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De todo un poco.-

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Sinopsis: Sculpt es un luchador ilegal. También es el cantante principal de la banda de rock local. Nadie conoce su nombre verdadero. Y desde el momento en que lo conocí, el me hizo olvidar el mío. Con el fin de convencer a Sculpt de darme lecciones de defensa personal, tenía que seguir una de sus reglas, no quejarme o se marcharía. No pensé que sería un problema. Podía manejar algunas contusiones. Lo que no había anticipado era aterrizar de espaldas con Sculpt encima de mí y todo mi cuerpo ardiendo por él. Traté de ignorarlo. Fallé, por supuesto. Y tener a un caliente, tatuado patea traseros sobre mí, semana tras semana y él completamente inmune a lo que le hacía a mi cuerpo, era frustrante como el infierno, así que rompí sus reglas, me quejé. Entonces él me besó.

Tear Asunder 0.5

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Capitulo 1

-Santo Cristo Eme, mira esa paleta. Eso si es calidad Häagen-Dazs1. –Kat estaba a mi lado, con la boca abierta, los ojos pegados en Sculpt que actualmente estaba pateando su oponente, El Obliterator. –Maldición, él es totalmente follable. Como tú contra la pared follable. Me pellizcó el brazo cuando no respondí. -Oww. –Me froté el lugar donde sus dedos apretaron mi piel. -¿Ves esos brazos? Apuesto a que podría sostenerte contra la pared y joderte sin siquiera resoplar. Nada de eso, lo quiero resoplando. Sculpt estaba desnudo de cintura para arriba, ondulando sus músculos con flexionando cada golpe. Sus piernas largas eran ágiles y tonificadas, capaces de moverse rápidamente en comparación del otro luchador con volumen mucho más lento. Al así como una Hummer2 contra una excavadora. Pero, había algo en sus ojos que me hacia mirarlo con emoción mezclada con un chorrito de nerviosismo. Eran oscuros, casi negros y penetrantes, como si estuviera mirando directo dentro de su oponente y rompiéndolo con su intrépida concentración. Escalofríos bailaron sobre mi piel caliente, y un pellizco de algo golpeó mi estómago. Se sentía como si estuviera girando en un campo con los brazos hacia fuera y bocanadas de dientes de león soplaban a mí alrededor. Un efecto vértigo, pero hermoso y extraño a la vez.

1 Marca de helados.

2 Auto todo terreno.

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-¿Estás segura de que quieres hacer esto? –La voz de Kat me arrancó de Sculpt quien acababa de tirar a su oponente El Obliterator sobre su espalda y estaba tirando de su brazo hacia atrás en un ángulo extraño. –Estoy a favor de los chicos calientes, pero se ve muy aterrador. Un miedo caliente, pero aún así la calentura no anula el miedo, y el rezumba intimidación. ¿Qué hay sobre una de esas clases? Ya sabes, las que te ofrecieron en la universidad. Ya lo había considerado, pero esperar tres meses hasta que las clases comenzaran en septiembre no era una opción para mí. Necesitaba que Sculpt me ayudara ahora, y ya que el hermano de Kat lo conocía, lo puse en la parte superior de mi lista. Matt dijo que el chico estaba en una banda de rock y que estaba luchando solo para tratar y hacer suficiente dinero para ir de gira. Que Sculpt necesitara el dinero era un bono para mí, porque yo le estaba ofreciendo. No mucho, pero era algo. -Matt dice que es un buen tipo, -le recordé, pero estaba empezando a pensar que sólo había querido decir que no había matado a nadie todavía. Creo que su respuesta hubiera sido diferente si supiera que en realidad Kat y yo estábamos interesados en conocer a Sculpt. Mi respiración se detuvo cuando Sculpt se apartó el pelo de su frente, sus dedos entrelazándose a través de las hebras color nuez. Era un gesto casual, pero cuando lo hizo… fue como si mi cuerpo se cargara de electricidad. ¿Por qué de repente estaba tan caliente? No era como si Toronto se calentara en junio, aunque en estos momentos se sentía más de cien grados y húmedo como el infierno. -Sí, Matt dice que no ha tenido que darle una paliza de mierda a él. –me reí porque Matt era más de metro ochenta, todo músculos, y no aguantaba la “mierda” de nadie. –Y si Matt se entera de que estamos

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aquí, estaremos comiendo remolacha por el resto del mes. –Los padres de Kat habían fallecido hace diez años en un accidente por beber y conducir. Por desgracia, había sido su padre quien había estado conduciendo borracho y corrió en un puente de cemento a más de cien. Matt, tenía dieciocho para ese momento, y cuidó de Kat por su cuenta, y él cocinaba, Kat no. Eso significaba que él decidía qué comer, y totalmente le daría remolachas por un mes. Y desde que me fui a vivir con ellos hace dos años, también tendría remolachas, pero me gustaban las remolachas. -Santo Jesús. ¿Viste eso? –Kat empezó a saltar arriba y abajo, gritando el nombre de Sculpt como el resto de la gente de la universidad mientras El Obliterator yacía inconsciente en el suelo. –Un golpe y fuera de combate. Woot. Woot. Woot, -gritó Kat mientras bombea al aire con su puño. Aplaudí, pero mientras miraba a Sculpt, con la sangre goteando por su frente hacia su ojo, y su pecho reluciente de sudor, mis nervios se arrastraban en mí como una horda de arañas de cola blanca. Kat estaba en lo cierto, era aterrador. El tatuaje de su brazo izquierdo se extendía desde su hombro hasta el codo. La tinta negro oscuro estallaba las imágenes por lo que parecían en tres dimensiones y vibrantes. Le sentaba y lo hacía totalmente… follable. Noté los ojos de Sculpt estrechándose y mirando algo detrás de mí. Miré sobre mi hombro para ver qué era lo que llamaba su atención y esperaba ver a una chica caliente. En su lugar vi a un hombre mayor, tal vez cincuenta o así, de pie en la parte trasera del almacén mirando directamente a Sculpt. Era tan obvio, todos los demás se empujaban unos a otros o para cambiar dinero, pero no este tipo. Parado como una

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estatua, con su mirada clavada en Sculpt. Sus labios finos se curvaron hacia arriba en cámara lenta. No era una cálida y amigable sonrisa, más bien del tipo de sonrisa que hacen erizar los pelos de punta de tu cuello, pidiendo ser arrancados para que pudieran correr por sus vidas. El cuerpo de Sculpt se puso rígido. Tal vez los otros no lo habrían notado, pero yo lo hice, porque cuando el pasó su mano por el pelo esta vez, era completamente diferente. Sus dedos se cerraron y sus uñas parecían hacer surcos excavando en el cuero cabelludo. Cuando bajó el brazo era inestable y lento, rígido. Eché un vistazo por encima del hombro al tipo. El hombre tenía un brillo maligno en los ojos afilados, y sus finos labios se presionaron con tanta fuerza que su labio inferior casi desapareció. Llevaba un traje; extraño, teniendo en cuenta que estaba en un almacén abandonado sucio y lleno de universitarios. El chico labio dio un guiño a Sculpt luego se volvió y comenzó a irse. Él estaba rodeado por cinco hombres que parecían ser parte del anillo de lucha clandestino. Tiré de la camisa de Kat. -¿Quién es? El tipo delgado. Kat miró por encima del hombro hacia la puerta y se encogió de hombros. -Ni idea, pero… -Se quedó paralizada, sus ojos se agrandaron. –Joder. Joder. Joder. Matt. -Mierda. –Cuando Matt estaba molesto, no eran solo unas pocas palabras cortas y maldiciones, era todo un sermón que nos dejaba a ambos colgando de nuestras cabezas, moviendo nuestros pies. El rostro de Matt era feroz cuando nos vio. Estábamos demasiado lejos para decirlo, pero sabía que dos manchas rojas ardían brillantes en sus

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pómulos cincelados. Era la clase de rostro que haría a Godzilla meter el rabo entre las patas y correr. -En el quemador, -murmuré. -En lo alto, -respondió Kat. Matt comenzó a empujar a la gente fuera de su camino mientras se dirigía hacia nosotros. Parecía que estaba empujando muñecos de resorte del coche del tablero, la gente volvía estar derecha de nuevo en su lugar después de su paso. Y ni uno solo de ellos se molesto por ello. Kat me apretó el antebrazo. -Ve. Voy a interceptarlo mientras le preguntas al tenebroso culo caliente.- Se lamió los labios, y sus ojos brillaban como aventurina. -Sí él te ayuda… tú tienes que follarlo. Rodé los ojos, típico de Kat. -Te debo, señorita. -Claro que sí. Jodidamente odio la remolacha. Sonreí e hice mi camino a través de la multitud. Oí gritar a Matt mi nombre y apresuré el paso hasta el otro lado del almacén donde había visto a Sculpt por última vez. Me detuve, me puse de puntillas y miré más allá de la multitud. Sculpt se quedó a tres metros de distancia con un brazo enganchado alrededor de la cintura de una chica. Rubia, alta, y llevaba lo que parecía una minifalda spandex que apenas cubría su trasero. Si es que podías llamarlo trasero; más como un panqueque. De acuerdo, Sculpt no parecía tan aterrador ahora. Las líneas duras de su rostro se habían suavizado, un poco. No era muy confiada con lo que respecta a los chicos. Los matones y una madre alcohólica quien me

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llamaba fea y que me dijo que arruiné su vida pusieron una gran mella en mi propia imagen. Cuando se burlan muchas veces de tu peso, empiezas a creértelo. Carga ancha fue mi apodo en el séptimo grado. En octavo grado, Gavin Hochman lo cambió a trasero de globo, que no era tan malo en realidad… okay era malo, pero me acostumbre a ello. Mi altura por fin había alcanzado mi trasero en el décimo grado, pero no era un palillo de dientes. Todavía tenía un trasero, pero también tenía caderas y curvas las cuales Kat decía eran el sueño húmedo de cualquier chico. Todavía no estaba tan segura de eso, especialmente cuando todas las portadas de revistas tenían modelos que lucían como la chica que colgaba del brazo de Sculpt como un pedazo de oropel. En serio, el tipo era demasiado atractivo para su propio bien. El oropel en el brazo izquierdo me miró como si yo fuera a robarle el árbol de Navidad. Quise sacarle mi lengua, porque, en realidad, yo no era competencia para ella. A Sculpt obviamente le gustan la chicas delgadas como carril, piernas hasta el techo, maquillaje pesado, y yo era… bueno, no. Pero mi propósito era muy diferente al suyo. Me acerqué y lo toqué con la punta de mis dedos su brazo. Él me ignoró completamente. La chica se rió y abofetearla estaba empezando a sentirse realmente como una buena idea. Pude que sea insegura alrededor de chicos, pero era completamente lo contrario con las chicas de mi edad. Volví a tocarlo… con más fuerza. -Sugar3, un segundo. –Sculpt ni siquiera volvió la cabeza y continuó hablando con los dos chicos de frente a él.

3 Azucar.

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Miré por encima de hombro y vi a Kat charlando con Matt que me buscaba frenéticamente en la multitud. Mierda, necesitaba hacer esto ahora. Miré a la chica. -Umm lo siento, pero no he visto a mi hermano en mucho tiempo. ¿Podrías darnos un minuto? –sonreí dulcemente. –Por favor. –Levanté mis cejas para un efecto triste, y me di cuenta que se lo creyó mientras se deslizaba de sus dedos. Lo curiosos era, que él ni siquiera se dio cuenta, o no le importó. La chica retrocedió, aunque se quedó lo suficientemente cerca para asegurarse de que sus garras todavía podían alcanzarlo. Mi turno. Envolví mis dedos alrededor de sus bíceps, bueno envolver era una exageración ya que ni siquiera podían rodearlo, ni nada en él, excepto tal vez su dedo meñique. Tiré mientras lo apretaba. -¿Scuplt? Se dio la vuelta mirando a ambos lados de él buscando a la chica desaparecida, luego sus ojos me recorrieron como si yo estuviera a subasta. Puso su brazo alrededor de mi cintura y me estrechó. Oí a la chica oropel esnifar entonces sus tacones altos haciendo clic en el suelo de cemento mientras ella se alejaba. Sculpt se inclinó por lo que sus labios estaban cerca de mordisquear mi oreja. Mi respiración se detuvo, y una vibración fue a través de mi cuerpo. No estaba segura de si era por los nervios o algo completamente diferente, así que decidí que eran ambos. -No eres mi tipo, -dijo él en un profundo susurro ronco. –Demasiado joven, y no lo hago…

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Con bajitas. Aburridas. Corrientes. Las palabras nunca dejaron mi boca, en lugar de eso hice lo que siempre hacia cuando los chicos se burlaban de mí, encogí los dedos de los pies. -Morenas, -concluyó. Oh. Me alejé y él me lo permitió, pero su brazo se mantuvo alrededor de mi cintura, con la mano descansando en mi cadera. Tenía la boca seca mientras lo miraba levantar su fea cabeza, tenía una leve curva en su nariz, mejillas angulosas, y Dios, tenía un hoyuelo en su mentón en el que quería pasar mis dedos. -¿Dónde fue la rubia? A buscar más tinte para el pelo. -¿Tú la alejaste? Su aliento me hizo cosquillas en el lugar sensible justo debajo de la oreja, y mis nervios se dispararon con tanta violencia que sabía que hubiera caído de bruces si me él me hubiera soltado. -Um bueno no, no exactamente. Le dije que era tu hermana y que necesitaba hablar contigo. Sus cejas se levantaron y no sonreía… Mierda. -¿Hermana? Yo no tengo hermana, al menos de ninguna que yo no sepa. ¿A menos que tu estés tratando de decirme algo? –Había un filo en su voz, áspera, con toque de oscuridad. Mi boca se abrió. -No. Dios, no. No soy tu hermana. Sólo…quería hablar contigo a solas. Su mirada se deslizó por mi cuerpo de arriba abajo. Me sentí como un pedazo de carne, y él estaba evaluándome para ver si valía la pena el precio.

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-Así que, si no eres mi hermana entonces ¿qué quiere de mí? La razón huyó de mi mente, y me quedé mirándolo como ese estúpido pedazo de carne. -Yo… ah… bueno. –Su lengua se deslizó sobre su labio superior mojando la superficie y haciéndola brillar. Jesús, ¿sabía siquiera lo que estaba haciendo? -No voy a joderte. Puedo pelear ilegalmente, pero no jodo ilegalmente. Mi repentina pasma mental desapareció, y la ira lo reemplazó. -Tengo veinte años para tu información, y ni siquiera consideraría tener sexo… Frunció el seño y apretó los labios juntos. La mirada envió un rubor en mis mejillas, porque sinceramente el tipo parecía aún más caliente con el ceño fruncido. -¿Tener sexo? ¿Puedes incluso decir la palabra joder? -Sí, Jodete. Silencio. Entonces se rió; sus ojos oscuros brillando como ópalos negros. El sonido era absolutamente mágico, y varias personas alrededor miraron a Sculpt con sorpresa. Dios, esto era una pérdida de tiempo, y ahora Kat y yo estaríamos meando rojo por el próximo mes. Me di la vuelta para marcharme, pero su mano se enganchó con la mía. -¿Por qué viniste a buscarme? –Su tono era amable con una pizca de sensualidad que no ayudaba nada. Okay, no podía dejar a Kat comer remolachas sin siquiera preguntarle, me haría comer las suyas, y yo no me gustaban tanto. -Necesito aprender a pelear. -¿Disculpa?

