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ACTA SALMANTICENSIA ESTUDIOS FILOLOGICOS 202 J .a edición, julio 1988 © Ediciones Universidad de Salamanca y J unta de Castilla y León Para pedidos, información e intercambios dirigirse a: Secretariado de Publicaciones Apartado 325 37080 SALAMANCA (España ) ISBN: 84-7481-494·4 Depósito Legal: S. 406-1988 Composició n: Linotipias Luis Hcrn:\ndez Camino de Miranda, 22 • Teléf. 254646- Salamanca Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, total o parcialmente, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, sin permiso previo del edit or. iO\.. .:I!Í , 1 Aóa'3' . . PrinCipales Gramattcas y Diccionarios Bilingües en la España del XIX Angeles Arce Universid ad Complutense. Madrid Dentro de mi dedicación durante los últimos años a diversos aspectos de lite· ratura comparada, llamaron mi atención algunos temas gr-amaticales y lexicográficos. Mi no era " tanto desde una visión exclusi-vamen te lingüística, sino más bien consisría en estudiar y tener presentes qué gllamáticas y qué diccionarios estaban al alcance de los literatos y es tudiosos españoles en una época determinada. Tenien- do en cuenta, por tanto, el perlado que abarca el presente congreso, he querido centrar mi atención en las gramáticas y diccionarios bilingües que pudieron ser conocidos y manejados por los hombres del siglo XIX español. En un país como Italia en el que los primeros estudios gramaticales, aunque incipientes, pueden remontarse a la época de Dante , no existe, sin embargo, un trat am iento en profundidad de la hisruria de la enseñanza de la propia lenguHay, eso sí, un libro fundamental, la Storia delta grammatica italiana de Ciro 'f.rabalza, aparecida a comienzos del presente siglo 1 Aunque desde una perspectiva actual presenta algunos defectos, ·estudia la contribución de las gramáticas italianas en la formación de una moderna. De todos es conocida la enorme preocupación que a lo largo de todo el Otto- cento italiano se tiene por los te- mas lingüísticos. Y de es ta preocupación participan por igual lingüistas, gramáticos o escritores como Manzon1 que se da cuen ta de que en su país falt'aba un tipo de lengua unitario, popular y nacional al mismo tiemro De esta manera, por obra de Manzoni y de sus seguidores, Sll rge la que fue llamada demasiado enfáticamente «nueva gramática italiana», es decir, la gra· mática de la lengua hablada 3. Sin embargo, esta inquietud por la propia len gua -no se dirigía por igual hacia la enseñanza a extranjeros, y eso que las corrientes literarias de finales del ·siglo l. Milano, Hoepli, 1908. Posteriormente reeditada en Bologna, Arnnldo Forni, 1963. 2. Para poner en práctica su tcorla hace la doble redacci6n de 1 Promessi sposi deci - diéndose por el habla viva del pueblo culto de la Florencia de su tiempo. El resutado, según algunos, es que la lengua italiana de finales del Ottocento es florentina en su estrucrura." grama- tical y es italiann por su xi co l'" que 1e enriquece con oalabrns de d iversas procedenctas . 3. Entre las gramáticas que se publica ron en lo• úl timos decenios del Ortocenm Y que pudieron ser conocidas por algunos autores de gramáticas bilingües, están las de RaffaeUo Foroaciari Grammatica ilaliana dell'uw modemo )' Sintassi ilalia11a detl' tuo moderno (18 79· 81)· Zambaldi CrlamtiUttica ittdiana (1882); O. Boni, Grarmnatica ittdiana della li ng"a pariata con gli es8ttqJi dal (1883); P. Petrocchi, Grammatica delta li ng"a italiana (1887) y la de L. Morandi y G. Cappuccini, Grammatica daliaua (1894). L 7

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ACTA SALMANTICENSIA ESTUDIOS FILOLOGICOS

202

J .a edición, julio 1988

© Ediciones Universidad de Salamanca y Junta de Castilla y León

Para pedidos, información e intercambios dirigirse a:

Secretariado de Publicaciones

Apartado 325

37080 SALAMANCA (España )

ISBN: 84-7481-494·4 Depósito Legal: S. 406-1988

Composició n: Lino tipias Luis Hcrn:\ndez Camino de Miranda, 22 • Teléf. 254646- Salamanca

Ninguna parte de esta publicación puede ser repro ducida, total o parcialmente, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, sin permiso previo del editor.

iO\.. .:I!Í ~Xlj.._.(,~ ~ra , ~~ ;tt.JA..U~lc~ 1 Aóa'3' . . ~ .

PrinCipales Gramattcas y

Diccionarios Bilingües en la España del XIX Angeles Arce

Universidad Complutense. Madrid

Dentro de mi dedicación durante los últimos años a diversos aspectos de lite· ratura comparada, llamaron mi atención algunos temas gr-amaticales y lexicográficos. Mi ~nterés no era "tanto desde una visión exclusi-vamente lingüística, sino más bien consisría en estudiar y tener presentes qué gllamáticas y qué diccionarios estaban al alcance de los literatos y estudiosos españoles en una época determinada. Tenien­do en cuenta, por tanto, el perlado que abarca el presente congreso, he querido centrar mi atención en las gramáticas y diccionarios bilingües que pudieron ser conocidos y manejados por los hombres del siglo XIX español.

En un país como Italia en el que los primeros estudios gramaticales, aunque incipientes, pueden remontarse a la época de Dante, no existe, sin embargo, un trat amiento en profundidad de la hisruria de la enseñanza de la propia lengu,¡ Hay, eso sí, un libro fundamental, la Storia delta grammatica italiana de Ciro 'f.rabalza, aparecida a comienzos del presente siglo 1 • Aunque desde una perspectiva actual presenta algunos defectos, ·estudia la contribución de las gramáticas italianas en la formación de una lingüí~tica moderna.

