zelizer regalos en dinero 1

Upload: indira-allepho

Post on 19-Oct-2015

83 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

  • VIVIANA A. ZELIZER Traduccin de MARA JULIA DE RUSCHI

    Revisin dejraduccin de MARIANA LUZZI

    EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO

    iS

    FONDO DE CULTURA ECONMICA mxico - ARGENTINA - BRASIL - COLOMBIA - CHILE - ESPAA

    ESTADOS UNIDOS DE AMRICA - GUATEMALA - PER - VENEZUELA

  • Primera edicin en ingls, 1994 Primera edicin en espaol, 2011

    Zelizer, Viviana A. El significado social del dinero. - la ed. - Buenos Aires :

    Fondo de Cultura Econmica, 2011. 274 p. ; 21x14 cm. - (Sociologa) Traducido por: Mara Julia De Ruschi ISBN 978-950-557-877-1

    1. Sociologa. I. De Ruschi, Mara Julia, trad. II. Ttulo CDD 301

    Armado de tapa: Juan Pablo Fernndez Imagen de tapa: Svilen.milev Foto de solapa: Denise Applewhite

    Ttulo original: The social meaning of money. Pin money, paychecks, ;mor relief, and other currencies.

    ISBN de la edicin original: 0-691-04821-5 1997, Princeton University Press

    D.R. O 2011, FONDO DE CULTURA ECONMICA DE ARGENTINA, S.A. El Salvador 5665; 1414 Buenos Aires, Argentina [email protected]

    / www.fce.com.ar Carr. Picacho Ajusco 227; 14738 Mxico D.F. ISBN: 978-950-557-877-1

    Comentarios y sugerencias: [email protected]

    Fotocopiar libros est penado por la ley.

    Prohibida su reproduccin total o parcial por cualquier medio de impresin o digital, en forma idntica, extractada o modificada, en espaol o en cualquier otro idioma, sin autorizacin expresa de la editorial.

    IMPRESO EN ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA Hecho el depsito que marca la ley 11.723

    NDICE

    Agradecimientos 11

    I. El marcado del dinero 13 II. La produccin domstica de dineros 55 III. Regalos en dinero 97 IV. El dinero de los pobres 151 V. Con las manos atadas: el marcado del dinero de la beneficencia 179 VI. Dinero controvertido 211 VII. Qu significa el dinero? 245

    ndice de nombres y conceptos 263

  • III. REGALOS EN DINERO

    EN SU EDICIN DE NOVIEMBRE DE 1909, la revista Ladies' Home Journal agreg una opcin inusual a su inventario de regalos de Navidad novedosos y oportunos. Por qu no enviar dinero en Navidad a amigos y familiares?, propona Lou Eleanor Colby. Les confesaba a las lectoras de Journal que en primera instancia haba descartado el dinero como un regalo inadecuado "con el que no haba ni que soar", pero luego se dio cuenta de que se poda "disfrazar al dinero de manera que no pareciera slo una transaccin comercial", y encontr formas "en las cuales poda poner un poco de mi propia personalidad en el regalo". Su madre, informaba la seora Colby, qued encantada al recibir 10 dlares hbilmente transformados en una obra de arte: se haba cambiado un billete de 10 dlares por diez billetes de 1 dlar y se les haba agregado un par de afiches. Una lmina mostraba cinco tristes billetes que no saban adnde ir, mientras la otra ilustraba un final feliz: "5 pequeos dlares marchando ale-gremente" hacia la cartera de su madre. Una "oda al dlar" completaba el re-galo, su estrofa final sugera que a veces:

    Juntar plata a paladas es lo que corresponde hacer. El corazn de esta madre no tiene por qu arrepentirse De darles la bienvenida en su cartera a estos dlares. 1

    Convertir el dinero en un regalo apropiado, sin embargo, no fue slo una inge-niosa ocurrencia de Eleanor Colby. Otros artculos en revistas femeninas infor-maban acerca de "Nuevas formas de regalar dinero en Navidad", y tambin las lectoras enviaban sus propias ideas. Una mujer haba descubierto que "po-der dar dinero de una forma aceptable es tener un don no demasiado comn". No obstante, result que los estadounidenses contaban con abundantes recur-sos. A fines del siglo xlx haban convertido miles de monedas comunes en love tokens grabando mensajes sentimentales que convirtieron a las monedas en un

    1 Lou Eleanor Colby, "When You Send Christmas Money", en Ladies' Home Journal, 27, diciembre de 1909, p. 37.

    97

  • REGALOS EN DINERO 99 98 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO

    regalo romntico muy popular para los amantes, como tambin en un obse-quio en celebraciones familiares, como cumpleaos, bodas o aniversarios. Sin duda, en algunos rincones de la vida estadounidense la gente haba regalado dinero mucho antes del siglo XIX: monedas de oro para los nios o regalos de Navidad a los esclavos. Pero rara vez se regalaba dinero a los pares. 2

    Pero en las primeras dos dcadas del siglo xx el dinero entr en la econo-ma del regalo transformado en "dinero para regalar" con una cantidad de disfraces nuevos y ms formales. Por ejemplo, en 1910, American Express fue la primera en hacerles publicidad a los giros postales como "un muy ade-cuado regalo de Navidad". Los agentes recibieron afiches especiales de pre-sentacin e instrucciones que informaban cmo el mismo giro postal que American Express venda desde 1882 como una forma segura y eficiente de pagar las facturas o de enviar dinero al extranjero poda venderse tambin para hacer un regalo. Western Union se uni al negocio de los regalos de Ame-rican Express con telegramas caractersticos para enviar dinero como un obse-quio en ocasiones especiales. Las compaas que editaban tarjetas de felicita-ciones crearon una notable variedad de sobres ideados con ingenio y que ganaron pronta popularidad para poner el dinero y enviar monedas o billetes a amigos o a parientes para los cumpleaos, Navidad y otras fiestas. Y des-pus de 1905, tiendas especializadas y grandes almacenes instauraron una forma de moneda por completo nueva: los cheques de regalo por una canti-dad especfica de dinero que se poda gastar en una determinada mercadera (por ejemplo, los guantes o los zapatos eran artculos que gozaban de popula-ridad) o en determinada tienda.3

    2 "If You Run Short of Christmas Ideas", en Ladies' Home Journal, 23, diciembre de 1905, p. 24. Vanse tambin "New Ways to Give Christmas Money", en Ladies' Home Journal, 29, diciembre de 1912, p. 70, y "The Ethics of Receiving", en Living Age, 279, 4 de octubre de 1913, pp. 57-60. Acerca de los regalos de Navidad para los esclavos, vase Eugene D. Geno-vese, Roll, Jordan, Roll, Nueva York, Vintage, 1976, p. 574. Acerca de los love tokens, vase nota 35 en el captulo de este libro.

    3 Tengo una deuda de gratitud con respecto al material de archivo de American Express y de Hallmark, en especial con el archivista Stephen R. Krysko por su minuciosa y productiva bsqueda de ese material, y con Sally A. Hopkins, quien mucho me ayud con los archivos de Hallmark. Los custodios de los archivos de Western Union no pudieron establecer la fecha en que la compaa empez a promover los telegramas para regalos; el primer aviso publici-tario que se pudo encontrar es de 1930. Le agradezco al seor Krysko esta informacin.

    Vase Ernest Dudley Chase, The Romance of Greeting Cards, Cambridge (MA), Harvard University Press, 1926, pp. 152-155; William Burnell Waits (h.), "The Many-Faced Custom. Christmas Gift-Giving in America, 1900-1940", tesis de doctorado, Rutgers University, 1978. Hacia 1929, segn una estimacin, las cartas devueltas a la oficina de correos contenan un

    La aparicin de la costumbre de regalar dinero fue parte de una transfor-macin ms profunda de la economa del regalo. Paradjicamente, la expan-sin del hecho de dar regalos en medio de una economa cada vez ms comer-cializada convirti al dinero en un regalo ms problemtico; tanto el donante como el destinatario tenan que enfrentar el hecho de que era cada vez ms difcil diferenciar un regalo de dinero de otras transferencias monetarias. No era una cuestin sencilla, desde el momento en que la estandarizacin de la moneda de curso legal aumentaba el parecido superficial entre las transferen-cias de dinero como regalo y las transferencias de salarios, propinas, caridad o pago de deudas. Cuando el donante o el destinatario no estaban seguros del carcter de su relacin, un malentendido poda ser muy perjudicial.

    Hacia 1900, mientras la sociedad de consumo en Estados Unidos se ex-panda vigorosamente, las personas compraban mercaderas no slo para s mismas sino tambin como regalo para otros. De una manera notoria, despus de 1880, el intercambio de regalos navideos se multiplic cuando parientes, amigos e incluso conocidos se daban regalos para las fiestas. Lo mismo vale para los regalos de bodas. Una pareja que se casaba antes de la Guerra Civil no esperaba nada ms que un regalo en efectivo o alguna propiedad de parte de los parientes cercanos. Pero hacia fines del siglo xix, parte del ritual de una boda de clase media fue el orgulloso despliegue de los regalos recibidos no slo de los miembros ms cercanos de la familia, sino tambin de parientes lejanos, amigos, conocidos e incluso compaeros de trabajo. Las oportunida-des para hacer regalos se multiplicaron: la celebracin de los cumpleaos, por ejemplo, era rara en el siglo xix, pero se volvi popular en el siglo xx. O se in-ventaron ocasiones para hacer regalos: el Da de la Madre, que se cre en 1908, convirti el ramo de flores en el obsequio perfecto para expresarle afecto a una madre. Se imprimieron tarjetas para cada fiesta y cada aniversario perso-nal, mientras las tiendas de regalos y los catlogos identificaban, clasificaban y promovan los artculos para regalos.4

    promedio de 10 mil dlares al contado, un milln en efectos y cheques bancarios y otro milln en tarjetas de felicitaciones; vase Ronald Millar, "Our Billion Dollar Christmas", en American Magazine, 108, diciembre de 1929, p. 88.

    4 Vase Ellen K. Rothman, Hands and Hearts, Nueva York, Basic Books, 1984, pp. 76, 167 y

    168; William Bumell Waits (h.), "The Many-Faced Custom", op. cit., cap. 5; Emest Dudley Cha- se, The Romance of Greeting Cards, op. cit. Acerca del Da de la Madre, vase Leigh Eric Schmidt, "The Commercialization of the Calendar. American Holidays and the Culture of Consump-tion, 1870-1930", en Journal of American History, 78, diciembre de 1991, pp. 887-916; acerca de la celebracin de los cumpleaos, Howard P. Chudacoff, Hozo Old Are You? Age Consciousness in American Culture, Princeton (NJ), Princeton University Press, 1989, pp. 126-137.

