yo juego, tú juegas - alfa y omega | semanario … · 2015-03-05 · campaña de navidad: cáritas...

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EDIC. NACIONAL SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN Nº 334-26-XII-2002 Yo juego, tú juegas... Yo juego, tú juegas...

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EDIC. NACIONALSEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN Nº 334-26-XII-2002

Yo juego,tú juegas...

Yo juego,tú juegas...

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Etapa II - Número 334Edición Madrid

Delegado episcopal: Alfonso Simón Muñoz

Redacción: Pza. del Conde Barajas,1.

28005 Madrid. Téls: 913651813/913667864

Fax: 913651188

Dirección de Internet:http://www.alfayomega.es

E-Mail: [email protected]

Director: Miguel Ángel Velasco Puente

Redactor Jefe: José Francisco Serrano Oceja

Director de Arte: Francisco Flores Domínguez

Redactores: Benjamín R. Manzanares,Anabel Llamas Palacios,Ricardo Benjumea Vega,

Carmen María Imbert Paredes,Jesús Colina Díez (Roma)

Secretaría de Redacción:Elena de la Cueva Terrer

Documentación:María Pazos Carretero

Internet: Beatriz Jaso Ollo

-Imprime y Distribuye: Prensa Española, S.A. -

Depósito legal: M-41.048-1995.

Edita:Fundación San Agustín.Arzobispado de Madrid

8 La foto

9 Criterios

10 Cartas

Aquí y ahora

11 Ver, oír y contarlo.

12 El valor de un esfuerzo pastoral.

13 Iglesia y nacionalismo

Iglesia en Madrid

12 Diez años de Cristoteca.

Campaña de Navidad:

Cáritas 2002.

13 La voz del cardenal arzobispo

14 Testimonio

15 El Día del Señor

16-17 Raíces

Valladolid: La Capilla Sixtina

del arte castellano

19 España

Lectura del Decreto

de canonización de la Beata

sor Ángela de la Cruz

22-23 La vida

Desde la fe

24-25 El pequealfa

26-27 Sobre la candidatura turca

a la Unión Europea:

Una mirada a la Historia

28-29 Libros.

30 Con ojos de mujer.

31 No es verdad.

Música

32 Contraportada

3/7La felicidad sólo

la da el amor;el juquete ayuda.

Cuando los padresse la juegan...

Los medios debensumar,

nunca restar.La televisión,

en familia

18Domingo 29 de noviembre,Jornada de Familia y Vida:

Dejen a la familiaser lo que es.Tratarcomo iguallo desiguales unainjusticia

20/21Mensajede Juan Pablo IIpara la JornadaMundialde la Paz del 1 de enerode 2003:

Carta de deberes

Ricardo Benjumea

El juego del niño puede tomar rumbos insos-pechados y acabar en alguna trastada», ad-vierte la doctora Auerbach, autora de diversas

publicaciones sobre el juguete infantil. Tambiénpuede resultar muy ruidoso y molesto para los adul-tos. Gajes del oficio: «Ésta es la manera en que losniños van adquiriendo conocimientos». No se hadescubierto otra.

Los expertos en educación infantil coinciden enque el juego tiene una importancia crítica para el

aprendizaje en los primeros ocho años de vida; losnuevos programas escolares insisten en que es vi-tal incorporar el juego en las aulas; se repite por ac-tiva y por pasiva que el juego es el mecanismo máseficaz, cuando no el único, para el desarrollo de cier-tas habilidades físicas y mentales, para evitar queel niño crezca y se convierta en un adulto asocial ylleno de frustraciones… Lo que a menudo se olvidaes que juego no casa con pasividad. Jugar significa«tocar, hablar, oler, poner a prueba las capacidadespropias y descubrir nuevos límites...» En otras pa-labras: una cosa es un juguete, y otra, muy distinta,

una niñera electrónica que entretenga al niño paraque así no moleste a los mayores.

El primer consejo que dan los educadores a lospadres es que jueguen con sus hijos. Por encima detodo, aprenderán una lección que no puede sustituirel juguete más caro: saberse queridos. Se aconseja,desde las primeras edades, aprovechar el rato de jue-go para hablar con ellos, para interesarse por susgustos, aficiones, preocupaciones… Y, a la inversa,saber echar siempre mano de la creatividad paratransmitir valores y normas de disciplina, inclusoen cuestiones tan ingratas como el orden en el dor-mitorio. Es igualmente necesario que el niño apren-da a jugar solo, como medio de autoafirmar su per-sonalidad, pero antes necesitará que alguien se sien-te un rato a su lado, coloree con él y le muestre las po-sibilidades de un trozo de cartulina y un par derotuladores. Por cierto, al niño le interesará mucho sa-ber a qué jugaban sus padres cuando eran pequeños.

Cierto: juego no es sinónimo de juguete. Cuandoun adulto vuelve la mirada hacia atrás, hacia susjuegos de niño, recordará probablemente con el ma-yor cariño ratos que pasó jugando a cualquiera delas mil y una variantes del escondite, o cuando, a lahora del recreo, equipados con botas de agua, loscompañeros de clase se metían en el charco y setransformaban en experimentados ingenieros hi-

En portada Alfa y Omega 26-XII-2002 3

La felicidad sólo la dael amor; el juguete ayuda

«Si se siente desbordado ante tanta oferta de juguetes, ¿por qué no prueba conaquellos con los que usted disfrutó cuando era niño? También sus hijos disfrutarán conellos»: es el consejo que da la doctora Stevanne Auerbach, directora del Instituto deRecursos para la Infancia, de San Francisco. Se compra demasiados juguetes quejuegan solos. Y se olvida lo más importante: que el juguete puede encauzar y fomentar,pero nunca sustituir a la imaginación del niño. Además, el problema de los niños de hoyno suele ser la falta de juguetes, sino de compañeros de juego. Si para los mayores valela frase: Un regalo no es más que la disculpa por no haberse regalado uno a sí mismo ,cuando se trata de niños el mejor regalo que les pueden hacer sus padres es tiempopara estar con ellos. Lo demás es por añadidura

dráulicos, abriendo canales y cerrando presas. Tam-bién es cierto que el mejor juguete rara vez es, al fi-nal, el más caro. De hecho, los ingenios que todo lohacen acaban olvidados en un rincón a los pocosdías, según advierte Stevanne Auerbach, mientrasque los juguetes básicos, los de toda la vida, pasanpor lo general la prueba, aunque no resulten tanatractivos el día de Reyes al lado del zapato.

La asociación estadounidense TRUCE (Tea-chers Resisting Unhealthy Children’s Entertaiment–Profesores en contra del entretenimiento infantilinsano–) insiste, en su página web, en el gran valoreducativo que puede tener el juguete, siempre quese escoja el adecuado, y se tenga de entrada claroqué es un niño ante un juguete: «Los juguetes sonlas herramientas del juego infantil. Los valores decalidad fomentan la habilidad natural de los niñospara involucrarse en juegos imaginativos y llenos desentido, permitiéndoles llevar a la práctica sus pro-pias ideas y resolver sus propios problemas. Mu-chos de los juguetes en el mercado de hoy estánaltamente estructurados y vinculados a la televi-sión y los vídeos. Estos juguetes canalizan a losniños al juego imitativo, sustrayéndoles su propiaimaginación, la solución de problemas y respon-sabilidad».

Ludotecas

Entre otras cualidades, esta asociación de profe-sores aconseja que los juguetes puedan «ser utili-zados de varias maneras», esto es, que permitan alos niños determinar el juego. Será bueno tambiénque puedan «ser utilizados con otros juguetes parajuegos nuevos y más complejos». Por el contrario, re-comienda evitar juguetes con los que «la tecnolo-gía electrónica sea el centro del juego»; que incitena imitar «guiones que ven en la televisión o en las pe-lículas», o conduzcan a ver algún programa televi-sivo; que apelen «a la inseguridad de los padres yal deseo de preparar bien a los niños para el cole-gio», ofreciendo apoyo extraescolar, para el que, se-gún quieren hacer ver, no están cualificados los pa-dres, y que, en realidad, no consiguen otra cosa quedistanciar a los padres de la educación de sus hijos,a cambio de ofrecer «materias y métodos de apren-dizaje inapropiados para niños»; que sirvan sólo pa-ra una edad o un nivel de desarrollo; que exalten decualquier forma la violencia o promuevan compor-tamientos sexistas y estereotipados, cultivando enlas niñas la idea de que «el cuerpo es el único centrode atención»...

Una alternativa útil para elegir el juguete ade-cuado es acercarse a una ludoteca, a centros de jue-go para niños y adolescentes, cada vez más im-plantados en España. Las hay de todo tipo. Algunas,por ejemplo, establecen la condición de que los máspequeños vayan a jugar en compañía de sus padres.Las hay vinculadas a Administraciones públicas, aorganizaciones católicas, a ONG... Como rasgo co-mún, promueven el juego como actividad educati-va, y priman su dimensión social, ya que allí se vaa jugar con otros niños. Tampoco es raro que pro-curen hacer del tiempo de juego una actividad útilpara la comunidad, pintando, por ejemplo, alguna fa-chada de un edificio público, o promoviendo algu-na campaña en favor de otros niños pobres o enfer-mos.

Pero hay un aspecto que sorprende especialmenteen estos días de compras navideñas. Los juguetesque allí se ven y que entusiasman a los niños sonmuchas veces juguetes reciclados, juguetes que otrosniños han desechado, y que alguien se ha tomadola molestia de arreglar, o de, simplemente, pasar unabayeta por encima. Mucho más importante aún: sehan tomado la molestia de jugar un rato con el niñoy hacerle ver lo divertido que puede ser ese juguete,cuando uno es capaz de ponerle un poco de imagi-nación.

En portadaAlfa y Omega4 26-XII-2002

Soluciones para cada edad

La clasificación que más frecuentementehace un pedagogo o un psicólogo infantil

de los distintos tipos de juguetes suele ser suvinculación a un tipo u otro de desarrollo:sensorial, motor, del lenguaje, social, del de-sarrollo cognitivo..., cada uno de los cualestiene su momento, o sus características es-pecíficas en cada edad, si bien es cierto quecada niño es único y tiene unas necesida-des y un ritmo de crecimiento propios, yadesde las más tempranas edades.

Stevanne Auerbach escribe sobre los tiposde juguetes más adecuados para cada edad,siguiendo este tipo de pautas: «Los bebésnecesitan estímulos, entretenimiento y se-guridad. Los padres son su primer gran ju-guete: háblale, canta, pasadlo muy bien jun-tos». Cuando estén preparados para ellos, esbueno añadir objetos, que deben ser selec-cionados con especial cuidado. Cita, entreotros, los sonajeros, los patos para el baño,juguetes que permitan pequeños ejercicios fí-sicos.... Y aconseja ponerles música de vezen cuando.

A medida que van creciendo los niños pe-queños, «exploran activamente el mundo yquieren tocar, oler y probarlo todo». Por esoes conveniente comprobar el espacio de jue-go y la seguridad de los juguetes, que en es-ta etapa son especialmente importantes pa-ra el desarrollo de nociones como el color,el tamaño y el peso, según van compren-diendo la separación entre ellos y las perso-nas y objetos que les rodean. El problemaes que cualquier cosa a tiro puede acabardentro de su boca, por lo que se imponenciertas precauciones. Además, ésta es laedad en que empiezan a jugar con otros ni-ños, o, al menos, cerca los unos de los otros.Observar cómo interactúa con la gente y conlos objetos puede decir mucho a los padressobre el niño, e incluso advertir anticipada-mente sobre algún problema.

Cuando el niño está en edad de Prees-colar, su interés por lo que le rodea se mul-tiplica, igual que su energía. Conviene teneren cuenta que «los productos demasiado

complejos son frustrantes, y los demasiadofáciles son aburridos». Lo mejor es «enseñaral niño a utilizar el producto sólo si necesitaayuda», y, si no, «permitir que lo descubrapor su cuenta». Sea para interiores o paraexteriores, el juego es un medio para esti-mular la creatividad, la coordinación mano-ojo, el desarrollo de capacidad de asumirresponsabilidades y habilidades sociales...

Después, cuando acceden a cursos dePrimaria, el crecimiento se acelera. Los jue-gos de exteriores y, sobre todo, la amistadcon otros niños es fundamental. Los juguetescon los que jueguen sus amigos influenciaránsus gustos, aunque no sean los más ade-cuados. Es bueno estimular la reprocidad,el dar y el recibir. También los juguetes cre-ativos que desarrollen la imaginación. Sepuede incluso probar con instrumentos mu-sicales. Y, para desarrollar las habilidadesmentales, son útiles el ajedrez, los juegosde mesa, los de ciencia..., y no está de másplantearle retos que, además de divertirle,le pongan a prueba.

La elección se complica para niños de en-tre 9 y 11 años. Ya no son tan pequeños,maduran rápidamente. Pero no por ello hayque olvidar que «aún necesitan tener un buenequilibrio entre las actividades de casa, delcolegio y el juego. Los niños expandirán sustalentos e intereses si se les anima a ello». Laselección debe ser, por tanto, mucho máspersonalizada. La cuestión, en todo caso,es que, «cuando los niños están ocupadosde forma constructiva, están más contentosy son más productivos en casa y en el cole-gio. Leer, jugar, hacer volar una cometa, prac-ticar un hobby... ayudará al niño a ser más in-genioso, más sociable y tener más confian-za en sí mismo. Si los amigos y las activida-des individuales son importantes, tambiénlo es la relación con los padres». La doctoraAuerbach les anima por eso a buscar acti-vidades divertidas para jugar juntos. Si esposible, juegos «donde todos puedan ga-nar».

La llegada de la Navidad supone,entre otras cosas, enfrentarse alcíclico debate sobre los acier-

tos y errores que comete la publicidadinfantil. Esta discusión se alimenta deposturas políticas, sociales, económi-cas…; en sus extremos se encuentranlos partidarios de la supresión de estetipo de mensajes, y los que abogan porla libertad de expresión publicitaria.Sin obviar la importancia que tiene lavoz de los progenitores en este polé-mico foro, la cercanía de las fiestas na-videñas supone otro problema real pa-ra muchos padres: tomar decisiones decompra sobre los regalos que se me-recen sus hijos, ya sea de motu pro-prio o en representación de fantásti-cos bienhechores.

Si se aborda este problema desdeun realismo positivo, el tener que de-cidir puede ser una gran ocasión paraenseñar y guiar a los hijos en un pro-ceso de compra de peculiares carac-terísticas: mezcla de ilusión y deseopor parte de los pequeños, gran pre-sión publicitaria por parte de anun-ciantes y medios, sentimiento de obli-gación magnánima por parte del com-prador paterno… Pero ¿cómo atinaren estas condiciones?

En primer lugar, es un momentointeresante para averiguar qué tipo deinformación persuasiva manejan lospequeños. Esto supone aislar sus pre-ferencias de las fuentes que las hanprovocado. Podemos comprobar la in-fluencia de sus semejantes e insistiren que la pertenencia a un grupo nose da sólo por la posesión de determi-nados objetos. Podemos enseñar a ma-nejar la información publicitaria delos folletos que caen en nuestro bu-zón, o de los anuncios que aparecenen televisión. En este caso, es impor-tante que el niño discrimine entre elcontenido fantástico de los anuncios,las posibilidades reales del juguete y loque él mismo debe aportar con su ima-ginación. En definitiva, aunque ten-gamos la impresión de que los creati-vos no conocen bien a nuestros hijos,nosotros sí podemos controlar sus re-acciones y llenar las lagunas que lapublicidad provoca. Por último, tam-bién será ocasión de que aprendan elvalor de las cosas y las limitacionesdel presupuesto familiar o el de losReyes Magos…

En lo relativo a la elección mismadel juguete, puede ser interesante to-mar en consideración las siguientesrecomendaciones:

El juguete debe ser seguro. Ensu envoltorio deben aparecer las ho-mologaciones que establece la UniónEuropea sobre este particular.

Que sea un juguete que dure.Aunque se lo regalemos en Navidad,

el niño juega todo el año. Valorar suresistencia, la calidad de los materia-les, etc.

Tener en cuenta las condicionesmínimas para que el juego sea posi-ble. Valorar si necesita a otras personas

para jugar y si normalmente las tiene;si necesita salir de casa y puede; si sonnecesarios materiales o pilas que,cuando se agoten, nosotros debere-mos reponer.

Dedicar un tiempo prudencial acomparar precios. Según se acercanestas fechas, las diferencias entre co-mercios se disparan. Asimismo, esaconsejable no retrasar la compra. Asíse evita la precipitación del último mo-mento y que las prisas impidan unadecisión acertada.

Debemos preocuparnos por queel juego sea constructivo. El mismoacto de jugar ya es una actividad po-sitiva. No es necesario que se con-viertan en genios mientras juegan, nitampoco optar sólo por juguetes queson una extensión de lo que el niñoaprende en la escuela.

El juguete debe estar adaptado,sobre todo, a la edad. Por ejemplo, siun juguete necesita montaje para ju-gar y el niño no es capaz de realizarlo,seguramente nosotros tendremos quemontarlo y su juego consistirá en des-montarlo. Nosotros somos sus padresy conocemos bien sus capacidades.

No intentar que tengan el jugue-te que nosotros nunca tuvimos. Ellos ynosotros son realidades distintas.

No dejarse influir demasiado porel precio. Aunque para los padres eldinero desembolsado sea indicativode generosidad, los niños no aprecianlos juguetes por su valor. Fundamen-

talmente, lo hacen desde el cumpli-miento de sus expectativas lúdicas. Encualquier caso, si el precio implica lodicho anteriormente, adelante.

Xavier Bringué

En portada Alfa y Omega 26-XII-2002 5

Cuando los padresse la juegan…

El autor de este artículo es pedagogo y doctor en Comunicación. Profesor en la Licenciatura de Publicidad y Relaciones Públicas, en la Universidad de Navarra, imparte las asignaturas de Comportamiento del Consumidor e Investigación de Mercados.

Actualmente, trabaja en el GRICE (Grupo de Investigación en Comunicación Efectiva), donde lidera varios proyectos relacionados con el consumo y la publicidad infantil

R. B.

Hay cosas que, en realidad, só-lo cambian en forma y apa-riencia. Don Fernando García-

Fernández invita a parar y reflexionarun momento, antes de caer en el pá-nico, al padre que huele el peligro enInternet, donde su hijo pasa las horasconectado, pero que se siente abru-mado porque desconoce el medio, obien porque, simplemente, él tuvo queaprenderlo solo, y no ve claro cómose puede educar en su uso. ¿Darle laespalda sin más? Contraproductivo:evitaremos, quizá, algún mal, pero es-taremos cerrando las puertas a las in-mensas posibilidades que, bien utili-zado, puede aportar el medio, y de-jando al niño en franca desventaja enesta sociedad, no en vano llamada delconocimiento. La cuestión es que, unavez que el padre se ha familiarizadocon el medio, puede empezar a enfocarla cuestión desde un punto de vistadistinto, y así darse cuenta de que el tí-tulo de padre es todo lo que realmen-te necesita, siempre, naturalmente, queese título no sea papel mojado.

«Hay páginas web con material no-civo para niños y para adultos. Peroeso es algo que ya existía antes –di-ce–. Lo que ocurre es que ya no es ne-cesario acceder a él a hurtadillas».Otro ejemplo: «Con los chats, unopuede engañar fácilmente, proyectaruna imagen de sí mismo falsa y enga-ñar a otros». Pero timos de la estam-pita ha habido siempre, «y hemos te-nido altos cargos que presumían decurrículos falsos». No son para bro-ma, en ningún caso, episodios que sehan dado de manipulación de menorespara fines delictivos a través de Inter-net, o de sectas que han captado a me-nores en chats, recurriendo a suciasestratagemas psicológicas. «No esbueno exagerar, pero hay que estaralerta. Hay que explicar a los niñosque pueden ser engañados»: Caperu-cita y el lobo feroz, en versión digi-tal. Y así volvemos a lo mismo: maloserá que el niño vea lobos por todaspartes, y también que, cuando algunose cruce en su camino, no tenga la con-fianza necesaria para hablar de ellocon sus padres.

El mito de que lo escrito, o lo pu-blicado, es automáticamente veraz esotro de los aspectos esenciales a teneren cuenta en la educación para Inter-net, como para cualquier medio de co-

municación. En varios libros y artícu-los –recuerda García-Fernández–, sedice que a Galileo le quemaron en lahoguera. El problema es que, si eladulto renuncia a ver televisión, a le-er periódicos... de forma crítica, pres-cindiendo incluso de elementales va-loraciones morales, y asumiendo queno son más que formas de desconectarde la realidad, de pasar un rato deocio, difícilmente podrá inculcar a suhijo un espíritu crítico. Recurrir a al-gún tipo de filtro de los que existen enel mercado para Internet –dice– esaconsejable. Pero será sólo un parche.Nunca podrá suplantar a una buenaeducación.

Muchos síntomas encontramos, sinembargo, hoy, de que padres y educa-dores están fallando en la educaciónpara los nuevos medios de comunica-ción, igual que ocurrió ya con la tele-visión, una batalla dada por muchosya por perdida. El doctor Castellsconstató que la adicción mediática deniños y adolescentes es un hecho, alque deben enfrentarse cada vez más

los psicólogos y psiquiatras. Pasan ho-ras viendo televisión, enviando men-sajes por el teléfono móvil, están no-ches enteras conectados a Internet...«Y los padres, en la inopia, tranqui-los porque piensan que, como sus hi-jos están metidos en su habitación sinmolestar a nadie, no pueden estar ha-ciendo nada malo». Hay un remediofácil: pasar más tiempo con ellos, in-teresarse por sus problemas (lo que

«suele ocurrir cuando ya es demasia-do tarde, y se enfrentan a que el chicosufre alguna patología»)...

Sí, estamos ante un empacho digi-tal, según Castells. La realidad se haconvertido en una ventana más, y unaventana, además, menos atractiva queel mundo virtual. Pero no es cosa só-lo de niños: entre los adultos, dicenmucho anéctotas como la de quien veun paisaje «y piensa inmeditamente:¡Qué maravilla!, ¡si parece una pos-tal!» O la imagen de los usuarios delMetro de Madrid, absortos frente laspantallas de vídeo recientemente ins-taladas en las estaciones, usuarios que,en muchos casos, cuando lleguen asus casas, lo primero que harán seráencender el televisor.

