo est bienaqu abajo. La casa est protegida. Buenas noches.

    VOZ.- Buenas noches, muchacho. Vas a ir maana a latienda despus de la escuela? La chica se ha olvidadoel pan. Podras traerme algo?

    MARTN.- Una barra y un mollete, verdad? O no quieresel mollete?

    VOZ.- Que estn recin hechos. No ese pan duro que tra-jiste la otra vez...

    [Tras el ruido de algunos pasos y con la meloda de los re-funfuos del viejo, una puerta se cierra. MARTN se lanzacontra DIANA.]

    MARTN.- Diana, mira, perdname. Por favor... Todo estome est volviendo un poco loco. No he dormido entres noches. Llevo tres das bebiendo ms de la cuen-ta. Tres. El fin de semana, no-no-no te puedes imagi-nar... Me regalaron una botella de whisky los compa-eros en mi ltimo cumpleaos y me la he bebido en-tera. (Pausa.) Sabes, hoy, encima... entro a clase, y veotu nombre en la pizarra. Diana. As, sin ms. En el cen-tro de la pizarra. Y de repente empec a temblar, a su-

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  • 46

    dar, y no saba bien qu hacer... Y, claro, algunas niasempiezan a rerse y yo me enfado con ellas y les digoque no van a tener examen, que van a ir a septiembrecomo sigan con esa actitud. Ya sabes, esas cosas que de-cimos los profesores para amenazar. Pero la cosa esque... resulta que pienso que tal vez acababan de teneruna clase de historia, que estn dando los dioses ro-manos y todo eso y que Diana tena que aparecer.Una casualidad. Sabes que Diana es la diosa de la ca-za y la protectora de...?

    DIANA.- La naturaleza. S.

    MARTN.- Bueno, pero luego me doy cuenta de que estoschicos son de ciencias y que no tienen nada que vercon la historia y que en esta clase es extrao que...que... Pude haber sido yo? Puedes creerlo? Me pre-gunto: has sido t, Martn?

    DIANA.- No te entiendo. T qu? De qu hablas?

    MARTN.- Que puede que yo haya dejado eso escrito en lapizarra. El da antes. O que, quiz, en mi cabeza todoest en orden y piense que estoy escribiendo algo im-portante que tiene que ver con la clase y, en-en-en re-alidad, estoy escribiendo tu nombre en la pizarra co-mo si tal cosa. (Pausa.)Te he echado tanto de menos.Tanto. (Besa sus manos.) Creo que desde te conoc tehe... amado. De alguna manera, amar. Se puede llamaras, no?, cuando eso ocurre dentro de uno y-y-y... Esuna especie de amor por ti. Ese da, recuerdas? Cuan-do tuviste que venir a la escuela a por tu hija porqueella... Porque ella por primera vez tuvo... Bueno, ya sa-

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  • 47

    bes, no? Y cmo tu hija se puso a llorar al verte all yt entraste en su clase sin ningn miedo... y te la lle-vaste. La cara que pusiste nunca se me va a olvidar.Recuerdas la cara que pusiste?

    [DIANA niega.]

    MARTN.-Tenas la cara iluminada. Tus ojos verdes eran co-mo Venus baado por el brillo de las galaxias y del Sol.Fue definitivo mirarte a los ojos en ese instante. Todatu belleza estall en ese segundo.

    [DIANA llora.]

    MARTN.- Qu? Dije algo?

    DIANA.- Creo que se est viendo con otra.

    MARTN.- Qu? Quin?

    DIANA.- Eduard. (Llora ms profundo.)Y he esperado por ly he seguido esperando por l y... y...

    MARTN.- Pero t... nunca... Nunca me has querido a mni un poco?

    DIANA.- (Apoya su cabeza en el hombro de l.) Es que dueletanto. No te puedes imaginar.

    MARTN.- Dnde? Dnde duele? Te ha pegado? Dimela verdad. Qu te ha hecho?

    DIANA.- Nada! l no me hace nada! No hace nada desdeque ha llegado... Slo se viste por la maana y se po-ne a ver partidos de ftbol en la televisin.

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    MARTN.- l no te toca... Nada? De verdad? Entoncesno habis... no-no ha sucedido nada entre vosotrosdos?

    [MARTN sonre. Abraza y besa a DIANA.]

    MARTN.- Diana, tranquila, vale? Yo se lo explicar.

    DIANA.- Qu quieres decir?

    MARTN.- Sobre nosotros.

    DIANA.- El qu sobre nosotros?

    MARTN.- Sobre nosotros. Sobre ti y sobre m. Le dir to-do. Crees que no me atrevo? Me atrever... Lo har.T piensas que no porque yo... porque yo no he es-tuve en la Central el da del accidente... Porque yo nosoy un hroe para la gente del pueblo... Crees que soydbil? Que no puedo a luchar por el amor de unamujer? Que no estar a la altura? Escucha esto: lu-char. Lu-cha-r.

    DIANA.- Pero... te matar.

    MARTN.- Bien. Que me mate. Pero, y si no lo hace? Y siconseguimos salir de este pueblo de mierda? Se lo di-r a mis padres. Ellos lo entendern. Estn deseandoque salga de aqu. Podremos ir a vivir un tiempo aMadrid, con ellos, y luego buscar algo para nosotrossolos. (Pausa.) se ser el segundo paso.

    DIANA.- El segundo paso de qu.

    MARTN.- Pero antes tendrs que hacer algo.

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  • 49

    DIANA.- A qu te refieres?

    MARTN.- Tendrs que dejarle.

    DIANA.- Dejar a quin?

    [MARTN besa a DIANA con entusiasmo creciente. La pa-sin ocupa la escena. MARTN manosea a DIANA. Sus ma-nos pasan por sus piernas, su culo, su pecho... Con fuerza,contra la pared. De repente, se escuchan pasos en el hueco dela escalera, una puerta se cierra y alguien baja. MARTN serecompone. Se enciende un cigarrillo. DIANA se ajusta la ro-pa. LAVECINA, la muchacha joven, entra con una bolsa des-comunal de basura.]

    MARTN.- Buenas tardes.

    LA VECINA.- Hola Martn. Hola Diana.

    DIANA.- Hola Anca. Que... que baj a tirar la basura.

    MARTN.-Y yo... yo estoy echando un cigarrito.

    LAVECINA.- (Los mira fijamente.) Bien, bueno... Entonces to-do es normal, no? (Sonrisa.)T ests fumando, ella ti-ra la basura. Pero puedo escucharos en el tercero ha-blando desde un rato.

    MARTN.- Ya. Necesitas ayuda? Quieres que te lleve labolsa?

    LAVECINA.- No, no... Yo llevo mi bolsa. T tambin, Diana.Tambin Diana lleva su bolsa. Cada cual va con subolsa y nada pasa. No importa si pesa ms o pesa po-co. Incluso si tienes dinero, t siempre puedes ponerruedas a tu bolsa.

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  • 50

    MARTN.- Ruedas? (Sonre nervioso.) Qu quieres decircon eso, Anca?

    LAVECINA.- Ruedas y Bolsas. Bolsas y Ruedas. Eso recuer-da que La Ruleta empieza en cinco minutos... Dn-de estoy?

    MARTN.- Qu?

    LA VECINA.- En qu piso estoy? Es el primero o es el ba-jo?

