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EL VE RDADE RO
X FALSCO?JUARE Z
0
TA I:IQER E S DE TIPOGR AFIA ,E NCUABE R NÁCION Y R AYAÚ ÓS.
Calle del Arco iE — SanA gustín núm .
E L VE RDADE R O
B U L N E S
ME X I C O
TALLE R E S DE TIPOGR AFIA ,E NCUADE RNACION Y R AYADOS .
Calle del Arco de San Agustín núm . 3.
J U A R E Z
MG Co s m €5
Psieología del Hu%01º.
Hay obras l iterarias cuya razón de ser no se expl ica fácilmente si
,antes de analizarlas
,no se hace un estudio de sus
respectivos autores,considerándolos desde el punto de vista.
inte lectual;y al número de'
ellas pertenece el l ibro sobre juárez
,recientemente publicado por D . Francisco Bulnes . Desde
el día en que ese l ibro, escrit6 cbn el del iberado propósito de
l astimar el sentimiento de legítimo orgul lo que el pueblo mexicano experimenta por contar entre sus hij os á un hombre
,.
cuya fama y méritos son reconocidos en todo el mundo civilizado
,vió la luz de l a publ icidad
,no hubo un solo lector in
teligente que dej ase de formular l a siguiente pregunta:l es fueron los móviles que pudieron impulsar á un escritormexicano á intentar destruir una de las glorias más queridasde su Patria?» — Y por más esfuerzos mentales que se hagan
,
no es fác i l encontrar una respuesta satisfactoria .Cham
,el hijo desnatural izado de Noé , no pudo contener
l a risa al ver desnudo á su padre,sumergido en el súeño de
la embriaguez;pero Cham no descubrió con su s propias manos al autor de sus días: l a desnudez del Pa triarca no fuéobra del padre de
'
los atesados africanos . E s cierto que el talCham no era filósofo
,ni orador
,ni crítico
,ni historiador
,y
que,falto de estas circunstancias
,no pudo ocurrírsele ser la
causa determinante del impudor paternal . E staba reservadoá un hombre de gran cultura intelectual el mérito de pretender demostrar
,
'
con del iberado propósito,que nada val ía en
real idad la gloria con que la R epúbliéa , madre de ese hombre
,se ufanaba .Pero queda en pie la cuestión . ¿Qué ñu se ha propuesto
el Sr . Bulnes al querer demoler l a reputación de juárez , l astimando así á l a Nación
,á quien debe el autor cuanto es y cuan
to posee? V eamos si logro,nuevo Edipo
,encontrar la exp lí
cación del enigma .
Desde l a época,bastante remota ya , en que D . Fráncisco
Bulnes comenzó á hacer p ínicos en el estadio de la pren saper iodíst ica
,tomó como modelo a l
"
famoso crítico francés Taime . Llevaba la admiración con que veía a l autor de la H z
'
s íorz'
a
a_
'e [a l zíem íum ing lesa al grado de hacer algo más que procurar imitarle : copiaba a ci lzí íem m dándolos por suyos propios ,muchos trozos de sus obras . Recuerdo que
,allá por el año
de 1 873 , publ icó bajo su firma, en uí1 periódico intituladoLa N ación
,l a crónica de un baile
,traducida en un caste
11ano plagado de gal ic ismos — porque entre 105ído los que másdesprecia
,inñnitam º nte más que á juárez , ñgura en lugar
preferente la gramática de su propio id ioma ,— publ icó , digo ,l a crón ica de un baile
,tomada del G7á zdorge de Taine . Les
óea z¿x 6515722; se rencm í rm í,dec1a
,en disculpa de sus plagios
l iterarios,cierto escritor francés .
Hago mér1to de esta circunstancia,la adoración con que .
el demo ledor de juárez ve al autor de <<LOS orígenes de laFrancia Contemporánea no porque desapruebe yo su gústoen cuanto á la elección de un modelo como Tainé
,aún cuan
do,para imita1 al gran escritor francés
,se requieran dotes m
teléctua lés y un caudal de conocimientos de que su imitador
carece . Nicensufo s iquiera la osadía de que da muestras pretendiendo ser el Taine mexicano . Lo que sí no puedo aprobar es que
,ya que no le es posibl e parecerse á su modelo en
talento,nien sabér
,no procure a l menos semejársele por el
carácter y por l a rectitud de intenciones en sus trabajos decrítica histórica
1 a1ne,al intentar destruir l a colosal figura del primer Na
poleón, creía ej ecutar una obra patriótica . Trataba de combatir l a funesta influeacía del cesarismo
,que tantos males ha
causado á l a nación francesa,y el espíritu de conquista que
,
en varias ocas iones,ha puesto á esa nación á
'
punto de perecer . Combatía también por l a l ibertad de s
'
u patria,en mo
mentos en que el part ido bonapartista,invocando el recuerdo
de las glorias n“
apoleón icas,intentaba recobrar el poder
,infin
yendo sobre las masas populares con el inmenso prest igio deque en ell as goza el vencedor de Austerlitz . Aunque Taine
,
en su obra,procedió con alguna injustic ia
,y su crítica no ca
recia de cierto apasionamiento,imposible es negar que su in
tento era noble,y noble también la causa que defendía . Fué
el campeón de l a l ibertad contra el despotismo , y el partidol iberal del mundo entero debe estarle reconocido .
P ero el Sr . Bul nes,al demoler
,como él dice
,l a gloria
de Juárez ¿qué fin se proponía alcanzar? Defendía l a causade l a l ibertad
,por ventura ? La de l a Reforma acaso? La de
la independencia de su Patria,amenazada por l a Intervención
Francesa? Todo lo contrario : al intentar desprestigiar al sostenedor
,al héroe princ
'
ipa l?ié ésas tres nobles causas , encarnadas en Juárez y representadas por él , Bulnes parece haberse propuesto combatirl as . Si los l iberales deben estar agradeeidos á Ta íne por su traba ¡o antí— napoleónico, el autor de laobra que ocupa nuestra atención merecería l a gratitud ,de losreaccionarios mexicanos si. . . l a tarea histórica que seimpuso no resultase un verdadero fárrago
,como lo demostra
ré,un escrito sin método
,niorden
,ni pensamiento , y hecho
en un estilo que parece,más que de un imitador de Taíne ,
de un émulo de Zúñiga y Miranda . ¡Um l i bro que comienzapor la adversativa PE RO !
Sin embargo,sería cometer una injust101a creer que el de
maledor de ]uárez se propuso como objeto favorecer los intereses del bando reaccionario . La falta de expl icación racionaldel motivo que pudo inducir á un miembro del part ido l iberalá atacar l a memoria del hombre considerado por ese partido como l a encarnación de sus principios políticos
,incl ina á
creer que el Sr . Bulnes ha pasado con armas y bagages álas ñlas clericales . E l Tiempo, d iario conservador , así lo hacreído
,y prueba de el lo es l a defensa que hace del autor de
<<E l Verdadero Juárez .» P ero si las apanenmas están en favorde la expresada creencia
,el conocimiento del carácter moral
del historiador y crítico l a desvanece . Los escr itos y los discursos de Bu lnes
,lo mismo que su vida pública , acusan un es
cepticismo profundo en materia de principios . El deseo quele ha dominado siempre de aparecer como hombre ingenioso
,como hombre de deseo que es en él una verdade
ra monomanía , ha sido s iempre obstáculo invencible para serun verdadero pensador
, y , por consiguiente , para formularseuna doctr ina
,y concebir ideas prbpias . H a l e ído y lee mu
cho;pero s in método y abandona las ideas que l a lectura pudiera sujerirle, si meditara acerca de ellas y las profundizat a
,por segu1r la pista á cualquiera frase de efecto que pueda
encaj ar en el discurso que está preparando,ó en el escri to
que se propone publ icar . Como consecuencia de esa preocupación constante de lucir ingenio ,
ó,como dicen los fran
ceses defaire de resulta un conjunto indigesto y malordenado de palabras y frases dichas para producir sensación y al cual Bulnes l lama discurso
,artículo 6 l ibro
,como
el que acaba de dar á l a estampa,y que no contiene
,en 870
páginas,una sol a idea
,niun argumento de fuerza conducen
te á causar la persuación en el cerebro de sus juiciosos oyentes ó l ectores . La sed de notoriedad
,el afán de arrancar
aplausos,por de pronto
,aunque la crítica le haga pedazos
más tarde,es la preocupación constante del autor de <<E l Ver
dadero Juárez .» No escribió su l ibro porque profese hoy idea sconservadoras en vez de los principios l iberales: en real ida dBulnes no tiene en política idea alguna . So lo un deseo le po
see,el de asombrar al púb1ico
,y por eso es por lo que se pro
pone impugnar todo aquel lo que pasa en la Historia como moneda corriente . Mientras mayor escándalo produzca , mejorpara su obj eto . Historiador belicoso
,se va á la guerra
,como
Mamórzí (Marlborough) armado de unas cuantas c itas malapl icadas y de .una 6 dos docenas de frases ingeniosas
,propias
ó aj enas (en cuanto á dar por suyo lo que pertenece á otrosno es el escrúpulo su principal virtud) pára combatir todoaquel lo que sus compatriotas consideran como indiscutible . E sel gran j usticiero de la Historia Patria y á él n0' se le engaña
,
ni tolera que sigan imperando conceptos,creencia s ó reputa
ciones,s i no se presentan previamente ante su tr ibunal . ¿Có
mo podría tolerar que siga creyéndose que Santa Anna fué elvencedor de Barradas? ¿No es evidente que quien capitulóen Tampico y se vió obligado á renunc iar á l a empresa de l areconquista de México fué el general mex icano? ¡A rectifi
car,pues ! ¿No es un hecho indiscutible que el mismo Santa
Anna fué rechazado por los franceses al querer desembarcaren Veracruz? Bulnes es muy capaz de demostrar que , en aquelcombate
,Baudin y joinvil le fueron heridos , perdiendo cada
cual una pierna,mientras que el jefe mexicano se volvió muy
tranquilo“ á los buques con que acababa de bombardear san
Juan de U lúa . No tardará mucho tiempo en publ icar otro libro para demostrar que fué Lorencez y no Zaragoza el vencedor en Puebla el 5de Mayo de 1 862 . Y ¿cómo es posibleque Bulnes sufra que ese cób
"
afdón de Juárez , débi l y pusilánime como una muj er
,disfrute de la reputación de grande
hombre,de firmeza y constancia incontrastables que el mundo
entero le reconoce? Pues es preciso demostrar lo contrario .
¿Que tal demostración causará escándalo? Eso es precisamente lo que busca nuestro cr ít ico . Llamar l a atención
,ha
cer que se hable de él : aunque sea mal,nada importa . H a
cerse notable,ved aquí el único fin que Bulnes se ha propuesto
al escribir su último libro .
Hay intel igencias no muy ricas,que
,sint iéndose impoten
tes para l a especulación elevada que va en pos de la verdad,
creen lucirse lanzándose al campo de la paradojá'y de 10 ex
trañó,sobre todo en el terreno de la Historia . Estas intel i
gencias son las que se consagran á contradecir los conceptosque la Histor ia consigna como verdades indiscutibles y quehan sido recibidas sin vacil ar por todas las generaciones quese han sucedido en el transcurso de los siglos . Así vemos que,de vez en cuando
,aparece algún pobre de espíritu con pre
tensiones de historiador que consagra su cacúmen á demostrar , unas ocasiones que Homero no existió , ó bien , á rehah ilitar á los tipos más execrables que han exist ido , presentándolos como ej emplos de bondad y hasta de virtud . Tibet 1o
,
Calígula y Nerón,en la H istona R omana
,han encontrado par
tidarios,que guardan su severidad para j uzgar á Tito y á Ves
pasiano,declarándolos monstruos de l a humanidad:escribiendo
sobre l a Edad Media,Carlomagno ha sido presentado por un
Mr . Lucien Double como un pobre legislador que no hizo otracosa de mérito que poner en vigor las leyes dictadas por Dagobet to E ste es
,según el escritor que acabo de citar
,el ver
dadero au tor de las CAPITULARE S atribuidas falsamente al famoso restaurador del Imperio Romano de Occidente . Otroscrít icos han ejercitado su poco ingenio en pintar á César Borgia y á su hermana Lucrecia como tipos de santidad :y , no hacemuchos años
,estuvo de moda en Francia declarar áNapo león I
un imbécil,cobarde y general incapaz . Nada de aquello que
constituye la gloria del moderno César le fué dej ado . Sus Códigos fueron obra de Portal is y de Tronchet;todas sus batallas fueron ganadas por sus ten ientes , y poco faltó para quese demostrase que no fué el Emperador de los Franceses elque murió en Santa E lena
,sino otro individuo , á fin de poder
atribuir á éste los escritos,considerados como obras maestras
del arte de l a guerra,que redactó el ilustre cautivo . En cam
bio,los hechos criminales de Napoleón,
sus derrotas de Leipzig y de Watterloo
,la invasión de Francia, l e son concedidas
generosamente . Refir iéndose á los historiadores de este género
,dice Carlyle en su obra intitu láda <<E l Heroe:»
<<Presentad á nuestros críticos un grande hombre , un Lntero
, por ej emplo : comienzan por 10 que el los llaman expl íca rlo
,no adorarlo ¡ sino apreciar sus dimensiones , y , hecha
9
l a medida,descubrir que era un hombre muy pequeño ! <<P ué
creación del Tiempo,d icen;el Tiempo 10 ha l lamado , el Tiem
po 10 ha hecho todo;pero él nada ha hecho , nada más que loque nosotros
,pobres críticos
,hubiéramos podido hacer tam
bién ! . ¡E l Tiempo l l amar a la escena al grande hombre !Ay ! Hemos visto muchos Tiempos que llama
b
ban áa gritos,al
g 1 ande hombre , pero que no le encontraban por más que lol l amaran ! »Bien pudiera el Sr . Bulnes darse por aludido al leer la an
terior c ita de Carlyl e .Pero
,aunque la empresa por él acometida no sea de las
más dignas de aplauso,repito que no creo que él autor de <<E l
Verdadero Juárez » haya escrito su l ibro impulsado por móviles clericales . El prurito - de hacerse notable
,l a comezón de
escandal izar al públ ico lector,y la ambi01on de que se le crea
otro Tainé,són l as causas únicas que le animaron á ponerse
en pugna con el sentimiento nacional . Desgraciadamente , para realizar su ambición de ser un perfecto imitador del crítico francés
,carece de casi todas l as condiciones intelectua
l es y morales que dis tinguieron á este gran escritor . Por 10que se reñere á intel igencia y aá instru001on
,basta para de
mostrar la 1nmensa distancia que ex i ste entre el censor de Na
po león y el demo ledor de Juárez , con l a simple lectura de lasobras de uno y de otro . E stilo
,método
,elección de argumen
tos y de c ¡ tas cbnducentes aa probar l a tesisx
propuesta , buena fe, todo es dnferente en una y otra obra . La de Taine esla de un verdadero ñlósofo que va en busca de la verdad : l ade Bulnes parece ser parto de un abogado defensor de unamala causa
, que, falto de pruebas sólidas en que a'
poyar suaserto , echa mano de suposiciones infundadas , que están encontradicción abierta con l a verdad de los hechos . Invo luntariamente
,al l eer l a obra de Bu lnes
,
'
se presenta á l a memoria l a célebre frase de Pascal :Mm í z'm'
s z
'
7¡zpzzdení zks zmg .
En cuanto á condiciones morales, ¡ cuán diferente se mira
al crítico mexicano comparado con el modelo francés que sepropone imitar ! Taine poseía
,según sus
¡contemporáneos, enalta dós ís el don exquis ito de la indulgencia . Su espíritu
,na
tura lmente sereno y l leno de benevolencia,le dictaba sus
cíos,que
,s i resultaban á veces severos
,nunca estaban dest i
tuidos de la prueba convincente . Sus defectos como críticoeran los de l a escuel a á que pertenecía
,l a cual
,abusando de
la facultad de analizar,se preocupa principalmente de los de
tal les , sin hacer caso del conjunto . Y precisamente e l con
junto debe ser e l p r incipal punto de mira de l a crít ica histórica , sobre todo ,
tratándose de j uzgar á un hombre de Estado .
