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ENTORNO SOCIOECONOMICO DE MEXICO UNIDAD I Material de apoyo Profesores María de Lourdes Martínez Murillo Fátima Martínez Murillo Joel Cortés Arriaga Estructura, Infraestructura y Superestructura Definiremos los conceptos de estructura, infraestructura y superestructura, así como ejemplos de cada uno. Dentro de las corrientes teóricas que intentan explicar la sociedad, sobre salen el Marxismo y el Estructural- funcionalismo. El principal exponente del Marxismo es Carlos Marx, él menciona que, a través del tiempo, hay una característica común en todas las sociedades: la lucha de clases, esto es, el conflicto entre las personas que dirigen los medios de producción (burgueses) y la clase obrera (proletariado) cuya única herramienta es sus fuerzas de trabajo. Estructura Estructura: es el conjunto de elementos que forman un todo y cuyo cosmos depende de cada uno de ellos de los elementos de ese todo. Este principio se aplica para un edificio, una

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ENTORNO SOCIOECONOMICO DE MEXICO

UNIDAD I

Material de apoyo

Profesores

María de Lourdes Martínez Murillo

Fátima Martínez Murillo

Joel Cortés Arriaga

Estructura, Infraestructura y Superestructura

Definiremos los conceptos de estructura, infraestructura y superestructura, así como ejemplos de cada uno.

Dentro de las corrientes teóricas que intentan explicar la sociedad, sobre salen el Marxismo y el Estructural-funcionalismo.

El principal exponente del Marxismo es Carlos Marx, él menciona que, a través del tiempo, hay una característica común en todas las sociedades: la lucha de clases, esto es, el conflicto entre las personas que dirigen los medios de producción (burgueses) y la clase obrera (proletariado) cuya única herramienta es sus fuerzas de trabajo.

Estructura

Estructura: es el conjunto de elementos que forman un todo y cuyo cosmos depende de cada uno de ellos de los elementos de ese todo. Este principio se aplica para un edificio, una organización, o bien para la sociedad misma, por ejemplo: si un edificio no cuenta con los elementos precisos se desmoronaría.

La palabra estructura procede del latín structura (construcción, estructura) y este de struere (edificar). En su palabra original, la palabra estructura, hace referencia a las construcciones de edificios; más desde el siglo XVI se empleó para interpretar las relaciones entre las partes de un todo.

La estructura, o bien base económica, se halla formada por el modo perfecto de producción, el que es definido como la manera en que se organizan los humanos para satisfacer sus necesidades materiales. El modo perfecto de producción está constituido por las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción.

Infraestructura

Es la suma de bienes con los que se cuenta para poder ejercer una acción en algunas áreas de interés gubernamental; entendido esto como la base para que puedan desarrollarse cualquier tipo de proyectos. Incluye las fuerzas productivas y las relaciones de producción.

Tesis marxista de la infraestructura

· Establece a la infraestructura como principal factor del del proceso histórico

· Está compuesta por las relaciones de producción como las fuerzas productivas, medios de producción, objeto de trabajo y medios de trabajo.

Relaciones de producción

· Fuerzas productivas: Son aquellas que resultan de la combinación de los elementos del proceso del trabajo bajo relaciones de producción determinadas.

· Medios de producción: el humano se vale de los medios de producción para efectuar sus actividades (instrumentales, maquinarias y tecnología).

· Objeto de trabajo: Es todo lo que nos da la naturaleza susceptible de ser transformado por el humano se halla clasificado de materia bárbara y materia prima.

· Medios de trabajo: Esto es lo que la persona trabajadora interpone Entre ella y el objeto dentista trabajando (herramientas, tierra agrícola, canales, etc.).

La infraestructura de un país debe ser moderna y capaz para que obtener un mayor desarrollo sustentable.

Ejemplos de infraestructura

Infraestructura urbana

Dentro de un país, ciudad o estado algunos de los elementos de la infraestructura son:

· Áreas deportivas

· Canales

· Carreteras

· Edificios públicos

· Escuelas e instituciones educativas

· Hospitales

· Losas, pisos y muros en altura

· Mobiliario urbano

· Pavimentos

· Puentes

· Redes de electricidad

· Redes de agua potable

· Túneles

Infraestructura de una casa

Para entender mejor la infraestructura señalaremos algunos ejemplos dentro de tu casa. Dentro de un hogar o vivienda encontramos los siguientes elementos:

· Losas, pisos y muros

· Servicios básicos dentro del hogar (Agua, drenaje, luz)

· Materiales con los que fue construido la vivienda

· Televisor y mueblería

· Servicios de telefonía, cable e internet

 Superestructura

Es el conjunto de relaciones que establecen las personas fuera del proceso productivo y que corresponden a conciencias sociales determinadas, esto es, a ideologías o bien formas jurídicas, religiosas, sociales, políticas, etcétera.

Esta se integra por una estructura jurídica-política y una estructura ideológica.

Ejemplos de superestructura

· Religión

· Partido político de su elección

· Ideologías y creencias

Los cambios en la superestructura dependen de los cambios en la infraestructura.

Video de apoyo

https://www.youtube.com/watch?v=E7yv5vMmw9w&ab_channel=PartidoComunistadeEspa%C3%B1a

Modo de producción

El modo de producción es la forma en la que se organiza la actividad económica de un territorio determinado. En otras palabras, la forma en la que se organiza una economía para producir bienes y servicios, así como para organizar su distribución.

El modo de producción, en otras palabras, hace referencia a las distintas formas en las que puede organizarse la actividad económica dentro de una sociedad determinada. En este sentido, encontrando el escenario óptimo para satisfacer las necesidades ilimitadas de los agentes socioeconómicos.

Marx consideraba la capacidad de producir del ser humano, así como las formas en las que participaban estos en las relaciones sociales, como las características esenciales del ser humano. 

El concepto nace en 1845, aunque este se publicó en 1932. Los autores de este concepto fueron el filósofo y economista Karl Marx, así como su compañero Friedrich Engels.

Para Marx, la teoría se basa en dos conceptos principales: las fuerzas productivas y las relaciones de producción.

Tipos de modos de producción

La teoría de los modos de producción de Marx recoge una serie de modos que, en orden cronológico, van desde el más antiguo en la historia de la humanidad, hasta el más reciente. 

Así, Marx clasificó estos modos de la siguiente forma:

· Comunismo primitivo.

· Modo de producción asiático.

· Modo de producción esclavista.

· Modo de producción feudal.

· Modo de producción capitalista.

· Modo de producción socialista.

Este último se basó en la propuesta de Marx. Propuesta que consideraba el modo de producción socialista como el necesario para la transición de un modelo capitalista hacia otro modelo más desarrollado.

Relaciones de producción

Para Marx, uno de los elementos más importantes de un modo de producción es la relación de producción que este presenta. Así, Marx se encargó de clasificar las distintas relaciones de producción existentes de la siguiente forma.

De acuerdo con el autor, los tipos de relaciones de producción son:

· Relaciones laborales.

· Dependencias socioeconómicas entre individuos.

· Relaciones de propiedad y control.

· Proporciones cuantitativas.

En esta línea, las relaciones de producción establecen el lugar que ocupan los individuos, así como las distintas clases sociales en el circuito productivo.

Ejemplos de modos de producción

Para hacernos una idea más realista sobre lo que son los modos de producción, en Economipedia hemos seleccionado un ejemplo de los distintos modos de producción existentes para el autor. En este sentido, los modos de producción se presentarían en la economía de la siguiente forma:

· Comunismo primitivo: El modelo previo a la Revolución Neolítica. El desarrollado en la prehistoria.

· Modo esclavista: El modelo que presentaban las sociedades clásicas. Donde un individuo somete a otro.

· Modo feudal: Ya el nombre nos indica mucho. Es un modelo de relaciones que se basa en la servidumbre al señor. Característico de la Europa medieval.

· Modo capitalista: Es el modelo más actual. Para Marx, es el modelo en el que los burgueses explotan la mano de obra del proletariado.

· Modo socialista: Para Marx, el modo definitivo. Basado en un cooperativismo donde no exista distinción de clases, así como propiedad privada.

Video de apoyo

https://www.youtube.com/watch?v=hnxXIfUee8k&ab_channel=ACLASES

ECONOMÍA PRIMITIVA

Por comunismo primitivo, comunidad primitiva, o modo de producción primitivo, se entiende, en la teoría marxista, una etapa del desarrollo de las formaciones económico-sociales, caracterizadas por el bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, la propiedad colectiva de los medios de producción (la tierra y las herramientas rudimentarias) y la distribución igualitaria de los productos. Es el primero de los modos de producción que Marx definió como estados de la evolución de la historia económica.

En el comunismo primitivo los seres humanos estaban organizados en grupos, dedicados a la caza, pesca y recolección. La actividad productiva humana se basaba en la cooperación simple. Para Marx, este tipo de asociación cooperativa era una necesidad inexorable debido al desamparo en que se encontraba el individuo aislado en la naturaleza. Como consecuencia de su modo de vida, el humano primitivo no concebía la posibilidad de la propiedad privada de la tierra y de los demás medios de producción; pero lo que sí concebía era lo que Marx describió en sus Manuscritos Económico-filosóficos de 1844 como "propiedad privada general" que en el ejemplo de la comunidad de mujeres era una especie de propiedad sexual de la comunidad hacia el cuerpo de la mujer, con el capitalismo esta se transforma en la "propiedad privada exclusiva" que en este caso se denominó "matrimonio". Tan sólo algunos instrumentos y bienes les pertenecían en propiedad personal.

En el comunismo primitivo la producción estaba directamente definida por las necesidades colectivas, y entre el acto sustancial de la creación y lo creado no había ninguna mediación social y, por tanto, ninguna ruptura epistemológica.

Esta forma de vida corresponde al periodo que los prehistoriadores han denominado Paleolítico, y no fue sino con el desarrollo de la agricultura y la ganadería, realizado durante el Neolítico que permitió una primera especialización y división social del trabajo, como describe el historiador Vere Gordon Childe con sus conceptos de Revolución neolítica (en la que las aldeas campesinas aún conservaban buena parte del igualitarismo social) y la posterior Revolución urbana (cuando ya aparecen claramente las clases sociales y el poder político y religioso).

