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teoria comunicacional

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  • YURI F. TORREZ R.

    EL AUTOR

    Boliviano, Licenciado en Comunicacin Social, Licenciadoen Sociologa, Magster en Ciencias Polticas y Doctoranteen Estudios Culturales Latinoamericanos de la Universi-dad Andina Simn Bolvar-Sede Ecuador. Docente en laCarrera de Comunicacin Social de la Universidad Catli-ca Boliviana Unidad Cochabamba, Docente de la Carrerade Sociologa de la Universidad Mayor de San Simn.

    Conjuro de la rueda:(re)pensar a la comunicacin

    desde la colonialidad del poder

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    CONJURO DE LA RUEDA:(RE)PENSAR A LA COMUNICACIN DESDE LA COLONIALIDAD DEL PODER

    RESUMENEste artculo tiene el propsito de (re)pensar a la comunicacin a partirde la matriz colonial como propuesta social/poltica de los EstudiosCulturales Poscoloniales. Para este objetivo en principio se examina laruta terica de los estudios en comunicacin desde el funcionalismo oel estructuralismo en los decenios de los aos 50 y 60 hasta los estudiosculturales denominados latinoamericanos en la dcada de los aosnoventa, para despus considerar las sospechas que se ciernen sobresu locus de enunciacin de procedencia eurocntrica. Finalmente, sereflexiona la comunicologa latinoamericana desde el debate de losestudios postcoloniales.

    PALABRAS CLAVES: Estudios en comunicacin, estudios postcoloniales,

    ABSTRACTThis article has the purpose of to think to the communication startingfrom the colonial womb, as proposed social and politics of Cultural theStudies Poscoloniales. For this objective in principle the article examinesthe theoretical route of the studies in communication from thefuncionalismo or the estructuralismo in the decades of the years 50 and 60until the cultural studies in Latin Americans in the decade of the yearsnineties, it stops later to consider the suspicions on its locus of enunciationof origin eurocntrica. Finally, the cultural studies in Latin Americans ofCommunication are meditated from the debate of the studies postcolonial.

    KEY WORDS: Studies in communication, Studies Poscoloniales

    Recibido abril 10 de 2006 Aceptado 20 de 2006

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    Sencillamente, resulta sorprendente que hasta elmomento la noche no haya sido eliminada de lafaz del planeta; liquidada y abolida para siem-pre, en aras del progreso de la humanidad y paramayor gloria de la tecnologa; en procura de solu-ciones radicales para extirpar el mito y la fantasa

    Jaime Saenz, La noche

    A Amrica se llega por el surGraffiti en una pared de la ciudad de Quito

    El proceso de construccin de la comunicacin como dis-ciplina hizo que la misma se discipline a otras reas dela ciencia social, por ejemplo, a la sociologa. Estasubalternizacin de la comunicacin hizo que sea unaheredera de las visiones eurocntricas que impregnaron alas ciencias sociales. En este contexto, el presente trabajose propone examinar inicialmente el recorrido terico delestudio de la comunicacin a partir del funcionalismo enlos aos 50 y 60 hasta los estudios culturales denomina-dos latinoamericanos para reflexionar sobre las sospe-chas que ciernen en torno a sus procedencias de cuoeurocntricos, para luego a partir de la matriz colonialubicar la reflexin de la comunicaloga latinoamericanaen el debate de los estudios culturales postcoloniales.

    I. DEL FUNCIONALISMO A LOS ESTUDIOSCULTURALES LATINOAMERICANOS:GENEALOGA DE LOS ESTUDIOSEUROCNTRICOS EN COMUNICACIN

    La mirada a la comunicacin en Amrica Latina, postsegunda guerra mundial, se adscribi a las tendenciasfuncionalistas provenientes de los Estados Unidos. Esas que los estudios privilegiaron la centralidad

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    meditica (radio, televisin y prensa) con un abordaje decuo positivista, el mismo que adopt la supuesta dis-tancia entre el sujeto y el objeto de la investigacin1para legitimar sus hallazgos. En este sentido sepriorizaron los estudios cuantitativos de audiencias yde opinin pblica, realizados sobre todo en forma deinvestigaciones de ventas, a partir de los intereses co-merciales de los patrocinadores. (Cfr Medina 1998).

    El acelerado crecimiento de los medios en la sociedad y laadopcin de nuevas tecnologas han contribuido en laproduccin de transformaciones socioculturales, econ-micas y polticas que ubicaron a los denominados massmedias en un lugar de preeminencia en las sociedadescontemporneas. Es as que los estudios en comunicacinse orientaron al estudio de los efectos, que venan de laspsicologas experimentales norteamericanas y que aqutomaron la forma principal de estudios sobre la difusinde las innovaciones tecnolgicas y de proyectos de comu-nicacin para el desarrollo (Cfr. Cataln y Sunkel 1991).