«Pero todo esto, preocupante paracualquier edad, tiene un impacto es-pecialmente perjudicial en el niño, queestá desarrollando su personalidad»,advierte Castells. Por eso, a quienespiensan que lo mejor que pueden haceres «dar a sus hijos todo aquello queellos no pudieron tener», les aconsejaque, de entrada, prueben a darles aque-llo que sí les dieron a ellos: «afecto,cariño, esa jaculatoria de su madre...»

Hay ciertas cosas que son insusti-tuibles: la comunicación interperso-nal, con su lenguaje no verbal; el con-tacto con la naturaleza; el recogi-miento interno... Pues bien: para tratarciertas adicciones, ya sea a la televi-sión o a las drogas de diseño, un re-curso frecuente es llevar a un parque alenfermo y animarle a redescubrir (odescubrir) esos pequeños placeres dela vida. Pero no resulta nada fácil.

En portadaAlfa y Omega6 26-XII-2002

Los medios deben sumar,nunca restar

Teléfonos móviles, Internet, videojuegos, televisión... ¿Sufren de empacho digital los niños y adolescentes? Esta pregunta trataron de esclarecerla en la escuela de negocios IESE, de la Universidad de Navarra, don Fernando García-Fernández, experto en

Psicología infantil y nuevas tecnologías, y el psiquiatra don Paulino Castells. Muchos y graves peligros se presentan ante padres y educadores. Pero en su mano está enseñarles a utilizarlos adecuadamente y a sacar de ellos todo el provecho que sea posible

Los hijos deben ser educados por sus padres,tanto a ver espacios televisivos gratificantes yenriquecedores, como a no ver aquellos que le

puedan degradar en su dignidad humana. Si los pa-dres no enseñamos a ver televisión a nuestros hijos,¿quien lo hará?

Tenemos que enseñar a los hijos a que no hayque ver televisión, sino que hay que ver programasde televisión. Así podremos desarrollar la capaci-dad de selección y discriminación, que nos habilitarápara ver aquello que nos conviene, y nomirar aquello que no nos conviene ver.Debemos preguntar a nuestros hijos quéquieren ver, más que si quieren ver tele-visión.

Para crear un criterio de selección a lahora de ver televisión, debemos evitar tenerencendida la televisión, cuando no hay na-die viendo un programa determinado.

Un buen ejemplo de afirmar las ide-as anteriores es no tener a mano el man-do a distancia. El zapping, o lacostumbre de cambiar per-manentemente de canalde televisión, es con-trario al criterio de se-lección que debemosdesarrollar en nuestros hijos pa-ra ver la televisión.

Nuestros hijos no deben tener un aparato detelevisión en su habitación. Esta costumbre incenti-va el aislamiento, provoca una adicción a la televisióny es contraria a la vida de familia. Debemos tenerpresente que una adicción desordenada a la televisiónimpide el juego de nuestros hijos, su creatividad y laconvivencia familiar.

Es conveniente tener un horario preestableci-do para ver programas de televisión. Como todaslas cosas, la televisión tiene su lugar en la vida fa-miliar, junto a otras actividades.

No use la televisión como una niñera electró-nica, dado que ella no cuida verdaderamente anuestros hijos, especialmente si los deja-mos ver lo que están dando. Cuando ambospadres trabajan, este criterio es especial-mente importante.

La capacidad de imitación que tie-ne el niño debe ser orientada hacia elconocimiento de personajes reales yejemplares (por ejemplo, deportistas,héroes de nuestra Historia, poetas des-tacados, etc.), y no hacia héroes ima-ginarios e inexistentes.

Echarle la culpa a la televisiónes la salida fácil. Los padres no de-bemos abdicar en la lucha paraque en casa se vea buena televi-sión, teniendo siempre presente quenos corresponde a nosotros el deber yla responsabilidad de formar de nuestros hijos.

Si puede es muy conveniente, que los padresacompañen a sus hijos a la hora de ver televisión.De esta forma, podremos conocer directamente losefectos que los programas que ven producen en nues-tros hijos.

No todos los programas dan lo mismo. Debe-mos preferir que nuestros hijos vean aquellos espa-

cios que tengan que ver con el desarrollo de valoresfamiliares, amor a la naturaleza, ocupación positivadel tiempo de ocio, estudio y cultivo de la cultura ydel espíritu, etc., a aquellos programas insustancia-les o superficiales.

No es conveniente que el niño vea el programaque se le antoje, ya sea

con la complicidad desus padres o a es-

condi-

das deellos. Noconviene dar por sen-tado que todos los programas lla-mados infantiles tienen un contenido adecuado. Lospadres debemos orientar a nuestros hijos en estesentido. Esto nos obliga a informarnos adecuada-mente al respecto.

Los padres debemos informarnos del conte-nido de los programas de televisión. Cualquier es-pacio que incluya erotismo, sexualidad, violencia,maldad, permisividad, delincuencia, racismo, etc., noes apto para niños. Y los padres deben saberlo, yevitar que sus hijos los vean. Para lograr esto, sepueden consultar las guías de calificación de la pro-gramación televisiva que se publican a instanciasde diversos organismos y en diversas revistas.

Los padres de familia deben esforzarse porbuscar alternativas a la televisión: deporte, visitas amuseos y parques naturales, sesiones de teatro, pro-yección de videos, fomento de conversaciones fa-miliares, prácticas de acciones solidarias a favor delos demás, etc.

Inevitablemente, y no obstante nuestros es-fuerzos, habrá contenidos televisivos contrarios alos valores familiares. Los padres debemos fomen-tar que los programas sean analizados y conversadosen reuniones de familia, por ejemplo en las comi-das. Esto no sólo enriquece la comunicación fami-

liar, sino que es una manera muy buena de dar unapoyo concreto a la educación de nuestros hijos,

evitando que arraiguen malos contenidos televisivosen ellos.

Las familias, poco a poco, pueden crear unavideoteca con películas y documentales de interés pa-ra los niños.

Los anuncios pueden ser tan peligrosos comolos malos programas de televisión. Los padresdebemos estar muy atentos para que la televi-

sión no convierta a nuestros hijos en personas su-perficiales o consumidoras de todo lo que se anun-

cia. Nunca hay que hacer caso de la publicidad de ju-guetes que incite a la violencia, a la discriminación,y al racismo.

Ver o no ver televisión no debe convertirse pa-ra los niños en un premio o castigo.

Los padres de familia deben iniciar a sus hijos,según su edad y desarrollo, en una positiva yprudente educación sexual, que evite que unaimagen distorsionada de la mujer y del sexoles sea trasmitida, poco a poco, por mediode la televisión. No debemos dejar que nuestros hijos ve-an televisión basura. Si estos programas detelevisión son vistos por nuestros hijos, con-

fundirán la realidad con la ficción, se desorien-tarán y equivocarán al comprender y valorar el sen-tido de la vida, e irán deformando su propia con-ciencia. Transigir con la mala calidad de aquellosprogramas de televisión inadecuados para los niños,dejándolos que los vean, equivale a transigir y hacerse cómplice de loque distorsiona los valores y los derechos de la in-fancia.

Los padres de familia debemos organizarnospara exigir un tipo de televisión para los horariosinfantiles. Las actitudes groseras, los hábitos y com-portamientos antisociales, las obscenidades del len-

guaje, la pérdida del sentido de la autoridad, lavulgaridad y la frivolidad, la apología sublimi-nal o directa de conductas reprochables, cual-

quier menosprecio a la vida humana, etc. debenser erradicados, especialmente de los espacios quetengan a los niños como destinatarios.

Los padres de familia y educadores deben ha-cer comprender a los niños que la televisión no es niimprescindible ni el único medio par llenar su tiem-po libre.

El ejemplo resulta una terapia eficaz. Si lospadres ven mucha televisión, o televisión de malacalidad, ¿con qué criterio van a evitar que sus hijosvean aquellos programas negativos para ellos?

En portada Alfa y Omega 26-XII-2002 7

La televisión, en familiaReproducimos el artículo publicado en la página web de la archidiócesis de Morelia(México) sobre cómo utilizar la televisión dentro del ámbito familiar. Especialistas eneducación familiar brindan en este artículo una serie de útiles y prácticos consejos para aprender a utilizar la televisión como un medio eficaz para la educación de los hijos

Antonio Molina,el joven guardiacivil, hijo y nietode guardia civil,asesinado porETA en la carre-tera de La Coru-ña, faltará esta

Navidad en casa. El sacrificio de su vida hahecho posible que muchos otros hijos, pa-dres y madres –no se sabe cuántos– no fal-ten en la mesa familiar de esta Navidad.Vienen espontáneamente a la mente laspalabras del Evangelio: «No hay mayoramor que el de quien da la vida por los de-más». Su madre, destrozada, le acaricia(en la foto de Efe pool), diciéndole: «¡Quévaliente eres y qué bueno!» –para ella si-gue y seguirá viviendo siempre, y así lo ase-gura el Niño Dios que ha nacido precisa-mente para darnos la vida eterna–; en laotra foto, una compañera guardia civil besala Medalla de Oro al Mérito, junto al ministrodel Interior, antes de colocarla sobre los res-tos mortales del muchacho asesinado. Laslágrimas de la madre y las lágrimas de sucompañera son las de todos los hombresy mujeres bien nacidos. El etarra asesinoque escapó hasta San Sebastián le dijo altaxista que le llevó de Valladolid a Burgosque tenía prisa «porque su madre estabaenferma». En la noche santa de esta Navi-dad sería bueno que cada familia tuviese

un recuerdo para Antonio Molina y para sumadre; sus seres queridos, para Juan Mo-lina, el guardia civil herido y su familia; ytambién una oración para que deje de haberseres humanos sin corazón que matan, ytodavía se manchan más con excusas sobresu madre: una oración por la conversión delos asesinos. La Conferencia Episcopal, ensu nota de condena de este nuevo atentado,invita «a las comunidades cristianas a ro-gar por la conversión de los corazones co-mo el único camino para la verdadera paz,a acompañar y a atender a las víctimas delterrorismo y a mantener la esperanza en lamisericordia de Dios, único capaz de tocar

el corazón de los hombres infundiéndolessentimientos de paz». Lo mismo han hechoel cardenal arzobispo de Madrid y sus obis-pos auxiliares. Todo ello, sin detrimento dela justicia (uno de los etarras asesinos es-taba en la calle tras haber cumplido sólo lamitad de su condena, y el otro salió a la ca-lle gracias a la tregua-trampa); y sin detri-mento de la convicción de que, como ha re-cordado monseñor García-Gasco, arzobis-po de Valencia, «quien calla ante el terro-rismo, acribilla nuestra dignidad depersonas». El amor, meollo de la Navidad,que no es un día, sino todos y cada uno delos días, es más fuerte que la muerte.

La fotoAlfa y Omega8 26-XII-2002

Más fuerte que la muerte

Qué habéis pensado hacer cuan-do seáis mayores? –les dice asus padres uno de sus peque-

ños hijos–, porque yo de mayor voy aser astronauta, y entre ir y venir deMarte no voy a tener tiempo para cui-daros. Bueno, está Nico, ¡pero no sa-be ni atarse los zapatos!»: así marti-llea en la tele y en la radio un anun-cio de planes de pensiones, ¡el no vamás del progreso del Estado delbienestar! En aras del dios dinero, seestá llegando a sacrificar hasta ese pe-queño resquicio de humanidad, quegracias a Dios aún sigue vivo, del ni-ño que, antes que cosas quiere que suspapás jueguen con él, o del que quie-re un hermanito antes que juguetes.

Se trata de asegurar el futuro, ¡heahí el gran logro de la modernidad!¿Pero qué futuro puede esperar a laHumanidad, por muchos millones deeuros que se tengan en los planes depensiones, más que esa muerte en vi-da que es la terrible soledad de un serhumano sin el calor de las personasamadas? Ese calor, a base de la gelidezdel dios dinero, llámese tener de to-do para los pequeños, o fabulosos pla-nes de pensiones para los mayores, seestá ya minando desde la más tiernainfancia. «Yo también tengo uno solo–comenta una madre a otra a la puer-ta del colegio esperando a su hijo úni-co–. Por cierto, que no para de decir-me que quiere un hermanito. Ya vestú qué capricho. ¡Si tiene de todo!»No es caricatura. Es lo que sucedecuando se prima el tener sobre el ser,y la triste consecuencia, al final, esque no se tiene nada. Ni los pequeños,ni los mayores.

En Belén al nacer, como en el Cal-vario al morir, ¿qué tenía Jesús? ¿Aca-so el cerrojo de la posada, o la intem-perie de la cruz, le impedía ser el Se-ñor de todos y de todo? ¿Y de qué po-día servirle a Herodes su palacio, o aPilatos su poder, dando la espalda a laVerdad y la Vida? El signo más ex-presivo, sin duda, de la galopante des-cristianización del mundo contempo-

ráneo es precisamente esa ausenciadel calor humano que se llama ¡fami-lia!, el único lugar donde cada ser hu-mano, como nos dijo el Papa Juan Pa-blo II durante su primer viaje a Espa-ña, hace ahora veinte años, pero cu-yas palabras resuenan hoy con mayoractualidad si cabe, «¡es amado por símismo!» Es amado como todos deseamos verdaderamente ser ama-dos, desde el niño que tiene de todo,pero ni padres ni, por ende, un her-manito, hasta el abuelo que podrá dis-frutar de pensiones millonarias, peroque se muere de pena sin hijos y sin

nietos a los que llenar de esperanza ycon quienes jugar y gozar.

Adorando al dios dinero, el hom-bre se ha quedado solo. Y «no es bue-no que el hombre esté solo», como yanos dice la Palabra de Dios desde suprimera página. No es bueno, ni be-llo, porque no responde a la verdaddel ser humano, estar solo, vivir so-lo… Y, sin embargo, la cultura domi-nante no deja de imponer a toda costalo que está en las antípodas de la es-peranza: esa soledad esclavizante quees la antesala de la muerte, por mu-cho que se crea estar viviendo a tope ydisfrutando de la máxima libertad.¡Triste ceguera!

Fijando la atención en la encíclicadel Papa Juan XXIII Pacem in terris,que cumple su cuarenta aniversario,proclama Juan Pablo II su Mensajepara la Jornada Mundial de la Paz del

próximo 1 de enero. En él ha de cons-tatar con dolor que «la visión precur-sora del Papa» proponiendo «una au-toridad pública internacional al servi-cio de los derechos humanos, de la li-bertad y de la paz», no sólo no se halogrado aún, sino que, en su lugar, loque existe es «la frecuente indecisiónde la comunidad internacional sobreel deber de respetar y aplicar los de-rechos humanos». Y pone el dedo enuna llaga especialmente significativa,al señalar la flagrante contradicciónde unas «sociedades tecnológicamen-te avanzadas» cuyos «derechos hu-manos elementales no son respeta-dos». Y no lo son porque «la comu-nidad internacional, que desde 1948posee una carta de los derechos de lapersona humana, ha dejado de insistiradecuadamente sobre los deberes quese derivan de la misma». ¿Y no es elprimer deber el respeto de su sagradadignidad, llamada a ser antes que a te-ner? Olvidarlo ha llenado al hombrede cosas vaciándolo de sí mismo… y,al final, hasta de las mismas cosas.

Resulta más que llamativo ver portodas partes a personas aisladas en lacalle cada una con su móvil, o en casacada una con su televisor o con las re-alidades virtuales de su ordenador…Ése es el resultado de dar la espaldaa la verdad: unos medios de comuni-cación para, en realidad, estar inco-municados. Las cosas, efectivamen-te, no pueden comunicarse. Sólo secomunican las personas.

Los cuatro pilares de la paz –diceJuan Pablo II en este Mensaje– son«la verdad, la justicia, el amor y la li-bertad», pero no virtuales, ¡reales! Eserealismo es justamente la esencia delhecho cristiano, que es eso, un hecho,vivo y presente, aquí y ahora, un Niñoque llora y que ríe, y que juega, y queama y es amado, mostrando así la be-lleza, el bien y la verdad de la vida;no es un mundo de robots, llenos dejuguetes o de planes de pensiones, si-no ¡personas, con alma y corazón!

Criterios Alfa y Omega 9

El perdóndesenmascara

Desde el primer momento, el te-rrorismo fue condenado por

los obispos. En 1986 hubo ya unacondena colectiva de parte de laConferencia Episcopal. Despuésha habido multitud de comunica-dos condenatorios de distintos or-ganismos eclesiales con ocasión delos numerosos y crueles atentadosde ETA. Ocurre que estos docu-mentos no tienen una buena divul-gación, mientras que los golpes delterrorismo son muy duros y pro-vocan precipitaciones y nerviosis-mos. En algunos momentos dabala impresión de que hubiera ciertatendencia a acusar a la Iglesia detibieza frente al terrorismo, como sialgunos quisieran empujarnos haciasus mismas posiciones. En con-junto, la postura oficial de la Igle-sia en España ha sido siempre cla-ra y firme, pero los obispos somosmuy conscientes de la necesidadde mantener la actuación de la Igle-sia al margen de los intereses decualquier grupo político.

Es evidente que ETA, entre otrascosas, pretende provocar el odio yenfrentar a los ciudadanos en blo-ques irreconciliables. Aunque susactuaciones sean terriblemente do-lorosas, no es justo ni tampoco fa-vorable el dejarse llevar de senti-mientos indiscriminados de odio yde rechazo. Con nuestra conductatenemos que demostrar que pode-mos vivir juntos unos y otros. Esamadurez de una sociedad pacífica ybien integrada es la mejor victoriacontra las pretensiones de ETA. Elperdón, como ha dicho tantas ve-ces el Papa Juan Pablo II, es un ele-mento indispensable de la justicia yde la paz. Perdonar a quien nos hahecho daño es la mejor forma dedenunciar su injusticia y de invi-tarle a salir de ella. Puede resultardifícil perdonar, pero la Iglesia, co-mo no puede dejar de proclamar elNo matarás del Decálogo, tampo-co puede callar el Perdonad y se-réis perdonados o el Amad a vues-tros enemigos del Sermón de laMontaña. El perdón es fruto delamor, y el amor abierto y univer-sal es el único fundamento sólidode la paz. De hecho, hay muchasfamilias cristianas que han sufridolos crímenes de ETA en su propiacarne y nos están dando ejemplosconmovedores de generosidad y deserenidad.

Fernando Sebastián Aguilar,Zenit España

ΑΩ

26-XII-2002

Personas, no robotsPersonas, no robots

Un partido para la familia

He leído el artículo de su redactorjefe, señor Serrano, sobre el Con-

greso de Familias numerosas que, es-tos días pasados, se celebró en el Pa-lacio de Congresos de Madrid, y a suvez la desinformación a la que esta-mos acostumbrados en la casi totali-dad de los medios de comunicación.¿No sería posible que, en vez de tan-to lamentarnos de los políticos, se fun-dara o creara un partido para las pró-ximas elecciones municipales? Estoyseguro que tendría concejales en elAyuntamiento y sería más fácil de or-ganizar que un congreso. La gente lla-na y sencilla en esta capital y su Co-munidad está asqueada de que a cual-quier cosa le llamen familia. Pónganleel nombre más oportuno, que todos loentiendan, y, con muy poco esfuerzo,obtendría una importante cantidad devotos que, por supuesto, se les resta-ría a los que hemos votado confiandoen su cartel y en las promesas que ha-cen siempre respecto a este asunto.Además, no engañamos a nadie, de-fendemos simple y llanamente la fa-milia y no la familia que se han sacadode la manga algunos políticos que se ladan de cristianos católicos y se cam-bian la chaqueta cuando pisan el Con-greso, y se vuelven a enfundar la otracuando salen asistiendo a procesio-nes.

Diego Fernández RomeroMadrid

Teoría de latransferencia

He leído con verdadero interés laInstrucción pastoral de la Confe-

rencia Episcopal Española, que con-sidero un documento insustituible, es-perado, conveniente y esclarecedorpara romper, de una vez por todas,las constantes suspicacias y la mala

fe que se ha vertido, casi siempre in-justamente, contra la diáfana conde-na del terrorismo de ETA por los obis-pos españoles. Lo que más me ha lla-mado la atención es la teoría de latransferencia de culpa, que se arro-gan los terroristas y el terrorismo engeneral para justificar sus acciones.Dicen que la violencia como métodode acción es una respuesta al otro te-rrorismo que ejerce el Estado espa-ñol opresor de sus derechos. Claro,y los pobrecitos terroristas no puedenpor menos que matar a seres huma-nos; pero, eso sí, la culpa es de losotros. Éste es un planteamiento que,si no fuera por la gravedad de sus ac-tos, habría que tratar como una teoríapsicológica de preescolar. Pero esuna especie de maquiavelismo deguerrilla, que ojalá estuviese ya su-perado. Pero ni el Muro de Berlín, nilos fanatismos extremos tienen encuenta el reloj de la Historia.

Jesús Espinosa CarrascalMadrid

Perversión del lenguaje

Ser víctimas de la mentira y la ma-nipulación está a la orden del día.

En ocasiones cuesta verlo por su su-til envoltura, pero se encuentra en de-masiadas situaciones.Muchas vecesse echa de menos la honradez paracumplir la palabra dada y los compro-misos libremente adquiridos. En cual-quier conversación surgen la infideli-dad y la manipulación genética, liga-das al egoísmo de la persona que dis-culpa la situación, y es que utilizamosla moral a conveniencia de nuestrobolsillo y bienestar. Las medias ver-dades se convierte en términos per-versos del lenguaje, lo cual no deja deconfundir. No podemos olvidar lasfuentes de donde venimos: el hombrees más que un cuerpo, tiene alma, ypor lo tanto depende en su naturalezade Dios.

Ana María Gómez SorocaAndújar (Jaén)

CartasAlfa y Omega10 26-XII-2002

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

Recuperar el belénComo sabéis, mucha gente, incluso llamados cristianos, han sustituido el belén por el

árbol de Noel. Nosotros, la Asociación de Belenistas de Madrid, no estamos en con-tra del árbol, como elemento decorativo, pero sí pensamos que, en su pie, debidamenteambientado e iluminado, debiera haber un Misterio formado por las figuras bases del be-lén: el Niño Jesús, la Virgen María y san José. Los belenistas decimos que «una Navidadsin Nacimiento, belén o pesebre no es Navidad». Pensamos que lo más importante de laNavidad es el belén, pues con él representamos plásticamente el hecho más importantesucedido en este mundo, el nacimiento del Hijo de Dios en Belén, hace poco más de dosmil años. Nuestra asociación es una entidad religiosa, pero también cultural y artística, ysu principal finalidad es que en las fiestas de Navidad se conmemore el nacimiento de Cris-to en Belén. Nuestro arzobispo emérito, el cardenal Ángel Suquía, decía que «el belén esuna de las formas más bonitas de hacer apostolado».

