y después del co2 ¿qué una revisión de la construcción social del cambio climático

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Rev Mad. N° 22, Mayo de 2010. pp. 1-30 1 Y después del CO2 ¿qué?: Una revisión de la construcción social del cambio climático Dr. Armando Páez García Arquitecto y Doctor en Urbanismo, Universidad Nacional Autónoma de México [email protected] Resumen A través de una revisión bibliográfica se muestra la evolución del discurso del cambio climático. En una primera sección se presentan textos que tienen relación con la divulgación de la teoría del calentamiento global antropogénico, destacando lo dicho por Al Gore, político, ecologista y empresario norteamericano cuyo liderazgo ha determinado la forma como se trata el problema. En una segunda sección se exponen cuestionamientos a esta teoría. Posteriormente se hace un análisis del discurso y una explicación del fenómeno del cambio climático como construcción social considerando los conceptos de revolución científica y episteme, este último para examinar su relación con el ecologismo. Se concluye señalando la necesidad de abrir el debate para disminuir las incertidumbres existentes. Abstract The evolution of the climate change discourse it is presented through a review of the scientifically literature. In the first section presents articles that relate to the disclosure of anthropogenic global warming theory, highlighting what was said by Al Gore, american politician, environmentalist and businessman whose leadership has given the way it deals with the problem. The second section outlines questions to this theory. Later presents a discourse analysis and an explanation of the phenomenon of climate change as a social construct considering the concepts of scientific revolution and episteme, this last concept is analyzed to know their relationship with environmentalism. It concludes by noting the need to open the debate to reduce the uncertainties. Palabras Clave : Cambio climático, calentamiento global antropogénico, ecologismo, construcción social, revolución científica. Keywords : Climate change, anthropogenic global warming, environmentalism, social construct, scientific revolution Introducción La mentira no está en el discurso, está en las cosas [Italo Calvino, Las ciudades invisibles]. El anhídrido carbónico reduce la cantidad de energía calorífica perdida por la Tierra en el espacio exterior. El fenómeno ha sido llamado “efecto de invernadero”, aun cuando la analogía es inexacta, ya que en un invernadero más bien se impide la transferencia convectiva del calor que la irradiación infrarroja por el vidrio [Fred Singer, La biosfera]. El título de este ensayo está inspirado en el título de un libro: en Y después del postmodernismo ¿qué? (1998), las catedráticas Rosa Rodríguez y María del Carmen África reúnen las respuestas que un grupo de intelectuales ofreció a esa pregunta:

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Cambio climático

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  • Rev Mad. N 22, Mayo de 2010. pp. 1-30

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    Y despus del CO2 qu?: Una revisin de la construccin social del cambio climtico

    Dr. Armando Pez Garca Arquitecto y Doctor en Urbanismo, Universidad Nacional Autnoma de Mxico [email protected]

    Resumen

    A travs de una revisin bibliogrfica se muestra la evolucin del discurso del cambio climtico. En una primera seccin se presentan textos que tienen relacin

    con la divulgacin de la teora del calentamiento global antropognico, destacando

    lo dicho por Al Gore, poltico, ecologista y empresario norteamericano cuyo liderazgo ha determinado la forma como se trata el problema. En una segunda seccin se

    exponen cuestionamientos a esta teora. Posteriormente se hace un anlisis del

    discurso y una explicacin del fenmeno del cambio climtico como construccin social considerando los conceptos de revolucin cientfica y episteme, este ltimo

    para examinar su relacin con el ecologismo. Se concluye sealando la necesidad de

    abrir el debate para disminuir las incertidumbres existentes.

    Abstract

    The evolution of the climate change discourse it is presented through a review of

    the scientifically literature. In the first section presents articles that relate to the disclosure of anthropogenic global warming theory, highlighting what was said by Al

    Gore, american politician, environmentalist and businessman whose leadership has

    given the way it deals with the problem. The second section outlines questions to this theory. Later presents a discourse analysis and an explanation of the

    phenomenon of climate change as a social construct considering the concepts of

    scientific revolution and episteme, this last concept is analyzed to know their relationship with environmentalism. It concludes by noting the need to open the

    debate to reduce the uncertainties.

    Palabras Clave: Cambio climtico, calentamiento global antropognico, ecologismo, construccin social, revolucin cientfica.

    Keywords: Climate change, anthropogenic global warming, environmentalism, social construct, scientific revolution

    Introduccin

    La mentira no est en el discurso, est en las cosas [Italo Calvino, Las ciudades invisibles].

    El anhdrido carbnico reduce la cantidad de energa calorfica perdida por la Tierra en el

    espacio exterior. El fenmeno ha sido llamado efecto de invernadero, aun cuando la analoga es inexacta, ya que en un invernadero ms bien se impide la transferencia

    convectiva del calor que la irradiacin infrarroja por el vidrio [Fred Singer, La biosfera].

    El ttulo de este ensayo est inspirado en el ttulo de un libro: en Y despus del

    postmodernismo qu? (1998), las catedrticas Rosa Rodrguez y Mara del Carmen

    frica renen las respuestas que un grupo de intelectuales ofreci a esa pregunta:

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    Tras el decretado fin de la historia, la muerte del sujeto, el ocaso de la teora y la

    eclosin del narcisismo de los universos lights, el tiempo ha seguido transcurriendo, retornndonos a la barbarie, la crisis, las depuraciones de raza y los neofascismos.

    Cmo etiquetar hoy una poca?: despus del postmodernismo qu?

    Se trataba, indican, de revisar no la crisis de la Modernidad, sino la crisis de la crisis, el despus de una catalogacin cultural que pretenda certificar el fin de una poca (Rodrguez y frica, 1998: 11 y 12).

    Si bien se puede sealar que en muchos aspectos la modernidad es un proyecto

    pendiente, pensando especialmente en Amrica Latina, tambin hay elementos en diversos campos que invitan a hablar de una etapa posterior a la modernidad, como el

    posestructuralismo y la posciencia (Daz, 1999, 2000a). Ms an, podemos considerar

    al ecologismo (o ambientalismo) como un fenmeno posmoderno por su crtica a la

    modernidad (Leis, [1999] 2001), la crisis ecolgica seala los lmites fsicos de la sociedad moderna, trasciende el debate surgido en las artes y la filosofa. Ahora bien,

    qu sucede cuando una de las ideas-fuerza del ecologismo entra en crisis? Se

    justifica hablar entonces efectivamente de una etapa posterior a la posmodernidad?

    Crisis de la definicin de la crisis?

    Una de las ideas-fuerza del ecologismo es el cambio climtico asociado con el

    calentamiento global producido por el ser humano: la temperatura media del planeta

    est aumentando por la mayor presencia de dixido de carbono (CO2) en la atmsfera, gas que absorbe la energa trmica irradiada desde la Tierra al espacio, liberado

    principalmente por la actividad humana debido a la creciente combustin de carbn y

    petrleo desde mediados del siglo XIX. Este calentamiento traer efectos catastrficos,

    producir cambios en los ciclos naturales que afectarn la vida en todo el orbe: a

    mayor CO2 ms calor, a mayor calor tormentas ms intensas, ciclones ms frecuentes y poderosos, sequas, incendios, deshielo, inundaciones, elevacin del nivel del mar,

    por lo tanto, desaparicin de zonas costeras y ecosistemas, prdida de cultivos y

    animales de crianza, extincin de especies, daos a la infraestructura, desplazamiento

    de millones de personas, hambrunas, enfermedades, etc.

    Este supuesto entr en crisis a partir de la publicacin, en noviembre de 2009, de ms

    de un millar de correos electrnicos robados a Phil Jones, director de la Unidad de

    Investigacin del Clima de la Universidad de East Anglia, reconocido cientfico, influyente miembro del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climtico (IPCC),

    organismo creado por Naciones Unidas a finales de la dcada de 1980 para enfrentar

    precisamente el problema del calentamiento global. Lo escrito en esos correos por

    Jones y algunos de sus colegas lleva a pensar en la manipulacin deliberada de datos y

    en la divulgacin de ciertos estudios y rechazo de otros para sostener la mencionada teora. Climategate.

    Los defensores de Jones y del IPCC sealan que la publicacin de los correos

    electrnicos fue un ataque orquestado por grupos que defienden intereses econmicos especficos y que lo dicho en los mensajes fue sacado de contexto: hay consenso en la

    comunidad cientfica, la Tierra se calienta por efecto del CO2, el debate sobre el

    cambio climtico ha terminado. En abril de 2010 una comisin del Parlamento britnico

    exoner a Jones.

    Sin embargo, no es lo dicho en esos correos e incluso los cuestionamientos al IPCC lo

    que marca, bajo mi perspectiva, la crisis de la teora del calentamiento global

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    antropognico, sino algunas de las respuestas de Jones a un cuestionario que le

    present la Corporacin Britnica de Radiodifusin (BBC), publicado en internet en

    febrero de 2010. Si bien Jones sostiene que el calentamiento global desde la dcada de 1950 es consecuencia de la actividad humana, reconoce que no se ha registrado desde

    1995 un calentamiento significativo y s, desde 2002, un ligero enfriamiento (-.12 C

    en la dcada). No explica la o las causas de este fenmeno. Ms an, seala que el

    debate no ha terminado: Todava hay mucho que debe llevarse a cabo para reducir las incertidumbres (BBC News, 2010).

    El enfriamiento del que habla Jones no debe sorprender, ya que algunos cientficos

    vienen anunciando que debido a la disminucin de la actividad solar la temperatura

    global podra caer por varios aos, incluso dcadas, en el siglo XXI (Landscheidt, 2003; Njau, 2005; Abdussamatov, 2007; Zhen-Shan y Xian, 2007; Velasco, 2009, 2010).

    Vctor Velasco, investigador del Departamento de Ciencias Espaciales (antes

    Departamento de Investigaciones Solares y Planetarias) del Instituto de Geofsica de la

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico, explica que el Sol es el factor ms importante que contribuye a los calentamientos y enfriamientos que experimenta el

    planeta: en las dcadas de 1980 y 1990 se registraron las mximas temperaturas

    porque la actividad secular del astro estaba en su mximo y fue la ms alta de los

    ltimos 300 aos (Velasco, 2010). La teora del calentamiento global antropognico no puede explicar por qu se presentan lapsos de enfriamiento terrestre.

    Si el planeta no se ha calentado en los ltimos aos, como reconoce Jones, debemos

    ignorar las proyecciones del IPCC y tambin sus catastrficas advertencias ya que en sus modelos no previ el enfriamiento, por ligero que sea, de la dcada de 2000?