La benevolencia,que tanto distinguía á Taine
,es la cua
lidad de que carece por completo el Sr . Bulnes . No seré yo ,
ciertamente,quien asegure
,como muchas personas que lo
han tratado con intimidad,que su' corazón ha carecido s iem
pre de sentimientos t iernos . Me está vedado profundizar estacuestión . Pero lo que sí me es l íc ito es j uzgar del escr itor porlos productos de su ingenio y por sus procedimientos al emitir sus ideas .Lo que se nota desde luego en Bulnes , lo mismo en sus
d iscursos,que en sus escritos
,es que l a pasión
,mejor dicho
,
l a emoción , lo domina y mata en él ese espíritu de observación tranquil a
,que es la condición indispensable del verdade
t o crít ico . Esta emoción lo inv ade,se apodera de todo su
organismo,desde el primer momento y con motivo de la cues
tión más insigniñcante. A la sensación sucede inmediatamen
te un sentimiento de repulsión y de antipatía: con la velocidaddel relámpago
,su espíritu recorre toda la escal a de manifes
taciones malévolas,hasta l legar al último exceso del odio .
Esta pasión,que domina en sus pensamientos y en la expre
sión de el los como señora absoluta , comunica á los productosde su ingenio cierta incoherencia que desordena por completosu discurso
,convierte en una verdadera olla podrida todos
sus conceptos,expuestos sin hilación ni método
,y produce
,
como resul tado definit ivo,una argumentación caricaturesca
,
que hace muecas,y que presenta los razonamientos de una
manera confusa , de l a cual es imposible que el auditorio quelo escucha
,6 los l ectores de sus escritos
,se den cuenta clara
y exacta . En vez de presentar las cosas 6 l as personas dequienes habla tales como son en real idad
,se expresa de ellas
conforme á l a impres ¡ on moral que producen en su fuero ínterno . Y como esta impresión es malévola y antipát ica, resulta siempre que la obra de Bulnes es de odio y nunca deamor . De ahí viene l a esterilidad de esa obra, porque el odionada engendra y solamente el amor es fecundo . Examínensetodas sus producciones intelectuales : no hay una sol a persona de quien se ocupe en el las que encuentre gracia á sus oj os;y si alguna vez se le escapa un elogio avaro respecto de a lguien
,es para hacer resaltar mejor el defecto de otro . Así
vemos,en el l ibro que tanto escándalo ha causado , que todos
los que ñguraron en el partido republ icano durante ¡ l a guerrade Intervenc ión son más meritorios
,según Bulnes
,que el hom
bre que simbol izaba l a causa de la Patria y á cuya constanciay energía se debió l a salvación de la República .Siguiendo con el paralelo entre Taine y Bulnes
,nos em
contramos con que carece de otra cual idad reconocida porlos contemporáneos del crítico francés
,aun aquel los que le
fueron opuestos en ideas . Esta cual idad es la modestia antel a crítica . Los ataques más apasionados que se le dirijieronno producían en su án imo amargura alguna . Nadie reconociómej or que él en sus adversarios
,dice Fi lon
,escritor bonapar
t ista , el derecho de discutir sus ideas . Jamás le ocurrió , comoal autor de <<E l Ve rdadero juárez ,» decir que sus a rg umentos
eran ¿“
cm írrefuíaóles como la s leyes de [Q ppler, arranque de vanidad digno de un huesped de San Hipól ito . El Sr . Bulnes noadmite l a contradicción . Se muestra
,en una especie de Man í
ñesto que recientemente publ icó en E l Tiempo,indignado con
tra el partido l iberal mexicano por haber éste permitido quelos periodistas que pertenecen á él hayan censurado con acr itud los acerbos ataques que dirije contra la memoria de Juárez . Pretende que se le trate con más respeto que el que élmaniñesta al gran repúblico . Protestar contra los falsos conceptos de Bulnes respecto á Juárez ¡Horror y profanación ! Sequej a amargamente de que en México no hay l ibertad paracrit icar , y él mismo niega á los escritores l iberales el derechode criticarlo . ¿ Puede darse inconsecuencia mayor ? Pero elpartido l iberal mexicano está amenazado por Bulnes con un
3349 549
ha % brºa eon51derºada en eonlun%o.
Si el Sr . Bulnes profesase aquel precepto de la sabiduríaantigua N os ¿ e íe si
,despojándose por un momento del
manto de amor propio en que se envuelve para dogmatizar,
examinase en calma y con verdadero espír itu crítico el bodrioindigesto que ha servido a l públ ico mexicano con el único ñude llamar la atención hacia sú
'
perº
sona,expefimentaría, s in
duda alguna,remordimiento profundo por haber tratado tan
mal á juárez , cuando á él exclusivamente debe la sensaciónque su obra ha producido . … Efectivamente
,el respeto
,mejor
dicho,l a veneración que la Nación Mexicana tributa á l a me
moria del gran repúbl ico,su reformador y el salvador de su
independencia,ha sido l a causa de que un escrito
,que no
merece otro cal ificativo que el de un positivo mamarracho,
es té s iendo obj etó de la lectura y de los comentarios de todoslos hombres inteligentes
'
que, en México , se consagran ál-
es
tudio de las cuestiones históricas . Sol amente por tratarse de
1 4
una figura,cuya grandeza es reconocida s in disputa
,tanto
eñtre nosotros,como en el extranj ero
, (véase lo que dijo elfamoso Ministr 'o americano Seeward acerca del concepto en
que ten ía á nuestro Presidente) , sol amente por la natural curiosidad de ver qué es lo que un ind ividuo como Bulnes
, de
reputación l iteraria negat 1va , pudo encontrar censurable enl a vida públic a del '
ilus tre patr icio,y cómo puede demostrar
que la energía de carácter y l a constancia,cual idades que son
l as que más resaltan en el hombre de Veracruz y de Paso delNorte , fueron, en real idad , debi l idad y desal iento, el l ibro áque hago referencia ha dado motivo á un smnurnero de refutaciones
,en vez de haber s ido arroj ado al cesto 'de los pa
peles inút il'es,al l ado de los anuncios que recomiendan las
Pí ldoras R os s das del Doctor Wil l iams y la Emulsión de Scott .Porque no debe el
'
autor de el <<E 1 Verdadero juárez » hacerse l a i lusión de que el ruido extraordinario que su libro ha producido se debe á l a reputación literariá y fil osófica desu autor .Mucho tiempo hace ya de que Bulnes ha sido apreciado en suverdadero valer
,ya sea como l iterato
,ó ya como pensador
,
economista,ú orador . Como l iterato , no t iene en su H aber ,
más que algunos artículos de periódico , salpicados de esasfrases extrañas
,que
,como decía Vo l taire de l as odas de l d i
vino Píndaro , nadie , ni él m 15mo puede comprender, y de.
ocurrencias ingemosas , copiadas de autores franceses , que sonlos únicos que ha leído
, por razones que yo me sé . Como
p ensador, nadie ha visto en sus escritos un solo pensamientooriginal
, y, aun en l a exposición de l as ideas aj enas , se notafalta de orden lógico,como economista, sus trabajos se reducen á la defensa de un s istema feroz de l ibre cambio , sacrificando á ese sistema los intereses económmos del país y su industria naciente y haciendo verdaderos juegos de prestidigitación con cifras tomadas de anuarios estadísticos; (Bulnesha declarado en l a Cámara de Diputados , en una discusiónsobre un—
*
p royecto de tratado comercial con los Estados Unidos
, que nada le z?npor íaóa queMéx ico fueseperjudicado en ese
convenía,porque él era partidario de la Zeorz
'
a de Da rwin ,cm
s z
'
s íem'e m que el org anismo más cléózºl debe perecer ¿mie el más
I S
fuerte) ; como sociólogo, o lv idando que l a cuestión del pro
greso de los pueblos se presenta con múltiples aspectos,in
telectua l , as tístico,mercanti l , industrial , guerrero , etc .
,sos
t iene que l a Repúbl ica del Norte es el país más c ivi l izado dela tierra
,únicamente á causa de su gran desarro l lo económi
co (en otro escrito aseguró que los pueblos latinos es tán másatrasados que los de la raza anglo — sajona zm zcamemº
e por que
p 1 ofesan el catolicismo , como si l a rel igión fuese el so lo factorde la cultura de las naciones); por último , como orador , hedicho ya que los d iscursos de Bulnes
,no son otra cosa que
un embrol lo apelmazado, palabras bu lnescas , de*
frases y conceptos dest inado s á arrancar aplausos de un auditorio
,an
te el cual es atrevido para l anzar disparates , por que sabe quelas nueve décimas partes de él están compuestas de 1gnoran
tes incapaces de comprenderle,y la décima restante l a forman
amigos suyos que no quieren desacreditarlo anal izando sus t evoltillos orator ios y poniéndolo en ridículo . En resumen
,l a
personal idad de Bulnes,cualquiera que sea el aspecto en que
se l a considere —
y olvido el gramatical y l iterario ,— cstá totalmente desprestigiada
, y , como antes dij e , solamente á ]uárezdebe l a sensación que ha causado su última obra . En pruebade el lo
,no hay más que recordar l a ninguna atención que el
público dió á dos obras … ant eriores que ha publ icado , unacon el obj eto de insultar á l a Colonia Española de México yla otra para cal ificar de mentiras las acciones de guerra queconsidera nuestra patria como triunfos nacionales .Porque la verdad es que
,en los anales l iterarios del mun
do entero,j amás se habíá publ icado una obra en la que su
autor demostrase mayor independencia con respecto á l a lógica
,al orden
,al método
,á la razón analítica
,al encadena
miento rigoroso de los argumentos encaminados á producirla persuacióñ en el espíritu del lector . E sto , sm contar l a mala fe con que examina á Juárez solamente en una época en laque cree encontrar motivos de censurá contra él y uiuna pal abra dice del período luminoso de la vida de aquel grandehombre
,que comenzó corí su gobierno de Oaxaca y que ter
minó con el triunfo de la causa l iberal y reformista en 1 86 1 .
¡ 6
Ya que se trataba de presentar en su verdadero aspecto yten iendo en cuenta los hechos de su vida al Vem'adero ?uárez ,debió de haber comenzado el infel iz autor por hacer méritode los prodigios os esfuerzos que hizo
,s iendo Gobernador del
Estado de Oaxaca,para ayudar á la defensa nacional contra
la 1nvasíón an-
g lo— americana .
Um biógrafo de juárez , que acopió datos ñdedignos paranarrar la vida de aquel grande hombre
,dice 10 sigu iente:
<<Después de la pérdida del Gra l . L eón,después de los
sucesos que se acaban de referir,el desal iento fuegeneral en
autoridades y pueblos, pero Juárez , cuya constancia rayabaen milagrosa
,no descansó niun momento
, ya l evantando fuerzas , ya estableciendo una maestranza , ya haciendo fabricarcañones y pertrechos de guerra, el caso es que el grito de lucha no se dej ó de escuchar un momento en todo el Estadocuyos des t inos regía Juárez . A veces
,en medio de esos cua
dros tristes y vergonzosos que presentan los pueblos,hay , sinembargo
,ej emplos que prueban que nunca mueren del todo
l a rectitud de las concienc ias y el sentimiento de l a patria,
ej emplos que bri l lan más m 1entrás más raros son y mayor hasido el desal iento ó el oprobio de una nacion . »
Debió Bulnes haber hecho mención de que, Juárez durante su admin istración en Oaxaca
,<<proced1ó, con una cónstan
cia superior á todo elogio,» dice su biógrafo
,á l a reorgan iza
ción de aquel Estado . <<Acabóse de establecer en él el catastro,se amortizó la enorme deuda púb l ica
,se pagó con creces el
contingente federal, y l a Repúbl ica entera 10 aclamó un E stádo modelo .»
Debió no o lvidar l a terr ible persecución de que fue vietima ]uárez por parte de Santa Anná, su pr is ión en los calabozosde San juan de U lua , su expulsión al extranj ero , y la digu idad con que sufrió todas aqu el las penal idades sin doblegarseniun momento ante el t irano . La miseria de que fue víctimaera tan grande que, en los Es tados Unidos , ]uárez se vió obl igado á trabaj ar personalmente
,como impresor
,para propor
cionarse el sustento .
El au tor de l a obra no hace mención alguna del ' impo'
r
l 7
tantísimo papel que el gran l iberal desempeñó durante l a revolución de Ayutla, s iendo secretario de D . Juan A lvarez
,y ni
una palabra dice de esa famosa Ley 7na'
rez,obra exclusiva del
minis tro cuyo nombre l leva y que fueel primer paso dado pdfel part ido l iberal en el sendero de la Reforma . Para apreciardebidamente loque tuvo de valeroso , y aun de temerario ,
el actode publ icar aquell a ley, es preciso tener presente lo que los coutemporáneos supervivientes de aquell a epóca dicen de l a colos a l inñuencia que las dos clases privi legiadas
,e l Clero y el Ejer
cito,tenían sobre la sociedad mexicana
,y cómo p intan la tem
pestad de odios que se desató contra el autor de la l ey . El Sr .Bulnes era entonces un niño
,pero no tan niño qu e no pudiera
dej ar de fij arse en el desencadenamiento de las pas iones delbando conservador contra el gobierno l iberal
,que despoj aba
audazmente de sus fueros á l as dos clases dominantes del país .Recuerdo que, en — aquel los años
,el autor de <<E l Verdadero
Juárez » era un alumno distinguido del co l egio del P rofesórH igareda , y se hizo notable por su instrucc ión en un Certámen que el Ayuntamiento deMéx ico dispuso que se celebrat a entre los discípulos más adelantados de las escuelas particu lares . Podía
,por consigu iente , formarse concepto del es
tado de los ánimos en aquel tiempo y apreciar así la energíaextraordinaria de que juárez dió muestra , dictando una leytan atrevida
,como Min ¡ stro de Justicia
,cuando tenía que lu
char hasta corr sus mismos compañeros de Gabinete, que, en
su mayoría , pertenecían al partido moderado .
Cuando digo que para nada se ocupa Bulnes en hablar de los méritos contraidos por J uárez antes de la época de la I ntervención como gobernante en Oaxaca ,
co
moMinistro de J ustmía y C ultos deDon J uan Alvarez , como sostenedor de la Constitución de 1 857 contra la reacción clerical y militar y como director de la graddiosaobra de la R eforma
, es porqué observándola bien,la obra recientemente publicada
consta de dos partes perfectamente distintas : la primera y princíqa1, que encierratodo el pensamiento y toda la, 1ntención del autor, encaminados á demoler la figuradel grande hombre
,y la cual llega hasta la página 84 6;y una especie de apéndice ó
de ep ílogo , en el que el crítico , al parecer arrepentido, ó más bien dicho, espantadode la, injusticia de sus diatribes , da muestra de querer endulzar el borde de la copapara que sus lectores patriotas encuentren menos ainargo el brebaje envenenado con
hiel,malignidad y calumnia que les ofrece á ñn de destruir en sus ánimos el concep
to elevado en que tienen á J uárez y el sentimiento de amor y admiración que p rofesan á su memoria. E sta segunda parte comprende solamente veinticuatro páginaslas ochocientas cuarenta y seis restantes están consagradas exclus ivamente á la obrade detugpacíón .
1 8
Al ver que el Sr . Bulnes , en una obra en que se propuso
por objeto presentar á Juárez tal como él en real idad lo juzgaconforme á los actos de su vida públ ica , ocurre naturalmentepreguntar si esa vida pública comenzó en 1 86 1 . Y precisamente pasa por alto aquel período de la existencia del grandehombre
,que
,en mi concepto
,es más digno de elogio que e[
mismo de su resistencia contra l a intervención francesa y elimperio de Maximil iano . En efecto
,aunque fue grandiosa l a
actitud que tomó entonces,aun cuando su con stancia y ener
gia en sostener con firme mano el pabellón de la patri a enmedio de mil reveses que hubieran desalentado al hombre decarácter más tenaz
,impidieron que el país desalentado se rin
diese al invasor y contribuyeron en gran parte á que los E stados Unidos , viendo en él un gobierno legítimo , tuviese esepretexto para no reconocer al emperador intruso ,
y paraexijir á Napoleón III que retirase su ej ército del territoriomex icano
,el papel que l as ci rcunstancias imponíán á Juárez
fuep rincipalmente de carácter pasivo , sobre todo desde quese vió obl igado á establecerse en el último rincón del país ,
E n el epílogo á que me refiero y del cual se sirve para justificarse ante el Lic.
