"walstom, la historia de un robot que querÍa ser un ser vivo"binomio fantástico 2

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BINOMIO FANTÁSTICO: cebra y robot “Walstom, la historia de un robot que quería ser un ser vivo” Érase una vez, un robot que se llamaba Walstom. Tenía cortocircuitos rojos, azules y amarillos, tenía una bombilla en vez de cerebro, tenía cristales en vez de ojos, era de metal en vez e carne. Era prepotente y muy envidioso. Un día se encontró con una cebra que se llamaba Coleta, que tenía una coleta en el pelo, tenía los ojos azules como el mar. Era simpática y alegre. El robot cuando la vio sintió pena porque se dio cuenta de que él no podía pensar, no podía sentir, no podía amar….. En el campo en el que vivía, era como una manta verde pistacho y lleno de árboles altos. Había un árbol mágico que concedía deseos a los que tenían el corazón noble y sencillo. El robot le pidió al árbol que le concediera un deseo pero el árbol le dijo: No te concederé el deseo. Primero has de convertir tu corazón PURO Haciéndole caso al árbol, día a día el robot convertía su corazón. Hasta que un día el robot convirtió su corazón y le dijo al árbol que le concediera el deseo. El árbol le concedió el deseo y el robot se convirtió en cebra y toda la vida estuvo contento. Desde entonces Walstom y cebra fueron amigos para siempre. Autor: Samuel Saavedra Piña

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Page 1: "WALSTOM, LA HISTORIA DE UN ROBOT QUE QUERÍA SER UN SER VIVO"Binomio fantástico 2

BINOMIO FANTÁSTICO: cebra y robot

“Walstom, la historia de un robot que quería ser un ser vivo”

Érase una vez, un robot que se llamaba Walstom. Tenía cortocircuitos rojos, azules y amarillos, tenía una bombilla en vez de cerebro, tenía cristales en vez de ojos, era de metal en vez e carne.

Era prepotente y muy envidioso.

Un día se encontró con una cebra que se llamaba Coleta, que tenía una coleta en el pelo, tenía los ojos azules como el mar.

Era simpática y alegre.

El robot cuando la vio sintió pena porque se dio cuenta de que él no podía pensar, no podía sentir, no podía amar…..

En el campo en el que vivía, era como una manta verde pistacho y lleno de árboles altos. Había un árbol mágico que concedía deseos a los que tenían el corazón noble y sencillo.

El robot le pidió al árbol que le concediera un deseo pero el árbol le dijo:

No te concederé el deseo. Primero has de convertir tu corazón PURO

Haciéndole caso al árbol, día a día el robot convertía su corazón.

Hasta que un día el robot convirtió su corazón y le dijo al árbol que le concediera el deseo. El árbol le concedió el deseo y el robot se convirtió en cebra y toda la vida estuvo contento.

Desde entonces Walstom y cebra fueron amigos para siempre.

Autor: Samuel Saavedra Piña

Historia elegida la segunda.