    Continuar la Tierra enfrindose? Slo hay intereses econmicos detrs de los que

    cuestionan la teora del calentamiento global antropognico? Considerando las

    incertidumbres existentes sobre el cambio climtico, se justifica plantear una etapa

    posterior del ecologismo, ms all del supuesto del calentamiento global antropognico?

    Uno de los aportes crticos de la posmodernidad es el posestructuralismo, cuerpo

    terico que subraya el papel del lenguaje y del significado en la constitucin de la realidad social. Una influencia del posestructuralismo es la antropologa del desarrollo,

    que busca, a travs del anlisis de su discurso, desfamiliarizar sus descripciones,

    desvelar sus lugares comunes y mecanismos de produccin de conocimiento y

    explicitar sus relaciones con el poder. La idea de este mtodo es desafiar los supuestos y representaciones de un discurso (Gardner y Lewis, 1996; Escobar, 1997).

    El propsito de este ensayo es hacer un ejercicio posestructuralista para mostrar la

    evolucin del discurso del cambio climtico: desfamiliarizarlo, desvelarlo, intentar

    deconstruirlo, sealar sus supuestos bsicos. Lo que me interesa revisar es cmo el discurso se fue validando, observar la divulgacin, la construccin social del problema

    y su crtica. Del resultado de esta revisin se aportarn elementos con la intencin de

    dar ms claridad al debate, aunque, por el reconocimiento generalizado de la teora del

    calentamiento global antropognico, particularmente en Amrica Latina, ms que clarificar el debate es necesario abrirlo: poco se habl en los medios de la regin del

    Climategate y si se hizo fue para subestimar los cuestionamientos que este escndalo

    gener en Estados Unidos, Europa y Australia. No es bien visto, de Tijuana a Puerto

    Williams, dudar de la verdad incmoda.

    En la primera seccin presentar escritos que tienen relacin con la divulgacin del

    discurso de la teora del calentamiento global antropognico. En la segunda seccin

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    presentar trabajos que aportan elementos para cuestionar esta teora. En la tercera

    seccin har el anlisis del discurso para pasar posteriormente a las conclusiones. Por

    la extensin de este escrito seleccion pocos libros y artculos donde se habla del cambio climtico; mi inters aqu es la construccin social, no profundizar en los

    diversos aspectos del fenmeno.

    Divulgacin de la teora del calentamiento global antropognico

    1. La relacin entre el aumento del CO2 en la atmsfera y el aumento de la

    temperatura global fue originalmente planteada en los ltimos aos del siglo XIX,

    destacando el trabajo de Svante Arrhenius y Thomas Chamberlain. Sin embargo, este

    fenmeno comenz a recibir ms atencin, poniendo tambin mayor nfasis en el impacto de la industrializacin y de la actividad humana en general, slo hasta

    mediados del siglo XX. Algunos de los autores ms destacados son Guy Callendar,

    Gilbert Plass, Roger Revelle y Hans Suess.

    En 1960, Fred Reinfeld, escritor prolfico, public un libro en donde hace una revisin

    de los avances de la ciencia, titulado en ingls Whats new in science, traducido al espaol como Actualidades en la ciencia (1962). Presenta investigaciones y proyectos

    realizados en diversos campos, entre ellos la electrnica, la energa nuclear y la meteorologa. Sobre este tema habla al final del captulo acerca de la modificacin del

    clima, especficamente, el calentamiento global:

    Los hombres de ciencia ofrecen varias explicaciones acerca del proceso gradual de calentamiento, que se est observando en nuestro planeta. Quiz la teora

    ms aceptada es que el volumen de bixido de carbono en la atmsfera

    determina la temperatura, ya que las molculas de bixido de carbono tienen la

    propiedad de absorber y retener la radiacin infrarroja (Reinfeld, [1960] 1962:

    224).

    Indica que a causa de la creciente industrializacin, que ha conducido al muchsimo

    mayor consumo de carbn y petrleo, la atmsfera se carga de ms y ms CO2,

    absorbiendo por lo tanto ms y ms radiacin infrarroja, con la consecuente elevacin de la temperatura. Advierte que

    Si el consumo de combustible contina al ritmo presente, para el ao 2000 se

    habr inyectado en la atmsfera alrededor de un billn de toneladas de bixido de carbono, lo que elevar unos dos grados C la temperatura media (Reinfeld,

    [1960] 1962: 224).

    Seala que existen muchas maneras de detener esta alarmante tendencia, algunas de esas alternativas son la energa nuclear y la solar. La clave es disminuir el consumo de combustibles de origen fsil.

    2. En junio de 1972 se celebr en Estocolmo la Conferencia de las Naciones Unidas

    sobre el Medio Humano, primera cumbre internacional donde se discuti el deterioro del planeta por los efectos de la industrializacin y se plantearon recomendaciones

    para superar la crisis. Como prembulo a la cumbre se public un libro titulado Una

    sola Tierra (1972), sus autores, Barbara Ward y Ren Dubos, reunieron comentarios

    de decenas de cientficos de todo el mundo. Con relacin a la cuestin climtica, sealan que las radiaciones solares, las emisiones de la Tierra, la influencia universal

    de los ocanos y el efecto del hielo son vastos y quedan fuera del alcance de la accin

    directa del ser humano. Apuntan que el equilibrio entre la radiacin de llegada y la de

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    salida, es decir, la interaccin de las fuerzas que mantienen el nivel de la temperatura

    global media, parece ser tan uniforme que los rompimientos ms leves del equilibrio de

    la energa podran trastornar todo el sistema. Aaden que al interceptar las radiaciones de calor de la Tierra y transmitirlas de regreso a ella, el llamado efecto de invernadero, el CO2 es para los cientficos un factor que puede desencadenar un pequeo pero fatal cambio que altere ese equilibrio:

    No debemos esperar a que sea un hecho la fantasa de ver 3,500 millones de

    automviles en el planeta para empezar a preguntar si la suma de todas las

    demandas probables de combustibles fsiles, en las primeras dcadas del

    prximo siglo, no aumentarn considerablemente la emisin de CO2 a la

    atmsfera, y al hacerlo dar lugar a una temperatura media de la superficie alarmantemente prxima al aumento de 2 C que podra poner en marcha el

    calentamiento a largo plazo del planeta (Ward y Dubos, 1972: 247).

    Concluyen que no es absurdo preguntar si un incremento considerable en el contenido de CO2 de la atmsfera producido por el ser humano, que coincida con uno de los

    calentamientos propios de la naturaleza, no podr transformar el equilibrio en un violento cambio de peso y en un riesgo de consecuencias globales, enormes e

    impredecibles (Ward y Dubos, 1972: 248).

    Cabe destacar que en el Plan de accin que presenta las recomendaciones acordadas

    en la Conferencia, se sugiere establecer estaciones base para vigilar las tendencias

    mundiales a largo plazo de los componentes y las propiedades de la atmsfera que puedan provocar cambios en las propiedades meteorolgicas, incluso cambios climticos (Recomendacin 79) (United Nations, 1972).

    3. En la dcada de 1980 la preocupacin sobre el problema sigui creciendo, esto lo

    podemos ver en Energy and resource quality (1986), uno de los pocos libros que tratan diversos aspectos relacionados con la explotacin y el consumo de los recursos

    energticos. Sus autores, Charles Hall, Cutler Cleveland y Robert Kaufmann, concluyen

    lo siguiente en su anlisis de los impactos generales de la quema de combustibles

    fsiles:

    Debido a que los impactos del calentamiento global producido por el incremento

    de los niveles de CO2 son tan grandes, tan rpidos y tan irreversibles, la mayor

    parte de la comunidad cientfica (nosotros incluidos) cree que es prudente limitar la produccin antropognica de CO2 tanto como sea posible. Para

    conseguirlo debemos regular la actividad humana. Esto implica constricciones

    severas [] Por otra parte, nos parece que es muy poco probable que voluntariamente restrinjamos nuestro consumo de combustibles (Hall,

    Cleveland y Kaufmann, 1986: 389).

    Estos autores sealan que nunca la ciencia ni la sociedad se han enfrentado con algo

    as, ya que el problema es que se obtienen muchos beneficios de la combustin de

    carbn y petrleo, la emisin de CO2 tiene relacin con la riqueza que se consigue gracias al uso de la energa. Se reconoce el problema y tambin se plantea la

    contradiccin.

    4. En junio de 1992 se celebr en Ro de Janeiro la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, el tema del cambio climtico, a diferencia de

    la cumbre organizada en Estocolmo veinte aos antes, ya es oficialmente reconocido.

    Con el objetivo de contribuir a la construccin de una visin regional con miras a esta

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    Conferencia, tambin llamada Cumbre de la Tierra, la Comisin de Amrica Latina y el

    Caribe para el Desarrollo y el Medio Ambiente public un documento titulado Nuestra

    propia Agenda sobre desarrollo y medio ambiente (1990), en l se define como uno de los grandes temas ambientales globales el calentamiento climtico:

    Las crecientes concentraciones de anhdrido carbnico, xido nitroso, metano y

    otros gases de invernadero, probablemente producirn un calentamiento global estimado entre 1,0 y 2,0 C para el ao 2030 y, aunque las emisiones de estos

    gases se mantuvieran estables a partir de entonces, la temperatura media

    global seguir aumentando hasta alcanzar entre 1,5 y 3,0 C de temperatura

    mayor que la actual (Comisin de Amrica Latina, 1990: 41).

    Apunta la Comisin que las consecuencias ms graves de este calentamiento se

    traducirn muy probablemente en un ascenso general del nivel del mar para el ao

    2030 con la consiguiente inundacin de zonas costeras y ciudades importantes, el

    aumento de la variabilidad e impredictibilidad climtica, una mayor frecuencia de eventos extremos como inundaciones, sequas, ciclones y tormentas tropicales y un

    desplazamiento de las grandes zonas agroclimticas planetarias.

    5. En 1992, Albert (Al) Gore, entonces senador de Estados Unidos, public el libro Earth in the balance, traducido al espaol como La Tierra en juego (1993). Gore, que

    ocup la vicepresidencia de su pas entre 1993 y 2000, es uno de los personajes ms

    influyentes en la difusin de la teora del calentamiento global antropognico, sin duda

    el ms importante sin formacin cientfica (estudi Gobierno en la Universidad Harvard, se gradu en 1969), su activismo lo llev a ganar el Premio Nobel de la Paz

    en 2007, galardn que comparti con el IPCC. Por su liderazgo, el anlisis de su libro

    es fundamental en el estudio de la divulgacin del discurso del cambio climtico; no

    slo trata este tema, pero s le presta especial atencin.

