¿web 2.0.: técnicamente amigable, didácticamente aprovechable?

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AUTORIDADES UNIVERSITARIAS CECILIA GARCÍA AROCHA Rectora NICOLÁS BIANCO Vicerrector Académico BERNARDO MÉNDEZ Vicerrector Administrativo AMALIO BELMONTE Secretario General AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN VINCENZO PIERO LO MONACO Decano MARIÁNGELES PÁYER Coordinadora Académica EDUARDO SANTORO Coordinador Administrativo HILAYALY VALERA Coordinadora de Extensión MARÍA DEL PILAR PUIG Coordinadora de Postgrado VIDAL SÁEZ SÁEZ Coordinador de Investigación

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¿WEB 2.0.: Técnicamente amigable, didácticamente aprovechable?

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AUTORIDADES UNIVERSITARIAS

CeCilia GarCía aroCha

Rectora

NiColás BiaNCo

Vicerrector Académico

BerNardo MéNdez

Vicerrector Administrativo

aMalio BelMoNte

Secretario General

AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN

ViNCeNzo Piero lo MoNaCo

Decano

MariáNGeles Páyer

Coordinadora Académica

eduardo saNtoro

Coordinador Administrativo

hilayaly Valera

Coordinadora de Extensión

María del Pilar PuiG

Coordinadora de Postgrado

Vidal sáez sáez

Coordinador de Investigación

Colección Estudios

Educación

1ª edición: 2015

©Fondo Editorial de Humanidades y Educación, 2015.Departamento de Publicaciones. Universidad Central de Venezuela.

Ciudad Universitaria. Caracas-Venezuela.Teléfonos: 605 2938. Fax: 605 2937

correo electrónico: [email protected]; twitter: @LibreriaFHEfacebook: Fondo Editorial humanidades; blogspot: Libreriahumanistaucv.blogspot

Diseño, diagramación y montaje: Odalis C. Vargas B.Ilustración de portada: Mandala Tech, Alejandra Fernández,

Acrílico sobre tela, 29 x 29 cms, 2014

ISBN: 978-980-00-2782-0Depósito legal: lf14720143702266

Tiraje: 300 ejemplares

Impreso en VenezuelaPrinted in Venezuela

Amaro, Rosa Eugenia y Martínez, Ana BeatrizDiseño y tutoría virtual / Rosa E. Amaro y Ana B. Martínez – Caracas:

Fondo Editorial de la Facultad de Humanidades y Educación; Universidad Central de Venezuela, 2015

174 p. ; 25 cm. – (Colección Estudios. Educación)Incluye bibliografía p.p. : 64-65, 84-85, 111-112, 138, 159, 176ISBN: 978-980-00-2782-0

1. Enseñanza Superior Individualizada. 2. Tutorial I. Amaro, Rosa. II. Martínez, Ana. III. Colección Estudios. Educación.

CDD: 485.378

Rosa Eugenia Amaro de C. y Ana Beatriz Martínez González Coordinadoras

Diseño y tutoria virtual

Fondo Editorial de la Facultad de Humanidades y EducaciónUniversidad Central de Venezuela

Caracas, 2015

Índice

Introducción. La experiencia en el aula virtual 9 Rosa Eugenia Amaro de Ch. y Ana Beatriz Martínez González

Cap. I. ¿Cómo navego en el aula virtual? 15 Omar Miratía y Mariano Fernández

Cap. II. ¿Qué es estudiar a distancia? 47 Yoraima Salazar

Cap. III. ¿WEB 2.0.: Técnicamente amigable, didácticamente aprovechable? 65

Ángel Alvarado

Cap. IV. ¿Cómo ser un buen E-moderador? 85 Nayesia Hernández

Cap. V. ¿Cómo diseño mi experiencia virtual? 111 Rosa Eugenia Amaro de Ch. y María de Lourdes Navas

Cap. VI. ¿Cómo evaluar en el aula virtual? 137 Rosanna Chacín

Cap. VII. ¿Cómo valoro mi experiencia virtual? 159 Rosa Eugenia Amaro de Ch. y Ana Beatriz Martínez González

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Introducción

La educación a distancia (EaD) constituye una valiosa alternativa para la formación permanente que se potencia por la tecnología y se fortalece en la medida en que la implementación de sus programas virtuales pone en eviden-cia la calidad de sus procesos y productos, así como el impacto positivo en la sociedad, las instituciones y los individuos.

Sin embargo, en la búsqueda de esta calidad, nos encontramos con ciertos aspectos de importancia que obligan a tomar decisiones que pueden acercarnos o alejarnos de los propósitos que perseguimos. Así como utilizar la tecnología de manera convencional limita su alcance, de igual forma su concepción, diseño y desarrollo para su mejor aprovechamiento con fines educativos se amplía en la medida en que el docente o moderador (en entornos presenciales o virtuales) la incorpore a su acción didáctica de manera reflexiva y pedagógicamente funda-mentada.

¿QUIÉN ESTUDIA A DISTANCIA?

Aun cuando la literatura especializada reporta experiencias en otros ám-bitos de la formación, para los programas de educación virtual el público está constituido fundamentalmente por el individuo adulto cuyas características lo hacen candidato natural para la educación a distancia. El individuo adulto tiene particulares rasgos que lo convierten en candidato ideal para el estudio inde-pendiente. En efecto cuenta con: a) autoconcepto, b) experiencia, c) prisa por aprender, d) orientación para el aprendizaje, y e) motivación para aprender. Estas características le permiten aprovechar al máximo las oportunidades que las tec-nologías de la información y la comunicación ofrecen desde el campo educativo.

Para que una experiencia formativa sea exitosa, es importante considerar estas características cuando se seleccionan los modelos pedagógicos que deben soportar las ofertas en educación a distancia, en virtud de que el participante pasa a ser el principal protagonista del proceso de aprendizaje.

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Capítulo III. Web 2.0: Técnicamente amigable, didácticamente aprovechableÁNGEL J. ALVARADO G.

