Xerrades:

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“Document de Voluntats Anticipades (DVA)”

A càrrec de GUSTAVO SUBIRATS Secretari de l'Associació Dret a Morir Dignament Catalunya (DMD-CAT)

Dijous 29 de maig de 2014 a les 18:00.

Lloc: Casal de Gent Gran Can Castelló C/Castelló, 1/7 - 08015 Barcelona

“Document de Voluntats Anticipades (DVA)”

A càrrec de TERESA GOL Departament Formació de l'Associació Dret a Morir Dignament Catalunya (DMD-CAT)

Dijous 5 de juny de 2014 a les 19:00.

Lloc: Biblioteca Joan Miró Parc de l'Ecorxador Vilamari, 61 - 08015 Barcelona

Vida para hablar de la muerte

‘MIEL’ / La actriz Valeria Golino se alza con multitud de premios con su ópera prima como directora. Miel, historia de una joven que ayuda a morir a enfermos terminales, está protagonizada por Jasmine Trinca y Carlos Cecchi.

El debut de Valera Golino en la dirección ha sorprendido extraordinariamente a todos. Miel, ópera prima que trata el tema tabú de la asistencia a los que quieren ayuda para una muerte digna, es de una sensibilidad y una madurez estilística que no son nada habituales en un recién llegado. Cierto que la actriz tiene una amplia experiencia en el mundo del cine, pero con esta película ha demostrado una sabiduría por encima de algunos realizadores veteranos.Sutileza, ausencia total de maniqueísmo y rechazo absoluto a la posibilidad de hacer del dolor un espectáculo son solo algunos de los elementos que determinan su película, de la que lo más destacado y destacable es su tremenda vitalidad y su energía en una historia que habla y quiere hablar de la muerte.

“Sutileza, ausencia total de maniqueísmo y rechazo absoluto a la posibilidad de hacer del dolor un espectáculo” Irene (Jasmine Trinca) es una mujer joven, de poco más de treinta años, que vive sola en una casa en la playa.Con el nombre en clave de ‘Miel’, se dedica a ayudar a morir a enfermos que están en fase terminal o para los que la vida es muy dura. Pero un día aparece el señor Grimaldi (Carlo Cecchi), un nuevo paciente, y poco después de acudir a la primera visita con él, descubre que no está enfermo, simplemente quiere morir. Empeñada en que no lo haga, Miel se acerca más y más a él hasta que entre ambos surge una curiosa amistad. Y de ese vínculo entre un hombre de setenta años y una mujer joven aparecerá el motor más potente en la vida de ella.Inspirada en el libro de Mauro Covacich, la película es un canto a la vida, pero desde un relato que habla de la muerte y que es, según su directora y coguionista, necesario. “El tema de la eutanasia es tabú en Italia, mucho más que en cualquier otro país europeo, por la influencia del Vaticano y nuestra impronta católica. Pero siento que, mientras los ciudadanos italianos están preparados para abordar éste y otros temas éticos, no lo están los políticos”, dice Golino, quien asegura que quería hacer la película porque encontró material muy cinematográfico en la novel. “El tema de la eutanasia es tabú en Italia, por la influencia del Vaticano y nuestra impronta católica” “A pesar de la gravedad de la materia, el libro tenía mucho potencial visual. La protagonista, Miel, tiene una vitalidad poderosa, incluso más pronunciada por su cercanía con el dolor y la muerte. Ese contraste me atrajo mucho”, explica la directora, que añade: “Creo que cada ser humano debería tener derecho a decidir sobre su cuerpo, sobre su vida, y cómo terminar con ella”.Presente como actriz en decenas de producciones de todo tipo y de diferentes países, Valeria Golino reconoce que, por encima de todo, “amo el cine y la fotografía. Y habiendo hecho tantas películas como actriz aprendí muchas cosas sin incluso darme cuenta de ello”. Dirección: VALERIA GOLINO. Guion: VALERIA GOLINO, FRANCESCA MARCIANO Y VALIA SANTELLA, basado en la novela ‘A nome tuo’ de MAURO COVACICH. Producción: RICCARDO SCAMARCIO Y VIOLA PRESTIERI. Fotografía: GERGELY POHARNOK. Montaje: GIOGIO FRANCHINI. Reparto: JASMINE TRINCA, CARLO CECCHI, LIBERO DE RIENZO, VINICIO MARCHIONI, IAIA FORTE, ROBERTO DE FRANCESCO Y BARBARA RONCHI. Distribuidora: Good Films. Estreno: 11 de abril de 2014.