    Gore indica que abri por primera vez los ojos a la idea de una amenaza ambiental planetaria en sus tiempos de estudiante universitario (segunda mitad de la dcada de 1960). Uno de sus profesores fue Roger Revelle, quien fue el primero en registrar el

    ndice de CO2 de la atmsfera, detectando que la concentracin de este gas aumentaba rpidamente ao tras ao:

    El profesor Revelle explic que, de alcanzarse niveles ms elevados de CO2, se

    producira lo que l llamaba efecto invernadero, que implicara a su vez un aumento de la temperatura de la Tierra. Las consecuencias que dejaban

    entrever sus palabras eran sobrecogedoras: slo contbamos con ocho aos de

    investigaciones pero, de continuar esta tendencia, la civilizacin acabara

    imponiendo un cambio profundo y desgarrador al clima de todo el planeta

    (Gore, [1992] 1993: 18 y 19).

    Gore justifica su preocupacin refirindose a recientes anlisis climticos que demostraban que el aumento del hambre en algunas zonas de frica coincida con un

    notable cambio en la distribucin de las lluvias:

    Los investigadores temen que esta tendencia de los ltimos cuarenta aos, que

    ha sido uno de los factores determinantes de las persistentes hambrunas, sea

    una de las primeras consecuencias del calentamiento global; en tal caso, podra augurar cambios todava ms perturbadores en los patrones climticos cuando

    el calentamiento aumente (Gore, [1992] 1993: 81).

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    Critica a los que cuestionan el cambio climtico ya que disponemos de informacin ms que suficiente y hay evidencias de que la crisis avanza de modo inexorable. Afirma que no hay ninguna duda de que la duplicacin de CO2 producir un aumento de la temperatura global y que este proceso nos expondr a la eventualidad de cambios catastrficos en los patrones climticos generales (Gore, [1992] 1993: 48).

    Invita a dejar de tratar el problema como un asunto cientfico:

    Y puesto que continuamos describiendo la crisis en trminos cientficos, ello nos

    hace vulnerables a la minora de investigadores cuyos argumentos tienden a

    negar su existencia (Gore, [1992] 1993: 49).

    Indica que esas teoras no deberan pesar del mismo modo que aquellas otras, hoy ya mayoritariamente aceptadas, que nos advierten de la gravedad e inminencia de la

    crisis:

    Si, al introducir en el debate pblico todo cuanto an ignoramos sobre la

    amenaza medioambiental, lo presentamos como un signo de que la crisis podra

    no ser real, estaremos socavando los esfuerzos tendentes a lograr un apoyo

    pblico efectivo para las duras medidas que pronto habremos de tomar (Gore, [1992] 1993: 49).

    Apunta que la teora del calentamiento global antropognico no puede rebatirse: Los escpticos son minora frente a los que antes lo fueron y se inclinan hoy ante el peso indiscutible de las evidencias, analizadas por los distinguidos cientficos del IPCC, que llegaron a la conclusin prcticamente unnime de que el calentamiento es real y de que se debe actuar ya:

    Insistir en dudar de la absoluta certeza de todos los detalles de esta amenaza, la ms seria de cuantas se nos han presentado hasta ahora, equivale hoy por

    hoy a cerrar los ojos a una verdad incmoda y desagradable: debemos actuar

    con firmeza, decisin y rapidez, aun cuando no conozcamos todos los detalles

    del problema. Quienes afirman que la respuesta idnea pasa por una prolongacin de las investigaciones slo quieren esconder su timidez o proteger

    sus velados intereses en el estado de cosas actual (Gore, [1992] 1993: 50).

    En su crtica a los escpticos, que opone a los cientficos acreditados, habla de tres cientficos del Instituto Marshall, los cuales

    [C]onjeturaron que, en un futuro prximo, el Sol podra enfriarse de pronto, lo

    justo para compensar el calentamiento global. Lamentablemente, ni las

    mediciones de la radiacin solar ni las teoras fsicas aceptadas otorgan la menor credibilidad a esta especulacin (Gore, [1992] 1993: 93).

    Cabe destacar que Gore no desconoce los cambios climticos ms significativos

    registrados en los ltimos mil aos: el Perodo Clido Medieval y la Pequea Edad de Hielo que se present entre los siglos XVI y XIX:

    Los registros climticos del continente americano indican que, en torno al ao

    950, subieron las temperaturas y cambi el clima [] As se inici el cambio climtico global conocido como perodo de calentamiento medieval. Aunque est

    considerado como un fenmeno propiamente europeo, se trat, por lo visto, de

    un cambio en el patrn climtico global advertido en Norteamrica por los

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    primeros europeos all establecidos. Y, de hecho, fue gracias a esta alteracin

    en el clima que pudieron llegar all (Gore, [1992] 1993: 73 y 74).

    Con relacin al segundo fenmeno seala que

    [U]na de las fluctuaciones climticas ms importantes y mejor documentadas

    es la llamada Pequea Glaciacin (1550-1850), que aparece asociada a significativos cambios sociales en toda Europa (Gore, [1992] 1993: 75).

    Sin embargo, no busca explicar las causas de esas variaciones climticas y las utiliza

    para mantener su postura:

    Actualmente resulta evidente que se ha invertido la relacin entre la especie

    humana y los cambios climticos: mientras que en otro tiempo la civilizacin

    tema los caprichos de la naturaleza, ahora es la Tierra quien debe soportar los

    nuestros (Gore, [1992] 1993: 83).

    Para concluir el anlisis de lo dicho por Gore en La Tierra en juego, destacar que hace

    referencia a las hambrunas que provoc el ao sin verano de 1816 para indicar lo vulnerable que es la civilizacin a los pequeos cambios climticos globales y aade que en nuestra propio tiempo de vida podramos llegar a experimentar un ao sin invierno (Gore, [1992] 1993: 83).

    6. En mayo de 1992, un mes antes de la Conferencia de Ro, se adopt la Convencin marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climtico, la cual entr en vigor en 1994

    buscando reforzar la conciencia sobre el problema. En 1997 se incorpor una adicin,

    el Protocolo de Kioto, que defini medidas ms enrgicas y jurdicamente vinculantes

    con la intencin de disminuir la emisin antropognica de gases de efecto invernadero

    y aumentar el nmero de sumideros de carbn a travs de la reforestacin.

    La teora del calentamiento global antropognico es aceptada ms ampliamente a

    partir de la Cumbre de la Tierra y el Protocolo de Kioto, muestra de ello es su

    influencia en el anlisis de la cuestin urbana, as tenemos, por ejemplo, lo dicho por Jordi Borja y Manuel Castells al escribir sobre las polticas urbanas en la globalizacin:

    Las reas urbanas padecen un proceso de fuerte deterioro ambiental que

    desborda cada vez ms el mbito estrictamente local, para alcanzar unas dimensiones planetarias, y que estn poniendo en peligro el delicado equilibrio

    de la biosfera. Un solo ejemplo: las emisiones de CO2 y de otros gases que

    generan el efecto invernadero responsables del inquietante cambio climtico de la Tierra, tienen en las ciudades, como enclaves de concentracin

    demogrfica y econmica, su principal foco emisor (Borja y Castells, 1997: 199).

    Lo que indica Brian Edwards al estudiar el tema de los recursos y la arquitectura:

    [E]l sistema est siendo alterado, con los consiguientes problemas de

    inestabilidad climtica. Los edificios (y cmo se calientan, enfran e iluminan)

    son los principales culpables de esta inminente catstrofe (Edwards, [2001]

    2004: 24).

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    Y el anlisis de Voula Mega, que habla sobre la batalla del cambio climtico, fenmeno multifactico, el tema ms importante de las agendas de desarrollo sostenible:

    El calentamiento global es en parte el resultado de millones de decisiones

    individuales hechas por los residentes del mundo dentro de sus ambientes

    inmediatos. La contribucin de cada ciudad al calentamiento global depende de su funcionamiento ambiental y econmico, bienestar social y conciencia sobre

    su impacto en el ambiente global (Mega, 2005: 60).

    7. La divulgacin del discurso del calentamiento global antropognico alcanza su cenit

    en la segunda mitad de la dcada de 2000 con el documental An inconvenient truth (2006), en espaol Una verdad incmoda, que presenta la campaa de Gore para

    concienciar a la gente sobre el problema, obra cinematogrfica que, adems de ser

    vista por millones de personas en todo el mundo, recibi diversos premios, entre ellos

    el Oscar en 2007. Ese mismo ao, Gore y el IPCC recibieron el Premio Nobel de la Paz por

    [S]us esfuerzos para construir y diseminar un mayor conocimiento sobre el

    cambio climtico causado por el hombre y sentar las bases de las medidas que son necesarias para contrarrestar ese cambio (Fundacin Nobel, 2007).

    8. Meses antes de que Gore y los representantes del IPCC ganaran el Nobel, la revista

    mexicana Letras Libres dedic el dossier de su edicin del mes de junio al cambio climtico. Las primeras lneas del artculo Mxico y el cambio climtico, firmado por los ecologistas Lorenzo Rosenzweig y Michael Rattinger, son una muestra de la opinin

    dominante, palabras que pudo haber redactado Gore:

    El debate ha cesado y hay un amplio consenso en la comunidad cientfica: el cambio climtico global es un hecho probado y su causa es fundamentalmente

    antropognica. Debido a la acelerada concentracin de los llamados gases de

    efecto invernadero principalmente el dixido de carbono, el metano, el xido nitroso y los clorofluorocarbonos, la atmsfera atrapa una mayor cantidad de radiacin solar reflejada desde la Tierra y esto provoca un aumento de las

    temperaturas promedio de los ocanos y de la superficie terrestre del planeta

    (Rosenzweig y Rattinger, 2007: 20).

    9. En el marco de la XV Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climtico,

    celebrada en Copenhague en diciembre de 2009, el presidente de Mxico, Felipe

    Caldern, dio un mensaje a los medios de comunicacin, sus palabras son una sntesis

    del discurso de la teora del calentamiento global antropognico:

    La comunidad cientfica ha dado muestras, a mi juicio, ya irrefutables del

    fenmeno del calentamiento global. ste deriva, fundamentalmente, de la

    emisin de los llamados gases de efecto invernadero, entre ellos,

    fundamentalmente, el bixido de carbono.