D . Emeterio de la Garza del cargo de animosidad contra J uárez que aquel caballerole hace , se ve algo parecido á las caricias que se hacen ¿1 un niñ o para que sientame
nos las dolencias de una lijera operación quirúrgica que no requiere el uso del cloroformo con el paciente… Dice el autor efectivamente la verdad cuando , espu lgando lasveinticuatro páginas de la segunda parte de su libro , cita todo 10 bueno que recono
ce en J uárez , su valor, su patriotismo,su celo por los intereses de la R epúb1ica , su
condu cta como gobernador de Oaxaca y la constancia con que sostuvo con firme mano la bandera de la Patria :en una palabra contrad10e todo 10 que respecto del h ombre del Paso del Norte afirmó en la primera parte de su obra, h acinando cargos pueriles, haciendo suposiciones infundadas y calumníando
, por medio de textos truncados y de om isiones maliciosas de hechos y documentos que justif man de una maneraindiscutible á _aquel Presidente de las imputaciones que le hace. P or esto digo queh ay dos libros distintos en <<E 1 V erdadero J uárez .» P ara refutar el p rimero , basta concita
1
1
:
º
el segundo, y el Sr. Bulnes se verá embarazado para contestar á 1a siguiente pregun
¿C uándo dice U d . la verdad, cuando deturpa en 84 6 páginas ¿1 J uárez , negándo
1e todas sus virtudes , todos sus grandes hechos, cuando le acusa hasta de haber querido vender parte del territorio nacional
, 6 cuando en las ú ltimas 2 4 páginas de laobra le elogia por todo aquello que antes no quiso reconocerle? Si lo segundo, 10 delas 2 4 páginas, es lo cierto , ¿por qué escribió U d . las primeras 84 6? ¿E s esto ser con
secuente con sus ideas? ¡Consecuente el Sr. Bulnes ! Basta probar que no 10 es , tratándose del tema que desarrolla en su obra, la confesión que hace de háber sido él eliniciador de la primera conmemoración solemne de J uárez . ¿P or qué inició que secelebrara públicamente la memoria del hombre á quien
, en su fuero interno , consideraba como un ¡idolo de barro? Obraba entónces en conciencia
,6 s<¡ 1amente proce
día contra sus convicciones por tributar una baja y cobarde adulación al partido li
1 9
falto de toda clase de elementos de combate . Gran mel i to fueel continuar en su actitud de resistencia , esperando contra toda esperanza
,y cuando l a evidencia de los hechos parecía
aconsej arle que abandonara una causa totalmente perdida a lparecer . El Senado R omano fue á recibir á l as puertas de laciudad al Cónsul vencido en Cannas y á darle las gracias porque no había desesperado de la s alud de la República . Igualgratitud debe tener l a Patria Mexicana al homb re que no desesperó de su salvación,y precisamente la fe en el triunfo ñna l ,á pesar de cuantos obstáculos se levantaban en contra
,es lo
que constituye l a grandeza de juárez en aquel l a época cal amitosa .
Perok
s í,en Paso del Norte
,fuegrande
,en su lucha contra
el bando reaccion'
ario fue subhme. Aquel período de la vidade juárez comprendido entre el golpe de Estado de Comod
fort y el tr iunfo de Calpulálpam fue esencialmente de acción .
¿Cuántos principios hizo tr iun far juárez durante l a guerra detres años ! Comenzó por hacer ver que el fundamento de la eutoridad no está en la ocupación de la Capital por un goh ier
bera1? (E ntre paréntesis diré que Bu lnes , al atribuirse 1a gloria de haber sido el ini
ciador de la solemnidad anual del 1 8 de J u lio, se viste según me han asegurado, con
galas ajenas .
Los iniciadores de la solemnidad fueron los Generales Sóstenes R ocha y D . Vicente V illada, y los redactores del periódico E l P ar¿zdo L ¿bera l . Así al menos me 10
ha dicho D . Bem to J uárez , hijo , quien guarda en su corazón con profunda gratitudel recuerdo de cuantos han tñ butado justicia á la gloria de su ilustre padre)
E n su réplica al Sr. Garza pone Bulnes de manifiesto que no es en él habitualrendir cu lto honrado á la verdad , cuando declara d 1gno de elogio el no haberse hech o eco de la calumnia del Gral . Márquez de León referente á que aquel Presidentedijo que confiaba á González Ortega el mando del E j ército de Oriente, para que sedesprestig1 ara , por ser incapaz como militar. E l Gral . Díaz le aseguró que era falsa la aseveración del Gral . Márquez , y Bu lnes juzga como un mérito el no haberaprovechado contra la memoria de J uárez esa especie calumniosa . De 10 que resu lta que para el crítico de J uárez es cosa de extraordinario mérito el no emplear como arma la calumnia .
P or lo expuesto anteriormente, queda explicado por qué digo que, en ( (E l Ver
dadero J uárez , » Bulnes omite intencional y malignamente cuanto redunda en h onor del gran patricio.
Me refiero á la obra principal de las dos que contiene el libro , á la consagrada ádemoler á 'J uárez y cuyo objeto está claramente designado en el subtítulo que dice, después de “E L V E R DAD E RO J UÁ R E Z , » ( (LA V E R DAD SOBR E LA I NTE R VENCION Y E L
IMP E R IO») no á la retractación que hace el crítico de sus aseveraciones ante juaristas
,tal vezpor temor á la tempestad que presentía que h abría de venirsele encima.
Sí solamente alabanzas hubiera. tributado á J uárez , no valdría su libro la pena de re
futarlo,ui la inmensa mayoría del pueblo mexicano habría protestado con indigna
ción Contra ellas .
Z I
vicio del buen derecho,nada puede en contra l a fuerza de las
armas,hechos que serían ya suficientes para cubrir de gloria
á un gobernante;sino que hizo nacer á l a República á una vidanueva
,más adelantada que la de muchos países europeos , l a
de todos ellos,s in excepción
,acometiendo l a grandiosa em
presa de la R eforma,obra social y pol ítica ,más gigantesca que
la que Gustavo Wassa realizó en Suecia . Si se examina el fundamento fil osófico de esa obra , queda el espír itu asombrado .
Cuando apenas ' se habían leído en E u ropa,en pequeños ce
nácu los de discípulos fervientes , l as obras de Comte cuando era tan desconocido el nombre del filósofo "frances quereñere un escritor que un sabio j esuita , nombrad o por su General para celebrar un arreglo entre l a Compañía de jesús yl a escuela pos it ivista (esto acontecía ( tu l a época en que aquelfilósofo, ya medio demente,pretendía fundar una rel igión) queun sabio j esuita
,digo
,preguntaba si Mr . Augusto Comte era
un, químico que se había hecho notable por algunos descubrímientos;cuando Mil] y Spencer nada habían escrito aún;cuando
,en fin
,hasta l a palabra híbrida sociolog ía no se había pro
nunciado,sorprende que un pobre abogado sal ido del Instituto
de Oaxaca,reso lviese por intu ición cuestiones socio lógicas
que los grandes polít icos europeos nisiquiera concebían enaquel entóhces . Juárez pensó que no pueden vivi r en un mismo país
,baj o un mismo s istema pol ít ico y con iguales dere
chos dos poderes que persiguen ñues distintos,el rel igioso con
intereses y propósitos ultra — mundanos y el civil,establecido
para regir á las sociedades hufríárías en la vida terrena;pensó que
,girando esos poderes en órbitas distintas
,l a intromi
sión del poder rel igioso en la existencia nacional equivale átanto como á una usurpación de facultades que , en maneraalguna
,son de su competencia
,y decretó la separación abso
luta de la Iglesi a y el Estado,resolviendo as í l a árdua
'
cuestión de la l ibertad de cultos que tantos escrúpulos de conciencia y tanto escándalo había producido al discutirse porel Congreso Constituyente de 1 857. Totalmente indiferenteel Estado á las cuestiones re l igiosas
,que no son de su incum
bencia,dej aba á las conciencias l ibres y sin neces idad de per
m iso especial del Gobierno para practicar los cultos que mejorles conviniesen . Pensó también que , s iendo de la competenciadel Estado el deber de vigi lar sobre el movimiento estadísticode la población que V ) V€ bajo su amparo , á nadie más que á eseEstado correspondía la inspección y la vigil ancia sobre aquelmovimiento
,y dictó la ley del Registro Civi l . Conoc iendo que
el crecimiento incesante, por medio de la amortizac ión de cre
eidos capitales , además de impedir el desarro l lo económicodel país con el estancamiento s istemático de gran parte de la ri.queza públ ica
,ponía enmanos de un poder rival y enemigo como
era el Clero una arma poderosa para fomentar las discordiasciviles
,y haciendo uso del derecho que las leves de la gue
rra conceden para reducir á l a impotencia de hacer daño á l aNación á ese terr ible adversario
,dec retó la nacional ización
de los bienes eclesiásticos . R eñexionando que n inguna sociedad tiene derecho para suic idarse
,porque las sociedades v i
ven en el mundo para reproducirse,cerró los conventos
,que
son instituciones organ izadas de cel ibato y prohibió los votosmonásticos que se oponen á l a propagación de la especie humana . Persuadido de que el matrimonio no es para la sociedad mas que un simple contrato civil
,y suj eto
, por consiguien
te á l as leyes sociales,dictó l a ley del matrimonio civil
,que
pone bajo el amparo del Estado ese acto importantísimo dela vida humana . Toda l a parte ñlosóñca de la obra reformista
,concebida y l l evada á cabo por juárez en V eracruz , pare
ce ser producto del cerebro de un sociólogo profundo;y esaobra es l a que cal la el Sr . Bulnes
,que tanto se precia de ser
un sabio en materia sociológica .
Se dirá que juárez tuvo co l aboradores en la obra refor
m ista . Naturalmente : todo j efe 'de Estado debe tenerlos . Pero ¿quién fue el responsable de el la? Quién dió el consentimiento
'
consciente para que laº tarea se ejecutase y se l levaseal terreno de l a práctica?Y esto ¡en qué circunstancias ! Cuando por los días de cada semana
,de cada mes y de cada año
de aquel sangriento trienio,se contaban las derrotas de los
ej ércitos l iberales,cuando el m ismo gobierno constituc ion al
se encontraba amenazado de muerte por Miramón,cuando
2 3
l as potencias navales de Europa lo amagaban en su últimorefugio con el bombardeo por los cañones de sus escuadrassi no cej aba ante las injustas reclamaciones pecuniarias de susrespectivos súbditos . Y Juárez , impasible ante l os reveses
,y
con l a fé del triunfo,respondía á cada derrota de los consti
tuciona listas con una nueva ley , que deba un golpe mortal albando reaccionario .
¿Y podrá decirse que un l ibro que deja en completo silencio l a época más gloriosa de Juárez , l a época en que se mos
tró estadista sin r ival en la Historia del Mundo,es un traba
jo histórico,digno de atención ?
Si,frecuentemente , sol o r isa desprec iativa prod ucen en el
lector del l ibro del Sr . Bulnes las acusaciones que contra juárez se formulan apoyadas únicamente en suposiciones fal sasacerca de hechos y actos que no se efectuaron conforme algusto del au tor
,hay , entre esas acusaciones , una que causa
positiva indignación,porque constituye una odiosa calumnia
,
l anzada contra nues tro i lustre patric io con maniñesta malaintención . No sé
,en verdad
,cómo D . Francisco Bulnes podrá
j ustificarse de haber truncado los documentos que cita y dehaber pasado en silencio otros
,cuando se j acta de que el
estudio de l a cuestión que trata (demostrar que juárez seproponía en5jenar parte del terr itor io nacional á los Estados Unidos
,á cambio de auxi l ios en hombres y en dinero
que se l e proporc ionasen contra los franceses y Maximil iano) cuando se j acta, digo , de haber hecho un estudio concienzudo del asunto y de los datos fehacie ntes en que apoyasus aseveraciones . La necia van idad
,rayana en el del irio
,del
autor,quien decreta pontiñca lmente que
,fueron crímenes de
juárez todo aquel lo que hizo , de 1 862 á 1 867, sin contar conl a a probación de Bulnes en 1 89 4 , l e da , hasta cierto punto ,degecho de provocar en contra suya la hilaridad de sus lectores . Pero
,en manera alguna
,l e autoriza á formular el gra
ve cargo de traic ión á l a Patria , lanzado contra Juárez , á quienacusa de haber intentado enaj enar el territorio nacional . Podemos reír de que juárez sea censurado por no haber procedido
,durante la guerra de Intervención
,conforme al criterio
2 4
de Bulnes . De lo que sí no podemos reírnos es de que el autor referido pretenda hacer concebir l a sospecha de que elhombre á quien l lamamos Sa lvador de la P a í 72
'
a,abrigó el in
fame propósito de vender parte del país . Aquí sique es preciso arrastrar al Sr . Bulnes ante el tribunal de la Verdad
,y
exijír le l as pruebas en que funda su dicho .
¿Qué pruebas presenta? Unicamente pa rte de una notadirijida por D . Matías Romero al Gobierno de Juárez , en lacual
,el honrado y patriota diplomático mexicano argumenta
contra l a enaj enación de parte de la Repúbl ica á los E stadosUnidos . Malignamente
,el escritor trunca l a nota en su parte
ñna l para hacer sujerir l a sospecha de que Romero aconsej aba á juárez que desechara la criminal idea de ejecutar un ac
to que equivalía á traición á l a Patria . La parte de la nota queBulnes suprime
,dice así al pie de l a letra y no dej a lugar á
duda acerca de que Romero no combatía ideas de juárez , s ino las que provenían de otra persona
,y sobre las cuales l la
maba la atención del Gobierno Republ icano,enteramente aj e
no á el l as . Atención :<<Todas estas graves cuestiones necesitan
,para resolverse
de una manera definitiva del desarro l lo de los sucesos quepueden tomar un giro diferente del que ahora se prevé comonatural y probable y que harán necesarios remedios distintos
para los nuevos pel igros que presenten las nuevas fases quetome este asunto . Conviene , sin embargo , desde ahora , pensar seriamente en el porvenir para que las medidas que lascircuns tancias hagan adoptar desde luego
,no embaracen las
necesidades é intereses futuros de nuestra Patria . EL DESEODE LLAMAR LA ATENCION DEL SUPREMO GOBIE RNO HACIA ESTE IMPORTANTE ASUNTO ME H Á DECIDIDO A SOMETER A LA CONSIDE RACION DE UD .
LAS REFLEX IONES QUE PRECEDEN Y QUE NO PASAN DE CON]ETURAS MAS O MENOS FUNDADAS SOBR E LOS DESTINOS FUTUROS DE NUESTRO PA IS .
Aprovecho esta oportunidad para renovar á Ud . las seguridades de mi distinguida consideración .
— M. R omero .— Se
ñorMinist1 0 de Relaciones E xteri01 es .— Chihuahua .
2 5
E s evidente que,cuando D . Matías Romero explica la ra
zón de su nota,cuando l lam a la atención del Gobierno hacia
l a idea referente á l a enejanación del territorio nacional , y lacensura
,para que no se crea
,ni por un momento, que es su
ya, es evidente , repito , que no contestaba á una petición deconsejo que juárez l e hiciera sobre es te asunto ,
nimucho me
nos que l lamara la atención al autor del proyecto de enajenación terr itorial sobre este mismo proyecto . Se l lama la atención sobre lo que es desbonocido para aquél á aquien se eseribe . juárez ignoraba que hubiese surgido l a idea de cederá los americanos parte de nuestro terr itor io á trueque de aux il ios materiales que los Estados Unidos le impartiesen, y porque lo ignoraba , Romero se lo hacía saber en su nota .
Con toda la hipocresí/
a de la calumnia intencional,Bulnes
dice que la expresada nota parece ser contestación á otra an
terior (del Goblierno probablemente) , nota anterior que noha logrado encontrar por más que la ha buscado . Con razónno encontró esa nota anterior
, por l a sencil la razón de que noexiste . P oco debe haber registrado el Sr . Bulnes el tomo 4 .
º
de la Correspondencia de la Legación Mexicana en Washington del cual copió l a nota de Romero que, truncándola , publica , s i no encuentra e l origen de el l a .
La cuestión relativa á l a enaj enación del terr itorio nac iódel viaj e que D . Manuel Do“ lado hizo á los Estados Unidos ,durante el cual viaj e se puso de acuerdo con D . Matías R omero para averiguar con toda certidumbre qué clas e de pro
yectos abrigaba el Ministro E€€Ward respecto á México . Lasdos notas que á continuación inserto
,subrayando lo más no
table de el las,hacen ver claro en este asunto . Veamos la pri
mera:N ú m e r o 2 7 9
LE GACION MEX ICANA DE LOS E STADOS UNIDOS DE AMERICA .
Washington , Octubre 2 2 de 1 864 .
Arreglos intentados por el Señor Doblado.
<<E n V irtud de las notic ias que en mi nota número 2 74 , de1 9_
del que cursa,comuniqué á Ud . habían l legado á mi co
2 6
nocimiento con rel ación á l a intel igenc ia que había entreMr.
Seeward y el Gobierno Francés para que los Estados Unidos reconocieran á Maximil iano luego queMr. Lincoln saliera reelec
to,di todos los pasos que creí convenientes para evitar que se
adoptara esta medida,y que indiqué á Ud . en mi c itada no
ta . De el resultado de el los hablaré á Ud . en comunicaciónseparada cuando todos hayan producido el que espero . Aho
ra solo mepropong o informa r ese del resul tado que
produjo la venida d es ta Ciudad del genera l Doblado, que como
índigz¿é a'
Ud .
