xxiv - conferencia de provinciales jesuitas en...

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XXIV Semana del Tiempo Ordinario

Si alguien me quiere servir, tome su cruz y me siga.

Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO

Señor, abre mis ojos A las maravillas de tu amor. Yo soy el ciego sobre el camino. Cúrame, yo te quiero ver.

Señor, abre mis manos, que para todo guardar se cierren. Tiene hambre el pobre ante mi puerta. Enséñame a compartir.

Señor, haz con que yo ande, por más duro que sea el camino. Quiero seguirte hasta la cruz. Ven toma mi mano.

Señor, haz que yo oiga los gritos de todos los hermanos. Sus sufrimientos y sus pedidos que mi corazón se abra.

Señor, guarda mi fe, tantas voces claman tu muerte; la noche viene y el peso del día, Oh Señor, quédate conmigo. Sl 18 (19) B Himno a Dios, Señor de la ley El sol que nace de lo alto nos visitará, para dirigir nuestros pasos en el camino de la paz (Lc 1,78.79)

Ant.: Seas bendito, Señor, en lo más alto de los cielos.

[8] La ley de Yahveh es perfecta, consolación del alma, el dictamen de Yahveh, veraz, sabiduría del sencillo. [9] Los preceptos de Yahveh son rectos, gozo del corazón; claro el mandamiento de Yahveh, luz de los ojos. [10] El temor de Yahveh es puro, por siempre estable; verdad, los juicios de Yahveh, justos todos ellos, [11] apetecibles más que el oro, más que el oro más fino; sus palabras más dulces que la miel, más que el jugo de panales. [12] Por eso tu servidor se empapa en ellos, gran ganancia es guardarlos. [13] Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros? De las faltas ocultas límpiame. [14] Guarda también a tu siervo del orgullo, no tenga dominio sobre mí. Entonces seré irreprochable, de delito grave exento. [15] ¡Sean gratas las palabras de mi boca, y el susurro de mi corazón, sin tregua ante ti, Yahveh, roca mía, mi redentor. Ant.: Seas bendito, Señor, en lo más alto de los cielos. Lectura Breve Tg, 2, 14.18 Mis hermanos: ¿De qué sirve a alguien decir que tiene fe, cuando no la pone en práctica? ¿La fe sería entonces capaz de salvarlo? En compensación, alguien podrá decir: “¡Tú tienes la fe y yo

tengo la práctica!” ¡Tú, muéstrame tu fe sin obras, que yo te mostraré mi fe por las obras! V. El Señor es justicia y bondad. Nuestro Dios es amor y compasión. R. Es el Señor quien defiende a los humildes. Yo estaba oprimido

y me salvó. Para meditar

Del Memorial del Beato Pedro Fabro:

Noté aquí como Cristo, alrededor de los 30 años de su vida, antes de comenzar a adoctrinar el mundo con la palabra, lo enseña con hechos. Es preciso que el hombre atienda a si propio con cuidado, en vista de su perfección, para así imitar, antes de todo, los actos de Cristo que se escondió en un vientre materno, sin el uso humano de entender, recordar, desear, ver, oír, gustar, oler y tocar experimentalmente. (Pedro Fabro, Memorial, 30/11 a 5/12 de 1542, no 189). Preces 1- Por todas las Iglesias cristianas presentes en nuestro continente latinoamericano: que puedan ser testimonios del amor de Cristo, pidamos:

¡Óyenos, amado Señor Jesús!

2- Por todas las personas que están sufriendo en os hospitales, en las prisiones, en el campo y en la ciudad, en los campamentos de los sin tierra y sin casas, en las calles y barrios: que el Señor les dé alivio y fuerza, pidamos:

3- Por nuestra comunidad reunida: que podamos crecer en el conocimiento y en el amor de Jesús, pidamos:

4- Para que en medio de las mudanzas, transformaciones y adaptaciones en nuestra misión, mantengamos la serenidad de espíritu y avancemos seguros con la esperanza depositada en Dios, pidamos:

5- Para que en nuestra vida de jesuitas, a imitación de San Roberto Belarmino, alcancemos una vida íntima y afectiva de unión con Dios, pidamos:

(intenciones libres)

Padre Nuestro... Oración:

Dios y Señor nuestro, que dotaste a San Roberto Belarmino de una privilegiada sabiduría y de un gran amor a ti, a la Iglesia y a los pobres. Enriquécenos también con tus dones para que viviendo íntimamente unidos a ti, tomemos conciencia de las necesidades de los destinatarios de nuestra misión. Por Cristo, nuestro Señor. Bendición Canto

Los que tienen y nunca se olvidan que a otros les falta. Los que nunca usaron la fuerza sino la razón. Los que dan una mano y ayudan a los que han caído. Esa gente es feliz porque vive muy cerca de Dios. Aleluya, Aleluya, por esa gente que vive y que siente en su vida el amor. (bis). Los que ponen en todas las cosas amor y justicia. Los que nunca sembraron el odio, tampoco el dolor. Los que dan y no piensan jamás en su recompensa. Esa gente es feliz porque vive muy cerca de Dios.

XXV Semana del Tiempo Ordinario

Quien acoge en mi nombre uno de estos niños es a mi a quien acoge.

Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO

Señor y Creador que eres nuestro Dios. Ven a inspirar estos hijos tuyos. En nuestros corazones derrama tu paz, y un mundo renovado al mundo mostrarás.

Sentimos que Tú eres nuestra luz, fuente de amor, fuego abrasador. Por eso es que al rezar en nombre de Jesús, pedimos, en esta hora, los dones de tu amor.

Si tenemos algún bien, virtud o don, no viene de nosotros, viene de tu favor, pues que sin ti nadie, nadie puede ser bueno, sólo tú puedes crear la vida interior.

Infunde, pues, ahora en todos nosotros, que como hermanos, vamos a reflejar la luz de tu saber y la fuerza del querer a fin de que podamos juntos construir.

Y juntos cantaremos sin cesar, cantos de amor para exaltarte. Eres Padre, eres Hijo y eres Espíritu de paz. Por eso en nuestra mente Tú siempre reinarás. Amén, Aleluya.

Sl 121 (122) Jerusalén, ciudad santa Nos aproximaste del monte Sión y de la ciudad del Dios, La Jerusalén

celeste (Hb 12,2)

Ant.: Rueguen que viva en paz nuestro mundo.

[1] ¡Oh, qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la Casa de Yahveh! [2] ¡Ya estamos, ya se posan nuestros pies en tus puertas, Jerusalén! [3] Jerusalén, construida cual ciudad de compacta armonía, [4] a donde suben las tribus, las tribus de Yahveh, es para Israel el motivo de dar gracias al nombre de Yahveh. [5] Porque allí están los tronos para el juicio, los tronos de la casa de David. [6] Pedid la paz para Jerusalén: ¡en calma estén tus tiendas, [7] haya paz en tus muros, en tus palacios calma! [8] Por amor de mis hermanos y de mis amigos, quiero decir: ¡La paz contigo! [9] ¡Por amor de la Casa de Yahveh nuestro Dios, ruego por tu ventura. Ant.: Rueguen que viva en paz nuestro mundo. Lectura Breve Tg 3, 17-18

La sabiduría que viene de lo alto es, antes de todo, pura, después pacífica, modesta, conciliadora, llena de misericordia y de buenos frutos, sin parcialidad y sin fingimiento. El fruto de la justicia es sembrado en la paz, para aquellos que promueven la paz. V. Qué alegría cuando me dijeron. R. Vamos a la casa del Señor.