    No se debe olvidar que desde la dcada del cincuenta ydel sesenta se consider a la comunicacin como genera-dora de desarrollo en tanto difundiera educacin e inno-vaciones tecnolgicas, con especial nfasis en los pasessubdesarrollados. Como dice Marcelo Guardia a esteenfoque (desarrolista) se sumaba la concepcin ilustra-da de comunicacin y cultura cuyos postulados ms vi-sibles suponan un poder omnipotente de los medios ysus contenidos sobre las audiencias, adems de una con-cepcin de cultura e identidad esttica que se encontra-ba vulnerable ante los sistemticos bombardeos de lacomunicacin masiva internacional (2003).

    Asimismo, los estudios sobre la comunicacin en Amri-ca Latina estuvieron impregnados por elementos delestructuralismo francs y del marxismo, entre los cuales

    __________

    1 Sobre los vericuetos de la distancia entre el objeto y el sujeto en la teora tra-dicional de rasgos funcionalistas ver Santiago Castro Gmez (2000) y AnbalQuijano (1992).

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    se destaca la Escuela de Franfurk, que influenciado porlas corrientes de la Teora de la Dependencia en boga enlas ciencias sociales latinoamericanas en las dcadas delos aos sesenta y setenta fueron decisivas para la incli-nacin epistemolgica en la investigacin sobre la co-municacin (cfr. Mattelart 1997). Esta perspectiva que fuedenominada como teora crtica tena el propsito, noslo acadmico sino poltico de desentraar la alinea-cin ideolgica de los mensajes que emitan los denomi-nados mass medias y as denunciar la expansin del im-perialismo cultural sobre Amrica Latina.

    La Teora de la Dependencia en Comunicacin que paramuchos se trat de una ruptura radicalmente de las pre-ocupaciones de la dependencia econmica, poltica ycultura de los pases del continente frente a los centroshegemnicos mundiales (cfr. Guardia 2003). Sin embar-go, esta teora de la Dependencia en Comunicacin fueuna vertiente ms de la concepcin ilustrada aludidaen su momento por Max Horkheimer y Thedore Adorno(1971) para abordar la realidad socio/comunicacional.

    Por lo visto, tanto el funcionalismo como el marxismo yel estructuralismo, pese a sus diferencias ideolgicas, seconstituan en paradigmas que buscaban legitimar losprocesos modernizadores y civilizadores en boga enAmrica Latina. Esta visin ilustrada sobre las cienciassociales, en el caso que nos ocupa, la comunicacin, res-ponda precisamente a esta dependencia epistmica delsaber colonial (cfr. Mignolio 2003). En rigor, la investiga-cin sobre la comunicacin en Amrica Latina ha esta-do vigorosamente sellada por una mirada no slomediacntrica, (cfr. Guardia 2002) sino fundamentalmen-te eurocntrica2 (cfr. Lander 1997).

    __________

    2 En el caso del funcionalismo si bien su gnesis es en los Estados Unidos postsegunda guerra mundial le consideramos como eurocntrica por su afn deexpansin ideolgica hacia los pases perifricos. Como dice Anibal QuijanoEurocentrismo es, aqu, el nombre de una perspectiva de conocimiento cuyaelaboracin sistemtica comenz en Europa Occidental antes de mediadosdel siglo XVII, aunque algunas de sus races son sin duda ms viejas, inclusoantiguas, y que en las centurias siguientes se hizo mundialmente hegemnica

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    Ahora bien, como respuesta epistemolgica a esta ten-dencia mediacntrica en los estudios sobre la comunica-cin emergi desde Amrica Latina, la teora de media-ciones que estableca una nueva mirada a la comuni-cacin posicionando al sujeto como protagonista cen-tral de los procesos de (re)significacin y consumo cultu-ral. Es decir, no slo como receptor activo de mensajessino tambin como protagonista de los procesos deinteraccin cultural (Guardia 2003).

    En este contexto, la teora de las mediaciones se adscribeen los estudios culturales emprendidos especialmente porNstor Garca Canclini y Jess Martn Barbero que logra-ron configurar lo que se denomin como la concepcindialctica de comunicacin y cultura (Idem 13:2003).

    No es casualidad que en el pensum de las carreras decomunicacin social en Amrica Latina en la dcada delos aos noventa se ha institucionalizado3 esta versinlatinoamericana de los estudios culturales que gira-ban fundamentalmente en torno a la cuestin de los me-dios en su relacin con la cultura (Cfr. Martn Barbero

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    recorriendo el mismo cauce del dominio de la Europa burguesa. Su constitucinocurri asociada a la especfica secularizacin burguesa del pensamiento euro-peo y a la experiencia y las necesidades del patrn mundial de poder capitalista,colonial/moderno, eurocentrado, establecido a partir de Amrica. No se trata,en consecuencia, de una categora que implica a toda la historia cognoscitiva entoda Europa, ni en Europa Occidental en particular. En otros trminos, no serefiere a todos los modos de conocer de todos los europeos y en todas las pocas,sino a una especfica racionalidad o perspectiva de conocimiento que se hacemundialmente hegemnica colonizando y sobreponindose a todas las dems,previas o diferentes, y a sus respectivos saberes concretos, tanto en Europa comoen el resto del mundo. En el marco de este trabajo lo que me propongo es discutiralgunas de sus cuestiones ms directamente vinculadas a la experiencia histri-ca de Amrica Latina, pero que, obviamente, no se refieren solamente a ella.(www.clacso.org/wwwclacso/espanol/html/libros/lander/10.pdf ).