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-Quiero pelear. -Es una broma, ¿cierto? Negué con la cabeza. Se rió de nuevo, con la cabeza echada hacia atrás y el sonido haciendo eco en el almacén. Podía sentir el calor aumentar en mis mejillas, y a pesar del hecho que se estaba riendo de mí, yo estaba más avergonzada por lo que su risa provocaba en mi cuerpo. -Estas asustada hasta la mierda de mí. Con los hombros caídos, y la confianza de un ratón…No vas a ser luchador de ninguna clase. -No quiero pelear como tú ni nada. Sólo necesito saber algunos movimientos. -Entonces, ve a tomar clases. No tengo tiempo para enseñarle a una chica como tirar un golpe. Soltó mi mano, y movió la barbilla a un tipo quien se acercó a estrecharle la mano. -Lindo derribe, amigo. -Gracias. ¿Viste a esos hombres? –Sculpt estaba ignorándome completamente; me había vuelto invisible. -Claro que sí. -¿Sabes quienes eran? Su amigo asintió. -Supongo. Joder hombre, no está bien. ¿Cómo crees que te encontró? -Hey, -dije. Él me ignoró, y agarré su brazo. –Hey. Cuando él se volvió mi estómago fue al techo de mi boca. Sus ojos afilados en mí, y casi me escabullo bajo su mirada penetrante. -Las clases no empiezan hasta septiembre y las necesito ahora. -No. –Él miró mi pequeña mano sosteniéndolo. –Sueltame.

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Me negué. –Necesito esto. Sus ojos se estrecharon y su boca se tensó. -¿Tu novio te pega? -No tengo novio. -Entonces, ¿por qué demonios una chica como tú quiere aprender a pelear? Mire hacía mis pies, arrastré los pies un poco entonces miré en sus ojos de muerte. No tenía opción. -Fui atacada después del trabajo por un chico y… -¿Él te violó? –Su tono era espantosamente profundo, y sus ojos se oscurecieron con ese brillo intenso que no me dejaba mirar hacia otro lado, incluso si quisiera. -No. –Pero el tipo se las arregló para tirar mis pantalones hacia abajo, arrancar mi tanga y poner sus dedos dentro de mí. Mordí la mano que tapaba mi boca, y cuando él se apartó, y levantó la mano para golpearme, grité tan fuerte que se fue. Nunca lo reporté, a pesar de que Kat me rogó que lo hiciera, y lo guardé de Matt porque él era mega sobreprotector. Tal vez eso es lo que sucede cuando se toma el papel de padre a una edad temprana. Kat y yo decíamos que él era el núcleo de las palomitas esperando por estallar. Cuando sospechamos que va a estallar, es cuando decimos que él está “en el quemador.” Así que, contarle a Matt era una mala idea. Además estaba oscuro, y pasó tan rápido, que no tenía ni idea a quién podría ser. Todo lo que sabía que él era muy grande, grande voluminoso, con el aliento a cigarro y mentas.

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Sculpt guardó silencio durante unos momentos y luego dijo: -¿Lo atraparon? Me encogí de hombros mirando hacia abajo a mis pies otra vez. -No. –Tomé una respiración profunda. Tal vez este fue al hombre equivocado para preguntar. Todo lo que podía pensar era en sus ásperas manos tocándome, sus labios duros contra los míos, pequeños mordiscos en mi oído, y su aliento haciendo cosquillas en mi piel caliente. De repente, Sculpt me agarró la mano y cerró mis dedos en un puño. -¿Crees que puede golpear a alguien? ¿A un tipo con ganas de conseguir un pedazo de ti? ¿Con esto? Tu peso es de de cien libras máximo. Ciento veinte en realidad. -Pelear no te ayudará, Ratón. ¿No has oído hablar del sistema de amigos? ¿Mantenerse alejado de lugares oscuros en la noche? Mi respuesta sigue siendo la misma, No. Apuesto que si la chica oropel le pidiera ayuda, habría saltado a la oportunidad. Traté de no dejar que me molestara, después de todo estaba acostumbrada a ser la chica quien no tenía amigos, hasta Matt y Kat. La muerte de sus padres, coincidiendo con la muerte de mi padre pocos meses después había formado un vínculo entre nosotros que era inquebrantable. Así que ¿por qué un tipo como Sculpt me ayudaría? ¿En que estaba pensando al preguntarle? -Ella es la amiga de Kat. –El chico que había estado hablado con Sculpt interrumpió. –Ya sabes… la hermana menor de Matt. La atención de Sculpt se apartó de mí por un mero segundo, y me dio un suspiro de alivio. Era agotador tener mis emociones bajo control con él

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mirándome. –La vi con Kat antes, -el amigo de Sculpt continuó. Tendió la mano, y la tomé. –Hey, soy Kite. -Hola. Emily. –Medio le sonreí. Kite asistió hacia la derecha. -Bueno Emily, ¿has molestado a Matt? Porque él no te mira muy contento, y viene hacia acá. Sculpt miró en la dirección que Kite indicó. –Jesús. -Yo diría que, -murmuró Kite. –Parece como una bocanada de azotes para ti, Emily. Cuando Sculpt volvió a mirarme, mi estómago tocó fondo. Todo en él estaba tenso, incluso su mandíbula estaba pulsando. -¿Estás saliendo con él? -Él es el hermano mayor de mi mejor amiga y mi compañero de cuarto. No, por supuesto que no. -Él está molesto hombre. Y ahora te está mirando a ti. –Kite se rió entre dientes. –Apuesto a que él piensa que haces tus movimientos con ella. Sculpt gruñó. –Ni de casualidad. Palidecí, sintiéndome como una hormiga que acaba de ser pisoteada. No importaba que yo supiera que nunca estaría conmigo, pero al oírlo en voz alta sentí como si hubiera respirado vapores de ácido y me estubiera descomponiendo. -Tenemos que irnos. –Sculpt enganchó mi mano. –Dile a Matt que yo la llevaré a casa. -Um, ¿qué? –traté de tirar mi mano, pero era como estar sostenida por un árbol.

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Una vez más, no me hizo caso mientras tiraba, y tropecé detrás de él. La multitud abrió para él como el mar rojo a medida que nos dirigíamos a la puerta. No se detuvo hasta que estuvimos al lado de una moto de carreras negra. El metal negro reflejaba la luz de la luna, mientras que las superficies cromadas estaban tan pulidas que parecían espejos. Soltó un cable de acero en la parte posterior, agarró un casco, y luego lo dejó caer en mi cabeza. Lo sujetó, antes de que pudiera procesar que él viajaba en su moto y me estaba llevando con él. Echó su pierna a través del asiento y encendió el motor, el fuerte ronroneo envió vibraciones a través de mi cuerpo. Nunca había montado una moto y no tenía la intención de alguna vez subirme en esa trampa mortal sobre ruedas. Di un paso atrás, mis dedos desabrocharon la correa del casco. Él cogió mi muñeca. -Sube, Mouse4. -Sí, um, voy a pasar. –Prefiero el salto bungee que montar una motocicleta. Por lo menos los saltadores tenían una cuerda en sus piernas, una motocicleta nada, ni cinturón de seguridad, ni las esenciales bolsas de aire. -Quieres que te enseñe cómo luchar, pero ¿tienes miedo de subir en una maldita moto? Jesús. –Miró hacia la puerta del almacén y luego a mí. Me sujetó y me acercó a él de un jalón. –Sube tu trasero en la moto, y te doy una lección. Una. Luego veremos, pero si escucho un solo grito, quejido, gemido, o queja, entonces me marcho.

4 Ratón.

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Duro y grosero, pero justo lo suficiente. De ninguna manera estaba diciendo que no. -De acuerdo. -De acuerdo. –Sus cejas se elevaron mientras me quedaba mirándolo montado sobre la motocicleta de carreras. –Muévete, Mouse. El hormigueo entre mis piernas empeoró y las mariposas en mi estómago estaban teniendo una fiesta a toda regla. La idea de subir detrás de él, sentir a Sculpt contra mí… Bueno, tenía a mi cuerpo reaccionando en extrañas formas de miedo. -Ahora. -Ah, Sí. –Me acerqué a la moto y luego rocé mi pierna por la parte de atrás, instantáneamente sentí los temblores corriendo a través de mí. No es de extrañar que los hombres les gustaran las motos; los encendía totalmente. Él se volvió a medias, puso su mano en la parte baja de mi espalda y toscamente me empujó hacia delante hasta que mi pelvis estaba contra su trasero y la parte interior de mis muslos contra sus muslos exteriores. El calor se disparó a través de mí. -Brazos. –Me agarró de las muñecas y las metió alrededor de su cintura. –Fuerte, Mouse. Apreté, sintiendo su duro abdomen bajo mis manos. La moto se movió a un lado, él aceleró el motor, y nos fuimos.

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Capitulo 2 Cinco semanas después. -Mouse, no estás escuchándome. Jesús. Pon tus caderas detrás de mí. –Me tenía con la espalda pegada al suelo por séptima vez en el día, sus manos sosteniendo mis muñecas por encima de mi cabeza. Era nuestra quinta lección, y cada semana me había quejado, gemido, y llorado… después de que Sculpt me dejara en casa, y yo estaba sola. -¡Largate! Estoy tratando duro. –Mi confianza estaba creciendo; Sculpt se aseguró de eso, pelando a través de mí como una cebolla. Al menos ahora, cuando el finge estrangularme, no chillo y me congelo de pánico, en su lugar levanto el brazo por encima del suyo y meto mis dedos en su tráquea. Él era duro conmigo, y más a menudo cuando no lo era, yo estaba escupiendo enojada, lo cual fui lenta en darme cuenta que eso a él le gustaba. Si yo estaba molesta entonces no estaba asustada, y eso, para él, era mucho mejor, porque al menos entonces yo luchaba. -Bueno trata más duro. No estoy perdiendo mi tiempo si vas a hacer gilipolleces. -¿Gilipolleces? ¿En serio? ¿Acabas de decir eso? –También podía presionar mis botones. Traté de empujarlo fuera de mí, pero con sus manos sosteniendo mis muñecas, y estaba sentado encima de mi pelvis, todo lo que pude manejar hacer era mirarlo como un anguila retorciéndose atrapada. -¿Crees que me gusta aterrizar de espaldas continuamente? Sculpt alzó sus cejas, un atisbo de sonrisa jugaba en la comisura de su boca. Era la primera vez que veía su sonrisa. Desde la noche que se rió de

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mí, no lo había visto de otra manera que siendo serio. Él era una especie de tipo tranquilo, con sus palabras y emociones. Era como si se escondiera detrás de su seño fruncido. Pero ver esa contracción de una sonrisa me excitaba, juro que sentí la humedad entre mis piernas. Un mechón de su cabello castaño cayó frente a su ojo izquierdo, y yo quería empujarlo y correr mis dedos a través de las gruesas hebras. Lo llamaba cabello sexy de dormitorio, porque siempre parecía como si unas manos había pasado a través de él. Tal vez sus manos. Dios, ¿Cuántas mujeres han tenido sus manos en su cabello? Una extraña opresión se apoderó de mi pecho ante la idea. ¿Celos? Mierda, no tenía derecho a sentir celos de nadie. Sculpt nunca ha estado interesado en mí. ¿En que estaba pensado? -¿Emily? Sabía que si él me besaba con esos labios perfectos sería la única y mejor experiencia de mi vida. Okay, solo tenía veinte años, pero aún así había besado chicos, y no podía imaginar que ellos fueran mejores besadores que Sculpt. No es que él ni siquiera haya considerado besarme. “The Sculpt”, como las mujeres gritaban cuando él entraba en el ring, podría tener a cualquier mujer que quisiera. Y de la rubia que fui testigo, ellas no eran nada como yo. Ellas eran costilla de primera, y yo era chuleta de cerdo. -Construcción Lego. Me sacudí en sus palabras. -¿Qué? -Piensas demasiado. -¿Y? Tengo muchas cosas en mente. ¿Y qué tiene que ver el Lego con eso?

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Sus ojos oscuros se estrecharon. -Construyes bloques en tu cabeza en tecno color. Él tenía razón, lo hacía. Sabía que estaba muy lejos de la liga de Sculpt, pero no podía evitar imaginarlo haciendo algo más que tirarme sobre mi trasero una y otra vez. Desde que pasábamos tres horas juntos a la semana, pensé que superaría este pequeño enamoramiento, pero no lo hice. Se estaba poniendo peor, y se estaba poniendo peor porque íbamos por helado después de la práctica, comiendo nuestros helados mientras estábamos sentados en la curva de su moto, y me mandaba mensajes de texto cada día. En realidad no tenía idea porque me enviaba mensajes de texto; era solo un chequeo rápido, y me molestaba, porque ahora cada vez que mi teléfono vibraba mi corazón corría a cien millas. -¿Te he hecho daño? Sacudí la cabeza y me encontré con su mirada. Él me miraba con ojos entornados, eran oscuros porque todavía estaba un poco molesto, y sus cejas bajaron sobre ellos. Y tenía estas grandes pestañas, negras, un poco largas para un hombre, pero le lucían totalmente. No me extrañaba que no pudiera concentrarme. Él era la distracción definitiva. -Necesita poner atención. –Agarró mi barbilla con su pulgar y el índice. –Deberías estar afuera de compras, no en este sucio y abandonado granero conmigo. Había escogido un sitio a las fuera de Toronto. A menudo venía aquí cuando me las arreglaba para enganchar el auto de Matt. Me sentaba en la colina al norte de la granja y veía los caballos. Había estado viniendo aquí por dos años, y la manda había crecido hasta treinta y dos caballos, la mayoría de ellos lucían cuartos caballos, palominos, pintos y mis favoritos appaloosa, como mustangs salvajes.

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Además, escogería un establo sucio con Sculpt cualquier día en lugar de ir de compras. Cuando Kat conseguía llevarme al centro comercial con ella, era como ser arrastrada lentamente desnuda por la grava en un día sofocante. Tortura pura. Ella tenía que probarse todo, entonces murmuraba y chillaba si le quedaba bien o si el precio era correcto o si de hecho lo necesitaba. La mayoría de veces no, Kat lo ponía de nuevo en el estante después de pasar quince minutos tratando de llegar a una decisión. Me sentía muy confiada con los movimientos de defensa que Sculpt me había enseñado, a pesar que él me había puesto de espaldas unas cuantas miles de veces sin siquiera parpadear. Dolió. Tenía moretones para probarlo. Pero si algún tipo me atacaba de nuevo, yo al menos tenía algunas ideas de cómo defenderme en lugar de temblar como una lavadora en el ciclo de centrifugado. Su pulgar acarició mi barbilla. Juro que él no tenía ni idea que estaba haciendo ese delicioso, pequeño movimiento. Pero mi cuerpo lo sabía, lo sentía, y me estaba molestando. Odiaba que él pudiera hacerme esto. Me sentía fuera de control, y él estaba sin duda completamente inconsciente de cómo hacía arder mi interior, mi corazón acelerado y mi piel hormigueaba con descargas de electricidad. La última vez que estábamos comiendo helado después de nuestra práctica, una gota de vainilla escapó de la esquina de mi boca. Sculpt suavemente lo limpió con la yema de su pulgar antes de que tuviera la oportunidad de usar la servilleta. Volvió con su crujiente cono de azúcar mientras yo trataba de poner en control la reacción de mi cuerpo por su toque íntimo. Mi única salvación era que Sculpt nunca parecía darse cuenta de mi respuesta a él.