Para meditar

¿Por qué usted ingresó? En 1561-62, Nadal elaboró y administró un cuestionario extraordinario de 30 puntos a los jesuitas en España y en Portugal; esta pregunta estaba entre aquellas cuestiones. A pesar de que aquellos que entraron más tarde indicaron de cierto modo que estaban más inspirados por ideas misionales y pastorales, otra motivación continúo a predominar. Los jesuitas mencionaron específicamente que eran atraídos a la Compañía, prefiriéndola a otras ordenes, por causa de la alegría, del refinamiento y de la graciosidad de los jesuitas – hilaritas, elegancia morum, suavitas. Algunas veces también mencionaron estar impresionados por la determinación de la comunidad jesuítica y por la afección que los jesuitas parecían sentir unos por los otros. (Cohen, Why Jesuits Joined, p.243-247). Preces:

Oración por los que serán llamados

Señora del camino de nuestros primeros compañeros

Ignacio, Javier y Fabro. Madre de nuestra vocación

que acompañas tantos pasos por polvorientos senderos

de América con pies morenos. Recibe en tu materno abrazo

a quienes se sientan llamados a estar en la Compañía de tu hijo. Enséñanos a oírlos y recibirlos, abriendo la puerta y el corazón,

como tú, que te hiciste nido para que Dios esté con nosotros. Enséñanos Señora del camino

a andar con ellos al pasito, sostener dudas, alentar deseos,

hasta ver formado en ellos el vivo y luminoso rostro

de Jesús, el hijo bien amado. Amén.

Padre Nuestro... Oración:

Oh Dios, que resumiste toda la ley en el amor a Dios y al próximo, haz que, observando tu mandamiento, consigamos llegar un día a la alegría eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo. Canto

Un mandamiento nuevo nos da el Señor: que nos amemos todos como El nos amó. Como a mí me ama el Padre, así yo los he amado. La señal de los cristianos es amarse como hermanos. El que no ama a sus hermanos miente si a Dios dice que ama. Donde existe amor fraterno Cristo está y está su Iglesia. Amar es estar al lado del que es pobre y olvidado. No amemos de palabra sino de obra y de verdad. Cristo luz, verdad y vida, al perdón y amor invita. Perdonemos al hermano como Cristo ha enseñado. En Jesús somos hermanos si de veras perdonamos. Al comer el mismo pan, en unión siempre vivamos.

XXVI Semana del Tiempo Ordinario

Quien te dé de beber un vaso de agua, no quedará sin recompensa.

Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO

De los santos vida y esperanza, Cristo, camino y salvación, luz y verdad, autor de la paz, a ti, alabanza y adoración.

Tu poder se manifiesta en las vidas santas, Oh Señor. Todo lo que puede y hace el justo, trae la señal de tu amor.

Concede la paz en nuestros tiempos, fuerza en la fe, cura al enfermo, perdón a aquellos que cayeron; ¡a todos, vida, eternamente!

Igual alabanza al Padre, al Hijo, y al Santo Espíritu también sea cantada en todo lugar hoy y por todos los siglos. Amén. Sl 109,1-5.7 El Mesías, Rey y Sacerdote Es preciso que Él reine, hasta que todos sus enemigos estén debajo de

sus pies (1Cor 15,25).

Ant.: Jesucristo es sacerdote eternamente. Aleluya. [1] Oráculo de Yahveh a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies.

[2] El cetro de tu poder lo extenderá Yahveh desde Sión: ¡domina en medio de tus enemigos! [3] Para ti el principado el día de tu nacimiento, en esplendor sagrado desde el seno, desde la aurora de tu juventud. [4] Lo ha jurado Yahveh y no ha de retractarse: «Tú eres por siempre sacerdote, según el orden de Melquisedec.» [5] A tu diestra, Señor, él quebranta a los reyes el día de su cólera; [7] En el camino bebe del torrente, por eso levanta la cabeza. Ant.: Jesucristo es sacerdote eternamente. Aleluya. Lectura Breve 2Ts 2,13-14 En cuanto a nosotros, debemos continuamente dar gracias a Dios por tu causa, hermanos amados del Señor, pues Dios los escogió desde el comienzo, para ser salvos por el Espíritu que santifica y por la fe en la verdad. Dios los llamó para que, por medio de nuestro evangelio, alcances la gloria de nuestro Señor Jesucristo. V. Es grande el Señor, y es grande su poder. R. Su saber es sin límites. Para meditar

De la Autobiografía de San Ignacio de Loyola:

Y así, al principio del año de 23, se partió para Barcelona para embarcarse. Y aunque se le ofrecían algunas compañías, no quiso ir sino solo; que toda su cosa era tener a solo Dios por refugio. Y así un día a unos que le mucho instaban, porque no sabía lengua italiana ni latina, para que tomase una compañía, diciéndole cuánto le ayudaría, y loándosela mucho, él dijo que, aunque fuese hijo o hermano del duque de Cardona, no iría en su compañía; porque él deseaba tener tres virtudes: caridad y fe y

esperanza; y llevando un compañero, cuando tuviese hambre esperaría ayuda dél; y cuando cayese, que le ayudaría a levantar; y así también se confiara dél y le ternía afición por estos respectos; y que esta confianza y afición y esperanza la quería tener en solo Dios. Y esto que decía desta manera, lo sentía así en su corazón. (Ignacio de Loyola, Autobiografía, no 35). Preces 1- Para que todos nosotros seamos conducidos por las relaciones de una fraternidad amable, delicada y caritativa, recemos al Señor.

Señor escucha nuestra oración.

2- Para que nos introduzcamos a fondo en el estudio y en el amor a la espiritualidad propia de la Compañía que nos dejó San Ignacio, y siguió tan fielmente San Francisco de Borja, recemos al Señor.

3-Para que la contemplación de Cristo en plena actividad misionera, mueva nuestros corazones a fin de intensificar nuestro celo apostólico, recemos al Señor.

4- Para que a imitación del Beato Diego Luis de San Vitores, coloquemos nuestras cualidades personales al servicio de nuestros hermanos, hasta el martirio si fuera la voluntad de Dios, recemos al Señor.

5- Por el 1º Encuentro de Rectores de Colegios de la Compañía de Jesús de América Latina que acontecerá del 02 al 07 de octubre en Bogotá, recemos al Señor.

(intenciones libres)

Padre Nuestro... Oración:

Haz, Señor, que los que escuchamos el llamado de tu Hijo y lo seguimos incondicionalmente, podamos alcanzar la alegría prometida, después de haberlo acompañado en la lucha de cada día. Por Cristo, nuestro Señor.

Bendición Canto Tan cerca de mí, tan cerca de mí que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí. No busques a Cristo en lo alto, ni lo busques en la oscuridad: muy cerca de ti, en tu corazón, puedes adorar a tu Señor. Le hablaré sin miedo al oído, le contaré las cosas que hay en mí y que sólo a El, le interesarán. El es más que amigo para mí. Míralo a tu lado por la calle: caminando entre la multitud, muchos ciegos van, sin quererlo ver, llenos de ceguera espiritual.