De todos es conocida la enorme preocupación que a lo largo de todo el Otto­cento italiano se tiene por los te-mas lingüísticos. Y de esta preocupación participan por igual lingüistas, gramáticos o escritores como Manzon1 que se da cuen ta de que en su país falt'aba un tipo de lengua uni tario, popular y nacional al mismo tiemro ~ . De esta manera, por obra de Manzoni y de sus seguidores, Sllrge la que fue llamada demasiado enfáticamente «nueva gramática italiana», es decir, la gra· mática de la lengua hablada 3.

Sin embargo, esta inquietud por la propia lengua -no se dirigía por igual hacia la enseñanza a extranjeros, y eso que las corrientes literarias de finales del ·siglo

l. Milano, Hoepli, 1908. Posteriormente reeditada en Bologna, Arnnldo Forni, 1963. 2. Para poner en práctica su tcorla hace la doble redacci6n de 1 Promessi sposi deci ­

diéndose por el habla viva del pueblo culto de la Florencia de su tiempo. El resutado, según algunos, es que la lengua italiana de finales del Ottocento es florentina en su estrucrura." grama­tical y es italiann por su léxico l'" que 1e enriquece con oalabrns de diversas procedenctas.

3. Entre las gramáticas que se publicaron en lo• úl timos decenios del Ortocenm Y que pudieron ser conocidas por algunos autores de gramáticas bilingües, están las de RaffaeUo Foroaciari Grammatica ilaliana dell'uw modemo )' Sintassi ilalia11a detl'tuo moderno (1879· 81) · Fran~esco Zambaldi CrlamtiUttica ittdiana (1882); O. Boni, Grarmnatica ittdiana della ling"a pariata con gli es8ttqJi c~vati dal Manzot~i (1883); P. Petrocchi, Grammatica delta ling"a italiana (1887) y la de L. Morandi y G. Cappuccini, Grammatica daliaua (1894).

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/-p•redm f•""«~lo. Eo ef<cto, d <mmopoliri•mo q"' ~'K"';,.¡,, ¡, Ilustración y el !Iluminismo, corrientes que casi coinciden cronológicamente en las últimas décadas del Settecento, favorecían que la cultura de un pa1s se abriera a otros pueblos. Y la mejor manera de conocer a un pueblo y su literatura, era tener conocimiento de -su lengua.

España sí tenía estas inquietudes y, quizás, el t·ratado más antiguo que tenemos sobre la metodología de las lenguas es el de Juan Antonio González Cañavc::ras tÍ· tulado Modo de enseíiar las lenguas y ciencias que convienen a un joven bien educado (Madrid, 1794) 4 •

En la misma época Jovellanos, el español de más amplia visión de este período, propugnaba en sus Bases para la formación de 1111 plan general de Instrucció11 Pública ( 1809) el estudio de las lenguas vivas entre las que, naturalmente , se encontraba la italiana. Idea similar había expuesto unos años antes en el Plan de educaci611 de la noblr:za (1798 ) donde colocaba al mismo nivel las lenguas france5a e üaliana y decía que debían ·ser estudiadas porque «contribuyen para formar el gu·sto y por la conexión que tienen s.u historia y ·su literatura con nuestra his-toria y nues•tra literatura» r.. Y este ~nterés por la lengua italiana volvemos a encontrarlo en Antonio Alcalá Galiano ya en la segunda mitad del siglo XIX 6•

E l enfoque de los estudios gramaticales bilingües ha variado con el paso del tiempo. Si a lo largo del siglo XVI 7 y XVII 6 e l mayor número de gramáticas se dedican a enseñar el castellano a italianos con la imención de «forn ire agli itali:1· nj, mediante ,¡¡ confronto pratico delle due lingue, i mezzi per imparare lo spagnolo, onde poter leggere le opere che in spagnolo si andavano pubblicando in que! tempo, specie a Venezia, Napoli e Roma» 9 , las obras que se van a publicar ya avanzado el siglo XVIII y durante casi todo eJ XIX, están enfocadas, generalmente, hacia un público español deseoso dt" conocer el italiano.

4. Y ya muy tardfo para poder influir en la época que nos ocupa, es un libro muy raro y poco conocido de N emesio Fernández Cuesta, intérprete de lenguas en Fernando Poo, que lleva por título E1tudio y en~eñanza de fa1 lengua¡ modem a¡ (G ijón, 19 18). Ver noca 52 del presente articulo.

5. Plan d6 sducació11 .. . G ijón, 1915, pp. 157·158. 6 . En un discurso lefdo (29·IX-1861) en la Acaclemia Esp.1ñoln (en Memoria¡ de la

Academia l!¡pañola, año 1, tomo 11, Madrid, Rivadencyra, 1870, pp. 144. 174), Alcalá Galiana dice que "el estudio p rofu ndo y detenido de las lenguas extranjeras, lejos de contribuir al de­terioro de la propia, ~i rve para conocerla l' manejarla con más ncuerdo. .. ": "Lo que sf daña .. . es el conocimiento somero e imperfecto de una lengua" (p. 147); " ... sólo del francés mal sabido nacen los más atroces galicismos" (p. 148); "¿Quién no ha de conocer, o quién podrá negar que el estudio de la lengua y literatura italiana es sobremanera conducente al buen conocimiento del habla de Castilla, que hoy lo es de España toda?" (p. 158).