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-¿Eme? –Su tono era cortante y agitado. -Estoy prestando atención, ¿de acuerdo? –le espeté. Alzó sus cejas con sorpresa, y mi corazón se detuvo en seco y luego se zambulló con fuerza en los latidos. –Pero estás sentado encima de mí, tus manos sosteniéndome, y tú mirándome así… -Sus ojos ardían, y sus labios se separaron. –Maldición, no soy jodidamente inmune, ¿de acuerdo? -Emily. Sabía que no tenía interés en mí; era cuatro años menor, y podía tener cualquier chica que quisiera. No había nada sexy en mí. Dios, ni siquiera tengo un par de tacones. Además era morena. Bajó la cabeza mientras se inclinaba hacia delante. Sus ojos observándome. Sus manos en mis muñecas deslizándose sobre mis palmas hasta que nuestros dedos se entrelazaron. -Eme. Volví la cabeza a un lado, no quería que viera mis ojos relucientes. -Está bien. Solo quítate de encima de mí. –Y entonces mentí…una grande. –No es como si estuviera interesada ni nada, porque no lo estoy… para nada. Tienes un historial de mierda, eres arrogante, y odio a los tipos que pelean. -Tú no sabes nada sobre mí. –Su tono era duro, y me estremecí debajo de él. -Bueno, eres caliente. Y estoy segura que lo sabes, lo que es tan poco atractivo. –A propósito había evitado ir a ver tocar la banda de Sculpt en el bar de Matt, porque Sculpt cantando en el escenario sería mi Kriptonita. Ciertamente no necesitaba otra razón para babear por él; ya era vergonzoso.

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-Apuesto a que tienes chicas colgando de cada palabra. Probablemente después de una pelea caminas por la fila de chicas y escoges a la que deseas esa noche. ¿Con cuántas te has acostado? ¿Un ciento? No, eres el cantante principal de una banda, así que apuesto por más. -¿Estaba parloteando? Demonios, lo estaba. ¿Dónde estaba mi boca seca cuando la necesitaba? Dios, sonaba absolutamente ridícula. –Escucha, no me importa que es lo que te enciende. Necesito ir a casa. Sus dedos se apretaron alrededor de los míos. -Tú. -¿Yo qué? Bajó aún más, y yo podía sentir su aliento en mi cara, su dulce esencia se arrastraba a mis pulmones con cada inhalación. -No duermo con cualquiera, y tú me enciendes. -¿Yo? –mi voz se quebró, y mi pecho se movía dentro y fuera. -Sí. -¿Qué? -¿estaba mi piel hormigueando? Se sentía como si piel estuviera en llamas. ¿Nos estábamos quemando? ¿Se estaba quemando el granero? -Me escuchaste. -Oh, -Bendito Jesús. Cinco semanas él había estado enseñándome defensa personal, y en esas cinco sexualmente frustrantes semanas había estado soñando con él besándome, tocándome, con sus manos apretando mis muslos mientras me apretaba contra la pared, su boca devorando cada centímetro de mi cuerpo desnudo. Se inclinó aún más. Juro que mi aliento fue succionado de mis pulmones por algún misterioso vacio, de alta potencia que colgaba encima de mí, porque no podía respirar. Estar asustada y excitada hacía algo a tu

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cuerpo. Las emociones te ponen a toda marcha con tus extremidades temblorosas, tu corazón palpitando, y ese dulce dolor entre tus piernas. Sabía cómo satisfacerme a mí misma, pero esto… esto pondría mis orgasmos en vergüenza, porque este hombre disparaba mi cuerpo en otra dimensión. -Shh, relájate Mouse. –Su barba froto la parte inferior de mi barbilla mientras besaba mi cuello. –Te he estado tirando sobre la colchoneta durante cinco semanas hoy… sintiendo tus curvas debajo de mí. –Besó mi oreja, mordisqueó el lóbulo envió chispas a través de mi cuerpo, y mis dedos se cerraron alrededor de los suyos. –No juego juegos, Eme. Si sientes lo que te hago entonces tu tiempo se ha acabado. -Um, ¿qué significa eso? -Significa que no follo con cualquiera. Sin juegos. Tú estás conmigo, así que ahora te tomo. Mierda santa. Estaba temblando, y todo lo que podía pensar era sobre el tomándome. -De acuerdo. -No te estaba dando una opción. Demasiado tarde para eso. -Oh. Me besó en la barbilla, y luego a lo largo de mi mandíbula. -Eme, eres algo dulce, y quiero dulce. Lo he querido por un tiempo ahora. Maldita sea, besame, grité. Malo, incorrecto, o lo que sea, quería que me besara. Me empujó hacia atrás, y me entró pánico, con los ojos abiertos ante la idea que se pudiera marchar. En cambio, Sculpt me miró durante unos segundos, luego liberó mis manos y acarició el costado de mi cara hasta que sus dedos llegaron a mi línea de la mandíbula.

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-Si te beso Emily… No hay vuelta atrás. Ningún otro chico te va a besar, tocar, o tener una probada de lo que es mío. Yo no comparto. Comencé a reír pero fruncí el ceño rápidamente. No parecía que estuviera bromeando. -¿Hablas en serio? -Sí, Emily, lo hago. No comparto, y no me gusta perder… nunca. –Mi boca se abrió por la sorpresa. ¿Me estaba tomando el pelo? No, parecía serio, y estaba distrayéndome de nuevo con sus dedos trazando mi oreja y luego por el cuello y de regreso. -No soy algo para ganar, Sculpt. Él resopló. -Si lo eres, Mouse. Eres un trofeo. Lo he sabido desde hace semanas. Jadeé. Wow. Simplemente wow. Su dedo trazó una línea en mi cuello en el hueco luego por encima de mi clavícula y siguió su camino. -Esta parte de aquí. –Rodeó su dedo justo encima de la hendidura entre mis pechos. –Está caliente. Cuando estás excitada, se caliente como tus mejillas. –Se inclinó y besó el lugar, luego su lengua trazó donde su dedo había pasado. -Sculpt. –Mi respiración era áspera, y me sentí como si mi interior acababa de ser desencadenada por una mina terrestre. –Sculpt. Levantó su cabeza, y sus ojos eran magníficos, ardiendo de lujuria. -¿Sí? No esperó por una respuesta mientras el arrastró besos hacia arriba en mi garganta hasta llegar sobre mi boca, sin apenas tocar, ambos respirando con dificultad. Levanté mi cabeza para tratar de alcanzar sus labios, pero el retrocedió, y gemí de frustración.

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-¿Cuál es tu nombre completo, Emily? -Emily McAughtrie. -Emily McAughtrie. –La manera en que dijo mi nombre envió temblores por mi piel en una fiebre caliente. –Voy a besarte ahora, señorita McAughtrie. Su boca descendió sobre la mía antes de que tuviera tiempo para aspirar el aire, y era duro, posesivo y…todo lo que abarcaba. Su lengua se deslizó entre mis labios y luego se arremolinó dentro de la humedad caliente. Soltó mi otra muñeca, y mis manos lo alcanzaron tocándolo, mis dedos enrollándose en sus cabellos mientras la otra acariciaba su espalda, sintiendo los músculos flexionando bajo su camiseta. Sus manos estaban en todas partes, sosteniendo mi cabeza mientras profundizaba el beso, y luego corriendo por los lados de mi cuerpo. Cada parte de mi estaba viva en ese momento. Me estaba arruinando para todos los demás hombres. No hay otro hombre que jamás pudiera hacer sentir mi cuerpo más vivo como lo hacía Sculp. -Eme. –Besó la comisura de mis labios, luego mis ojos, luego la sien. –Esto tiene que parar. -No. –Lo empujé hacia mí, inclinando la cabeza para que sus labios pudieran tomar los míos de nuevo. Él gimió cuando nuestras bocas se encontraron, y suspiré bajo su calidez, succionando su lengua y hundiendo mis uñas en su espalda arrastrándolo. Era como si estuviera muriendo de hambre. No podía tener suficiente de él. Comparable con vivir una vida gris durante años y de repente Sculpt me había despertado, y vi arcoíris de colores. De repente rodó fuera de mí y tiró un brazo sobre su cara, su respiración era errática, su pecho estaba agitado.

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-No, Eme. Tenemos que irnos. -Oh. -¿No le gustaban mis besos? Sabía que no era tan experimentada, pero no se sentía como si él no estuviera en ello. Debió haber escuchado haber escuchado la decepción en mi voz, porque estaba de lado, tomando mi mano y mirándome. Y esos ojos… su expresión suave, y sí, la indicación de frustración, y sus cejas se juntaron. -Mouse, no voy a follarte en el piso de un granero, y si no dejo de besarte, voy a follarte. –Me mordí el labio para no sonreír, le gustaba el beso. Sculpt se puso de pie y me tendió la mano. –Te voy a llevar a casa. Y mañana, me vas a escuchar cantar. -¿Voy a hacerlo? –Su voz ya me excitaba. No podía imaginarlo cantando, lo que haría en mí. Tiró de mí para ponerme de pie, y apartó el cabello sobre mi hombro, sus dedos demorándose sobre mi cuello. -Te voy a recoger después del trabajo mañana. –Entrelazó sus dedos con los míos, y me llevó fuera del establo. Me detuve en seco. Los caballos estaban en la ladera. El sol se ponía en el horizonte, y su pelaje brillaba bajo los rayos de color naranja. Magnífico. Sculpt se movió detrás de mí, envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y jaló ajustándome contra él. -Te he visto mirándolos desde el momento en que venimos. Son algo especial para ti, ¿cierto? –sus palabras susurradas a través de mi oído me estremecieron. Dios, escucharlo cantar… iba a perderme en él. -Sí. Los amo. –Y luego le dije mi sueño, uno que sabía era solo eso: un sueño. Yo era práctica, y sabía que los caballos eran un lujo. Tendría que ganarme la lotería para hacer mi sueño realidad. –Quiero tener mi

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propia granja de caballos un día. Me gustaría tener caballos maltratados e inmanejables y enseñarles como sentirse hermosos y orgullosos de nuevo. Me acercó más a él, y su dedo metió mi cabello detrás de mi oreja. -Un trofeo, Eme. La yegua mandarina levantó la cabeza y gimió, su flanco temblando por su llamado. El castaño liso brillante comenzó a trotar por la colina, y los demás lo siguieron. He venido aquí cada vez que podía, aprendiendo como se comunicaban, observando su leguaje corporal con otros. Incluso había estado tomando clases de equitación durante los últimos dos años, y el propietario de la granja me dejaba trabajar y como pago limpiaba a los caballos. Me gustaría pasar el resto de mi vida en una granja de caballos, si pudiera, pero en su lugar iba a la universidad a estudiar contabilidad en septiembre. Mi padre solía decir, “Princesa, tienes cabeza para los números. Mi pequeño contador.” Así que esperaba conseguir mi licencia de contabilidad entonces tal vez entrar en una empresa corporativa. Matt decía que cuando me graduara podía ser contador en el bar, pero quería hacerlo por mi cuenta. Me valí de Matt lo suficiente para alejarme de mi madre. Sculpt lamió la punta del lóbulo de mi oreja, y un escalofrío de emoción recorrió mi cuerpo. -Te voy a traer aquí cada vez que quieras. ¿Estaba loca al pensar que yo le gustaba a este chico? ¿Por qué me quería cuando podría tener a cualquier chica? Ni siquiera era rubia por el amor de Dios.

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Lo seguí hasta la moto, luego me deslicé detrás de él. Su mano apretó mi muslo, y me detuve jugueteando con la correa mi casco para mirarlo. -Va en ambas direcciones, Mouse. -¿Qué? -Si te tengo, nunca voy a tocar a otra mujer.

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Capitulo 3. Al día siguiente estaba haciendo mi último expresso antes de terminar mi turno cuando escuché la campanilla de la puerta y Georgie jadeó: -Tráeme algunas bragas nuevas. –Siempre decía eso cuando un chico caliente entraba. –Bueno… mira quién es. Georgie era la dueña de la cafetería. Tenía veinticuatro años, con vetas de color rosa en el cabello, y probablemente con más tatuajes que Sculpt. También era dulce, descarada, y su actitud de no soportar la mierda de nadie tenía a muchos hombres dejando caer sus mandíbulas. Creo que trataba de impactarlos y se deleitaba viéndolos retorcerse. El único al que no podía hacer retorcerse era a Deck, un amigo de ella. Ni siquiera creo que Deck sonría. Pero Georgie no tenía problemas intentado sus habilidades con el recién llegado. -Hey delicioso. Ha pasado tiempo. ¿Qué puedo poner entre esos dulces labios? Farfullé una risa, girando la taza humeante en mi mano. Al momento de posar mis ojos en Sculpt mi respiración se detuvo. Se detuvo en el mostrador usando unos vaqueros y una camiseta con su sexy cabello de dormitorio desordenado por la ligera briza. Me atrapó mirándolo, y sus ojos se oscurecieron y envió una punzada profunda en mi vientre. Guiñó un ojo y luego encontró la mirada absorta de Georgie. Casi me desmayo al verlo guiñar; simplemente no era Sculpt. Él era estoico y severo, no juguetón. -Sólo Emily, Georgie. Los ojos de Georgie se abrieron, y entonces me miró por encima del hombro. -¿No me digas que el caramelo meritorio de un besuqueo del que has estado parloteando durante semanas es Sculpt?

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-Oh, Dios mío, -murmuré bajo mi aliento, completamente humillada. Me temblaban las manos mientras servía el shot de leche en la taza y luego me acerqué a la barra lateral para deslizar el expresso que el cliente estaba esperando. Georgie obviamente sabía quién era Sculpt, y por las palabras de Sculpt la conocía. No era realmente sorprendente; Georgie conocía a un montón de gente. Sentías mis mejillas prendidas en fuego, y cuando miré a Sculpt, él me miraba expectante. -¿Meritorio de un besuqueo? ¿Ella dijo eso, Georgie? Las cejas de Georgie se subieron revelando la sombra oscura-dorado-y-purpura de sus ojos. -Oh sí. La chica ha estado jadeando por ti durante semanas. –Luego se inclinó hacia delante, ambas manos sobre la superficie del mármol de la encimera. –Pero que seas un biscocho no quiere decir que sepas como tratar a una chica. Y te conozco Sculpt, tú no sabes cómo tratar a una chica. Trata a esta como el maldito cristal. Ella es algo especial. Si la lastimas, me lastimas a mí, y ya sabes hacia donde voy cuando estoy lastimada. Me acerqué a su lado. -Georgie, -le supliqué, escuchando cada palabra. -Emily, -replicó ella, enderezando su espalda. Sculpt parecía completamente inmutable por las palabras de Georgie, y la miraba fijamente a los ojos. -Sé que ella es algo especial. Sólo tienes que convencerla de eso. –Mis mariposas personales de agitaron y tomaron vuelo. –No muchas chicas me sorprenden. Eme lo hizo. E incluso mejor, sospecho que debajo del ratón vive un león.

