z-el dorado musical jesuita - programa y notas

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Page 1: Z-El Dorado Musical Jesuita - Programa y Notas

Programa 3: Jueves 14 de octubre

El Dorado musical jesuita La música como encantamiento en la utopía misional americana

ESTUDIO MUSICANTIGUA UC e invitados Dirección: Gina Allende – Sergio Candia

Transcripción y edición musical: Dr. Víctor Rondón Este programa es un homenaje a las resonancias musicales del proyecto misionero jesuita en la colonia, con un recorrido sonoro por el imaginario de los miembros de la Compañía, que desplegaron una poética musical viajera por los confines del mundo entonces conocido. En las obras –transcritas y editadas en su mayoría por el músico e investigador Víctor Rondón- es fácil reconocer la matriz formal de la sonata, el concierto y la cantata italiana. Este repertorio afincó en tierras americanas como una herramienta elocuente, persuasiva y “dulce” para el logro de lo que el historiador Fernando Mires ha denominado “la colonización de las almas”. Cierran el concierto las canciones catequéticas del padre Havestadt, inventadas y enseñadas en las tierras mapuches del sur chileno, un último giro en el movimiento infinito de la imaginación entre geografías y tiempos distintos, Europa y América, ayer y hoy.

I. Música para las misiones imaginadas

FRIEDRICH SPEE von LANGENFELD (1591–1635) Als in Jappon - Im grünen Wald Trutz Nachtigal, Alemania, 1649

II. Música para las misiones de la selva

JOSÉ DE ANCHIETA S.J. (1534-1597) Venid a suspirar con Iesú amado Misiones en Brasil / Cancionero de Elvas, Portugal ANÓNIMOS (ca. 1750) Zuipaquî, Santa María Misiones de Chiquitos, Bolivia ANÓNIMOS (ca. 1750) Pastoreta Ychepe Flauta Adagio – Allegro – Vivace - Allegro Misiones de Chiquitos, Bolivia ANÓNIMOS (ca. 1750) Letanía a Santa Cecilia Misiones Guaraníes, Paraguay.(*)

III. Ópera escolar para el Colegio de Santiago

FRANZ LANG S.J. (1654-1725) y FLORIANUS OTT (Orden San Agustín). (fines s. 17, comienzos s. 18 ) Fragmentos de “Daemonium Mutum” (Consideratio I) Symphonia – Tanti laboris est – Non pacis Angeli – Feliciter – Haec aest una tabula Ode Quarta – “Desperata causa est” Misericors non est? Santiago de Chile, ca. 1750 / “Theatrum affectum humanorum”, Munich, 1717

IV. Música para las misiones circulares

BERNARDO DE HAVESTADT S.J. (1714-1781) Cancionero “Chilidúgú” Duamtumn – Jesús cad – Cad burenieve

Misiones en la Araucanía, ca. 1756 /Chilidugu, Westfalia, 1777 (*) Transcrita y editada por Piotr Nawrot

Page 2: Z-El Dorado Musical Jesuita - Programa y Notas

Músicos participantes:

Estudio MusicAntigua UC (Dir.: Gina Allende – Sergio Candia) María José Brañes - Soprano Nora Miranda - Soprano Gonzalo Cuadra - Tenor Gina Allende - Viola da Gamba Humberto Orellana - Viola da Gamba Violín Yves Ytier Sergio Candia – Flauta dulce Elke Zeiner – Flauta dulce Camilo Brandi - Clavecín Eduardo Figueroa - Guitarra barroca y tiorba EL DORADO MUSICAL JESUITA Una de los logros más recientes sobre el conocimiento musical de la época moderna (Renacimiento y Barroco europeo, período colonial americano), lo constituye la práctica que al respecto desarrollaron los jesuitas en diversos continentes a partir de la aprobación de la orden en 1540. La diáspora jesuita por Oriente, África y el Nuevo Mundo a mediados del siglo XVI está asociada a los proyectos de evangelización en el contexto de la expansión colonial portuguesa y española. En adelante la labor jesuita en misiones y colegios, residencias, haciendas y diversos ingenios productivos a lo largo y ancho de esta enorme red interconectada tetracontinental, va a producir una temprana globalización no sólo de tipo religioso sino que además de manifestaciones culturales en que la música, el drama, la poesía y la danza tendrán un lugar destacado. Repertorios, instrumentos, prácticas, estéticas y discursos musicales fueron variadas entre los jesuitas dependiendo principalmente del origen de cada uno: españoles, portugueses, alemanes, flamencos, italianos, suizos y sardos fueron portadores de tales expresiones. Ellas no sólo estaban destinadas a sus evangelizados, existiendo testimonios de tales prácticas aún en el espacio íntimo de los misioneros. Tal era el fervor de los jesuitas por ir a servir a las misiones de ultramar que se implementó un sistema de postulación a través de una carta de intención para seleccionar a los candidatos. Pero no todos cumplían su anhelo de abordar los navíos que con todo tipo de encargos para las misiones –incluidos instrumentos, músicos y partituras- zarpaban desde España y Portugal. Era el contexto el que determinaba la complejidad del repertorio –mayoritariamente cantado- así como el idioma empleado. Por ejemplo en el caso de Chile conocemos repertorio colegial en latín, rural en español, y misional indígena en lengua nativa. El imaginario, ideario y aparato retórico musical jesuita en su conjunto resulta, entonces, variado y múltiple como podrá apreciarse en el repertorio que conforma este concierto, concebido como un homenaje a las resonancias de tal proyecto misionero. Abre el programa las canciones del jesuita alemán Friedrich Spee (1591-1635), uno de los que jamás pudo materializar su deseo de partir para las misiones ultramarinas. En su caso encontramos una poética que nos habla de un ministerio sólo imaginado que, sin embargo, fue muy conocido entre sus correligionarios a través de cancioneros publicados y difundidos durante el siglo 17 especialmente en la provincias jesuitas alemanas. Las canciones del misionero portugués José de Anchieta (1534-1597) en el siglo anterior, constituyen un ejemplo de

adaptación de repertorio ibérico profano a religioso. Sólo ha llegado a nosotros su poesía que claramente evidencia esta divinización temática conservando el sustrato melódico secular. La pastoreta instrumental anónima de proveniencia chiquitana, toma a la flauta dulce como instrumento concertante siendo probablemente la única pieza colonial de tales características que ha llegado hasta nuestros días. La Letanía ceciliana es parte de un corpus misional de difícil atribución que incluso puede extenderse al período de la post expulsión. Con todo, hace parte de la tradición de esas comunidades que la consideran de herencia jesuita. Las últimas piezas provienen de fuentes encontradas en Chile y dan cuenta de dos espacios: el colegio mayor y las misiones araucanas, siendo ambos casos singulares en todo el repertorio colonial americano. Los fragmentos de las piezas dramáticas en latín provienen de una colección de diecinueve obras semejantes que con el titulo de Theatrum affectum humanorum publicó el jesuita Franz Lang en Munich en 1717 y traídas a Chile probablemente por el procurador Carlos Haimbhausen. Estas piezas, con textos de Lang pero con música diversos compositores del círculo jesuita muniqués, eran obras parcialmente declamadas y parcialmente cantadas, mas, siempre actuadas escénicamente correspondiendo a los personajes alegóricos expresarse musicalmente. Las canciones catequéticas en lengua mapudungun provienen del cancionero incluido en la obra lingüística del jesuita agripense Bernardo Havestadt (1714-1781) cuyo incipit –Chilidugu- ha identificado a este corpus, único en su género en lengua indígena en todo el continente. La obra comenzó a ser elaborada mientras Havestadt fue misionero entre los mapuches, adquiriendo volumen cuando retirado por enfermedad el misionero debió permanecer en el Colegio de San Pablo en Santiago. Luego de la expulsión en 1767, Havestadt llevó el manuscrito a su tierra natal donde le da su forma final publicándolo en 1777, cuatro años después de la extinción de la Compañía. Resulta paradójico constatar que el esfuerzo del misionero jesuita alemán finalmente se materializara cuando ya no tenía más razón que el constituir sólo un conmovedor testimonio de un proyecto que no terminó de ser. Se cierra el programa, por tanto, con un gesto musical expresivo tan utópico e idealizado como las canciones que lo abren.

Víctor Rondón