7. La primera gramática propiamente dicha es la de Giovann i Mario Alessandri D'Ur· bino, Il paragon del/a /ingua IOJcana el caJtigliana (Napoli, Mattia Cancer, 1560). Con el mismo criterio están las OJJer11111ioni delta lingua etuligliana diviJe i11 quattro libri, de Juan Miranda (Venezia, 1566 ó 1568). Anteriores a 1534, según Mele, pueden citarse unas notas del editor Stefano Da Sabbio que se define en Venecia como "maestro que estampa todas las obras españolas", y de la misma época también a Alfonso de Ulloa, colaborador del famoso editor veneciano Gioliro. Ni Sabbio ni Ulloa pretenden hacer gramáticas, pero incluyen algunas nor­mas de gralla y pronunciación que servfan para o rientar a los lecto res.

Yn a fina les de siglo aparece el Arte muy curic¡a por la cual se e11s6tia muy de rayz, el crllclldcr y hablar la lengua ttalia11a. de Francisco Trenado d~ Ayllón (Mcdina del C1mpo, 1596J.

8 . La más importante es la del florentino Lorenzo Franciosini, Grammatica ¡pagtzuola ed italiana (Venezia, 1624) con numerosas ediciones hasta la "Nuova impressione correcta ed aumentara " de Venezin, 1769 que demuestra que fue una de las más uti lizadas. La gran c::n· ridad de ejemplares que se conservan en la Biblioteca Nacional corroboran este hecho.

9 . G iovanni Maria Bertini, "Delia prima 'grammatica' italo-spagnola " , en l!JtudioJ dedi­cados a Msnét•dez Pidal, VI, Madrid, C.S. I.C., 1953, pp. 27·35 (p. 27).

,.. Es mi intención presentar, como ya indiqué al irucio, las gramáticas que co­

nocie.ron los hombres del Ottocento y, por tanto, me interesan no sólo las que se publican en esa centuria sirro todas aquellas que pudieron estar a su alcance. Par-a ello he crefdo oportuno abrir el abanico de mi estudio desde el último cuarto del siglo anterior, teniendo en cuenta que tuvo que ser mucho más utilizada en el siglo XIX una gramática publicada veinte años antes que no la aparecida en 1897 que habrá sido usada y conocida en las primeras décadas del siglo XX.

Contando, pues, las djstimas ediciones de una misma gramática que se en· cuentran a lo largo de ese espacio de tiempo mencionado, he rastreado y fichado alrededor de veinte ejemplares de gramáticas i·talianas para españoles. El métod0 que voy a utiliza•r es el de citar por orden cronológico de. aparición l~s obr~s de los diferentes autores y, dentro de cada una, las diversas ed1c1ones o retmpreswnes que conozco.

En líneas generales la estructma y fina lidad de la mayor parte de ~sa~ gr:l· máticas es prácticamente la misma. ESitán estructuradas en dos partes pnnctpales aunque, a su vez, presenten otras subdivision:s:. una part~ esencialmente te.óricd con reglas y nociones gramaticales , y otra practica con eJemplos, conversaciOnes o nomenclaturas de distinto signo. El fin . evidentemente, es el de presentar un modelo para el ·aprendizaje de la lengua italiana con una intención más o menos científica según la capacidad y preparación de los autores.

Dentro de las gramáticas aparecidas en las últimas décadas del Settecento, la primera que tiene una mayor difusión es obra de un jesuita. vasco, Esteban Terreros y Pando ( 1707-1782) 10 . Era ya un famoso filólogo cuando se produce la expulsión de la Compañíl'. (1767 ) v desde su destierro dedica a los españoles sus curiosas Reglas acerca de la leng.ua toscana o italiana 11 • Por el subtítulo 12

se deduce va su contenido que incluye un vocabulario elemental. diálogos y conver­saciones y una serie de modelos epistolares . .

De características similares es la gramática de oHo modesto profesor. S1 Terre· ros era un español afincado en Italia donde explicó diversas materias , Pietro Tomasi es un italiano, profesor de lengua en Madrid. Su Nueva y completa gramática italia­na ex plicada en español gozó de bastanre éxito entre sus cor.temporáneos no sólo por haber sido recomendada por .Tovellanos 1 ~ sino por las numerosas ediciones que en la portada «abate .. . , natural de Palestrina, vulgo El Roman~» 14

. •

De esta gramática, a la que pienso dedicar en hrcvc un es tudio pormenonza~o . se conocen de ella. En la actualidad de P ietro Tomasi sólo se sabe lo que se d1ce

10. Aparece publicado con un anagrama : "Don Estcvan Rosterre, Presbítero". So~re este autor puede verse el articulo de A. Pérez Goyena, "Un sabio filólogo vizcaíno·: en Razo11 Y Fe, Madrid, n.0 94, 1931, pp. 5-19 y 124-135. También hay escasos daros en M 1guel Badlon, La cultura hi¡pano·italiana de lo1 iemitaJ expulJoJ, Madrid, Gredas, 1966, pp. 39, 73 l' 2.54.

11. Forll, 177 1. Aunque escritos también en Italia ~e publican póstumos en ~ad~1d (1 786· 1793) los cuatro tomos del magnífico Diccio•1ario ca¡tellano. Co1l /a¡ voceJ de etetzcutJ Y arieJ y sus cotreiPot•dienteJ '"' l111 tres lengua¡ f ranceJa, latina s i1alia•1a que suponen un intento de lexicograffa comparada. . . .

