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GIJÓN, 11 de julio de 2018 • DIARIO DE LA SEMANA NEGRA • DECANO DE LA PRENSA NEGRA MUNDIAL • ÉPOCA XXXI • GRATUITO • Nº 6 www.semananegra.org LA MUJER EN LA HISTORIA DEL ARTICULISMO Por Teodoro León Gross y María Angulo Egea Páginas centrales LOS RETOS DEL INVESTIGADOR Por Pablo Batalla Página 3 q Mujeres errantes, como el título de la última novela de Pilar Sánchez-Vicente. Este año está siendo en todo el mundo el año de la mujer, y también lo está siendo en la SN. Aquí la escritora siempre ha sido tan bienvenida como el escritor y ha gozado de una buena representación, pero este año ha gozado de ella es- pecialmente. Son muchas las escribidoras que nos están visitando en esta XXXI edición. Las hay locales, como Sánchez Vicente, y nacionales como Marta Sanz o Cristina Fallarás, que ayer presentaron sus obras más recientes en la Carpa del Encuentro. Y todas ellas son mujeres valientes, combativas, sin pelos en la lengua; libres como el sol cuando amanece y como el ave que escapó de su prisión, que cantara el malogra- do Nino Bravo. Es ciertamente un lujo tenerlas por aquí. ERRANTES MUJERES ERRANTES MUJERES

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GIJÓN, 11 de julio de 2018 • DIARIO DE LA SEMANA NEGRA • DECANO DE LA PRENSA NEGRA MUNDIAL • ÉPOCA XXXI • GRATUITO • Nº 6

www.semananegra.org

LA MUJEREN LA HISTORIA

DEL ARTICULISMOPor Teodoro León Gross y María Angulo Egea

Páginas centrales

LOS RETOSDEL INVESTIGADOR

Por Pablo Batalla

Página 3

q Mujeres errantes, como el título de la última novela de Pilar Sánchez-Vicente. Este año está siendo entodo el mundo el año de la mujer, y también lo está siendo en la SN. Aquí la escritora siempre ha sido tanbienvenida como el escritor y ha gozado de una buena representación, pero este año ha gozado de ella es-pecialmente. Son muchas las escribidoras que nos están visitando en esta XXXI edición. Las hay locales,como Sánchez Vicente, y nacionales como Marta Sanz o Cristina Fallarás, que ayer presentaron sus obrasmás recientes en la Carpa del Encuentro. Y todas ellas son mujeres valientes, combativas, sin pelos en lalengua; libres como el sol cuando amanece y como el ave que escapó de su prisión, que cantara el malogra-do Nino Bravo. Es ciertamente un lujo tenerlas por aquí.

ERRANTESMUJERESERRANTESMUJERES

miércoles, 11 de julio de 20182

ASOCIACIÓN SEMANA NEGRA

Presidenta:Susana Quirós

Director del Comité Organizador:José Luis Paraja

D.L.: As-2.391/2000

Redacción: Jesús Palacios

Colaboradores: Teodoro León GrossMaría Angulo EgeaEnrique Flores

Fotografía: José Luis Morilla

Edición y diseño gráfico:Ángel de la Calle

Dirección:Pablo Batalla Cueto

Preimpresión: Morilla Fotocomposición Imprime: Imprenta Mercantil

…charlamos sobre autopublicación con Luis Redondo, Rosa Valle, Juan Muñoz, Ana Ballabriga y David Zaplana; la venerable Maricuela nos presentó sus memorias; reci-bimos una clase magistral sobre maternidad y familia con Rosa Cid; dialogamos sobre el pasado y el futuro de Asturias, saciamos nuestra fame poética y Diego Solís pre-sentó su Hágase abril.

DULCE

3miércoles, 11 de julio de 2018

«Una de nuestras grandes contra-dicciones como sociedad es que he-mos impedido que cientos de miles defamilias honren a sus padres y a susmadres, fusilados y enterrados en fo-sas y cunetas; y que quien en mayormedida ha participado de eso es laIglesia católica, que es quien dicta elmandamiento». Esto reflexionó ayeren la Carpa del Encuentro CristinaFallarás durante la presentación de su

libro Honrarás a tu padre y a tu ma-dre, un «libro singularísimo y fasci-nante» escrito «a caballo entre la cró-nica y la novela, de modo que la fic-ción ayuda a iluminar, a desvelaraquellas zonas de sombra hasta las quela protagonista no logra acceder a tra-vés de sus indagaciones, de los docu-mentos escritos que descubre y los tes-timonios que logra escuchar». Falla-rás, dice la sinopsis del libro, «nos

propone una narración que va más alláde los trillados tópicos sobre la guerracivil y que, a través de las pequeñashistorias, retrata la evolución políticay sociológica de un país. Ésta es unanovela que contiene muchas novelas;una saga familiar sobre hechos realesque parecen dignos de una ficciónayuda a explicar la realidad. Una obraque habla de traiciones, desengaños yviolencia, pero también de bondad, re-sistencia y esperanza».

El origen del libro, según explicóayer la escritora, se ubica en el mo-mento de «ruptura íntima bestial» quepara ella fue el traumático despido yposterior desahucio que, hace unosaños, la abocó a vivir en el bosque consus dos hijos. Fue en aquella épocaque descubrió la historia de su abueloFélix Fallarás, carpintero, fusiladocontra la tapia de un cementerio ara-gonés el 5 de diciembre de 1936. Y co-nectó la historia con la constataciónamarga que su situación le hacía ha-cer: la de que «vivimos en una socie-dad bestial en la que pagamos por la

luz, por el agua, por el frío, por calor,por movernos…», que permite «quese eche a la gente de sus casas» y en laque la Policía «arranca ferozmente aniños de los brazos de sus madres y desus abuelas». Pidió ayer la escritora acada uno de los asistentes a su presen-tación el «pequeño ejercicio de recla-mar la memoria de aquéllos que nosprecedieron y que eso nos lleve a lu-char como sociedad contra esta basurade democracia que no es tal, porque enuna democracia participa toda la so-ciedad, pero hoy hay una parte de lasociedad que no participa de esa de-mocracia y los criminales que la ex-cluyeron siguen en su puesto».

Cargó Fallarás duramente contraquienes «pactaron con criminales co-mo Billy el Niño, que vive al lado demi casa» y se han acordado «acorda-do» sólo ahora, cuarenta años despuésde la muerte de Francisco Franco,«de que existen el Valle de los Caídos,el Pazo de Meirás y una banda de hi-jos de puta que sigue teniendo meda-llas y un título nobiliario».

«Los crímenes o se juzgan, o serepiten», advirtió esta escritora quefue descrita al inicio de la presenta-ción por Pilar Sánchez-Vicente co-mo «muy periodista y mucho perio-dista y muy feminista y mucho femi-nista», y que manifestó que escribió ellibro movida por el deseo de que sushijos «no hereden el silencio. Seríauna perra», dijo, «si permitiera que loheredaran». Fallarás conmovió al pú-blico hablándoles de sus orígenes fa-miliares y de los contrastes enormesentre su familia materna —abuelofascista, abuela baronesa— y la pater-na y del desprecio de clase que la pri-mera manifestaba hacia la segunda yhablándoles de su abuela viuda, «quenunca más volvió a amar, ni a follar,ni a acariciar, ni a ser acariciada, ni atener pareja. El dolor que infligieron aesa mujer no está contado. Siemprehablamos de los asesinados, pero node las viudas; de cómo quedabanaquellas mujeres que no volvían a re-cuperar ni su sexualidad ni su afecti-vidad».

La batería de actividades acogida por la Carpadel Encuentro se cerró ayer con una interesantísimamesa redonda sobre investigación periodística e in-vestigación policial que contó con la participaciónde la juez Rosa María Freire, el periodista de La-Sexta Nacho Calle y el escritor y periodista CarlesQuílez y fue conducida por el también juez JoséManuel Estébanez. En ella se abordaron las dificul-tades a las que se enfrentan los investigadores a lahora de denunciar y perseguir delitos como los quecopan la actualidad política española durante los úl-timos años.