José Manuel Sánchez-MolinaMadrid

El secreto de la felicidad

Nunca el hombre se ha encontrado tan solo comoen la actualidad. La soledad viene a constituir un

síndrome patológico cargado de síntomas de la másvariada especie. Siniestra compañera del hombre mo-derno es la soledad. Desde elprincipio de la Creación, Diosvio que no era bueno que lehombre estuviese solo, y deuna costilla de Adán creó aEva. Adán y Eva hablaban conDios hasta la dichosa manza-na que nos apartó de Él.

Dios ha dotado al hombrede facultades para tender a lafelicidad. La felicidad es algoíntimo, secreto, que se mani-fiesta en su componente psi-co-somático. La belleza, lobueno es estímulo para la fe-licidad. Quieren que nada mássea dinero y amor, y otros es-criben trabajo. Por muy felizque se sea, siempre queda unhueco en el cerebro. En el co-razón queda una insatisfac-ción –que yo llamo el pellizcode Dios– que deja esa felici-dad incompleta, hasta des-cansar en Dios. Muchos sa-ben de lo que les hablo. Co-nozco a un jubilado en el sa-natorio donde trabajo, que reconoce ese menos en sucorazón, que goza de una puesta de sol, y más de unavez me ha parado para contemplar la belleza de unarosa. Su conversación es sabia, sus consejos acertadosy la muerte la considera como un tránsito a un lugarmejor. La vida cambia pero no desaparece. Firmé sucertificado de defunción a los pocos días, su aspecto se-reno parecía sonreír a nuestros afanes.

Pablo de Lucas EstremeraMadrid

Fe de erratasEn el número pasado se publicó, por error involuntario, una

ilustración del volumen El niño que nació en Belén, indi-cando una editorial errónea, siendo la correcta Edelvives.

José Francisco [email protected]

Es Navidad. Escribió Goethe que, «cuando sehabla de un niño, nunca se habla de un objeto;sólo y siempre de esperanzas». Muñidores de

palabras, de ruidos, de mensajes, los periodistas, so-metidos a la tiranía de la comunicación, cuando con-templamos el silencio de la Noticia por excelencia, delmayor Watergate del espíritu en la historia de la Hu-manidad, las palabras se nos vuelven silencios. Algoasí intuyó K. Rahner en un famoso artículo tituladoPara una teología de la Encarnación: «Vamos a in-tentar reflexionar un poco sobre el misterio que lla-mamos misterio de la encarnación del Verbo de Dios.Y es que aquí está el centro de la realidad de la que loscristianos vivimos, de la realidad que creemos (...)Deberíamos, por lo tanto, reflexionar en la teología yen la vida cristiana sobre esa realidad central. Y aveces hablar menos sobre tantísimas cosas. Pues talmisterio es inagotable y, comparado con él, la mayoríade las otras cosas sobre las que hablamos carecen deimportancia. Es un signo sombrío de la teología yde la predicación eclesiástica el hecho de que sobreel misterio abarcador casi sólo se repita –y un pocoaburridamente– lo que siempre se dijo. Sin embargo,la verdad de la fe sólo puede conservarse preocu-pándose, siempre de nuevo, de ella. Pues tambiénaquí vale aquello de que sólo posee el pasado quienconquista el propio presente. Y de este fallo de la te-ología sólo puede consolarnos el hecho de que hayhombres que, en la vida y en la muerte, están uni-dos al Señor en fe, esperanza y amor».

Don Quijote le dijo a su fiel escudero: «Al buencallar llaman Sancho». Josep María Ruíz Simónnos recordaba en el diario La Vanguardia, el pasado18 de diciembre, miércoles, los Usos del silencio. Es-cribía: «Es más que probable que Chamfort conocie-ra El arte de callar (1771) del abate Joseph AntoineToussaint Dinouart. Entre los principios necesariospara callar recogidos en este tratado, se encuentra elcitado versículo del Eclesiastés. Pero también unamáxima que lo llena de contenido y que, en caso de seratendida, pondría en crisis, además de no pocas re-laciones personales, todas las industrias que merca-dean con las palabras: Sólo se debe dejar de callarcuando se tiene algo que decir más valioso que el si-lencio. El abate Dinouart distingue entre diversos ti-pos de silencio, entre ellos el silencio del prudente, quees una lección para los impertinentes y una correcciónpara los culpables. Lo más interesante de su obra esque pone de manifiesto que el silencio también cae ba-jo el dominio de la retórica, que el silencio tambiénpuede usarse para persuadir y para disuadir».

Hablamos de silencios para acallar las voces de unmundo ahíto de ruidos y rumores. Es Navidad. Y,también, es Navidad para los niños asesinados enel vientre de su madre. El diario El País recogía, elpasado 15 del presente mes, domingo, una infor-mación, firmada por Soledad Alcaide, y tituladaLos inmigrantes que no nacen, en la que se leía: «ElInstituto Nacional de Estadística señalaba esta se-mana que las madres inmigrantes han triplicado enlos últimos seis años su aportación al número de na-cimientos en España, de tal forma que ocho de cadacien bebés tienen madre extranjera. Sin embargo,también han aumentado los casos de interrupción

del embarazo entre las inmigrantes, según apuntandesde las clínicas privadas que han comenzado a es-tudiar estos casos (...) Este periódico ha consultadoesta semana a una decena de instituciones, especia-lizadas de Cataluña, Madrid y Andalucía, aunquesólo un par de ellas pudo ofrecer datos estadísticos.El resto, o no ha cerrado sus cifras del año, o prefi-rió no dar a conocer sus datos. Pero la percepción ge-neral es que existe un incremento del aborto entre lasinmigrantes, un grupo de población que ha aumen-tado notablemente. En la clínica Centro Médico2002, de Málaga, una de las ciudades españolas conmayor inmigración, esos casos supusieron un 26,4%de las intervenciones que practicaron entre enero yseptiembre de este año».

Y, también, es Navidad para las cerca de dosmillones de mujeres víctimas de la violencia do-méstica, según nos informa el diario de PRISA, elpasado día 18 de este mes, miércoles. También esNavidad para las familias gallegas que han palpa-do los efectos del lucro desenfrenado y de la es-tructura insolidaria que atenta contra las inevita-bles relaciones hombre-mundo y naturaleza. Tam-bién es Navidad para los niños iraquíes, para losargentinos, para los etíopes. La Navidad es siempreuniversal, y nosotros la hemos particularizado connuestros titulares y nuestras crónicas. Es Navidadpara el hombre.

Es Navidad cuando hacemos silencio contem-plativo ante lo esencial.

Aquí y ahora Alfa y Omega 26-XII-2002 11

y contarlooír...Ver

Silencio ante lo esencial

El próximo 31 de diciembre secumplen diez años de la ado-ración, la noche de los viernes,

al Santísimo Sacramento (la «Cristo-teca»), en el templo de la RenovaciónCarismática (calle Fomento, 13). Lacelebración de este décimo aniversa-rio, abierta a todos, comenzará a las17 h. con la Misa y exposición delSantísimo; a las 22 h., las personasque lo deseen llevarán algo de cenarpara compartirlo en los salones; a las24 h. recibirán el año nuevo cantandoal Señor y rezando el primer Rosa-rio de 2003, y a la 1,30 h., ya día 1 deenero, tendrá lugar la Eucaristía, con-tinuando la Adoración el resto de lanoche, hasta las 7 de la mañana, con-cluyendo con la Misa y el rezo de Lau-des. Con tal motivo preguntamos aCarmen Rubio, una de los que inicia-ron esta «Adoración»:

¿Qué es y cómo comenzó la Cris-toteca?

La noche del 31 de diciembre de1992, inicio del primer viernes de mes,comenzaba el Año Santo Composte-lano y Eucarístico 1993. Yo era en-tonces responsable de las actividadesen el templo de María Reparadora, ce-dido a la Renovación Carismática, ehice una llamada a los grupos de Re-novación para pasar esa noche en ado-ración. Estuvimos cuatro personas.Con una pobreza extrema y muchofrío comenzó nuestra querida Cristo-teca. Hacía frío en el cuerpo, pero elalma nos ardía y las horas de la nochese convirtieron en un minuto. Sentía-mos un profundo gozo, y percibí enmi interior que el Señor quería esaadoración todos los primeros viernesde mes. Me parecía una empresa di-ficil, pero al mes siguiente llamé a unsacerdote de Toledo, y aquella noche,

ya del primer viernes de febrero, vi-no mucha gente de los grupos de laRenovación; el sacerdote nos dijo queel Señor y la Virgen querían esa ado-ración todos los viernes: eso ya mepareció punto menos que imposible,máxime conociendo nuestras caren-cias. Hoy digo: ¡ Para Dios nada hayimposible! ¡Celebramos 10 años! Al-gunos de aquellos primeros adorado-res integramos después la Confrater-nidad Carcelaria, y las noches de losviernes junto al Señor han sido fuentede muchas gracias en nuestro aposto-lado en la cárcel; y no es infrecuente lapresencia en esta Adoración de presoscon permisos, acogidos el fin de se-mana en nuestras casas.

Consiste en estar con Jesús. Yo veoesta adoración como si Él se pusiera elbatín y las zapatillas, sentado con no-sotros, sin protocolos, amándonos. No

hay ninguna comodidad. Hasta hacepocas semanas no hemos tenido cale-facción. El cuerpo se resiente, pero elalma tiene ese calor del amor de Cris-to. Nunca es igual: se rezan las 4 par-tes del Rosario, se intercede por todoel mundo, cantamos y alabamos al Se-ñor. Todo según el Espíritu Santo nosmueve. Al amanecer, se reserva el San-tísimo y se celebra la Misa, con el re-zo de Laudes. Al salir a la calle, yaabierta alguna Cafetería, desayuna-mos juntos.

¿Qué dones y qué frutos desta-caría en estos diez años ininte-rrumpidos de la Cristoteca?

Sabiduría, fortaleza, perseveran-cia, piedad, fidelidad, amor a la Iglesia.¿Frutos? Mucho amor a los pobres yde manera especial a los presos. Ellosfueron quienes le dieron el nombre de

Cristoteca. El viernes noche, ¿no vala gente a la discoteca? Pues bien, unode ellos dijo una noche: «He cambia-do la discoteca por la Cristoteca».

¿Qué ha significado en su vida?Yo lo llamaría, remar mar aden-

tro, como dice el Papa Juan Pablo II.Hace 25 años, mi vida cambió en losgrupos de la Renovación Carismáti-ca. Tuve un encuentro personal conCristo. Estaba muerta y resucité. Du-rante estos años el Señor me ha lle-vado a evangelizar a muchos sitios.De una manera especial a la cárcel, através de Confraternidad Carcelaria.Pero siento que lo más importantede mi vida son las horas de la nochede los viernes, medio dormida, mediodespierta, sentada en el suelo, a vecesechada. Ahí, siento cómo puedo es-tar con todo el mundo y ayudar a to-dos. Todas las personas que vienenson muy sencillas. El Señor las vatrayendo como Él quiere, sin ordenestablecido de preferencia. Cuandoel entonces obispo auxiliar de Ma-drid, monseñor Javier Martínez, vinoa presidir la Eucaristía del primeraniversario, nos dijo en la homilia:«Ésta es la gracia más grande queDios ha dado a la Iglesia en Madrideste año (1993), no dejéis que se apa-gue, pero tampoco lo forcéis creán-doos obligaciones, que sea Él quienla sostenga». Así ha sido. Duranteestos 10 años, la noche del 31 de di-ciembre ha habido Cristoteca, ade-más de todos los viernes del año, eninvierno y en verano, unas 500 ho-ras anuales de adoración, sin faltar-nos un sacerdote para tener siemprela Eucaristía y la predicación de laPalabra, y todo como gracia, no co-mo mérito de nadie.

Quizás, querido lector, has oído decir mu-chas veces que el 20% de la población

mundial camina al ritmo de la opulencia y eldespilfarro, mientras el 80% vive en condicionesprecarias; que existen 24 millones de despla-zados; que más cerca de ti, aquí en Europa, lapobreza afecta a 52 millones de personas, quemucho más cerca, en Madrid, los sin techo ron-dan ya los 8.000.

Todos estos datos nos hablan, una vez más,de exclusión, pero Cáritas, con su Campaña pa-ra este curso 2002-2003, quiere señalar que Laexclusión nos incluye a todos. Por eso, quiere in-vitar a todos a profundizar en la responsabilidadque tienen en los procesos de empobrecimien-to y marginación. Todas las personas que inte-gramos el conjunto de la sociedad, ya sea a títuloindividual o colectivo, por opción o por omisión,contribuimos, a través de un déficit de solidaridady de compromiso, a que se mantengan situa-

ciones de desigualdad social. Cada ciudadano,dentro de sus posibilidades, puede generar in-justicias, y también transformarlas, excluir o in-cluir; de esa decisión depende el futuro de mu-chas personas. Tenemos que ser capaces deabrir los ojos a los problemas cotidianos, e in-tentar formar una sociedad donde nadie se que-de fuera. Los pequeños cambios son genera-dores de transformaciones más globales a ni-vel político o económico. Cristo revolucionó elcurso de la Historia, encarnándose en un tiem-po y un lugar concreto.

Como nos recuerda el lema de la Campa-ña de Navidad, 2.002 años después, seguimosexcluyendo; ya en el vientre de su madre Jesússintió la exclusión. Nadie quiso dejarle un sitiopara que viniera a este mundo. Hoy seguimoshaciendo lo mismo con muchas personas queson relegadas. A diario vemos situaciones in-justas y no nos implicamos. Pasamos junto a los

sin techo sin ni siquiera mirarlos, dejamos quelos ancianos mueran de soledad en sus casas,desconfiamos de las personas con problemaspara darles una oportunidad laboral, relega-mos a los jóvenes con fracaso escolar, recha-zamos a quien es diferente, primamos lo ma-terial a lo espiritual...

Todas estas actitudes nos hacen excluidoresy nos alejan del sentido de la Navidad, que nosinvita a acoger, en el Niño de Belén, a los másnecesitados. Él nació para liberar a todos, ycuenta ahora con nuestras manos, entusias-mo y esperanza para seguir llevando a cabosu misión. Por eso, pese a todo, hay alegríaen Navidad, porque Dios vuelve a nacer, porquesomos portadores de esta Buena Nueva quepuede, si todos contribuimos a ello, hacer feli-ces a todos los hombres.

Begoña Rodríguez

Iglesia en MadridAlfa y Omega12 26-XII-2002

Diez años de Cristoteca

Campaña de Navidad de Cáritas: 2.002 años después...

...seguimos excluyendo

Terrorismo: Hemos de reconocer la verdad delo que, desde el punto de vista moral, ocurrecon el terrorismo; y la verdad es tremenda.

Es la verdad de una violación radical y sistemática dela Ley de Dios en un punto central de la misma, quees el del respeto incondicional a la dignidad del serhumano. El terrorismo de ETA se manifiesta comouna forma organizada y sistemática de atentar con-tra la vida, desde una ideología al servicio de unos fi-nes políticamente pensados, con una visión del hom-bre y del mundo, que no reconoce la dignidad de lapersona humana ni sus derechos fundamentales, y enla que el bien común es sacrificado en aras de obje-tivos de poder político y de ideologías políticas, con-trarias incluso a la dignidad y al bien del hombre.Difundir y testimoniar la verdad con la palabra, conla aportación a la formación de la opinión pública, esuna gran respuesta cristiana al problema, por su-puesto, y decisiva para la vida de la Iglesia y para laaportación de la Iglesia a la sociedad.

Ya han transcurrido dos años desde mi exhorta-ción, e incluso mandato, de que en todas las igle-sias de Madrid, en las celebraciones de la Eucaristía,se incluyese una plegaria para pedir al Señor quetermine la plaga del terrorismo. Cuanto más nosabramos a la gracia de Dios cada cristiano, y loscristianos en comunidad y en comunión, más va aempapar esa gracia la realidad de la vida de todos. Elvalor de la oración a veces se cuestiona porque sepiensa de ella, o se la vive, como si fuese un talismáncasi matemático y automático que produce efectos ybienes que los hombres, con nuestras capacidadeshumanas, del tipo que sean, no somos capaces dealcanzar. Pero se olvida que la comunicación de loshombres entre sí y con Dios funciona y se vertebraa través de cauces muy profundos –tiene que vercon la libertad, con el corazón y con el alma– y que,al final, es decisivo a la hora de que los frutos de lagracia de Dios y de la buena conciencia se mani-fiesten en frutos también en esta vida, de paz, de so-lidaridad, de libertad, de amor, e incluso de progre-so técnico y material. Es muy difícil que, a la lar-ga, se mantenga un ritmo de progreso humano, sino va alentado, sostenido por un progreso en la con-ciencia moral, religiosa y espiritual del hombre.

Documento de los obispos sobre terrorismoy nacionalismo: Creo que se ha recibido muy po-sitivamente. Al usar este adverbio, incluyo, en primerlugar, la sintonía de lo que se enseña en el docu-mento con lo que llama el Concilio Vaticano II laconciencia de la fe por parte del pueblo de Dios, esaespecie de intuición básica, de sensus fidei, del sen-tido de la fe del pueblo de Dios. Esa sintonía del sen-tido de la fe del pueblo con la enseñanza de la fe desus pastores ha llegado prácticamente a toda España.Quizá a algún sector no, pero la unanimidad de lasintonía creo que es el primer elemento que obliga a

decir que la acogida del documento ha sido positiva.El documento explica la relación entre la concien-

cia ciudadana y las responsabilidades de un cristiano,cuando se ve en la tesitura de definir su vida en relacióncon la nación y con la comunidad política a la quepertenece, a la luz de las exigencias de una justiciasolidariamente vivida con el espíritu de la caridad cris-tiana. Esa problemática se ha iluminado desde el pun-to de vista de la doctrina social, haciendo ver cómoel Estado, la comunidad política, incluye valores quetienen que ver con la entidad nacional: culturales, delengua, de idioma, de tradiciones religiosas, familiares;tiene que ver, decisiva y primariamente, con la defen-sa y la promoción de los derechos de la persona hu-mana, y también con la posibilidad de ejercer los de-beres en relación con esos derechos por parte de todos;y tiene que ver con el bien común. Absolutizar losllamados valores nacionales y colocarlos por encimadel bien de la persona, del bien común de todos, escristianamente no aceptable, incluso rechazable; y mu-cho más cuando se absolutiza de tal modo ese valor, queprácticamente viene a sustituir a Dios.

Ser justo en la plenitud de lo cristiano quiere de-cir vivir los compromisos sociales con actitud de ser-vicio y de solidaridad. Haberlo puesto de manifiestoha sido una buena aportación para iluminar el pro-blema del nacionalismo en España. En el documen-to se dice que España es una comunidad política, unEstado, fruto de un complejo y largo, multisecularproceso histórico, en el que hemos intervenido to-dos, hemos puesto la aportación que viene del senti-do cristiano de la vida, experiencia de la justa y so-lidaria convivencia, que responde a una exigenciadel bien común que nos vincula a todos, y que, por lotanto, no puede ser puesta en tela de juicio unilate-ralmente por parte de nadie, de ningún grupo, de nin-guna entidad nacional que puede considerarse asídentro de la comunidad histórica y nacional de Es-paña. Por lo tanto, ser cristiano y vivir cristianamentelas obligaciones nuestras, en relación con la nación,las entidades nacionales, sus nacionalidades, con lacomunidad política, obliga a tener en cuenta esa doc-trina del respeto a las exigencias de la justicia soli-dariamente vivida, y de la caridad.

La tragedia en Galicia: En ese hecho hayresponsabilidades humanas que tienen que ver con lalibertad, con el ejercicio de la responsabilidad per-sonal y social. Después se han producido una seriede hechos que, de algún modo, escapan al controldel hombre, y donde la culpabilidad personal deagente directo de la desgracia no se puede atribuir anadie. Estamos ante un hecho donde el poder delmal se manifiesta en una combinación de elementos,sobre los que la responsabilidad personal y colec-tiva es impotente. Vamos a tratar de ayudar a losque están sufriendo las consecuencias tan tremendasde este siniestro; ayudar de una forma solidaria, sin

enredarse en conflictos, en disputas inútiles, y ayu-dar a la recuperación de la naturaleza. Conviene pre-guntarse si no es bueno promover un proceso deconversión personal, colectiva; si el éxito económi-co a toda costa es lo que debe mandar en la vida; siel negocio vale por encima de cualquier otra consi-deración; si esto no tiene que llevarnos a reformas delDerecho y del ordenamiento tanto español, sobretodo, como europeo e internacional, para evitar fu-turas desgracias que nunca se pueden evitar al cienpor cien. El hombre no tiene el seguro de la absolu-ta eficacia en nada de lo que tiene que ver con suvida. La única absoluta eficacia que tiene el hombrees la oración: ésa nunca falla.

La vida humana: Los católicos, ante la men-talidad abortista y los procesos sociales de relativi-zación del matrimonio y de la vida familiar, deben,en primer lugar, vivir consecuentemente los valo-res de la fe y de la vida cristiana en el ámbito per-sonal y social: en su propio matrimonio, en la propiafamilia: hacerlos presentes y operantes en la vidade las comunidades eclesiales. Es la mayor contri-bución que podemos prestar. No somos tan pocoslos que estimamos y vivimos el valor de la familiacristiana en una sociedad como la española, y en lagran sociedad europea –tenemos que empezar a ha-blar de ella–. Eso nos obliga a hacer valer esta con-vicción con los instrumentos del discurso intelec-tual, cultural y político, y también de la acción socialy cultural públicamente articulada en el ámbito po-lítico. No podemos mostrarnos indiferentes ante lafórmula final de ordenación jurídica de estas reali-dades.