    3 Por ejemplo, para el caso boliviano, Marcelo Guardia sostiene:En Bolivia estaentrada de teoras culturales provoc, solamente en los aos noventa, una es-pecie de irrupcin con carcter de ruptura. Pues daba la impresin de que pensaren la actividad del receptor, en los procesos de produccin de significado, erauna novedad demasiado arriesgada para la tradicin funcionalista de los estu-dios vigentes. Se podra decir que descubrir que el receptor poda producirsignificados de acuerdo con su cultura, era un cambio demasiado fuerte de vi-sin terica y metodolgica. www.eca.usp.br/alaic/boletim20/marcelog.htm

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    1987) y en el marco de unos espacios culturales mshbridos y mviles, cruzados por dimensiones cultas,populares y masivas (Cfr Garca Canclini 1990).

    En todo caso, estas concepciones en torno a este tipo deEstudios Culturales se anclaba fundamentalmente en losaportes de la razn comunicativa de cuo harbermasianoy en las contribuciones de Pierre Bourdieu con relacin alos espacios sociales, entre otros autores provenientesprincipalmente del viejo mundo. Al respecto, de lapredominancia de estos autores europeos en los Estu-dios Culturales latinoamericanos, Marcelo Guardiadice: (estos autores) lograron configurar lo que llama-mos concepcin dialctica de comunicacin y cultura,una posicin terica y metodolgica que recuperainstrumentalmente consideraciones de paradigmas cl-sicos pero identifica que sus limitaciones e incoheren-cias son superables en cuanto se desnuda la raz ilustra-da como base de poder de sus seguidores. (2003:13).

    Si bien los estudios culturales al influjo, dicho sea alpasar, de estos autores europeos, pone de manifiesto ala razn ilustrada como eje articulador de losparadigmas clsicos funcionalismo y marxismo, sobretodo; sin embargo, como se argumentar ms adelan-te, no interpela la matriz colonial epistmica (Cfr Mignolo2003) que son los mundos anegados y velados dondeanida la lgica colonial del saber. Hasta aqu hemos vis-to a grosso modo la incursin de los Estudios Culturalesen la mirada de la comunicacin en Amrica Latina, enlo que sigue se analizar crticamente a estos EstudiosCulturales desde la matriz colonial del poder.

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    II. LA SOSPECHA DEL LOCUS DEENUNCIACIN EUROCNTRICA DE LOSESTUDIOS CULTURALES LATINOAMERICANOSEN COMUNICACIN.

    La institucionalizacin de la corriente de los cultural studies(no es casual que empecemos a enfatizar en la lenguasajona) en los abordajes de la realidad socio/comunicacional en los mbitos acadmicos/intelectua-les de Amrica Latina fue catalogada como una quebra-dura epistemolgica asumiendo la etiqueta de origenlatinoamericano (Cfr. Follari 2002). Esta ola expansivade estos estudios culturales latinoamericanos en lasfacultades/carreras de comunicacin fue asumida a piesjuntillas sin reparar en ningn momento en una crticasobre los fundamentos o, dicho de otra manera, en supecado original de estos cultural studies.

    Se debe recordar que si los estudios crticos de la dcadadel 70 tomaban aliento de la escuela de Francfort, losestudios latinoamericanos contemporneos se nutren enalguna medida de los cultural studies ingleses, origina-dos en la escuela de Birmingham, en los decenios de losaos 50. Los mismos que por su flexibilidad que brin-daban para la lectura de la realidad socio/comunicacional posibilitaron su expansin latinoame-ricana porque se adecuaban a las alternativas que bus-caban los investigadores/comuniclogos en respuestaa los anteriores paradigmas rgidos, es decir, con losmtodos positivistas o del materialismo dialctico.

    A contra pelo de esta inercia intelectual/acadmica parala asimilacin ipsu facto de los cultural studies, RobertoFollari (2002) empieza a realizar una genealoga de lastemticas que vinieron a alimentar los cimientos tericosde estos estudios culturales latinoamericanos en loscuales va detectando principalmente en Garca Cancliniy Martn Barbero que existe una influencia de fuera de

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    Amrica Latina. Por ejemplo, en lo que se respecta a lastemticas sobre lo local, las denominadas tribus urba-nas, la cultura popular, los imaginarios globalizados oel consumo cultural, todas estas asignaturas que forma-ban parte de la agenda de los estudios culturales lati-noamericanos en palabras de Follari est fuertementeinfluenciado por las temticas y los modos de abordar-las que los cultural studies establecieron en Inglaterra yEstados Unidos (2002: 56).

