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Tiempo ordinario… adentrarse con Jesús en lo cotidiano de la vida “Vio dos barcas junto a la orilla, los pescadores se habían bajado y estaban lavando sus redes. Subiendo a una de las barcas dijo a Simón: ---Boga mar adentro y echa las redes para pescar. Le replicó Simón: ---Maestro, hemos bregado toda la noche y no hemos sacado nada; pero, ya que lo dices, echaré las redes. Lo hicieron y capturaron tal cantidad de peces que reventaban las redes”. Lc 5,2-6 El trabajo o el estudio, lo más cotidiano de mi vida. A veces me aburre, otras no consigo que me motive… incluso hay épocas en que se hace monótono y aburrido. Pero ahí está, es lo que da ritmo a mis días, lo que hace que me levante cada mañana. Siento tu llamada a hacerlo fecundo, a no de- sesperar, a esforzarme, a no tirar la toalla… porque ahí estás tú, esperándome invitándome a mirar al horizonte, a no quedarme en los pequeños problemas o desánimos del día a día. ¿Hacia dónde quiero que apunte el horizonte de mi vida? “Le seguía un gran gentío que le oprimía. Entonces, una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años se acercó por detrás y le tocó la esquina de su manto”. Lc 8,43-44 Gente, gente,… siempre rodeado de gente. Familia, amigos, compañeros de trabajo, conocidos... A veces me abordan en los momentos más inesperados, cuando voy con prisa y no tengo tiempo… incluso llego a pensar que son un incordio. Pero solo lo pienso, no lo creo; porque en el fondo son los que dan color a mi vida. Son ellos los que se preocupan de mi cansancio y se alegran con mis éxitos. Son ellos los que muchas veces me hablan de ti, de tu amor, de tu misericordia, de tu preo- cupación por aquellos que pueden estar más necesitados de una palabra acogedora. ¿Quiénes son los rostros de mi vida? “Su fama se difundía, de suerte que una gran multitud acudía a escucharlo y a sanarse de sus enfermedades. Pero él se retiraba a lugares solitarios a orar”. Lc 5,15-16 Ahí está una vez más tu invitación a buscar mis pequeños oasis en el día a día de mi vida, momentos donde todo se hace si- lencio… donde el barullo y las preocupaciones no desaparecen del todo, pero atenúan su voz. Es el momento para acercarme a ti de manera más directa e íntima; sin intermediarios. Son los momen- tos para hablarte cara a cara de lo que ocupa mi corazón, hablarte de mis sueños y deseos… tiempo también para escucharte y para dejar que me hables tú también de sueños y deseos, los tuyos. ¿Qué ocupa en estos momentos mi corazón? Quiero caminar junto a ti, sabiendo que tu amor me hace más libre y más fecundo, que tú me haces darme cuenta de la importancia de estar pendiente de lo más pequeño, de lo más silencioso, de cada regalo que me dice que esto merece la pena. TRABAJAS POR MÍ En cada momento, en cada detalle, en las plantas, en los frutos trabajas por mí, tú mi Dios. Pobre Dios ORACIÓN Ojalá, Señor, te llegue mi voz. Aquí estoy. Sin grandes palabras que decir. Sin grandes obras que ofrecer. Sin grandes gestos que hacer. Solo aquí. Solo. Contigo. Recibiré aquello que quieras darme: Luz o sombra. Canto o silencio. Esperanza o frío. Suerte o adversidad. Alegría o zozobra. Calma o tormenta. Y lo recibiré sereno, con un corazón sosegado, porque sé que tú, mi Dios, también eres un Dios pobre. Un Dios a veces