La próxima visita del Papa a España: Seráun encuentro de rica síntesis de lo que ha significa-do y significa el magisterio y ministerio de Juan Pa-blo II para la Iglesia en España y para España mis-ma. Han transcurrido 20 años desde el primer viajelargo, bellísimo e inolvidable de un Papa que vie-ne como testigo de la esperanza. Luego tuvo un con-tacto directo de conocimiento personalísimo en otrasvisitas. Todo ello constituye un cuerpo de doctrina,de inspiración espiritual, pastoral, social y cultural deprimer orden para nosotros; quisiéramos que encon-trase una expresión de plenitud actualizada y quenos sirviera para vivir el momento actual de la vidade la Iglesia en España en una perspectiva de futuro.

Mensaje de Navidad: Desear una Feliz Na-vidad, la desea todo el mundo; pero decir una San-ta y Feliz Navidad eso ya es otra cosa. En realidad,¿por qué es infeliz del hombre? Porque no tiene lallave de la vida en sus manos. ¿Cuándo el hombre tie-ne certeza definitiva? Cuando sabe que la vida se leda para siempre y en plenitud, si él quiere. Si se vive elmayor acontecimiento de la Humanidad sacándole ju-go, se trabaja a favor de la felicidad; y si no, en contra.Por ello, ¡Santa y Feliz Navidad para todos!

Iglesia en Madrid Alfa y Omega 26-XII-2002 13

En un programa especial, en el canal diocesano de televisión TMT,nuestro cardenal arzobispo ha hecho balance de los acontecimientos

fundamentales para la sociedad española a los que la Iglesia ha aportado la luz del Evangelio durante este año. Respondió así

a las preguntas de José Francisco Serrano, Redactor Jefede Alfa y Omega

La voz del cardenal arzobispo, en entrevista a TMT

Un año, a la luzdel Evangelio

Ante una opinión pública y una clase políti-ca expectantes, la Conferencia EpiscopalEspañola acaba de aprobar una Instrucción

pastoral sobre la Valoración moral del terrorismoen España, de sus causas y de sus consecuencias. Esun documento que merece, desde la lectura de la fe,la consideración del espíritu de magisterio católicoque anima todos sus párrafos: ser un instrumentopara la paz y la concordia.

Una vez más los obispos españoles, tratando deevitar el escándalo y la duda, se han comprometidoexplícitamente con el bien común. Ya en la intro-ducción hay una condena clara del silencio ante el te-rrorismo: «Cuando la dignidad de la persona que-da ultrajada porque se atenta contra su vida, contrasu libertad o contra su capacidad para conocer laverdad, los cristianos no pueden callar». En conse-cuencia, el terrorismo se considera una lacra sociala eliminar, que impide la consolidación de la con-vivencia en libertad, fin último de la doctrina socialde la Iglesia en su aplicación al orden político.

La Instrucción pastoral, sin confundir la voz denuestros pastores con la de los partidos o fuerzaspolíticas, trata de «ayudar a la formación de la con-ciencia de los cristianos», apelando al amor evan-gélico y condenando todo sistema totalitario inma-nentista, preso del odio y del autismo excluyente.

La peor manifestación de esta exclusión derivadel terrorismo, acertadamente calificado como es-tructura de pecado que busca debilitar el orden po-lítico legítimo para imponer sus criterios por lafuerza, atropellando los derechos humanos másfundamentales, como la vida y la libertad; dere-chos personales que son siempre el límite moral yjurídico infranqueable de cualquier afirmación deuna identidad colectiva. Porque nunca un pueblopuede pretender su reconocimiento permitiendoque se desconozcan, y violen flagrantemente, ladignidad y la libertad de todos y cada uno de susciudadanos.

La inmoralidad del fenómeno terrorista –añade eldocumento– «se extiende, en la debida proporción,a las acciones u omisiones de todos aquellos que,sin intervenir directamente en la comisión de aten-tados, los hacen posibles». Rechazo que alcanza aquien trate de obtener del terrorismo réditos políti-cos. En suma, el fin no justifica los medios.

La Conferencia Episcopal rechaza la violenciaterrorista, no sólo por ser un fruto de la cultura de lamuerte, tan denunciada por el actual Pontífice, si-no también por condenar a los pueblos que la su-fren al odio, al miedo y al silencio.

Los obispos recuerdan a los poderes públicos,frente a toda pusilanimidad o permisividad suicida,que «la autoridad legítima debe emplear todos losmedios justos y adecuados para la defensa de la con-vivencia pacífica frente al terrorismo». Una reac-ción, añaden, que no debe verse nunca marcada porel odio indiscriminado que, al confundir el trigo y lacizaña, acaba dividiendo a la sociedad.

La Iglesia respeta la actuación legítima del Esta-do al imponer una pena, poniendo el acento en elolvido injusto que a veces sufren las víctimas delterrorismo, sin olvidar tampoco el respeto de la dig-nidad personal de los condenados por esa causa.

Los obispos reconocen el carácter marxista, an-clado en un nacionalismo totalitario, de la ideolo-gía de ETA. Frente a este totalitarismo distinguen

la soberanía espiritual de las nacionalidades histó-ricas, entendidas como «ámbitos culturales del de-sarrollo de las personas», de la soberanía política,que no puede configurarse como el corolario o de-recho absoluto de aquellas.

Desde una perspectiva de solidaridad, la Ins-trucción, fiel siempre a la doctrina social de la Igle-sia, «reconoce un derecho real y originario de au-todeterminación política en el caso de una coloni-zación o de una invasión injusta, pero no en el deuna secesión». Más claro, imposible.

Frente a la idolatría de la independencia política,alimentada por el nihilismo y el desprecio a otrasrealidades nacionales o estatales, la ConferenciaEpiscopal admite la legitimidad del nacionalismo,entendido como una opción política dentro de lamoral y la justicia.

Los obispos, en vísperas del vigésimo cuarto ani-versario de la Constitución española, la consideran«como el fruto maduro de una voluntad sincera deentendimiento, y como instrumento y primicia deun futuro de convivencia armónica entre todos». Sucarácter obvio de norma modificable no excluye ellógico rechazo de cualquier alteración unilateral almargen del ordenamiento jurídico, un rechazo que vaacompañado de la afirmación inequívoca de que «es

necesario respetar y tutelar el bien común de unasociedad pluricentenaria». Es decir, de España, lanación común.

La Conferencia Episcopal invita al compro-miso de todos, sobre todo los educadores, en la cons-trucción de la paz a través del diálogo social y polí-tico en el que, como afirman nítidamente, ETA nopuede ser nunca un interlocutor del Estado.

El documento concluye invocando el perdón, laesperanza y la oración por ofendidos y ofensores.

Ante este esfuerzo pastoral, los católicos espa-ñoles no podemos permanecer insensibles, ni caer enla simplificación de aquellos que habitualmente cri-tican a la Iglesia cuando ésta no usa su propio len-guaje o se aparta de su estrategia partidaria.

La voz de los obispos, una voz libre entre ciuda-danos libres, ayuda al cristiano, una vez más, a nocaer en las redes del mal o del escándalo y a servir activamente a la comunión fraterna. En este caso,es una voz colegiada mayoritaria de la que se handesvinculado algunos pastores locales. Que Dios,Padre de unos y de otros, Señor del tiempo y porello de la Historia, ilumine los corazones de todos.

Claro J. Fernández-CarniceroPresidente de la Fundación Tomás Moro

Aquí y ahoraAlfa y Omega12 26-XII-2002

El valor de un esfuerzopastoral

Arriba, enfrentamientos deaberztales contra miem-bros de la ertainzta duran-te una manifestación.Abajo, imágenes del aten-tado ocurridoen la plaza de Ramales,de Madrid

Ya en el Concilio Vaticano II, se encuentran re-servas de la doctrina social de la Iglesia an-te ciertas modalidades de nacionalismo, con-

firmatorias de las declaraciones del último apartadode la Instrucción pastoral de la Conferencia Epis-copal Española Valoración moral del terrorismo enEspaña, de sus causas y de sus consecuencias.

En el Decreto Ad gentes divinitus, sobre la acti-vidad misionera de la Iglesia, se declara (n.15, 6º)que «los cristianos, congregados de entre todas lasgentes en la Iglesia, no son distintos de los demáshombres ni por el régimen, ni por la lengua, ni por lasinstituciones políticas de la vida, y por ello, deben vi-vir para Dios y para Cristo según las costumbres ho-nestas de su nación; cultiven como buenos ciuda-danos, real y eficazmente, el amor a la patria; evitencompletamente, sin embargo, el desprecio a otras,razas y el nacionalismo exacerbado».

Y en la Constitución pastoral Gaudium et spes,sobre la Iglesia en el mundo actual, se afirma (n. 85,3º) que, «para establecer un verdadero orden eco-nómico universal, hay que abolir… las ambicionesnacionalistas…»

Existen en la doctrina social de la Iglesia otrasdeclaraciones similares. He aquí algunas de ellas:

Pablo VI, en la encíclica Popolorum progressio,sobre la necesidad de promover el desarrollo de lospueblos, indica (n. 62, 1º) que «otros obstáculos seoponen a la formación de un mundo más justo ymás estructurado dentro de una solidaridad uni-versal: nos referimos al nacionalismo y el racis-mo». Y añade que «el nacionalismo aisla los pue-blos, en contra de lo que es su verdadero bien».

En su Mensaje para la Jornada Mundial de laPaz de 1976 (párrafo 4º), Pablo VI explicaba querenace «con el sentido nacional, legítima y deseableexpresión de la polivalente comunión de un pueblo,el nacionalismo, que al acentuar dicha expresiónhasta formas de egoísmo colectivo y de antagonismoexclusivista, hace renacer en la conciencia gérme-nes peligrosos y hasta formidables de rivalidad yde luchas muy probables».

Juan Pablo II, en la encíclica Redemptor hominis,se pregunta (n. 15, 5º) si crece de veras el amor so-cial, el respeto de los derechos de los demás, o, porel contrario, «crecen los egoísmos de varias dimen-siones, los nacionalismos exagerados…»

En su Discurso al Cuerpo Diplomático(15.1.1994), Juan Pablo II afirmó que, «si reflexio-namos sobre lo que constituye el fundamento de loscomportamientos colectivos (de inestabilidad polí-tica) en África o en Europa, descubrimos fácilmen-te la presencia de “nacionalismos exacerbados”.No se trata de amor legítimo a la propia patria o deestima de su identidad, sino de un rechazo del otro ensu diferencia para imponerse mejor a él. Todos losmedios son buenos: la exaltación de la raza, que lle-ga a identificar nación y etnia…»

En la encíclica Redemptoris missio, Juan Pablo II,bajo el epígrafe Dios prepara una nueva primaveradel Evangelio, afirma (n. 86) que «hoy se manifies-ta una nueva convergencia de los pueblos hacia es-tos valores: el rechazo de la violencia y de la guerra;el respeto de la persona humana y de sus derechos;el deseo de libertad, de justicia y de fraternidad; latendencia a superar los racismos y nacionalismos;el afianzamiento de la dignidad y la valoración de lamujer».

En la encíclica Centesimus annus, Juan PabloII,refiriéndose (n. 17, 2º) a «las guerras que sacudierona Europa y al mundo entre 1914 y 1945», indica quefueron guerras originadas, entre otras causas, «porel nacionalismo exasperado».

A través de la exposición anterior conocemos al-

gunas de las declaraciones que la dostrina social dela Iglesia ha revelado con explícitas reservas res-pecto de determinadas modalidades del nacionalis-mo.

Sólo resta añadir que la doctrina social de la Igle-sia encuentra en la encíclica Centesimus annus unaconsagración definitiva de la democracia (el n. 47afirma que «la Iglesia aprecia el sistema de la de-mocracia»); que esa consagración nos determina aconsiderar que la Constitución española, aprobadacon todos los atributos democráticos, mediante re-ferendum de 6 de octubre de 1978, es, efectivamente,el marco jurídico de referencia para la convivencia,

y que,aunque indudablemente podría ser reforma-da en un futuro, tendría que serlo con los requisitosprevistos en la misma (Título X, De la reforma cons-titucional, artículos 166 y siguientes), en base a losprincipios de libertad, verdad y buena fe a que serefiere la encíclica citada. Nunca sin la consulta na-cional y nunca sin el debido respeto a grupos im-portantes, aunque no fueran mayoritarios, que pue-dan existir en las regiones que pretendan una op-ción nacionalista.

Esteban García-Morencos

Aquí y ahora Alfa y Omega 26-XII-2002 13

Iglesia y nacionalismo

Querida Esther: desde muchoantes de ser engendrada yaeras muy querida. Incluso an-

tes de saber que estabas en camino,ya te deseábamos. Antes de tomar ladecisión de tenerte a ti y a tu hermanaMaría, sopesamos nuestros deseos detener un hijo frente al miedo a que es-te hijo no naciera sano. En las dos oca-siones en que optamos por teneros aMaría y a ti, dejamos a un lado nues-tros temores y preocupaciones, yen-do más allá de la comodidad o la co-bardía. Elegimos confiar en Dios y ennuestra capacidad de amaros tal cualfuerais.

Nuevamente nos sentimos emo-cionados ante la noticia del embara-zo tuyo, Esther. Sentimos que Diosnos regalaba lo más grande para no-sotros, tu nueva vida. ¡Qué alegría! Elmilagro de engendrar un nuevo ser, senos había vuelto a conceder. Estába-mos, si cabe, más ilusionados que en elotro embarazo o, mejor dicho, sentía-mos una ilusión más profunda, másserena.

Pero esto duró poco, pues en unode los análisis que nos hicimos detec-taron una posibilidad alta de malfor-maciones. Al margen de la tristeza y ladecepción que esto nos producía, lamayor angustia la sentimos cuandonos recomendaron hacernos otra prue-ba, la famosa amniocentesis, para con-firmar la sospecha.

A partir de ese momento, pasamosuna etapa oscura de desencanto, de

ansiedad, de miedo e incluso de re-chazo. Esta prueba la hacen con el ob-jetivo de saber a qué te enfrentas sillevas el embarazo a término, o bienpara interrumpirlo si se confirma unriesgo elevado de malformaciones. Pe-ro, Esther, como teníamos muy claroque no queríamos abortar, sólo habíaque decidir si hacíamos o no la amniopara, en caso de confirmarse el riesgo,podernos preparar lo mejor posible pa-ra recibirte. Aun así, la decisión no erasencilla, pues la prueba también pue-de inducir malformaciones por sí mis-ma, incluso la posibilidad de un aborto.

Finalmente decidimos que no que-ríamos arriesgar tu preciosa vida pornada del mundo. Que nos poníamosen manos de Dios para lo que Él nostuviese, y te tuviera, reservado. Sí, lepedimos en aquel momento que nosdiera fuerza, serenidad y mucho amorpara darte. Le pedimos que no nos per-mitiera hacernos una imagen de ti,pues nadie puede valorar la perfeccióny, aun en la imperfección, a veces, hayuna gran belleza. Sólo depende de no-sotros poder descubrirla.

Todas las noches rezábamos por ti,y por nosotros, para estar preparadospara tu nacimiento, que nos parecíaque no llegaba nunca. Lo cierto es que,en el parto, lo que menos nos importóes cómo eras. Sólo nos importaba queya habías nacido y que ahí estábamosnosotros, deseando aceptarte y que-rerte tal como fueras.

Cuando te conocimos, comproba-

mos que la ciencia se había vuelto aequivocar y que era Dios el que habíavelado por ti. Eras, y sigues siendo,preciosa y sana. Tan sólo el hecho demirarte nos produce un gran placer, ytu temprana sonrisa ya nos ha dadomuchas alegrías. ¡Eres tan bella y tanalegre! Y aquí estamos hoy contán-dote cómo nos sentimos, compartién-dote que nos da igual cómo eres o có-mo vayas a ser, porque nosotros que-remos estar junto a ti, acompañándo-te mientras creces y descubres elmundo. Queremos ayudarte a formar-te por dentro y por fuera, ser tu apoyocuando nos necesites, dándote nues-tro cariño y nuestro tiempo para que túhagas el resto.

Ojalá seamos capaces de transmi-tirte con nuestro ejemplo los valoresque tratamos de vivir nosotros cadadía: el respeto a la vida, el amor a losdemás y el misterio de Dios. A Él lepedimos que nos ayude en la tarea deenseñarte a valorar los sentimientos,el silencio, el perdón, la oración, laamistad, la gratitud…, por encima deotros valores materiales que no sonlos que dan el verdadero sentido a lavida. Le pedimos a nuestro Padre, aligual que se lo pedimos en su día pa-ra María, que te mime y cuide de ti,Esther, que ponga un ángel a tu ladopara que el Bien, la paz y la bendiciónte acompañen todos los días de tu vi-da.

Mariano y Ana Belén

TestimonioAlfa y Omega14 26-XII-2002

Elegimos confiar en DiosCada vez se generaliza más eldiagnóstico prenatal, que pue-de contribuir grandemente albien y a la salud del embrión hu-mano, pero que es gravemen-te inmoral cuando se solicita orealiza con una finalidad abor-tiva. Y ésta es la triste realidad:el diagnóstico prenatal se rea-liza no tanto para buscar el biendel embrión, cuanto para pro-poner el aborto, por parte delmédico, o reclamar el aborto co-mo un derecho, por parte de lamadre. Juan Pablo II escribe ensu encíclica Evangelium vitae:«Los diagnósticos, que no pre-sentan dificultades morales sise realizan para determinareventuales cuidados necesariospara el niño aun no nacido, conmucha frecuencia son ocasiónpara proponer o practicar elaborto. Es el aborto eugenési-co, cuya legitimación en la opi-nión pública procede de unamentalidad –equivocadamenteconsiderada acorde con las exi-gencias terapéuticas– que aco-ge la vida sólo en determinadascondiciones, rechazando la li-mitación, la minusvalidez, la en-fermedad».Hace unos días –añade quienestas líneas escribe, don Ino-cente García Andrés– bauticéa la hija de unos amigos. Al fi-nal de la celebración, los padresleyeron esta carta a su hija Est-her. Su lectura me impresionófuertemente, ya que mis amigosno me habían hablado anterior-mente del tema. También fuecausa de mucha alegría, puesmostraban su calidad moral ycristiana. Con su permiso, ofrez-co a los lectores de Alfa y Ome-ga este bello testimonio de amory acogida a la vida:

El Día del Señor Alfa y Omega 26-XII-2002 15

José y María se manifiestan como perfectos cum-plidores de la Ley del Señor, en la purificación dela madre y en la presentación del Hijo en el tem-

plo. En esta ocasión se llenan de admiración por lascosas que les dicen del Niño. María ha dado su con-sentimiento para la concepción del hijo; José, aunqueno ha participado biológicamente en su nacimiento,ha aceptado también en su caso la paternidad legal,con implicaciones religiosas muy profundas, del Hi-jo de su esposa; pero el protagonista es el Niño. Poreso ya se empieza a dibujar en miniatura el misteriopascual en su destino, el de toda la familia, porque Je-sús va a ser signo de contradicción, bandera discutida.Humillación y exaltación, incomprensión pero sal-vación y luz para alumbrar a las naciones. Es el Me-sías el Señor. La familia de Nazaret está fundada so-bre la voluntad del Señor: el fiat de María, la decisión

de José de llevársela a casa, la actitud de Jesús al en-trar en el mundo para recorrer ese itinerario pascual;todos a una, cada cual por su parte, para hacer la vo-luntad de Dios que nos salva.

La estimación de los valores vigentes ponen ba-jo sospecha la Ley, el templo y la institución. Sinembargo, para darnos el Espíritu de la libertad, «en-vió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido ba-jo la Ley», dice san Pablo, y para cumplir la Ley delSeñor fue presentado en el templo. La Humanidadencuentra al Salvador en el templo, en la Iglesia,también signo de contradicción.

El Niño iba creciendo en las dimensiones huma-nas como todos los niños, incluso en la conciencia desu propia identidad en su relación con el Padre, a lamanera como despierta y se desarrolla progresiva-mente una conciencia humana ayudada por la gracia.

Y todo esto sucedía en el seno de la familia de Na-zaret, a la que el Papa propone como modelo de la fa-milia cristiana en todo tiempo, porque Jesús está enel centro y nos invita a compartir con Él alegrías ydolores, necesidades y proyectos; así se reciben la es-peranza y la fuerza para el camino. Por eso es nece-sario también confiar a la oración con María el pro-ceso del crecimiento de los hijos, y fomentar la co-municación interpersonal en el amor, porque ac-tualmente crecen las dificultades para lacomunicación en el seno de las familias. Cobrar con-ciencia de que la familia está llamada por Dios paraparticipar en su alianza salvadora, y que todos susmiembros tienen esa vocación fundamental, es loque permite crear el clima propicio para el creci-miento de todos, la felicidad y la paz. Familia que re-za unida, permanece unida.

+ José Delicadoarzobispo emérito de Valladolid

Fiesta de la Sagrada Familia

El Niño iba creciendo

La formación para el apostolado debe comenzar desde la primera educación de los niños, y deben irlacompletando durante toda la vida. A los padres corresponde el preparar en el seno de la familia a sus

hijos desde los primeros años para conocer el amor de Dios hacia todos los hombres, el enseñarles gra-dualmente, sobre todo con el ejemplo, a preocuparse por las necesidades del prójimo, tanto materiales co-mo espirituales. Toda la familia y su vida común sean, pues, como iniciación al apostolado. Hay que edu-car, además, a los niños para que, superando los límites de la propia familia, abran su espíritu a la idea dela comunidad, tanto eclesiástica como temporal. Incorpóreseles a la comunidad local de la parroquia, detal forma que en ella adquieran conciencia de que son miembros vivos y activos del pueblo de Dios. Lossacerdotes en la catequesis y en el ministerio de la palabra, en la dirección de las almas y en los demásministerios pastorales, tengan presente la formación para el apostolado. Es deber también de las escue-las, de los colegios y de las restantes instituciones católicas dedicadas a la educación el fomentar en losjóvenes el sentido católico y la acción apostólica. Si falta esta formación porque los jóvenes no asisten adichas escuelas o por otra causa, son los padres, los pastores de almas y las asociaciones apostólicas losque con mayor razón han de procurarla. Los maestros y los educadores que por vocación y oficio ejercenuna excelente forma de apostolado seglar, han de estar bien penetrados de la doctrina y de la pedagogíanecesarias para poder comunicar eficazmente esta formación.