  • REGALOS EN DINERO 101

    Los inmigrantes recin llegados convirtieron sus propias fiestas en ritua-les de intercambio de regalos. Despus de 1887, por ejemplo, las tarjetas para regalar en las fiestas judas se convirtieron en un artculo popular. O pense-mos en cmo los judos le dieron forma a un Januc americano, imitando el profuso intercambio de regalos de Navidad. Los historiadores sugieren que, a principios de siglo, salir de compras para hacer regalos de Navidad represen-taba para muchos judos un indicador simblico de su americanizacin. Pero gradualmente los judos empezaron a comprar regalos para Januc, cele-brando su propia fiesta de diciembre de una manera americanizada y moder-nizada. En su primera versin, Januc haba sido una fiesta menor marcada por la entrega del Januc gelt o el regalo de monedas para los nios. En su versin estadounidense, el gelt se transform en el dinero de Januc, y hacia 1920 se gastaba de una manera muy parecida al dinero de Navidad, si bien para los "Placeres de Januc". Los Bar Mitzvs y las ceremonias de confirma-cin tambin se convirtieron en celebraciones importantes para la entrega de regalos entre los judos. La historiadora Jena Weissman Joselit sugiere que ha-cia 1920 "el componente social del Bar Mitzv empezaba a rivalizar, si no a eclipsar, su funcin ritual". El intercambio de regalos entre los judos gener toda una categora especial de artculos para regalo "judos": un libro judo era un tipo de regalo diferente de un libro comn, un cuadro judo tena signi-ficados distintos de los de una pintura comn. 5

    Sin lugar a dudas, el entusiasmo estadounidense por el intercambio de re-galos resultaba muy ventajoso para negociantes y publicistas; convertir las fies-tas en das de compras era la felicidad de los especialistas en marketing. Y, de hecho, los espectadores se lamentaban y se desesperaban por la codiciosa co-mercializacin de las celebraciones en Estados Unidos. Cada diciembre se escu-chaba un llamado para frenar "este triste y tonto negocio de dar porque hemos recibido, alentado [...] por los comerciantes, alimentado por nuestra mezquina

    5 Jenna Weissman Joselit, "'Merry Chanuka'. The Changing Holiday Practices of Ameri-can Jews, 1880-1950", en The Uses of Tradition, ed. de Jack Wertheimer, Nueva York, Jewish Theological Seminary of America, 1992, p. 313. Acerca de la americanizacin de Januc, va-se tambin Andrew R. Heinze, Adapting to Abundance, Nueva York, Columbia University Press, 1990, pp. 71-79. Acerca del Bar Mitzv, vase Jenna Weissman Joselit, "'A Set Table'. Jewish Domestic Culture in the New World, 1880-1950", en Getting Confortable in New York. The American Jewish Home, 1880-1950, ed. de Susan L. Braunstein y Jenna Weissman Joselit, Nueva York, The Jewish Museum, 1990, p. 66. Acerca de las tarjetas para las festividades judas, vase Luna Frances Lambert, "The Seasonal Trade. Gift Cards and Chromolithogra-phy in America, 1874-1910", tesis de doctorado, George Washington University, 1980, p. 21.

    ambicin y vanidad".6 Pero dar regalos no era slo el producto de una burda

    manipulacin comercial; las personas decidan separar parte de su ingreso para gastar en regalos para otros a expensas de su propio consumo. Los presupues-tos familiares reflejaban este marcado deliberado del dinero para "regalos" junto con la comida, el alojamiento, la ropa, el seguro de vida y otros gastos; los libros de contabilidad cada vez ms detallados de principios del siglo xx inclu-yen regalos como una categora de gastos separada, a veces distinguiendo entre los regalos de Navidad, cumpleaos, graduacin, bodas y aniversario. Despus de 1910 los estadounidenses empezaron a poner formalmente aparte su "di-nero de Navidad", depositndolo en las cuentas increblemente exitosas de las cajas de ahorro de los clubes navideos. Un poco antes de que aparecieran los clubes navideos, la gente pobre ya haba estado poniendo su dinero en los bancos Penny Provident que, como lo veremos en el captulo rv, fueron inventa-dos por sociedades de beneficencia y usados por los pobres como una forma de destinar pequeas sumas para determinados gastos.

    Los expertos en economa domstica, que fueron los primeros en auspi-ciar un presupuesto racional, aplaudieron este gasto destinado a otros, adu-ciendo que "el presupuesto familiar necesita hacer previsiones para poder ha-cerles regalos a parientes y amigos, lo cual forma parte de la gracia de la vida". Estos "regalos de amistad" no se consideraban de la misma manera que las contribuciones a organizaciones religiosas o de beneficencia, sino ms bien como una "expresin de afecto hacia familiares y no familiares por quie-nes uno siente una estima personal". Los especialistas en economa domstica les sugeran a las madres que desde pequeos les ensearan a sus hijos a ele-gir regalos, "como una expresin de su amor y de su amistad", de manera que "en el futuro fueran generosos [...] y supieran regalar con inteligencia". 7

    6 Margaret Deland, "Concerning Christmas Giving", en Harper's Bazar, 38, diciembre de

    1904, p. 1157. Para un excelente anlisis de la comercializacin de las fiestas en Estados Unidos, vase Leigh Eric Schmidt, "The Commercialization of the Calendar", op. cit. Vanse tambin James H. Barnett, The American Christmas. A Study in National Culture [1954], Nueva York, Amo Press, 1976, y Daniel J. Boorstin, The Americans. The Democratic Experience, Nueva York, Vintage, 1974, pp. 157-164.

    7 Benjamin R. Andrews, Economics of the Household, Nueva York, Macmillan Co., 1924, p.

    512; Ernestine P. Swallow, "Children's Christmas Giving", en Journal of Home Economics, 8, diciembre de 1916, pp. 659 y 660. Para ejemplos de la inclusin de regalos en el presupuesto familiar, vanse "Family Finance", en Good Housekeeping, 49, diciembre de 1909, p. 635; Christine Frederick, Household Engineering, Chicago, American School of Home Economics, 1919, p. 273; Alice Bradley, Fifty Family Budgets, Nueva York, Woman's Home Companion, 1923, p. 12.

    100 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO

  • 102 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO REGALOS EN DINERO 103

    "Cmo" regalar fue explicado en detalle por los populares expertos en etiqueta. Reconocan "la incertidumbre en relacin con la adecuada eleccin de un regalo, el momento y la forma de enviarlo, la nota o tarjeta que debe acompaarlo", y por consiguiente, agregaban a sus manuales captulos espe-cialmente dedicados a la etiqueta correspondiente a los regalos para bodas, aniversarios, cumpleaos, visitas, bautismos y a veces incluso agregaban una categora denominada "regalos en general". Aparte de las "ocasiones regula-res especficamente apropiadas para hacer regalos", un autor adverta en 1905 que existan muchas otras "irregulares, que se presentaban constantemente en el crculo de las relaciones y amistades recprocas". Las posibilidades de hacer regalos parecan ilimitadas: "Cada vez que se siente el deseo de manifestar un sincero aprecio de cualquier tipo, cada vez que se desea felicitar por algn motivo, cuando un gesto elegante puede expresar una idea mejor que las pa-labras, en todos esos casos resulta apropiado hacer un regalo". 8 Incluso los manuales para inmigrantes instruan a sus lectores acerca de cmo compor-tarse en relacin con los regalos. Por ejemplo, un popular texto de Alexander Harkavy, quien escriba para los judos inmigrantes recin llegados, inclua ejemplos de notas apropiadas para acompaar distintos tipos de obsequios para los cumpleaos, las bodas o Ao Nuevo.9

    Al expandirse la red personal de intercambio de regalos, tambin aumen-taron los artculos destinados a ese fin. Si bien una flor o un libro o un objeto tradicional hecho a mano eran todava regalos bien recibidos, aumentaba la variedad de, nuevos objetos manufacturados, prcticos o de lujo. En la dcada de 1910 incluso los lavarropas, las aspiradoras y los automviles se considera-ban apropiados como regalos de Navidad. Tambin el dinero. El dinero de Navidad, se explicaba en una columna de la Ladies' Home Journal, "provee para sueos largamente acariciados, para pequeos lujos, nos evita preocupa-

    8 Correct Social Usage, Nueva York, New York Society of Self-Culture, 1905, pp. 518 y 521. En su Behavior in Public Places, Nueva York, Free Press, 1963, pp. 5 y 6, Erving Goffman nos ofrece un convincente argumento a favor del uso de los manuales de etiqueta como eviden-cia sociolgica. Aduce Goffman que aunque los manuales de etiqueta no ofrecen ninguna evidencia emprica acerca del comportamiento real de la gente, nos describen "algunas de las normas que influyeron en la conducta de nuestra clase media". Lo que es ms, estas guas representan "una de las pocas fuentes que nos dan una idea acerca de la estructura de las conductas pblicas en Estados Unidos". Para una historia de los libros de etiqueta estadounidenses, vase Arthur M. Schlesinger, Learning How to Behave, Nueva York, Mac-millan, 1947.

    9 Harkavy's American Letter Writer and Speller, English and Yiddish, Nueva York, Hebrew Publishing Co., 1902, p. 701.

    ciones y nos da la oportunidad de ser tiles ms que ningn otro regalo". Los expertos en etiqueta certificaron el potencial del dinero como regalo, advir-tiendo que a menudo era "el regalo mejor recibido"; un cheque para una boda ayudara a la pareja, por ejemplo, "a comprarse lo que otros han olvidado, a satisfacer algn deseo especial, a evitar alguna necesidad futura o hacer frente a alguna emergencia". Los cheques regalo, el "mtodo del autorregalo" como lo denominaba Lillian Eichler en su libro de etiqueta, que tuvo un enorme xito de ventas, contaban con "una acogida cada vez ms favorable en la buena sociedad. Uno le regala a la novia una nota de crdito de 10, 20 o 50 d-lares [...] y la novia puede ir a la tienda y elegir lo que le gusta". Y como rega-los de graduacin, los cheques son "siempre bienvenidos". Los expertos en economa domstica estaban de acuerdo: regalar dinero, declaraba un desta-cado especialista en economa domstica, era una "buena costumbre". 10

    Rega-lar dinero no era slo un lujo para una elite. El 13 de diciembre de 1911, The New York Times informaba que los residentes extranjeros en Estados Unidos haban enviado ese ao ms de 4 millones de dlares como regalo de Navidad en giros postales a sus familias en el extranjero.

    De todos modos, el dinero para regalar representaba una moneda pecu-liar, desconcertante y a veces problemtica. Cmo poda la misma moneda de curso legal que se utilizaba para pagar sueldos, sobornar a funcionarios, dar una propina a un portero, ayudar a los pobres y darle a la esposa una asig-nacin para el mantenimiento del hogar servir tambin como un regalo que expresara una atencin personal, afectos o alegra? Cmo podan los donan-tes y los destinatarios de los regalos discernir cuando un dlar era un regalo? Y cmo acuar dinero con un valor afectivo? Este captulo explora la "inven-cin" del dinero para regalar. Analiza primero la naturaleza de los regalos en general; luego, de qu modos se diferencian los regalos de dinero de otras formas de moneda, y, por ltimo, la produccin y el marcado del dinero para regalar en las primeras dcadas del siglo xx.

    10 "New Ways to Give Christmas Money", op. cit., p. 70; Burton Kingsland, The Book of

    Good Manners, Nueva York, Doubleday, Page & Company, 1910, p. 227; Lillian Eichler, The New Book of Etiquette, Garden City (NY), Doubleday, 1924, p. 77; Ethel Frey Cushing, Culture and Good Manners, Memphis (rN), Students Educational Publishing Co., p. 291; Benjamin R. Andrews, Economics of the Household, op. cit., p. 50. Acerca del dinero como regalo de bodas, vase tambin Virginia Selle Van de Water, Present Day Etiquette, Nueva York, A. I. Burt Co., 1924, p. 134. Acerca de la popularidad de los regalos tiles en 1910 y 1920, vase William Burnell Waits, "The Many-Faced Custom", op. cit., pp. 94-103; y acerca de los automviles como regalo de Navidad, vase The New York Times, 24 de diciembre de 1911, sec. 8, p. 8.