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-Ha. Sip. No lo sé. –Georgie puso su brazo alrededor de mis hombros y apretó. –Rompe su corazón… Bueno, Deck no va estar feliz. Creo que sabes de lo que él es capaz. -Georgie, por favor. –Rodé los ojos, sacudí la cabeza a Scuplt. –Esta bromeado. Aunque, sabía que no lo estaba. Deck era aterrador. Sculpt pareció tomar su amenaza en serio, y asintió. -¿Dónde está? He estado tratando de contactar con él por semanas. Necesito que vea algo por mí. Ella se encogió de hombros. -Se ha ido. Ya sabes como es. -Si se pone en contacto contigo, dile que se ponga en contacto conmigo. Georgie estrechó los ojos. -¿Sí? No me gusta cómo suena eso. -Necesito una llamada, Georgie. –Su voz se había vuelto aterradoramente profunda, e incluso Georgie puso atención, asintiendo con su cabeza. He conocido a Georgie sólo por unos meses, desde que comencé a trabajar en Perk Avenue para hacer algo de dinero antes de la universidad. También sabía que Deck la vigilaba todo el tiempo. Ella lo odiaba, decía que la hacía sentir como una niña. Me había dado cuenta que el siempre escaneaba la cafetería incluso la parte de atrás como si buscara explosivos o algo. Gerogie se encogió de hombros cuando le pregunté porque lo hacía cada vez que venía. A Deck no le importaban sus quejas y lo continuaba haciendo si importar lo mucho que ella se molestara, y Georgie sabía cómo ser una perra. Deck tenía su rutina, tomaba su café negro, y no tenía nada que decir además del nombre de Georgie. Frío, expresión estoica con un tatuaje tribal corriendo por el lado de su

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cuello, Deck lucía feroz. El cabello corto y con una buena cantidad de vello facial complementaba el look. Pero sus ojos eran los que suavizaba su rostro, caían por las esquina exteriores y eran de un verde tan brillante que jamás había visto. Excepto que las últimas semanas Deck había estado “fuera de la Ciudad.” No estaba segura de lo que eso significaba, pero su ausencia era algo significante, porque Georgie acentuaba el “fuera de la ciudad.” Que Deck estuviera ausente no significaba que no chequeara a Georgie; significaba que otro tipo venía, y él era tan aterrador como Deck. Georgie siempre parecía imperturbable presencia de Deck y raramente lo miraba mientras le entregaba su usual café. Él dejaba cinco dólares sobre el mostrador cada vez, incluso aunque Georgie los rechazara. Nunca los ponía en la caja registradora, en su lugar los deslizaba en la alcancía rosa de elefante para niños que guardaba bajo el mostrador. -Mouse, vámonos. -Um, sí. –Miré a Georgie, y ella agitó su mano. -Ve con tu chico meritorio de besuqueo. Te veré mañana. –Me dio un abrazo y me susurró al oído, -Te cuidado, cariño. Él es diferente. No quiero tener que enviar a Deck tras de él… Deck puede ser un verdadero idiota. Joder el rostro de Sculpt, sería una perra pena. Sabía que Sculpt era diferente, y por eso quería tomar las cosas con calma. Él era hermético y nunca hablaba de su pasado o su familia. Pensé que tal vez solo le tomaba tiempo abrirse. Y no es como si yo hubiera compartido tampoco. Le había dicho que ya no veía a mi madre, pero no le había ofrecido una explicación y por suerte no había presionado. En ese momento, pensé que había sido extraño. La mayoría de las personas habrían preguntado porque, pero

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Sculpt nunca dijo una palabra. Tal vez porque no quería ser reciproco y hablar de su familia. Agarré mi bolso, y Sculpt tomó mi mano mientras me acercaba al final de la barra. Su dedo meñique quitó un mechón de pelo de mi frente, y por la forma en que sus ojos me miraban, juro que mis bragas se humedecieron. -¿A dónde vamos? –le pregunté mientras salíamos. Se detuvo al lado de una vieja camioneta oxidada. -Tú vas a escucharme tocar. Abrió la puerta, y crujió sobre sus goznes oxidados. Salté dentro de la vieja camioneta en los asientos viejos de vinilo azul, y mi mano tocó su pecho antes de que se alejara. -¿Eres bueno? Porque odio las voces quejicas y no soy fan de los gritos del hard rock. Me dan dolor de cabeza, de hecho. Se inclinó cerca de mí, con los ojos brillantes, y las comisuras de su boca curvadas hacia arriba. Dios, desearía que sonriera más a menudo. -Cuando yo grite Eme, te va a encantar. Y no te voy a dar ningún dolor de cabeza, te lo quitaría. Santa mierda. Un dolor profundo se movió en mi vientre y se instaló como si fuera a quedarse por un rato. Maldición, era masilla en sus manos. Por favor no me lastimes. He perdido a la única familia que he tenido en el mundo, mi madre no cuenta, y no quiero pasar por nada tan penetrante como la pérdida de mi padre de nuevo, ni siquiera de cerca. Mi padre había sido mi roca, mi madre el martillo rompiendo la roca. Papá me llamaba su princesa, mi madre la basura que arruinó su vida. Por supuesto, nunca decía eso cuando mi papá estaba alrededor. Se puso peor después de que mi padre murió de cáncer de pulmón cuando tenía diez años. Luego se convirtió en una perra a tiempo completo, y fue entonces cuando comencé a salir

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corriendo hacia Matt y Kat quienes estaban lidiando con su propio dolor en ese momento. Algunas veces, mi madre no se daba cuenta que me había marchado por unas buenas doce horas. Me extrañaba cuando necesitaba que hiciera algo, y de repente no estaba alrededor para hacerlo. La boca de Sculpt estaba tan cerca que aspire su aliento mientras inhalaba, hizo que mi cuerpo cobrara vida. No podía imaginar que iba a pasar cuando lo escuchara cantar. Todos mis pensamientos se desvanecieron mientras sus manos llegaron a cada lado de mi cara y me sostuvieron, no es que fuera a ir a ningún lado con el ahí mirándome como si yo fuera la única mujer en el mundo. -Dame tu boca, Eme. Incluso si hubiera podido encontrar palabras, él las robó cuando sus labios estuvieron sobre los míos. Su beso fue lento y duro, pero dulce y persistente. Nuestras bocas se movían juntas en armonía, y el dolor palpitante entre mis piernas se intensificó. Lo quería a él. Lo necesitaba. Él gimió mientras se alejaba, y mi cuerpo fui con él hasta que me di cuenta de lo que estaba haciendo y me senté en mi asiento, respirando duro, sintiendo como mi sed no había sido satisfecha. Y me dio un susto de muerte. Tenía el presentimiento que estar sedienta sería la peor de las torturas que cualquiera podría experimentar. -Yo… Sculpt eres… -¿Cuál era la palabra? –Abrumador y… -Calla, Eme. –Me dio un beso rápido en los labios antes de que pudiera protestar. –El cinturón de seguridad. –Cerró la puerta, me recosté en el asiento y suspiré. Mientas lo miraba caminar frente a la camioneta me di cuenta que había muchas razones por las que me sentía atraída a él. No había mentiras en él.

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Era real, y aunque incluso me sacara de balance, era refrescante. Lo que más respetaba era como era de determinado y enfocado. Me dijo que su sueño era lograrlo con su banda, Torn. Luchaba con el fin de hacer que eso sucediera, y aunque lo odiaba, haría todo lo que pudiera para hacer su sueño realidad. No hay nada a medias con Sculpt. Lo que encontraba adorable era su adicción al helado de vainilla, y cuando lo comía…era como si todo su cuerpo se sometiera a ello. Su sonrisa juguetona, cuando raras veces me dejaba verla, dejaba mis rodillas temblando, y cuando me miraba… cuando realmente me miraba… sus ojos se iluminaban como luciérnagas. Me hacía sentir especial, y no había tenido eso desde que mi padre falleció. Sculpt nos llevó al parque, y me senté contra un largo tronco de roble mientras el descansaba a mi lado con su guitarra en su regazo. Ni siquiera había tocado o cantado una nota, sentía como mis entrañas se derretían bajo una tormenta de fuego. Tenía la cabeza inclinada hacia la derecha mientras recogía las cuerdas una por una. Estaba fascinada, y cada segundo que esperaba para que cantara era una perpetua agonía. Este chico me tenía secuestrada y colgando en él sin siquiera tratarlo, y eso me aterraba. Me miró, con sus manos tranquilas en su guitarra. Estaba frunciendo el ceño, y por alguna razón era caliente. Super caliente. Quería besarlo tanto que dolía y eso precisamente era lo que me aterraba. Me miró. -Tienes esa mirada. Como cuando me pediste que te enseñara como pelear… asustada como un maldito ratón. ¿Qué pasa? Su esencia resbaló hacia mí mientras acercaba su mano y acariciaba mi cara. Miré hacia abajo a mis dedos jugando con el dobladillo de mi camisa.

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-Lo que pasa entre nosotros… no sé lo que es. Me… asusta. –Sculpt con sus grandes planes. ¿Me metería en su camino? Yo ya no sería una molestia para nadie. Quería hacerlo por mi cuenta, y de alguna manera Sculpt me había dado más confianza en buscar mi independencia enseñándome a pelear. Él frunció el ceño, y traté hacerme hacia atrás, pero su mano ahuecó la parte de atrás de mi cuello y me detuvo. –Sculpt, no necesito saber tu nombre real. Es solo que… -Alto. Cerré mi boca, porque divagaba cuando estaba nerviosa, y Sculpt sabía eso. -Mi pasado no es importante. No hay nada que hablar sobre eso. Te quiero. Eso es todo, Eme. Eso es lo importante. Solo mi padre me había querido alguna vez, y tener a Sculpt diciendo que me quería… hacia iluminar mi interior. Realmente no sabía cómo responder, así que no lo hice, y tampoco él. No era incómodo; nunca lo era entre nosotros. El silencio con él era un regalo, y creo que ambos sabíamos eso. Cuando Sculpt comenzó a cantar, su voz me noqueó completamente, me cautivó desde el segundo que comenzó a cantar. Era profunda. Era grave y cruda. Era sexy como el infierno. Cerró los ojos mientras se dejaba llevar por la música, su suave cabello de dormitorio caía sobre su frente mientras se perdía en las palabras. Dios, era impresionante. Era hermoso. Y me cautivó con su voz. Era como si el viento me llevara con sus palabras, y flotara en un reino cautivo de magnificencia. Si podía hacer esto a mí, sólo podía imaginar lo que pasaba cuando subía al escenario con su banda. De detuvo, y mi mente seguía reproduciendo el sonido una y otra vez. Estaba perdida dentro de su voz, la hermosa manera en que sus dedos rozaron las cuerdas de la guitarra con facilidad. Eran tan naturales y tan crudos.

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Su mano estaba plana sobre la guitarra, y sus ojos estaban puestos en mí. Lamí mis labios y me acerque a él hasta estar a un respiro de distancia de su boca. Ambos respirábamos pesadamente mientras nos mirábamos. Sentía como si lo estuviera succionando en mis pulmones, saboreándolo en mi lengua. -Tú eres la razón para que la música exista. –susurré. Presioné mis labios contra los suyos y lo escuché gemir entre ellos. Me hizo vibrar, y las mariposas en mi estómago bailaban borrachas. No podía acercarme lo suficiente con la guitarra entre nosotros, pero en ese momento no importaba, siempre y cuando Sculpt me besara. Su boca me arrastró en él como su voz, llevándome a un lugar sin retorno. Estaba perdida en él, incluso pensé que no podía detenerlo. Sabía lo que esto era. Si él me lastimaba, sería cristal destrozado. Podía hacerme eso, y sin embargo, no me importaba. Él valía la pena el riesgo. -Mouse, -gimió él empujándome. -¿Estás mojada? ¿Está palpitando tu coño? Sentí calentar mis mejillas, y bajé mi mirada de la suya. Él sabía exactamente lo que me estaba pasando, y aún así era vergonzoso escucharlo en voz alta. -Dios, te ves tan sexy como el infierno de tímida y dulce. Ahora responde la pregunta. Asentí con la cabeza. Él gimió y luego me besó de nuevo, pero esta vez fue rápido y suave. -¿Alguna vez has tenido sexo antes, bebé? Negué con la cabeza, bajando la mirada. ¿Por qué eso se sentía vergonzoso? Probablemente porque él había tenido sexo numerosas veces con chicas que sabían lo que estaba haciendo. -Me gusta eso, Mouse. Me gusta mucho. Significa que serás solo mía.

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Sculpt terminó tocando tres canciones más, mientras yo estaba sentada a horcadas sobre sus piernas y lo miraba. No estaba nervioso porque lo mirara de cerca; en cambio, parecía florecer por ello. Me preguntaba si esto era lo que sentía en el escenario. ¿Amaba las fans? ¿El grito de las chicas? No tenía ni idea que tan popular era, pero el bar de Matt era bien conocido en Toronto, y sospechaba que Torn lo hacía bastante bien. Cuando el sol empezó a hundirse detrás de los edificios de la ciudad, Sculp apartó su guitarra. -Así que, ¿conoces a Deck? Quería saber más sobre Sculpt, y puesto que nunca hablaba de su familia, me imaginaba que podía tener una visión de su pasado a través de sus amigos. Sus manos se tuvieron el pestillo de la caja y me miró. -Sí. -¿Y Georgie? -Sí Tenía la impresión que expandir el tema iba a ser como tirar de un caballo en arenas movedizas. -¿Por qué necesitas ponerte en contacto con Deck? Georgie dijo que Deck tenía una empresa dedicada a rastrear a no tan sabrosos hombres. No estaba tan segura de lo que él hacía cuando los atrapaba, y Georgie tenía los labios sellados sobre ello. -No es algo de lo que estoy hablando, Emily. -Pero Deck es… -No. –Tomó mi barbilla, y sus ojos profundos en mí. –No voy a hablar de ello. Se veía muy serio, supe que había tenido suficiente por ahora y empujaba cuando sus ojos eran oscuros como esos, el se había cerrado, y odiaba cuando hacia eso. Me sentía bloqueada.

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-¿Cuándo te marchas? ¿Para ir de gira? Sabía que estaba ahorrando dinero de las luchas para pagar por la banda para salir de gira, pero no estaba segura dentro de cuánto tiempo tendría que irse. Realmente no habíamos hablado de ello más allá de él diciéndome que eventualmente se marcharía. Pero “eventualmente” podría significar cualquier cosa y yo quería una línea de tiempo. Tenía que estar preparada para el dolor que venía con ello. -Pronto. Oh Dios, no estaba dispuesta a perderlo, cuando acabo de encontrarlo. -Pronto ¿Cuándo? -No estoy seguro. Depende de cuantas peleas consiga. -Pero, ¿tienes una idea? Asintió. -Un par de meses, tal vez más pronto. -Oh. –Puso sus manos en mis caderas, y tiró de mí acercándome. Traté de actuar indiferente mientras dije: -Bueno, eso está bien entonces. -Mouse. -No, en serio. Es grandioso. Debes estar ahí. Tú voz es… es realmente impresionante, Sculpt. Serás un gran éxito algún día. -Mouse. –Sus manos me apretaron. Apenas me di cuenta de su ceño fruncido mientras mi mente giraba con incertidumbre. ¿Qué estaba haciendo? Sculpt era un luchador. Y a punto de ser una estrella de rock. Y yo era simplemente la plana Emily con un sueño que no podía alcanzar. Ni siquiera debería estar pensado en más que hoy con Sculpt, pero no podía evitarlo. Estaba pensando en lo que pasaría en dos meses. ¿Simplemente se marcharía y ese sería el final? -Emily.

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Me sacudí, y sus manos estaban ahora en mi cabeza, y me estaba mirando. -Tienes que meter en tu cabeza, que tú eres algo especial. No sé cómo es que tienes esta mierda en tu cabeza que eres una don nadie, pero estoy tentado a contratar un avión con una pancarta diciendo lo especial que eres. -¡Sculpt! Eso es ridículo. -Que pienses que no eres especial es ridículo. –Sculpt pasó su dedo pulgar por mi labio inferior luego se inclinó y besó el mismo lugar. –Soy un luchador, Mouse. Y sé lo que quiero en la vida, y no tengo miedo de tomarlo. Te quiero. No me voy a alejar de ti. Cuando me vaya de gira y tú estés aquí, entonces seguirás siendo mía y nadie te toca. ¿De acuerdo? Asentí, porque realmente cuando su voz era toda baja y aterradora, no iba a discutir. Además, sólo quería ser suya. -Estos labios son míos. –Se inclinó y me besó, duro. Tan duro que me robó el aliento e hizo mi cuerpo temblar. -¿Me prometes una cosa? –Le pregunté cuando pude recuperar el aliento. -No necesitas promesas de mi parte, Mouse. Mi palabra siempre es buena. -Sí te marchas, no te vayas simplemente… lo que quiero decir es ¿vendrías a decirme? Para, ya sabes, ¿decir adiós? -Eme. –Agarró toscamente mí barbilla y me hizo mirarlo. -Te estás ganando el avión con la pancarta. Resoplé. -Si un hombre alguna vez te ha tratado así, lo mataría. Entonces te diría lo que pienso por salir con un pedazo de mierda. –Sus dedos apretaron mi barbilla. –No te voy a dejar ir. ¿De acuerdo? Asentí. -Bien.