Rosa María Freire desgranó en su intervenciónlas dificultades que enfrentan los jueces en España,y entre ellas la insuficiente dotación en general, losrecortes y la incompetencia de las autoridades a lahora de abordar cuestiones como la digitalización,de tal manera que acaba siendo peor el remedio quela enfermedad. Cuestiones como ésas, dijo, provo-can una lentitud generalizada que además impregnaa todas las instancias que rodean a la justicia. «Loslaboratorios en los que se hacen las pruebas de ADNestán saturados, porque son muy pocos y tienen mu-chos casos», puso a modo de ejemplo. Habló tam-bién la magistrada de las injerencias ocasionales delpropio poder político en la labor de los jueces y lascalumnias que algunos políticos concretos viertensobre los magistrados cuando se sienten atacadospor ellos. Recordó en este sentido el caso del juezJosé Ricardo de Prada, uno de los que dictó la sen-tencia del caso Gürtel y que aseguró recientementeque en treinta años de ejercicio nunca había sufridotantos ataques como durante el tiempo que duróaquel juicio. Y ella misma recordó que Celia Villa-lobos, siendo vicepresidenta del Congreso, la acusóa ella de parcial por una resolución en la que proce-saba al Partido Popular y a empleados suyos asegu-

rando que esa supuesta parcialidad se debía a que te-nía un primo comunista (que no tenía).

Fue interesante la intervención de Carles Quí-lez, que ilustró al público sobre ciertos bufetes deabogados que, «rompiendo cualquier código ético»,llegan a ofrecer el servicio de planear y diseñar la es-trategia previa de su cliente antes de la comisión deun delito fiscal, económico, de malversación, etcéte-ra. De tal manera, «aquéllos que están investigandono solamente sufren el déficit material denunciadopor la magistrada Freire, sino que encima se enfren-tan a un enemigo extraordinariamente poderoso ycon una capacidad técnico-económica brutal». Ma-nifestó también Quílez por otro lado su convicciónde que «la justicia es independiente y más allá de al-guna manzana podrida como la hay en todas partes,el grueso de los jueces es honrado de independiente,pero por otro lado existe una extremada finura depiel en cierta estructura judicial impermeable a lascríticas de aquéllos que, aunque no sepamos de le-yes, tenemos derecho al pataleo».

Nacho Calle disertó sobre la dificultad que supo-ne para los periodistas la complejidad enorme de al-gunos de los delitos que investigan, y sobre todo delos fiscales, frecuentemente consistentes en una ma-raña inextricable de triquiñuelas legales que sólo aun experto en derecho mercantil internacional le esdado desentrañar. «Los periodistas tenemos queaprender sobre la marcha», dijo; y puso el ejemplo deque «un año concreto, todas las off-shore de las IslasVírgenes Británicas cerraron sistemáticamente y secambiaron a las Islas Seychelles. Fue debido a uncambio legislativo en aquellas islas que obligó a de-clarar quién estaba detrás de las sociedades; pero esoque yo ahora sé, no lo sabía entonces, y ni siquiera losabían muchos expertos en derecho mercantil que loeran sólo en el español, y no en el internacional».

Presentó ayer Marta Sanz en la Car-pa del Encuentro, acompañada de AnaGonzález, su Amour fou, una novela deamor en la que se presenta el amor, diceIsaac Rosa, «como posibilidad llena detrampas, el amor como dolor, como en-fermedad y locura»; «una historia de hu-millados y ofendidos frente a felices quepretenden disfrutar gratis del amor, sus-traerlo al mercado, como si amar no fue-se otra forma de poder adquisitivo, dedesigualdad».

Amour fou es una novela «mezcla degéneros», sentimental y a la vez negra,que Sanz escribió en 2004, pero que noconsiguió publicar hasta 2018 debido —dijo— a que «es un texto que habla de enqué medida todavía nuestra democraciaestá corrompida en ciertos aspectos por elóxido del franquismo. Decir eso en el año2004 era muy incorrecto, muy increíble,no formaba parte de un discurso que polí-ticamente se ha ido normalizando con elpaso del tiempo». Recordó por ejemploen este sentido cómo de virulentamentese acusaba a quienes denunciaban que se-guía habiendo torturas en las comisarías oa quienes clamaban, como hace la nove-la, que «la justicia no es ciega».

A Sanz, como a Kafka, le interesa «laliteratura que actúa como un barco corta-hielos, que me saca de mis casillas, queno subraya mis prejuicios, sino que meayuda a fracturar mis esquemas de cono-

cimiento y a mirar las cosas que sucedenpara poderlas transformar en la medidade lo posible». Asentada sobre esos prin-cipios, Sanz escribió esta novela como«niña de la transición cuyo crecimientocoincidió con la adolescencia del país» yque encontró en ello una magnífica metá-fora: «Mi cuerpo adolescente se fue des-arrollado con miedo y esperanzas al tiem-po que lo hacía el del país». Sanz hablaen él, dijo, «desde mi conciencia de géne-ro, desde mi conciencia de clase y desdeel lugar en el que he nacido» y tambiéndesde la indignación por que parezca que«los escritores de izquierdas y que quere-mos hacer novela política tenemos quejustificarnos constantemente porque su-puestamente sólo sabemos escribir pan-fletos».

La novela tiene dos «imágenes funda-cionales», según resumió Sanz. La prime-ra, el mítico desalojo de la casa okupa LaGuindalera en 1997, en el que estuvo pre-sente una prima de la escritora que per-maneció setenta y dos horas desaparecidapara su familia y «presenció actos bastan-te abominables en las comisarías». La se-gunda, la siguiente: «Un día que yo salíde mi casa un 12 de octubre, Día de laHispanidad, empecé a caminar por las ca-lles de Madrid y me sentí no solamentecomo una alienígena o una extraterrestre,sino amenazada, porque de repente meencontré con que en la plaza de Colón ha-bía una bandera de España gigantesca yque todo el mundo iba cubierto con labandera de España, y cuando yo era pe-queña a mí me habían dicho que si me en-contraba con algún señor que llevara labanderita en el reloj me cruzara de acera,por si acaso».

En la novela hacen aparición Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir y sesuscribe la famosa afirmación de la se-gunda de que «lo personal es político».Reflexionó Sanz en este sentido que «lasrelaciones amorosas son reflejo de lasviolencias exteriores; se retroalimentan».Y también se aborda el hoy muy citado ydebatido fenómeno de la gentrificación—la expulsión de sus habitantes históri-cos de algunos barrios pobres cuando és-tos concitan repentinamente la atenciónde las clases medias altas— en esta nove-la que Ana González aseguró al públicoque está «magníficamente bien escrita».

locuralocura

«En cuanto el ambiente se haya des-pejado por completo de su estrechez y desu mezquindad molesta, las mujeres po-drán libremente consagrarse al periodis-mo, que sólo ellas pueden hacer llegar asu pleno desarrollo». Magda Donatomostraba esta confianza en el quehacerperiodístico femenino, en enero de 1918,en su sección «Femeninas», del diario ElImparcial. Se imponía un cambio de men-talidad en la sociedad.

Los albores del periodismo fueron di-fíciles para las mujeres. Por razones ob-vias, que las hubiera que se dedicaran aeste oficio sólo podía tratarse de una ex-cepción o una excentricidad. El recorridopara las escritoras pasaba en primer lugarpor salir del espacio privado que se les ha-bía asignado socialmente, para despuésapropiarse paulatinamente de los espaciospúblicos de socialización: salones, cafés,academias o tertulias. El siguiente escalónserían las redacciones, la vida política ylos distintos ámbitos de poder.

La primera mujer que asoma con re-gularidad como escritora de periódico esCecilia Böhl de Faber. No se puede esta-blecer un paralelismo con Larra a pesar dealgunas coincidencias y de su reputacióncomo figura inaugural. Para el escritormadrileño, el género fue fundamental-mente un recurso de supervivencia a tra-vés de publicaciones en folletones. Encambio, para Fernán Caballero —seudó-nimo masculino de Böhl de Faber— el ar-ticulismo fue un soporte de expresión deideas, sobre todo acerca de la religión, pe-ro también de denuncias de la crueldadmasculina o las debilidades femeninas.

Hasta entonces había transcurrido unsiglo desde que comenzaran a publicarselos primeros diarios ilustrados en España:títulos impregnados del espíritu de la Ilus-tración y de las estrategias propagandísti-cas de los gobernantes en lo que respecta-ba a la difusión de nuevas ideas económi-cas, adelantos técnicos e innovacionescientíficas y culturales. De esas décadas,conocemos una primera muestra de perio-dismo crítico femenino antecedente deBöhl de Faber, titulado La Pensadora Ga-ditana y escrito por Beatriz Cienfuegos.Fue una de las publicaciones que apare-cieron como réplica de El Pensador, elgran periódico de José Clavijo y Fajardo.Se trataba de un periódico brillante —aveces más próximo a los usos europeosque los textos del propio Clavijo— que sesumaba a cierta tradición europea de críti-ca femenina que había dado otras publica-ciones apreciables, como La Spectatricede Marie-Anne Barbier; The FemaleSpectator, de Eliza Haywood, o La Spec-tatrice Danoise ou l’Aspasie Moderne, deLaurent Angliviel de La Baumelle.