  • 104 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO REGALOS EN DINERO 105

    MONEDAS NTIMAS

    Llama la atencin qu poco sabemos todava acerca del intercambio de regalos en las sociedades industriales modernas. Hasta hace poco, los socilogos, ob-sesionados con los efectos corrosivos de la modernizacin, consideraban los regalos como vestigios sentimentales del mundo perdido de una vida ntima y comunitaria, que se fue haciendo cada vez menos visible con la feminizacin de la economa del regalo." O se relegaban los obsequios a las sociedades ex-ticas, precapitalistas y primitivas. No es sorprendente entonces que con res-pecto al intercambio de regalos, los antroplogos hicieran la parte del len en el trabajo y produjeran una literatura rica, amplia y a menudo polmica.

    Una de las preocupaciones centrales de los antroplogos ha sido determi-nar en qu medida los mercados modernos desplazaron las transferencias de dones, dado que la concepcin tradicional del desarrollo segn la cual los mer-cados eliminan los intercambios de dones ms arraigados socialmente es cada vez ms discutida por quienes opinan que en las sociedades contemporneas coexisten diferentes formas de intercambio. Como lo expresa John Davis, "te-nemos a nuestra disposicin [...] un repertorio de prcticas socialmente acepta-

    11 Para algunas de las contribuciones recientes ms importantes que documentan y expli-can la persistencia y el significado del intercambio de regalos en la actualidad, vase David Cheal, The Gift Economy, Nueva York, Routledge, 1988; James Carrier, "Gifts, Commodities, and Social Relations. A Maussian View of Exchange", en Sociological Forum, 6, marzo de 1991, p. 119-136; Michael Schudson, Advertising, The Uneasy Persuasion, Nueva York, Basic Books, 1984; Theodore Caplow, "Christmas Gifts and Kin Networks", en American Sociological Review, 47, junio de 1982, pp. 383-392. Para un trabajo anterior, vase Barry Schwartz, "The Social Psychology of the Gift", en American Journal of Sociology, 73, julio de 1967, pp. 1-11. Existen estudios acerca de la conducta del consumidor que tambin exploran el intercambio de regalos, vase Russell W. Belk, "Gift Giving Behavior", en Research in Marketing, 2, 1979, pp. 95-126; John F. Sherry (h.), "Gift Giving in Anthropological Perspective", en Journal of Consumer Research, 10, septiembre de 1983, pp. 157-168. Para el anlisis econmico de la importancia de las transferencias de dinero en los mercados laborales contemporneos, ve-se George A. Akerlof, "Labor Contracts as Partial Gift Exchange", en The Quarterly Journal of Economics, noviembre de 1982, pp. 543-569. Acerca de la feminizacin de la economa del regalo, vase David Cheal, The Gift Economy, op. cit., pp. 173-183; Theodore Caplow, "Christ-mas Gifts", op. cit.; Eileen Fischer y Stephen J. Arnold, "More Than a Labor of Love. Gender Roles and Christmas Gift Shopping", en Journal of Consumer Research, 17, diciembre de 1990, pp. 333-345. El hecho de hacer regalos, junto con otras actividades como las visitas, las cartas y las llamadas telefnicas, forman parte de lo que Micaela di Leonardo denomina los traba-jos no remunerados, en su mayor parte invisibles pero socialmente fundamentales de las mujeres: kin work, o trabajos relacionados con los vnculos familiares; vase "The Female World of Cards and Holidays. Women, Families, and the Work of Kinship", en Signs, 12, pri-mavera de 1987, pp. 440-453.

    bles que difieren en lo cultural, lo moral e incluso en lo econmico". 12 Como parte de esta argumentacin, los antroplogos tambin discuten la relativa oposicin o afinidad del intercambio de regalos y del intercambio de mercan-cas. Los especialistas que se detienen en la profunda contradiccin entre el re-galo, que es recproco, afectivo y socialmente vinculante, y la mercanca imper-sonal, instrumental y socialmente "libre" se ven enfrentados por aquellos que insisten en que sta es una falsa dicotoma. No slo las mercancas como, de una manera ms amplia, los intercambios de mercado son objetos y procesos culturales y sociales al igual que los regalos, sino tambin, opinan algunos ana-listas, si uno observa con suficiente atencin, el intercambio de regalos resulta ser tan pragmtico, calculador y obligatorio como las transferencias de mer-cado. O bien los regalos sirven en primera instancia como mercancas en exhi-bicin, smbolos visibles de la riqueza o el refinamiento de un donante. 13

    Cul es entonces, en nuestro mundo moderno y comercial, el significado de los regalos personales, con quin los intercambiamos y cmo? Veamos, por

    12 John Davis, Exchange, Minepolis, University of Minnesota Press, 1992, p. 11. Para la concepcin desarrollista (developmentalist) clsica, vase Marcel Mauss, The Gift [19501, Nue-va York, Norton, 1990 [trad. esp.: Ensayo sobre el don. Forma y funcin del intercambio en las sociedades arcaicas, Buenos Aires, Katz, 2009]. Richard M. Titmuss, The Gift Relationship, Nue-va York, Vintage, 1971, nos brinda una interesante puesta al da de Mauss en su comparacin de las transfusiones de sangre voluntarias y pagas. La til topologa de Karl Polanyi de los intercambios recprocos, redistributivos y de mercado supone el predominio de estos lti-mos en las sociedades capitalistas; vase Karl Polanyi, The Great Transformation, Nueva York, Beacon Press, 1957 [trad. esp.: La gran transformacin, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2003]; Karl Polanyi, Conrad M. Arensberg y Harry W. Pearson (eds.), Trade & Market in the Early Empires, Glencoe (m), Free Press, 1957.

    13 Para una crtica de la nocin de que el intercambio de regalos y el intercambio de mer-cancas estn fundamentalmente en oposicin, vase Pierre Bourdieu, Outline of a Theory of Practice, Cambridge, Inglaterra, Cambridge University Press, 1977; Arjun Appadurai, "Intro-duction. Commodities and the Politics of Value", en The Social Life of Things, ed. de Arjun Appadurai, Nueva York, Cambridge University Press, 1986, pp. 1-63; Maurice Bloch y Jonathan Parry, "Introduction. Money and the Morality of Exchange", en Money & the Mora-lity of Exchange, ed. de J. Parry y M. Bloch, Cambridge, Inglaterra, Cambridge University Press, 1989, pp. 8-12. Para el punto de vista de que las mercancas y los regalos s se oponen, vase Lewis Hyde, The Gift, Nueva York, Vintage, 1983, y C. A. Gregory, Gifts and Commodi-ties, Londres, Academic Press, 1982. Jonathan Parry ha sugerido que la oposicin de regalos y mercancas es en s misma una creacin cultural; la ideologa de lo que Parry llama "el regalo puro" "altruista, moral y cargada de afectividad" se desarrolla, afirma, por contra-posicin a un sector creciente del mercado donde prevalece el intercambio utilitarista intere-sado; vase "The Gift, The Indian Gift And The 'Indian Gift'", en Man, 1986, 21, p. 466. Para una argumentacin similar, vase Allan Silver, "Friendship in Commercial Society. Eighteenth-Century Social Theory and Modern Sociology", en American Journal of Sociology, 95, mayo de 1990, pp. 1474-1504.

  • 106 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO REGALOS EN DINERO 107

    ejemplo, cmo definiramos un "buen" regalo de cumpleaos. Sin duda debe expresar el grado de intimidad de un determinado vnculo social, transmitir afecto, denotar reflexin. El significado de los regalos vara. Los regalos de bo-das, por ejemplo, conllevan un simbolismo adicional comunitario de solidari-dad colectiva, mientras que el regalo a un portero con frecuencia reafirma la desigualdad y la distancia entre el donante y el destinatario. La forma y el modo de un regalo monetario u otros simbolizan el carcter de la relacin entre las partes.

    Por cierto, algunos intercambios de regalos se encuentran en el lmite de las transferencias de mercado. Pero si cruzan ese lmite, dejan de ser regalos. Por lo tanto, equiparar regalos con transferencias de mercado es no compren-der el problema: hay mltiples formas de transferencias en la actualidad y no una sola, la del mercado, de intercambio de mercancas. Los regalos constitu-yen un espectro de transferencias diferente de los pagos o de los derechos le-gtimos y corresponden a un espectro diferente de relaciones sociales. Los re-galos son entregas marcadas por la intimidad como tambin por una relativa igualdad entre el donante y el destinatario. En el marco de esas relaciones, los regalos no requieren una reciprocidad inmediata, excepto en la forma del re-conocimiento, y suponen un vnculo duradero. Un regalo a inferiores, por otra parte, pronto se convierte en una obra de caridad, mientras que un regalo a superiores se transforma en un tributo. Esta es la razn por la cual es tan im-portante la personalizacin de los regalos: deben adecuarse por sus caracters-ticas y por su valor a la relacin entre las partes, revelando el grado de intimi-dad y de igualdad entre el donante y el destinatario. Un buen regalo lleva la marca de su donante y est claramente dirigido a un destinatario especfico. Lo que hace que la eleccin de un regalo sea una tarea compleja y difcil, sin embargo, es que los regalos no slo reflejan vnculos sociales sino que tambin puede redefinirlos. Obsequiarle a un simple conocido un regalo demasiado personal o un regalo demasiado caro a una prometida o un regalo impersonal a la propia madre confunde, enoja u ofende porque implica o fuerza una defi-nicin errnea de una relacin social.

    A principios del siglo xx, cuando sus intercambios de regalos se multipli-caron, los estadounidenses observaron, debatieron y definieron pblicamente las transferencias de regalos. Para quin eran los regalos? En el entusiasmo inicial por ofrecer presentes, las personas distribuyeron regalos de Navidad a un amplio espectro de conocidos, desde los parientes cercanos hasta sus so-cios de negocios, pero despus de 1910 los regalos de Navidad ms "esplndi-dos o ntimos" se destinaron en primer lugar a la familia y los amigos ms

    prximos. Flores, dulces o libros eran obsequios apropiados para los amigos "no tan prximos". Se les enviaban tarjetas de Navidad a todos. Se hicieron distinciones similares en relacin con los regalos de bodas; como lo recomen-daban los libros de etiqueta, los regalos caros se mandaban "exclusivamente a los amigos ms ntimos". 14 De este modo, no slo los regalos se marcaban como transferencias para los ntimos, sino que tambin servan para distin-guir grados de intimidad.