XXVII Semana del Tiempo Ordinario

Dejen que los niños vengan a mí Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO

Para ti, donador del perdón, eleva los afectos del amor, torna puro lo profundo de las almas, se nuestro fiel Salvador.

Aquí, extranjeros venimos, exilados de la patria querida ¡Eres el puerto y también eres el barco, condúcenos a los atrios de la vida!

Es feliz quien tiene sed de ti, fuente eterna de vida y verdad. Son felices los ojos del pueblo que se fijan en tal claridad.

Grandiosa es, Señor, tu gloria, en el recuerdo de tu alabanza, que los fieles conmemoran en la tierra, elevándose a ti por el amor. Sl 43 (44) Calamidades del pueblo ¡En todo eso, somos más que vencedores, gracias a aquel que nos amó! (Rm 8,37).

Ant.: ¡Fuiste tú que nos salvaste, Oh Señor! Para siempre alabaremos tu nombre.

[2] Oh Dios, con nuestros propios oídos lo oímos, nos lo contaron nuestros padres, la obra que tú hiciste en sus días,

en los días antiguos, [3] y con tu propia mano. Para plantarlos a ellos, expulsaste naciones, para ensancharlos, maltrataste pueblos; [4] no por su espada conquistaron la tierra, ni su brazo les dio la victoria, sino que fueron tu diestra y tu brazo, y la luz de tu rostro, porque los amabas. [5] Tú sólo, oh Rey mío, Dios mío, decidías las victorias de Jacob; [6] por ti nosotros hundíamos a nuestros adversarios, por tu nombre pisábamos a nuestros agresores. [7] No estaba en mi arco mi confianza, ni mi espada me hizo vencedor; [8] que tú nos salvabas de nuestros adversarios, tú cubrías de vergüenza a nuestros enemigos; [9] en Dios todo el día nos gloriábamos, celebrando tu nombre sin cesar. Ant.: ¡Fuiste tú que nos salvaste, Oh Señor! Para siempre alabaremos tu nombre. Lectura Breve Hb 2, 11 Hermanos, tanto Jesús, el Santificador, cuanto los santificados, son descendientes del mismo origen; por esa razón, él no se avergüenza de llamarlos hermanos. V. Si nos amamos los unos a los otros, Dios en nosotros estará. R. Y su amor en nosotros se perfeccionará. Para meditar

De la carta de Francisco Javier a Ignacio de Loyola desde Malaca, India. Casi siempre llevo delante de mis ojos y entendimiento aquello que muchas veces oí decir a nuestro bienaventurado padre Ignacio, que los que habían de ser de nuestra Compañía, habían

de trabajar mucho para vencerse y lanzar de si todos los temores que impiden a los hombres la fe y la esperanza y confianza en Dios, usando de los medios para eso; y aunque toda la fe, esperanza y confianza sean don de Dios, el Señor las da a quien le place, pero comúnmente a los que se esfuerzan, venciéndose a si mismos, usando los medios para esto. (Francisco Javier, carta escrita en Malaca, el 22 de junio de 1549). Preces

1- Para que, a ejemplo de San Juan Ogilvie, sepamos mantener la unidad de la Iglesia desde el lugar donde ejercemos nuestro apostolado, recemos:

¡Gloria, a ti Señor!

2- Para que la Compañía se sienta especialmente llamada a ser instrumento de renovación y de unidad en las misiones confiadas por el Santo Padre, recemos:

3- Por los compañeros de nuestra provincia que se encuentran en misión en otros países (N...), recemos:

4- Para que la colaboración interprovincial, tan pedida en nuestros recientes documentos, se concretice en nuestros planes apostólicos, recemos:

5- Por los padres y hermanos jesuitas que asumen el apostolado de la formación de los nuestros, para que con celo y sabiduría espiritual ayuden a formar los compañeros que precisamos para la misión, recemos:

(intenciones libres)

Padre Nuestro... Oración:

Canten tu gloria, Señor, nuestros labios, canten nuestros corazones y nuestra vida; y ya que es tu don todo lo que somos, que se oriente también para todo nuestro vivir. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.

Bendición Canto

Quién será la mujer que a tantos inspiró poemas bellos de amor. Le rinden honor la música, la luz, el mármol, la palabra y el color. Quién será la mujer que el rey y el labrador invocan en su dolor; el sabio, el ignorante, el pobre y el señor, el santo al igual que el pecador. María es esa mujer que desde siempre el Señor se preparó, para nacer como una flor en el jardín que a Dios enamoró. (bis). Quién será la mujer radiante como el sol vestida de resplandor, la luna a sus pies, el cielo en derredor y ángeles cantándole su amor. Quién será la mujer humilde que vivió en un pequeño taller, amando sin milagro, viviendo de su Fe, la esposa siempre alegre de José.

XXVIII Semana del Tiempo Ordinario

¡Vende todo lo que tienes y sígueme! Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO

Tú has venido a la orilla, no has buscado ni a sabios ni a ricos. Tan sólo quieres que yo te siga. Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo has dicho mi nombre. En la arena he dejado mi barca: junto a Ti buscaré otro mar. Tú sabes bien lo que tengo, en mi barca no hay oro ni espada, tan sólo redes y mi trabajo. Tú necesitas mis manos, mi cansancio que a otros descanse, amor que quiera seguir amando. Tú, pescador de otros lagos, ansia eterna de hombres que esperan. Amigo bueno que así me llamas. Sl 106 (107) Acción de gracias por la liberación Dios envió su palabra a los Israelitas y les anunció la buena-nueva de la

paz, por medio de Jesucristo (Hch 10,36).

Ant.: Agradezcamos al Señor su amor y sus maravillas entre los hombres.

[1] ¡Aleluya! Dad gracias a Yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor. [2] Que lo digan los redimidos de Yahveh, los que él ha redimido del poder del adversario, [3] los que ha reunido de entre los países, de oriente y de poniente, del norte y mediodía. [4] En el desierto erraban, por la estepa, no encontraban camino de ciudad habitada; [5] hambrientos, y sedientos, desfallecía en ellos su alma. [6] Y hacia Yahveh gritaron en su apuro, y él los libró de sus angustias, [7] les condujo por camino recto, hasta llegar a ciudad habitada. [8] ¡Den gracias a Yahveh por su amor, por sus prodigios con los hijos de Adán! [9] Porque él sació el alma anhelante, el alma hambrienta saturó de bienes. Ant.: Agradezcamos al Señor su amor y sus maravillas entre los hombres. Lectura Breve Lv 20,26 Sean santos para mí porque yo, el Señor, soy santo, y los separé de los otros pueblos para que sean míos. V. Feliz el pueblo, cuyo Dios es el Señor. R. ¡Y la nación que Él escogió como heredad! Para meditar

Del Memorial del Beato Pedro Fabro: Sí, los deseos son buenos, en tanto que provengan de Dios y sean por él, en él y para él. Por eso, frecuentemente, deseamos lo que no sucederá y lo que está encima de nuestras fuerzas y

mismo lo que no se puede realizar naturalmente. Estos deseos no desagradan a Dios, pues son inspirados por él, para él ordenados y sentidos en el espíritu de él. Antes, él propio los suscita en favor de la fe, de la esperanza y de la caridad, no sólo interior, mas también exterior, obras buenas. Muchas veces nos induce a desear, ver y esperar las realidades más altas a fin de alcanzarnos por lo menos las mediocres, sin pereza y sin desconfianza. Cuando tú frecuentemente miras para ti y para lo que aparece por fuera, acreditas nada poder, nada saber, nada esperar en tu trabajo con el prójimo. Entre tanto, el Señor, conduciéndote con su Espíritu, al contrario, muestra que innumerables acciones son fáciles con él: de la esperanza y toda buena inclinación para ejecutar mucho más de lo que todos los hombres podrían conseguir; es así que él excita tu coraje para todas las obras, sin desesperar de ninguna. (Pedro Fabro, Memorial, 26/10/1542, no 155-156). Preces 1- Para que Cristo sea para todos nosotros una presencia viva: el compañero en el camino, en la soledad, en el apostolado, en el sufrimiento y en nuestra entrega diaria, recemos al Señor.