Decreto Apostolicam actuositatem, 30

Esto ha dicho el ConcilioEsto ha dicho el Concilio

Evangelio

Cuando llegó el tiempo de la purificación de María, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús aJerusalén, para presentarlo al Señor (de acuerdo con lo escrito en la Ley del Señor: «Todo pri-

mogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación (como dice la Ley del Señor:«Un par de tórtolas o dos pichones»). Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón,hombre honrado y piadoso, que aguardaba el Consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él.Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Se-ñor. Impulsado por el Espíritu Santo, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres(para cumplir con él lo previsto por la ley), Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz; porque mis ojos han visto atu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones, y glo-ria de tu pueblo, Israel». José y María, la madre de Jesús, estaban admirados por lo que se decía delniño. Simeón los bendijo diciendo a María, su madre: «Mira: Éste está puesto para que muchos enIsrael caigan y se levanten; será como una bandera discutida; así quedará clara la actitud de muchoscorazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma». Había también una profetisa, Ana, hija de Fa-nuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana: de jovencita había vivido siete años casada,y llevaba ochenta y cuatro de viuda; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayu-nos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos losque aguardaban la liberación de Israel. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la Ley del Se-ñor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se lle-naba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

Lucas 2, 22-40

La presentación en el templo. Esmalte de Georgia (siglo XII)

Carmen María Imbert

De la Capilla funararia de don Ál-varo de Benavente se hace men-ción en diferentes escritos de dis-tintas épocas. Ya el cronista deRioseco, Ventura García Escobar,en 1849 resaltaba, en un artículo

publicado en el Seminario Pintoresco Español, el«detalle de las formas en los accidentes de adorno,en el refinamiento de la ejecución, cubiertos losmuros del santuario en sus faces internas, de un

riquísimo estuco». Poco después, en 1861, el ar-chivero e historiador mallorquín José María Qua-drado se refiere a ella: «En el reducido trecho deveinte y ocho pies en cuadro, se propuso el rena-cimiento, diríamos, casi almacenar mejor que os-tentar el caudal de sus riquezas y la fecundidad desu capricho». Al estar edificada en Castilla, es va-lorada por sobrevivir a las mutilaciones, reformasy destrucciones parciales, tanto de la Guerra de laIndependencia contra los franceses, como de lasdesamortizaciones de la legislación liberal duran-te la minoría de edad de Isabel II.

RaícesAlfa y Omega16 26-XII-2002

La Capilla Sixtinadel arte

castellano

Capilla de los Benavente. Iglesia de Santa María de Mediavilla,en Medina de Rioseco (Valladolid)

La Capilla Sixtinadel arte

castellanoEn Medina de Rioseco (Valladolid), la capilla funeraria de don Álvarode Benavente fue construida a mediados del siglo XVI. Es uno de los ejemplos másrelevantes del trabajo en yeso, de los hermanos Corral, de Villalpando; sin duda de una belleza sorprendente. En una ocasión, don Eugenio d’Ors la calificó comoLa Capilla Sixtina del arte castellano. La Fundación BBVA y la Diputación de Valladolid,dentro de la iniciativa Proyecto Almirante, han rehabilitado esta Capilla de los Benavente deMedina de Rioseco. La recuperación del monumento comenzó en enero de 2000,y se ha presentado en marzo de 2002, gracias al trabajo de más de veinte técnicos

Reja de acceso a la Capilla

Muro de los pies de la Capilla: retablo de Cristo en Majestad; y luneta de la

Raíces Alfa y Omega 26-XII-2002 17

La Capilla es el resultado de la piedad y largue-za de sus Patronos, los Benavente. Hijo de padremercader y madre descendiente de familia de ranciaestirpe, don Álvaro de Benavente hizo fortuna ensu oficio de banquero. La preocupación por lo espi-ritual, por la salvación de su alma, se refleja en su in-terés por comprar la iglesia de Rioseco, Santa Maríade Mediavilla. Donde estaba emplazada la sacris-tía, edificará una capilla «tan suntuosa y rica, quefuera en ornato de la dicha iglesia y acrecentamien-to de ella y no en disminución», y hará que se dedi-que a la Concepción de la Virgen Santísima. A susdescendientes les dejó la encomienda, con gran de-

talle del número ycalidad de las mi-sas y ceremoniasque por él y susallegados debíancelebrarse. Prue-ba de este empe-ño es la decora-ción y dotación dela Capilla, dondetenían, «junto alas gradas del al-tar mayor della,dos sepulturasdonde están ente-rrados Juan deBenavente y Ma-

ría de Palacios, que tienen dos piedras blancas». LaCapilla se convirtió así en panteón de la familia. A su

muerte dejó nu-merosas donacio-nes a diferentesiglesias y monas-terios de Vallado-lid, también a va-rios de Rioseco,como una limosnaanual destinada alos casamientosde las huérfanasdel lugar. Una per-sona que pagóhasta la fidelidadde su criada, a laque incluía consus sobrinos en eltestamento, no escatimó en detalles que se contem-plan, rehabilitados, desde marzo de 2002.Creación, por Jerónimo del Corral

Detalles de la bóveda: representación de la virtud de la Fortaleza; abajo, un detalle de la representación de la Esperanza,antes y después de la restauración

En los días tan entrañablemente familiares de laNavidad, la Iglesia celebra su Jornada de Fa-milia y Vida, con una llamada a prestar a la fa-

milia una atención especial, y a salir en defensa de lavida como una tarea urgente.

Ya lo decía Juan Pablo II en su Carta al comien-zo del tercer milenio: «Atención especial se ha deprestar también a la pastoral de la familia, especial-mente necesaria en un momento histórico como elpresente, en el que se está constatando una crisisgeneralizada y radical de esta institución funda-mental». En los últimos años, la sociedad españolaestá tomando conciencia de la importancia de la fa-milia y la necesidad de una política familiar. La fa-milia reclama, cada vez con más fuerza, que se ladeje ser lo que es, que se reconozca su aportaciónfundamental a la sociedad como célula base de lamisma, y que se la ayude en su misión.

En años pasados se nos habló de la muerte de lafamilia, pero ésta, a pesar del mal trato recibido porlos Gobiernos de uno y otro signo ideológico, siguemuy viva. Las encuestas nos dicen que es la institu-ción más valorada por la juventud, y que la familia esla gran reserva en situaciones de paro, enfermedad yvejez. Por eso, los enemigos de la familia buscan sudestrucción por los caminos de la confusión y equi-paración de cualquier forma de convivencia con la fa-milia. Éste es el momento que estamos viviendo.

Es injusto equiparar el matrimonio y la familiacon otras realidades y formas de convivencia: «No sedeben tratar como iguales realidades desiguales».El bien de la persona y de la sociedad reclama unreconocimiento legal y social del matrimonio y de lafamilia, diferenciándoles claramente de parejas dehecho, parejas homosexuales y otras formas de con-vivencia que puedan darse. Las políticas familiares,por otra parte, no se pueden reducir a una mera ayu-da económica a las familias más necesitadas. «Unaverdadera política familiar –afirma la Nota de losobispos para esta Jornada– requiere reconocer a la fa-milia como sujeto social de derechos, respetar y pro-mover la institución matrimonial y familiar, –afirmala nota de los obispos para esta Jornada– así como fa-vorecer las iniciativas sociales y culturales de laspropias familias».

Cuando proliferan las parejas de hecho, que con-tradictoriamente reclaman derechos; cuando paralos homosexuales «la meta ahora es el matrimonio ci-vil», una vez que van consiguiendo que las leyes lesreconozcan un supuesto derecho a la adopción;cuando un número importante de matrimonios aca-ban en divorcio en los primeros años…, se hace ne-cesaria una reflexión seria en la propia familia, en lasociedad y en la Iglesia. Ciertamente, la familia re-quiere una atención especial en el momento actual.Es necesaria una preparación de los jóvenes al ma-trimonio y a la vida familiar, pero sobre todo tambiénes necesario promulgar leyes que hagan justicia ala familia, y promover una cultura que respete y va-lore el matrimonio y la familia. El Gobierno, en suservicio al bien común, y los medios de comunica-ción, tienen una especial responsabilidad.

Y si la familia exige una atención especial, la de-fensa de la vida es una tarea urgente.

Inocente García de Andrés

EspañaAlfa y Omega18 26-XII-2002

El próximo domingo, 29 de diciembre, Jornada de Familia y Vida:

Dejen a la familia ser lo que es

Extracto de la Nota de los obispos de la Subcomisión episcopal para la Familia y Defensa de la Vida

Tratar como igual lo desigual es una injusticia

En la celebración de la Navidad contem-plamos con asombro las maravillas del

amor de Dios que se hace carne, la creaciónentera ha sido renovada. Todas las dimen-siones de la vida humana han sido sanadasy elevadas por la encarnación y nacimiento,muerte y resurreción del Hijo de Dios. El ma-trimonio y la familia, el valor de la vida hu-mana, su sentido y su destino, adquieren unanueva dimensión, una grandeza divina.

¿Cuál es la respuesta adecuada ante eldon del amor de Dios que hemos conocido yrecibido? Podríamos describirla así: acoger yanunciar la buena nueva de la famlia y de lavida. Se trata de dos actitudes. En primer lu-gar, acoger, es decir, recibir de modo cons-ciente y agradecido la novedad que Jesu-cristo nos otorga. Para ello se requiere la es-cucha del mensaje de la salvación en un cli-ma de silencio y oración, de apertura a la luzdel Espíritu Santo. En segundo lugar, anun-ciar, o sea, convertir en vida propia y en tes-timonio ese don recibido; dejar que el men-saje de Jesucristo conforme más y más nues-tro modo de pensar y obrar.

«El trabajo a favor del respeto a la vidahumana contra la cultura de muerte» –seña-lábamos los obispos en la reciente instruc-

ción pastoral La familia, santuario de la viday esperanza de la sociedad– suele ser es-tigmatizado como propio de actitudes retró-gadas que no están a la altura de la vida mo-derna y democrática. Se acusa a quienes secomprometen en dicho trabajo de pretenderimponer sus criterios privados como normasde la ética pública que habría de inspirar laconvivencia de todos… Sin embargo, la His-toria muestra que todo aquel que no se cierreal encuentro interpersonal, ni a la voz de laverdad que resuena en la conciencia, pue-de entender lo que significa la dignidad dela persona humana y su valor absoluto. En elimperativo elemental y universal de ¡No ma-tarás! se condensan los ecos de dicha voz ydicho encuentro.

Por todo ello queremos insistir, con el San-to Padre, en la urgencia de esta tarea, y ape-lar a la conciencia de los creyentes y de todoslos hombres de buena voluntad. Asimismo,queremos alentar a las diversas asociacio-nes que han surgido en defensa de la vida,tanto en el ámbito eclesial como civil, paraque sigan creando conciencia en la Iglesia yen la sociedad, a la vez que ayudan concre-ta y efectivamente a tantas madres a acogery sacar adelante la vida de sus hijos.

26-XII-2002 19

Carmen María Imbert

Ahora se me viene a la memoria una anécdotaque contaba una tía-abuela mía, referida a sorÁngela, en una etapa de una sociedad anti-

clerical de principios de los años 20 del siglo pasado,cuando Madre Angelita iba, en unión de una novi-cia, por las calles de Sevilla pidiendo para los pobres.Al entrar en un establecimiento y solicitar una li-mosna a un hombre, éste, que al parecer se encontra-ba bebido, le cruzó la cara de una bofetada a la mon-ja; ésta, sin inmutarse y con la mejilla enrojecida delgolpe, le dijo a su atacante: Esta bofetada es para mí;¿ahora qué me da usted para mis pobres? Al parecer,el violento individuo rompió en lágrimas de arrepen-timiento y le entregó cuanto dinero llevaba encima»:así lo contaba don Julio Domínguez Arjona, el 2 demarzo de 2001, en el 69 aniversario de la muerte deÁngela González Guerrero.

Grandes ojos negros, piel limpia y sereno sem-blante, enmarcados en una toca blanca y negra, sím-bolo de su consagración a Dios en los más pobres.Sor Ángela de la Cruz, la Madre de los pobres, yaBeata, espera para fechas ya muy próximas su ca-nonización. El pasado 20 de diciembre, en la ciu-dad eterna, se procedió a la lectura del Decreto de ca-nonización de la Beata Ángela de la Cruz, despuésde que el Consejo de cardenales aprobara por una-nimidad, el pasado día 5 de noviembre, el informe delos médicos y teólogos sobre el milagro que abre elcamino de la canonización.

Ángela González Guerrero nació en Sevilla el30 de enero de 1846, en el seno de una familia sen-cilla y trabajadora. Vivió la pobreza desde niña. Muypronto tuvo que abandonar la escuela elemental pa-ra ayudar a su familia. Angelita, como la llamaban ensus primeros años, trabajó en una profesión artesa-na de servicio, hasta ganarse el título de la zapaterita.A los 19 años pide su admisión al Carmelo, pero nopuede ingresar por falta de salud. En otro intento deentregarse plenamente a Dios, entró como postu-lante en la Hijas de la Caridad, pero también debe sa-lir por enfermedad.

La enfermedad, la pobreza, son las pistas que elSeñor le ponía al paso para descubrir lo que le teníareservado. Al volver con su familia encuentra el sen-tido de su vocación, los pobres y enfermos. En juliode 1875, a los 29 años de edad, deja su trabajo paradedicarse a su fundación: el Instituto de las Herma-nas de la Compañía de la Cruz. Ella, con dos com-pañeras más, inician una obra que pretende «alcan-zar la santificación de sus miembros con las prácti-ca de las virtudes, especialmente por la mortifica-ción y el servicio a Dios en los pobres». Un año mástarde, reciben la aprobación del Instituto; años des-pués, en 1904, el Papa que llegará a ser san Pío X lasaprueba como Instituto de Derecho Pontificio.

Cuando en 1925 se cumplieron cincuenta añosdel Instituto, sor Ángela escribió, en su Carta deaño, a las Hermanas cuál era su anhelo para estetiempo nuestro: «Y después de los cien años, la (per-sona) que vea una Hermana de la Cruz pueda decir:Se ve a las primeras, el mismo hábito exterior y elmismo interior; el mismo espíritu de abnegación,

el mismo de sacrificio... Son las mismas, la provi-dencia para los pobres; dan de comer al hambrien-to, visten al desnudo, buscan casa a los peregrinos,visitan a los enfermos, los limpian, los asean, losvelan sacrificando su reposo. Son todas para lospobres, mirándolos no sólo como hermanos, sinocomo señores, y los acompañan y están con ellos asu lado».

Con 105 años de existencia, las Hermanas de laCompañía de la Cruz continúan hoy, con la frescu-ra del primer día, siendo fieles a la voluntad de Diosde seguir el camino de la cruz. El Instituto cuentacon 716 Hermanas: 469 en Andalucía, 213 en el res-to de la Península, y 34 entre Canarias, Roma y Ar-gentina. Distribuidas en 54 casas, 37 de las cuales es-tán en Andalucía, llevan la caridad cristiana a todos

los que sufren con entrega personal y generosa. Ade-más de ayudar a los pobres, orientándoles en susproblemas y acercándoles al consuelo de las virtudescristianas, las Hermanas atienden a los enfermosabandonados en sus propias casas, acompañándo-los, curándolos y visitándolos; y enseñan y prote-gen a los niños desamparados, creándoles un am-biente de alegría y esperanza para su crecimiento.En medio de estas labores, las Hermanas dan testi-monio de desprendimiento, pobreza y humildad,que contrasta con el lujo, egoísmo y despilfarro delambiente general: por eso su más visible distintivo esla transparente alegría de sus rostros.

El pasado día 20, las campanas de la Giralda re-picaron anunciando ya la santidad de la fundadora delas Hermanas de la Compañía de la Cruz.

La Madre Angelitaen los primeros momentos de la fundación de las Hermanas de la Compañía de la Cruz. A la izquierda, dos instantáneasde la atención que prestan las hijas de la Beata Ángela de la Cruz a sus señoreslos pobres, enfermosy abandonados

Lectura del Decreto de canonización de la Beata sor Ángela de la Cruz

Madre de los pobresEl pueblo la proclamó Madre de los pobres. El Papa Juan Pablo II, en su visita a España de 1982, en Sevilla, la beatificó. Veinte años

después, el pasado 20 de diciembre, a la vez que se anunciaba para el próximo octubre la beatificación de la Madre Teresa deCalcuta, se leyó el Decreto de canonización de la Beata sevillana sor Ángela de la Cruz, aprobado por unanimidad, el informe de los médicos y teólogos sobre el milagro que abre el camino de su próxima canonización, que tendrá lugar, Dios mediante,

durante la visita del Santo Padre a España en los primeros días del mes de mayo de 2003

España Alfa y Omega

Han transcurrido casi cuarentaaños desde aquel 11 de abrilde 1963, en que el Papa Juan

XXIII publicó la histórica Carta encí-clica Pacem in terris. En la primeraafirmación de la encíclica escribía:«La paz en la tierra, suprema aspira-ción de toda la Humanidad a través dela Historia, es indudable que no puedeestablecerse ni consolidarse si no serespeta fielmente el orden estableci-do por Dios».

En realidad, el mundo al cual se di-rigía Juan XXIII se encontraba en unprofundo estado de desorden. En se-senta años de Historia, se había asis-tido al estallido de dos guerras mun-diales, la consolidación de sistemastotalitarios demoledores, la acumula-ción de inmensos sufrimientos huma-nos y el desencadenamiento, contra laIglesia, de la mayor persecución que laHistoria haya conocido jamás. Sólodos años antes de la Pacem in terris, en1961, se erigió el muro de Berlín. Ade-más, justo seis meses antes de la pu-blicación de la encíclica, mientras enRoma se había inaugurado hacía pocosdías el Concilio Vaticano II, el mundo,debido a la crisis de los misiles en Cu-

ba, se encontró al borde de una guerranuclear. Parecía bloqueado el caminohacia un mundo de paz, de justicia yde libertad.

Los cuatro pilares de la paz

El Papa Juan XXIII no estaba deacuerdo con los que creían imposiblela paz. Con la encíclica logró que es-te valor fundamental empezara a ha-cerse sentir en ambas partes de aquelmuro y de todos los muros. A muchosla encíclica les hizo ver la común per-tenencia a la familia humana, y les en-cendió una luz respecto a la aspira-ción de la gente de todos los lugares dela tierra a vivir en seguridad, justicia yesperanza ante el futuro. Juan XXIIIindicó las condiciones esenciales parala paz en cuatro exigencias concretasdel ánimo humano: la verdad, la jus-ticia, el amor y la libertad

La Humanidad –escribió– ha em-prendido una nueva etapa de su cami-no. El fin del colonialismo, el naci-miento de nuevos Estados indepen-dientes, la defensa más eficaz de losderechos de los trabajadores, la nuevay agradable presencia de las mujeres

en la vida pública, le parecían comootros tantos signos de una Humani-dad que estaba entrando en una nuevafase de su historia, una fase caracte-rizada por la «convicción de que to-dos los hombres son, por dignidad na-tural, iguales entre sí». Ciertamente,esta dignidad era vilipendiada aún enmuchas partes del mundo. El Papa nolo ignoraba. Sin embargo, estaba con-vencido de que, no obstante la situa-ción fuese dramática bajo algunos as-pectos, el mundo era cada día másconsciente de algunos valores espiri-tuales y cada vez estaba más abierto ala riqueza de contenido de aquellospilares de la paz.

El camino hacia la paz –enseñabael Papa en su encíclica– debía pasarpor la defensa y promoción de los de-rechos humanos fundamentales.

Basados en la convicción de quecada ser humano es igual en dignidady que, por consiguiente, la sociedadtiene que adecuar sus estructuras a es-ta premisa, surgieron muy pronto losmovimientos por los derechos huma-nos, que dieron expresión política con-creta a una de las grandes dinámicasde la historia contemporánea. La pro-

moción de la libertad fue reconocidacomo un elemento indispensable delempeño por la paz. En la práctica, de-mostraron que la paz y el progresopueden alcanzarse sólo a través delrespeto de la ley moral universal, ins-crita en el corazón del hombre.

El bien común universal

Una de las consecuencias de la evo-lución de las políticas mundiales era laexigencia evidente de que hubiera unaautoridad pública a nivel internacio-nal, que pudiese disponer de capaci-dad efectiva para promover el bien co-mún universal. Esta autoridad –aña-día enseguida el Papa– no debería ins-tituirse mediante la coacción, sino sóloa través del consenso de las naciones.

La visión precursora del Papa nosólo no se ha logrado aún completa-mente, sino que se debe constatar, pordesgracia, la frecuente indecisión dela comunidad internacional sobre eldeber de respetar y aplicar los dere-chos humanos. Este deber atañe a to-dos los derechos fundamentales y nopermite decisiones arbitrarias que aca-barían en formas de discriminación einjusticia. Al mismo tiempo somostestigos del incremento de una preo-cupante divergencia entre una serie denuevos derechos promovidos en lassociedades tecnológicamente avanza-das, y derechos humanos elementalesque todavía no son respetados en si-tuaciones de subdesarrollo: pienso,por ejemplo, en el derecho a la ali-mentación, al agua potable, a la vi-vienda, a la autodeterminación y a laindependencia. La paz exige que estadivergencia se reduzca urgentementey que finalmente se supere.

A pesar de muchas dificultades yretrasos, en los cuarenta años trans-curridos ha habido un notable pro-greso hacia la realización de la noblevisión del Papa Juan XXIII. El hechode que los Estados, casi en todas laspartes del mundo, se sientan obliga-dos a respetar la idea de los derechoshumanos muestra cómo son eficaceslos instrumentos de la convicción mo-ral y de la entereza espiritual. A esterespecto, con humilde valentía que-rría observar cómo la enseñanza plu-risecular de la Iglesia sobre la paz, en-tendida como tranquilidad del orden,según la definición de san Agustín, ya la luz también de las reflexiones dela Pacem in terris, se haya reveladoparticularmente significativa para elmundo actual. Que haya un gran de-sorden en la situación del mundo con-temporáneo es una constatación com-partida fácilmente por todos. Por tan-to, la pregunta que se impone es la si-guiente: ¿qué tipo de orden puedereemplazar este desorden, para dar alos hombres y mujeres la posibilidadde vivir en libertad, justicia y seguri-

MundoAlfa y Omega20 26-XII-2002

Mensaje de Juan Pablo II para la Jornada Mundial de la Paz: 1 de enero de 2003

Carta de deberesEl Papa exige a la comunidad internacional que lleve a cabo su compromiso por la paz desdeel cumplimiento de los deberes y desde el uso correcto de la autoridad política. En su mensajepara la Jornada Mundial de la Paz, recuerda que no existirá una paz duradera hasta que«quienes ocupan puestos de responsabilidad no se cuestionen con valentía su modo de administrarel poder». El Santo Padre deja muy claro que una política basada en el respeto de la dignidady de los derechos de la persona es más liberadora que cualquier forma de propaganda,«especialmente cuando dicha propaganda sirviera para disimular intenciones inconfesables.El mensaje lleva por título Pacem in terris: Una tarea permanente. Ofrecemos un amplio resumen delmensaje:

Mundo Alfa y Omega 26-XII-2002 21

dad? ¿Bajo quéprincipios se estándesarrollando lasnuevas formas deorden mundial?