Los artículos firmados por BeatrizCienfuegos lograron un éxito significati-vo por su calidad y los enfoques críticoscon que abordaba el rol tradicional de lamujer y los usos sociales de la época. Enrealidad es improbable que se trate en re-alidad de la obra de una mujer, y de hechoparece imponerse la tesis de que su autorera un clérigo de ideas avanzadas; pero esseguro que La Pensadora Gaditana supu-so la primera focalización femenina de lacrítica social en España. Algunos investi-gadores, como Cinta Canterla, hanapuntado que se trata de una de las mejo-res publicaciones españolas de la época yque supuso un evidente progreso con res-pecto al periodismo del tercio central delsiglo. Se apunta ya a un articulismo de al-tura y a un periodismo verdaderamentecrítico.

Aunque en buena parte del siglo XIXse puede afirmar que el articulista es unescritor, la práctica de aquél se convertirácada vez más en un trampolín para hacerpolítica, a veces en publicaciones de ca-rácter orgánico. La semilla comienza aprender en el entorno de las Cortes de Cá-diz, que da lugar a una abundancia de dia-rios cuyo carácter era a menudo combati-

vo, aunque los periódicos más cáusticosconvivían con publicaciones más mesura-das. Se simultanearon hasta diez y se su-cedió más de una cincuentena. Y en estosdiarios, y también en los que vendrán des-pués, empezaron a aparecer puntualmentealgunas mujeres. Lo hicieron sobre todoen cabeceras familiares como El Robes-pierre Español, donde además de su fun-dador, el exaltado Pascasio FernándezSandino, escribe su mujer, María delCarmen Silva. En las filas contrariastambién hay algún caso: por ejemplo, elde María Manuela López, poetisa de es-casa talla con ideas muy reaccionarias quepublicaba en El Procurador General.Son, en todo caso, excepciones en un pe-ríodo en que el periodismo político poníacada vez más énfasis en el artículo satíri-co, cuya presencia va a acentuarse en losaños siguientes, bajo el reinado de Fer-nando VII. Muchas de las aportaciones deestas mujeres en esta etapa tan convulsaquedan recogidas en el volumen Heroínasy patriotas, coordinado por Irene Cas-tells, Gloria Espigado y M.ª Cruz Ro-meo en 2009.

Aquél fue el escenario en el que apa-reció, y haría que el periodismo nuncavolviera a ser igual, la figura de Larra.Había otras firmas muy interesantes, co-mo Alcalá Galiano, Mesonero Romanos,Bretón de los Herreros o Estébanez Cal-derón; pero Larra intuyó más que ningunolas posibilidades del género y la trascen-dencia de la inmediatez provocada por laelevación de las anécdotas a categoría ymás que ninguno adoptó el artículo converdadera determinación literaria, no to-mando el artículo como instrumento sinocomo fin creativo por sí mismo. Duranteeste período, e incluso con la firma de La-rra, aparecen ya publicaciones femeninasreseñables, tales como El Correo de lasDamas, un semanario que apareció de ju-nio a diciembre de 1833 y estaba específi-camente dedicado a la mujer, con aten-ción preferente a las grandes novedadesde la moda —iba ilustrada con figuri-nes—, tales como los vistosos sombrerosde señora diseñados en París o el debatesobre la sustitución de la castiza y severamantilla. Larra adivinaba que aquélloseran asuntos interesantes porque, más alláde lo anecdótico, retrataban las nuevasformas de la sociedad y la relación delhombre con ellas.

Estas revistas —que en la segundamitad del siglo van a adquirir un relievemuy apreciable bajo la impresión de tra-tarse de publicaciones inofensivas, no po-lémicas, aptas para toda la familia por suvariedad de contenidos y su lejanía de laprensa de opinión o de partido— propor-cionan el biotopo natural para que algunasescritoras comiencen a conquistar para lamujer el mundo del articulismo y, a travésde él, el espacio público. Fue el caso deCecilia Böhl de Faber, defensora del mo-vimiento del romanticismo histórico bajolos postulados de Schlegel que en Españavertebró la revista El Artista (1835), don-de Böhl de Faber irrumpió bajo el seudó-nimo de Fernán Caballero en debates yreflexiones sobre conflictos sociales ycreencias religiosas y filosóficas. Böhl deFaber encarnó a la perfección el papel delescritor romántico con ideales intensos,un fuerte nacionalismo impulsado por laguerra de la Independencia y carácterilustrado, en su caso de impronta liberal.Su fama como escritora la debe a sus no-velas, con las que el editor Latour la con-virtió en una escritora de renombre inter-nacional, pero Böhl de Faber aprovechóesa fama adquirida para divulgar su idea-rio a través del articulismo. Firmó con re-gularidad en las sevillanas Revista deCiencias, Literatura y Artes; La EspañaLiteraria; El Gran Mundo o Las Noveda-des; a veces en El Folletín de Málaga y fi-nalmente en las madrileñas La Ilustra-ción, La Gaceta Literaria, El Progreso yLa Ilustración Española y Americana.

SExENIO REVOLUCIONARIO

y RESTAURACIóN

El artículo político, más o menosdoctrinal o combativo, seguirá siendo elgénero periodístico dominante durantelos lustros siguientes, sin que la represiónensayada a partir de 1853 por el conde deSan Luis fuera capaz de contener la situa-ción. En estos años, hay escasas excep-ciones femeninas al indiscutible predo-minio masculino en el articulismo, peroalguna hay: por ejemplo, Margarita Pé-rez de Celis, otra gaditana al frente de ElNuevo Pensil de Iberia, una revista másrevolucionaria en sus propuestas queotras femeninas de Madrid y provincias,como La Moda, La Guirnalda, La Aureo-la o El Iris del Bello Sexo, de La Coruña,o La Psiquis, de Valencia. Acompañadade María Josefa Zapata, Pérez de Celistransmite a través de esa revista un dis-curso de orientación igualitaria que rei-vindica la mayor sensibilidad e imagina-ción de la mujer con respecto al hombre.Firman en ella también progresistasemergentes como Fernando Garrido, Six-to de la Cámara, Pi y Margall o NarcisoMonturiol, que publican críticas a lascondiciones de vida de la clase trabajado-ra y de la mujer y particularmente denun-cias de la sobreexplotación de la mujertrabajadora.

Durante el caótico Sexenio Revolu-cionario y después, en el más estable sis-tema de la Restauración, nada impediráque la prensa siga cobrando impulso, ytampoco que algún nombre de mujer apa-rezca asociado a movimientos como laRenaixença catalana: por ejemplo, el deDolors Monserdá, escritora feministacon una notable presencia en la sociedadcatalana del siglo XIX y principios delXX, autora de obras en catalán tanto deteatro como de poesía, casi siempre conuna intención moral y una perspectiva fe-menina, inhabitual hasta entonces, quemezclaba costumbrismo, realismo y ro-manticismo de base religiosa con un no-torio compromiso con las mujeres obre-ras.

Durante la Restauración, la dimen-sión creativa del artículo vuelve a elevar-se, y en ese magma emerge la figura real-mente inaugural del articulismo connombre de mujer, con una obra ya de en-vergadura incontrovertible, superando losdos y quizá tres millares de artículos enimportantes publicaciones: Emilia Par-do Bazán.

La irrupción de Pardo Bazán fue laextraordinaria polémica literaria suscita-da con su serie de artículos ensayísticossobre «La cuestión palpitante», publica-dos en La Época desde finales de octubrede 1882. La fragmentación de una obraliteraria en piezas (la palabra artículoprocede precisamente de artus, «pieza oparte de un todo») revela la brillantez dela escritora, capaz de utilizar esa estructu-ra de capítulos cortos, mucho más ágiles,componiendo una obra unitaria de enver-gadura mayor. Pardo Bazán prosiguió fir-mando en La Época hasta casi su muerte,pero poco después de estos años inició sufecunda colaboración con El Imparcial,donde conjugó la faceta literaria con laperiodística, ya que en el suplemento delos lunes publicó infinidad de cuentos,mientras que en el periódico llegó a ejer-cer como corresponsal. También colabo-ró con la elegante revista barcelonesa LaIlustración Artística, donde durante vein-tiún años, hasta 1916, firmó una secciónbajo el epígrafe «La vida contemporá-nea», que inspiró otros artículos en el Abcy las crónicas que enviaba a La Nación deBuenos Aires y al Diario de la Marina deLa Habana. Emilia Pardo Bazán destacaademás en la prensa de la Restauracióncon una revista escrita íntegramente porella, titulada Nuevo Teatro Crítico comohomenaje a su admirado Feijóo. Aparecióen 1891 y consistía en un centenar de pá-

ginas con un cuento o una novela, críticade obras o autores actuales y estudios so-bre cuestiones políticas o sociales. El es-fuerzo físico e intelectual de esta mujerpara mantener durante tres años la revis-ta debió de ser titánico.