    MARTN.- Estamos en el bajo.

    LA VECINA.- Bien, bueno... Tengo que atender al viejo estanoche. Sabes, tiene una cosa en el corazn que le ayu-da a la circulacin. O algo como eso. Yo no se lo hevisto, porque va por dentro, pero l me dijo primerda. Yo no soy enfermera. Nunca lo fui en Rumana.Slo tuve dos trabajos all y eran parecidos, pero noenfermera. Pero el viejo no sabe esto. No le digis,eh?

    MARTN.- No. No. En qu trabajabas all?

    LA VECINA.- De verdad quieres saber? Yo primero trabajcon un dentista. Yo ayudaba a limpiar sangre que salede los dientes. Todo eso feo. Sabes, esa cosa que salecuando la mquina la ponen en la boca y...

    MARTN.- S, ya... Y el segundo?

    LA VECINA.- Qu segundo?

    MARTN.- Tu segundo trabajo.

    LA VECINA.- Ah. Era de la salud pero no con gente.

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  • 51

    MARTN.- Sin gente?

    LAVECINA.-Trabaj con un cmo dicen aqu?... S. Eso.Un veterinario. Me daba mucha pena los animales.Sobre todo los pajaritos. Un da haba uno, verde, as,que haca ruido...

    DIANA.- Y de qu muri?

    MARTN.- No ha dicho que muriera.

    LA VECINA.- No muri de nada. l no estaba enfermo. Pe-ro le haban puesto una chica con l. Para que vivie-ran juntos. Otro pajarito. Pero la chica no haca msque darle con el pico hasta que no pudo ms.

    MARTN.- La hembra lo mat?

    LA VECINA.- Bien, bueno... S y no. Alguien trat de prote-ger al pajarito. Lo llevan a otra jaula. Pero luego pasael tiempo y el pajarito verde empez a piar y piarno hacen eso?... Piaba por la chica. La llamaba. Pe-ro la chica no la pusieron ms con l y el pajarito mu-ri por pena.

    MARTN.- Ves? l esper y espero... y entonces muri.Creo que hay una enseanza en lo que has contado.

    LA VECINA.- Bueno, me voy.

    DIANA.-Yo tambin.

    MARTN.- Adis, chicas.

    [LA VECINA y DIANA suben juntas las escaleras.]

    DIANA.- Oye, sabes algo del perro que haba suelto en laplaza?

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  • 52

    LA VECINA.- Cmo es?

    DIANA.- Uno as, pequeito. Un chucho.

    LA VECINA.- No tengo idea. Hace das que el viejo no medeja ir a ningn sitio.

    [MARTN queda solo, fumando. Lanza el cigarrillo al suelo.Y, de un fuerte pisotn, lo apaga.]

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  • 53

    9.

    [En el patio del instituto.]

    [Entre gritero de nios: risas, cantos y carreras. La sirena dela clase suena. El ruido se diluye. En el patio slo quedaZURICH. Est de pie, abrigada como al principio. Lleva unamascarilla, chubasquero, botas de goma altas. Est golpeandoun estuche metlico con una herramienta. Clink-clink-clink. Parece que es un martillo. La muchacha tiene un ara-azo en la cara. Est roja. Aparece MARTN. Va con masca-rilla y abrigo tambin.]

    MARTN.- Hola, Zurich... Qu tal? Qu haces que no es-ts en clase? (Nadie responde. Se baja la mascarilla.) Qute ha pasado en la cara? (Nadie responde.)Ya. Oye, ten-go que llevarte a casa... La madre de Mara ha venidoesta maana a quejarse al director. Dicen que se ha ro-to el dedo. Dicen que lo hiciste t. La conozco... Co-nozco a Mara y s que es una chica un poco desca-rada a veces y que suele tomarla con vosotras cuandovais todas las chicas juntas al bao. Ella se ve con al-gunos chicos mayores. S que os amenaza y, a veces, osinsulta. Ya la vi un da robar a una compaera. Se lodije. La avis, sabes? Tuvimos una charla ella y yo.Una charla como la que quiero tener contigo. (Pausa.)Su madre est en la asociacin de padres y est lla-mando a alguna gente para ver si te pueden expulsarde clase. (Nadie responde.) Zurich, escchame. Somosamigos, lo sabes, no? Te acuerdas cundo quedba-mos los sbados por la noche para mirar por el teles-copio juntos? Qu me dices del da que vimos la Lu-

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  • 54

    na y encontramos el Mar de la Tranquilidad? Casiimaginamos dnde aterrizaron los astronautas delApolo XI. Hasta pensamos que podramos ver toda labasura que se haban dejado ah encima... y como novimos nada, hiciste esa broma de que era mentira, queall no haba estado nunca nadie... Me llamaste men-tiroso. Pues eso, yo no soy un mentiroso. Aunque nose vea, como con aquello, yo s que est ah. Yo s quedentro de ti ocurre algo. Eres una chica con muchopotencial. Dime qu ha pasado y hablar por ti conellos si tratan de expulsarte ms das. Hoy te tienes quevenir conmigo a casa hasta que tu madre pase a reco-gerte. (Pausa.) Pero dime algo. Cuntamelo. Qu hapasado? (Nadie responde.) Qu te hizo Mara? (Nadieresponde.)Ya. No quieres hablar. Pero hablar ayuda. In-cluso conmigo. Puedes arreglar las cosas y encontrar lapaz con unas cuantas palabras. Lo entiendes? No im-porta lo que hayas hecho si...

    ZURICH.- Mara dijo que t te estabas acostando con mimadre.

    [MARTN da un paso atrs. Aunque quiere estar cerca de lachica, sus movimientos se instalan en la inercia de alejarsepoco a poco. ZURICH sale corriendo.]

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  • 55

    10.

    [En el piso de EL VIEJO. 3A.]

    [Una habitacin pequea llena de objetos que nos llevan aotra poca. La televisin est encendida, sin sonido. Una bol-sa con pan est sobre la mesa. MARTN, LA VECINA y ELVIEJO estn sobre la televisin, abrazados. ZURICH estsentada aparte.]

    MARTN.- El Big Bang es ese momento en el que de la na-da, con un gran estallido, emerge la materia. (Mira aZURICH.) Ejemplo. Tenemos toda esta materia aquacumulada. Antonio y Anca, son materia, con unadensidad infinita. Yo soy materia. Somos toda la mate-ria del universo y estamos en el mismo punto del uni-verso... Hay mucha confusin porque la gente piensaque el Big Bang es el origen de todo, pero en realidadno es el origen... porque ya haba algo antes. La mate-ria. Hidrgeno, helio...

    LA VECINA.- No entiendo.

    MARTN.- Qu?

    LA VECINA.- Que no entiendo.

    MARTN.- T no lo tienes que entender. Lo tiene que en-tender ella para el examen de la semana que viene.

    EL VIEJO.- Yo quin soy?

    MARTN.- Espera. T eres helio, por ejemplo. (Mira a ZU-RICH.) Lo visualizas?

    ZURICH.- Quiero irme a casa.

    AN T O N I O R O J A N O

  • 56

    MARTN.- Tu madre tiene que venir a recogerte.

    EL VIEJO.- No quiero ser helio.

    MARTN.- Bueno, da igual. Eres hidrgeno.

    LA VECINA.- Y qu pasa ahora?