Cuando se innova, se corre el riesgo de cometer errores. Es mejor admitirlo rápidamente y continuar con otra innovación.

La innovación es lo que distingue a un líder de los demás

Steve Jobs

PRESENTACIÓN

Este capítulo se enfoca en la Web 2.0 tema tratado en la “Unidad Di-dáctica 03: Las Estrategias Didácticas en Entornos Virtuales”, que pretende favorecer el desarrollo de las competencias que permiten al participante di-señar e-estrategias en atención a sus aspectos pedagógicos y técnicos como elementos de apoyo a la teletutoría como acción mediadora.

El tema de las estrategias y más aún el de las e-estrategias, mediadas con tecnologías y desarrolladas esencialmente en redes, forman parte de la “Unidad Didáctica 03: Las Estrategias Didácticas en Entornos Virtuales” del Diplomado “Docencia en Programas de Formación Virtual” dictado en la Universidad Central de Venezuela. En esta Unidad se hizo necesario debatir y reflexionar con el grupo de estudiantes sobre el tema de la Web 2.0, en tanto constituye actualmente el escenario –por ahora– que caracteriza las formas de hacer vida en Internet, partiendo de la premisa: “Web 2.0: técnicamente amigable, didácticamente aprovechable”. Así que, el siguiente capítulo tie-ne como propósito presentar algunas características técnicas y didácticas de la Web 2.0 que contribuyan a comprenderla y aprovecharla como alterna-tiva para la generación de entornos virtuales de enseñanza y de aprendizaje (EVEA). Y si bien es cierto que nos referimos a la Web 2.0, no queda duda que los avances y el desarrollo tecnológico ya tienen interés en la Web 3.0, y paremos de contar hasta la Web n.n.

Si llegamos a la Web 2.0, ¿cuándo pasamos por la Web 1.0?

Al leer por primera vez el término “Web 2.0”, la primera pregunta que nos hicimos fue: ¿Y cuándo estuvimos en la Web 1.0? Luego, al apropiarnos del término y dedicarnos a comprender lo que en realidad significaba la Web

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2.0, primero técnicamente, y luego didácticamente –como suele ocurrir con este mundo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)– no dudamos en pensar que estábamos ante un “nuevo” escenario tecnológico y que una vez más no podíamos dejar de considerar sus posibles implicaciones en el proceso de enseñanza y de aprendizaje.

Así, para comprender la Web 2.0 tuvimos que evocar un pasado –no muy lejano por cierto– y preguntarnos: ¿qué significó la Web 1.0?, ¿cuáles fueron sus aportes y sus debilidades?, ¿qué de ella aún permanece? y ¿qué de nuevo trajo la Web 2.0? En esta oportunidad haremos un acercamiento a es-tos aspectos, desde la perspectiva de las características técnicas, didácticas y su contribución en el desarrollo del proceso de enseñanza y de aprendizaje. No sin antes advertir, que si bien, ubicaremos nuestro análisis desde la Web 1.0 y Web 2.0, entre ellas hay procesos y productos que marcaron la transición entre ambos momentos, y que además ya muchos se refieren a la Web 3.0 o similares. Se pregunta Cruz (2010, noviembre 28) desde el debate en línea del curso de la Unidad Didáctica: ¿Cuántos de nosotros no hemos utilizado la web 2.0 sin saber que este es el término empleado para conceptualizarla?

El trabajo toma como fuentes, además de la experiencia por ese transi-tar de quien escribe, las referencias de otros autores y tal como indicamos al inicio del capítulo, los aportes a la discusión y el debate del grupo de parti-cipantes de la “Unidad Didáctica 03: Las Estrategias Didácticas en Entornos Virtuales” del Diplomado Docencia en Programas de Formación Virtual” ofertado por la Universidad Central de Venezuela.

De la Web1.0 a la Web 2.0. ¿Qué ha cambiado en las potencialidades técnicas?

Sin ser expertos de alto nivel en materia técnica, trabajaremos en este punto algunas características que nos permitan comprender, desde lo tecno-lógicamente básico, los cambios entre la Web 1.0 y la Web 2.0.

1. WEB 1.0 DESDE LO TÉCNICO

La Web 1.0 tenía como soporte fundamental el diseño de páginas Web, que en sus inicios tenían muy bajos niveles de interactividad con el usuario, la podemos ubicar aproximadamente entre inicios y finales de la década de los 90. La mayoría de estas páginas Web sólo se dedicaban al suministro de infor-mación y estaban integradas a través de hipervínculos que luego permitieron la conformación de portales con un mayor nivel de organización, estructura y funcionamiento. Cuando la Web inició, nos encontrábamos en un entorno

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estático, con páginas en HTML que sufrían pocas actualizaciones y no tenían interacción con el usuario.

La creación de páginas Web se realizaba a partir del código nativo HTML, digamos que el lenguaje de programación base que permitía su di-seño. Posteriormente apareció un tipo de software orientado a facilitar este proceso de programación y diseño, ya no desde el código directo de HTML, sino desde una aplicación o programa con funciones y tareas dispuestas en un entorno de trabajo amigable. Por ejemplo, “Netscape Navigator” fue uno de los primeros navegadores utilizados, que incluía a su vez una función para diseñar páginas Web.

El diseñador y programador Martínez G (2009) quien ha trabajado en el diseño y programación de páginas Web y actualmente forma parte del equipo desarrollador de una plataforma para crear, compartir y mostrar presentaciones en línea (http://prezentit.com/), afirma que las páginas que fueron creadas por lo menos entre 1989 y 1991 con soporte en html 1.0 y html 2.0, estéticamente no eran muy agradables pero tenían algo muy importante: la posibilidad del hipertexto. Función que permitía navegar de forma sencilla, entre páginas que contenían fundamentalmente texto y algunas imágenes fijas de baja resolución.