Concepción Arenal es otro de losnombres determinantes que en estos añosdesafiaron un espeso orden que estable-cía la exclusión de las mujeres. Ella deci-dió seguir como oyente las clases de laFacultad de Derecho con atuendo mascu-lino, participó en tertulias políticas y lite-rarias desafiando los esquemas tradicio-nales femeninos y escribió junto a su ma-rido en el periódico liberal La Iberia; ydespués de ser premiada por la Academiade Ciencias Morales y Políticas por unamonografía sobre beneficencia y filantro-pía comenzó a publicar artículos en LaVoz de la Caridad desde 1871 y durantemás de una década, proponiendo una mi-rada propia sobre las miserias y sus solu-ciones, estudios penitenciarios y modelossociales.

En el tránsito al siglo XX (la época deMariano de Cavia, de Octavio Picón o deSilverio Lanza, primero, y de la Genera-ción del 98 después; y años en que se pu-blican, además de El Imparcial, diariosgeneralistas o políticos como Correspon-dencia de España, Heraldo de Madrid, ElLiberal, La Justicia, La Época, El Tiem-po, El Resumen, El Nacional, La Política,El País, El Correo Español, El Siglo Fu-turo, El Socialista, Ciencia Social o la Re-vista Blanca) aparece otra figura de pode-roso relieve, clave también en la lentairrupción de la mujer en las tribunas de laprensa: Carmen de Burgos. De hecho, enpuridad, es a ella a quien le corresponde elcarácter fundacional, puesto que PardoBazán responde ante todo al perfil de laescritora en prensa. La figura de Carmende Burgos —bautizada la Dama Roja porCansinos— representa un hito, puesto quesimboliza ya no la acción pública sino laactividad política, la irrupción de la ideo-logía. En 1909 estará en Melilla como co-rresponsal del Heraldo en el conflicto ma-rroquí y en 1914, al verse sorprendida porla guerra mundial en un viaje por Europa,comienza a ejercer como corresponsal deguerra. Bajo el seudónimo Colombine,publica asimismo versos en Madrid Có-mico y en España Artística y artículos enotros diarios: Correspondencia de Espa-ña, El Globo, El País, Abc, etcétera, eneste caso con otros seudónimos, comoMarianela u Honorine; pero en 1903 suincorporación al Diario Universal con lacolumna fija «Lecturas para la mujer» su-pone un paso de gigante en el ámbito de laprensa madrileña, ya que hasta el momen-to ninguna mujer había formado parte dela redacción de un periódico. Es en esasección que plantea su legendaria encues-ta sobre el divorcio; y Heraldo de Madridle concede otra columna propia, la popu-lar serie «Femeninas», desde 1906. Tam-bién ejercerá en revistas gráficas comoPor Esos Mundos, Nuevo Mundo y Mun-do Gráfico, a cuyas revistas se incorporacon secciones fijas como «Frivolidades»o «Mundanidades». La mayor parte desus colaboraciones anticipa una intenciónpedagógica reivindicativa por la causa co-mún de las mujeres, aunque también tienecolumnas literarias en el Heraldo con elseudónimo Perico el de los Palotes y escolaboradora en Prometeo, la revista deRamón Gómez de la Serna, su compañerosentimental.

Durante los primeros compases delXX el artículo mantiene el pulso políticoy los intelectuales muestran posicionescomprometidas. Son los años de la litera-tura del Desastre y de un nuevo escena-rio de polarización entre aliadófilos ygermanófilos. En ese nuevo contextoaparece Magda Donato, otra figura fun-damental para hacer progresar a la mujeren el espacio público de debate, contribu-yendo en las grandes ciudades españolas

TEODORO LEóN GROSS Y

4 miércoles, 11 d

a poner en cuestión el modelo tradicionalde feminidad en términos políticos, éticosy estéticos durante los años veinte y trein-ta. Magda Donato es el seudónimo deCarmen Eva Nelken Mansberger, nacidaen 1898 en el seno de una familia acomo-dada de joyeros judíos que le proporcio-nó una educación abierta y cosmopolita.Su hermana Margarita Nelken, primeratraductora de Kafka, ya había escrito nu-merosos artículos doctrinales después depublicar su primer artículo a los quinceaños en la revista londinense The Studio;aunque en ella prevaleció el activismopolítico desde un feminismo muy com-prometido.

Magda Donato comienza en 1917 unacolaboración profesional como periodistaen las páginas de El Imparcial. Su colum-na «Femeninas», marcada por el interéspor la mujer en la sociedad moderna (mo-das, costumbres, valores, rituales socia-les), está atravesada por una aguda ironíaque seguirá siendo constante en sus artí-culos y reportajes junto a su compromisofeminista; y es posible considerar sus re-portajes vividos una primera expresión delo que en la actualidad se denomina perio-dismo gonzo: un periodismo comprometi-do y de denuncia social para el que ella te-nía especial talento debido a sus dotes deinterpretación y su falta de prejuicios a lahora de sumergirse en mundos marginalescomo el de las locas o el de los mendigos.Donato ingresará en 1918 en la Unión deMujeres Españolas, una de las primerasasociaciones sufragistas, y colaborará enEl Liberal, Heraldo de Madrid, MundoGráfico, Estampa, Informaciones, Blancoy Negro, Nuevo Mundo, Ahora, Ondas,La Voz de Córdoba y Mi Revista, entreotras cabeceras en las que practicará dis-tintas escrituras impregnadas de un dis-curso político republicano y de la convic-ción de que eran las mujeres, y no loshombres (enzarzados en un «cinismo pe-riodístico, con el cual […] creen probar susuperioridad»), quienes iban a llevar elperiodismo a su «pleno desarrollo» gra-cias a una serie de cualidades vinculadasa la educación femenina y que podían sersubvertidas hasta convertirlas en la mejorarma de la profesional periodística: huma-nidad, desinterés, perseverancia, sereni-dad y cariño en aquello que emprenden.La guerra civil, que desarticulará tantascosas, la llevará a realizar artículos sobrelas milicias populares, las mujeres en laretaguardia o la situación de los soldadosen el frente, y después al exilio en Méxi-co hasta su muerte en 1966.

El ciclo totalitario de la dictadura dePrimo de Rivera genera un clima propiciopara las revistas literarias y de pensamien-to. En ese marco, la mujer intelectual y suactividad literaria es cada vez más fre-cuente. Al final de la década de los veinte,Margarita Nelken publica Las escritorasespañolas, y entretanto el articulismo crí-tico vuelve a revitalizarse en diarios y re-vistas y eclosiona con la República, un pe-ríodo vibrante para el articulismo doctri-nal de categoría literaria. De esa España yese periodismo al que la mujer comienza aasomarse más allá de la excepción a la re-gla es de destacar especialmente la figurade Josefina Carabias, que inicia su carre-ra con pequeños encargos del editor de Es-tampa —donde también colabora MagdaDonato— y se abre paso con una persua-siva entrevista a Victoria Kent tras sernombrada directora de Prisiones. Carabiashizo reportajes, entrevistas, crónicas, per-files y por supuesto artículos sobre los te-mas más variados, pero los hizo comoChaves Nogales: desde la convicción deque en el periodismo todo debía ser repor-taje. Durante los años treinta, fue cronistaparlamentaria de los diarios Ahora y LaVoz al tiempo que colaboradora en el pri-mer programa informativo de la radio es-pañola: La palabra, de Unión Radio. Añosdespués, tras la guerra, se convertirá encolumnista.

VOCES DE MUJER EN LA NOCHE

FRANQUISTA

El final de la guerra civil y la inmedia-ta posguerra son años de prensa dirigida yfundación de grandes diarios madrileñosidentificados como el régimen: Abc, Ya,Informaciones, El Alcázar, Pueblo, Arribay Madrid. Sólo en los cincuenta se esta-blecen filones más o menos liberales, es-pecialmente en Abc, pero también en pu-blicaciones culturales que conservan algodel legado de los años anteriores a la gue-rra, como Escorial, Arbor, Destino, Arri-ba, Juventud, La Hora o, más tarde, Triun-fo o Cuadernos para el Diálogo.