12. Trascribo lo más importante : "Reglas.. . reduCidas a método.. . 1nclu1do e.n. ellas un d iccionario fami liar. .. Diá logos, flmes poéticas ,. carta' misivas; con el fin .le faCili tar a lo< españoles el conocimiento y uso de este 1dioma" (B. Na!. ? ign. .2 ¡64~ 1~¡ . ..

13. En el Plan de educ.uiótl de ltt nobleza se aconsc¡a la gramauca del abate Tomasino" (ob. cit., p. 224) que, sin lugar a dudas, es esta m isma.

14. Con estos datos acudí al Ayuntamiento Je Palestrina .donde, a pesar de no figurar su nombre en ningún archivo municipal ni relig ioso, me comuniCaron que .todos los documen· tos de la ciudad habían sido destruidos durante la segunda Guerra Mudn1al.

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conozco cinco ediciones, todas madri•leñas ( 1772, 1779, 1789 16 , 1801 16 y 1824), que se hallan repartidas por dis·dntas bibliotecas españolas 17

• Tomasi fue muy posiblemente «el centro de difusión de la lengua italiana en el ambiente madrileño, en el momento en el que se siente la necesidad de las lenguas vivas» 18 y, sin em­bl!'rgo, nunca ha merecido su esfuerzo una investigación detenida. Cotejadas las distintas ediciones apenas se observan diferencias de interés tanto en la port~da 19

como en el interior, donde se hacen correcciones ortográficas y las diferencias de paginación son debidas a los distintos caracteres de imprenta.

En espera de volver a eUa ron el estudio que se merece sólo me resta señalar. además de algunos errores de traducción 20 de los que pocas gramáticas se libran, el enorme interés del Tratado Seg11ndo. Presenta un completo vocabulario, no ordenado alfabéticamente, pero muy útH por estar distribuido en temas específicos ~ 1

y un extenso formulario de cartas sobre los más diversos asuntos y todo tipo de destinatarios 22 •

La siguiente gramática, aunque muy interesante, no puede ser ci tada desde un punto de vista didáctico porque aún hoy continúa i·nédita en la Sección de Manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid 23 . Se trata de la Gramática de !a lenglla italiana 24 del jesuita conquense Lorenzo Hervás y Panduro (1735-1809) 2 r. que lleva como única fecha la de la dedicatoria: 2 de noviembre de 1797. La letr.l es muy clara y, como se dice en la Advertencia inicial , debía de constar de un Discurso preliminar, de la gramática propiamente dicha dividida en 30 capítulos y de un esbozo de diccionario it~liano-español. Desgraciadamente ni el primero ni el último se conservan 26 y debemos conformarnos con la parte gramatical que sigue prácticameme el esquema de las dos gramánicas descritas anteriormente. En la

15. Aparece como ··Segunda impresión·· ,, creo se mue ele una mera reimpresión de la ' ' edición de 1''9.

16. En el Catálogo de Palau se presenta como 3.'' edición y esto apoya mi tesis expuesta en la nota anterior (B. Nal. Sign. R/36749).

17. Tengo localizados los siguientes ejemplares : las cinco ediciones están en la B. Nacional; de 1779 (dos en la Universitaria de Santiago); de 1789 (en la Academia Española y en B. Universitaria de Santiago, además del ejemplar que poseo); l' de 1824 (en la Facultad de Filo· logia de la Complutense y en la B. de Gijón).

18. Joaqu(n Arce, Ltt poosl11 dol Siglo Itt.strado, Madrid, Alhambra, 1980, p. 74. 19. Describiré la edición de 1824. Obsérvese el largo y curioso subtitulo : Nt~tNJtl y com­

pteltl / Gramática italiat/t/. / oxplicttda en español, .' dividida en dos Tratados; 1 El primero con· tiene el modo de hablar toscano, o sea, perfecta· 1 mente el italiano; 1 el segundo nomencla· turas, diálogos, fórmulas 1 para escribir memoriales, billetes o esquelas, carros de varios 1 asun· tos, comprendiendo mmbién las de correspondencia y comercio; 1 y un Tratamiento general para cualquier sugeto: con una breve / Instrucción en el principio de la gramática castellana para facilitar a los curiosos el estudio de las lenguas. / Su autor el Abate Don Pedro Tomasi, / natural de Palestrina, ·vulgo el Romano. 1 Cuarta edición [Escudo) / Madrid en la Imprenta Real / Año de 1824.

20. Entre los errores puedo citar : palpebre = pcslatia.s (ed. 1789, p. 263); ouo Jacro espinazo (p 264) ; riuJcire = salir (p. 28 1); temo di = temo de (p. 295); a11ú = antes (p. 295); a tre mesi dtllll = a los tres meses dada (p. 423) ; etc.

21. Vocabulario de la casa, del cuerpo humano, de cocina, de vestidos de hombres y de mujeres, de oficios, etc.

22. Modo de dirigirse a Cardenales, a nobles, a ~uperiores, a iguales, a inferiores, etc. 23. Su Signatura es M.s/7831 . 24. Sobre esta gramática puede vrr~r el breve ardculo de Mario Puppn "Un·incdita gram·

marica italiana di Lorenzo Hervtls y Panduro" en Bollotti•to dell'l stit111o di ¡;,guc estere, X, Genova, 1976, pp. 189- 194.

25 . Sobre Hervás, además del libro conocido de M. Batllori, Puppo cita a C. Rodríguez de Mora, L. Hervás 'J Pllntluro, su aporldción a la /ilologla española, Madrid, 1971.