Luego aparecieron programas más completos y funcionales con ma-yores opciones que contribuyeron de manera significativa en el diseño de páginas Web más interactivas, como el “Microsoft FrontPage”, “Adobe Dreamweaver”, “Macromedia HomeSite”, NVU y el “Mozilla Composer”, entre otros. Estas aplicaciones se apoyaban en otro tipo de software dedicado al diseño gráfico de imágenes que acompañaban al texto de estas páginas Web y progresivamente se incorporaron el audio y el video, al inicio con muchas restricciones técnicas.

Por supuesto que este trabajo de diseño de páginas Web estaba en ma-nos de programadores y diseñadores gráficos, que con el avance en materia de redes, multimedias, software y hardware, cada vez más creaban páginas de mayor complejidad tecnológica y con otros criterios estéticos en cuanto a interfaz gráfica, disposición de contenidos, formas de acceso y navegación.

En este sentido Van Der Henst, C. (2005) afirma que “cuando la Web inició, nos encontrábamos en un entorno estático, con páginas en HTML que sufrían pocas actualizaciones y no tenían interacción con el usuario”. Así mismo, Alvarado A. y Dorrego E. (2008) señalan que:

Al inicio de la Web los niveles de interacción que proporcionaban los sitios eran bajos, en tanto que la creación, actualización y gestión de la información que allí se presentaba estaba en manos de los Web Master. La creación de sitios y su mantenimiento estaban fuera del alcance de los usuarios finales, quienes jugaban un rol de “consumidores de información. (p. 53)

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Afirma Navas (2010, noviembre 29) desde el debate en línea del curso de la Unidad Didáctica que: “La Web 1.0 es un sistema de lectura tradicio-nal de hipertexto vinculado por internet, que permite sólo el consumo del usuario, una especie de Web de sólo lectura”.

Otro aspecto a resolver era ¿dónde alojo mi página Web? , situación resuelta a través de aquellas instituciones, universidades y empresas públicas y privadas que tenían servidores conectados en red y con posibilidades de alojamiento. Al inicio pocas empresas prestaban el servicio de alojamiento o lo que comúnmente conocemos como “Web hosting” y ni hablar de poseer un dominio (dirección Web) personal.

En conclusión crear una página Web y alojarla, eran tareas que podían ser resueltas esencialmente con talento humano técnicamente especializa-do y con apoyo institucional, lo que generaba una acentuada dependencia tecnológica.

Por su parte, si bien el correo-e tiene sus inicios entre 1969, cuando Leonard Kleinrock, un profesor de informática de la UCLA envía el primer mensaje de e-mail a un colega en Stanford y 1971, cuando Ray Tomlinson crea el primer software para correo electrónico y elige el símbolo @ para las direcciones (Albarrán, I.; Heredero, C. de P. y Montero, A.; 2008), entre otros avances, la comunicación del usuario común por esta vía era muy escasa.

El servicio del correo-e al inicio, era posible utilizarlo sólo a través de las instituciones que poseían la infoestructura (software y hardware) ade-cuada para permitir otorgar una cuenta y realizar la gestión del correo-e. Posteriormente y progresivamente surgieron organizaciones que suminis-traban “gratis” este servicio. El correo-e se limitaba a la comunicación escri-ta mediante el uso exclusivo de texto y sin posibilidades de archivos anexos, entre otros.

En el caso del chat, su origen fue el protocolo de comunicación IRC (Internet Relay Chat) creado 1988 por Oikarinen, Jarkko (sf ). Para enton-ces, iniciar una sesión requería cumplir varios pasos, disponer de ciertas condiciones tecnológicas, tener un programa “cliente” y acceder a “canales” de comunicación distribuidos en varios servidores (IRCHELP, 1997; Avión, 2007). Por su parte la conectividad no estaba soportaba generalmente en un ancho de banda que contribuyera con una comunicación fluida y estable.

Así que, si bien estos servicios de Internet (Web, correo-e y chat) cons-tituían un avance e innovación tecnológica para entonces, y permitían pro-mover otras formas y medios de comunicación, tenían rasgos técnicos y de operatividad básica que restringían su uso y que posteriormente fueron superados.

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2. WEB 2.0 DESDE LO TÉCNICO

El término de Web 2.0 fue utilizado por vez primera en el año 2004 por Tim O’Reilly, irlandés, residenciado en Estados Unidos y fundador de la edi-torial de libros de informática O’Reilly Media. El mismo autor lo confirma en un artículo titulado: “Qué es Web 2.0: Patrones del diseño y modelos de negocio para la siguiente generación del software” (O’Reilly, T.;2005):

El concepto de ‘Web 2.0’ comenzó con una sesión de ‘brainstorming’ realizada entre O’Reilly y Media Live International. Dale Dougherty, pionero de la Web y vicepresidente de O’Reilly, observaron que lejos de ‘estrellarse’, la Web era más importante que nunca, con apasionantes nuevas aplicaciones y con sitios Web apareciendo con sorprendente regularidad.

Como podemos observar, el título del artículo así como la actividad corporativa de O’Reill y su grupo, nos indican una vez más que la creación y desarrollo de estas tecnologías y su enfoque está supeditado al área de los ne-gocios. Avances tecnológicos, que luego, solemos aprovechar desde nuestros escenarios educativos, pero intentando no perder la perspectiva crítica que se dirige a tener reservas y distancias con relación a modas, mercadeo y el uso alejado de fundamentos teóricos pedagógicos. Es así como García A. (2007) si bien asume como significativos los aportes de la Web 2.0 nos advierte iró-nicamente:

Si quiere estar a la moda diga que trabaja, conoce y utiliza la Web 2.0 (…) ha calado hasta extremos en la opinión pública y todos, autores, usuarios, empresas y proyectos hablan de la 2.0 (…) el marketing como siempre que surge algo nuevo con previsible impacto social, lo trata de aprovechar…

Por su parte O’Reilly, T. (2005) nos dice:

…todavía existe un enorme desacuerdo sobre qué significa Web 2.0, existiendo algunas críticas que afirman que se trata simplemente de una palabra de moda, fruto del marketing, y sin sentido, en tanto que otros la aceptan como un nuevo paradigma.