El desarrollo primitivo de las fuerzas productivas no creaba excedente alguno después de cubrir las necesidades más perentorias, por lo tanto, era imposible la acumulación de bienes. Como el desarrollo de las fuerzas productivas era insuficiente para que el trabajo excedentario de unas personas liberara a otras personas de la necesidad de trabajar, también era imposible la explotación.

Al ser una sociedad basada en el autoconsumo, todas sus relaciones sociales eran comunitarias, y al no ser una sociedad dividida en clases sociales no era necesario ninguna clase de Estado para su regulación.

Este modo de producción fue sustituido, dependiendo del lugar o la época, bien por el modo de producción esclavista o bien por el modo de producción feudal, ya fuera por desarrollo propio o como resultado de la conquista.

· La división del trabajo se hacía de acuerdo a la edad y al sexo, lo cual significa que los niños y las mujeres realizaban trabajos que su estado físico les permitiera.

· La teoría del matriarcado (hoy muy puesta en cuestión y matizada por la antropología moderna) consideraba que en este tipo de sociedad la autoridad del grupo la representaban las mujeres. Lo mismo ocurría con la práctica de la poliandria (múltiples compañeros sexuales para cada mujer).

· Las herramientas de trabajo eran muy rudimentarias, pues estaban hechas de piedra, madera o hueso

MODO DE PRODUCCIÓN ESCLAVISTA

El modo de producción esclavista es uno de los modos de producción que Marx definió como estadios de la evolución de la historia económica definidos por un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y una forma particular de relaciones de producción.

El modo de producción esclavista es propio de un nivel de desarrollo de las fuerzas productivas netamente preindustrial. El capital es escaso, no habiendo incentivos para la inversión aunque se amasen inmensas fortunas (se acumulan objetos de lujo, propiedades inmuebles y esclavos, no interesando los bienes de producción como maquinaria); las técnicas son muy rudimentarias y tradicionales, no habiendo incentivo para mejora aunque pueda haber un espectacular desarrollo intelectual precientífico (la filosofía clásica). Tierra y trabajo son las fuerzas productivas fundamentales.

En el modo de producción esclavista, la fuerza de trabajo está sometida a esclavitud, es decir: no es propiedad de los trabajadores que por tanto no tienen que ser retribuidos (los proletariados del modo de producción capitalista poseen al menos su fuerza de trabajo y han de ser retribuidos con el salario). La reproducción de la fuerza de trabajo queda así como responsabilidad del propietario del esclavo, que por su propio interés alimenta e incluso incentiva a la reproducción biológica de sus esclavos (a diferencia de los esclavos, los proletarios han de encargarse de ello por sí mismos con la retribución salarial que reciben por su trabajo). En el modo de producción esclavista, las relaciones sociales están basadas en la propiedad y el derecho, que convierten a unas personas en libres y otras en esclavas (en el modo de producción feudal, la propiedad y el derecho, más bien derechos y privilegios en plural, son términos confusos que señores y siervos comparten). El interés en la mejora de la producción corresponde únicamente al propietario, pues el esclavo no se beneficia ni se perjudica directamente por una mejor o peor cosecha (en el modo de producción feudal ese interés corresponde al siervo y en el capitalista al empresario capitalista).

Si eso parece estar en contradicción con la existencia de esclavos hasta el siglo XIX en los Estados del sur de los EE. UU., por poner un ejemplo muy conocido, se debe dejar claro, por un lado, que no hay que confundir modo de producción esclavista con esclavitud, que es tan antigua como la historia y continuó existiendo en todo el mundo después de que el esclavismo fuera el modo de producción dominante, sobreviviendo hasta que el movimiento abolicionista la consideró una situación socialmente inaceptable. Aún hoy en día reaparece en algunos lugares de África. Por otro lado, hay que dejar claro que distintos modos de producción pueden (de hecho, suelen) coexistir al mismo tiempo combinándose en una formación económico social concreta.

El modo de producción esclavista fue el componente esencial de la formación económico social de la civilización grecorromana y lo que le proporcionó la base tanto de su éxito como de su crisis. La historiografía materialista insiste en la originalidad de ese hecho y su trascendencia (Perry Anderson).

La esclavitud ya había existido en formas diferentes en las civilizaciones del antiguo Oriente, pero siempre había sido una condición jurídicamente impura, que con frecuencia tomaba la forma de servidumbre por deudas o de trabajo forzado, entre otros tipos mixtos de servidumbre, y formando sólo una categoría muy reducida en un continuo de dependencia y falta de libertad que llegaba hasta muy arriba en la escala social. La esclavitud nunca fue el tipo predominante de extracción de excedente, sino un fenómeno que existía al margen de la principal mano de obra rural. Los imperios fluviales (Mesopotamia, Egipto), basados en una agricultura intensiva y de regadío que contrasta con el cultivo de secano de la civilización mediterránea grecorromana, no fueron economías esclavistas, y sus sistemas legales carecían de una concepción estrictamente definida de la propiedad de bienes muebles.

Las grandes épocas clásicas: Grecia en los siglos V y IV a. C. y Roma desde el II a. C. hasta el II d. C. fueron aquellas en las que la esclavitud fue masiva y general entre los otros sistemas de trabajo. La decadencia de la esclavitud, en el Helenismo o en la Roma de la crisis del siglo III, significó la decadencia de ambas culturas urbanas. El predominio de la ciudad sobre el campo se invierte cuando el modo de producción esclavista es sustituido por el modo de producción feudal.

Grecia : Las polis griegas fueron las primeras en hacer de la esclavitud algo absoluto en su forma y sobre todo dominante en su extensión, convirtiéndola un sistemático modo de producción. Eso no quiere decir que el mundo griego clásico se basara de forma exclusiva en la utilización del trabajo de esclavos: los campesinos libres, arrendatarios y artesanos urbanos siempre coexistieron con los esclavos; pero el modo de producción dominante, que rigió la articulación de cada economía local y definió la civilización griega fue el esclavista.

Las estimaciones numéricas son poco fiables y varían enormemente. En la Atenas de Pericles la proporción esclavos/ciudadanos libres era quizá de 3 a 2. En otras polis (Quíos, Egina, Corinto) probablemente más. Aristóteles daba por supuesto la necesidad de esclavos en abundancia y Jenofonte proponía como proporción ideal 3 a 1. Lo verdaderamente importante es que por primera vez los esclavos fueron utilizados de forma habitual en la artesanía, la industria y la agricultura en escala superior a la utilización doméstica, propia de una concepción menos utilitaria y más de ostentación.

Al tiempo que la esclavitud se hacía general, la naturaleza de la esclavitud se hacía absoluta: ya no consistía en una forma relativa de servidumbre entre otras muchas, a lo largo de un continuo gradual, sino en una condición extrema de pérdida completa de libertad, que se yuxtaponía a una libertad nueva y sin trabas. La libertad y la esclavitud helénicas eran indivisibles: cada una de ellas era la condición estructural de la otra, en un sistema diádico que no tuvo precedente ni equivalente en las jerarquías sociales de los imperios del Oriente Próximo, que no conocieron ni la noción de ciudadanía libre ni la de propiedad.

Roma : Las guerras interiores y exteriores a partir de finales del siglo III a. C. (Guerras Púnicas, guerra social y guerra civil) pusieron bajo el control de la oligarquía senatorial grandes territorios, de forma especial en el sur de Italia. Al mismo tiempo acentuaron dramáticamente la decadencia del campesinado romano, que en otros tiempos había constituido la sólida base de pequeños propietarios de la pirámide social de la ciudad. La movilización sin fin agotó a los assidui, llamados año tras año a la legión. Los que no morían eran incapaces de conservar sus tierras, absorbidas por la nobleza ecuestre y senatorial. Del año 200 al 167 a. C., el 10% o más de todos los hombres libres y adultos de Roma estuvieron alistados permanentemente en el ejército. Este gigantesco esfuerzo militar sólo era posible porque la economía civil en la que se apoyaba podía funcionar hasta ese punto gracias al trabajo de los esclavos, que liberaba las correspondientes reservas de mano de obra para los ejércitos de la República. A su vez las guerras victoriosas proporcionaban más cautivos-esclavos para enviar a las ciudades y las fincas de Italia.

El resultado final fue la aparición de unas propiedades agrarias, los latifundios cultivadas por esclavos, de un tamaño hasta entonces desconocido. Los mayores podían alanzar más de 80.000 hectáras. Incluso siendo dispersos, sus fincas individualizadas solían superar los 500 iugera (120 hectáreas) y no eran raros tamaños diez veces superiores. Aumentó la combinación del cultivo de vid y olivo con el de los cereales, y la superficie dedicada a la ganadería. La comercialización estaba asegurada por las vías terrestres (calzada romana) y las rutas marítimas de un Mediterráneo pacificado que llevaban la producción a las ciudades, la mayor la propia Roma. A larga distancia las grandes metrópolis de Oriente proporcionaban un comercio de lujo.

A finales de la República quizá el 90% de los artesanos de Roma eran de origen esclavo. Se calcula que en el 225 a.c. habría en Italia 4.400.000 personas libres frente a 600.000 esclavos. En el año 43 a.C. la población libre no habría crecido, mientras que los esclavos serían 3.000.000 (cinco veces más que en la fecha anterior).

La pax romana de Augusto y el Imperio no podía significar el fin del expansionismo militar, pues si se acababa el mecanismo antes descrito (conquistas que proporcionen esclavos, que sustituyan a campesinos libres para que puedan convertirse en ciudadanos con obligaciones militares que vayan a conquistar más esclavos) el sistema entero caería. El siglo II, en que los emperadores de la dinastía Antonina combaten eficazmente en una frontera cada vez mejor definida, ve la última conquista de una provincia: la Dacia en tiempo de Trajano. La crisis del siglo III, con su correlato de invasiones, anarquía militar y crisis ideológica que conlleva la expansión y posterior triunfo del cristianismo es en lo económico la crisis del modo de producción esclavista. Los latifundios empiezan a ser cultivados por colonos semilibres, y los esclavos escasean. No se reproducen fácilmente, no se adquieren por conquista (los bárbaros están pasando a ser la fuerza principal del ejército romano), e incluso son liberados, a veces por motivos piadosos, lo que no oculta el interés que los propietarios tienen de convertirse en algo parecido a lo que serán los señores feudales. Las reformas de Diocleciano salvan el Imperio un siglo más, pero empujan el sistema en un sentido definitivamente feudal (los cargos públicos y oficios deben heredarse, la presión fiscal hace opresiva la vida urbana). La ciudad decae, al igual que la ciudadanía romana se extiende y deja de ser atractiva (Caracalla la había concedido a todos los hombres libres). Ciudadanía y libertad son conceptos que se han devaluado definitivamente. Cuando ser libre ya no signifique nada, nada significará ser esclavo. Son otras relaciones de producción.