¿No es éste qui-zás el tiempo en elque todos debencolaborar en laconstitución de unanueva organizaciónde toda la familiahumana, para ase-gurar la paz y la ar-monía entre lospueblos, y promo-ver juntos su pro-greso integral? Esimportante evitartergiversaciones:aquí no se quierealudir a la constitu-ción de un super-Estado global. Másbien se piensa su-brayar la urgenciade acelerar los pro-cesos ya en acto pa-ra responder a lacasi universal pre-gunta sobre modos democráticos enel ejercicio de la autoridad política,sea nacional que internacional, comotambién a la exigencia de transparen-cia y credibilidad a cualquier nivel dela vida pública.

Paz y verdad

Cuantos creen que la vida públicainternacional se desarrolla de algúnmodo fuera del ámbito del juicio mo-ral, no tienen más que reflexionar so-bre el impacto de los movimientos porlos derechos humanos en las políticasnacionales e internacionales del sigloXX, recientemente concluido. Estasperspectivas, que anticipó la enseñan-za de la encíclica, contrastan clara-mente con la pretensión de que las po-líticas internacionales se sitúen en unaespecie de zona franca en la que la leymoral no tendría ninguna fuerza.

Quizás no hay otro lugar en el quese vea con igual claridad la necesidadde un uso correcto de la autoridad po-lítica, como en la dramática situaciónde Oriente Medio y de Tierra Santa.Día tras día y año tras año, el efectocreciente de un rechazo recíproco exa-cerbado y de una cadena infinita deviolencias y venganzas ha hecho fra-casar hasta ahora todo intento de ini-ciar un diálogo serio sobre las cues-tiones reales en litigio.

La situación precaria se hace todavíamás dramática por el contraste de in-tereses entre los miembros de la co-munidad internacional. Hasta que quie-nes ocupan puestos de responsabilidadno acepten cuestionarse con valentíasu modo de administrar el poder y deprocurar el bienestar de sus pueblos,será difícil imaginar que se pueda pro-gresar verdaderamente hacia la paz. Lalucha fratricida, que cada día afecta aTierra Santa contraponiendo entre sílas fuerzas que preparan el futuro in-mediato de Oriente Medio, muestra la

urgente exigenciade hombres y mu-jeres convencidosde la necesidad deuna política basadaen el respeto de ladignidad y de losderechos de la per-sona. Hace faltapartir de esta ver-dad. Ésta es siem-pre más libertado-ra que cualquierforma de propa-ganda, especial-mente cuando di-cha propaganda sirviera para disimu-lar intenciones inconfesionables.

Hay una relación inseparable en-tre el compromiso por la paz y el res-peto de la verdad. La honestidad endar informaciones, la imparcialidadde los sistemas jurídicos y la transpa-rencia de los procedimientos demo-cráticos dan a los ciudadanos el senti-do de seguridad, la disponibilidad pa-ra resolver las controversias con me-dios pacíficos y la voluntad deacuerdo, leal y constructivo, que cons-tituyen las verdaderas premisas deuna paz duradera.

Una cultura de paz

Si se examinan los problemas pro-fundamente, se debe reconocer que lapaz no es tanto cuestión de estructu-ras, como de personas.

La religión tiene un papel vital pa-ra suscitar gestos de paz y consolidarcondiciones de paz. Este papel lo pue-de desempeñar tanto más eficazmen-te cuanto más decididamente se con-centra en lo que la caracteriza: la aper-tura a Dios, la enseñanza de una fra-ternidad universal y la promoción deuna cultura de solidaridad. La Jorna-da de oración por la paz, que he pro-movido en Asís el 24 de enero de

2002, comprometiendo a los repre-sentantes de numerosas religiones, te-nía justamente este objetivo. Queríaexpresar el deseo de educar para lapaz mediante la difusión de una espi-ritualidad y de una cultura de paz.

Al inicio de un nuevo año en la his-toria de la Humanidad, éste es el au-gurio que surge espontáneo de lo másprofundo de mi corazón: que en el áni-mo de todos brote un impulso de re-novada adhesión a la noble misión quela encíclica Pacem in terris propusohace cuarenta años a todos los hom-bres y mujeres de buena voluntad. Es-

ta tarea, que la encíclica calificó co-mo inmensa, se concretaba en «esta-blecer un nuevo sistema de relacionesen la sociedad humana, bajo la ense-ñanza y el apoyo de la verdad, la jus-ticia, el amor y la libertad». El Papaprecisaba además que se refería a las«relaciones de convivencia en la so-ciedad humana..., primero, entre losindividuos; en segundo lugar, entre losciudadanos y sus respectivos Estados;tercero, entre los Estados entre sí, y,finalmente, entre los individuos, fa-milias, entidades intermedias y Esta-dos particulares, de un lado, y, de otro,la comunidad mundial». Y concluíaafirmando que el empeño de «conso-lidar la paz verdadera según el ordenestablecido por Dios» constituía una«tarea sin duda gloriosa».

Acompaño estos augurios con la ora-ción a Dios Omnipotente, fuente de to-do nuestro bien. Que Él, que desde lascondiciones de opresión y conflicto nosllama a la libertad y la cooperación pa-ra bien de todos, ayude a las personas encada lugar de la tierra a construir unmundo de paz, basados siempre cadavez más firmemente en los cuatro pila-res que el Beato Juan XXIII indicó atodos en su histórica encíclica: verdad,justicia, amor y libertad.

Él está

En la Nochebuena volve-mos a evocar su naci-

miento en Belén, volvemos avivir, en cierto sentido, lasemociones de los pastores, sualegría y estupor. Contempla-mos con María y José la gloriadel Verbo que se ha hechocarne por nuestra redención.Rezamos para que todos loshombres acojan la vida nuevaque el Hijo de Dios ha traídoal mundo al asumir nuestra na-turaleza humana.

La Liturgia, empapada deconstantes alusiones a la es-pera gozosa del Mesías, nosayuda a comprender en ple-nitud el valor y el significadodel misterio de la Navidad. Nose trata sólo de conmemorarel acontecimiento histórico,que tuvo lugar hace más dedos mil años. Toda nuestra vi-da debe ser un adviento, unaespera vigilante de la venidadefinitiva de Cristo. Para pre-disponernos a acoger al Se-ñor, tenemos que aprender areconocerlo en los aconteci-mientos de la existencia coti-diana. El Adviento es un in-tenso entrenamiento que nosorienta con decisión haciaAquel que ya vino, que ven-drá y que viene continuamen-te.

En la liturgia vemos tresguías, que indican las actitu-des que hay que asumir parasalir al encuentro de este di-vino huésped de la Humani-dad. Isaías exhorta a mante-nerse vigilantes en la oraciónpara reconocer los signos dela venida del Mesías. Juan elBautista, al proclamar un bau-tismo de conversión para per-dón de los pecados, expusola única condición para reco-nocer al Mesías ya presenteen el mundo. María es la mu-jer del sí que hace propio y sinreservas el proyecto de Dios.Se convierte de este modo enuna luz clara para nuestrospasos y el modelo más eleva-do de inspiración.

(18-XII-2002)

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La vidaAlfa y Omega22 26-XII-2002

La dirección de la semana

Esta semana les ofrecemos la página web que la FundaciónLuis de Trelles ha construido con el fin de ofrecer la posibili-

dad de conocer a este singular hombre, cuya vida es un ejemplo aseguir. Allí se puede hacer un primer acercamiento a su obra eu-carística, jurídica o humanista.

http://www.fundaciontrelles.es.vg

Internethttp://www.fundaciontrelles.es.vg

Nombres propios

Stjepan Mesic, Presidente de la República de Croacia, tras serrecibido por el Papa Juan Pablo II, que le agradeció el abeto na-

videño (de 28 metros) que este año ha sido instalado en la plaza deSan Pedro, procedente de los bosques de la región croata de Dél-nice, ha confirmado la intención del Pontífice de viajar por terceravez a Croacia. Ya lo hizo en 1994 y 1998. En esta próxima visita po-dría beatificar a dos croatas, el joven laico Ivan Merz, muerto en1928, y la religiosa María de Jesús Crucificado Petkovic, fallecidaen 1966. Croacia tiene cuatro millones y medio de habitantes, delos que el 72% son católicos.

La obra Para no morir del todo, del poeta español José JavierAleixandre, ha sido galardonada con el XXII Premio MundialFernando Rielo, de Poesía mística. Fueron presentadas 201obras, de 20 países. El premiado es Presidente de la asocia-ción de Escritores y Artistas españoles. Y el jurado ha estimadoque el premiado ofrece, con relevante calidad formal, un uni-verso de ricos valores espirituales.

Don Eduardo Hertfelder, Secretario General del Instituto dePolítica Familiar, señala que, según los últimos datos del InstitutoNacional de Estadística, el crecimiento natural en España seríaprácticamente nulo: 11.927 personas, si sólo tuviéramos los hijosque dan a luz las madres españolas. Si no fuera por las madres ex-tranjeras, la diferencia entre nacimientos y defunciones en Españasería incluso inferior a la del año 2000. Por otra parte, señala queel Plan Integral de Apoyo a la Familia, tras más de un año desde suaprobación, es papel mojado, y constata que el Gobierno ha vota-do exclusivamente por una politica de inmigración olvidando y/orelegando la aplicación de una verdadera política familiar.

El arzobispo de Zaragoza, monseñor Elías Yanes, el obispo deAsidonia-Jerez, monseñor Juan del Río, y el obispo de Almería,monseñor Adolfo González Montes, clausuraron con sendas con-ferencias el Año Mariano que monseñor Rosendo Álvarez Gastón,siendo obispo de Almería, declaró con motivo de la celebracióndel V centenario de la aparición de la imagen de la Virgen del Mar,Patrona de la ciudad del Almería, en la playa de Torre-García. 70 pa-rroquias han peregrinado a lo largo del año 2002 hasta el santua-rio de la Virgen del Mar, y el pueblo almeriense ha ofrecido un en-trañable y público homenaje a su Patrona durante todo el año.

Ha muerto el editor Leonardo Mondadori, apenas ocho me-ses después de haber contado en un libro entrevista con VittorioMessori su proceso de conversión.

Don José Manuel Pérez-Prendes Muñoz-Arraco, catedráticode Historia del Derecho y autor y ensayista muy ligado al sector uni-versitario y editorial, es el nuevo Presidente del Consejo de la Bi-blioteca de Autores Cristianos (BAC). Ha sido nombrado para sus-tituir al fallecido y querido don José María García Escudero.

La doctora Dolores Voltas, Presidenta de la Federación espa-ñola de asociaciones Pro-vida, informa que, durante el año 2001,estas asociaciones en España facilitaron el nacimiento de 1.713 ni-ños y dieron asistencia gratuita a 3.524 mujeres. Desde 1981, suscentros y servicios de ayuda a la vida han facilitado, en 22 ciuda-des, el nacimiento de 18.822 niños, y han ayudado a 66.138 per-

Exposición navideña

Una año más, Caja Sego-via dedida sus salas del

palacio del Torreón de Lozo-ya a la exposición Navidad enCaja Segovia. Este año, conocasión del 125 aniversariode su fundación, cuenta conla colaboración especial deJosé Luis Mayo Lebrija, ima-ginero, escultor y belenista dereconocido prestigio. En unasala de la exposición está elBelén popular, de José LuisMayo. Muy destacable es tam-bién la sala dedicada a los Re-yes Magos. La exposición sepuede visitar hasta el 6 deenero.

Familias en cadena

Cristianos sin fronteras lanza la nueva cam-paña de oración Familias en cadena. Quiere

ser un eco de la carta del Santo Padre sobre elRosario; en el año centenario de la muerte desan Francisco Javier, y cuando la ConferenciaEpiscopal ha convocado el Congreso Nacionalde Misiones para septiembre de 2003, las Iglesiasde América tendrán también su congreso misio-nero en noviembre de 2003. ¡Bien vale la penaque las familias y las comunidades apoyen con laoración las 3 iniciativas! El 29 de diciembre, fies-ta de la Sagrada Familia, a las 21 horas, sintoni-ce una emisora de la Cadena Cope: Familias encadena se unirán en el programa Es la hora de lamisión, rezando un Rosairo misionero desde los5 continentes; puede seguirse también por In-ternet: www://csf.es

Un legado de paz

Ésta es la portada del volumen elaboradopor el catedrático de la Universidad Ponti-

ficia de Salamanca, profesor Luciano Pereña,y por el profesor Jorge Conde, bibliotecariode la Universidad Francisco de Vitoria de Ma-drid. Recoge todo el catálogo de fuentes do-cumetnales que, recopilado por el profesorPereña en 50 años de investigación, sirvió pa-ra elaborar la colección Corpus Hispanorum dePace, edición crítica de las obras más repre-sentativas de 50 maestros de la Obra de Sa-lamanca, editada por el Instituto Francisco deVitoria, del Consejo Superior de Investigacio-nes Científicas, en 28 tomos, entre 1963 y

1993. Esta colección documental ha sido donada por el profesor Pere-ña a la biblioteca de la Universidad Francisco de Vitoria, de Madrid.

Llamadas gratuitas a misioneros

Por 7º año consecutivo, las Obras Misonales Pontificias ponen enmarcha la campaña de Navidad para facilitar las llamadas gratuitas

entre los familiares y los misioneros y cooperantes españoles en el ex-tranjero. Empezó el 11 de diciembre y dura hasta el 8 de enero. El númerogratuito 900 123 500 tiene un horario: de 9 a 19 horas, de lunes a do-mingo. Los solicitantes deberán llamar a este número, con al menos 24horas de antelación. Se puede realizar una llamada por familia con unaduración estimada de 12 minutos. Durante la pasada campaña, 11.379españoles utilizaron este servicio, 8.044 llamaron a América, 1.699 aAfrica, 1.143 a Asia, 411 a Europa, 63 vía satélite a móviles, y 19 a Oce-anía. Madrid y Navarra, con un 14,8% y con un 11,1% respectivamente,fueron las comunidades que más utilizaron este servicio. Y Venezuela yPerú los países que recibieron más llamadas.

La vida Alfa y Omega 26-XII-2002 23

La capacidad humana de transcender lasdificultades, superar el dolor, la perse-

cución, la tortura, ydescubrir el esplen-dor de la verdad es laverdadera protago-nista de estas 190 pá-ginas que la EditorialHerder acaba de edi-tar. Se trata la 21ª edi-ción de El hombre enbusca de sentido, deViktor E. Frankl(1905-1997), consi-derado como el másfamoso psicotera-

peuta de este siglo, y el último de la grangeneración de la Escuela de Viena. En es-ta obra, Frankl explica la experiencia que lellevó al descubrimiento de la logoterapia: loque a alguien le ata a la vida son los hijos; aotro puede ser una habilidad sin explotar; aun tercero, quizás, sólo unos cuantos re-cuerdos que merece la pena rescatar delolvido. Tejer estas tenues hebras de vidasrotas en una urdimbre firme, coherente, sig-nificativa y responsable es la finalidad de lalogoterapia. Frankl, prisionero durante mu-cho tiempo en los desalmados campos deconcentración nazis, sufrió en su propio serlo que puede significar una existencia va-cía y desnuda al borde del exterminio; sóloquien, como él, tuvo que enfrentarse a talespadecimientos tiene autoridad moral paraque se le escuche, pues nadie como él pa-ra juzgar sabia, compasiva y experimenta-damente la condición humana.

Este manual de Historia universal, en es-te caso de la Edad Media, es el resulta-

do de la colaboraciónde un importante nú-mero de prestigiososmedievalistas quetrabajan en diversasuniversidades de to-da España. Estáorientado a la forma-ción de los estudian-tes de Historia, perotambién a toda per-sona interesada porel acontecer históri-co; ofrece, además,una síntesis de conocimientos a los queacompaña una bibliografía que permite ini-ciar la aventura de un conocimiento másprofundo. Ha sido estructurado en cuarentatemas, veinte de la Alta Edad Media, y otrosveinte de la Baja Edad Media. No es unahistoria política, sino la explicación de acon-tecimientos en su contexto socio-económi-co, cultural, ideológico, espirutual. VicenteÁngel Álvarez Valenzuela ha sido su coor-dinador, y con él han colaborado veintiséisexpertos profesores. Parte del final del Im-perio Romano y va recorriendo el impacto delas invasiones germánicas, el nacimiento ydesarrollo del Islam, el de las diferentes mo-narquías en una comunidad única de fielescristianos, o en un Estado único fuertementevinculado a la Iglesia.

M. Á. V.

El chiste de la semana

Libros de interés

Ventura & Coromina en La Vanguardia

La felicitación del Papa

Ésta es una reproducción de la felicitación navideña que este año ha enviado el PapaJuan Pablo II. Se trata, como ya informamos a nuestros lectores, de la reproducción de

un cuadro que se conserva en la catedral de Valencia: la Natividad, de finales del siglo XV, atri-buida en un primer momento al pintor renacentista Francesco Pagano, pero que los espe-cialistas atribuyen hoy al pintor valenciano Vicente Macip. Con letra temblorosa, pero clara,el Santo Padre ha escrito en latín: Cum María contemplemus Christi vultum, Joannes Pau-lus PP II. In Nativitate Domini 2002. Ipso Rosarii Anno: «Con María contemplemos el rostrode Cristo. Juan Pablo II. En la Natividad del Señor 2002. En el Año del Rosario»

Un juego evangelizador

Este es el primer juego que une aventura y evangeliza-ción. Es un juego para ordenador en 3 dimensiones, don-

de un chico contemporáneo, llamado Felipe, recorre la Pa-lestina del año 30 en busca de Jesús. El jugador puede dia-logar con personajes de la época, resolver enigmas, conocerel entorno, realizar pruebas de habilidad, y todo guiado porlas Escrituras. La producción viene de Polonia, y el SantoPadre bendijo esta iniciativa. Es para niños de 7 a 14 añoscon una hora de diálogos, música y letra originales del gru-po Arca de Noe. Se llama Ego Sum y ha sido editado porEdiciones Levántate, del grupo Luque Multimedia. Mas in-formación: 958.52.21.24. Email: [email protected]

Desde la feAlfa y Omega24 26-XII-2002

EEll ppeeqquueeaallffaaTextos: A. Llamas Palacios. Ilustraciones: Elena de la Cueva

Más cosas en: http://www.alfayomega.es

Estando María embarazada deJesús, salió una orden del em-

perador de Roma, por la que to-dos los habitantes de Palestina de-

berían censarse,pues querían sa-

ber cuán-ta gente había

en el Imperio. To-das las familiasdebían presen-

tarse ante lasautoridades y dar-

les todos sus datospersonales. En el caso de José yMaría, resultó que, para censar-se, tenían que trasladarse de unextremo a otro del país. Esto su-puso caminar unos 150 kilómetros,lo cual era duro, pero mucho mássi se tiene en cuenta que Maríaestaba a punto de dar a luz.

Cuando por fin llegaron a Be-lén, la ciudad de David, a cuyadescendencia pertenecía la fami-lia de José, María sepuso de parto y,como no les ofre-cían sitio en la po-sada, tuvieronque refugiar-se en un pe-queño portal.Allí, María dio aluz y acostó a Jesús en un pese-bre, entre pajas limpias y envueltoen pañales.

Cerca de allí unos pastores dor-mían al aire libre, turnándose paracuidar el rebaño. De repente, vie-ron a un ángel del Señor brillandocon su luz en el cielo. Como seasustaron, el ángel les dijo: «Notemáis, porque os traigo una bue-na noticia, tenéis que estar con-tentos porque hoy os ha nacido elMesías, el salvador. Encontraréisa un niño envuelto en pañales yacostado en un pesebre».

Entonces, una multitud de án-geles se unie-ron en el cielo

y alaba-ban a Dios di-

ciendo: «Gloriaa Dios en lasalturas y en la

tierra paz a loshombres que

ama el Señor».

Os ofrecemos aquí la segundaparte del belén de Alfa y Ome-

ga. Como veis, el Niño Jesús yaha nacido, y los Reyes Magos seacercan poco a poco al portal. Po-déis recortar las figuras, como lasanteriores. ¡Que lo disfrutéis!

¡¡NNaaccee JJeessúúss!!

CCuurriioossiiddaaddeessddee llaa NNaavviiddaadd

El árbol de Navidad

Dice la leyenda que, hace mucho tiem-po, en el siglo VIII, un monje benedicti-

no inglés llamado Winfriddejó el monasterio en elque vivía para evangelizara los pueblos del centro deEuropa.

Un día al monje Winfridse le ocurrió hablarles, alas gentes de aquellas tie-rras, de Jesús, utilizandolos mismos símbolos queellos tenían, y les mandócortar un árbol y plantar un

abeto en su lugar. Entonces les dijo quesus dioses, como casi todos los árboles,morían, pero que Dios, como el abeto,es eterno.El abeto se adornó con velas para mos-trar de ese modo que Dios es la luz delmundo y así comenzó a utilizarse el árbolde Navidad lleno de luz en los hogaresde casi todo el mundo.El monje Winfrid fue más tarde San Bo-nifacio, apóstol de Alemania.

El belén

El belén o na-cimiento es

una tradiciónmuy arraigadaen España. Se-guro que muchosde vosotros tam-bién habéispuesto un bonitobelén en vuestracasa.