Carmen Martín Gaite es uno de losnombres que a principios de los cincuenta,cuando se alivia el clima más opresivo dela posguerra, afloran a través de esas re-vistas culturales. En Madrid, Ignacio Al-decoa la introduce en el grupo de escrito-res de Alfonso Sastre, Jesús FernándezSantos o Rafael Sánchez Ferlosio —conquien se casa en 1953—, que conformanla llamada Generación del 50 o del MedioSiglo. Tras formarse en Revista Española,a principios de la década colabora en ca-beceras como La Estafeta Literaria, Cla-vileño o La Hora. A medida que tiene obraliteraria, generaliza sus artículos en pren-sa, aunque sólo lo hace regularmente enMedicamenta con temas relacionados consaber vivir. Más adelante, en los sesenta ysetenta, es firma habitual en revistas comoCuadernos para el Diálogo, Revista deOccidente o Triunfo, donde publica textosensayísticos. Martín Gaite, de un modomuy anglosajón, convierte la crítica litera-ria, que será su labor principal en Diario16, en un tipo de articulismo donde hacefluir su cosmovisión. Desde finales de losochenta colaborará esporádicamente co-mo crítica literaria en Saber Leer, y a prin-cipios de los noventa, como articulista enEl Independiente, para después hacerlo deforma esporádica en El Mundo, El País,Abc, Diario 16 o La Vanguardia.

A partir de los cincuenta, el articulis-mo reverdece cuando el régimen afloja lapresión sobre la prensa dentro de una seriede estrategias de normalización. A falta demordiente, adquiere una pátina literariaapreciable, entreverada a menudo de cier-ta tendencia casticista con los mejoresnombres de la literatura de época, y entreellos el de Carmen Laforet. En ese clima,Concha Castroviejo ofrece una perspec-tiva literaria. Había regresado del exilio enMéxico, donde había permanecido diezaños ejerciendo la enseñanza, haciendoestudios de antropología y publicando susprimeros libros, aunque sus obras más co-nocidas son Los que se fueron (1957) yVíspera del odio (1959). Su perfil no estan literario como el de Carmen Laforet oConcha Espina, prolífica y poderosa es-critora que falleció en 1955 después deuna etapa final filofalangista, a pesar deque en los años veinte y treinta exhibióposiciones críticas más progresistas e in-cluso fue una de las fundadoras, en 1933,de la Asociación de Amigos de la UniónSoviética con autores como Baroja, Sen-der, Valle-Inclán o Benavente. No obstan-te, Concha Castroviejo, además de traba-jar en la agencia Efe, firmará en La Hojadel Lunes.

Josefina Carabias, quien realmente ha-bía abierto la puerta a firmas como la deConcha Castroviejo al regresar de Franciaen la posguerra con un pasado político ino-cultable y un futuro incierto, se incorpora aInformaciones, y allí se va asentando denuevo hasta relanzarse con la concesióndel premio Luca de Tena. A propuesta deldirector, empieza a escribir «La mujer enel fútbol», coartada para una mirada singu-lar con acento femenino. En 1953 iniciaotra columna, esta vez diaria, con el nom-bre de «Madrid 53», que al año siguientese llamará «Madrid 54». La abandonacuando comienza su larga etapa como co-rresponsal, primero en Washington (1954-

1959) y a continuación en París (1959-1967). En 1967, a su regreso definitivo aMadrid, empieza a escribir a diario en Ya,que en esos años experimenta un tiempode esplendor con firmas entre otros de Ma-nuel Alcántara, y lo hace en una secciónmuy personal titulada «Escribe JosefinaCarabias» que continuó hasta finales de lossetenta, poco antes de morir en 1980.

A partir de los años sesenta ya es posi-ble volver a encontrar una nómina de mu-jeres articulistas o escritoras de prensa deenvergadura, como Pilar Narvión, PuraRamos o Mary G. Santa Eulalia, que seabren paso en un clima que fraguaba latransición, aunque no tan notoriamente enla prensa como en las revistas. Un nombreespecialmente interesante surgido de estasúltimas y que se convertirá en una firmade gran éxito en la Transición y sobre to-do en los años ochenta es el de CarmenRico-Godoy, hija de Josefina Carabias ala que se ofreció formar parte del staff deDiario 16 y que había estudiado cienciaspolíticas en Georgetown durante la corres-ponsalía allí de su madre. Esa especialidadla llevó inicialmente al comentario inter-nacional, pero pronto asumió ella y se asu-mió alrededor que tenía un talento que seadaptaba al artículo de perfil humorístico,inspirado por el modelo ya clásico de LaCodorniz y de alguna publicación ameri-cana, como Mad. Publicó una última pági-na de la revista que llegaría a tener un no-table éxito popular y también escribió re-gularmente un artículo para Marie Claire.Como columnista, firmó durante años nosólo en Diario 16, sino también en LaVanguardia, con la sección «El bulevar».

TRANSICIóN y DEMOCRACIA

La Transición modifica el paisaje de laprensa y esto se aprecia progresivamenteen el articulismo, que ha adoptado ya elmembrete de columnismo por influenciadel periodismo anglosajón y ahora se ejer-ce con notable calidad en dos diarios quevan a identificar la nueva época: El País yDiario 16, si bien especialmente en esteúltimo, toda vez que El País apuesta máspor los artículos de fondo que por el co-lumnismo, mientras que Diario 16 sí hacede éste su parte medular, con seccionespopulares como «El diván de Carmen Ri-co-Godoy», «El prisma de Savater« o«Collicolleces». En este período, la nómi-na de mujeres con firma se multiplica:Maruja Torres, Pilar Urbano, JubyBustamante, Nativel Preciado, CarmenRigalt, Rosa Montero, Sol Gallego-Dí-az, Pilar Cernuda…

Rosa Montero une su firma a otrasmasculinas de la Transición, como Váz-quez Montalbán o Umbral, para dar conti-nuidad al género en todo su esplendor. En-tra en contacto con ellos, así como conotros como Haro Tecglen o Manuel Vi-cent, en Bocaccio, Destino y Hermano Lo-bo, donde ya muestra un humor vitriólicoen sus entrevistas; y más tarde, tras unasprácticas veraniegas en el diario Informa-ciones de Alicante, se abre paso en la re-dacción de Pueblo y también en el diarioArriba. Desde 1976, forma parte de El Pa-ís, donde comienza en los años ochentauna nueva etapa como directora de la re-vista dominical, aunque su destino son lascolumnas semanales en El País además delos artículos más extensos que escribe pa-ra El País Semanal con secciones como«Letra pequeña», «Ángeles y demonios»o «Maneras de vivir». Su éxito corre para-lelo a una trayectoria consistente como es-critora con algunos títulos de notable éxi-to en los ochenta: Crónica del desamor(1979), La función Delta (1981), Te trata-ré como a una reina (1983) o Amado amo(1988).

También Maruja Torres, en El País, fi-gura entre las firmas que mejor retratanlos cambios en la prensa, que va a experi-mentar en los ochenta y primeros noventaun proceso de reordenación con la apari-

ción de El Mundo y la tentativa de sumarmás títulos (notablemente, El Indepen-diente y El Sol, de corta vida), así como ladesaparición de Ya, el renacimiento de laopinión en El País, los mejores años deDiario 16 bajo la batuta de Pedro J. Ramí-rez y la modernización de Abc bajo la deLuis María Anson. Lourdes Ortiz, Mar-garita Riviere, Pilar Urbano o Julia Na-varro son algunos de los nombres de mu-jer que se ven afectados por estos vaive-nes. El Mundo, el periódico creado enestos años que más tiempo sobrevivirá yacabará convirtiéndose en el segundo dia-rio nacional en la transición al siglo XXI,apuesta fuertemente por la opinión yarrastra a Francisco Umbral, que hace lacolumna «Los placeres y los días» de últi-ma, y no tarda en allegar otros nombresclaves, tales como el de Martín Prieto con«El volcán», Raúl del Pozo con «Vicios dela Corte» y Burgos con «El recuadro», asícomo «La tronera» de Gala y en lo sucesi-vo «El baúl de la Pavón» de Pablo Sebas-tián o «Hilo directo» de Pilar Urbano.