    Qu quera decir hacerle un "buen" regalo a un pariente o a un amigo? Sobre todo, su valor no quedaba determinado por su precio; un regalo que-daba as diferenciado de un pago. Ya en 1878 la seora Ward explicaba en Sensible Etiquette que el "alma" de un regalo no era "meramente su alto pre-cio", sino "la clase de sentimientos que expresa". Dar un regalo, adverta la seora Ward, nunca deba considerarse una "mera cuestin de inversin o in-tercambio". Los mejores regalos de Navidad "no implican dinero [...] no tie-nen nada que ver con deudores y acreedores". De hecho, "si la motivacin es mercenaria [] o mecnica", opinaba Ethel Frey Cushing en Culture and Good Manners en 1926, el regalo fallara como "expresin de autntica amistad". En el mundo de los regalos, "no se debe pensar en ninguna retribucin". 15 De una manera reveladora, los primeros manuales de etiqueta condenaban seve-ramente la creciente prctica de hacer regalos de bodas. La ancdota de una novia que devolvi sus regalos al platero que los haba hecho y, "pidiendo un crdito por su valor, procedi a elegir lo que se le antojaba" serva de fbula moral negativa para mostrar cmo el intercambio rebajaba "los sentimientos a un espritu mercenario". Los artculos de regalo eran nicos y no podan tra-tarse como una mercanca ordinaria intercambiable. Hacia 1920, la nueva eti-queta aprobaba el intercambio de regalos de bodas con la condicin de que "el regalo conlleve un significado especial o est marcado con las iniciales de la

    14 Ethel Frey Cushing, Culture and Good Manners, op. cit., p. 288; Walter C. Green, A Dictio-nary of Etiquette, Nueva York, Brentano's, 1904, p. 272. Acerca de la popularidad de las tarje-tas de Navidad, vase William Burnell Waits, "The Many-Faced Custom", op. cit., cap. 5; Waits sugiere que la incontrolable explosin de intercambio de regalos a principios de siglo, que incluy el envo de pequeos regalos de bajo costo baratijas a un crculo cada vez ms amplio de relaciones, se resolvi limitando la entrega de regalos a los parientes y a los ami-gos ms prximos y enviando las tarjetas de Navidad, ms accesibles y fciles de elegir, a las relaciones menos prximas.

    15 Henrietta O. Ward, Sensible Etiquette of the Best Society, Filadelfia, Porter & Coates, 1878, p. 393; Margaret Deland, "Concerning Christmas Giving", op. cit., p. 1159; Ethel Frey Cushing, Culture and Good Manners, op. cit., p. 287.

  • REGALOS EN DINERO 109 108 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO

    novia" o si el regalo haba sido elegido por la familia de la novia o del novio. 16 La intimidad converta as al obsequio en nico.

    Para marcar la transferencia como un regalo, los donantes necesitaban distinguir sus entregas no slo de un pago o de un legtimo derecho, sino tam-bin de otras entregas desiguales. Las distinciones a veces eran delicadas. Slo ciertas clases de comida, apuntaba un comentarista en The Living Age en 1904, eran apropiadas para hacer un regalo: "Los chocolates y los dulces estn [...] permitidos, e incluso tortas y bizcochos de las clases ms frvolas: pero sera un verdadero atentado al decoro ofrecerle a un amigo algo con lo cual pudiera saciar su hambre o nutrir su cuerpo". 17

    Si bien algunos regalos se acercaban incmodamente a la caridad, otros, como los regalos de Navidad de los empleados a sus empleadores, o de los alumnos a sus maestros, fueron condenados como tributos inadecuados. En 1912 se cre la popular y muy publicitada Society for the Prevention of Useless Giving [Sociedad para Evitar Regalos Intiles] (sPuG) Theodore Roosevelt fue el primer integrante del sexo masculino de la SPUG, para detener las colectas casi compulsivas de las empleadas de las tiendas y de los grandes almacenes con el propsito de comprarles regalos de Navidad a sus superiores. Esos obsequios, declaraban los patrocinadores de la sociedad, no eran regalos sino un chantaje o soborno "tan inevitable para sus vctimas como siempre lo fue cualquier pago a un poltico por parte de un funcionario pblico". 18

    Los fundadores de la SPUG dejaron bien en claro que esos regalos "intiles" no incluan a los autnticos ob-sequios, como "[la] bolsita perfumada de seda pintada a mano para pap, o las almohadillas en forma de tomate de franela roja para los alfileres de un her-

    16 Burton Kingsland, The Book of Good Manners, Nueva York, Doubleday, Page & Com-pany, 1910, p. 227; Lillian Eichler, The New Book of Etiquette, op. cit., p. 78; Emily Post, Etiquette, Nueva York, Funk and Wagnalls, 1922, p. 323.

    17 C. B. Wheeler, "Gifts", en The Living Age, 242, 24 de septiembre de 1904, p. 797. Acerca del

    problema de convertir la comida en un regalo para amigos y no en una limosna para los pobres, vase William Burnell Waits, "The Many-Faced Custom", op. cit., p. 328. Despus de 1920, la industria alimentaria se esforz por promover el regalo de comida. Vase tambin Ralph E Lindner, "Groceries for Christmas Gifts", en Printer's I,ik, 7 de diciembre de 1933, pp. 698 y 699.

    18 Edward Marshall, "Working Girls Bear Brunt of Holiday Giving", en The New York

    Times, 15 de diciembre de 1912, sec. 5, p. 2. La SPUG fue una rama de la National Civic Federation's New York Working Girl's Vacation Savings Funds, que haba sido fundada un ao antes. La organizacin concentr la atencin y recibi muchas alabanzas de polticos prominentes y de lderes religiosos. Un mes despus de su fundacin en el mes de noviem-bre, contaba con dos mil miembros; para el 14 de diciembre, la organizacin, que en sus comienzos era exclusivamente femenina, empez a aceptar hombres. Vase The New York Times, 18 de diciembre de 1912, p. 5.

    mano, ni tampoco otros regalos que surgen del corazn". El "encanto de un re-galo", explicaban los defensores de la SPUG, "reside por entero en el hecho de que lo ofrece un amigo. Debera representar una prueba de generosidad, de un es-fuerzo personal por agradar gracias a una seleccin reflexiva, y ser apropiado". 19

    Para garantizar la igualdad del intercambio y la intimidad de un obse-quio, tanto los donantes como los destinatarios personalizaban cuidadosa-mente los artculos de regalo. Meditar acerca de un obsequio se consideraba el sello distintivo de su excelencia; un regalo deba mostrar "que has pensado en la persona a quien estaba destinado". Un regalo de cumpleaos, opinaba un experto en etiqueta, debera "sugerir un clido apretn de manos, un tierno beso". Por otra parte, un regalo hecho a mano deba llevar los signos tangibles de su donante, incluso los prcticos artculos de confeccin que se hicieron populares despus de 1910 podan ser portadores de "un toque personal", si el regalo demostraba "que el donante realmente se haba tomado el trabajo de descubrir lo que su amigo necesitaba y luego haba tenido la paciencia para encontrar ese artculo en particular"." Las tarjetas para regalos tambin se particularizaron cada vez ms. Mientras que las primeras slo tenan dibujos, despus de 1905 las tarjetas de felicitaciones dejaban suficiente espacio para mensajes escritos a mano y el nombre de quienes las enviaban. 21

    Tambin los destinatarios personalizaron el intercambio de regalos como corresponda. Los expertos en etiqueta prescriban una nota de agradeci-miento escrita de puo y letra, que "se refiriera al regalo de alguna manera, de modo que el donante sintiera que era un mensaje personal y no la repeticin de otros". Las tarjetas impresas eran "descorteses [...] Slo serva una nota personal en un papel de carta personal". La seorita Leslie, en su Behaviour Book de 1859, haba suministrado directivas contundentes acerca de cmo per-sonalizar los regalos; "cuando un artculo se te ofrece para un propsito espe-cfico", afirmaba la seorita Leslie, "es tu deber usarlo para ese propsito, y no para otro, segn el deseo del donante". 22

    19 The New York Times, 4 de diciembre de 1912, p. 2; "Worse than Careless Giving", en Out-look, 21 de diciembre de 1912, p. 883. Vase el editorial de Outlook acerca de la similitud de los regalos obligatorios de las empleadas y los que se hacan a los maestros.

    zo Lillian Eichler, New Book of Etiquette, op. cit., pp. 60 y 61; Catherine D. Groth, "The Giving of Christmas Presents", en Harper's Weekly, 25 de diciembre de 1909, p. 29.

    21 Luna Frances Lambert, "The Seasonal Trade", op. cit., p. 29. 22 Burton Kingsland, Book of Good Manners, op. cit., p. 228; Lillian Eichler, New Book of Eti-

    quette, op. cit., p. 78; Ethel Frey Cushing, Culture and Good Manners, op. cit., p. 292; Eliza Leslie, Miss Leslie's Behaviour Book [1859], Nueva York, Amo Press, 1972, p. 174.

  • REGALOS EN DINERO 111 110 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO

    Pero personalizar los regalos no bastaba. A medida que los regalos se multiplicaban y se monetizaban, el regalo necesitaba corresponder estrecha-mente al grado y tipo de intimidad de una determinada relacin, establecin-dose una distincin entre amigos, distintos parientes o conocidos. Tras reco-nocer que "pocos de nosotros tienen el don de saber qu regalar", los manuales de etiqueta guiaban a sus lectores a lo largo del complejo laberinto social del intercambio de regalos. Consideremos, por ejemplo, las tpicas instrucciones acerca de los regalos de bodas en Correct Social Usage's, de 1905: aunque los muebles para la casa y la ropa blanca eran adecuadamente provistos por los parientes ms prximos de la novia, "los amigos solteros no deban elegir ese tipo de cosas para sus regalos de bodas, ni ningn otro artculo del ajuar". Los conocidos, por su parte, "por lo general slo envan flores". O considere-mos tambin los regalos de cumpleaos para las jvenes muchachas: mientras que la mayor parte de sus amigos les enviaban libros, flores o dulces, sus her-manas o "amigos muy queridos" les podan ofrecer "lencera fina". Las joyas eran apropiadas slo de parte de "parientes cercanos".23

    Los regalos moder-nos eran, por lo tanto, transferencias especficas, muy personalizadas y confi-guradas segn vnculos sociales particulares de parentesco o de amistad, mar-cadas por la intimidad y la igualdad e indicadoras de esa intimidad y de esa igualdad. El mejor regalo implicaba un conocimiento minucioso y afectivo del destinatario y de la relacin. El peor regalo era el regalo indiferente, sobre todo el regalo elegido slo a partir de su precio las personas, como lo expre-saba Harper's Bazar, que "al llegar el tiempo de Navidad dicen: 'Quiero com-prar un regalo de 10 dlares. No me importa qu"'. 24

    Sin duda, esta perspectiva converta al dinero en un candidato poco apto para un regalo apropiado. Cmo poda el dinero definir un vnculo social ntimo e igualitario cuando la misma moneda que se ofreca como re-galo se usaba para toda otra clase de transacciones no igualitarias e imperso-nales: el pago a extraos, las asignaciones de los hijos, la caridad para los indigentes, el tributo a los poderosos? De hecho, como ya hemos visto, el Estado haba trabajado duro y parejo para convertir al dlar en una moneda annima apta para toda clase de transferencias sociales. Adems, el espectro de las relaciones sociales que abarcaban las transferencias se haba multipli-cado, lo cual significaba que la cantidad de distinciones que las personas

    23 Lillian Eichler, New Book of Etiquette, op. cit., p. 75; Corred Social Usage, op. cit., parte 2, p. 518; Lillian Eichler, New Book of Etiquette, op. cit., p. 80.

    24 Margaret Deland, "Concerning Christmas Giving", op. cit., p. 1159.

    hacan por la forma, el modo y el significado de las transferencias tambin se haban multiplicado.