En fin, hoy se hace alusión a la Web 2.0 que es la evolución hacia apli-caciones en línea más interactivas, dinámicas, de fácil creación, actualización y gestión por parte de los usuarios finales (Alvarado, A. y Dorrego, E, 2008), a lo que incorporamos lo que afirma Van Der Henst, C. (2005) “la Web 2.0 es una actitud y no precisamente una tecnología”.

En la era de la Web 2.0 poco se escuchan estas preguntas: ¿Cuál software de diseño de páginas Web me recomiendas? o ¿quién me pude hacer una pági-na Web? Más bien se pregunta: ¿dónde y cómo hago un blog?, ¿dónde puedo

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tener mi propio espacio en la Web?, ¿dónde me registro en eso de Twitter?, ¿cómo creo mi perfil en Facebook?, ¿cómo pongo mis fotos, audios y videos en línea para compartirlos? o ¿cómo creo un grupo en línea?

La presencia en la red va más allá de páginas Web, ahora hablamos más de portales, de entornos virtuales, de servicios y aplicaciones en red, que no requieren necesariamente de talento humano altamente especializado tecno-lógicamente para su diseño como usuarios finales y menos aún para su uso. Encontramos servicios de Internet que nos permiten tener presencia en la red, sin necesidad de utilizar directamente software especializado de programa-ción como usuarios. Es decir, tenemos a disposición entornos amigables que funcionalmente y operativamente están orientados al usuario final y permiten que una persona tenga su sitio personal en la Web, un grupo ecologista cuente con su espacio en línea o un docente gestione un entorno virtual para la ense-ñanza y el aprendizaje. Un usuario final, que además de tener sus espacio en línea, ahora lo puede gestionar, digamos que con cierta libertad y autonomía.

Estos servicios muchos de ellos “gratuitos” y otros bajo el concepto de software libre u otras figuras de licencias, son creados por organizaciones e instituciones que hacen vida en la Web. Trabajan en su mayoría con espacios, entornos y funciones prediseñadas, factibles de adaptar, rediseñar, o cambiar mediante opciones presentadas en forma de tutoriales con ayudas en línea, plantillas y apoyados en ejemplos concretos. Así, en pocos minutos podemos tener en línea y por ende a disposición de todos los usuarios Web, de un blog, una página Web, un entorno para trabajar en grupo, una encuesta, un foro, un espacio para alojar y gestionar videos, documentos o audio, entre otros.

Nunca antes el concepto de multimedia y el del hipervínculo había teni-do mayor representación y convergencia en la Web. Los adelantos tecnológi-cos han permitido resolver dificultades de alojamiento y acceso, de resolución gráfica, de creación de rutas para navegar (hipervínculos), de uso e integra-ción de imágenes fijas, texto, audio y video; y mejor aún la integración de bases de datos que hacen posible la gestión de datos en línea en tiempo real.

Así mismo, parte del problema del alojamiento se resuelve por el servicio que prestan las organizaciones e instituciones proveedoras de estos servicios en Internet. Sólo basta con registrarse en estos sitios como usuarios para tener a disposición una batería de opciones y funciones que han de permitirnos un espacio en la Web y acceder a un variado menú de servicios en línea.

Indudablemente que detrás de todo este idilio tecnológico, tenemos otros problemas como ¿qué tan gratis es?, el manejo de la promoción, la publicidad y la propaganda, las políticas de privacidad, las garantías de es-tabilidad tecnológica y acceso, la adicción tecnológica, la afectación de las relaciones sociales y afectivas, entre otros. Problemas que si bien no deben

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“satanizar” la apropiación de la Web 2.0 como actitud y como avance tecno-lógico, deben procurar hacer un gesto de prudencia crítica que favorezca el debate y la investigación en el área.

Acudimos entonces a un nuevo concepto de cómo generar, gestionar, pre-sentar, organizar e interrelacionar contenidos en la Web, aunado a nuevos usos, fines y roles individuales y sociales de quienes allí hacemos vida: la Web 2.0.

Durante la Web 2 Conference 2005, se hizo referencia a los siguientes principios que aún tienen vigencia:

• LaWebeslaplataforma

• Lainformacióneselprocesador

• Efectosdelaredmovidosporunaarquitecturadeparticipación

• Lainnovaciónsurgedecaracterísticasdistribuidaspordesarrolladoresindependientes

• Elfindelcírculodeadopcióndesoftware(“Serviciosenbetaperpe-tuo”).

Ante todas estas facilidades y funcionalidades que generan cierta inde-pendencia y autonomía técnica de los usuarios finales nos preguntamos: ¿Y qué pasa con los programadores y diseñadores gráficos? Su rol indudable-mente que ha cambiado y más que percibir que “tienen menos trabajo”, su campo de acción se diversifica y hace más complejo. Ya que, ellos mismos han de dedicarse a generar estos entornos de trabajo, así que tienen ante sí el reto de programar y diseñar propuestas más abiertas, amigables, flexibles y con posibilidades de ser gestionadas y adaptadas por el usuario final en función de sus necesidades. No es diseñar una página Web estática, por ejemplo, sino el proveer de plantillas con opciones gráficas y estéticas diversas, así como de gestión y organización de contenido variados.