,em uno de los sucesos de que es/>em óa y o saca r
más pa r í íd0. ( ¡Atención, Sr . Bulnes ! )<<E l general Doblado l legó á esta c iudad en l a noche del 1 9
del corriente . En la mañana del 2 0 comuniqué áMr . Seeward
su llegada,y á poco me contestó inv itándonos á ambos á que
fuéramos á comer con él . Estuvimos á l a hora de la cita y á
poco l l egó Mr . Weed,uno de los hombres públ icos más in
fluentes del Estado de Nueva York y amigo muy íntimo deMr . Seeward .Mientra s l legaban otras personas de Nueva Yorkque habían sido invitadas para l a Comida
,y que se detuvie
ron por hora y media á causa de una d il ac ión del ferrocarri l,
Mr . Weed me estuvo haciendo,en presenci a deM. Seeward
,
varias preguntas sobre el estado que guardaba la Repúbl ica ,y yo me aproveché de la ocasión que me presentó de or i l l arl a conversación á donde deseaba l levarla . Me parece excusado manifestar á Ud . que dij e cuanto creí necesario que sa piera ú oyeraMr. Seeward
,y que in sistí sobre 10 que en la actua
lidad tiene mayor imp ) rtancia .Mr. Seeward hizo, en el cursode la comida
,frecuentes alusiones á l os asuntos de Méx ico y
en todas el las daba á entender que estaba muy lej os de querer reconocer el Gobierno de Max imi l iano . En una ocasiónl legó hasta decir que no consideraría terminada la cuestión enlos Estados Unidos s ino hasta que no hubiera dependencianinguna europea en el continente americano y hasta que todo él estuviera regido por instituciones repubiicanas . La im
presión que me quedó después de haberlo o ído en esta comida ,fue l a de que
,6 es el hombre más falso que ex iste sobre l a
tierra,que sin necesidad hace alarde
,precisamente de lo con
2 7
trario de lo que s iente,ó que no había pensado en compro
meterse en reconocer á Maximiliano . Después de haber vistootros muchos incidentes
,que sería largo enumerar aquí, he
l legado á creer que el segundo extremo es el fundado .
con el genem l D oóla a'o Zol qz¿e sería conveniente
hacer en vis ta de las presentes círcum íanczkzs,l leg amos á convenir
que él , COMO PAR TICULAR, y expres ando s z?¡ z¡ blemm íe su 0pz?zí0
'
n,
dz'
jem Q UE CRE IA CONVENIE NTE Q UE E L SUPREMO GOBIE RNO VENDIE
R A A LOS E STADOS UN1DO'
S,LA BAJA CALIFORNIA Y UNA PARTE DE
LA SONORA : gue esz'aóa a
'z
'
spzzes ío recomenda r esa —medida a l P re
s z
'
deníe, y que la creía de fácil rea lización . P a recz-v que, proce
diendo as z'
, />0a'zkmzos dar a
'
eºs íe Goóíem o ma s m íarés 677 720 76
conocer á Max zhzíl ícmo,
a z2n lleg ar saber qué haría si se le
l leg aba a'
proponer dz'
c/zo a 7j_7f eg lo S IN QUE POR ESO NOS
COMPROME TIE RAMOS A NADA ,SUPUESTO QUE YO
NO HABIA DE APARE CE R OFICIAL,NI E XTRAOFI
CIALMENTE E N EL ASUNTO. Con objeí0 de l leva r á cabo
es ta idea ,hicimos venir de Nueva York áMr . Plumb
,que se
había ofrecido á proponer conñdencialmente el arreglo á unamigo íntimo deMr . Seeward
,y el Señor Doblado le dij o lo que
/zaóz'
amos /zaólado. Mr . Plumb se regresó hoy á Nueva York ,y cuando h aya concluido su misión comunicará á Ud . su re
sultado .
<<Entretanto,nosotros tambien nos vamos
,hoy á visitar el
ej ército del Potomac . Mi objeto en esta visi t a es cerciorarme
por mí mismo de l a probabilidad que hay de l a toma de Richmond
,y pulsar el sentido deTejército sobre la cuestión de
México . Sobre ambos puntos comunicará á Ud . mi opinióná mi regreso .
<<Sigo creyendo que no nos conviene ofrecer en venta unasol a pulgada de nuestro territorio
,y sobre este punto manifes
taré á Ud. mimodo de pensar con alguna detención,cuando
tenga un momento de tranquil idad para hacerlo con el cuidado que merece un asunto tan grave .
<<Reproduzco á Ud . l as seguridades de mi muy distinguidaconsideración .
— M. R omero.— Señor Ministro de Relaciones
Exteriores .— Chihuahua .
2 9
nicación. Le leí en seguida lo que me pareció conveniente dela nota que dirijí á ese Ministerio el 1 2 del actual , marcadacon el número 2 88
,con obj eto de hacerle conocer lo que de
seaba yo que sup iera . (Esta nota num … 2 88 es l a que Bulnesc ita truncándo l a con notoria mala fe) .
Al concluir mi lectura , tomóMr . Seeward l a pal abra yme dij o que había yo comprendido muy bien la po l ít ica de este Gobierno al asegurar al mío que no deseaba embarazarseen compl icaciones de ningún género
,mientfas estuviera pen
diente aquí la guerra civil : Queno sabía si dentro de una,dos
6 tres semanas , 6 más tiempo podría hablarme cOn más l ibertad
,porque esto dependería del resultado que
/
dieran las operacidnes militares que están ahora desarrol lándose, pero quepod ía asegurarme
,y esto de una manera confidencial
,que las
noticias que había recibido últimamente de México,eran del
carácter más satisfactorio,y que creía que el Gobierno na
c ional tenía ahora más probabil idades de buen éxito de lasque hasta aquí habia tenido
,pues que según lo informaban
,
Maximil iano no había conseguido establecer el orden en elpaís ni tranqui l izar los ánimos
,sino que por el contrario
,todo
estaba peor que antes, que quería inclinarse al Partido l iberal
,y que este partido no 10 sostendría sino en el caso de que
adoptara:
medidas que lo pondrían en abierta pugna con elclero
,y que él creía que no tardar ía mucho en es tal lar en
México un pronunciamento contra Maximil iano .
<<Volviendo al punto princ ipal me dij oMr . Seeward quelo que él deseaba sincerame de 10 que trataría con másempeño con el Presidente
,era que México pudiera consol idar
un Gobierno Naciona l que hic iera al país próspero y ñoreciente , sin tener necesidad de enaj enar n inguno de sus Estados ,y que él nunca intentaría que los Estados Unidos se quedadaran con un so l o acre de nuestro territorio . Me agregó queal terminar aquí l a guerra civi l
,el. país estaría bastante ocupa
do con l a cuestión de esclavitud y la de reconst1 uir l a Un iónpara que pensara en adquirir más terr itorio . P or supuestoque apoyé la j usticia y conveniencia de esa pol ítica .
30
Sigue diciendo Romero que Seeward l e había aseguradoque por ningún motivo reconocería en México á otro Gobiernoque al republ icano
,etc .
Ahora, veamos lo que el Gobierno de Juárez resolwo so
bre el asunto de que le hablaba Romero . La sigu iente comunicación, firmada por Lerdo de Tej ada , expresa claramenteque fue escrita por orden de Juárez, de acuerdo con su
'
Ministerio .
N ú m e r o 2 1
MINISTERIO DE RELACIONE S E XTERIORE S Y GOBERNACION .
DEPARTAMENTO DE RELACIONE S E XTERIOR E S .— SECCION DE AMERICA .
Palacio Nacional,Chihuahua
,Diciembre 30 de 1 864 .
INSTRUCCIONES .
Tomada en consideración la nota de Ud . número"
2 63 , defecha 6 de Octubre último
,en que manifiesta la pos ibilidad
de que se presentara alguna ocasión próxima de que los E stados Unidos no tuvieran ya embarazo paia auxi l iar á estaRepúbl ica en su guerra actual , y pide Ud . que se le den instrucciones sobre l a conducta que debiera seguir en tal caso
,
el C. Presidente ha ten ido á bien acordar en junta de Min istros que comunique á Ud . l as inst 1 ucciones s iguientes :Primera . Conñando en la intel igencia de Ud . en su cons
tante celo por los intereses de la Patria,en su conocimiento
y experiencia de l as opiniones y máximas del Gobierno y delpueblo de los Estados Unidos
,y en sus buenas relaciones con
los funcionarios y personas inñuentes de este país no duda e lGobierno de que seguirá Ud . observando atentamente la marcha de los sucesos con esa Nación
,y encarga á Ud . que siem
pre que lo crea pos ible,ya sea por e l término de la guerra
que sostiene ese Gobierno,ya porque obtenga en el l a nota
bles y sól idas ventaj as,ó ya por cualquiera otro motivo que
pueda inñuir en sus decisiones,aproveche Ud . cualquiera
oportunidad de procurar que los Estados Unidos presten al
guna cooperación ó auxil io á l a R epúbl ica . Cuando el Go
3 1
bierno de ésta solo ha teniio que luchar con mexicanos re
beldes á su autoridad , se ha l imitado 51 emplear los elementosy las fuerzas naciona les;pero cuando lucha contra un invasorextranj ero y poderoso ,
no puede habe ¡ incovenientes que 10retrajeran de recibir auxil io de otro Gobierno ,
s in perj udicarlos intereses y el honor nacional .Segunda . Como j ustamente ha observado Ud . en su nota
,
no es posible prever todas las eventual idades y todas l as circunstancias que concurran en la época futura de una negociación . La inteligencia, el prudente juic io y el patriotismo deUd . serán en tal caso los que puedan inspirarle ]a
"
s medidas queparezcan más conven ientes
,ten iendo el Gobierno que limitarse
á dar á Ud . instrucciones generales que le servirán de basespara observad as en los diversos medios o0 p0rmenores de suapl icación .
Tercera . Será más fáci l exponer á Ud . con brevedad yy claridad
,el espíritu del Gobierno
,comenzando por man i
festat á Ud . lo que en todo caso deberá evitarse en cualquieranegociación . No SOLO POR LAS CONV ICCIONE S DE L -GOBIERNO,
“
51
NO TAMBIE N POR UN E XTR ICTO CUMPL IMIENTO DE sus DEBERE S,SE
ABSTENDR A SIEMPRE DE CE LEBRAR CUALQ UIER TRATADO ó CONVE
NIO EN Q UE NO SE SALVE LA 1NDE PENDENCIA E INTE GRIDAD DEL TE
R R ITOR IO NACIONAL,6 Q UE OTRO GOBIERNO PRETENDIERA TENER EN
LA RE PUBL ICA CUALQ UIE R A FSPECI E DE INTE R VENCION .
Las leyes de 1 1 de Diciembre de 1 86 1,de 3 de Mayo de
1 862,de 2 7 de Octubre del mismo año y de 2 7 de Mayo de
1 863 ,impusieron esas
'
restficcwnes al Gobierno cuando ledieron Ías amplias facul tades de que está investido . Ademásaun cuando el Gobierno pudiera prescindir de aquel las restricciones
,no el deseo de ¡ma ría, porque su propás z
'
ío ha
sido y será 3 2k777z;>7€ que se salve z'oa'a la R epúól zka ,
con su 30
Óem 7zz'
a y com í on'os sus derechos .
Cu arta . Respetándose estos principios,podrá Ud . procurar
cuando l legas e la oportunidad,que los Estados Unidos auxi
l iaran eficazmente la causa de la Repúbl ica;no so lo con unaux
º
ilio moral que, como indica Ud .
, por ej emplo , pudiera consistir en protestas 6 tal vez
,en amenazas
,sino también con un
32
auxil io físico,que consistiría en dinero
,en elementos de gue
rra,ó aún en fuerzas que tuvieran el carácter de auxil iares de
la R epúbliQuinta . En el caso de celebrarse algún tratado ó arreglo
para que prestasen los Estados Unidos fís icamente su auxil io,
podría tener el carácter de un tratado de al i anza para repelerla actual invasión de México
,6 aún podría tener el carácter
de un tratado en que se elevase l a doctrina de Monroe á l acl ase de un pr incipio permanente que impusiera la obl igaciónde ayudarse en todo t iempo para rechazar cualquiera intervención europea en los asuntos exc lusivamente americanos;el Gobierno creería aceptable uno ú otro carácter
,así como
algún otro semej ante,aunque s iempre sería … preferible lo que
diera el resultado de auxil ios eficaces en la lucha actual,con
menos compromiso'
para lo futuro .
Sexta . Si el auxil io que l legasen á dar los Estados Unidos,
no fuera so lo de dinero y elementos de guerra,s ino también
de fuerza armada,ésta
,como se ha dicho
,deberá ser en clase
de auxilia res del E jército de la Será natural queel mando de aquel l a fuerza 10 tuvieran sus propios Jefes;perodeberá cuidarse de que en lo relativo á l a dirección superiorde fuerzas de las dos Repúbl icas cuando operasen unidas
,y
á l a dirección general de la campaña,se estipu lasen algunas
de l as reg'as practicadas en otros países en casos semej antespara que quedasen atendidos y considerados los derechos yla dignidad del Gobierno de la República .
Séptima . Teniendo también los Estados Unidos verdaderointerés en que se repela de México una intervención europea ,podría depender de l a mayor oo menor voluntad de los mis
mos Estados Unidos,que quis ieran hecet aa cargo de México
todos ó parte de los gastos del auxil io que le prestaran . Sinembargo
,l a Repúbl ica deberá admitirlo aún cuando todos los
gastos fuesen á cargo de la misma,pero siendo indispensableque los Estados Unidos anticiparan las sumas necesarias
,l a
Repúbl ica solo podría obligarse á pagarla s más adelante . Enesta materia deberán estipularse las obl igaciones deMéxiób ,
regulándose en lo que fuera justo y posible,teniendo presen
33
tes sus c ircunstancias . Respecte de garantías para el pago ,pudiera considerarse lo que fuera posible respecto de la consignación de alguna parte de las rentas de la Repúbl ica 6 delos productos de la enaj enación de bienes nacionales y terrenos baldíos
,debiendo siempre evita rse cua lquiera /¿ ípoíea z 0
'
com
pramiso sobre una parte del territorio quepudiera aca rrea r a lgna ces ío
'
n futura del mismo .
Octava . Como quiera que el corso es uno de los mediosmás eficaces que podrían emplear los Estados Un idos en este punto
,sin perj uicio de procurar lo que fuera más favora
ble para México,podría convenirse que los Estados Unidos
lo hicieran á su nombre y en beneficio de su Gobierno y de susciudadanos .Novena . Para convenir que los auxilios que se prestaran
á México fueran más ó menos eficaces,y en mayor o menor
escala deberían tenerse en consideración los grávamenes querespectivamente se ocasionaran s irviendo esta consideraciónpara reducir á obtener menos
,s iempre que para obtener auxi
l ios mayores ó más eficaces,pareciesen los gravámenes des
porcionados , ó exediéren de lo que pareciere posible convenir . Aunque los auxilos pareciesen reducidos á los elementosde guerra que se faci l itaran
,ó en cuanto al número de fuerzas
axiliares,ó en cuanto á que éstas no debieran Operar en toda
l a Repúbl ica smo sólo en alguna parte de su territorio,s i em
prs serian importantes,pues servirían para que se sostuviera
el Gobierno de la Repúbl ica,que sosteniendo la lucha no du
da del triunfo final de su causa .Según manifesté á Ud . antes
,el Gobierno nada más pue
de darle estas instrucciones generales,confiando la apl icación
y desarrol lo de ellaºs á l a ilustrada intel igencia de Ud . y autorizando
, como autoriza á Ud . para que conforme á estas instrucciones
,s i l lega l a oportunidad
,pueda Ud . celebrar algún
arreglo con ese Gobierno reserva de [a ra íz'
j í5acz'
o'
n del Go
óz'
em o de [a R epública .
Protesto á Ud . mi atenta considera01on.— Lerdo de Tej ada .
— C . Matías Romero .— Enviado Extraordinario y Ministro
Plenipotenciar i o de la Repúbl icaMexiéana en Washington .»