    Poner al dinero en el terreno de los regalos planteaba, por lo tanto, un problema. Otras mercancas un libro, una corbata, una canasta con golosinas navideas, las tarjetas podan, aunque con cierto esfuerzo, marcarse como artculos de regalo. 25 Pero aparte de diferencias en su denominacin, poca o condicin, cmo poda distinguir la gente entre dlares fsicamente idnti-cos? Para algunos era una tarea imposible. De modo significativo, en su Filoso-fa del dinero, Georg Simmel destaca que el dinero es particularmente inade-cuado como regalo. Una suma de dinero con su "total objetividad", arguye Simmel, nunca puede transformarse en "un adecuado mediador en una rela-cin personal". "Un regalo en dinero", explicaba, "distancia y aparta el regalo del donante de una manera indudable". El dinero era el medio adecuado para las relaciones sociales impersonales del mercado, donde "un negocio es un negocio [...] [y] las personas nos resultan por completo indiferentes". Esa es la razn por la cual, sigue argumentando Simmel, "entre gente sensible y refi-nada los regalos que estn destinados a rendirle un homenaje a una persona deben convertir su valor monetario en algo imperceptible". Pero no slo rega-lar dinero era "incompatible con las normas de los crculos ms altos de la so-ciedad"; como observa Simmel, "incluso los sirvientes, los cocheros y los men-sajeros a menudo valoran ms un cigarro que una propina de un valor quizs tres veces superior". 26

    Casi un siglo despus de las observaciones de Simmel, el regalo de dinero se sigue considerando una contradiccin, si no una corrupcin. En The World of Goods, Mary Douglas y Baron Isherwood insisten en la distincin entre efec-tivo y regalo como una cuestin esencial para preservar la frontera crtica en-tre los vnculos comerciales y las relaciones personales. El economista Colin Camerer explica que los regalos "ineficientes", a diferencia del efectivo, repre-sentan una mejor "seal" para informar acerca de la naturaleza de una rela-

    25 Con un libro tenemos muchos aspectos que nos ayudan: el tema, el autor, la calidad de la edicin o las ilustraciones. O, como seala Natalie Zemon Davis, una dedicatoria puede personalizar radicalmente a un libro; "Beyond the Market. Books as Gifts in Sixteenth Cen-tury France", en Transactions of the Royal Historical Society, 5a serie, 33, 1983, pp. 69-88. Acerca del xito de la industria del regalo estadounidense a principios del siglo xix, vase Richard L. Bushman, The Refinement of America, Nueva York, Alfred A. Knopf, 1991, pp. 283-285.

    26 Georg Simmel The Philosophy of Money [1900], trad. de Tom Bottomore y David Frisby, Londres, Routledge & Kegan Paul, 1978, pp. 373, 376, 333, 227, 407 y 269 [trad. esp.: Filosofa del dinero, Granada, Comares, 2003].

  • REGALOS EN DINERO 113

    cin personal duradera. Ms an, observa Camerer, el "sorprendentemente fro" regalo de dinero puede servir para sealar el final de un determinado vnculo social. El dinero, confirma el socilogo David Cheal en su original es-tudio del intercambio de regalos en Winnipeg, es un "regalo simblico infe-rior" porque "no deja traza alguna de las personas de quienes dependen las relaciones personales". No obstante, Cheal descubri que dos tercios de los regalos de bodas que se hacen en Winnipeg son de dinero. Llega a la conclu-sin de que los regalos prcticos como el dinero entran en la "tica econ-mica" del intercambio de regalos, pero, como otros regalos prcticos, quedan en una periferia resbaladiza, incmodamente cerca de los "lmites de la econo-ma del regalo", no del todo dentro del mundo de los regalos. 27

    Los antroplogos, entretanto, nos informan que en ciertas reas rurales de sociedades no occidentales, como los mendi en las mesetas del sur de Nueva Guinea y los merina del centro de Madagascar, el dinero moderno a menudo circula como un legtimo regalo personal o ritual. Parry y Bloch deducen que esto es posible porque su economa se considera an como una esfera regu-lada moral y socialmente, y el dinero moderno todava no es una moneda cen-tral. Hasta que las relaciones monetarias se definan como la anttesis de los vnculos de parentesco y de amistad, ellos sugieren que "no existe nada ina-decuado en regalar dinero para consolidar esos vnculos". 28 Sin embargo, los regalos de dinero tambin crean y mantienen vnculos de intimidad en las economas avanzadas de mercado. De hecho, en Estados Unidos las formas y los significados de regalar dinero parecen haberse multiplicado a medida que

    27 Mary Douglas y Baron Isherwood, The World of Goods, Nueva York, Norton, 1979, p. 58;

    Colin Camerer, "Gifts as Economic Signals and Social Symbols", en American Journal of Socio-logy, 94, supl., 1988, p. 198; David Cheal, The Gift Economy, op. cit., pp. 131, 138 y 122. "'Showing Them You Love Them'. Gift Giving and the Dialect of Intimacy", en The Sociologi-cal Review, 35, 1987, p. 165. Vase tambin P. Webley, S. E. G. Lea y R. Portalska, "The Un-acceptability of Money as a Gift", en Journal of Economic Psychology, 4, 1983, pp. 223-238; Rik G. M. Pieters y Henry S. J. Robben, "Receiving a Gift", en New Directions in Economic Psycho-logy. Theory, Experiment and Application, ed. de S. E. G. Lea, P. Webley y B. M. Young, Chelten-ham, Inglaterra, Edgar Elgar, 1992.

    28 Jonathan Parry y Maurice Bloch, "Introduction. Money and the Morality of Exchange",

    op. cit., p. 9. Vase tambin Rena Lederman, What Gifts Engender, Nueva York, Cambridge University Press, 1986, pp. 231-233; y "Pearlshells in and as Mendi History", artculo presen-tado en el Annual Meeting of the American Anthropological Association, Phoenix, Arizona, noviembre de 1988; Maurice Bloch, "The Symbolism of Money in Imerina", en Jonathan Parry y Maurice Bloch, Money and the Morality of Exchange, op. cit., pp. 165-190; C. A. Gregory, "Gifts to Men and Gifts to God. Gift Exchange and Capital Accumulation in Contemporary Papua", en Man, nueva serie, 15, diciembre de 1980, pp. 648 y 649.

    la vida comercial se expande y que el dinero oficial se vuelve ms uniforme y generalizado.

    Cmo, entonces, se convirti el dinero en un regalo a principios del si-glo xx? La gente era consciente de que representaba una tarea delicada. Como lo reconoca un artculo de la Ladies' Home Journal, aunque el "futuro" del di-nero de Navidad "aventaja por mucho al encantador regalo que nuestro ve-cino est desempaquetando al lado nuestro" la maana de Navidad, "cuando el resto del mundo recibe paquetes adornados con hojitas de acebo y regalos hermosos y tiles con cintas y moos, el dinero simple y sin ornamentos es difcil que suene navideo". 29 Las paradojas de "regalar" dinero no se les es-capaban a los humoristas. Consideremos el siguiente nmero de vodevil de la dcada de 1920:

    L: No est bien que una persona deje la etiqueta con el precio en un regalo, no te parece? ELLA: S, yo conoc a una mujer que era tan distrada que cuando regalaba un billete de 50 dlares para Navidad, trataba de borrarle el precio. [...] Le daba el billete de 50 dlares a su hija casada, y no quera que supiera cunto vala. L: Y qu haca su hija casada con el billete de 50 dlares cuando se lo daban? ELLA: Lo tomaba y pagaba con l lo que le deba al almacenero. L: Y qu haca su madre? ELLA: Su madre lloraba, y deca que aunque le gustaba darle un regalo de Navidad, no le resultaba divertido pagar la deuda de su yerno en el almacn. 30

    Es verdad, no se poda sacar la etiqueta con el precio de un regalo de dinero. Y, por supuesto, un regalo de dinero una vez entregado poda convertirse con facilidad en un pago, gastado de una manera que el donante no imaginaba o no deseaba. El desafo era entonces convertir esa moneda autnoma y social-mente indiferente en un regalo personalizado y con una carga afectiva. Cmo se haca este marcado? Ahora nos ocuparemos de los mtodos para crear di-nero para regalo, lo cual implica: 1) la creacin de una moneda que no circule en otras relaciones sociales y 2) la delimitacin de esa moneda, que incluye va-rias tcnicas relacionadas entre s, como la diferenciacin fsica y simblica de la moneda de curso legal, la separacin de dineros para regalar y la restriccin

    29 "New Ways To Give Christmas Money", op. cit., p. 70. so W. N. McNally, "Season's Greetings", en McNally's Bulletin, 11, Nueva York, William

    McNally, 1925, pp. 79 y 80.

    112 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO

  • 114 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO REGALOS EN DINERO 115

    de su uso. Advirtamos que existe un regalo de dinero en cuatro circunstancias diferenciadas: 1) cuando se recibe dinero concebido como un regalo, 2) cuando el dinero as recibido se deja aparte para su uso en el futuro, 3) cuando un di-nero que no ha sido recibido como regalo se pone aparte para un futuro regalo y 4) cuando se da dinero como regalo a otra persona. Cada una de estas oca-siones plantea sus propios problemas de demarcacin y cada una de ellas ge-nera su propia serie de tcnicas sociales distintivas.

    DINEROS PARA REGALAR

    La "anticuada" norma del siglo xix haba sido clara: los regalos de dinero slo podan hacerse entre parientes cercanos o amigos ntimos. Deplorando la ex-pansin reciente de regalos de dinero, un artculo publicado en 1898 en Ingla-terra por el Spectator corroboraba que un regalo de dinero era digno slo "si exista un vnculo de amor y de afecto naturales, como entre padres e hijos o amigos ntimos". Aunque estos debates a menudo giraban en torno a los prs-tamos de dinero, la distincin entre miembros de la familia o casi parientes, por una parte, y amigos y conocidos por otra, tambin era fundamental para el intercambio de regalos. Con notable coherencia, los manuales de etiqueta esti-pulaban que "no se deba dar dinero" como regalo de bodas "excepto cuando los miembros de las dos familias son antiguos e ntimos amigos"." Lo mismo vala para los bautismos. El padrino del nio, en especial si a ste se le pona su nombre, le daba dinero, pero los otros invitados le llevaban obsequios de plata o joyas. 32 Un regalo de dinero de un amigo cualquiera o de un simple conocido se consideraba de mal gusto, al menos en los crculos de clase media y alta.

    La "regla de los familiares" tena sentido en el contexto de la economa domstica de clase media en el siglo xix. Hasta cierto punto, cualquier transfe-rencia financiera domstica era un regalo de dinero. Los valores afectivos de la familia, despus de todo, se consideraban una esfera privilegiada, no co-

    31 "Gifts of Money", en The Spectator, 81, 13 de agosto de 1898, pp. 206 y 207; Correct Social Usage, op. cit., parte 2, p. 518.

    32 Vanse John Sherwood, Manners and Social Usages, Nueva York, Harper & Brothers, 1884, p. 257; Maud Cooke, Social Etiquette, Boston, 1896, p. 317; Walter C. Green, A Dictionary of Etiquette, op. cit., p. 88. Hacia 1920, segn Lillian Eichler, New Book of Etiquette, op. cit., pp. 2 y 3, "haba desaparecido" la costumbre de que los amigos le trajeran regalos de plata al beb y, en cambio, "hoy en da se le envan flores a la madre, si uno es un amigo ntimo, y quizs algo de ropa fina para el nio".

    mercial, inmune a los intereses instrumentales del mercado. Una vez que el salario de un esposo cruzaba el umbral domstico se transformaba y se distri-bua entre la esposa y los hijos como un regalo, no como un pago.

