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¿Por qué leer a Manuel Sacristán? Diciembre 6, 2007 · 1 comentario Sacristán para las nuevas generaciones Cristóbal García Vera Canarias-semanal.com “Amor, trabajo y lucha”. Fueron las ideas fuerza que propuso ante una asamblea de estudiantes que demandaban su orientación cívica en la década final de la negra era franquista, como consignas que debían regir una vida humana decente y plena. Puntualizó, además, que con Amor no se limitaba a propugnar la fraternidad, sino que se refería, asimismo, al amor al conocimiento, que bajo el término Trabajo englobaba tanto la vertiente manual como la intelectual, y que lucha era actuar contra la opresión, las desigualdades y la injusticia. Alfons Barceló sobre Manuel Sacristán. Prólogo a ‘Escritos sobre el Capital y textos afines’. Con motivo del vigésimo aniversario de su muerte se ha organizado un merecido homenaje al filósofo español Manuel Sacristán Luzón. El próximo noviembre se celebrarán, en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, tres jornadas dedicadas a difundir su pensamiento y también a recordar quien fue, y como vivió, quien lo produjo. Ambas tareas, sin ninguna duda, igualmente provechosas. Manuel Sacristán fue, como recordara Francisco Fernández Buey, ‘uno de los tres o cuatro pensadores realmente influyentes en el ámbito de la filosofía hispánica de la segunda mitad del siglo XX’. (1) Una consideración que, lejos de estar motivada por afinidades ideológicas o personales, es admitida por filósofos de las más variadas procedencias. Y ello, como ha apuntado otro de sus discípulos, por el inusual número de registros que dominaba. Sacristán fue un filósofo marxista y comunista, el más conocido de España. Pero, también, un estudioso de la lógica y de las filosofías de inspiración positivista y analítica; y un conocedor de la filosofía existencial. Su aproximación al marxismo, durante su estancia en el Instituto de Lógica Formal y Fundamentos Matemáticos de Münster, se produjo en un momento en el que contaba con un importante bagaje cultural. Ya entonces era un pensador. Alguien con una genuina vocación como buscador de la ‘verdad’. Como consecuencia de ello -de esta disposición y de su amplitud de miras- el marxismo practicado por Sacristán no reconocerá ‘ortodoxias’ y, recuperará así, la motivación crítica -revolucionaria - de Carlos Marx. No se limitará a reiterar la vocación científica de Marx y Engels, se interesará verdaderamente por la producción científica contemporánea. Asumiendo, como éstos, que no existe un conocimiento ‘aparte, o por encima del positivo’ (2). No repetirá, como una nueva fórmula aprendida, que no existen para los marxistas, ‘verdades eternas e inmutables’; para asumir luego, acríticamente, una

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Por qu leer a Manuel Sacristn

Por qu leer a ManuelSacristn?

Diciembre 6, 2007 1 comentarioSacristn para las nuevas generaciones

Cristbal Garca VeraCanarias-semanal.comAmor, trabajo y lucha. Fueron las ideas fuerza que propuso ante una asamblea de estudiantes que demandaban su orientacin cvica en la dcada final de la negra era franquista, como consignas que deban regir una vida humana decente y plena. Puntualiz, adems, que con Amor no se limitaba a propugnar la fraternidad, sino que se refera, asimismo, al amor al conocimiento, que bajo el trmino Trabajo englobaba tanto la vertiente manual como la intelectual, y que lucha era actuar contra la opresin, las desigualdades y la injusticia.Alfons Barcel sobre Manuel Sacristn.Prlogo a Escritos sobre el Capital y textos afines.Con motivo del vigsimo aniversario de su muerte se ha organizado un merecido homenaje al filsofo espaol Manuel Sacristn Luzn. El prximo noviembre se celebrarn, en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, tres jornadas dedicadas a difundir su pensamiento y tambin a recordar quien fue, y como vivi, quien lo produjo. Ambas tareas, sin ninguna duda, igualmente provechosas.

Manuel Sacristn fue, como recordara Francisco Fernndez Buey, uno de los tres o cuatro pensadores realmente influyentes en el mbito de la filosofa hispnica de la segunda mitad del siglo XX. (1) Una consideracin que, lejos de estar motivada por afinidades ideolgicas o personales, es admitida por filsofos de las ms variadas procedencias. Y ello, como ha apuntado otro de sus discpulos, por el inusual nmero de registros que dominaba. Sacristn fue un filsofo marxista y comunista, el ms conocido de Espaa. Pero, tambin, un estudioso de la lgica y de las filosofas de inspiracin positivista y analtica; y un conocedor de la filosofa existencial. Su aproximacin al marxismo, durante su estancia en el Instituto de Lgica Formal y Fundamentos Matemticos de Mnster, se produjo en un momento en el que contaba con un importante bagaje cultural. Ya entonces era un pensador. Alguien con una genuina vocacin como buscador de la verdad.