26. Se lee en una nota manuscrito al margen, "He quitado el discurso preliminar para llevármelo a lralia ".

10

extensa dedicatoria a María del Carmen Ponce de León aclara, entre otras cosas, el porqué de la importancia del itali~no en E1ipaña: «La lengua de ésta [Italia ] suele ser la primera extranjera que la infancia señoril oye para aprender el canto .. . y e~ la única extranjera que resuena en todos los teatros grnndes de Europa» 27

.

Es una lástima que esta gramática no haya podido tener la difusión que la imprenta ·le hubiera dado ya que es, sin duda, la que ofrece planteamientos más científicos : considera, por ejemplo, que el italiano se ha enriquecido mediante las traducciones y, haciendo un alarde de ¡!l'an lingtiistn, esboza una ligera lingüística comparada.

La primera gramática publicada en el O ttocento es la del profesor e historiador Luis Bordas y Muns ( 1798-1875) titulada Compendio de gramática italiana 28 y con el mismo título aparecen otras ediciones más 211

• Es su intención presen•tar un método sencillo, sig11rendo el de Vicente PereHi , el de más éxito en Francia. Bordas como catedrático de italiano es autor de varias obras relacionadas con ·la enseñanz:1 de la lengua: Nuevo tratado de Pronunciación, Ortografía, Prosodia . .. como Su­plemento al Compendio de gramática italiana 30

; Gramática italiana adaptada al uso de los españoles 31 ; Nueva gramática italiana adaptada para uso de los españo­les 32: Gramática italiana 1·edactada con presencia de cuantas se han publicado has!n el dítr13 y Compendio de {!,ramática italiana formada sobre los mejores autores n

4•

Después de los trabajos gramaticales de Bordas ~r., el siguiente con el que nos encontramos es una adaptación . El adaptador es Don Mariano de Rementería y Fica y «acomoda a la lengua española» una Gramática italiana simplificada y reducida a veinte lecciones as de M. Angelo Vergani 37 • Después de su primera apacición en 1826, conozco otra madrileña de 1840 que se presenta como 3." edici6n, aunque desconozco la fecha de la segundn r n el caso de que haya exist ido. El adapt-ador

27. A continuación da un curioso juicio moralizante ya que esa lengua no sólo es "ar. moniosa. .. suave... abundante de palabras .. . !' erudita.., sino que una de sus vi:rudes es la de carecer de "tanto peligro como hay en otras lengua~ li teratas de tropezar con ltbros que la perversa malicia de la viciosa sabiduría mundana ha dictado y escri to para ofuscar la razón y pervertir la voluntad•' (Dedictlloria del manuscrito sin paginación en la que he modernizado gra· ffa y puntuación). bien dispuesta"' que animó a Rementería ··a adaptarla a nuestro idioma·· .

28. Gerona, A. Oliva, 1814. [Palau] . 29. Gerona 1824 )' Barcelona 1830. 30. Barcelona, Mayol y Compañia, 1826. [Palau) . 31. Barcelona, Miguel l' Tomás Gaspar, 1830 (B. N. Sigo. 1/75441 ). 32. Barcelona, Imprenta de Tomás Gorchs, 1838 . (Hay un ejemplar en la Biblioteca de la

Unixersidad de Deusto). 33. Barcelona, Imprenta Hispana, 1847 (B. N . Si¡:. 2144849). Aunque no es citada habi·

rualmente hay oua edición en Barcelona, Imprenta y Librerla de D. Manuel Saurí, 1852. Se presenta como "quinta edición'· aunque no repite ninguno de los tirulos anteriores. El subtÍtulo del ejemplar que poseo dice : "Contiene las reglas necesarias e indispensables para la TEORICA; diálogos familiares y mucha fraseología para la parte PRAGrlCA; y a más un DICCIONA· RIO CONSULTIVO no sólo sobre la lengun italiana en particular, sino también acerca de algunos principios generales y comunes a los dos idiomas español e italiano".

34. Parls, Librerla Garnier Hermanos, 1885. Se publica póstumo y aparece como "octava edición" (B. N. Sign. 1/33612).

35. No me detengo más en ellos porqu~ un1t cumun icación del prcsentr Con¡:lreS<l está, precisamente, dedicada a él y a Antonro Rius y, por tanto, a las Actas remito para mayor infor· mación. [Posteriormente, dicha comunicación no llegó a presentarse].

36. Madrid, Imprenta de Miguel Burgos, 1826. El subdrulo del ejemplar que poseo con· tinúa : ".. . veinte lecciones, con sus respectivas prácticas, d iálogos y una colección de trozos his­tóricos en italiano para uso de los principiantes·· que ocupan apenas ocho páginas de un for­mato muy reducido.

3 7. La gramática de Vergani habla gozado de siete ediciones y era .. tan simplificada y

11

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/ 7 se limita a aclarai «en las prácticas diversos modismos» y a añadir y refundir «en d texto las notas que estaban separadas de él».

Simultáneo al uso de la gramática existía también un librito del mismo autor Racconti istorici ad uso degli studiosi delta lingua italiana (Parigi, Baudry, 1845), no específicamente dedicado a un público español pero que, sin duda, era manejado por la mayor parte de les jóvenes europeos que estudiaban el italiano. Su lenguaje claro y las breves narraciones justifican la «undecima edizione» que aparece en la edición de 1845 38

.

También de Madrid es el Curso de lengua italiana 39 de Pedro Barinaga que se plantea seriameme el buscar un método de enseñanza del italiano como lengua viva . De esta manera no sólo se limita a exponer unas normas gramaticales, sintác· ticas o de traducción, sino que comienza analizando los distintos métodos extran­jeros existentes. De los que él dice conocer, se inclina por el de Mr. Robertson que pBitia de la idea de que para «aprender en poco tiempo una lengua viva es necesario practicarla, esto es , leer, traducir y hablar desde la primera lección» (pág. 5), y continúa que <<es preciso que el método que se siga sea a un mismo tiempo práctico, analítico, teórico y ~intético» (pág. 6).