Pues a lo mejorno sabíais que elorigen del belén se

encuentra en el siglo XIII cuando SanFrancisco de Asís quiso hacer una re-presentación del nacimiento de Jesús, enel bosque de Creccio, en Italia, para quetodos los que le escucharan pudierancomprender mejor qué sucedió la no-che en que nació el Hijo de Dios. Mástarde esta costumbre se extendió y hoyen muchos hogares del mundo hay unbelén situado en el lugar más impor-

tante de la casa.

Los Reyes Magos

Una brillante estrella guió a tres Reyes de oriente hasta el pesebre donde se encontrabael Niño Jesús recién nacido. Eran Melchor, Gaspar y Baltasar, y dice el mismo evange-

lio según san Mateo que le llevaron unos presentes: oro, incienso y mirra. Desde entonces,los Reyes Magos viajan todos los años por todo el mundo, ayudados por sus pajes, pararepartir regalos para todos los niños. Pero para eso, claro, ¡tenéis que ser muy buenos!

Desde la fe Alfa y Omega 26-XII-2002 25

Carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:

Este año……………………………………………..…………………………………………

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¡Muchas gracias!

Os quiero mucho,

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Se discute si aceptar o no la candidatura de in-greso a la Unión Europea de Turquía. Confie-so que, en general, ésta nuestra Unión no me ha

apasionado nunca particularmente, reservo senti-mientos y emociones a otras realidades, diversas deesa mezcla de intereses económicos a menudo ego-ístas o corporativos de burocracias farragosas y muypagadas, de hipocresías políticamente correctas,aquella mezcla, por lo tanto, de cartas y funcionariosque se mueve entre Bruselas y Estrasburgo. Enton-ces, no me acaloraré demasiado ni siquiera por lascosas turcas de las que se debate y se debatirá. Tam-poco esta vez haré lo que nunca he hecho y nuncaharé: firmar, a saber, manifiestos indignados, o par-ticipar en ruidosas manifestaciones de protesta.

Me limito a decirme desconcertado (por usar uneufemismo) al ver tomada en serio –y quizá, al final,aceptada– la petición de entrar en Europa por partede aquella anti-europa por excelencia que, históri-camente, ha sido el ex-imperio otomano. Sólo poruna invención geográfico-política la actual Turquíaes considerada como parte del Viejo Continente, te-niendo la soberanía de la región en torno a Estambul.Pero precisamente este jirón de tierra es el testigode una de las más grandes tragedias europeas: des-de 1453, Constantinopla, la Nueva Roma, la terceraciudad santa de la cristiandad, fue conquistada por losturcos que la hicieron musulmana con la fuerza, quela hicieron, durante siglos, tanto su capital políticacomo religiosa para todo el Islam, como sede delcalifato, que han transformado en mezquita (y des-pués en museo) la venerada basílica de Santa Sofíay, con ella, centenares de otras iglesias, que las hancambiado incluso el nombre. ¿Qué se diría de no-sotros, cristianos, siempre bajo acusación y siem-pre dispuestos a pedir perdón por aquellas incursio-nes defensivas que fueron las cruzadas (y Jerusa-lén, para nosotros, era precisamente algo distintoque Constantinopla para los musulmanes), si hu-biésemos hecho, y continuásemos haciendo impu-nemente lo mismo en Bagdad, en Damasco o –y elparangón no es impropio– en la misma Meca?

Son aquellos mismos turcos que, durante siglos,han oprimido, desangrado, martirizado a Grecia, losBalcanes, una vasta parte de Europa oriental, y quese han retirado alrededor del Bósforo sólo a causa deuna serie sangrienta de guerras y de revueltas. Sonaquellos turcos que, durante siglos y siglos, impi-dieron la navegación y desolaron las riberas del Me-diterráneo con sus incursiones piratas: una de lascausas del bajo desarrollo del sur de nuestro conti-nente fue precisamente la necesidad de abandonar lascostas, en continuo peligro, retirándose al interior, so-bre montañas intransitables e inhóspitas. Son aque-llos turcos que, hasta casi la mitad del siglo XIX,arrancaban cada año un niño a cada familia cristia-na, lo hacían musulmán fanático y le hacían un sol-dado del Islam en el cuerpo de élite de los Jenízaros:una de las salidas militares más perversas, porque da-ba a los sultanes la satisfacción de masacrar a losbautizados sirviéndose de guerreros despiadadosque eran sus mismos hijos.

El genocidio armenio

Extraña organización, esta Unión Europea quediscute seriamente sobre la petición de Turquía deentrar a formar parte de ella y que, también, en 1999ha reconocido oficialmente como genocidio el ase-sinato, entre 1915 y 1917, de al menos un millón ymedio de cristianos armenios precisamente a manode los turcos. Mientras otros centenares de millares

fueron masacrados en los años precedentes. El re-conocimiento de aquella tragedia aterradora por par-te de Europa y algunos Estados nacionales ha sidotardío, y fue contestado ásperamente por los Go-biernos otomanos que se han sucedido hasta hoy.Los Estados Unidos no quieren todavía oír hablarde genocidio armenio (el Presidente Clinton mis-mo ha intervenido para bloquear una iniciativa delSenado), porque cuentan con Turquía como aliadofiel en Oriente Medio. Pero también porque, en losEstados Unidos, ha intervenido el potente lobby he-breo que defiende ásperamente el monopolio de lapalabra genocidio, que, se sostiene, debe ser reser-vado sólo a la persecución nazi de los hebreos. LaShoah, como la llaman, debe ser considerada úni-ca, todas las demás persecuciones no tienen el mis-mo significado inconmensurable y la misma inten-sidad de dolor. Esto no lo decimos nosotros: no nos

lo permitiremos nunca. Lo dice un hebreo, hijo de unsuperviviente al exterminio, Norman Finkelstein,del que la editorial Rizzoli acaba de publicar ese in-forme escandaloso que es La industria del Holo-causto, con el subtítulo La explotación del sufri-miento de los hebreos (por parte de otros hebreos).Escribe, entre otras cosas, Finkelstein:

«La defensa hebrea de la unicidad del Holocaustoes indigna desde un punto de vista moral, y terminaráconstituyendo una especie de terrorismo intelec-tual; sin embargo persiste. El punto es entender elporqué. En primer lugar, un sufrimiento único con-fiere derechos únicos. El mal único del Holocaustopone a los hebreos en un plano diverso respecto alos demás, y les concede una reivindicación respec-to a todos estos otros. Para Edward Alexander, launicidad del Holocausto es un capital moral, y loshebreos deben reivindicar la soberanía de este pa-

Desde la feAlfa y Omega26 26-XII-2002

Sobre la candidatura turca a la Unión Europea

Una mirada a la Historia

Santa Sofía, de Constantinopla

Desde la fe Alfa y Omega 26-XII-2002 27

trimonio precioso. En efecto, la unicidad del Holo-causto sirve a Israel como coartada…» Y así suce-sivamente, en un crescendo implacable de acusa-ciones. Palabras duras, como se ve, que a ningunoque no fuese hebreo como este estudioso le estaríanpermitido hoy decir.

Finkelstein recuerda que, en Israel y, en general,en el mundo hebreo, «hacer mención de un genoci-dio de los armenios (o de los gitanos, o de cualquierotro grupo humano fuera de los israelitas) es tabú, esdenunciando de inmediato como un intento innoblede banalizar el Holocausto». Por ejemplo, Elie Wie-sel (Premio Nobel, pero para Finkelstein supremoprofesional de la explotación de la Shoah con, entreotras cosas, un caché de 25.000 dólares y una limu-sina con conductor por cada conferencia sobreAuschwitz), y las organización hebreas más impor-tantes, se retiraron de un congreso internacional so-bre el genocidio en Tel Aviv, e hicieron presionespara que el encuentro fracasase, visto que sus orga-nizadores, «resistiendo a las advertencias del Go-bierno israelí, ha-bían incluido al-gunas seccionesdedicadas al casoarmenio». Obser-va también estehebreo política-mente incorrectoque, en el gigan-tesco HolocaustMemorial deWashington, fi-nanciado y gestio-nado por el Go-bierno Federal, seha eliminadoprácticamentecualquier referen-cia a los armenios,así como a los gi-tanos que, sin em-bargo, con más demedio millón devíctimas a manode los nazis, tu-vieron en propor-ción pérdidas másaltas que los isra-elitas. «Pero –es-cribe siempre Fin-kelstein– recono-cer el genocidiode los gitanos, enel mismo período y con los mismos culpables, habríaimplicado la caída de la exclusiva del Holocausto,con una pérdida sobresaliente de capital moral».

Así –añade el escritor–, mientras cada año, entodos los 50 Estados de la Unión norteamericana,se celebra el Día de la Memoria del Holocausto,«los del lobby hebreo del Congreso impidieron lainstitución de una jornada de recuerdo del genocidioarmenio», amén del gitano. En un reciente, muy in-formado y sereno estudio de la Civiltà Cattolica pre-cisamente sobre las resistencias que encuentra hoyel esfuerzo para no perder la memoria de la terriblemasacre perpetrada por los turcos, se les califica demuy impresionados porque el ministro israelí Si-mon Peres, en una visita a Ankara, «ha definido sinsentido las peticiones de los armenios, que pretendenel uso de los términos holocausto y genocidio tam-bién para su millón y medio de muertos, sobre unapoblación total, presente entonces en Turquía, dedos millones y cien mil personas». Peres, en una en-trevista, ha corroborado: «La del pueblo armenio hasido una tragedia, no un genocidio». No nos olvi-demos que, al menos hasta ahora (aunque las re-cientes elecciones, con la victoria del partido islá-mico, mandan mensajes inquietantes), Turquía ha

sido para Israel el único aliado en el mundo musul-mán y el proveedor de mucho de lo que sirve paramantener su ejército tan preparado.

En realidad, puesto que, según la misma defini-ción de las Naciones Unidas, «genocidio es el ex-terminio de un grupo nacional, étnico o religioso»,pocas veces el término es adecuado como en el ca-so de Armenia. Lo reconoció también Juan PabloII en su visita en su visita a finales del año 2001,donde no vaciló en hablar de un pueblo mártir por sufe. El objetivo pretendido (alcanzándolo: no haymás armenios en las provincias turcas donde eran, omayoría, o minoría particularmente numerosa) fue lasupresión total, con una masacre masiva que can-celara hasta el recuerdo de la más que bimilenariapresencia armenia en aquel territorio, que llegó aser de los turcos otomanos, llegados como intrusose invasores, sólo a partir del siglo XIV. Lo que los tur-cos se propusieron, antes y durante la Gran Guerra,fue precisamente y explícitamente una solución final.

Para un creyente, el pueblo armenio no es uno

cualquiera como tantos otros: aquí nace –en 301,por lo tanto incluso antes de las leyes de toleranciaconstantinianas– el primer reino cristiano de laHistoria. Aquí, en tierras abruptas y de fronteras(sacudidas, entre otras cosas, de continuos terre-motos), esta gente supo permanecer fiel bajo lasagresiones y las dominaciones brutales de otras in-numerables culturas y religiones. En particular,continuó pacientemente firme en su fe, como unapiña en su Iglesia (que para muchos armenios fuela católica), también durante los siglos en los que alos turcos otomanos tuvo que pagar el duro tributode dhimmi, sometida, y aceptando las humillacio-nes usuales para todos los bautizados bajo la opre-sión islámica. De los sultanes de Estambul obtiene,de hecho, el título de comunidad más fiel: en efec-to, con tal de ser dejada en paz para vivir comocristiana, daba a aquel César con turbante lo quepretendía, sin quejarse mucho y sin buscar rebe-larse.

El Gran Mal (como los armenios llaman a su ho-locausto) comenzó con la crisis del Imperio otoma-no y el surgir, por compensación, del nacionalismoturco, frente al que, por parte cristiana, se trató de reaccionar. Algunos partidos, de inspiración socia-

lista y condenados por la Iglesia, recurrieron tambiénal terrorismo. Así, entre 1894 y 1896, una serie dematanzas ordenadas por Estambul llevó a un primerexterminio de 300.000 armenios y a millares de con-versiones forzosas al Islam. Pero el genocidio ver-dadero y claro será consumado por los Jóvenes tur-cos, partido nacionalista y racista que pretendía pro-ceder a una verdadera y propia limpieza étnica. En1909, se hizo una atroz prueba general, con el ex-terminio de 30.000 armenios de la Cilicia, bajo lamirada indiferente de las potencias sedicentes cris-tianas, comprometidas en un juego político entreTurquía y Rusia. Como en casos precedentes, laIglesia católica fue la única que levantó la voz paradenunciar y protestar, con documentos, medidas di-plomáticas y artículos oficiosos en la Civiltà Cat-tolica.

Al estallar la guerra, en 1914, Turquía, aliada dealemanes y austro-húngaros, sufrió una derrota en elfrente caucásico, donde los armenios siempre hansido de casa, en absoluta mayoría. La ocasión es

propicia para li-berarse final-mente del pro-blema. Mientraslos soldados ar-menios en elejército otomanoson todos desar-mados, usadoscomo bestias decarga hasta elagotamiento delas fuerzas y des-pués fusilados,para el millón ydoscientos milde los otros ar-menios en elCáucaso llegó deEstambul la or-den de deporta-ción al remotodesierto asiático.Ocurrieron des-pués hechos ate-rradores: el queno fue matadopor las bayone-tas, la fatiga, opor los golpes,encontró lamuerte por elhambre, la sed, la

postración en la meta, donde en realidad no hay másque arena. Al final de la guerra, ya no hay más ar-menios en el Cáucaso: el exterminio, allí, terminócon más de un millón de muertos; los pocos super-vivientes, o huyeron hacia Rusia, o pasaron a en-grosar la ya notable diáspora. Quedan otros, ade-más, en las zonas occidentales de la península deAnatolia: de éstos se ocupará Kemal, el héroe na-cional, llamado Ataturk o padre los turcos, con nue-vas matanzas y con la cancelación de la sentenciade la posguerra inmediata, con la que el Estado oto-mano, reconociendo la terrible matanza, había con-denado a muerte a los políticos que fueron respon-sables de ella. Desde entonces, hablar de genocidioarmenio está oficialmente prohibido en Turquía:una negación contra toda evidencia que, como hemosvisto, cuenta con poderosos apoyos también en elexterior. Mientras tanto, los eurócratas discuten siaceptar o no bajo la bandera azul con doce estrellasa aquellos que ciertamente no son personalmenteculpables, pero que hasta ahora no han querido re-conocer todo lo que hicieron sus padres.

Vittorio Messori

Nuevas estrellas en los cielos de la Unión Europea

Desde la feAlfa y Omega28 26-XII-2002

Frente a las configu-raciones más ca-

racterísticas de las cri-sis en nuestros días,Carlos Díaz ofrece, enAprovechar la crisiscon creatividad (ed.CSS, colección Edu-car), alternativas supe-radoras desde las cri-sis mismas: para esoestá la creatividad: pa-ra hacer de la dificultad

Ante la crisis, creatividad

El cronista oficial dela provincia de To-

ledo y corresponsal deABC en dicha ciudaddurante décadas, LuisMoreno Nieto (Tel. 92521 47 71), nos ofreceen Juan Pablo II y To-ledo artículos y docu-mentos sobre este Pa-pa y su relación con lasede Primada, inclu-yendo la visita de 1982.

Juan Pablo II en Toledo

Aprender a ver cine(ed. Rialp), de Juan

Francisco González, esuna invitación a la con-templación crítica deuna selección de pelí-culas representativasde los distintos géne-ros cinematográficos.Un libro muy útil, tantopara amantes del sép-timo arte, como paraprofesores y alumnos.

Cómo ver cine

Acento Editorial hapublicado un nue-

vo título en su colec-ción Flash: El fracasoescolar, de Miguela delBurgo. En él, se ofre-cen numerosos datossobre esta realidad hoytan extendida, analizansus causas y conse-cuencias y se propo-nen soluciones paraerradicar el problema.

El fracaso escolar

Cromacio de Aquile-ya. Comentario al

evangelio de Mateo esel último título de la Bi-blioteca de Patrística(ed. Ciudad Nueva).Tras la introducción pre-sentando la figura delobispo de Aquileya sanCromacio, se ofrece sucomentario, uno de losmás extensos sobre elprimer evangelio.

Nueva joya patrística

El libro Jesucristo, elEsperado y Pre-

sente (ed. Edicep), delsacerdote EmilianoManso, se centra en elmisterio de Adviento(una espera) y Navidad(un hallazgo), desde lacontemplación de unenamorado de Cristo,que lo deja transparen-tar, con ese ardor queexige llevarlo a todos.

Adviento y Navidad

Carmen Martínez, enÉtica psiquiátrica,

editado por la Universi-dad Comillas y Descléede Brouwer, presentalas principales cuestio-nes ético-psiquiátricas,para aplicar los clásicosprincipios bioéticos yabordar los dilemas éti-cos que cada uno es-tos principios suscita enla práctica psiquiátrica.

Psiquiatría y ética

La editorial Edice hapublicado el libro La

familia, esperanza dela sociedad, en el quese recogen todas lasponencias del Congre-so Nacional que, bajoel mismo título, se ce-lebró en Madrid en no-viembre de 2001, asícomo el mensaje delPapa al Congreso y elmanifiesto final del mis-

La familia: esperanza

Armonía escondida.Oración en poesía

(ed. R.B. Servicios Edi-toriales S.L.) es el títulodel libro de María Dolo-res Navarro-Rubio Se-rres, que recoge más deun centenar de bellaspoesías escritas a mo-do de oración, que refle-xionan sobre diversosaspectos de la Madre deDios, la Virgen María.

Armonía escondida

En Para encontrar aDios: Vida teologal

(ed. San Esteban-Edi-besa), Martín Gelaberttrata de poner al día elclásico estudio de lasvirtudes teologales. Suparte más amplia estádedicada a los aspec-tos unitarios y parale-los de las tres dimen-siones de lo teologal:fe, esperanza y caridad.

Para encontrar a Dios

Ediciones Rialp, ensu colección Pat-

mos, ha publicado enespañol el libro deScott Hahn Dios te sal-ve, Reina y Madre, enel que a lo largo de susocho capítulos presen-ta a La Madre de Diosen la Palabra de Dios.Incluye, como anexo,la reciente Carta delPapa sobre el Rosario.

María, Reina y Madre

Ediciones Palabra hapublicado un bello li-

bro titulado Para amar ala Virgen. En él se reco-gen documentos maria-nos de los Papas PíoXII, Pablo VI y Juan Pa-blo II, así como del Con-cilio Vaticano II. El librorecorre desde la Fulgenscorona, de Pío XII, hastael Rosario de la VirgenMaría, de Juan Pablo II.

Para amar a la Virgen

P A R A L E E R

Desde la fe Alfa y Omega 26-XII-2002 29

Anoche, cuandodormía, soñé…

Un día más la televisión nos asaltaba connoticias de atentados terroristas, hoga-

res que se destruyen, jóvenes que se dro-gan, problemas familiares y sociales… todolo más opuesto a una Navidad que, año trasaño, nos trae su mensaje de amor y de paz.

Agobiado por tantas calamidades, aun-que contagiado también por la alegría de laNochebuena, me fui quedando dormido…,y soñé. Soñé que…:

a un terrorista que preparaba una bom-ba le vino a la mente que alguno de sus fa-miliares, sus padres o sus hijos, podían servíctimas inocentes de un atentado seme-jante al que él pensaba llevar a cabo…, ynunca llegó a colocar la bomba;

los partidos demócratas, superandoambigüedades y uniendo sus fuerzas, ha-bían logrado desterrar de la hermosa tierravasca a quienes pretendían imponer susideas con la violencia;

unos esposos a punto de separarse,comprendiendo el daño que se iba a deri-var de su separación, acordaron hacer unúltimo intento para salvar su matrimonio ydar a sus hijos un hogar que mereciera esenombre;

una madre que había decidido elimi-nar a su hijo, en vista de los problemas quele suponía el embarazo, optó por respetar suvida y darlo a unos esposos que no teníanniños y esperaban con ilusión adoptar uno;

unos cónyuges, cuya mentalidad leshacía difícil aceptar las cargas de la pater-nidad, se dieron cuenta del empobrecimientoque para su hogar suponía la ausencia de ni-ños…, y dijeron sí a la vida.

un hombre y una mujer, que pensabanvivir en común, pero diciendo no al matri-monio, se decidieron por el casamiento;

una pareja de gays cayó en la cuentade que nunca podrían aportar los valoresde una madre a un niño que necesita seradoptado por un hombre y una mujer…; yque una pareja de lesbianas descubrió lomismo, que nunca podrían aportar a un ni-ño los valores de un padre;

unos jóvenes que, para vencer su ti-midez, bebían alcohol, renunciaron a él aldarse cuenta de que sus debilidades en esecampo les conducían a conductas patoló-gicas y antisociales;

la pornografía había desaparecido delos quioscos y de las pantallas, porque lospadres, la sociedad y el Estado habían to-mado conciencia del daño que hace a to-dos;

nuestros gobernantes se habían con-vencido de las aportaciones educativas dela enseñanza moral, religiosa y humanística,tan necesarias para la formación integral delos jóvenes…

Anoche, cuando dormía,/ soñé, ¡benditailusión!,/ que era Dios lo que tenía/ dentro demi corazón.

Luis Riesgo Ménguez

Punto de vistaL I B R O SNo es frecuente que a estas páginas de libros se traigan volú-

menes de revistas especializadas. Sin embargo, varios son losvientos alisios que, en este momento y en este lugar, soplan a

favor de reseñar el último número –no sólo doble sino triple, paramás señas– de la prestigiosa Revista Española deTeología, de la Facultad de Teología Sán Dámaso,de Madrid. Un volumen que, en breve y según noshan anunciado los responsables de la edición, per-mutara de cáscara para convertirse en uno de losprimeros libros de la recién nacida colección deobras de referencia en teología de la citada Facul-tad. Y de entre los vientos favorables, cálidos, en-trañables, el primero sopla en favor y en razón dehomenaje: el que la comunidad académica de la ar-chidiócesis de Madrid le brinda a su Gran Canci-ller y cardenal arzobispo, don Antonio María Rou-co Varela. El título bajo el que se publican las másde una treinta de colaboraciones es el lema epis-copal de nuestro arzobispo: In communione Ec-clesiae. Sin duda, el mayor acierto de este volumenes que su contenido, el contenido de los artículospresentados, responde al lema con el que se pre-senta este sencillo homenaje.