¡Confirma nuestra fe, Señor!

2- Para que tome cuenta de nuestro espíritu la pureza y el dominio del corazón, la unión con Dios y la docilidad a su Espíritu, recemos al Señor.

3- Para que a imitación de los mártires del Canadá – S. Juan de Brébeuf, Isaac Jogues y compañeros – vivamos el espíritu de los Ejercicios con un amor ardiente y comprometido con Cristo, recemos al Señor.

4- Da la riqueza de tu gracia a los que viven en el matrimonio, para que sean más perfectamente un signo del misterio de tu Iglesia.

(intenciones libres) Padre Nuestro...

Bendición Oración:

Señor, aumenta en nosotros el don de la fe, para que en nuestros labios tu alabanza sea perfecta y produzca siempre la abundancia de los frutos celestes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo. Canto

Qué detalle, Señor, has tenido conmigo cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tú eras mi amigo. qué detalle, Señor, has tenido conmigo. Te acercaste a mi puerta y pronunciaste mi nombre. Yo temblando te dije: aquí estoy, Señor. Tú me hablaste de un Reino, de un tesoro escondido, de un mensaje fraterno que encendió mi ilusión. Yo dejé casa y pueblo por seguir tu aventura, codo a codo contigo comencé a caminar. Han pasado los años y aunque apriete el cansancio paso a paso te sigo sin mirar hacia atrás. Qué alegría yo siento cuando digo tu Nombre, qué sosiego me inunda cuando oigo tu voz, qué emoción me estremece cuando escucho en silencio tu palabra que aviva mi silencio interior.

XXIX Semana del Tiempo Ordinario

¿Podrán beber el cáliz que yo voy a beber? Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO

Oh Trinidad Sacrosanta, ordenas lo que hiciste. Al trabajo das el día, al descanso la noche diste.

De mañana, tarde y noche, tu gloria celebramos. En esa gloria consérvanos todo el tiempo que vivamos.

Ante ti de rodillas en humilde adoración. Reúne nuestras oraciones a la celeste alabanza.

Escúchanos, Padre piadoso, y tú, Hijo de Dios Padre, con el Espíritu Paráclito, que reina por los siglos. Sl 118 (119) Meditación sobre la Palabra de Dios en la Ley Al entrar en el mundo, afirma: yo vine, oh Dios, para hacer tu voluntad

(Hb 10,5.7).

Ant.: Corro por el camino de tus mandamientos, pues tú mi corazón dilatas.

[25] Mi alma está pegada al polvo, hazme vivir conforme a tu palabra.

[26] Mis caminos expuse, y tú me respondiste, enséñame tus preceptos. [27] Hazme entender el camino de tus ordenanzas, y meditaré en tus maravillas. [28] Se va en lágrimas mi alma por el tedio, sostenme conforme a tu palabra. [29] Aléjame del camino de mentira, y dame la gracia de tu ley, [30] He escogido el camino de la lealtad, a tus juicios me conformo. [31] A tus dictámenes me mantengo adherido, no me confundas, tú, Yahveh. [32] Corro por el camino de tus mandamientos, pues tú mi corazón dilatas.

Ant.: Corro por el camino de tus mandamientos, pues tú mi corazón dilatas. Lectura Breve Hb 4,16 Aproximémonos entonces, con toda confianza, del trono de la gracia, para conseguirnos misericordia y alcanzarnos la gracia de un auxilio en el momento oportuno. V. Jesucristo vino a servir, Cristo vino a dar su vida. R. ¡Jesucristo vino a salvar, viva Cristo, Cristo viva! Para meditar

De la Carta de San Ignacio a los Padres y Hermanos de Padua:

Son tan grandes los pobres en la presencia divina, que principalmente para ellos fué enviado Jesucristo a la tierra, <<por la opresión del mísero y del pobre ahora – dice el Señor- habré de levantarme>>, y en otro lugar: <<para evangelizar a los pobres me ha enviado>>, lo cual recuerda Jesu Cristo, haciendo responder a San Juan: <<los pobres son evangelizados>>, y tanto los prefirió a los ricos, que quiso Jesucristo elegir todo el

santísimo colegio de entre los pobres, y vivir y conversar con ellos, dejarlos por príncipes de su Iglesia, constituirlos por jueces sobre las doce tribus de Israel, es decir, de todos los fieles. Los pobres serán sus asesores. Tan excelso es su estado.

La amistad con los pobres nos hace amigos del Rey eterno. El amor de esa pobreza nos hace reyes, aun en la tierra, y reyes no ya de la tierra, sino del cielo. (Ignacio de Loyola, a los Padres y Hermanos de Padua, 7/08/1547) Preces 1- Por la Santa Iglesia de Dios, nacida del lado de Cristo traspasado por nuestros pecados, para que sea signo de su amor y de su misericordia entre los hombres, recemos.

Señor, atiende nuestra oración.

2- Por los jesuitas de nuestra Provincia, para que estén, como Cristo, siempre prontos a servir y dar la vida por la salvación de los hermanos, recemos.

3- Señor, conforta a nuestros enfermos (N...) y tórnalos participantes de la pasión de Cristo por sus sufrimientos, para que sientan continuamente su consolación.

4- Defiende nuestro pueblo de todo mal, para que disfrute de tu paz y prosperidad.

5- Mira Señor a los jesuitas de nuestra Provincia que asumen el apostolado de la pastoral vocacional para que no les falte la alegría y esperanza.

(intenciones libres)

Padre Nuestro... Oración:

Atiende, Señor, nuestra alabanza, por intercesión de la Virgen María, y danos la paz completa, para que, dedicándonos siempre con alegría, podamos confiados llegar hasta ti. Por Cristo, nuestro Señor.

Bendición Canto

El Señor eligió a sus discípulos los mandó de dos en dos. Es hermoso ver bajar de la montaña los pies del Mensajero de la paz. Los mandó a las ciudades y lugares donde iba a ir El. La cosecha es abundante, les dijo el Señor al partir. Pídanle al dueño del campo que envíe más obreros a la mies. Al entrar en una casa saluden anunciando la paz. El Reino de Dios está cerca, a todos anunciarán. Los que a ustedes los reciban me habrán recibido a Mí. Quien recibe mi Palabra recibe al que me envió.