Barinaga añade a esto el presentar algunos textos <<de progresiva dificultad» como hacía Mr. Johnson y el resultado obtenido es el siguiente: «He adoptado, pues, como el más conveniente para la enseñanza, el método de Mr. Robertson , modificado por Mr. Johnson y, algún tanto, por mí mismo» (pág. 7). Dentro de la modestia y brevedad , su autor consigue un método ambicioso y completo 10. A lo la~go de 44 lecciones se presenta todo el material y lo que en mayor medida merce ser destacado es lo siguiente: todas las reglas expuestas están comparadas con el castellano '11 , añade un apéndice con <<reglas y observaciones que no es absolutamente necesario retener en la memoria» 12 • pone una «colección de modis­mos italianos», cree que la pronunciación <<debe entrar por los oídos y no por los ojos» -por lo que justifica que no hable de ella en su libro- y, por último, sustituye el índice tradicional por un Indice alfabético ·(págs. 327-334) que resulta muy ú til para local izar en todo momento cualquier tema o palabra.

Del mismo año que el Curso de Bavinaga, es la Nueva gramática italiana expli­cada en español 1 R del francés Jean Marie B.lanc Saint-Hilaire, que aparece en Lyon en 1843 -w. Y a modo de parte práctica publica en el mismo lugar y año otro vo­IIJmen de Diálo.~os y eiercicioJ bilingües 4fi . Como en él no se remite a la gramática

38. El ejemplar de la Nacional lleva la Sign. 4í80606. 39. Se añade en la portada "Escrito con arreglo a las bases del método de Mr. Robertson".

Madrid, Boix editor, 1843. 40. Nos dice: "Estoy, sin embargo, persuadido de que en este libro no se encuentra ni

con mucho todo lo que hay que saber acerca de la lengua italiana; pero ni yo me he propuesto escribir una gramática de esta lengua, ni el hacerlo con la perfección debida hubiera sido ade­cuado a mis débiles fuerzas. EstO)' seguro de que aquí se encuentra todo lo tsocerario; el que "después de saber lo necesario quiera aprender mmbién lo puramente Útil, podrá acudir a otros libros, y principalmente a alguna bueM gramática italiana, escrita en esta misma lengua, pues debe hallarse en estado de entenderla bien cuando haya concluido el curso" (pp. 8-9).

41. Dice : "Creo que algunas las he explicado con más claridad que ninguna gramática lo ha hecho hasm aquí; por lo menos. .. en ninguna de cuantas grom:íticas italianas conozco; no sólo de las escritas en español, sino también en francés" (p. 8).

42. Y añade: " ...pero que conviene saberlas y sobre todo es bueno tener donde poder consuharlas cuando ocurra alguna duda" (p. 8).

43. " .. .y formada sobre los mejores autores, con diálogos, cartas familiares, etc. (B. N al. Sign. 1/65754).

44 . León y París, Librería Cormon y Blanc, 1843. 45. El titulo completo es como sigue: "DMiogos ~ ojercicior it~tlia11os- españoler. manual

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no podemos saber con cel'teza si ambos libros eran o no usados conjuntamente. En 1848 aparece la siguiente Gramática italiana y española 40

, que es opráctica­mente tan desconocida como su compilador. el emigrado siciliano Salvatore Costanzo ( 1804-1866) ~7 • En los ambientes liberales y literarios del Madrid del moment0 era bastante conocido y apunta a «un incipiente comparatismo» al presentar y dar a conocer en España a muchos escritores italianos de diversas épocas 4H.

En tierras catalanas y sobrepasando ya la mitad de siglo, aparece la GramátiCtl de la le1rgutt italiana explicada por su h('rmana la castellana 411 de Antonio Rius y Rossell. Como en el caso de Bordas no me detengo en su presentación y remito a la comunicación que trata específicamente de ambos 4» "'' . Sólo quisiera señalar, como dato curioso , que como gramáticas bilingües Rius menciona conocer exclusi­vamente la de Tomasi que <<no tiene más mérito que el de haber sido la primera» y la de Bordas que no le parece « tan compieta como debería ser» (ed . cit., pág. 2).

Casi coetáneo es el sigu iente trabajo. M:ís que de una gramática propiamente dicha se trata de un método comparado en el que su autor Loren7.o Badioli y Prora pretende demostrar que la analogía y similitud entre ambas lenguas es tanta que «no debe considerarse como extranjera para los españoles , la lengua italiana» (pág. IV). Su título es Método teórico y práctico comparativo para el estudio de los idio­mas italiano y español... con 1111 vocabulario poético r.o . No parece, sin embargo, que fuera muy utilizado en la época, ya que se prefería cualquiera de las gramáticas publ-icadas con anterioridad.

Y ya para terminar con este panorama general, aludiré a una gramática qu.: no debió ser utilizada en nuestra penínsu la pero sí fue conocida en tierras ameri­canas. Me refiero a la Gramática teórico-práctica de la lengua italiana de Francisco Fontana de Phrllippis, aparecida en Buenos Aires en 1886. Ni de ésta ni de l e~ siguielltt' t.:ngu d.uos fiJ.:Jignus por no hah.:rlas podido localizar ni comrolJr . Sin embargo, para completar precisamente ese panorama al que acabo de aludir, no puedo dejar de dtar una Gramática italiana de Miguel Oñate y Ruiz, publicad,, en 1897 r.1 .