    MARTN.- No os movis an... Pues por las altas tempera-turas y la gran densidad de la materia se produce unaexplosin. (Hace un gesto, movindolos a todos hacia atrs.)Chs! Entonces la materia comienza a alejarse, una deotra... A separarse en el espacio. Y el espacio crece...Como un globo que se est inflando.

    LA VECINA.- Un globo. Eso.

    MARTN.- Un globo gigante.

    LA VECINA.- Dnde me pongo yo? Yo soy el helio se?

    MARTN.- Aqu. Ests expandindote. Te ests enfriando.Ests formando todas las partculas de la creacin. Lovisualizas as, Zurich?

    [MARTN coloca a LAVECINA y a ELVIEJO alrededor de latelevisin.]

    MARTN.- Entonces, toda esta materia. Se comienza a rea-cumular en diferentes zonas del universo. Las partcu-las chocan unas con otras. Se forman nubes de gas ypolvo que son el origen de las estrellas. (Seala la tele-visin.) Aqu la tenemos. Una nube de gas que hacecuatro mil seiscientos aos forma nuestro Sol. Las par-tculas siguen girando. Sin orden ni concierto... Seunen, pero ahora tambin se dejan atraer por estos

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  • 57

    cuerpos enormes. Cuerpos pesados. Las partculassienten la gravedad de las estrellas. Y es as como seforman los planetas.

    LA VECINA.- Ya no soy helio?

    MARTN.- No. Ahora eres un planeta. Que, por otra parte yen esencia, puede contener algo de helio... Pero tam-bin muchos otros elementos qumicos. Y tienes turbita. (A ZURICH.) Mira, ah est el Sol. Y l es Mer-curio.

    EL VIEJO.- Hola.

    MARTN.-Y ella es Venus.

    LA VECINA.- Por qu Venus?

    MARTN.- Porque eres Venus.

    LA VECINA.- Y Venus qu hace?

    MARTN.-Venus no hace nada. Orbita. Por detrs de Mer-curio.

    LA VECINA.- No s qu es eso...

    MARTN.- Orbitar? Que da vueltas.

    LA VECINA.- (Sobre s misma.) As?

    MARTN.- No. Bueno, s. Pero tambin alrededor del Sol.

    LA VECINA.- De la televisin?

    MARTN.- S. Mira a Antonio. Antonio lo ha entendido.

    [Todos giran alrededor de la televisin. DIANA entra al pisoporque la puerta qued abierta. Est nerviosa.]

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  • 58

    DIANA.- Dnde est? Dnde est...?

    MARTN.- Est bien. No pasa nada.

    DIANA.- (A ZURICH.) Qu te ha pasado, hija? Qu hashecho?

    MARTN.- No ha pasado nada. Todo est bien.

    DIANA.- Qu estis haciendo aqu?

    LA VECINA.- Somos planetas.

    MARTN.- Es el disco protoplanetario. Le estaba explicandoa Zurich la leccin de hoy... Podras ayudarnos.

    DIANA.- Qu? Yo no... Vine a toda prisa y... (Respira.) No,yo no s de esto...

    MARTN.- (Susurrando.)Tenemos que hablar.

    DIANA.- No, no, ahora no. Yo no s de esto, Martn.

    MARTN.- Ayuda a tu hija. Es slo un momento. T eres laTierra.

    LA VECINA.- Eh, por qu ella? Ha llegado ltima. Yo pre-fiero ser Tierra.

    MARTN.-Ya no puedes ser... Venus. Eres Venus.

    LA VECINA.-Venus no me gusta.

    EL VIEJO.- Yo mientras estoy aqu, bregando alrededor delSol, no? Estoy asndome.

    MARTN.- Eso es, Antonio. Mercurio tiene altas temperatu-ras. Entre trescientos cincuenta y cuatrocientos gradosde mxima. (A DIANA.) Muvete, Diana! As, como

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  • 59

    ellos... (Contento.) Pero la situacin ideal del conjuntode nuestro Sistema Solar la tiene la Tierra. Los gasesque se evaporan de esta roca llena de fuego crean laatmsfera. Los gases nos protegen del Sol. Las tempe-raturas bajan. El agua se genera y enfra la roca. Por to-dos estos condicionantes, la Tierra se transforma en elnico lugar de nuestro sistema en el que es posibleque ocurra esa experiencia fundamental y catrticaque llamamos... vida! (Susurrando a DIANA cuando or-bita cerca de l.) Tenemos que hablar. No puedo ms,Diana.

    DIANA.- (Rompe su rbita.) Ya est bien. La Tierra se mar-cha.

    MARTN.- No puedes irte ahora. (La toma del brazo.) Espe-ra.

    EL VIEJO.- Y t quin eres, Martn?

    LA VECINA.- Eso, quin eres?

    MARTN.- Yo?

    LA VECINA.- Es la Luna, verdad?

    ELVIEJO.- Pero la Luna no agarra as a la Tierra. Yo creo quees ese meteorito gigante que va a extinguir a los di-nosaurios.

    MARTN.- Diana, espera... (Se da cuenta de que le miran. Suel-ta el brazo de la mujer.)

    [DIANA va hacia su hija y le indica la salida. El resto dejade orbitar. Las dos mujeres salen.]

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  • 60

    ELVIEJO.- No puedo respirar. (Tose.) Perdn. Me habis de-jado sin respiracin. Me voy a sentar.

    LAVECINA.- (A MARTN.)Y Dios... Cundo entra Dios entodo?

    MARTN.- Dios viene ms tarde. Con el hombre. Con elpensamiento.

    LA VECINA.- Dios cre el universo. Va antes. Est escrito.

    MARTN.- (Se sienta. Abatido.)Ya. Puede ser.

    LAVECINA.-Y ese Darwin... se no tiene idea. Has visto lacara que tiene? Ja! Tiene cara de mono, barba de mo-no, nariz de mono... Por eso dice que los otros veni-mos del mono. Yo le digo, t eres quien viene del mono,Darwin!

    MARTN.- No voy a discutir con una creacionista.

    LA VECINA.- Qu?

    MARTN.- Que no voy a discutir con una creacionista radi-cal como t.

    LA VECINA.- Creacioqu?

    MARTN.- Bscalo en un libro.

    EL VIEJO.- (Busca el mando de la televisin.) Llega el fin delSol... y cada planeta se va a marchar a su casita.

    [MARTN se levanta de un salto. Su mirada se queda muer-ta en la pantalla. Estn dando el parte meteorolgico.]

    MARTN.- Espera, Antonio. Sube el volumen.

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  • 61

    EL VIEJO.- No tienes casa?

    MARTN.- Por favor... El volumen.

    EL VIEJO.-Ya voy. Ya voy.

    [Pausa.]

    MARTN.-Viene la lluvia.

    LA VECINA.- Qu?

    MARTN.-Viene la lluvia.

    [El mapa de la regin muestra nubes y paraguas que indi-can precipitaciones los prximos das. Un locutor informa.]

    TELEVISIN.-...tras las ltimas alertas fallidas, la central esta-tal de meteorologa pronostica para las prximas horasbajas presiones en la comunidad. Las ms que posiblesprecipitaciones de maana han hecho saltar todas lasalarmas en la regin. Aunque las autoridades siguendesmintiendo el riesgo de contaminacin o la amena-za para la salud de nuestros habitantes, el recuerdo dela nube txica que asol nuestra comunidad hace me-nos de dos aos perdura en los ciudadanos. Las aso-ciaciones ecolgicas alertan de...

