La huella ecológica

¿Qué es?

Todas las personas necesitan recursos para poder vivir: agua, alimento, vestimenta, vivienda… y el consumo de estos recursos tiene un impacto sobre la naturaleza. Por ejemplo, la cantidad de agua que utilizas, gasta parte de la reserva de agua potable del mundo. De todo el planeta tierra ¾ son agua, pero sólo algo así como un 3% de ella es potable. Cuando bebes agua o la usas para bañarte, lavar tus trastes, regar tus plantas; estás agotando parte de ese escaso 3% que debe bastarle a toda la humanidad y estás repercutiendo en la naturaleza.

A través de una serie de datos sobre tu consumo de productos como el agua, e transporte y los alimentos, es posible calcular de manera aproximada ese impacto que tienes sobre el mundo. Este dato se conoce como huella ecológica. Varias páginas de internet te permiten calcularla, abajo encontrarás los enlaces de algunas.

http://www.wwf.org.mx/wwfmex/he_cuestionario.php http://www.miliarium.com/formularios/huellaecologicaa.asp http://myfootprint.org/es/visitor_information/

¿De qué me sirve saberla?

Si estás consiente de un mal hábito y de sus consecuencias es mucho más fácil que puedas llegar a cambiarlo. Tu huella ecológica puede darte una idea de cuánto afectas al mundo y de qué puedes hacer para ayudarlo.

¿Cómo reduzco mi huella ecológica?

Reducirla es más fácil de lo que podría uno pensar. Hay varias pequeñas medidas que pueden tomarse:

Cuando no estés usando un aparato eléctrico, ¡desconéctalo! Dejarlo en modo de standby consume casi tanta energía como el aparato prendido.

Revisa que todas las llaves de agua de tu casa –regaderas y lavabos– no tengan fugas ni dejen escapar el agua cuando estén cerradas. Gota a gota puede perderse mucha agua.

Sin poner en riesgo tu seguridad, procura no utilizar tu auto si puedes en cambio caminar, viajar en transporte público o en bicicleta. Tal vez sacrificando un poco de comodidad estás contaminando mucho menos y al tiempo que ahorras dinero y haces algo de ejercicio.

Procura no comprar botellas de agua si puedes evitarlo. En ocasiones tienen tanta pureza como el agua de la llave, pero transportarlas y crear las botellas crea una cantidad de contaminación impresionante. Beber agua filtrada en casa que lleves en algún termo le ahorra al mundo mucho desperdicio innecesario.

Cuando pienses en comprar algo, procura que tenga un envoltorio con menos plástico. No siempre es posible, pero ayuda un poco marcar una tendencia en el mercado de consumir empaques más ecológicos.

Trae tus baterías alcalinas (D, AA, AAA etc.) al colegio. Si no se tratan de la manera adecuada, las baterías son contaminantes muy peligrosos. El CSM las lleva a un centro de acopio para que se traten adecuadamente sus desperdicios.

Cuando vayas al supermercado busca utilizar bolsas de tela, papel o cajas en lugar de bolsas de plástico; a menos que éstas después sirvan para disponer de la basura en casa.