Y saliéndonos ya, por apenas tres años, del ámbito del siglo XIX, nos encon­tramos en Barcelona pero en italiano un curioso Metodo per l'insegname~tto de/l,; lin¡¡_ua italiana agli strMieri r.~ dt.: Bcdedetto Colarossi, en el que al habitual <<manu,t­

epistolar o modelos de cartas de comercio, fa mil iares l' otnls en italiano y español, piezas ~n prosa y en versos, sacudidas de los mejores aurores con In rrnducción en frenre", León y París, 1843 (B. N. 41!41878).

46. "Precedida de un Discurso prelim inar". Madrid, Llorente, 1848. En el ejemplar de la B. Nacional (Sign. 1/28003) ha)' una curiosa nota manuscrita en la conua-porrada: "Es menes­res esrar 'barlú' para publicar una gramnrica con tantos disparates como ésta".

47. Es recordado aunque sea "con unn breve mención" por Joaquín Arce en rres ocasio­nes, desde 1968 hasta su úhimo libro Literaturas Italiana y Español,. / reme a /rente (Madrid, Espasa Calpe, 1982), en el que le dedica un capínllo "Un desconocido intermediario italo-ma­drileño : Salvatore Costanzo" (pp. 308-312).

48. Además de sus rrabajos histór.icos, de rraducci6n o de miscelánea, abre el camino del manzonismo hispánico al ser el primero que recoge las cuatro primeras versiones castellanas del Cinque Maggio, anric.ipándose al éxito que iba a tener la llrica italiana más difund ida en la España del Ottocenro.

-19 Bnrct•J,mo, Tm¡m·ntn .k M. Rnmírc>, IRií"l IR. N. 1 22r6) 49.• Ver no ta 35. 50. Madrid, Imprenta de las Escuelas Pías, 1864 (B. N. 1/9331). 51. Barcelona, Librería de Monrsecrat, 1897 [Palau] . Con posterioridad he localizado un

ejemplar de esta Gramática italiana teórico-práctica co11 eiorcicior de análisis )' tradtlccÍÓ1J, del Rdo. Oñate en Barcelona, 1908.

52. Barcelona, Suárez e Mas, 1903 (B. N. l /9987). Sería interesante compararlo con el Esrudio de N. Feroández Cuesta aludido en la nota 4 de es1e artÍculo.

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le di conversazione e grammatica», se añade una novedad respecto a .las anteriores: la utilización de algunas ilustraciones que lo. convierten en el primer método visual que conozco.

Hemos podido ver cómo, según avanza el siglo, el criterio didáctico va evolu­cionando: a las gramáticas más o menos tradicionales le sigue el planteamiento de un método de la enseñanza de una lengua; y esa metodología variará según se con­sidere al italiano como idioma más o menos cercano, más o menos extranjero al nuestro.

Y ahora una breve, brevísima mención a los diccionarios. Aunque la presen­tación va a ser muy esquemática quiero dejar lo ms completo posible el panoram.t lingüfstico del siglo XIX español con ·respecto al italiano.

La lexicografía de nuestras dos lenguas •no ha gozado nunca de un gran es­plendor. Para el conocimiento de la misma en los siglos XVI y XVII contamos con una monografía importante Contibuti atla storia delta li:ssicografia italo-spa­gnola dei secoli XVI e XVII na de Annamaria GaUina, de la que puede sacarse mayor fruto teniendo en cuenta algunas rectificaciones que le hizo Elisa Aragone en una reseña posterior G4

Los diccionarios existentes son más escasos que las gramáticas pero no por ello menos significativos. Aparte de unos intentos lexicográficos de Alfonso de Ulloa r.r., como vocabularios bilingües a lo largo del Cinquecento pueden dtarse el d e Nicolo Landucci de 1562 r.n, que da el equivalente del español en italiano, francés y vasco, y el del sev~llano C11istóbal de las Casas, Vocabulario de las dos len guas Toscana y Castellana 57 .

Dejando aparte el Tesoro de las tres lenguas Frnncesa, Italiana y Española (Geneve, 16091 de C'..i rolnmo Virrori, el más importante diccionario bilingüe del siglo X\'11, yuc sus ti tu }e aJ de Las Casas, fue el del hispanista Lorenzo Francio· sini 68

, profesor de español en Siena. Su Vocabolario Italiano e spagnolo non piti dato in luce "9

, tuvo quince ediciones desde 1620 hasta 1796, y puede decirse que no fue superado hasta época reciente.

Tanto este diccionario, por sus múltiples ediciones 60, como otros aparecidos en la segunda mitad del XVIII , pudieron ya ser perfectamente manejados por los estudiosos del XIX, con la excepción de uno de Annibale Antonini , Dizionm·;o itrr­

53. Firenze, Olschki, 1959. 54. Recensión en In Ri"i!la di Letternture modeme e compara/e, XIV, n. 1-2, Firenze,

Sansoni, giugno 1961, pp. 107-11 2). 55. Aprovechando ediciones o rraducciones de obras literarias hacía "una esposidone... de

parecchi vocaboli Hispagnuoli difficili ". 56. Dictio11arium Lingue Toscano, que no hn tenido peso en In tradición lexicográfica por

hallarse rodavla manuscrito en la Biblioteca Nacional de Madrid. Sólo la pane vasca está pu. blicada por M. Agud y L. Michclena, San Sebasrián, 1958; el resto continúa inédito (ver Maria Teresa Navarro, "El Dictionarum Lingue Toscane, de Nicholao Landuchio", en A cta¡ del 11 Cotlg,so Nacio1lal de Italianistar (Murcia, 1984), Salamanca, Ediciones Universidad de Sala­manca, 1986, pp. 403·415.