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  • 62

    11.

    [El piso de la familia de Zurich. 2 B.]

    [DIANA se encuentra en la cocina. Est llorando. Se escuchael rumor del agua cayendo a travs del grifo. EDUARD entracon unos alicates. Se introduce bajo el fregadero y hace comoque arregla algo.]

    DIANA.- Zurich ha sido expulsada de la escuela. Por pele-arse con otra chica. (Solloza.) Se est transformandoen una salvaje. Me oyes? Se est transformado en unlobo del bosque. Un lobo silencioso y de mirada tris-te. Tan triste como t. Lo que sea que le hayas pre-guntado, ella destroza esas cosas como respuesta. Ellagolpea y rompe cosas. Qu voy a hacer con vosotrosdos? Qu se supone que debo hacer? No puedo ha-blar con nadie de todo esto. Estoy como en una cr-cel y da igual si grito o me peleo con los guardias por-que nadie va a venir a ayudarme.

    [EDUARD sale.]

    DIANA.- Dnde vas? No puedes ni decirme una palabra?Slo una palabra. Pequeita.

    EDUARD.- Bao.

    DIANA.- Bao? Eso es todo?

    EDUARD.- S, bao.

    DIANA.- Qu significa eso?

    EDUARD.- T me preguntas que dnde voy. Voy al bao.

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  • 63

    [DIANA se levanta bruscamente. Su falda se queda engan-chada a un clavo de la mesa. La tela se desgarra hasta desa-parecer y ella queda en ropa interior. Parece un acto propiode la casualidad, aunque puede que no lo sea. EDUARD mi-ra a su mujer de arriba abajo.]

    DIANA.- (Sonre.) Te gusta lo que ves? En qu ests pen-sando?

    EDUARD.- Hay que comprar un manguito nuevo para elgrifo del fregadero.

    [DIANA se lanza sobre su marido. Le besa con pasin. Sucuello, sus hombros... Se abrazan.]

    DIANA.- Dime. Dime, por favor. Cmo fue aquello? Qupas aqul da?

    EDUARD.- Dnde?

    DIANA.- En la central qumica.

    EDUARD.- Estuvo bien.

    DIANA.- Bien? Mejor que yo? (No responde.) Por qu nome quieres? Qu te pasa? Responde. Hay alguienms? Te ves con alguien? Dime. (l niega.)Y... all...en el hospital... Hubo alguien ms? (Asiente. Ella sealeja de l.)

    EDUARD.-Yo. Estaba yo conmigo mismo.

    DIANA.- Te he echado de menos. Te esper. Te esper alprincipio. Los primeros meses. Y me dijeron que iba aser muy difcil que te pusieras bien. Que habas respi-

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  • 64

    rado ese jodido gas y que ibas a morir como los otrosmurieron. Pens que cuando te recuperaras podramosempezar otra vez. Una vida lejos. En cualquier otro si-tio. En un sitio que estuviera limpio. Pero no me die-ron esperanzas. Casi no me dejaban verte. Y no pudemoverme de aqu. No supe ir hacia ningn lugar. Lagente se marchaba del pueblo y yo era incapaz. (Pau-sa.) Qu podemos hacer? Ya no me quieres?

    EDUARD.- Te quiero. Creo que te quiero.

    DIANA.- Y yo a ti. Te quiero. De verdad y sin excepcin.(Pausa.) Hay alguna clase de efecto secundario? Al-go que te haya dicho el mdico que deba saber? Nohemos hecho el amor desde que volviste. Y yo re-cuerdo que te gustaba mucho. Hacerlo muchas vecesen el mismo da. Hay algo raro con las pastillas que tedieron en el hospital? Sabes, hay unas hierbas en elherbolario. Son chinas y vienen de una raz-de-algo-de-dragn... Bueno, eso me dijeron, que podran ayudarpara este tipo de cosas. Pero si igual es otro problema,slo tienes que contarme qu te pasa y... Me sientocomo una tonta... Yo s que a ti no te pasa nada. Vi tuereccin esta maana. Vi que estaba ah, no te creasque no. Qu quieres? Que te suplique? Lo har lasveces que haga falta. (Comienza a desabrocharle el panta-ln.) Te suplicar cada da si es necesario...

    [Suena el timbre de la puerta. Otra vez: alguien insiste.EDUARD se abrocha los pantalones. DIANA coge su falda rotay sale hacia las habitaciones interiores. EDUARD abre la puer-ta. Es MARTN quien aparece en la entrada. Est asustado.]

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  • 65

    MARTN.- Ho-ho-hola.

    EDUARD.- Hola.

    MARTN.- Eh... Est Diana?

    EDUARD.- S.

    MARTN.- S, ya. Bueno... No-no la veo. Bueno, no estoyaqu para verla a ella. Estoy aqu para hablar contigo.Tenemos que hablar. Tenemos que tener una charla.Una charla seria. T y yo.

    EDUARD.- Est bien. Pasa.

    MARTN.- No, no. A-a-aqu mejor.

    EDUARD.- Bien, dime.

    MARTN.- Yo... Bueno, nosotros nos conocemos muy po-co... Recientemente fue, verdad? Yo soy Martn. Tuvecino del primer piso. Enseo ciencias en la escueladonde va tu hija. No es importante. Quiero decir, deesto no es de lo que te quiero hablar. Lo que te quie-ro decir es... Y espero, que lo tomes como alguien ma-duro. Es que no puedo soportarlo ms. Es algo que tetengo que decir, si es posible... Y s que es posible.Aunque s que las consecuencias seguramente seanmalas para m, porque... porque, fsicamente, yo no es-toy tan entrenado como t. Me apunt al gimnasiohace dos aos pero luego, ya sabes, con todo lo de laCentral, cerraron y se fueron... Eran buena gente pe-pe-pero... Ya. No sigo por ah. Hago abdominales enmi casa pero no es nada serio. Mira, est duro, perono... (Pausa.) Bien. Recuerdas que llegaste hace una

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  • 66

    semana y media del hospital ese donde te llevaron ytoda esa gente te tuvo all haciendo pruebas... y-ybueno... a tu mujer no la dejaban verte y le dijeron ca-si que ibas a morir y... todo eso que ya sabes. Bueno.Ya... T crees que este mundo est basado en la fuer-za? (Pausa.) Ya. Yo he elegido distintos caminos en mivida, eso es todo. Algunos mejores. Otros peores. Ten-go mi trabajo y estoy ahora escribiendo un estudio so-bre el Ciclo Solar 24 y las condiciones climticas conse-cuentes... pero esto te sonar a chino a ti, verdad? Teres un bombero y yo estoy escribiendo un estudio.T-t-t apagas fuegos y yo hablo sobre ellos... Essimptica la relacin, no? (Pausa.) Pues he venido has-ta aqu para decirte que tenemos que hablar. De-hom-bre-a-hombre. De una vez. Aunque eso no significanada, verdad? Esas expresiones que se usan... De-hom-bre-a-hombre, como si nosotros furamos animales. Co-mo si Grecia y Roma no hubieran tenido nada que veren nuestras vidas. No somos salvajes. Podemos resolverlos problemas sin escndalos, no es necesario usar unguante para golpear la mejilla del otro. No es necesa-rio un duelo bajo el sol. Podemos elegir un caminoptimo para los dos. Yo lo prefiero, personalmente. Yo...Nosotros... Tu mujer y-y-y yo... Nosotros...