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Cuando Sculpt me dejó en casa, no esperaba que Matt y Katt me estuvieran esperando. Y supe tan pronto en cuanto entré en la sala y vi la mandíbula tensa de Matt, su boca fruncida, y su cabello desordenado que estaba molesto. Kat estaba sentada en el sofá, su corto cabello rubio balanceándose hacia delante cubriendo sus brillantes ojos azules como el mar, mientras me observaba. Ella era una belleza clásica, piel suave y perfecta, cejas finas, y rasgos afilados. Pero su aspecto clásico era opuesto a su personalidad. Kat era espontanea, imprudente, y había tenido numerosos hombres en los últimos dos años, ninguno de los cuales se quedaron más de un par de semanas. Kat articuló. -En la parrilla. Mierda. -Estás trabajando hasta tarde. Otra vez. –Mierda. No le había contado sobre Sculpt todavía. Matt tenía los brazos cruzados, y sus piernas tensas. -¿Me vas a explicar por qué Sculpt habló conmigo sobre ti? Me senté incómodamente al borde del sofá, y miré a Kat a mi lado, quien arqueó una sonrisa, y rodó los ojos a su protector hermano. -Bueno… estamos en una especie de… -Dime que no estás follando con él. -Jesús Matt, -dijo Katt y alargo su manos para estrechar la mía. –No es de tú incumbencia con quien está Emily. -Cómo el infierno que no. Sculpt son malas noticias, y no te quiero cerca él. Kat dio una palmada en el sofá de cuero haciendo un sonido de chasquido fuerte. -Bah. No seas absurdo Matt. Tu mismo dijiste hace unas semanas que Sculpt era un buen tipo.

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-Sí, para aparecer en sus conciertos, pagando sus malditas bebidas, y trayéndome negocios con su banda. Cristo, el tipo incluso mantiene a sus compañeros de banda en línea, pero estoy seguro como el infierno que no dije que fuera un buen tipo para la mejor amiga de mi hermana. –Matt pasó su mano por el pelo, tomó una respiración entrecortada, y se agachó frente a mí. -Emily. –Suspiró. –Se que después de que tu padre… -Tomó mis manos, y sus pulgares frotaron hacia atrás y adelante. –Sé lo que es perder a un padre, y a veces cuando se extrañan terminas buscando un tipo de reemplazo. Alguien para aliviar ese lazo perdido. Sculpt no es ese tipo. ¿Te ha dicho algo sobre su pasado? Negué con la cabeza. -Eso es porque ni una sola persona sabe algo de él. Él es cerrado, y eso significa que él es peligroso. -Él es amigo de Georgie, y conoce a Deck y… -Y ha estado tocando en el bar por meses, y nadie sabe su nombre real. Ni siquiera sus compañeros de banda. No me gusta Emily. Desde la escuela primaria, cuando Kat y yo comenzamos a pasar tiempo juntas, Matt había estado allí para nosotros. Me colaba por la ventana de Kat en numerosas ocasiones después de huir de mi madre cuando ella trajo a su nuevo novio a casa. Matt nunca me echó, nunca me dijo que volviera a casa, ni tampoco llamó a mi madre. En cambio, me compró un teléfono celular, con su número programado en el, y me dijo que si alguna vez necesitaba salir de casa que lo llamara, y que él iba a buscarme. Lo amaba a él y Kat; ellos eran mi familia, pero yo vi algo en Sculpt que Matt no podía. Vi la verdad en sus palabras. El significado de su toque y la dulzura en sus besos. Había algo más en él de lo que él permitía que los demás vieran. Una vulnerabilidad debajo de su confianza.

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-Matt, -dijo Emily. –Entiendo por qué estás preocupado, pero… -Oh, estoy más que preocupado, Emily. –Se puso de pie y caminó hacia la cocina, donde abrió la nevera, cogió una cerveza, y abrió la tapa. –Tú no estás saliendo con él. Me puse de pie con las manos en mis caderas. -Matt. -No. Vives bajo mi techo, sigues mis reglas. Katt jadeó poniéndose de pie a mi lado. -Matt. No. La ira palpitaba, y me acerqué a él, pero me detuve fuera de su alcance, con miedo de estar lo suficientemente cerca como para abofetearlo. -Yo pago renta. Tú no tienes nada que decir sobre con quién salgo yo. Y estoy saliendo con Sculpt. Matt estrelló su cerveza en el mostrador, la espuma salió de ambos lados. Tenía la cara roja como tomate mientras me miraba. –No, no lo estás. Jesús, Emily, Es un maldito luchador ilegal. Ya arrastré a Kat fuera de esa mierda clandestina y tú… te fuiste en su jodida moto.–Oh. Supongo que nos vio ir. No lo había mencionado, y yo ciertamente no iba a preguntar.–Sí, te vi. Hablé con Kite quien me dijo que tú no querías estar allí y que sólo necesitabas un viaje a casa. Sculpt te lo proporcionó.–Gracias, Kite. –Lo deje pasar, porque te trajo directo a casa, y no estabas herida. -Dios, Matt ya no somos unas niñas. –Kat se acercó a él y le puso la mano en su brazo. Su mirada se volvió hacia ella, y sus cejas se levantaron. -¿Quieres ir allí, Kat? ¿Las remolachas no son suficiente?-Ella arrugó su nariz y le hizo un gesto tan pronto como él se volvió hacia mí. –Termínalo,

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Emily. Ahora. –Tomó su cerveza y salió de la cocina. Pude oír sus pies golpeando las escaleras hasta su cuarto. Salté cuando la puerta se estrelló. Kat puso sus brazos alrededor de mí, y me escabullí en su abrazo. -No te preocupes. Sólo está sorprendido, eso es todo. Dale tiempo. Nunca te ha visto en citas antes, y Sculpt es… bien Matt sólo está preocupado. Dale unos días, él se va a tranquilizar. No lo creo, y suponía que Kat sólo estaba tratando de hacerme sentir mejor. Desde que me fui a vivir con ellos en décimo octavo cumpleaños hace dos años, está había sido la primera pelea que Matt y yo teníamos, y realmente no me gustaba hacerlo enojar. Matt era muy protector. Es por eso que kat y yo nunca le habíamos hablado sobre mi ataque hace un par de meses. Bueno, Kat había querido, pero yo insistí en lo contrario. Sabía lo responsable que sentía hacia las dos, y solo lo hubiera lastimado saber que no me había protegido. A pesar de no tenía la culpa, en absoluto. Matt era el tipo de persona que toma toda la responsabilidad sobre sus hombros. Supongo que eso pasa cuando eres tan joven y necesitas crecer de repente y convertirte en un padre para tu hermana de diez años. Kat fue a la nevera, sacó dos cervezas, y abrió las tapas. -Así que, ¿Vas a decirme lo que pasa entre tu el señor follable? –Kat me pasó una, y chocamos el cuello de las botellas, haciéndolos sonar. –Porque lo último que oí, él te estaba tirando de espaldas en un viejo granero. Tomé un trago de cerveza y sonreí. Entonces le conté.

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Capitulo 4.- Me enamoraba más y más cada día que pasábamos juntos. Más de lo que yo quería o tal vez de lo que debería, pero Sculpt era protector y dulce a su manera. Y arrogante y demandante. A él le gustaba llamarlo seguro de sí mismo y desafiante. Descubrí que la pasión de Sculpt se estira más allá del helado de vainilla a las motocicletas. No había una vez que pasáramos por una heladería y no nos detuviéramos por una cucharada, y cuando veía una motocicleta estacionada y le gustaba su aspecto, nos deteníamos y él la admiraba. Era lindo. Me gustaba, mucho. Me recogía cada mañana para llevarme a la cafetería. Discutí eso con TTC (tratando de convencer) y yo éramos viejos amigos, y que no era gran problema usar el transporte público si ya era demasiado tarde en la noche para caminar. Él dijo que no. Por supuesto que dije, “No seas tonto,” y él levantó sus cejas y me dio esa mirada de no discutas conmigo. Lo miré. Entonces me besó y ha venido a recogerme desde entonces. Estaba preocupada por Matt viendo a Sculpt empujando su moto en nuestro lugar. La mayoría del tiempo Matt estaba en su bar cuando Sculpt me dejaba por la noche, pero por la mañana estaba en casa, y la moto de Sculpt no era el más silencioso de los vehículos. Nunca mencioné la discusión con Matt y yo tuvimos a Sculpt, con la esperanza de que Matt se hiciera a la idea. No lo había hecho aún. Fuimos a cenar en el Brazen Head en King Liberty Village. Era un lindo restaurante, y sabía que Sculpt estaba ahorrando su dinero, pero quería celebrar la nueva canción que había escrito, ya que se inspiró en mí.

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Trate de persuadirlo para que me llevara a su casa y poder cocinarle la cena, pero me dijo que su lugar estaba fuera de los límites. Eso me inquietó un poco, considerando que aún tenía que conocer su banda, ver donde vivía, y él todavía no hablaba sobre su pasado. Por supuesto, que sabía sobre su banda, y él hablaba sobre ellos. Internet se convirtió en mi mejor amigo cuando conocí a Sculpt, y había tratado de averiguar todo lo que pude sobre él, lo cual incluía Torn. Busqué a través de fotos y propagandas sobre ellos. Ream era el guitarrista principal, Crisis guitarra, y Kite batería. También había leído que Crisis era un idiota, “ofensivo” según una nota publicitaria en un periódico local. Cuando se lo mencioné a Sculpt, gruñó y dijo que Crisis tenía colgado ese artículo en su dormitorio. Sculpt comió la Jambalaya y tenía helado de postre. Me retorcí en mi silla mientras él se lamía los restos de helado de vainilla de sus labios, y me dio esa “mirada” cuando terminó, ojos intensos, boca suave, recostándose en su silla, relajado y casual. Me sentía desnuda, y él estaba corriendo su lengua lentamente centímetro a centímetro a través de mi piel. Estaba tan excitada para cuando la cuenta llegó que me tropecé mientras empujaba mi asiento y lo tiré hacia atrás. Sculpt se rió entre dientes mientras alcanzaba mi silla, lo que prendió más fuego porque raramente lo escuchaba reír, y era gutural y profundo y aceleró mi pulso. Deslizó su brazo alrededor de mi cintura, se inclinó y me susurró al oído lo mucho que quería deslizar su dedo entre mis piernas y sentir lo mojada que estaba… mi respiración se detuvo, y juro que mi cuerpo quemaba, y tuve un mini orgasmo en ese momento. Luego susurró: -Pronto, me estoy hundiendo en esa humedad, Eme. Pero no todavía. -¿Cuándo?

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Las comisuras de sus labios temblaron. Él sabía exactamente lo me estaba haciendo. -Cuando sea tu primera vez, voy a hacer que grites mi nombre. Cuando sepa que te tengo por completo. ¿No lo sabía? Él ya me tenía completamente. No estaba lista para decirle eso. Tal vez, ¿era eso lo que estaba esperando? Para el momento en que salimos a la calle, mi pecho subía y bajaba y mi sangre corría por mis venas como la miel caliente. Hicimos dos zancadas hacia su moto antes de que enganchara mi mano, y me empujara duro contra la pared de ladrillo y me devoró. Una oleada de urgencia rasgó a través de mí. Fue un alivio instantáneo y liberación mientras su boca se condujo a la mía. Sus manos agarraron mis muñecas y las presionaron contra pared por encima de mi cabeza. Atrapada por su dureza caliente en un lado y los ásperos e irregulares ladrillos en el otro, me sometí a él completamente. Era placentero y doloroso en cada parte de mi piel, y no podía tener suficiente. El gimió, y la vibración me hizo temblar bajo su beso y se hundió directamente a mis huesos. No dijimos nada cuando nos separamos, pero cuando nuestros ojos se encontraron vi posesión, su necesidad, y sabía que yo tenía el mismo aspecto. Estábamos en un lugar que ninguno de los dos había estado antes, y fue una pérdida total de control. De regreso en mi casa, desee que nos hubiéramos quedado más tiempo en el restaurante…Bueno, fuera del restaurante. Me quité mi casco, Sculpt había comprado uno para mí, y lo até al asiento trasero con el cable de acero. Cuando lo miré seguía sentado en la motocicleta, su cabeza estaba inclinada y un mechón de pelo caía sobre sus ojos. Las mariposas permanentes de mi estómago

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se transportaron y revolotearon. Suspiré, y me incliné en él, mis manos apretadas en su muslo. -¿Me vas a decir tu verdadero nombre? Quiero decir Sculpt no puede ser como tus padres te llamaron. –Quería saber quién era realmente Sculpt, él era cauteloso sobre su infancia, su pasado. La única cosa que sabía era que Kite era el mejor amigo de Sculpt, y que consideraba la banda su familia. -No uso mi verdadero nombre, Eme. No lo he hecho desde los dieciséis. -¿Por qué? ¿Es algo que no se ajusta a un luchador estrella de rock, como Elmer o Herbert? –Me reí tratando de imaginar a las fans gritando el nombre de Elmer en una de sus peleas. Él se encogió de hombros. -Nadie, excepto Kite lo sabe. Y se queda de esa manera. –Su tono era cortante, y supe que había tocado un punto sensible. Me desinfle. Era decepcionante que guardara una parte de sí mismo cerrado para mí. Dolía, y mi confianza recibió el golpe. Tal vez Matt tenía razón. La dureza se escabulló de su rostro, y su brazo se deslizó alrededor de mi cintura. -¿Es necesario ese avión volando por tu ventana? Sonreí. -Mi pasado es verdadera mente mierda, Eme, y no te voy a contaminar con el. –Su teléfono sonó, y su brazo cayó lejos de mí, mientras lo sacaba del bolsillo de la chaqueta de cuero y luego leyó el mensaje de texto. –Pelea esta noche, Mouse. Escribió algo, luego lo deslizó en el bolsillo, puso su mano alrededor de mi cuello, atrayéndome por un beso. Todos los pensamientos sobre averiguar su nombre se desvanecieron mientras su boca vagó sobre la mía en un lujoso lento despertar. Era muy diferente al

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salvaje y fuera de control del beso anterior, pero era tan caliente y dulce, que me fundí en él. Podría tenerme de cualquier manera que él quisiera. Suspiré en decepción cuando él se apartó. -Quiero ir contigo. –No me gustaban especialmente las peleas, pero era mejor odiar verlo luchar que quedarme en casa preguntándome y no saber que está bien. -No. –Encendió la moto, acelerando el motor. Puse mis manos en mis caderas y levanté mis cejas. -¿No? -Sí, Eme. No. No te quiero alrededor de esa gente. -Por lo tanto, ¿no tengo nada que decir sobre esto? -No. –Él suspiró, bajó la cabeza y me miró. –Eme, no quiero que lastimen. -¿Lastimen? Tú eres el que va a pelear. Y quiero estar ahí. Quiero asegurarme de que estás bien. Me mata estar en casa preguntándome si estás herido. Por favor, Sculpt. Apagó su moto me miró fijamente durante unos segundos, con el rostro inexpresivo. Entonces agarró mi mano y levantó mi pierna izquierda sobre el asiento de la moto así que estaba frente a él. Su mano se dirigió a mi cabello y dio un tirón hacia atrás. Jadee de dolor que instantáneamente se convirtió en placer. Luego, su boca descendió sobre la mía. Fue posesivo y crudo, casi doloroso, pero me robó el aliento, me mantuvo cautiva y encadenada a él. Él gimió, apretó la mano en mi cabello mientras mordisqueaba mi labio inferior, besándome de nuevo. Mis muslos estaban por encima de los suyos, mi pelvis cavando en su entrepierna que estaba dura y presionando contra mí. Bragas húmedas montaban es mi entrepierna, y mis miembros temblaban como solo Sculpt podía hacerlo con un solo beso. Ya no había vuelta atrás. Esto