XXX Semana del Tiempo Ordinario

Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO

Cristo, quiero ser instrumento de tu paz y de tu infinito amor. Donde hubiera odio y rencor que yo lleve la concordia, que yo lleve el amor.

Donde haya ofensa que duela, que yo lleve el perdón. ¡Donde hubiera discordia, que yo lleve la unión y tu paz!

Mismo que haya un sólo corazón que duda del bien, del amor y del cielo, quiero con firmeza anunciar la palabra que trae la claridad de la fe.

Donde hubiera error, Señor, que yo lleve la verdad, fruto de tu luz. Donde hubiera desespero, que yo lleve la esperanza de tu nombre, Jesús. Sl 132 (133) Alegría de la unión fraterna Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios (1Jn 4,7).

Ant.: La multitud de los fieles era un sólo corazón y una sola alma.

[1] ¡Oh, qué bueno, qué dulce habitar los hermanos todos juntos! [2] Como un ungüento fino en la cabeza, que baja por la barba, que baja por la barba de Aarón, hasta la orla de sus vestiduras. [3] Como el rocío del Hermón que baja por las alturas de Sión; allí Yahveh la bendición dispensa, la vida para siempre. Ant.: La multitud de los fieles era un sólo corazón y una sola alma. Lectura Breve Rm 12.17a.19b-20a.21 No pagues a nadie el mal con el mal; pues está escrito: Es a mi que pertenece hacer justicia; daré a cada uno lo que merece – dice el Señor. Mas, si tu enemigo estuviera con hambre, dale de comer; si estuviera con sed, dale de beber. No te dejes vencer por el mal, mas vence el mal con el bien. V. El amor del Señor Dios es desde siempre y para siempre. R. Su justicia es para aquellos que observan su Alianza. Para meditar

De la Carta de San Francisco Javier a los compañeros de Roma

Todos los días, después de comer, enseñaba la doctrina cristiana y a ella acudía mucha gente. Venían los hijos de los portugueses, hombres y mujeres de la tierra, convertidos de poco a nuestra fe. Y el motivo de que viniesen tantos tal vez fuese porque yo siempre les explicaba alguna parte del credo. En este tiempo, anduve grandemente ocupado en hacer pases, pues los portugueses de la India son muy dados a la discordia. Después de la doctrina, enseñaba a los niños y a la gente cristiana de la tierra una explicación, hecha por mí, de cada artículo de la fe, en

lenguaje al alcance de todos, conformándome con lo que pueden entender los naturales de la tierra, recientemente convertidos a nuestra santa fe. Así en Malaca como en Maluco, los llevaba a aprender esta explicación, en vez de las oraciones, para lanzar en ellos los firmes fundamentos de una fe buena y verdadera en Jesús Cristo, dejando de acreditar en el desacierto de los ídolos. En esta ciudad, recomendé mucho al padre de misa que enseñase lo mismo, todos los días, y al modo como yo enseñaba. Así me prometió. Espero en Dios nuestro Señor que llevará eso adelante. A mi partida, me pidió toda la gente principal de Malaca que fuesen para allá dos de la Compañía que predicaran a ellos y a sus mujeres y a los cristianos de la tierra. Y que enseñasen la doctrina como yo la daba a sus hijos y hijas y a todos sus esclavos y esclavas. (Francisco Javier, carta escrita en Cochín, el 20 de Enero de 1548). Preces 1- Para que nuestra manera de pensar, sentir y actuar se identifique cada vez más con la manera de pensar, sentir y actuar de Cristo, recemos.

Bendito sea Dios para siempre.

2- Para que nuestra vida religiosa sea a los ojos del mundo un ejemplo que entusiasme a otros a aceptar y vivir la Buena Nueva, recemos.

3- Para que a imitación del Beato Collins, estemos dispuestos a entregar la vida en el seguimiento de la persona y de la propuesta de Jesús, recemos.

4- Para que a imitación de San Alonso Rodríguez, toda nuestra actividad diaria, repetitiva y muchas veces monótona sea para nosotros ocasión de progreso constante en la fidelidad a Dios, recemos.

5- Para que el testimonio de nuestra fe sea verdaderamente profético en el anuncio de la Buena Nueva y denuncia firme del error, como fue el testimonio de Ruperto Mayer, recemos.

6- Por los maestros de novicios de América Latina y del Caribe reunidos en Jamaica, para que puedan compartir los dolores y

alegrías de su misión y redoblar el ánimo en el cuidado y formación de los futuros jesuitas, recemos.

(intenciones libres)

Padre Nuestro... Oración:

Señor, que en la fidelidad de nuestros compañeros santos nos mostraste el camino de la perfección religiosa, haz que perseveremos fieles a tu llamado, alegres de pertenecer a la Compañía de tu Hijo, siendo con Él, servidores de todos. Por Cristo, nuestro Señor. Bendición Canto Estoy pensando en Dios, estoy pensando en su amor./ (bis). Olvida el hombre a su Señor y poco a poco se desvía, y entre angustia y cobardía va perdiéndose el amor; Dios le habla como amigo, huye el hombre de su voz. Yo siento angustia cuando veo que después de dos mil años y entre tantos desengaños pocos viven por amor. Muchos hablan de esperanza, mas se alejan del señor. El próximo día 05 de noviembre será la 5ª Jornada Latino-americana de oración por las vocaciones a la Compañía de Jesús. Será bueno unirnos en oración en las celebraciones de la Eucaristía del XXXI Domingo del Tiempo Ordinario a esta intención. La oración comunitaria de la próxima semana es propia de la 5ª Jornada.

XXXI Semana del Tiempo Ordinario

Bienaventurados los misericordiosos porque alcanzarán misericordia.

Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO

El Señor me llamó a vivir, a vivir la alegría del amor. Fue tu amor quien nos hizo conocer toda la alegría de la vida, Señor.

Señor de la vida, tu amor nos hace recomenzar. Yo sé que nuestra vida es vida perdida para quien no amar.

Nunca es largo demás el camino que nos lleva al encuentro del amor. Fue tu amor que nos hizo descubrir toda la alegría de la vida, Señor.

El Señor nos llamó a vivir, a vivir como hermanos simplemente. Fue tu amor que nos hizo conocer que el propio Dios vive la vida de la gente. Sl 66 (67) Todos los pueblos celebran al Señor Nosotros no dudamos, pero confiamos y pedimos a Él que nos envíe

operarios a su mies.

Ant.: Todo me diste: Todo lo devuelvo, Señor.

[2] ¡Dios nos tenga piedad y nos bendiga, su rostro haga brillar sobre nosotros!

[3] Para que se conozcan en la tierra tus caminos, tu salvación entre todas las naciones. [4] ¡Te den, oh Dios, gracias los pueblos, todos los pueblos te den gracias! [5] Alégrense y exulten las gentes, pues tú juzgas al mundo con justicia, con equidad juzgas a los pueblos, y a las gentes en la tierra gobiernas. [6] ¡Te den, oh Dios, gracias los pueblos, todos los pueblos te den gracias! [7] La tierra ha dado su cosecha: Dios, nuestro Dios, nos bendice. [8] ¡Dios nos bendiga, y teman ante él todos los confines de la tierra!