Un ejemplo de este nuevo rol de programadores y diseñadores, lo tene-mos en los Sistemas de Gestión de Aprendizaje (SGA) como Moodle. Este SGA está soportado por el Movimiento de Software Libre, así que, se encuen-tra a disposición de quienes deseen hacer uso de él y formar parte de su Co-munidad de desarrolladores y usuarios. Esta Comunidad pone a disposición el código fuente del Sistema, así como de sus diversas formas de soporte y ayuda que permiten utilizarlo sin restricción alguna. Podemos creer entonces, que al existir Moodle bajo estas condiciones, por demás favorables y permi-tidas por el Software Libre, que todo está resuelto técnicamente si queremos gestionar un curso en línea. Sin embargo, sabemos que es necesario contar con el personal técnico que sea capaz de instalarlo y configurarlo, adaptar el diseño gráfico a nuestra institución o desarrollar un módulo nuevo que

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se requiera. El trabajo bajo esta modalidad tiene como ventajas: el contar con versiones que se desarrollan y prueban en colectivos de programadores y diseñadores, la diversificación y distribución del trabajo y la resolución de problemas en comunidades.

Así mismo, la Web 2.0 trajo consigo un correo-e y un chat que tras apro-vechar los avances tecnológicos de la comunicación en redes y del desarrollo de los multimedios, se convirtieron en servicios amigables, atractivos y po-tencialmente funcionales, de uso casi que obligatorio y necesario de quienes interactúan en la Web. Ahora podemos comunicarnos en ambos servicios, mediante el uso de texto enriquecido en su formato, por el color, su tamaño y tipo de fuente; además de poder incorporar imágenes, videos o anexar docu-mentos u otros archivos. Y en el caso particular del chat, su potencial de co-municación sincrónica se ve fortalecida por el video y el audio en tiempo real.

Otra ganancia es la posibilidad de servicios integrados de correo, chat, alojamiento de páginas, alojamiento de archivos, gestión de grupos, entre otros, todo en un mismo sitio, a diferencia de antes cuando los proveedores de servicios de correo sólo permitían –en la mayoría de los casos– suministrar una cuenta y posibilitar su gestión.

¿Qué ha cambiado en las potencialidades didácticas?

Tal como acotamos al comienzo del capítulo, accedemos inicialmente a estos escenarios en la Web, desde el asombro de lo que básicamente son ca-paces de hacer tecnológicamente, y en ese afán, nuestra inquietud pedagógica se pone a tiempo y alerta en busca de alternativas didácticas y posibles usos en el proceso de enseñanza y de aprendizaje. Así que, este esfuerzo por hacer nuestro los avances tecnológicos, tuvo sus implicaciones en la Web 1.0 y los tiene ahora en la Web 2.0.

Referirnos a las potenciales didácticas implica, entre otras cosas, establecer una relación de lo que en trabajos anteriores denominamos interactividad e interacción como conceptos vinculados con lo tecnológico y lo didáctico (Al-

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varado, A. 2010). Así mismo no podemos desvincularnos de otros aspectos pedagógicos y didácticos como las formas de participación y organización de estudiantes y docentes, la creación colectiva del saber, las formas de acceso y divulgación del conocimiento, entre otros, que pueden darnos perspectivas de otras formas de concebir la enseñanza y el aprendizaje desde los entornos vir-tuales.

Se asume la interactividad desde dos perspectivas claramente identi-ficadas: 1. La interactividad tecnológica y 2. La interactividad didáctica. Por Interactividad Tecnológica se entiende aquellas potencialidades que brindan las TIC como medios, productos del desarrollo de la informática y las telecomunicaciones. Es decir, es la posibilidad de gestionar e integrar formatos impresos, audio, imagen fija, imagen en movimiento, audiovisua-les, en fin, el provecho tecnológico de los multimedios. Es la posibilidad de hacer “clic”, navegar, trazar rutas secuenciales o distribuidas, almacenar, recuperar, comunicarse en línea, en redes, comunicarse de forma asincró-nica o sincrónica. Es la convergencia tecnológica en espacio y tiempo de los medios, y las posibilidades que estos brindan para desarrollar procesos comunicativos diversos.

Por su parte la Interactividad Didáctica, está relacionada con las po-tencialidades de los entornos tecnológicos de aprendizaje y de enseñanza para fomentar el desarrollo de procesos cognitivos y afectivos. En fin, es la potencialidad y posibilidad didáctica que tienen las TIC para orientar la enseñanza y generar oportunidades para el aprendizaje. Se manifiesta en aquello que pueda ocurrir en términos cognitivos o afectivos en el indivi-duo o en el colectivo, –por ejemplo–, al hacer “clic” en un entorno virtual. Proceso que puede variar desde la simple recepción pasiva de información (aprendizaje por recepción) hasta la activación del desarrollo de compe-tencias acordes a las demandas educativas actuales: desarrollo de procesos cognitivos superiores (toma de decisiones, resolución de problemas, creati-vidad, evaluación, entre otros), desarrollo de habilidades para el aprendizaje colaborativo, desarrollo de valores y competencias afectivas, desarrollo de habilidades para el aprendizaje situado, entre otros. De allí el considerar la interactividad tecnológica y didáctica en coexistencia en los entornos vir-tuales de enseñanza y de aprendizaje.

Ahora bien, a estas dos vertientes de la Interactividad (tecnológica y didáctica) que coexisten articuladamente en los entornos virtuales de trabajo, se integra la Interacción como el proceso que dinamiza, que constituye la acción determinante de convergencia de las potencialidades tecnológicas y las oportunidades para enseñar (docente) y aprender (estudiantes) que preten-den la integración de las TIC y la educación (Ver Figura 01).

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Figura 1. Interactividad e interacción

3. WEB 1.0 DESDE LO DIDÁCTICO

Después de tomar posición con relación a la interactividad e interacción podemos evidenciar que las formas de intervención propias de la Web 1.0 generaban niveles de interactividad y por ende de interacción bajos, en com-paración con los niveles que la Web 2.0 provee ahora. Claro, no es la idea ser detractores de la Web 1.0, ya que, esto que hoy consideramos nivel bajo, para la época constituían novedades y avances significativos en las posibilidades y usos de la Web, además de haber permitido asentar la base y abrir caminos a los desarrollos tecnológicos actuales.