Como consecuencia de ello -de esta disposicin y de su amplitud de miras- el marxismo practicado por Sacristn no reconocer ortodoxias y, recuperar as, la motivacin crtica -revolucionaria - de Carlos Marx. No se limitar a reiterar la vocacin cientfica de Marx y Engels, se interesar verdaderamente por la produccin cientfica contempornea. Asumiendo, como stos, que no existe un conocimiento aparte, o por encima del positivo (2). No repetir, como una nueva frmula aprendida, que no existen para los marxistas, verdades eternas e inmutables; para asumir luego, acrticamente, una metafsica materialista y dialctica, con grandes leyes del Ser y el Devenir del mismo Universo. Su recusacin de la filosofa como sistema ir en serio, y ello implicar, necesariamente, la asuncin de la obra de Marx como una gua intelectual y moral, y no como una suerte de catecismo laico.

Quien se acerque a los textos de Sacristn aprender a no leer religiosamente a los clsicos. A contextualizar sus aportaciones, a distinguir entre el origen y la validez de una produccin intelectual. Aprender, en definitiva, a rehuir el autoengao y la falacia de la falsa exactitud. (3) Motivados stos por la pereza, por el deseo de mantener a salvo la propia seguridad moral, o por una combinacin de ambos. Se sorprender posiblemente quien, acostumbrado a la sacralizacin de Marx o de Lenin -y a las citas librescas con las que muchos pretenden zanjar los debates- se encuentre con un poderoso intelecto aplicado a la crtica, sin concesiones, de sus ideas o de las de cualquier otro. Y ello, no como prolegmeno para renunciar -abierta o vergonzantemente- al componente revolucionario del marxismo. Si no, por el contrario, como prctica consciente de que slo as se evita convertirlo en una nueva escolstica. Y de que este revisionismo no es sino la continuacin necesaria al que Lenin o Gramsci llevaron a cabo, para mantener afiladas las armas de la crtica.

Magnfico ejemplo de lo hasta aqu expuesto es la presentacin que Sacristn realiz a la traduccin al castellano del Anti Dhring de Federico Engels, todo un clsico en el que es posible descubrir un marxismo bien diferente al popularizado por la mayora de los manuales.

Pero no estamos recordando a un mero terico, por importante que fuera su aportacin en este terreno. Manuel Sacristn fue un consecuente continuador de la filosofa de la praxis. Entendi siempre que un marxismo sin dimensin tico-poltica (4) era un marxismo desvirtuado, y que haba abandonado su ms peculiar diferencia con cualquier otra filosofa: su vocacin de ser instrumento para la trasformacin social.

Tambin esta dimensin de su vida, la del compromiso moral y poltico, puede sealarse, ha dicho con razn Salvador Lpez Arnal (5), como un modelo al que dirigir nuestra mirada. Durante su mencionada estancia en Alemania Sacristn entr en contacto con el Partido Comunista. Ms tarde, de regreso a Barcelona -donde transcurri la mayor parte de su existencia- combin su trabajo como profesor universitario con la militancia poltica clandestina. No tard demasiado en llegar a los rganos de direccin del PSUC (Comits Central y Ejecutivo) y del PCE (Comit Central). Aos ms tarde (en 1970), cuando las divergencias ideolgicas le llevaron a renunciar a estos cargos, sin las habituales algaradas, contino - al menos hasta 1979- como simple militante de base. Dentro de estas estructuras partidarias; en la Universidad -mientras se lo permitieron-; y, ms tarde, en los incipientes nuevos movimientos sociales, mantuvo siempre este compromiso. A pesar de sus recurrentes depresiones, de cierto pesimismo -quiz fundado-, y de la escasa salud que siempre le acompa, no se permiti jams apartarse de l.

De acuerdo con su vala intelectual Manuel Sacristn podra haber realizado una brillante y cmoda carrera acadmica. No obstante, la decisin de no traicionar sus convicciones y de no eludir en ningn momento el cumplimiento de su deber social, supuso, en la prctica, una renuncia a esta tentadora posibilidad.