Maria Rosa Moreno

“Tras la experiencia con su madre, fallecida joven, con ancianos y con un cáncer, defiende el derecho a morir dignamente”En la frase «el fin de la vida» la palabra fin puede entenderse como final y también como objetivo. Ambas acepciones convergen en el pensamiento de María Rosa, una mujer vital y lectora voraz que nació en Cornellá y sueña con acabar sus días en Sitges.

-¿Cómo entra la muerte en su vida? -Mi madre sufría una insuficiencia cardiaca. Yo tenía 12 años cuando escuché que el cardiólogo le decía a mi padre: «Una alegría o una tristeza podrían provocarle la muerte a su esposa; cualquier día se irá a dormir y ya no volverá a despertarse». Cada vez que ella tosía. yo corría: «Mamá. ¿se encuentra bien?» Murió a los 52 años por una negligencia médica. Tengo una asignatura pendiente con ella. No me pude despedir.

-En cambio, lleva 25 años despidiéndose de las personas mayores que cuida. -Mis mejores amigas han pasado de los 80 y de los 90 años. Conchita, que era muy creyente, me decía: «¿y si después de la vida no hay nada? ¡Vaya timo!» O Delfina, que temía la decadencia, la posibilidad de no morir con dignidad. Un día la llamaron para cenar y cayó muerta, ni se dio cuenta. O Milagros, que era analfabeta y me enseñó que hay muchas vidas dentro de una vida.

-¿Siempre le hablan de la muerte? -He conversado mucho con ellos, porque para mí son personas antes que pacientes o enfermos, y el tema siempre acaba saliendo. Los niños y los mayores

hablan con más naturalidad de la muerte. La muerte es un hecho tan natural como nacer. «Lo raro es vivir», como decía Carmen Martín Gaite.

-¿Y si el otro no quiere hablar del tema? -Ante la duda, lo mejor es plantearlo; el no fa lo tienes, y si el otro está a la defensiva enseguida te darás cuenta. Pero, ¿y si está esperando la oportunidad para abrirse y pierdes la ocasión? He acompañado a muchas personas que han muerto tras años de agonía y una de las cosas que he aprendido es que no se habla. La mayoría se van de este mundo sin poder expresar sus sentimientos. Nadie se merece vivir así.

-Una muerte impresionante fue la del activista Lluís Maria Xirinacs, a los 75 años. Encontraron su cuerpo en el bosque y una nota que decía: «En pleno uso de mis facultades me voy porque quiero terminar mis días en la soledad y el silencio». -La libertad es precisamente esto, poder decidir cómo quieres vivir y cómo quieres' morir. Si consideras -de forma personal e intransferible y sin ningún condicionamiento- que lo que tienes ya no es vida, debes poder actuar según tus convicciones.

-Hace tres años le detectaron un cáncer de mama con buen pronóstico. ¿Cambió .u forma de pensar? -No, me he reafirmado. Tengo un testamento vital registrado ante notario y por la Generalitat y llevo siempre mi carnet de la Asociación Derecho a Morir Dignamente.

-¿Qué implica esto concretamente? -Si no me puedo valer por mí misma y es definitivo, que no me alarguen la vida innecesariamente, que no practiquen conmigo el encarnizamiento terapéutico. No es una apología de nada. Amo la vida, estoy enamorada del cielo, del sol, del mar, le los animales... pero llegado el momento quiero que se respete lo que pienso sobre ni vida y mi cuerpo y quiero poder vivir dignamente el tiempo que me quede. -¿Y si no es fácil detectar ese momento? -Ese el quid de la cuestión. ¿Que pasa cuando tú ya no puedes decidir sobre lo que harán contigo? Por eso tengo una persona que me puede representar si yo no puedo comunicarme. Si no lo has puesto por escrito y no lo has dicho alto y claro, no se puede hacer nada porque los médicos están para salvar vidas y la familia para cuidarte. Es curioso. A nadie se le ocurre intervenir en nimiedades, pero en algo tan trascendental como la muerte parece que todo !l mundo tenga que mandar menos tú.