    Pero como a principios del siglo xx las formas de hacer regalos se multi-plicaron, el dinero para regalar dej de ser slo una moneda domstica; las tarjetas para el dinero navideo se enviaban ahora tambin a amigos y parien-tes lejanos. Aparecieron nuevas formas de dinero para regalar, como propinas para los obreros o bonificaciones navideas para los empleados. Ms an, como hemos visto, el regalo de dinero en las familias se convirti en un tema muy debatido: el mtodo tradicional de que el marido les asignase dinero a su esposa y a sus hijos como "un regalo y una satisfaccin" fue atacado con vehe-mencia como injusto y degradante. "Se le hace sentir a la mujer", se quejaba Susan B. Anthony, "que [el dinero] es un regalo y no algo que le corresponde en realidad, sus propias ganancias". 33

    A medida que se creaban nuevas mo-nedas domsticas bajo la forma de derechos legtimos ms que de regalos las asignaciones para el mantenimiento del hogar para las esposas, las asignacio-nes para la educacin de los hijos, el dinero para regalar se diferenciaba de otras transferencias domsticas y se marcaba para la creacin, la celebracin y la conservacin de los vnculos ntimos. El regalo de una moneda de oro a un nio, por ejemplo, se consideraba aparte de la asignacin de ese nio.

    Como una moneda con valor afectivo, el dinero para regalar se convirti en el dinero de las mujeres. Salir a comprar regalos se transform en una nueva tarea, fundamental y exigente de la moderna ama de casa. Y planteaba un di-lema financiero adicional para las esposas sin un peso. Aunque los expertos en presupuestos domsticos alentaban la inclusin de un fondo privado para cada miembro de la familia por separado, "sin interferencias y sin controles", que poda ser usado en parte para hacer regalos, las mujeres se quejaban a menudo de que sus asignaciones para el mantenimiento del hogar les dejaban muy poco dinero extra. Las mujeres casadas, observaba una escritora en Harper's Ba-zar en 1901, carecan del "privilegio de poder hacer regalos". "El pequeo re-galo que hubiera querido enviarle a una amiga E...] o una pequea sorpresa para los nios", sealaba otra analista de las finanzas domsticas, "deba de-jarse pasar muchas veces con un nudo en la garganta". Supuestamente induca a algunas mujeres al hurto, a robar en los grandes almacenes "cintas o puntilla para adornar la ropa de sus bebs E...] o a menudo pequeos regalos para [sus

    33 Susan B. Anthony, "Men and Women. Their Province in the Household", en Indepen-

    dent, 54, 8 de mayo de 1902, p. 1126.

  • 116 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO REGALOS EN DINERO 117

    maridos]". O, como el caso de una mujer de mediana edad que rob un mantel de 50 dlares en una tienda, y cuando la descubrieron explic "entre lgrimas [...] que lo quera para hacerle un regalo de bodas a su hija". 34

    Con poco dinero personal, las esposas se encontraban de continuo en el peculiar aprieto de tener que pedirles a sus maridos un dinero adicional para regalos, el cual, por supuesto, iba a ser usado en parte para comprar el regalo del propio marido. Para empeorar el asunto, el dinero para regalos que no haba sido ganado se consideraba una moneda menos valiosa que el dinero ganado gracias a un trabajo independiente. En consecuencia, a principios del siglo xx muchas mujeres casadas que se mantenan fuera del mercado laboral estable comenzaron a tomar trabajos temporarios slo para ganar su propio dinero de Navidad. Incluso cuando se trataba de los hijos, los consejeros de economa domstica, advirtiendo que "el regalo que no nos cuesta nada tiene poco valor", estimulaban a las madres a que hicieran que sus hijos "ganaran el dinero, o al menos una parte, para comprar sus regalos de Navidad". Las mu-jeres no eran slo compradoras de regalos, sino tambin vendedoras de rega-los; la mayora de las nuevas tiendas de regalos en la dcada de 1910 al pare-cer eran administradas por "mujeres cultas y encantadoras". 35

    El dinero para regalos era el privilegio de los prsperos? Despus de todo, los manuales de etiqueta y las revistas femeninas estaban dirigidos en primer lugar a un pblico de clase media y alta, y orientaban la economa so-cial de las personas acomodadas. Despus de pagar la comida, el combustible, el alojamiento y otros artculos de primera necesidad, a las familias de clase obrera les quedaba poco efectivo discrecional para regalos. Sin embargo, aun-que no tenemos pruebas contundentes, parecera que los inmigrantes de clase obrera, para quienes las remesas de dinero a sus parientes en el extranjero re-presentaban un hecho cotidiano, y la presin por sobrevivir en el nuevo pas, una necesidad inmediata, a pesar de todo marcaban de una manera habitual dinero para regalos. En los presupuestos de la clase obrera aparece una cate-

    34 Margaret Hamilton Welch, "The Wife's Share of the Income", en Harper's Bazar, 34, 6 de abril de 1901, pp. 92 y 93; Alice Ives, "The Domestic Purse Strings", en Forum, 10, septiembre de 1980, p. 108; "Husband Who Makes His Wife a Thief", en Ladies' Home Puma!, 32, 1915, p. 16; Alvin F. Harlow, "When Lovely Woman Stoops to Stealing", en Collier's, 76, 22 de agos-to de 1925, p. 10.

    35 Ernestine P. Swallow, "Children's Christmas Giving", op. cit., p. 659; Lilian M. Osgood, "Gift Shops", en The House Beautifid, 33, diciembre de 1912, p. 21. Vase tambin Estelle Lam-bert Matteson, "The Many Happy Returns' Shop", en Woman's Home Companion, 39, octubre de 1912, p. 28. Acerca de las mujeres que se ganaban su propio dinero de Navidad, vase William Burnell Waits, "The Many-Faced Custom", op. cit., pp. 146-150.

    gora aparte para regalos etiquetada especficamente como "regalos de amis-tad", diferencindose de prstamos, contribuciones a la iglesia o donaciones para obras de caridad. Un estudio realizado a principios del siglo xx de los presupuestos de los asalariados en la ciudad de Nueva York arroj como re-sultado que mientras los estadounidenses nativos y los grupos de inmigrantes "americanizados" destinaban una mayor cantidad de sus ingresos para sus gastos y recreacin personales, las familias nacidas en el extranjero gastaban ms en sus contribuciones religiosas y en regalos a amigos. 36 Y cada vez aho-rraban ms dinero en sus casas o en cajas de ahorro especiales con el fin exclu-sivo de gastarlo en la compra de regalos para las fiestas. El regalo de dinero representaba una parte importante del intercambio de regalos de los inmi-grantes, no slo los dlares de Navidad que despachaban cada diciembre a sus familias en su pas natal, sino tambin regalos de dinero enviados a pa-rientes para sus onomsticos, Pascua, bodas y otras celebraciones. En sus car-tas a sus casas, los inmigrantes polacos distinguan con claridad sus rublos navideos y otros regalos personales de dinero de las remesas que no consti-tuan un regalo, del dinero para los pasajes en barco, los prstamos, las contri-buciones a la iglesia o una donacin para una misa. 37

    Contamos con una documentacin particularmente rica con respecto a los inmigrantes judos. Los judos, en su mayor parte pertenecientes a la clase obrera, tenan una tradicin de larga data de incorporar el dinero a su vida reli-giosa y social, incluido el hecho de regalar dinero. Una notable investigacin de los textos sagrados judos y de fuentes literarias identifica unas setecientas cate-goras de dinero diferentes en un sentido social o religioso tomadas de distintos lugares o momentos de la historia juda. Este yiddishe gelt (dinero judo) abarca

    36 Louise Bolard More, Wage-Earner's Budgets, Nueva York, Henry Holt and Company, 1907, p. 104. Vase Kathy Peiss, Cheap Amusements, Filadelfia, Temple University Press, 1986, p. 30. Acerca de los presupuestos de familias de clase obrera que incluyen regalos, vase William C. Beyer y otros, Workingmen's Standard of Living in Philadelphia, a report by the Phi-ladelphia Bureau of Municipal Research, Nueva York, Macmillan Co., 1919, p. 85; Louise Marion Bosworth, The Living Wage of Women Workers, Nueva York, Longmans, Green and Co., 1911; Daniel Horowitz, The Morality of Spending, Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1985, p. 121. Habra que analizar ms profundamente el lmite preciso entre prstamos y "regalos de amistad" entre parientes, amigos y vecinos de la clase obrera.

    37 Vase W. I. Thomas y Florian Znaniecki, The Polish Peasant in Europe and America [1918-

    19201, Nueva York, Dover, 1959, pp. 358, 404, 433 y 438. Vase tambin Walter D. Kamphoef-ner, Wofgang Helbich y Ulrike Sommer, News from the Land of Freedom. German Immigrants Write Home, Ithaca (NY), Cornell University Press, 1991, pp. 471 y 559; Sophonisba P. Breckin-ridge, New Homes for Old, Nueva York, Harper and Brothers, 1921, p. 86; Elsa G. Herzfeld, Family Monographs, Nueva York, James Kempster Printing Co., 1905, p. 58.

  • 118 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO

    desde la moneda domstica, el knipl de la esposa o sus ahorros secretos, el di-nero para gastos personales del hijo, el pushke o dinero separado para obras de beneficencia en "pushkes" especiales, o cajitas de caridad, hasta el dinero para las fiestas: el maot hittim o dinero de Psaj destinado para las necesidades de los pobres en las fiestas, el Januc gelt, el Purim gelt, el dinero de Rosh Jodesh (nuevo mes) ofrecido a un maestro como un adicional a su paga, y una multitud de di-ferentes dineros relacionados con ritos de pasaje, que incluyen el "dinero del bao", entregado por el padrino de un nio cuando se lo baa la noche antes de su circuncisin; el pidyon haben, o redencin del primognito varn, treinta das despus de su nacimiento, cuando el padre del nio le entrega al kohen (sacer-dote) cinco monedas de plata como rescate simblico a Dios; mltiples dineros de bodas, como pagos especiales para quienes acompaaban a la pareja al jup o palio de bodas; las monedas arrojadas a la pareja bajo el palio, de oro y de plata entre los ricos, kopeks entre los menos pudientes (el dinero era recogido por los pobres); el dinero entregado al jazn o solista por el vaso que rompe el novio durante la ceremonia del matrimonio; "el dinero del velo" que se le da a la novia despus de que se le cortan los cabellos y se le coloca un velo o un pos-tizo sobre la cabeza para marcarla como una mujer casada, y, por ltimo, el "dinero del entierro" entregado a la sociedad funeraria para las personas que acompaaban el cuerpo y rezaban antes del entierro; "el dinero de la mortaja" para los pobres, el "dinero del izkor" u ofrendas de caridad que se dan despus del recitado del izkor, una plegaria en memoria de los muertos. Existan tam-bin distinciones monetarias morales: entre "kosher" y "no kosher" o dinero deshonesto por ejemplo, las ganancias de una prostituta no se podan utilizar con fines religiosos; o el marcado mgico, como el dinero del mikvah que le da-ban a los pobres las mujeres que regresaban de su bao ritual para la buena fortuna, o las monedas "de la suerte" que se ponan en el bolsillo de un vestido o en una cartera nuevos. El dinero para la "caridad" se distingua del dinero que se ahorraba o del dinero para las mazel tov (felicitaciones). Y dentro de las sinagogas tradicionales, los judos se dedicaban al shnuddering: a invitar a los fieles a ofrecer dinero (a veces como una subasta) por el honor de participar en el ritual, como el privilegio de ser llamado para leer la Tor. 38