Otra de las firmas estelares de El Mun-do es la de Carmen Rigalt, que muestraun perfil similar al de Rosa Montero: am-bas nacen en el medio siglo, se incorporana la profesión desde la periferia y en tornoa la muerte de Franco y evidencian unavocación paralela por la literatura, aunquela obra de Rosa Montero es más consisten-te, llegando a ser finalista del Planeta en1997. Rigalt, tras aceptar una oferta de re-dactora en el periódico malagueño Sol deEspaña, heredero del célebre España deTánger que dirigía Haro Tecglen, al cabode un año entra en el diario Pueblo, dondeEmilio Romero le encargaría sus primerascolumnas; luego en Informaciones y asísucesivamente. Rigalt colabora en nume-rosos medios surgidos durante la agitadaTransición, incluyendo semanarios del co-razón. También dirigió entonces las revis-tas Libera y Tanit. A comienzos de losochenta entra en Diario 16, de ahí pasa aTiempo y de ahí a El Mundo, donde su po-pularidad es premiada con la última pági-na dominical.

LOS ALBORES DEL SIGLO xxI

El artículo de opinión, cada vez conmás mujeres y de mayor protagonismo, esun género esencial en la transición al sigloXXI mientras se amplían sus horizontescon la irrupción del periodismo electróni-co, más allá de las ediciones digitales de laprensa de papel, con nuevas plataformasde confidenciales y nuevos medios. Lamultiplicación del número de blogs o es-pacios de opinión, sin la referencia de unajerarquización como en la prensa, proyec-ta la máxima atención sobre los nombrescon un prestigio construido en los diarios,si bien hasta ahora con un perfil poco lite-rario y más periodístico.

Nuevos nombres —desde el de ElviraLindo, procedente de la literatura infantil,a través de series estivales de artículos(«Tinto de verano» o «El mundo es un pa-ñuelo») y de un columnismo literario muysolvente en El País, hasta el de la politólo-ga Edurne Uriarte en Abc tras sus añosvascos en Vocento o el de Luna Miguelen Público— se suman a los nombres ma-yores dando continuidad a la serie históri-ca iniciada por aquellas mujeres que, des-de los inicios del periodismo en España,lograron infiltrarse en la prensa con difi-cultad para ir derribando resistencias yprejuicios y contribuir decisivamente a re-novar una tradición de tres siglos. Hoy yano se puede pensar en articulismo sin pen-sar en mujeres articulistas.

Versión resumida de la introduc-ción del libro Artículo femeninosingular: diez mujeres esenciales enla historia del articulismo español,

Asociación de la Prensa deMadrid, 2011

Y MARíA ANGULO EGEA

de julio de 2018 5

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Crimen real y ficción criminal apa-recieron inextricablemente ligados en-tre sí y a la experiencia humana en ge-neral a lo largo de la jornada de ayer enel Espacio A Quemarropa, marcadapor la oscura impronta de ese viejo di-cho que sabiamente reza que el hom-bre es un lobo para el hombre. Paraempezar, Alejandro Gallo se encargóde presentar el nuevo libro de no-fic-ción de su colega, compadre y viejoamigo de la Semana, Ricardo Magaz,Crónicas del nueve parabellum, en elque este antiguo policía, criminólogoexperto y tertuliano televisivo —autortambién de novelas negras como Perrocome perro, que presentara en su mo-mento en la SN— ha reunido un buennúmero de artículos y ensayos queabarcan desde casos reales e investiga-ciones policiales tan siniestras comoapasionantes hasta reflexiones perso-nales sobre el propio género negro.Entre las muchas historias de la cróni-ca negra moderna que desgranaron es-tos peculiares colegas tanto en loscuerpos de seguridad del estado comoen sus aficiones literarias destacó ladel policía que detuvo y resolvió el ca-so del asesino en serie más serio, almenos en cuanto a número de víctimas(nada más y nada menos que cuarentay ocho a bote pronto), de nuestro país,Manuel Delgado Villegas, más cono-cido como el Arropiero, famoso e infa-me donde los haya, con la peculiaridadde que Magaz pone el acento en el pro-tagonismo del agente que no sólo cap-turara a este nefasto sociópata, sinoque recorriera con él los escenarios desus crímenes en busca de pruebas, has-ta convertirse casi en su sombra, y ver-se perseguido por su recuerdo añosdespués, llegando casi a no poder vol-ver a conciliar el sueño. Esta es sólouna de las muchas y apasionantes his-torias negrorrealistas que abundan enel libro de Magaz, que nos descubre

por lo demás el carácter oscuro y cri-minal de una comarca leonesa poseídapor el Mal, o al menos invadida por unbuen número de sorprendentes críme-nes y sucesos sangrientos, sin olvidarel asunto tenebroso de MontserratGonzález, asesina irredenta de IsabelGonzález, cuyo crimen hiciera correrríos de tinta.

Sin salirnos de la más negra reali-dad, todo un selecto trío de periodistasde investigación criminal se dieron ci-ta para una primera entrega de sus dosmesas redondas del día en el Espacio AQuemarropa bajo la moderación y ba-tuta de José Manuel Estébanez, in-sustituible semanero que guio a la per-fección una apasionante conversacióncon el periodista de LaSexta NachoCalle, el veterano Carles Quilez y elasturiano Ramón Muñiz Abad, quie-nes bajo el epígrafe de «Novela negrade no ficción: la investigación perio-dística frente a la investigación poli-cial» reivindicaron el papel fundamen-tal del periodismo criminológico, deinvestigación y denuncia que durantelos últimos años tan destacado papelha jugado en España para poner al des-cubierto no tanto crímenes y crimina-les de calle y baja intensidad como lacasi interminable trama de corrupciónpolítica, social y económica que corroelas entrañas de este nuestro país. Entrelas muchas paradojas que quedaron enevidencia en esta apasionante mesa,que tuvo continuación después en unasegunda parte desarrollada a las nuevede la noche en la Carpa del Encuentro,quedó claro que el periodismo de in-vestigación ha sufrido una mutaciónfundamental en los últimos tiemposgracias a las nuevas tecnologías y elanálisis de datos, el periodismo cola-borativo entre distintos medios y orga-nismos, aunque sin dejar de señalar elhecho no demasiado sorprendente deque «la verdad jurídica es una y la pe-

riodística otra», al menos en ciertasocasiones. Tras poner sobre el tapetetoda suerte de tramas de corrupción re-cientes y crímenes de cuello blanco,que para Quílez y los demás son sinduda alguna infinitamente más repro-bables y condenables que los de aqué-llos que delinquen a causa de la nece-sidad y la pobreza, además de la in-comprensión y presiones que amenudo sufren también los periodistasde investigación tanto por parte deciertas fuerzas vivas como de un públi-co lector ya demasiado resignado aconsiderar la corrupción generalizadacomo estado natural del ser humano,quedó al menos una nota final más po-sitiva: que casos como la trama deGürtel hayan podido ser puestos enevidencia, llevados sus responsablesante la ley y juzgados finalmente en un

momento en que España era gobernadapor el mismo partido al que pertenecí-an los principales acusados en la tramano deja de ser, como apuntó Quilez, unsíntoma de que el sistema funcionamejor de lo que pensamos aunque to-davía quede mucho por hacer.

Afortunadamente, y aunque consus uñas bien aferradas siempre a la re-alidad, le llegó después el turno a laficción y la novela negra en sentido es-tricto, que ya nos hacía falta un pocode acción, misterio y emoción paraevadirnos de una realidad mucho másoscura que la más oscura intriga nove-lera. Por una parte tuvimos tambiénayer nuestra ración de txapela noir, es-ta vez procedente de Navarra, con lapresentación de la nueva novela de

Susana Rodríguez: Te veré esta no-che. Se trata de la tercera aventura delinspector Vázquez. La presentacióncorrió a cargo una vez más de José Ma-nuel Estébanez, quien señaló la capaci-dad de la escritora para desarrollar tra-mas paralelas y complejas donde lopersonal y lo psicológico se ensamblanperfectamente con la construcción deun complicado misterio policial, queen alguna medida Susana Rodríguezresumió con el axioma de que «nadieconoce a nadie» y al parecer su policíaprotagonista todavía menos que nadie.