    Asimismo, Daniel Matto sobre los procesos detransnacionalizacin de los Latinoamerican CulturalStudies y sus implicaciones geopolticas seala: las vo-ces que tienen mayor poder para establecer qu es y quno es este campo, el sistema de de inclusiones y exclusio-nes (de temas, enfoques y autores, etc) son las que expre-san mediante publicaciones en ingls (2002: 80). Entrelos riesgos que se asumen por los procesos de traduc-cin mecnica de este tipo de bibliografa (Cfr. Albn2005:23), debido a la despolitizacin que crecientementecaracteriza a los Cultural Studies que se hacen en ingls,lo cual entre otras cosas ocurre por que no se cuestiona elesquema de divisin del trabajo vigente, ni la especiali-zacin academicista que este induce (Carlos Mato cita-do por Alban 2005:13).

    Lo mismo sucede con las teoras poscoloniales que elpropio Walter Mignolo dice que tienen su locusenuntiationis en las herencias coloniales del imperio bri-tnico y que es preciso, por ello, buscar una categorizacincrtica del occidentalismo que tenga su locus en AmricaLatina (Cfr. Castro Gmez y Mendieta 2002). Asimis-mo, con relacin entre el locus enunciativo y la produc-cin de conocimiento, Mignolo acua el trmino de lageopoltica del conocimiento el mismo se puede enten-der como las genealogas de pensamiento se dan a tra-vs de quienes estn en la posibilidad de producir cono-cimiento en un momento histrico, desde un espacio ysensibilidad; y desde una lengua particular porque elconocimiento lo determina en gran medida, el idioma enque produce (Cano s/r).

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    En consecuencia, en el momento de asumir como lectu-ras obligatorias aquellas producciones bibliogrficas delos cultural studies de rasgos britnicos o estadouniden-ses tambin se debe estar crtico de las (cosmo)visionessociolingsticas que arrastran los mismos, caso contra-rio, se estara reproduciendo los moldes epistemolgicosenmarcados en miradas diferentes a la realidad lati-noamericana como lo que ocurri con los seguidoreslatinoamericanos de esta vertiente de los cultural studies.

    No obstante, el propio Follari reconoce que la cuestinno es desdear, por ejemplo, a autores no latinoamerica-nos, como es el caso de Pierre Bourdieu, Antonio Gramsci,Michel Foulcoult o del propio Carlos Marx porque posi-blemente realizan una mejor lectura a la realidad so-cio/comunicacional latinoamericana que un intelectualoriundo. En todo caso, el nudo gordiano radica en ellocus enunciativo de huella colonial de este tipo de pen-samiento racional-moderno articulado a lo que AnbalQuijano denomina como la colonialidad del saber vin-culada a La elaboracin intelectual del proceso de mo-dernidad produjo una perspectiva de conocimiento y unmodo de producir conocimiento que dan muy ceidacuenta del carcter del patrn mundial de poder: colo-nial/moderno, capitalista y eurocentrado. Esa perspec-tiva y modo concreto de producir conocimiento se reco-nocen como eurocentrismo. www.clacso.org/wwwclacso/espanol/html/libros/lander/10.pdf

    Ahora bien, este pensamiento de cuo colonial impregn alos estudios culturales latinoamericanos con relacin ala comunicacin a pesar de su ruptura epistemolgicacon los paradigmas clsicos (funcionalista, marxismo oestructuralista) se puede hallar en los mismos una conti-nuidad de la lgica de la geo-poltica del conocimiento(Cfr. Mignolo s/f). En este sentido es necesario ubicar en lacentralidad del debate las sospechas que ciernen en tornoal origen de estos estudios culturales latinoamericanosy su resonancia en la comunicacin ya que los mismosresponden al pensamiento eurocntrico que hahegemonizado el conocimiento latinoamericano.

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    Esta sospecha de la gnesis de los cultural studies es la puntadel iceberg sobre el cual gira el debate sobre la impregnacindel pensamiento eurocntrico en los mismos. Se debe recor-dar que la pretensin del pensamiento moderno como elabanderado del pensamiento universal en el fondo slorepresenta una fatuidad etnocentrista y de matriz colonial.

    Ahora bien, si esta sospecha tiene asidero estaramosasistiendo a una (nueva) vertiente del pensamiento colo-nial sobre los estudios sobre la comunicacin. En conse-cuencia, se debera reflexionar seriamente sobre las aris-tas del pensamiento moderno y sus secuelas geopolticasen Amrica Latina, como dice Walter Mignolo este tipode pensamiento est anclado en el conocimientogeopoltico fabricado e impuesto por la modernidad, ensu autodefinicin como modernidad. En este sentido,Amrica Latina se fue fabricando como algo desplaza-do de la modernidad, un desplazamiento que asumieronlos intelectuales y estadistas latinoamericanos y se esfor-zaron por llegar a ser modernos como si la moderni-dad fuera un punto de llegada y no la justificacin de lacolonialidad del poder. (Walsh 2002:34).