34
¿Puede demostrarse de una manera más convincente quenunca Juárez tuvo l a intención de ceder niun ápice de nuestro terr itorio
,y que el Sr . Bulnes
,no pudiendo probar sus
acusaciones contra l a memoria del gran patr iota,apeló á l a
ca lumnia,truncando textos , é interpretándolos de una mane
ra torcida ? E s esto l íc ito, es honrado, es digno de un escritorque se dice que es maestro en crítica histór ica ? Puede perdonársele su parcial idad de juicio en atención á su maniñesto
desiquilíbr io mental : no puede perdonársele l a intención dañada
,que apela al vi l recurso de l a calumnia para apoyar á
sabiendas una fal sedad insigne .También inserta Bulnes otra comunicación del Sr . Rome
ro,en l a que da cuenta de un proyecto que arregló con el
Gral . Grant para que el Gral . Schoñeld , fuese con cuarentamil hombres
,l icenciados del ej ército americano
,á cooperar
con los defensores de la Repúbl ica , y se pone á combatir elproyecto como si fuese obra de Juárez , sin deci r que no fue
aprobado por el Gobierno en Paso del Norte . No se puedenegar que es consecuente pero con su plan de calumniaalBenemérito .
Por lo demás,no me ocuparé en hacer el más l igero apre
c io de las demás imputaciones que hace Bulnes contra el patriotismo de Juárez . Todas el l as se fundan en que aquel grande hombre no hizo lo que el escritor cree que debía haber hecho . Citaré solamente
,para poner de buen humor á mis lec
tores , l a siguiente idea que Bulnes recom ienda como conve
niente y patriótica . Fíjense los lectores:Como , según Bulnes , los franceses , luego que no hubieran
encontrado ej ércitos organizados que les resist ieran,darían
por concluida su misión en México, y regresarían á su país ,
l o que_[uárez debía haber hecho era l icenciar todas las fuerzas
regulares republ icanas yMARCH ARSE Á LOS ESTADOSUNIDOS . Así
,dice
,habría concluido l a Intervención France
sa y no hay lec tor sensato que no agregue: <<Y l a R epúb lica también . » Este consej o tiene para Bulnes l a ventaj a deque
,si Juárez hubiera podido oír en 1 864 l os consejos que su
crít ico le da á principios del Siglo XX,y los hubiera seguido
,
35
no habría sido difícil á ese crít ico el demostrar que el Presidente Mexicano fué un fa lsog rande homóre, un ídolo de ba rro.
E s cierto que á nadie l e habría ocurrido tributar loores á l amemoria del individuo que cobardemente abandonaba la causa de la Patria
,que había j urado solemnemente defender
,y
entonces la obra de Bulnes contra Juárez no habría tenido razón de ser
,y el gran censor hubiera carecido de blanco
sobre el cual disparar sus ridículas críticas . ¡Y qué pérdidapara l a l iteratura bufa ! Y pomo Bulnes Habría podido resignarse con l a bril l ante oportunidad que de cal larse la boca se lepresentaba !
¡Y qué sistema de crítica aquel que, en el a rte de historiar ,corre parej as con el de Hermosil la ó de Valbuena en el artel iterario ! En vez de considerar la vida de nuestro eminentepatric io un su conj unto y á grandes oj eadas
,como debia ha
cerlo un hombre que se j acta de filósofo, de sabio , su crít icaes l a fáci l y vulgar consistente en fij arse en pequeños detal lesy en detal les que no son tan siquiera hechos ocurr idos
,sino
intenciones calumniosamente atribuidas á juárez . Ningún historiador tiene derecho á reprochar á un hombre públ ico ia
tenciones que no están comprobadas por actos posteriores .Supongo por un momento
,s in conceder
,que realmente Juá
rez,en Su fuero interno
,tuvo sus vacilac iones
,vacil aciones
muy disculpables cuando se considera la enorme responsabilidad que contraía ante la Patria
,s i por su infiexibilidad atra ía
sobre el l a l a invasión extranj era,y tal vez l a pérdida de la
independencia . Pues esas mismas vacil aciones,s i existieron
,
demuestran más aún la firmeza de carácter de nuestro Pres idente
,cuando supo resistir á ellas . Nada es más difícil que e l
no ceder á l as propias sujestiones, cuando á solas el estadistacon su conc iencia y con los escrúpulos que ésta le inspir
,a no
tiene á su lado á alguien que le fortalezca en sus determinaciones . <<Cuando se trata
,» dice el virtuoso D . josé Ma Iglesias
,
en una de sus admirables revistas históricas sobre la época…
de la Intervención,<<cuando se trata de las desavenencias que
ocurren de nación á nación,tanto
,6 acaso más que á l a jus …
ticia,debe consultarse á l a conveniencia , y así , s i para evitar
37
da,Hidalgo y otros miembros importantes del partido con
servador,que rodeaban á l a Emperatriz E ugema , 1nstigándo
la áa que infiuyese en el ánimo de su marido,a'
fin de que ésteintervin iera en México
,á mano armada y restab leciera en el
poder al bando reaccnonario . Bien comprendería nuestro Gobierno que el P lenipotenc13 r10 Francés asentaba una falsedadinsigne, pero l a prudencia aconsej aba que no se le proporciona ¡ an pretextos para romper l as rel aciones diplomáticas deFrancia con México
,precipitando así los acontecimientos y el
pel igro que amenazaba al país,el cual tal vez podría conju
rarse,si se contaba con la benevolencia de Sahgny , Como la
cues tión del cateo no había pasado del dominio de l a po l icía,
bien podía el Gobierno,s in menoscabar en nada su dign idad
,
acceder á l a reclamación infundada del Ministro de Francia .La po l ít ica tiene sus bastidores entre los cuales ocurren
muchas veces actos de condescendencia , que el bien públ icoordena que se ej ecuten .
Ínñnitamente más importaba l ibraral país de una guerra con Francia
,que el apoderarse de unos
cuantos cál ices y copones . Tiempo había,para cuando el pe
ligro de un conñícto con Francia,se hubiera alej ado , discutir
diplomáticamente el supuesto protectorado ej erc ido por Na
poleón ,sobre l as Hermanas de la Car idad . Lo que por de
pronto importaba era no disgustar á Saligny . Mal diplomático hubiera sido el Sr . Bu lnes s i diese más importancia á cuestiones de interés baladí
, queá aquellas en que la existencia nacional podría haberse comprorn_
etido
O tra muestra de l a supuesta debil idad de Juárez encuen
tra … el escritor de cuya obra me ocupo en la actitud observada
por nues tro Gobierno en el asunto de los bonos ]eck er . Dando mayor crédito á l as mentiras dichas á sabiendas por el Ministro Billau lt
,ante e l Cuerpo Legisl ativo Frances que _
á l asaseveraciones
,confirmadas más tarde por los hechos , del Go
bierno Mexicano,en lo cual da l a medida de su gran patriotis
mo,declara que juárez consintió en que México pagase tan
escandaloso crédito . Véase en contestac ión lo que,prec isa
mente en aquellos dias,decía D . José María Iglasias , respecto
á l a cuestión ]eck er : No ponemos diñcu ltad en que se haya
38
ofrecido por nuestro Min istro de Negocios Extranj eros tomaren consideración el escandalosísimo negocio de que se trata
,
p ara reso lver lo que corresponda en justic ia . P ero que hay a
mea'zádopromesa de acceder á la reclamación
,es cosa que 720sola
.mm íe no creemos,SINO Q UE E STAMOS AUTORIZADOS PAR A DE SMENTIR .
El mismo Billault alteró la signiñcación de lo que acababa dea severar , al convenir en que estaba por examinar la mayor ómenor cuantía de la suma debida . En ese monto está cabalm ente e l busilis
,pues si bien
,en obvio de más graves difi
cultades,se podía acceder á dar algo
,habrá que desechar en
s u mayor parte una reclamación relativa á un contrato deagio , en que se quiso tener l a enorme util idad de catorce mil lones de pesos .»Hay que tener en cuenta que las anteriores palabras no
son las de un escritorzuelo cualquiera, que, sin datos , ni auto
ridad alguna , trata de vo lver lo blanco negro por sobra depatriotismo
,á semej anza del Sr . Bulnes
, que , por falta de esacual idad
,se propone hacer creer á sus lectores en una faise
dad para desprestig iar l a memoria del grande hombre, de quienel pueblo mexicano se siente orgul loso . ¿Quién era D . JoséMaría Iglesias en aquel la época ? Ummiembro eminente delpartido l iberal
,antiguo Ministro de Hacienda y de Justic ia en
l a admin istración de Comonfort,y que acababa de ahando
nar la Oñcilía Mayor de Hacienda,para consagrar su pluma á
l a defensa de la Repúbl ica contra l as injustas pretensionesintervencionistas
,habiendo sido comisionado
,para tal efecto
,
por el mismo Juárez . Iglesias tenía áa su disposic ión todos losdocumentos diplomáticos y hacendarios que le eran indispensables para desempeñar su del icada tarea
,y su honradez acri
so l ada no consiente que se abrigue l a menor duda acerca desus aseveraciones .Estos son los frági les c imientos en que Bulnes pretende
levantar su edificio de desprestigio de Juárez : cuestiones insignificantes que, aunsuponiendo que el escritor dij esel a verdad acerca de el las
,no pueden constituir un cargo de deh i l i
dad de carácter del ¡ zomóre de bronce,como le l lamaron sus
contemporáneos,cuando se " tiene en cuenta que el gran pa
39
triota merec¡o bien de la Patria , s i , por salvarla de las cal amidades de una invasión
,sacrificó su carácter naturalmente
enérgico, manifestándose un tanto condescendiente con lasexigencias infundadas de los agentes de la Intervención Francesa .
Nada más tacil que encontrar imperfecciones aun hasta enel terso marmol de l a Venus de Milo
,s i se le examina con
micr0500pio : para j uzgar á un grande hombre en el conjuntode su vida públ ica
,no debe fij arse la atención únicamente en
pequeños actos presentados al públ ico cond a,malicia de no
buscar l as causas determinantes de ellos . E l papel que hizo
Juárez durante l a época de la Intervención debe estudiarseatendiendo á los grandes resultados obtenidos por nuestraPatri a en aquel la época . ¿Nada vale , en comparación del asunto de las H ermanas de la Caridad , arriba mencionado , l a … in
dependencia moral del país,ante las potencias europeas ?
Nada significa l a creac ión de la un idad mexicana,que antesno exist ía
,estando dividido el país en pequeñas tribus , celosas
l as unas de l as otras ? A l terminar la lucha contra el extran
jero , a l caer reducido á po lvo el trono imperial , se vió congrata sorpresa que aquella nebulosa -en l a que ñguraban oaxa
queños =y veracruzanos y guanajuatenses y zacatecanos,etc .
,
Se había condensado en un astro esplendoroso llamado [Vacz'
o'
n
Mex z'
ama,con una misma a lma
,con un espíritu común
,con
iguales sentimientos e intereses semej antes,desde l a frontera
del Río Bravo,hasta las ab1:asadas
¡
playas de Yucatán, y_ desd e los desiertos de Chihuahua hasta las abruptas montañas de¡Chiapas . ¿Y ,
á que se debió esta grandiosa obra de uniñcaciónnacional s i no al triunfo espléndido Obtenido por nuestra Pat r ia sobre Europa? ¿y quién fueel que se encontraba á l a cabeza del pueblo victorioso en l a lucha
,s i no Juárez ?
Se necesita,en verdad
,un espíritu muy mezquino para ha
cer caso de n imiedades ante hechos,los más grandiosos que
presenta la Historia de América en la segunda mitad del Siglo X IX .
Una de las muestras que el l ibro de Bulnes ofrece del n in
gún talento cr ítico de su autor,se encuentra en el hecho de
4 0
que pasa inad vertido para éste el “examen de los caracteresespeciales de 'l a situación que guardaba Juárez durante l aguerra intervencion ista . Crítica en él l a actitud pasiva queguard ó en aquel la época . Pero ¿qué otra actitud mas quela espectante tenía que guardar un gobernante combatitido
por elementos superiores en fuerza? Ante l a Invasión ¡ Fra ncesa
,no -podía desempeñar otro papel que el de l a resisten
cia tenaz,aguardando los ataques y conjurando l as conse
cuencias de el los á fuerza de resolución y de constancia . Anadie más que á ese estrafa lario talento del Sr . Bulnes l e había ocurrido el pretender que la resistencia contra las acometidas de un enemigo debía ser activa y no pasiva . Pero siempre se ha visto que l a intel igencia del Sr . Bul nes está enabierta pugna con l a lógica . Y se
'
puede perdonar l a parado
ja y el espír itu sofístico cuando es ingenioso como el del alemán Nietzche
,porque
,al ñn y a l cabo
,divierte
,no obstante
que su ingenio no le l ibró de ir á parar á un m anicomio . Pe
ro,cuando el espíritu paradógico es tonto , cuando ningún in
genio encierra,cuando su obra n o es más que el pujo impo
tente del pigmeo empeñado,por su loca vanidad
,en derr ibar
á un coloso como ]uárez , la paradoj a no tiene perdón de Diosnimucho menos del lector
,siquier sea medianamente inte l i
gente .
Y si,á l a pobreza posit iva de ingenio se agrega l a completa
carencia de esp íritu de observación de las épocas que pretende estudiar
,no debe quej arse el autor de <<E l Verdadero
juárez » de que su obra haya sido cal ificada unánimemente porlos hombres de talento que l a han leído de verdadero mamarm c/zo. Tenemos
, por ej emplo , que, refiriéndose al deseo manifestado por Juárez en 1 86 1 de que su administración no es
tuviera en desacuerdo con el Congreso,y de que, para lograr
lo,mudaba con frecuencia de ministerios , leacusa de no haber
sabido entender bien la política'
parlamentaria . .Aquí tenemosá un hombre con pretensiones de publ ic ista entendido que nose ha fij ado en que nuestra Constitución
,calcada
,en cuanto
á organización de poderes , sobre la de los Estados Unidos , noadmite en manera alguna el p arlamentarismo . En Inglaterra
,
4 1
verbi gracia,l a mayoría parlamentaria es l a autora d f: los mi
mister ios,los cuales gobiernan,mientras que el j efe del Esta
do,presidiendo á éste
,no puede gobernar . No acontece lo
mismo en los Estados Unidos y e l MéXico,en donde el j efe
del Poder Ejecutivo,responsable ante la Nación de sus actos
,
es quien gobierna . La misma ignorancia que Bulnes manifes
taban aquel los cz'
ncum ía y uno,grupo de del irantes acaudilla
dos por Altamirano ,quien
,en su presunción juven il
,se figura
ba ser otro Dantón. Pretendia ese grupo hacer y deshacer ministerios
,y que de su seno sal iese el gabinete presidencial .
Juárez, como habil pol ítico , comprendía los males que causaba al país l a desunión del Partido L iberal
,y semostró con
descendiente con la oposición que, en el Congreso se le hacía ,mientras no vió en ell a la marcada tendencia á desvirtuar la verdadera forma que
,según la Constitución
,debe tener el Goh ier
no de la Repúbl ica Mexicana . Pero,cuando esa Oposición ,
l le
gó al extremo de querer convert ir a l gobierno mexicano engobierno parl amentario
,se levantó enérgico ante el l a y de
fendió con toda valentía el derecho que el Presidente de laRepúbl ica tiene para nombrar á los ministros en quienes deposita su confianza .
Asegura el Sr . Bulnes que , con esos ministros, Juárez eradébil
,no s iendo más que un manequí que ej ecutaba sumiso
todas sus indicaciones . jamás se dio'
el caso de que el Pres idente autorizara actos de sus min is tros
,desaprobando esos
actos en su fuero interno . Vemos así cómo González Ortegá pesar de su inmensa popularidad de caudi l lo vencedor dela Reacción
,se vio obligado á salir del gabinete que presidía
por la resistencia que Juárez _
opuso á la po l ít ica que el afortunado generál quería desarrol lar .
R efer1ré,en prueba de lo dicho anteriormente
,l a s iguiente
anécdota , que escuché de la boca de Don José María Iglesias,
hombre incapaz de mentir . Cuando Doblado,gobernador del
poderoso Estado de Guanajuato,fue l lamado por el Presiden
te para encabezar su gabinete,intentó
,val iéndose de que el
Gobierno estaba investido en aquel los días de facultades extraordinarias , intentó , digo ,
derogar el artículo constituc ional
4 2
que prohibe el cobro de costas j udiciales á los l itigantes . Consu carácter dominante
,redactó el decreto que restablecía l as
costas j udiciales, y , s in dar aviso al Presidente , mandó que se
publ icase en el D z
'
a rz'
o Oj cz'
a l . Este per iódico sal ía á l as 3 dela tarde, y , en la mañana de aquel día , fue el Ministro á darcuenta á Juárez , que residía en Tacubaya por razones de salud , de la resolución que había adoptado . Le expuso
,con to
do el talento privilegiado que poseía,l a conven iencia de la de
rogacion de l precepto constitucional referente á l as costas .