    38 Itzhok Rivkind, Yiddishe Gelt. A Lexicological Study, Nueva York, American Academy for

    Jewish Research, 1959, pp. 113, 190, 155, 102-107, 189, 190, 237, 40,188, xxii, xxiii, 54, 277, 93, 287, 120, 131, 177, 190 y 149. Mil

    gracias a Mildred Teicher por traducir partes de este texto del yidis al ingls. Acerca de las prostitutas, vase Deuteronomio 23, 19, con el comentario de J. H. Hertz (ed.), The Pentateuch and Haftorahs, 2a ed., Londres, Soncino Press, 1977, p. 848, n. 19. Acerca del dinero knipl, vase Weinrich Yiddish Dictionary, Nueva York, McGraw Hill, 1968, p. 418, y acerca

    REGALOS EN DINERO 119

    Sabemos muy poco acerca de cuntas de estas distinciones monetarias perduraron entre los inmigrantes judos en Estados Unidos y de qu maneras. A veces las formas tradicionales de regalar dinero deben haberles creado con-flictos a los inmigrantes recin llegados, como en el caso del nefito que escri-bi a la seccin Bintel Brief (cartas al editor) del Jewish Daily Forward en 1906, para preguntar cmo gastar parte de sus primeras ganancias en Estados Uni-dos. Antes de irse de Rusia, explicaba, le haba prometido a su padre ciego "que le iba a enviar el primer dinero que ganara en Amrica". Pero ahora, te-meroso de que su trabajo no fuera duradero, necesitaba un consejo: "Le debo enviar a mi padre unos pocos dlares para la Pascua, o debera quedarme ese dinero para m?". Se le aconsej que le enviara el dinero a su padre. 39

    Claramente, el dinero para regalar no era una moneda extica o anmala en la vida social juda. Y, como lo muestra la cantidad de remesas o de transfe-rencias de dinero al extranjero, la compleja diferenciacin de las distintas clases de dinero no era exclusiva de los judos. Otros grupos de inmigrantes tambin marcaban sus celebraciones religiosas y familiares bodas, bautismos y prime-ras comuniones con regalos de dinero. Consideremos los regalos de bodas. En el Lower East Side de Nueva York, a principios de siglo, el dinero o algn ar-ticulo til para el hogar eran los regalos ms frecuentes en las bodas de italianos y tambin de judos. Y lo mismo en las bodas de polacos. Sophonisba P. Bre-ckinridge registra en su estudio de la vida de los inmigrantes en la dcada de 1920 la costumbre popular polaca de "comprar" un baile con la novia mediante un regalo de dinero. La prctica, nos informa, a veces conduca a excesos: "Los hombres dividan sus regalos en pequeas partes y pedan muchos bailes con la novia, a menudo ocasionndole [...1 un serio cansancio". En otras bodas po-lacas, una mujer mayor o una de las nias del cortejo pasaba una fuente para juntar dinero, y a veces se prendan billetes con alfileres en el vestido de la no-via, o tambin poda suceder que se juntara dinero de los invitados del sexo masculino que trataban de romper platos resistentes arrojndoles dlares de plata. El regalo de dinero en las bodas serva en parte para financiar la boda y tambin le permita a la nueva pareja reunir algunos ahorros. Breckinridge su-

    del shnuddering, vase Ewa Morawska, Insecure Prosperity. Small-Town Jews in Industrial America, 1880-1940, Princeton (NJ), Princeton University Press, 1996, y Charles W. Smith, Auctions. The Social Construction of Value, Nueva York, Free Press, 1989, p. 13. En relacin a cmo fue abolida por la modernizacin de las sinagogas ortodoxas, vase Jenna Weissman Joselit, "Of Manners, Morals, And Orthodox Synagogue", en Jeffrey S. Gurock, Ramaz, School, Conununity, Scholar-ship, and Orthodoxy, Hoboken (NJ), Ktave Publishing House, 1989, pp. 30 y 31.

    39 Isaac Metzker (ed.), A Bintel Brief, Nueva York, Schocken Books, 1971, p. 37.

  • REGALOS EN DINERO 121 120 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO

    giere, sin embargo, que la segunda generacin de inmigrantes puede haberse sentido menos cmoda y quizs incluso avergonzada con el regalo de dinero. 40

    Tambin en la economa domstica de la clase obrera las mujeres eran las principales donantes de regalos, las que ponan dinero aparte para las transfe-rencias especiales relacionadas con el parentesco o la amistad. Parece que fue-ron las mujeres quienes por lo general depositaban dinero en las cuentas de los clubes navideos y, junto con sus hijos, en los fondos de los Penny Provi-dent administrados por organizaciones benficas y a menudo reservados como fondos para las vacaciones. Los hombres de clase obrera, por su parte, ideaban sus propias formas de regalar; se supone que a fines del siglo xix en los bares los hombres invitaban a sus compaeros a beber una ronda de cer-veza como smbolo de solidaridad y camaradera."

    El dinero para regalar era, por lo tanto, una moneda distinta marcada para amigos y parientes, que reforzaba la intimidad de ciertos vnculos socia-les. El dinero como regalo era problemtico justamente por el deseo de mos-trar un conocimiento ntimo y lleno de afecto del destinatario y de la relacin, que hasta cierto punto se contradeca con la impersonalidad de otros escena-rios y otras relaciones propios de las transferencias monetarias. Veamos ahora cmo estos principios funcionaban en tres situaciones que implican relaciones sociales cada vez ms delicadas: las bonificaciones navideas, las propinas y los regalos durante el noviazgo.

    BONIFICACIONES Y PROPINAS

    Algunos regalos de dinero se convertan en cuestiones delicadas porque te- nan lugar en los lmites entre relaciones de significados muy distintos. Vea- mos, en primer lugar, qu suceda cuando se regalaba dinero fuera de la red de

    413 Sophonisba P. Breckinridge, New Homes for Old, op. cit., pp. 102 y 103. Vanse tambin Eli-zabeth Ewen, Immigrant Women in the Land of Dollars, Nueva York, Monthly Review Press, 1985, p. 237; Eugene E. Obidinski y Helen Stankiewicz Zand, Polish Folkways in America, Lanham (MD), University Press of America, 1987, pp. 91 y 92; Marian Mark Stolarik, Immigration and Urbanization. The Slovak Experience, 1870-1918, Nueva York, AMS Press, 1989, p. 98; Margaret E Byington, Homestead [1910], Pittsburgh, University of Pittsburgh Press, 1974, pp. 149 y 150; Caroline E Ware, Greenwich Village, 1920-1930 [1935], Nueva York, Harper and Row, 1965, p. 366.

    41 Acerca de la costumbre de convidar, vase Roy Rosenzweig, Eight Hours for What We Will. Workers & Leisure in an Industrial City, 1870-1920, Nueva York, Cambridge University Press, 1983, pp. 57-64. Acerca de cmo los inmigrantes judos adoptaron la costumbre de convidar, vase Andrew R. Heinze, Adapting to Abundance, op. cit., p. 122.

    los vnculos ntimos. A principios del siglo xx la expansin de la economa de los regalos gener una categora diferente de moneda para regalar, como las bonificaciones navideas y las propinas, que cautivaron, confundieron y a ve-ces enojaron a donantes y destinatarios. A diferencia de los regalos de dinero para parientes y amigos, esta moneda se entregaba en transferencias ms bien impersonales y claramente desiguales, de empleador a empleado, de cliente a servidor. Y, no obstante, tampoco era la misma moneda que se usaba para sueldos y salarios; la transferencia era legalmente optativa, entregada de una manera informal; su cantidad, no especificada, variable y arbitraria. Esta mo-neda poda considerarse como un regalo? Qu clase de relacin marcaba en-tre el donante y el destinatario?

    Consideremos las bonificaciones navideas. El 23 de diciembre de 1913 los titulares de The New York Times informaban que, slo en Chicago, ese ao los bancos y las grandes corporaciones industriales iban a distribuir ms de un milln de dlares en regalos de Navidad para sus empleados. Estas entregas navideas eran de muchas clases. Tomemos, por ejemplo, el regalo que hizo Montgomery Ward a cada uno de sus 7.500 empleados en Chicago, Nueva York y otras ciudades de una "cena de Navidad y una canasta con un pavo y otros adicionales". O las monedas de oro de 5 dlares ofrecidas por Swift. Una Brooklyn Company celebr sus 50 aos gastando ms de un milln de dlares para regalarles seguros de vida a sus empleados para Navidad, mientras que otra compaa don dinero en efectivo para los fondos de jubilacin de sus empleados y su asociacin para subsidios por enfermedad. La New Orleans Railway Company convirti a la Navidad en un da de "qudate con el vuelto" para sus cobradores, ofrecindoles tambin un porcentaje de los pasa-jes vendidos ese da.

    Los empleadores encontraron ingeniosas formas de marcar sus regalos de Navidad como una transferencia distinta de un pago ordinario. En el siglo xix lo hicieron regalando en especies: pavos, relojes o dulces, e incluso monedas de oro. Tambin hicieron especiales las entregas navideas, fueran en especies o en dinero, distribuyndolas con una celebracin especial para todos los em-pleados. En algunos casos, sealaba un testigo, los regalos se distribuan con una "cortesa tan formal y saludos personales" que por un "breve lapso" la oficina se transformaba "en una sala de recepcin con un anfitrin y sus invitados".42

    A las empleadas, los peridicos femeninos les aconsejaban reco-

    42 Ralph D. Paine, "Christmas in Business Life", en The World's Work, 7, diciembre de

    1903, p. 4244. No encontr ninguna aproximacin sistemtica a los cambios en los sistemas

  • 122 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO

    nocer "el espritu amable que se esconde tras un regalo" y las alentaban a trans-mitir a sus superiores el "aprecio por lo que la empresa les brindaba". Algunas empleadas lo hacan, como las vendedoras de las grandes tiendas que, segn un informe, "enviaban decenas de cartas a la oficina del gerente, contndole lo que haban hecho con el 'fondo navideo', y hacindole saber que las bonifica-ciones para las fiestas [...] representaban para ellas ms que sus salarios". 43

    Pero los empleadores entraron en un terreno resbaladizo al empezar a hacer regalos de dinero. The New York Times informaba que mientras muchas empresas en 1913 todava adheran a "la costumbre consagrada por la tradicin de ofrecer pavos y monedas de oro de distintos valores", haba un nmero creciente de corporaciones que ofrecan "planes de participacin en las ganancias organiza-dos sobre la base sistemtica de la remuneracin por antigedad" o bonifica-ciones en efectivo. Ya en 1902, J. P. Morgan & Co. haba batido todos los rcords al darle a cada uno de sus empleados el salario completo de un ao como pre-sente de Navidad. Los regalos en efectivo se fueron haciendo cada vez ms co-munes, calculados como un porcentaje del salario. En 1911 una bonificacin del 10% se consideraba "generosa". Algunos bancos llegaron a sustituir el regalo de Navidad por un aumento del salario por mritos el primer da del ao.

    La mayor parte de los empleadores, de todos modos, continuaban prefi-riendo considerar la bonificacin como un regalo discrecional; despus de todo, esa costumbre de "recordar a los trabajadores" les era til para supervi-sar y regular la productividad de los empleados como tambin para asegu-rarse su lealtad. De hecho, contamos con informacin de que la primera boni-ficacin navidea en efectivo de Woolworth (5 dlares por cada ao de servicio, con un lmite de 25 dlares) fue pensada para compensar los salarios ms altos de la competencia y evitar que las vendedoras hicieran huelga. Es probable que fuera tambin una forma ms barata de pagar las horas extras; alrededor de 1910 una vendedora de 25 aos que trabajaba en una gran tienda de Nueva York le cont a un inspector de la National Consumer's League que en la semana previa a la Navidad "ella trabaj de pie ms de 14 horas por da [...] Les dolan tanto los pies por estar paradas durante perodos de tiempo tan

    de retribucin en Estados Unidos. Este tema ofrece una gran oportunidad para la investiga-cin y la sntesis.