    Si los Latinoamerican Cultural Studies, y en el caso que nosocupa, de la comunicacin existe la desconfianza de seruna vertiente alimentada por una mirada eurocntrica ocomo dice Ella Shoat en la arqueologa de la excava-cin (1995). Entonces, es pertinente asumir con serie-dad las palabras de Adolfo Albn que al referirse sobrelas preocupaciones de Carlos Matto y Roberto Follari entorno a lo exgeno de los estudios culturales latinoa-mericanos afirma: En ambos casos (Matto y Follari), consus marcadas diferencias, se podra pensar que centranel debate en trminos de considerar desde donde se esthablando acerca de Amrica Latina y sus complejidadesy las dificultades y riesgos que esto conlleva (2005:54).

    Por lo visto, los silencios epistemolgicos, las sospe-chas y las preguntas en torno al locus de enunciacinde corte eurocntrico de los Latinoamerican CulturalStudies en su conjunto configura un signo inequvoco

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    que cierne sobre la comunicologa en Amrica Latina.En el sentido en el siguiente acpite se reflexionar so-bre la necesidad de desconstruir las tram(p)as de lacomunicacin y de la propia comunicologa latinoame-ricana desde la matriz (de) colonial.

    III. LAS TRAM(P)AS COLONIALESDE LOS MASS MEDIAS

    Se conoce que los medios de comunicacin protegen y cons-truyen todo lo que se puede mercantilizar. Se asume, asi-mismo, desde una perspectiva de la democracia liberal queel homo videns (Cfr. Sartori 2001) que es ms objeto que unsujeto de tales ofertas o interpelaciones. Sin embargo, comodira un semilogo estruturalista, minimizando la capaci-dad de interpretante (Cfr. Pierce 1998) de los interlocutores,en todo caso, se descuida de hecho que estos media tam-poco saben muy bien todo lo que hacen y, por ah, sucedenotras cosas ms que las cannicamente reconocidas(Antezana 2005:10). O como Walter Mignolo ms explcita-mente afirma los medios van reproduciendo un saber queles hace invisible los parmetros coloniales4 .

    Ahora bien, en esta intangibilidad ideolgica de los men-sajes que emiten los mass medias discurre el discurso decuo colonial, sin embargo, como se dijo anteriormente,esta cuestin fue esquivada constantemente en el mbitointelectual/acadmico de los Estudios Culturales Lati-noamericanos. No debemos olvidar que el discurso entorno a la modernidad oculta, a su vez, la lgica de lasrelaciones coloniales.

    A partir de estas consideraciones a continuacin examina-remos, algunas zonas en la que los denominados Estu-

    __________

    4 Apuntes de la clase magistral de fecha 02/07/05 de Walter MignoloColonialidad, Subalternidad y Modernidad en el marco del Doctorado deEstudios Culturales Latinoamericanos de la Universidad Andina Simn Bo-lvar- Sede Ecuador.

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    dios culturales postcoloniales5 pueden ser de gran utili-dad para desentraar la herida colonial impregnada en lasociedad y que los mismos discurren por los medios decomunicacin social retomando para ello el horizonte de lamatriz colonial/modernidad como el horizonte analtico.

    Desde la prensa, los pasquines o las crnicas en la pocacolonial hasta los medios de comunicacin actuales enAmrica Latina, la comunicacin se mantiene inaltera-ble en su papel de hacedor de la legitimacin colonialque descansa en los procesos discursivos de civilizacin/barbarie con el fin de justificar un orden enmarcado en lalgica del progreso occidental. Es decir, los medios vanpropalando/articulando los discursos de cuo colonial6 .

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    5 Asumiendo a la caracterizacin formal de las teoras poscoloniales que seconcentra en la obra de Edward Said, Homi Baba y Gayatri Spivak, conside-rados generalmente como los tres mayores tericos del poscolonialismo pode-mos indicar que a grandes rasgos los Estudios Culturales postcoloniales tra-tan de las nuevas prcticas crticas estn contribuyendo a visualizar losmltiples y diversos conflictos de la sociedad poscolonial, emergentes no slode las experiencias de la colonizacin sino tambin de los desafos de la des-colonizacin: el encuentro desigual y heterogneo entre la cultura hegemnicadel centro y la cultura empujada tras la independencia; la irrupcin y penetra-cin de las nuevas formas de colonialismo; las posibilidades, formas y repre-sentaciones (antes y ahora) de oposicin y resistencia a la cultura dominante:una relacin de temas que encierra la denuncia del imperialismo y eletnocentrismo, tambin de antes y de ahora (Saavedra 2005:159-160).

    6 Para (de)mostrar esta situacin conozcamos un par de ejemplos en momentostemporales diferentes pero que expresan una continuidad del colonialismoque discurre a travs de los medios:El cerco indgena sobre la ciudad de La Paz encabezado por Tupac Katari el14 de abril de 1781 fue el pretexto para que Francisco Tadeo Diez de Medina,funcionario (u oidor) que imparta la justicia real espaola se refera a losprotagonistas de esta insurgencia indgena con un discurso colonial:

    Ellos son, ciertamente, malos, traidores, rebeldes, apstatas, atestas,iconoclastas, sacramentaros, incendiarios, ladrones, cuatreros, asesinos,feroces, sacrlegos y profanos (1994).