Imaginemos lo novedoso que era desde el punto de vista didáctico, la posibilidad de compartir el programa del curso con estudiantes y colegas que hacían vida en la Web y que podían contribuir a su enriquecimiento, o mejor aún, el poder difundir nuestros trabajos académicos y experiencias instruccio-nales como contribución al debate pedagógico en línea, superando en ambos casos, barreras geográficas y restricciones de acceso a la información vincula-dos con la participación y cantidad de audiencias, entre otras.

Así que, desde la perspectiva del proceso de enseñanza y de aprendizaje la Web 1.0 permitió en sus inicios que pudiéramos publicar en páginas Web el programa de estudio de nuestros cursos, presentar al estudiante las activida-des a realizar, indicar ejercicios, sugerir y publicar lecturas u otros materiales; es decir, una interacción, que si bien era baja, estaba marcada por mejoras en el suministro y acceso a la información en el contexto de la Web.

Indudablemente que esta situación constituía un avance notorio para la época, en tanto se aprovechaban las potencialidades del trabajo en redes, la

Interactividad

Didáctica Tecnológica

Interacción

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distribución de materiales en línea, la organización y presentación de materia-les aprovechando las posibilidades de las páginas Web y el apoyo gráfico, entre otros. Desde esta opción de uso, más que generar aprendizajes complejos o de alto nivel, significaba para el estudiante y el docente una nueva fuente de información dispuesta y compartida en nuevos formatos y escenarios tecno-lógicos.

En pocas palabras, al hacer “clic” en estas páginas Web podíamos acceder a un programa de estudios, informarnos sobre los objetivos, los contenidos y actividades que formaban parte de nuestros cursos y disponer de lecturas u otros materiales de apoyo como guías de estudio y ejercicios. Así mismo, podemos evidenciar que el docente tenía el control de la producción de la información en estos espacios, los estudiantes generalmente sólo se dedicaban a buscar allí información. En el caso de alguna contribución del estudiante, ésta debía ser remitida al docente y este pasarla luego al personal técnico para su puesta en línea. Pocos estudiantes tenían espacios en la Web, a menos que se dedicaran o tuviesen relación con el área de desarrollo tecnológico.

Ante la dependencia tecnológica institucional que caracterizó a la Web 1.0, a la cual se hizo referencia en puntos anteriores, la gestión técnica de estos espacios estaba en manos de personal especializado, lo que ameritaba que toda nueva información o cambio debía ser suministrada por el docente al programador o al diseñador.

Si bien, contábamos ya con el correo-e, la mayoría de las veces servía como canal de distribución de esta misma información compartida en páginas Web, pero en una relación más directa y personalizada entre docente y estudiante, cada quien tenía su dirección, y no se requería diseñar páginas Web. Así, el co-rreo se utilizaba inicialmente para compartir información y progresivamente se incorporaron otros propósitos como el aclarar dudas, compartir ideas y fomen-tar debates. Recordemos que técnicamente sólo contábamos con la posibilidad de utilizar texto y sin mayores pretensiones gráficas y menos aún anexar archi-vos. El correo-e, al inicio también contribuía poco en el desarrollo de aprendi-zajes significativos y complejos, estábamos ante un intercambio de información y que a diferencia de las páginas Web, permitía un mayor acercamiento entre docente y estudiante mediante el “diálogo escrito”. Sin embargo, al posibilitar el correo-e la comunicación con soporte en los procesos de escritura y de lectura, entre docente y estudiantes, se generó una buena expectativa sobre sus posibili-dades como recurso de apoyo al desarrollo de estas competencias.

Al ser el correo-e un servicio de comunicación asincrónica al igual que las páginas Web, otro rasgo interesante para el análisis es la frecuencia de uso de estos servicios. En este sentido, al no poseer la mayoría de los usuarios conexión desde sus casas o directamente desde los espacios propios de trabajo

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(oficinas y aulas), debían trasladarse a laboratorios o centros de informática o computación de las instituciones, haciendo que la frecuencia de uso y consul-ta fuese baja, así que, la inmediatez y la urgencia de las informaciones que allí se suministraban estaban supeditaba a esta condición de acceso.

Los correos institucionales en su mayoría eran utilizados en cierta me-dida –no muy alta– por el personal docente y de investigación y escasamen-te por estudiantes. Ejemplos de instituciones que prestaban este servicio fueron el SAGI de la Universidad Central de Venezuela quien se encargaba, entre otras funciones, de prestar el servicio de correo-e esencialmente al personal docente y de investigación de la UCV y la Red Académica de Centros de Investigación y Universidades Nacionales (REACCIUN) que hacía lo propio como institución del estado a sus miembros. Obtener una cuenta de correo-e de estas instituciones, para ese tiempo, no era tarea fácil, había que pasar por trámites académicos y administrativos que avalaran y justificaran tal petición.

Por su parte el chat, tal como se comentó en puntos anteriores, tenía unas condiciones de uso marcadas por los requisitos de dotación y acceso que habrían de favorecer la comunicación asincrónica y que lo hacían técnica-mente más complicado y por ende tener menos adeptos. Su uso se limitaba a breves conversaciones que en su mayoría eran consultas directas entre docen-tes e investigadores y escasamente con o entre estudiantes. Incluso superados algunos requerimientos técnicos y mejorada la comunicación vía chat, seguía siendo uno de los servicios menos utilizados.

4. WEB2.0 DESDE LO DIDÁCTICO

No cabe duda de las potencialidades de la Web 2.0 para apoyar el desa-rrollo de procesos de enseñanza y de aprendizaje con altos niveles de interac-tividad e interacción.