Ant.: Todo me diste: Todo lo devuelvo, Señor. Lectura Breve Mc 6,30-31 Los apóstoles se reunieron con Jesús y contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Había ahí tanta gente que llegaba y salía, a tal punto que Jesús y los discípulos no tenían tiempo ni para comer. Entonces Jesús les dijo:<<Vamos para algún lugar desierto para que ustedes descansen un poco>>. Para meditar: Fuentes de confianza

Es verdad que en algunas ocasiones escuchamos frases un tanto fuertes, y de algún modo peyorativas sobre la cualidad de los jóvenes que se aproximan a nosotros para ser jesuitas. También puede invadirnos un cierto pesimismo en relación a la misma Compañía de Jesús y de su capacidad de respuesta a los problemas de nuestro tiempo. A pesar de todo, tres son las fuentes de confianzas básicas para acreditar en el don que Dios confía a cada uno de nosotros.

1. Confiamos que la iniciativa es de Dios

Quien toma la iniciativa es Dios. Es Él quien convida y es en Él que debemos poner todas las esperanzas de que sigue llamando personas para colaborar con Él en su misión. Nosotros no

buscamos “mano-de-obra barata” para nuestras obras, trabajos y planes, pero sí “servidores de la misión de Cristo”, “operarios” para realizar la obra, el trabajo y el plan de Él. Nosotros no dudamos, mas confiamos y pedimos a Él que nos envíe operarios para “su” mies.

2. Confiamos en el corazón generoso del joven

Creemos que el corazón del joven puede acoger la Palabra de Dios, todavía que con características diferentes a las nuestras de algunos años atrás. Los jóvenes de hoy también tienen una serie de valores, preocupaciones, sensibilidades y posibilidades que los tornan capaces de acoger generosamente el mensaje de Dios y, con efecto, la acogen en nuevas formas. Afirmar esta confianza y pedir luz para comprender estas nuevas formas de acoger la Palabra de Dios es apostar en la promoción vocacional.

3. Confiamos en la capacidad de la Compañía para adaptarse a lo nuevo

Nuestra tradición de discernimiento y disponibilidad apostólica es otra fuente de confianza. Sabemos que es parte de nuestro carisma y que, por ser del Espíritu de Dios, vencerá una y otra vez nuestros miedos y estancamientos. Constatamos que hay mudanzas en los procesos vocacionales que en los últimos tiempos han sido cada vez más tarde y procedentes de lugares donde no está nuestra presencia apostólica. Confiamos que como jesuitas y como Compañía de Jesús sabremos estar presentes en esos nuevos tiempos y lugares para despertar, promover y acompañar a los que Dios llama. Preces

1- Para que acertemos con el modo de ser felices y de hacer el bien con nuestra vida. Recemos al Señor.

2- Para que sepamos oír la voz de Dios, en medio de las voces y propuestas que escuchamos. Recemos al Señor.

3- Para que muchos jóvenes de nuestras obras apostólicas se sientan animados a entregar su vida al servicio del Rey Eterno. Recemos al Señor.

4- Para que coloquemos a Jesucristo y su propuesta en el centro de nuestra vida. Recemos al Señor.

5- Para que el Señor nos ayude a dar un testimonio de vida feliz y contagiante. Recemos al Señor.

6- Para que en nuestra Provincia florezcan muchas vocaciones para la Iglesia y de modo especial a la Compañía de Jesús. Recemos al Señor.

(Intenciones libres) Padre Nuestro... Oración:

Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos llamas y conoces nuestra debilidad, completa en la Compañía lo que comenzaste en San Ignacio y en todos los Santos y Beatos, nuestros hermanos, y ayúdanos a combatir generosamente bajo la Bandera de la Cruz. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que es Dios con nosotros, en la unidad del Espíritu Santo. Bendición Canto

Señor, toma mi vida nueva, antes de que la espera desgaste años en mí. Estoy dispuesto a lo que quieras, no importa lo que sea Tú llámame a servir. Llévame donde los hombres necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir. Donde falte la esperanza, donde todo sea triste simplemente por no saber de Ti.

XXXII Semana del Tiempo Ordinario

Ella, en su pobreza, ofreció todo lo que tenía para vivir Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO

«Bendito el Señor Dios de Israel porque ha visitado y redimido a su pueblo. y nos ha suscitado una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo, como había prometido desde tiempos antiguos, por boca de sus santos profetas, que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odiaban haciendo misericordia a nuestros padres y recordando su santa alianza y el juramento que juró a Abraham nuestro padre, de concedernos que, libres de manos enemigas, podamos servirle sin temor en santidad y justicia delante de él todos nuestros días. Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor para preparar sus caminos y dar a su pueblo conocimiento de salvación por el perdón de sus pecados, por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán que nos visite una Luz de la altura, a fin de iluminar a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte y guiar nuestros pasos por el camino de la paz.»

Sl 137 (138) Acción de Gracias Los reyes de la tierra llevarán a la Ciudad Santa su gloria (cf. Ap, 21,14)

Ant.: ¡Delante de tus ángeles te cantaremos, Oh mi Dios!

[1] Te doy gracias, Yahveh, de todo corazón, pues tú has escuchado las palabras de mi boca. En presencia de los ángeles salmodio para ti, [2] hacia tu santo Templo me prosterno. Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu promesa ha superado tu renombre. [3] El día en que grité, tú me escuchaste, aumentaste la fuerza en mi alma. [4] Te dan gracias, Yahveh, todos los reyes de la tierra, porque oyen las promesas de tu boca; [5] y cantan los caminos de Yahveh: «¡Qué grande la gloria de Yahveh! [6] ¡Excelso es Yahveh, y ve al humilde, al soberbio le conoce desde lejos!» [7] Si ando en medio de angustias, tú me das la vida, frente a la cólera de mis enemigos, extiendes tú la mano y tu diestra me salva: [8] Yahveh lo acabará todo por mí. ¡Oh Yahveh, es eterno tu amor, no dejes la obra de tus manos! Ant.: ¡Delante de tus ángeles te cantaremos, Oh mi Dios! Lectura Breve Col 3,23-24 Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Pues ustedes bien saben que recibirán del Señor la herencia como recompensa. ¡Sirvan a Cristo, el Señor! V. El Señor, es mi herencia y mi copa. R. Mi destino está seguro en sus manos.

Para meditar

Del Memorial del Beato Pedro Fabro:

El apasionado por la gloria de Dios que, por la gracia del Espíritu Santo, da valor a los intereses de Dios y hasta a los mínimos, ese más fácilmente alcanza, por don del mismo Espíritu, aquella fe capaz de ejecutar grandes obras, para la gloria de Dios, al presentarse la ocasión. También en las necesidades propias, principalmente en las que son extremas y más urgentes al punto de apretar el corazón, es fácil encontrar una fe con la cual, contra toda la esperanza humana, seas capaz de alcanzar algo de la gracia de Dios para tu alma y hasta para tu cuerpo, como sería cierta liberación del mal o adquisición de un bien necesario, que no podrías alcanzar de otra manera. (Pedro Fabro, Memorial, 25/11/1542, no 152). Preces – (cf. Oración Eucarística con Niños II).

Recordamos en esta oración, Padre querido, la muerte y la resurrección de Jesús, que salvó el mundo. Él mismo se colocó en nuestras manos para ser el sacrificio que en la celebración de la eucaristía siempre te ofrecemos. Y así somos cada vez más atraídos hacia ti.