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era todo. Esto era él, incluso si nunca me ha dicho nada sobre su infancia, yo le pertenecía. -¿Qué diablos? –La voz de Matt gritó mientras la puerta la casa se estrelló fuerte, probablemente sacudiéndola. Él se dirigió hacia nosotros, y yo rápidamente salté fuera de la moto. -Sculpt, vete. –Me ignoró y bajó de la moto y puso su mano en la parte baja de mi espalda. -¿Qué estás haciendo? Él va a matarte. Las cejas de Sculpt se levantaron. -Eme, ¿en serio? Bien, eso fue estúpido, pero Matt era un hombre grande, y realmente no quería ver a dos hombres que adoraba luchando entre sí. Traté de ponerme frente a Sculpt pero me interceptó, pero tomó mi mano y me puso detrás de él. -Sculpt, -objeté. -Mouse. -Emily, entra en la casa. –Matt se detuvo abruptamente frente a Sculpt, sus zapatos hicieron un ruido de patina en el pavimento. –Te dije que te mantuvieras lejos de ella. Te lo advertí. Matt lanzó un puñetazo, y en lugar de defenderse Sculpt me empujó fuera del camino justo antes que el puño de Matt conectara con su mejilla. Oí el sonido de huesos estrellarse contra huesos. -¡No! Matt, no. Por favor. –Grité justo cuando Sculpt se levantó y golpeó a Matt en respuesta, pero su golpe fue mucho más duro y Matt aterrizó en su trasero. –Matt. –Corrí y caí sobre mis rodillas junto a él. Matt se frotó la mandíbula y la probó. -Lindo golpe, idiota. –Se puso de pie, y luego me ayudó a levantarme. –Y ahora estás fuera de un concierto. -¿Qué? Matt, tú lo golpeaste primero. –Empujé su brazo.

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Sculpt se encogió de hombros. -Tú pierdes, amigo. El club solo lo logra por Torn. Quieres debatirte con bandas de porquería entonces ve por ello. –Sculpt dio un paso hacia delante y se puso justo en la cara de Matt. –No voy a renunciar a ella. Jamás. Mi respiración se detuvo, y Matt debió haberlo escuchado, porque él me miró. -Mierda. –Se pasó la mano por el pelo murmurando unas palabras en voz baja. -Matt. –Sculpt me miró y luego de nuevo a Matt. –Quiero que venga a la gira con la banda. Mi boca se abrió. Nunca habíamos hablado de mí con él de gira. -Jesús, -Matt murmuró entonces comenzó a caminar de un lado al otro. –Emily es como mi hermana pequeña. Y Tú, Sculpt… eres peligroso. ¿Sabes por qué? Debido a que ni una sola persona sabe quién eres. Eso es lo que no me gusta, y es por eso que Emily no se va a ninguna parte contigo. Sculpt fue directamente a la cara de Matt, con su voz controlada. –Esa es su decisión para tomar, no la tuya. –Sculpt no esperó por una respuesta mientras volvía a su moto. Echó la pierna sobre el asiento, luego me miró. –Eme. –Soltó el embrague luego pulsó el encendido. Miré de la moto de Sculpt retirándose a Matt y viceversa. Oh Dios. Él dijo que podía ir con él. Me estaba dando una elección. Pero no pude. Amaba a Matt; él había estado allí para mí mientras crecía, pero Sculpt… ¿Era Sculpt mi camino por delante? ¿Iba realmente tener que escoger entre ellos? -Joder, Emily, -Suspiró Matt. –Vas a salir lastimada. Miré al suelo, porque sabía que esa era una gran posibilidad, y no quería que viera la verdad en mis ojos. Ir con Sculpt… no era una opción. Lo sabía. Tenía que hacerlo por mi cuenta e ir con Sculpt sólo llevaría a que sea una carga para él. Una persona a la que tendría que cuidar y arruinaría sus

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posibilidades de alcanzar el estrellato. Mierda, mi madre había dicho, que no pudo convertirse en arquitecto porque quedó embarazada de mí… Matt puso su brazo alrededor de mí y me dio un abrazo. Apoyé mi mejilla contra su pecho oyendo el ritmo constante de su corazón. -No me gusta, Eme. Pregunté por ahí, e incluso a sus compañeros de banda saben casi nada sobre su pasado. ¿Te ha dicho incluso que él y su madre se mudaron aquí cuando él tenía dieciséis años? ¿Sabes donde vivía antes? ¿Te ha dicho algo? Negué con la cabeza. La dureza de repente pasó de él, y vi la vulnerabilidad en su rostro. Sus labios perforados se suavizaron y se curvaron hacia abajo, mientras sus hombros se hundieron como si sus músculos habían liberado finalmente toda la tensión. Suspiró mientras se pellizcó el puente de su nariz. -Vas a verlo de todos modos, ¿no es así? –Preguntó Matt, su voz era mucho más suave, y resignado. -Sí. –El nudo en mi estómago creció con más fuerza. No me gustaba lastimar a Matt, pero necesitaba a Sculpt, lo quería. A pesar de que entendía el por qué Matt no quería que tuviera nada con él. Matt asintió. -No vayas a sus peleas. Esa mierda son malas noticias, no quiero que seas parte de eso. -Quiero ver a su banda tocar. –Una vez. Era todo lo que necesitaba antes de que se marchara. Un recuerdo de él en el escenario, cantándome con su sexy grave voz. Algo a qué aferrarme. El nudo en mi estómago se intensificó. Matt pasó su mano en la parte superior de su cabeza, hacia atrás y adelante, luego gimió.

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-No puedo creer que esté diciendo esto… Debería disparar a su trasero por salir descaradamente contigo después de que le dije que no lo hiciera. –Matt me conocía; cuando mi mente tomaba una decisión yo era terca. –Bien. Ven al bar, pero Emily por favor, ¿piensa en lo que te he dicho? Tal vez si él te dice algo sobre sí mismo… Asentí, luego me puse de puntillas y besé su mejilla. -Te quiero, Matt. Me senté con mi teléfono en mi regazo y vi The Walking Dead mientras mis nervios disparaban en todas direcciones a la espera de un texto de Sculpt después de su lucha. Ni siquiera la sangre y las tripas de mi programa favorito podían detener mi mente de pensar sobre el hombre quien estaba robando mi corazón… no, él ya había robado mi corazón. Estaba en sus manos; la pregunta era ¿qué iba a hacer con él?

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Capitulo 5.- Sculpt estaba tenso, lo había estado desde la pelea hace tres días. Había ganado, así que no era un golpe a su ego, porque sabía muy bien que Sculpt tomaría un golpe si perdía una pelea. Él era bastante casual cuando hablaba de sus peleas, hasta ahora. Pensé que estaba leyendo demasiado en él, pero cuando él pasó por la heladería sin detenerse de camino a la granja de caballos, sabía que sea lo que fuera que lo estaba molestando era grande. ¿Estaba pensando en mí yendo con él a la gira? ¿Se estaba arrepintiendo de pedírmelo? ¿Habrá sido una decisión por impulso para poner a Matt en su lugar? No, Sculpt no era el tipo de hacer algo porque alguien más lo presione. Nos llevó a nuestro lugar favorito, aparcó su camioneta en el lado de la carretera, y agarró su guitarra de la parte posterior. Dio la vuelta a la camioneta, me tomo la mano, y nos deslizamos a través de la valla. -¿Sin helado? Siguió caminando, labios juntos, rostro apretado. -No. Me aparté. -¿Ocurre algo? Has estado… no sé…fuera desde la pelea. ¿Es por Matt? ¿Has cambiado de parecer sobre nosotros? Sculpt dejó la caja de la guitarra en el suelo luego dobló las rodillas por lo que se puso a mi nivel. Ahuecó mi cara, y sus ojos se suavizaron mientras acariciaba mis mejillas con sus pulgares. Su atención hizo que mis entrañas se convirtieran en puré. Me hundía más y más en él cuando el lucía todo dulce y preocupado. -Eme, no estoy cambiando de parecer. Nunca. Esto no tiene nada que ver contigo, ¿De acuerdo? Es solo una mierda de mi pasado.

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¿Su pasado? Abrí la boca para preguntarle pero él me besó, y cualquier inseguridad sobre lo que lo estuviera molestando se fue volando con las ráfagas de viento y los dientes de león. -No quiero preocuparte. – Su dedo trazó mi labio inferior, y yo asentí. –Vamos. Tengo que terminar de escribir una canción antes de que me veas tocar. No quedamos en la colina, yo fui a pasar tiempo con los caballos mientras el jugueteaba con la guitarra. Cuando regresé, me acosté en la grama a su lado mientras él tocaba. Cuando desperté estaba oscuro, y estaba acurrucada en los brazos de Sculpt, sentada entre sus piernas, su magro, duro cuerpo me cubría. Sus dedos acariciaban la parte externa de mi muslo, mientras que la otra mano se apoyaba en mi abdomen, un dedo hacía círculos en mi ombligo. Me volví para mirarlo por encima de mi hombro. Estaba mirando el campo iluminado con la luz de la luna, observando a los caballos en la distancia. -Eme. –Se inclinó hacia mí, y beso un lado de mi cuello. -Lo siento, no era mi intención quedarme dormida. Debió haber sido por tu sexy y ronca voz. –Me acurruqué y sus brazos me estrecharon. -¿Terminaste la canción? –Su guitarra descansaba en su estuche junto a nosotros. -Sí, Mouse. Es buena. Me senté, excitada por él. Él me había dicho la semana pasada que no había escrito nada en un año. Todavía tenía que ver su banda tocar, y estaba emocionada por escucharlos, pero nerviosa también. Digo, Sculpt era un metro noventa y todo músculos. Y tenía tinta corriendo por su brazo izquierdo hasta el codo, lo que lo hacía caliente y aterrador, impresionantemente caliente. Agrégale el hecho que está en una banda y tenía algunas peleas

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clandestinas…Bueno, las chicas sin duda estaban sobre él, y yo no estaba lista para enfrentar la realidad de lo que implicaba salir con Sculpt. Extendí la mano y pasé mi dedo por línea de su barbilla. -¿Puedo escucharla? Él negó con la cabeza, y a pesar de su falta de sonrisa, ya que raramente sonreía, vi el destello de diversión en sus ojos. -No, Eme. La escucharás con la banda en el escenario, y conmigo cantándotela. –La diversión dejó sus ojos, y lo sentí ponerse rígido. -¿Has pensado sobre lo que te pedí, Emily? Sabía exactamente a qué se refería. Había tenido una guerra perpetua en mi cabeza durante los últimos tres días. No estaba lista para tener mi corazón atacado con púas de erizo cuando Sculpt me dejara para ir de gira, pero tampoco estaba lista para ir de viaje con un grupo de chicos a los que todavía no conocía, y a Sculpt responsable de mí. Tenía planeado comenzar la universidad en un mes. Yo tenía una vida aquí con Kat y Matt, e incluso aunque no quería que Sculpt se fuera, no podía verme marchándome tampoco. -Eme. –Sus brazos se tensaron a mí alrededor. –Dime. –Se movió, levantándome fácilmente bajo sus brazos y me puso frente a él, con las piernas dobladas a cada lado de él. Era íntimo, y Cristo, era difícil resistirse a él y no decir al diablo y contarle como me sentía e irme con él. -Eme, dime. -¿Decirte qué? Me miró con cuidado, sin vacilación en sus ojos. -Sabes lo que te estoy pidiendo, pero esta vez voy a complacerte. Dime que no quieres más. Mierda. Él sabía que estaba loca por él. Había tratado de mantener mis sentimientos… bueno, escondidos de alguna manera. Es obvio que no estaba

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funcionando. Lamí mis labios y traté de apartar la mirada, pero él estaba preparado para eso y sostuvo mi cabeza entre sus manos. -Eme. Joder. Era tan mala en esto. La última persona a la que le expresé mis sentimientos fue a mi padre mientras estaba muriendo en el hospital. -Mouse. –Se inclinó, y mis manos fueron a sus muslos sintiendo la flexión de sus músculos bajo mis palmas. –Mírame. –Lo hice. –Te quiero conmigo. Cuidaré de ti. –bajó su voz. –No estoy feliz de dejarte aquí, nena. Y ese era el problema; no quería ser “cuidada.” He cuidado de mi misma toda mi vida. Mi madre… a veces me preguntaba si ella siquiera se acordaba que tenía una hija. -Emily. Yo no juego juegos. Te dije lo que quiero, y sé que tú me quieres. No sabía si estar molesta o reírme de su arrogancia. Lo que sí sabía era que yo estaba excitada, a lo grande. ¿Cómo puede hacerme eso? Quiero decir, él me estaba mirando, y sin embargo… sus ojos me secuestraron. -Sculpt… yo… Sculpt apretó sus piernas a mí alrededor. -Eme. –Agarró mi barbilla y me sostuvo firme. Esperó unos segundos, y yo finalmente inhale un tembloroso respiro. –Nunca te voy a hacer daño. Sé que estás preocupada por la mujeres. –Abrí la boca para hablar, pero sus ojos se estrecharon, y me la cerré de nuevo. –Soy un luchador. Estoy una banda. Las mujeres siempre estarán ahí, pero yo estoy contigo. Y ese era el problema. ¿Por qué estaba conmigo? No era bonita, tenía caderas grandes, cabello castaño, y mis muslos eran mi mejor características. La mayoría de los chicos no dirían eso, porque solo medía un metro sesenta, a ellos les gustaban las altas, delgadas piernas de cervatillo. Me gustaban mis muslos, porque montaba caballos, y ellos eran más musculosos.

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Se puso rígido, y reconocí el brillo rojizo en sus ojos que reflejaban la luz de la luna. Puse mi manos sobre su pecho sintiendo mi corazón latir bajo mi tacto. -Jesús, Emily, tienes que enterrar todo esa mierda que tu madre te dijo. Juro que si no fuera mujer, le patearía el trasero. Di un grito ahogado. ¿Cómo sabía él sobre mi madre? -Sí, Mouse, sé que está nadando en tu cabeza como un tiburón comiendo toda tu confianza. ¿Crees que no presto atención? Te he preguntado sobre tu madre, y veo lo que te hace. Pasaste la mayor parte de tu infancia donde Matt y Kat. Una chica no hace eso si su madre es algo especial. Estoy seguro que la tuya no lo es. Ella puso esa mierda toxica en tu cabeza. -Sculpt… yo… mi… -Si. No tenía palabras. Él tenía razón. Mi madre era toxica, y es por eso que nunca la veía, no es como si ella recordara si lo hiciera. Metió mi cabello detrás de mi oreja. Parecía natural; me pregunté si se daba cuenta de lo que estaba haciendo. -Estamos explorando esto, Eme. Te quiero en la gira conmigo. -Necesito más tiempo, Sculpt. No puedo decidir de repente cambiar mi vida e ir contigo. Tengo que comenzar la universidad y Matt y Katt… -Mi voz se apagó. Silencio. -Tú quieres entrenar caballos. ¿Por qué pierdes tu tiempo en la universidad tomando contabilidad? Habíamos pasado por eso. -Sculpt, es un sueño tonto. Necesito enfocarme en lo que es real, y eso es encontrar una carrera y ganar dinero. -Te equivocas Eme. Deberías estar persiguiendo tu sueño. –Suspiró. –Me voy. La semana que viene.