Existe un intenso debate entre historiadores respecto a la cronología, las causas y las formas en que se produjo la transición entre el modo de producción esclavista y el modo de producción feudal, o transición entre esclavismo y feudalismo. La posición más clásica del materialismo histórico, empezando por la del propio Karl Marx, es situarlo en fechas tempranas, en la época de las invasiones bárbaras del siglo V; la historiografía materialista de mediados del siglo XX, como Perry Anderson, realiza una inclusión más sofisticada en un proceso de transición secular identificable con toda la Antigüedad tardía en Europa Occidental (desde la crisis del siglo III hasta el periodo post-carolingio -siglo IX-) y por otro lado autores vinculados a la francesa Escuela de Annales como Georges Duby o Pierre Bonnassie, apoyados en una ingente documentación, demuestran pervivencias fundamentales del esclavismo en la Alta Edad Media, hasta el siglo XI, en medio de la llamada revolución feudal. Según este último autor el auge del esclavismo se daría en el siglo VII.

MODO DE PRODUCCIÓN ASIÁTICA

El despotismo hidráulico es un término para un despotismo mantenido a través del control de un recurso único y necesario. Fue creado por el teórico alemán Karl A. Wittfogel en su obra Despotismo oriental en 1957. En su forma original, controlaba literalmente el agua. En el antiguo Egipto y en Babilonia, y por extensión Wittfogel agregaba la Unión Soviética y la República Popular China, el gobierno controlaba los canales de irrigación. Las personas leales reciben una abundante cantidad de agua para sus cultivos, mientras que los menos leales reciben muy poca o ninguna y, por lo tanto, sus cultivos mueren.

En la actualidad se discuten las posibles aplicaciones del concepto, para las formas monopólicas y casi monopólicas que caracterizan la circulación de diversas mercancías bienes o servicios como el caso del petróleo, las tecnologías, o la búsqueda de una reedición de sistemas despóticos en casos como la privatización del agua potable, la circulación de la energía, la información, la educación, la biotecnología, etc.

El concepto de despotismo oriental ya había sido expuesto por Karl Marx en su cuaderno Formaciones económicas precapitalistas (1858), "resultado de 15 años de investigaciones", en el cual establece las formas históricas diversas mediante las cuales, la propiedad comunal original humana, en la cual no hay propiedad privada de la tierra, pasó hasta la propiedad privada del suelo y finalmente hasta la separación entre el productor y la tierra, distinguiendo de la forma antigua romana y de la germánica, una forma asiática original. Para el autor la comunidad misma representa la primera gran fuerza productiva. Las condiciones objetivas impusieron la unidad de las comunidades para empresas comunes como las canalizaciones de agua, las vías de comunicación e intercambio o la guerra para asegurar un territorio para la subsistencia. Esta unidad en la medida que se perpetuó y se hizo indispensable, apareció distinta y por encima de las muchas comunidades, convirtiéndose como tal en el verdadero propietario de todo. La unidad suprema terminó encarnada en el déspota (Faraón, Emperador, Zar, Inca, Rey, tlatoani), gran padre de numerosas comunidades, al que se liga de una u otra manera a la divinidad. Entonces la unidad suprema sistematiza la apropiación del plusproducto, que toma la forma de tributo o de trabajos colectivos para el déspota y la élite.

Este sistema llegó a su "perfección" y expansión instaurado por centros soberanos tras sucesivas guerras y conquistas, tanto en Asia, como en el antiguo Egipto, México o Perú. John V. Murra (1955) estudio la organización económica del estado Inca, como un caso desarrollado y eficiente de despotismo comunal, anotando no solamente la relación con las formas asiáticas, sino con las economías y estructuras de poder africanas ashanti, ruanda, dahomey o yoruba y aun con las hawaianas. Destaca por ejemplo el descubrimiento del parecido entre la dopkwe dahomeiana y la mita incaica (aprovechada luego por los conquistadores españoles).

Maurice Godelier (1966), Jean Chesneaux (1969) y Roger Bartra, se han encargado de sistematizar los estudios de caso y la teoría al respecto, dentro del concepto de modo de producción asiático, que para universalizar algunos han llamado despotismo comunal. Hermes Tovar (1974) a partir del estudio de la sociedad Muisca desarrolló para determinadas formaciones sociales indígenas americanas el concepto de modo de producción precolombino.

Sistematizadamente, este sistema económico, contemporáneo del esclavismo europeo, consistía en que un pueblo tenía que entregar un pago o tributo a su soberano o a un pueblo conquistador, tributo que era comúnmente bienes agrícolas, y en algunos casos menos comunes, materiales de construcción.

El trabajo y la responsabilidad eran colectivos. El laboreo se hacía en tierras comunales, ya que la comunidad como un todo era la que entregaba el tributo.

La novela Dune de Frank Herbert establece un universo centrado en un despotismo hidráulico: la especia melange, esencial para, entre otras cosas, los viajes espaciales. Se dice que "quien controla la especia controla el universo".

En la película Desafío total, el aire en Marte es controlado por una autoridad central, la cual actúa como una déspota hidráulica.

En la popular saga de videojuegos de rol de Squaresoft "Final Fantasy", más concretamente en Final Fantasy 7, el mundo es gobernado por una corporación que controla la economía y destruye al planeta.

ECONOMÍA FEUDAL

Las invasiones que sufre en Europa durante más de cien años (normandos, musulmanes, eslavos) con la caída del Imperio romano y el posterior debilitamiento del Imperio carolingio frenarán la actividad económica hasta las puertas del año 1000.

Es en este momento cuando se extienden modernas técnicas agrícolas que, aún existiendo anteriormente, habían quedado a escasos espacios territoriales. Este proceso fue extraordinariamente lento, pero se intensificó a partir del siglo XII con la mejora de las comunicaciones y en los intercambios.

Entre los avances cabe destacar el aumento en el uso de los molinos de agua como fuerza motriz para el trigo y el aceite, que por una parte se extiende desde el norte de Europa hacia la zona central, y por otra con las aportaciones de los musulmanes en España desde el sur hasta Francia y de las acequias para riego, extendiendo los cultivos y liberando mano de obra que podía dedicarse a otras tareas más productivas. Además, mejoran los métodos de enganche de los animales, especialmente el caballo y el buey, introduciendo la collera rígida y el yugo sobre los cuernos. La cría del ganado de tiro aumenta de manera notable y permitirá disponer de animales en abundancia. También se cría el caballo de combate, que cambiará las prácticas de la guerra en detrimento de la infantería tradicional. Los instrumentos de uso agrícola, como el arado o la azada, generalmente de madera, son sustituidos por otros de hierro. Esto es especialmente útil en el centro y norte de Europa, entre el Loira y el Rin, donde la tierra turbosa y muy húmeda era difícil de trabajar. Ahora el arado penetra más, airea la tierra con mayor facilidad y permite la obtención de cosechas en espacios antes baldíos. Además, desde el norte de la actual Francia y el sur de Alemania se extiende un sistema de barbecho distinto que posibilita la rotación de suelos cada dos de tres años mediante la quema de rastrojos, en vez de uno de cada dos, y se abandona la práctica del cultivo itinerante. Al mismo tiempo, las canalizaciones de agua facilitan el riego en zonas como la Lombardía y en el sur de Europa garantizan sacar adelante cosechas en terrenos de clima mediterráneo seco.

El aumento de la producción como consecuencia de las innovaciones supone una reducción de las prestaciones personales de los siervos a sus Señores en cuanto a horas de trabajo, sustituyéndose por el pago de una cuantía económica o en especie. Se reducen las tierras del Señor y se extienden los arrendamientos. Al mismo tiempo los campesinos, disponiendo de más tiempo para procurarse sus ingresos, incrementan sus rentas y ganan en independencia. En algunos lugares, sólo son convocados a trabajar para el Señor en los periodos de laboreo con gran necesidad de mano de obra, como la siega. Todo ha sido consumado.

El Señor pasa de obtener trabajo gratuito, a recibir retribuciones en especie, que él muchas veces elige, y oro o plata. Esto provoca una mayor acuñación de moneda y el fluir del comercio. Aparecen las primeras grandes fortunas y los Señores hacen ostentación de sus bienes, muchos de ellos traídos de Oriente (entre otras, a través de la "ruta de la seda"). El Alto Clero comienza a disponer - a partir del siglo XI - de recursos con los que edifica las iglesias, catedrales y palacios episcopales.

Aumenta el número de tierras roturadas y comienza el periodo de eliminación de los bosques europeos, drenaje de las tierras empantanadas, extensión de los terrenos arados lejos de las aldeas y la construcción dispersa de casas campesinas. Aunque no sea rápidamente, el tiempo va cambiando el paisaje y las costumbres. Las tierras de pastos en las laderas más difíciles de arar y los terrenos de labranza en el resto se hacen comunes en muchas zonas. Es el tiempo en el que se extiende el cultivo de la vid, poco exigente con las tierras que han sido ganadas al bosque. Las mejores zonas atraen a una mayor masa de población y se producen migraciones en todo el centro de Europa. El crecimiento poblacional es notable a partir de 1050, llegándose a duplicar la población de Inglaterra en 150 años y triplicándose hacia el final de la Edad Media. En el siglo XI las hambrunas han desaparecido. Este incremento se realiza a costa de una mayor tasa de natalidad, si bien la de mortalidad se mantendrá más estable.