    Y estima tambin, y ese es uno de los acuerdos que ha generado ms consenso

    en la comunidad internacional, que la temperatura media global no debiera

    subir ms de dos grados centgrados hasta mediados de este siglo, sin consecuencias devastadoras (Presidencia de la Repblica Mxico, 2009).

  • Y despus del CO2 qu?: Una revisin de la construccin social del cambio climtico

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    La clave para enfrentar con efectividad este reto, seala, es establecer metas

    cuantificables de mitigacin en el corto, mediano y largo plazo y mecanismos que

    permitan la adaptacin que tiene que realizarse en todos los pases para enfrentar las consecuencias del cambio. Tambin se requiere un acuerdo que permita el

    financiamiento de las actividades contra este fenmeno, propuesta conocida como

    Fondo Contra el Cambio Climtico o Fondo Verde.

    Es necesario indicar que las negociaciones en Copenhague fracasaron: no se adopt un

    nuevo protocolo para reducir, a partir de 2012, la emisin de CO2 con medidas ms

    enrgicas que las acordadas en Kioto. Es poco probable que haya consenso en Cancn

    a finales de 2010.

    10. En noviembre de 2009 ocurri el Climategate, las palabras de Jeffrey Sachs,

    expresadas en un artculo de opinin publicado en diversos diarios entre febrero y

    marzo de 2010, muestra la reaccin de los defensores de la teora del calentamiento

    global antropognico ante esta situacin y el fracaso en Copenhague:

    La realidad es que los crticos, cuyo nmero es pequeo, pero sus ataques son

    agresivos, estn desplegando tcticas que han ido perfeccionando durante ms

    de 25 aos. Durante su larga campaa, han exagerado los desacuerdos para detener las medidas contra el cambio climtico y han contado con la

    financiacin de grupos de inters especiales, como Exxon Mobil.

    Este autor seala que hay grandes sumas de dinero respaldando a los negacionistas del cambio climtico, el cual proviene de empresas que no quieren pagar los costos suplementarios de la reglamentacin o de idelogos del mercado libre opuestos a

    cualesquiera controles estatales. Ms an, advierte que

    Estamos presenciando un proceso previsible por parte de los idelogos y los grupos de estudio y las publicaciones de extrema derecha para desacreditar el

    proceso cientfico (Sachs, 2010).

    El cambio climtico, siguiendo lo hasta aqu presentado, es el mayor reto de la humanidad para el siglo XXI (Carabias, 2010).

    Cuestionamientos a la teora del calentamiento global antropognico

    1. El documento que critica de forma ms contundente los supuestos y las

    proyecciones catastrficas de la teora del calentamiento global antropognico es el

    reporte Climate change reconsidered (2009), preparado por el Panel Nogubernamental

    sobre el Cambio Climtico (NIPCC), cuyos autores lderes son Craig Idso y Fred Singer.

    En este trabajo de ms de 700 pginas (cabe sealar que los Informes del IPCC tambin son estudios voluminosos) se citan artculos publicados en revistas cientficas

    para analizar: los modelos del clima mundial y sus limitaciones; factores de

    retroalimentacin y forzante radiativo; registros de temperaturas; el tema de los

    glaciares, el hielo marino, la precipitacin, el nivel del mar; la variabilidad solar y los ciclos del clima; el tiempo extremo; los efectos biolgicos del enriquecimiento de

    dixido de carbono; la extincin de especies; los efectos en la salud humana.

    El NIPCC sostiene que las actividades humanas no son responsables del calentamiento global:

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    El IPCC contina menospreciando la evidencia abrumadora de que, en escalas

    de tiempo tan largas como dcadas y siglos, el Sol y efectos atmosfricos

    asociados con las nubes son responsables en buena medida del cambio climtico del pasado. Por lo tanto es muy probable que el Sol sea tambin una

    causa importante del calentamiento del siglo veinte, produciendo los gases de

    invernadero de origen humano slo una contribucin menor. Adems, el IPCC

    ignora, o trata imperfectamente, otros aspectos cientficos que merecen discusin y explicacin (Idso y Singer, 2009: 1).

    Indican, de hecho, que el aumento del CO2 es benfico para el planeta.

    Para los defensores de la teora del calentamiento global antropognico, como Sachs, este reporte no debe ser tomado en cuenta, ya que su elaboracin y publicacin fueron

    financiadas por el Instituto Heartland, organizacin con sede en Chicago fundada en

    1984 que abiertamente promulga el liberalismo econmico, oponindose a la

    regulacin del mercado y el aumento de impuestos, ms an, ha recibido donativos de compaas que se veran afectadas si se establecen impuestos y restricciones a la

    emisin de CO2. No obstante, sin desconocer los innegables intereses econmicos en

    juego, lo que debe discutirse es si los estudios que cita el reporte del NIPCC tienen

    validez cientfica y sus conclusiones son correctas.

    Ahora bien, una forma de intentar dirimir esta cuestin, regresando al terreno del

    discurso y la divulgacin, es ir ms all del NIPCC y el IPCC: mostrar escritos que

    cuestionen o aporten elementos para cuestionar la teora del calentamiento global antropognico no financiados por organizaciones neoliberales, conservadoras o de

    extrema derecha, o publicados antes de que el tema se politizara con Gore en la

    dcada de 1990. Esto se har a continuacin.

    2. Howard Odum fue uno de los estudiosos de los procesos energticos de la naturaleza y la sociedad humana ms influyente. Qu dijo sobre el cambio climtico?

    No mucho. No habla sobre el tema en Environment, power, and society (1971) ni en

    Energy basis for man and nature (1981), dos de sus obras ms conocidas, la primera

    tal vez la ms relevante. S lo hace en pocos prrafos de su ltimo libro, A prosperous way down (2001), preparado con Elisabeth Odum. Indica, despus de apuntar que el

    CO2 atmosfrico se increment de 290 a 367 partes por milln desde el comienzo del

    siglo XIX y que dicho gas retiene el calor formando el efecto invernadero, lo siguiente:

    La prensa pblica ha difundido como un hecho el supuesto de que este calor de

    invernadero est aumentando rpidamente la temperatura de la Tierra y

    aumentando el nivel del mar. Sin embargo, el registro de la temperatura para

    toda la atmsfera vista desde el espacio no mostr mucho incremento. Los

    datos disponibles desde 1760 sugieren que la temperatura de la Tierra vara principalmente con la actividad interna del Sol, la fuente de la mayor parte del

    calor de la Tierra. El nivel del mar ha aumentado slo pocas pulgadas, y mucho

    de eso fue al principio del siglo antes de que los niveles del dixido de carbono

    hubiesen aumentado demasiado (Odum y Odum, 2001: 13 y 14).

    Odum seala que un mayor efecto invernadero aumentara la evaporacin y acelerara

    el ciclo del agua, no anuncia un cataclismo. En su reflexin sobre el futuro no le da

    importancia al cambio climtico, no es el asunto ms relevante: el problema es la creciente escasez de recursos y, por lo tanto, la presencia de rendimientos

    decrecientes. Considera que la economa mundial ya ha alcanzado su cspide y

    comenzar a experimentar su cada.

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    Indica que las nuevas polticas que son requeridas para gestionar una nueva economa

    podrn ser aplicadas tanto por empresas privadas como pblicas. Cuntos economistas neoliberales comparten su idea de poner lmites al ingreso mximo? Un

    factor central en su modelo es el rol que le concede a la gente, a las familias, a su

    autoorganizacin; bajo esta perspectiva ms que conservador es anarquista,

    ecoanarquista. La solucin para Odum no est en el libre mercado.

    Este eclogo fue profesor-investigador de la Universidad de Carolina del Norte Chapel Hill y de la Universidad de Florida, donde se jubil en 1996 despus de ms de

    veinte aos de trabajo. Muri en 2004.

    3. En 2001, la revista Ambiente & Sociedade public un artculo titulado (In)certezas sobre la crisis ambiental, firmado por Humberto Tommasino y Guillermo Foladori, donde ofrecen una visin crtica y de conjunto sobre los riesgos e incertidumbres de la crisis ambiental, su anlisis se centra en dos problemas: el cambio climtico y la prdida de biodiversidad.

    Sealan que a pesar de que la relacin:

    Produccin de CO2 Calentamiento global Elevacin del nivel del mar y cambios en la produccin

    [E]s presentada de manera lineal y mecnica por la prensa; y de que se

    relacionan efectos de largo plazo inclusive siglos con cambios inmediatos (como cuando se responsabiliza por inundaciones, ciclones, tormentas, sequas

    etc., a lo largo y ancho del mundo, al aumento antrpico de la temperatura

    mundial) los cientficos saben muy bien que existen ms incertidumbres que

    respuestas, y que no hay ninguna relacin lineal ni mecnica en estos factores.

    Aaden que esas incertidumbres son numerosas y complejas, ya que todos los

    elementos se interrelacionan; presentan algunas:

    i) Las causas del calentamiento no se reducen al efecto invernadero, otros

    factores intervienen en la temperatura: humedad del aire, rgimen de los

    vientos, las nubes, estado de la vegetacin, extensin de los glaciares,

    corrientes marinas, manchas solares, variaciones en el eje de rotacin de la Tierra, ciclos de alargamiento o acortamiento de la rbita terrestre, factores

    estelares.

    ii) No hay total evidencia de una correlacin entre la emisin de CO2 y el aumento

    de la temperatura: el ligero descenso de la temperatura registrado entre 1950 y

    1980 corresponde con el aumento del consumo de los combustibles de origen fsil despus de la II Guerra Mundial.

    iii) Es poco conocido el papel de los ocanos como regulador del CO2: son una

    masa de energa trmica que tarda siglos en modificarse frente a impactos

    externos como el calentamiento de la atmsfera; tambin se desconocen la dinmica de las especies que en ellos habitan en la fijacin del CO2, como el

    plancton, y el comportamiento de la calcita (carbonato natural de calcio

    cristalizado) en las profundidades.

    iv) No es claro que las consecuencias del aumento de la temperatura sean negativas, bien podran ser positivas, como aumentar la productividad vegetal

    (Tommasino y Foladori, 2001a).

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    A qu instituciones estaban ligados Tommasino y Foladori cuando prepararon este

    artculo? Tommasino era profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la

    Repblica (Uruguay), estudiante del doctorado en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Federal de Paran; Foladori era profesor visitante de ese programa.