En este sentido SCOPEO (2009) establece que:

La Web 2.0 es un concepto capaz de identificar el nivel de desarrollo sociotec-nológico de Internet. En pocas palabras, la Web 2.0 representa la evolución social de Internet (…) se acerca al ideal de Internet entendida como escenario de interacción social, capaz de dar soporte tecnológico al desarrollo de una comunidad virtual, recurso activo de una auténtica sociedad de la información y del conocimiento. (p. 5)Incorporar las aplicaciones Web 2.0 en procesos formativos implica incorporar nuevos estilos de comunicación, nuevos roles, nuevas formas de intervención, nuevos escenarios, un abanico amplio de actividades, en general, implica abrir una serie de retos y desafíos educativos. (p. 18)

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Durante la Web 2 Conference 2009, Battelle, Jhon y O’Reilly, T. (2009) se refieren a un concepto que vienen desarrollando desde los inicios de la Web 2.0: La Inteligencia Colectiva, y afirman que:

… las aplicaciones de éxito de la red son los sistemas de aprovechamiento de la inteligencia colectiva. (…) Muchas personas entienden ahora esta idea en el sentido de “crowdsourcing”, es decir, que un grupo grande de personas puede crear una obra colectiva cuyo valor supera con creces la prevista por cualquiera de los participantes individuales.

Estas afirmaciones que si bien, se originan de escenarios corporativos de la red, constituyen indudablemente un soporte y aporte tecnológico para to-dos aquellos esfuerzos que desde la educación se han hecho a favor del trabajo colaborativo o en todo caso en la creación de redes de conocimiento, debates y comunidades de aprendizaje.

Por su parte SCOPEO (2009) establece que:

…la Web 2.0 no nace como una tecnología propiamente dicha, nace como un modelo de acción, de uso de la Web, sostenida por un conjunto de aplicacio-nes tecnológicas orientadas al desarrollo de una inteligencia colectiva…es un concepto –más que un término de moda– con el que se busca identificar una serie de procesos sociales y culturales que se están desarrollando en virtud de la capacidad conectiva de Internet. Esta cultura, que es calificada por algunos como Cultura 2.0, la desarrollan actualmente los usuarios, la sociedad y las organizaciones.

Afirma Cruz (2010, noviembre 28) desde el debate en línea del curso de la Unidad Didáctica, en apoyo al alcance social y la participación:

La democratización de la información ha encontrado en la web 2.0 el medio perfecto para extender su concepto; todos somos protagonistas o tenemos al menos la capacidad y las herramientas para serlo; para informarnos y ser los informadores y eso amplía claramente la creatividad del ser humano. Internet pone a tu disposición y alcance el mundo entero, sólo debemos aprender a usarlo de manera consciente y productiva…

A estas reflexiones incorporamos su impacto en el ámbito educativo. Tomando como referencia la Figura 02, podemos analizar cómo el desarrollo progresivo de algunos procesos que subyacen al aprendizaje (memorización, comprensión y construcción), se sustentan en los enfoques pedagógicos vis-tos desde la perspectiva gradual del protagonismo que pasa del docente, al estudiante y al grupo. Que a su vez, han encontrado en los avances tecno-lógicos aliados, que han permitido crear espacios que contribuyen a generar colectivamente saberes, apropiarse de ellos y compartirlos. Indudablemente que el avance desde tecnologías que fomentan la comunicación en una sola

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dirección, hasta tecnologías más interactivas y colaborativas tienen en la Web 2.0 su principal escenario y se convierten para el proceso de enseñanza y aprendizaje en grandes aliadas.

Figura 2. La interacción entre los resultados de aprendizaje, la pedagogía y las tecnologías. Fuente: Mcloughlin, C. y Oliver, R. (2000)

Durante el debate en línea del curso de la Unidad Didáctica, Chacín, (2012, noviembre 27) aporta el siguiente comentario:

… se considera muy relevante la capacidad que tiene este sistema para que los usuarios tengan fácil acceso a la información, pueden crear o generar nueva información, recopilarla y a su vez interconectarse para generar información de manera colaborativa. Esta gran virtud de la Web 2.0 permite a los usuarios obtener mucha información y dentro del ámbito educativo se genera una nueva propuesta en torno a las competencias requeridas por los usuarios, elevando casi de manera prioritaria a la capacidad de contrastación de la información. El usuario deberá desarrollar mecanismos para determinar qué información es veraz y confiable dentro de la red.

En este mismo orden de ideas Jonassen (1999) identifica un conjunto de características del aprendizaje significativo, que deben guiar el diseño de los

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ambientes de aprendizaje constructivista, de las cuales extraemos las siguien-tes por considerar su relación con las posibilidades que ofrece la Web 2.0:

Colaborativo, de manera que se aprovechen las habilidades de cada uno al proporcionar apoyo social y al modelar y observar las contribuciones de cada uno.

Constructivo, que facilite la construcción del propio significado de los diferentes fenómenos.

Reflexivo/crítico, mediante el aprendizaje basado en la tecnología se debe requerir a los estudiantes que articulen lo que hacen, las decisiones que tomen, las estrategias que usan, y las respuestas que hayan encontrado; cuan-do reflexionan sobre los procesos y decisiones que debieron tomar, compren-den y son capaces de aplicar mejor el conocimiento que han construido a nuevas situaciones; los estudiantes deben ser críticos de su propio pensamien-to conjuntamente con los de otros.

Conversacional, el aprendizaje es un proceso social, dialógico, por lo que ante un problema o tarea se buscan las opiniones y las ideas de otras personas; las tecnologías pueden facilitar procesos conversacionales conectando a los estu-diantes a través del espacio; así aprenden que existen múltiples formas de ver el mundo y múltiples soluciones a la mayoría de los problemas de la vida.

Así como se ha asignado el apellido 2.0 a diversos ámbitos como comer-cio 2.0, periodismo 2.0, medicina 2.0 y por supuesto educación 2.0, pode-mos ver como dicen Fumero, A., Roca, G. y Sáez, F. (2007), cómo se añade también el apelativo de “social” a casi cualquier aplicación o servicio que gire en torno a las características propuestas como propias de la Web 2.0, llegando a ser calificada esta como Web Social.