Cinco son los capítulos que configuran la es-tructura de este naciente y viniente libro, dedica-dos al Derecho Canónico, a la Sagrada Escritura,a la Historia de la Iglesia y la Patrología, a la Te-ología sitemátia y práctica y a la Filosofía. La so-la enumeración de los nombres de los autores queinterpretan esta sinfónica obra intelectual es sufi-ciente garantía de su nivel y profundidad acadé-mica: W. Aymans, C. Corral Salvador, C. de Die-go-Lora, P. Erdö, A. García y García, L. Gerosa, J.Hervada Xiberta, J. Manzanares, L. Müller, I. Pé-rez de Heredia y Valle, R. Serres, R. Sobanski, J.Carrón, J.J. Ayán; J. García Oro, J. M. Magaz, C.Pozo, E. Romero Pose, J.I. Tellechea, J. Bullón, M.del Campo, A. Carrasco, J.A. Martínez Camino,G.L. Müller, G. del Pozo, J. Prades, T. Rincón-Pérez, P. Rodríguez, A. Scola, P. Domínguez y A.Pérez de Laborda. Hay una interesante combina-ción de los ámbitos, círculos y escuelas de pen-samiento canónico y teológico por las que ha tran-sitado la influencia docente del perfil teológicodel cardenal Rouco Varela: Salamanca, Munich,Madrid, y los reflejos de este proceso intelectual enRoma, Navarra, Lugano,Varsovia, Valencia. Otra de las riquezas de este conjunto ordenado decolaboraciones es la pluralidad de estilos y, sobre

todo, la pluralidad de generaciones de canonistas y de teológos; de ma-nera que se percibe una continuidad, una herencia, una línea de fide-lidad al magisterio de la Iglesia y de profundidad en el pensamiento queofrece una respuesta al siempre necesario diálogo en la teología, en-tre las disciplinas teológicas y canónicas, y entre la teología y lasciencias humanas. Las colaboraciones publicadas, ciertamente, son demuy diversa naturaleza, y alcanzan muy diversos niveles de profun-didad en los ámbitos respectivos. Sin embargo, sorprende que, en esalínea de continuidad de reflexión canónica y teológica, algunos autoresaborden algunos problemas, en forma de presupuestos de discusión ge-neral, que parece ya han periclitado no sólo en la práctica de la vida dela Iglesia, sino en los temarios de reflexión pública de la teología y delDerecho canónico. Es inevitable que en un volumen de esta naturalezacolectiva, el lector, especializado o no, mantenga y sotenga preferen-cias que, en modo alguno, afectan a la consideración general de unaobra que, sin duda, hay y habrá que tener muy en cuenta. Esperamosy deseamos que la Facultad de Teología San Dámaso sepa ser dignaheredera del legado de los mayores en la solidez del pensamiento y enla fidelidad a la Iglesia.

José Francisco Serrano

Testigos de esperanza

Título: In communione EcclesiaeAutor: VariosEditorial: Facultad de Teología San Dámaso

Desde la feAlfa y Omega30 26-XII-2002

Gentes

Cristina López Schlichting, directora de La tarde con Cristina

«Simplemente soy católica, apóstólica y romana, cosa que hoy parecedespertar odios. La ventaja de ser católica es que todo el mal del mundono puede quitarte la paz. Alguna ventaja teníamos que tener, ¿no? Lo quecreo que aporto a la radio de la tarde en mi programa La tarde con Cris-tina, en la COPE, es la falta de complejos: no dejarse arrastrar por laarrogancia del progresismo».

Antonio Mercero, guionista y director de televisión

«En el panorama de la televisión actual, el problema es el de siempre, pa-rece un tópico, pero es el estar supeditado a la dictadura de las audien-cias a cualquier nivel. Se ha perdido cierto sentido ético y estético, y se habajado mucho el listón. Hay muchos replicantes, todo se parece a todo.Tenemos la televisión que nos merecemos, porque no sabemos pedirotra. Si todos fuéramos más exigentes, otro gallo nos cantaría».

Agustín García-Gasco, arzobispo de Valencia

«La aconfesionalidad del Estado no legitima que los poderes públicospuedan herir las creencias legítimas de los ciudadanos. La libertad religiosano es el reconocimiento de una esfera sin relevancia pública de la intimidadde la persona. La libertad religiosa incluye que las comunidades religio-sas puedan estar activamente presentes en la construcción del bien co-mún, porque de lo contrario, estarían condenas a una doble vivencia en-tre sus valores propios y los de la comunidad civil, impidiendo el verdaderoarraigo de sus fieles en el conjunto de la sociedad. La tolerancia y el plu-ralismo han de permitir que todos cultivemos un respeto igual por las op-ciones de libertad de los otros, sobre todo en materia religiosa».

Dios, bajo tu abrigo

Patucos vacíos

He viajado a Galicia para participar en elForo de las Asociaciones gallegas en de-

fensa de la Vida. Guardé en mi maleta unospatucos diminutos al lado de mis grandes za-patos. Éstos para el bebé ferrolano que nace-rá en primavera. (La Noche de Reyes, en micasa, casa de abuelos ya, nunca faltan unospatucos, entre todos los zapatos de mis hijos,anunciando el próximo nieto en camino). Peroya no. He tenido que traer los patucos a Madridy he llorado. Por el niño que no conoceremos,por la infancia perdida, por la maternidad frus-trada de una niña que jugó a ser adulta, y ha si-do engañada por una sociedad que se dejainvadir pasivamente por la más negra de lasmareas: el aborto voluntario.

En el período que va desde el año 1995 al2000, según las estadísticas del Instituto dela Mujer, 14.412 niños han sido abortados enGalicia. De estos 14.412 Santos Inocentes,unos hubieran sido biólogos, otros músicos,arquitectos o labradores. No existen enfer-medades ni accidentes de tráfico ni terroris-mo que causen tantas víctimas. Ni mayor vio-lencia doméstica que la que se inflige a la mu-jer empujándola a matar a su propio hijo en ellugar que debería ser el más seguro para elniño: el seno de su madre. De estas mujeresmasacradas, 2.100 son adolescentes. Sólo elacudir al perdón y misericordia de Dios podrácurar su corazón. El hijo chiquito ya les ha per-donado desde el Cielo; pero será la propiamujer la que buscará sin descanso perdonar-se a sí misma en las consultas de psicólogosy psiquiatras.

Jane Roe, la mujer que, apoyada por loslobbies abortistas, consiguió en 1972 la sen-tencia que legalizó el aborto en Estados Uni-dos, buscó la paz inútilmente en el alcohol,la droga, en diversas sectas; hasta que 25años más tarde de lo sucedido se bautizó enla Iglesia católica y, como el doctor Nat-hanson, el rey del aborto, que confiesa haberparticipado en 75.000 abortos, incluidos losabortos de dos de sus hijos, se ha convertidoen defensora de la vida humana, para queninguna otra mujer tenga que pasar por el cal-vario que ella sufre.

He vuelto a coger los patucos vacíos. Seránpara Victoria. Victoria es la hija de una emi-grante del Este de Europa. Su madre, de 22años, trabaja y lucha por esta niña que nace-rá en enero próximo, a quien su padre, espa-ñol, ha abandonado, sin más explicaciones,a través del buzón de voz de un teléfono mó-vil al saber de su existencia. Le he preguntadoa la mamá: «¿Sabes qué significa Victoria?» Yella me respondió: «Sí, claro. Campeona».

La Madre Teresa de Calcuta, Premio No-bel de la Paz, decía: «El aborto es el mayorenemigo de la paz en el mundo». Es el ma-yor germen de violencia que va destruyendo in-sensiblemente el tejido social en el que vivi-mos. Cada uno, según su participación, se ha-ce responsable y víctima de la muerte del másinocente de los humanos.

La Madre Teresa, en su mensaje a la VConferencia de la Mujer, Pekín 1995, formu-laba la gran pregunta: «Si las leyes permitenque una madre mate a su propio hijo, ¿cómopodrán impedir que un hombre mate a otrohombre?»

Margarita Fraga Iribarne

Punto de vista

Llega el frío y muchas personas en nuestra ciudad se refugian en el Metro. Yo, como cada ma-ñana, hago el mismo recorrido. La ciudad llega a ser un pueblo cuando uno baja al subsuelo;

cada día me suelo encontrar con la misma gente y las mismas necesidades. La rutina de obser-var diariamente la pobreza hace que las arterias del Metro se conviertan en un mero espaciodonde todo sucede, y donde apenas nada me mueve más que a lamentarme por la suerte del otro.

Tú eras nueva esta mañana; el loco, más cuerdo que muchos, sigue en su sitio como si la no-che no pasase por él; y el músico, que a veces deja descansar al arte, saca hoy notas a su arpa.

Sentada en las escaleras, abrazada a ti misma, estás tú. Con esa expresión que pide que el ca-lor no salga por ningún resquicio de tu cuerpo te tapas; pero la ropa ya no es suficiente para taparel frío que provoca la indiferencia. Te da pena, sí, pena el verte sola entre tanta gente, tristeza deque tu color te llame extranjera y de que el calor en esta ciudad te lo tengas que inspirar a ti mis-ma.

Quizá te hayas despertado ya del sueño europeo del que te hablaron los que te sacaron tus aho-rros para montarte en una patera. Ha debido ser un mal despertar el verte así. Os hacen soñar connuestras condiciones de vida, y todo sería mucho más humano si, al fin y al cabo, nosotros so-ñásemos con mejorar las vuestras.

Sigues sentada y tus labios musitan algo repetidamente, parece una oración… Hablas conÉl, tú sabes que, como tú, Dios tiene frío en invierno; nunca lo has sentido tan cerca, está bajo tuabrigo.

Rosa Puga Davila

Desde la fe Alfa y Omega 26-XII-2002 31

Tanto El País como El Mundo recogen, entre ironías fáciles y resentimien-tos indisimulables, la denuncia hecha por el PSOE de que la organización dela próxima edición de Juvenalia, la Feria destinada a los jóvenes, haya sido con-fiada, en cierto modo, por la Consejería de Educación de Madrid, a la aso-ciación católica IUVE, cuya eficacia, responsabilidad y profesionalidad eneste tipo de acontecimientos está fuera de toda discusión. El portavoz de Ju-ventud del PSOE critica que la selección de los monitores haya sido encargadaa esta Asociación, que, según los socialistas, es «próxima a organizaciones re-ligiosas católicas». El Presidente de IUVE ha explicado que trabajan con 200ONG en España, y ha explicado sus años de experiencia en voluntariado yacción social. Un diario y otro ironizan con frases como «una feria para cate-quizar», o un «sesgo católico». Concretamente El País recoge el juicio de in-tenciones del portavoz de Juventud del PSOE, según el cual tras el lema ele-gido este año, Caminos para la paz, «se esconde la intención de extender unaideología católica, cosa para la que no está pensada Juvenalia». ¿Y para quéestá pensada Juvenalia, si puede saberse? ¿Cuál es exactamente el sesgo quetiene que tomar, según estos dos periódicos y según el PSOE, Juvenalia?

Denigrante espectáculo el de la Cámara de los Diputados convirtiendo latragedia que está viviendo el pueblo gallego en polémica y trifulca de estrategiaselectorales. Más denigrante todavía la falsificación de documentos públicos:¿puede haber documento más público que el que se presenta, manipulado, enun Parlamento? Por falsedad documental ha sido condenado a varios años decárcel don Javier de la Rosa, a quien, por cierto, incomprensiblemente se le ibaa aplicar el tercer grado, pocos días después de haber entrado en la cárcel. Esverdaderamente sorprendente que alguien con tanta experiencia de vida, co-mo Haro Tecglen, escriba en El País: «Me preocupa especialmente saberquién falsificó el documento y se lo pasó a los socialistas y a las manos de Cal-dera ... ¿Quién fue el falsificador? No un socialista». Sin comentarios.

El sinsentido obligario, que tan acertadamente ha acuñado el humorista ElRoto, está causando estragos y, por desgracia, empieza a convertirse en el des-propósito institucional. La últimamente bastante desacreditada Real Academiaacaba de cubrirse de gloria haciendo poco honor a su lema Limpia, fija y da es-plendo; en sus últimas decisiones y propósitos. A la vista de los nombres que pa-

san o se anuncia que van a pasar, a cubrirse de inmortalidad, bien puede decir-se que, ni nunca algunos subieron tan alto, ni nunca la Academia cayó tan bajo.¿Acaso pretenden emular la deslumbrante clarividencia de la Academia Suecaque, últimamente, concede el Nóbel a lumbreras como Darío Fo? Por cierto,era esperanzadora y feliz la idea de recuperar en TVE una programación teatral,pero si es para poner en la pequeña pantalla las insufribles genialidades de Da-río Fo, mejor que no haya teatro en televisión. Y, ya que hablo de televisión,adivina adivinanza: ¿a qué premios se estarán presentando todas y cada una denuestras cadenas de televisión, que parecen competir, a partir de las diez de la no-che, en un concurso de a ver quién es más guarro? ¡Qué escuálida cutrez!

Gonzalo de Berceo

NO ES VERDADNO ES VERDAD

MÚSICAMÚSICA

Si me dijeran que actualmente se componepolifonía religiosa, dudaría antes de pasar a

creérmelo. Mi experiencia discurre por el cami-no contrario. Salvo escasas y honrosas excep-ciones, hoy la polifonía religiosa es un géneroque remite más bien al pasado. Quizá no senote demasiado porque, llegado el caso, seecha mano del riquísimo legado de siglos atrás.Así se sale del apuro y se nota menos el vacíodel momento presente. Todavía suenan de vezen cuando los acordes polifónicos de Palestri-na, de Tomás Luis de Victoria o de Orlando deLasso. En algunos infrecuentes casos, sea eniglesias o en conciertos, entran todavía en losprogramas corales obras de autores no tan an-tiguos: Perosi, Iruarrízaga, Beovide o José Ig-nacio Prieto, por ejemplo.

Pero, en puridad, hay que lamentar que elhoy de la composición musical religiosa sea es-cuálido, por no decir inexistente. La rica tradi-ción de componer para las solemnidades reli-giosas y para las celebraciones litúrgicas –tra-dición en la que participaron desde Bach hastaEslava, y desde Cristóbal de Morales hasta Mo-zart o Händel– ha pasado ya a la Historia. Hoy,para lo diario y para lo festivo, en la iglesia echa-mos mano de melodías y de letras de andar porcasa. Es decir, que nos apañamos con cuatro

cosas generalmente grises y mediocres. Repi-to que salvo pocas y bien venidas excepciones.De ahí que me haya llamado intensamente laatención leer las bases de una Primera convo-catoria de Polifonía religiosa, divulgada en Ma-drid. Polifonía religiosa en su faceta de compo-sición, ya que la de interpretación –por si fuerapoco con la primera– queda pendiente de unanueva y posterior oportunidad.

Podría confesar que repasé las citadas ba-ses con harto escepticismo. Y aún que me vinoa la cabeza aquel adagio latino que asegura queaudaces fortuna juvat. Es decir, que la suerte fa-vorece a los audaces, a los atrevidos. Por notraducir que a los insensatos.

Pero ya, puesto a confesarme, reconocerétambién que me he equivocado en mi descon-fiada incredulidad. Resulta que el tal concursode polifonía religiosa ha tenido notable acepta-ción. Hasta cabría hablar de éxito. De hecho haconocido una concurrencia inesperada de auto-res que ha permitido al jurado, compuesto porexpertos y renombrados músicos profesionales,otorgar los premios previstos con plena satis-facción.

¿Hará falta dar los nombres de los polifonís-tas premiados? Lo haré para evitar recelos ydeshacer incredulidades. Sebastián Mariné,

Eduardo Lorenzo Prieto y José María Gálvez Li-nares son los tres agraciados. Sus trayectoriasmusicales, especialmente la del primero, son yabien conocidas y estimadas en el mundo musicalmadrileño. Y los títulos de sus composicionesempastan a la perfección con la tradición de lapolifonía religiosa al servicio del culto. Se trata,por orden de lo premiado, de Missa, Veni Sanc-te Spiritus y Agnus Dei.

Pero ¿quién ha sido el atrevido, por no decirel insensato, al que también esta vez ha echadoun capote la diosa Fortuna? El tanto hay queapuntarlo en la cuenta de la Academia de Artee Historia San Dámaso, apoyada por la Comu-nidad de Madrid y por la Provincia Eclesiástica deMadrid, a la que pertenece dicha Academia. Unaentidad asentada entre la fe y la cultura, repletade competentes y renombrados académicos,que tiene mucho que hacer y que decir, y queinterpreta su acierto polifónico como un signofavorable para intensificar su actividad interna yhacia el exterior.

¿Habrá que atribuirle a la Academia el méritode que vuelva de verdad la polifonía religiosa,la de siempre y la de hoy, a los templos? ¡Dios loquiera! Ah, y san Dámaso.

Joaquín L. Ortega

¿Vuelve la polifonía religiosa?

Ricardo, en El Mundo

Pepone lo tenía clarísimo: mientrasel Partido jamás ha dicho: «El quesiga la doctrina católica no puede

ser de los nuestros», la Iglesia dice: «Elque siga la doctrina marxista no puedeser de los nuestros»; así que el Partidote deja libre de ser católico, pero la Igle-sia te prohíbe ser comunista; el compa-ñero que cede a las presiones de los cu-ras es un traidor de la causa. Uno de losprincipales bastiones de los curas es laNavidad. En Navidad hasta los más du-ros caen en la trampa de los sentimientos:que si el pesebre, que si los angelitos,que si la nieve, que si los recuerdos dela niñez. En resumidas cuentas, compa-ñeros, que hay que pasar al contrataque.

El Largo, que era un duro, replicóen voz muy baja: «Bueno, pero no po-demos obligar a la gente a cambiar suscostumbres».

«Ah, pero lo que sí podemos es em-pezar a no caer nosotros en la trampa.Para desintoxicar las masas –senten-ció Pepone–, lo primero que tenemosque hacer es desintoxicarnos a noso-tros mismos; yo ya he empezado encasa. A partir de este año, queda eli-minado el Nacimiento. Será un día co-mo todos los demás. Vosotros podéishacer lo mismo en vuestra casa».

Y así lo hicieron. Al llegar a casadijeron a su mujer: «Este año, el Portal,fuera». Todas, sin excepción, les re-plicaron: «¿Has bebido más de la cuen-ta hoy?»

La vigilia de Navidad en las casasde los dirigentes del Partido, aquel año,todo era escuálida normalidad: en lamesa, la sopa de siempre y la orden ta-jante: «¡Todos a la cama y sin hacerruido!» Terminada la cena, Pepone seechó el tabardo encima, y a grandeszancadas por las calles desiertas se pu-so a vigilar qué hacían los demás. Lacita en la Casa del Pueblo era clara.Llegó el Largo con el informe: «Todoha funcionado de maravilla. Ni un ca-so de desviacionismo».

El primer experimento de desinto-xicación sentimental había quedadorestringido al círculo de los diez másfieles. La última casa que visitaron erala del Halcón, al final de la salida delpueblo, casi cerca del río. Se oía lacampana de la parroquia llamando ala Misa de Medianoche.

«Podemos estar contentos –dijo elLargo–. De la idea hemos pasado a larealización práctica».

Se sentaron un momento a echar uncigarro sobre la barandilla del puente.

«¡Extraordinario! –dijo Pepone–.Ha bastado considerar esta tarde co-mo una más para hacerme la idea deque Navidad jamás ha existido».

El Esmirriado se aventuró: «La co-sa es que, si te das cuenta de que Na-vidad es un día como todos los demás,acabas como de mal humor».

«El año que viene no notarás na-da», le dijo Pepone.

Volvieron al pueblo. La plaza esta-ba vacía porque todos estaban en la

iglesia. A la vista ya de la Casa delPueblo, Pepone exclamó: «¿Pero quépasa ahí arriba?» Levantaron todos lavista y vieron que, tras una de las ven-tanas del desván, se encendía y se apa-gaba una luz. El Largo se preocupó:«La llave del desván está escondida, yen un sitio que sólo conozco yo». Su-bieron de puntillas y seguía la luz in-termitente. Pepone, el Largo y el Es-mirriado mantuvieron la respiración y,pegados a la pared, se fueron acercan-do. Allí había una pequeña bombillitade pilas que iluminaba una minúscu-la cabaña con el Nacimiento y, delan-te, estaba el hijo de el Largo que, alverlos, echó a correr.

«Imaginaos si esto lo llega a saberDon Camilo –dijo Pepone–. ¡Un pe-sebre clandestino en la Casa del Pue-blo! Los cristianos como en tiemposde las catacumbas». El Largo estabasin saber qué decir.

«Bueno –se excusó–, es que de muypequeñito le llenaron la cabeza de esasfábulas, y claro, no se puede cambiaruna mentalidad de un momento a otro,pero me gustaría saber quién le ha da-do todo eso».

Pepone se agachó a ver el Naci-miento: «Nadie, explicó; son figuritasde arcilla pintada, se las ha hecho élsolo, y no están nada mal...»

El Largo volvió a mirar en silenciolas figurillas del pesebre, y luego deun manotazo las estampó contra la pa-red, pero la lámpara seguía encendidaen la cabaña, desierta y devastada. Lagente empezaba a salir alegre de laiglesia y llenaba la plaza y las calles. ElLargo y Pepone seguían allí, en el des-ván, mirando con ojos atónitos aquellaluz que no se apagaba, que no habíamanera de apagar...

Giovannino Guareschi

AAllffaa yy OOmmeeggaa

AAllffaa yy OOmmeeggaa aaggrraaddeeccee llaa eessppeecciiaall ccoollaabboorraacciióónn ddee::

La luz que no se apagaGuareschi recoge en su libro Il Vangelo dei semplici (Ediciones Ancora) este comentario del evangelio de San Marcos, sobre el que

Giovanni Lotto comenta: «Es conmovedor pensar en la Iglesia de los más pequeños, de los más sencillos. Para el cristianoGuareschi, la Iglesia es la lámpara a través de la cual Cristo irradia su luz salvadora, y el calor de esa luz calienta el corazón de hasta

los más escépticos, cuyo silencio ante el pequeño pesebre clandestino acaba transformándose en plegaria»

Dos detalles del Belén de la Región de Murcia, expuesto durante estas Navidades en la Plaza Mayor de Madrid:arriba, La Virgen y san José buscando posada; abajo, El Misterio