solo. Un Dios que no exige, sino que invita. Que no fuerza, sino que espera. Que no obliga, sino que ama. Y lo mismo haré en mi mundo, con mis gentes, con mi vida: aceptar lo que venga como un regalo. Eliminar de mi diccionario la exigencia. Subrayar el verbo 'dar'. Preguntar a menudo: «¿Qué necesitas?» «¿Qué puedo hacer por ti?», y decir pocas veces «quiero» o «dame». Y así sigo, Dios: Aquí, sin más, en soledad. En silencio. Contigo, mi Dios pobre. José María Rodríguez Olaizola, sj — Nuestra IGLESIA — Nuestra Comunidad XII DOMINGO TIEMPO ORDINARIO - A 21 de JUNIO 2020 EL MIEDO A TU LADO, SEÑOR, ES SEGURIDAD ENTRADA La comunidad cristia- na se reúne para cele- brar su fe en el Señor Resucitado. El Señor mismo prepara su mesa domingo tras domingo para alimentar a sus hi- jos. Hermanos, con la confianza puesta en Dios, celebremos esta fiesta, es- cuchemos una palabra de ánimo y experimentemos su presencia. Renovemos nuestra alianza con Dios y nuestra comunión con los hermanos en la fe. PRIMERA LECTURA Jeremías, perseguido por los hombres, vive confia- do porque siente a un Dios cercano y protector. Sólo Dios hace justicia, sólo Dios salva a los desampara- dos. Al final de todo, lo único que cuenta es el proyec- to de Dios. SEGUNDA LECTURA San Pablo nos recuerda en esta lectura los efectos del pecado y de la muerte que nos trajo Adán. Pero por encima de los pecados de los hombres está el don de la gracia, de la vida y de la salvación que nos trae Cristo. En Él hemos de descansar y esperar. EVANGELIO Jesús urge a sus seguidores a superar el miedo, a actuar en la luz, a confesar a Cristo y a confiar en la Divina Providencia. Frente al miedo, la confianza. Frente al pecado, el perdón. Frente a la debilidad del hombre, el poder de Dios. BASÍLICA DE SANTA MARÍA LA MAYOR CURSO 2019 - 2020 Linares-Diócesis de Jaén www.basilicasantamarialinares.es AGENDA DE LA SEMANA Y SANTORAL Día 22 LUNES: Santo Tomás Moro. Exposición. Archivo. Rosario. Eucaristía. Eucaristía. Día 23 MARTES: Feria. Exposición. Rosario. Eucaristía. Día 24 MIÉRCOLES: NATIVIDAD SAN JUAN BAUTISTA. Exposición. Archivo. Cáritas. Rosario. Eucaristía. Día 25 JUEVES: Feria. Exposición. Jornada de oración. Vísperas y Eucaristía. Día 26 VIERNES: San Pelayo. Exposición. Rosario. Eucaristía. Día 27 SÁBADO: San Cirilo de Alejandría. Exposición. Rosario. Eucaristía. Día 28 DOMINGO: XIII DOMINGO TIEMPO ORDINARIO. Rosario. Eucaristías. nos preparamos……. No estás deprimido, estás distraído. Distraído de la vida que te puebla, distraído de la vida que te rodea. No estás deprimido, estás, distraído. Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada. Además, la vida no te quita cosas: te libera de cosas: Te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela. Por eso, lo que llamas problemas, son lecciones, No perdiste a nadie: el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. No hay muerte…hay mudanza. Haz sólo lo que amas y serás feliz. Dios te puso un ser humano a tu cargo… Eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda: "Amarás al prójimo como a ti mismo". Reconcíliate contigo y decide ahora mismo ser feliz, porque la felicidad es una adquisición. La felicidad no es un derecho, sino un deber, porque, si no eres, feliz, estás amargando a todo el barrio. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios

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  • Tiempo ordinario… adentrarse con Jesús en lo cotidiano de la vida “Vio dos barcas junto a la orilla, los pescadores se habían bajado y estaban lavando sus redes. Subiendo a una de las barcas dijo a Simón: ---Boga mar adentro y echa las redes para pescar. Le replicó Simón: ---Maestro, hemos bregado toda la noche y no hemos sacado nada; pero, ya que lo dices, echaré las redes. Lo hicieron y capturaron tal cantidad de peces que reventaban las redes”. Lc 5,2-6

    El trabajo o el estudio, lo más cotidiano de mi vida. A veces me aburre, otras no consigo que me motive… incluso hay épocas en que se hace monótono y aburrido. Pero ahí está, es lo que da ritmo a mis días, lo que hace que me levante cada mañana. Siento tu llamada a hacerlo fecundo, a no de-sesperar, a esforzarme, a no tirar la toalla… porque ahí estás tú, esperándome invitándome a mirar al horizonte, a no quedarme en los pequeños problemas o desánimos del día a día.

    ¿Hacia dónde quiero que apunte el horizonte de mi vida?

    “Le seguía un gran gentío que le oprimía. Entonces, una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años se acercó por detrás y le tocó la esquina de su manto”. Lc 8,43-44

    Gente, gente,… siempre rodeado de gente. Familia, amigos, compañeros de trabajo, conocidos... A veces me abordan en los momentos más inesperados, cuando voy con prisa y no tengo tiempo… incluso llego a pensar que son un incordio. Pero solo lo pienso, no lo creo; porque en el fondo son los que dan color a mi vida. Son ellos los que se preocupan de mi cansancio y se alegran con mis éxitos. Son ellos los que muchas veces me hablan de ti, de tu amor, de tu misericordia, de tu preo-cupación por aquellos que pueden estar más necesitados de una palabra acogedora.

    ¿Quiénes son los rostros de mi vida? “Su fama se difundía, de suerte que una gran multitud acudía a escucharlo y a sanarse de sus enfermedades. Pero él se retiraba a lugares solitarios a orar”. Lc 5,15-16 Ahí está una vez más tu invitación a buscar mis pequeños oasis en el día a día de mi vida, momentos donde todo se hace si-lencio… donde el barullo y las preocupaciones no desaparecen del todo, pero atenúan su voz. Es el momento para acercarme a ti de manera más directa e íntima; sin intermediarios. Son los momen-tos para hablarte cara a cara de lo que ocupa mi corazón, hablarte de mis sueños y deseos… tiempo también para escucharte y para dejar que me hables tú también de sueños y deseos, los tuyos.

    ¿Qué ocupa en estos momentos mi corazón? Quiero caminar junto a ti, sabiendo que tu amor me hace más libre y más fecundo, que tú me haces darme cuenta de la importancia de estar pendiente de lo más pequeño, de lo más silencioso, de cada regalo que me dice que esto merece la pena.

    TRABAJAS POR MÍ En cada momento, en cada detalle, en las plantas, en los frutos trabajas por mí, tú mi Dios.

    Pobre Dios ORACIÓN Ojalá, Señor, te llegue mi voz. Aquí estoy. Sin grandes palabras que decir. Sin grandes obras que ofrecer. Sin grandes gestos que hacer. Solo aquí. Solo. Contigo. Recibiré aquello que quieras darme: Luz o sombra. Canto o silencio. Esperanza o frío. Suerte o adversidad. Alegría o zozobra. Calma o tormenta. Y lo recibiré sereno, con un corazón sosegado, porque sé que tú, mi Dios, también eres un Dios pobre. Un Dios a veces solo. Un Dios que no exige, sino que invita. Que no fuerza, sino que espera. Que no obliga, sino que ama. Y lo mismo haré en mi mundo, con mis gentes, con mi vida: aceptar lo que venga como un regalo. Eliminar de mi diccionario la exigencia.

    Subrayar el verbo 'dar'. Preguntar a menudo: «¿Qué necesitas?» «¿Qué puedo hacer por ti?», y decir pocas veces «quiero» o «dame». Y así sigo, Dios: Aquí, sin más, en soledad. En silencio. Contigo, mi Dios pobre. José María Rodríguez Olaizola, sj

    — Nuestra IGLESIA — Nuestra Comunidad

    XII DOMINGO TIEMPO ORDINARIO - A 21 de JUNIO 2020

    EL MIEDO A TU LADO, SEÑOR, ES SEGURIDAD

    ENTRADA La comunidad cristia-na se reúne para cele-brar su fe en el Señor Resucitado. El Señor mismo prepara su mesa domingo tras domingo para alimentar a sus hi-jos. Hermanos, con la confianza puesta en Dios, celebremos esta fiesta, es-cuchemos una palabra de ánimo y experimentemos su presencia. Renovemos nuestra alianza con Dios y nuestra comunión con los hermanos en la fe.

    PRIMERA LECTURA Jeremías, perseguido por los hombres, vive confia-do porque siente a un Dios cercano y protector. Sólo Dios hace justicia, sólo Dios salva a los desampara-dos. Al final de todo, lo único que cuenta es el proyec-to de Dios.

    SEGUNDA LECTURA San Pablo nos recuerda en esta lectura los efectos del pecado y de la muerte que nos trajo Adán. Pero por encima de los pecados de los hombres está el don de la gracia, de la vida y de la salvación que nos trae Cristo. En Él hemos de descansar y esperar.

    EVANGELIO Jesús urge a sus seguidores a superar el miedo, a actuar en la luz, a confesar a Cristo y a confiar en la Divina Providencia. Frente al miedo, la confianza. Frente al pecado, el perdón. Frente a la debilidad del hombre, el poder de Dios.