El crecimiento de las tierras labradas es obra en su mayor parte de los campesinos y no tanto de los Señores. Conforme éstos se habitúan a recibir las retribuciones en moneda o especie, van abandonando el deseo de acrecentar los latifundios en beneficio de cederlos en arriendo. El Señor controla muchas veces la venta de materiales y aperos de labranza a sus campesinos, lo que le garantiza un control importante sobre los siervos. Los campesinos exigirán, y obtendrán muchas veces, la fijación de una retribución no arbitraria al Señor, que consistirá en una aportación fija y otras variables en función de los resultados de las cosechas del año.

A partir del siglo IX los excedentes facilitan el comercio más allá de las fronteras del señorío. Las actividades comerciales permiten que surja una incipiente burguesía, los mercaderes, que en su origen eran campesinos que aprovechaban los tiempos en los que no era necesario el trabajo de la tierra para comerciar, y para reproducirse ya que se sentian más excitados y así uno y otro día sin descansar, y que deberán realizar su trabajo pagando igualmente una parte de sus beneficios en forma de tributos a los Señores. El lujo al que aspiran los Señores con el incremento de las rentas, favorece la aparición cada vez más frecuente de artesanos. Las rutas de peregrinación son los nuevos caminos por donde se abre el comercio. Roma, Jerusalén o Santiago de Compostela son los destinos, pero las comunidades situadas en sus vías de acceso florecen ofreciendo hospedaje, comida y ropa. La venta directa al consumidor permite a muchos campesinos aportaciones extras a sus arcas. Se incrementan las tasas de tránsito, peaje y mercados. Las ciudades, burgos, son al mismo tiempo espacios de defensa y de comercio conforme avanza el tiempo y se va gestando una nueva sociedad que despegará en los siglos XIII y XIV.

MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA

El modo de producción capitalista es uno de los modos de producción que Marx definió como estadios de la evolución de la historia económica definidos por un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y una forma particular de relaciones de producción. Es el siguiente al modo de producción feudal y, en la predicción del futuro que implica las tesis marxistas, su lógica interna le conducirá a su desaparición y sustitución por un modo de producción socialista.

Mientras que en la bibliografía no estrictamente marxista el capitalismo suele definirse como un sistema económico, para el materialismo histórico, el capitalismo es un modo de producción.

Esta construcción intelectual es originaria del pensamiento de Karl Marx (Manifiesto Comunista, 1848, El Capital, 1867) y deriva de la síntesis y crítica de tres elementos: la economía clásica inglesa (Adam Smith, David Ricardo y Thomas Malthus), la filosofía idealista alemana (fundamentan la dialéctica hegeliana) y el movimiento obrero de la primera mitad del siglo XIX (representado por autores que Marx calificaba de socialistas utópicos).

La definición marxista del modo de producción capitalista se centra en el establecimiento de unas relaciones de producción basadas socialmente en la existencia de proletarios que no poseen medios de producción ya que pertenecen a los capitalistas, con los que realizan un contrato de trabajo, mediante el cual venden su fuerza de trabajo, que es la única propiedad que tienen, a cambio de un salario, como única manera de conseguir los medios necesarios para sus subsistencia. Es el capitalista el que organiza la producción, que en su aspecto técnico está determinada por un nivel de desarrollo económico propio de la época industrial, en que el capital ha adquirido el predominio sobre la tierra, que era la fuerza productiva dominante en los modos de producción anteriores (esclavismo y feudalismo). La clave de la concepción marxista del capitalismo está en los conceptos de alienación (el hecho de que el proceso y el producto del trabajo devienen ajenos al trabajador); y de plusvalía, o sea, el valor incorporado por el trabajador asalariado al producto que excede en al valor que representa el salario (teoría del valor-trabajo). En esa diferencia de valor estriba para Marx el beneficio del capitalista, puesto que es éste el que realiza el valor de lo producido mediante la venta en el mercado, que genera un precio que ha de ser superior al costo de producción si es que la actividad económica ha sido exitosa.

La apariencia libre del contrato entre capitalista y trabajador (que según la teoría liberal habría de ser individual y sin interferencias de negociación colectiva de sindicatos o legislación protectora del Estado) apenas enmascara la presión a la que está sometido éste por la existencia de un ejército industrial de reserva, que es como Marx denomina a los desempleados que están dispuestos a sustituirle. No es original de Marx, sino de Ricardo y otros pensadores liberales (Ferdinand Lassalle), la idea de que el funcionamiento libre del mercado somete a los salarios a una ley de bronce que impide que asciendan más allá del límite de la subsistencia. Los proletarios deben de cuidar ellos mismos de la reproducción de la fuerza de trabajo.

La crítica marxista al capitalismo sostiene que este modo de producción contiene contradicciones inherentes que provocan las crisis cíclicas. Karl Marx, en su obra El Capital, fundamenta esta opinión aduciendo que cada vez es más difícil para el capitalista valorizar su capital. Las relaciones de competencia a las que está sujeto el capitalista, obligan a éste a implementar de manera constante y creciente nueva y mejor maquinaria para incrementar la productividad del trabajo y, de esta forma, vender sus mercancías a precio más bajo que sus competidores directos. De este modo, disminuye el componente "trabajo vivo" (la contratación de trabajadores) dando lugar a lo que Marx denomina "ejercito industrial de reserva" es decir, una considerable parte de la clase obrera que queda a la espera de un trabajo. Esta espera forzosa que impone el capitalismo a la clase obrera, hace que este "ejercito industrial de reserva" se convierta, por un lado, en una importante masa de pobres e indigentes, y, por otro lado, en causa de la imposibilidad de que el salario ascienda rápidamente (debido al excedente de oferta de fuerza de trabajo).

MODO DE PRODUCCIÓN SOCIALISTA

El socialismo es un régimen económico – social basado en la propiedad social de los medios de producción, y que se caracteriza por su decidida lucha por dar satisfacción a las crecientes necesidades materiales y culturales de toda la sociedad, y de cada uno de sus miembros, sobre la base de desarrollar, de manera incesante y planificada, la economía nacional, y de incrementar, ininterrumpidamente, la producción del trabajo social.

El socialismo tiene su fundamente filosófico en los siguientes principios:

-CREENCIA EN EL PROGRESO

El hombre es esencialmente un "HOMO SOCIUS" es decir un HOMBRE SOCIAL. El hombre esta en este planeta para poder vivir en sociedad. No puede concebirse al ser humano en forma aislada

Por tanto, la colectividad tiene prioridad sobre el individuo, los intereses sociales tienen mayor importancia que los personales.

La defensa de los auténticos intereses de la colectividad

El socialismo se basa esencialmente en la PRODUCCION SOCIAL de los medios de producción

Para el socialismo la propiedad privada de los medios de producción es un robo

El desarrollo y el perfeccionamiento de la producción social sirven para satisfacer, de manera cada vez mas complot, las creciente necesidades materiales y culturales de la sociedad

"Pienso que la tierra pertenece, para su uso, una vasta familia de la cual muchos ya han muerto, unos pocos viven, y son innumerables los que aun no han nacido"

- Un miembro de una tribu indígena -

-MATERIALISMO

Para el socialismo, los valores materiales privan sobre los valores espirituales.

En la vida social humana, el factor determinante en última instancia es el económico

Es decir que las condiciones materiales de existencia determinan el accionar, el pensamiento y ka conciencia de los hombres.

-HUMANISMO

El socialismo es un humanismo que trata de crear una serie de valores cuyo centro es el hombre

Existen leyes naturales y leyes específicas de la vida social. La razón deber imponerse sobre la naturaleza. Por tanto la justicia debe imponerse sobre el egoísmo y el bienestar individual.

Es un grave error considerar al hombre como un ente natural, separado de la sociedad, olvidando su esencia social. Al ser humano es necesario concebirlo dentro de las leyes objetivas del desarrollo de la sociedad que son en realidad las que crean la persona humana.

El socialismo, al desvalorizar la propiedad privada y no aceptar la explotación del hombre para el hombre, establece entre los individuos relaciones auténticamente humanas, de tal manera que el hombre viene a ser EL AMIGO DEL HOMBRE

Por tanto el socialismo persigue una sociedad en la cual se debe eliminar toda desigualdad, y debe quedar bien establecida la expresión de la justicia, formulada en el principio que dice:

"De cada uno, según sus capacidades, a cada uno, según sus necesidades"

-LIBERTAD CONCIENTE

Para el socialismo, la libertad es la necesidad de la que se ha tomado conciencia.

Es decir que acepta como libertad, LA VOLUNTAD determinada por las condiciones exteriores al individuo

La necesidad existe en la naturaleza y en la sociedad en forma de leyes objetivas, la necesidad objetiva es lo primario, la voluntad y conciencia del hombre es secundario y derivado.

La libertad humana está condicionada por la dependencia en que los hombres se encuentran, no solo respecto a la naturaleza, sino, además, respecto a las fuerzas sociales que imperan sobre ellos

La libertad no consiste en una soñada independencia de las leyes naturales y sociales, sino el reconocimiento de esas mismas leyes, y en la posibilidad de actuar según un plan y reconocimiento de las mismas.

La libertad, por tato, de encuentra determinada…. aún más: PREDETERMINADA

-EL ESTADO = EXPRESA LA VOLUNTAD DE TODA LA SOCIEDAD

Para el socialismo, el estado debe velar por los intereses de la sociedad. El trabajo no tiene valor

Para el socialismo, el trabajo tiene un valor tan grande que no se le puede asignar ningún valor. Por tanto, para el socialismo el trabajo es una acción gratuita y voluntaria en bien de la sociedad sin poner condiciones sobre remuneración

-LA ÉTICA ESTA DETERMINADA POR EL RÉGIMEN ECONÓMICO SOCIAL

Las características de la economía socialista son entre otras la aspiración hacia una JUSTICIA SOCIAL, en lo referente a las relaciones sociales de producción, la propiedad social de los medios de producción, la prioridad del bien común sobre el bien privado

El desarrollo de la economía nacional se basa en la productividad del trabajo social, el cual garantiza el progreso, entendido este como la satisfacción de las necesidades materiales y culturales de toda la sociedad Ciertamente, los miembros de la sociedad socialista, además de necesidades individuales, tiene necesidades sociales.