    [DIANA aparece por detrs de EDUARD. Se abraza a su ma-rido. Va en ropa interior. MARTN duda. Sus piernas tiem-blan.]

    MARTN.- Yo y tu mujer... Ella y-y-y yo... Nosotros jun-tos... Estamos muy preocupados po-porque... (Casi en

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  • 67

    lgrimas.) Porque lo que ha pasado con tu hija es ina-ceptable. Ella tiene mucho talento. Pero, durante estosdas, ha tenido algunos problemas con otros compa-eros... No se socializa. No habla con el resto. Ha de-jado a las amigas de siempre de lado. Est ms calladade la cuenta y adems ha dejado de hacer las tareas declase. Realmente, como profesor, yo creo que es unachica con mucho potencial que no debera dejarsearrastrar por-por estas situaciones digmoslo as de laadolescencia. Con algo de ayuda podra... llegar lejos.No se merece la expulsin, eso est claro. Creo que esun castigo muy severo. (DIANA besa el cuello de su ma-rido.) Bueno... Bueno, creo que e-e-era eso. Vena a de-cir eso. Nada ms. Que ella necesita ayuda. Primero,sobre todo, de su padre. Podra pensarse que esta con-ducta viene de haberte tenido lejos un tiempo. Creaque te haba perdido. Lo entiendes, verdad? T, pro-bablemente, no te des cuenta. Pero ella est muy or-gullosa de ti. Est orgullosa, s, s... Eso es. Y parece quehoy por hoy t eres el nico ser en este planeta quepuede ayudarla a retomar su vida en sociedad, con elresto de compaeros y compaeras. Debes mostrartecomo un modelo social, que sea fuerte, amable, ale-gre... E-e-eso... es, esencialmente, lo que quera decir.Adis.

    DIANA.- Adis.

    MARTN.- (Vuelve.) Ah, ya, y esto no tiene nada que ver...Es para ti, Eduard. Una cuestin para ti. (Pausa.) Porqu mataste a ese perro?

    DIANA.- Qu perro?

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  • 68

    MARTN.- Ese chucho le-le-le gustaba a mucha gente. Al-gunas veces era un poco cabrn y pareca estar loco.Yo mismo le he dado alguna patada. Pero era un buenperro. Nunca le haba hecho dao a nadie. Estaba va-cunado. Y si lo hiciste porque ladraba, yo te digo, queladraba porque era un perro feliz. Nunca habra mor-dido a nadie en su vida. Sabes que los nios andabanlocos con l? Todava andan llorando esos nios. Qui-z tena cachorros, hijitos por ah, quin sabe... Proba-blemente a tu hija tambin le gustaba. No estoy juz-gando lo que hiciste cigame una manzana encima,cada cual puede hacer lo que quiera, t tendrs tusrazones... Pero era un buen perro. Un perro bueno,amable... Un perro en el que se poda confiar. Un pe-rro entraable. Y t lo has matado, Eduard.

    [MARTN se va.]

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  • 69

    12.

    [El dormitorio de la adolescente. ZURICH est tirada en la ca-ma, con la cabeza colgando del borde hacia abajo. Como antes,tiene toda la cara roja, con algn araazo. EDUARD est sen-tado en el pequeo escritorio mirando a su hija mientras bebeuna cerveza. Los dos miran la televisin que hay en el dormi-torio donde emiten un culebrn argentino para adolescentes.]

    TELEVISIN.-Andte, Manuel, andte. No quiero que meveas as... Mi amor, eres tonta... No, no soy tonta na-da. Andte. Mir mi pelo. Andte... Quiero ver cmoests... No, andte, no quiero que me veas... Me ente-r que tuviste un accidente y me preocup, pero nofue tan grave. Las prioridades siguen intactas... Unaccidente? Ah, ya veo que te informs mal. Yo te voya informar un poquito mejor, tu amiga Sol me pegun mochazo en la cabeza... Y por qu hara una co-sa as, mi amor?... Manuel, no te das cuenta de queesa rubia peliteida me odia?...

    EDUARD.- Te duele? (La joven asiente.) A qu distancia es-taba ella cuando te ara? (La nia le hace un gesto conlas manos, dejando casi un metro de distancia entre ellas.)Nunca permitas a nadie que te golpe en la cabeza. Su-be los brazos, tenlos cerca de ti. Nunca permitas quete golpeen. (No responde.) Ven. Ponte en pie. Quierover cmo pegas. (No lo hace.)Vamos, golpame. Pga-me. (Se queda quieta.)Vamos. Qu pasa?

    [Sin esperarlo, EDUARD coge el mando de la televisin ycambia de cadena. Una pelcula de accin va a comenzar. Lasmejillas de ZURICH se ponen rojas.]

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  • 70

    EDUARD.- La tele del saln se ha roto. (Pausa.) No entien-do cmo puedes ver esas cosas. La realidad no es as.

    TELEVISIN.-En una parte del mundo donde no hay leyes. Enuna jungla donde ningn ser viviente est a salvo... El quese pierda aqu, no volver a aparecer... (Explosin.) Unequipo de rescate... Ests sangrando... No tengo tiempopara sangrar... dirigido por un autntico guerrero... Quie-ro el mejor... Por eso he venido. Hay que estar aten-tos... Hay algo que nos est esperando, y no es huma-no... se encuentra con un verdadero enemigo. Dios mo...Nada parecido se ha odo antes. Esta selva es diferente...No podemos verlo. (Explosin.) La sangre, los cadveres.No omos nada... Pero l siente el calor de nuestro cuerpo,el calor de nuestro miedo. Est ah y nos busca... Mata porplacer. Estaba vivo... Caza por deporte. Mata de uno enuno. Se acab el juego... Pero esta vez, se equivoc de hom-bre. Estar deseando que lo matemos... (Grito.) ArnoldSchwarzenegger. Depredador.

    EDUARD.- Quieres verla? Es buena. Va a empezar ahora enla Cuatro. (Pausa.) Te duele?

    ZURICH.- No.

    EDUARD.- Eso es lo que te quiero explicar. Necesitas cu-brir esas zonas vulnerables de tu cuerpo. La cabeza esimportante. Por eso nosotros llevamos el casco. Ms-caras. Como ese bicho de la pelcula. Necesita unamscara para protegerse del dolor. Hay que proteger-se. Lo primero, la cabeza. Tambin el corazn. El ba-zo. Los riones. Las axilas. El plexo solar. Las costillasy... (Pausa.) Te duele?

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  • 71

    ZURICH.- Pap, por favor... Estoy viendo la tele.

    EDUARD.- Lo siento.

    ZURICH.- No parece.

    EDUARD.- Lo siento, de verdad. (Cambia de cadena.) Por to-do.

    TELEVISIN.-Cmo fue que eso desapareci as de repen-te?... Yo no s qu pas... Ma, ya no me amas?... S,mi amor. Te amo. Te amo ms que nunca...