    BASÍLICA DE SANTA MARÍA LA MAYOR CURSO 2019 - 2020

    Linares-Diócesis de Jaén www.basilicasantamarialinares.es

    AGENDA DE LA SEMANA Y SANTORAL Día 22 LUNES: Santo Tomás Moro. Exposición. Archivo. Rosario. Eucaristía. Eucaristía.

    Día 23 MARTES: Feria. Exposición. Rosario. Eucaristía.

    Día 24 MIÉRCOLES: NATIVIDAD SAN JUAN BAUTISTA. Exposición. Archivo. Cáritas. Rosario. Eucaristía.

    Día 25 JUEVES: Feria. Exposición. Jornada de oración. Vísperas y Eucaristía.

    Día 26 VIERNES: San Pelayo. Exposición. Rosario. Eucaristía.

    Día 27 SÁBADO: San Cirilo de Alejandría. Exposición. Rosario. Eucaristía.

    Día 28 DOMINGO: XIII DOMINGO TIEMPO ORDINARIO. Rosario. Eucaristías.

    nos preparamos……. No estás deprimido, estás distraído. Distraído de la vida que te puebla, distraído de la vida que te rodea. No estás deprimido, estás, distraído. Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada.

    Además, la vida no te quita cosas: te libera de cosas: Te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela. Por eso, lo que llamas problemas, son lecciones, No perdiste a nadie: el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. No hay muerte…hay mudanza. Haz sólo lo que amas y serás feliz.

    Dios te puso un ser humano a tu cargo… Eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda: "Amarás al prójimo como a ti mismo". Reconcíliate contigo y decide ahora mismo ser feliz, porque la felicidad es una adquisición. La felicidad no es un derecho, sino un deber, porque, si no eres, feliz, estás amargando a todo el barrio.

    Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios

  • PRIMERA LECTURA: Jer 20, 10-13 Libera la vida del pobre de las manos de gente perversa Lectura del libro de Jeremías.

    DIJO Jeremías: Oía la acusación de la gente: «“Pavor-en-torno”, delatadlo, vamos a delatarlo». Mis amigos acechaban mi traspié: «A ver si, engañado, lo sometemos y podemos vengarnos de él». Pero el Señor es mi fuerte defensor: me persiguen, pero tropiezan impotentes. Acabarán avergonzados de su fracaso, con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor del universo, que examinas al honrado y sondeas las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos, pues te he encomendado mi causa! Cantad al Señor, alabad al Señor, que libera la vida del pobre de las manos de gente perversa.

    SALMO RESPONSORIAL: Sal 68 R/. Señor, que me escuche tu gran bondad. V/. Por ti he aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro. Soy un extraño para mis hermanos, un extranjero para los hijos de mi madre. Porque me devora el celo de tu templo, y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R/. V/. Pero mi oración se dirige a ti, Señor, el día de tu favor; que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude. Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia; por tu gran compasión, vuélvete hacia mí. R/. V/. Miradlo, los humildes, y alegraos; buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón. Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos. Alábenlo el cielo y la tierra,

    SEGUNDA LECTURA: Rom 5, 12-15 No hay proporción entre el delito y el don Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

    HERMANOS: Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron. Pues, hasta que llegó la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputaba porque no había ley. Pese a todo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgre-sión como la de Adán, que era figura del que tenía que venir. Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por el delito de uno solo murieron todos, con mayor razón la gracia de Dios y el don otorgado en virtud de un hombre, Jesucristo, se han desbordado sobre todos.

    PALABRA DE DIOS…….

    R/. Aleluya, aleluya, aleluya. Jn 15, 26b-27a V/. El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí —dice el Señor—; y vosotros daréis testimonio. R/.

    EVANGELIO: Mt 10, 26-33 No tengáis miedo a los que matan el cuerpo Lectura del santo Evangelio según san Mateo. EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdi-ción alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo

    cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones. A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo tam-bién lo negaré an-te mi Padre que está en los cielos».