La satisfacción de estas necesidades sociales exige obligatoriamente un plus producto.

Por tanto, el trabajo excedente, como trabajo por encima de la medida de las necesidades inmediatas, tiene que existir siempre, pero bajo el socialismo, el plus producto debe llegar a las manos de todos los trabajadores de la sociedad socialista estén interesados no solo en crear plus producto, sino además en el incremento sin cesar

El plus producto, bajo la sociedad socialista, expresa relaciones de colaboración amistosa y de ayuda mutua entre los trabajadores de la sociedad socialista

DESARROLLO Y SUBDESARROLLO

El concepto de subdesarrollo, y sobre todo el de país subdesarrollado, es un muy moderno. Aparece durante la descolonización, en los años 50. Existe la tendencia a enfocar el problema del subdesarrollo como un dato estadístico y comparativo, entre los países ricos y los pobres, por su renta per cápita o su producto interior bruto. Sin embargo, no es lo mismo una sociedad no desarrollada que una sociedad subdesarrollada. Aquella es una sociedad no capitalista, sin los avances tecnológicos propios de la sociedad occidental, pero perfectamente estructurada y que responde a las necesidades de sus individuos y del medio. La sociedad subdesarrollada tiene otros problemas, derivados de ser una sociedad capitalista con un bajo de nivel tecnológico y una renta mal repartida. Pero, además, es una comunidad que no responde a las necesidades de sus individuos, que sufren altos índices de paro, subempleo, delincuencia y marginalidad, y que tampoco responde a las necesidades del medio, ni está en sintonía con él.

El concepto de subdesarrollo se divulga durante los años 60 gracias a los medios de comunicación de masas, que lanzan como problema el hambre en el Tercer Mundo, las guerras, las dictaduras, etc. Durante los años 60 el subdesarrollo se entiende como una consecuencia del bajo consumo. Por un lado está subdesarrollado, o es pobre, el que no puede consumir; y por otro, la doctrina keynesiana vincula el desarrollo y el crecimiento económico al consumo. Los niveles de consumo de los países capitalistas desarrollados son un estadio de civilización al que todo el mundo está abocado.

La crisis económica de 1973 puso en duda que el desarrollo económico por el consumo fuese ilimitado, ya que los niveles de consumo tenían un límite. Se hizo patente que las posibilidades de supervivencia del sistema económico dependía de la buena distribución de la renta.

Las desigualdades aparecen cuando existe gran diferencia entre el número de consumidores y la capacidad del aparato productivo. Esto se traduce, a escala local, en las diferentes formas de posesión y uso de los recursos, y de los medios de producción.

Los países subdesarrollados dependen industrial y económicamente de los desarrollados. Son estos los únicos capaces de acumular capital a costa de los recursos ajenos. La inversión en un país subdesarrollado tiene como objeto obtener unos beneficios, y por lo tanto detraer capital de la zona. Los canales de comercialización de los productos están en manos de los países desarrollados. Es aquí donde mayores capitales se acumulan, ya que tienen la función de poner en el mercado los artículos.

Características de los países subdesarrollados

Estas características son, frecuentemente, explicaciones, y excusas, de porqué un país está subdesarrollado.

En primer lugar, sus habitantes apenas disponen de lo necesario. El concepto de lo necesario se amplía en la sociedad capitalista de consumo de masas. Es la vieja teoría que vincula el desarrollo y el consumo con el crecimiento económico. Es un concepto relativo que se amplía con el desarrollo económico.

Otra característica es la subproducción de tipo capitalista. Los recursos no están aprovechados. Según esto, sólo es posible producir en fábricas al modo capitalista, consumiendo los recursos de manera predadora. Pero el concepto de recurso es algo que cambia con la tecnología, y las posibilidades que tiene una sociedad para utilizarlo.

Otra, es su alto crecimiento demográfico, debido a causas endógenas. Existe la creencia de que las altas tasas de incremento de la población impide el desarrollo económico. Esto, que puede ser cierto a escala familiar o en el corto plazo, no lo es a escala nacional, ya que una masa de población grande garantiza una mano de obra abundante y barata, que, además, es consumidora. Si la población es mayoritariamente dependiente, o está en el paro, se debe a los bajos niveles de inversión, y no a los altos índices de población.

Otra, es la dependencia económica del mundo desarrollado, en un nuevo tipo de colonialismo, neocolonialismo, según el cual la inversión industrial y los canales de comercialización del producto están en manos de los países ricos, frecuentemente las antiguas metrópolis. La reducida inversión implica unos bajos índices de industrialización, que además depende del exterior, y que, en última instancia, se lleva los beneficios del capital y las horas trabajadas.

GRAN DEPRESIÓN DE 1929: CAÍDA DE WALL STREET

La crisis económica mundial más importante en lo que va del siglo XX manifestó su primer síntoma con el Crack de la Bolsa de Nueva York, a fines de octubre de 1929.

En los días que van del 24 al 29 de octubre de 1929 se produjo un gran pánico entre los inversionistas con la consecuente super oferta de acciones, que motivó una gran caída en sus precios.

Debido a ello quebraron Bancos y empresas industriales, lo que marcó el comienzo de una gran desocupación.

En 1930 la cantidad de desocupados en Estados Unidos de Norteamérica superaba los 17 millones, cifra que significaba el 30% de la población activa.

Esta crisis influyó para que se produjera un cambio de actitud en el mundo capitalista y se prestara mayor atención a la planificación estatal.

Este camino fue iniciado por Franklin Roosevelt con la aplicación del New Deal  que dio importancia a la planificación, cosa que se incrementó con la II Guerra mundial en 1939 y con la política económica mundial de post guerra y los distintos organismos de cooperación económica y financiera formados por distintos países.

► ANTECEDENTES HISTÓRICOS

El 24 de octubre de 1929 al mediodía, el crecimiento financiero de los años veinte yacía hecho pedazos en el suelo de la Bolsa de Nueva York. Miles de norteamericanos, desde viudas pobres hasta magnates, habían perdido sus salvavidas. Al final del día se habían suicidado once financistas.

Mirando hacia atrás, los signos que desembocarían en el «jueves negro» estaban escritos en las paredes. Los precios de las acciones habían subido más del doble desde 1925 y en setiembre el índice Dow Jones (una estimación del valor de las acciones principales) había alcanzado la marca récord de 381 en un mercado frenético.

Los indicios de una recesión económica mundial y las advertencias de los expertos de que las acciones estaban sobrevaluadas habían provocado que algunos inversores importantes empezaran a retirarse del mercado, pero el 19 de octubre el impulso de vender alcanzó proporciones alarmantes y los precios empezaron a caer.

► CAÍDA DE LA BOLSA DE WALL STREET:

Si bien la Primera Guerra Mundial se desarrolló solamente en algunas regiones europeas, la crisis económica que se desencadenó luego de su finalización afectó a todo el planeta.

Esta crisis, que cuestionó entre las dos guerras mundiales, la supervivencia del sistema capitalista tal como se venía planteando hasta ese momento, tuvo su centro en los Estados Unidos y de alli se extendió al mundo.

► LOS DESEQUILIBROS ECONÓMICOS:

Luego de la Primera Guerra, los gobiernos de los diferentes países del mundo, tenían esperanzas en recuperar la prosperidad económica que habían disfrutado hasta 1914.

Durante los años 1918-1919, parecía que estas expectativas se estaban cumpliendo, pero en 1920 comienza una crisis que hizo caer precios y expectativas.

Tanto los países anglosajones, como los que habían permanecido neutrales en la guerra, como Japón, ensayaron propuestas para volver a tener una economía sólida basada en una moneda estable, pero lo consiguieron solo parcialmente.

Sin embargo, en la caótica Alemania cayó totalmente el sistema monetario, con lo cual la moneda perdió su valor y terminó con el ahorro privado.

Las empresas, entonces, debieron recurrir a los préstamos extranjeros para poder sobrevivir, circunstancia que colocó a Alemania, en los años siguientes, en una gran dependencia de los créditos externos.

La situación no era muy diferente en la Unión Soviética y en los países del este europeo, pero en Polonia, Hungría y Austria, la moneda no perdió totalmente su valor.

A partir de 1924, la crisis se fue superando, y comenzó una nueva etapa de prosperidad que reanuda el crecimiento económico, a pesar que algunos precios de materias primas y alimentos básicos volvieron nuevamente a bajar, y que el desempleo se mantuvo alto.

Estos desequilibraos llevarían a una nueva crisis, pero esta vez, más profunda.

► ESTADOS UNIDOS Y EL MODELO DE VIDA AMERICANO:

La Primera Guerra Mundial había favorecido a los Estados Unidos de una manera espectacular, convirtiéndolo en el principal proveedor de materias primas y productos alimenticios e industriales.

También era el principal acreedor del mundo, y su influencia en Europa era fundamental.

La guerra había traído también un importante crecimiento industrial que se calcula en un 15%, siendo los sectores más favorecidos aquellos relacionados con la industria bélica.

La agricultura también se había beneficiado y las necesidades europeas de comerciar, convirtieron a la flota americana en la segunda marina mercante del mundo.

La prosperidad y el crecimiento que se inició en los primeros años de la década de 1920, fueron mucho más profundos y estables en los Estados Unidos.

En esta época se consolidaron sectores industriales nuevos como la industria eléctrica , la química y la petroquímica, la aeronáutica, la automotriz, el cine y la radiofonía.

Como consecuencia de este desarrollo industrial sin precedentes, el sistema energético se renovó, sobre todo a partir del incremento del consumo de petróleo y electricidad.

La industria se hizo más eficiente al incorporarse el Taylorismo y el Fordismo como nuevas modalidades de producir y organizar el trabajo y la producción en serie se impuso.

También se desarrollaron nuevas actividades relacionadas indirectamente con las nuevas industrias, como la construcción de carreteras, de aeropuertos, de viviendas de fin de semana, etc.

Como la competencia industrial era muy fuerte, aumentó la concentración empresarial, dando lugar a la formación de trusts.