    43 Anna S. Richardson, "For the Girl Who Earns Her Own Living", en Woman's Home

    Companion, 32, diciembre de 1905, p. 27; Ralph D. Paine, "Christmas in Business Life", op. cit., p. 4243.

    44 The New York Tintes, 23 de diciembre de 1913, p. 1; 13 de diciembre de 1911, p. 20; 22 de

    diciembre de 1909, p. 1.

    REGALOS EN DINERO 123

    prolongados que algunas de las muchachas no almorzaban para poder darse [...] un bao de pies". Por esas horas extras la tienda les daba 20 dlares "que les presentaban no como un pago, sino como un regalo de Navidad".

    Es significativo que mientras algunas empresas les ofrecan una bonifica-cin a todos sus empleados, otras hacan depender el regalo de Navidad de la antigedad o de la eficiencia del trabajador. O de un uso apropiado de la boni-ficacin por parte del trabajador; en la Navidad de 1914 un gran molino hari-nero de Minepolis le dio a cada uno de sus empleados un cheque de 25 dla-res para ser depositado en una caja de ahorro, de otro modo, el cheque careca de valor.45

    Pero el parecido con otras formas de pago alentaba a los destinatarios a considerar la bonificacin como un derecho legtimo, y a presionar para que ese ingreso adicional se definiera como tal. Ya en 1903 un informe acerca del papel de la Navidad en la vida de los negocios deploraba que algunos em-pleados tuvieran "la costumbre de considerar este 'presente' como parte de su ingreso", ya que de esta manera se perda el "sabor de las fiestas". Demasia-das obreras, se lamentaba de una manera similar Woman's Home Companion en 1905, "reciben esta recompensa voluntaria de la empresa como un derecho". 46

    Era cada vez ms difcil distinguir el efectivo navideo del salario. La per-sonalizacin de un regalo de dinero de un empleador a un empleado era dif-cil de sostener cuando la entrega se haba estandarizado y se contaba con ella. Hacia 1950 la bonificacin navidea perdi oficialmente su categora de re-galo: cuando una firma anunci una reduccin de su bonificacin navidea anual como una manera de solventar el gasto de ofrecer un nuevo y costoso plan de jubilaciones, el sindicato trat de negociar la bonificacin para las fies-tas de los empleados. Despus de que la empresa se neg a negociar, el sindi-cato recurri al National Labor Relations Board. El consejo determin que la bonificacin navidea ya no deba considerarse un regalo discrecional del em-pleador, sino un componente del salario negociable y con el que se poda con-tar. Aunque un miembro del consejo en disenso protest diciendo que "un genuino regalo de Navidad no poda ponerse sobre la mesa de negociacio-

    45 The New York Times, 23 de diciembre de 1914, p. 7; Sue Ainslie Clark y Edith Wyatt, Making Both Ends Meet, Nueva York, Macmillan, 1911, pp. 5 y 6; Theodore D. MacGregor, The Book of Thrift, Nueva York, Funk & Wagnalis, 1915, pp. 140 y 141. Acerca de la poltica de bonificaciones de Woolworth, vase John K. Winlker, Five and Ten, Nueva York, Robert McBride & Company, 1940, pp. 123 y 124.

    46 Ralph D. Paine, "Christmas in Business Life", op. cit., p. 4243; Anna S. Richardson, "For the Girl Who Earns Her Own Living", op. cit., p. 27.

  • 124 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO REGALOS EN DINERO 125

    nes", hubo un acuerdo general acerca de que la bonificacin ya no era un pre-sente sino una categora de pago separada del cheque del sueldo habitual. 47

    Dar una propina implicaba una interaccin social an ms difcil, confusa y a veces hostil entre el donante y el destinatario. Una propina, a diferencia de una bonificacin, no era un regalo de Navidad; era una entrega profana, que se haca durante todo el ao y que ataa a una cantidad de grupos en una gran variedad de intercambios sociales. Para algunas personas, la propina era un regalo, el complemento afectivo del salario, una transferencia singular de dinero que personalizaba los intercambios comerciales; "me permite mos-trar", explicaba un comentarista en The Atlantic Monthly en 1911, "una capaci-dad de fraternidad, buena voluntad, sentimientos y compromiso que no puede medirse". Pero para otros la propina era una burda corrupcin del re-galo, un soborno mercenario de un extrao para pagar un servicio personal, "la sonrisa del camarero o para evitar una mirada terrible". La prueba, arga William R. Scott en The Itching Palm, una investigacin acerca de la propina, era que a quienes daban propinas "no se les ocurrira ofrecerle dinero a un amigo o se sentiran insultados si uno les ofreciera dinero a ellos". 48

    Este no era un desacuerdo aislado. A principios de 1900, cuando dar pro-pina se estaba volviendo cada vez ms popular, se suscitaron grandes contro-versias morales y sociales. Las Legislaturas de los estados hicieron esfuerzos a lo largo de todo el pas, algunos exitosos, para abolir las propinas y convertir-las en una falta punible. En innumerables editoriales de peridicos y en ar-tculos de revistas, en libros de etiqueta e incluso en los tribunales, las propi-nas se estudiaron en detalle con una mezcla de curiosidad, diversin y ambivalencia, a veces incluso con abierta hostilidad. Cuando, en 1907, el go-bierno sancion oficialmente las propinas al permitir que los oficiales comisio-nados y los hombres alistados en la Marina de Estados Unidos incluyeran las propinas como parte del vale para sus gastos de viaje, la decisin se denunci

    47 Niles-Bement-Pond Company and Amalgamated Local No. 405, International Union,

    United Automobile, Aircraft & Agricultural Implement Workers of America, dio, 29 de noviembre de 1951, en Decisions and Orders of the National Labor Relations Board, 97, Washing-ton DC, Govemment Printing Office, 1952, p. 172. Vase tambin James H. Bamett, The Ameri-can Christmas, op. cit., pp. 93-95; William Burnell Waits, "The Many Faced Custom", op. cit., pp. 387-392.

    48 "Tips", en The Atlantic Monthly,108, diciembre de 1911, p. 857; "Tipping", en Living Age,

    257, 23 de mayo de 1908, p. 509; William R. Scott, The Itching Palm, Filadelfia, Penn Publishing Co., 1916, p. 119. Como lo sugieren las palabras "pourboire" y "trinkgeld", la propina era un circulante marcado desde el comienzo, destinado a comprarle bebidas al sirviente.

    como la aprobacin ilegtima de una conducta corrupta." Peridicamente se hacan convocatorias para organizar ligas contra la propina.

    Por qu la propina era un regalo tan problemtico? Despus de todo, implicaba poco dinero. En parte, era simplemente un fastidio, difcil de calcu-lar e incmodo de entregar. La etiqueta de la propina se volvi cada vez ms compleja, brindando instrucciones no slo con respecto a cunto dar, sino a quin dar, cundo dar y cmo dar. Pero dar una propina presentaba un enigma ms fundamental: se ubicaba de una manera crtica en el lmite de otras transferencias diferentes, no era del todo un pago, ni del todo un so-borno, ni del todo caridad, pero tampoco era del todo un regalo. La confusin se extenda a los efectos que ejerca una propina en la relacin entre quien la daba y quien la reciba.

    Algunos comentaristas no tenan problema en considerar las propinas como otra versin de los modernos regalos de dinero, y presentaban de una manera sentimental el "encanto y la poesa de una relacin personal". Dife-rente de un pago, la propina, como lo explicaba un experto en etiqueta, serva para "recordar" a quienes "prestaban servicios personales". De hecho, segn Scott, muchos tribunales declararon inconstitucionales las leyes contra las propinas porque interferan en la libertad para hacer regalos que estableca el derecho consuetudinario. 50

    Los crticos de la propina objetaban que no poda ser un regalo si el do-nante casi no conoca al destinatario. Mediante la distincin entre "el tributo de amistad" ofrecido en Navidad "a los servidores fieles y largamente proba-dos" y la "perniciosa costumbre" de regalar dinero a "personas que no tienen derecho alguno a la generosidad [del donante]", un editorial de The New York Times denunciaba a la propina como "un soborno intil". 51 Peor an, dar pro-pinas generaba falsas demostraciones de inters: "Un decepcionante desplie-gue de amistad que en cualquier momento se puede dejar de lado" menosca-bando as "la posibilidad de una amistad genuina". El difundido inters en la

    48 "The Reclamation of the Tip", en Outlook, 87, 26 de octubre de 1907, p. 373; "Tip and Tipping", en Outlook, 87, 16 de noviembre de 1907, p. 593. En 1912 el Departamento del Teso-ro permiti que sus funcionarios y empleados incluyeran propinas a los sirvientes del hotel, a los changadores del ferrocarril y a los camareros de los barcos en sus gastos de viaje; vase The New York Times, 30 de octubre de 1912, p. 12. Acerca de los estatutos contra la propina, vase Mississippi Laws 1912, cap. 136, sec. 4. Para una discusin acerca de las leyes de otros estados contra la propina, vase William R. Scott, The Itching Palm, op. cit., pp. 122-143.

    88 "Regulating Tips", en Scribner's Magazine, 45, febrero de 1909, p. 252; Walter C. Green, A Dictionary of Etiquette, op. cit., p. 170; William R. Scott, The Itching Palm, op. cit., p. 126.

    51 "Foolish Christmas Giving", en The New York Times, 28 de diciembre de 1910, p. 8.

  • REGALOS EN DINERO 127 126 EL SIGNIFICADO SOCIAL DEL DINERO

    corrupcin poltica en la poca converta a las propinas en sospechosas rpli-cas de otras transferencias que implicaban corrupcin, y eran inmerecidas, in-justificadas e ilegtimas. "El regalo de una moneda de 25 centavos a un cama-rero como propina", explicaba un comentarista, "es una transaccin insensata porque el benefactor no recibe nada a cambio, nada de una sustancialidad equiparable". Adems, era ms probable que el dinero inmerecido se dilapi-dara: "las ganancias anormales", apuntaba un escritor en The Law Quarterly Review, "producen derroches anormales; y darle a cualquier persona una re-muneracin que excede el valor econmico de sus servicios es perturbar su estima por el valor del dinero". 52

    Incluso cuando no representaba una corrupcin moral, se denunciaba a la propina como socialmente degradante. Algunos crticos se preguntaban qu clase de regalo era si humillaba a su destinatario. "Nosotros no creemos", de-claraba el editor de Harper's Monthly Magazine en 1913, "que sea posible para un hombre que se gana honestamente la vida tomar un dinero que no ha ga-nado sin padecer lo mismo que el mendigo al recibir una limosna". Desde el momento en que el destinatario no es un indigente, darle una propina es, de hecho, peor que una limosna, "una burda y ofensiva caricatura de la miseri-cordia [...] una maldicin tanto para el que da como para el que recibe". 53

    De este modo, a diferencia de los regalos entre parientes o amigos, las propinas indicaban una distancia y desigualdad entre el donante y el destina-tario. Los crticos argan: Qu puede esperarse de esta costumbre "que no es americ