57. Sevilla, 1570. En Italia se publicó por primera vez en Venezia, 1576. De las quince ediciones sólo dos son seviillanas, el resto venecianas. Nueve son del siglo XV I y las seis res· ranres aparecen en el XVII hasta 1622. A partir de 1608 el diccionario fue aumentado por Camilla C:unilli.

58. Mard n de Riquer, "La obra del hispanista L. Franciosini, primer rraductor del Do11 Quijote al italiano", en Re"ista Nacio11al de Educación, n. 21, 1942, pp. 21-28. Y bastante an· rerior, aunque de diflcil localización, es E. Mele, "Uno spagnolisra valdelsano: L. Franciosini", en Miscellat~ea storütJ delta V aldels11, XXII, Castelfiorentino, 1914, pp. 117 y ss.

59. La primera edición es de Roma, 1620 y la última "nuevamente sacada a luz" es de Venezia 1796.

60. De las siete ediciones del XVIII , dos son de Ginebra y cinco de Venecia.

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Jia110 latino e francese (Lyon, 1770), del que sólo se sabe que existía en la bi­bliot~ca particular de Meléndez Valdés 61

, pero del que no se conoce ningún ejem­plar ni dato algun~. . . .. . . .

Tampoco limttadameme b1·lmgue es el trabaJO del Jesuita Terreros y Pando, mencionado ya en la parte de las gramáticas. Es autor de un espectacu lar DicciorrtJ­r;0 castellano, con las voces de Ciencias )' Artes y sus correspondientes en las tro:s lenguas Francesa, Latina e Italiana 02

, que aparece póstumo en Madrid (1786-1793 ) en cuatro volúmenes 63

.

De finales de siglo es también el Diccionario de los nombres propios de hom­bres y muieres, en las cuatro lenguas castellana, latina, francesa e ital;ana (Madrid,

1I mprenta Real, 1793 ) 11· , de Agustfn Alvarez Pato y Castrillón. O tro ex-jesuita, amor también de una gramática, escribe el Catálogo de las

lenguas de las naciones conocidas 11''. E1 extenso Catálogo de Hervás y Panduro apa­

rece en seis romos y dene un gran inrerés para la lexicografía comparada como la mayor parre de los diccionarios vi!>tos hasta el momento.

El último de los vocabularios qu~ tengo fichados fue, sin duda, el más útili· zado en el siglo XIX. Los dos volúmenes en 8" justifican el «Diccionario de fal­trique.m» y «Dizionario da tasca» que aparecen en las respectivas portadas tl!l. La primera edición de este Diccionari0 es de 1805 y mientras t:n el primer tomo Diccionario üaUano-español, tanto el 1-'rólogo como las conjugaciones irregulares del comienzo están explicadas en castellano, nos encontramos con el fenómeno opuesto en el segundo volumen Dizionarrn spagnuolo-italiano. La siguiente edición es de 1821 67 y le sigue otra de 1843 68 :in apenas variaciones respecto a la pri­mera edición 69

61. T omo el dato de Georgcs Demerson, DotJ ]tlllt> Melfmdez Vwldés y s11 tiempo ( 1754· 181 7) , Madrid, Taurus, 1971, 1, p. 119, y 11, pp. 272-273.

62. La edición fue llevada a cabo por Francisco Meseguer y Miguel de Manuel Rodrfguez, sobre la base del manuscrito y notas dejada.s por Torreros en el que fue Colegio Imperial, l' fue patrocinada por el Conde de Floridablanca.

63. Madrid, Viuda de lbarra, 1 786·1793; el segundo romo es de 178 7 y el tercero de 1788. El cuarto romo es muy interesante y es el de la traducción al español: LoJ 1re1 alfabetos 1 Pr11ncés, LatitlO e ittJiitJtiO / con laJ 11oceJ J de Cie11ciaJ y ArteJ 1 q1u le co"eJpotJdetl en la lengua ca~tellana 1 Tomo Quarto 1 y último del Diccionario 1 del P. 1 Madrid : año de MDCCXCIII //. (B. N . 6·i/S 159.

64. En la Nacional tiene la Sig. 3/232 10. 65. Madrid, 1800-1805 (B. N. 1131790-5). 66. Dicciotlario 1 de faltriquera i llaliatlo-l!spañol 1 ' / Español Iitalia11o, 1 compuesto y

fielmente recopilado según la última edición del Diccionario de la Academia Española, / y el Vocabulario de la Academia de la Crusca; 1 por Don ]. L. B. Cormon 1 l' / Don Vicente Manni. 1 Le6n, 1 En la librerla de B. Cormon y Blanc. 1 1805//.

La porrnda del tomo segundo es: DiziotJarro 1 da taJea / ltaliano-SpagtJuolo / e 1 Spagt~uolo­l tatiatJo, 1 Composro sul D izionario deli 'Accademia Spagnuola, 1 ultima edizone, e sul Vocabo· lario dtgli Accadem ici ' dcll' a Crusca; 'per G. l. B. C:ormon 1 e 1 Vincenzo Manni. 1 Lione, 1 presso B. Cormon e Blanc , 180 S • .

67. B. Nacional 6·2/1200. 68. Por una censura gubernativa, parece que habla tenido orra edición más en 1832 pero

no be podido comprobar esre dato. 69. Tengo noticia de orro trabajo del que no he podido completar más daros de los que

doy y en el que habrla que precisar si puede entrar o no dentro del panorama que he pre· sentado. Me refiero al Dizio11ario degli italialli all' est ero de L. Benvenuri (Firenze, 1870) .

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