La agricultura, por el contrario, no vivió un crecimiento similar, pues los precios agrícolas se mantuvieron por debajo de los precios industriales, generando un desequilibrio desfavorable al sector primario.

Ante esto, muchos campesinos vendieron sus tierras por debajo del valor real y se fueron a las ciudades.

Sin embargo, la prosperidad indefinida y el optimismo se extendían por todas partes. Eran los años dorados del consumismo y de la exaltación nacionalista. Se creía alcanzada la meta de ser una sociedad opulenta.

El clima de confianza se tradujo en la compra de acciones de las empresas industriales por parte de un gran número de la población, siendo la Bolsa de Nueva York el centro de la economía mundial, a dónde llegaban capitales de todos los puntos del planeta.

A pesar de esto, como la economía mundial estaba en desequilibrio con respecto a los Estados Unidos, no se pudo generar una demanda suficiente que pudiese sustentar la expansión industrial.

Esto dio lugar a que ya en 1925, se comenzase a acumular stock de diversos productos, dando lugar a la caída de los precios, al desempleo y a la pérdida de la capacidad adquisitiva de la población.

Hacia fines de la década, la compra de acciones de manera desenfrenada creció en un 90%.

La especulación financiera hacía ganar dinero rapidamente, siendo el valor de las acciones ficiticios, ya que estaban por encima de su valor real.

(La gente sacaba créditos en los bancos y ponía ese mismo dinero en la bolsa, a un interés mas alto de lo que pagaba)

► EL PORQUE DE LA CRISIS:

A medida que la prosperidad aumentaba, los empresarios buscaron nuevas negocios para invertir sus ganancias.

Prestaban dinero a Alemania y a otros países e instalaban sus industrias en el extranjero (la Argentina y Brasil, entre otros).

También invertían en maquinarias que permitían aumentar la producción. Desde que advirtieron que tendrían dificultades para vender tanta mercadería, comenzaron a invertir en bienes de lujo, como joyas o yates, y en negocios especulativos.

La compra de acciones en la bolsa se fue transformando en uno los más rentables.

Muchas veces, para comprar acciones, los empresarios pedían créditos a los bancos.

Debido a que la ganancia de las acciones podía llegar a un 50% anual y el interés que debían pagar por los créditos bancarios era del 12%, los beneficios que obtenían eran enormes.

A fines de la década, la prosperidad, que antes estaba basada en el desarrollo industrial, pasó a depender de la especulación.

En 1928, algunos síntomas hacían prever que la economía estaba en peligro. Los ingresos de la población no habían subido tanto como para que el consumo siguiera creciendo.

Los almacenes estaban llenos de mercaderías que no podían ser vendidas y muchas fábricas comenzaron a despedir a sus trabajadores.

Sin embargo, en la bolsa seguía la fiesta especulativa.

Los precios a que se vendían las acciones no reflejaban la situación económica real de las empresas.

Aunque el crecimiento de muchas de ellas se había detenido, sus acciones seguían subiendo porque había una gran demanda de los especuladores. Nadie pudo o quiso darse cuenta de la gravedad de la situación.

Cuando en octubre de 1929 la Bolsa de Nueva York quebró, la crisis fue inevitable y se extendió al sistema bancario, a la iindustria, el comercio y al agro estadounidenses.

Sus consecuencias se sintieron también en todo el mundo y perduraron hasta la Segunda Guerra Mundial.

► EL 24 DE OCTUBRE DE 1929

El jueves 24 de octubre de 1929, se produjo el crash de la bolsa de Wall Street.

Más de 13.000.000 de títulos que cotizaban en baja no encontraron compradores y ocasionaron la ruina de miles de inversores, muchos de los cuales, habían comprado las acciones con créditos que ya no podrían pagar. 

Esto llevó a que la gente entrara en pánico, y quienes poseían dinero en cuentas bancarias corrieron a retirarlo.

Los bancos no eran capaces de hacer frente a tal magnitud de reintegros, y además, como en los Estados Unidos se había tratado de hacer frente al descenso de la demanda con una expansión del crédito a los ciudadanos comunes, se vieron desbordados por deudas incobrables.

Ante esto, se negaron a dar nuevos créditos y a refinanciar las deudas existentes, pero sin embargo, aproximadamente 600 bancos americanos quebraron.

A partir de ese momento se inició un período de contracción económica mundial, conocido como la «GRAN DEPRESiÓN».

En los Estados Unidos, el descenso del consumo hizo que los stocks acumulados crecieran, las inversiones se paralizaran y muchas empresas tuviesen que cerrar sus puertas.

La caída de la actividad industrial supuso una desocupación generalizada, de tal manera que se calcula que hacia 1932, existían en los Estados Unidos cerca de 13.000.000 de desocupados.

La depresión trajo también penuria en el campo, pues muchos agricultores se arruinaron como consecuencia de la caída de los precios y de los mercados agrícolas.

Como solución desesperada para poder pagar sus deudas, gran cantidad de trabajadores agrícolas vendieron sus tierras a precios irrisorios y se fueron a trabajar al oeste.

La pobreza no alcanzó solo a campesinos y obreros, sino que se extendió a empleados, profesionales y capitalistas arruinados.

► EXTENSIÓN DE LA CRISIS:

Las conexiones existentes en la economía internacional, pero sobre todo la dependencia que de los Estados Unidos tenía la economía europea, hicieron que la Gran Depresión, se extendiera por todo el mundo.

La caída de los precios en América afectó a las industrias de otras partes del mundo que tenían precios superiores a los estadounidenses y que al no poder competir, vieron drásticamente reducidas sus exportaciones.

Al mismo tiempo, la disminución de la demanda norteamericana, (y por ende, de sus importaciones), frenó las exportaciones de muchos países, con lo que disminuyó el comercio mundial.

Los Estados Unidos también trataron de repatriar capitales que habían invertido en diferentes países.

Esto tuvo una especial repercusión en Alemania, que tenía cuantiosos créditos tomados a Norteamérica, pues ese país había sido prácticamente obligado a endeudarse para hacer frente a las reparaciones de guerra estipuladas en el Tratado de Versalles, las que debían ser pagadas en efectivo.

La crisis afectó también a Austria, Gran Bretaña, Francia, América Latina, el Sudeste Asiático, Australia, y muchos más, ya que salvo en la Unión Soviética, sus consecuencias repercutieron de una u otra manera en todo el planeta.

El 11 de diciembre de 1930, en la ciudad de Nueva York, el poderoso Banco de Estados Unidos se derrumbó, y destruyó los depósitos de medio millón de cuentahabientes.

Sólo en 1931 se desplomaron unos 2,300 bancos. Innumerables fabricantes con exceso de existencias cerraron sus fábricas para reducir pérdidas.

Entre 1930 y 1933 un promedio de 64,000 trabajadores por semana pasó a engrosar la multitud de desempleados.

En 1933, unos 13 millones de estadounidenses estaban sin empleo, y quienes lo conservaron vieron reducidos sus salarios. La producción industrial descendió hasta los niveles de 1916.

► EL «NEW DEAL»:

La crisis había llevado a replantear el rol del Estado en la economía de una nación.

En marzo de 1933 asumió como presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, quien se fijó como principal objetivo reconstruir la economía de su país.

Para esto desarrolló un plan conocido como «New Deal», que consistía en la regulación de la economía favoreciendo las inversiones, el crédito y el consumo, lo que permitiría reducir el desempleo.

El gasto público debía orientarse a la seguridad social y a la educación.

El modelo estaba inspirado en las ideas del economista John Keynes que expuso sus principios en el libro «La teoría general del empleo, el interés y el dinero».

Keynes sostenía los principios del liberalismo clásico, pero proponía la intervención del Estado en aquellos casos en que se viera perjudicado.

Creía que una redistribución de los ingresos y el aumento de la tasa de empleo, reactivaría la economía. Nació así la teoría keynesiana.

Las medidas adoptadas por Roosevelt fueron: ayudar a los bancos, subvencionar a los agricultores, aumento de los salarios y reducción de las horas de trabajo, creación de nuevos puestos de trabajo en la administración pública y en obras públicas, lo que daría un fuerte impulso a la construcción y a sus industrias derivadas.

También se establecieron planes de asistencia sanitaria y se organizó un nuevo sistema de jubilaciones y pensiones»

Los resultados del New Deal fueron desiguales, lográndose estabilización en lugar de crecimiento.

No se logró el pleno empleo y la permanencia de un número alto de desocupados, hicieron de la década del 30. Un período de tensiones y enfrentamientos sociales.

LOS GOBIERNOS enmarcados en el New Deal (Nuevo Trato) del presidente Franklin Delano Roosevelt, desde 1933 hasta 1940, no lograron elevar el empleo ni la producción industrial norteamericana a los niveles que tenían en 1929.

Sin embargo, gracias a la inversión pública y a la reestructuración casi total de la economía, pero sobre todo al liderazgo económico de Washington, el país quedó preparado para asumir el predominante papel internacional que le correspondió desempeñar en la Segunda Guerra Mundial y que trajo consigo la recuperación económica además de una gran victoria.

La necesidad de aumentar la producción debido a la guerra finalmente solucionó el problema de la cesantía.

El esfuerzo económico que se requería para satisfacer las demandas de las fuerzas armadas y los aliados era gigantesco.

La forma en que reaccionó la industria norteamericana abrió un espectro tan grande de posibilidades económicas que, al realizarse, crearía para los Estados Unidos una era de prosperidad y poder, sin precedentes.

PRIMER DISCURSO DE INAUGURACIÓN DE F.D. ROOSEVELT EL 4 DE MARZO DE 1933

[…] Nuestra tarea prioritaria es hacer que la gente vuelva a trabajar.

Esto se puede conseguir mediante un reclutamiento directo por parte del gobierno. […]

Nosotros podemos facilitar la realización de este objetivo aumentando el precio de los productos agrícolas, y con éstos la capacidad adquisitiva de los agricultores.

Podemos facilitarlo insistiendo para que el gobierno federal, el de los Estados y los gobiernos locales se pongan a trabajar inmediatamente para reducir de una forma draconiana sus costes de funcionamiento.