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Mi respiración se detuvo, y mi corazón se sentía como si hubiera sido perforado por espinas, y ni siquiera se había marchado. -Pero pensé… -Las cosas han cambiado. Nos vamos antes de lo planeado. No podía ir. Dios, quería ir, pero el necesitaba vivir su sueño, y yo tenía que hacerlo a mi manera. Nunca quise que se arrepintiera de estar conmigo. Todo lo que quería en la vida tenía que alcanzarlo por mí misma. No quería a nadie más apoyándome. Una cosa que aprendí de mi madre era que si quería algo, tenía que conseguirlo por misma, porque ella seguro como el infierno no estaba dándome nada a mí. -Sculpt. No puedo. -Emily. –Él se acostó en la hierba con el ceño fruncido. –Estás pensando demasiado esto. -Pero Sculpt… -Nada de peros, Emily. No puedo manejar otro pero. Estoy molesto en este momento. -Pero… Se sentó de nuevo, bajó las cejas. -No. -Pero te va a gustar mi pero. –Me incliné hacia él y pinché su barbilla. Eso lo suavizó, y sus músculos se relajaron. -Ya me gusta tu trasero.5 –Sus manos se deslizaron de la parte baja de mi espalda a mi trasero y lo apretó. Estaba jugando, pero aún podía ver oscuridad en sus ojos, y su rostro era duro. -Sculpt. Mi pero es importante.

5 Juego de palabras con But que es “pero” y Butt “trasero.”

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-Sip Eme. Lo es. –Le di una palmada en el hombro, y me alegré cuando él se echó a reír. –De acuerdo. ¿Cuál es tu pero? -Yo iba a decir, pero… -Sus cejas se levantaron. –Antes de que te vayas, quiero que me hagas el amor. –Hice una pausa, viendo sus cejas levantarse por la sorpresa, y luego seguí adelante rápidamente antes de perder los nervios. –Como ahora, Sculpt. Ahora mismo. Aquí, en este lugar donde siempre hemos estado juntos. Nuestro lugar. Tú con tu guitarra, y yo con los caballos. Sus manos que recorrían lentamente se detuvieron, apretando mis muslos, y me miró con tal intensidad que me estaba poniendo caliente de solo mirarlo observándome. -¿Ese es tu pero? Asentí. -Sabía que me gustaba tu trasero6. –Puso sus manos a ambos lados de mi cara y me miró a los ojos. –Si estás en mi cama… no vas a estar en la de nadie más. ¿Entiendes eso, Mouse? Incluso si no puedo convencerte de que vengas conmigo la próxima semana, solo yo, nadie más. -Está bien. Lo mismo va para ti. –Rodeado de mujeres, noche tras noche iba a ser mucho más difícil para él que para mí. Sculpt acarició el costado de mi cara. -Emily. Tú borraste lo malo en mi vida. No podía imaginar a Sculpt teniendo algo malo. Él era caliente, tenía una increíble voz, tenía un cuerpo que sin duda estaba en el diccionario en la definición de músculos. Podría no sonreír a menudo, pero cuando lo hacía era mágico y compensaba por todas las veces que no lo hacía. Sentí la dureza en él, la parte intocable que él me negaba descubrir, pero solo nos conocíamos por unos meses.

6 Otra vez But y Butt, pero y trasero.

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Su pulgar acarició mis labios, el dolor entre mis piernas se intensificó. En mi estómago no eran solo pequeñas mariposas, era una bandada de garzas tomando vuelo. Me levantó y me puso en el césped a su lado y luego se puso de rodillas delante de mí. Se inclinó hacia delante, y me incliné hacia atrás hasta que estuve acostada en la hierba, y él se cernía sobre mí. Mis nervios estaban disparados en todas direcciones mientras la punzada entre mis piernas se convirtió en un espasmo de dolor de necesidad. Estaba respirando tan rápido que era como si hubiera corrido un maratón. -¿Alguna vez te han tocado, Emily? Negué con la cabeza, sin aliento para responder verbalmente. -Si no estás lista… dímelo ahora. Estás malditamente segura de esto, Eme. Era mortalmente serio, y envió un escalofrío extraño a través de mí. Yo no quería esperar. Lo quería aquí y ahora con el viento contra mi piel, en mi lugar favorito en el mundo con Sculpt. -No quiero esperar. Su mano se extendió y tejió a través de las hebras. Sus dedos se cerraron, y tiró, y mi respiración se detuvo. -Voy a probar tu coño. Entonces Emily, voy follarte hasta que grites. ¿Eso te pone nerviosa? Porque estás toda temblorosa. -Sí, -susurré -¿Sí, nerviosa? O ¿Sí que vas a gritar cuando me hunda dentro de ti por primera vez? -Sí, a todo. –Quería a Sculpt desde la noche que lo conocí. Lo necesitaba. Era como si hubiera vivido anticipando este momento toda mi vida. Me aterraba. ¿Y si no era buena en ello? ¿Y si éramos incompatibles? ¿Y si era incómodo?

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-Te quiero temblando y gritando. Y nena, deberías estar nerviosa… porque tengo planeado hacerte cambiar de idea y hacer que me supliques porque te lleve a la gira. –La esquina de sus labios se curvaron, y mi interior se iluminó. No pude evitar pensar sobre lo que podría hacerme, cómo podría decirle adiós cuando fuera el momento de su partida. –Eres una construcción de lego, Emily. ¿Repensando tu decisión? Me sacudí y miré sus ojos. Allí estaba… sus ojos bailando con risa y deseo, una sexy combinación que me tenía apretando mi agarre en sus bíceps. No esperó por mi respuesta. -Demasiado tarde, Mouse. Eres mía. Inclinó la cabeza como siempre hacía antes de besarme, y reclamó mis labios. Y reclamó, devoró, y alimentó el hambre que ambos sentíamos. El calor flotó por toda mi piel como si el sol del atardecer fuera ardiente. Pequeñas chispas danzaron pulsantes por todo mi cuerpo. No había ninguna duda en lo que estaba tomando, lo que quería, y caí en su beso como mantequilla derretida. Sus manos me acariciaron mis lados de arriba abajo. -Dios, estas curvas. Él gimió, y la vibración aceleró mi corazón. Mis manos encontraron su camino hacia su cabello, tirando de él más cerca. Dios, lo necesitaba. Era como si estuviera respirando por este hombre. No era normal. ¿Era esto normal? ¿Importaba? -Sculpt. Tomó mis manos y las puso encima de mi cabeza, atrapándolas con las suyas. -Logan. Llámame Logan, Eme. Oh Dios. Su nombre. Me dijo su nombre real. -Logan, -le dije y lo escuché gemir. -Otra vez.

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-Logan. Sus labios arrastraron suculentos besos por mi garganta, sus dientes mordisqueando, luego su lengua lamiendo para aliviar la mordida. -Quiero que me llames así cada vez que estemos solos, Emily. Llámame Logan. -Está bien. –Fue un gemido susurrado mezclado con un suspiro. Con los ojos cerrados, la cabeza echada hacia atrás, saqué mis piernas debajo de él y envolví su cadera con ellas. Él gruñó mientras yo lo apretaba, con la esperanza de aliviar el dolor, pero todo lo que hice fue hacerlo más intenso. Más consciente. -Oh Dios, Logan, por favor. Te necesito. –Podíamos probar y saborear uno del otro por el resto de la semana, pero en este momento quería a Logan dentro de mí. Quería sentirme desnuda contra él. Era como esperar en la cima de la colina nevada en un trineo y siendo sacudida de atrás y adelante antes de ser empujada en el borde. -Lo sé, Mouse. –Mordisqueó el lóbulo de mi oreja y luego lo succionó, y luché contra sus manos que me mantenían clavada en el césped. Tenía que tocarlo, sentir su piel, deshacerme de la ropa que nos separaban. -Logan por favor. La ropa. Levantó su cabeza donde estaba besando mi clavícula. -Vamos a tomar esto lento. A mi manera. He esperado mucho tiempo para tenerte justo donde estás ahora, debajo de mí, con tu coño doloroso, caliente y sexy como el infierno. Nunca he sido llamada sexy en mi vida y envió un estremecimiento directo a través de mí al escucharlo de Logan. -Me gusta jugar, Emily. Es quién soy. Y está en ti también. Sé que te excita cuando tomo el control. -¿Lo hacía? No tenía la experiencia suficiente como para saber realmente de lo que estaba hablando. –Pero si tienes miedo de algo,

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necesito que digas que no. Es todo lo que se necesita, y nos detenemos. ¿Entendido? Entendía lo que estaba diciendo. Digo, no era tan ajena al sexo. Sabía que “jugar” podría significar un par de cosas, y me ponía nerviosa y excitada al mismo tiempo. Soltó mis muñecas, y puse mis manos sobre su abdomen y levanté su camisa centímetro a centímetro. Logan se cernía sobre mí, viéndome a los ojos. Lo vi aspirar aire y cerrar sus ojos por un segundo cuando mis manos se deslizaron por su pecho y luego lentamente acariciaron sus pezones. Mantuve mis ojos en él, amando su reacción. Amando como mi tacto lo estaba volviendo loco. Mis dedos trazaron todos los músculos de su pecho y luego hacia abajo a su abdomen. Cada contorno era una nueva montaña para mí para explorar. Yo estaba jadeando, y Logan tenía sus ojos cerrados y estaba respirando más duro que yo. -Camisa, Logan. –La levanté hacia arriba, y el sucumbió a mi soborno y se quitó la camisa. Mis manos fueron al botón en sus pantalones, y me agarró las manos y las inmovilizaron. -No. Tejé jugar para que pudieras relajarte. Ahora soy yo. – En cuestión de segundos él tenía mi camisa arriba sobre mi cabeza, y sus dedos trabajaban mi sostén. Los broches cedieron, y mis pechos salieron de sus confines en sus manos. –Emily. -Sí, -susurré. Bajó su cuerpo, y luego su lengua rodeó mi pezón mientras sus manos acariciaban mis costados, abajo a mi cadera y luego de vuelta para burlarse de mis senos. Mi cuerpo estaba explotando con sensaciones, dolor cuando mordió mi pezón, luego placer cuando succionaba lentamente y lamía la piel sensible con humedad caliente.

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Agarré su pelo, cerré los ojos y mi cuerpo arqueándose hacia él mientras me enviaba a un horno de calor. Correrme para él no podía incluso competir con la cosa real. Se movía más lento, arrastrando suaves besos en mi pecho y estómago. -Esto. Y esto. –Deslizó su mano hasta mi cadera. –Me encanta todo sobre tu cuerpo. –Sus besos fueron más lejos, y mi cuerpo ya lo estaba anticipando. Dolor ya no era una palabra asociada con lo que él me estaba haciendo; era más, mucho más que eso. Mis manos se cerraron en la hierba, y gemí cuando sus dedos desabrocharon mi pantalón. El botón saltó. El lento descenso de mi cremallera me volvió loca. El sonido era angustioso, porque quería que los arrancara y se sumergiera profundo en mi interior, duro y rápido. Pero Logan quería hacer esto lento. Disfrutando cada momento, y sin embargo, yo estaba muriendo por él. -Logan. –Mi gemido susurrado fue encontrado con un, “Cristo” cuando sentí sus dedos alcanzando mi pantalón y bajarlo. Y bajarlo hasta… Me puse rígida, aspirando aire. -Estás mojada. Bueno, sí, he estado mojada por dos meses y medio. Logan me excitaba con sólo mirarme. Pasé mis manos por su sexy cabello de dormitorio. -He estado mojada desde el día en que te conocí, Logan. Alzó su cabeza, y sus ojos se abrieron. Dios, él tenía que saber lo mucho que lo quería. -Jesús, Emily. –Me besó de nuevo, con sus manos enroscadas en mi cabello, y su boca con fuerza contra la mía. No había respiración, ni pensamientos, sólo pura hambre.

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Levantó la cabeza, ambos respirando duro, su cabello cayendo frente a sus ojos mientras me miraba con obsesionada franqueza. -No te voy a dejar ir. Ahuequé su mejilla con mi temblorosa mano, mi pulgar acariciando a través de su barba. -Nunca me lastimes. -Nunca. –Se incorporó y luego movió bajo de mí mientras tomaba los bordes de mi pantalón y tiró. Levanté mi trasero, y mis bragas venían con la mezclilla. Se detuvo a mitad del muslo. -Hermosa. Y afeitada. Esa es una… sorpresa. Yo tenía un pequeño, lo que ellos llaman, pista de aterrizaje, pero el resto estaba limpio, a la brasileña. Nunca me ha gustado el pelo ahí abajo, y que a Logan le gustara, me mareo por dentro. Sus dedos recorrieron el pequeño parche de cabello, y me quedé sin aliento cuando separó los pliegues y luego se deslizó en la humedad. -Logan, Oh Dios, -arqueé mi espalda, tratando de doblar las rodillas, pero no pude porque mis jeans atrapaban mis piernas. –Jeans, Logan. Jeans. -Espera. –Él continuó disfrutando acariciando mi clítoris hasta que gritaba y jadeaba, entonces cuando sintió que estaba cerca del borde, se retiró y fue más allá a mi círculo de abertura. Lo quería tanto en mi interior que me arqueaba para encontrarlo hasta que puso su mano en mi estómago y me obligó a permanecer abajo. Puso dos dedos a cada lado de mis pliegues, se deslizó a través de la humedad entonces dudó en mi abertura. -Logan. Por favor. -Suplícame. -Logan.

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-Emily. -Por favor, Logan. Estoy rogándote. Hundió dos dedos en el interior, y yo inspiré profundamente por lo repentino del asalto. Me agarró. Me sostuvo. No me dejó ir. Los retiró, y exclamé con decepción sólo para encontrarme con un beso rápido en la parte superior de mi clítoris. Luego rasgó mi pantalón el resto del camino y se colocó entre mis piernas. -Dobla tus rodillas. Lo hice. -Abre. Amplio. Lo hice también. Confiaba en él implícitamente y él tomando el control era como cumplir una necesidad en mí de entregarme a él. Era capaz de olvidarme de todo y disfrutar de cualquier placer que él me diera. Los empujó suavemente todavía un poco más amplio, y cerré mis ojos y mordí mi labio mientras sentía la primera succión en mi clítoris. Oh Dios. Las sensaciones dentro de mí eran tan intensas que supe no iba a durar más que un par de minutos con la boca de Logan en mí. Nunca imaginé siendo de esta manera. Gemí, arqueé la espalda mientras la lengua de Logan se deslizó dentro de mí. Agarrando la hierba a ambos lados de mi cabeza yo gemía mientras él hacia su magia con su lengua a través de los pliegues, saboreando la humedad luego succionando mi clítoris de nuevo. La presión en mi abdomen dolía, creciendo, y estaba llegando a la cima. Me tensé. Tan, tan cerca del borde, casi empujando fuera de la colina. Se detuvo. -Todavía no, nena. Oh Dios, ¿Cómo podía hacerlo?