T. Gloria y alabanza a Jesús que nos lleva al Padre.

Escucha tus hijos e hijas, Oh Dios Padre, y concédenos el Espíritu de amor. Concédenos quedar siempre más unidos, en tu Iglesia, con el Papa N., y con nuestro obispo N,. con todos los otros obispos y con nuestros compañeros jesuitas, amigos, benefactores y todos aquellos que sirven tu pueblo.

T. Gloria y alabanza a Jesús que nos lleva al Padre.

Pedimos por aquellos que amamos (N. N.) y también por aquellos que todavía no amamos bastante. Recuérdate de los que murieron (N.N.): sean todos recibidos con amor en tu casa. Un día, en fin, reúne a todos nosotros en tu Reino para vivir con María, Madre de Dios y Madre Nuestra, la fiesta que en el cielo nunca se acaba. Así, con todos los amigos de Jesús, podremos cantar para siempre tu amor.

T. Gloria y alabanza a Jesús que nos lleva al Padre.

Padre Nuestro... Oración:

Señor, tú hiciste del joven Estanislao Kostka y de José Pignatelli ejemplos vivos de aquello que aspiramos en el cuerpo de la Compañía; haz que, guiados por tu mano, encontremos el camino a seguir en este momento de nuestra historia. Por Cristo nuestro Señor. Bendición Canto

Todos unidos formando un solo cuerpo, un cuerpo que en la Pascua nació; miembros de Cristo en sangre redimidos, Iglesia peregrina de Dios. Vive en nosotros la fuerza del Espíritu que el Hijo desde el Padre envió, El nos conduce, nos guía y alimenta, Iglesia peregrina de Dios. Somos en la tierra semilla de otro reino, somos testimonio de amor. Paz para las guerras y luz entre las sombras Iglesia peregrina de Dios. Rugen tormentas y a veces nuestra barca parece que ha perdido el timón. Miras con miedo, no tienes confianza, Iglesia peregrina de Dios. Una esperanza nos llena de alegría; presencia que el Señor prometió. Vamos cantando, El viene con nosotros, Iglesia peregrina de Dios.

XXXIII Semana del Tiempo Ordinario

Mis palabras no pasarán Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO

¡Evangelizar! ¡Evangelizar! ¡Con renovado ardor misionero! ¡Evangelizar! ¡Evangelizar! ¡Testimoniando a Jesucristo! ¡Evangelizar! ¡Evangelizar! ¡En comunión fraterna! ¡La luz de la Evangélica opción preferencial por los pobres, para formar el pueblo de Dios! ¡Y participar y participar! De la construcción de una sociedad justa y solidaria. ¡Evangelizar! ¡Y participar! ¡Al servicio de la vida y de la esperanza! ¡En las diferentes culturas! ¡A camino del Reino definitivo! ¡A camino del Reino definitivo! ¡A camino del Reino definitivo!...

Sl 116 (116 A) Acción de Gracias Es preciso que pasemos por muchos sufrimientos para entrar en el Reino de Dios (Hch 14,22).

Ant.: Quien me quiera seguir renuncie a si mismo, y, tomando su cruz, acompañe mis pasos.

[1] ¡Aleluya! Yo amo, porque Yahveh escucha mi voz suplicante; [2] porque hacia mí su oído inclina el día en que clamo. [3] Los lazos de la muerte me aferraban, me sorprendieron las redes del seol; en angustia y tristeza me encontraba, [4] y el nombre de Yahveh invoqué: ¡Ah, Yahveh, salva mi alma! [5] Tierno es Yahveh y justo, compasivo nuestro Dios; [6] Yahveh guarda a los pequeños, estaba yo postrado y me salvó. [7] Vuelve, alma mía, a tu reposo, porque Yahveh te ha hecho bien. [8] Ha guardado mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, y mis pies de mal paso. [9] Caminaré en la presencia de Yahveh por la tierra de los vivos.

Ant.: Quien me quiera seguir renuncie a si mismo, y, tomando su cruz, acompañe mis pasos. Lectura Breve 1Pe 4,13-14 Alégrense por participar de los sufrimientos de Cristo, para que puedan también exultar de alegría en la revelación de su gloria. Si sufren injurias por causa del nombre de Cristo, sean felices, pues el Espíritu de la gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre ustedes. V. En verdad, Señor, nos probaste. R. Pero, finalmente, nos diste el alivio.

Para meditar

De la carta de Santo Ignacio de Loyola a Juan de Verdolay: De Paris llegaron aquí, a mediados de enero, nueve amigos míos en el Señor, todos maestros en artes y versados en Teología, cuatro de ellos españoles, dos franceses, dos de Saboya y uno de Portugal, los cuales todos pasando por tantas afrontas de guerras y caminos largos a pie y en la fuerza del invierno, entraron aquí en dos hospitales, divididos para servir a los pobres enfermos en los oficios más bajos y más contrarios a la carne. Después que en este ejercicio estuvieron dos meses, fueron a Roma, con algunos otros que en los mismos propósitos los seguían, para tener la semana santa; y como ellos se encontraban en pobreza, sin dinero y esperando solamente en el Señor, por quien venían, hallaron, y sin trabajo alguno, mucho más de lo que ellos querían... Así, venidos aquí en Venecia, en el día de San Juan Bautista, acabamos de tomar todas las órdenes, inclusive el sacerdocio; y los que nos ordenamos fuimos siete, para lo cual encontramos todo el fervor y benevolencia imaginables, tanto que estaba a nuestra escogencia si queríamos ser sacerdotes a título de pobreza voluntaria o de letras suficientes o de ambos; nosotros elegimos ser sacerdotes a título de ambas cosas e hicimos votos de pobreza perpetua en las manos del delegado del Papa que aquí está, no por él constreñidos, mas por nuestra voluntad movidos; para el tal sacerdocio nos dieron dos obispos, y cada uno nos quería ordenar y tuvimos que hacer cumplir con uno porque por los dos no podíamos. Así acabadas todas estas cosas, tanto en Roma como en Venecia, y totalmente de gracia sin llevar dineros, nos dio, el mismo delegado, autoridad para que en todo el dominio de Venecia pudiésemos predicar, enseñar e interpretar la Escritura, pública y privadamente; así mismo confesar y absolver casos episcopales, de arzobispos y de patriarcas. (Ignacio de Loyola, carta a Juan de Verdolay, Venecia, 24 de julio de 1537). Preces 1- Para que atareados por el ardor misionero de cada día y preocupados con la manera de realizarlo, encontremos en Dios el consuelo y ayuda. Roguemos al Señor.

Te lo pedimos Señor

2- Para que no nos acobardemos delante de las dificultades y nos tornemos fuertes, con la ayuda de Dios, para encontrar la salida y triunfar evangélicamente. Roguemos al Señor.

3- Para que Dios nos acreciente el deseo de imitar la vida de San Roque González y sus compañeros que soportaron todo para mejor servir a los hermanos más necesitados. Roguemos al Señor.

4- Para que tomemos conciencia de las condiciones de pobreza y escasez en que se encuentran muchos hermanos de nuestro barrio y ciudad y tengamos la valentía de ofrecerles nuestra ayuda material y espiritual. Roguemos al Señor.

5- Para que irradiemos en toda parte aquella alegría, serenidad, luz y amor que invadía el espíritu del Beato Miguel Agustín Pro. Roguemos al Señor.