Podemos facilitarlo unificando las ayudas a las víctimas de la crisis. […]

Podemos facilitarlo planificando y supervisando a nivel nacional todas las formas de transporte, de comunicaciones y de servicios que tienen claramente un carácter de interés público […].

Finalmente, en nuestro camino hacia la plena ocupación, necesitaremos llevar a cabo tres medidas destinadas a prevenir un retorno a los malos tiempos pasados: tendrá que haber una estricta vigilancia de todas las actividades bancarias, financieras y de inversiones; habrá que limitar las actividades de los que especulan con el dinero de los demás; habrá que asegurarse de que nuestra divisa sea a un tiempo adecuada y saneada. […]

Nuestras relaciones comerciales internacionales, aunque tienen mucha importancia, son, hoy, secundarias respecto a la necesidad de establecer una política nacional saneada […]

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► DEPRESIÓN MUNDIAL

La oleada de la depresión económica norteamericana sacudió a todo el mundo.

Japón perdió el lucrativo mercado estadounidense para sus exportaciones de seda (que habían supuesto vitales ingresos para los agricultores y trabajadores de su industria textil).

Debido a la retirada de los préstamos norteamericanos, muchos gobiernos de Iberoamérica tuvieron que abandonar numerosos proyectos.

En Europa, la quiebra del Creditanstalt, el mayor de los bancos austríacos, en mayo de 1931, repercutió en muchos otros, que se vieron obligados a cerrar, incapaces de satisfacer sus obligaciones.

Los esfuerzos internacionales por ayudar al Creditanstalt sólo lograron agotar las necesarias reservas de otros bancos.

En Alemania estaban sin trabajo la mitad de los hombres en edades comprendidas entre 16 y 30 años.

En Australia, el desempleo ascendió de menos del 10 por ciento en 1929 a más del 30 por ciento en 1932.

En el mundo, el número de los desocupados se elevaba a 30 millones.

En las ciudades, el aguijón del hambre impulsaba a infinidad de hombres y mujeres a buscar alimento en los cubos de basura.

Mientras tanto, miles de hectáreas de grano se pudrían en los campos porque su recolección y transporte no resultaban económicos. En Brasil se quemaron, por la misma causa, miles de toneladas de café.

En septiembre de 1931, Gran Bretaña abolió la convertibilidad de la libra en oro; es decir, el patrón oro había sucumbido.

Al protegerse las naciones con fuertes barreras arancelarias, cuotas de importación, devaluaciones de moneda y numerosos medios para amparar sus industrias, el comercio internacional se derrumbó.

Las dificultades económicas acentuaron la insolidaridad de las naciones, cuando sólo la cooperación hubiera podido subsanar los males.

Paradójicamente, el auténtico estímulo para la recuperación económica provino del rearme alemán, cuyas larvadas raíces se hundían siniestramente en la sima de la Depresión.

En términos de vidas y padecimientos, fue un estímulo cuyos abrumadores costes superarían cuanto la experiencia o la imaginación humanas pudieran concebir.

• MANIFESTACIONES DE DAMNIFICADOS

Las manifestaciones —como esta marcha de hombres sin trabajo organizada en Londres en 1930 (centro)— ponían de relieve ante la opinión pública la angustiosa situación. Inglaterra tenia en diciembre de 7930 dos millones y medio de parados.

• EFECTO DE LA CRISIS EN AMERICA LATINA:

Las guerras y las crisis tienen repercusiones ambivalentes.

Por una parte, las destrucciones que acarrean pueden empobrecer a grandes potencias y arruinar el comercio internacional.

Por otra, la ruptura económica pueda facilitar el «despegue» de algunos países.

Así, por ejemplo, los países latinoamericanos, no envueltos directamente en las dos Guerras Mundiales, encontraron en ellas la oportunidad de transformar su economía.

Durante este período América Latina incrementó sus exportaciones y acumuló considerables ingresos, al mismo tiempo que los países capitalistas centrales, plenamente implicados en estos conflictos, dedicaban todo su esfuerzo industrial a la producción de armamento y cesaban momentáneamente en su papel de exportadores de bienes de consumo directo.

En la década de 1920, aun con precios inestables y, a menudo, desfavorables, América Latina alcanzó un lugar importante en el mercado internacional gracias a la demanda, europea primero y estadounidense después, de materias primas.

De todos modos, el mundo occidental dominante tenía todavía en su activo las tres cuartas partes de la producción de minerales, y apenas dependía del resto del mundo para abastecerse de energía.

Incluso antes de estallar la crisis de 1929, el mercado de materias primas era muy inestable, sobre todo para América Latina, que perdió en parte su anterior diversificación comercial y se ligó más a la nueva economía dominante: Estados Unidos.

Entre 1910 y 1930, la coyuntura internacional fue favorable a Latinoamérica, pues se sostuvo la expansión de Brasil y los países del Plata, y mediante inversiones directas norteamericanas el crecimiento llegó a regiones hasta entonces muy atrasadas.

Aun así, la Gran Depresión, desencadenada en un momento en que el mundo ya era interdependiente, alcanzó tanto a los países pobres como a los ricos, pero no por igual.

En Latinoamérica las repercusiones de la crisis fueron mayores porque el continente estaba ya más abierto al comercio internacional y porque Estados Unidos -país donde se inició esta importante crisis económica- había sustituido a Gran Bretaña como principal proveedor de mercancías y capitales.

Los efectos de la crisis alcanzaron de lleno a Argentina, Brasil y México: por una parte, los países ricos redujeron a una tercera parte sus compras en estas naciones; por otra, los movimientos de capital se interrumpieron.

Los efectos primordiales de la crisis fueron, pues, nocivos.

Si bien, examinando la cuestión con más profundidad, se podría incluso afirmar que la crisis benefició al conjunto de América Latina, por cuanto el cierre del mercado internacional la indujo a industrializarse y a diversificar su producción.

• CRÓNICA DE LA ÉPOCA:NOTA A CARGO DE SILVIA B. LÁZZARO HISTORIADORA, PERÍODICO EL BICENTENARIO FASC. N°6 PERÍODO 1910-1929

La crisis con epicentro en Wall Street impacta en todos los ámbitos de la economía capitalista, afectando tanto a los países industrializados como a los productores de materias primas.

Los motivos de la amplia propagación son las gigantescas dimensiones asumidas por la producción industrial en Estados Unidos y los vínculos financieros que la posición dominante del dólar había creado en Europa, Canadá y América latina.

El mecanismo de mercado se desbarató provocando, por un lado, la implementación de formas de regulación ante la exigencia de generar renovados impulsos a la actividad económica y para recuperar el empleo y la demanda; y por otro, se produjo un reacomodamiento, fundamentalmente en los países centrales, que se caracterizó por adoptar claros perfiles proteccionistas. Se asistió a una quiebra del sistema multilateral de comercio y de pagos, cobrando fuerza procesos como la constitución de bloques, acuerdos bilaterales, devaluación monetaria, abandono del patrón oro, adopción de controles de cambio y el establecimiento de cuotas de importación.

El objetivo explícito de tales medidas tiende a desvincular los medios de pago y el nivel de la economía interna, de las fluctuaciones del balance de pagos y a posibilitar la adopción de estrategias monetarias y fiscales compensatorias que permitan contrarrestar los efectos de la crisis. Las secuelas más inmediatas de esta situación son la disminución del comercio y del movimiento internacional de capitales, lo que implica una serie de consecuencias mutuamente condicionadas para las economías dependientes especializadas en la exportación de productos primarios: reducción de los volúmenes exportados; trastrocamiento de la corriente internacional de capitales; disminución del poder de compra de las exportaciones; empobrecimiento de las reservas, y profundización del endeudamiento externo en tanto es ineludible equilibrar el déficit de la balanza de pagos.

Los vanos intentos por encontrar un acuerdo que regule las transacciones internacionales muestran hasta qué punto se deterioró la situación política.

Las economías latinoamericanas sufrieron de inmediato las secuelas de la crisis, surgiendo dos opciones para responder al crack económico global: una, fortalecer los vínculos comerciales con los países desarrollados con el propósito de compartir equitativamente el mercado y mantener el funcionamiento del modelo basado en la exportación/importación, en el contexto más general signado por la reducción de la demanda ocasionada por la crisis; otra, no necesariamente contrapuesta a la primera, iniciar un proceso de industrialización que tienda a superar la vulnerabilidad externa y a lograr una mayor autosuficiencia, sustituyendo importaciones tradicionales de Europa o Estados Unidos.

A causa de los efectos de la depresión sobre los sectores más concentrados se está registrando un desplazamiento general hacia la implementación de políticas económicas intervencionistas que estimulen la sustitución de importaciones y el incremento de la actividad industrial.

E implica secuelas sociales complejas: el germen de una burguesía industrial, que no representa una amenaza potencial a la hegemonía de las clases tradicionales -sino que por el contrario contribuye a su diversificación, pero también a su cohesión en torno a la defensa de intereses compartidos-, y el crecimiento y fortalecimiento de los movimientos sindicales.

En efecto, el apoyo y el control del trabajo se erigen en condición fundamental para la expansión industrial de forma rentable, emergiendo el trabajo organizado como un actor importante en la escena social. La crisis del capitalismo liberal muestra la imposibilidad de que el Estado se siga manteniendo al margen del ámbito socioeconómico, pero también del político institucional.

El desprestigio de las instituciones políticas del capitalismo liberal conduce al fortalecimiento de la propuesta corporativa en sus diferentes variantes (fuerzas armadas, Iglesia, sindicatos y organizaciones empresariales), cuya función será recibir y dar respuestas a las demandas que se generen. La crisis es un mecanismo recurrente del sistema capitalista mismo y quizá pueda considerársela no íntegramente como un proceso de desequilibrio, sino por el contrario como una estrategia equilibradora; en tanto también es capaz de generar respaldo a la inversión, al crédito y al sistema banca-rio: políticas asistenciales e incremento de la obra pública como formas de reactivación de la economía.

Lo esencial es plantearnos como desafío aprehender los dilemas económicos que se generan y, más aún, discutir sus soluciones en el contexto de un sistema de producción capitalista complejo en su naturaleza y en el diagnóstico de sus problemáticas, susceptibles de continuos abordajes teóricos que nos deriven hacia el imprescindible debate.