Por otro, el Espacio A Quemarropavolvió a otorgar merecido y especialprotagonismo al noir que llega de La-tinoamérica. Lo hizo primero con lapresentación y puesta de largo de lanovela Cruz, del argentino Nicolás Fe-

rraro, finalista al premio Hammett,quien nos abrió el apetito y mucho conla más genuina muestra del día de pu-ro hard boiled que, a pesar del acentoargentino y del peculiar escenario ruraly hasta selvático, o precisamente gra-cias a todo ello, despertó ecos de au-téntica novela negra, violenta, apasio-nada y hasta brutal con su historia devenganzas, personajes legendarios,ajustes de cuentas, narcotráfico y rela-ciones familiares digamos que disfun-cionales, con aires de western inciáticoa lo Peckinpah y que, como señaló supresentadora Inma Luma, ofrece des-tellos de poesía deslumbrante y lacóni-ca. No en vano se abre ya su primerapágina con toda una lapidaria declara-ción de principios digna de Chandler,Macdonald o James Ellroy: «El ape-llido es una enfermedad hereditaria».Con una frase así la cosa solo puede ira más, y estoy seguro de que NicolásFerraro, se alce o no con el Hammett,es ya una de las grandes esperanzasblancas de la nueva novela negra ar-gentina, hispana y universal.

Más acento rioplatense, pero ahoradel otro lado, del Uruguay, llegó con lapresentación a cargo del Jefe de TodoEsto, el Amado Líder, Ángel de la Ca-lle de la primera novela negra del uru-guayo Rafael Massa, Todos mienten,cuyo título lo dice ya casi todo. Se tra-ta de una cervantina peripecia crimi-nal, picaresca y trágica desarrollada enplena y violenta dictadura duranteveinte días de mayo del nefasto año1974. En ella su autor, cinéfilo y aman-te de Onetti, Borges y Melville, con-vierte Montevideo en nueva capital delgénero negro. Ángel de la Calle señalótambién la aguda reflexión que sobrela propia novela noir desarrolla comoquién no quiere la cosa el uruguayoutilizando hábilmente a sus personajes

y sus vivos diálogos, que transmitenpor encima de todo la esencia de unmundo ya desaparecido, el de los baresy la vida de calle del viejo Montevi-deo, por mucho que fuera en medio dela brutal dictadura militar. Noir portanto político y literario, pero tambiéncinéfago y crítico, al que no le falta si-quiera la presencia fantasmal de unpersonaje asturiano de procedencia(aunque allí fuera como todos «un ga-llego») cuya misteriosa fortuna consti-tuye el macguffin de esta ya premiadanovela de Massa. Por cierto que niCruz de Ferraro ni Todos mienten hansido, al menos hasta el momento, pu-blicadas en España, por lo que una vezmás la Semana Negra y A Quemarropaofrecieron a los asistentes la oportuni-dad única e intransferible de hacerse

con ellas, salvando distancias oceáni-cas y de nuevo con la firma no menosintransferible de sus brillantes autores.

Latinoamérica puso también elpunto final a la jornada del Espacio AQuemarropa, una vez más con el có-mic de protagonista, gracias al home-naje sentido y merecido al gran HugoOesterheld ofrendado a tres bandas(casi cuatro) por Pepe Gálvez, JulioCésar Iglesias y Laura Fernández,quienes introducidos por NormanFernández, que a la vez y al tiempoaprovechaba para escaquearse desca-radamente, glosaron en su charla inti-tulada «H. G. Oesterheld desde la his-toria» la figura seminal y trágica delcreador de series inmortales comoMort Cinder, Ernie Pike, Sgt. Kirk o ElEternauta, con las que renovó y rein-ventó la historieta de género dando lavuelta a los tópicos y lugares comunesde ésta, al tiempo que asumía progresi-vament un compromiso político cadavez más militante y radical que le su-pondría primero la clandestinidad ydespués la desgracia de pasar a engro-sar junto a sus cuatro hijas la nefasta einmensa lista de desaparecidos en lasgarras de la dictadura argentina. Pese ala lucidez del experto Pepe Gálvez ydel guionista Julio César Iglesias fuepor supuesto Laura Fernández, verda-dera conocedora de la vida y obra deOesterheld, a las que ha consagradovarios ensayos, quien puso los puntossobre las íes aportando su visión neta-mente histórica, argentina e inevitable-mente iluminadora acerca de este ge-nio de la narrativa del siglo XX al queNorman Fernández no dudó en califi-car como «el guionista más relevantede la historia del cómic», lo que aquien estas páginas firma no le pareceen absoluto una exageración sino unaverdad como un campanu de grande.

Por Jesús Palacios

José Manuel Estébanez y Susana Rodríguez Lezaun.

Inma Luna y Nicolás Ferraro.

Ricardo Magaz y Alejandro M. Gallo.

miércoles, 11 de julio de 2018

miércoles, 11 de julio de 2018 7

El opio del pueblo(Transcripción de Jesús Palacios)

Recuerdo que alguien me dijo hace años, parafraseando aMarx, no a Groucho sino al humorista, Karl, que en realidad «elopio era el opio del pueblo». Yo pensé que sobre todo del pue-blo chino, especialmente después de que lo popularizara el Im-perio británico para putearles a modo y tener una buena excusapara invadirles y sodomizarles cultural y económicamente. Porsupuesto, les salió el tiro —bueno, el disparo: la coca vendríadespués— por la culata, y el opio se convirtió en caro y nefastopasatiempo para diletantes anglosajones deseosos de olvidarsede sí mismos y de la era victoriana, con su luz de gas, su purita-nismo y sus cuentos de hadas. Una generación de dandis se vioarrastrada al vicio, la molicie y la prematura extinción gracias alos fumaderos de opio, mejor para ellos, mientras otros encon-traban en ellos materia para folletines y prensa amarilla. De quécolor iba a ser, claro. El caso es que lo que dijo realmente Marx—si es que hay alguien que sepa lo que realmente dijo Marx ysea capaz de explicarlo en menos de diez volúmenes— fue algoasí como que «la religión es el opio del pueblo». Y no le faltabarazón, sólo que puestos a elegir me quedo con el opio de verdad.La religión es intoxicante, desde luego, pero no es nada diverti-da, no existen religiones recreativas, y al menos en mi opiniónlas religiones blandas —ya saben: el rollo New Age, el budismo

casero, el ecologismo místico y su Gaia ciencia, lo de «algo hay,llámalo dios, llámalo energía, pero algo hay»— son tan perjudi-ciales para el organismo como las religiones duras, o sea, lastres marías: judaísmo, cristianismo e islam. Todas matan. Prime-ro la inteligencia, después a las personas. Eso sí, luego vas a lacielo o lo que sea que te ofrezcan después de palmarla. Ya lo de-cía san Woody Allen, cineasta y mártir: «Compre ahora y paguedespués». Lo decía del catolicismo pero es multiuso. Las reli-giones para mí son lo mismo que los indios para el general Cus-ter: la única religión buena es la religión muerta.

Ahora bien, igual que el opio tiene muchos derivados y sedisfraza de muchas maneras, del láudano al caballo, igual quetiene muchos efectos aparentemente beneficiosos que escondensus desastrosos resultados a largo plazo, la religión también sedisfraza de muchas cosas que no lo parecen, pero acaban adqui-riendo sus mismos principios activos: fe, o sea, negación decualquier realidad y sentido común; fanatismo, es decir, nadietiene razón si no acepta mi verdad; y alucinación, o sea un mun-do de fantasía y de color reservado solo a creyentes y elegidos,con un pasado mítico —el Edén—, un presente jodido —la Tri-bulación— y un futuro brillante y escatológico —el Cielo, elParaíso o la Utopía, es igual—. Y en ese sentido, las ideologíashan recogido a menudo el gran estilo religioso de antaño. De he-cho, yo creo que a día de hoy el bueno de Carlos —Marx, otravez— podría decir que «la política es el opio del pueblo». El de-