    EDUARD.- Puedes no dirigirme la palabra si no quieres. Nopasa nada. Slo quiero que recuerdes esto. Debes estartranquila. No slo aqu, en casa... Debes estar tranqui-la cuando ests fuera de casa con otras personas. De-bes aprender a relajarte. Si no sabes relajarte no podrsconcentrarte y aprender a vivir situaciones complica-das. Cuando las cosas se pongan feas... Cuando las co-sas estn tensas, necesitas encontrar lo mejor de ti. De-fenderte antes de atacar. Mantener el equilibrio cuan-do parece que tu alrededor lo ha perdido. Lo entien-des? Bien. Ya no te duele, verdad? (La joven niega. Pau-sa larga.) Oye, tengo que hacerte una pregunta. Es unpoco... casi me da vergenza decir esto. No has co-gido la pistola, verdad? Era la pistola de tu to, lo sa-bas? Cuando lo encontr all, aqul da... l fue de losprimeros en llegar porque alguien llam a la policaantes que a nosotros. No s qu me pas por la cabe-za, pero quera conservar algo de l. Algn recuerdo.Y ni siquiera lo pens, pero cog su pistola. Sus com-paeros se volvieron como locos buscndola. Pensaronque no la llevaba encima. Luego se olvidaron. Pero yo

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  • 72

    al menos tengo mi recuerdo... Aunque ahora no la en-cuentro. (Pausa.) Cuando volv la dej en el muebledel saln, aunque la muevo cada da de sitio para quetu madre no me la quite. Fui el otro da y no estaba.Ha desaparecido. He mirado en el mueble. Y nada.Bueno, no s. Seguir buscndola. No te preocupes.(Mira a su hija, que se mete en la cama y se esconde bajo lasbana para no ver a su padre.) Vas a dormir ya? Es tem-prano. Pens que... Bueno, t despiertas pronto. Su-pongo que tu vida es agotadora. Descansa. Buenas no-ches, hija. (Apaga la televisin, la luz de la mesita de no-che... Y sale.)

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  • 73

    13.

    [Sueo.]

    [DIANA est sentada en una especie de mesa de restaurante.Bebe champn. ZURICH est junto a ella. Estn vestidas encamisn, pero se sienten elegantes. Hablan con marcado acen-to argentino.]

    DIANA.- Ma.

    ZURICH.- S, qu pasa...

    DIANA.- Fui a cenar con tu pap.

    ZURICH.- Qu bueno. Por eso celebramos?

    DIANA.- Por eso. Bebe.

    ZURICH.- Y...? Cmo le fue?

    DIANA.- Me habl de vos y del colegio. Toda la noche. Notena el ms mnimo inters en formar una parejaconmigo.

    ZURICH.- Este hombre. Mira que yo le digo... y le digo...

    DIANA.- Es ms. Hasta pareca incmodo de estar ah.

    ZURICH.- No, Gloria, cmo decs eso? Por favor. Lo quepasa es... Mi papito es tmido.

    DIANA.- Espero que sea eso. Porque si vos me estuviste to-mando el pelo la vas a pasar muy... pero que muy mal.(Pausa.) Ests sangrando? No hay tiempo para san-grar.

    ZURICH.- No, no... Cmo le voy a estar tomando el peloa la persona ms potable que hay en este colegio?

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  • 74

    DIANA.- Vos ests segura?

    ZURICH.- Claro que s.

    DIANA.- Vos ests segura?

    ZURICH.- S, creo.

    DIANA.- Pues decselo a tu pap.

    ZURICH.- Est aqu?

    DIANA.- Est ah y nos busca... Mata por deporte. Caza deuno en uno...

    [La sombra de un hombre de gran tamao se aproxima pordetrs. Parece alguien venido de otro planeta. Tiene cuerpo deinsecto gigante y lleva mscara. La ensoacin se transformaen una pesadilla.]

    ZURICH.- No, no, no... l no es mi pap. l no es mi pap.l no es mi pap. (Grita.)

    DEPREDADOR.- Carlos, eres t?

    [Oscuro rpido.]

    K AT I U S K A S

  • 75

    14.

    [Es de noche.]

    [DIANA duerme. EDUARD se levanta de la cama y se viste.Sale del piso. Al poco, ZURICH se despierta y lo sigue.EDUARD baja por la escalera, revisando cada esquina. Vahasta la planta baja, all donde se encuentra el contenedor debasura. Mira en los buzones, en la puerta principal. ZU-RICH queda al pie de la escalera contemplando a su padre.]

    EDUARD.- Carlos, eres t? Joder, djame buscar un segun-do por aqu. Dios mo, Carlos, alguien se ha llevadotu... pistola. No s quin la ha cogido. Quizs yo mis-mo he sido el que la ha puesto en otro sitio. Siemprela muevo para que Diana no la encuentre y... (Mira porel suelo. Mueve alguna cosa.) Mira, aqu han orinado. Talvez sean las ratas. Las putas ratas. Pero es imposible,tambin desaparecieron las ratas del pueblo. Se fuerontodos: los animales, las plantas... como hicieron los de-ms. Te acuerdas de entonces, Carlos? De aqul da?Todava puedo recordar la maana del accidente.Cuando te dije que esperaras, que no era necesarioque fueras tan rpido a cubrir la llamada. Era un in-cendio. Vosotros no tenais nada que hacer all. Dijeque podas ponerte al cargo de las emergencias en elayuntamiento, controlar el pnico y comunicarte conla capital. Esas cosas que puede hacer la polica cuan-do no hay un ladrn en mitad de la escena. Pero nome hiciste caso. Eres un cabezota. Antes de la segundaexplosin, segua pensando que no estabas all... Deseque no estuvieras all. Pero ya bamos con el camin yal llegar a la carretera vimos aquella nube de humo

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  • 76

    naranja que suba hacia el cielo. Tetraclorodibenzodioxi-na. Esa nube escriba una palabra indescifrable. Tena-mos un protocolo por si alguna vez se produca algnescape en la Central. Pero con el fuego... Nadie espe-raba esa reaccin en cadena. ramos demasiado pocos.Espera, hermano... Ests llorando?

    [ZURICH llora.]

    EDUARD.- Quieres volver a casa? Cuando eras un niotambin llorabas as. Bajo el brazo de mam. Y as cre-cimos. T llorabas y yo te miraba con mis ojos pen-sando que as podra entender qu pasaba dentro de ti.Eras el hermano pequeo. Esas cosas hacen los her-manos pequeos... (Pausa.) Qu quieres? Quieresprotegerte bajo la bata de mam? Esconderte del malque te guarda el mundo? No s por qu quisiste serpolica. Me viste crecer y quisiste llevarme la contra-ria. Por qu tuviste que lanzarte contra aquel fuegot solo? Los trabajadores ya haban salido. No tenasnada que hacer all... Slo esperar. Slo tenas que es-perar a los bomberos. Siempre quisiste ser algo msque yo. Ms hroe que yo. Ms grande. Pero no en-tendas que eras el hermano pequeo y que por msque quisieras eso no iba a cambiar nunca. Y ahoraqu...? Debemos perdonarnos? Podramos perdonar-nos del todo, de una vez. Por lo de antes. Por lo deahora. Pero, y quin me perdona a m? Soy tu her-mano mayor y no supe protegerte. Te estoy pregun-tando. Mrame. Quin me perdona a m? Por quno hablas? No puedo escucharte.