Video de apoyo

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Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial

Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial políticas, económicas y sociales afectaron la vida de millones de personas en los años posteriores a su finalización y moldearon el mundo de hoy. La guerra acabó con un saldo de entre 50 y 70 millones de víctimas. Fue la primera guerra que se desarrolló simultáneamente con la participación de países de todos los continentes.

El 1 de septiembre de 1939, Alemania con Adolf Hitler al frente invadió a Polonia. Este hecho sirvió de punta de partida a la II Guerra Mundial, tras la declaratoria de guerra de Gran Bretaña y Francia al país germano.

La guerra se extendió durante seis años y un día y se constituyeron dos bloques. Uno de ellos fueron las potencias del Eje, conformadas por la Alemania nazi, la Italia fascista de Benito Mussolini y el Imperio de Japón, dirigido por Hirohito, además de todos los estados títeres creados después de las ocupaciones.

Por el bando Aliado, las principales potencias, además de Gran Bretaña y Francia, fueron Estados Unidos, la Unión Soviética y China en el área asiática.

En la primera parte, Alemania logró ocupar prácticamente la totalidad de la Europa continental, y su repliegue comenzó después de su invasión a la Unión Soviética.

La guerra en Europa culminó con la toma soviética de Berlín en 1945 y en Asia con el ataque nuclear a Hiroshima y Nagasaki en Japón por parte de Estados Unidos, que se concretó con la rendición de la isla en el mes de septiembre. Este ha sido el único ataque con bombas nucleares contra población civil en la historia de la humanidad.

Además de la parte política-militar, la guerra estuvo protagonizada por el holocausto nazi que persiguió a los judíos, además de los homosexuales, gitanos y testigos de Jehová.

Con el fin de la II Guerra Mundial se dio inicio a la Guerra Fría, que enfrentaría a las dos victoriosas superpotencias: los Estados Unidos de América y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Consecuencias políticas de la II Guerra Mundial1- Creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)

Después de la I Guerra Mundial y a raíz de la firma del Tratado de Versalles en 1919, se creó la Sociedad de Naciones, que pretendía agrupar a todos los estados del mundo. Si bien esta organización consiguió algunas victorias, finalmente fracasó en su intento de mantener unas relaciones internacionales de paz y se propició la II Guerra Mundial.

Es por eso que el 24 de octubre de 1945, después de poco más de un mes de haber culminado la guerra, cincuenta países se agruparon en la Conferencia de San Francisco y formaron la Organización de las Naciones Unidas (Yépez, 2011).

Esta institución desde entonces ha regido las relaciones internacionales de sus estados miembros, que hoy ascienden a 193.

2- Creación del Estado de Israel

El 14 de mayo de 1948 en la ciudad de Tel Aviv, David Ben-Gurión concretó la aspiración sionista de tener un estado judío en la Tierra Santa. Esta región era un mandato británico de la Sociedad de Naciones.

Después de la II guerra mundial y a causa del Holocausto nazi que asesinó a millones de hebreos, se registró una emigración masiva a la zona.

Esto acabó forzando el abandono de los británicos y la creación del estado judío. La ONU determinó que deberían crearse dos estados, uno judío y otro árabe.

Los palestinos, que en un principio se opusieron a la creación de un estado judío aún siguen sin poder tener soberanía de su estado.

3- Divisiones territoriales

Con la derrota de Alemania y Japón, Estados Unidos y la Unión Soviética se convirtieron en las dos grandes superpotencias del mundo. A raíz de esto, pasaron a dominar y dividirse el territorio en gran cantidad de países.

La Unión Soviética mantuvo el control de toda Europa del Este, instaurando repúblicas socialistas en Hungría, Albania, Yugoslavia o Polonia, entre otros.

Lo más relevante fue la división de Alemania, constituyéndose la República Federal Alemana, occidental y la República Democrática Alemana, oriental de corte marxista.

Algo similar ocurrió en Corea, ocupada por Japón desde 1910. En esta península asiática se aplicó una división por medio del paralelo 38, en la que el norte, previamente ocupado por las tropas soviéticas se constituyó como la República Popular Democrática de Corea, mientras que en el sur, zona ocupada por los Aliados, se formó la República de Corea. Esta división territorial se mantiene hasta hoy (Yépez, 2011).

4- Armas nucleares

La II Guerra Mundial se finalizó con los dos ataques nucleares perpetrados por los Estados Unidos a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Estas bombas han sido las únicas que se han lanzado contra la población civil.

Sin embargo, a partir de entonces se controló el uso de armas nucleares por parte de las Naciones Unidas, siendo solo permitida a los cinco grandes ganadores de la guerra: Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China (entonces nacionalista, hoy sustituida por comunista) y la Unión Soviética (hoy Rusia).

Desde entonces no se han registrado ataques nucleares pero durante toda la Guerra Fría se mantuvo la tensión en este sentido y el riesgo de guerra nuclear.

5- Juicios de Núremberg y de Tokio

Los jerarcas de la Alemania nazi, de la Italia fascista y del Imperio de Japón no quedaron impunes. Aunque Adolf Hitler se suicidó el día en que los soviéticos llegaron a Berlín y Benito Mussolini fue asesinado junto con su amante Clara Petacci, muchos otros no tuvieron ese final.

Entre el 20 de noviembre de 1945 y el 1 de octubre de 1946, se llevaron a cabo en la ciudad alemana de Núremberg una serie de juicios que acabaron condenando a la horca a más de una decena de militares alemanes y otros tantos a cadena perpetua.

Estos juicios se dividieron en varios procesos. Entre ellos estuvieron el Juicio de los médicos, contra 24 galenos que experimentaron con humanos, practicaron esterilización forzosa y otros crímenes.

También tuvo lugar el juicio de los jueces, que acusó a 16 jueces y abogados que ampararon todas las acciones perpetradas por el gobierno nazi. Refiriéndose a la parte del exterminio, en este proceso se desarrolló el Juicio Pöhl, que se encargó de condenar a los encargados de los campos de concentración y exterminio, además del Juicio a los Einsatzgruppen, que condenó a los funcionarios de la SS encargados de la persecución judía.

En el caso japonés se desarrolló un proceso muy similar a los Juicios de Núremberg. El Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente ejerció la justicia contra los militares japoneses que habían tenido una participación importante en la guerra.

En los Juicios de Tokio se juzgó por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, complot de guerra y genocidio.

Entre los condenados a muerte se encontraron el que era primer ministro de Japón durante parte de la guerra, Hideki Tōjō.

Sin embargo, de lo que más resalta de este proceso fue que el emperador Hirohito fue exonerado totalmente de las culpas y responsabilidades que tenía y siguió reinando Japón hasta su muerte en 1989.

Generales estadounidenses como MacArthur fueron los artífices en que Hirohito se mantuviera en el trono para garantizar la cohesión del pueblo japonés y su reentrada en el mundo de las relaciones internacionales.

Desde 1946, Japón se transformó en una monarquía constitucional, dejando su reinado en mero simbolismo.

Consecuencias económicas6- Aplicación del Plan Marshall

Denominado oficialmente European Recovery Program, pero comúnmente conocido como Plan Marshall, fue un programa estadounidense que consistió en dotar de una ayuda económica de 12 mil millones de dólares al occidente de Europa, que había quedado en gran parte destruido por culpa de los bombardeos ejercidos en la II Guerra Mundial.

Los estadounidenses estaban temerosos ante la amenaza de la avanzada comunista y la instauración de repúblicas socialistas en el continente, por lo que decidieron invertir dinero en la reconstrucción física de la zona y también en el desarrollo industrial.

Su nombre común se le debe al secretario de estado de entonces, George C. Marshall, que posteriormente fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1953 (Office of the Historian, s.f).

7- Bipolarización de la economía global

Las superpotencias no solo lo fueron en lo político. En lo que respecta a la industria, los Estados Unidos y la Unión Soviética acapararon el poder industrial y económico durante toda la Guerra Fría, influenciando los productos y servicios que se ofrecían en los países que estaban en sus respectivas órbitas.

Por ejemplo, los automóviles LADA fueron ampliamente comercializados en países del eje soviético, aunque estuvieran lejanos como en el caso de Cuba.

Consecuencias sociales8- El Holocausto

En lo que es conocido como el Holocausto, el gobierno alemán asesinó a más de seis millones de judíos que capturaba en los distintos países que invadía y enviaba a los diferentes campos de concentración establecidos para tal fin (Sneyder, 2010).

Este hecho ha sido una de las características principales de la II Guerra Mundial. Dentro de la ideología nacional socialista de Adolf Hitler, los judíos no entraban en la raza aria, elegida para dominar a la humanidad.

Exterminar a la población judía era la solución final planteada por el nazismo para aquellos que profesaban esa religión. El Holocausto ha sido catalogado como un genocidio. En los campos de concentración, los hebreos morían de hambre, tortura, por experimentos médicos o en cámaras de gas.

Además de los judíos, los hombres homosexuales y los gitanos también fueron exterminados en los campos de concentración.

Se estima que más del 1% de las víctimas asesinadas durante el Holocausto eran homosexuales, así como más del 3% pertenecían a la etnia gitana. Ninguna de estas personas era considerada perteneciente a la raza aria y por ese motivo eran exterminados en los campos de concentración.

Todo el que no cumpliera con la pureza aria debía ser exterminado. También fue el caso de las personas discapacitadas, que incumplían los parámetros establecidos por el nazismo y por consiguiente fueron exterminadas en campos de concentración.

Por otra parte, al ser el nazismo y fascismo movimientos que suelen situarse en la ultraderecha, los comunistas y socialdemócratas alemanes que habían sido ilegalizados previamente fueron perseguidos y asesinados. Muchos de ellos sufrieron el exterminio en los campos de concentración.

9- Desplazamiento y adaptación de la población

La II Guerra Mundial produjo muchos cambios territoriales. En el transcurso del conflicto, las potencias del Eje ocuparon gran parte del continente europeo y asiático.

Una vez finalizado este, el mapa cambió y las potencias derrotadas sufrieron cambios geográficos en sus territorios, lo que produjo desplazamiento de la población de esas nacionalid