Juárez le escuchó sin pestañear , con las manos puestas s obrelas rodillas
“
y sin hacer reñexión alguna , toda l a especiosa ar
gumentación de Doblado , y cuando éste concluyó de hablarl e dijo estas solas palabras :
A pesar de todo lo dicho por Ud .,no se derogará el
art ículo constitucional relativo á l as costas .Pero el caso es
,Señor , repl icó elMin istro , que hoy mis
mo debe publicarse en el Dia rio el decreto relativo .
Juárez, impasible, m 1ró su relox y le contestó:— Son las once de la mañana : tenga Ud . la bondad de re
gresar inmediatamente á México y retirar el decreto de l aimprenta .Doblado no tuvo más que obedecer á aquell a orden im
.periosa .
Así era como Juárez se manifestaba dócil á las indicacionesde sus ministros: estaba de acuerdo con ellos
,cuando el los lo
estaban con él . Su voluntad inquebrantable j amás se dej ó dominar por nadie
,ui por nada .
€il hibro oon3ide1ºado en sus de%aiie$ .
El l ibro con que el Sr . Bulnes intentó demoler l a gloria de
Juárez puede ser ca lificado en unas cuantas palabras: Trescargos de debil idad de carácter
,y contra los cuales protesta
la vida del Gran Reformador y Patriota ,cargos sin fundamen
to y expuestos con gran cuidado de no buscar la expl icaciónde esa supuesta falta de energía
,cuando á todas luces se ve
lo que las circunstancias d ifíc iles por l as que el país atravesaba imponían ,
como exigenc ia del bien públ ico ,cargos des leidos
en cerca de 900 páginas de disertaciones necias , que no vienen al caso y redactados en esti lo tan confuso y con frases tanraras
,que resultan una verdadera algarabía .
Entre esas disertaciones sin criterio figuran algunas que hacen dudar del patriotismo del Sr . Bulnes y creer en su com
pleta carencia de e5píritu j usticiero .
Como muestra de el lo,nos encontramos los lectores de este
indigestísimo l ibro con l a defens a que hace del tratado Mon
4 5
á pesar de estar convencido de que en el los no había habidoresponsabil idad de parte de las autoridades
,funcionarios pú
b licos y empleados .
<<Hizo más todavía . No contento con otorgar indemnizaciones por daños realmente sufridos , aunque sin responsabil idad nacional
,l as concedió igualmente por daños no averigua
dos,por los que pudieran haber sufrido otros súbditos espa
ñoles en el mineral de San Dimas .<<Tan indebidas eran estas prestac iones , tan contrarias á
los preceptos de las leyes que rigen las relaciones de los“ pue
blos entre sí,que así lo reconoc ió pa ladinamente el .mismo
Gobierno español,al convenir en que lo hecho no pudiera ser
vir de base,ni antecedente para otros casos de igual natu
raleza .
<<Tal es,en sustancia , ese tratado Mon —Almonte
,cuyo
cumpl imiento se exigía como la cosa más llana y expedita delmundo. »
El públ ico lector hará su elección entre los argumentosexpuestos por Iglesias y los del Sr . Bulnes .
Como,para hacer presentir cual será el porvenir de erit i
cas injustas que reserva Bulnes al Señor General Díaz,s i,por
desgracia de l a Patria,fa llec ¡ ere antes que el demoledor de Juá
rez,vuelve
*á l a carga el escritor
,con su tema favorito contra
los gobiernos mil itares . Por supuesto,para fundar su crít ica
hace uso de una lastimosa confusión sofística del pretorianismocon el régimen mil itar .Ante todo
,hay que poner en claro que , no por ser so lda
do el j efe de una nación,su gobierno merece el nombre de
mil itar . El General D í az,por ej emplo
,estableció un gobierno
mil itar cuando,después de su triunfo en Tecoac
,de la caída
de Lerdo y del desconocimiento de Iglesias corno Vice — Presidente la Repúbl ica
,el órden constitucional había desaparecido
por completo . Entonces fue cuando . ej erc iendo el mando supremo en virtud de los poderes de la guerra, atendió de toda preferencia á establecer el orden y á reprimir el vandalismo . Pero cuando
,renunciando á l a d ictadura que hi
zo que la Constituc ión volviese á ponerse en ej erc icio,cuando
4 6
ínfiuyó sobre el partido tuxtepecano neto para que el Senadofuese restablecido , cuando , en virtud de una convocatoria áelecciones populares
,según lo prescribe nuestro Código pol i
t ico,fundó el orígen de su poder en el voto del pueblo me
xicano y no en los poderes de la g uer ra ,su Gobierno dej ó de
ser mil itar y se convirtió en un régimen netamente constitu
cional . No fue ya un milit q r el que imperaba,s ino un ciuda
dano c—ue ponía en ej ercicio el s istema de gobierno prescritopor l a Ley Suprema de l a Repúbl ica .
Necesitaba yo hacer l a anterior observac1on para que nose crea que deñendo contra el Sr . Bulnes á los gobiernos militares
'
por a l hecho de ser Presidente el General Díaz . El gobierno de éste , tanto por su origen , que es la elección popul ar
,cuanto porque ej erce el mando conforme á los preceptos
constitucionales , es un régimen esencia lmente civil .
Volviendo ahora á los gobiernos mi l itares,comenzará por
demostrar la diferencia oue entre éstos y el pretorianisrnoexiste .El pretorianismo ,
del que tantas muestras ha dado Méxicoen la época anterior á l a Constitución de 57, t iene por or igenun pronunciamiento de soldados , ej ecutado por algún jefe queno se propone otra mira
,al subir al Poder
,más que la de sa
c iar su ambición personal . Nunca un gobierno fundado porsoldados revoltosos ha tenido programa polít ico , niprincipiosque hacer imperar . Esos Cua r íelazos como el Sr . Bulnes l lama
,
en su lenguaj e estrafa lario ,á los pronunciamientos
,nunca han
tenido más porvenir,nimás duración de existencia que el tiem
po que trascurre entre el movimiento mil itar que triunfaba yotro que estal l aba con iguales motivos
,a lpoco t iempo . Natural
ra lmente,” el gobierno nacido de un motín no se preocupa
de otra cosa que de no ser derrocado por otro mot ín semej ante . No cree tener compromiso ninguno con l a Patria
,no re
conoce deber alguno,y el país padece por la falta de una
autor idad suprema que se consagre á labrar el bienestar socia l y el progreso .
En cambio,los
'
gobiernos mil itares han sido siempre enMéxico
,s i no una garantía de l ibertad política , por lo menos de
4 7
esa l ibertad c ivi l que es l a primera necesidad de las naciones .La seguridad de v idas
,de haciendas
,sin la cual no puede ha
ber trabajo niprosperidad social , se encuentra mejor garantizada por una Administración enérgica y rápida en sus procedimientos . Disponen esos gobiernos de mayores elementosde fuerza que los civiles
,y su acción es más eficaz por no en
contrarse entorpecida poi l as fórmulas legales .Además , es unaverdad confirmada por la experiencia l a de que sabe mandarmejor el hombre que ha aprendido á obedecer;y la milic ia esl a escuela de la obedienc ia .Pasemos á otro punto de los que merecen
"
contradicmon
en ese l ibro tan plagado de afirmaciones inexact'
as y de ideaserróneas .El autor de esa obra pertenec ió á ese grupo de partida
rios del Pres idente caido D,… Sebastián Lerdo de Tej ada
,quie
nes,durante l a primera administración del GeneralDíaz
,preten
dieron imi tar á los l egitimistas franceses,haciendo de aquel
personaj e una especie de Conde de Chambord,s egún éstos
Rey de Fran01a por derecho divino ,á pesar de l a voluntad
manifiesta del pueblo . Este papel que representaron los lerdistas
,sosteniendo l a legitimidad de Lerdo de Tej ada , no obs
tante que las elecciones generales de 1 877 habían proclamadoal General Díaz Presidente de l a Repúbl ica era verdaderamente ridículo y tonto en un país republicano
,en el cual e l
poder supremo dimana del sufragio popular . Sin"
embargo,
los que de tal manera se conduj eron con respecto á Lerdo
por gratitud personal á causa de lo; favores que de él rec ibieronson acreedores á cierto respeto
,y estoy muy lej os de reprochar
al Sr . Bulnes e l que no hubiere olvidado que el antiguo Pre51dente l e dis t inguió con el nombramiento de miembro de laComisión Astronómica Mexicana enviada al japón á observarel paso de Venus por el disco del 501. Pero l a gratitud no debe ser una razón para que, en un l ibro de crítica histórica, cu
ya primera condic ión debe ser la imparcialidad de juicio , secondecore con el inmerecido título de grande hombre á un personaje que , á pesar del gran talento que se le supone , so l amente errores cometió
,desde el momento en que figuró en a l
4 8
ta escala en la vida pública . El Sr . Bulnes,en su afan de em
p'
equeñecer á Juárez , Coloca sobre é l l a p crsona lidad de Lerdo de Tej ada .
Ahora bien : s i Lerdo fueun grande hombre por su condueta durante la épbca de la intervención france sa , como nohizo más mi memos que Juárez , puesto que fue su min istroy principal consej ero , el Sr . Bulnes t iene _por fuerza que conceder á Juárez igual grandeza . ¿Por qué , pues , esa inj usticiade negarle él este últ imo todo el mérito de constancia y valorno desmentidos un solo día en aquel la época aciaga
,y con
ceder l a palma de ese mérito á su'
ministro Lerdo? Si el autor del l ibro j uzga gloriosa l a conducta de Lerdo como colaborador de Juárez, con mayor razón debe juzgar gloriosa l aconducta del hombre que era el jefe de Lerdo , mientras queéste no fueotra cosa más que su colaborador . Siempre se haatribuido el principal mérito de una victoria al g enera l en jefe y nó al segundo que ejecuta sus órdenes .Pero el deseo del Sr . Bulnes de empequeñecer
_
á Juárez lle
ga á un extremo verdaderamente risible . Le reprocha el nohaber sufrido penal idades en su peregrinación á Paso del Norte . Prescindiendo de que esto es una falsedad notoria
,pues
Juárez sufrió en aquel período penal idades s in cuento , comenzando por las más graves que son las morales , gravísimas enun hombre que
,en la alta posición que acupaba y cargado con
una inmensa responsabil idad ante la Patria,veía á ésta hu-mi
H ada y próxima á caer en el abismo de su perdición completa
,prescindiendo de que
,en su peregrinac ión
,corrió grandes
pel igros personales,como en Monterrey con el pronunciamien
to de Vidaurri,y en Zacatecas
,donde estuvo á punto de ser
hecho pris ionero porMiramón y fusilado, ¿decuando 21 acá pue
de reprocharse á un hombre de Estado el haber tenido gocesmateriales en vez de sufrimientos? Dejó acaso el Cardenal deRichel ieu de ser un grande hombre porque poseyó grandes r i
quezas y fueobj eto de inmensos honores? Dejó Bismark dereal izar l a unidad alemana porque tenia una mesa espléndidida
,y bebía vino de Champagne con profusión? Si juárez
nada sufrió materialmente en los cuatro años que duró su pe
4 9
regrinación,mejor para él y peor para Bulnes que tanto l e abo
rrece;pero esto en nada mengua el mérito de haber sido elp rincipal autor de l a salvación de l a Repúbl ica en l a crisis másgrave porque ha atravesado una nación . Parece increible talvulgaridad de pensamientos en un hombre 231 quien se atribu
ye gran intel igencia .Pero
,en materia de ideas vulgares
,el l ibro del Sr . Bul
nes es un tesoro inagotable : y lo que es más grave en esa vul
garidad ,es que no l e falta su dos is bastante considerable de
tonter ía,como
, por ej emplo ,cuando aconsej a ( ¡ cincuenta años
más tarde ! ) l as medidas que debían haberse tomádo para conjurar la tormenta que amenazaba á l a ”República en 1 86 1 .
Entre est as medidas,l a que más ha l lamado l a atención es l a
que se reñere á l a compra del Conde de Morny (no fuenombrado Duque hasta 1 864 ) para que el hermano uterino de Na
poleón III hiciera des istir á su Emperador de sus proyectos deintervención armada en iMéxico .
Véase aqu í a un escritor con humos de moral ista profundo y que prorumpe en expresiones de indignación y de celo
por l a dignidad nacional porque Juárez , queriendo l levar l aconcil iac ión has ta el último extremo
,á En de l ibrar á la Patria
de una guerra extranj era desastrosa para el l a,se manifes ta
ba dispuesto á hacer l igeras concesiones y á entrar en arreglos con los plenipotenciarios de las potencias aliadas, ved á
un moral ista,digo
,que recomienda como acto legítimo el
soborno de un hombre inñuyente en l a pol ítica francesa . Enverdad que “ no se comprende que clase de criterio moral tieme el Sr . Bulnes
,cuando l e parece más digno cohechar á un
funcionar io públ ico francés, que el prestarse á discutir de una
manera honrada la s deudas de l a Nación y l a manera de pa
gar las .
Pero , supongamos ,ue sobornando,
.á Morny,se ej ecuta
ba una acción l icita conforme á l a moral:_¿podría producir a l
gun resultado eñcaz el soborno a'
consej ado? Comenzará pordecir al Sr . Bulnes que, no obstante sus pretensiones va
nidosas de conocer fondo los entre - bastidores de la conjuración tramada contra la Repúbl ica Mexicana en la corte de
50
l as Tulleiías,no demuestra saber gran cosa acerca de l a ma
nera con que se tramó la expresada conjuración . No eraMorny el ún ico inst igador de Napoleón para que intervin iese enMéxico . Sabido es que un grupo de emigrados mexicanos eutre los cuales ñguraban el Arzobispo de México Labast ida yD . ]osé Hidalgo , amigo demasiado íntimo , según la crónicaescandalosa reñere, de l a Condesa de Montijo, madre de l aEmperatriz Eugenia
,rodeó á és ta poniendo en j uego toda clá
se de resortes de influencia para obtener de el la que decidiese al Emperador á restablecer en el Poder en México al veneido bando reaccionario . El Prelado habla en nombre de losintereses sacrosantos de l a rel igión perseguida en nuestr
_a Pa
tria por el Gobierno de juárez y excitaba , al par que el fanatismo
,l a vanidad de esa mujer de intel igenc ia vulgar y de es
piritu l igero,haciéndo le creer que haría el papel de una nueva
Santa H elena,madre del Emperador Constantino
,si logra
ba que su maiido favoreciese á la oprimida Igles ia Mexicana .
La Montijo,por su parte
,instigada por Hidalgo ,
ej ercía,en
igual S€fl t ld0,l a influencia maternal sobre l a Emperatriz . En
aquel corr i l lo fue en donde se resol vió emprender la obra más
g lorzos a del reinado napol eónico . Por lo expuesto,se ve que
no podía Morny,aunque juárez lo comprase con a lgun J S mi
llones de pesos,contrarrestar l a influencia que sobre su espo
Iso ej ercía la Soberana de Francia,l a cual
,l l ena de vanidad
,
decía en voz alta á sus cortesanos: <<La guerra de México seré l a guerra mía
,» y aseguraba que la expedic ión mil itar con
tra nuestra Patria resultaría más gloriosa para la Francia quelas campañas recientes de Crimea y de Ital ia .Pero
,suponiendo que l a idea del cohecho fuese real iza
ble , ¿con qué reéursos hubiera podido comprarse á Morny , si,precisamente por carecer de dinero el Gobierno de juárez , fue
por lo que se dió pretexto á la Francia para intervenir en losasuntos mexicanos?Pero
,no he conclu ido aún con
'
mencionaf lo risibl e del l ibro del Sr . Bulnes . Muchas páginas consagra á la tarea dehacer creer á sus lectores que es un maestro consumado enel arte de l a guerra . Ya en otra ocasión había dicho
,en un
51
artículo de periódico,que su talento
,dotado de aptitud ma
ravillosa para toda clase de asuntos, por aj enos que fuesen á
su profes ión de ingeniero,era capaz de hacer le saber
,en cuan
to al arte naval,tanto como el mejor almirante inglés : que
,
pará ello,l e bas taban unos cuantos días de lectura de l ibros
especial es en esa materia . Ahora,se nos presenta
,como un
verdadero ray o de la g uerra ,como un profundo estratégico y
redacta,en prueba de el lo
,un admirabl e plan de campaña
que debía haber pulverizado al ej ército francés,s i tiador de
Puebla . Como es muy fácil obtener victorias sobre el papelen que se escribe
,y profetizar que, en l a guerra, se habrán de
obtener victor ias,s in tener en cuenta los obstáculos materia
les que , en ese juego de verdadero azar , suelen pr esentarse ,Bulnes
,convertido en general en j efe
,hace que Comonfort
tome hombres de' l a guarnición de Puebla , los agregueal Ej ército del Centro que mandaba
,y con esa masa respeta
ble caiga sobre Or izaba,mientras los franceses se ocupaban en
hacer paralel as frente á l a C iudad de los Angeles, se apodere de aquel la plaza por asalto , corte las comunicaciones delGeneral Forey con Veracruz
,obl igue á este jefe á l evantar
el s itio, y , unido con las tropas de González Ortega , haga pe
dazos á los invasores tan completamente,que no quede uno con
vida para l l evar á Franc ia l a notic ia de l a catástrofe de la ex
pedición francesa en México . Para nada hace caso de que semejante habilísimo plan
,que corre parej as con los del autor
de un l ibro intitulado : <<H ís íomá de lo que 720 ha s ucedido,» pu
diera fracasar á causa de algún revés imprevis to : todo tení aque pasar con precisión matemática tal como Bulnes lo predice . Pero s in meterme á invest igar s i el mencionadoplan decampaña era 6 no real izable
,me ñjaré so l amente en l a injus
ticia que el escritor comete culpando á juárez de no haberideado en 1 863 las combinaciones estratégicas que recomienda Bulnes en 1 904 . Jamás hemos visto que se culpe á un gobernante civ il y
'
que precisamente por no ser mil itar confía áotro las operaciones
'
de guerra,que se le cu lpe
,digo
,de las de
rrotas sufridas por un ej ército . A nadie le ha ocurrido echarla culpa al gobierno francés del desastre que sufrió el Maris
53
tas de estrategia? Las torpezas de un adversario sirven paraexpl icar el triunfo que sobre él se obtiene;pero lejos de serculpable de el l as el vencedor
,tiene el mérito de haber sabi
do aprovecharlas para obtener el éxito .