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    [ZURICH llora.]

    EDUARD.- Que por qu quise ser bombero? Creo que elfuego es el nico lugar en el que nuestros cuerpos anpueden encontrarse. (Un perro ladra.) Ah estn sus la-dridos. Los perros... Los ladridos de los perros. Amon-tonndose. Subindose encima unos de otros. Qunos querrn decir sus ladridos? Los perros ladran a pe-sar que dicen que estn muertos. Qu nos quierendecir los ladridos de los perros, hermano? Tal vez quetodo se acaba ya. Que nuestro tiempo se ha termina-do y esto que vivimos es un prstamo que algn datendremos que devolver a alguien. (Pausa.)Te echo demenos, hermano. Te echo de menos.

    [ZURICH huye aterrorizada. EDUARD le sigue. Sube has-ta la azotea. La puerta est cerrada.]

    EDUARD.- Todava tengo que mirar en la azotea. Vienesconmigo? Dnde han dejado la llave? La puerta estcerrada. Qu ests haciendo, Carlos? Espera. Lo olvi-d. T ests muerto, verdad, hermano? Ests muerto.Me duele la cabeza y estoy cansado y debera dor-mir... porque es imposible que t ests aqu conmigo.(Pausa.) Pero el sueo no arreglar nada. No, no pue-do dormir. Te acuerdas de lo que ocurri la ltimavez que me qued dormido? T llegaste antes que yo.No, no puedo ir a dormir. Nadie debe dormir cuan-do el final est cerca.

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  • 78

    15.

    [En el piso de EL VIEJO. 3A.]

    [La televisin est encendida, sin sonido. Muestra un mapadel tiempo lleno de futuras precipitaciones. ELVIEJO est sen-tado en la mesa, amparado en el calor de un brasero. MAR-TN fuma apoyado en la pared.]

    EL VIEJO.- Has visto esa lavadora? Es mejor que la televi-sin. Cientos de veces mejor. Mi seora la compr enFrancia hace ms de treinta aos. En ese tiempo enque los hombres fabricaban las cosas para que duraran.No como ahora. Y ah sigue. La lavadora sobrevivi ami mujer. Y ah sigue. Funcionando. Me pas toda lavida bregando para poder comprar una lavadora quesobreviviera a mi mujer y parece que eso lo he con-seguido. (Tose.) Estoy bien, estoy bien... Y por lo quese ve, tambin va a sobrevivirme a m. Esa lavadora-hija-del-demonio durar hasta el da que me muera.Pero dejar escrito que alguien la desguace y la des-troce, porque s que esa lavadora est dispuesta a so-brevivir a la humanidad. (Juega con unas pastillas.) Si nome tomara estas, ya habra podido conmigo. En estemundo, todo va mal, pero las pastillas funcionan. (Pau-sa. Bebe agua. Traga las pastillas.)Y no siempre tengo co-sas que lavar. Simplemente la pongo, para que d vuel-tas y haga ese ruido. No he visto nada que haga tantoruido en mi vida.

    [Silencio largo.]

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  • 79

    EL VIEJO.- Qu te pasa?

    MARTN.- No puedo, Antonio. Realmente no puedo.

    EL VIEJO.- Pues vaya faena.

    MARTN.- Me mentalic. Fui abajo. Llam a la puerta. Y mepuse a hablar con l. Estuve hablando un buen rato.Pero entonces apareci ella y comenz a tocarle...

    EL VIEJO.- A tocarle cmo?

    MARTN.- Bueno, as por detrs. Con las manos. Estaba ca-si desnuda y le besaba la nuca.

    EL VIEJO.- Y l qu haca?

    MARTN.- Nada. l no hace nada. l pasa completamentede ella. Estaba all de pie, mirndome desafiante comoel soldadito de plomo que es. Pero sin vida en esosojos que tiene. Yo la mir a ella y ella me miraba co-mo tratando de decir que ya no era necesario. Que nole importaba nada cuando me estuve encargando deella... y de su hija. Ella me miraba sin inters, como siyo ocupara un espacio vaco... Como si all no hubie-ra nadie. (Pausa. Solloza.) Como si durante este ao ymedio no hubiera... existido. Como si un huracn mehubiera borrado del mapa. Antonio, casi hablamos decasarnos y...

    EL VIEJO.- Y la nia?

    MARTN.- No saba nada. Bueno, se lo habramos contado.Pensbamos contrselo. Pero nunca se lo he dicho anadie, salvo a ti.

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  • 80

    EL VIEJO.- Ya, ya. No te creas que soy un nio. Tengo casinoventa aos. He vivido una guerra. He pasado mu-cha hambre. He visto morir a un dictador y poner alpelele ese. Estoy cansado de escuchar historias. Llevotoda la vida escuchando las historias que me cuentany yo digo que s a todo. Pero s pensar por m mismo.Esa chica, Diana, es un poco golfa.

    MARTN.- No, no... Antonio, no digas eso.

    EL VIEJO.- Es un poco puta.

    MARTN.- No. No lo digas. Ella no es una puta.

    EL VIEJO.- Claro que lo digo. Es un poco puta.

    MARTN.- No, ella... Slo est confundida.

    EL VIEJO.- Confundida?

    MARTN.- S.

    ELVIEJO.-Vale, entonces no es que sea un poco puta. Es quees una puta confundida.

    MARTN.- Qu voy a hacer, Antonio?

    EL VIEJO.- El mal aparece de vez en cuando. El diablo exis-te. Acptalo. Olvdala. Es la nica manera.

    MARTN.- No puedo hacer eso.

    EL VIEJO.- T me has preguntado. Y yo te doy mi consejo.Te digo lo que s. (Tose un poco.) Perdona. Escucha sies que me quieres escuchar... Escucha a un hombreviejo. Antes de casarme ya conoc a una mujer.

    MARTN.- T?

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  • 81

    EL VIEJO.- S, yo. Aqu donde me ves, yo era muy agraciadoen mis aos mozos. No tan golfo como esos mucha-chos de ahora. Entonces era otro momento. Yo cono-c a una mujer mayor. Ella estaba casada y tena un hi-jo. Yo tena como veinte aos o as. Ella trabajaba con-migo en una fbrica de telas. Nos ambamos. Nosambamos con un amor que nunca habamos conoci-do ninguno de los dos. Su marido era militar y ellasiempre estaba sola. Tena un nio pequeo. Y, bsica-mente, ella lo abandon para estar conmigo. Huimos.Nos fuimos muy lejos del pueblo. Eso fue un escn-dalo en la poca. Pero cuando la pasin termin, qucrees que hizo? Pensar en su hijo pequeo. Eso es...Pensar en su hijo. Ella quera volver con su hijo y yono le haba dado oportunidad. Apenas tena veinteaos. Entonces ella se sinti culpable y el amor se fuetan rpido como vino. As que, antes de que ella dierael paso, yo la abandon. Nunca me haba pertenecidoni nunca lo iba a hacer. Yo slo era un nio. Me esca-p por la noche y le dej una nota escrita. Saba queella no iba a ser capaz de abandonarme, pero sabamucho mejor que ella cada noche, aunque lo negara,me culpaba por haber abandonado a su hijo. (Pausa.)Luego conoc a mi seora, que-en-paz-descanse. Nopoda tener hijos, pero era una buena mujer. No co-mo esas que hay ahora. As que la eleg a ella. Nuncahe tenido hijos. Nunca he querido hijos. Yo no quie-ro hijos. El mundo no necesita nuestros hijos. Ni yalos tendr, verdad? Se me hizo un poco tarde. (Pau-sa.) Aceptar es el primer paso. Es la nica manera. Nonecesitas seguir jugando a esto. Olvdala y vete del

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    pueblo. Aqu no queda nada. Este sitio est muerto.Mrchate lejos... y trata de ser feliz con lo que te gus-ta.