Otro aspecto que cobra importancia y que podemos ubicar dentro de las potencialidades de la Web 2.0 desde su impacto en la generación de la Web Social, es el favorecer la articulación de los escenarios educativos formales escolares, con la formación en sociedad, citamos a Educastur (2007):

En definitiva, la Web 2.0 ofrece grandísimas posibilidades educativas. Conocer, compartir, crear, participar y relacionarse son importantes objetivos educativos. Queda claro que avanzamos hacia lo que algunos denominan un Nuevo En-torno Tecnosocial, en el que nos desenvolveremos como infociudadanos, y que nos proporciona medios y herramientas que no deberíamos desaprovechar en la actividad docente.

Marqués, P. (2010) comparte algunas ideas sobre las implicaciones de la Web 2.0:

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• Constituyeunespaciosocialhorizontalyricoenfuentesdeinforma-ción (red social donde el conocimiento no está cerrado) que supone una alternativa a la jerarquización y unidirecionalidad tradicional de los entornos formativos. Implica nuevos roles para profesores y alum-nos orientados al trabajo autónomo y colaborativo, crítico y creativo, la expresión personal, investigar y compartir recursos, crear conoci-miento y aprender.

• Sus fuentes de información (aunque no todas fiables) y canales decomunicación facilitan un aprendizaje más autónomo y permiten una mayor participación en las actividades grupales, que suele aumentar el interés y la motivación de los estudiantes.

• Consusaplicacionesdeedición,profesoresyestudiantespuedenela-borar fácilmente materiales de manera individual o grupal, compartir-los y someternos a los comentarios de los lectores.

• Proporciona espacios on-line para el almacenamiento, clasificacióny publicación/difusión de contenidos textuales y audiovisuales, a los que luego todos podrán acceder.

• Facilitalarealizacióndenuevasactividadesdeaprendizajeydeevalua-ción y la creación de redes de aprendizaje.

• Sedesarrollanymejoranlascompetenciasdigitales,desdelabúsqueday selección de información y su proceso para convertirla en conoci-miento, hasta su publicación y transmisión por diversos soportes.

• Proporcionaentornosparaeldesarrolloderedesdecentrosyprofe-sores donde reflexionan sobre los temas educativos, pueden ayudarse, elaborar y compartir recursos.

Por su parte la investigación no deja de recibir apoyo de la Web 2.0 , sus funciones esenciales de indagación, reflexión, debate, sistematización y divulgación se ven favorecidas tal como lo indican Peña, I.; Córcoles, C. y Casado, C. (2006):

No es nada nuevo decir que la comunidad investigadora publica y lee lo que se publica. El cambio, radical, está en la celeridad con que se suceden las cosas así como en la facilidad de acceso. Estos aspectos suponen cambios más profundos que los que aparecen a simple vista. La exposición constante a que se somete la comunidad científica, con una evaluación continua y a todos los niveles supo-ne, a bote pronto, que se profundicen los siguientes aspectos:

• Disponerdeunrepositoriodelaproducciónpersonal,concarácterpúblico,con información y documentación pasada y presente (work in progress), y de forma entrelazada.

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• Recopilarrecursosdigitales,noticiasdeactualidad,informaciónymaterialesbajo una misma plataforma, accesible desde cualquier ordenador.

• Autoeditar/autopublicarresultadosdeinvestigación,asícomoeltrabajoquese está realizando en el momento, reflexiones, dudas, hallazgos –evitando esperas o demoras.

• Daraconocerquésesabe

A MANERA DE CIERRE

Concluimos con algunos acuerdos y reflexiones de cierre concertados en el grupo de trabajo del Diplomado “Docencia en Programas de Formación Virtual” durante el desarrollo de la Unidad “Unidad Didáctica 02: Las Estra-tegias Didácticas en Entornos Virtuales”, citamos:

• ElprimeroymássignificativoaportedelaWeb2.0alaeducación:motivar al usuario/estudiante a buscar, investigar, participar, aportar, intercambiar y ser actor de su propio proceso de formación.

• Lo importanteesqueeldocenteentiendaqueestáenfrentándoseauna realidad cambiante, abierta, donde su trabajo cada día es más público, quedando expuestos, desnudos ante el mundo, a través de esa ventana llamada Internet. De allí la importancia y la preparación de los docentes para su capacitación en estas nuevas realidades virtuales. El aprendizaje se ha convertido en un proceso social donde el papel del educador es el de aprender a interactuar de manera efectiva con sus alumnos, porque ahora todos pasamos a ser constructores de nuestro conocimiento.

•LasTICyenestecasolaWeb2.0nohacenporsímismasqueelpro-ceso de enseñanza y de aprendizaje tenga las virtudes de colaborativo, significativo, etc. siempre lo pedagógico y lo didáctico se impondrá desde sus fundamentos. Indudablemente que las posibilidades tecno-lógicas y el concepto de la Web 2.0 coadyuvan en el logro de esta misión.

• ¿Cuántosdenosotrosnohemosutilizado laWeb2.0sinsaberqueeste es el término empleado para conceptualizarlo?

• Hemospasadodeconsumidoresoprosumidores,deutilizarlaWebpara buscar información a utilizar la Web para gestionar información (incluye la producción por supuesto)

•SíbienlaWeb2.0noshacepensardirectamenteenlosavancesdelasTIC, en cuanto a hardware y software, lo importante en todo caso es

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el concepto que subyace en ella y que la generó: es una “nueva” forma de pensar y asumir la Web, es asumir el rol de gestores y generadores de información (ojalá de saberes), superar la visión transmisiva por la colaborativa, la multidimensional y la ramificada.

•Constituyeunescenariotecnológicoyconceptualqueprometepers-pectivas alentadoras a la generación de Entornos Virtuales de Ense-ñanza y Aprendizaje (EVEA) que promuevan saberes significativos.

•Comosiemprehemossido“víctimas”delosavancesenlasTICycasique no nos percatamos, de hecho dicen que vamos rumbo a la Web 3.0 y otros más osados dicen que a la Web 4.0. Así que:

¿Qué nos depara el futuro –por cierto no muy lejano– en materia de la Web n.n?

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