Con el títuio de los zíl í ímos ¿ 770765 g ra ves de ?uárez hayen el l ibro del Sr . Bulnes dos cargos
,injustísimos contra el
grande hombre : El primero es el hecho de haber mandadoal General Escobedo á que fuese á reducir á l a obediencia alCoronel Canales
,quien en Matamoros se había pronunciado
en favor de González Ortega, de lo que result_
óq ue el ej ércitorepubl icano pefdies
'
e considerablemente el tiempo ,que Maxi
mil iano,pudo muy bien aprovechar para organi2ar su ej ército .
Bulnes átribuye l a referida orden á l a ambición personal de
Juárez , á quien preocupaba más aniquilar á los partidarios deGonzález Ortega que combati 1 el imperio . ¡Qué poca perspicacia pol ítica demuestra el censor de Juárez al criticarlo porl a orden dada al General Escobedo para que fuese á sofocarla rebelión de Canales ! Sin duda alguna
,el principal obj etivo
para el gobierno republ icano era l a destrucc ión del Imperio,pero
,para lograr ese resultado
,era necesario destruir previa
mente los obstáculos que presentaba l a división de las fuerzasrepublieanas entre juaristas y orteguistas . Juzga Bulnes muysenci l lo que ambos bandos marchasen sobre México aún es
tando en completo desacuerdo . ¿Acaso no reñexiona que eldesacuerdo entre los enemigos del Imperio ofrecía á Maximil iano una bril l ante oportunidad de triunfo?Supongamos quelos tropas orteguistas , por su l ado, y las juaristas , por el suyo ,hubiesen marchado sobre México animadas de igual deseo dederrocar al gobierno imperial : ¿cuál habría sido el resultadoinfal ible? Q ue ,
antes de disparar un s'o]o tiro sobre — l as tropasimperialistas hubieran venido á l as manos en el primer puntoen donde se encontrasen . Nunca es más necesaria la unidadde mando y de acción que en una campaña;y un hábil genera l como Márquez hubiera sacado ventajos ísimos frutos dela desunión de los republ icanos . derrotando con
“
seguridad á
aquel de los dos bandos opuestos que venciera al otro . ]uárezprocedió
,pues
,como experto po l ítico y como buen patriota
54
combatiendo el gérmen de discordia entre'
los republicanos .Yno solo viendo el asunto en su aspecto mil itar anduvo acertado Juárez en su determinación de acudir previamente á añr
mar su mando sobre todos los adversarios del Imperio,sino
que también lo es tuvo desde el punto de vista de la ayudamoral que el gobierno de los Estados Unidos pres taba áMéco en aquel los días . Cuando ese gobierno había reconocido á
juárez como Presidente legítimo ,en vis ta de que
'
todos los jefes republ icanos (por lo menos l a inmensa mayoría de el los)se habían sometido á este funcionario
,haciendo punto omiso
de la cuestión constitucional provocada por el golpe de Estado de Paso del Norte
,porque su patriot ismo 'les hacía com
prender la gravedad de que el poder supremo pasase á otrasmanos que á las del hombre que, con tanta entereza y constancia
,habia personiñcado l a causa de la Repúbl ica, ¿era pru
dente,era pol itico
,era racional s iquiera susc itar en el ánimo
del ministro Seeward l a duda sobre l a legit imidad del j efe delgobierno republ icano ? y hubiera surgido esa duda ineludiblemente si l a rebel ión orteguista tomaba creces . Matar esa rebelión en gérmen
,sobreponerse á Ortega y hacer desapare
cer toda duda de que Juárez era, sin disputa , e1jefe de la Nacion constituían un deber altamente patriótico .
Dice Bulnes que Juárez , preocupado únicamente de su causa personal . no era severo más que con aquel los jefes que desconocían su autor idad, y , en prueba de el lo , menciona el casodel General Arteaga que no quizo reconocer , después de ladefección de Uraga
,al General E cheagaray , quien había que
dado con el mando del Ej ército del Centro . Lo que no dice elcrítico es que esa supuesta insubordinación de Arteaga fueun acto de lealtad patriótica
,porque se veía cl aro que Echea
garay,antiguo mil itar reaccionario
,se encontraba en momen
tos de someterse al Imperio con todas sus fuerzas, cumpliendo así con las órdenes que Uraga le había dej ado al
_partir .
La sumisión de E cheagaray al gobierno de Maximil iano ,con l a mayor parte de sus tropas menos las fuerzas queArteaga mandaba
,j ustifica plenamente la conducta de este
infortunado patr iota . No fué insubordinación de Arteaga el
55
a cto de no querer ser traidor á l a Patria . En l a época de laruvolución francesa
,l a Convención Nac ional declaró merito
ria l a conducta de los generales republ icanos á las órdenesde Dumouriez
,que se negaron á obedecer á este j efe cuando
intentó,de acuerdo con el príncipe de Condé
,hacer que sus
t ropas se rebelasen contra la Repúbl ica .El segundo cargo grave que formula contra Juárez su apa
s ionado crítico , consiste en que el Presidente no hizo lo queBulnes cree conveniente que hubiera debido hacer . ¡Siemprel a necia pretensión de j uzgarse infal ible
,al grado de conside
r ar culpable á nuestro gran patriota por no haBer concebido'l as ideas que su censor em ite medio siglo después ! El del itod e Juárez, según Bulnes , consistió en no haber promulgadouna ley general de amnistía
,luego que el ej érc ito francés co
menzó á retirarse . Para probar su aserto,entra en mil consi
d eraciones hipotéticas acerca de lo que pudo haber sucedidosi l a amnistía no se hubiera concedido
,como no se concedió .
Pero,Sr . Bulnes
,si los hechos posteriores conñrrnan
,con
e l tr iunfo ñna l de la causa republ icana,que esa amnistía no
era necesaria para que el Imperio cayese, ¿con qué derecho
formula Ud . hipótes is y culpa á Juárez por no haber hecho lo
q ue á Ud. so l amente le ocurre en la actual idad,y que á nadie
le ocurrió e n la época en que los acontecim ientos tenían efec
to? Si,al menos
,pudiese U d . demostrar que alguno de los
consej eros de Juárez le sugirió la idea de la amnistía , y_
queé ste l a desechó ! . E s cierto que siempre quedaba en favor de Juárez l a justificac ión , dada
'
por los hechos,probando
q ue no era necesaria l a amnistía , puesto que, sin el la , triunfól a causa republ icana .Por supuesto
,que Bulnes no dejó. de emplear contra Juá
rez l a viej a acusación que sus opositores le dirigieron,diciendo
que siempre puso obstáculos á l a elevación de los hombres deespada dotados decapacidad militar , porque temía que, s i adquirían gloria y popularidad
,le arrebatasen el mando . No hay
más que recordar,para hacer ver que tal acusación es falsa
,
*los varios casos en que juárez no vaciló en confiar importantes mandos militares á genera l es que
, por recientes tr1unfos ,
56
daban grandes esperanzas de distinguirse en l a guerra y deganarse gran prestigio . Así vemos que nombró .á GonzálezOrtega jefe del gran ej ército l iberal
,después de sus bril lantes
victorias de Penuelas y de Silao y que dioá Escobedo el mando de las tropas sitiadoras
f
de Queretaro,á raiz de su hábi l
campaña en el Norte . El mismo General D . Porfirio Díaz desmiente esta acusación
,Citando
,en prueba de ello
,el hecho de
haberle ofrecido Juárez el mando en j efe del ún ico ej ército conque contaba el país después de la ca ída de Puebla en poder delos franceses . El joven y modesto General se negó á aceptarun nombramiento de tanta importancia
, por no despertar loscelos de mi l itares más antiguos y provocar descontentos quehubieran redundado en perj uicio de la causa nacional . As í lo
refirió hace pocos días á una persona de alta posic ión po l it ica
,l a cual tuvo la bondad de in formarme del hecho citado
,
autorizándome á hacer uso,en el presente trabaj o
,de la in
formación que me daba . Para apreciar en todo su valor_
el pro
pósito de juárez , en cuanto á confiar el mando superior de lastropas á un hombre que revel aba tener mayores aptitudes quetodos los demás generales mexicanos de aquell a época y quepodía l l egar á ser un rival temible para el Presidente
,es preci
so tener conocimiento de la gran debil idad del gobierno , á
causa del desprestigio en que había caído por l a reciente derrota y destrucción del ejército de Oriente
,circunstancia que
un mil itar joven y audaz hubiera podido aprovechar para hacerse dueño del poder supremo
,empleando los elementos de '
fuerza que se le ponían en las manos . Nada es más fáci l quederroca r á un … gobernante d esgraciado; y los republ icanosfranceses lo demostraron siete años más tarde
,aprovechando
el desastre de Sedán para derribar el Gobierno Imperial .Pero el patr iotismo de juárez le hizo no preocuparse de
su persona,y pensar únicamente en la manera de resistir con
éxito á los invasores,poniendo al frente del ej érc ito á un hom
bre á quien j uzgaba capaz de dir igir con acierto la nueva cam
paña que se preparaba .Para cerrar con l l ave de oro su l ibro
,ó mejor dicho
,esa
masa confusa y desordenada de cargos entre los cuales no
57
aparece uno solo que tenga alguna sol idez,el crítico del gran
de hombre incurre en l a vulgaridad , apenas discu lpable en unsoldadón ignorante,de atribuir todo el mérito de la resistencia nacional contra los invasores franceses á los j efes mil itares que lucharon en los campos de batal la , exponiendo suspechos á l as balas enemigas .
E s indiscutib le que fue grande el mérito de esos hombres;y hago esta confesión
,no como el Sr . Bulnes
,para hacerse
perdonar, con una l isonj a al Sr . General Díaz , el disgusto quedebe haberle causado el que se deturpe l a glor ia de aquél á
q uien , á pesar de haber sido su opositor , (nunca su enemigo)en polít ica
,s iempre respetó
,s ino porque es de j(15ticia reco
nocer que,sin defensores
,l a actitud de Juárez ante l a In
tervención,como caudillo; de l a causa republ icana , no hubiera
sido tomada en serio . La gloria de los que pelearon por l aPatria
,fué de otro género
,y grande sin duda alguna . Pero
ella no mengua en un ápice l a del j efe civi l de la Nación , querepresentaba el derecho contra la fuerza y que no dej ó caer desus manos un sólo día la bandera republ icana . Aunque huboun momento crítico en que
,relegado á un rincón de nuestra
frontera con los Estados Unidos,y casi completamente inco
municadº del resto del país , no podía dirigir l a resi stenc ia, suactitud sol a demostraba al mundo entero que aún existía l acausa de la Repúbl ica
,y proporc ionó al gobierno americano
una razón plausible para no reconocer a1"
1mperio ¿Parécele
al Sr . Bulnes que esa conduet__a de Juárez en Paso del Norte ,
no tuvo mérito alguno,cuando fue l a causa principal de que
la Repúbl ica no sucumbiese ? Qué hubieran hecho los que peleehan por l a Patria y por las Instituciones en los campos de batal l a , con la confianza de quel a causa de esa Patria no habíamuerto , puesto que aun existía el Gobierno que la representaba , ¿qué hubieran hecho , repito, viendo al Pres idente re
nunciar ea l a lucha , desertar de su puesto y reconocer tácitamente a l emperador intruso ? Habrían tenido que rendir lasarmas , y regresar á sus hogares para no ser cons iderados como bandidos que peleaban sin causa que defender . La pruebamej or que pueda darse de que los defensores armados de la
58
Repúbl ica reconocían la importancia que para el los tenía l aexistencia de un j efe de l a Nación
,fuesu conducta
,cuando el
golpe de Estado,acatando al Gobierno de Juárez, por más que
muchos de el los,amigos adictos de González Ortega
,creyesen
que éste debía ser el Presidente . Pero hacían el sacriñcio de susconvicc iones y de sus s impatías personales en bien de la Patriay de los intereses de l a causa republ icana, pues comprendíanque ésta se vería en grave pel igro s i desaparecía el Presidenteá quien el país estaba acostumbrado á obedecer . Me permitointerpelar acerca de es ta cues tión al Sr . Gral . Lalanne
,anti
guo ayudante de González Ortega,á quien acompañó desd麺
antes de la batal l a de Penuelas , y entusias ta amigo suyo ,preguntándo l e s i j uzgaba sin importancia la continuación de
Juárez al frente del Gobierno Republ icano . El mismo usurpador Maximiliano ,
al expedir su célebre decreto del 3 de Octubre de 1 865, declaró muerta l a causa de la Repúbl ica , noporque careciese de defensores armados , s ino porque creía
que juárez , representante de esa causa , había sal ido del territorio naciona l .
Perdóneseme l a falta de orden con que hago el análisis dela obra del Sr . Bulnes .
'No soy yo culpable del n ingún metodo que ha observado en l a exposición de sus argumentos
,y
he debido irlos impugnando á medida que se presentaban .
Creo haber examinado casi todos el los y demostrado suinjustic ia
,su vulgaridad y su falta absoluta de buena fé .
Para conclu ir l a presente refutación de <<E l Verdadero
Juárez , » debo hacer notar , que el autor comete una falta , tangrave como las inj ustas acusaciones que formula contra el
gránde hombre, pasando en s i lencio,en un silencio culpa
ble por ser intencional , las virtudes de que ese grande hombre dió muestra s durante toda su existencia . Bien hubierapodido reconocer á Juárez , los insigniñcantes méritos ( paraBulnes deben serlo) de haber consagrado su vida entera al serV ICÍO de l a Patria
,de haber sido invariable en sus princip ios
políticos,de l a lealtad que observaba en sus relac iones , de su
firmeza en l a amistad,de la probidad y el desinterés de su
conducta como gobernante,que verdaderamente sorprenden
59
en un hombre que rig10 al pa ís durante catorce años , l a ma
yor parte de el los con facultades omnímodas, y teniendo á sud ispos ición los inmensos caudales del clero . Su fortuna per“
sonal,al morir
,consistía en ciento cuarenta mil pesos ,de suer
te que no pudo econom izar de sus sueldos más que diez mil
pesos al año Está p 1 0bado su des interés con el hecho de haber recompensado muchas veces de su bolsi l lo particular loss ervic ios prestados aá su Gobierno;y con ese hecho se pruebaademás que no era l a sed de lucro l a que le hacía desearejercer el poder supremo . Si -le reprocha su sed de mando :
¿qué hombre de Estado que t iene la conciencia de la granmis ión que cumpl e , no lucha por mantenerse
'
en el altopuesto que ocupa ? Si la ambición de mandar ha s ido un
defecto reprochable en juárez , válga le como circunstanciaatenuante que ese mismo defecto fue ,el de César, . el de Carlomagno, el de Richel ieu,
el de todos los grandes hombres del a antigiíedad y de los tiempos modernos .