    Ahora bien, 300 aos despus a propsito de las movilizaciones de los sectoressubalternos/indgenas que cercaron la ciudad de La Paz, en junio del 2005,Manfredo Kempff en su artculo Estamos hartados hasta las narices va re-produciendo el discurso colonial aludido anteriormente:

    la pueblada, que es lo que tenemos todos los das de Dios los bolivianos,en las calles, plazas y caminos, cortando la circulacin de las personas,el agua, la gasolina y el gas; agrediendo a la Polica y a los transentes;asaltando mercados y tiendas. Esas cosas no hace el pueblo bolivianocomo dice Evo Morales, eso es cosa de las puebladas que l y sus similaresincitan. Evo se engaa: con l no est el pueblo sino la pueblada.

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    Los prototipos coloniales de construccin de la represen-tacin del otro estn fuertemente modelados por losmedios que se extienden hoy a escala global. En el casoespecfico de los films y su incidencia sobre la identidaddel espectador colonizado, por ejemplo, Frantz Fanonen su libro Piel negra, mscaras negras blancas sostiene conrelacin a la pelcula Tarzn y su incidencia sobre el es-pectador colonizado que la recepcin en un contextocolonial altera el proceso mismo de identificacin (Shoaty Stam 2002: 318). En esta misma direccin de crtica delpensamiento eurocntrico de los estudios poscolonialesElla Shoat y Robert Stam analizan los estereotipos dealteridad que circulan en los medios masivos occidenta-les en nombre de la ideologa que ellos denominan comoel multiculturalista (1994). Asimismo, Edgar Said so-bre los procesos de estigmatizacin meditica que su-fren las sociedades orientales dice: Uno de los aspec-tos que el mundo electrnico postmoderno ha tradoconsigo es el reforzamiento de los estereotipos a travsde los cuales se observa a Oriente; la televisin, las pel-culas y todos los recursos de los medios de comunica-cin han contribuido a que la informacin utilice mol-des cada vez ms estandarizados (1990: 48). Final-mente, Stuart Hall (1997) analiza los procesos de feti-chismo por la va de la estigmatizacin del otro queemergen, sobre todo, a travs de los medios de comuni-cacin. Por lo visto, los mass media en sus deferentesaristas construyen la representacin del canibalismosimblico del otro diferente al occidente.

    Otro ejemplo, de los procesos del canibalismo del otroes el discurso norteamericano en su lucha contra elmal, hoy por hoy, con cara islmica que responde preci-samente a la tesis de Enrique Dussel (1973) sobre elencubrimiento del otro, donde planteaba que la ne-gacin del otro, de sus necesidades y sus demandas,haba sido la principal estrategia de la lgica del podercolonial para aniquilar las identidades polticas disi-dentes en la periferia. Esta lgica de poder segnDussel es un rasgo que sobrevivi a la Colonia, larepblica temprana y el Estado nacional para prevale-

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    cer hasta nuestros das para convertirse en la principalarma ideolgica del pensamiento (neo)colonial.

    Con estas consideraciones existe la necesidad de(re)situar a la comunicacin en el contexto de los estu-dios postcoloniales, porque las nuevas formas de colo-nialismo contemporneas se van configurando y propa-lando por la va de la globalizacin que para Mignolosera como sinnimo de modernidad/colonialidad, o loque Santiago Castro Gmez llama sistema-mundo,7 ola translocalizacin que el propio Mignolo aadiracomo la cosa colonial.

    No es casual que Santiago Castro Gmez y EduardoMendieta acuen el trmino de la des(re)territo-rializacin vinculada a la metafsica moderna que paralos tericos poscoloniales, es en los hechos un proyectoglobal que debera generar una reflexin sobre la nuevaidentidad latinoamericana ya que, por ejemplo, la in-dustria de la informacin ha saturado a los pases latinoa-mericanos de pelculas, videos, libros, exhibiciones, apa-ratos electrnicos y espectculos multimedia provenien-tes del extranjero, creando territorios supranacionales endonde se borran las fronteras entre ellos y nosotros. Enestos espacios, la oposicin entre lo propio y lo ajeno sedesdibuja en la medida en que los bienes culturales o deconsumo son des(re)territorializados, es decir, arrebata-dos de sus contextos originarios e integrados a nuevaslocalidades globales (2002).

    Por lo tanto, la comunicologa latinoamericana necesitadar un giro epistmico con el afn de desprendersede las epstemes eurocntricas que han predominado enlos estudios sobre los fenmenos socio-comunicacionalespara entender desde latinoamericana la desterritorili-

    __________

    7 Santiago Castro Gomz retomando algunas ideas de Emmanuel Willerstandice sobre el concepto de sistema-mundo no es una realidad emprica ob-jetivamente descriptible desde la prctica terica, sino un mapa cognitivo (MaxWeber dira: un tipo ideal) que nos permite establecer relaciones estructura-les entre distintos elementos (). El sistema-mundo es una red de interdepen-dencia que abarca un solo espacio de accin social) (2000: 97).