(intenciones libres) Padre Nuestro... Oración:

De ti, Señor, reciben la luz y la fuerza todos los que derramaron su sangre, siendo tus testigos; haz que nunca nos falte tu gracia en nuestra rutina y en nuestro testimonio delante de los hombres y mujeres. Por Cristo, nuestro Señor. Canto Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia, vamos caminando al encuentro del Señor. La próxima semana cerraremos el Año Litúrgico B. También el día 03 de diciembre cerraremos el Año Jubilar, año de los primeros compañeros. ¿Cómo su comunidad va marcar el término de este año jubilar? La oración de la próxima semana será toda dedicada a la memoria de San Francisco Javier.

Un largo caminar, por el desierto bajo el sol, no podemos avanzar sin la ayuda del Señor.

XXXIV Semana del Tiempo Ordinario

Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. HMNO

A María de Javier M. Turrillas / V. Ordoñez En mí siempre un pensamiento para ti ha de florecer. Virgen de mi llamamiento Oh María de Javier. De sol fue tu primavera por decir a Dios un sí, ¡Éres un farol a guiarnos con la luz de tu Señor! Tu impulso misionero arda en mi corazón, para abrirlo al mundo entero que suplica la salvación. Manos abiertas a tu frente Javier, niño, a rezar: “Mis sueños, cual semiente, lanza a la tierra para brotar”. Sl 39(40) Acción de Gracias y Pedido de Auxilio Renunciarían así a las propias pasiones y pisando a los pies las vanidades de la tierra, se pondrían en estado de seguir a todos los movimientos de la voluntad divina (Javier).

Ant: Mi alimento es hacer la voluntad de mi Padre.

[2] En Yahveh puse toda mi esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. [3] Me sacó de la fosa fatal, del fango cenagoso; asentó mis pies sobre la roca, consolidó mis pasos. [4] Puso en mi boca un canto nuevo, una alabanza a nuestro Dios; muchos verán y temerán, y en Yahveh tendrán confianza. [5] Dichoso el hombre aquel que en Yahveh pone su confianza, y no se va con los rebeldes, que andan tras la mentira. [6] ¡Cuántas maravillas has hecho, Yahveh, Dios mío, qué de designios con nosotros: no hay comparable a ti! Yo quisiera publicarlos, pregonarlos, mas su número excede toda cuenta. [7] Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedías holocaustos ni víctimas, [8] dije entonces: Heme aquí, que vengo.

Ant: Mi alimento es hacer la voluntad de mi Padre. Lectura breve Mt 3,16 – 4,11 “Bautizado, Jesús salió inmediatamente de la agua y luego los cielos se abrieron y él vio el Espíritu Santo de Dios descendiendo como una paloma, y posando sobre él. Al mismo tiempo una voz venida de los cielos decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”. Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu para el desierto, para ser tentado por el diablo. Durante cuarenta días y cuarenta noches estuvo ayunando. Después tuvo hambre. Entonces, se aproximó el tentador y le dijo: Todo esto te daré, si

postrado, me adoras. Jesús le dijo: “Vete, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto. Con eso, el diablo lo dejó. Y los ángeles de Dios se pusieron a servirlo”. Para meditar

San Francisco Javier fue servidor apasionado del Reino de Dios. Con entusiasmo se entregó a los hombres, y así, con fatigas, dificultades y menosprecio de peligros, emprendió incontables viajes para anunciar el Evangelio a muchas gentes, que, iniciadas en los misterios salvíficos, pasaron a hacer parte del pueblo de Dios. Él así convida a sus compañeros de Europa a juntarse a él en esta aventura... “Me viene con frecuencia al pensamiento recorrer las universidades de Europa, principalmente las de París, y clamar con todas mis fuerzas a los que tienen más saber que caridad: ¡Ah! ¡Cuantas almas pierden el cielo y caen en los infiernos por culpa suya! Sería para desear que esas personas se aplicasen a la conversión de las almas como hacen a los estudios de las ciencias, para poder dar cuentas a Dios de su doctrina y de los talentos que Él les dio. Varias de esas personas, sin duda, tocadas por ese pensamiento, harían un retiro espiritual y cuidarían de la meditación de las cosas celestes, para oír la voz del Señor. Renunciarían a las propias pasiones y pisando a los pies las vanidades de la tierra, se pondrían en estado de seguir todos los movimientos de la voluntad divina.” (Francisco Javier, carta a los compañeros de Roma desde Cochín, 15/01/1544). Preces

En comunión con San Francisco Javier, renovemos la Consagración de la Compañía al Sagrado Corazón de Jesús.

Eterno Padre, mientras Ignacio oraba en la capilla de La Storta, quisiste, por especial favor, oír el pedido que él te hiciera, por intercesión de la Santísima Virgen, de que lo pusieras con tu Hijo.

Tú le prometiste también que serías su sustento, diciéndole: “Yo estaré con ustedes”. Y todavía manifestaste tu deseo de que Jesús, cargando la cruz, lo admitiese como siervo. Lo que Jesús aceptó, dirigiéndose a Ignacio con estas palabras: “Quiero que tú me sirvas”. La asamblea reza: - Nosotros, sucesores de aquel puñado de hombres, que fueron los primeros Compañeros de Jesús, repetimos hoy el pedido de Ignacio: “Ponnos con tu Hijo”, y permite que le sirvamos “bajo la Bandera de la Cruz” en que Jesús está clavado por obediencia, con el costado traspasado y el corazón abierto, en señal de su supremo amor por ti y por toda la humanidad. Renovamos la consagración de la Compañía al Santísimo Corazón de Jesús y te prometemos la mayor fidelidad, pidiéndote la gracia de continuar sirviendo a ti y a tu Hijo con el mismo espíritu y fervor de Ignacio y sus compañeros. Por intercesión de la Virgen María, y delante de la Cruz en que Jesús nos confía los tesoros de su corazón abierto, hacemos hoy, por medio de Él y en Él, desde lo más profundo de nuestro ser, nuestra oblación: Se Canta o se reza la Oración de San Ignacio: Toma, Señor, y recibe...

Padre Nuestro… Oración:

Oh Dios que inspiras y llevas a término todo buen propósito, guía a tus siervos en el camino de la salvación. Y da, a los que todo dejaron por tu amor, seguir a Cristo y renunciar al mundo, sirviendo a ti y a sus hermanos, con espíritu de pobreza y humildad de corazón. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo en la unidad del Espíritu Santo. Bendición Canto (Himno oficial: En el eco de esos montes - J. Larregla; A.

Pelairea-P./ Iraizoz)

Que en el eco de esos montes vibre eterna esta canción al guerrero que vencía por la fuerza del amor. Por insignia la Santa Cruz donde está el Hombre-Dios de donde Cristo da al mundo el abrazo de su paz.

¡Y CRESCA EN NÓSOTROS LA MISMA FÉ EN LA IGLESIA AMADA POR JAVIER!

Contemplando tu camino, misionero del Japón, te pedimos, incendies en tu fuego nuestro amor. Y abrazados de tu celo con el mismo corazón entreguemos nuestra vida para llevar este mundo a Dios.

¡Y CRESCA EN NOSOTROS LA MISMA FE EN LA IGLESIA AMADA POR JAVIER!