    Cabe aadir que tambin presentan estas incertidumbres en el captulo La crisis ambiental contempornea (Tommasino y Foladori, 2001b) del libro Sustentabilidad?, coeditado por Foladori. En esta obra, Tommasino presenta en un captulo titulado

    Sustentabilidad rural: desacuerdos y controversias, una corriente de anlisis donde hace una crtica a la dinmica del sistema capitalista por generar leyes que

    inexorablemente causan insustentabilidad (Tommasino, 2001) y Foladori firma un escrito titulado Economa poltica marxista y medio ambiente, donde critica a su vez la tendencia ilimitada a la produccin y la organizacin de la sociedad humana, con

    necesidades ilimitadas, de la dinmica econmica capitalista (Foladori, 2001). Es poco

    probable, pienso, que estos autores formaran parte hacia el ao 2000 de la campaa

    orquestada por la extrema derecha en Estados Unidos para exagerar los desacuerdos con el fin de detener las medidas contra el cambio climtico de la que habla Sachs.

    En un artculo ms reciente, Foladori mantiene una mirada crtica sobre el tratamiento

    del cambio climtico, sealando la posicin tecnocentrista que domina el problema, la cual no altera la dinmica capitalista ni mejora las condiciones de vida de los

    millones de pobres que sufren las consecuencias de los eventos naturales extremos,

    sean estos consecuencia o no del calentamiento global (Foladori, 2007). Actualmente (mayo de 2010), Tommasino es prorrector de Extensin de la Universidad

    de la Repblica y Foladori es profesor-investigador de la Unidad de Estudios del

    Desarrollo de la Universidad Autnoma de Zacatecas, ambas instituciones, dentro de

    su libertad de ctedra, no son precisamente bastiones de los intelectuales y

    acadmicos dedicados a divulgar y defender los principios del neoliberalismo.

    4. Volvamos al libro de Gore (1992), al pasaje donde habla de tres cientficos del

    Instituto Marshall que conjeturaron que, en un futuro prximo, el Sol podra enfriarse de pronto, lo justo para compensar el calentamiento global. Gore no le da credibilidad a esta especulacin. Esos cientficos son Robert Jastrow, William Nierenberg y Frederick Seitz (los tres ya fallecidos).

    En 1990, Jastrow public con Sallie Baliunas un artculo donde sealan que los cambios detectados en la actividad del Sol y estrellas similares podran introducir ms

    incertidumbres en los pronsticos del calentamiento global basados en el efecto

    invernadero, ya que en los modelos utilizados la actividad solar es definida como

    constante (Baliunas y Jastrow, 1990). Nierenberg y Seitz fundaron el Instituto Marshall

    en 1984, el primero encabez en 1980 un comit que elabor para la administracin del presidente James Carter un reporte sobre los riesgos del cambio climtico, sin

    concluir con proyecciones catastrficas; el segundo fue presidente de la Academia de

    Ciencias de Estados Unidos en la dcada de 1960. Desde el Instituto Marshall, grupo

    de estudio de corte neoliberal, criticaron la teora del calentamiento global antropognico.

    Continuemos con Gore, quien en una nota al final de su libro indica:

    Irnicamente, aunque sigue considerndose que el estudio del Instituto

    Marshall es una desafortunada politizacin de la ciencia, la relacin entre

    manchas solares y fluctuaciones de temperatura ha vuelto a recibir renovada

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    atencin a causa del trabajo hecho en el Instituto Meteorolgico Dans sobre

    variaciones climticas a corto plazo. Aun si, como espero, este nuevo trabajo se

    considera vlido, se supone que los grandes y rpidos aumentos del CO2 superarn completamente este efecto de mancha solar (Gore, [1992] 1993:

    336).

    Gore se refiere a un artculo publicado por Eigil Friis-Christensen y Knud Lassen (1991), donde estudian la relacin entre la actividad solar y el clima, utilizando como

    indicador las manchas solares (menos manchas indican menor actividad). La

    investigacin de Velasco, entre otros, parece confirmar la teora de los cientficos

    daneses. Friis-Christensen sigue desarrollando esta lnea de trabajo, ahora como

    director del Centro Espacial Dans.

    5. As como destaqu la influencia de la teora del calentamiento global antropognico

    en el anlisis de la cuestin urbana despus de la Cumbre de la Tierra en 1992, el

    aumento del CO2 atmosfrico no preocup a los autores que ofrecieron alternativas desde la planificacin urbana para superar la crisis energtica que provoc el

    dramtico aumento del precio del petrleo entre 1973 y mediados de la dcada de

    1980, esto se puede constatar al revisar los libros La ciudad filoenergtica, coordinado

    por Ramn Martn (1981), nergie et urbanisme, de Claude Chaline y Jocelyne Dubois-Maury (1983) y Energy, planning and urban form, de Susan Owens (1986). El

    problema no era el calentamiento global, sino la escasez y el encarecimiento de los

    combustibles derivados del petrleo: a lo largo del siglo XX los centros urbanos se

    transformaron y crecieron gracias, en buena medida, al petrleo barato.

    6. En el libro Cosmos (1980), cuya edicin en espaol es de 1982, Carl Sagan habla

    del desarrollo de la ciencia, nuestro sistema planetario y la exploracin espacial.

    Dedica unas lneas al clima terrestre, donde reflexiona sobre el efecto invernadero y

    tambin sobre otro fenmeno que tiene relacin no con el calentamiento, sino con el enfriamiento global: el efecto de albedo, el cual, segn Sagan, est aumentando por la

    deforestacin y el cambio del uso del suelo por la agricultura y el pastoreo. Concluye:

    Estamos perturbando nuestro propio planeta de un modo serio y contradictorio. Existe el peligro de empujar el ambiente de la Tierra hacia el infierno

    planetario de Venus o la eterna era glacial de Marte? La respuesta sencilla es

    que nadie lo sabe. El estudio del clima global, la comparacin de la Tierra con

    otros mundos, son materias que estn en sus primeras bases de desarrollo (Sagan, [1980] 1982: 103).

    7. En 1973 se public el libro Human ecology, escrito por los cientficos y ecologistas

    Paul Ehrlich, Anne Ehrlich y John Holdren, en l indican que el ser humano est

    influyendo sobre el clima debido al CO2 que sus actividades aaden a la atmsfera, pero el grado y significado de esa influencia son inciertos:

    Desde los 1940s parece que ha habido un ligero descenso en la temperatura

    promedio de la Tierra, a pesar del incremento continuo del contenido de CO2 de la atmsfera. Esto podra ser resultado de incrementos en el albedo causados

    por ceniza volcnica, polvo, diversas partculas de la contaminacin y tambin

    por una mayor cubierta de nubes producida por las estelas de vapor de los jets

    que vuelan a gran altitud. Este incremento en la reflexin pudo haber ms que balanceado el aumento del efecto invernadero por el CO2 (Ehrlich, Ehrlich y

    Holdren, 1973: 199).

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    Sealan que es imposible predecir exactamente lo que ocurrir con la temperatura de

    la Tierra en las prximas dcadas o cules sern los efectos de los cambios a escala

    local debido a las complicaciones para registrar las fluctuaciones de la temperatura: Somos especialmente ignorantes de los factores activadores o de los umbrales de los sistemas climticos, entre ellos, la radiacin producida por el Sol, no podemos an aislar la contribucin humana de los cambios que observamos (Ehrlich, Ehrlich y Holdren, 1973: 200). Y agregan, para concluir, que el clima es algo que siempre cambia:

    Los pasados milln y medio de aos han mostrado un patrn de avances y

    retrocesos de glaciares, cambios en el nivel del mar, cambios en el patrn de

    lluvias, etc. todos tuvieron un impacto tremendo en los hombres que vivieron entonces. Muchas reas del planeta muestran trazos de impactos en la

    humanidad de inundaciones o descensos de temperatura o de grupos forzados a

    migrar por la sequa. Los cambios en el clima inducidos por el ser humano que

    ahora parecen posibles podran ser vistos solamente como una continuacin de antiguos procesos de cambio y por lo tanto nos llevan a considerar riesgos que

    siempre han estado presentes de una manera u otra (Ehrlich, Ehrlich y Holdren,

    1973: 200).

    Para estos autores, el problema es que si se presenta un calentamiento o un

    enfriamiento, por el motivo que sea, se producirn enormes hambrunas debido a la

    sobrepoblacin y a la complicacin para producir ms alimentos, ya que la

    perturbacin climtica daar los graneros del hemisferio norte. Cabe aadir que el tema que ms preocupaba en esos aos a Paul Ehrlich no era el clima en s, sino el

    crecimiento poblacional.

    8. Antes de Human ecology y Una sola Tierra, la revista Scientific American present

    en su nmero de septiembre de 1970 una serie de artculos dedicados a la biosfera, los cuales despus fueron editados en un libro precisamente con ese ttulo: The biosphere

    (1970), en espaol La biosfera (1972). Este conjunto de escritos es muy relevante en

    la investigacin sobre el discurso del cambio climtico, especialmente dos de ellos, ya

    que fueron firmados por cientficos que con el transcurso del tiempo se convirtieron en actores centrales en este captulo de la historia de la ciencia y por sus implicaciones, de la historia contempornea.

    Pero antes de presentar esos dos artculos es necesario destacar algo de lo dicho en otros dos. En El ciclo de la energa de la biosfera, George Woodwell seala:

    Los datos indican que el incremento en la concentracin del anhdrido carbnico

    de la atmsfera desde la mitad del siglo XIX de cerca del 10% 30 partes por milln, provocado por la revolucin industrial, tal vez haya aumentado la produccin neta [materia orgnica seca, energa potencialmente disponible para

    los consumidores] hasta en un 5% o 10%. Este incremento, si fuese aplicable

    en todo el mundo y se pudiese considerar separadamente, aumentara la

    energa total y el carbono almacenada en los ecosistemas naturales en una cantidad equivalente, con el resultado de una mejora equivalente de los

    rendimientos agrcolas (Woodwell [1970] 1972: 76 y 77).

    Este autor fund en 1985 el Centro de Investigacin Woods Hole, en donde se analiza el cambio climtico siguiendo la teora del calentamiento global antropognico.

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    En El ciclo de la energa de la Tierra, Abraham Oort indica que registros paleontolgicos y meteorolgicos muestran que el clima ha cambiado

    significativamente en el pasado y es probable que est cambiando ahora. Apunta que la forma ms factible de influir sobre el clima, por medios naturales o artificiales,

    [P]arece ser un mecanismo desencadenante que altere el balance de radiacin.