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    zacin que estn reconfigurando nuevas identidadesde lo Latinoamericano por la va de los nuevos mass me-dia de la globalizacin.

    POSLUDIO: LA COMUNICACIN EN EL CONTEXTODE LOS ESTUDIOS POSTCOLONIALES.

    Los estudios postcoloniales se centran fundamentalmen-te en su crtica al eurocentrismo que ha signado el cono-cimiento de los pases colonizados hasta hoy. En estesentido, es necesario que la comunicologa en Amricalatina de paso a los estudios postcoloniales o, ltima-mente a los estudios subalternos, que se constituyenen un desafo para recorrer por senderos culturales msamplios que los tradicionales, menos jerarquizados osujetos a los controles institucionales o epistmicos delos cnones eurocntricos (Cfr. Walter Mignolo 2003),desestabilizando conceptos y prcticas que se creanincuestionadas o sembrando incertezas respecto de loque pareca importante en el campo cultural (Cfr. GrinorRojo 2001). En este giro epistmico es sealar a modode sugerencias algunas premisas para la tarea de pro-ceso de desconstruccin del pensamiento colonial en lacomunicologa latinoamericana:

    La mirada al sujeto dotado de una capacidadresemantizadora de los mensajes (Cfr. Martn Barbero1987) como un activo consumismo de los mismos (Cfr.Garca Canclini 1993) en el contexto de los procesos deconstruccin a nivel de la vida cotidiana son resultadosdel entrampado tejido social de diversos tiempos y lgi-cas anclados en la modernidad perifrica (cfr. Castro Gmezy Guradionla-Riva 2000: XXXIX) pero esta visin confi-gurada por los denominados Estudios Culturales Lati-noamericanos, se fue desgastando paulatinamente porsu misma debilidad epistemolgica (Cfr. Follari 2002),por un lado, y por los propsitos ideolgicos que escon-de, por otro. Los fundamentos tericos de estos estudiosculturales latinoamericanos se fue insertando en laola postmodernista que a travs de su discurso de prdi-da del referente macro fue apoyndose en conceptos

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    como la hibridez, transformndose as en unideologema discursivo al servicio del modelo hegemni-co que en palabras de Santiago Castro-Gmez y de Eduar-do Mendieta: se trata de una observacin que el norterealiza sobre s mismo, sobre su propia hegemonarepresentacional. Latinoamrica es ubicada aqu en elespacio de lo extico, de lo calibanesco y de lo marginalcon respecto a los discursos metropolitanos (2002).

    En esa falacia epistemolgica de las identidades persona-les tanto poltica, cultural y econmica se ubica el desbor-de de los referentes culturales ligados a territoriales espec-ficas (cfr. Castro Gmez y Guradionla-Riva 2000). Ya quelas posibilidades que tiene el latinoamericano de acceder almercado (tanto poltico, econmico o comunicacional) demanera igualitaria y democrtica es solo una un canto desirenas, es decir, una trampa no solo ideolgica, sino tam-bin epistemolgica porque bajo el discurso de la hibri-dez y de las mediaciones se oculta el propsito de incorpo-rar a los latinoamericanos en la odisea neoliberal.

    Es decir, la complicacin de asumir esta visin espec-fica de las identidades en Amrica Latina es vaciar po-ltica e ideolgicamente a estas identidades, fortalecien-do de esta manera las nuevas nociones neoliberales so-bre ciudadana. Por ejemplo, esta visin epistmicasesgada estara desahuciando sobre los alcances polti-cos/ideolgicos de los movimientos sociales que son, hoypor hoy, portadores de un horizonte democrtico dife-rente a los postulados por la democracia (neo)liberal. Valedecir, los movimientos sociales de cuo, por ejemplo,tnico/indgena son hacedores epistmicos a partirde un pensamiento fronterizo8 (re) configuran no solo laagenda acadmica/intelectual; sino tambin la agenda__________

    8 Walter Mignolo a partir de la introduccin de este concepto de pensamientofronterizo introducido por Gloria Anzalda sobre la experiencia de las muje-res chicanas en Estados Unidos plantea que el pensamiento fronterizo () esel producto de los intentos desde la subalternidad y desde las fronteras ointersticios de dos lgicas de pensamiento (las dominante y la subalterna), dehacer visibles otras lgicas y maneras de pensar diferentes a la lgicaeurocntrica y dominante, poniendo a ellas en cuestin su hegemona comonica perspectiva de conocimiento (Walsch 2005: 29).

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    poltica y es precisamente en esta cuestin radica el sen-tido de los estudios postcoloniales que desde la perspec-tiva de la comunicologa se debe asumir la dimensinpoltica en las lecturas sobre la(s) realidad(es)latinoamericana(s) que entraa un desafo para compren-der de manera diferente esta complejidad social.