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-Logan, no puedo, no puedo resistir… -Lo harás. –Su voz era áspera y exigente, y me puso más caliente. Sus dedos empujaron dentro de mí. –Tan apretado. Bombeo dentro y fuera de mí varias veces y luego lamió de nuevo. -Tu coño es perfecto. Sabía cuál sería tu sabor. Estás hecha para mí, Emily. -Logan, -jadeé, cada músculo contrayéndose. –Por favor. Te necesito dentro de mí ahora. Sacó sus dedos de mí, y luego me observó mientras los lamió uno a uno. Casi me vine observándolo. La forma en sus ojos estaban clavados en los míos; viéndome directamente. La curva de sus labios parcialmente se deslizó en una sonrisa mientras me saboreaba. Era él. Todo lo que hacía, lo adoraba. Como caminaba con confianza, no un alarde, pero cuando entraba en una habitación era con presencia. Cómo perseguía su sueño con su banda, dispuesto a tomar todo el dinero que tenía para tratar de triunfar en un negocio que estaba suturado de grandes bandas. Tomando los riesgos porque tenía fe en sí mismo. Como no soportaba la mierda de nadie. Como daba todo de sí mismo en lo que sea que estaba haciendo. Pero sobre todo, amaba como me miraba y veía todo lo que soy y puedo ser. -¿Estás en algo? Asentí. -La píldora. Para controlar mi dolor de la ovulación. -Estoy limpio. Me chequé dos semanas después de que te conocí y no he estado con nadie desde entonces. No había estado con nadie. ¿Fue a hacerse el chequeo? ¿Fue porque pensaba… estaba pensando en nosotros? -Sí, Emily. Quería asegurarme de que estaba bien antes de que yo te tocara, condón o no.

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Wow. -Te quiero dentro de mí, Logan. Quiero sentir todo de ti. Se inclinó hacia un lado y se quitó el pantalón. Miré hacia abajo, antes de que se moviera encima de mí y vislumbré su erección palpitante, enorme, y me pregunté cómo demonios iba a caber dentro de mí. Antes de poder comenzar la construcción Lego y asustarme a mí misma, lo alcancé y lo toqué. -Eme, -murmuró mientras mis dedos se cerraron en torno a él y luego acaricié cada centímetro de él. Su pene era palpitante y caliente, y mientras lo acariciaba sus ojos se cerraron, echó su cabeza hacia atrás y gimió. -Para. Joder. Me voy a venir antes de que yo siquiera esté dentro de ti. –Agarró su pene y lo frotó entre mis piernas, la humedad se aferraba a él. –Voy a ir lento, Mouse. Mi mano se levantó para asegurar mis dedos en su cabello. -No, ve rápido. Solo acaba con esa parte. -No. –Su voz era dura y firme. –Vas a recordar esto, y no con dolor. Su boca descendió mientras se hundía lento, su pene empujando mi abertura. Envolví mis piernas alrededor de su cintura y mis brazos alrededor de su espalda, presioné hacia arriba mis caderas, y la punta presionando contra mi barrera. No podía entrar más lejos, y mi cuerpo estaba tan dolorido que iba a gritar. Él apartó su boca de la mía y me agarró la barbilla. -Mírame, Emily. Quiero verte cuando te tome. Quiero verte mientras gritas mi nombre. -Logan.

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Empujó sus caderas hacia delante y se acercó un poco más a mí. Podía sentir el himen estirándose, y estaba segura que él también. Apretó mi barbilla para asegurarse que no me movía cuando giró sus caderas y se retiraba, gemí. -Lento, Eme. Se movió dentro de mí de nuevo, y esta vez él siguió su camino hasta que sentí un dolor repentino y agudo. Joder. Mierda. Me dolió. Y, sin embargo…él erecto y llenándome era… era tan conectado y surrealista. Se inclinó y me besó mientras se hundía profundamente dentro. Un lento lánguido beso que me hizo olvidar el dolor y en su lugar llenándome de una nueva urgencia. Quería que se moviera. -Logan. –Dios, necesitaba que se moviera. Empujé hacia arriba, y se hundió aún más profundo. Si, Dios sí. -¿Estás bien? La ternura fue anulada por la dolorosa necesidad. Afirme con la cabeza, y él comenzó a moverse. Apreté mis piernas alrededor de él, los tobillos cerrados en su espalda, los dos jadeando, con los ojos fijos en el otro. -Eres mía, Emily. –Él se movió más fuerte, más rápido, y traté de cerrar los ojos, pero apretó mi barbilla. –Mírame. Cada empuje nos acercaba, yo estaba al borde, lista, el dolor aumentado a un lugar que no podía ir más allá. Presionó sus caderas en un movimiento hacia arriba para que se frotara con mi clítoris, y una sacudida me atravesó, y luego otra y otra. El intenso aumento dentro era demasiado. Presionó con más fuerza. -Oh Dios. Logan. Logan. –Me dejé ir, mis ojos apretando cerrados. -¡Logan! Grité mientras todo en mi cuerpo explotó en pequeñas ráfagas.

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-Emily. –Bombeó con más fuerza, haciendo resonar el golpe de carne con carne. Empujó más profundo. Luego tomó mi boca con un hambre loca mientras su cuerpo dejaba de bombear, y sus músculos se tensaban mientras su cuerpo se sacudía. -Mouse. –Cayó a un lado y me llevó con él, así que estaba cómoda en su pecho, mis piernas enredadas con las suyas. –Emily. Tú eres un jodido trofeo. Mi trofeo. Cerré mis ojos, mi cabeza apoyada en su pecho junto a mi mano. Se inclinó hacia arriba y me besó la cabeza, mientras su mano acariciaba de arriba debajo de mi brazo. Su otra mano se entrelazó con mis dedos en su pecho. -¿Logan? -Sí, bebé. -Um, alguien nos está mirando. Logan miró hacia arriba, ambos nos echamos a reír mientras el appaloosa nos miraba.

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Capitulo 6.- -Oh mi Dios, mírate. Estás iluminada como un maldito cohete. Eso es lo que Sculpt te ha hecho… además de romper tu condón de virginidad. –No le había dado a Kat ningún detalle, pero le dije que tuvimos sexo, y que fue increíble. –Matt finalmente se resigno al hecho de que tú y Sculpt están juntos. Yo estaba un poco mareada. Bien, súper mareada después de dos noches en el campo de caballos. Ayer, me las arreglé para derramar cuatro cafés, y tropecé con Georgie tres veces haciéndola derramar los suyos. Decir que estaba soñando despierta era un eufemismo…me convertí en una soñadora despierta. Georgie me envió a casa temprano, diciendo que yo estaba entre mis piernas y que tenía que ir a ser follada antes que tuviera un orgasmo mientras servía café a algún pobre diablo que no estaba tendiendo ninguno. Desafortunadamente, Logan no pudo verme anoche, porque la banda estaba puliendo la nueva canción y quería que la escuchara esta noche. Kat llevaba un vestido azul ajustado, de corte bajo, aferrándose a cada centímetro de su cuerpo, hasta mitad de sus muslos. Sus tacones de aguja alargaban sus ya largas piernas, y tenía una tobillera de plata formando bucles de círculos entrelazados. Yo llevaba un vestido nuevo que había comprado ayer después del trabajo, y que había sido un proceso largo considerando que Kat había estado conmigo. Debí haberme probado al menos cuarenta vestidos antes de quedarnos con uno. Era blanco, no blanco puro, pero más como cáscaras de huevo y era tan delicado como lo era de ajustado. Un look, clásico y sexy, lo llamaba Kat. Parte eran con encajes y otras de seda con un escote muy bajo, abrazando mi cuerpo directo a la mitad de mi muslo.

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-Hombre, él va a joder sus líneas cuando te vea en eso, -dijo Kat mientras me deslizaba en mis zapatos de tacón, también nuevos. –No puedo esperar para ver su cara. Y asegurarme que vea tu trasero. Me eché a reír. Me sentía un poco sexy. La mayoría del tiempo usaba jeans, y esta era la pieza de ropa más bonita que tenía. Ahorre mi dinero de los caballos, para ropa o cosas de chicas. -Estoy emocionada de finalmente oír a la banda. Él habla de ellos todo el tiempo, y solo conozco a Kite, el baterista. –Tenía que mencionar también que Sculp me quería con ellos en la gira. Pero pensé que no tenía sentido cuando había decidido que no iba a pasar. -Matt dice que van a hacerlo a lo grande. Y con solo el aspecto de tu novio… Sí, lo van a lograr. –Kat tiró de mi mano. –Vamos. Causemos algunas erecciones. Sólo había un hombre al que me gustaría causar una erección, y no iba a tocarlo hasta más tarde esta noche. Cuando llegamos, Torn aun tenía que subir al escenario. Estaba nerviosa por ver a Sculpt, y mis miembros se sentían como pudín caliente. No estaba segura si el aturdimiento era por los dos shots que kat y yo nos bebimos antes de salir de casa o mis nervios. Estaba un poco asustada…bien, aterrorizada de verlo y acercarme y decir que se jodan la universidad, kat, y Matt. Kat enganchó dos copas de Brett el bartender, entonces no movimos a través de la multitud a un lugar cerca del escenario. -Está lleno. Wow, Torn atrae a mucha gente. –Kat guiñó un ojo. –Sculpt es toda una pieza de trasero caliente, y él es todo tuyo, Eme. Bebí mi cerveza, saciando mi boca seca. Seguí mirando alrededor, preguntándome si tendría la oportunidad de verlo antes de que saliera al escenario. Sólo nos habíamos mandado mensajes de texto un par de veces ayer,

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porque él estaba muy ocupado con la banda, pero nunca olvidaba enviarme un mensaje de texto antes de acostarse. Ya no podía dormir sin ellos, las buenas noches de Logan, dulces sueños, Emily. Mi celular vibró. ¿Estás bien, Mouse?

Sonreí, y la tensión disminuyó de mis hombros. Lo imaginaba con su mano en la parte de atrás de mi cuello, sus dedos envueltos en mi cabello mientras me miraba. Sí. Esperando con impaciencia escucharte cantar como el resto de tus fans.

Dudé por un segundo, temiendo ser vulnerable, pero entonces decidí que si no podía hacerle saber ahora, entonces nunca lo sabría antes de irse. Escribí y envié el siguiente mensaje, antes de que pudiera arrepentirme. Creo que me gustas demasiado. Y extrañé verte ayer. Creo que soy adicta a ti.

Hubo una larga pausa, y quise patearme a mi misma por decirle que lo extrañaba y que era adicta a él. Digo, ¿qué chico quiere escuchar eso? Todavía era cautelosa acerca de mantener mis sentimientos contenidos, temerosa de que si enteraba cuan enamorada estaba él aumentaría la fecha de su gira. Empecé a ponerme nerviosa cuando no respondió, y mantuve mis ojos pegados a mi pantalla oscura. De repente, se iluminó. Mira hacia arriba.

Me quedé mirando la pantalla durante unos segundos y luego miré hacia arriba. Él estaba allí, a pocos metros de distancia, con sus manos metidas en los bolsillos de su pantalón, su cabello caía sobre su ojo izquierdo. Vestía una sencilla camiseta blanca que acentuaba sus tatuajes de su brazo izquierdo. Mi respiración se detuvo mientras me miraba, y todo dentro de mí fue frágil mientras me daba cuenta que realmente estaba enamorada, y mucho.

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Me puse de pie. Entonces caminé hacia él. Mi corazón se disparó cuando sus ojos se abrieron por la visión de mi vestido. Me miró de pies a cabeza, y el infierno en sus ojos podría haber prendido toda la ciudad en llamas. Y era por mí. Yo le hice eso a él. Me detuve a unos centímetros de distancia. Extendió su mano y acarició el costado de mi cara. -Eme. Yo estaba sin aliento, y mis rodillas débiles. Tenía que asegurarme de estar sentada cuando cantara. Su otra mano se posó sobre mi cadera, y acarició lentamente hasta mi cintura, y de regreso. -Me dejas sin aliento. –Ladeó la cabeza y se inclinó para susurrarme al oído. –Yo también te extrañé, bebé. Quiero que vengas con nosotros. Algún chico quiere meterse entre tus pantalones, y yo voy a estar a kilómetros de distancia… No me gusta, Eme. -Sculpt, soy capaz de quitarme a ese chico de encima. Recuerdas, tú me enseñaste los movimientos. Soy buena en eso ahora. Su mano ahuecó mi barbilla, y levantó mi cabeza. -Sí, eres buena. –Entonces me endulzó, y me derretí en su dulce mientras besaba mis labios, lento y prolongado, como si estuviera haciéndome el amor allí mismo, delante de todo el mundo. -La nueva canción de esta noche, es para ti, Eme. –Cuando sus labios descendieron sobre los míos fue como si se llevara toda indecisión. Había suavidad en él, la forma en que me acunaba, cómo sus ojos nunca vacilaron cuando me miraba. Cuando respiré, era a él que inhalaba. Estaba completamente enamorada de él, y se marchaba en cinco días.

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Apoyó su frente contra la mía. -Tengo que estar listo. Vamos a estar juntos esta noche. Sólo nosotros. ¿De acuerdo? -De acuerdo. Cuando se alejó, sentí la mano de Kat en la parte baja de mi espalda. -Ese tipo está tan enamorado de ti. Demonios, señorita, un dulce paquete, rostro, voz, y ¿esas palabras que acaba de derramarte?...Celosa aquí. -Estoy enamorada de él. Ella se echó a reír. -Um, sí… Obvio. Jadeé, mirando alrededor. -Oh Dios, ¿crees que él se da cuenta? -Señorita, lo sabe endemoniadamente bien. Tú eres como jarabe de arce a sus pies. –Cogió las dos nuevas cervezas de nuestra mesa y me pasó una. Ella sonrió, subiendo sus cejas. –Por ser follada por dulce y picante. Terminamos nuestras cervezas, y Matt vino y nos dijo que Torn salía en cinco minutos, así que fui al baño antes de que salieran al escenario. No quería perder ni un solo segundo de Logan cantando. -Señorita, -me llamó Kat. Miré por mi hombro sonriendo. Estaba zumbada y feliz. Sí, estaba realmente feliz. Logan iba a cantar, y luego íbamos a ir a un hotel para pasar la noche, y lo amaba, y Kat dijo que él me amaba. Tenía cinco días para estar con él, y me iba a asegurar que los iba a pasar en mis brazos.-Eres hermosa, -dijo Kat. -Joder sí. –Gritó un tipo. Dios, amaba a mi mejor amiga. Y por primera vez, me sentía hermosa.

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Me abrí paso entre la multitud y luego me dirigí por el pasillo hacia el baño. Nunca lo vi venir detrás de mí, quizás porque aun estaba pensando en Logan, y mi mente estaba pensando en él en una habitación de hotel… conmigo. Ocurrió en cuestión de segundos. Tenía mi mano en la puerta del baño, y un brazo se enganchó alrededor de mi cintura. Tomé aire para decirle al tipo que se jodiera, y respiré un dulce dolor acre de un paño de lino forzado sobre mi nariz y boca. Entonces oscuridad. El comienzo.

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El amor es como una avalancha. Pega duro, rápido y sin misericordia. Al menos lo fue para mí cuando Sculpt, el vocalista de la banda de Rock Tear Asunder me tiró al suelo. Literlamente, porque él también es un luchador, de manera ilegal claro, y me enseñó cómo luchar. Él también me enseñó a amar y me enamoré fuerte por él. Digo, el tipo podía ser dulce, cuando no estaba siendo mandón, y me gusta lo dulce. Entonces todo se hizo añicos. Secuestrada. Muerta de hambre. Vencida. Estaba sola y tratando de sobrevivir. Cuando oí la voz de Sculpt, pensé que estaba allí para salvarme. Estaba equivocada.

Tear Asunder 1.