Una significativa muestra de su proceder se encuentra ya en la decisin de volver a Espaa, tras su estancia en Mnster, rechazando el ofrecimiento para trabajar en el Instituto de Lgica Formal y Fundamentos Matemticos en el que haba completado sus estudios. Esta primera eleccin tuvo, sin duda, mucho que ver con el convencimiento de que era en la cotidiana lucha antifranquista donde ms se precisaba su esfuerzo militante. En 1962*, decidi opositar a una ctedra de Lgica en la Universidad de Valencia, ante un tribunal que no se preocup demasiado en disimular que se la negaba por motivos estrictamente polticos. Algo, por otro lado, demasiado evidente, tanto por su incuestionable competencia en esta materia como por la ignorancia en la misma de su nico oponente (6). En 1965 fue expulsado de la Universidad, por la va de la no renovacin de su contrato e, indiscutiblemente, como consecuencia de ser un reconocido comunista. Obligado a ganarse la vida como traductor -en unas condiciones en extremo difciles- realiz tambin en este campo una importante labor. Tradujo ms de cien volmenes, contribuyendo a difundir las obras de Marx, Engels, Gramsci, Labriola, Lukcs; la de Quine y otros analticos?

En varias ocasiones se han sealado ciertos paralelismos, en aspectos importantes de sus vidas, entre Antonio Gramsci y Manuel Sacristn. Especialmente, en lo que tiene que ver con la entrega de ambos a sus ideales en unos contextos histricos particularmente adversos (la Italia fascista y la dictadura franquista, respectivamente). Nos interesa destacar aqu otra de estas coincidencias, en directa relacin con la mencionada anteriormente, y que tiene que ver con las caractersticas de sus producciones tericas. La actividad literaria de Gramsci nunca fue sistemtica. Antes de su estancia en prisin y, luego, durante la misma, expuso su pensamiento de forma fragmentaria. Obviamente, esto no fue el resultado de una decisin personal, sino consecuencia de la subordinacin de su existencia a un proyecto revolucionario. Tampoco Manuel Sacristn -por motivos anlogos- pudo escribir demasiados libros. (7) Su mencionada precariedad laboral y su intensa actividad poltica no configuraban, precisamente, el ambiente ms propicio para el estudio y el trabajo intelectual. El mismo se referira a esta circunstancia, admitiendo que fue la razn por la que conscientemente escogi, como frmula para escribir, el texto corto, el ensayo o el prlogo. ( Durante la dcada de los sesenta y setenta, y hasta su muerte en 1985, Sacristn fue bastante popular. Aunque despertaba tambin, segn se desprende de lo relatado por quienes le conocieron, no pocas suspicacias y alguna antipata. Su fuerte determinacin de actuar siempre conforme a lo dictado por sus convicciones morales y el hecho de que -de acuerdo con este imperativo y con su carcter exigente- no eludiera criticar instituciones, vicios o actitudes; deba poner en evidencia a ms de un intelectual o militante que no iba en serio. En cualquier caso, su prestigio en el medio universitario era enorme, sobre todo entre los estudiantes. A sus conferencias asistan por centenares y stas eran muy apreciadas por filsofos que nada tenan que ver con la tradicin marxista.

No debe resultar extrao, sin embargo, que hoy sea casi un desconocido para las nuevas generaciones. Para quienes somos hijos de la llamada transicin -o transaccin - a la democracia, y de la reaccin conservadora que, tambin en el mbito cultural, lider ms tarde el Partido Socialista Obrero Espaol. En aquel tiempo de reconversiones y pragmticos posicionamientos que sigui a la muerte del dictador, Sacristn continu fiel a lo ms esencial del programa comunista. No de manera dogmtica, como sugieren algunos, empeados en justificar tericamente su derechizacin, explicable ms bien atendiendo a las comodidades e intereses personales. Sino, bien al contrario, asumiendo la necesidad de pensar casi todo de nuevo; con la seguridad de que slo el buen conocimiento, el conocimiento positivo de la realidad, puede contribuir a su transformacin. En una intervencin de 1977, publicada con el ttulo de A propsito del eurocomunismo -tendencia que critic lcida y tempranamente- estableci los principios que, en su opinin, deberan inspirar una propuesta poltica adecuada a las circunstancias del momento:

La orientacin general de un comunismo marxista tiene que consistir hoy en la reafirmacin de la voluntad revolucionaria (sin la cual no sera comunista) y el intento de conocer con honradez cientfica la situacin (sin lo cual no sera marxista)?Esa poltica tiene dos criterios: no engaarse y no desnaturalizarse. No engaarse con las cuentas de la lechera reformista ni con la fe izquierdista en la lotera histrica. No desnaturalizarse: no rebajar, no hacer programas deducidos de supuestas vas gradualistas al socialismo, sino atenerse a plataformas al hilo de la cotidiana lucha de clases sociales y a tenor de la correlacin de fuerzas de cada momento, pero sobre el fondo de un programa al que no vale la pena llamar mximo porque es el nico: el comunismo.