    Por ejemplo, si la capa de nubes o el contenido de polvo del aire en las altas latitudes fueran cambiados, la cantidad de radiacin reflejada aumentara,

    disminuyendo por tanto, la radiacin solar disponible para calentar la atmsfera

    y la superficie de la [T]ierra en dichas latitudes (Oort, [1970] 1972: 49).

    Agrega que tambin pueden alterar el clima cambios en la reflexin o absorcin de la superficie terrestre y en la proporcin relativa de los gases atmosfricos, como el

    aumento del contenido de CO2 en el aire; tambin debe considerarse la posibilidad de

    influencias externas asociadas con variaciones en el nivel de actividad solar, pueden imaginarse muchos otros medios de producir cambios en el macroclima de la Tierra (Oort, [1970] 1972: 50). Y concluye que

    Un factor importante que complica la cuestin es la naturaleza interactiva de los

    distintos procesos que operan en el ocano y en la atmsfera. Ello hace prcticamente imposible deducir, por simple razonamiento, o incluso con el uso

    de un mtodo simple, qu ocurrira si se pudiera provocar un ligero cambio,

    ms o menos permanente, en el valor de la radiacin (Oort, [1970] 1972: 51).

    Oort, hoy jubilado, desarroll buena parte de su carrera en el Laboratorio Geofsico de

    Dinmica de Fluidos de la Universidad Princeton/Administracin Ocenica y Atmosfrica

    de Estados Unidos. En 1992 public con Jos Peixoto, entonces investigador del

    Instituto Geofsico de la Universidad de Lisboa, el libro Physics of climate, en donde

    apuntan que

    [L]a reciente tendencia al calentamiento en la dcada de 1970 y especialmente

    en la dcada de 1980 es consistente con el calentamiento asociado con el

    aumento de CO2 y otros gases. Es bueno tener en cuenta, sin embargo, que hay muchas preguntas sin respuesta, en cuanto a la importancia de otros

    efectos tales como cambios en la entrada de energa solar, la actividad

    volcnica y los aerosoles. En ltima instancia tendremos que incluir todos estos

    efectos en los modelos climticos, adems de factores puramente internos relativos a la interaccin atmsfera-ocano-criosfera-litosfera como se hizo en

    forma preliminar (Peixoto y Oort, 1992: 439 y 440).

    Regresemos a 1970, a esos dos artculos que considero centrales en el estudio del

    discurso del cambio climtico, tanto por lo dicho como por quien lo dijo. En El ciclo del carbono, Bert Bolin, meteorlogo que diecinueve aos despus se convertira en el primer presidente del IPCC (1989-1997) (muri en 2007), seala:

    Las mediciones indican que el tiempo de permanencia en la atmsfera caracterstico del anhdrido carbnico antes de que el gas se disuelva en el mar

    es de cinco a diez aos (Bolin, [1970] 1972: 114).

    Y aade:

    [E]studios de laboratorio indican que las plantas crecen ms de prisa cuando el

    aire que las rodea est enriquecido en anhdrido carbnico. As, es posible que

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    el hombre est fertilizando los campos y los bosques al quemar carbn,

    petrleo y gas natural []

    Aunque probablemente las plantas terrestres han jugado un papel importante

    en el depsito de compuestos orgnicos en el suelo, es indudable que son los

    ocanos los que han actuado como el principal regulador. La cantidad de

    anhdrido carbnico en la atmsfera est determinada principalmente por la presin parcial de anhdrido carbnico disuelto en el mar (Bolin, [1970] 1972:

    116 y 119).

    Explica los procesos mediante los cuales disminuye la cantidad de CO2 en solucin y se

    estabiliza su contenido en los ocanos. Concluye advirtiendo que las perturbaciones ms importantes, de las que somos conscientes, son aquellas que actualmente estn

    siendo introducidas por el hombre:

    Puesto que sus intromisiones en los equilibrios biolgicos y geoqumicos pueden resultar perjudiciales e incluso fatales para l mismo, debe conocerlos mucho mejor de lo que los comprendemos hoy da. La historia de la circulacin

    del carbono en la naturaleza nos ensea que no podemos controlar los

    equilibrios globales. Por tanto, hubiera sido preferible dejarlos prximos al estado natural que exista hasta que empez la Revolucin Industrial (Bolin,

    [1970] 1972: 120).

    Bolin expresa preocupacin por los probables efectos adversos que pudiese causar la emisin de ms CO2 a la atmsfera, sin embargo, no profundiza al respecto, no habla

    del calentamiento global. Problema que s es analizado en La produccin humana de energa como un proceso en la biosfera, escrito por Fred Singer, fsico atmosfrico, el mismo que encabez, casi cuarenta aos despus, el NIPCC.

    En ese artculo, Singer cuestiona la posibilidad de que el aumento del CO2 en la

    atmsfera aumente la temperatura en todo el mundo:

    Un aumento de temperatura en la superficie de la Tierra y en los niveles bajos de la atmsfera no slo aumenta la evaporacin, sino que, adems, cambia la

    nubosidad. Los cambios en la nubosidad alteran el albedo, o poder de reflexin

    medio de la Tierra. El albedo promedio normal es de un 30%, lo que significa

    que el 30% de la luz solar que llega a la Tierra es inmediatamente reflejada al espacio. Los cambios en la nubosidad, por tanto, pueden tener un marcado

    efecto sobre la temperatura atmosfrica y sobre el clima (Singer, [1970] 1972:

    230).

    Seala que el aumento del contenido de CO2 en la atmsfera es un hecho firmemente establecido por mediciones de toda confianza, pero que el efecto de tal aumento sobre

    el clima es incierto:

    [E]n parte porque no se dispone de buenas mediciones mundiales de radiacin y, en parte, debido a los efectos contraproducentes de los cambios de

    nubosidad y de la turbiedad de la atmsfera. Una atractiva posibilidad

    tecnolgica es el uso de un satlite climatolgico para medir la energa radiada

    por la Tierra hacia el espacio. Los datos proporcionaran la base para la primera medicin fidedigna y generalizada del clima global de radiacin (Singer, [1970] 1972: 232).

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    Apunta que, en cualquier caso, los altos niveles de CO2 no deben persistir por mucho

    tiempo, ya que tanto los ocanos como las plantas absorben el exceso, en los ocanos

    a medida que el agua de los niveles intermedios se mezcla con los ms profundos (hay ms anhdrido carbnico en los ocanos que en la atmsfera) y gracias a la fotosntesis

    que ocurre en los bosques (el CO2 estimula el crecimiento ms rpido de las plantas).

    Como podemos ver, mucho antes del Climategate, de la formacin del NIPCC, de An inconvenient truth, del Protocolo de Kioto, de La Tierra en juego, de la concepcin del

    IPCC y de la creacin del Instituto Heartland, Singer escribi sobre el CO2 y el

    calentamiento global analizando el problema sin un tono catastrfico.

    9. As como comenc esta revisin con un libro publicado en la dcada de 1960, terminar con otro tambin escrito en esos aos: The quiet crisis (1963), traducido al

    espaol como Herencia en peligro (1965), de Stewart Udall. En l presenta la historia

    de la conservacin de recursos naturales (tierras forestales) en Estados Unidos y

    plantea la crisis silenciosa relacionada con la destruccin del ambiente, en ninguna parte habla del efecto invernadero. Udall valora la energa nuclear como una fuente de energa segura y econmica, pero no por evitar la emisin de ms CO2 a la atmsfera:

    El acontecimiento ms importante de este siglo en relacin con la conservacin,

    a saber, el obsequio que nos hicieron los cientficos atmicos de una fuente de

    energa que puede casi autorrenovarse, fue un resultado directo del esfuerzo

    blico [] Los fsicos atmicos que pusieron al descubierto el borde de una dnamo infinita, sacaron el fuego, como los dioses de la mitologa griega, de

    elementos aparentemente inertes, y descartaron para siempre nuestros

    temores de una escasez de combustible (Udall, [1963] 1965: 209).

    Escasez que se sinti dramticamente slo una dcada despus durante la crisis del petrleo. Despus vino Chernbil (1986) y la energa nuclear se convirti en una de las

    principales preocupaciones del ecologismo, adems de los temores ya existentes

    relacionados con el manejo de los residuos radiactivos. El problema de la escasez de

    combustible, pensando a largo plazo y regresando a Odum, no se ha resuelto.

    La construccin social del cambio climtico

    La revisin efectuada permiti identificar ideas presentes por ms de cincuenta aos en la divulgacin del discurso del cambio climtico, a saber:

    Las actividades humanas, especialmente la combustin de carbn y petrleo,

    estn aumentado el CO2 atmosfrico, que a su vez est aumentando la

    temperatura del planeta. Este incremento de la temperatura ser catastrfico.

    El umbral de temperatura crtico es 2 C.

    Es posible evitar la catstrofe si disminuimos la emisin de CO2 y su presencia

    en la atmsfera.

    A mediados de la dcada de 2000, con la proyeccin de An inconvenient truth, algunos

    de los que aceptan la teora del calentamiento global antropognico comenzaron a

    anunciar que el debate sobre el cambio climtico haba terminado. Sin embargo, como hemos visto, hay, y siempre hubo, dudas: Singer habla de que el efecto del aumento

    del CO2 sobre el clima es incierto (1970); Oort de que pueden imaginarse muchos

    medios de producir cambios en el macroclima de la Tierra, destacando el balance de

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    radiacin (1970); Ehrlich, Ehrlich y Holdren de la ignorancia de los factores activadores

    o de los umbrales de los sistemas climticos (1973); Sagan de que el estudio del clima

    global estaba en sus primeras bases de desarrollo (1980); Peixoto y Oort de que hay muchas preguntas sin respuesta (1992); Tommasino y Foladori de que existen ms

    incertidumbres, numerosas y complejas, que respuestas (2001); el NIPCC de que hay

    diversos aspectos cientficos que merecen discusin y explicacin (2009); Jones de que

    todava hay muchas incertidumbres (2010).

    Incertidumbres que tienen relacin con las debilidades de la teora del calentamiento

    global antropognico, entre ellas:

    Subestima otros factores para explicar el calentamiento de la Tierra, principalmente, la actividad solar.

    Subestima el efecto de albedo y su influencia en la disminucin de la

    temperatura del planeta.

    No permite explicar el descenso de la temperatura registrado en aos recientes (entre 1940 y 1975 y a partir de 2002) y el Perodo Clido Medieval.

    No plantea los beneficios de la mayor presencia de CO2 en la atmsfera.