    Si bien los estudios culturales latinoamericanos denomina-dos de la primera generacin (Garca Canclini, MartnBarbero y otros), retomaron, por ejemplo, a la subjetividadcomo un elemento crucial en sus anlisis sobre la realidadsocio/comunicacional rompiendo as con la tradicin po-sitivista, no obstante, por las consideraciones sealadasanteriormente se fueron desvirtuando y existe la necesidad,por lo tanto, de profundizar esta cuestin en torno a lasubjetividad en el marco de los estudios postcoloniales.

    Este reto epistemolgico, por tanto, consiste en un des-prendimiento de las visiones eurocntricas para este pro-psito un sendero son los estudios subalternos quepermitir explorar y rescatar la praxis poltica presente enestas subalternidades para su (re)posicionamiento en elcontexto de las relaciones coloniales, para ello la dimen-sin comunicativa entendida no como un espacio deinterrelacin (o interaccin) desde la visininterculturalista muchas veces de corte multiculturalistaen boga en los ltimos tiempos9 , sino fundamentalmentecomo parte del campo de la cultura asumida como partede la lucha social por el control de los significados (Cfr. CastroGomz 2000) es un reto insoslayable. En esta apuesta porel postcolonialismo como teora crtica de la cultura, sedebe instalar el (los) enfoque(s) sobre la comunicacin.As por ejemplo, se puede iniciar un camino para abordarla temtica de la comunicacin a partir de la diferencia

    __________

    9 Esta visin multiculturalista hace alusin a como las polticas neoliberalesgenerados desde los centros del capitalismo mutinacional van retomando eldiscurso estatal de la diversidad cultural para que los mismos sean incorpo-rados en las polticas pblicas del Tercer Mundo y de Amrica Latina en par-ticular. Al respecto, ver el texto de Slavoj Zizek Multiculturalismo, o la lgicacultural del capitalismo multinacional. En Jameson y Zizek Estudios Cultu-rales. Reflexiones sobre el multiculturalismo. Piados. Barcelona.

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    cultural y no as desde la diversidad cultural10 que puedeser til para comprender las complejidades de los procesossocio/comunicacionales de las sociedades latinoamerica-nas de rasgos indgenas y afros.

    Asumiendo a las teoras postcoloniales no necesariamen-te como una disciplina emergente en las ciencias sociales,sino fundamentalmente como perspectivas o enfoques detransversalidad e indisciplinariedad se plantea la tareaepistmica de no disciplinar las ciencias sociales (CfrWalsh 2002), en el caso que nos ocupa, la comunicacin.Es decir, en el horizonte epistmico que haca alusinEmmanuel Wallerstein sobre la apertura de las discipli-nas sociales con el afn de abandonar el universalismodel pensamiento occidental, la comunicologa latinoame-ricana debe incorporar las diversas visiones (tnicas, ra-ciales, de gnero, generacionales, o de otro tipo) sobre lacomunicacin, para configurar una pluridiversidad que enla nocin de Mignolo es un dilogo entre diferentes visio-nes subalternas, en este caso de la comunicacin, parainterculturalizar crticamente a partir de la relacin entrevarios modos de pensar, incluyendo entre pensamientos-otros (en su pluralidad), una relacin conflictiva y de lu-cha en, entre y alrededor de conocimientos no simplemen-te a nivel terico, sino dentro de contextos vividos de suje-tos cuya agencia necesariamente est enraizada en unared compleja de poder (Walsh 2005:30).

    En esta direccin, no slo epistmica sino poltica, sedebe (re)instalar el debate en torno a los estudios cultura-les en Amrica Latina que forman un relevante territorio

    __________

    10 Homi Bhabha realiza una distincin interesante entre los conceptos de diver-sidad cultural y diferencia cultural dice La diversidad cultural es un objetoepistemolgico (la cultura como objeto de conocimiento emprico) mientrasque la diferencia cultural es un objeto epistemolgico (la cultura como objetoemprico) mientras que la diferencia cultural es el proceso de la enunciacin dela cultura como cognoscible, autoritativa (), adecuada a la construccin desistemas de identificacin cultural. Si la diversidad cultural es una categorade la tica, la esttica o la etnologa comparadas, la diferencia cultural es unproceso de significacin mediante las afirmaciones de la cultura y sobre lacultura diferencian, discriminan y autorizan la produccin de campos de fuer-za, referencia, aplicabilidad y capacidad (2002: 14).

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    epistemolgico de contacto permitir la exploracin dealgunos problemas tericos que no se han abordado ade-cuadamente en el mbito de las ciencias sociales latinoa-mericanas. En esta posibilidad de transformacinepistemolgica como denomina Catherine Walsh emergeel desafo para que los estudios en comunicacin enAmrica Latina pueda pensar desde la especificidad,heterogeneidad y colonialidad local, nacional y regionalpero siempre en dilogo global (Walsch 2001).

    Como corolario de estas reflexiones surge una interro-gante clave para el devenir de las miradascomunicacionales ser posible que la comunicologaasuma el desafo de desprenderse de las perspectivasepistemolgicas eurocntricas y coloniales que han pre-dominado en las ciencias sociales latinoamericanas?.

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