    Exposición del Santísimo

    De 10 a 13 horas

    NO TENGÁIS MIEDO. QUE NO TIEMBLE VUESTRO CORAZÓN

    El pequeño Jaime recuerda una noche en casa de su abuela, la recuerda como la noche de la gran tormenta. Su padre tuvo que ir a buscarlo. Viento, agua, truenos y rayos llenaban el cielo oscuro y tenebroso. El padre de Jaime llegó con un impermeable grande y azul y le dijo: “Hijo, vamos a casa”. Cubrió a su hijo con su impermeable y los dos se enfrentaron a la tormenta. A pesar de la ferocidad de la tormenta el pequeño Jaime no tenía miedo. Sabía que su padre veía, abrazado a su padre, se sentía seguro. Poco después el impermeable se abrió y estaban en casa. “No teman a los que sólo pueden matar el cuerpo”. Jesús dice tres veces a sus discípulos que no tengan miedo. Y envía a estos hombres miedosos e incultos a conti-nuar su obra. La cosecha es inmensa y los obreros pocos. Jesús no los llama para formar un grupo de amistad o un círculo de ora-ción. Jesús llama para la misión, para el envío, para hacer presente el Reino de Dios y vivir en el amor. Jesús llama para enviar a sus discípulos a vender el mejor producto, la mejor noticia, Dios es amor. Todos los que aquí estamos reunidos, hoy, hombres y mujeres somos llamados y enviados. Y a todos nos dice Jesús, tres y mil veces: “No tengan miedo”. ¿A qué tenemos miedo? Todos tenemos miedos que vencer. Hay miedos que son inevitables. Miedo a subir en un ascensor con un extraño. Miedo a perder el trabajo. Miedo a las locuras de los hijos. Miedo a perder el esposo. Miedo a lo que piensen de no-sotros, a que no nos consideren. Yo no sé si Jesús habla de esos miedos que son comprensibles. La vida del cuerpo siempre está amenazada. Es nuestra condición humana. ¿Puede un cristiano tener miedos en las cosas del espíritu? ¿Puede un cristiano tener miedo a vivir con alegría su fe? ¿Puede un cristiano tener miedo a dar testimonio de su Señor? Jesús habla del miedo profundo e interior del discípulo: el miedo a dar la vida por el Señor, el miedo a dar la cara por el evangelio, el miedo a decir a los hermanos: yo soy cristiano, yo voy a la iglesia, yo leo la Biblia, yo amo a Dios y a mis hermanos. Mi fe en Jesús me complica la vida, me impide hacer el mal, hablar mal de los demás… Jesús te dice hoy: ten miedo al demonio, tu enemigo. No tengas miedo a tu Padre, Dios. Ten miedo a los vicios que te encadenan. No tengas miedo a mi amor que libera. Ten miedo a la pereza, al dinero fácil, al placer animal. No ten-gas miedo al sacrificio, a la virtud, a una vida limpia. Ten miedo a los malvados. No tengas miedo a mis amigos. Ten miedo a tus instintos pecadores. No tengas miedo al Espíritu Santo liberador y dador de vida. Lo opuesto al miedo es el “valor”. ¿Son ustedes valientes? Sí, hay mucha gente valiente, es el macho man. Valientes en la pelea, en la bebida, en golpear a la esposa, en ha-blar mal, en traficar con drogas… El Señor en este envío nos dice que tenemos que ser valientes. Valientes para gritar el mensaje, proclamar la fe, hablar de Jesús, invitar a la eucaristía, formar comunidad, edi-ficar la iglesia. Valientes para defender su matrimonio, educar a sus hijos, enfrentarse a los malvados.

    ¿Dónde sacaremos fuerzas y valor? En el circo los trapecistas se lanzan al vacío sin miedo y hacen sus nú-meros con maestría y valor, pero saben que si fallan hay una red que los protege y recoge. En este circo de la vida el cristiano puede demostrar el mismo valor por-que Dios es nuestra red protectora. Dios es el padre que viene a rescatarnos los días de las grandes tormentas para llevarnos en sus brazos a la seguridad de su casa.

    LEO, MEDITO, LLEVO A MI VIDA . . .

    COLECTA PARA “CÁRITAS” DOMINGO 14 de JUNIO 2020 CONFIAMOS EN TODOS VOSOTROS

    Todos estamos necesitados de poner la confianza en alguien y quien me-jor que en el Señor. Son las mejores manos en la que podemos apoyar-nos sobremanera cuando nos senti-mos solos y aparecen los diversos miedos que nos entristecen y nos agobian. Venid a mi todos los que os sentís cansados y estresados. No tengáis miedo, que no se altere vuestro corazón. La fuerza es Cristo.

    PARROQUIA 969.00

    V. del CARMEN 20.00

    TOTAL 989.00