    Cmo explicar, considerando las incertidumbres existentes, que se hable hasta con arrogancia del fin del debate? La respuesta, pienso, est en La Tierra en juego. Gore cierra el debate (lo intenta), y este es el aspecto central en la evolucin del discurso, la

    teora y la poltica sobre el cambio climtico. Concentrarse en lo dicho por este

    personaje no es ftil: es un lder de opinin a escala mundial, recibi el Oscar y el Nobel, es el mensajero y tambin el mensaje.

    Gore da por ciertos los temores de Revelle sobre el aumento del CO2 en la atmsfera y

    el efecto invernadero: De continuar esta tendencia, la civilizacin acabara imponiendo un cambio profundo y desgarrador al clima de todo el planeta. Pero no haba en esos aos (segunda mitad de la dcada de 1960) una completa comprensin del problema.

    Gore slo ve la posibilidad de la catstrofe cuando desde comienzos de la dcada de

    1970 se escribi sobre los beneficios del CO2 en las plantas (Bolin, 1970; Woodwell,

    1970) y se indic que la permanencia del CO2 en la atmsfera antes de que se disuelva en el mar slo es de cinco a diez aos (Bolin, 1970) (clculos recientemente

    confirmados [Essenhigh, 2009]; existe la creencia de que el CO2 atmosfrico tarda en

    disolverse entre decenas y cientos de aos, Tyler Miller, Jr., habla, por ejemplo, de 500

    aos [Miller, (1992) 1994: 313]).

    Gore justifica sus temores basndose en el cambio de la distribucin de las lluvias

    registrado en algunas partes del mundo en la segunda mitad del siglo XX:

    Los investigadores temen que esta tendencia de los ltimos cuarenta aos, que ha sido uno de los factores determinantes de las persistentes hambrunas, sea

    una de las primeras consecuencias del calentamiento global.

    Pero en esos cuarenta aos, 1952 a 1992, no siempre se registr un calentamiento, de hecho ste comenz a mediados de la dcada de 1970 y se intensific en la dcada de

    1980. Tampoco reconoce la influencia de la actividad solar y del efecto de albedo

    (Oort, 1970) y no explica el Perodo Clido Medieval y la Pequea Edad de Hielo, que

    considera caprichos de la naturaleza. Con una base incierta y parcial habla de evidencias de que la crisis avanza de modo inexorable, no existe ninguna duda de que semejante duplicacin [del CO2 atmosfrico] producir un aumento de la

    temperatura global.

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    Sin embargo, la influencia ms negativa de Gore es desestimar el disenso cientfico:

    Y puesto que continuamos describiendo la crisis en trminos cientficos, ello nos

    hace vulnerables a la minora de investigadores cuyos argumentos tienden a

    negar su existencia.

    Aade que las teoras de los cientficos que son minora

    [N]o deberan pesar del mismo modo que aquellas otras, hoy ya

    mayoritariamente aceptadas, que nos advierten de la gravedad e inminencia de

    la crisis.

    La intencin de esto la expone ms adelante:

    Si, al introducir en el debate pblico todo cuanto an ignoramos sobre la amenaza medioambiental, lo presentamos como un signo de que la crisis podra

    no ser real, estaremos socavando los esfuerzos tendentes a lograr un apoyo

    pblico efectivo para las duras medidas que pronto habremos de tomar.

    Gore define en La Tierra en juego una agenda poltica, su verdad incmoda, basado en evidencia cientfica proporcionada por los cientficos distinguidos y acreditados del IPCC, cuyas conclusiones son unnimes. Las teoras contrarias son especulaciones que vienen de escpticos, cientficos tmidos o que buscan proteger sus velados intereses. Pero no son esos especuladores ni el NIPCC los que, tomando las palabras de Sachs, desacreditan el proceso cientfico, es, como hemos visto, el propio Gore.

    Es necesario volver a Peixoto y Oort: Hay muchas preguntas sin respuesta. Palabras publicadas el mismo ao que las de Gore (1992), quien no plantea buscar esas

    respuestas, es decir, la verdad con relacin a la cuestin climtica, da por hecho lo

    anunciado por su profesor Roger Revelle en la dcada de 1960, no incorpora en su

    anlisis los estudios que presentan explicaciones diferentes a la teora del calentamiento global antropognico.

    Cul fue la causa del aumento de la temperatura global alrededor del ao 950 si la

    actividad humana no haba emitido a la atmsfera millones de toneladas de CO2 y cmo explicar a su vez el descenso registrado hacia el ao 1550? El nuevo aumento de

    la temperatura hacia el ao 1850 se debi al comienzo de la industrializacin, es

    decir, al aumento de la combustin de carbn y por lo tanto la emisin de ms CO2 a

    la atmsfera desde el ao 1770 gracias al nuevo diseo de la mquina de vapor

    patentado por James Watt un ao antes? Si es as, cmo explicar la cada de la temperatura despus de la II Guerra Mundial? El cientfico busca explicar los caprichos de la naturaleza; el poltico los usa para obtener y legitimar su poder. Desafortunadamente, el programa poltico de Gore es adoptado por algunos miembros

    del IPCC: no tomar en cuenta a la minora escptica y ocultar lo que se ignora. El NIPCC justifica su creacin denunciando precisamente esto. El Climategate dio fuerza a

    las voces que cuestionan la teora del calentamiento global antropognico.

    En el proceso cientfico la verdad no es una cuestin de mayoras, sino de pruebas. Gore olvida que la incertidumbre en la ciencia es un estmulo; lo que hace es imponer

    la lgica poltica donde lo que importa son las mayoras en el manejo del cambio climtico. En la ciencia es suficiente que un cientfico, incluso cualquier persona usando

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    el mtodo cientfico, demuestre la falsedad o inconsistencia de una teora para que

    sta deje de tener validez, sin importar la cantidad de investigadores que la hayan

    aceptado estructurando y organizando su trabajo a partir de ella. De eso se trata la ciencia: de describir y explicar, cada vez con mayor precisin, lo que sucede en la

    Tierra y el Universo. No de negar, desechar o desconocer teoras porque no se ajustan

    a cierto proyecto poltico, por justo que pudiese parecer.

    Las diferentes teoras sobre el cambio climtico definen una revolucin cientfica.

    Deberamos, ms an, estar pasando a una etapa de ciencia posnormal y posciencia,

    pero no es as. La actitud de Gore es anticientfica en el sentido ms normal o

    kuhniano del trmino (Kuhn, [1962] 1990).

    Thomas Kuhn identifica tres momentos en el fenmeno cientfico: la preciencia, la

    ciencia normal y la revolucin cientfica. La preciencia se caracteriza por indefiniciones

    e imprecisiones terico-prcticas. En la ciencia normal se logra imponer un paradigma,

    es decir, supuestos tericos, leyes, tcnicas, generalizaciones simblicas, mtodos, analogas, problemas, soluciones, resultados experimentales, realizaciones

    ampliamente reconocidas, etc., que proporcionan modelos de conocimientos para la

    comunidad cientfica; las anomalas que se presentan se les maneja sin afectar la

    estructura terica del paradigma. Pero cuando las contradicciones y los cuestionamientos a la teora aceptada son demasiados, es decir, cuando el paradigma

    no sirve para explicar consistentemente los fenmenos analizados, se produce una

    crisis en la ciencia. En esa crisis surgen nuevos supuestos, tcnicas, mtodos,

    problemas, soluciones, etc., esto lleva a un choque de paradigmas. Este choque es lo que Kuhn define como revolucin cientfica. El paradigma que logra imponerse

    establece un nuevo orden, una nueva normalidad en la ciencia, una nueva manera de

    entender el mundo; los cientficos trabajarn en perfeccionar la teora aceptada. Pero

    el triunfo de un paradigma, aade Kuhn, no slo depende del potencial explicativo y

    predictivo de la teora, tambin es algo arbitrario: slo tienen xito aquellos cuyos defensores gozan de mayor prestigio, reconocimiento, capacidad de difusin, poder

    (Daz, 2000b). Pero esta arbitrariedad, es preciso aadir, es consecuencia de la

    revolucin.

    Estamos, a pesar de los esfuerzos de Gore, algunos miembros del IPCC y sus

    defensores, ante una revolucin cientfica, y as se debe entender: es necesario que se

    confronten los supuestos, los mtodos, las generalizaciones, los problemas, las

    soluciones, etc., que conforman los paradigmas, no su supresin. Por esta razn afirmo que la actitud de Gore es anticientfica. Sin embargo, no sorprende que lo

    hiciera as, es poltico: en la poltica se minimiza lo expresado por el rival, por el que

    no piensa igual, por el que puede mostrar las inconsistencias u operar contra el

    programa. Lo que confunde es que miembros de la comunidad cientfica hayan seguido

    y estn actuando conforme a esta lgica, sobre todo si tenemos en cuenta que las incertidumbres estn planteadas desde antes que se creara el IPCC: niegan el choque

    de paradigmas, ignoran la evidencia, no hay revolucin. En ese afn de sostener su

    teora, a pesar de las anomalas y su incapacidad para explicar lo que acontece (como

    el enfriamiento global de la presente dcada), no revisan sus supuestos; es el mundo, el clima, lo inconsistente, lo anormal: la mentira no est en el discurso, est en las

    cosas. La ciencia pierde su objetividad, se convierte en dogma.

    Lo dicho por Thomas Berger y Peter Luckmann en el libro The social construction of reality (1966), traducido como La construccin social de la realidad (1968), refuerza lo

    explicado por Kuhn:

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    Cuando se produce una rivalidad no solo terica, sino tambin prctica entre

    grupos de expertos consagrados a formular diferentes definiciones ltimas de la

    realidad, la despragmatizacin de la teora se subvierte, y la fuerza pragmtica de las teoras involucradas se vuelve extrnseca, vale decir que una de las

    teoras se demuestra como pragmticamente superior en virtud, no de sus cualidades intrnsecas, sino de su aplicabilidad a los intereses sociales del grupo

    que se ha convertido en su portador (Berger y Luckmann, [1966] 1968: 154).

    Poder e intereses sociales: qu tanto influy Gore como congresista (1976-1993) y

    vicepresidente (1993-2000) de Estados Unidos en la imposicin del paradigma del

    calentamiento global antropognico? Es ingenuo negar la influencia de las compaas

    petroleras y carboneras en el debate y en las acciones de los gobiernos, sobre todo en Estados Unidos, Gran Bretaa y Australia, pero tambin lo es desligar a Gore de su rol

    poltico, nunca fue un ecologista cualquiera. Son los polticos de alto nivel los que

    definen los subsidios, tanto a las compaas energticas como a los centros de

    investigacin.