También pasa en silencio el Sr . Bu lnes el último períodode la vida de juárez que tuvo también su grandeza , porque enél luchó por destruir en México el espíritu anárqu ico y porplantear firmemente el prmc ¡ pio de autoridad . En ese periodo
,demostró
,como s íempre, su serenidad de ánimo y su valor
personal en medio de los mayores pel igros . Recuérdese suconducta en aquel terrible día del pronunciamiento de la Ciudadela de México . Sin Ministro de l a Guerra , que se encontraba aquel día en San Angel,s eo—n poca confianza que debía tener en l a l ealtad de la guarmción ,
r,odeado de generales
desmoral izados y aturdidos,él sólono perdió la cabeza; él ,
convirtiéndose engeneral en j efe,tomó las medidas más acer
tadas para sofocar l a rebel ión en su Cuna,y logró sofocarla
en unas cuantas horas . Compárese esa conducta de Juárezcon la de Lerdo de Tej ada
,el grande hombre de Bulnes
,que
abandonó de una manera pusilánime el poder á l a primera derrota , cuando todavía tenía para resisti r mayor número detr0pas que los revolucionarios , y contaba con los considerables elementos de fuerza que la Capital proporciona á un gobierno . No habría sido
,ciertamente
, juárez quien , huyendo
6 1
todos los hombres públ icos que fuea sus adversarios pol iticos . Yo pregunto á mi vez . ¿No es prueba de que fue ungrande hombre el pobre indio oaxaqueno el hecho de que
,
después de su muerte,aquel los mismos adversarios recono
cieron sus méritos , y fueron los primeros en venerar su memoria?La demasiada extensión que tiene ya el presente trabaj o
de refutación,no consiente que cite yo algunas frases y con
ceptos del Sr . Bulnes , cuyo lenguaj e incomprensible , hace temer. por el estado mental del escritor . For este mot ivo no harémérito de que ,
en alguna parte de su obra , demue“stre simpa
tía por l a causa de la, Intervención y desprecio pot l a causarepublicana . Del supuesto poco valor de los mexicanos antelos franceses habla con un desden,
que apenas se ve en losescritos publ icados por los Dficia les franceses que ñguraron enla campaña de México .
Esta muestra de falta de patriotismo no es extraña en elSr . Bulnes . Su corazón frío nunca ha abrigado amor más queá sí propio : el al truismo
,cual idad mdispensable para ser pa
triota,es virtud desconocida por el mencionado escritor . So
l o á él,en el mundo entero
,l e ha ocurrido escr ibir un l ibro
ex - profeso para probar que no exiten nuestras glor ias naciona les
,que
"
'
lo que l l amamos triunfos no son en real idad másque tr istes derrotas . El l ibro mismo que acaba de publicar yque parece
,á primera vista
,rio tener otro objeto que des truir
l a gloria de un gran mexicano,es
,en el fondo
,el l ibro más
anti— patriótico, por que enseñá
º—á í =la actual generación á mirar
con desprecio la causa de la independencia nacional,que es
tá personiñcada por Juárez . Cuando nuestro pueblo vea queel premio que obtiene el hombre que más hizo por la salvación de l a Patria
,en la crisi s más grave que ha sufrido nación
alguna , es el que un escritor que pasa por ser intel igente éinstruido
,l e llame ídolo de ba r ro
,y pretend a demostrar que
ningún mérito tuvo su conducta,posible sería si la obra de
Bulnes fuese algo convincente, que, despoj ada de todo pres
tigio l a resistencia contra una invas ión extranj era , este pueblonuestro no se sintiese con ánimos de tomar por ej emplo la
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cons ta'ncia y el valor que juárez manifestó defendiendo l a causa de l a independencia nacional .Se asombra el Sr . Bulnes de la tempestad popular que con
tra él se ha desatado . ¿Cómo podía dej ar de estal lar l a indignac ión públ ica contrá quien lastima y hiere e l sentimientomás querido del pueblo mexicano
,pretendiendo cubrir de 10
do aquel lo que nuestros compatriotas,desde n iños
,están
acostumbrados á respetar,á ensalzar
,á venerar? Siempre que
se ataca al sentimiento de amor que una nacnón profesa al hombre que para el la s ignifica P a í r z
'
a,tiene que acontecer lo que
l e ha acontecido _a l autor de <<E l Verdadero Juárez . » Soloun demente
,5111 más obj eto que el de hacerse notable
,puede
,
intentar,con un escrito ma l forj ado y nada meditado
,oponer
se á l a corriente de entusiasmo que, en favor dejuárez , se haformado en toda la Repúbl ica . Los octogenarios restos delpartido c ler ical y algunos sacerdotes
,también ancianos
, (porque el clero mexicano joven
,viviendo en una atmósfera libe
ral,no profesa las ideas reaccionarias y se ha sometido sin
murmurar á las l eyes de R eforma) , serán los únicos que sim
paticen con l as ideas de Bulnes .Si he de expresar mi sentimiento íntimo ,
diré que no
apruebo l as manifestaciones de indignación y de odio que contra el crítico se hacen diarimente . Hablando con toda franqueza
,me incl ino á desaprobar también los numerosos escritos
que se han publ icado por vía de refutación , comenzando porel presente m ío . Todas estas impugnaciones só lo sirven paraha lagar el amor propio de un cerebro enfermo . Hay obrasque
, por lo mal hechas , merecen morir en medio del silenciodesprec iativo de todo pueblo intel igente . AI número de el las '
pertenece el fárrago intitulado <<E l Verdadero juárez .»
I V
R 68umen
Keñere en sus Memorias el Conde Fel ipe de Segur que,
paseándp seNapoleón l en su compañía, una mañana en el bosque de .Fontainebleau
,l e dirigió á q uema — ropa esta pregunta
—
¿Q ué cree Ud . que dirán en Europa el día de mi muerte?— Señor ,— contestó el conde como buen cortesano
,— el
do lor general . el sentimiento de los pueblos . l as demostraciones de duelo .
— No no , nada de eso ,— contestó con impaciencia el Cá
sar , —
¿sabe Ud . lo que diránP— y respirando con fuerza,co
mo quien suel ta una carga pesada ,— díránz U ff !
¡ Uff exclamé yo también al concluir l a pesadísima tareade leer el libro de Bulnes de cabo á rabo .
(Por cierto que , al contrario de la lanza de Aqui les , quecuraba con el asta las heridas que infería con l a punta delhierro , el rabo del l ibro ó sean las 2 4 páginas finales , aparenta que quiere curar las ofensas á l a memoria de juárez que su
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autor“ le hizo con elcabo,como dij e ya en una nota
,hablando
de los elogios que hace del Benemérito . Ydigo que Bulnes aparem
º
a querer curar las heridas que z'
7zím í0'
inferir al grande hombre
,porque cualquier lector perspicaz debe advertir que
,
m ientras las censuras é imputaciones ofens ivas á. l a memoriadel Grande Hombre se presentan acompañadas de documentos y de citas
,que
,aunque están muy distantes de probar l a
tesis propuesta por Bulnes , manifiestan , al menos, que e l críco tuvo la intención de fundar sus aseveraciones
,los elogios
tiibntados á juárez en la parte final del l ibro ( las 2 4 págs . delp ico) son simples afirmaciones sin prueba alguna . Esta es unade tantas muestras de l a imparcial idad y de la buena fé conque Bulnes procede en su especia lísimo s istema dialéctico) .Concluida l a lectura de <<E l Verdadero juárez ,» hay que
hacer un resumen del abigarrado l i bro,tarea dificilísima
,pues
es tal la confusión que en el cerebro del lector produce la inmensa cantidad de pensamientos estrambóticos
,y de argu
mentos expuestos sin orden, (que , bien examinados en el fon
do y por el lenguaj e con que están expresados , resultan desatinos l ógicos y gramaticales) es tal l a confusión , repito, quese siente dentro de la cabeza una verdadera maraña que anubla el entendimiento . Las nieblas de Londres causan menosefecto en la vista
,que el que produce el baturrillo bulnesco
en las facultades intelectuales . Pero haré un esfuer¿ o paraformular un juicio sintético de la obra .
Hay espíritus de clara intel igencia,aunque de cortos al
cances vi suales para percibir y apreciar los factores socioló
gicos de la grandeza de los pueblos , que creen de buena féque es tarea meritoria l a que el Sr . Bulnes se ha propuestoejecutar derr ibando á los hombres que disfrutan la reputaciónde grandeza del pedestal en que el sentimiento de gratitud del as sociedades humanas los ha co locado . <<A pesar
,dicen
,
de que,respecto á los cargos que hace á juárez , no estamos
de acuerdo con él,no podemos menos que reconocer que os
tá en su derecho al hacer uso del escalpelo de la crítica paradescarnar al hombre que
,para el pueblo mexicano
,represen
ta los grandes principios reformistas y la independencia mora l
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y material de l a P atria contrá l as pretensiones doininadoras quesobre el la tenían las grandes potencias europeas . Todo erititico está facultado para separar la carne de los huesos de esehombre — símbolo
,y para emitir su j uic io
,aunque sea arbitra
rio,acerca de cada huesecillo
,considerado separadamente
,
del esqueleto . Poco importa que,con semej ante trabaj o ana
tómico,se de' muerte al sentimiento de veneración que las ma
sas tr ibutaban á ese hombre - símbolo . La verdad ante todo .»
Los que así piensan no reñexionan en*
que,… tratándose de
aquell as ideas y sentimientos referentes á l a existencia y alprogreso de las naciones
,ideas y sentimientos que las masas
populares no son capaces de comprender ni de'
percibir si nose les presentan encarnados en una forma humana tangible
,
l a veneración con que esas masas miran á los personaj es quehan l legado á convertirse en símbolos es para el l as un factorprecioso de patriotismo y de amor al progreso del pa
'
Los pueblos no comprenden las ideas abstractas :el los ignoran la razón del deber de ascriñcarse por l a Patria en losdías en que la existencia nacional pel igra: si cumplen con esedeber
,no es por reñexión
,sino por sentimiento;¿y cuál es el
origen del sentimiento patriótico si no l a veneración,l a ad
miración , el cu lto idolátr ico ,s i se quiere
,tributados á los hom
bres que , por los hechos heróicos que han ej ecutado , dieronel ej emplo de cómo debe servirse á la “
m adre común de laagrupación humana en cuyo seno nacieron esos hombres?La misma leyenda , falsa , y hasta absurda , debe ser respe
tada cuando el l a contribuye_á -fortalecer en el espír itu de las
masas el sentimiento de amor á l a Patria . La leyenda haceen los pueblos el mismo papel que la rel igión : es
,en real idad
,
una religión humana . Falsa es l a leyenda de Guil lermo Tel l,
quien , según los críticos , no exis tió . Pero el pueblo suizo ve
nera esa ñgura fabulosa y ha hecho de el la el s ímbolo de suindependencia: l a ñgura de juana de Arco es his tórica; perosus coloquios con el Arcángel San Miguel
,sus vis iones misti
cas, l as órdenes que decía el l a haber recibido del cielo no soncreíbles . Mas el hecho es que una de las malas acciones que sereprochan con j usticia á Voltaire
,es su infame poema
¡ 66
P ucel le,en el que ridicul izó á l a her01ca doncel l a que alentó
al pueblo francés en su lucha contra l a conquista inglesa . Elmilagro de Covadonga
,el apósto l Sant 1ago combatiendo en
Clavijo (batal la que parece ser una falsedad) contra . los morosson verdaderas fábulas; pero puede negarse que ambas mentiras 1nñuyeron notablemente s obre el patriot ismo españo l ?
Y, ¿es l ícito decir al pueblo ibero que fueron dos so l emnessupercher ías?Y lo que digo de las leyendas y de su influencia
,y en es
to sigo la opinión de los sociólogos más eminentes , debe decirse también de los grandes hombres que han l legado á sercon s iderados como s ímbolo de la exis tencia independiente delas naciones . E s un deber patriótico el respetarlos , es perjudicar á l a patria misma en su porvenir
,matando por medio
de la fría y egoí sta crítica,l a veneración con que el pueblo
las considera . Muerta esa veneración ¿em dónde encontraránl as masas
,incapaces de reflexionar , los grandes ej emplos de
patriotismo,para imitarlos en los días en que la naciona
lidad exij a que se la defienda y se muera por el la? La veneración es madre del entusiasmo
, y, sin éste , no hay puebloque
,como el de los boeros
,animados por el recuerdo de sus
heróicos antepasados en su resis tencia contra Fel ipe 2º
,sepa
combatir y morir por l a causa de su independencia .Y si es acto antipatriótico el desprestigiar á los hombres
símbolos,aún diciendo la verdad histórica acerca de ellos ,
mucho más criminal es emplear l a mentira y la calumnia contra su memoria .
E l Sr. Bulnes,en sus réplicas últimas á sus impugnadores, réplicas tan ilógicas
como su libro mismo, se defiende del cargo que se le hace de haber ca lumniado 51J uarcz , hojeando una multitud de diccionarios , para buscar en ellos la definición dela palabra ca lunmia . A propósito deesto , hacepocos díasme decía un hombre de grantalento
'
y de agudísimo ingenio que h ab ía observado que, siempre que se acude las
deñniciones de diccionario para sostener una aseveración cualquiera, es porque se
carece de razón) . Y es tan cierta y evidente esta obsery ación que, para convencersede ello , basta con reflexionar en que , cuando se h abla
'
o se escribe,se emplean aque
l las palabras que, en el lenguaje usua] , son admitidas como la expresión de determinada idea, sin acudir al diccionario más que en casos sumamente dudosos y difíci1esPrescindiendo de que no siempre los diccionarios definen bien ,
— recuérdese la deñnición de la palabra aguaca te pm el D10010na 1 10 de la Academia E spanola, y la famosísima del nombre cangrejo, p a ea¿llo colmado queanda hac… at1 ás, presentado por uno
.67
La humanidad,los
?
pueb los en su proceso“
á través de lasedades
,tiene sus épocas memorables
,marcadas siempre por
algún adelanto en“
su modo de ser . Y estas épocas se presentan á l a imag 1nación de l as
" ¿mul titudes? Jignorantes en formas humanas
,en l a figura de las grandes personal idades que
ñguraron en primer término, en aquellas épocas dignas deeterna éonmemoración. Al venerar esas ñguras, que son co
mo las'
columnas miiiarias indicadoras del progreso ,no debe
examinarse l a materia de que esas columnas están hechas , nifij arse en sus imperfecciones Hay que atender sol amente albien que produjo á l a patria l a vida de los grandes hombres,por _quienes el bien está representado . Hacer lo contrar io , entregarse á l a crítica acerva y maligna de los horhbres simbolos
, presént'
arlos íá l os pueblos“
…cual muestra,no de grandes
virtudes,sino de defeé tos , errores y hasta de crímenes , como
Bulnes nos presenta á juárez, símbolo mex icano de independencia nacional y de reforma
,equivale á lo mismo que á desencan
tar á la nación,no ya de aquel los hombres
,s ino de la obra
que ej ecutaron . Y esta tarea,dígase lo que se quiera , es anti
patrótica , es esencialmente criminal . Más criminal todavíacuando
,como el crítico inj usto de juárez , no se escribe para
hacer relucir la verdad,
— una ve'
rdad fría y egoísta que nin
gun bien posit ivo producé _
en los sentimientos del pueblo , quenada le 1nsp 11 a que sea noble y generoso, que enfría su en
tusiasmo y amengua el amor que debe tener á la Patria— sino
de los cuarenta mmorta les académicos franceses prescindiendo deque las deñnicionesde esos libros no pueden ser admitidas como declaraciones dogmáticas , h ay que tenerpresente, tratándose de la ca lumnia , que quienes dicen que ca lumnió y d4famó Bu lnes áJ uárez estuvieronmuy lejos de hacer su aseveración en el terreno jurídico, en el cual
,
según aquel crítico, solamenteá los vivos se puede calumniar, ó á los muertos , cuandoexiste la familia de el los . Podrá ser cierta la Opinión bulnesca;p ero , en el 1enguajeusado por todo el mundo, se entiende que h ay ca lumnia y dzfamación de un personajehistórico, cuando se le atribuyen falsamente crímenes queno cometió y cuando se intenta manchar su gloria, desmintiendo el buen concepto en que se le tiene por todauna nación y , como su cede eon J uárez
, por el mundo entero. Aunque la familia delgran patriota no existiera
,habría calumnia en lo queBu lnes dice acerca de él , porque
J uárez es una gloria del pueblo mexicano,¿1 quien se ofende y hiere en los sentimien
tos de veneración y gratitud que experimenta. con respecto al hombre de V eracruzy de Paso del Norte. La familia de J uárez es el pueblo mexicano. Dice Bulnes, defeudiéndose, que no tuvo intención dolosa a1 deturpar 51 J uárez ;esto es lo que tiene queprobar;porque ¿quién puede adivinar los propósitos , santos ó dañados, que tuvo
'
a lescribir su h bro sm objeto ,
a lguno yisible?