RESUMEN DE LA JORNADA DE REFLEXIÓN JUEVES 24 DE OCTUBRE

En el marco de los profundos acontecimientos que nuestro país ha vivido en los últimos días, el Centro de Desarrollo Humano Integral -REDSILIENCIA y la Red de Profesionales en Resiliencia -#Red PRO, han invitado a una JORNADA DE REFLEXIÓN orientada a compartir y abrir caminos hacia la calma, el dialogo social y el LEVANTAMIENTO DE PROPUESTAS que permitan enfrentar esta adversidad de manera resiliente.

Esta primera jornada se realizó el día jueves 24 de octubre, de 10:00 a 12:00 hrs. en las oficinas de Redsiliencia en la ciudad de Viña del Mar. A ella asistieron distintos profesionales del área de la salud mental, medicina, educación y facilitadoras del desarrollo humano, logrando construir un espacio de confianza que permitió la apertura emocional y un clima de intimidad necesario para la emergencia de potentes reflexiones, las cuales detallo a continuación:

En cuanto al contexto, existe un amplio consenso sobre la gravedad de los acontecimientos que en términos sociales y políticos se viven actualmente en Chile, valorando negativamente los actos delictuales ocurridos, así también considerando reprobables todas las formas de violencia policial/ militar generalizada a las manifestaciones ciudadanas legítimas y pacíficas respecto a temas de fondo.

Asociado a lo anterior, se reconoce bastante afectación personal en los participantes (tales como disociación, angustia y miedo por rememoración negativa), dentro de un clima social de miedo y desconfianza que reproduce discursos e imaginarios circunscritos al periodo del régimen militar chileno, que tiende a polarizar las posiciones dentro de las relaciones más cercanas, llegando incluso a generar importante tensión, conflicto y distanciamiento entre familiares. Esto lleva a una pérdida de coordenadas internas para entender la situación y posicionarse centradamente.

Se ha compartido que para muchos de nuestras personas cercanas y para nosotros mismos estas circunstancias han detonado un efecto re-traumatizante, toda vez que se han activado recuerdos de miedo, injusticia y dolor originados en el periodo militar. Se señala que se necesita articular los espacios de solidaridad, donde podamos acoger a los otros, aceptando la diversidad de opiniones y hacer una pausa para re-centrarnos, y obtener una conciencia mayor que nos permita hacer, tejer y no soltar ese tejido.

Tras lo anterior, es que se valora muy positivamente instancias como esta, ya que se declara con fuerza la necesidad de apoyarnos y abrir espacios para abrazarnos. La necesidad de reconstruir confianzas, volver a la calma para compartir lo propio y rearmarse, desde ahí poder accionar con sentido. Muchos señalan que están de acuerdo con la idea que el cambio social (externo) está vinculado con el cambio personal (interno), y que un cambio externo no es sostenible sin uno interno, desde allí, se levanta la necesidad de accionar desde una posición ecuánime y amorosa de cara a lo externo que aparece.

Se levanta una línea de reflexiones colectivas en base a las siguientes preguntas: ¿Dónde va a decantar esto? ¿Existe un tejido social que permita contener un proceso de cambio social y político como el que queremos?. Estas preguntas se confrontan con la observación de que los movimientos sociales han aparecido más bien acéfalos, sin conducción formal y/o liderazgos sociales reconocibles. Por ello, se podría correr el riesgo de que, luego de esta fase de movilización ciudadana, comiencen a darse soluciones superficiales y no se le dé continuidad a los temas de fondo que han movilizado a las personas a manifestarse. Surge aquí la necesidad de lograr traducir estas demandas en propuestas concretas no solo a corto plazo, sino a mediano y largo también, que sean representados por voces de líderes y lideresas desde los espacios políticos.

Desde este punto, se considera que todo lo que ha sucedido es una gran oportunidad para dialogar y crear junto a las nuevas generaciones una posición activa como ‘actores sociales’, entendiendo que cada uno debe hacer su parte en este proceso para que no se pierdan los temas de fondo y se mantenga la continuidad de las transformaciones. Por ejemplo, en el caso particular de ser empresarios/ empleadores, buscar mantener condiciones laborales que no rayen en los pisos mínimos establecidos legalmente, sino que mejorar las condiciones de trabajo.

Se plantea cada uno debe conectarse con el propio lugar personal para hacer el aporte dentro de sus hábitats naturales y cotidianos, es decir, desde los espacios micro-sociales en que cada uno frecuenta. Como proceso, la invitación es a in dentro de sí mismo, conectarse con la fuerza del amor -como amor compasivo- y conectarse con la propia vocación para asumir un compromiso de servir. No hacer por hacer, sino hacer con sentido y compromiso.

Aparecen puntualizados otros fenómenos emergentes que no se están considerando en cuanto a la salud mental de las personas en este momento, a saber: primero, el efecto de re-traumatización de muchas personas que viven intensas emociones negativas que los conectan con experiencias asociadas al periodo militar y, en segundo lugar, la intensa angustia que pueden estar experimentando las personas migrantes, que tuvieron que abandonar su país con miras a una mejor vida y hoy ven amenazada su estabilidad y futuro.