    Y con un sentido ecolgico, surge la propuesta de la ciencia posnormal: los supuestos

    bsicos de la ciencia moderna deben modificarse para poder desarrollar una ciencia

    nueva, dirigida a los problemas de la sostenibilidad, los cuales incluyen aspectos complejos y difciles, aquellos en los que nuestro conocimiento est fuertemente

    afectado por la incertidumbre, la ignorancia y el conflicto de valores como el cambio climtico. La posnormalidad no niega la necesidad de contar con una ciencia normal, tradicional, propone incorporar el producto cientfico, la tecnologa, en un proceso social integrador (Funtowicz y De Marchi, 2000). La falta de una revolucin cientfica

    climtica, de su reconocimiento abriendo el debate, impide contar con ese marco

    terico que permita hacer una correcta gestin tecnolgica y poltica, una ciencia

    posnormal: si el mundo entrar en las prximas dcadas a una etapa fra, supuesto

    vlido considerando las evidencias del pasado y las mediciones de los ltimos aos, se requieren polticas especiales con relacin a la produccin de alimentos y la salud

    pblica, como lo advierte Velasco (2010) y apuntaron Ehrlich, Ehrlich y Holdren

    (1973).

    No hay condiciones para avanzar, al menos en el problema climtico, a la

    posnormalidad, y tampoco a la era de la posciencia: siguiendo a Esther Daz (1999),

    podemos afirmar que Gore no busca abrir sistemas, no dialoga con la naturaleza, su

    objetivo es dominarla con una mirada pretendidamente objetiva, como los primeros fsicos. Otra de las caractersticas de la posciencia es que un alto porcentaje de las

    investigaciones se realiza en funcin de su aplicacin a la realidad, es decir, el

    desarrollo de tecnologa. Posciencia y tecnociencia son sinnimos: un conocimiento

    slido dependiente de la tcnica y potenciado a la vez por ella. El conocimiento se

    valida a partir de su eficiencia, no de un metadiscurso (Daz, 2000a). Esto no se cumple con la teora del calentamiento global antropognico: el hecho de que el IPCC

    no haya anticipado el enfriamiento de los ltimos aos, a pesar de la tecnologa

    existente, demuestra que carece de un conocimiento slido, eficiente. Ms an,

    cuntos datos se ignoran para no alterar cierto marco terico, como hace pensar el Climategate? El cambio climtico se convirti en un metadiscurso.

    Ahora bien, por qu tom tanta fuerza la teora del calentamiento global

    antropognico considerando su falta de solidez y las incertidumbres siempre presentes? Recordemos que a finales del siglo XIX se comenz a escribir sobre la

    relacin entre el CO2 y el aumento de la temperatura y que slo hasta la dcada de

    1950 algunas hiptesis se comprobaron. Si bien en las dcadas de 1970 y 1980 ya se

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    hablaba del tema con preocupacin, slo hasta la dcada de 1990 cobr relevancia,

    alcanzando su apogeo en la dcada de 2000.

    Una posible respuesta la podemos esbozar con el concepto episteme, de Michel

    Foucault, quien analiza los grandes quiebres en la historia de las ideas y el

    pensamiento que tienen que ver con la manera como leemos y nos explicamos lo que

    sucede. Seala Daz que episteme hace referencia, en este caso, a las condiciones de posibilidad de los saberes slidos contenidos en una poca histrica determinada. No

    existe una verdad inamovible a travs del tiempo, lo que es un saber slido en un poca puede no serlo en otra. Son las prcticas sociales las que generan los saberes

    considerados slidos, serios, confiables; lo verdadero es una construccin social. Cuando un discurso se impone los otros tienen que transformarse u olvidarse (Daz, 2000b). Indica Foucault que siempre puede decirse la verdad en el espacio de una

    exterioridad salvaje, pero no se est en la verdad ms que obedeciendo a las reglas de una polica discursiva que se debe reactivar en cada uno de sus discursos (Foucault, [1970] 1999: 38).

    Actualmente hay unas condiciones de posibilidad que permiten a la idea del

    calentamiento global acceder al status de verdadero. Si el discurso del cambio

    climtico, mas an, si la teora del calentamiento global antropognico se convirti en un metadiscurso, a pesar de su falta de consistencia, se debi a que se insert en otro

    discurso, ms poderoso an: el ecologismo.

    Este movimiento social naci en la dcada de 1960, fue al principio una reaccin contra la contaminacin y la destruccin de ecosistemas, el libro de Udall es uno de los

    primeros ensayos que reflejan ese nuevo sentir. Se puede sintetizar la razn de ser del

    ecologismo con tres palabras: Salvemos la Tierra. Salvar la Tierra es salvar la vida,

    tanto de los seres humanos como de las otras especies; es evitar la destruccin de

    ecosistemas; es evitar la contaminacin del agua, del aire y del suelo; es evitar la extincin de especies animales y vegetales; es evitar el agotamiento de recursos

    naturales; es evitar la sobrepoblacin. Ecologa profunda, ecodesarrollo, ecologismo de

    los pobres Desde 1992, con la Conferencia de Ro, hay una Agenda para rescatar y proteger a nuestro pequeo planeta. Diversos sucesos de impacto global, regional o local han legitimado al ecologismo en todos los pases: derrames de petrleo,

    Chernbil, nubes y aguas txicas, problemas con el manejo de los residuos, erosin y

    desertificacin, etc.

    Si bien en la dcada de 1970 ya se discuti el tema del calentamiento global

    antropognico en libros relacionados con temas ambientales, siempre se trat como

    algo probable, reconociendo la incertidumbre. Con Gore se acaba la incertidumbre,

    estamos ante una amenaza medioambiental, a pesar de que no haba pruebas suficientes para sostener esta afirmacin. De la duda al credo. El genio poltico de este Premio Nobel fue saber leer y aprovechar la episteme ecologista. La aceptacin de la

    teora del calentamiento global antropognico y su amplia difusin se debi no a la

    solidez del paradigma, sino a la fuerza del ecologismo, al poder movilizador que tiene

    el razonable y amoroso llamado a salvar a la Tierra. Cada nuevo espacio, barrio, gobierno, empresa, universidad, artista, rockero, intelectual, cineasta o corazn que

    ganara el ecologismo se converta automticamente en mayor fuerza para la teora del

    calentamiento global antropognico, aunque en el terreno cientfico persistieran

    muchas preguntas sin respuesta.

    Al tomar fuerza el ecologismo despus de la Conferencia de Ro, se vuelve

    polticamente correcto hablar de salvar a la Tierra: no hay gobierno nacional o local

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    que no cuente con una poltica ambiental para el desarrollo sostenible (o sustentable).

    Parte de esto es evitar, o expresar preocupacin por, el cambio climtico, el

    calentamiento global, la emisin de CO2 a la atmsfera sin resolver las contradicciones que esto genera.

    Y conforme se legitima y se profundiza en el discurso de este movimiento social, ser

    ecologista se transforma en algo moralmente correcto. Por lo tanto, preocuparse por el cambio climtico y emitir menos CO2 es bueno, es ser ecosolidario y ecorresponsable,

    es pensar en otros, en las generaciones futuras, en las otras especies con las que

    compartimos el planeta, nos hace globales porque somos locales y locales porque

    somos globales. As, todo cuestionamiento a la teora del calentamiento global

    antropognico, que debiera permanecer en el campo estrictamente cientfico, considerando, insisto, las incertidumbres existentes, se convierte en algo poltica y

    moralmente incorrecto. Ms an, como el que duda sobre esto demuestra por

    extensin su falta de conciencia y sensibilidad social y planetaria, probablemente tiene

    un problema mental. Pasamos de la duda como un acto que demuestra inteligencia a una evidencia de locura.

    El cambio climtico deja lo cientfico y pasa a lo social, a la cultura, a las

    representaciones e imaginarios que permiten ordenar la vida cotidiana. En la aldea global tambin surgen historias, en toda historia hay hroes y villanos. En la narrativa

    meditica-popular del cambio climtico son malos todos aquellos que no creen en esta

    verdad. George W. Bush, presidente de Estados Unidos, no crey en esa verdad, expres dudas, critic al comenzar su administracin el Protocolo de Kioto: dijo que sus metas no estaban basadas en la ciencia, que tena defectos, que haba

    incertidumbres (The White House, 2001). Con esto se convirti en alguien polticamente incorrecto y moralmente sancionable, en el villano de la historia, en el

    smbolo de la negacin y el escepticismo climtico: dudar abiertamente de la teora del calentamiento global antropognico lo convierte a uno en un George Bush. La crtica no se interpreta como una lucha de paradigmas, sino como un cuestionamiento

    al deseo y a la voluntad personal y mundial de preservar la vida, por eso merece

    desconfianza y desprecio.

    Y ms todava: recientemente, como un fenmeno que podra catalogarse como

    posposmoderno, al que duda del calentamiento global se le define como de extrema derecha (no haban muerto las ideologas?), sin darse cuenta los que establecen esta distincin, como Sachs, que uno de los personajes que ms habla de las muestras cientficas ya irrefutables del cambio climtico es un presidente de extrema derecha, me refiero al ya citado Felipe Caldern: su poltica econmica marcadamente

    neoliberal, su poltica social asistencialista-militarista y su cercana a empresarios

    monopolistas, aejos y corruptos lderes sindicales y grupos catlicos radicales son

    muestra de ello. Es imposible negar que se plantean crticas al IPCC con intenciones mercantiles, pero, como he demostrado, tambin han surgido cuestionamientos desde

    el ecomarxismo (Tommasino y Foladori).

    Las empresas que pudiesen ser afectadas por normativas contra la emisin de CO2 son indudablemente ms cercanas a las teoras econmicas que promueven la

    desregulacin de los mercados, es obvio que aportarn donativos a los grupos de

    estudio que divulgan esas ideas. El Instituto Heartland no oculta su perfil ideolgico, en

    su pgina de apertura en internet muestra imgenes de economistas neoliberales como Milton Friedman y Friedrich Hayek, este ltimo critic fuertemente y descalific a

    los autores que sealaron en las primeras dcadas del siglo XX (Patrick Geddes,

    Wilhelm Ostwald, Frederick Soddy, entre otros) la importancia de la energa en el

  • Dr. Armando Pez Garca

    Revista Mad. N 22, Mayo de 2010. Departamento de Antropologa. Universidad de Chile

    http://www.revistamad.uchile.cl/22/Paez_01.pdf 25

    desarrollo social y sugirieron la regulacin de este sector de la economa, los llam,

    despectivamente, energ