bate político en las calles y los medios de comunicación está ca-si-casi sustituyendo al debate deportivo y al del cotilleo y el co-razón, religiones menores… Usando, claro, sus mismos recur-sos: gritar, insultar, dar espectáculo, fanatizar, divertir, entrete-ner… Cualquier cosa menos crear un discurso dialéctico eficaz,constructivo y destinado a solucionar problemas. No se discutepara convencer al contrario, sino para insultarle, denunciarle odestruirle. Y mientras, los políticos de verdad no saben qué ha-cer porque ya no saben ni lo que son: ¿es Pedro Sánchez unpresidente del gobierno o una estrella mediática con gafas ne-gras, mano de santo y mirada penetrante a lo «mi nombre esSánchez, Pedro Sánchez»? ¿De verdad fue Rajoy presidente delgobierno español o era un monologuista del Club de la Comediaque en su papel de tonto listo robó la taquilla del teatro y las car-teras de todos los espectadores? Da igual: la gente se ríe, se in-sulta, se grita y hace de la política su religión en lugar de su me-dio para alcanzar un fin social, real, inmediato y práctico. Unareligión maniquea al estilo judeocristiano, con buenos y malos,ángeles y demonios y en la que, como en todas, nadie se lee lostextos sagrados, los programas de gobierno ni su letra pequeña,sino que sigue ciegamente la versión resumida que dan para losniños y los tontos antes de hacer la comunión: los debates tele-visivos y las noticias. Nos leen el catecismo, vamos. Hasta cier-to feminismo se está volviendo religión milenarista: mito origi-nal (un matriarcado feliz en el pasado lejano bajo la advocaciónde la Diosa Madre), tribulación (dos mil años de cruel heteropa-triarcado y travesía por el desierto) y apocalipsis (el milenio dela mujer, la utopía feminista realizada). Y dejo el nacionalismopara otro día, que también tiene su credo, sus artículos de fe ysu coña, relativa, claro. Que cada cual saque sus propias conclu-siones, pero yo, como Comediante, sé que todas las religiones,absolutamente todas, escatológicas o laicas, espirituales o mate-rialistas, monoteístas o paganas, mágicas o racionalistas, sonpura Comedia. Una broma de mal gusto con la que se están par-tiendo la caja de nosotros. Y por favor, no maten al Comedian-te por este monólogo sin risas, sino a ese guionista llamado Re-alidad, que le proporciona chistes tan jodidamente malos que nia él le hacen puta la gracia.

JESÚS PALACIOS

LAS EMPRESAS DE ALTA TECNOLOGÍA ASTURIANA HAN LLEVADO HASTA EL RECINTO DE LA SEMANA NEGRA LA FIBRA QUEPERMITE QUE EN LAS ZONAS CULTURALES EXISTA LA POSIBILIDAD DE CONECTARSE DE FORMA GRATUITA A LA WIFI:

SEMANA-NEGRA-CORPORATIVA Clave: negra1988semana

Pequeño operador de comunicaciones asturiano nacido hace cinco años, se especializa en eliminar la brecha digital de la zona rural y periurbana, y actualmente dispone de unared propia de servicio inalámbrico fijo. Toda la red de comunicaciones es un desarrollo propio, basado en software libre y tecnologías abiertas de última generación, no depen-diente de otras redes de operadores nacionales.Fribraverde es una Spin-off de Oxon3, especializado en el despliegue de redes de fibra óptica hasta el hogar.Actualmente está en la fase de despliegue de la red inicial por el centro de Asturias. Es la primera iniciativa de este tipo que no es llevada a cabo por un operador nacional.

© Enrique Flores

11.00 Inicio de la distribución gratuita del número 6 de A Quemarropa.

17.00 Apertura del recinto de la Semana Negra. Feria del Libro. Mercadillo interétnico.

Terrazas. Atracciones de feria.

Apertura de exposiciones:

— Derrumbando estereotipos (carpa de Exposiciones).

— En tierra de hombres (carpa del Encuentro).

17.30 (Carpa de La Palabra) Cuentacuentos. Con Merche Medina.

18.00 (Carpa del Encuentro). Presentación: Las almas de Brandon de César Brandon.

Con Beatriz Rato.

18.00 (Espacio A Quemarropa) Presentación: Aurora en la oscuridad de Salvador Robles

Miras. Con Miguel Ángel de Rus.

18.00 (CdLP) Infantil. Presentación: Había una vez…101 contos del conceyo del Franco

de Martín de Villar. Con Alberto Álvarez Peña.

18.30 (CdE) Presentación: Renedo no es un caso. Corrupción en Asturias de Ramón

Muñiz Abad. Con Esteban Aparicio.

18.30 (EAQ) Presentación: Asesinos inocentes de José Javier Abasolo. Con Luis Artigue.

18.30 (CdLP) Charla: Si nosotras paramos, se para el mundo. Con Verónica Álvarez y

Sara Combarros.

19.00 (CdE) Presentación: Los que duermen en el polvo de Horacio Convertini.

Con Jesús Palacios.

19.00 (EAQ) Presentación: Nicaragua cuenta. Con Juan Bolea.

19.00 (CdLP) Aula SN. Charla: Marx, el capitalismo y la acumulación originaria.

Con Manuel Hernández Muñiz (Economía). Con la colaboración delVicerrectorado de Extensión Universitaria y Proyección Internacional de laUniversidad de Oviedo.

19.30 (CdE) Presentación: Ordesa de Manuel Vilas. Con Miguel Barrero.

19.30 (EAQ) Presentación: Hágase usted mismo de Enzo Maqueira. Con Nicolás Ferraro.

20.00 (CdE) Charla con Simon Scarrow y presentación de Jugando con la muerte.

Con Juan Bolea.

20.00 (EAQ) Presentación: La cámara de oro de Rodrigo Palacios. Con Alejandro M.

Gallo.

20.00 (CdLP) Encuentro con los lectores. César Brandon.

20.30 (EAQ) Presentación: Los motivos del lobo de Liliana Escliar. Con Noemí Sabugal.

20.45 (CdLP) Mesa redonda. La solidaridad internacional. Acogida de personas refugiadas.

Con Noemí Rodríguez, Aida Brun González y Lorena Iglesias Martínez.Modera Jimena Llamedo.

21.00 (CdE) Presentación: Los viejos seductores siempre mienten de Juan Bolea.

Con Luis Artigue.

21.00 (EAQ) Presentación: La banda de Arruti de Jon Arretxe. Con Noemí Sabugal.

22.30 Concierto en el escenario central:

ORQUESTA MONDRAGóN

EL DIRECTOR DE AQ RECOMIENDAHoy me apetece recordarles que en el espacio en el que hoy se celebra

este festival, hubo un día en que se construyeron barcos. Cuando se alude ala historia de estos antiguos astilleros, se suelen evocar, casi exclusivamen-te, las heroicas luchas obreras que aquí se desarrollaron durante lustros; pe-ro nunca o casi nunca que aquí, además de lucharse y hacerse huelgas, tam-bién se trabajaba.

Se hacían barcos aquí. Y no hace falta decir que construir un barco noes cualquier cosa. ¿Puede el lector imaginarse la sensación de enorme orgu-llo profesional que embargaba a los trabajadores del astillero cuando termi-naban uno? Cualquier trabajo puede ser, y de hecho suele ser, enormemen-te alienante: no en vano la palabra trabajo viene de tripalium, que significaliteralmente «tres palos» y en el antiguo Lacio hacía referencia a un instru-mento de tortura consistente en tres estacas a las que se amarraba al reo. To-dos los trabajos son un poco una tortura; y la construcción de barcos no loes menos que otros. Pero todos los antiguos trabajadores de éste y otros as-tilleros suelen decir que cuando un barco estaba terminado por fin, listo pa-ra botarse, todo negativismo, todo padecimiento, toda sensación de aliena-ción o futilidad, se esfumaba como por ensalmo. Contemplar aquellas mo-les fascinantes y complejísimas hacía que, de pronto, todo cobrara sentido.Habían hecho algo grande, importante, útil, casi imperecedero. La marca desu genio, de su paciencia, de su saber hacer, surcaría los Siete Mares duran-te décadas.

Cada vez hay menos trabajos así. Sometidos a una creciente ultraespe-cialización, acometemos tareas fragmentarias y repetitivas sin utilidad algu-na por sí mismas y cuyo fin mayor muchas veces se nos escapa (o preferi-mos que se nos escape…). El orgullo profesional, la convicción de que elesfuerzo de uno tiene sentido y cristaliza en algo genuinamente útil y bue-no para la colectividad, se ha ido reduciendo a un puñado de profesiones ca-da vez más pequeño. A mí, ahora mismo, sólo se me ocurren los maestros.Alguna más habrá, pero no muchas. ¿Cuándo fue la última vez, querido lec-tor, querida lectora, que usted se sintió genuinamente orgulloso u orgullosapor el producto de su trabajo?

miércoles1111PROGRAMA

miércoles, 11 de julio de 20188

PROGRAMA ALTERNATIVO

Espaciu pal Cambiu

19.00 h. Mesa debate: En defensa del sistema público de pensiones. ¿Quiéres respuestas? Acude ypregunta. Con Victoria Portas, Natividad Menéndez del Llano y Tatiana Marrero.

Kamtxaka

17.30 h. Las mujeres de la Generación del 27: Las Sin Sombrero. Con Yolanda Verdiguer, CristinaRodríguez. Organiza: Mi Cabás Violeta.