Desde estas fechas, y hasta el final de su vida, continu en su empeo de buscar nuevas vas por las que continuar la lucha orientada por este objetivo. En palabras de Joaquim Sempere, pretendi colaborar a la integracin de los movimientos ecologistas y feministas y el movimiento obrero en un impulso articulado por una matriz marxista renovada. (10)

En suma, Manuel Sacristn fue un pensador militante inasumible por el establishment acadmico. La aproximacin a su obra es, desde luego, recomendable para cualquiera con ciertas inquietudes culturales. Se nos antoja, no obstante, especialmente importante extender su conocimiento entre los ms jvenes. De entre stos tendrn que surgir -acaso- quienes continen el proyecto colectivo al que Sacristn consagr buena parte de su vida. Si el presente Dossier logra suscitar la curiosidad de alguno de ellos habremos cumplido, sobradamente, nuestras expectativas.*

Notas y referencias bibliogrficas:

* Este es el texto de introduccin al Dossier con el que el semanario digital Canarias-semanal.com ha querido sumarse al homenaje a Manuel Sacristn.

1. De la Primavera de Praga al marxismo ecologista. Entrevistas con Manuel Sacristn Luzn. Los libros de la catarata, 2004. Introduccin de Francisco Fernndez Buey

2. Sacristn Luzn, Manuel. La tarea de Engels en el Anti-Dhring. Anti-Dhring. La subversin de la ciencia por el seor Eugen Dhring. Engels, Federico. Editorial Grijalbo, S.A. 1968

3. La falacia de la falsa exactitud consiste, en palabras del propio Sacristn, en la introduccin de la exactitud de la ciencia, o del sistema, all donde no la hay. Una prctica que le pareca, metodolgicamente, la quintaesencia del escolasticismo y, tambin, la esencia de todo cientificismo marxista. Una conversacin con Manuel Sacristn. Entrevista para el Viejo Topo por Guiu, J. y Munn, A. (1979). En Acerca de Manuel Sacristn.Ediciones Destino S.A. 1996. Lpez Arnal, Salvador y de la Fuente, Pere.

4.Tiza blanca en pizarra negra. Entrevista a Francisco Fernndez Buey. El Viejo Topo - Julio -agosto 2005.

5. Lpez Arnal, Salvador. De la Introduccin al Dossier Manuel Sacristn Luzn. El Viejo Topo. Julio- agosto 2005.

6. Segn Jess Mostern, quien asisti como espectador a estas oposiciones, el tribunal de las mismas se constituy ex profeso para evitar que Sacristn obtuviese la plaza. Pese a la brillantez de sus intervenciones y al hecho de que era sin duda la persona ms competente en Lgica que haba en Espaa en aquel momento, sta fue concedida a Manuel Garrido. Garrido, profesor de Fundamentos de Filosofa en Granada, no saba entonces nada de Lgica, aclara Mostern. Entrevista a Jess Mostern. Acerca de Manuel Sacristn.Ediciones Destino S.A. 1996. Lpez Arnal, Salvador y de la Fuente, Pere. * Existe una discrepancia en la documentacin de que disponemos con respecto al ao exacto de estas oposiciones. 1962 es el apuntado en la entrevista y el libro arriba mencionados. 1963, el que seala el propio Mostern en un artculo publicado en el nmero de Mientras Tanto dedicado a la memoria de Sacristn.

7. Pese a que escribi mucho Manuel Sacristn solo public tres libros. Su tesis doctoral: Las ideas gnoseolgicas de Heidegger, que ha sido destacada como una de las mejores monografas en castellano sobre el filsofo alemn; una Introduccin a la lgica y el anlisis formal; y una recopilacin de artculos, ensayos, prlogos y conferencias divididos en cuatro tomos (el ltimo de ellos pstumo), con el ttulo de Panfletos y Materiales. En la actualidad, y gracias a la labor de algunos de sus discpulos, se han recuperado otros escritos que hasta hace bien poco continuaban sin editar.

8.Manuel Sacristn habla con dialctica. (1983). De la Primavera de Praga al marxismo ecologista. Entrevistas con Manuel Sacristn Luzn .Los libros de la catarata, 2004

9. Coleccin de textos de Manuel Sacristn agrupados bajo el ttulo de Escritos sobre el Capital. (y textos afines). Edicin de la Fundacin de Investigaciones Marxistas y de Intervencin cultural/ El Viejo Topo10. Desde la segunda mitad de la dcada de los setenta, ha escrito Joaqun Sempere, esto se convirti en un programa claro, al menos en la intencin, para Manuel Sacristn. Joaqun Sempere. Manuel Sacristn: Una semblanza personal, intelectual y poltica. Fruto de esta nueva orientacin de su quehacer fue la publicacin trimestral roji-verde-violeta Mientras Tanto.

El enlace con el Dossier-Homenaje a Manuel Sacristn en Canarias-semanal.com es http://www.canarias-semanal.com/PANEL/P46/P460.HTML