    MARTN.- Me suicido. Te lo juro, Antonio. Si es que tengoque olvidarla, me compro una pistola y lo primero ha-go... es pegarme un tiro.

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  • 83

    16.

    [En el piso de LA VECINA. 3B.]

    [En contraste con el piso anterior, hay mucho color. El espa-cio es ms actual y parece ms luminoso. Hay decenas de cos-mticos sobre la mesa. DIANA est tumbada en el sof conlos pies en alto. LAVECINA est tratando de abrir un bote depintura de uas. Mira por la ventana.]

    LA VECINA.- Crees eso de que va a llover hoy? Lo vistepor la tele? Yo ya no s si creer o no creer. No podre-mos salir fuera, por si acaso.

    [DIANA est tumbada leyendo una revista. Mueve los pies,impaciente. Estn sus uas pintadas, a medio terminar.]

    LA VECINA.-Ya, ya voy. No te muevas as. (Se acerca al sof yabre el bote de pintura.) A ver esas uas. Ya estn secas.(Prepara una pincelada.) Bien, bueno... De nia me gus-ta pintar. Con leos dicen, verdad? Con leos. Unavez pint un campo de trigo. Pero no tena dinero pa-ra comprar ms tela para pintar encima. (Comienza apintar las uas de su amiga.) Slo tena uno. As quepintaba encima una vez y otra vez. Luego pint unataza de caf. Sobre el trigo. Y luego me cans de la ta-za y pint un cuadro raro, abstracto. Eso dicen, no?Abstracto. Era como un ojo de fuego. Como un ojoamarillo de fuego dentro de la boca abierta de unhombre que grita. Has visto esa pintura del hombreque grita? Lo copi. Como el hombre que grita lo hi-ce. Ms grande la boca, pero era l, parecido. Me gus-

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    ta ese cuadro. Me recuerda a nosotros. En el cuadro esel paisaje el que asusta al hombre. Es el paisaje el quenos asusta aqu tambin. El cielo est girando y arde,como el fuego, sobre la persona que grita. Las lneasson curvas. Incontrolables. Muchas. As, zs, zs... zs!Y el color fro y el color caliente estn desordenados.Todo un lo. Es muy agresivo y la realidad le quita ai-re al hombre. Eso es. No le dejan respirar al hombre yl grita. Dicen que estamos solos y por eso gritamos.Gritar por el miedo. Pero yo s que como en mi cua-dro, debajo de todo el miedo, hay otras cosas. Est elcampo de trigo. Est la taza de caf. Est Dios. Si al-guien se decide a buscar debajo del miedo, creo quequedan esas cosas buenas y no todo es malo. (Pausa.)Pero no hoy, eh. Esa lluvia va a caer hoy del paisaje yno debemos estar debajo. Al menos, hoy no. (Terminade pintar.) Creo que stas son mi obra maestra.

    DIANA.- Anca, qu voy a hacer?

    LA VECINA.-Ya me gustara saber.

    DIANA.- Le contar a Eduard todo.

    LA VECINA.- No, no, no. l no podr soportarlo.

    DIANA.- Creo que sospecha algo. Anoche se puso el pijamay se sent a mirar la televisin. Pero ya no tenemos te-levisin.

    LA VECINA.- Y qu? Qu pasa? A veces, la gente necesitaver algo antes de ir a dormir. Necesitan ver algo quelos agote antes de dormir. Aunque sea la pared.

    DIANA.- Qu crees que estaba viendo?

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  • 85

    LA VECINA.- Qu?

    DIANA.- Miraba por la ventana. A las estrellas, entiendes?l sabe algo. Sabe algo de todo... Si no, no se hubierapuesto a mirar a las estrellas. Era una seal. Para m.Cario, s algo de tu lo con el astrnomo y por eso te tor-turo de esta manera mirando a las estrellas. (Pausa.) Qupuedo hacer?

    LA VECINA.-Ya te dije hace tiempo. Rompe con l.

    DIANA.- Con mi marido?

    LAVECINA.- No, tonta, con Martn. Eres mujer casada. Eresmam. Y encontrarte con un jovencito por las escale-ras, por muy bueno que est, no s qu te puede dar.

    DIANA.- l es un buen hombre... Adems de un gran pro-fesor.

    LA VECINA.- No pierdas tu tiempo con grandes profesores.Ya no eres una chica de la escuela. Necesitas ser esta-ble. Alguien que no piense que eres un poco... suelta.

    DIANA.- Yo?

    LA VECINA.- Tienes un gran marido. Que es un hroe. Tecuida. Gana dinero en un trabajo de verdad. Te quie-re.

    DIANA.- Me quiere? Sabes cundo fue la ltima vez quedormimos juntos?

    LA VECINA.- No.

    DIANA.-Yo tampoco. Desde antes del accidente. Estuvo enese centro de no-tengo-ni-idea-de-cmo-llamarlo,

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    con esos mdicos y esas pruebas que le hicieron. Lehan hecho algo en la cabeza. Y l me culpa, pero nome dejaban verle.

    LA VECINA.- Es una suerte que siga vivo. Te lo regala Dios.

    DIANA.- Vivo? Es incapaz de decir ms de tres palabras.Slo dormir. Beber cerveza... Y ver el ftbol. Es unmuerto viviente. Y la idea de pasar una noche con sumujer consiste en levantarse de la cama de madruga-da y en regresar al amanecer. Sabes qu hizo anocheen la cama?

    LA VECINA.- Qu?

    DIANA.- Estuvo toda la noche con los ojos abiertos. Mi-rando al techo.

    LA VECINA.- Est mal.

    DIANA.-Y yo, mira, le he esperado. Durante un ao y me-dio. Lo dieron por muerto. Y qu ha pasado conMartn? Qu me ha pasado? Pues, que... que soy unamujer. Una mujer de una cierta edad ya, pero quetambin necesita que la traten como a una mujer. Co-mo a una mujer normal. No s, no s nada ya... Peroquizs otras mujeres no necesiten eso, y su amor pue-de con todo, y son las ms puras de su comunidad devecinos. Hay mujeres que no se equivocan. Pero yo losiento, lo necesito. El doctor me dijo que una vida se-xual regular es buena para mi salud. Entonces qu,me vuelvo loca? Me meto en un convento? Martnpuede ser lo que quieras, pero me ama. Y yo necesitoque me amen. Lo necesito en este momento.

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    [Un trueno se escucha. Muy lejano.]

    LA VECINA.- Tal vez podamos llevar al herbolario. Le pue-des comprar esas races que hay para estar... (Se re.)Para poner eso duro.

    DIANA.- Qu voy a hacer con l? Estoy tan agotada. Mesiento tan sola, Anca. Muy sola. Vaca. Mi marido nome habla. Mi hija no me habla. Y Martn slo piens